Business and pleasure (Naruto x Harem)

Esta obra la estaré actualizando una vez al mes, para darme tiempo de seguir avanzando la historia y tenerles una actualización constante. Espero y les agrade.

Weekend

 

Introducción.

"Se dice que la lujuria hace envejecer al hombre, pero mantiene joven a la mujer."

Raymond Chandler

Desde que el mundo conoce el anime, muchos conocieron los extraños conceptos sub-litérarios que abundan en el arte mediático japones. uno de ellos es el Netorare o NTR. Y por mas que se diga que es odiado, como un parasito que buscamos sacar de nuestro organismo. más nos interesa saber mas de estas historias, resultando en un primado negativo. Creer que solo en la ficción ocurren cosas tan nefastas como estas y pensar que nunca podrían pasar.

Weekend 

(La pasión de Hinata)

Esta es la historia de una esposa que escondiendo lo insatisfecha que estaba con su esposo, vivía una aventura sexual con un hombre a escondidas de su familia. Sin sentir culpa por lo que le hacia a su matrimonio, a su esposo o sus hijos. Mas que ser solamente una aventura, era todo un vició para Hyuuga Hinata encontrarse con su amante y disfrutar de lo sucio 

Viernes.

Una esposa y ama de casa, madre de dos y mujer de uno de los hombres más influyentes de todo el país como dueño de una empresa trans nacional. Hinata vive una vida que muchos solo pueden soñar, pero no todo es color rosa en su vida, pues ha decidió pintar un nuevo color su cotidiana vida pues el mismo tono la ha fastidiado una y otra vez.

Llegando el momento de cada mes para pintar el lienzo sin que su esposo o sus hijos se dieran cuenta.

—Iras fuera de la ciudad, Naruto-kun —pregunto acompañando a su esposo hasta la puerta junto a sus hijos que también iban de salida—. Por favor, ten cuidado.

—Lo tendré cariño, además solo es la típica junta que tengo con los accionistas cada mes Hinata —decía el rubio dejando su casa y retirándose con confianza de su hogar, dando un beso en los labios a su esposa—, te veré el lunes sin falta.

—Esta bien —Hinata también confiaba en la ida y vuelta de su esposo, jamás pasaría por su cabeza que él la engañara o que le ocultará algo—. Ustedes dos, más vale que se porten bien con sus abuelos.

Sus hijos iban una vez por el fin de semana para estar con los abuelos, lo que significaba que ella quedaba sola en casa.

—Lo haremos mamá —exclamó sonriente su hija menor, Himawari.

—Mamá siempre dices lo mismo —dijo molesto, Boruto. El hijo mayor.

—Y siempre se te olvida —pellizco la mejilla de su hijo irresponsable.

—Vamos, los dejaré en la escuela antes de irme —dijo para irse con ellos, no sin antes darle un beso a su esposa—, adiós querida.

—Cuídense —se despidió su mujer con esa sonrisa que la enamoró.

Naruto llevo a sus hijos al vehículo y bajo la despedida de Hinata desde la puerta, para alejarse e ir a sus destinos.

—Papá —hablo Himawari —¿Que crees que haga mamá cuando se queda sola en casa?

—Seguramente lo de siempre, limpiar la casa ¿que más podría hacer mamá? Ella es… aburrida —dijo Boruto pareciendo lo de su hermana una pregunta tonta.

Pero a pesar de ser una pregunta válida y nadie sabía que contestar, la verdad que suponía Boruto era muy distinta a la realidad que ocultaba su madre, cuando su esposo e hijos se iban de casa en esos fines de semana de cada mes, Hinata se reunía con quien podía ser ella en realidad, no esa esposa modelo, sumisa y respetada.

Al cabo de casi una hora de que dejaron a Hinata sola en casa, ella esperaba ansiosa una llamada que le llegaba siempre en estás fechas. Cuando llegó el momento de que el número deseado entro a su celular para recibir la llamada en las manos y sin hacerlo esperar contesto al remitente.

—¿Hola? —pregunto alegre la mujer como si fueran alegres noticias.

—Hola Hinata~ Supongo que tu esposo y tus hijos ya se fueron —dijo el hombre con toda seguridad desde el otro lado de la línea.

—Si, así es —se mostraba ansiosa y caliente detrás de su celular—. Llegó a las seis, deja me pongo linda para ti.~

Terminaron de hablar y Hinata se levantó del sillón para directamente ir a bañarse de ahí a su habitación, de su armario saco un vestido negro que en pocas ocasiones ocupaba, un vestido de cuerpo completo, con tirantes delgados y cuerpo embotellado. Se arreglo el cabello y se rocío un perfume que el hombre que le llamo antes, le regaló; parecía que se dirigía a una cita.

La hora se acercaba así que se daba los toques finales a su apariencia, acomodándose el pelo, colocándose labial y arreglando sus pestañas naturales, acomodando el escote de su vestido que no dejaba a la imaginación, solo lo hizo verse mas firme. No sin olvidar su monedero de mano elegante.

—¡Bien, estoy hermosa! —modelo Hinata mirando su atractiva belleza en el espejo llevando sus manos a su cintura de curvas casi perfectas.

Cuando salió de su casa, un auto negro la esperaba estacionado en la puerta de su casa. Un empleado que trabajaba para su amante vino a recogerla como era costumbre para llevarla a la casa tan elegante de este otro hombre con el que se reunía, donde la dejo hasta la puerta. Tocó el timbre y sin tanta espera, su amante le recibió.

—¡Hinata! —un hombre de tes morena, bronceado mejor dicho. Alto y de notable musculatura masiva. Vestido formalmente para la ojiperla.

—Buenas noches, Raikage-san. Que elegante se ve hoy —saludo Hinata con una pequeña reverencia, dejando ver su enorme escote cuando se inclino. Sabiendo bien que a él le gustaba verle los descomunales senos con las que estaba bendecida.

—Tu también te ves hermosa, querida —dijo el hombre que resulta es veinte años mas maduro que ella y sin embargo se notaba joven para su edad, mas alto y fuerte que su esposo. Incluso Hinata afirmaba, la tenia mucho más grande que Naruto—. Pasa Hinata, estaba muy ansioso por verte de nuevo.

Una casa grande y elegante, muebles como decoraciones que le daban un aire muy aristócrata al Raikage. Pertenencias materiales que a Hinata le causaban buena impresión. Era como entrar en las habitaciones de una mansión europea perteneciente a un rey de gustos clásicos.

—Te sirvo más —rellenaba la copa de la mujer ahora que estaban en la sala de invitados de su enorme casa.

—Muchas gracias —dijo con la mano en alto, su copa era llenada de nuevo—, es el vino mas delicioso que he tomado, también debo decir que fue una cena fantástica.

—Solo lo mejor para la mujer mas hermosa que conozco —dijo el Raikage—, hagamos un brindis.

—¿Porque? —pregunto con ánimos por el vino en su sangre, alegre.

—Por el tonto de tu marido, porque el el tonto lleva tres años sin saber de lo nuestro —levanto su copa, al igual que su invitada quien sonrió gustosa. Levanto su copa también y brindaron, chocando suavemente sus copas—. Eres mía durante el fin de semana, querida.~

Solo dio un pequeño sorbo y se quedó viendo las perlas que tenia por ojos, Hinata; acabando su copa, apreciando como una gota de la bebida se derramó de sus labios y paso por su cuello bajando hacia sus senos dónde se perdió en su escote, ese gran escote que de solo ver la carne que ella poseía era suficiente para que el Raikage se pusiera duro.

Traviesa, infiel, adultera, seductora. Una vez que conocías a la verdadera Hinata y su verdadera forma. No podías llamarla de con otros nombres, sin embargo el raikage prefería llamarla simplemente por su nombre: Hinata.

—¿Tengo algo raro, Raikage-san? —noto que el hombre se quedaba fijo mirando sus atributos, lo cual le hacia prenderse a ella. Con un veloz movimiento, el hombre se abalanzó sobre Hinata y hundió su cara en sus pechos para comenzar a saborearlos—. ¡Raikage-san. Haa!~ —gimió de gusto al sentir la voraz lengua de su amante saboreando sus senos mientras sus manos se las apretaban alrededor de la cara del hombre.

—Eres tan hermosa Hinata —le decía explorando la calidez de los pechos de la mujer con su rostro y sus manos. Embarrando su rostro sobre las almohadas divinas de la oji perla.

—Eres un impaciente, Raikage-san~ —exclamo Hinata sin tratar de detener al hombre cuando manoseaba su cuerpo, pronto sus labios comenzaron a besarla en su escote, subiendo de ellas hasta cuello, donde el placer y deseo que la esposa de Naruto ya sentía, pronto empezaron a hacerla hervir de mas deseo, pero entonces—. Espera un momento, Raikage-san. Tengo algo preparado para ti.

Confundiendo al moreno, se lo quito de encima; lo dejo solo preguntándose por cual sería la sorpresa que le tenía Hinata. Subió al baño tomando la pequeña bolsa que se trajo. Adentró, reveló que allí traía un juego de baño atrevido que se compro. Se despejó de su vestido negro moviendo los tirantes y dejando que cayera al piso. También se quito la poca lencería para ponerse en su lugar este juego de baño muy revelador.

Arreglada, volvió con su amante, haciendo sonar los tacones altos que traía, ese singular sonido que hacia al caminar anuncio su regreso con el Raikage. Bebiendo de su copa, una estimulante sorpresa se llevo el moreno cuando la vio entrar, quedando ella en la entrada de la sala con una pose sensual para deleitar los ojos de su amante.

—Pero que preciosa —se mostró estimulado cuando la vio.

—Que te parece, me veo erótica~ —dijo Hinata con las manos detrás de su cuello, resaltando su cuerpo.

—Soy el hombre más afortunado por tener a una mujer tan así de bella para mi —se paro delante de ella, solo para ocultar la excitación de su pequeño gran amigo—. Bueno, lo soy después de tu marido.

—Ese es un buen chiste —carcajeó Hinata, una sincera carcajada—, Naruto no tiene tiempo para mi, piensa que no se acerca de su pequeña aventura con esa mocosa que tiene por asistente personal. Si él moja con otra esta bien, yo haré que el Raikage se moje por mi.~

Fue empujando al Raikage de vuelta hacia el sofá, paso a paso. Cuando le hizo poner su trasero de nuevo en el mueble, Hinata se pondría de rodillas ante él, abriendo su pantalón con sus dientes, revelando ante su cara el azote de carne enorme que tenía su moreno amante. Sonriendo con lujuria teniendo frente a su cara el grueso pedazo de aparato que tenia el Raikage, comenzó a lamer lo largo del miembro de su cliente subiendo hasta la punta, subiendo lentamente su lengua, donde su boca lo devoró como un dulce antes de hacerle la felación completa como se debía hacer.

—Aaahhh~ —le recorrió el orgasmo tan solo sentir la lengua de Hinata acariciando su miembro, pero cuando su boca trago su polla fue como alcanzar el Nirvana—. ¡Oh si! Eres fantástica querida... mueves tu lengua como toda una puta.

—Tal vez debería comenzar a cobrarte por cada momento que exprima tu salada leche, Raikage-san —miro a los ojos cuando dijo esto, meneando su trasero mientras seguía chupando su polla, pero poco paso para que Hinata desenvolviera sus pechos por encima de su atrevido bikini y poner entre ellas la polla de su amante—. Vamos~ que espera para soltarlo, suelta todo.

—Ya casi querida —decía excitado su cliente, reflejando su cara cuanto estaba disfrutando de tener su miembro en medio de tales almohadas de carne placenteras—, tus pechos son los mejores que mi polla ha conocido… grandes, suaves y cálidos.

El masaje que le brindaba al Raikage, se fue intensificando. Hinata podía sentir el aparato color chocolate de su amante, se hacia mas palpitante entre sus senos.

—Ya viene, puedo sentirlo… la sabrosa leche del Raikage —Hinata apretaba con mas fuerza el pene entre sus pechos, sintiendo como palpitaba cada vez mas insistente, mas hambrienta por tenerla en su boca—. ¡Aquí esta!~

Grito de forma tan pervertida de entusiasmo Hinata, ante el disparo volcánico de caliente semen que su amante eyaculaba, gustosa recibió la descarga ardiente del Raikage que impregno sus pechos, su rostro y su boca abierta donde su lengua estaba fuera, su hambre era tanto que lo saboreaba desde antes.

—¡Oh, que bien se siente! —grito eufórico el Raikage al liberarse en grande.

—¡Hhhaaa! —soltó un gemido lascivo, Hinata. Disfruto la sensación de tener su cuerpo impregnando su cuerpo, su cara y sus pechos sobre todo, antes de mirar a su amante con su rostro cubierto por su semen, limpiando con su lengua todo sus labios embarrados con la leche de él—. Que deliciosa esta.~

—Eres toda una zorra, Hinata —exclamo gustoso el moreno, mostrando un rostro complicado cuando la lengua de Hinata volvía a acariciar su hombría con solo la punta de su lengua, comiendo el semen que quedo en su polla.

—Tal vez —se levanto y se acerco al rostro del Raikage, no sin antes limpiar su cuerpo de todo el semen que mancho su cuerpo. Restregó sus pechos contra el torso del moreno cual lavadero era, tomo su pene con su mano y la coloco debajo de su vagina frotando la punta de la polla sobre su clítoris. La emoción podía verse en ambos con lo que vendría—. Soy una mujer sucia que le gusta sentir este enorme pedazo de carne despedazando mi vagina.

—Eso es lo que encanta de ti —puso sus manos en la cintura de la ojiperla—, eres toda una sucia mujer.

Con sus manos, dirigió el trasero de Hinata hacia abajo, donde la punta gruesa de su polla beso los labios de la vagina de la Hyuuga, ella se humedeció cuando sintió la punta debajo; su coño se empezó a abrir y el pene de su amante comenzó a deslizarse dentro. Lo que le fascinaba al Raikage mas allá del cuerpo de Hinata era que no importa cuantas veces se la metiera una tras otra ocasión, siempre su coño le apretaba como si fuera la primera ocasión en la que follaba con ella, después de todo su esposo Naruto, no tenia un pedazo de carne de similar grosor.

—¡Si! —grito gozosa cuando la punta de la polla llego hasta lo más profundo, llevando sus manos hacia sus glúteos en pleno orgasmo sentido solo por eso—. Adoro la sensación de un pene tocando mi útero... pero se siente mejor cuando tu pene se corre y me llena hasta el fondo.

Comenzó a mover su cuerpo, sus piernas fueron las que empezaron a mover su cintura de arriba a abajo, sintiendo con mucho gozo como se deslizaba la polla de su amante en su interior. Primero fueron movimientos lentos y suaves, pero en cuanto su vagina lubrico lo suficiente la cosa del Raikage, los movimientos de su vagina se hicieron más ágiles para Hinata.

—¿Que se siente tener un pene mas grande que el tu marido? —le pregunto el moreno colocando sus manos en las nalgas de Hinata, apretándolas y dando golpes con la palma de su mano que la encendían mas, pues a pesar de hacerlo correr, ella seguía moviendo su cuerpo para obtener mas de él.

—Te encanta que humille a Naruto, Raikage-san~ —había cambiado de posición, ahora su espalda daba cara al rostro del moreno, teniendo su manos detrás de su cabeza mientras hacia que sus caderas dieran vueltas con el pene de él dentro de su coño—. El pene de mi esposo no se compara con tu gigantesca polla. Me llena por completo y me hace sentir mejor.

—Tu esposo es un estúpido, teniendo tan ardiente mujer por esposa y decide ignorarla… que imbécil —dijo y llevo sus manos de la cintura de la Hyuga a sus pechos, los cuales eran pelotas o globos de agua cuando las frotaba una contra la otra y las estrujaba, sus manos se hundían en su carne—. ¡Eres toda mía, Hinata!

El Raikage comenzó a mover su pelvis violentamente contra Hinata haciendo sonar la carne de ambos, al chocar; la profundidad con la que su pene se abría paso en su coño hizo que se corriera la ojiperla, manchando el suelo de la sala. Pero ella no dejaba de mover su trasero.

—¡Si, soy toda tuya Raikage-san. Soy toda tuya para disfrutar de tu grandiosa polla! —un sonido tan sucio broto de su boca a medida que el hombre seguía embistiéndola como animal hasta liberar su esperma dentro de ella—. ¡Se siente tan bien!~

Tal vez digas que con eso, ya habría sido suficiente, pero: No. Ellos son uno para el otro, obtenían de lo que querían, satisfacción sexual total, ocultándolo de su esposo, Hinata ha tenido que vivir con gran frustración siendo ella en el interior una mujer de piernas que parece nunca se van a cansar, sin embargo Naruto le ha demostrado que no esta al nivel de satisfacción que ella necesita.

Conoció al Raikage y tras ver que el hombre se sentía atraído por ella, se dejo engatusar por él una vez que supo que era la persona que la haría sentirse mujer realmente. Justificando sus encuentros eróticos con el engaño de Naruto con su joven asistente como un intercambio equivalente en su matrimonio. En otras palabras, conoció el sexo adultero y le fascino a Hinata.

—¡Eres la mejor Hinata! —gritaba el Raikage cuando la había llevado a su cama, donde ella aun teniendo ese bikini lascivo puesto, solo que con sus tetas por encima del sostén—. Eres la única mujer que hace llegar hasta el final.

—Tu también haces que llegue hasta el final del sexo, Raikage-san~ —dijo la oji perla con una expresión que reafirmaba y sobre afirmaba su máxima excitación del sexo infiel. Era embestida estando en la posición de perra sobre la cama, como la perra que es. Gozando del azote de la polla de su amante contra su firme y carnoso trasero. En su rostro se notaba claramente cuando lo disfrutaba, cuan zorra era.

—¡Allá va querida, mi ultima descarga de esta noche! —puso su ultimo esfuerzo para darlo todo de él e insertar lo mas profundo y apretado que pudiera quedar su hombría en la vagina de Hinata.

—¡¡Si!! —grito sucio envuelto en atrevidos gemidos de la ojiperla sintiendo la nueva descarga de semen que hacía rebosar, su interior—. ¡El semen del Raikage es tan grandioso, mi cabeza esta flotando de tanto mojarme por tu fantástica polla.~

Perdido la cuenta de las veces que el hombre liberaba su semen en su interior como perdía la fuerza por mantenerse de rodillas y manos sobre la cama, no le importaba realmente llevar la cuenta, era igual que él. Le encantaba llegar al éxtasis, cosa que Naruto nunca le hizo llegar. Incluso eso le sorprende, de que terminara ella siendo madre dos hijos tenidos con él.

Completamente agotados, como sintiendo una efímera como agradable total satisfecho, cayeron sobre la cama, con el moreno de grandes musculo sobre la Hyuuga, respirando profundamente con sus cuerpos sudados y cubiertos por los olores sucios de ambos encima.

—Eres la mejor mujer con la que he cogido —dijo el hombre besando a la Hyuuga como si fuera suya.

—Y tu tienes el mejor hombre con el que folló —respondió la oji perla, dando la vuelta y quedando sobre el Raikage—, te voy a exprimir hasta la ultima gota de semen que tengas en esas bolas negras.

—Eres mía durante todo el fin de semana, querida Hinata —sonrió el Raikage, sintiendo sus testículos ser acariciados por las manos de ella.

Sábado.

Mientras Naruto Uzumaki pasaba los fines de semana fuera de su casa debido a intensas reuniones con sus accionistas y personal mas importante de su compañía que no tenían final. Creyendo que su esposa se la pasa igual de aburrido que él en esos tres días, la realidad era otra.

Despertaba Naruto en la cama de un hotel sabiendo que pasaría todo el día en medio de juntas aburridas. Esperando que por lo menos su esposa en casa pudiera seguir durmiendo por mas horas en la casa sin los niños, imaginando que de estar con ella sin sus hijos durante el fin de semana, podrían jugar de forma cariñosa como pareja recién casada. Pero su esposa ya estaba en casa de otro hombre jugando de tal manera desde que el sol salió el sol. Debajo de la sabana del Raikage, Hinata le practicaba placer oral desde tan temprana hora mientras él seguía durmiendo, hasta pasar poco tiempo y disfrutar de tan agradable sensación.

—¿Eh? —exclamo el Raikage abriendo los ojos, tras sentir la cálida y agradable lengua de Hinata acariciando su aparato dentro de su boca, lo que sabía pues conocía como movía su boca. Levanto su torso sobre la cama, viendo la extraña forma debajo de la sábana moviéndose de forma lasciva ciertamente. Entendió que era la , movió la tela y reveló a la dama de compañía que contrato devorando su polla con gran pasión y adicción—. Vaya, pero que buena forma de despertar.

—Buenos días, amaneciste duro hoy, querido~ —Hinata mordía con suavidad la punta del pene de su amante, trayendo ella puesto todavía su sensual bikini. Volviendo a poner en su boca la hombría del moreno, succionando su pene como si fuera una galleta rellena.

—Despertar recibiendo una mamada de una belleza como tu, es lo mejor —dijo emocionado, fresco como caballo listo para ser llevado a trabajar.

—Sabes que no gusta desperdiciar ni un solo minuto cuando nos reunimos. Tener que aguantar el resto de la semana para saciarme con tu polla hace que saque todo mi lado pervertido —dijo sin alejar la polla de su cliente de su boca.

La polla del moreno rascaba acariciando todos los rincones de la boca de Hinata, ella sacaba y devoraba su miembro con cada movimiento con locura de pasión. Era una ninfomana.

—Abre grande Hinata ¡Aquí va mi leche matinal! —grito en el auge de la emoción puso sus manos detrás de la cabeza de la mujer y la forzó a tragarse toda su polla por haberle hecho llegar al clímax—. ¡Si! —su cuerpo cesaba del calor, le llamo la atención al ver que la mujer estaba tragando poco a poco su semen que le soltó luego de verla escupir su pene limpió como reluciente

—Dicen los doctores que lo mas sano es despertar y tomar un vaso de agua, pero yo prefiero despertar todos los días con un vaso lleno de tu salado semen para beber, Raikage-san —exclamo Hinata luego de tragar cada gota de lo que el hombre expulso en su boca—. Es una pena que tenga que esperar a que llegue el fin de semana para poder beberla por las mañanas.

—Y dices que no quieres dejar al tarado de tu esposo, ven aquí —la tomo y sin que ella se resistiera, la metió en la cama para tener un polvo mañanero con ella. Tan solo eran las siete de la mañana y ya estaba mojando mas el Raikage que cualquier otro hombre que este leyendo esto.

Una hora mas tarde del sexo matinal y estaban teniendo un desayuno un muy agradable desayuno. Disfrutando en grande el Raikage mirando a Hinata estar solamente con un delantal blanco a un lado de él sentado en la mesa, mirando el gordo busto de la ojiperla cuando se inclino hacia su persona.

—¿Te gusta el desayuno? —decía risueña notando claramente como la mirada del Raikage se quedaba hipnotizada en sus pechos, siendo él incapaz de mover la taza que su mano tomo para beber y seguir mirando sus senos gordos al mismo tiempo—. Que tal si la hago, más sabrosa para ti.~

Dio un paso atrás, para sacar su teta derecha ante la vista excitada de su amante. Tomar la taza de café que le preparo y acercarla bajo su pezón. Apretando sus glándulas mamarias, exponiendo el hecho de que Hinata aun podía generar leche de ellas, leche que no dejaba desperdiciar. Cuando se tomo la taza con la nueva leche servida. El Raikage quedo más que encantado con el sabor que tuvo.

—¡Mmm! —hizo sonar su garganta de lo deliciosa que sintió el café con el lácteo sabor de Hinata—. Me gustaría probar un poco mas de esa rica leche.

Y como si ella fuera su propia esposa, pondría su mano en el trasero desnudo de Hinata, haciendo que de nuevo se acercara a él, la puso tan cerca que la hizo besarlo con mucho gusto de parte de ella.

—Quieres exprimir la leche de las ubres de esta sucia vaca~ —dijo en modo traviesa, Hinata se acerco de su moreno amante para mostrarle su otra teta sobre el blanco delantal, estampando sus senos en la cara del hombre que se le veía divertirse—. Mamá quiere que un hombre malo chupe su leche.~

—Pero que delicia~ —como niño pequeño, este viejo tomo ambos los pezones de la Hyuuga con ayuda de sus manos, succionando de ellos cuál bebe fuese. Restregando los gordos atributos de la ojiperla sobre su rostro—. Podría estar así todo el día.~

—No sea tan agresivo~ no me voy a ir otro lado —decía excitándose por ser amamantada.

—Sabe mejor que la leche de los cartones que se compran en el supermercado —que fascinación tenía él por su leche—, como me gustaría ordeñar estos pechos todos los días.

Ambos querían tener al otro bajo el mismo techo, sin embargo ninguno iba a dar el paso, después de todo. Su relación corporal esta asentado en engañar al esposo de Hinata y burlarse de él en el proceso.

—Raikage-san, si sigue chupando mis pechos de esa forma~ —su cuerpo no podía resistir por mas tiempo, la placera sensación.

—¡Es hora de montarte, vaca lechera!

La puso sobre su mesa, sin quitarse el delantal Hinata se puso en cuatro solo para empezar a mover su culo mojado de forma provocativa, desvergonzada y excitante para su amante. Que mas clara debía ser para que uno comprendiera que Hinata le gustaba ser su pedazo de carne propio del Raikage.

—Vamos, que esperas~ —no paraba de mover provocativa mente su culo—. Esta sucia vaca quiere que lo monte un toro de verdad... ¡Aaaaahhhh!~

Fue empalada hasta su limite dado su húmedo coño le hizo fácil al Raikage clavar su gruesa polla hasta el fondo de un solo movimiento, azotando su pelvis con golpes duros y punzantes empujes de su aparato, hacían cimbrar el interior de Hinata, un dolor que la mojaba.

—Estás tan mojada que resulto muy fácil llegar hasta lo más profundo de tu sucia vagina. Hinata —solo necesitaba mover su pelvis, el Raikage, sin sostenerse nada más que de sus rodillas en la mesa, sin preocuparle que la misma mesa se quebrara con ellos encima.

—¡Si! ¡si, eso es! Destroza mi sucia vagina, Raikage-san.~

—Apenas son las diez de la mañana y ya es la segunda vez que estamos teniendo sexo hoy —dijo, haciendo eco en el comedor de su enorme casa. El choque de su pelvis contra el carnoso trasero de Hinata—. Admite que eres un perra ninfomana.

Su rostro reflejaba la demencial pasional del coito tenido, era una firme respuesta a la pregunta que le hizo el Raikage. Lastima que no podía verlo en ese momento, no había espejo alguno como en su habitación, al menos hasta que cambiaran de posición.

—Es cierto, soy una perra… soy una mala esposa que disfruta de follar con la gruesa polla negra del Raikage —ahora yacía montando sobre el moreno teniendo ella total control, en la misma mesa sus brazos levantados sobre su cabeza mientras el hombre apretaba sus grandes senos expuestos sobre el delantal que no se quitaba. Manoseaba indebidamente los pechos de Hinata a medida que se acercaba al clímax del momento—. Eres él único hombre que sabe complacerme toda.

—Tu eres la única mujer que sabe seguirme el ritmo hasta el final, Hinata.

Ambos podían sentir que estaban por alcanzar el clímax del encuentro. Así que para llegar al gran momento, cambiaron de posiciones de nuevo. Con la espalda de Hinata sobre la mesa otra vez, como la traviesa esposa que es, llevando el Raikage sus manos a las colgantes tetas de la oji perla. Las que apretaba y en sus manos como una contra la otra mientras subía el ritmo del encuentro.

—Puedo sentirlo Raikage-san, puedo sentir como tu pene esta por explotar en mi interior —su coño apretó su polla en movimiento, estimulándolo para que le tirara su semen dentro.

—¿Lo quieres Hinata? ¡quiero oírte pedirlo!

La vio levantar las manos, haciendo con sus dedos el símbolo de la paz y el amor mientras él continuaba empujando su hombría hasta el limite de su vagina.

—¡Kya! ¡Dámelo todo… dame todo tu semen, Raikage-san… Si! —siguió el juego a pesar de ser consumida por los orgasmos mañaneros.

Subiendo el nivel de su perversión el viejo Toshio comenzó a dar de manotazos contra los pechos de la Hyuuga. Cada golpe que le daba, roja quedaba la piel de sus atributos mas sonidos pervertidos saliendo de su boca con cada golpe que recibía, hacia que su coño apretara mas cada vez, al mismo tiempo que no podía evitar sentirse a correr.

—¡Mira!... ¡tu y tú cuerpo indecente corrompiendo a los hombres buenos que te ven! ¡estas enormes tetas seductoras que hacen a este viejo, se le ponga dura con solo verlas! ¡ese gordo y sensual trasero tuyo! —gozaba de estos golpes Hinata, además de infiel y ninfómana, también era gradualmente una masoquista—. Apuesto que disfrutarías si te pones a cobrar favores por ofrecer tu trasero en alguna esquina… tendrías a tantos hombres haciendo fila por ti y volviendo al final, por mas.

—Esa suena como una grandiosa idea.~ —le gusto, lo imagino.

—Claro que no —la tomo de su mentón—, solo yo puedo follarte, solo yo y tal el polla chica de tu esposo.

Hundió de nuevo su cara entre sus pechos, levantándola de la mesa dando sus ultimas y fuertes embestidas a Hinata que la desquiciaban.

—Solo si me lo das todo en este momento.~

—Prepárate Hinata-san, aquí va mi leche... tu segundo desayuno de mi leche especial para tu coño —sujetaba fuerte a la mujer contra él tomándola de su cintura.

—¡Si! ¡mi vagina tiene hambre de semen Toshiro-san!

—¡Me vengo!

Solo se escuchaba la sucia voz de la Hyuuga en la cocina, así como la pelvis martillando hasta la locura, el coño de Hinata hasta cumplir su demanda. Era rellenarla de leche caliente en su interior.

Se corrieron con gran sincronía. Un desbordamiento de fluidos vaginales y de seminales manchaba el piso junto a la mesa, el útero de la ojiperla se saturo muy rápido, después de todo era inmensa la cantidad de la leche que tiraba este viejo en su coño cada vez.

—Mire cuanto semen hay en mi vagina. Hiciste un desastre~ —decía Hinata exprimiendo de su vagina, el exceso de semen que salía lento de su coño. Cerrando el desayuno lascivo, sentaron sus labios uno sobre el otro, uno donde sus lenguas apasionadas danzaron con mucho romance.

—Dime, querida. ¿Que quieres hacer hoy?

—Me encantaría ver una película en este momento —propuso.

Cada pareja de amantes, tiene gustos particulares cuando se trata de ir al cine, algunos prefieren ver películas románticas, otros de acción, suspenso, miedo o animación. Al contrario de todo lo anterior, ellos preferían mejor escapar a la función de un cine porno.

En una sala donde muy escasamente habían personas de incógnito admirando una película de recién filmación de las grandes casas de la industria del entretenimiento para adultos. Hinata yacía caliente mirando como la actriz dentro de la película fornicaba brutalmente con un hombre de test mas oscura que su querido Raikage, con un dote igual al de él. Aterradoramente esto les parecía excitante a los dos. No solo caliente se sentían por ver el sexo, también porque su vagina era manoseada por su amante a medida que a él lo estaba masturbado mientras veían la película. Guardando silencio, solamente cruzando miradas en plena travesura cometida.

Era curioso, pero a pesar de ser la única mujer presente vistiendo su elegante como atrevido vestido negro cuyo escote revelaba a todos los que pasaran a su lado, la mirada de todos los sujetos estaban centrados en la actriz porno en la pantalla, momento ideal para el juego que traían estos dos.

—Raikage-san~ —susurro Hinata, para cuando el hombre volteo, ella se bajo de su asiento y silenciosamente, lo que mas gustaba hacer a la polla de su cliente, comenzó a chupar y succionar silenciosa como discreta, aunque bien podría escucharla, si era mas ruidosa la mujer en la pantalla que cualquier otro en la sala.

—Oh si, que fantástica película —parecía reírse el hombre, pero realmente estaba disfrutando de tener a la peli corta chupando su polla, de nuevo; apenas si era un poco mas de medio día.

A diferencia de la casa del hombre, aquí tenían menos tiempo del que querían. Si ella desea el fluido blanco que expulsaba su cliente, tendría que ser mas talentosa. Dejo de chuparle el pene y se subió sobre su miembro, sin quitarse la blusa, busco como acomodarse para follar al viejo sin llegar a llamar la atención.

—Se siente bien, querido~ —pregunto moviendo cortamente sus caderas para mayor disimulación.

—Baja un poco la voz o nos descubrirán —susurro mientras disfrutaba del siempre húmedo coño de la ojiperla. El riesgo de ser descubiertos era lo excitante para ambos.

—Un poco mas... —Hinata jugaba con su clítoris para mayor incentivo—… Ya casi puedo sentirlo~ —un gemido ahogado broto de ella mordiendo su labio inferior cuando le llenaron, siendo opacado por el grito sucio de la actriz cuando seguían cogiéndola a esta en su película. Nadie se daba cuenta que estos dos estaban teniendo sexo allí también.

Tan solo era la una de la tarde y ya habían fornicado tres veces en distintos lugares y en distintas situaciones. Después de todo tenían todo el día para estar follando como animales las veces que quisieran, donde quisieran.

Decidieron ir a almorzar a uno de los restaurantes finos de la ciudad. Aunque le gustaba decía que el semen del Raikage era su alimento, tenia que alimentarse con comida de verdad. Cuento esto porque entraron al baño de ese restaurante e hicieron de las suyas, antes luego de descansar una hora del almuerzo, sobornando al empleado de la limpieza para que les encubriera y no dejará entrar a nadie.

Regresaron a casa del Raikage, después de tener aventuras del día en baños o detrás de callejones públicos, necesitaban de una buena ducha. El moreno estaba sentado en un pequeño banco de su baño, mientras su espalda era limpiada con cuidado por Hinata.

—Como esta Raikage-san —decía Hinata pasando la esponja por la espalda de su cliente.

—Nada mal Hinata~ pero se sentiría mejor si... ¡Oh, si! —sobre su espalda, los grandes atributos de Hyuuga se restregaban de arriba a abajo, gran suavidad que eran mas el calor que te contagiaban son de lo mejor.

—¿Que pasa, Raikage-san. Se te esta volviendo a poner dura solo por esto?~ —decía cuando usaba sus pechos con jabón para lavar la masculina espalda de su amante, Hinata asomo su cara por encima del hombro del moreno logrando ver sin vergüenza alguna la pronta erección del hombre.

—Sabes como hacer que se le ponga dura a un hombre, Hinata —decía cuando sus brazos eran lavados de manera tan inusual por Hinata; su brazo era lavado por la vagina y las piernas carnosas de la ojiperla, siendo apretado por estas ultimas. Todo mientras Hinata hacia un baile erótico para él.

—Supongo que ya es momento de que su polla limpie mi sucio coño —una vez mas estaba en cuatro ahora en el piso de la ducha, lista para ser empalada para ser empalada por su amante una vez más.

—Pero claro que si, voy a hacer una limpieza profunda con mi champú —una sonrisa engreída vino a poner el Raikage ante tal maravillosa vista, acercándose a ella con su mano sobre su aparato estimulándolo como preparativo previo a disfrutar del cuerpo de Hinata.

Ignorando el jabón que todavía estaba sobre sus cuerpos y del piso mojado en la ducha. Tomo la cintura de Hyuuga, primero froto su pene entre los gordos glúteos de esta infiel esposa pero en vez de usar su vagina como siempre lo hacia, escogió probar el otro agujero de la mujer.

—¡Raikage-san ese hueco!~ —exclamo de dolor, pues su culo no era un agujero que este acostumbrado a tener sexo.

—Lo tienes mas apretado que de costumbre, querida —decía él, comenzando a moverse hacia dentro y hacia fuera, trataba de moverse con más entusiasmo, tendría que ser de movimientos más lentos.

—No sea tan rudo... —no era su primer anal, pero tampoco significaba que estaba acostumbrada a usar su culo para coger casi siempre —... Sabes que ese agujero mío no esta acostumbrado a tanto.

—Una vez que te la meto no me detendré hasta correrme, Hinata. Creo que ya es tiempo de trabajar con verdadero empeño este sucio hueco tuyo —exclamó el Raikage, dando una nalgada a la Hyuuga tras otra, en la misma nalga.

Poco a poco ese dolor en su culo se volvió placentero para Hinata, sin quitar el hecho que su ano sentía que con cada entrada y salida de la polla de su moreno amante, lo que fue disfrutando con mas evidencia en su rostro; el tejido de las paredes de su orto parecían querer salirse por toda esa brutalidad sexual con la cual era follada.

—¡Hhhaaa!~ Mi culo... Mi culo arde por tu agresivo pene, Raikage-san. Esto se siente de lo mejor —se había dejado caer sobre el piso mojado de la bañera con su cintura levantada mientras era embestida con tantas ganas, su vagina estaba dejando fluir su contenido ante el creciente orgasmo que estaba por soltar en cualquier momento.

—Tu culo es tan delicioso, querida —la forma en la que el orto de la Hyuuga apretada su pija le enloquecía, como si no quisiera que se le escapara, sentía él—. Aprieta mi polla como si no quisiera soltarla nunca.

—No puedo mas... Su pene en mi culo hace que mi vagina.… mi vagina... ¡Ooouuhhh!~ —Y mientras aun era follada por la polla bestial de su amante, Hinata se corrió grandemente en el piso del baño, era como ver a la regadera a toda presión abierta mojando el azulejo.

—¿Lo estas gozando? —decía triunfante el Raikage, aun no llegaba a ese punto del orgasmo—. Adoras ser follada por el culo, sabes que quieres decirlo... Adoras que te den por todos tus agujeros ¡Maldita perra!

Más golpes a sus glúteos soltó el hombre de forma intercalada con sus movimientos, sacando mas gemidos a Hinata de los que podía hacer.

—Eso es culpa de usted, Raikage-san —entonces, por alguna razón, Hinata comenzó a mover sus caderas chocando contra pelvis de su amante, que sucia mujer es—. Si tan solo mi esposo fuera igual de apasionado conmigo o si tan solo la tuviera tan grande como la tuya.~

—Amas mi polla grande —preguntó al oído de Hinata, colocando su dedo en la vagina mojada de la ojiperla—. Solo dilo.

No sin antes, detenerse y sin sacarse el pene del Raikage, lo derribo empujándolo con su trasero quedando ella encima; montando salvaje al hombre como sólo esta dama de compañía sabia hacer.

—Deberías ser un poco menos egocéntrico, querido.~ Sabes que solo me gusta tu polla, porque es toda mía —su vagina volvía a venirse mientras seguían follando su culo.

Saco una sonrisa al viejo verde después de todo el día por fin escuchaba lo que quería de esta mujer.

—Tu cuerpo es mió, todo para mi —tomo los senos que rebotaban de Hinata—. Voy a dejarlo bien marcado para que no se te olvide nunca —tomo entonces de sus caderas a la ojiperla para tomar el control e ir embistiendo con mayor velocidad su paquete.

—¡Si! —grito Hinata apenas sintió en el interior de su culo se servía el semen de este hombre como si se tratara de una fuente de vida para ella —. Adoro como se siente... derrites mi interior... es tan adictiva esta sensación.

Lentamente saco el miembro masculino del hombre de su estrangulador culo, exprimió toda la energía de su amante. Sin embargo, eso no le fue suficiente satisfacción a Hinata. Ver que la polla del Raikage lucía exhausta, no le parecía agradar le a ella.

—Como era de esperarse de ti querida, dejándome seco hasta las bolas —dijo, mas no pudo pronunciar nada mas, pues los labios de la oji perla le callaron—. Es hora de la verdadera diversión.

A pesar de que el Raikage vivía en un prestigioso vecindario de la ciudad, nada les pareció la preocupación de saber quien hubieran sido escuchado los gritos lascivos de Hinata por fuera de su casa. Pues a las mujeres de su vecindario las provocaba el estar escuchando todos esos gemidos viniendo de la casa de su moreno y musculoso vecino.

Cuando la noche se apodero del firmamento, luego de un correspondido breve descanso, sus divertidos sucios juegos continuaron de vuelta en la habitación del amante de la esposa de Naruto.

—Te ves bien con ese atuendo, Hinata —exclamo su amante de pie, desnudo y sin mostrar penuria alguna. Ver a la oji perla en tan entallado traje que dejaba ver la carne de sus muslos era de lo mejor.

—Esta sucia coneja tiene hambre de una buena zanahoria madura~ —exclamo interpretando el papel de ser chica tonta y juguetona, es uno de varios atuendos que el Raikage tenia listos para Hinata, uno de tantos que tenia escogidos para sacar la sensualidad a esta mujer, un traje de coneja playboy era el disfraz que Hinata llevaba puesto. Donde sus pechos gordos fueron reafirmados y su trasero se hacia mas erótico de lo que ya era.

—Ven por ella querida, esta zanahoria esta lista para ser devorada por tan ardiente coneja —su mano sobre su pene estimulándose solo lo suficiente para calentar, listo para darle duro a Hinata por mas veces.

La vio venir hasta él, se agacho y tras oler primeramente el pene del Raikage mostrando un positivo entusiasmo, empezó.

—Se ve tan jugosa y fresca, todo este trozo de pene es para mi~ —dijo antes de tragarse la zanahoria de su amante hasta tragarla hasta la base, chupando su enorme pedazo de carne con tanta facilidad.

Jugar con el atuendo de coneja erótica fue tan solo el principio, luego de estar embistiéndola por varios minutos muy largos, que vino después felación y una fantástica rusa por parte de inmoral esposa de Naruto, termino bañando sus tetas con su esperma antes de seguir le una buena cogida que le dio Hinata. De hacerla disfrazarse para él como una mala coneja traviesa, hizo que se cambiara de disfraz.

—Vamos Raikage-san, con mas fuerza~ —decía cantando, mas bien tirando ánimos al hombre pues ahora tenia puesto un disfraz de animadora con todo y pompones, que atractivo roba corazones era Hinata, era todo un espectáculo, no importara su edad. Una blusa de animadora escolar muy corto que dejaba ver un escote por debajo, haciendo mucho mas excitante que pudiera ver como sus senos rebotaban cuando daba duros sentones al Raikage. Tenia una buena vista de los pechos de su mujer amante—. Pelea Raikage-san, pelea.~

—Prepara tu útero nena, voy a reventar de mi semen tu vagina.

Cuanto llegaron al tercer juego, la oji perla Hyuuga tenia encima un uniforme de policía de uso sexual aunque muy similar al atuendo de una policía real. Si tenían este juego en la calle, seguramente alguien la iba confundir con una de verdad.

—¡Queda arrestado! —decía con las manos del hombre detrás de su espalda que desnudo y su verga dura mientras él se mostraba contento con este nuevo juego implementado por el moreno, mientras que de la falda corta del disfraz de Hinata se escurría el semen que hasta ahora el hombre había vertido en su vagina.

—¿Bajo que cargos oficial? —le seguía el juego a la mujer.

—Por llevar un arma tan peligrosa como esta por allí —cuando dijo eso, la mano de Hinata masturbaba al hombre ya desde hace rato, la mano de la mujer estaba cubierto por semen previo de su amante Llevo ese semen de su mano a su boca y lo saboreo cual dulce de leche—. Por el bien de la seguridad publica debo encargarme de esta amenaza como dicta el protocolo —entonces se abrió la blusa de tan fuerte estirón que hizo a los botones que estaban por encima de su pecho, reventaran y se mostraran sus grandes atributos con alta impresión.

No mucho mas tarde, Hinata tenia puesto encima un disfraz que resaltaba muy bien sus curvas a pesar de que su cuerpo era tapado por completo por el atuendo de monja católica que traía.

—Hermana, he pecado por desear a otro mujer de un hombre idiota que no valora como debe ¿Dígame, que debo hacer? —decía en juego el Raikage siguiendo endurecido de ver a Hinata con un atuendo mas pervertido, un disfraz indecente de una monja católica.

—Solo hay una forma tan segura para limpiar los pecados de un alma —sobre la cama, levantada su falda mostrando sus agujeros le dijo—. Debe dedicar diez padres nuestros, aquí —le señalo el camino de la salvación, enseñándole con claridad en su coño, mas claro; le señalo donde debía hacer estas plegarias—. Y seis aves marías, solo así podrá ser expulsado el demonio dentro su persona.

Una larga sesión de exorcismo se enfrento la hermana Hinata contra el resistente demonio que lo poseía, por momentos ella estaba por ceder ante la autoridad del ser maligno, pero con el poder de la fe pudo dominarlo y extraer hasta la ultima gota del ser malvado yaciendo en el pene de su amante, jugar el pene demoníaco era el mejor juego para los dos.

—Vamos Raikage, yo se que quiere darme su semen~ —pregunto Hinata desnuda completamente esperando que le lloviera la ultima carga del pene del viejo que la contrataba cada fin de semana.

—Voy a tirarla en tus pechos, querida —estaba agotado.

Hinata acomodo sus pechos para que recibir el semen de su moreno amante, que cayeron sobre sus grandes y hermosos senos dejándola olorosa.

—Raikage-san hizo un desastre sobre mi cuerpo —exclamo juntando sus pechos para apreciar mejor la viscosidad del semen que tiro.

—Sonríe querida —de la nada, el Raikage tenia consigo una cámara fotográfica, mejor y más profesional. Comenzó a tomar fotos a como se veía Hinata haciendo ella discretas señalas con su mano.

—Toma otra, creo que parpadee.

—¿De que hablas? Te ves hermosa así Hinata, además guardar fotos de ti así, son de ayuda cuanto no te tengo aquí conmigo —tomando mas fotos a la mujer, quien comenzó a posar para él, desnuda. Con cada atuendo que la hizo usar la oji perla tuvo una previa sesión fotográficas antes de que entraran en calor.

—Estoy tan agotada —comentó la Hyuuga, dejándose caer en el pecho de su amante, sentados en el borde de la cama.

—Si yo también lo estoy, vaya que me dejaste seco. Descansemos, necesitaras muchas fuerzas para continuar con el juego mañana, Hinata —le dijo, y la tomo de su cintura una vez mas como si fuera su mujer.

Domingo.

Era el ultimo día en la casa de su amante, desde temprano el Raikage se puso en contacto con cierto conocidos por teléfono. Uno de estos estaba ocupado, en plena misa cristiana su celular comenzó a sonar, siendo una interrupción muy grosera para todos los fieles piadosos en durante el rezo.

Hola, Raikage —dijo el dueño de la llamada, teniendo que salir a la entrada de la iglesia mientras la ceremonia de los domingos seguía—. Estoy en la iglesia, más vale que sea importante.

—Claro que lo es —se notaba agitado en su lado de la llamada, como si estuviese esforzando en algo, al mismo tiempo se le escuchaba encontrando la satisfacción y éxtasis—. Porque no vienes a mi casa a hacer fiesta. Ya que te estás expiando de tus pecados de esta semana.

Oye, ya hablamos de esto. Ahora tengo esposa —respondió molesto pero a la vez complicado, este conocido del mismo Raikage.

Hablas de la zorra que te regale —comentó—. Porque no la traes y hacemos una fiesta mucho mas grande. Tal vez los otros idiotas traigan a las suyas.

Claro que no, no voy a llevarla. Eres un desgraciado, pero sabes convencer a la gente —dijo, pero entonces noto algo extraño en la llamada—. ¿Estas bien?

Solo dame un momento.

Aparto el teléfono mientras sonreía a gusto el Raikage, apretó a propósito el alta voz de su llamada mientras él soltaba un grueso gemido. Tenia a su querida Hinata sentada sobre polla. La ojiperla usaba su elegante vestido con el que llego, salvo que tenia los pechos por encima del escote de su vestido y la parte baja del mismo levantada para mover sus caderas con mas comodidad. El Raikage comenzó a poner su parte, tomando iniciativa al sentir en su aparato crecer el momento venidero de su liberación.

¡Oh si, sigue así querida… ya casi! —escuchaba a su amigo disfrutando de cierta compañía placentera en toda su magnitud.

¡Si! —grito como zorra en orgasmo, Hinata. Grito desmedido que escucho con quien hablaba el Raikage. Sintiéndose algo incomodo

Lo siento, ya volví… ¿Que dices? Los estaremos esperando.

Termino la llamada y se sintió a gusto, estiro sus piernas mientras que Hinata se ponía de pie luego de adsorber con su coño, todo la leche que el Raikage soltó dentro de ella. Se acomodo la ropa mientras que él solo estiraba los brazos detrás de su cabeza con su miembro al aire tomando un descanso, mirando la espalda de la ojiperla terminando de acomodar su vestido, metiendo sus pechos en la tela.

—Así que harás una fiesta —pregunto Hinata con una ceja levantada, una sonrisa en su cara y la mano en su cintura para darle una figura de mujer interesada y presumida a ella.

—¿Te emociona?

La vio caminar hacia su persona, escuchando el sonido de sus tacones. Tan cerca de él, se inclino y dejo ver su escote gordo y magnético. Sin embargo, cuando Hinata lo tomo de su barbilla para que levantase la mirada, miro a sus ojos como debía.

Mucho~ —le respondió.

Una vez mas, tan solo era las primeras horas de la mañana y estaban con todo. Pero todo se pondría mas interesante en un par de horas, en las que Hinata se la paso bebiendo con moderación, calentando ánimos para las peculiares fiestas el Raikage organizaba cuando Hinata estaba.

Lo único que buscaba era el placer sexual nada mas. Hinata era una mujer cuyos deseos pasionales eran bastante fuertes pero Naruto no le hacia conseguir esto, ni siquiera llevarla al orgasmo a su cuerpo. Mas que la primera vez cuando apenas eran recién casados. La sensación le gusto, pues conoció su lado pervertido y este, como un gusano escarbo profundamente en el ser de Hinata y por mas que quiso encontrarlo y acabarlo, mas se adentro en ella, donde finalmente termino apoderándose de su persona llevándola a congeniar tan compatible con el que ahora es su amante.

Las horas pasaron mas rápido de lo que se pensó. Era mas de medio día en la casa del Raikage cuando los pocos, pero suficientes invitados del Raikage llegaron.

Hinata, que bueno verte de nuevo querida —saludo una rubia de cintura delgada y senos firmes y grandes. No a la medida de la misma Hyuuga, pero su circunferencia era llamativa.

Ino, Ten ten. Temari, Sakura, me alegra verlas —saludo la perra elegante.

Amigas de la ojiperla con una peculiar característica. Al igual que Hinata, ellas eran mujeres insatisfechas que el Raikage se topo, las entreno con mucho empeño y luego de se las dio a los hombres con los que hoy vinieron a esta fiesta. Al comienzo fueron amantes de estos otros hombres que el moreno les entrego, pero luego mandaron al carajo sus matrimonios y se volvieron esposas trofeo de sus respectivos amantes, la única distinta entre ellas es Hinata, cuya relación con el Raikage es puramente sexual.

Lucían tan elegantes con esas ropas de marca y vestidos, sin embargo. Eran gente de negocios, de mucho dinero como influencias, pero gente como esta siempre oculta algún secreto y este sin embargo el de ellos, es el menos turbio que otros muchos en el mundo. Vino el Raikage a levantar su copa y llamar la atención de sus invitados.

Amigos, me dan su atención —exclamo—, los romanos celebraban la buena vida que tenían, con una Orgía. ¿porque se debería perder tan buena costumbre?

Mostraron buenos ánimos alzando sus copas, aunque otros tenían la botella entera en manos. Sin embargo todos se miraban entusiasmados. Hinata camino hasta quedar junto a él y seguir con el brindis.

Ahora que estamos todos reunidos, podemos comenzar la fiesta —declaro como toda una anfitriona Hinata.

Se puso detrás de ella el Raikage y sus manos se pusieron sobre los bordes de los pechos de Hinata. Antes de agarrarlas por completo, con un brusco movimiento no solo revelo los pechos de su mujer amante, rasgo a la mitad su prenda sin que la Hyuuga se inmutara en el acto.

Empujando a sus hombres sobre los sofás de la habitación de fiestas, especial. Desde Sakura hasta Temari, mostraron el espíritu correspondiente. Sin arruinar sus estilos de cabello. Empezaron quitándose la ropa frente a sus hombres, el animal en ellos estaba esperando el momento adecuado para salir a comer.

Todo comenzaron estimulando los aparatos de sus respectivos amantes. Sus lenguas se deslizaban sobre la carnosidad densa de sus penes mientras otras devoraban con gran perversión sus pollas, algunas de estas pocas usaron los destacables dotes de sus pechos para estimularlos aun más. Pero solo fue el comienzo verdadero de la fiesta.

¡Si, eso empuja lo más adentro! —gritaba Sakura Haruno.

Sobre el suelo, su hombre levantaba sus piernas y así este estaba encima de ella frotando con desesperación y emoción su polla en la pelirrosa. A lado de Haruno, su amiga y rival; Yamanaka Ino estaba recargada sobre el sofá, agarrada del respaldo del mismo, con su actual esposo golpeaba su pelvis con tanta violencia en su polla en el agujero de su culo.

¡Mi culo arde, sigue… sigue y no pares! —grito Ino enloquecida del placer. Su hombre tenia puesta sus manos sobre su cuerpo, para sostenerse mejor. Una de sus manos se sostenía bajo el vientre de la rubia de voz incontrolable, mientras que con la otra mano suya, frotaba el clítoris de Ino con mucho entusiasmo.

Te gusta que te por culo, Ino ¡Vamos dilo! —llego a pronunciar su nuevo esposo, por el que cambio a su anterior esposo y abandono a su hijo. Esa es una historia que no corresponde contar esta vez—. ¡Dilo, Ino!

Sintiendo la mano dura de su esposo dejando marcado su trasero con los manotazos que le daba,

Me encanta… me encanta que me den duro por mi culo y mi coño —decía entre gemidos y cesidos de su boca cuando la polla de su amante expandía las cavidades de su orto.

¡Entonces te va a gustar esto!

Tomo a Ino de sus piernas y la levanto del mueble, en medio de la sala. Exponiendo como su hombría estaba incrustada en el orto de su rubia, mostró a sus amigos en la fiesta, el coño mojado de Yamanaka, en su estado de ebria de lujuria, no hizo mas por ella que sentirse excitada por esto.

¿Que haces? —pregunto entre risas, a veces el miedo hace que uno se ría, como un método defensivo ante situaciones que nos causan terror.

Ino vio como el amante de Sakura dejo de darle atención a la pelirrosa y con su aparato duro, vino a ella y puso su polla dentro de la rubia. Sentir como un segundo pene igual de gordo como el que tenia incrustado en su culo presionaba contra las paredes de su principal agujero por este segunda verga. Volviéndose demente al roce de ambos en su interior.

¡Oh si, esto es tan pervertido! —gritaba a medida que ambos empujaban sus hombrías con buena coordinación. Notándose cuando estaban disfrutando.

La vagina de Ino esta muy resbaladiza —decía el amante de Sakura, levantando una de las piernas de Ino como sostén para su persona.

Deberías probar su culo, es igual de resbaladizo, amigo —comento el nuevo esposo de la rubia.

Sin quedarse excluida, Sakura se sentó sobre el piso donde estaba, mirando a su amante darle duro a su rival pero en lugar de sentir celos, sintió curiosidad. Ebria del placer, se puso de pie con sus rodillas al piso y sinlenciosa se acerco al culo de su amante. Divertida, con sus manos bajo los muslos de su amante, metió su boca en el culo de su amante y su lengua la introdujo por aquí. Le practicaba un beso negro con todo el gusto de su relación.

No obstante, divirtiéndose por su lado. Sobre una mesa de cristal cuyo vidrió las resistía. Ino y Ten ten tenían un duelo muy sucio, con un juguete sexual metido las dos en sus vaginas. Movían sus traseros chocando una con la otra, mientras que el dildo tenían metido se retorcía en el interior de las dos, pues era uno con un control de velocidades que uno de los esposos de estas, operaba.

¿Eso es todo lo que tienes, Ten Ten? Yo podría hacer esto todo el día sin problemas —dijo Temari, agitando su culo y azotando contra el Ten ten, mientras los fluidos de sus aparatos reproductores femeninos.

Solo estoy calentando, zorra de arena —respondió la castaña donde su respiración se notaba agitada, a pesar de mover su cuerpo con tanta energía.

Vamos, usa bien esa boca tuya querida —vino el amante de Ten Ten a ella. La tomo de su barbilla y acerco su pene a su labios, quien a todo gusto comenzó a devorarlo.

El nuevo hombre en la vida de Temari hizo lo mismo con ella. Una competencia no solo para ver quien movía mejor el culo, sino también una para ver quien tenia el mejor talento bocal. Se escuchaba en toda la sala, cuanto esfuerzo ponían por exprimir toda la reserva escondida en las bolas de sus amantes.

Ven aquí.~

Para divertir a sus amantes, Ino empezó a untar sus cuerpo con el de Sakura. Sobre el sofá donde estaba la rubia, su cuerpo vino a frotarlo sobre el de Haruno, sus piernas se entrelazaban y sus pechos rozaban los pechos de la pelirrosa, mientras un atrevido beso de lengua se daban. Las manos de una acariciaban cada parte del cuerpo de la otra, un espectáculo que estimulaba a sus espectadores.

Pero mientras los amantes de estas dos, estimulaban sus aparatos mirando todo por encima de ellas, contando los segundos para arrojar su crema sobre Sakura e Ino (y así fue). El duelo de Temari con la castaña había sido mandado a la mierda por completo, sobre esa misma mesa. Yacía la rubia canario tenia las piernas levantadas mientras su espalda descansaba sobre esa larga mesa en el centro de la sala. Su amante empujaba con mucho entusiasmo su hombría en el agujero principal de Temari.

¡Mas rápido, mas… dámelo todo! —gritaba de éxtasis, de sus brazos era tomada por su nuevo esposo, para perder la escalada.

¡No pares, no pares! —sobre la mesa también, el trasero de Ten Ten era pulverizado por los choques de la pelvis enérgica de su amante. Sus pechos en la boca de su hombre con el que engañaba a su novio, eran complacidos por su segundo y mejor amante.

Tanto la mesa del Raikage como sus muebles estaban quedando un asco de tanto fluido sexual por esta fiesta, pero si no fuera a terminar así. No sería una típica fiesta del Raikage.

Todos están pasándola tan bien —exclamo Hinata con un tono tan sucio, pues ella no se quedaba afuera de la fiesta, ni su amante—. Están disfrutando mucho.

Mirando todo, con el trasero levantado para el Raikage, el trasero de la Hyuuga era triturado por la enérgica hombría de su amante. Él la agarraba de sus ante brazos, para que la ojiperla no se alejara de él.

¿Y tu no? —le pregunto con sarcasmo, pasando de sostenerla de sus ante brazos a sus pechos. Deslizando sus dedos a los pezones, para sacar gotas de leche materna de ellas—. No solo estas embarrando mi piso con los fluidos de tu vagina, también con la leche de tetas.

Lo se~ —contesto mientras retorcía su cara en una expresión sucia—. Soy toda una pervertida.

¡Aquí va mi leche para ti, sucia vaca! —grito el Raikage embistiendo contra el trasero de la Hyuuga con brutalidad, en esos ultimas instancias.

Tomaron un breve descanso antes de seguir, uno donde Hinata se mostró como buena anfitriona para todos. Sentada sobre la mesa de cristal, con los brazos apoyándose y las piernas abiertas, revelo Hinata tener en su vagina incrustado una botella de vino metida a medias. La botella destapada y lista para servir

Alguien quiere un poco de vino.~

Si eres tan amable, Hinata —dijo Ino, extendiendo su copa primero.

Uno a uno lleno las copas de cada miembro en la fiesta, a pesar de leer en sus miradas por cuan pervertida la tomaban. Hinata se sentía alagada de sentir tales ojos juzgándola, rellenando sus copas una y otra vez hasta vaciar la botella.

Eso le vino una idea al amante de Ino. La levanto boca abajo luego de servir una botella de licor en su vagina y ver que se vaciara por completo en su vagina y usando una pajilla se bebía el alcohol servido.

¡Este es el mejor cóctel del mundo! —decía mientras la tenia levantada y su boca la pajilla, cuando la boca de Ino se ponía complacer su polla.

Bajo su esposo, Sakura recibía un trago de vino también, servido de boca a boca por su amante. Pasando el licor en cascada a la pelirrosa. Temari se moría éxtasis recibiendo la polla de su amante por detrás mientras que delante el amante de Ino tenia el suyo en su boca, empujando su aparato como su la tuviese puesto en el agujero correcto.

Pero así como dos hombres jugaban con una de las invitadas de la fiesta, uno solo disfrutaba de dos bellezas. Y no hablo del amante de Ten Ten, sino el mismo Raikage era quien gozaba del talento complaciente de dos lindas mujeres. Cruzándose de piernas en tijeras con la polla del moreno en medio de su polla, la cara a gusto de ellas teniendo impresionante pedazo de carne de hombre al cual frotaban con mucha energía.

Vamos, vamos. Libera lo todo para nosotras~ —decían con entusiasmo. Movían las piernas con mas y mas animo. El volcán vino a erupcionar, gustosas las dos sacerdotisas fueron recibidas con el baño de semen con boca abierta para saborearlo de primero.

Hinata no se quedaba fuera del barco. Solo se estaba reservando para lo mejor, cayeron una a una hasta quedar solamente ella en pie. Donde Temari, Sakura, Ino y Ten ten se encontraron sobre el piso o recostadas de forma extraña en el sofá con sus rostros torcidos mostrando cuando disfrutaron de ser tratadas solamente como objetos de placer, aun quedando rastros de esencia masculina sobre sus cuerpos.

La ojiperla de la familia Hyuuga era el centro de atención de los cinco hombres. Con la polla del Raikage insertada en su culo mientras el amante de Haruno movía su hombría que tenia puesta en la vagina de ella. Disfrutando a tope, Hinata tenia en respectiva manos, los aparatos de las parejas de Ten Ten e Ino mientras que el esposo de Temari tenia su polla en medio de las gordos senos de la ojiperla, juntando con sus manos las tetas para hacer mas agradable.

¡Esto es lo mejor! —grito llena de felicidad, acerco las pollas que tenia en sus manos a su rostro. Gran rociada de semen recibió por todos lados.

Eres toda una sucia —dijeron.

La ojiperla estaba de rodillas con penes encima de su cara. Su boca abierta y su lengua por fuera, Hinata esperaba la lluvia blanca de parte de todos ellos acariciando la punta de sus hombrías con su misma lengua, incitando a todos a rociarla toda su cara. Lo que así termino ocurriendo.

¿Es todo? —su cara estaba toda cubierta por el semen, era casi imposible que pudiera abrir los ojos para empezar, supongo a Hinata le encanta tener semen hasta en las pupilas. Atrapo sus penes para seguir estimulándolos—. Se que aun pueden más.

¡Diablos, señorita!

Esta mujer es insaciable —comentaban los amigos del Raikage, sorprendidos de toda la potencia ninfómana que era Hinata.

¿Que dicen? Me dan una mano con ella.

La emoción no acababa, aunque Sakura y las demás ya estuviesen sentadas al piso. Ronda tras ronda de coito sin interrupciones disfruto Hinata. No mostró señal alguna de tener suficiente, aun cuando el semen que eyaculaban en su boca terminara escurriéndose por su nariz o que de su vagina saliera como si aplastaran con fuerza un bote de plástico lleno de mayonesa cuando introducían sus dedos para que lo expulsara y abriera espacio para más.

Eran casi media noche y así como cenicienta tenia que irse del baile, Hinata también. Se levanto en medio de todos los invitados sin complicaciones por sentir sus piernas agotadas ni mucho menos tener su cuerpo impregnado aun con rastros pegajosos de los varones.

Es hora de irme —se levanto Hinata del suelo, donde los hombres y mujeres invitados a la fiesta seguían desnudos sobre el suelo, agotados como dormidos con la peste del sexo por toda la sala y ella se levanto a tomar su blusa, sin mostrarse adolorida de las piernas o su trasero marcado en rojo por todos los manotazos de todos. O que de su vagina y su culo se escurrieran rastros de semen como si fueran migajas de pan por donde caminaba en la sala.

¿A esta hora? —pregunto el Raikage despierto, agotado. Con una botella de Sake en la mano sentado en el mueble. Mirando a gusto, como Hinata se vestía.

Debo volver a casa —dijo ella una vez se vistió—. Naruto y mis hijos vuelven mañana temprano, debo estar allí para recibirlos como buena madre.

Escuchar eso hizo reír al Raikage.

¡Claro, claro! —dijo luego del chascarrillo escuchado. Sonrió el hombre, antes de venir ella a él para darle un ultimo beso a su antes de retirarse—. No te vayas, quedate un día más.~

La abrazo lujuriosamente a la Hyuuga, ella yacía vestida con ese extravagante vestido negro mientras que él estaba desnudo.

No, no, no. No puedo —contesto a pesar de los provocativos toques de su amante.

—Me haces esperar una semana para volver a tenerte como mi mujer —serían las ultimas palabras que el Raikage diría.

Fue un fin de semana muy placentero para Hinata, fines de semana que siempre tenia la Hyuuga. Unas aventuras que no conocerían nunca ninguno de los miembros de su familia nunca, ni su hermano ni su esposo o sus hijos. Pues para todos ellos era una mujer simple y aburrida, una madre y esposa promedio ejemplar. Cuando en realidad era una mujer que encontraba la satisfacción con un hombre que su esposo apenas si conocía.

Volvió a su casa a media noche, una ducha se dio antes de irse a dormir y despertar tranquilamente recibiendo a su familia en la cena del lunes actuando tan naturalmente luego de haber echo la cena para todos. Naruto había vuelto en la mañana de su viaje de negocios mientras que sus hijos habían vuelto de la escuela tras ser dejados allí por sus abuelos tras su visita. Todo estaba bien, nadie sabia nada ni el menor indició.

¿Les gusto la comida? —pregunto siendo la aparente madre inocente de siempre —aun no me contaron que hicieron el fin de semana.

Que te puedo decir querida, una larga junta de la que parecía no iba a salir —dijo Naruto agotado tras el encierro en esa oficina.

Los abuelos nos llevaron al cine y luego fuimos al acuario ayer ¡fue emocionante! —contaba Himawari fascinada por la aventura.

¿Que hay de ti mamá. Que hiciste estos días? —pregunto Boruto, como si la respuesta de su madre fuera a sorprenderle.

—Me la pase limpiando y cuidando la casa ¿esperabas alguna anécdota sorprendente? solo soy una madre normal, cariño.

Que aburrido —respondió Boruto, aunque no esperaba mucho de su madre, pero aun así se sintió decepcionado.

¡Boruto! Tu madre no es aburrida. Seguramente te la pasaste bien, Hinata —corrigió a su hijo, sin pensar el contexto verdadero de sus palabras.

Hinata solo tapo su boca al reír ante la reacción de su esposo con su hijo. No riendo por la graciosa escena. Sino porque su esposo tenía razón sin saberlo.

Claro que me la pase bien, querido.~

¿En serio era una madre y esposa ejemplar? Después de todo ese era el sabor de su amorío a espaldas de su esposo, el mentirle a su familia y fingir que esta a gusto viviendo así, para liberar toda la frustración con su amante el Raikage. Algo muy común de ver en muchas familias, no les importa destruir la relación actual que traen a cambio de algo de emoción. Amaba a su amado esposo y sus hijos, pero amaba también al Raikage que hacia disfrutar lascivamente sin fin.

Fin  

Agradezco que hayas dedicado una parte de tu tiempo a este escrito, se trata de una nueva versión de mi historia antes escrita: Weekend Work. 

Todo lo leído aquí es ficción. No busco incentivar ninguna idea tóxica a las personas, solo busco brindar entretenimiento. Gracias. 

 

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