Milf of the dead
—Oh, Takashi-kun. No esperaba encontrarte aquí —saludaba una voluptuosa mujer de cabello lila, amarrado en una coleta larga. Era muy alegre y de una actitud aparentemente inocente para ser una ama de casa.
—Mizuno-san, tampoco esperaba verla por aquí —respondió cordial el saludo, Takashi.
Mizuno Yayoi. Una residente del vecindario por donde Takashi vivía. Una ama de casa que vivía hasta no hace mucho, en la frustración sexual. De no ser por el mismo Komuro.
—Takashi-kun, sabes que puedes llamarme ¿Vienes a comprar el almuerzo? —pregunto la carismática como voluptuosa mujer.
—Podría decirse que si —exclamo Komuro un poco tenso, todo lo que tenía en la canasta que proporcionaba el mini mercado, era sopas instantáneas y frituras, lo que un chico de su edad compraría.
—¿Solo eso piensas comer? No, un muchacho de tu edad debe alimentarse adecuadamente —con afecto materno le corrigió—, porque no mejor vienes conmigo, te prepararé una comida adecuada.
Solo un tonto diría que no, a una mujer linda como ella. Takashi no era ese tonto, lo es; pero también es un tonto afortunado.
—¿El señor Mizuno no está en casa? —Takashi se encontraba sentado en la mesa principal de la casa de Yayoi quien estaba en la cocina.
—Mi esposo salió de casa hace unos días por negocios, ya sabes; lo común de un oficinista —exclamo sin descuidar la comida—, dime Takashi-kun, que has hecho estás vacaciones.
—Lo que un chico común como yo hace en las vacaciones. He visitado la playa, fui a acampar unos días al bosque con algunos conocidos y recientemente he ido a un gimnasio al que me invitaron —contaba Takashi sin dar detalles, pero si sabes esos detalles—. Ayer regrese de visitar un hotel con aguas termales con mi novia.
—Como te envidio —fue con Komuro, sin quitarse su delantal rosa—, yo también quisiera pasar buenas aventuras como cuando tenia tu edad. Me conformaría con que me visites más, sabes —se acerco al pelinegro que estaba sentado y tomo su cabeza, para ponerlo en sus atractivos pechos—, creí que vendrías a visitarme con mas frecuencia en estas vacaciones.
—Lo siento Yayoi-san, pero he estado —exclamo. Sin dejar pasar la oportunidad, embarro mas su rostro en el escote de Yayoi.
Desde la mañana ha estado ocupado Takashi, disfrutando cada minuto de sus vacaciones. Desde muy temprano se levanto, para reunirse con Orihime en casa de la mujer para aventurarse con ella.
—Detente Takashi-kun, debes detenerte esto es incorrecto —en la sala de su casa, desde las siete de la mañana que llego Takashi, estaba sentada encima del pelinegro, quien decidió atacarla, primeramente mordiendo y disfrutando de sus pechos eres muy intenso—. ¿Porque te detienes?
—Ah, Orihime-san es muy graciosa, pero también es muy cínica —carcajeo un poco Takashi, sin soltar sus manos de los senos de la pelinaranja mujer. Esos que en cada paso que daba rebotaban como globos de agua pesados—. Dice que ama a su esposo, pero me envía una foto de usted desnuda diciendo que quiere ver desde temprano.~
—Es cierto, a quien intento engañar —se retracto de su falso comportamiento—, si no fuera porque descubrí que mi Ichigo me ha estado siendo infiel con la enana de Rukia Kuchiki todo este tiempo, me sentiría mal por serle infiel. Pero después de probar a Takashi-kun una vez, he querido comerte de nuevo y sola.~
La mujer fue besando el cuello del joven, así como lamiendo su mejilla moviéndose de forma sensual estando encima de él.
—Ahora que mi hijo se fue a su campamento de verano quiero aprobar la oportunidad para que me lo hagas mucho, Takashi-kun.~ —se quito su blusa y su sostén en un solo movimiento, arrojando sus prendas a un lado en la sala sin importarle absolutamente nada.
—Solo tengo una condición —exclamo el pelinegro—, vayamos a su alcoba.
En la habitación, tomo unos minutos Inoue para arreglarse y sorprender a su joven amante. Del baño de la alcoba, volvió la pelinaranja de gran busto mostrando su belleza llevada a un nuevo nivel.
—¿Que piensas Takashi-kun?~ me veo erótica~ —exclamo Orihime en cuanto entro de nuevo en la habitación, llevando un conjunto de bikini color blanco delgado, cortes triangulares que cubrían las aeroelas de sus senos con un soporte extra para sujetar lo grande que eran—, lo compre en una barata de ropa, pensaba mostrarse lo primero a mi esposo pero que piensas tu primero ¿Me queda?
—Le queda perfecto, Orihime-san. Es como si al cielo se le hubiera perdido un ángel —sentado en la cama del matrimonio de la pelinaranja, desnudo dejo ver como su hombría despertaba maravillado con la vista.
Tomado como un halago, puso su pie sobre el empalme de Komuro y lo fue frotando con mucho deseo. Hasta empujar al chico a la cama con su mismo pie. Dejando que Orihime le controlase al comienzo, la vio subir sobre él a gatas, sintiendo los pechos de la mujer rozar su polla, con una mirada traviesa Inoue tomo sus senos para atrapar al pene de Takashi y comenzar con la diversión.
—Te gusta esto, Takashi-kun~ se siente bien tu entre mis pechos —la punta del miembro de Komuro llegaba a salir de entre el escote de la mujer.
—Es maravilloso, Orihime-san... mi pene se siente en el cielo —no era el primer masaje que recibía de este tipo, sin embargo cada una de las mujeres que se los hacia tenia un toque distinto. No solo por el tamaño de sus atributos femeninos, algunas eran agresivas, otras mas cariñosas, otras gentiles. En caso de la mujer que adopto el apellido Kurosaki de su esposo, Orihime era mas gentil e inocente, pero con actual toque cuidadoso.
—Puedo sentir tu pene palpitar entre mi pechos —no solo deslizaba la polla del chico entre sus pechos, sino también—, vamos. Esta vez, tu joven y espeso semen es todo para mi.~
—¡Orihime-san! —repentinamente, la madura mujer uso su boca para complacer la punta de su polla haciendo que el gozo que disfrutaba Takashi alcanzará el clímax disparando su esencia al rostro de la pelinaranja madura.
—¡Kya!
Gimió ante el repentino disparo potente del semen de su amante, su cara quedo manchada de blanco y su pechos pegajosos, impregnados por los fluidos pre seminales de Takashi. Luego de quedar sorprendida, para sentir lo caliente de su semen sobre su rostro, Orihime no dudo y probo un poco de su leche cuando se escurría cerca de su boca. Dejando que todo lo que cayó en su rostro fuera absorbido por su piel, como si fuera alguna crema cosmética.
—Fue un disparo muy grande, Takashi-kun —le gusto la cantidad que cayó sobre su cara. Con las rodillas sobre la cama; moviendo un poco las bragas de su conjunto playero, abrió los labios de su vagina y expuso su agujero que empezaba a escurrir sus debidos fluidos sexuales—, ahora me gustaría que dispares mucho más aquí.
Era muy temprano, sin embargo Orihime ya estaba gimiendo sin control porque Takashi le estaba follando desde atrás con mucho entusiasmo.
—¿Orihime-san, tanto deseaba esto? Su vagina esta apretando fuertemente mi polla —tenia una vista impresionante de la pelinaranja, desde su polla chocando contra su redondo y gelatinoso trasero, su lisa espalda sin imperfecciones, de donde podía ver el contorno maravilloso de sus tetas moviéndose por inercia de sus empujes.
—¡Si! Desde la ultima vez que lo hicimos, mi cuerpo me ha estado pidiendo por más~ —miraba con rubor a Komuro a medida que sentía sus manos golpeando su trasero, hasta dejarlo rojo—. Debería sentirme culpable... ¿No se que es peor? Que estoy teniendo sexo con un alguien que no es mi marido en la misma cama que duermo con él... que ese alguien es un estudiante de preparatoria que me hace mojar mas que mi esposo.
—¡Porque no se lo dice directamente! —un movimiento inesperado y Orihime era cargada por Takashi, con sus manos sosteniéndola desde debajo de sus piernas, el chico la levanto en la cama sin parar de mover su miembro insertado en la mujer—. Vamos quiero escucharla Orihime-san —un cuadro con la fotografía de su familia, Inoue manchaba el cristal de este, con sus fluidos que se escurrían al disfrutar de este coito inmoral.
—¡Mira Ichigo~ mira a tu esposa disfrutando del pene de Takashi-kun! —su mirada no reflejaba culpa, solo lujuria; por eso hacia esos signos de paz sin ningún remordimiento en su cara—. Aun te amo~ pero si tanto quieres coger con Kuchiki-san hazlo, porque de ahora en adelante mi cuerpo será amado por alguien más.
—Lo siento, Kurosaki-san... ¡Pero su esposa ahora es mía! —sin aviso, inserto su miembro mas allá para disparar su leche donde solo él conseguía llegar dentro de Orihime.
—¡Haaaa!~ ¡Mi vagina esta siendo llenada por tu leche, Takashi-kun! ¡Siento mi útero llenarse. Esto es genial! —no sabía que le impresionaba más, lo dotado que era Takashi y los disparos que hacia o que siendo tan joven y un poco más bajo que ella, lograba levantarla como si nada.
—Es solo el comienzo, Orihime-san —dijo al oído de la esposa, para morder su lóbulo izquierdo y hacer que sintiera electrizado su cuerpo.
Dicen que es saludable para una pareja tener sexo en las mañanas. Porque así reforzá el laso sentimental o algo así, pero Takashi seguía en consejo de otro maestro. Debes hacerlo en la mañana, en la tarde y el noche. Hazlo hasta que te canses y luego hazlo más. Hazlo con ella en la cama, en la cocina, en el baño, la sala y el auto. Hazlo hasta en sus sueños. Solo así afirmarás lo que es tuyo. Y aunque no lo hizo con Orihime todo el día, si la hizo mojar demasiado las sabanas de su cama.
—¿Tienes que irte, Takashi-kun? Quedate y juegos un rato más —abrazaba por la espalda al chico al verlo levantarse luego de estar descansando a su lado desnudos tras cuatro horas de sexo ininterrumpido—, mi esposo esta muy lejos en el mar y Kazui no regresará hasta en unas semanas.~
—Debo irme, Orihime-san. Usted tiene una reunión a la que asistir —dijo gentilmente rechazando las manos de la madura mujer que acariciaban sus pectorales, a pesar de ser joven, ya estaba bien marcados sus músculos.
—A la mierda mi reunión con mis amigas de la escuela. Quiero que juegues mas con mi cuerpo Takashi-kun —presiono sus pechos gordos contra la espalda del pelinegro.
—Será la próxima vez —se levanto de la cama y la dejo allí—, así Orihime-san me estará deseando como yo la deseo.
—Di lo que quieras —hizo puchero la pelinaranja miraba molesta en otra dirección, solo para acercar su cara a la pelvis de Takashi—, pero tu pene esta diciendo que quiere más.
—Bueno... —se avergonzó. A veces le resultaba difícil controlar su miembro que tenia consciencia independiente.
—Esta bien —se calmo Orihime—, dejame despedirme de ti como se debe.
De pie junto a la cama teniendo una gran erección, la madura le hizo una ultima mamada antes de dejarlo irse. Con ayuda de su propia mano, Inoue tenia la mitad del pene de su amante en la boca mientras que la otra mitad usaba su mano para complacerlo igual. Le dio a su nueva madura, el tiempo suficiente para saborear su hombría descomunal, siendo complaciendo por la casi inexperta boca de Orihime. Supuso que gratificación como esta, no era común que hiciera a su esposo. Así que él la entrenaría con el tiempo.
—¡Voy a llenar toda su boca! —grito Takashi.
Puso sus manos detrás de la cabeza de la pelinaranja mujer, la hizo tragar toda su polla y la retuvo así por varios segundos, casi veinte segundos en los que soltaba toda su doceava descarga seminal. Una expresión de ahogamiento ante la gran cantidad de semen expulsado por Takashi a su ser.
—¡Puaf! —sonó la boca de Orihime cuando su amante saco su verga y la dejo respirar nuevamente. Agotada, cayó boca arriba en la cama, dejando ver como se escurría parte de la ultima ronda de leche que le dio Takashi, su cuerpo agitado y su rostro mirando al techo con la vista perdida pero agradecida con esta ultimo regalo de su parte antes de dejarlo ir—. Takashi-kun, vuelve a visitarme pronto.~
—¡Sip! Estaba haciendo un trabajo casero para una agradable ama de casa que conocí hace unas semanas, algo para ganarme un poco de dinero —no gano ningún dinero, solo satisfacción mutua, satisfacción con resultados sexuales.
Volviendo al tiempo actual, Takashi comió el almuerzo preparado por Yayoi Mizuno. Un plato de comida que le preparo.
—¿Te gusto la comida? —preguntaba la fruta madura desde la cocina, se secaba las manos con un trapo de limpieza limpio.
—Muchas gracias por el almuerzo, Yayoi-san —mostró respeto ante el talento culinario casero de la mujer.
—Espero que tengas espació para el postre —tarareo desde la cocina, tenia una sorpresa preparada para el muchacho. Aunque dijo Takashi que no era necesario, el postre que le servirían era mas de sus postres calientes favoritos—, cierra los ojos mientras te lo sirvo —hizo caso y con ojos cerrados, Komuro solo logro escuchar como un plato pesado se ponía en la mesa y de un aroma agradable de crema batida y un olor a cereza in curtida ante sus narices.
—¡Yayoi-san! —una gran sorpresa se llevo Takashi con el postre.
Era la misma señora Mizuno desnuda totalmente sobre la mesa y las piernas abiertas para su amante, sobre su vagina un decorado en espiral de crema batida de lata con una cereza adornando la punta, mismo decorado se veía sobre los prominentes pechos de la madura.
—Dime, te gustaría probar el postre~ —pregunto pícara la esposa de otro hombre.
—Con mucho gusto.
Junto sus manos en oración agradeciendo el postre que le ofrecían en el almuerzo. Se puso de pie y se quito la ropa que traía, revelando su cuerpo que había trabajado, un cuerpo con el que muchos hombres sueñan tener para enamorar a las mujeres, porque en este mundo los sentimientos van por culo. Tan solo vio la parte de arriba y Mizuno se le calentó su cuerpo, mas al verlo sacar su miembro para ver a la titanoboa despertar.
—¡Ha!~ —soltó un gemido Yayoi en cuanto la lengua de Takashi empezó a saborear sus pechos primero.
El sabor de la crema batida con fresas servido en un par ejemplar de senos era un manjar total para el pelinegro. La aventura que tenia con Mizuno Yayoi comenzó antes de las vacaciones, cuando Takashi comenzó a tener un amorío con Yukka Maresato, madre Alice, después de llevarlo al hotel donde se entregó a él.
Hace alrededor de tres meses atrás.
—¡Alice, mamá ya esta en casa! —anunció la periodista cuando entro en su casa luego de un nuevo día de trabajo.
—¡Mamá, bienvenida! —la pequeña Alice hacia la tarea en la sala de su casa con algo de ayuda de su niñero y considerado hermano mayor, por la misma niña.
—Yukka-san, bienvenida —fue a recibir a la mujer con la hija de esta.
—Hola Takashi-kun, veo que estas ayudando a Alice con su tarea —dijo en cuanto paso por la sala donde vio las libretas de su hija y varios lapices como otros útiles—. Bueno Alice, es mejor que vayas a bañarte. Mamá hará la cena en rato.
—¡Hurra! —grito la niña antes ir corriendo ha hacer lo que le dijeron.
—Ya que Yukka-san llegó, supongo que debo irme —exclamo Takashi.
—Aun falta tu paga querido —dijo complacida con que él viniese a cuidar de su hija tras ir por ella a su colegio y traerla a casa. Se acerco al oído del pelinegro y le susurró también—, quiero darte un bono extra por tan buen servicio.~
Sin embargo, siendo tan tarde. Mas adelante del mismo vecindario, Yayoi despedía a su esposo tenia que salir temprano para llegar al turno nocturno en la oficina, tenia que salir a alcanzar el tren.
—Que tengas un buen día en el trabajo querido —se despedía Mizuno de su esposo—. ¿volverás mañana temprano?
—Eso espero, pero dudo salir temprano. Estamos faltos de personal y el jefe quiere que haga varias cosas más para ayudar en la compañía —desalentó a su esposa antes de irse.
—Entiendo, que tengas buena suerte —dijo Yayoi antes de verlo irse.
Sola en casa, frente al espejo con un conjunto de lencería provocativo se miraba con tristeza sino era depresión lo que sentía, un juego de color morado que combinaba con su cabello. Últimamente la mujer comenzaba a sentirse sola y la falta de atención de su esposo la desesperaba.
—Vaya, yo que compre esto para mi esposo ¿será que ya perdí mi atractivo? —preguntaba Yayoi ante el espejo, pero después de apreciarse, desde la ventana de su alcoba, la mujer miro hacia la calle donde vio como en la casa de enfrente; lo que era la cocina había quienes estaban haciendo el amor—. Como envidió a Maresato-san.
Mizuno pensaba que el hombre con el que Yukka estaba haciendo el amor en ese momento era su esposo en ley. Era en realidad su amante. Aun teniendo su ropas del trabajo como reportera de noticiero, en la cocina Takashi le hacia el amor. Tan solo necesito bajarle la ropa interior y levantarle la falda a la mujer para poder cogerla mejor.
—Eso, se mas rudo mi amor~ dame toda tu leche —decía Yukka recargada de la barra de la cocina recibiendo las embestidas freneticas de su amante.
—Yukka-san, baje la voz. Alice puede escucharnos —se agarraba de las caderas de la mujer. Alice se estaba bañando entonces, ellos cogían cual animales.
—Lo se, pero apenas si puedo contenerme. Después de un largo día de trabajo, coger se siente de lo mejor —exclamaba con una voz mas controlada—, sobre todo si es Takashi-kun quien me da por detrás.
Tomo a su amante de su uniforme, acercaron sus bocas y se besaron con mucho pasión mientras Komuro seguía empujando su cadera hasta terminar corriéndose dentro de Maresato.
—¡Mmm! —gimió de placer cuanto el semen de su amante se inyecto en su interior de un sola descarga profunda—. Se siente tan bien.~
Después de un polvo como despedida luego de cumplir con su labor como niñero, Yukka quería pedirle un ultimo favor a Komuro antes de que se vaya.
—Gracias por cuidar a mi Alice hoy, Takashi-kun —despedía al chico en la puerta de su casa, la señora Maresato.
—La veré mañana Yukka-san —se despedía Takashi.
—Un momento, Takashi-kun —entro por algo Maresato, un traste de plástico tenía prestado de alguien—, podías llevarle este traste a Yayoi mi vecina de aquí enfrente.
Solo era una ensaladera color rojo con una tapa plana blanca. Yayoi era amiga de Yukka cuando se mudaron. Algunas veces le pedía a ella cuidar a su preciada Alice cuando Takashi no podía, ella le hacia almuerzo para la hija de su vecina cuando gustaba, practicaba con Alice el ser madre pues aun su esposo no decía tener hijos con Yayoi todavía.
—Claro —dijo el pelinegro sin mostrar disgusto. Solo conocía de reojo a Mizuno, vecina de enfrente.
Llegó al otro lado de la calle y tocó el timbre de la puerta, nadie le abría a Komuro. No es como de este lado del continente donde uno toca la puerta y grita para que alguien le abra si esta en casa.
—¿Será que no está? Las luces de adentro están encendidas —vio las luces de por dentro encendidas, el sol aun no se ponía, pero daba igual.
No iba a irse a casa con este traste en manos, iba entregarlo de una Takashi. Al darse la vuelta dentro del jardín de la casa de los Mizuno, se termino llevando a deliciosa sorpresa cuando paso la mirada por la puerta corrediza transparente del patio trasero.
—Yayoi-san... —quedo mudo con la vista.
Era la misma Yayoi en la sala de casa de su casa masturbándose con un masajeador de cabeza redonda y giratoria. Allí en su mueble, se le veía disfrutando de su juguete, no le faltaba mucho para llegar ella sola al clímax, pero...
—Ya casi, me vengo~ —con los ojos cerrados no podía ver que la observaban—, me... Me... ¿Vengo?... ¿Takashi-kun?
Un solo segundo que abrió los ojos para ver a Komuro Takashi observandola en un momento personal, un chico que conocía de cuidar a la pequeña niña de su vecina y amiga Yukka. La cara roja de Takashi y el brote de un bulto sobresaliente de su pantalóin.
—Disculpe mi intromisión —una reverencia corta de parte Takashi y se alejo cautelosamente para no alertar a los vecino.
—¡No, espera no te vayas!
Atrapó a Takashi antes de que se alejara y lo hizo pasar con ella. En la sala de los Mizuno, veía el rostro silencioso como avergonzado de Yayoi, buscaba las palabras adecuadas para justificar lo que le descubrió él haciendo.
—Lo que viste... Verás... Como mujer tengo mis necesidades —no sabía que decirle, pero si un punto que tratar con Komuro—. ¡Por favor no le digas nada de esto a nadie!
Se había acercado mucho a Takashi para decirle esto de una, arrojándose casi encima de él. Mostrando inconscientemente su busto de gran tamaño teniendo semejante lencería puesta. Pronto, una voz en la cabeza de Takashi comenzó a hablarle mientras.
—Mira su lindo rostro, se nota cuan necesitada y avergonzada está —esa voz que de algún sueño anterior conocía, le hablaba a Takashi. Como si se tratara de alguna entidad maligna como divina, le susurraba en su oído.
—¡No le digas a nadie que me viste así, haré lo que quieras! —siguió diciendo Takashi
—Huele sus feromonas —la voz en su oído izquierdo le incitaba sin cesar—, solo mira ese escote, seguramente sus pechos son sabrosos y carnosos.~ no quieres escuchar decir tu nombre mientras gime por tí~ vamos, tomala. Marca su cuerpo con tu semilla.~
Será que esta voz era la que le incitaba siempre a ir por esas mujeres maduras con las que tanto fantaseaba, esas frutas prohibidas sabrosas. O solo era voz imaginaria para justificar sus deseos sexuales.
—Lo que sea —los ojos de Takashi se pusieron sobre el enorme escote que traía Yayoi en el momento.
Por alguna razón Yayoi mas abajo de la cara de Takashi luego de verlo tragar saliva, viendo finalmente la erección que se cargaba.
—¡¿Eh?! —se alejo devuelta al sillón en el que ella estaba, impactada de ver que un chico de su edad estaba así por ella—. ¡Takashi-kun no me refería... cuando dije lo que sea... pues!
—Yayoi-san, mire —de pie, frente a Mizuno. Komuro abrió la bragueta de su pantalón y sin pena le enseño el empalme que traía por ella. Acaba de follar con Yukka pero uno rápido con ella no fue suficiente. Con la boca abierta dejo a Yayoi al ponerle tan cerca su empalme enorme—, mire como me puse por usted.
—¿Que? No, no puedo hacer eso Takashi-kun, se que dije que haría lo que sea... —tan nerviosa se puso que no sabia que hacer con las palabras que acababa de dar—... si es solo una mamada, supongo que no hay problema.
Por fuera parecía acceder al trato pero por dentro estaba sufriendo, disculpándose internamente con su esposo por el adulterio que cometería.
—"Ay querido, lo siento mucho por lo que voy a hacer" —gritaba internamente Yayoi, pero su vagina en tanto se puso mojada como le empezó a picar. Nerviosa, con su mano tomo primero el empalme de Takashi para comenzar. Acerco su boca y pudo sentir su olor—. ¿Que pasa con este pene, puede alguien tan joven tener algo así de grande? ¿Huele a sexo, será que Takashi-kun lo hizo con alguien más antes verme?
Esto le importo poco a Yayoi, le dio un beso a la punta de la polla de Komuro, antes de poner toda cabeza en su boca. La lengua de la mujer de cabello color regio fue acariciando su pene a medida que sus labios avanzaban mas y más complaciendo al chico.
—Yayoi-san su boca es buena, siente que puedo venirme en cualquier momento —una nueva boca madura que sabia que hacer.
—Porque me estoy mojando con lo que me dice —pensaba, pero tampoco dejaba de saborear su pija—. ¿Será que estoy desesperada por atención? Su pene tiene un asfixiante sabor, no puedo dejar de chupar... dejame probar tu leche Takashi-kun.
—¡Perdón por esto Yayoi-san!
Tomo el control para follarla en su boca con desenfreno. Los sonidos que pronto comenzó a hacer por la falta de aire mientras la embestía con su pelvis, excitaba más a Takashi.
—¡Mmmmm! —la garganta de Mizuno se inundo de pronto con una fuerte descarga seminal que le inundo hasta la garganta. No hizo mas que beberse todo ese blanco líquido que soltó Takashi. Incluso cuando el pelinegro saco su polla de su boca él siguió eyaculando sobre su cara—. ¡Kya, sigues eyaculando tanto!
—Perdón, pero la boca de Yayoi-san es tan deliciosa que mi pene no pudo contenerse —dijo Takashi manteniendo despierto a su pequeño gran amigo.
—Aun la tienes dura... ¿que debo hacer? —pregunto Mizuno sin dejar de poder mirar la erección de Komuro, se sentía hipnotizada por seguir probando su pija.
Todo cambio de un segundo a otro.
—¡Que fastidio!
Era el esposo de Yayoi, cuya voz se escucho inesperadamente desde la entrada.
—¡¿Mi amor, eres tu?! ¡Takashi-kun debes esconderte!
—¿Donde? —incluso el pelinegro temió por su vida.
Lo agarro de su mano y la peliregio se llevo a Takashi a esconderlo en el baño, así como Shizuka lo escondió en la enfermería del colegio cuando Hayashi Kyoko por poco y los descubría. Ya desde el baño, Yayoi tenia la oreja puesta en la puerta del baño para escuchar donde estaba su esposo ahora que volvió sin avisar.
—¿Querido eres tu? —hablaba lo mas normal que podía, hacia todo para no ser descubierta.
—¿Yayoi, estás en el baño?
—¡Si! No me dijiste que volverías antes —decía inocente.
—No, es que me olvide de los documentos que necesitaba para trabajar esta noche. Pero ya los tengo, creo que llegaré hasta mañana gracias a mi descuido —dijo molesto el sujeto.
—Que pena, entonces te veré hasta mañana —dijo triste, cosa que Takashi noto a pesar de tener el trasero de la mujer muy delante de su cara estando sentado sobre la tapa del baño.
Era la oportunidad adecuada. Se puso de pie y con endurecido pene, se acerco al lugar que debía atacar.
—Si, perdón mi amor. Luego te compensaré —escucho la voz del esposo de Yayoi mas lejos.
—Está bien, te veré mañana ¡Mm! —tapo su boca de momento, Takashi le puso su polla hasta dentro sin avisar—. ¿Takashi-kun que haces, mi esposo esta en casa?
—¿Te sientes bien Yayoi? —pregunto su esposo, ahora se le escuchaba mas cerca que antes.
—¡Si! La comida me cayó pesado es todo. No te preocupes —exclamo con molestia.
—Bueno, si necesitas algo avisame —su esposo pronto se iba.
—Cuidate... te amo ¡Mmm! —un empuje mas brusco de parte de Takashi dentro de Yayoi. Empuje tras empuje de su pola sintió de Takashi—. Takashi-kun espera, mi esposo sigue allí.
La mano de Takashi se movió, tomo el par de pechos de Yayoi y los hizo salir por encima de su corset erótico, sus manos jugaron con ellos causando mas placer a la mujer reteniendo la siguiendo recargada contra la pared.
—Lo se, no me importa... si su esposo no atiende las necesidades a Yayoi-san. Deje que yo me haga cargo.
—Que dices. Para, mi voz no se contiene —trataba de esconder esos sonidos lascivos que escapaban por su boca mientras sonaba su carne siendo chocada por Takashi.
—...La vagina de Yayoi-san es fantástica —el contorno de sus senos al mirarla desde atrás, lo redondo de su trasero—. No voy a detenerme hasta acabar dentro.
—¡No puedes, Takashi-kun! —aun por mas que le pidiera detenerse o que en su voz simplemente se negará. Yayoi lo estaba disfrutando mucho.
—Su coño me la esta apretando mucho, esta disfrutando esto verdad. Voy a venirme pronto —subió su ritmo Takashi.
—Para por favor, mi vagina comienza a enloquecer por esto Takashi-kun —ya había enloquecido, jugos vaginales iban escurriéndose con cada empuje salvaje de Komuro, ya tenia bañada toda su polla deseando recibir de él su leche—, no quiero, no quiero... ¡Mi amor perdoname pero me estoy viniendo con el enorme pene de Takashi-kun! ¡Haaa!~
Un orgasmo tras otro se libero dentro de Yayoi justo cuando Komuro dio un empuje de gracia y la hizo gritar de placer como ya no lo hacia. Remordimiento, culpa y sudor; fueron algunas cosas que cubrieron a Mizuno por fuera, porque por dentro el esperma de Takashi en su vagina se escapaba ante la enorme corrida que se libero él.
—¿Porque?... —dijo con voz débil la peli regio siguiendo pegada a la puerta de su baño.
—Perdón Yayoi-san, pero usted me ha parecido muy hermosa y no iba desperdiciar la oportunidad de acercarme a usted —decía Takashi sin dejar de tener su pene dentro de ella—. Estoy dispuesto a satisfacerla donde su esposo no lo haga.
Palabras más, palabras menos para Yayoi.
—...Si lo dices así —lo empujo contra la tapa del inodoro sobre el asiento luego de dejar caer primero sus labios sobre Komuro y poner sus brazos en sus hombros. Mas cuando ella se puso encima de él al sentarse, los enormes senos de la mujer envolvieron la cara del pelinegro sin dejarle mirar a otro lado que no sea ella—, has activado mi interruptor de mujer Takashi-kun, espero que te hagas responsable como dijiste.
Tomo el control esta vez, logro introducirse la polla de Komuro en lugares que hasta ahora solo él había llegado y un nuevo orgasmo recorrió a Mizuno al tener semejante pedazo de carne para ella.
—Que genial sensación~ —dijo Yayoi, sus caderas se movían por inercia tomando toda la polla de Takashi para ell—, de todos los hombres con los que salí, incluido mi esposo, ninguno ha llevado su pene tan profundo en mi~ se que puedes sentir la punta de pene besando mi útero.
—Se siente genial —exclamo Takashi, sorprendido y sin aliento ante la agresividad de la mujer.
—Tu polla... tu polla es perfecta Takashi-kun —movía sin remordimiento su cuerpo, solo era una mujer buscando la satisfacción carnal con un hombre joven—, mi vagina no se había sentido tan amada por una buena polla como la tuya.
—Entonces ¡Deje que le de más amor!
La hizo gemir de sorpresa cuando puso sus manos en su trasero y con una sorprendente fuerza, logro levantarla de un solo movimiento. Con ella sostenida unicamente por sus brazos cuyas manos no dejaban de apretar su trasero, Mizuno gemía sin contener su voz al ser embestida, empuje tras empuje por la gruesa pija de Takashi, todo mientras el tenia su boca probando uno y otro de sus senos cuales dulces frutas eran.
—¡Esto es enloquecedor! —gritaba de placer—, mis pechos son complacidos mientras mueves tu enorme pene con locura ¿Tan atractiva te parezco?
Pregunto luego de poner su mano en la mejilla del chico quien no se detenía por nada.
—¿Bromea? Yayoi-san es muy atractiva, solo pienso en hacerla gritar de placer en este momento —exclamo.
—Entonces no te detengas... no te detengas por nada que yo... yo me... —abrazó a Takashi mientras él hacia todo el trabajo que la hacia enloquecer—... ¡me vengo!
Así había comenzado su relación inmoral aceptable, ese día tras hacerle el amor dos veces en su baño. Yayoi se llevo a Takashi a la cama, donde él no la dejo descansar ni por un momento durante toda la noche. La hizo gritar de placer y gritar su nombre sobre todo, una mas había conseguido para su harem el desgraciado. Y justo ahora, le estaba dando la atención debida que el esposo verdadero de Mizuno-san no le daba.
—¡Takashi-kun tu polla se pone loca en mi interior, me encanta! —sobre su mesa principal, los amantes reunidos hacían el amor con desenfreno y locura—. No se que es mas pervertido, que me lo este haciendo un chico de preparatoria o que me lo esta haciendo como todo un semental.~
—Yo digo, que esto es muy pervertido por parte de Yayoi-san follar con su amante del lado donde su esposo come con usted —dejo caer su cuerpo estando sobre la mujer en la mesa, oliendo el peculiar aroma que brotaba de la mujer ahora que la había puesto a sudar encima de la cama, dio una lamida al cuello de la mujer desde atrás, antes de tomarla de su cintura de nuevo y continuar follando la en la pose de perrita con una postura experta de su parte—, solo imagine que su esposo esta en su lugar mirando como la hago gemir más que él.
—¡Mira cariño! —lo imaginaba, imaginaba a su esposo allí sentado mirando frente a sus ojos como alguien tan joven hacia gemir de lujuria sin igual a su esposa—. ¿Te gusta ver como Takashi-kun me follá mas rico que tu? —empezó a mover su trasero contra la pelvis de Komuro, a pesar de que él estaba moviéndose—. Lo siento mi amor pero ahora tu esposa tiene nuevo hombre que sabe complacerme mas que tu en muchos sentidos.~
De su vagina se veía escurrirse semen de Takashi que eyaculo unas rondas al comenzar el momento.
—¡Lo siento Mizuno-san, pero Yayoi ahora es mía! —fue embistiendo con mas intensidad contra el trasero de la peli regio, buscando llegar al clímax por tercera vez con la calidez de su vagina.
—¡Kya, mas Takashi-kun, muévete más que estoy por correrme de nuevo... Haaa!~
Embarraron en la mesa con muchos fluidos sexuales y es que aun no la rompieron con todo lo que hicieron. Bajaron de aquí y cuando Yayoi solo fue por un vaso de agua, Takashi la tomo y continuo en la cocina para seguir teniendo sexo con ella en el piso esta vez.
—Esta vez iré encima —exclamo la mujer sentándose en la polla de Takashi dando la espalda al chico, dejando que se deleitara con el contorno de sus pechos que se movían de un lado a otro al mover de arriba a abajo su cuerpo—, es tan deliciosa, no importa que pose lo hagamos tu pene me golpea en los lugares indicados.
—Siga moviéndose así, mi pene lo esta disfrutando Yayoi-san —exclamo Takashi, permitiendo que ella se volviera loca de placer.
—Vente conmigo Takashi-kun... vente en toda mi vagina —aplastaba la pelvis de Takashi con mucho entusiasmo, logrando alcanzar el máximo placer con la peliregio al mismo tiempo—. ¡Si!
Grito cuando recibió una nueva dosis de leche por parte de su amante. Jugaron por mucho en casi todos lados de la casa de Mizuno durante muchas horas desde el medio día hasta caer el atardecer, como por allí de las seis de la tarde. Un poco más de la hora.
—Vamos querido, quedate a jugar conmigo~ —insistía Yayoi justo como Orihime antes de ella, estando igualmente en la cama donde cogieron la ultima hora—. Hazme mas el amor, mi esposo no vuelve a casa hasta mañana.~
—Lo siento Yayoi-san, pero tengo que ir a casa. Alguien debe ir a verme en un rato —quito la mano de la peli regio de encima suya, fuera de la cama se vistió dejando a su otra mujer amante—, será para la siguiente ocasión.
—Eres cruel Takashi-kun —cubría su desnudez Yayoi con la sabana—, cruel pero justo.
Si seguían jugando toda la noche, posiblemente su esposo los terminaría hayando en la cama durmiendo luego de seguramente caer dormida ella sobre Takashi, con su polla igual de dormida dentro de su vagina.
—Mas vale que la próxima visita sea pronto —le dio un beso de despedida justo en los labios, un beso lascivo para ser precisos.
Por fin podía volver a su casa, después de haber trabajado mucho por la mañana y continuando en la tarde. Era ya el momento adecuado para descansar, sin embargo el destino tenia planeado otra cosa. A pocos metros de llegar a casa vio a quien menos pensaba ver esta tarde, la única chica de su edad (un año mas que él) venir desde la dirección contraria.
—¿Saeko-senpai? ¿que haces aquí? —quedo sorprendido ante la aparición de la mas madura chica de su colegio viniendo en ruta a su casa cuando aun no la había dicho su dirección.
—Takashi-kun, hola —mostraba su compostura común, para pronto mostrarse levemente nerviosa la capitana del club de kendo. Con ropas, no afeminadas sino mas bien un juego casual de ropas, nada elegante ni solo para —. ¿Aquí es donde vives?
—¿Necesitabas algo de mi, senpai? —pregunto.
—Nada realmente —dijo Saeko—, bueno. La verdad es que yo... sentía la necesidad de verdad, solo eso.
Una sonrisa como respuesta de parte de Takashi ante la respuesta de Busujima antes de invitarla a pasar a su hogar.
—Senpai, quiere pasar.
No sospechaba ninguna mala intensión de su senpai luego de reflexionar y pensar en como hizo para averiguar su dirección y toparse con él en el momento adecuado. Era uno de sus muchos talentos letales de ella, debo decir que Takashi ya los conocía, será una explicación para un capitulo de mas adelante.
En otra casa mas allá en la misma zona suburbana, Kiriko Miyamoto acababa de preparar la cena. Aun siendo verano, ella seguía cumpliendo su papel rutinario como ama de casa; pero no se quejaba teniendo una buena hija (mentira), un buen esposo y un buen amante.
—¿Para quien estás guardando comida mamá? —preguntaba Rei sentada en la mesa del comedor con sus auriculares puestos desde su computadora. Notó a su madre poner parte de la cena en un pequeño traste plástico que ella hizo.
—Es comida para Takashi-kun —Kiriko miro a su hija luego de poner la tapa al traste—, ese chico es admirable, a pesar de quedar huérfano ha conseguido salir adelante por su cuenta. No esta de más ayudarlo de vez en cuando con algo pequeño.
—¿Vas a llevarle la cena? —pregunto pícara Rei sin tener la menor idea de la relación secreta que su madre y Komuro tenían—. Takashi y tu, se han vuelto muy amigos, mamá.
—Es un buen muchacho, seria bueno tenerlo como yerno —exclamo la mayor de las Miyamoto pensando cosas lujuriosas sin que su hija sospechará. Imaginando teniendo de yerno a Takashi y aun teniendo esa relación prohibida como amantes—. Así que se buena hija y llevale la cena a Takashi-kun. Porque se lo prometí ayer.
Dudo por un momento, Rei. Pero no por las razones correctas.
—¿No sería mejor invitarlo a cenar con nosotros? Él le agrada a papá —comento Rei dejando su laptop de lado.
—La verdad es que espero tener una velada a solas con tu papá. No me molestaría que pasarás una noche con Takashi-kun, después de todo tú y él son novios ¿que no? —le dijo Kiriko con brazos cruzados mirando con soberbia a su hija.
Acaso su madre la estaba incitando a ir dormir en casa de Takashi (con resultados sexuales). No pudo evitar subirse la temperatura a la cara de Rei con la sola idea.
—¡¿Mamá?!
—Date prisa y ve, que tu padre vendrá pronto. Descuida me asegurare de que él no se preocupe por lo que hagan. Estaremos muy ocupado —cada comentario de su madre solo la hacia imaginar cosas que nunca querría ver.
—¡No me hagas imaginarlos!
—¡Por favor, ya me demostraste que estas en esa edad, Rei. Ahora ve! —termino la conversación.
Sin embargo había quien se adelanto a Rei. Si pasabas la puerta de entrada de la residencia de la familia Komuro, encontrabas a pocos pasos prendas de hombre y mujer que marcaban el sendero hacia el cuarto del muchacho cuyo encanto con las mujeres no se comprendía hasta que nivel llegaba.
Al pasar la puerta abierta de su recámara, Takashi besaba a Saeko con harta pasión cubriendo su cuerpo con sus brazos pegando su cuerpo al de ella, frotando su empalme contra las piernas de su senpai. Ella correspondía e igual manera envolvía a su kohai, frotando sus pechos contra los músculos marcados en el pecho de Komuro, tomando con su mano la erección del chico masturbando su miembro poco al principio.
—Takashi-kun, dame un momento... —pedía la pelimorada teniendo a Takashi besando con mucha pasión su cuello, teniendo sus manos apretando las nalgas suaves que tenia con mucha lujuría—... no quiero que te detengas. Pero tampoco quiero que pienses que solo vine para esto... —entonces Komuro detuvo su movimientos un momento.
—No me importa las razones —Takashi pronto ataco a los pechos de Saeko con su boca—, de repente me entró una enorme necesidad de saborear el cuerpo de Saeko-san.
Nuestro héroe había descubierto algo de él hace un corto tiempo relativo, pero de todas las chicas de su edad, solo una le atraía femenina y sexualmente, era por esa actitud madura que la hacia diferenciarse de las demás
—¡Takashi-kun! —no hizo nada por detenerlo. Saeko fue sucumbiendo a las caricias que desataba Komuro sobre su cuerpo, de saborear sus pechos bajo hasta ponerse de rodillas y llevar su boca hasta la vagina de la pelimorada—. ¡Dios, tu boca... esta sensación en increíble!~
Cayeron en la cama de Komuro y Saeko quiso devolver el favor, dejando que Takashi siguiera consintiendo su vagina usando su boca a pesar de ponerse encima de él.
—Saeko-san, te has vuelto habilidosa —la lengua de su senpai acariciaba la punta de su pene, como fue sintiendo los labios de la pelimorada pasar por lo largo de su miembro antes de chuparlo todo.
—El deber de una mujer... es satisfacer a su hombre —dijo, teniendo las mejillas rojas de vergüenza por sus palabras respecto a sus acciones. Pero la formulación de las palabras adecuadas llegaron a Takashi, sumado al hecho que la tenia desnuda encima suya.
—Y el deber de un hombre es satisfacer a su mujer —exclamo antes de poner el coño de Busujima sobre su boca y continuar introduciendo su lengua para darle placer a ella.
No obstante afuera de su residencia. Rei estaba a nada de llegar a la puerta de la casa de Komuro con la comida que su madre le encargo para él, sin embargo del otro lado cierta pelirrosa con modestas ropas elegantes también venia hacia la residencia Takashi desde el otro lado.
—¿Takagi? ¿que haces aquí? —pregunto Rei al toparse cara a cara con la pelirrosa ante la reja de entrada a la casa de Takashi.
—Eso es algo que yo podía preguntarte también ¿que haces aquí Miyamoto? —respondió con el mismo filo ante la inconformidad en la voz de la castaña.
—Ustedes que hacen aquí —una tercera estudiante de Fujimi apareció para ver a Takashi.
—¿Yuki Miku? —tanto la pelirrosa como la castaña quedaron sorprendidas ante la presencia de esta otra.
Mientras que Rei llevaba un conjunto de ropa casuales para una chica, camisa de mangas cortas y una falda corta con pantimedias largas rojas con lineas negras y Saya venia con una blusa elegante blanca (como la que usa en el anime) con una larga falda risada y zapatos sin tacón. Miku apareció llevando un short corto ajustado a su trasero y una blusa de tirantes, corto dejando ver un gran escote para una chica de su edad.
—¿Que es a lo que viniste aquí, Miyamoto? —preguntaba cual tigre enojado porque se metieron en sus dominios, Saya.
—¿Yo? Solo vine a traerle algo de cenar a mi novio, Takagi-san. Y tal vez pasar un poco de tiempo con Takashi —respondió la castaña cual león cabreado estando en las mismas condiciones que su oponente, con la que ya de por si tenia que compartir al mismo chico con ella; quería esta oportunidad para tenerlo solo para ella.
—Que curioso —presumió un poco sus coletas, Takagi—, yo también traje decidí traer algo para cenar con mi novio y pasar un rato a solas con él.
El choque eléctrico se sentía en sus miradas furiosas, pero para Yuki la tensión que había entre estas dos no le intimidaban para nada.
—¿Y bien? —preguntaron con odio y furia a la pelinaranja—. ¿Tu a que viniste Miku?
—Vine a coger con Takashi —exclamo sin rodeos, la tensión entre ambas desapareció e incluso escupieron ante la franqueza de las palabras de Miku—, hagan se tontas, eso de que traerle la cena son solo bobas escusas para follar con él.
—¡Claro que no! —tsundere como la castaña respondieron al mismo tiempo contra la zorra que acogió Komuro.
—Además que te hace pensar que Takashi estaría a gusto contigo, zorra —exclamo Saya, llamando a la pelinaranja así sin problemas.
—Niña rica, yo se usar estos regalos para complacer a Takashi —presumió sus pechos delante de las dos. Era de un número igual a la pelirrosa en el busto, Miku. Pero también presumió su culo—. Y este trasero esta deseosa por ser castigado por un chico rudo como mi amor Takashi.~
—¡Perra sin vergüenza! —exclamo Takagi.
Y mientras las jóvenes peleaban, la reina disfrutaba. En serio estaba disfrutando Saeko sin saber que mas del ganado de Komuro estaba reunido afuera, pues la capitana del club de kendo movía con gran insistencia su cadera, subía y bajaba con mucho entusiasmo al montar a Takashi, pero desde su perspectiva el pelinegro lograba ver un rostro enojado en los ojos de Busujima.
—Senpai... estás siendo muy agresiva —dijo Takashi al notar la mirada bajo de Saeko, podía decirse que estaba concentrada buscando exprimir todas las gotas de sus testículos. Llevo sus manos a las manos de Saeko y la tomo desde aquí, deteniendo el momento—. ¿Porque estas enojada?
—¿Que? —reaccionó ante la pausa que le hizo tomar Takashi—. No estoy enojada —no podía ocultar la verdad a alguien como él—. Es solo que... lo ocurrido la ultima vez.
Algo que quedo entre ella y Komuro, así como con la madre de Saeko.
—Saeko-senpai —hablo cariñosamente Takashi, soltó sus manos para agarrar a la chica por su cintura y acercar su cara a la de él—, dejame disculpar adecuadamente.
Un ceño de confusión en el rostro de Busujima antes de sentir como la polla de Takashi tomaba el control ahora chocando en lo mas profundo de su interior.
—Takashi-kun, esto es enloquecedor —decía entre gemidos y el sonido que producía el choque de la pelvis de Takashi contra la de Saeko—. Dame más, dámelo todo. Dame... solo a mi.
—Voy a soltar todo dentro de Saeko-senpai ¡Haa! —un grito de hombre en cuanto libero su esperma en su senpai.
Un gemido ahogado vino de Saeko cuando en su vagina, la leche de su novio fue bien recibida. Se escuchaba entre cortado la respiración de Takashi al dar todo de si para la pelimorada, pero a pesar del agotamiento y la pelimorada recobro pronto energías para conectar sus labios al de su amante.
—¿Senpai? —un beso en el que Takashi sintió celos viniendo de Saeko.
—No, Takashi —de pronto lo llamo por su nombre, poniendo su mano en la mejilla de nuestro héroe—, quiero que me des todo de ti solo a mi, eres el primer hombre por el que siento amor y lujuria. Pretendía conformarme con ser tu amante pero después de madre, supe que no seré feliz si no soy la única en el corazón. Quiero tener todo de Komuro Takashi solo para mi.
¿Que ocurrió entre Takashi y la madre de Saeko? O mejor preguntar: ¿Cuando y que paso? Con detalle. Sin embargo, mas que una confensión de amor que fue a como lo interpreto Komuro, fue mas una declaración de guerra para las que entraron en ese momento menos oportuno en la habitación de Takashi sin anunciarse antes.
—Que significa esto Busujima Saeko-senpai —la primera en decir algo fue Saya. Después de todo, era la prometida del chico con quien tenia conectado su cuerpo (sexualmente).
No solo un ahora llena de enojo persibio Takashi, sino también de Rei y una seria molestia brotando de Miku.
—Ustedes —agotada, Saeko no espero que alguna de ellas apareciera en este momento.
—Saya, Rei... ¿Yuki? —mucho menos Takashi se espero que las tres llegaran a su casa, o mejor dicho se colaran a su casa.
—Cierto, nos concentramos solo entre nosotras que olvidamos que existen las demás —Miku se notaba enojada con lo que acababa de escuchar, mordía una de sus uñas con enojo.
—Takashi, yo que venía a traerte la cena como mamá me encargo —podía arrojar la comida al piso y pisotearla, Rei. Pero podía hacer mucho mejor la castaña.
Iba a levantarse para calmar la ira de las tres, sin embargo Saeko lo presiono contra la cama y puso su cuerpo desnudo contra el de Komuro, también desnudo.
—Es como escucharon —dijo en un comienzo—, lo siento, pero mi corazón no me permitirá dejar compartir a un hombre como Takashi con ustedes.
—¿Así? Quien te crees como para acapararlo todo, zorra —Yuki no iba permitir que le quitaran del todo a su mastodonte de placer.
—Mira quien lo dice, la zorra de Fujimi —promulgo Busujima.
—Esperen, no hagan nada loco —logro levantar su espalda de la cama, pero aun así Takashi tenia a la pelimorada pegada a su pecho, fue ignorado por las demás.
—Pues esta zorra —Miku fue quien dio el primer paso para luchar por ser la alfa en el harem de Takashi, una arrogante expresión se vio en la cara de la pelinaranja—, esta zorra va a ser quien te quite a Takashi, Busujima.
—Eso ni soñando perra —Rei desafió a Yuki—, estás demasiado equivocada si crees que vas a hacer que Takashi te escoja como su esposa estas mal.
—¡Todas ustedes están equivocadas! —Saya se puso en medio de las tres—. La verdad es que no lo siento, pero... —levanto la mano en la que tenia ahora un anillo de compromiso que el pelinegro que le robaban le planto durante la fiesta de su padre—... ¡Takashi ya es mio!
Ya no era tensión, era una formal declaración de guerra hecha entre todas contra todas, una guerra sin cuartel. Donde tierra de nadie, era Takashi y él podía ver las despiadadas guerreras vistas en los ojos de sus novias en sus ojos. Incluso Saeko quien salió de la cama con la sabana tapando su cuerpo para intercambiar amenazas como las otras con solamente las miradas.
—Puedo decir algo —exclamo sin miedo, sabia bien como terminaría esto.
Cuales fieras en celo miraron a un inamovible Takashi que solo se mantenía sentado en el borde la cama. Incluso sus mismas pupilas brillaron dejando un destello en el movimiento de sus ojos cuando voltearon a ver a Takashi.
—Ha... —dijo tras un denso suspiro.
Cinco minutos y treinta y siete minutos después, en el piso de su habitación (porque en su cama no cabrían). Las cuatro buscaban satisfacer sexualmente a Takashi desde diferentes ángulos lo atacaban.
—Takashi~ —Rei chupaba su pene, llegando a masajear sus bolas con su boca. Sus ojos puestos en el chico que conocía desde la infancia y del afín de cuentas termino enamorándose, complacía con su boca como él lo había hecho con ella veces antes.
—Takashi-kun, por favor~ —Saeko de igual forma satisfacía desde la derecha al chico por quien finalmente fue tomado su corazón. Su lengua provocandolo al pasar la punta por varios lados de su miembro.
En su boca, Saya y Miku buscaban convencer a Takashi con sus atributos mas grandes que las otras dos, competían haciendo que el pelinegro chupara sus pechos, sacaban una a la otra para que solo se concentrará en una de ellas.
—Ha, Takashi~ —Takagi gemía por la lengua de su prometido, atrapo ambos senos suyos con su boca y la lengua rozaba insistentemente sus pezones provocando que su voz se volviera mas indecente.
—Vamos, cariño yo también~ —Yuki empujo sus pechos y saco a Saya. No lo dudo, Komuro tomo los senos de la pelinaranja traviesa de la academia y comenzó a consentirla de la misma manera que a su formal prometida. Aunque no reaccionaba de la misma manera dócil que Saya, Miku gemía con gracia como con risa.
—¡Estúpida! —dijo entre seseos Takagi, empujando con su busto a Yuki, pero esta no se iba a dejar tan fácil como ella.
Viendo la pelea y que ninguna se rendiría. Takashi en un movimiento astuto logro atrapar un pezón de ambas con sus dientes y traerlos a su boca, consiguiendo un gemido mucho mas grande de ambas que incluso Yuki acepto, nadie había conseguido hacerla gemir de esa manera.
En la residencia Miyamoto, la razón por la que Kiriko había decidido enviar a su hija con Takashi cuando bien pudo ser ella quien pudo ir a reunirse con su amante y tener una tarde de aventura con él. Sin embargo este día era especial para su esposo verdadero como para Kiriko.
—Feliz aniversario, Tadashi —exclamo la castaña mayor de los Miyamoto vistiendo elegante luego de una cena romántica para celebrar veinte años de casados.
Con copa de vino en mano brindaba con su esposo contentos de haber llegado a hasta esta edad en su matrimonio.
—Feliz aniversario, amor —respondió el inspector Miyamoto chocando su copa con la de su mujer. Era una velada perfecta, pero le hacia falta algo en la casa—, por cierto ¿donde esta Rei?
—No te preocupes por ella, esta con buena compañía —exclamo Kiriko risueña. Si bien tenia una aventura con el novio de su hija, la verdad era que aun amaba a Tadashi pero como dijo una sabia mujer: en un matrimonio no solo es amor e hijos, el placer. Eso pronto lo descubriría la Miyamoto—, entonces. La noche apenas si esta comenzando.~
La mano de su esposa acariciando sus dedos incentivo al inspector Miyamoto para saber que después de un largo tiempo acariciaría a su esposa como en los primeros años. Ser inspector de la policía no es un trabajo sencillo ni relajante. Llegando a la habitación entre besos y caricias, Kiriko tuvo que hacer una pausa antes de meterse en la cama con Tadashi.
—Espera aquí~ —dijo la castaña antes de que su esposo le terminará de quitar la blusa.
—¿Que, porque? —la emoción ya le tenia caliente la sangre al inspector. Ya quería llegar al ritmo en el que estaban.
—Te tengo una sorpresa —guiño su ojo alegándose hacia el pasillo para prepararse.
El baño, Kiriko se quito su vestido de una sola pieza y cambio ese juego de lencería marrón para sacar un conjunto mas elegante como excitante de color rojo con bordados negros sobre la copa del pecho y en la bragas. Sin embargo antes de volver con su esposo, tomo su teléfono e intercambio mensajes con su hijo.
"Rei, ni se te ocurra volver a casa hoy. Tu padre y yo celebraremos nuestro aniversario."
Fue el mensaje que envió Kiriko, sin embargo la respuesta que le dio su hija con la imagen adjunta fue mas de lo que esperaba.
"Descuida mamá. Hoy no voy a regresar a casa hasta mañana."
Decía el texto con el respondió Rei unos cuatro minutos mas tarde. Entonces una imagen llego al chat de Kiriko, donde su hija, notablemente desnuda tenía a Takashi por encima de ella dándose un beso de lengua. Una foto que alguien tomo por parte de la castaña.
"Mas vale que este usando condón Rei."
Con esa respuesta entendible mente malhumorada de su madre le respondió de la mejor forma posible. Un corto video tomado alguna de las otras chicas en la habitación del pelinegro que mostraba el angulo adecuado donde Takashi empujaba con entusiasmo su pene dentro del coño de Rei, se escuchaba gemir de placer a Rei pidiendo a su novio que llegase junto a ella al clímax.
—Correte conmigo... correte conmigo Takashi~ —gritaba Rei hasta que un linda voz salió de su garganta. El video dejo ver como desde la vagina de Rei llegaba a escaparse el semen de Takashi a pesar de tener su pene dentro de ella todavía.
—Esta niña, como madre debería preocuparme por ella —Kiriko guardo su celular dejando allí mismo en el baño, otro asunto tenia que atender—, pero también. A su edad su padre y yo hacíamos las mismas cosas.
Gran sorpresa se llevo el inspector Miyamoto, quien esperando con grandes ansias vio a Kiriko regresar en la habitación con este nuevo conjunto de lencería que lo encendió cuando la vio.
—Kiriko... —quedo sin aliento Tadashi Miyamoto—, te ves tan hermosa como la primera vez que lo hicimos.
Su pene no era del mismo tamaño que el Takashi, pero a pesar de estar en los cuarenta años, podía excitarse por el atractivo de su esposa. Pero quien si podía mantener todo lo duro el tiempo que quisiera era Komuro, su cuarto empezó a apestar a sexo y sudor, pero las que tenia con él poco les importo por cuanto estaban disfrutando del sexo con su novio de cuatro.
—¡Esto... se siente loca... mente genial! —gritaba Saya al estar encima de Takashi quien sentado hacia rebotar a su prometida quien no dejaba de venirse desde hace un par de minutos. Logrando venirse por mas, ahora que su prometido termino liberando su esperma dentro—. ¡Takashi, tu semen esta ahogando mi interior! es mucho semen... —sentía escapar el esperma de su vagina—... aun así quiero más, dame más, Takashi.~
Un beso muy lascivo antes de darle nuevamente antes de continuar cogiendo.
—Esto es insano —exclamo gravemente Saeko, puesta a cuatro con las otras sentadas alrededor con cansancio o desesperación por su turno; era vista como Takashi hacia sonar su trasero golpeando la con su mano mientras la cogía por su ano—. Tu enorme pene raspa muy duro en mi vagina Takashi... duele, pero no puedo parar de correrme...
Su vagina libre, se escurrían sus respectivos líquidos de mujer en plena reproducción mientras disfrutaba del sexo anal.
—¡Saeko-san! —grito Komuro antes de llevar mas adentro su polla disparando lo suyo en este agujero de Busujima.
—...¡Haa! Que esto... estas llenando mi culo pero mi vagina se viene como si te hubieras corrido allí —una experiencia anal que fue mas increíble de lo que esperaba.
—Vamos, vamos... castiga mi trasero Takashi~ —era turno de Miku, al igual que con Busujima, estaba en cuatro con su vagina siendo desgarrada por la pija de Komuro que sin importar cuantas veces, seguía moviéndose frenético—. ¡Eso, vuélvete loco querido! Adiestra mi vagina con enorme pene... porque ya no hay otro pene que pueda satisfacerme.~
En el agujero correcto la penetraba teniendo sexo brutal, Takashi.
—¡Tomalo todo, perra Yuki Miku. Ahora eres solo mía! —clavo su pene con mucha violencia, consiguiendo que la punta de su pene pasara por la puerta de su útero antes de eyacular en ella.
—¡Himm! —gimió de dolor y gusto.
No obstante quien no conseguiría llegar al éxtasis ni cerca, seria la misma Kiriko. Sabiendo que algún momento su relación sexual con el chico que ahora mismo cogía con su hija, terminaría mas pronto de lo que suponía, buscaba hacer que su esposo tomara control de ella ahora que la mujer en Kiriko Miyamoto había vuelto a vivir.
—Mas, querido. Hazlo mas profundo, siento que voy a venirme... —decía la castaña mayor, con su esposo encima de ella, chupando uno de sus pechos con hambre—. ¡voy a venirme otra vez... Kiriko!
—Me... me.. ¿vengo? —exclamo confundida, era la tercera vez que su esposo se corría en la velada, en su interior; pero cuando sentía Kiriko que por fin estaba por alcanzar el clímax pronto su cuerpo rechazo esto, como si su cuerpo rechazara las sensaciones que su esposo le provocaba.
—¡Haa! —era el inspector Tadashi quien terminaría gimiendo con gusto mientras Kiriko perdía su mirada en el techo sin entender que había pasado—. Eso fue increíble, mi amor.
Quedo en un leve shock Kiriko, en ninguna de las tres rondas de sexo su esposo logro hacer que alcanzará el clímax. Pero en la ultima, un interruptor suyo se activo. No obstante, Takashi cubría con su esperma la cara de todas que le esperaban con la boca abierta y continuaba teniendo sexo con las cuatro hasta dejarlas dormidas. Kiriko no podía dormir esa noche. El deseo de su cuerpo de alcanzar el clímax que solo Takashi la hacia alcanzar, le impedía dormir.
—¿Que pasa? —con su esposo durmiendo a lado, Kiriko se masturbaba mas no poder—. Mi cuerpo... sigue caliente, quiero venirme... pero no puedo... necesito... necesito... ¡necesito a Takashi-kun para eso! —eran los gritos mentales que daba la Miyamoto.
A tal altas horas de la noche y aun no podía ni conseguir ni un solo orgasmo Kiriko, mientras que Takashi podía respirar aliviado en el suelo, una almohada bajo su cabeza teniendo a las cuatro dormidas y complacidas luego de no poder aguantar mas de diez rondas cada una de su novio, sin embargo dormían muy cómodamente acomodadas una con la otra en el pecho y torso de Takashi.
Cerró los ojos, y por fin podía dormir con ellas sin ningun problema. Tan solo sintió que apenas si cerró los ojos un segundo, para venir a abrirlos pues su pene estaba siendo acariciado desde temprano. Ya había amanecido.
—¿Que? Rei, Saya, Saeko-san. Miku ¿Tan temprano? —pregunto Komuro al ver como las cuatro usaban sus bocas para provocarlos.
—De que hablas, son como las once de la mañana —exclamo Rei risueña.
—Tu pene despertó temprano así que intentamos ponerlo a dormir para despertarte, Takashi-kun —dijo Saeko con una sonrisa pasiva en su mirada.
—desde hace dos horas que intentamos despertarte así ¿No nos sentiste cuando estábamos encima? —pregunto Saya.
Una tras otra, montaron al dormido Takashi esperando despertarlo, como su pene se despertó antes.
—Eran ustedes, pensé que soñaba estaba en un auditorio donde todos aplaudían —Bromeo Takashi.
—Pero ahora que despertaste~ —Miku uso su mano para seguir provocando placer a su novio—, podemos seguir con lo de anoche.~
La
batalla aun continuaba, y aunque podía creer que ellas estaban en
buenos términos, la verdad es que buscaban monopolizar lo que les
obligaba a compartir, pero eso jamás lo conseguirían para ellas solas, o
sin él. Era la realidad de Takashi como la de las integrantes de sus
harems.
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