Business and pleasure (Naruto x Harem)

Esta obra la estaré actualizando una vez al mes, para darme tiempo de seguir avanzando la historia y tenerles una actualización constante. Espero y les agrade.

Arno Dorian

 Buchou no, Mademoiselle~

Compartir la mente con alguien mas que tu, es un martirio. Lo se porque tuvo un amigo muy cercano durante el bachillerato, el primer día cuando nos obligan a presentarnos ante el resto del curso sin pena alguna lo dijo, padecía de múltiple personalidad. Uno violento maniático, un antisocial y paria social. Y uno más que le dijo su psicólogo… era propenso al suicidio.

Llegue a ver a una de sus personalidades una vez, era incomodo. Su actitud cambio, su forma de hablar y comportarse. Solo una hora estuvo “suelto” nos puso nerviosos a todos. Pero desde antes de que viéramos salir a una de sus personalidades nos contó al respecto, nos dijo que si se concentraba lo suficiente, podía verlos en un plano vació de su mente donde podía hablar con ellos y ellos lo despreciaban a él. Solo gracias a las largas terapias que tomaba cada fin de semana podía tenerlos quietos.

Issei no requería de terapias para tratar con esas personalidades viviendo en su mente, como en su cuerpo. Porque no lo eran, no eran seres producto Aunque se trataban de dos entidades dentro de él, no era un peligro para él. Lo hacían de él, un peligro. Y mientras Issei prestaba atención a las clases, en su mente estas dos entidades conversaban entre ellos.

La mente humana es un plano vació, donde se generan todos los recuerdos primordiales a los que uno debe aferrarse para saber quien es. Sin embargo, el lugar donde ambos seres de se encontraban, era un plano vació. Un auditorio con todos sus asientos vaciados y un trono sin un rey que lo ocupe, pero eso no le daba derecho a Arno Dorian sentarse en aquella banca

Vaya, no recuerdo que este lugar estuviera… tan vació ―dijo el asesino de parís, Arno Dorian.

Una de las dos entidades, viviendo dentro del cuerpo y alma de Issei. Un cuerpo que lo correspondía, una vida que ya no le tocaba, pero aun así aquí esta él. Un viejo y cansado asesino que en su tiempo, vivió con el mismo ser que era la segunda entidad que vivía dentro de Issei.

Las consecuencias de tus actos muchacho ―un enorme dragón rojo se manifestó detrás del parisino hombre, manifestado en una apariencia física dentro de este plano mental en el cuerpo de Issei.

Hola Ddraig, no pensé que nos volveríamos a ver ―saludo el asesino de uniforme azul hasta su capucha, se notaba contento cuando el colosal ser manifestó una representación de su forma física en el plano donde estaba Arno.

Arno Dorian, el Sekiryuutei más débil ―Ddraig bajo su largo cuello y su cabeza pudo ver mejor al ya muerto hombre―, te llamaron así porque decidiste nunca usar mi poder y aun así lograste vencer a mi eterno rival.

Ojala fuera tan bíblico como lo dices ―contesto Arno rascando su cabeza con incomodidad por el comentario.

Vendiste tu alma al mundo para ganar poder cuando y mira como has terminado ¿Valió la pena? ―decía con enojo, el celestial emperador dragón sellado―. ¿Porque volvemos a encontrarnos? La ultima vez que ti, no eras nada.

Dándole la espalda al colosal dragón rojo. Arno miro al auditorio vació y suspiro con tranquilidad, dio unos ligeros pasos al frente, hacia este sitio antes de responder al dragón.

¿Alguna vez escuchaste sobre la guerra del santo grial? ―dijo Arno, antes de mirar a Ddraig con arrogancia.

Si alguna vez lo escuche, ya no lo recuerdo gracias a ti ―una fuerte respiración del dragón, el vapor que escapo de su nariz cubrió a Arno, pero eso no le intimido.

Se trata de un combate ritual, una competencia ―tendría que explicar mejor, el asesino―. Un grupo magos competentes, cada uno es escogido para liderar a un servant o Espíritu heroico. Almas de personas cuyos nombres a lo largo del tiempo son sinónimos de la palabra: Héroe. Nos obligan a pelear entre nosotros hasta que solo quede uno con vida, con el fin de tocar el santo grial y hacer realidad su mas ambicioso o tonto, sueño.

¿Tú un héroe? Pero a ti nadie te recuerda ―comento con desprecio, Ddraig.

La ventaja de vender mi alma al mundo o Alaya, es que gane un lugar en el trono de los héroes. Por hacer el trabajo sucio que necesita el mundo y aunque nadie recuerde quien fui mas allá de un nombre tallado en piedra ―declaro Arno.

¿Y luego? ¿Alguna vez has puesto tu trasero sobre ese asiento con tu nombre escrito? Jamás has entrado al trono de los héroes realmente. Solo has sido otro tonto que pensó que el poder que da Alaya harías realidad tu propio sueño y al final que paso Dime ¿Valió la pena tu estúpida decisión? ―Ddraig, el celestial dragón rojo que fue sellado dentro del alma de los humanos, un ser de gran poder que le permite al humano en cuestión, usar una fracción de un inmenso, pero Arno Dorian se nego a aceptar el poder de Ddraig y busco una oferta de poder que lo condeno―. Salvaste a Francia, al mundo entero mi viejo compañero y como te a tratado el poder de la contra fuerza de Alaya, convirtiéndote en un familiar atrapado en el núcleo espiritual de tu descendiente.

Valió la pena por ver este teatro vació ―declaro Arno―. Accedí a pagar los pecados de todos los Sekiryuuteis pasados y futuros, ese fue el trato que hice con alaya con tal de ser su campeón.

No recuerdo que fueras tan arrogante, mendrugo.

Fui enviado para que suceda la guerra del santo grial que no dejaron que ocurriera ―contesto el asesino de cuerpo joven a pesar de los años que lleva muerto―. La guerra del santo grial de Kouh. Tenían todo listo para que ocurriera, los hechiceros que lucharían, el cuerpo que atraería el santo grial para que se manifieste. Pero alguien interfirió y los masters elegidos fueron suplantados. Solo yo pude ser invocado y mis rivales cayeron en manos de otros que no eran las personas destinadas a librar la guerra del santo grial hace diez años.

Diez años, el tiempo que paso desde que desperté en el cuerpo de mi nuevo compañero ―exclamo Draig, llegando a levantar una ceja por la intriga―. Mi nuevo compañero, Issei ¿Él fue el mago que te invoco para pelear?

No solo eso ―le dio la espalda a Ddraig de nuevo―, Hyoudou Issei es el recipiente que traería el santo grial a este mundo, pero alguien interfirió por lo que mi nuevo jefe, Alaya; me encargo una misión que Issei entiende. Realizar la guerra del santo grial que no permitieron que ocurriera, aquí en Kouh. Solo un mago o un ser con magia puede ser escogido para ser máster y como las bases del ritual fueron puestos, solo era cuestión de tiempo de que esas personas vinieran.

Oh si, la chica Gremory y los suyos. Tiene esclavos muy interesantes, cualquiera de ellos puede que sea un máster, incluso ella ―comento el dragón rojo―. ¿Pero que hay de la otra princesa que esta por aquí? Esa que le gusta castigar a mi nuevo compañero por jugar al pervertido.

¿Sona Sitri? Ya la investigue y sus séquito son de los menos probables de que sean candidatos a Másters.

No deberías descartarlos y aprovecha que van a castigar a Issei de nuevo para acercarte a su grupo, para volver a examinarlos.

Una pantalla gigante en medio de la nada y delante de los dos, Ddraig levanto su cuello a como Arno volteo a ver lo que Issei podía ver, estaban en clases y el mencionado nuevo Sekiryuutei estaba prestando mínima atención.

¿Hyoudou-san, puede resolver la siguiente ecuación? ―pregunto su profesora de matemáticas, una prominente mujer de gran busto, cabello rubio cual canario y hecho en rizos espirales mezclado en una actitud estricta que le quita todo lo bello a su candente apariencia y solo deja el miedo que ella impone―. ¿Hyoudou-san?

Al frente, junto al pizarrón. La profesora miro al mencionado estudiante casi al fondo del pizarrón en la quinta fila de los pupitres, con el brazo izquierdo recargado bajo su mentón y su cabeza en alto, Issei dormía con comodidad. Las miradas de todos sus compañeros de clases caían sobre él y decían una sola cosa: Esta muerto. Con enojo, pero manteniendo los estribos para no tratar al terrible ejemplo de estudiante de una manera que le costara su oficio.

Desde adentro, incluso Arno el peligro que era esta mujer cuando se acercaba con su ceño fruncido a un estudiante, armada con un cuaderno enrrollado hacia uno.

Oh no, la mujer esta molesta ―dijo Arno llegando a sentir miedo, cosa que se veía por dentro de Issei, porque por fuera―. Vamos amigo despierta.

A solo un pupitre mas para que llegara a ellos, Arno tomo control de su brazo derecho de Issei y le dio una suave bofetada a su cuerpo para que despierte. Un movimiento inconsciente que hizo a varios mirar con preocupación al castaño, incluso la profesora quedo perpleja ante el extraño movimiento.

¡Despierta, Issei! ―grito Arno por dentro. Una segunda bofetada con un poco más de fuerza para hacerlo despertar, pero ni así―. Muy bien, niño tu lo pediste.

Cuando su brazo cayó al vació luego de la segunda cachetada. Arno formo un puño con el controlado brazo de Issei y le sentó un golpe de lo mas lindo, tan fuerte y duro que el castaño termino en el piso.

¡Argh! ―grito Hyoudou del repentino despertar y duro golpe que se dio contra el suelo, quedo inconsciente.

¡Ups!

Te excediste, viejo compañero ―Ddraig vio todo con mucha decepción.

Tenia que asumir las consecuencias, con el propietario del cuerpo inconsciente. Arno tomo control del cuerpo de Issei y se levanto del piso, para volver al lugar de donde lo tiro.

¿Hola? ―dijo Arno a través de Issei y con su voz paso a tener un tono profundo, el iris de sus ojos pasaron de un simple color avellana a ser amarillos. Nadie pregunto por si esta bien, solo lo vieron sentarse y acomodarse en su lugar.

Hyoudou-san, le pregunte que si puede resolver la ecuación ―dijo la malhumorada profesora.

¿Ecuación?

Cual es resultado de 3X+7=4y.

La pregunta estaba en el pizarrón y lo que mas odiaba Arno Dorian estaba en el pizarrón. Era como si alguien escribiera en lengua antigua para él.

¿Cual es el resultado, Hyoudou-san?

Un momento de silencio mientras Arno/Issei miraba el pizarrón antes de responder de la forma mas tonta posible.

¿Miércoles?

Si las escuelas castigaran como antes, los estudiantes aprenderían con mas empeño. No sabía si calificar el supuesto castigo como tal, o llamarlo servicio voluntario. Cabreada con el mal ejemplo de estudiante que era Issei le tomo un castigo al final de las clases.

Limpiaras todas las aulas del segundo año como castigo por dormirte en clases ―dijo Arno con desinterés, ya había empezado a pasar la escoba por uno de los lados del salón.

Si, Matsubara-sensei ―contesto el contraguardian, a veces odiaba estar dentro de Issei, por tener que fingir ser él.

La profesora salió del aula e Issei (Arno), soltó un fuerte suspiro antes de dejar la escoba a lado e intentar abandonar el salón también.

A donde crees que vas ―solo giro en dirección a la puerta de salida y allí estaba ella. Recargada sobre el marco de la puerta del salón que se escucho como se abría apenas dio media vuelta para irse―. ¿Issei?

Hola Sona ―saludo Arno, dándole igual el puesto que ella tuviera.

Presidenta para ti, así que te dejas ver Arno ―corrigió, momento en el que se despego del marco para mirarlo con los brazos cruzados y caminar hacia él.

¿Sabes que soy yo?

Lo se porque cuando eres Arno sueles llamar a las personas por su nombre y no por su apellido, cosa que es irrespetuosa si la persona no te da permiso para que la llames por su nombre ―dijo Sona, llego a ponerse delante del castaño―, segundo. El color de tus ojos cambian. A un discreto color amarillo y tercero, eres un vago mas vago que Issei.

Para empezar, nadie respeta a Issei así que porque yo lo haría. A él le gusta jugar al tonto y dos, Issei se desvelo por trabajar hasta tarde así que tome relevo ¿a que debo tu visita? ―declaro Arno.

Cambio su mirada de prejuicio por una ligera sonrisa que la caracterizaba, una que le mostró a lo que ella pensaba era una segunda personalidad en Issei antes de caminar mas allá de él y llegar a la ventana, donde miro hacia el viejo edificio.

Escuche que te uniste al club de ocultismo ¿con que motivo? ―lo miro a él cuando hizo la pregunta.

Necesitaban a un nuevo asistente eso fue todo ―contesto como si fuera un mal chiste―. ¿Que es lo que piensas, Sona?

No podía engañarla ni ella a él, sea Arno o Issei. Así que se lo recordó.

No puedes engañarme, Arno. Yo tampoco puedo engañarte ―camino de vuelta a él, pues era un tema que no podía hablar con tanta tranquilidad―. Con que motivos te uniste al club de Rias.

¿Celosa? ―pregunto el servant con atrevimiento.

Ven aquí.

Algo inédito, que si bien los descubrían podría significar mas allá del fin. Como presidenta, si la llegaban a descubrir, sería el fin de su puesto como la presidenta del consejo estudiantil o peor. Pero como la heredera del clan Sitri, si descubrían que tenia un romance con un humano de mala reputación, sobre todo con un humano que tenia su mente divida en varias personalidades y salía con una de ellas. Imagina el resultado.

Los labios de Sona se sentaron sobre los de Issei bajo control de Arno, lo tomo de su ropa desde sus brazos mientras que él, llevo sus manos a la cintura de Sona con suave tacto.

¿Sona?

Sus labios se separaron, pero no dejaron de agarrar al otro para quedar cerca del otro.

Tonto, hasta que te dejas ver de nuevo ―dijo celosa con un tono triste, su rostro estaba muy cerca del cuerpo de Issei que manipulaba Arno.

Sabes que no me gusta salir, sin buenos motivos ―exclamo Arno.

Soltó a Arno, para retroceder un par de pasos y mirarlo con toda seriedad.

¿Esto es por lo de esa guerra del santo grial? ―pregunto Sona, cruzándose de brazos esta vez.

Una pregunta que a Arno le hizo suspirar pesado.

No debí contarte al respecto ―dijo con los brazos recortados mientras los levanto hasta su hombro―. Necesitaba acercarme a ti, para saber si tú o tu séquito eran alguna de las másters que fueron escogidas erróneamente por el santo grial para la guerra que se aproxima.

¿Crees que en el séquito de Rias esta alguno de esos Masters que tanto buscas? ―pregunto.

Es lo que mi contacto sospecha ―camino Arno, lo suficiente para poder mirar por la ventana hacia el club de Rias―. Y es que Rias Gremory tiene esclavos bastante interesantes .

¿Y si alguno lo es? ―pregunto Sona, se paro a lado suyo en cuanto a él tenia sembrada su mirada en el viejo edificio―. ¿Harás que Rias pelee contra uno de sus siervos? Ella los aprecia mucho y ella aprecia mucho a su Hyoudou Issei.

Ambos lo sabemos ―contesto, antes de dar una dura exhalación―, ya veremos como lidiar cuando llegue el momento.

Sona lo miro fijamente, mientras el castaño miraba mas allá de las paredes del viejo edificio de Kouh, sus pensamientos y remordimientos que debía soltar a futuro estaban afectándole antes. No porque tuviera un fuerte apreció a lo que ella creía era una personalidad de Issei, le dejo escapar de su castigo. Al fin de cuentas eran una segunda versión de una misma persona. Solo que ella solo quería a uno de ellos.

Y cuando se dirigía al salón que correspondía al consejo estudiantil. A pasos tranquilos, Sona hizo memoria de como conoció a Arno Dorian, de parte de Issei.

¿Juegas ajedrez, Hyoudou?

Me enseñaron hace tiempo ―recuerda que le respondió esa primera vez que decidió convivir con el estudiante Hyoudou Issei. Tras un castigo igual al de ahora.

Todo comenzó en una tarde tras el periodo de clases y Sona se encontraba en una partida de ajedrez con quien pensaba era Issei con quien jugaba. Solos, sin que nadie los viera ni que los molestaran, la heredera Sitri a pesar de su rostro de jugadora indecifrable; desde su interior, estaba tensa. La bestia de Kouh la estaba dominando en el juego que ella suponía era invatible. Sin mostrar sus nervios, Sona tomo uno de sus alfiles en un intento débil mantener a salvo a su rey, pero con solo un alfil y un peón lejano pero igual acorralado, movió.

Es tu turno ―dijo, su voz se corto. Su rostro podía ocultar la preocupación, pero no su voz.

Él no le respondió, con los ojos puestos en el tablero. Issei (Arno) llevo su mano hasta una de las siete piezas que le quedaban. Reina, torre segunda, el rey y dos peones. Un movimiento tonto, que lo llevarían a la derrota.

Parece que perdí ―le contesto Issei con una risa en su voz, auto señalo la torpeza de su decisión.

Te dejaste vencer ―exclamo Sona fría e indignada―, pude ver el momento en el que lograste ver sobre mi.

Bueno, no querrás que la demoníaca familia Sitri se enteré de que su princesa fue vencida por un humano en un juego de ajedrez ―exclamo Issei una clara e indirecta divagación.

Cosa que hizo a Sona salir de su zona de confort y se hizo la pregunta: ¿Quien era él y como es que sabia quien era realmente ella? Fue entonces en una encomienda similar a la que Issei sería llevado por Rias mas a futuro, que Sona vino a descubrir el mayor de Issei. Enfrentadas contra un demonio descarriado de un nivel que ponía en jaque a la presidenta y su consejo, que lo conoció.



¡Saca a los demás! ―grito Sona a su reina, su séquito acababa de recibir una paliza muy buena.

Sona-sama no pensara en enfrentarlo sola.

Cansada y malhumorada, como su uniforme rasgado en varias partes y su sucio, no iba a tolerar la insubordinación de su reina.

¡Hazlo lo que te digo Tsubaki! ―su ira, se dejo ver cuando ella le dio el rostro a su reina.

Una criatura deforma, de apariencia animal más con rasgos de una mascara blanca sobre su colosal rostro, Sona estaba dispuesta a salir mas herida ella que su grupo. Pero antes de que diera un paso al frente a la bestia, vino a caer aquel personaje que desde hace algunos años era el moderno simbolo de terror.

¡¿Pero quien… ―pregunto Sona, luego de que los techos del edificio fueran atravesados por una especie de bala y dieran muerte instantánea al descarriado demonio, lo vería tras la niebla dispersarse para ver el azul de su ropa y la criatura hecha carne molida, con un sin fin de escombros a su alrededor―… the Phantom?!

Issei no la noto, su capucha se había caído y su rostro se dejaba.

Es escurridizo, pero ya esta muerto. Te llevaré a casa niño y luego... ―daría la vuelta listo para bajar de la criatura y una persona que no planea que le viera, estaba allí. Se des transformo de la apariencia de Arno y aterradora sorpresa para Issei―… ¿la presidenta del consejo?

¿Hyoudou Issei?

¡No, yo soy Arno Dorian! ―fue como decir, que él era Carlos Santana.

Al día siguiente en la academia, encontrando al pervertido alumno en otro castigo impuesto por un profesor. Sona lo buscaría, pero no para darle las gracias.

¡No necesitaba tu ayuda, tenia todo bajo control! ―insultaría el hecho de haberla ayudado―. Pero gracias… No le diré de esto a nadie.

¿Ni siquiera a tu hermana, la mahou Leviatan?

Si bien él se topo con ella, Sona no dejo ver que ella era una demonio en ese extraño momento.

¿Sabes quien soy? ―sintió miedo.

Se que eres la heredera del clan Sitri, y ese asunto de que si alguien te vence jugando ajedrez te desposaría o algo ―revelaría Issei. Cosa que hizo a Sona ponerse contra la pared, metafóricamente.

La conversación ya llevarían a un café donde sentados a la mesa, con unas bebidas para refrescar el calor que sentía Sona por comprender mejor quien era él.

Deja que entienda esto ―dijo la presidenta, ignorando su vaso de moka que pidió―. ¿No eres Issei y Arno, son dos personas en un mismo cuerpo?

Ya se, suena demente pero… ―Arno se mostraba complicado, tomando

Te creo ―respondió Sona, recargando sus brazos sobre la mesa, además de que puso una mirada mas satisfecha―. Leí en tu expediente estudiantil que padeces de trastorno de personalidad, pero nunca pensé que fuera muy interesante. No solo cambia tu actitud, sino el color de tus ojos también y tu voz se profundiza, entonces cuando eres Arno, eres The phantom.~

Tanto Issei como yo, lo somos. Salvo que en la academia Issei decidió actuar como idiota pervertido para que nadie llegue a pensar en lo mas mínimo ―le contestaría el servant viviendo dentro de Issei, dejo que la heredera Sitri pensara de tal forma.

Solto una risa ante de tomar su vaso, pero antes de siquiera beber de él, Sona dijo:

No le diré a nadie tu secreto, pero a cambio de mi silencio. Dorian-san. Quisiera pedirte un par de favores ―una maliciosa idea se cocino en la mente de Rias, entonces.

Historia que ocurrió un mes antes de que Issei se tuviera que presentar ante Rias con su identidad publica y revelar su identidad secreta. Un lapso de tiempo donde estuvo a servicio de Sona Sitri, que termino con él levantando a la presidenta contra la pared, con sus manos escalando por sus muslos ha su trasero mientras entragaban sus carnes uno al otro.

Sona~ ―escalaba el cuerpo de la presidenta con sus labios.

Arno~ Arno ―gemía a su nombre mientras se dejaba controlar por sus manos humanas.

¡Oye espera, eso no paso! ―La voz de Issei hizo eco en su propia cabeza.

¡Issei, sal de mi fantasía!

¡Regresa me el control mi cuerpo, Arno!

Ok, eso ultimo fue una fantasía agregada por el mismo Arno Dorian para hacer despertar a Issei. En camino hacia el edificio de Rias e Issei seguía dormido, así que su inquilino tuvo que despertarlo tras ahorrarle la caminata.

Por fin despiertas, mocoso ―exclamo el parisino, justo cuando estuvo a la puerta, que quede claro que hablaba consigo mismo y en solitario, si lo vieran. Pensarían que esta loco, por sostener un debate serio consigo mismo―, te devuelvo tu cuerpo.

Gracias ―tomo el mando de su cuerpo―, que quede claro que se que estás jugando con los sentimientos de la presidenta.

¿Celoso? ―pregunto Arno desde su subconsciente de Issei, su voz la escuchaba en el interior de su cabeza.

Solo digo que no juegues con sus emociones ―le recrimino―. Cuando todo esto acabe, seguramente llorará porque ya no vas a estar.

Tu tampoco estarás para tu nueva contratista.

Lo se. No pretendo enamorarme de ella.

Como si se tratara de reiniciar una computadora, el cuerpo de Issei se apago y su cabeza cayó por delante, como su cuerpo comenzó a irse hacia adelante, pero antes de darse un golpe contra la enorme puerta del club. Retomo el control de todo su cuerpo. El iris de sus ojos cambiaron a su color avellana, un color mas común para un humano. Acomodo su voz y toco la puerta del club dos veces con un pequeño espacio entre ambos.

Del otro lado, Rias yacía acomodando documentos importantes en su haber mientras era acompañada en silencio por sus conocidos miembros del club. Todo estaba tranquilo hasta que escucho que llamaban a la puerta, levanto la vista de esos papeles y sonrió antes de decir con mucho gusto:

Adelante.

Con permiso, Buchou ―entro Issei con toda la naturalidad y cerro la puerta el mismo.

Llegas un poco tarde Issei ―Rias lo recibió con una sonrisa antes de pensar en regañarle.

Si, verá es que me ofrecí a limpiar los salones del segundo año ―camino mas allá de Kiba y Koneko sentados en los sofás de la sala. Hasta quedar a una considerable distancia de Rias.

Escuche al respecto ―comento divertida la princesa Gremory―, te dormiste en clase. Esta bien, después de todo nuestro turno comienza en la noche.

¿Nuestro turno? ―curioso dato para Issei, le funcionaba hacerse el idiota en muchas veces.

Dijiste que sabes quien es la presidenta del consejo estudiantil ―Rias se levanto y mientras hablaba, camino hacia Issei.

Sona Sitri, la heredera del clan Sitri.

Exacto ―dijo Rias.

Kouh es un distrito que ambas dirigimos. Ella se hace responsable durante el día y el clan gremory lo hace durante la noche ―explico Rias.

Es algo que ya sabia ―mostró su lado arrogante, Issei. Un ligero tono arrogante.

Entonces supongo que sabes a que nos dedicamos ―comento Rias, a lo que hice dijo que era mejor que ella misma le dijera que era lo que hacían, por educación―. Los demonios nos dedicamos a hacer realidad los sueños de la gente, a cambio de una paga monetaria.

Porque me suena a que quieres que haga trabajos de segunda para ti ―dijo con una molestia, se tenso sus pensamientos de Issei desde la nuca.

Estamos saturados con las demandas de solicitud estos días y vendría bien que alguien nos diera una mano ―exclamo Rias con mucha carisma, mezclado con su sonrisa y su próxima pechonalidad―. Por favor, nos vendría bien tu ayuda. Ise.~

Es un desperdicio de mis habilidades.

No era parte del trato ayudarla con sus labores como demonio. Pero Rias tampoco era una tonta que no sabia que tal petición hizo molestar al llamado Phantom y que bien podría ser mala espina en la relación laboral de la demonio con su contratado criminal. Cosa que la misma Akeno le recalcaría a Rias, cuando ella volvió de realizar una solicitud de un cliente.

Preparo el te a su rey, llevaba varias horas desde que llego la noche y Rias no despegaba la vista de todo el papelerio que acomodaba. Hechas y cumplidas, con las pagas correspondientes cobradas, pero también Rias leía los comentarios hechos por los clientes satisfechos, hablando maravillas de sus siervos.

Rias ¿en serio crees que fue buena idea poner a alguien del nivel de Issei-kun a ayudarnos con las solicitudes? Claramente viste que se molesto ―comento Akeno, aunque podría tomarse como una preocupación de parte de ella, la verdad es que su cara no decía lo mismo.

Lo se, pero realmente estamos saturados con todas las solicitudes, pero mira estos comentarios. La gente parece estar contenta con los servicios de Ise, cinco contratos en solo una hora. Ni siquiera Kiba es tan bueno ―alegre, Rias extendió algunas de las hojas recién llegadas que se materializaron a través de un pequeño portal que aparecieron sobre el escritorio de la carmesí.

¿Issei? ―tan pronto y ya le llamaba por un apodo a su nombre, su señora. Pensaba Akeno.

¿Es raro que le llame a secas por su nombre?

Conociendo que él es alguien letal ―comento Akeno.

No es tan malo como crees Akeno. Salvo mi vida aunque no estaba en peligro y yo no pedí ninguna ayuda ―exclamo Rias, dejando caer su espalda sobre el respaldo del asiento―. Creo que hay razones justificadas para todos sus crimines de los que lo acusan.

Rias, personalmente no deberías confiar en él ―daba su opinión solamente.

Por favor Akeno ―lo que espero Himejima, paso. Su rey se disgusto con su comentario.

Ha matado a cientos de personas por todo el mundo e incluso las facciones le han puesto precio a su cabeza ―la reina de Rias, ni la misma Rias lo sabían, pero detrás de la puerta del club, Issei les estaba escuchando, a pesar de las gruesas puertas y los hechizos para que nadie espiara. Issei contaba con cierto don que le permitía escuchar incluso por encima de un sello de restricción―. Rias, tengo la sospecha que planea manipularte.

Sentido del águila, una habilidad perfeccionada por humanos que pertenecen a la orden de los asesinos, Issei no era perteneciente a la orden a pesar de ser hijo de un alto miembro de la hermandad y fue Arno quien le enseño a perfeccionar este poder.

Parece que Akeno-senpai sospecha de nuestras intenciones ―comento Issei en voz baja.

Deja que lo haga ―escucho a Arno decir desde sus pensamientos―. Le será mas fácil para ella digerir la verdad cuando llegue el momento.

Puso su concentración de nuevo en la conversación detrás de las puertas.

Yo igual tengo esas sospechas, Akeno. Se lo que estas pensando seguramente ―decía Rias―, claramente sabe que quiero utilizarlo, lo mas probable es que él también quiera utilizarme, dependiendo lo que quiera lo ayudaré o no.

Y ya sabe cual es la razón por la que lo has contratado, Rias ―pregunto Akeno. Incluso ella sospechaba que su rey no había hablado del tema con Issei y es que ella sabe que ni siquiera hablar al respecto le hace bien a Rias.

Se lo diré cuando llegue el momento Akeno, gracias por recordármelo.

Fue lo ultimo que escucho de Rias y no siguió espiando más, Issei. Con un cambio de ropa hecho, ese atuendo suyo de asesino moderno, toco la puerta y sin esperar permiso, entro Issei muy vivaz interrumpiendo el espacio privado que tenía la princesa con su reina.

¡Ya volví! ―entro energico, lo que hizo a Akeno voltear de sorpresa mientras que Rias solamente lo miro con sorpresa.

Ara~ volviste muy pronto Issei-kun ―comento la pelinegra llevnado su palma a por encima de su boca.

Bienvenido, Issei ―saludo con una genial sonrisa Rias―, lo hiciste muy bien para no ser un demonio.

Si… al respecto. Por favor no vuelvas a pedirme hacer estas cosas de nuevo ―cambio su actitud vivaz por una mas amargada en un giro de actitud que no sorprendió a Akeno―, llegue con un sujeto extraño que obligo a jugar a la mahou shoujo con él e incluso ¡me hizo llamarlo one-chan! Tendré pesadillas esta noche.

Su mano la llevo a su rostro mientras miraba al suelo, Issei.

Oh si, es un cliente habitual ―comento Rias, tratando de llegar a reírse―. Pero de seguro no te fue peor con el resto.

Por fin, una razón para levantarse de su asiento para Rias, no sin antes tomar una hoja de las solicitudes de servicios, que tenían pendientes.

Seré sincero, Buchou. Pero con todas las cosas horrendas que he hecho ninguna me ha dejado traumas como lo que me has hecho hacer por ti ―su mirada la había levantado y su rostro podía verse que vio cosas horrendas como muchos veteranos de vietnam.

Lo lamento ―sudo un poco Rias.

Esperaba trabajos mas a mi nivel viniendo de un grupo de demonios.

Eso hizo sentir mal a la carmesí, mientras que Akeno solo se reía, pero no tan discretamente.

Entonces supongo que no querrías acompañarme a atender una solicitud, conmigo ―levanto esa hoja que tomo previamente, Rias―, parece que una persona requiere ayuda porque están acosando a su pareja ¿no te gustaría golpear a alguien hoy?

Lo pensó dos veces antes de dar una agradable respuesta.

Suena bien.

Con un circulo de teletransportación, logro Rias llevarse a Issei a la residencia del cliente. Se trataba de la solicitud de un estudiante de otro de las academias de bachillerato de Kouh; en cuanto su cuarto se ilumino con el rojizo color del emblema de la familia Gremory en oscurecida habitación. El estudiante yacía con una mirada perdida mientras miraba a la pantalla de su computadora sentado desde el asiento de su cama, lo que aparentemente era una película de contenido sexual con fines estimulantes, sin embargo el chico se mostraba con una expresión depresiva mientras lo veía.

¿Así que has decidido solicitar los servicios de un demonio? ―exclamo Rias entrando de manera magnifica sin prestar atención a los gemidos que venían de la película en curso de este chico.

He~ parece que llegamos en un mal momento ―Issei puso su mirada en la película de la computadora, una mirada morbosa que gracias a su capucha puesta, Rias no llego a ver. Tal vez actuaba como un pervertido en la academia, pero en sus tiempos libres le gustaba serlo.

¿Eh? ―apenas si reacciono el contratista de los servicios del clan Gremory―. ¿Realmente son demonio?

Así es, te molestaría ponerle pausa a tu película ―comento Rias, iba mostrándose incomoda con los sonidos provenientes de dicha película.

Si, no… ―por alguna razón le costaba quitar la mirada de dicha película―… verán la razón por la que los solicite.

¿Dijiste que acosaban a tu novia, no Kazuki-kun?

Bueno… no es tan sencillo ―lo vieron bajar la mirada, pero aun así este chico mantenía una mirada perdida que clamaba lo mataran para terminar de sufrir.

En medio del silencio gobernado por los gemidos, el antepasado de Issei ilumino al castaño en control de su propio cuerpo. Esos gemidos, no eran de placer, sino de dolor y la chica de ese mismo material pedían, la dejaran por piedad.

Oye, Kazuki-kun ―hablo con una voz mas fría, pero ni eso hizo que el cliente lo mirase como Rias le volteo a ver con intriga―, la chica del video ¿Es tu novia verdad?

No levanto la mirada, pero pudo escuchar como le crujieron los dientes al chico en cuanto escucho a Issei.

Muy bien ―puso su mirada sobre Rias―, dejemos esto en mis manos.

Toda ciudad tiene una zona rosa, o un barrio donde el pecado esta en cada metro de la avenida, lleno de moteles y de chicas dispuestas a dar servicios sexuales a cambio de algo de dinero. Pero también era un lugar adecuado para llevar a alguna dama chantajeada con el fin de abusar, al menos en japón es así.

Nerviosa, caminaba un viejo verde bien vestido con una chica de cabello rosa y pecho prominente de la que venía agarrado de forma muy indecorosa. Nadie le daba importancia de que ella se veía incomoda y con miedo, mientras que el viejo iba de lo mas campante.

Por favor, mañana tengo que llegar al colegio ―decía esta chica de cabello rosa y pecho prominente con su uniforme escolar aun puesto para las oscuras horas de la noche, hablaba con miedo porque sabia bien su destino.

Pidelo de la forma correcta, Otome-chan~ ―dijo, el grotesco hombre.

Como la humillaban.

Por favor, papi~ mañana tengo que llegar temprano al colegio ―se degrado la chica, como solo estos hombres lograban hacerlo, con todo el auto odio lo hizo.

Mmmm... no ¡oh mira, Otome-chan! Nuestros amigos nos estaban esperando ―dijo el viejo verde llegando al motel de mala muerte donde un grupo de hombres les esperaban. Un grande y gordo. Dos mas… pasables, dos viejos mas, uno peor que el otro si hablamos en apariencia.

Sakuragi Otome. Otra mujer mas, victima de chantaje y abuso en el mundo. Frente a un motel al que llevaban a esta chica hasta el amanecer, pero eso acababa hoy.

¡Otome-nee! ―grito Kazuki apareciendo frente a estos hombres.

Esa voz, esa maldita voz. Sacudió a la chica de pies a cabeza, y cuando vio que no lo había alucinado abrió los ojos con gran temor y preocupación, distinta reacción que tuvieron estos tipos cuando vieron a este débil chico aparecerse frente a ellos.

¿Quien es este?

Kazuki-kun… ―dijo paralizada, Otome.

¡Venimos a llevarte a casa Otome! ―grito este chico, a pesar de ser un débil e inutil, consiguió armarse de valor.

¿Tu y quien más? ―preguntaron con burla ante su declaración y con razón, el solo era un estudiante y ellos hombres que a pesar de ser mas viejos, eran mas que ese solo estudiante de bachillerato.

No lo vieron venir, pero una granada de humo se deslizo a los pies de este grupo de hombres. Su estallido violento envolvió a todos y les hizo toser, no era un gas tóxico pero si lastimaba la garganta como la nariz. Apenas si se dispersaron cuando la nube de humo desapareció por si misma.

¡¿Que rayos fue eso?!

Una bomba de humo,

El terror del mundo actual se presento ante estos pederastas. Convertido en Arno Dorian, una vez más con su voz prestada y su cuerpo crecido a los veinte años. Se mostró Issei sin mostrar su rostro, pero solo verlo con su capucha, todos lo reconocieron.

¡Eres ese criminal, The phantom!

Y el señor me dijo, que tu sed de sangre nunca se sacie y que nunca te necesite de nuevo ―exclamo con es acento francés.

En sus manos, levanto una ametralladora pesada de origen rusa tenia Issei en sus manos y sin arriesgar a los inocentes, abrió fuego discriminado contra las escorias de la sociedad. Mas de cien rondas de alto calibre se vaciaron resonando en todo el barrio mientras el encapuchado criminal sostenía firme la pesada arma mientras descargaba y volvía carne picada a estos hombres antes de que pudiesen tocar el suelo. No lo hizo con gusto, solo era un trabajo más para Issei uno que consistía en tratar de hacer del mundo un lugar mejor.

Cuando el arma se vació, quedo vació el distrito también y quien iba a quedarse en la calle luego de ver a un criminal buscado con tan poderosa arma que claramente bien sabía usar. No hubo silencio, se escucho a lo lejos. Las sirenas policiales en camino, así que mejor se esfumaba.

Rias recogió a Issei y consigo se lo llevo de regreso a la habitación del cliente una vez se lo vio Rias cumplir su trabajo.

Kazuki-kun… kazuki-kun lo lamento ―lloraba desconsolada la chica en brazo de su verdadero amor.

Otome-nee, por fin todo acabo ―decía entre lagrimas esta escusa de hombre. Que por fin mostraba una expresión mientras cubria con sus brazos a su amada ángel deshonrrada.

Llegaron la demonio y su contratado criminal por el mismo portal, Issei con él arma descansando en su hombro.

El trabajo esta hecho ―dijo Rias muy complacida, no aprobaba los metodos pero si aprobaba los resultados.

Se alejo de su amada Otome por un momento y se inclino ante los demonios que tenia delante.

¡Muchas gracias por sus servicios! ―se postró ante ellos de rodillas al piso como su cara. Otra persona que comenzaba a ver al llamado fantasma como un salvador vengativo mas que un simple criminal.

Sabes como entrarnos, si necesitas algo más solo contactanos, querido cliente. La factura de nuestros servicios te llegara en un rato ―decía Rias, sin problemas con la humillación del chico.

Con gran devoción respondió un si a Rias.

¡Gracias, señora demonio. Pagaré con creces mi deuda!

Sonrió Rias y miro a Issei que seguía con esa arma en sobre su hombro. Un trabajo mas realizado con gran éxito para la facción de Rias y es que el trabajo solicitado, no era lo que ella esperaba.

Buen trabajo, Issei-kun. Toma, seguramente tienes sed ―una bebida que compró Rias de una maquina expendedora.

En un parque a casi media noche yacían descansando en una de las bancas frente a la línea de maquinas, de entre cafés enlatados y bebidas energeticas, eligió Rias una botella de agua. Si no sabes que le gusta beber a alguien, lo mejor que puedes hacer es invitarle un trago de agua para comenzar.

Gracias ―yacía Issei sentado primero salido de la transformación de su alter ego publico, regresando a su vestimenta de assassin moderno, ese traje negro; antes de que Rias se sentará junto a él.

Con una botella plástica cada uno, bebieron; ella lo hizo con elegancia mientras Issei se consumió el agua de la botella hasta aspirar cada gota y contraer la botella, la que aplasto e hizo una pequeña bola, que arrojó desde su lugar al bote de basura.

¿Mucha sed? ―pregunto divertida, una mirada confusa de Issei cuando le escucho.

Si, la verdad no he tomado nada en todo el día ―dijo sin preocupaciones―, así que… Buchou ¿contrataste mis servicios para ayudarte a hacer ayudarte con las solicitudes de servicios de demonios a tu grupo?

Una pregunta que hizo a Rias sentirse incomoda, pues no era la verdad por la que ella busco a The phantom.

¡No, no. claro que no! ―se mostró apenada por la confusión de los hechos―. Solamente quise aprovechar la ocasión por todo el papelerío que tenía acumulado. Pero no es la razón por la que te contrate.

Un poco de silencio entre ambos mientras se miraban en un intento por no reír, sin una causa aparente. Pero Rias, rompió el silencioso hielo que apareció sin invitación.

Liberaste a esa chica de un grupo de violadores.

No es la primera vez que acabo con personas así ―comento Issei―, aunque a decir verdad pensé que te opondrías. Pensé que a los demonios les gusta que los humanos pequen.

Nos gusta corromper a los humanos, pero nos gusta más castigar a los pecadores ―comento Rias―, pero a decir verdad no siempre matamos humanos. De hecho, estamos limitados a no matar humanos. Nos limitamos en hacer realidad sus deseos a cambio de dinero. De hecho, si no fuera por ti tendría que haber pensado en una forma para cumplir con la demanda del cliente.

¿Sabes? No somos tan distintos pero tampoco somos iguales, Buchou ―Issei se acomodo sobre la banca, su espalda se acomodo sobre el respaldo de la silla mientras estiraba los brazos a sus anchas, sin tocar Rias―. Yo mato por dinero, información o favores. Esta arma la conseguí porque le hice unos favores a un mercenario en África y me dio un extra.

La pesada arma la tenia a su lado, en el piso. Como si de un perro que le esperaba a lado se tratara.

Admito que fue útil, pero odio el estruendo que hacen las armas de fuego, son muy escandalosas ―comento, esperando no ofender al chico.

La saque a pesar para dar un mensaje ―dijo Issei, antes el arma a su lado, se esfumara fuera de la vista de Rias―, japón es buen país, pero no es perfecto. Cosas como el chantaje y extorsión a las mujeres es algo común, alguien tiene que encargarse de esos cabrones tarde o temprano.

Sabes, pudimos haber llamado a la policía.

No serviría de nada, además. Matar es lo único que se hacer bien ―Rias llevo su vista Issei. Una vez más tenia la vista perdida al frente―, es lo que mis padres querían que yo fuera.

¿Tus padres?

Se casaron por mero interés mutuo, querían tener a un hijo… ¡fuerte! Que heredará el talento de ambas familias e hiciera algo imposible ―cada palabra que decía, tocaban una fibra sensible en Rias―, pero no salió como ellos querían así que se divorciaron y me dejaron en medio de una guerra de la que no quería ser.

Hablas acerca de tu poder, pero eres alguien increíble Issei, tienes poderes que incluso a seres sobrenaturales tiene impresionado, cuando eres tu alter ego The phatom, claro ―halago Rias, pero rápidamente fue contradecida.

Ese poder no es mio ―dio una simple explicación―, cuando soy la persona que el mundo llama: El fantasma. No es realmente Hyoudu Issei, mi alma esta fusionada con el espíritu de un antepasado mio, Arno Dorian así se llama él. Rias.

Recordo la carmesí, la conversación que tuvo con Sona, donde le hablo acerca del expediente medico de Issei.

¿Arno?

La persona que las noticias y la policía llaman: the phantom, fue alguien que vivió hace miles de años, un antepasado mio que sembró el caos en Europa. Ahora vive dentro de mi su poder y su fuerza me lo presta.

Entonces… no es una segunda personalidad ¿estás poseído por el alma de alguien más? ―pregunto Rias, no esperaba esta revelación.

Si, pero eso vino después de que mis padres se divorciaran luego de llamarme, fracaso de experimento.

Miro la triste expresión en Issei, si bien había visto muchas veces a un sonriente Hyoudou Issei desde su ventana, en la escuela. Tenia la idea de que era un falso Issei y el verdadero rostro del apodado: bestia de Kouh, era un ser triste, el mismo que estaba mirando ahora.

No tuvieron al hijo que tanto querían que fuera y ni siquiera intentaron ser buenos padres, solo se olvidaron de mi ―siguió hablando Issei―, entendí una cosa, las personas no suelen casarse por amor. Solo por interés e influencias, al menos en este país es así.

Si, amor… ―una palabra que le llego a profundo a Rias, tanto que a Issei le preocupo cuando la vio cambiar a un estado mas, depresivo.

Aun no me dices cual es el motivo por el que me contrataste, Buchou ―comento Issei, se inclino hacia el frente sentado sobre la banca para poner su codo sobre su pierna y adyacente, su mano bajo su mentón mirando de reojo a la bella demonio que tenia a su lado―. ¿Cuál es la razón por la que la demonio, Rias Gremory solicita la ayuda del enemigo publico número uno del mundo humano?

Verás… ―intento decirlo pero, ciertamente era un tema que detestaba hablar con quien sea, con sus padres, con su séquito―… no me gusta hablar de ello, realmente.

Sus ojos cayeron sobre Rias y notaron que se sentía mal de solo tocar el tema, por lo que Issei

Tranquila, se cual es la razón por la que me contrataste ―dijo sin vacilar, el castaño.

¡¿En verdad?!

No, claro que no ―bromeo Issei―, no se todo sobre ti, solo lo primordial. No te obligaré a contarme si no quieres ―se puso de pie y se puso de pie, frente a la carmesí―, sea cual sea tu problema. Tenemos un trato Mademoisalle Gremory ―decidió sacar su ascendencia francesa, momento en que extendió su mano para ayudarla a levantarse de la banca―. Estoy a tus servicios hasta terminar nuestro informal contrato.

Vio la luna brillando sobre Issei y la luz de los faroles del parque iluminando su contorno Rias, como si de un salvador oscuro que la socorría, fue quien atendió su clemencia. Se perdió en su mirada, por extraña razón sus ojos avellana de Issei brillaron con una luz verde fosforecente mientras él seguía esperando para que le tomase la mano. Sus mejillas se ruborizaron y su mirada continuo perdida en el por al menos unos segundos, antes de sonreír y tomar la mano de su contratado héroe.

¿Porque de repente me hablas en francés? ―pregunto, tratando de comprender mejor quien era él.

No todos mis antepasados han sido japoneses, muchos fueron franceses o españoles, pero el alma de mi antepasado que vive dentro de mi cuerpo y mi alma ha sido francés, ha pegado mucho de su lengua a mi ―dijo Issei, esperando que ella tomara su mano, hasta que por fin; Rias tomo su mano y se puso de pie con su ayuda―. Si te incomoda, dejo de llamarte así.

¡No, no! De hecho. Me gusta que me llames así ―una sonrisa mucho mas grande salió de Rias, una que incluso a Issei ilumino, a pesar de la noche―. De hecho, preferiría que llames así, en lugar de Buchou, después de todo. Solo será temporal nuestro contrato.

Ver su sonrisa, su maldita sonrisa.

¡Je! Entonces te llamaré así, Buchou.

Buchou no, Mademoiselle. Por favor ―volvió a comportarse con una chica de alta clase, refinada y educada, elocuente como superior a todos.

Mademoiselle Gremory.

Preferiría que me llames, Rias ―petición que hizo con mucho rubor.

Con una risa jactante Issei dio un paso atrás y con una reverencia mas de europa que de japón.

...Mademoiselle Rias.~

¿Debería llamarte de alguna forma en especial, yo también? ―pregunto ella―. No vaya a descuidarme y llamarte por tu identidad secreta luego.

Bueno, podrías llamarme ―rasco su cabeza, antes de pensar en un nombre y cuando lo tuvo, se acerco a ella pegada a su oído y susurro un nombre que nunca espero escuchar Rias, mucho menos venir de Issei―. Welsh Dragon.~

Cuando volvió a quedar frente a Rias, ella lo miraba con mucho asombro y perpleja. Creyó por un momento que Issei abrió todas las paginas de su libro ante ella, pero solo le dejo leer el primer capitulo de quien era él.

¿Sekiryuutei? ¿Bromeas, verdad?

Dejo salir una carcajada ligera Issei.

¿Pensaste que ya te conté todo sobre mi, verdad? ―comento―. Hay que volver, ya estuvimos afuera mucho tiempo. Mademoiselle.

Termino su turno ayudando a Rias y se encontraba en el techo de las casas residenciales de la ciudad mientras descansaba Issei mirando el cielo nocturno, sentado sobre el tejado, recostado con sus brazos que levantaban su espalda. Un momento de paz, en el que Arno hizo escuchar su voz a Issei.

¿Que no dijiste que no te enamorarías de ella? ―cuestiono Arno haciendo eco su voz.

Solo pienso que su sonrisa es linda, mas allá de sus pechos ―respondió en voz alta.

Mira, Ddraig. El chico es madurando.

¡Oye! ―grito ha sus habitantes.

¿Mocoso, como porque razón decidiste mencionarme? ―la voz de Ddraig se escucho del lado izquierdo de Issei, desde su cabeza.

Me pareció divertido.

Si llega a contarle a alguien… o es parte de su plan ―cuestiono el dragón.

¿Tu que crees? ―contestaron al mismo tiempo, Arno e Issei.

Un suspiro del welsh dragon y Ddraig suspiro pesado, ignorando lo que sea que traían entre manos estos dos.

Haa… la guerra del santo grial ―comento el celestial dragón rojo―. Si lo tuviera en mis manos. ¿Que le pediría?

Si tuvieras ese legendario objeto que puede hacer realidad tus deseos ¿que deseo le pedirías? Y no vengas con falacias o actos de buena persona. El mismo grial sabe cual es tu profundo deseo. Así que, solo dilo.

Llego un nuevo día e Issei tenia que cumplir su rol como estudiante y no podía quejarse. El camino lucia despejado y tranquilo, pero con una actitud somnolienta pues se quedaba despierto a pesar de no hacer nada durante el resto de la noche. Solo dormía una hora antes de dirigirse a la academia.

Que cansancio ―dijo Issei con un gran bostezo.

¿Seguro que no quieres que tome el control para que duermas? ―pregunto Arno, mirando el andar de Issei.

¡Oigan idiotas, cuidado al frente!

La advertencia de Ddraig vino tarde, caminaron hasta la intersección de las calles y no se fijaron que una monja de baja estatura venia corriendo en diagonal por su mismo camino de Issei, dice la ley de Maylo Morphi. Lo que va a salir mal, va a salir mal. Si iban a chocar, iban a chocar.

¡Kya! ―grito la chica que para colmo, venia corriendo y con una maleta, cuyo contenido salió volando.

¿Pero quien…? ―miro Issei, tras caer al suelo; el trasero de una chica que cayó de frente y contra el suelo, se dejaba ver la ropa interior blanca de ella. Si bien era una vista fabulosa, solo se aprovecho de la vista por un segundo―. Disculpa estas bien.

Mi cabeza ―la vio darse la vuelta y ver su rubio cabello como su inocente apariencia. Se sentó sobre el suelo, para ver que el joven con el que choco, le extendía la mano.

Lo lamento, no me fue mi intensión ―la tomo de la mano, pero antes de ayudarla a levantarse, vaya sorpresa que Issei tuvo―. Esto es…

¡No, yo lo siento, no vi por donde iba! ―dijo la chica con gran arrepentimiento por el accidente―. ¿Pasa algo?

―…Tienes un sello comando en tu mano.

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