Historias

viernes, 8 de marzo de 2024

Epilogo 4

 

Doce largos años han transcurrido desde el final de la aventura de su esposo con Grayfia. Rias vivía gustosa una vida de esposos y de familia con su Issei, sin embargo el trauma de haber descubierto a su marido en engañándola aun lo tiene presente.

A pesar de que Issei ha demostrado cumplir su palabra de ser un hombre fiel a su mujer estos años transcurridos. Vive Rias con una densa paranoia. No puede ver a su esposo conversando por menos de cinco minutos sin pensar que esta otra mujer esta coqueteando a su esposo. Ex ha crecido siendo un buen estudiante en la academia Kouh donde su madre ha estado ejerciendo su profesión como maestra, a pesar de ser su hijo. Ella no tiene ninguna aproximación a su hijo, pues aquí es solo un estudiante más. Akeno Himejima, profesora de matemáticas es la principal profesora encargada del grupo de su querido Ex.

Digo esto, pues a pesar de tener a Akeno, su confiable amiga. Ni siquiera con ella podía tolerar ver a su esposo conversando con una mujer como ella por mas de cinco minutos. Pero sobre todo con Akeno, pues ella es conocida por su pasión de bromear con los hombres y ridiculizarlos con insinuaciones de doble sentido a los que remataba con una des ilución.

Había sido un día de clases abiertas, los padres habían venido a mirar de primeras el desempeño de sus hijos. La profesora Himejima pidió al padre de Ex, quedarse para hablar con ella después de todas las clases. Una invitación que hizo en privado al castaño.

―¿Pasa algo, Himejima-sensei? ¿De que es lo que quería hablar conmigo? ―pregunto con preocupación el castaño, con el sol anaranjado brillando mas alla de las ventanas del salón de clases.

―Puede llamarme por mi nombre Hyoudou-san, Akeno ―dijo la pelinegra de larga cola de caballo, que bajaba por toda su espalda. Vestida tan formalmente con dos botones abiertos en su escote para poder respirar su piel aquí, es como se acerco ella al padre de Ex estando a solas.

Issei dijo que no le parecía correcto llamar a la mujer por su nombre. Uno, era la profesora encargada del aula donde esta su hijo. Segundo, su esposa estaba cerca, conocía de sus celos iracundos que él le dejo. Aun así, Akeno insistió con que la llamara de tal manera tan cercana que y a pesar de correr riegos el castaño accedió.

―De acuerdo, solo si usted también me llama por nombre ―una vez lo escucho, fue suficiente para que la mujer lo llamará así siempre.

―Issei ―no espero que lo llamase por su nombre, sin más. Como japoneses. Llamarse sin ningún honorifico es mas delicado de lo que parece―, déjeme felicitarlo. Ex es el mejor estudiante no solo de su clase, sino uno de los mejores en toda la academia de Kouh, esta en los primeros diez.

―Eso es muy agradable ―se alivio con tan buena noticia, esperando que se tratase de algo negativo acerca de su hijo.

Vestía él una camiseta blanca de mangas largas, llevando una corbata negra. Lucía más como un oficinista el castaño, es como había venido a las clases abiertas mientras que la profesora de busto mayor al de su mujer (solo por tres cm), vestía tan elegante como atractiva, expulsando feromonas como migajas de pan por donde caminara.

―Usted debe ser un padre ejemplar, como para educar a tan buen muchacho ―un descuido e Issei no vio el momento en el que Akeno vino hacia él, pero muy cerca quedo hacia él. Donde su busto no solo choco contra su pecho de Issei, precioso su principal atractivo contra él.

―¿Akeno-sensei? ―entró en nervios. Preguntándose si esta mujer intentaba joderlo o seducirlo, como realmente parecía.

Guardando silencio, detrás de la puerta de entrada al salón de clases Rias vigilaba cada momento de lo que hacía su considerada mejor amiga y su esposo. Pero no intervenía, lo que tenia un motivo cuestionable.

Semanas antes después de un largo días dando clases, en una salida como amigas y a la vez como compañeras de trabajo para beber alcohol en un restaurante solamente entre ellas, una propuesta vino a poner sobre la mesa para Akeno. Una que parecía ser una total locura.

―Rias ¿Que acabas de pedirme? ―diría la pelinegra esperando que las palabras que salieron de la boca de la carmesí fuesen una alusión al licor que bebían mas que haberlas escuchado realmente.

―Akeno, quiero que tengas sexo con mi esposo ―dijo Rias, que a pesar de su estado. Podía pensar aun con claridad lo que quería―. Habías dicho en una ocasión que mi Issei te parece atractivo.

―¡Eso solo fue un cumplido! ―la puso con una daga en el cuello, sintió la pelinegra ante el peligroso momento de ebriedad en el que cayó su amiga.

―Akeno, quiero contarte un secreto.

Rias procedería a relatar lo que ocurrió entre su esposo y Grayfia hacia años. Una historia que no solo le pareció erótica a la pelinegra, sino que también le fue muy impactante, sobre todo escuchar de la ebria de su amiga que tres de los sobrinos que ella tiene, son en realidad hijos de la aventura que hay ocurrió entre Issei y su cuñada. Pero ese no era el motivo de contar la historia.

―Oh, Rias. No sabía ―quedo con mucho impacto tras escuchar bien la anécdota, Akeno.

―Desde eso Issei me ha sido fiel, pero una parte de mi no puede tolerar la idea de ver a mi querido esposo socializando con una mujer por mas de cinco minutos porque empiezo a imaginar que... bueno. Volverá a engañarme y eso... me excita por alguna razón ―miraba el fondo casi vació de su tarro de cerveza antes de sonreír complicada, Rias―. Por eso te pido este favor, Akeno. A cambio, puedes pedirme lo que quieras.

No estaba haciendo las cosas por que tuviera un verdadero interés por Hyoudou Issei. Lo estaba haciendo en nombre de la amistad que tiene con la carmesí. Es por eso que tenia en su boca, la polla del castaño. Gratificando al padre de Ex con sus labios y su boca, todo mientras su amiga miraba con ardor desde su no disimulado escondite el acto de infidelidad de su esposo.

Gracias al creador, a esas horas tan tardes del colegio no había prácticamente nadie en el colegio. Los estudiantes estaban en sus casas y los clubes han terminado sus actividades vespertinas, el guardia del turno nocturno no llegaba hasta las diez de la noche, así que nadie había por allí para encontrar a Rias teniendo calambres en sus piernas.

Con rabia y celos, su vagina empezaba a picarle mirando como Akeno chupaba la cosa de esposo. Notando como ella lo hacia cada vez mas con interés.

―Akeno.... -sensei ―Issei se quedaba sin aliento.

―¿Que pasa con este pene? Llevo mas de diez minutos chupándolo y aun no se viene... que resistencia~ su sabor es distinto a otros que he chupado... y su tamaño, es el mas grande que haya probado. Dios, Rias en verdad este es el pene que te comes todas las noches... te envidio ―decía la voz de Akeno desde sus pensamientos, dejo emplear las manos para solo usar su boca y garganta para saborear con completo el pedazo de carne que tenia el castaño, sintiendo amor por su enorme aparato.

Cual paleta de dulce sabor, saboreaba la hombría de Issei. La cantidad de saliva que dejaba salir de su boca era tanta que su escote comenzaba a mancharse, decidió abrir los botones de su blusa para no manchar su ropa, dejando ver el exuberante sostén que llevaba debajo. Pero Issei no tuvo tiempo de apreciarlo, con su boca de Akeno volvía a complacerlo.

Escucho la voz del castaño profesor llamar a su nombre, antes de sentir sus manos tomándola por su nuca y de pronto el padre de su mejor estudiante decidía follar su boca como si fuera una vagina. Envía su aparato a profundidad mas de la simple boca de la pelinegra mientras esta se dejaban oír de sus voz entre cortada por los insaciables empujes que hacia el castaño.

Quien miraba sin ruido alguno que hiciera, su vagina empezó a vibrar de picazón. No una alergia, sino de envidia; Rias comenzó a mover sus muslos frotando uno contra el otro, sentía su cuerpo entrar en calor, calor y envidia. No podía dejar de respirar fuerte sin mirar a otro lado mirando a su esposo follar a su amiga desde su boca tan salvaje, sin darle oportunidad de descanso y hasta consagrar su satisfacción.

―¡Puaj! ―fue el sonido que salió de boca de la pelinegra una vez Issei le sacó su polla.

―Lo siento, es que... me emocione ―respondió, rascando la parte posterior de su cabellera, una genuina señal de vergüenza fue como lo vio ella.

―Eso fue, muy bueno, Issei~ ―mostrando una sonrisa, sin contar con que su escote expuesto estaba cubierto en esperma; se puso de pie y caminando contra la mesa de uno de sus estudiantes, vino Akeno a empotrarse contra ella―. Y si hago esto ¿se emociona más?

Contra la mesa, Akeno recogió su falda y tras mostrar brevemente sus bragas, las bajo para vista del castaño, cuyo miembro noto aun estaba activo. Un simple incentivo y estaba de nuevo emocionado. Ha hecho una promesa a su esposa, sin embargo... la tentación es fuerte. Ver a tan celestial mujer con los senos por fuera y presionados contra la madera de la mesa mientras le hacia la invitación en venir mostrando lo que hay bajo su falda.

La tentación es mas poderosa que la redención. Aun que Rias no lo podía creer, lo estaba viendo, estaba viendo como su esposo decidía follar con otra mujer de nuevo. Con su mejor amiga esta vez.

»¡Oh si, Issei... usted es muy bueno!

La mascara de mujer atrevida de Akeno no era del todo falsa. En la hora, resultaba ser igual de sucia como fingía ser. El castaño se agarraba de ella mientras empujaba como bestia hipnotizada, los ojos en Rias se hacían mas grandes al mirar a cada segundo.

―Que buenos ruidos haces, Akeno-sensei ―dijo, antes de soltar el primer golpe de su mano en el trasero de la pelinegra, uno tras otro. Deformando su voz en un espectacular―. Imagina que les enseñas a tus estudiantes con ese mismo tono.

Llevo su mano hacia la cola de caballo que tenia echo su cabello, jalo de ella primero y de tanto, termino haciendo que se le soltara.

El calor de ambos aumento de nivel y sin que Rias de un pestañeo. Los vio quitarse la ropa mientras se besaban como verdaderos amantes a pesar de estar en un aula de la escuela. La tomo de sus piernas estando de espaldas a él y la levanto, a Akeno. Con su pene puesto en el agujero correcto de la profesora.

»Solo imaginalo, Akeno-sensei... imagina a tus alumnos en sus lugares mirandote en estos momentos.

Lo hizo, su mente comenzó a visualizar a cada uno de sus estudiantes (sobre todo los varones), mirando su cuerpo expuesto en tan pervertida pose que la tenia el señor Hyoudou. Y la impresionante intensidad con la que le follaba.

―¡No! ¡no puedo imaginarlo... porque me siento tan excitada! ―grito, moviendo su cabeza en negación, ignorando que a semilla del castaño subía hasta liberarse―. ¡Hhhaaa!

La respiración en Rias se volvió mas pesada, su cuerpo ardia tanto que tenia que tratarlo. Con una mano jugando con su vagina y la otra acariciando uno de sus pezones sobre su ropa pero nunca quintando el ojo de su marido. Pero ya no pudo ser suficiente solo así.

―Rias, tenia razón. Eres un hombre muy brutal, Issei ―exclamo, luego de besar y entregar su corazón sin decirlo realmente. Donde su mano acariciaba la cosa dura del castaño en tanto.

Pero escuchar la mención de su esposa hizo lo temblar. Mas aun, cuando la puerta del salón se abrió y su mujer apareció del otro lado.

―¡Rias! ―estaba muerto, fue lo unico que pensó.

Con sus ojos cubiertos por sus mechones carmesís la vio venir a pasos duros de sus tacones mientras él apresurada. No le dejo dar ni un paso atrás a Issei para soltar un fuerte bofetada con su mano derecha, lo que le recordó a él esa misma bofetada que le dio ella cuando lo confronto por encontrarlo con Grayfia hace años. Mas aun no le dejo procesar las cosas puesto que de inmediato su mujer arrojo sus labios sobre los suyos y sin soltarlo, lo llevo al piso.

Con akeno mirando todo a sus espaldas, presencio con una sonrisa el ver como su amigo montando a su esposo empezaba a hacerle el amor mientras que Issei intentaba preguntar que estaba pasando. Pero el fervor de pasión en Rias lo tenia incapaz de hablar. Ha ayudado a su amiga con éxito.

Una noche apasionada le esperaba al matrimonio Hyoudou-Gremory, una que llevaron hasta su casa como debía ser, su esposa estaba muy animada luego de ver a su castaño tratando como un pedazo de carne a su amiga. Luego de asegurarse que su hijo estuviese durmiendo en su propia habitación dos horas después de la cena y Rias mostró a su amado esposo el animo que tenia.

Encima de él, con la pasión leyéndose en las paredes de su cuarto. Rias movía las caderas con un entusiasmo que sorprendía a su castaño.

―¿Que pasa Rias? Estás muy animada esta noche ―no hacia nada, dejando todo en manos de su esposa.

―Es solo que... me siento muy excitada Issei~ ―las palabras que salían de su boca se cortaban por todo el esfuerzo apasionado que ponía en disfrutar del pene de Issei. Aunque sintiera sus piernas acalambrarse, no quería detenerse por nada. Sentía escalar la siguiente venida de su amado, aproximándose.

―Oh, Rias. Sigue así que ya casi... ¿Rias? ―se detuvo inesperadamente.

Cuando miro a su mujer, ella lo tomo de su mejilla. Tan cerca estaba su rostro y tan agotada se miraba, pero al mismo tiempo se notaba muy entusiasmada por lo que hacían. Lo cual pareció peculiar en ella, normalmente es él quien esta muy entusiasmado.

―No me sueltes, esta noche ―dijo antes de volver a mover sus piernas, Rias―. ¡No me sueltes y hazme venir mucho esta noche!

Issei tomo el control entonces.

―Voy a complacerte hasta el cansancio, Rias ―la boca de su esposo, la provocaba mordiendo y chupando de sus senos con mucha fuerza, que la excitaba bastante. Pues también empujaba su hombría hasta besar el útero de su mujer.

―¡Hazme el amor aunque me desmaye!

La intensidad de su esposo aumento con salvajismo desenfrenado. Todos esos años recibiendo las enseñanzas de Grayfia no se han perdido, dominante y desenfrenado era Issei con su mujer, como con toda aquella mujer que Rias ofrecía a su esposo.

Tal parece que en la carmesí comenzó un fetiche a raíz de su trauma paranoica. Comenzó a gustarle ver a su esposo teniendo sosteniendo relaciones con otras mujeres de la misma forma brutal como con ella, eso la excitaba así como su esposo vivía en un éxtasis constante. Las veía delirar de placer gracias a Issei y luego Rias se encargaba de exprimir aun más la voluntad imparable de su esposo.

¿Habrá alguna historia donde sea Hyoudou Issei quien tenga ese fetiche de ver a su esposa teniendo relaciones sexuales con otros hombres? Me pregunto como podrá terminar eso.

―¡Rias, voy a venirme!

―¡Si, damelo todo Issei... quiero tenerlo todo dentro de mi!

La copa que llena el vaso de satisfacción estaba lleno en Rias, como su interior estaba tan llena de la semilla de su esposo. Se desbordaba de su interior como crema a través de los labios de su vagina.

―¿Rias?

―Issei~ ―levanto sus caderas sobre la cama y con sus manos abrió su coño, donde seguía escurriéndose los fluidos de esposo―. Tu esposa quiere mas.~ Tratame como a las zorras que te coges querido.

La saliva se deslizo de su garganta, antes de arrojarse sobre su mujer y continuar cuando él pensaba que ella ya había alcanzado su limite.

Lo que pensó pudo ser el final de su matrimonio, era una nueva fase. Tras revelarse

Tal parece que en la carmesí comenzó un fetiche a raíz de su trauma paranoica. Comenzó a gustarle ver a su esposo teniendo sosteniendo relaciones con otras mujeres de la misma forma brutal como con ella, eso la excitaba así como su esposo vivía en un éxtasis constante. Las veía delirar de placer gracias a Issei y luego Rias se encargaba de exprimir aun más la voluntad imparable de su esposo.

¿Habrá alguna historia donde sea Hyoudou Issei quien tenga ese fetiche de ver a su esposa teniendo relaciones sexuales con otros hombres? Me pregunto como podrá terminar eso.

 

¿Con que final te quedas?