(Antes de comenzar, debe aclararse que esta obra esta hecho con fines de entretenimiento, sin buscar menospreciar al genero femenino, no se busca incentivar ninguna ideología o pensamiento. Todos los personajes en estas historia y partes, tendrán mas de 18 años. Se recomienda discreción y tolerancia a los espectadores, si eres menor de edad, vuelve cuando tengas la edad adecuada para leer este contenido)
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¿Por solo estamos apreciando la vida cuando nos encontramos al borde de la muerte? ¿Porque solo estamos dispuestos a perdonar cuando el final está cerca? ¿Porque solo valoramos la vida cuando estamos en peligro? Si te dijeran la hora y fecha de tu muerte comienzas a ver todo de manera diferente. Comienzas a saborear hasta el mas simple vaso de agua.
A los drogadictos, alcohólicos y suicidas se les tratan con terapias para acabar con sus adicciones. Pero ¿que pasa con aquellos que no saben apreciar sus vidas y cuanto han recibido? Aquellos que deciden hacerle la vida de cuadritos a quienes no han hecho mal a nadie. ¿Cual es la terapia que se usa para cambiar a estas personas? Una mente enferma, ha decidido iniciar una terapia para acabar con este mal comportamiento.
Takashi no lo sabía, pero pronto sería parte de este extrañó y psicópata tratamiento. Entonces el adolescente se encontraba recargado de las vallas de la escalera mientras las clases transcurrían. En su salón, el maestro de cálculo pasaba lista de sus alumnos presentes. Llegando al alumno mas irresponsable del aula.
-Komuro Takashi -dijo el profesor, pero no respondió nadie -¿Komuro Takashi? -volvió a preguntar, pero no hubo respuesta. El docente miró a sus alumnos y vio vacía el asiento del chico -falto, de nuevo.
No era la primera vez que no se presentaba a la clase, pero no era con el unico profesor con el que tenía mas de diez faltas registradas. La única persona preocupada dentro de ese salón, se enojó al ver que Takashi no se hallaba en el aula, de nuevo.
-¡Eres un idiota! -la pelirrosa encontró a Komuro en su lugar de siempre -¿como puedes seguir sumergiéndote en tu miseria?
-Que es lo que quieres Takagi -pregunto luego de mirarla desinteresadamente tras ser regañado por ella.
-Quiero que madurez idiota, no puedes seguir así el resto del año, a este paso terminaras repitiendo el curso -actuaba como una madre con Takashi.
-No todos tenemos una vida color de rosa -dijo y se alejo de ella, tomo rumbo por el pasillo hasta el final. Y mientras se alejaba de Saya.
-¡¿A donde crees que vas?! -grito cuando se iba.
-¿A donde mas? a mi casa, el día termino -no volteo a ver a la chica, simplemente siguió su camino.
Mientras cruzaba el largo pasillo hacia la salida, logro observar como, alguna vez fue la chica que tanto amaba desde que era niño. Y el estudiante al que considero su mejor amigo actuando de forma romántica fuera del salón sin que nadie los miraba. Para Takashi, la vida se había vuelto de un color oscuro, su madre había muerto por una insuficiencia cardiaca, su padre, fue incriminado, encarcelado y suicidado en su celda luego de ser sentenciado a la pena máxima de su país.
-Komuro-kun... -se topo con otra compañera de su salón cuando llego a los casilleros de la entrada -¿estas bien?
Se trataba de una chica cuyo cabello era de un rosa mas pálido que el de Saya, con su cabello cortado hasta los hombros.
-Hola Megumi -la chica no solo era una compañera que reconocía, también se trataba de una vecina que vivía cerca de él desde hace un par de años -¿que me perdí de las clases?
-No mucho realmente, los exámenes parciales se acercan -guardaba algunas cosas en su loquer -estarás para presentarlos, ¿verdad?
-De que sirve presentarme, si ya estoy condenado a repetir el curso, aunque tal vez tampoco me presente el próximo año -dijo Takashi, luego de tomar su mochila -tal vez dejen de verme el próximo año.
-Aun te culpas por lo de tus padres -comento la chica, luego de sentir lastima al enterarse de lo sucedido con sus padres.
-Pude haberlo evitado... -tenia la mirada baja.
-Nadie lo sabe Komuro-kun -le dio unas palabras de aliento -nunca sabes que depara la vida, aun te queda mucho por vivir. Aprecia tu vida.
Unas lindas palabras, las que ignoro; Takashi dejo de apreciar la vida que tenia hace poco tiempo. Ni siquiera él sabia porque decidía mantenerse con vida.
-Cuidate, Megumi -al igual que con Saya, se despidió al alejarse y darle la espalda a la chica.
Ella volvió a la escuela y él se dirigía a su hogar, lo poco que aun había en él para que aun lo llamará así. No lo sabia, pero pronto seria su selección.
-He vuelto -pronuncio su llegada al abrir la puerta de su casa, pero nadie respondió -claro, ya no hay nadie que me espere en casa... -entro, cerro y se fue directo a su cuarto. Se arrojo sobre la cama y con un mueble de noche a lado de él, tomo su celular. Pero antes de ingresar al internet, vio que la señal de su modem no estaba reflejada en el dispositivo -¿que? ¿no encendí el internet?.
Salió hacia la sala, donde fue instalado el internet. En este lugar, sobre la repisa; dos fotografías con inciensos quemados hace poco en señal de velorio descansaban. Las fotografías de sus padres, las ultimas que se tomaron cada uno. Se acerco al modem, y lo encontró apagado. Noto el dispositivo conectado. Tal vez se había quemado.
-Maldición -dijo, y fue a la cocina. Abrió la puerta del refrigerador y lo encontró apagado -Aun esta frío -apenas comenzaba sudar todo dentro del equipo. Miro por detrás, estaba conectado ¿acaso se había ido la luz? toco los interruptores de cada parte y confirmo. Subió a su habitación, y miro por la ventana, las luces de alumbrado publico estaban funcionando, en las casas vecinales también tenían corriente -¿pague la luz? -pregunto así mismo.
Apenas logro voltear, cuando un desconocido con una extraña mascara de cerdo, con traje de predominante color negro sobre rojo y guantes negros le tapo la boca, lo empujo y le clavo una jeringa con liquido el cual inyecto en él.
Poco a poco su cuerpo paso de estar tenso por el miedo infundido al ver a este extraño a entrar en un sueño profundo, era anestesia lo que ahora corría por sus venas.
Cuando despertó del suero, lo primero que vio fue que la habitación en la que fue llevado, era de color blanco. Se sentía levemente mal, miro sus manos y se noto algo pálido. Sintió un extraño collar metálico en su cuello, una luz roja apagada tenia agregado. Ignoro el collar, para ver con mas detalle el desconocido cuarto, estaba tan bien pintado que no se diferenciaba las paredes, del techo o el suelo.
-¿Donde estoy? -se pregunto.
Se puso de pie, traía el uniforme de su escuela que no se quito al llegar al casa. Reviso sus bolsillos intentando hallar algo que le pueda ser de ayuda. No entendía que pasaba, más aún cuando saco del bolso derecho de su pantalón, una cinta de cassette, el cual tenia su nombre escrito en un pequeño pedazo de papel pegado. Del otro lado una leyenda.
-¿Que es esto? -todo se estaba poniendo mucho más tétrico -"Escuchame" -decía la leyenda trasera, preguntándose como lo iba a hacer.
De la nada habitacional, una puerta corrediza se abrió en dos. Una segunda sala a oscuras se hallaba del otro lado. Temiendo porque algo le esperará, fue con los nervios y el miedo consumiendo su cuerpo. Era eso, lo algo más en sus venas. Cuando ingreso a esta nueva sala, la puerta se cerró y la luz se encendio en esta nueva habitación. Este cuarto podían notarse las paredes, el piso y el techo. No era como la habitación anterior, en medio del lugar, una viga que sostenía el complejo, tenia instalados diez televisones; todas apagadas y conectadas a la corriente, por lo que se veía, los cables iban hacia adentro de esta viga.
-¡Hola! -grito -¿hay alguien? Quien quiera que sea, esto no es gracioso -podía pensarse que se trataba de una broma de mal gusto, pero no.
Paso su vista una vez más y encontró a los pies de la torre, una reproductora de cinta para el casette que encontró en su ropa. Colocó la cinta y reprodujo la cinta, lo que salió de ella, no fue nada alentador.
-Hola Takashi, quiero jugar un juego -una macabra y tétrica voz se escuchaba de la cinta -Tal vez te preguntas donde estás ahora, pero no es lo importante, lo que quiero saber es que me digas es si estas dispuesto a violar mujeres con tal de ¡¿salvarte?! -lo último lo desequilibró mentalmente -en este momento un veneno de acción lenta corre por tus venas, tienes menos de dos horas antes de que la toxina te asesine. La única cura para ti, se encontra al final de las nueve salas que hay delante de esta habitación, cada una con una prueba distinta. En las que deberás elegir a una de las mujeres que tal conozcas.
De repente, dos puertas dentro de la sala se abrieron, cinco por cada lado de donde ingreso Komuro. De cada puerta, salieron distintas chicas que él conocía.
-¿Donde estamos? -dijo la primera.
-¿Que es este lugar? -dijo pregunto otra.
-El veneno que te coloque tiene una cualidad, por cada eyaculación que hagas, el tiempo en el que te matará se extenderá por 15 minutos más -exclamo el loco detrás del juego enfermizo -vivir o morir, es tu decisión Takashi Komuro.
El resto de la grabación, no fue escuchada solo por él, ninguna de las mujeres que entró logro escuchar. Sin embargo, no sabía que decir en esta situación, si contarles, o esperar.
-¿Takashi? -una de estas conocía al chico, era Saya -¿Que es este lugar? -pero antes de seguir cuestionándolo con esa peculiar mirada acusadora que suele poner, pudo que el pelinegro tenia su piel pálida, su mano; extrañamente con una grabadora en ella, temblaba. Cuando él dijo voltear a verla, su mirada podía verse el terror absoluto -¿Takashi?... -pregunto gentilmente.
De la nada, las pantallas se encendieron, lo primero en verse fue estática, para luego revelar el rostro de un aterrador muñeco con apariencia de payaso siniestro emergió, moviendo su cabeza hacia la cámara.
-Bienvenidas -dijo el muñeco -Saeko Busujima, capitana del club de Kendo, tercer año de preparatoria. Saya Takagi, prodigio de segundo año. Rei Miyamoto, repetidora del segundo año. Megumi Okino, delegada del salón de la clase D de segundo año. Yuki Miku, calificada como la más atractiva chica del segundo año. Kyoko Hayashi, profesora de ciencias. Niki Toshimi, estudiante modelo del primer año. Misuzu Ichijo, estudiante modelo del primer año. Shizuka Marikawa, enfermera escolar. Yuriko Takagi, líder del comité de padres escolar.
Habían sido presentadas por este sujeto, sabía quienes eran.
-Saben que tienen todas en común, tres cosas -decía el psicópata -todas asisten a la escuela Fujimi; dos, todas conocen a Takashi Komuro. Tres, todas ocultan un secreto. Uno que las corrompe. Es momento de que se expiren de él.
-¡¿De que demonios habla?! -exclamo Saya.
-En este momento, sus cuellos tienen unos collares cargados con explosivos, cuyas únicas llaves que las liberarán, se encuentran dentro de las siguiente nueve salas donde un prueba distinta, pero con la misma formula; les espera -dijo el demente, llenando de miedo en las corazones de las presentes -díganme, serían capaces de dejarse violar con tal de ¡¿salvarse?!
-¡¿Es una broma?! -dijeron algunas de ellas mientras que las demás estaban inexpresivas ante lo dicho.
-Para esta tarea, Takashi será quién les ayude, tú serás la clave de su salvación -dijo al chico -cada collar tiene un temporizador, que se activará a partir del inicio de cada prueba. Solo una por sala podrá participar con su compañero. El reto, es que no serán ustedes quien decida la que va a participar, sino Takashi.
Todas lo miraron, con terror, ¿acaso seguiría este juego perverso?
-¡No pienso formar parte de esto! -grito Megumi al no contener su miedo luego de escuchar lo que iba a pasar.
-Oye tranquilízate -una de las chicas quiso calmarla.
-¡Como quieres que me tranquilice esto es una locura, no pienso ser parte de esto! -grito y un pitido se escucho de las teles, seguido del encendido de la luz roja que tenia en el collar se encendió.
Los pequeños explosivos que tenían integrados estallaran. Aun no tenían el poder para destrozarle la cabeza, si lo tenían para cortarle la yugular y romper los huesos de su espina. El estallido, el humo y la sangre, las hizo gritar.
-Aaaaaaahhhhh! -gritaron la mayoría de las femeninas.
La chica se desangraba mientras agonizaba lentamente mientras caía al suelo, para morir en un charco de sangre se esparcía por el suelo mientras moría de forma lenta en el piso.
-Ella tomo su decisión -estaba presenciando lo que acontecía en el momento -y ustedes, cual es su decisión. Vivir o morir, que empiece el juego -exclamo el sujeto, para luego desaparecer de las pantallas.
Todas y Takashi, se quedaron perplejas. No entendían porque estaba pasándola eso pero algo era claro. Sus vidas estaban en juego.
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