I
Desde que me tuvo y con mi padre en la armada. Cuenta mi madre que cada final del día volvía a nuestra casa en el quinto piso de un edificio parte de un complejo de departamentos en la ciudad. Siempre volvíamos a las primeras horas de la noche conmigo en sus brazos y en la otra los mandados. Pero afirma ella, solo necesita cocinar una cena para él. Yo siempre llego dormida y comida.
Durante el largo turno que le espera, solía dejarme en manos de la tía de Naruto-sama, la misma mujer que lo recibió y lo crió. Acepto ser mi niñera y cuidarme a mi con una generosa gratificación monetaria venida de mi madre por los seis años que me cuido. La respeto mucho y la apreció bastante.
―Ya estamos en casa, Sarada ―cuenta que suele decirlo, pero yo ya estoy dormida en su brazo―. Vamos a dejarte en tu cuna y luego mamá tomará un baño.
Pero mientras yo duermo, tuvo el descaro de contarme que en esos días con la ausencia de mi padre en casa y con la imagen que no puede despegar de su mente, de la virilidad dura de Naruto-sama; decide tratar las reacciones que su cuerpo generan ante la demanda de satisfacer sus necesidades femeninas.
»Maldición… no puedo… no puedo parar de hacer esto…
Bajo el agua de la regadera, yace Sakura Haruno con un consolador puesto sobre el piso de la ducha al que monta como si fuera un pene verdadero. Tuvo el descaro de contarme todo lo que cruzaba sobre su mente mientras se masturbaba pensando en… no sabe si estar pensando en mi padre o en su mejor amigo.
»…Vamos, vamos ya casi… solo imagina… imagina que es la polla de… de… Naruto.
Mueve su trasero con mas intensidad, devorando por completo al aparato en su vagina, los fluidos venidos de su cuerpo se mezclan con el agua que sale de la regadera en los azulejos del piso. El ardor en su interior se consuma luego de muchos minutos desesperados. Sin embargo, su vagina se niega a dejar ir pues no esta satisfecha a pesar del orgasmo.
―Otra vez… otra vez me masturbe pensando en Naruto y no en mi esposo ¿Que pasa conmigo? ―dice puesta de pie, con los puños contra la pared mientras mira hacia abajo donde ve el aparato caído tras sus pies. Su vagina aun sigue dejando salir sus fluidos de lo insatisfecha que esta―. Deja de pensar en él, Sakura. Tienes esposo… ¡Eso es! Solo piensa que Sasuke-kun entra y… y…
―¿Me esperabas?
Donde su imaginación debió proyectar a mi padre entrando en la ducha, donde ella entregada en la posición que estaba debía ser tomada por él, su mente le hace ver que es Naruto-sama quien entra y con su vigorosa hombría se la follá. Pero en realidad ella misma ha tomado de nuevo el juguete, donde lo visualiza a él reclamando su cuerpo.
―…¿Naruto?… No podemos hacerle esto a Sasuke ―dice, pero en su cara, mi madre se muestra deseosa de que esto ocurra. Las fantasías de Sakura Haruno son dominadas por la hipotética situación de Naruto-sama tomándola como suya y todo a espaldas de mi padre. Pero todo son solamente fantasías.
De día y en el trabajo, se muestra como la mujer que todos conocen, pero al llegar a casa, al entrar al baño deja salir todo el jugo que le provoca el solo ver a Naruto-sama aunque sea solo un minuto. Algunas veces, lleva ese juego a la alcoba, deseando que ese pene de plástico sea real, que sea el de él.
Durante ese tiempo Sakura vino a admitir que no tenia ni idea de como lo hizo, sin embargo Naruto-sama había devuelto a la cima a Konoha industries, se entera de parte de Shizune-san que el dinero que financia sus proyectos en los que Naruto-sama esta colocando todas las esperanzas viene de la mujer que ella misma considera su protectora. Todas sus preguntas acerca del ¿como ha sido? Son respondidas por su mismo jefe.
Tan solo le toman a Sakura Haruno, terminar y poner a prueba sus experimentos, un periodo menor a veinte días. Dos medicamentos para tratar la diabetes y que eliminan el exceso de azucares de la sangre de forma permanente. Dejando atrás tratamientos como costosas y dependencia a medicamentos que solo controlan la enfermedad pero no la tratan. Así mismo desarrolla un fármaco que muestra ser efectivo contra padecimientos crueles como la demencia senil.
Lo que consigue a Konoha ponerse muy por encima de industrias competidoras como Bayer y todas las empresas farmacéuticas en el mercado. Gracias a que la OMS certifican la efectividad de las patentes y mi madre es nominada para el premio nobel de la medicina. Los números de Konoha suben exponencialmente y Naruto-sama junto a Sakura Haruno se vuelven iconos en ese momento en el mundo de los negocios.
―¡Lo logramos! ―grita de felicidad Naruto-sama, el periódico lo tira sobre su escritorio luego de leer el encabezado, como la sección económica. Donde se muestra los puntos de Konoha en la bolsa. Esta tan complacido que no puede evitar venir hacia mi madre y para abrazarla dar la vuelta de la victoria con ella en sus manos―. ¡Sakura-chan, lo lograste!
―¡Naruto! ¡Esta bien, pero ya suéltame! ―dice, sintiendo su alegría.
―Esto es solo el comienzo ―exclama, volviendo los pies de Haruno-san al suelo de su oficina, donde Shizune-san los mira con una sonrisa, como Tsunade y la señorita Terumi miran desde detrás de Shizune-san. ¿Debo decir que Kurenai estaba con ella? Donde la señorita Mei iba, siempre esta ella detrás―. Sakura-chan contigo al mando de fármacos Konoha, llegarás lejos.
―¿Que quieres decir con eso? ―mi madre parece confundir las cosas. Desconoce la sorpresa que le tiene.
―Sakura Uchiha, te nombro a ti como la jefa directiva a cargo de la división de avances farmacéuticos de Konoha industries ―como si se tratara un ascenso militar, es como lo describe mi madre. No puede creer que en tan solo dos años y medio ya ha llegado tan lejos.
II
Cuenta Sarada-san que su madre le dio un recorrido personal por los laboratorios secretos de Konoha industries de desarrollo farmacéutico en los días que ella ahora es la asistente personal del importante magnate de la industria. Desde una plataforma elevada por encima de toda la manufactura que lleva a su oficina, miran a los cientos de maquinarias y personal humano en trajes aislantes trabajando toda su jornada en la producción de medicamentos comunes en los botiquines de casa y los comunes comprados en farmacias en todos lados donde Konoha industries domina. Inclusive aquí es donde los medicamentos patentados por la industria son generados.
―¿Puedes imaginar como me sentía cuando Naruto me presento ante todos los miembros de este lugar? ―pregunta mi madre mientras mira el trabajo arduo del personal en su división.
―¿Orgullosa? ―respondo mientras me mantengo a su lado, me siento incomoda mientras ella solo presta atención allí abajo.
―Me sentía como una tonta ―contesta―, era muy joven y ante otros hombres con doctorados y estudios universitarios yo fui nombrada como su líder, pero aun así ellos creían en mi. Pero yo por un momento dude de mi capacidad.
Cuenta, pero no lo entiendo y se lo dije.
―No lo entiendo.
―Supongo que es así como Naruto debió sentirse cuando fue nombrado como el nuevo CEO ―relata―, realmente no pensé que llegará tan lejos y me siento orgullosa de conocerlo.
―¿Tiene que ver con tu relación con Naruto-sama? ―pregunte, pues si tu me preguntas querido Adrian, mi madre me hizo averiguar que ocurrió entre el lapso entre aquella noche y los dos años posteriores a aquella noche en la que casi se acuesta con Naruto-sama en la cama en la que dormía con mi padre. Averiguación que hice después.
―Si, luego de esos éxitos y antes de tener que viajar a Estocolmo para recibir el premio nobel. Naruto se armo de valor para pedir la mano de Hinata ―me relata.
III
El lugar perfecto, la luna en eterno resplandor en lo alto, la magia del amor alrededor suyo. Dos enamorados que no saben cuales serán las palabras que saldrán de la boca del otro y aun así no pueden esperar. La familia Hyuuga los observaba, el momento es admirable y bello, pero para otro hombre entre tantos, es inaceptable este suceso.
―Hinata… ―solo se pone de rodillas y muestra el anillo en su caja.
―¡Si! ―grita de entusiasmo, su amado Naruto se siente ridículo.
―Aun no he dicho nada ―entonces vuelve al comienzo―. Hinata, te amo mas que a nadie. Quiero que seas mi esposa.
Las mujeres en entre las Hyuuga siente los nervios ante tan romántico momento, los hombres sienten escalofríos por la emoción, su hermana menor de Hinata siente su felicidad vista antes y su madre esta tan conmovida por esto. Mas el padre de la novia, no puede mostrar la mas mínima señal de aprobación ni por mas falsa que sea su rostro.
Entre ellas esta Sakura Haruno entre las invitadas, pues se trata de la fiesta de cumpleaños de Hinata y su padre ha traído otro pretendiente para ofrecer a su hija. Uno que no muestra interés en la mujer pero celebra la felicidad ante la respuesta de la chica.
―Naruto-kun, me hiciste esperar mucho este momento. Mi respuesta es si ―contesta y mientras el joven Uzumaki termina de colocar el anillo en el dedo de su prometida, el señor Hyuuga no puede callar mas.
―¿Tienes el descaro para no solo de seducir a mi hija todos estos años, y ahora esperas que te de mi bendición acaso? ―dice tras beber a profundidad una vaso de sake antes de atacar al joven magnate que no fue invitado a esta fiesta, pero aun así tuvo el descaro de presentarse. Así es como se relata en otras historias biográficas de este personaje que paso a la historia moderna de japón.
―¡Padre! ―su hija no puede creer que este arruinando su momento especial. Al igual que su madre tampoco puede creerlo.
―¡Esposo!
―Suéltame ―grita y empuja a su mujer que solo le ha tomado el brazo de forma sutil para no agraviar la escena, pero el patriarca Hyuuga esta dispuesto a ir lejos―. ¡Escucha mocoso, no eres nadie! Aunque seas el dueño de esa industria, no eres digno de mi hija. Sigues siendo ese niño de la calle, un pobre diablo. No eres nadie, no importa lo que hagas tu no…
Si el acto de humillar a Naruto Uzumaki ya tenia a todos callados, que su misma hija viniera a él y soltará un golpe a la mejilla de su padre y ese ruido fuera mas estruendoso, hizo que todos quedaran impactados. Incluso para su mismo prometido.
»...Hinata ¿Pero que haces?
―¡Puedes callarte! ―rompió el quinto mandamiento―. Toda mi vida he hecho lo que tu quieres porque te he tenido miedo toda mi vida, pero hoy no. Se acabo, es mi vida no la tuya y si yo quiero ser la esposa de Naruto, seré su esposa. No me importa lo que tu pienses, es mi decisión.
Su rabia no puede dirigirla contra su primogénita, por mas que haya sido ella quien ha puesto su mano contra su padre, todo lo ha hecho por amor y cariño, solo culpa a alguien de sus acciones.
―Tú, desgraciado ―dice al rubio, que viene a ponerse a lado de su hija ahora con lo ocurrido―, llevate a mi hija si eso es lo que quieres, pero te diré esto no importa a donde la vayas no cambiaras nada, solo eres un mendrugo con algo de dinero en el bolsillo. Como los parias de esta sociedad ¿Quien conocerá tu nombre en cien años? ¿Entiendes? Solo eres una gota en el océano y nada más.
―Que es un océano, si no un cuerpo de miles de gotas de agua.
Sonrió mientras los vio alejarse, aunque el padre la señorita Hinata dijo al resto de miembro de la familia que no permitieran estos despejaron el camino y en su lugar felicitaron a los recién prometidos. Todo visto por ojos y oídos de Sakura Haruno, la alegría de ver esa escena le hizo querer a la pareja y pensar que el prometido que tenia ahora su amiga hace varios años estaba detrás de ella. Preguntándose si este momento hubiera sido de ellos si lo hubiera correspondido, pero eso no hay posibilidad de haber sido así. Tan romántico y novelero. Solo fue por otra copa de bebida y celebro por ellos en silencio.
IV
La boda ocurriría pronto en dos meses. Hizo esperar mucho a su amada por el momento de pedir su mano y no la haría esperar otro tanto para verla vestida de novia. Todos los preparativos ocurrían de forma acelerada pero todo estaba listo, mientras Sakura estaba en dudas de que regalar a la pareja en su día especial. Fue invitada, desde luego.
Era de noche y había venido a entregar un ultimo reporte de progresos y estatus de farmacéuticas Konoha cuando casi todos en la torre ya han salido de turno, solo se quedaba el jefe trabajando a deshoras, como su predecesora.
―¿Que debería regalarles? No queda mucho tiempo para decidirme y comprar el regalo adecuado ―preguntaba Sakura debatiendo en voz alta consigo misma el tema mientras caminaba hacia la oficina de Naruto, según me relato Sarada-san―. ¿Debería preguntarle? Supongo que dirá que cualquier cosa estaría bien.
El lugar de secretaría de Shizune estaba vació, por lo que fue directamente a la puerta y toco, entró pero no había nadie. Aunque la luz estaba encendida y la puerta sin llave.
»Naruto no esta, pero dijo el guardia que aun no se ha retirado.
Solo se acerco al escritorio de Naruto y dejo los documentos sobre la mesa, no sin antes escribir una nota que pego sobre los folios para explicarle al rubio de que se trataban, de forma breve.
―Listo, mejor cuando llegue a casa pienso en que puedo regalarles en su boda, me pregunto. Pero pasaré a comprar algo para cenar primero… ¿Que es eso? ¿Porque hay tanta ropa en el piso? ¿Que es eso blanco? ―pensaba en voz alta tras asomarse tras el escritorio de Naruto y ver mas allá todo esto, tan solo dio la media vuelta y vino a notar aquella puerta que escondía en la pared de la oficina, una voz provino de aquí. Con el corazón en el pecho Sakura se acerco a esta abertura delgada donde solo su ojo se asomaba, pensando en lo peor que podría ver en a través de ese espacio ¿Algún ritual u espectro?―. ¿Pero que… Naruto? ¿Porque teniendo sexo con Shizune-san, Tsunade-sama… Esa es Mei-sama? ¿Quien es la otra mujer?
A solo una semana de casarse y el joven Uzumaki estaba siendo infiel a su próxima esposa. Al menos así lo percibía Haruno mirando con gran impacto lo que sucedía allí dentro, donde su mano quedaría sobre su boca mientras sus ojos se abrían cuales platos enormes que no podían parpadear ante la impúdica escena montada por el rubio.
Allí lo veía teniendo una orgía con cuatro mujeres que bien conocía Sakura. Dos de ellas saboreaban y gratificaban la hombría de Naruto cuales sucias rameras entrenadas para satisfacer las fantasías del hombre al que estaban arrodilladas. Eran Shizune y Kurenai las que hacían este favor por él. Las otras dos en tanto las tenía Naruto con sus manos tomándolas de sus caderas, pegando sus cuerpos a él, donde la boca del rubio estaba entretenido saboreando los senos de las dos maduras que gemían mientras se mostraban gozosas. Eran Tsunade y la señorita Mei.
―Te gustan como saben mis senos, Naruto~ ―dijo Mei gozando la rudas mordidas que le daba a las aeréolas de sus pechos.
―Aunque muerdas fuerte, no saldrá nada~ ―escucho de Tsunade, a las dos veía como lo disfrutaban y gozaban.
Cuando su cuerpo no pudo más, huyó de allí sin que se dieran cuenta. Digo su cuerpo, pues se lo contó a Sarada-san. Esa ocasión, en la ducha nuevamente vino a masturbarse pero con tanta intensidad y furia que lo hizo varias veces.
V
El continuar de estas historias vino después del contacto de mi cuerpo con el seductor cuerpo de Sarada-san. Luego de aquella gratificación que me practico en medio del sendero, me tomo de la mano y los dos nos volvimos adolescentes atrevidos, me llevo a la oscuridad de la naturaleza fuera del sendero y yo me sentía emocionado tras lo anterior.
Busco un árbol lo suficientemente denso del tronco para poner sus manos contra él, inclino su trasero hacia, bajo primero las bragas que traía muy lentamente hasta tenerlas a sus tobillos. Después, encogió su falda levantándola sobre sus glúteos.
―Vamos, Adrian. Muéstrame que sabes hacer ―dijo Sarada-san, sus ojos coquetos se iluminaban por la escasa luz de la noche que atravesaba las copas de los arboles. Mi aparato de nuevo entró en calor y la sangre hizo que me volviera a levantar a pesar de no hace diez minutos haber disfrutado del mejor oral que una mujer me practico―. ¿Vas a tenerme esperando?
Me acerque y me sentí impaciente, traté de mantenerme controlado pero la carne es débil. Con mi mano en mi aparato acerque la punta de mi hombría a los labios de la vagina de Sarada-san, esa sensación absorbente me atrapo e hizo que pudiera entrar en ella. Que abrazo mas cálido pude sentir.
Solo se que mis instintos tomaron el control en ese momento, empujes continuos con energía y rozando contra el trasero de Sarada-san, no quería hacer algún ruido que alguien por allí lograse escucharnos, pero lo único que yo escuchaba eran los tenues gemidos que la madura mujer mientras yo sostenía mi propia camiseta para no incomodarla con el roce de mi ropa con su cuerpo.
―Se siente bien, Sarada-san ―dije, mi hombría ardía a medida que se deslizaba con mas facilidad y mas entusiasmo.
―Me alegra oír eso, Adrian. Tu tampoco lo haces mal ―me respondió, su voz se escuchaba agitada en poco ¿Realmente la hacia sentir?
Seguí por algunos minutos más, trate de hacer que mi polla aguantara el mayor tiempo posible pero mis piernas empezaban a sentirse engarrotadas después de permanecer por mas de diez minutos en en la misma pose, el abrazo placentero era tan estimulante que no pude decir ni una sola palabra hasta que me vine, lo hice dentro de una mujer de cincuenta años y que se movía como una joven prostituta de tan solo veinte.
―Lo siento, lo hice dentro ―dije tras breves momentos de respiró tras haberlo echo, aunque se veía oscuro, la poca luminosidad me dejo ver como una gota de mi semen se escapaba de la vagina de Sarada-san. La reír muy divertida.
―No hay problema, no creo que llegue a embarazarme de una sola cogida ―exclamo, se despego del tronco. Yo en tanto solamente me sentía aliviado de tanta incitación de tanto escuchar sus estimulantes historias―. Ahora, que tal si sigo contándote desde donde nos quedamos mientras vamos a mi habitación.
Solamente trate de acomodar mi pantalón, pero antes de poder abrochar mi cinturón ella vino a decir esto. Me sentí ruborizado y a la vez entusiasmado por esta invitación. Sarada-san acomodo su ropa para así venir a mi y tomarme de mi brazo, lo cual me hizo erizar de mas emoción al sentir sus pechos chocar con mi brazo.
―Mi historia apenas si va llegando por la mitad, Adrían ―decía tomada de mi―, se que no podrás resistir hasta el final, así mientras me sigas escuchando. Yo seguiré atendiendo todos esos estímulos que sufras por mi historia.
Honrado, solo pude sentir la emoción y excitación mientras la seguía escuchando.
VI
El descubrimiento cada vez mas terrorífico que tenia a mi madre mas y mas perturbada referente a saber que Naruto-sama tuvo una soñada despedida de soltero, tenia su origen nueve días después de la propuesta de matrimonio que hizo a su futura esposa. En una hora similar en la misma oficina de Naruto-sama, la vieja Tsunade lo atrapó antes de pensar irse a su hora respectiva. La misma anciana me narró todo mientras me llevaba de viaje por tren bala a otra prefectura de compras para ella.
―Así que te vas a casar ―dijo luego de haber quedado en silencio con Naruto-sama en su oficina a solas.
Ella yacía sentada sobre su escritorio mientras tenia las piernas cruzadas con un complejo visto en su mirada mientras interrumpía las actividades de mi señor, por estar sentado a su derecha, moviendo los documentos apilados y haciendo un desorden de papeles. Tsunade dijo que estaba mas que molesta o inconforme, estaba triste.
―Lo lamento por ti ―exclamo mi amo, quitándole las manos de encima a los documentos y ordenándolos en el otro lado de cara a su asiento en el escritorio.
―¿Por mi? ―reaccionó con sarcasmos―. ¿Pero que dices? Dile eso a Shizune o a Mei, una vez que te cases esas dos dejaran de ser tus perras.
Dijo, mas cuando llevo su mirada a su ex asistente él le miraba con una ceja levantada y sus labios formando una sugestiva respuesta. Pronto, rodó sus ojos cuando le contesto.
―Honestamente dudo que ahora que Hinata-chan y yo no casemos, pueda deshacerme de Shizune, Kurenai y Mei ―contesto―. Amo a Hinata, sin embargo. Aunque que pueda mostrarme con el mismo entusiasmo en la cama con ella. Algo en mi dice que no debería ser el mismo hombre que se coge a esas tres con Hinata.
―¿Que? ¿Acaso no te gusta hacerlo con tu novia, perdón, prometida? ―vino a cuestionar una duda que incluso a mi me desconcertaba.
―Claro que si, me gusta ver su rostro cuando la hago tener un orgasmo y sentir su cuerpo con el mio ―respondía levantándose de su asiento con la mirada complacida teniendo entre cerrados los ojos―. Pero no pretendo hacer de Hinata, una sucia.
―Deberías ―contesto Tsunade mostrando inconformidad con el criterio de Naruto-sama―, te entrene para eso.
―No ―exclamo cantando en burla―, tu me entrenaste para ser tu novio. ¿Crees que ya se me olvido la propuesta con la que me saliste la noche que te escapes, Tsunade?
Entonces vino a perturbarse la madura, la vergüenza de recordar lo que ella considera fue un momento de delirante de su estado mental hizo que se pusiera roja, su actuación fue idéntica a la de una adolescente. Se bajo del escritorio e intento escapar.
―Estaba delirando en ese momento, mocoso idiota ―sus insultos no tenían efecto alguno sobre Naruto-sama ya, respondió con una breve risa que hizo sentir mas ridiculizada a Senju.
Solo le permitió dar media vuelta y puso su mano sobre la mano de Tsunade, apenas logro volver la vuelta para ver como el que fue su juguete venia a ella y la tomaba de la cintura para acercarla a él. Todo mientras seguía mostrando esa sonrisa boba, me contaría Tsunade.
―Hinata me contó que le dijiste que si me dejaba ir, me harías tuyo. Osea que admites que esa declaración tuya iba enserio ―dice, sus pechos chocan con el torso de Naruto-sama y su gordos senos se hicieron mas llamativos, pero los ojos de mi señor estaban en la cara de Tsunade―. ¿Como eran? ¿Escapa conmigo, vayamos a algún lado tu yo?~
La vieja Senju apretó los ojos mientras sus dientes crujían de vergüenza con lo que escuchaba mientras estaba en manos de su aprendiz. Comprendió lo que era estar en su lugar cuando ella lo trato así.
―¡Esta bien, solo ya para! ―quedo humeante de la pena, la soltó una vez que confeso―. Tal vez y si lo dije enserio pero que esperabas soy una vieja solterona no hubieras querido gastar tu vida con una mujer de mi edad ―dio un paso atrás―. Tal vez y si llegue a enamorarme de ti, pero admítelo ¡Solo me hubieras seguido por estas!
En un acto desvergonzado, desnudo sus pechos a Naruto-sama mientras se sentía ruborizada y con cólera al hacerlo, pero jura ella apenas se inmuto cuando lo hizo, no negó su atractivo pero no vio la misma reacción virgen en él como la primera vez. Volvió a cubrir sus exuberantes senos.
―Si fuera el mismo chico que sedujiste hace unos años créeme que hubieras conseguido engañarme y seguirte. Olvidas que yo también dije algo similar antes de que me vendieras a Mei ―le recordó e hizo que Tsunade se acomplejara―. Ahora lo entiendo, la verdad es que no me enamoré de ti, sino de tu cuerpo. De la misma forma que amo el cuerpo de Shizune, el de Mei y el de Kurenai.
Dijo mientras venía ella, viendo cada paso como un mas lento que el anterior. Una vez mas, sus manos la tomaron de su cintura solo que esta vez fue para sentar un beso cargado sobre Tsunade, dijo que fue totalmente diferente a todos los besos que alguna vez se dieron antes. Puede que haya sido por el tiempo que paso entre los dos pero me relato con toda pasión que ese beso dio reinició a su relación.
―¿Que haces? ―cuestionó.
―¿No es evidente? ―un segundo beso fue suficiente para callarla.
En el cuarto secreto de placeres, no pudo aguantar ni un solo segundo la vieja Tsunade ahora que sentía su cuerpo emociones con la boca de Naruto-sama devorando sus enormes pechos. Pero ella quería mas que solo eso. Su mano frotando su pelvis produjo el empalme en Naruto-sama que le hizo empujar a Tsunade contra la cama, hacia tiempo que no era dominada como se debía. Mostró su cuerpo y luego de dos años había cambiado para mejor, más varonil, ya no tenia cuerpo de un niño.
Arranco la ropa a la vieja Senju y saboreo mucho más su cuerpo. Su lengua es mejor que cualquier droga, solo basta su lengua bajando de tu boca, recorriendo tu cuerpo hacia abajo hasta llegar a la parte mas sucia de tu ser y te hace mojar el suelo sobre el que estás.
―Hace mucho que extrañaba esto… no recuerdo que fueras así de bueno ―Tsunade no puede ocultar la mezcla de emociones que la esta sacudiendo―. No pares hasta que me hagas venir.~
―Claro que te voy a hacer venir ―interrumpe su trabajo, se encimo sobre Senju y la punta de su aparato ha de besar su vagina ahora―, pero esta vez voy a hacer que tu seas mi juguete, Tsunade-chan.~
―¿Tsunade-chan? ―se siente ofendida pero el empalamiento de la polla de Naruto-sama hace que su voz suelte un gemido de dolor―. ¡Haa! ¿Que pasa? Tu pene se siente mucho mas grande que la ultima vez.
Estaba a su merced, no era el mismo chico que movía su pelvis por impulso como antes, ahora empujaba su hombría con violencia apasionada. Te hace dejar una escena del crimen donde te tome. La agarro de sus muslos y levanto sus piernas, penetrando mas y mas duro a la vieja Tsunade, solo podía aferrarse a las sabanas rosas de esa habitación. Su voz clamaba, no por ayuda sino porque Naruto-sama no se detuviera.
»¡Naruto! ¡sigue y no pares, por nada, Naruto! ―grito, su vagina lo extrañaba tanto que se envolvió en su hombría para que no dejarlo ir, de nuevo.
Se dejo caer sobre Tsunade haciendo que la punta de su hombría presionara contra las puertas del útero de la vieja, para caer su rostro entre sus gordas tetas y frotarlas contra su rostro, él se reía mientras se embarraba así, sin parar de follarla.
―Tu cuerpo tiene un sabor único, Tsunade-chan ―no se atrevía a mirarlo, su rostro lo hacia atrás en la cama mientras sus piernas las sentía rígidas, levantadas en el aire. Sus manos no querían soltar las sabanas y su cuerpo no paraba de arder en placer―. El sabor del cuerpo de Mei ni el de Shizune se comparan contigo… cada una tiene un sabor distinto, pero el tuyo esta por encima de ellas.
Su hombría se volvió loca en su interior, empujaba con tanto entusiasmo que sin aviso alguno mas que solo sintiendo como el pene de Naruto-sama se hinchaba mas en cuestión de minutos hasta que disparo todo. El cuerpo de Tsunade reacciono en cadena, sus piernas abrazaron a Naruto-sama, como con sus brazos hizo lo mismo, hundiendo con fuerza su cabeza entre sus senos y quijada vino a caer sobre su cabello mientras gritaba de orgasmo.
Deseaba más, un breve respiro y Tsunade sobre la cama entrego su trasero arrastrándose como si fuera una animal. Dos de sus dedos en la vagina de la vieja Senju basto para producir a su cuerpo un orgasmo en poco tiempo, abrió sus labios y en empuje de ese orgasmo hizo que Tsunade expulsara el semen que recibió de Naruto-sama. Fue como emprimir una pasta de vientes con mucha fuerza. Limpio, su boca comenzó a devorarle de nuevo aquí.
―¿Te atrevés a comparar mi cuerpo con el de esas dos? ―cuestiono ofendida, mojándose otra vez por su lengua imparable―. Claramente soy mucho mejor que ellas.
―Cierto ―dijo luego de acariciar el contorno alrededor del orto de la vieja Tsunade y paso a poner la punta de su aparato en la entrada del orificio―. ¡Pero eso no quita que sean igual de deliciosas para mi!
―¡Espera Naruto! ―no iba a detenerse de todos modos, su hombría se abrió paso hasta entrar todo lo suyo, era tener una vara de fierro ardiendo al fuego vivo. El dolor era enloquecedor, las pupilas de sus ojos juraba haberlas volteado hasta mostrarse blancas mientras su garganta se quedaba sin voz―. ¡Na-naruto!
Solo unos instantes quedándose inmóvil esperando que Tsunade asimilara el dolor. Ella no lo podía ver, apenas si podía enfocar su rostro sobre Naruto-sama pero ella jura verlo sonreír arrogante. Algo a lo que ella solamente retorcía su rostro en una forzada sonrisa. Cada empuje que hacia era doloroso para la vieja Tsunade, no recordaba la ultima vez que dejo que alguien le diera por el culo o si alguna vez lo hizo antes. Disfruto tanto antes de Naruto-sama que ya perdió la cuenta, pero recuerda casi todo lo que llego a hacer con él.
―¿Que pasa, soy muy duro para ti? ―preguntaba sarcásticamente.
―¡Eres un bruto! ―manifestó―. A este ritmo voy vas ha hacer que mi orto se salga.
―Si eso ocurre, solo debo volver a ponerlo dentro.
―¡Tonto!
Cada segundo lo sentía eterno. Pero con cada minuto que pasaba su culo se ablandaba. El dolor se quedo siendo solamente placer y su coño compartía ese sentimiento, de sufrir solo paso a estar cesando por el intenso sexo que le sometía Naruto-sama hasta que de nuevo, su blanca esencia se precipito a llenarla, donde su leche se escabullía por pasajes profundos de su orto.
No la dejo respirar por menos de cinco minutos entre sus orgasmo, una y otra vez lleno aunque no pudiera resguardar mas de su preciada leche en su interior. Aun así no lo soltó aun por mas salvaje que fueran las poses dentro y fuera de la cama donde la cogió hasta el cansancio. Sea que le diera por detrás o por el frente, que usara su boca como otra vagina o sus tetas las usara para causarse placer, ella recibía con mucho gusto su esperma.
―¡Sigue Naruto… puedo sentirlo… puedo sentir que te vas a venir! ―decía ella estando en manos de mi señor, sus fuertes brazos la levantaban en el aire con sus piernas abiertas en par, Tsunade se abrazaba de la musculosa espalda mientras sus rostros estaban a nada uno del otro. Antes fue su juguete, ahora ella lo era de él. Pero Senju prefiere decir que ahora ella era su amante, la número uno. Aunque yo difiero.
A sus pies, un charco de la leche desperdiciada de Naruto-sama, gota a gota el suelo era manchado por la densa espesa que se escurría de la vieja vagina de Tsunade. Pero eso lo ignoraban.
―Pero que ruidosa has sido ―exclamo Naruto-sama antes de tomar sus labios. Mil y un besos esa noche y el sabor de su aparato en su boca le daba un carajo. El aliento se les acabo mas pronto que tarde.
―¡Me vengo! ―grito seria el ultimo grito que haría esa noche donde un ultimo orgasmo le acompañaría un segundo mas tarde de recibir esa ultima descarga de amor de nuestro amo.
Para acabar la noche, uso sus senos y su boca para exprimir una vez mas las bolas de Naruto-sama. Descansando él en la cama, contemplando la vista gorda de sus senos que usaba como almohadillas para la tarea y la punta sobresaliente de Naruto-sama era estimulada por su boca, hasta quedar su cara y pechos bañados en blanco.
―Como extrañaba tener sexo contigo, Tsunade ―decía mi amado Naruto-sama acostado lado a lado de ella.
―Naruto~ ―la oía decir, aun cuando lo hicieron por horas. Aun quedaba algo de espíritu para darse caricias, besos y roces de sus cuerpos suaves―. Naruto, te amo.
―Eso lo se ―exclamo, yacía acostado y Tsunade se encimaba sobre su persona. La veía exhausta pero eso no la hacia carente de emociones.
―Lo digo en serio ―respondió inflando sus mejillas―. ¡No te ríes cuando una mujer abre su corazón, idiota!
―Tsunade-chan es tan hermosa cuando se enoja ―decía entre risas.
―¿Tsunade-chan? ―puso su mano en los testículos de Naruto-sama cuando él no miraba y los estrujo, le hizo sentir dolor―. Vaya que te has vuelto un arrogante.
―Aprendí de la mujer mas arrogante que conozco ―la tenía encima ahora―. Tu sabes cual es mi respuesta, Tsunade. No me interesa tu pasado, solo cogerte.
Cuando le escucho miro a otro lado estando encima de él, su mano entonces vino a quitarse de sus testículos. Afirmando que la mirada neutral de Naruto-sama no era consoladora.
―Que remedio ―suspiro desalentada, pero solo un instante que vino y sus ánimos se levantaron por una idea en su cabeza―. Me siento rechazada y al mismo tiempo aceptada. ¿Es raro? Entonces, si tanto amas mi cuerpo, solo te pido que me hagas un hijo.
Ella dice que fue con eso que logró volverlo a poner como su tonto juguete que tenía hace varios meses antes, se hizo el asustado y tonto excitado. Su hombría se levanto con ganas tras escucharla, lo cual a Tsunade emociono, solo un descanso de veinte minutos y Naruto-sama ya estaba de nuevo listo para mas.
VI
―¿Y La embarazo? ―pregunte asustada sentada frente a ella en nuestros asientos de primera clase cuando viajamos en tren bala.
Junto con mi madre, ambas íbamos de compañía con Tsunade pues fue en ese lugar donde me contaría tan picante historia reveladora. Mi madre estaba sentada a lado de mi, ambas se miraron antes de intercambiar una risa discreta de los demás pasajeros en esa clase, los que solamente eramos nosotras quienes disfrutaban de la historia de Tsunade con una bebida, mas que nadie Sakura y la vieja Senju.
―Creo que mejor deberías preguntar cuantas veces nos ha embarazado, no Sakura ―dijo y mi madre respondió avergonzada. Que perturbador fue para mi.
―¿Ma… Sakura-san?
―¿Será que te tengo un hermano menor escondido por allí? ―se burlaba de mi su sarcasmo.
―Lo tengo ―entendí poco después que solo estaban tomándome el pelo.
Nos dirigíamos hacia el norte, japón estaba pasando por una crisis financiera. Había manifestaciones y escasez de dinero por muchos lados mientras que Naruto-sama mantenía en alto el estatus de Konoha e incluso había quienes querían que él interviniera. Supongo que esto era parte de su plan.
Una conferencia de prensa de la que se hablaría mucho donde Naruto-sama dijo que Konoha podría solucionar la crisis hecha por Kurotsuchi. De lo que se hablaba eran conspiraciones y otros hablaban de él esperando que se volviera un salvador ante la crisis. Kurotsuchi decía en otras ruedas de prensa que la crisis sería superada y pedía paciencia a la gente, pero la gente no tenía esa paciencia.
Muchas clínicas y otros hospitales privados comenzaban a sufrir una crisis de abastecimiento porque empresas se vinieron abajo muy rápido y acceder a un contrato de ventas de farmacéuticas Konoha les era una urgencia para seguir sus negocios. Mi madre misma se encargo de ver estos negocios realizarse. Por eso estaba con ella y Tsunade venía de nosotros solo por puro orgullo sentido por Sakura.
―Después de reconciliarnos, Shizune, Mei y yo decidimos hacerle una fiesta de despedida a Naruto ―diría Tsunade―. Fue allí donde tu madre nos descubrió.
―Tsunade-sama, no lo diga.~
Nuestro viaje aun no terminaba, así que había tiempo para escuchar más.
VII
―¿Porque vienen tan elegantes? ―pregunto con alegre expresión cuando, al final del turno entraron en su oficina sus cuatro amantes, Naruto Uzumaki.
―¿No es obvio? Para celebrar tu despedida de soltero ―exclamo Tsunade siendo la primera en levantar su copa y brindar.
Le sorprendió ver que las cuatro estaban allí para él, supongo que se pregunto cuando empezaron a llevarse bien o si simplemente estaban en una tregua solamente por esta ocasión.
Vestían totalmente diferentes a como siempre las veía. Elegantes y sensuales, dos palabras con las que describía Naruto. Tsunade venía con un vestido rojo largo que cubría todo su cuerpo hasta sus piernas menos sus brazos, su cabello suelto y su busto era visiblemente llamativo ante lo firme que se veían bajo su vestido. La señorita Terumi llevaba una blusa ligera negra de tirantes gruesos sobre sus hombros, un cinturón azul parte de su vestido que hacia juego con su falda corta sobre la rodillas.
Kurenai traía una camiseta negra con los botones de su escote abiertos presumiendo la conjetura de sus pechos mientras traía una falda ajustada oscura, su trasero resaltaba mas de lo que costumbre. Mientras que Shizune traía una camiseta blanca completa con detalles incrustados en la tela sobre su pecho para hacerlo notar e imitaba el estilo de Mei por traer una falda negra y corta consigo. Pero no solo era eso, cuando entraron para sorprender a quien era su hombre lo hicieron trayendo copas de cristal, con un par de botellas de vino y sake.
Destaparon la primera botella y allí mismo en la oficina brindaron por él. ¡Por Naruto! Les vio gritar y levantar su copa alrededor de él. Solo podía agradecer el gesto a pesar de no haberlo pedido.
―Se los agradezco, aunque no se los pedí ―exclamo Naruto bajando su copa llena de vino.
―Es una fiesta sorpresa ―dijo Terumi acercarse y poniendo su mano en el hombro de quien ella comparaba todavía su novio―. En solo siete días te vas a casar y luego…
―...Supongo que será el final ―exclamo Kurenai de parte de su señora. No parecía estar convencida de eso ultimo, tampoco Naruto.
―Sobre eso.
―Espera, no digas nada has que la fiesta acabe―dio un paso al frente Shizune, pero sería seguida por las demás también―. Naruto.~
―¡Vamos a darte la despedida de soltero que mereces!
No sería una simple fiesta, llena de canciones acompañada solamente con cerveza. Se trataba de un espectáculo improvisado por las cuatro, con la misma gracia que un comediante de situación sube a un escenario y solo necesita de tres cosas para hacer un chiste. Ellas necesitan de tres cosas para tener darle a Naruto Uzumaki una merecida despedida de soltero organizado por sus amantes. Lencería, alcohol y una soga para que estuviera Naruto a merced de las cuatro.
Mientras lo desnudaban, no se resistieron en deslizar sus manos por el cuerpo del rubio que las tenia hechizadas con su hombría de gran tamaño cuando aun yacía durmiente. Lo ataron a su misma silla como sus manos también ataron tras su espalda y allí en la oficina, empezaron el show.
―¿Naruto, dinos después de tu boda piensas dejarnos? ―aunque la pregunta pudiese parecer triste, lo cierto e que ellas estaban emocionadas; ni siquiera se mostraban preocupadas por la respuesta, Tsunade dijo por todas―. Antes de que respondas, dejanos disfrutar contigo como si fuera la ultima vez.
―Dejanos ser tu harem esta noche ―dijo Shizune, donde sus manos no paraban de tocar los músculos en el estomago de su jefe.
Emocionado e inmóvil, el aparato de Naruto vino a estar duro en cuando miro como Shizune robaba su atención, como si robara el escenario. Con un baile muy erótico, donde sus manos se deslizaban sobre su cuerpo, se iba deshaciendo de su ropa una prenda a la vez. Primero su blusa revelando que traía un sujetador negro de corte delgado resaltando sus pechos, así mismo una tanga ajustada que se perdía entre su pelvis que mostró cuando puso en alto su culo mientras lo sacudía con lentos movimientos y vio así la sonrisa entusiasta de su amigo sexual, vio también la hombría de este endurecerse.
―Me gusta la vista, sabes como moverte Shizune ―exclamo Naruto a gusto a pesar de estar atado, por que quería arrojarse sobre la pelinegra de corto cabello y arrancarle las bragas y entrar en su territorio.
―¿Te gusta en serio? ―Shizune pasaba su dedo medio la delgada linea negra de su tanga, sobre su pelvis, entre los dos agujeros, el usar tacones para la ocasión hacia levantar mas la vista que le proporcionaba al novio. Sus ojos cruzaron miradas con Naruto y su vagina empezó a sentir ansiedad.
―Si eso te gusta esto te va a encantar ―dijo Terumi, tan solo volteo la mirada Shizune estando en pose todavía. Empujo a Shizune fuera del escenario y ella rodó sobre el piso.
―¡Oye!
Hizo lo mismo que la otra, un baile lento y sensual mientras se iba despojando de lo que traía puesto, hasta revelar un juego de lencería azul. Tiro su ropa por allí para sus manos siguieran acariciando su cuerpo como si fueran las mano de su amante que tenían sometido.
―¿Que dices, Naruto? ―decía cuando se acerco a él, haciendo ruido con sus tacones para montarse sobre él y sostenerse con sus manos sobre sus hombros mientras sus piernas las tenía flexionadas distanciadas de su aparato―. No soy sexy.~
―Pues… ¡Mm!
Bajaba despacio sus caderas, para sentir el momento que su trasero aplastaba la hombría de su gigolo poco a poco. Mas el sonido de sorber se manifestó debajo de ella. La expresión dolida que hizo Naruto la preocupo. Shizune se adelanto y tomo el aparato del novio con su boca, para gratificarlo en esta su despedida.
―Tardo mucho señorita Mei ―respondió de forma burlesca complaciendo a Naruto solamente empleando su boca sin meter las manos.
―¡Como te atrevés! ―grito enojada, que sus manos apretaron el cuerpo del rubio antes de desmontarse de él y librar una batalla con Shizune por acaparar su hombría―. ¡Su pene es mió!
Terumi a la derecha y Shizune a la izquierda acariciando con lengua y labios todo lo que Naruto Uzumaki tenia en esos gruesos treinta centímetros, contó Sarada-san. Pero mientras ellas luchaban otra vino a subir al escenario visual del CEO de la industria.
―Esta vez voy yo ―apareció Kurenai, con las miradas de las dos mujeres que chupaban su aparato miró con mucha atención al baile que hizo la asistente de Mei, revelando traer debajo un juego de ropa interior blanca semi translucidas que dejaba ver bien sus pezones, aunque sus bragas escondían sus agujeros―. ¿Te parezco sexy para mamá?
―¿Lo preguntas hasta ahora? ―respondió con diversión y cinismo mirando como las manos de Kurenai suben pasando por su cintura, a sus pechos y después mas arriba―. Mirate, me da por hacerle a tu hija un hermanito.
Prendió a la mujer de ojos rubíes, su sonrisa lo decía por ella. A gatas, se acerco hasta el lugar donde las primeras dos saboreaban con mucha hambre el aparato de Naruto, tomo la parte de enfrente, la punta de su aparato y se unió a la comida. Las pecadoras miradas que ellas hacían sintiendo los ojos del rubio gigolo disfrutando de la buena fiesta. Visualizaba la perversión en ellas mientras besaban y sus lenguas frotaban el cuerpo de su hombría, querían romper su voluntad y resistencia.
―Lo mejor para el final ―escucho la voz de Tsunade.
Dio la espalda Naruto y comenzó abriendo el cierre de su vestido. Desde lo alto de su espalda hasta lo más bajo, revelando el broche de su sujetador color rojo hasta dejar ver las bragas rojas transparentes de su trasero. Su baile era de lo mas simple, meneando su trasero de un lado a otro despacio mientras removía los tirantes de su vestido para dejarlo caer al piso.
―Eso si es sexy ―dijo y las tres a sus pies detuvieron su actos para mirar con envidia a la madura de grandes senos y un trasero sobresaliente. La envidiaban por estar sus medidas en un nivel que las humillaba. Siendo mas Mei y Shizune, que Kurenai.
―Tsunade… ―comenzó hablando la señorita Terumi.
―...indudablemente tiene más que nosotras pero aun así… ―tomo la palabra Shizune.
―...No voy a aceptarlo ―termino Kurenai por ellas.
Un gemido de hombre escapo de la boca de Naruto, uno tras otro. Las cuatro hacían un trabajo en conjunto para hacerlo satisfacer, querían exprimir su semen todo, pero yo digo que es mas impresionante que las cuatro tuvieran un espacio para donde poder complacerlo al mismo tiempo.
―Vamos Naruto.~ ―decía una.
―Danos tu delicioso semen ―y otra terminaba la frase.
Sus vaginas comenzaban a ponerse húmedas, tanto que su misma ropa interior se estaban mojando, decían que tanto estaban deseando el bautizo blanco del señor Uzumaki que ya estaban manchando el piso tanto de su saliva como de lo mojadas que estaban.
No despegaron los ojos del amante compartido que tenían, por lo que no vieron venir el momento en que Naruto eyaculo todo hasta que las gotas de esperma cayeron sobre ellas. Una descarga muy voluminosa, cada vez disparaba mas cantidad de su leche por lo que decían que cada nueva ocasión la sentían mas sabrosa. Pero aun cuando tenían sus rostros bañados en semen, solo era la primera de mucho más que querían.
―Eso estuvo genial ―dijo respirando fuerte, Naruto después de disfrutar―. Si tuviera una cámara tomaría una foto a las cuatro en este momento. Ahora quiten estas sogas de encima para poder darles duro, porque puedo verlo en sus caras de perras.
―Mas vale que nos maltrates mucho, querido ―exclamo y eso haría por ellas.
Toda esa ropa sería la que encontraría Sakura dentro de unos cuarenta minutos. Llegaron la fiesta a la habitación secreta que hasta ahora solo conocían Tsunade y Naruto, pero no se mostraron muy asombradas de esto cuando las otras tres lo descubrieron.
―¡Haa! Que bien se siente, Naruto ―en la cama la primera en montar su duro empalme fue Shizune, movía su cuerpo con mucha facilidad empapando la hombría del rubio con cada sentón ruidoso que hacia. Mientras que Kurenai y Terumi saboreaban los músculos sudados del torso de Naruto haciendo que sus entrepiernas sean frotadas por los brazos fuertes del rubio empresario, pero ella tendría la mirada puesta detrás de su cuerpo mirando como su trasero acaparaba todo su aparato―. Dime Naruto… se siente bien, te gusta como lo hago… porque yo si.~
―Claro que lo estoy disfrutando, Shizune ―le respondió. Tsunade yacía sentada con las piernas flexionadas hacia abajo con la cabeza de Naruto por encima de sus muslos donde él tenia su boca muy cerca de los pechos de la madura.
―Vamos Shizune, cuanto mas vas a estar acarando a Naruto-kun ―inflo sus mejillas mientras su propio aparato se desesperaba.
―Naruto es mió hasta que se venga… zorra ―parecía que fuera a sucumbir ella primera antes de poder hacer a rubio venirse dentro.
―Descuida, Kurenai ―exclamo con emoción en su voz.
Tomo a Shizune de sus brazos y jalo su cuerpo hacia ella, con sus brazos pasando por su espalda Naruto levanto su cadera e hizo que su pelvis se volviera frenética empujando su aparato y desatando un frenesí de orgasmo en la pelicorta, tanto que su cuerpo no resistió ir expulsando su lluvia sobre mientras la martillaban.
―¡Naruto, esto es increíble! ―grito de placer y poco después vino el disparo de gracia que tanto ansiaba.
Kurenai subió apenas se quito la otra, limpio la hombría del joven con el que jugaba a ser amantes a espaldas de su marido y luego lo puso dentro de ella. Le dio la vista de su culo golpeando su pelvis con el mismo ritmo que Shizune uso, lo quería todo pero también lo quería disfrutar. Mientras dejaba que Kurenai saboreara su aparato Mei decidió divertirse con la previa acaparadora.
Respiraba el aliento que perdió sin preocupaciones, hasta que sintió unas manos desconocidas agarrando su trasero y Shizune sintió un susto. Levantaron sus caderas, para luego el dedo de alguna de ellas entrometerse en su coño.
―¿Pero quien? ¡Señorita Mei, que hace! ―no tenia idea de que pretendía, pero en la forma que miraba su agujero donde los dedos de su mano le revisaban.
―Solo mirando la cantidad de semen que te dio Naruto ―exclamo, su dedo rascaba apenas paso la vagina de Shizune y el líquido blanco del rubio comenzó a escurrirse―. No te molesta que beba un poco, sería un desperdicio dejar que se derrame.
―No se atreva ―su cuerpo temblaba, pero todo su ser se sacudió cuando la lengua de la pelirroja le entro y hurgo lamiendo el semen que seguía deslizándose fuera de su coño―. Señorita Mei, deje de hacer eso.
Tsunade observaba todo mientras miraba como Naruto se levantaba de su regazo, paso su atención a Kurenai. La empujo sobre la cama, para follarla en el estilo que le gusta.
―¡Oh Naruto, eres un bestia! ¡Eres una bestia! ―su voz se descontrolaba, el empuje de su hombría era brutal.
―Con esa boca, besas a tu esposo ―dijo, se dejo caer sobre Yuhi, los dedos de su mano abrieron su boca mientras enterraba profundamente su hombría―. Con esa sucia boca.
―Soy una mala mujer ―logro decir.
Divirtiéndose, Tsunade se acerco arrastrándose de lado derecho de los dos para tener una mejor visión. Algo de sake bajando por su garganta y ebria del olor a sexo en aire, una sugerencia vino a relucir en su mente.
―Necesita una lavada de boca ―dijo Tsunade, colocando sus pechos en la espalda de Naruto antes de desatarse contra Kurenai.
Las embestidas del joven pudieron mas de lo que pudo resistir, su vagina abrazo su hombría vuelta loca mientras se aferraba a las sabanas de la inmensa cama. Su voz se perdía, sonaba como un perro agotado de tanto correr, solo se oía su garganta seca pero aun cuando su mente venía a quedar en blanco, pudo sentir el momento deseado.
―¡Toma esto! ―eyaculo Naruto en su interior, una larga chorrreada que le inundo, no todo iba a liberarlo en su vagina. Retiro su aparato y lo llevo a la boca de Kurenai―. Hay que lavar esa sucia boca tuya ―termino de eyacular aquí follando su boca de paso.
Una suave mordida de su boca con la que no dejo ir su aparato mientras su lengua hacia un batido de su semen que se resbalaba por su boca. Dejando salir su hombría luciendo reluciente a pesar de no querer soltarla, Kurenai.
―¡¿Que estás haciendo?! ―grito Mei, atrayendo la mirada de Naruto y las dos mujeres a su lado.
Cuando miraron, vieron que Shizune se estaba sometiendo a la pelirroja, una se miraba muy brava luchando con los brazos de la madura, sosteniendo una de las botellas de vino en una de sus manos; en cuanto a la otra solo podía reír a causa del miedo y el licor en su sangre.
―¿Que hago? ¡Mi venganza! ―grito e intento someterla, pero sola no lo podía lograrlo―. ¡Tsunade-sama, puede darme una mano!
Al tratarse de Mei, así no tenía ningún problema. Naruto solamente miraba mientras Kurenai se recuperaba a sus pies, no entendía que pretendían pero le producía mucha diversión para ver. La tomaron de las piernas y las abrieron, viendo el rostro malicioso de la reclutadora de Konoha levantando el vino comenzó a sudar.
―¿Que vas a hacer con esa botella? ―pregunto, mas no respondieron. Tsunade no sabía que pretendía Shizune pero viendo las cosas capto rápido.
―Oye Naruto, no quieres probar una bebida especial ―dijo Shizune, destapo la botella y la boca la introdujo pasando los labios vaginales de Terumi.
―¡Aguarda! ―no basto para detenerlas, como si se tratase de un filtro, las paredes de su vagina se volvieron una destilería siendo raspadas por el añejo vino que se iba hasta lo mas profundo de su ser―. ¡Estúpida, esto quema!
Les importó un carajo sus palabras, ambas lograron levantar a Mei y la llevaron sobre el invitado de honor de la fiesta. Naruto se recostó en su lugar con todo gusto. Un gesto de su lengua que decía cuanta ganas tenía de probar la bebida. Terumi no lucía para nada cómoda, de los labios de su vagina podía verse como el vino se escapaba a través de una delgada línea, pero la mano de Tsunade tapando aquí, impedía que el licor se desperdiciara todo.
―¿Quieres probarla? La llamamos cóctel de vino y Mei ―exclamo Tsunade, tomando las palabras de su vieja protegida.
―Se ve delicioso ―dijo y abrió la boca. Tsunade quito su mano y de paso también abrió los labios de esta boca de la señorita Terumi―. Venga, que tengo mucha sed.
Mientras su cuerpo ardía por el alcohol tocando su vagina, toda la botella que destilaron la bebió Naruto en cascada sosteniendo una risa engreída ante la humillada Mei.
―Mi cuerpo… se siente extraño ―su cuerpo no tolero bien el contacto del alcohol y la fermentación del vino provocaron que la madura se orinara mientras el vino en su útero seguía siendo expulsado.
Pero a Naruto le dio igual, la mezcla de sabores le pareció una exquisites y cuando cada gota de esa botella de litro de vino se agoto, se levanto y limpió el vaso del que le dieron tan sabrosa bebida. Saboreo la vagina de Mei, produciendo un fuerte orgasmo estando aun en manos de Shizune y Tsunade.
―Mirá que desastre haces Mei, serás una señora pero sigues mojando la cama ―al menos él no se mojo. La tomo tan fácil como ellas podían tenerla sostenida y de piernas abiertas, vino a acercar su abierto agujero a su dura hombría―. Mereces un castigo por ser una niña mala.
Su cuerpo temblaba de deseo, ahora estaba mas ebria que antes gracias al vino de Shizune. Con manos temblorosas como todo su cuerpo se puso, se sostuvo del cuello de su preciado gigolo, una sonrisa dolida intentando no parecer afectada por lo anterior. El primer toque de la hombría de su querido novio hace correr la electricidad a través de su cuerpo y cuando besa el fondo de su interior. Su cuerpo reacciona fuerte.
―¡Naruto! ―grita su nombre abrazando al rubio con demasiada fuerza, pero él lo ignora ante tan agradable abrazo de su vagina―. Castigame, Naruto. Castigame por ser una niña mala.~
Y al final vino Tsunade, lo mejor queda para el final, dicen siempre. Pues yacía sentado y con la madura Senju sentada sobre su regazo, su aparato la llenaba fuerte mientras él empujaba, a la vez que ella movía su cadera al ritmo de su joven amante.
―¡Dame todo Naruto… dámelo dentro! ―gemía sin restricciones en tanto las otras tres mantenían su distancia ansiando el momento del disparo potente de su leche.
Le faltaba poco para llegar, el contacto de sus grandes pechos tocando su torso, la pasión con la que le abrazaba, el aroma de su sudor y de su cabello que respiraba, su mano derecha jugando con el agujero libre de Senju mientras su aparato desata toda su intensidad haciendo un desastre su coño.
―¿Lo quieres? ¡Vamos, grita mas fuerte Tsunade! ―exigía, antes de soltar su boca para morder el cuello de la madura. La abrazo y vino a caer en la cama con ella encima, para así moverse con mas frenesí―. ¡Quiero escucharte pedirlo, Tsunade!
Su coño era pulverizado, los empujes dementes a los que la tenía hecha adicta hacían, Mei estaba envidiosa, al igual que Kurenai y Shizune, pero también estaban ansiosas por sentirlo de nuevo. Acercaron su rostros sonrientes para ver mejor el desempeño de la hombría del joven Uzumaki que se desquiciaba con cada empuje. Como chicle pisado, un rastro mezclado entre semen previó y la liberación de fluidos vaginales hacían una pasta que se estiraba aquí. Una droga que las tres restantes querían saborear.
―¡Dámelo todo, Naruto! ―gritaba con mas voz, Tsunade―. ¡Dame toda tu leche!
No les negó a ninguna la petición de su semilla cuando fue el turno de cada una, pero era Naruto Uzumaki donde decidía donde entregárselos. Las cuatro una segunda vez, estaban puliendo su aparato al mismo tiempo. Poco después Mei y Tsunade se acercaron a Naruto y tras rocían sus pechos con algo de Sake esta vez para que él las chupara como un violento bebe hambriento, el rubio vino a atraparlas de su caderas mientras Kurenai y Shizune estimulaban sin hallar satisfacción, su hombría.
Era aquel momento en el que Sakura vería con mas trauma al ver el secreto mejor guardado de Naruto Uzumaki y la insaciable lujuria que, como una enfermedad; le provocaba una alergia de desearlo también.
Desconoció por completo, quien era este hombre que se hacía pasar por Naruto y que estaba teniendo una orgía con al menos tres de las mujeres que respetaba y que este otro, las trataba como un pedazo de carne al que ellas estaban entregadas.
―¡Ya lo decidí, voy a conservarlas a todas ustedes como mías! ―escucho su grito, era su voz.
―Entonces cogenos hasta el final, Naruto.~ ―vendría a escuchar la voz entre mezclada de Tsunade y Mei, para ver solo unos segundos mas tarde como los rostros de Kurenai y Shizune eran bautizados por el espeso semen de Naruto. El aroma que llegaba hasta su nariz, la pondrían hambrienta también.
No podía negar más que todas estas veces que ha tenido el desdicho de mirar sus fechorías seguía siendo Naruto, el mismo que su cuerpo ha estado deseando desde antes de comenzar a consolarse en largas noches ante la ausencia de su esposo. Fue el verdadero nacimiento de la bestia sexual que Sarada-san conocería en años futuros.
Vio mucho más de lo que Sakura contó al principio y revelaría después a su unigénita. Donde un beso era de dos, Naruto tenia a tres mujeres a las que daba un atrevido beso de lengua, Tsunade y Shizune al mismo tiempo, mientras que Mei usaba su enorme aparato para satisfacer sus necesidades.
―¡Vamos, vamos! ―dijo Mei gustosa y de mucho animo―. Esfuérzate, Kurenai.
―Ya casi lo conseguimos, señorita Mei ―sentía su cuerpo pesado ante el ardor deseoso que sentía―. ¡Aquí esta!
Mientras Terumi tenía una sesión de sexo lésbico con Kurenai, donde sus piernas estaban abiertas y encrucijadas como tijeras teniendo en medio el duro aparato del Uzumaki al cual frotaban con gran sincronía. Shizune se moría a gritos orgásmico al tener su lengua acariciando toda su vagina. Agarraría a la madura Senju y la empujaría sobre la cama, para montarla como vaca.
―Besame, Naruto ―vino Shizune a ponerse a su derecha, mientras que la señorita Terumi se asomo por su izquierda, ambas abrazaron los brazos del rubio. Dejando que Tsunade tuviera que tener todo el control.
―No lo apares todo, perra ―su hostilidad era infantil. Se lo quito y Naruto no tuvo problemas en darle la atención de su boca.
―¡El es mio, zorras! ―Tsunade también se puso en guardia ante la disputa―. ¡Esperen su turno!
Kurenai estaba a un lado solamente, tocando su cuerpo mientras aguardaba en desesperación. Hizo sonar su voz también.
―¡Vengan aquí! ―un llamado y un segundo después las tenía a todas en su brazos teniendo un extraño beso de cinco. Los senos de Shizune y Mei chocaron contra cuerpo, pero Naruto seguramente podía ver como los pechos de las cuatro se presionaban en cadena a su alrededor―. Las cuatro son unas desesperadas, voy a darles duro esta noche.
El eco de las risas traviesas fueron estremecedoras para la doctora Haruno, sería lo que la echo a correr después con su cuerpo agitado y su mente incapaz de borrar aquello que dejo una imagen en su visión que difícilmente podía quitarse. Haciendo a su cuerpo la gota máxima que haría a la doctora la siguiente adquisición futura de Naruto Uzumaki.
VIII
No recuerdo mucho de la boda de Naruto-sama, o si quiera haber estado. Hay fotos en los álbumes de mi madre cuando ella me llevo, dijo que yo era una bebé callada así que no hubo problemas en tenerme en la celebración.
Desde palabras de Sakura-san, dijo que la boda fue de lo mas precioso. Desde el vestido de la afortunada esposa hasta el galante novio, muchos invitados aunque pocos eran conocidos de Naruto-sama o de Hinata-san. Eran otros empresarios conocidos de japón y socios financieros de Konoha, algunos traídos por Mei y Tsunade para llenar las bancas. A pesar de tantos desconocidos, unas pocas caras que si reconocían estuvieron presentes. Mis padres, sobre todo mi padre que no quiso perderse la boda de su mejor amigo, la señora Kushina su preciada tía y ultimo familiar vivo que le quedaba, así como las cuatro mismas mujeres que vio mi madre, tuvieron un orgía con Naruto-sama, allí estaban a lado de ella en la ceremonia matrimonial.
Los que llenaron los espacios correspondientes a los invitados de la novia, fueron el mismo Raikage-san y su asistente, así como muchos miembros de la familia Hyuuga. Su madre y su hermana de Hinata-san, pero el asiento de su padre estaba vació. No obstante, Sakura-san me contó que el padre de la novia si estuvo presente. Desde un rincón imperceptible a los ojos de su hija, pero si estuvo allí. Incluso juró verlo derramar una lagrima y mostrar una sonrisa que supongo, no esperaba que nadie le viera.
―Fue una boda fantástica, lo admito Hinata se vio mucho más hermosa que yo en mi propia boda ―dijo mi madre, ahora que volvíamos de Tokio con el contrato firmado y notariado con el nuevo negocio de distribución de medicamentos con el hospital de principal de dicha ciudad―. Incluso admito que Naruto se veía igual de guapo en ese momento, pero tenia que controlar mis pensamientos. Tu padre estaba a lado mió y dijo que notaba extraña.
―Porque no mejor le cuentas la mentira que le dijiste a tu esposo sobre eso ―una sugerencia de Tsunade que mi madre acepto. Ella seguía con nosotros en el viaje de regreso.
―Cuando volvimos a casa le mentí a tu padre, le conté que tuve un sueño sobre Naruto engañando a Hinata previo a la boda con muchas mujeres ―dijo tratando de aguantar la risa―. ¿Sabes que hizo? Comenzó a reírse, algo que tu padre no suele hacer. Dijo que era lo mas estúpido que había escuchado.
―Pensé que papá ―trate de divagar.
―Tu padre percibe a Naruto de muchas formas: tonto, ruidoso… pero nunca un mujeriego ―declaro Sakura―, supongo que es por eso que no sabe.
―¿O será por el echo de que siempre esta en el extranjero luchando? ―pregunte en ironía.
Sin embargo mi madre no se sintió mortificada para nada conforme avanzaba el relato de nunca acabar.
―Meses mas tarde tuve en honor de recibir el premio nobel de medicina. Naruto estuvo allí aunque tu padre y tu no pudieron ir ―relataba mi madre tras pedir un trago a la mesera del carrito―. Oficialmente podía hacerme llamar doctora Haruno, aunque tengo el apellido de tu padre, los moduladores de la premiación pusieron mi apellido de soltera en la base del premió. Doctora Sakura Haruno. Estaba tan orgullosa, un mes mas tarde. Compramos una casa en la zona alta de la ciudad y aunque convencí a tu padre de dejar el ejercito porque ahora recibiendo fondos mundiales de la salud para financiarme con ayuda de Naruto. Tu padre eligió estar en servicio activo constante.
―¿Esperen, Konoha tiene ingresos de parte de la OMS? ―un hecho que desconocía incluso para el tiempo que yo llevaba a lado de Naruto-sama.
―No son fondos para la empresa, sino para tu madre ―corrigió Tsunade―, lo que Naruto invierte para el genio medico de tu madre, la OMS le da la media o una tercera parte. Siempre y cuando este haciendo aportes constantes.
―Aunque los rivales de Konoha desprestigien mi trabajo, ya hay certificados mundiales que avalan los resultados óptimos ―mi madre se mostró arrogante ante la necedad inculcada por los competidores, agitando el vaso que le trajeron con repudió de su voz al trago que tomaba como si fuera agua―. Pero nada de eso importa, adquirir la nueva casa, fue lo que hizo que Naruto y yo nos convirtieramos amantes.
Decía amantes como si fuera todo un privilegio. Después de tanto conversar. Por fin podía saber de mi madre, como es que ella y Naruto-sama son tan unidos.
IX
Medio año transcurrió tras la boda de mi amado predecesor, era conocido que su esposa estaba esperando un bebé. Pero aunque eso fuera, Naruto-sama seguía atendiendo su harem secreto con mucha atención.
―¡Recibe todo, Shizune! ―libero su semilla hasta lo mas profundo de ella y su cuerpo no pudo con tanto.
―¡Naruto! ―seria su grito.
Le dio algo de espacio donde ella dejando escapar un rastro de semen al tener sus piernas abiertas, resbalaría del escritorio de Naruto-sama, lucía agotada, sudada y entusiasmada por más. Pero lucía mas agotada que lo ultimo, aunque la sonrisa de su rostro decía lo contrario.
»Naruto, dame un respiro… en serio.
―¿Que pasa? ―pregunto, así como Shizune yacía desnuda delante suya, él también estaba desnudo en su oficina―. ¿Me vas a decir que ya te cansaste?
―Claro que no ―respondió Shizune-san donde sus piernas le temblaban de tanto esfuerzo―. Es solo que me follas a diario que te robas toda mis energías mas rápido cada vez.
Eso le pareció un problema a Naruto-sama.
―Sabes, Tsunade y Mei me empiezan a decir lo mismo ―comento, aunque no parecía darle poca importancia a él―. ¿Pero como solucionarlo?
Shizune, recuperaría sus energías lo suficiente para venir a él y darle su idea.
―No has pensado en expandir tu circulo ―dijo, poniendo sus manos en el pecho de Naruto-sama, una sonrisa pícara mientras le miraba sugerente―, porque no hacer que otras se integren a la diversión, Naruto eres un hombre un gran deseo carnal que se hace más cada vez. Sería bueno que ampliaras tu ganado.
―¿Ahora me tratas como hombre? ―pregunto él sintiendo un aumento a su orgullo que ocultaba muy bien―. Pero a quien podría interesarle.
―¿En serio? ―a pesar del tiempo, la estupidez algunas veces venía a tomar a Naruto, pero Shizune-san dice era parte de su encanto―. Te daré una pista es la mujer que nos ha visto hacer varias veces y no le ha dicho nada a tu esposa, su nombre Sakura y su apellido de soltera es Haruno.
Una proposición muy interesante para Naruto-sama, tanto que su boca se abrió ante lo fantástico que le sonaba como sus ojos visualizaron la imagen de tener a mi madre para él. Todo mientras Shziune-san se agachaba para hacerle una felación. Lo ignoro hasta ahora pero aquella ocasión en la que quedaron al descubierto por Tsunade, Sakura también los llego a ver y cuando tomo el mandato de Konoha. Necesitaba pensar en como acercarse a mi madre y el oral que recibía le permitían pensar mejor.
X
La nueva casa de la familia Uchiha estaba en la zona alta de Kioto. Del otro lado de la ciudad, pero le quedaba mas cerca a su lugar de trabajo, la mudanza tuvo que esperar un mes más comparado con el papeleo de la compra que fue en menos tiempo. Pero finalmente vivían en una casa que indicaba privilegios. Dos pisos y un patio trasero amplio para criar a su pequeña. Sakura tuvo que resolver todo el documento sola y supervisar la mudanza, como la instalación de todo. Pero al final lo logró.
―Lamento no poder haberte ayudado con la mudanza, Sakura ―su esposo estaba sentado a la mesa del nuevo comedor vestido como civil, con una bebida que le trajo su mujer que tomo lugar frente a él―. El general retraso mi permiso varios días.
―Esta bien, no tuve problemas aunque poner todo en su lugar llevo tiempo. Oficialmente este día se concreta nuestra mudanza ―declaró―. ¿Que piensas de la casa?
―Es muy grande, pero eso me gusta. Me sentía atrapado en ese departamento, lo admito me encanta ―se mostró optimista pasando su vista tan solo por la cocina, una habitación solo para el comedor. Otra para la sala y los dormitorios estaban en el segundo piso; donde dos cuartos mas yacían vacíos para ser ocupados pero los ocuparían en algún momento.
La doctora Haruno veía sonreír a su esposo, lo que la conmovió. Es extraño que el se muestra de tal manera, siempre concentrado, serio y enojado. Solamente ella era testigo de esta cara desconocida de Sasuke Uchiha, es lo que juraba a su hija al menos. A través de la puerta del comedor, la veía allí en la sala jugando sola con sus juguetes, la pequeña Sarada estaba creciendo. Ambos se conmovieron de solo verla, eran un matrimonio feliz ¿Que necesidad tenia el destino de alterar su la felicidad?
El timbre de la nueva casa sonó y el grito de cierto conocido vino a anunciar su llegada. Llevaba tocando tantas veces pero era ignorado.
―Sasuke, Sakura-chan ¿Están en casa?
―¿Naruto? ―pregunto Sakura, no esperaba saber de él. Era domingo para estar con su familia.
―Oh si, olvide que lo invite a él y a Hinata para mostrarles la casa ―dijo Sasuke mostrándose neutral ante el reclamo de su esposa por no contarle antes.
Los dejaron entrar y el joven matrimonio Uzumaki vino con un regalo para ellos. No esperando recibirlos Sakura solo pudo ofrecer como bebida unas cervezas enlatadas que tenia en enfriando pero igualmente ellos lo aceptaron así servidas aunque la doctora quiso servirles en un vaso. Con ellos en la mesa la charla se hizo inevitable.
―No suelo beber… pero admito que extrañe el sabor del alcohol ―exclamo Hinata roja por el alcohol, dejaba de ser la tímida y recatada mujer que es siempre por una más atrevida y incluso algo grosera, aunque eso ultimo solo se presentaba cuando bebía en exceso―. Después de nueve meses de embarazo por fin puedo tomar una cerveza.
Sakura pregunto por el primer hijo de los Uzumaki a lo que ambos dijeron era un bendición. Nacido hasta hace tres meses donde su esposa se había recuperado totalmente, su hermana era quien la ayudaba criar a su recién nacido, junto a su propia madre y la señora Kushina incluso ayudo.
Tras una corta luna de miel, venir a celebrar la nueva casa de Sasuke y Sakura era la primera salida que hacían como pareja. Esta era una cita doble para ellos.
Mientras que Sakura y su esposo vestían de forma sencilla. Naruto con su esposa lucían como una verdadera clase alta. Naruto seguía siendo un ejecutivo, solo que con la corbata fuera para disfrutar del alcohol mientras que Hinata se quito el ligero suéter negro de corta espalda que tenía sobre su vestido escotado de tirantes en un color gris.
―Creo que ya bebiste demasiado ―tomo la lata que su esposa tenia de manos y antes de que pudiera beberla por ella.
―¡Claro que no, Naruto! ―dijo, empujando su cuerpo contra el de su esposo, donde él seguramente se deleito de ver el gran escote de Hinata a pesar de su estado―. ¡Solo mirame!
Tan solo intento ponerse de pie y no pudo sostenerse sola, pues el Uzumaki en un reflejo de instinto se levanto, atrapo a Hinata antes de siquiera inclinarse al piso. Naruto reacciono una pequeña risa mientras que Sasuke se soltó a carcajadas, la doctora Haruno fue la única que se mostró preocupada al levantarse en el otro lado de la mesa con miedo de lo que pudo pasar. La única que no estaba tomando, mas de una lata.
―Perdón por eso ―decía avergonzado por la escena que casi protagonizaba su esposa frente a sus amigos.
―No paso nada, además parece que Sarada esta divirtiéndose con Hinata ―comento Sakura tratando de relajarse.
Los tres adultos en la mesa miraron desde el comedor a la esposa del rubio recostada de lado en la sala de la casa Uchiha, a pesar de su estado ella estaba divirtiéndose con la hija de ellos mientras caía en el sueño por el alcohol, despacio.
―Hola Sarada-chan… que linda eres ―hablaba despacio por el alcohol, Hinata. Ignorando que la pequeña le miraba con filo teniendo sus ojos perdidos en los voluptuosos pechos de la dama de ojos perla. Curiosa, se acerco y sus manos comenzaron a tocar el cuerpo de la mujer frente a ella, fascinada con la suavidad de sus senos―. Te gustan mis pechos, eres igual a mi Naruto-kun.
A pesar de la distancia que hay entre las habitaciones. Los tres restantes en la sala llegaron a escuchar las palabras de su esposa de Naruto y de nuevo, su mejor amigo soltó a reírse mientras que el mismo rubio tocia de pena por ser uno de sus fetiches revelados.
―¡Hinata! ―sintió vergüenza, pero la risa de Sasuke solo lo atrapo en su asiento. Por lo que Sakura paso a sentarse a su lado para que no se deprimiera.
―Esto es tan divertido, como ese sueño que me contó Sakura sobre ti ―él lograba ocultarlo bien, pero en ese momento se delato, estaba igual de ebrio que Hinata. Salvó que cuando el señor Uchiha se alcoholiza se vuelve mas hablador y alegre.
―¡Sasuke! ―su esposa se paralizo por buenas razones. ¿Que sueño? Tuvo que preguntar el Uzumaki―. ¡Naruto, no por favor!
―Sakura me contó que antes de tu boda tuvo el peculiar sueño donde tu estabas follando con un montón de mujeres y que todas decían que eran tuyas y cosas así ―contaba entre risas, aunque para ellos esto no pareció tan gracioso como lo estaba tomando el Uchiha que no paraba de reír mientras que Hinata por fin caía dormida y en sus brazos tenía atrapada a la hija de los Uchiha que intentaba escapar, pero la hyuuga la tenia abrazada. Cualquier otro le envidiaría.
―¿En serio? ―dijo Naruto con el sudor en su frente, ignorando la reacción de Sakura como ella ignoraba la suya―. Que bueno que Hinata esta dormida porque seguramente.
―¿Te mataría? Solo tu serías tan tonto como para buscarte a otra mujer con la diosa que tienes, ya hasta tienes un hijo con ella, incluso es mas atractiva que tu, Sakura ―dijo sin medir sus palabras, pero su estado le impedía saber que tan lejos ha llegado con sus chistes que Sakura sintió el duro golpe―. Si tuviera la oportunidad le follaría las tetas a tu esposa.
Derramo la bebida y recibió un puñetazo por la derecha que lo tiro al suelo. Un letal gancho soltado por la misma Sakura, un ataque no espero que ocurriera pues hasta yo que escuche la historia creí que iba a ser él quien soltaría tan letal golpe. La miró en ese momento, de pie en lado corto de la mesa desde donde le soltó su puño, yacía asustado por la fuerza potencial en los brazos que ella tenia.
―Lamento que hayas visto esto Naruto ―la escucho decir luego de casi un minuto de silencio y que se quedará de pie con el puño extendido. No le miró, solo se quito de la mesa hacia la cocina.
Se quedo en silencio hasta que lo dejo solo, escucho como el grifo de la llave corría y el sonido de unas latas eran aplastadas con rabia. Ante el silencio en todo la casa, el Uzumaki se puso de pie y echo una mirada a su amigo en el piso, la mirada indiferente la puso al notar que a pesar del golpe que recibió y mirar que estaba mas dormido que Hinata, pues también lo noto inconsciente en el piso. Haberle escuchado decir que quería tener sexo con su esposa le hizo despreciarlo, así que lo dejo tirado y mejor fue a ver a Sakura.
―¿Sakura-chan? ―pregunto desde la entrada de la cocina. No por respeto sino por miedo a recibir un golpe también.
―Estoy bien ―la escucho decir, pero apenas si quiso voltear a verle―. Lamento mucho la actitud de Sasuke, no suelo dejar que beba con otras personas porque se pone a hablar de más.
No estaba lavando los trastes, abrió el agua del grifo para disfrazar el ruido que hacia aplastando las latas a puñetazos sobre la barra del lavadero. No creo que esa practica sea tan disimulada como pensaba la doctora Haruno.
―Al menos sabes como encargarte de él ―trataba de ser lo mas amable posible, avanzando a pasos cautelosos Naruto. Como si entrará en territorio de un animal salvaje.
―No deberías defenderlo ―levanto un tono su voz―, no debió decir eso de Hinata, deberías estar molesto. Él se lo gano, no solo por su comentario desde que el primer momento que le serví estuvo mirando el escote de Hinata y piensa que no me di cuenta, para como él… él...
―...No estuvo bien que dijera que es mas hermosa que tu ―termino la oración por ella.
Sin dejar que le mirase, Sakura se tragaba su rabia por ese comentario final que hizo su esposo. No quería que le viera llegar a llorar, pero aun así logró hacerle notar a Naruto cuando movió su brazo para secar su ojo.
―Sasuke hace lo mismo cuando salimos ―decía la doctora Haruno―, cree que no me doy cuenta de que mira a otras mujeres.
―Yo aun pienso que Sakura-chan es hermosa ―cuando escucho su voz, él ya estaba detrás suyo y sus manos las vino a sentir en su cintura. No era Sakura el animal salvaje en ese hábitat, era él―. Tus pechos no serán tan grandes como los de Hinata, pero eso no te hace menos atractiva.
Las manos del rubio subieron hasta sus senos y con esos 81 centímetros en su busto, fueron acariciados por las manos de otro hombre, su cuerpo recibió una chispa que le asusto.
―¿Naruto, que haces? ―pregunto Sakura paralizada ante las cariñosas caricias que le hacia quien aun trataba de solo ver como un amigo. Entonces, sus labios vinieron a caer sobre su cuello y una ola de besos comenzaron a azotarla. Un cortometraje de su mente le hizo revivir aquella mentira que contó era solamente un sueño.
―¿Sakura, si te dijera que ese sueño que tuviste fue real? ―pregunto con mucho sugestión.
El delicado movimiento de sus manos brindando cariño a sus pechos. La lengua de Naruto saboreando el sudor de su cuello antes de que sus labios alunizaran aquí, su cuerpo vino a colisionar en silencio con la espalda de Sakura y en la parte baja de su cuerpo, como si fuera un cometa ardiendo en la noche oscura de su ser, el calor de la hombría de Naruto vino sentirse sobre su suave piel.
―Naruto… no se que estás haciendo pero para de una vez ―su voz se escuchaba temblorosa mientras su cuerpo se quedaba a merced del contacto terrorífico que le hacia sentir, su sola respiración se podía escuchar agitada e intentaba disimularla―. Para… Hinata y Sasuke están por allí.
―Pero están dormidos, solo hay que ser silenciosos ―dijo Naruto, su lengua detrás de su oído ataco y probando el sabor su sabor en su rostro, su cuerpo comenzó a chillar ante la negada emoción. La mano izquierda de Naruto bajo hasta pantalón y por encima de él fue frotando su mano sobre su pelvis, sobre su vagina. Pero entonces volvió a subir su mano, hasta el botón de su pantalón―. Sakura-chan, dejame atender tu cuerpo.
Su cuerpo quedo en llamas e incapaz de hacer algún movimiento contra de Naruto y sus intensiones. Su respiración se volvió fuego que salía de su boca mientras las manos de Naruto le quitaban el pantalón con silencio mortal, vio sus bragas rosas cuando le bajo la ropa. Sakura lo miró sonreír pues notó como esa prenda suya se notaba mojada.
―Espera… Naruto ―a pesar de sus palabras, su rostro estaba entusiasmado. Olvido por completo sus penas y gobernó la emoción que tomaba control de sus fantasías―. ¡Oh!
Salió un estrepitoso sonido de su boca y su mano derecha de inmediato la sofoco, pero aun así su voz la seguía emitiendo. El toque de la lengua del rubio electrizo su persona y como su lengua besaba los labios de su intimidad y como un gusano, primero la punta entró, restregándose por su interior, haciendo que su voz intentase ser más fuerte.
―Sakura-chan, tu vagina es deliciosa. Es justo tan deliciosa como imagine ―dijo dándose un descanso, antes de volver probar su sabor.
―No digas ese tipo de cosas, Naruto ―exclamo con una voz tan débil por su mano y su instinto en ser silenciosa, que no llegaron a oídos del rubio que la hacían mojar con solo su boca―. Mi cuerpo, esta ardiendo por solo tu lengua… ni siquiera Sasuke me ha hecho algo como esto.
―Que delicioso sabor ―dijo tras detenerse―. Pero quiero probarlo como se debe.
Justo estaba llegando al orgasmo después de tanto tiempo ante la ausencia de su esposo y la falta de atención que Sasuke le proporciona. Le miró, cansada y desconcertada al ver que se ponía de pie. Su cuerpo temblaba, en especial su vagina mientras sus ojos miraban a Naruto desabrocharse el pantalón que traía para revelar el enorme dote que tenía y sus ojos se cristalizaron de lujuria viendo tan grueso aparato.
―Naruto… esto no esta bien ―su voz decía una cosa, sus rostro decía lo contrario. Era emoción pura lo que veía en su cara.
No dijo nada, mas que solamente reír con la malicia de ser este el momento en que tanto llego a pudo ilusionarse, uno que siempre pensó nunca iba a pasar. Sakura Haruno, pronto la iba a marcar como suya.
―Dime Sakura-chan ¿Por te ves tan emocionada? ―le estaba cumpliendo sus fantasías a su pelirrosa amiga sin siquiera saberlo.
Sus manos en su cintura y la encajonaron contra el fregadero, donde la llave fue cerrada solo unos instantes previos. El silencio en toda la casa haría pensar a cualquiera que ellos tenían para hacer todo lo que quisieran sin contenerse, pero el esposa de la doctora Haruno y la mujer del magnate Uzumaki, durmiendo cada uno en un lado de la casa solo es excitaba mucho más.
Su virilidad toco el aparato de Sakura la que de nuevo pudo sentir la electrizante sensación mas fuerte que la primera y su interior tembló de emoción por dentro. Entro y tuvo que poner mucha voluntad por no dejar salir su voz ante el enorme tamaño de su aparato, que abrió sus paredes con una fuerza contraría a la que ella hacia envolverse alrededor de su hombría. No pudo resistir más, ni siquiera se ha movido y la doctora Haruno no se logra contener más. El piso bajo ella se ensucia por una brisa lluvia y solo a entrado la punta.
Cuando entró todo su aparato, sus ojos rodaron abruptamente hacia atrás, casi se voltean y su voz trata de hacerse sonar, pero aunque llegase a quitar las manos que tapan su boca, nada hubiera salido de su garganta. Se sostiene con sus manos en su cintura mientras empuja con desmedida contra Sakura, se llega escuchan tenues gemidos por sus embestidas tan profundas.
»Sakura-chan, estás muy apretada. Dime hace cuanto que Sasuke y tu no lo hacen.
No puede procesar bien la pregunta, el empuje de Naruto es tan profundo que toca la puerta del camino que lleva su vagina.
―No pienso… contestar ―lográ decir, dejando escuchar su voz cortada por cuanto lo disfrutaba, la vio así y levanto su pierna derecha de Sakura para hacer mas apretado el desliz de su hombría en su vagina, dejo su cuerpo ser honesta solo unos segundos siendo su voz lo único que callaba porque su rostro lo gritaba―. No deberíamos estar haciendo esto.
―¿Segura de lo que dices, Sakura-chan? ―pregunto, sin darse un respiro. Solo un segundo, para agarrarla de su mano, jalar de ella y sostenerla en el aire donde continuo frotando su aparato en su interior―. Eres una mentirosa muy mala.
―Hazme llegar, Naruto ―exclama y no puede evitar envolverse en su cuerpo―, tu pene es muy rudo y me encanta.
Su nariz disfruta del olor que desprende la doctora Haruno mientras ella siente un calor que le derrite desde dentro y no quiere que se apague.
―¡Sakura-chan! ―grita, pero solo ella le escucha. Alcanza el máximo punto y libera todo el semen en su aparato.
Las manos de la doctora lo aprietan fuerte con su abrazo y sus piernas se tensan alrededor de las suyas, el cuerpo de Haruno reacciona por segunda vez a los pocos instantes que su interior es llenado por él. Una nueva experiencia que su esposo no podría igualar, jurá. Aun esta en sus manos que la sostienen sobre él, sus ojos cruzan caminos con los de Naruto y ambos a pesar de la agitación no pueden impedir que vean un destello en el otro, sobre todo Sakura. Amor o simplemente un consuelo para su insatisfacción como Sakura Uchiha.
No importa lo que sea, no puede evitar arrojar sus labios a los de Naruto y él corresponderle, como las placas durante un terremoto chocan en la formación de nuevas tierras; sus bocas pero sobre todo sus lenguas danzan con una misma fuerza antes de separarlas como un lento fuego que se esfuma.
―No debimos hacer esto ―dice Sakura, pero no puede evitar que su boca deje precipitarse de nuevo sobre los labios de Naruto una segunda vez y mas corta donde su voz apenas tiene voluntad.
XI
Tres días mas tarde, en el final del turno (8 pm) se ha convertido en las horas muertas venideras en las que Naruto y las damas de su harem son llamadas por él para satisfacerlo (8pm - 12pm/2pm). Sakura ha tenido la fortuna de conocer esa habitación secreta que era conocida por todo solo unas cuantas afortunadas. Una habitación de placer como los monarcas del mundo antiguo donde los reyes y emperadores se encuentran con sus amantes.
Con su bata médica y nerviosa, Sakura tomo asiento en la orilla de la enorme cama junto al CEO de Konoha, quien le ofreció una bebida de un bar incluido aquí.
―Escucha Naruto ―dijo, sus nervios fueron apaciguados por el primer trago que dio. Pero no estaban de todos apagados―. Si esto va a ser, quiero poner unas condiciones… no habrá besos, quiero que usen protección y sobre todo no digas cosas que hagan que… ¡Naruto!
Se abalanzo sobre ella, la cristalería cayó fuera de la cama y aunque se rompieron seguramente, no les importo. Como un salvaje león atrapo a su gacela y las mandibulas de su labios no paraban de besarla, hasta que poco después fue bajando hacia su cuello.
»¡Naruto… te dije que sin besos!
Esta vez no escondía su voz. Su bata abierta le permitió a Naruto romper la camisa de Sakura e ir bajando más sus labios mientras la oía respirar pesadamente. Y cuando se entretuvo con sus pechos, hizo que sus manos le quitaran los pantalones como aquella ocasión en la cocina de su casa y de un audaz ataque, la penetro hasta tocar su fondo.
―¡Te dije que usarás protección, Naruto! ―él seguía sin decir ni una sola palabra―. Su aparato estaba tan concentrado en satisfacerse con ella que no considero ni un solo momento nada de lo que decía―. ¡Naruto… si me embarazas!
―Me aseguraré de que Sakura-chan tenga un hijo mió.
Ese susurró sobre su oído agito su cuerpo y no pudo pensar nada después. Solo sentía el amor de Naruto, así lo llamaba.
―¡Idiota… no digas esas cosas… no quiero enamorarme de ti, Naruto tonto! ―su cuerpo no podía evitar abrazarlo y sus piernas envueltas impedir que no lo haga fuera.
XII
Al final de celebrar la nueva casa de mis padres, ellos despidieron a Naruto-sama y su esposa en la puerta de la casa. Yo me quede en la sala de mi casa mirando la televisión luego de dormirme en manos de Hinata-sama, cuenta mi madre.
―Lamento haber puesto así, Su casa nueva es muy bella por cierto ―se disculpo la esposa de mi querido señor con resaca, Naruto-sama debió estar muriéndose de vergüenza bajo esa falsa cara.
―Descuida Hinata, no paso nada ―Sakura vino a tomarla las manos y darle una sonrisa amable―. Fue muy agradable que vinieran.
―Yo no recuerdo mucho, también bebí mucho ―dijo Sasuke siendo carente de expresiones que no fueran estar cabreado con todo y por nada, al menos no miro como su esposa intentaba no torcer su rostro ante el coraje de antes.
―Te dormiste, eso paso ―dijo Sakura con esa expresión que Hinata no pudo evitar preguntar si estaba todo bien, a lo que le contesto que si―. Te veré otro día en el trabajo Naruto. Perdón, jefe.
―Claro que si, Sakura-chan.
Los vieron irse hacia su auto que dejaron aparcado más adelante, uno nuevo que Naruto compró tras perder el anterior.
―¿Que fue eso? ―pregunto el esposo de la doctora cuando vio un extraña vibra entre ella y Naruto toco su persona―. ¿Que paso entre ustedes dos cuando me dormí?
―¿Que pudo haber pasado? ―pregunto con cinismo.
XIII
Lo que ocurrió durante las dos horas que la esposa del Uzumaki y en esposo de la doctora Haruno fue lo siguiente:
Naruto puso a Sakura sobre la barra de servicio que hay en la cocina de su casa, donde desabotono la blusa rosada sin mangas que a ella le encanta llevar. Su pantalón y las bragas que tenia las tiro a un lado, como Naruto dejo que sus pantalones cayeran entre sus pies. Su sostén se liberaba por el broche del frente, así que no tuvo problemas para abrirlos y mirar sus adorables senos.
―Detente… Naruto ―gemía entre palabras, su cuerpo nunca había ardido con tanta pasión. Un beso intenso que los dejo faltos de aire pero no de energía, no para Naruto que no dejaba de empujar su hombría―. Eres muy intenso.
―Pero si eres tu la que me esta besando, Sakura-chan ―dijo Naruto mirándole con altruismo, solo para ser silenciado una vez más.
―Por que de repente, quiero amarte… dime Naruto ―quien si no hay nadie que deba darle la respuesta―. Esto no me gusta, pero me emociona tanto.~
―Sakura-chan, que tal si tu y yo nos hacemos amantes ―propuso, teniendo que frenarse para poder decirle esto―, puedo ser yo quien satisfaga tus deseos en lugar de Sasuke.
Una propuesta muy atrevida, una que no sabia que responder. Era de mucho pensar, mas no lo tendría.
»Si dices que no, entonces lo dejamos aquí ―su hombría se deslizaba fuera pero ella se opuso.
―Espera ―dijo Sakura―, Naruto yo… yo… quiero ser tu amante.
Eso le agrado al rubio empresario, pero no sería suficiente con solo decirlo. Tomo a Sakura y ante todo pronostico, él la cargaría hasta donde su esposo seguía dormido, la sostuvo en el aire con una llave para que ella mirase hacia abajo en sus manos mientras le seguía follando.
―Quiero que lo digas en su cara, Sakura-chan ―empujaba su hombría y gotas de su pecado caían sobre el inconsciente Sasuke―. Que Sasuke te escuche.
―Naruto esto es… peligroso ―por mas gotas que cayeran en su cara, él no reaccionaba. Sakura solo se prendía más ante el hecho de estar siendo infiel frente a su esposo a pesar de como se encontraba, su cuerpo deseaba una vez más el amor atrevido de Naruto Uzumaki―. ¡Esta bien… Sasuke-kun, a partir de este momento voy a ser la amante de Naruto y no puedo mentir… que realmente lo deseo mas que tu!
Palabras de mas que Naruto ocupo para darse un animo más antes de marcar finalmente a Sakura para su circulo. Este era oficialmente el comienzo de su aventura pasional, una aventura a espaldas de su familia y de la que no mostraba arrepentimiento por vivirlo. Mucho menos de haberlo contado a Sarada-san antes de contarla a mi, esto da razón a todas esas sospechas que hubieron en su momento de la cercanía que hubo entre el magnate y la prestigiada doctora en su momento. Me pregunto como lo tomo la señora Hinata esos rumores. Sarada-san no me contó nada de eso.
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