Buchou no, Mademoiselle~
El mayor truco del diablo, es hacerle creer al hombre de que él no existe. Que no hay mal que no escape del ojo de la sociedad o que todo en el mundo es lo que aparenta, lo siento mi amigo. Pero incluso un videojuego, puede mostrarte a modo de entretenimiento el lado oscuro que se esconde de la vida, sociedad con miembros con poder que creen que las leyes no aplican para ellos; que pueden ejercer los derechos que quieren o mover los hilos de la politica a su único beneficio.
Para entender mejor esta historia hay que remontarnos algunos meses atrás. En medio de las aguas internacionales, fuera de los limites de control marítimo de japón, un prestigiado crucero: Northern light. Un enorme crucero turístico que a simple apariencia parecía ser un crucero más. Uno cuyo único propósito era brindar a los que pudieran pagar el viaje, diversión y entretenimiento. Pero este enorme barco era nada más una simple fachada para ciertos peces gordos de los negocios y aprovecharse de la inocencia de ciertas jovencitas.
Una habitación reservada en las altas cubiertas, donde los numerosos hombres de grandes negocios podían hacer lo que quisieran con los cuerpos de estas inocentes jovencitas sin que las leyes fueran un problema. Para ellos era una total fiesta, para ellas. Un infierno peor que la muerte.
Amordazadas y sometidas contra toda voluntad, con sus cuerpos humillados y mancillados hasta el hartazgo. Aguantaban las lagrimas mientras eran abusadas una vez tras otra por ellos.
―Por favor... no mas ―exclamo una de ellas luego de que vomitara cantidades asquerosas de fluido varonil. Atada con sus brazos por la espalda, tratadas como simples objetos sexuales. Pedían desde adentro que alguien las matase y terminará con su tormento.
―¡Cállate, perra!
Uno de estos sujetos se acerco por detrás de la jovencita, con un látigo masoquista en manos arremetió contra el cuerpo de la estudiante de preparatoria que usaba un tierno uniforme de marinera en color blanco, dado que era solamente una mesera del bar publico del crucero. Pero en esta habitación, como ya dije: era solo un juguete. Al cual forzó a seguir complaciendo lo a este despreciable bestia disfrazada de hombre.
―¡Mocosas como tu deberían estar agradecidas de ser usadas por peces gordos como nosotros como esclavas! ―se regocijaba este abominación de hombre entre risas y placer propio al seguir humillando a esta chica frente a sus demás compañeros.
No obstante, delante de la chica. Un joven de piel bronceada y cabello teñido estaba sentado en un sofá como asiento de primera fila con su celular en mano grabando todo lo que estos sujetos hacían a estas chicas mientras él sonreía a gusto. Era el anfitrión de la fiesta, yacía desnudo, excitado y complacido con lo que veía sin importarle cuando llegará su turno, como casi todos los peces en esta habitación, esperando para mancillar a alguna de las otras chicas en esta mismo cuarto, cuatro chicas abusadas hasta la muerte por decenas de estos.
―¿Que dices, Someya. No vas a unirte a la fiesta? ―pregunto uno de estos peces, al verdadero pez mayor.
―Descuiden, primero disfruten ustedes mis amigos. ―dijo el anfitrión de esta barbarie, llamado Someya―. Oh querida, que aun no lo entiendes. Este crucero fue hecho para hombres como nosotros disfrutemos de los placeres sexuales sin problema alguno. Y aunque tu nos lo dieras ¿que harás? Ya te dijimos que si tú o alguna de tus amigas quiere darnos problemas. Los vídeos que te estamos tomando acabaran en internet y verás la fama que te espera.
Parecía que la fiesta a todo su nivel. Se sentían intocables. No fue hasta que alguien entró en la puerta de esta fiesta privada que alteraría las cosas.
―Parece que
llego el resto de invitados ―dijo Someya cuando miró para ver de quien
se trataba. Pero ese gusto que tenía, se vería acabaría con la muerte
siendo quien paso por la puerta―. ¡¿Que?! ¡Tu que haces aquí!
El terror se apoderaría de Someya, como de sus llamados peces detendrían toda la diversión cuando la muerte encapuchada, como vestida de azul y con una espada en su funda izquierda aparecería por ellos. No podías ver sus ojos pero si sentir la muerte viniendo de sus pupilas, no podías ver su respiración pero si sentir el fuego del infierno emanando de su espada. Una espada insaciable de sangre, una que nadie deseaba ver desenfundada.
Pero para saber como la diversión de estos sujetos termino, hay que remortarnos muchos días atrás. Unos tres días a mas tardar. Más precisamente a Kouh, Japón. Una región que no debería existir.
En el viejo edificio de la academia Kouh yacían dos de las mujeres mas hermosas de la academia sino era que de todo el mundo, o por lo menos en este. Pero no se trataba de simples estudiantes de intercambio. Eran demonios, que eran estudiantes en esta academia humana. Rias Gremory ama de: Himejima Akeno, reina de esta anterior. Llamadas las "one-sama" de la prestigiada academia.
―¿Rias, esta todo bien? ―preguntaba Akeno detrás de su ama al verla allí de pie en el marco de la ventana sin moverse, esperando que ella moviera una pieza en el juego de ajedrez que tenían.
Y mirando por la ventana del piso mas alto del viejo edificio. Rias contemplaba sin esperanza el cielo, atormentada por un mal que no podía quitarse de encima, entonces llego un alivio momentáneo a su sufrimiento. Una pequeña distracción que la hacia olvidar de todos sus pensamientos y bajar la mirada, para sacarle una sonrisa. Un alumno que desconocía era, como todos los días de escuela perseguido por el club de kendo femenino por estar mirando a las chicas en el momento que se cambiaban de uniformes.
―¡Vuelve aquí bestia pervertida! ―gritaban las chicas de dicho club armadas con sus espadas de madera ante aquel estudiante que cuyos actos apenas si llegaban a manchar el buen nombre de la academia.
―¡Vuelve aquí y enfrenta tu castigo!
―¡Solo si me atrapan! ―grito la bestia de Kouh, Hyodou Issei.
Rias desde el marco miraba aquel castaño corriendo entre alegría y la risa en su cara, huyendo de este grupo de chicas que sabía bien lo terminarían apaleando al primer tropiezo que tuviera. Era algo que Rias veía a diario por esa ventana, sin embargo verlo reír mientras huía de los problemas, causaba una paz en la princesa carmesí que no entendía.
―Miralo Akeno, allí va otra vez él ―exclamo con una felicidad, no por el castigo que le esperaba a Issei, sino por verlo solamente.
―Cierto, es la hora del día en que las del club de kendo lo persiguen por aquí ―dijo Akeno cuando se asomó por la misma ventana, aunque para ella si que se trataba de algo cómico en verdad.
―A veces lo envidió ―comento Rias―, míralo vivir sin preocupaciones. Ignorante del mundo que lo rodea, solo de lo que le interesa.
―Ara~ que nadie te escuche o podrían pensar otra cosa ―no desperdició pasar la oportunidad para burlarse de su ama―. A la señorita Rias Gremory, la demonio heredera del clan Gremory enamorada del humano Hyoudou Issei.~
Tal declaración hizo ruborizar en grande a Rias, saliendo completamente de todas sus preocupaciones previas. La mirada de la carmesí se amplió mientras llenaba de aire su busto dado lo vergonzoso que fue escucharla decir tal cosa de ella.
―¡Claro que no Akeno, que cosas dices! ―sus mejillas se pusieron del mismo color rojizo que de su largo cabello de Rias con dicho comentario de su mano derecha. Mejor se quito de la ventana y volvió a su lugar frente al ajedrez. Sin embargo no podía ignorar algo en tales palabras―. Tu lo has dicho. Él es solo un humano y yo una demonio, ellos tienen vidas cortas mientras que seres como nosotros vivimos casi eternamente antes de que alcance mi verdadera madurez. Un romance así sería ridículo.
Tratando de ignorar la declaración de Akeno, Rias agarro un peón en su lado del tablero y antes de poder moverlo a donde quería, su reina sería molestando con ese tema inventado suyo.
―Pero eso se puede solucionar fácil ¿no? Podrías reencarnarlo Rias, podría ser tu primer lindo peón ―detuvo a su rey mujer, antes de que pueda poner la siguiente pieza donde quería, en el tablero.
―Decir es sencillo, Akeno ―hablo Rias, tras callar un par de segundos de solo pensar tal idea sugerida―. Pero sin un pizca de magia en su ser, volverlo un miembro de mi séquito sería como tratar de resucitar a pez que lleva días fuera del agua. No puedo detectar ninguna esencia de magia de él.
―Ya lo se, ya lo se ―volvía Akeno a su asiento frente al tablero de ajedrez para continuar el juego. Viendo que Rias intentaba flanquear a Himejima, atacando por la izquierda.
―Sabes que es lo que me gusta de él ―decidió ser sincera en todo caso―, la sonrisa que tiene es porque ni siquiera sabe que existo seguramente. Jamás me ha llegado a espiar cuando me cambio ¿o si?
―Bueno, estamos en el tercer piso de este viejo edificio ―comento su reina―, dudo que quiera escalar para poder vernos. No pasa por aquí mas que para huir del club de kendo al medio día.
―Esta bien así, entonces ―dijo con un suspiro de decepción y aceptación la heredera Gremory.
―¿Rias?
―No me imagino que expresión pondría si se enterará que soy una demonio, si me conociera ―declaro Rias con una leve risa, una risa con la que buscaba ocultar su frustración―. Envidió a los humanos, su ignorancia. Ignorar que hay mundos escondidos frente a ellos y que son solo ficción. Demonios, ángeles y dioses. Somos mas reales de lo que creen.
―Pero aun así, no todos los humanos viven la vida que quieren ―trataba de consolar a Rias por algún tema privado que la atormentaba.
―Aun así, el vive sin preocuparse y sonríe sin preocuparse, eso me gusta de ese tal Hyoudou Issei. Envidio su ignorancia ―giro su cabeza noventa grados hacia la ventana, Rias. Cuando escucho los gritos del club de kendo, sabiendo que alcanzaron al castaño de hace rato y que le daban su castigo merecido.
―¡Sufre, maldita bestia pervertida!
Akeno vio sonreír de mayor forma a su ama, lo que le sorprendió pero aun así no dejo pasar la oportunidad para fastidiarla.
―¿Entonces?~
Sabiendo a que se refería, Rias la miro y solo se retracto a decir:
―Esta bien. Tal vez me sienta interesada por Hyoudou Issei. Pero como dije, eso es imposible ―movió uno de los peones que le quedaban de sus piezas y vencería a Akeno―, jaque mate.
Se concentró en fastidiar a Rias que descuido su lado del tablero, Himejima acerco su cara al juego para comprender mejor desde donde se equivoco. Ignorando que Rias de nuevo se levanto para ir a mirar al castaño siendo apaleado por el club de kendo.
―¡Sufre tu castigo!
―¡Ah, en la entre pierna no!
―¡Mereces ser castrado!
Sintió lastima, gracia y diversión con el sufrido destino que le deparo a Issei, lo vio ser golpeado hasta que las chicas se hartaron y lo dejaron tirado allí mismo. Ellas se fueron murmurando y maldiciendo a Issei en cada paso mientras lo dejaron allí casi muerto. O es lo que pensaron cuando Rias lo vio levantar el rostro del césped cuando ya no había moros en la costa, a pesar del dolor y los moretones, Issei se levanto de nuevo con una sonrisa en su rostro.
Lo que de nuevo conmovió a Rias, pero lo que mas la conmovería seria que por primera vez ellos cruzarían miradas. Ella desde lo alto de su edificio y él desde abajo, como si una especie de caballero antiguo mirase a una codiciada princesa desde su alcoba en la torre del castillo. Sus miradas se cruzaron y el tiempo se detuvo para Rias, mucho mas se detuvo cuando fue él quien le regalo primero una sonrisa, antes de limpiarse su uniforme y caminar lejos del viejo edificio. Dejando con los ojos bien abiertos a la one-sama de cabello carmesí. Diciéndole que todo este tiempo, ha sabido de su existencia.
Sabia que ella estaba allí antes de que Rias misma supiera que él existía. Pero aun así, no había oportunidad. Eran de dos mundos distintos.
A la mañana siguiente:
―¿Rias, en serio crees tu que los humanos desconozcan que existen mundos sobre naturales es todo? ―pregunto Akeno de camino ha la escuela.
Era un nuevo día y lo primero que había que hacer era dirigirse a la academia para comenzar el día. Pasando por el centro de la ciudad a pie a pesar de las distancias, pero era para distraerse un poco antes de las clases.
―¿De que hablas Akeno? ―al frente, caminaba su ama.
―Nunca te has preguntado si no hay un mundo que ni siquiera nosotros como demonios conocemos ―cuestiono la pelinegra sin tanto empeño en su pregunta. Una simple divagación por mera curiosidad―. Un mundo oculto o así.
―No me lo imagino, un mundo que ni siquiera los demonios conocemos y a estado en nuestras narices todo este tiempo ¿suena ridículo? Que te hace preguntar eso ―pregunto Rias, pareciendo le gracioso la idea de su reina, mientras caminaban entre personas.
Dejarían de caminar, pasando por una enorme intersección de calles como las de Tokio, donde una pantalla gigante en el canal de noticias estaba. Brindaban un reporte de gran nivel.
"El criminal conocido como: the phatom ha actuado de nuevo"
Escuchaban decir a la locutora decir con seriedad.
"El convoy de seguridad que escoltaba al embajador de estados unidos en corea del sur fue atacado anoche en las principales avenidas de Seul tras acabar las reuniones con el presidente de corea del sur. Su convoy de 24 unidades y mas de cien entre policías y soldados americanos como surcoreanos fue destruido en un inerrable ataque librado por este misterioso personaje"
Videos de cámaras de seguridad mostraban al llamado phatom caer desde un segundo nivel de un periférico, sobre el convoy, comenzando una masacre y colisión de autos, así como un tiroteo a lo largo de tres calles consecutivas al trayecto de este convoy. Policías, soldados y guardias americanos y coreanos eran asesinados por este personaje azul y la espada ropera que lleva consigo en manos. Autos en llamas, balas volando por el aire, sangre y gritos de terror por toda la calle antes de dejar una masacre en vía publica transitada.
"El gobierno de estados unidos, eleva la apuesta a una recompensa de mas de ciento diez mil millones para quien pueda revelar la identidad de tan misterioso personaje caótico que a librado atentados en muchas naciones. Desde el 2014, este apodado: The phatom a sido responsable de crímenes en casi todas las naciones del mundo, responsable de la masacre del aeropuerto de moscó, el atentando de Londres entre otros. Encabeza la lista de los mas buscados de todas las organizaciones de seguridad a nivel mundial. Se le considera en extremo peligroso y letal."
Dejando de lado todo lo que seguían diciendo de él, Rias hizo una mueca ante la muestra de habilidades que tenia este desconocida persona. Para ser un humano era de gran talento mortal, movimientos que ningún otro humano podría alcanzar, a menos que tuviera activos sus circuitos mágicos.
―Otra vez esta él en las noticias ―dijo Rias, mirando con interés al llamado Phatom, en pantalla.
―¿Que crees que sea alguien con magia? ―pregunto Akeno, sin que las demás personas a su alrededor les prestasen atención a su conversación―. Seria una buena adquisición para ti.
―Alguien como él como mi siervo, sería muy útil para resolver mis problemas, Akeno ―dijo Rias, acomodando su largo cabello, antes de seguir caminando hacia la escuela―. Pero lograr encontrar a alguien que puede estar en cualquier parte del mundo de la noche a la mañana, seria un milagro.
Sin que llegaran a notarlo un acosador tomaba una foto a Rias y Akeno, no para él, sino para alguien más. Entre toda la gente de la ciudad. Que desde temprano transitaba para dirigirse a la escuela o el trabajo, también madrugaban quienes se dedicaban a negocios ilícitos.
Ellas seguían hacia su escuela, sin saber que alguien las estaba ofreciendo.
Una solo foto de ellas, este acosador mando la imagen en un chat privado a cierto comprador.
"¿Que opina, cual de ella le gusta más?"
No te indignes. Hay personas así en todas las ciudades, no seas tan inocente querido amigo.
Rias ni Akeno prestaban mínima preocupación a aquello de lo que no sabían. Tenían asuntos de los que preocuparse.
―Cada vez me queda menos tiempo Akeno, encontrar a alguien de gran poder que me ayude a resolverlo mis asuntos, se hace mas improbable. Si es que mi hermano no puede resolverlos antes ―decía Rias mientras caminaba por la puerta de entrada de la academia hacia su casillero principal.
Al abrir su casillero, se toparía con lo que menos esperaría Rias desde temprano.
―No te desesperes, aun queda tiempo. Puede haber un golpe de suerte en cualquier momento ―decía Akeno, teniendo las espaldas de Rias delante de su cara. Pero ella no le respondía―. ¿Que pasa, porque no dices nada?
Rias se dio la vuelta y descepcionada mostró la razón del porque no respondió la ultima afirmación a su amiga.
―Mira Akeno. Otro admirador ―exclamo Rias con mucha decepción.
Entre el tumulto mañanero de estudiantes, estaba Issei caminando con su mochila colgada del hombro. Deteniendose para mirar atrás y mirar a nadie mas ni menos que Rias. Conto dos segundos antes de devolver su vista al frente y continuar hacia su salón de clases, dejando de lado lo que llego a escuchar de la boca de Rias, a pesar del bullicio de los todos los estudiantes.
Tras el largo día, se dio el tiempo de leer dicha carta y darse repulsión por las cursis palabras que venían en ella. Pero gracias a su educación, Rias leyó la carta hasta el final, la doblo como estaba y la devolvió al sobre del que lo saco para suspirar con pesadez cuando Akeno le pregunto al respecto después de todas las clases.
―Así que un admirador de otra escuela ―comento Akeno en la sala del viejo edificio. Teniendo a Rias sentada en su silla en su lado del escritorio―. ¿Que vas a hacer?
―Lo correcto. Rechazarlo. Dice llamarse: Vanclad. Ni siquiera lo conozco ―se cruzo de brazos en su lugar, resaltando su busto de paso―. Parece que quiere verme en el cruce peatonal a las cuatro de hoy, para invitarme a salir. Iré y rechazare cualquier propuesta que tenga.
―Y si no acepta un no por respuesta ―cuestiono Akeno.
―Le haré entender que no soy una chica cualquiera ―un inexplicable brillo en el ojo izquierdo de Rias e hizo sonreír a su reina.
Tal como pedía este chico llamado Vanclad decía en su carta. Rias fue hasta dicho puente, llegando con unos minutos de sobra a la hora acordada, espero paciente la princesa mientras escuchaba el ruido de los automoviles yendo y volviendo por debajo del puente peatonal. Con el sol cayendo sobre ella, hasta que alguien decidió hacerse presente. Un joven de su edad de piel bronceada y un cabello color blanco algo despeinado; pero con el uniforme de otra academia apareció desde el otro lado. De pantalones color caqui y una camisa color rojo con un escudo de la academia en el lado izquierdo de su ropa fue como lo vio venir.
―¡Realmente viniste! ―fue lo primero que escucho decir a este chico, una mala impresión para la carmesí, fue su pensamiento. Una afirmación tonta como estúpida.
―Oh hola ―saludo Rias tras verlo acercarse, acomodando su voz luego de pensar en las palabras que utilizaría para rechazarlo con modales―. Tu debes Vanclad. Leí tu carta.
Quedaron cara a cara y el chico lucía altamente apenado, nervioso y posiblemente estaba comenzando a sudar por lo mismo. ¿A quien se le ocurre declararse en las horas mas calurosas del día?
―Eres Gremory Rias ¿verdad? ―exclamo con mucho nerviosismo, intentado aparentar estar serio, pero le salía todo lo contrario―. ¡Yo, quería... quería... quería pedirte que fueras mi novia!
Hizo una reverencia como cualquier japones haría, a pesar de no tener un nombre precisamente japones. Dada su alta educación, Rias se comporto ante el humillante acto de este muchacho, incluso llego a sentir un poco de lastima por la respuesta que le iba a dar.
―Lo siento, pero ni siquiera se cual es tu nombre ―dijo con todo respeto. Logrando que el chico se levantará de esa reverencia completa que le hicieron.
―¡Cierto! ―actuaba tonto e inocente―. Mi nombre es Van-.
―Vanclad Gamatatsu ―una voz profunda y oscura se escucho desde detrás del moreno estudiante. Un aire frió paso detrás del peliblanco hasta Rias logro sentir. El calor de la tarde desapareció y un escalofrió recorrió desde sus brazos a todo su ser.
Abrió los ojos con mas enfoque y detrás del peliblanco, aquel hombre que vio en las noticias en la mañana estaba delante de ellas. Aquel que hacían llamar: "The phantom." estaba a detrás e Vanclad.
―¡Tu! ―la voz estúpida de este sujeto cambio, a una mas profunda y llena de terror. Dando su enfoque al llamado fantasma―. ¿Como has dado conmigo?
Vanclad empezó a caminar hacia atrás en pasos lentos y camuflados. Mientras el así llamado fantasma caminaba igualmente despacio hacia él.
―No eres difícil de rastrear ―en sus manos, el fantasma saco un celular con una chat abierto. Donde era él quien se comunico con Vanclad en la mañana, sin dejar ver a Rias que fue a él quien le envió la foto que tomo de la carmesí con la que se encontró en este momento en el puente tras dejar la falsa carta de amor en su casillero―. Ahora, vas a decirme donde esta tu hermano. Someya.
Bajo la mano en la que tenia el celular mientras seguía haciendo retroceder al llamado Vanclad. Apretó el puño en su mano y destrozo el dispositivo android en miles de pedacitos, antes de volver a abrir su mano y revelar de su muñeca una cuchilla desplegable que no necesitaba ser del todo empuñada para volverla un arma letal.
Rias por detrás, solo se quedaba estática mientras observaba la aparición de este mortal personaje, que aparentemente parecía venir por quien la cito aquí. Un enorme poder logro sentir de esta persona de atuendo azul que ocultaba su cara bajo una capucha integrada a su abrigo.
―Es... es el mismo "Fantasma" ―pensó Rias, inmóvil de poder mover su cuerpo. Ella siendo un demonio, sentía que su cuerpo no respondía por alejarse, mas este otro que era un humano podía retroceder―. ¿Que clase de nivel de poder es este, no puedo ni moverme? No había sentido nada igual.
―¡Alejate de mi! ―escucho gritar a Vanclad, del bolsillo de su pantalón saco un navaja, no para ponerse en guardia y tratar de enfrentar al fantasma. Sino lo uso para tomar a Rias como rehén.
No pudo ver venir esto de un humano, no pudo evitarlo hasta que sintió el cuchillo tocando su cuello cuando este se puso detrás de ella y la tomo como prisionera.
―¡¿Que?! ―grito Rias ante lo inesperado de esto.
―¡Alejate o esta preciosura se muere! ―grito Vanclad, pero nadie parecía darse cuenta. Ni en la avenida o por la cera debajo del puente. Dejo mostrar el lado criminal que escondía.
―¡Sabes quien soy! ―maldijo Rias por quedar como rehén de un humano simple.
―¡Cállate zorra! Y tu ni un paso mas ―a un metro de distancia, el fantasma detuvo su paso y guardo su hoja oculta para engañar a Vanclad―. Bien, escuchame atentamente te darás la vuelta... ¡Puag!
De un parpadeo a otro, el llamado fantasma paso a estar delante de Rias a estar a su derecha con su puño derecho golpeando con gran fuerza en el estomago de Vanclad, separandolo de Rias hasta quedar lejos de ella, enviandolo contra las varas de contención del puente, donde colindaba con las escaleras para bajar de aquí. El golpe que se dio el peliblanco fue tan duro que escupió sangre al chocar con el grueso barandal. Una hemorragia interna se libero con el puñetazo del azul encapuchado.
―¿Crees que negocio con criminales? ―declaro the phantom caminando hacia Vanclad, dejando ignorada a Rias―. Soy la mano asesina de Dios.
Eso hizo temblar de terror a Vanclad, con las fuerzas que tenían en sus piernas se puso de pie y comenzó a correr, mientras que el fantasma solo miraba. Le estaba dando diez segundos de ventaja en lo que llegaba a bajar y él lo alcanzaba, para jugar un poco con su presa.
―Siempre huyen ―dijo decepcionado. Pero una sonrisa se presento en esa sonrisa suya visible bajo su rostro cubierto por la capucha, expresión que nadie llego a ver en este momento.
Pero cuando Rias acababa de asimilar lo que estaba ocurriendo alrededor de ella, como a examinar su garganta con su mano, asegurándose de que su cuello estaba intacto. Vio al fantasma bajar de lo alto del puente con un salto hacia la vereda, desapareciendo con él ese enorme poder que paralizo a Rias.
―¿Que acaba de pasar? ―pregunto Rias a si misma con su mano tallando su cuello donde ese cuchillo paso por su garganta―. ¿Es quien creo que es?
Cuando pudo moverse, lo primero que hizo fue acercarse al borde del puente para ver al así llamado fantasma corriendo y saltando por la orilla de los edificios mientras que Vanclad, corría por la cera chocando o esquivando a la gente que tenia en su camino. Todo mientras Rias permanecía incrédula de quien acababa de ver a la persona mas buscada por toda la humanidad, acababa de aparecerse e irse delante de sus narices.
―¡Realmente es él! ―grito en su mente. Jamás creyó que llegaría a toparse con un humano tan interesante.
Por toda la avenida semi transitada, Vanclad corría de la misma muerte esquivando a las personas sino es que chocaba con ellas sin importarle que fueran niñas o ancianos los que tiraba.
―¡Oye!
―¡Cuidado!
―¡Idiota!
Vociferaba la gente que era golpeada por Vanclad en su huida, ellos no podían ver de quien huía él. Solo veían el terror en su rostro mientras tenia el corazón en la garganta.
―¡Quítense, quítense. Viene por mi! ―gritaba este chico sin mirar atrás. Porque el fantasma estaba persiguiendolo desde los techos, su sombra proyectada por el sol dibujaba un enorme águila que se asentaba sobre Vanclad. Seguida del canto depredador de esta ave, resonando cien veces más de lo que se escucha―. ¡Maldición!
Entonces la gente escucho el canto de este depredador aéreo, lograron ver al temido y buscado: Phantom y la sombra que proyectaba en el piso desde los tejados. Una velocidad sobre humana (sin exagerar) y los grandes saltos que daba para pasar de un techo a otro sin importar la diferencia de altura o distancia entre edificios. Entendiendo mejor de que escapaba el estudiante.
En plena huida, Vanclad logro vio un centro comercial grande de la ciudad. Sin pensarlo pensó que estaría pero aun así no dejo de correr bajo el techo de cristal del gran edificio. No hasta que llego a pleno pabellón donde entre tantas personas, entre comedores y cabinas de fotos modificadas a distintos estilos. Esto no le interesaba a Vanclad, sino el techo de cristal que cubría toda esta amplia zona, si el llamado Phatom lo seguía, podría verlo mejor.
Sin dejar de mirar al techo, saco su celular e hizo marcada rápida.
―Contesten, contesten ―decía Vanclad aun alterado. Dando pasos sin fijar su rumbo―. ¿hola? ¡Si, esta aquí. Él esta aquí!
No se dio cuenta, pero camino hacia una cabina de fotos con una cortina como puerta, de esa misma cortina las manos del fantasma salieron detrás de Vanclad sin verlo venir y tomándolo de su boca y su torso, introdujo al moreno dentro de la cabina sin darle oportunidad de gritar.
La cabina de fotos se activo y una tira de fotografías capturadas en cuestión de cinco segundos, en la secuencia se mostraba al denominado Phantom, apuñalando a Vanclad en su cuello mientras el fantasma lo retenia de su boca para que no gritara ni se escucharan sus gritos de agonía una tira de fotos donde lo apuñalaba, donde los ojos de Vanclad pasaban del terror a emanar ninguna emoción ante la muerte rápida que tuvo por este criminal perseguido.
―Descansa en paz. Vanclad. La muerte tiene un lugar reservado para ti en su castigo para ti.
La sesión de fotos acabo y la maquina les daba las gracias por usarla, momento en el que este personaje de traje azul salía de la cabina con manchas de sangre sobre la manga izquierda de su ropa mientras al igual que algunas manchas pocamente visibles sobre su mejilla.
Vanclad pensó que vería aparecer a este tipo por encima de él en el techo de cristal, sin embargo. Era Rias quien desapercibida usaría sus alas de demonio para llegar al techo del centro comercial y ver desde aquí como el fantasma salía de cabina tras atacar al moreno de cabello blanco, antes de irse caminando tranquilamente lejos de la maquina, con un enorme charco de sangre saliendo del piso de la cabina fotográfica. Antes de que la gente comenzara a gritar ante la sangrienta escena.
Desde arriba, Rias seguía impresionada por el talento de este tipo. Ella lo siguió mientras perseguía a Vanclad desde lo techos y de un segundo a otro lo estaba bien totalmente en acción. Algo disimulado comparado con los hechos vistos en las noticias de la mañana.
Los gritos se hicieron oír luego de que la gente notara la sangre escapando de esa cabina color rosa, antes de darse cuenta que el criminal mas buscado de todo el mundo estaba allí, con su altura de 1.83 caminando entre ellos con total normalidad. Pánico y miedo cuando las personas huían lo mas lejos que podían del fantasma. Los únicos que se pondrían en su camino, serían dos policías de la ciudad
―¡Alto ahí! ―dos policías de Kouh, enviados tras recibir numerosas llamadas de la gente que vió aparecer a este personaje cuando perseguía a Vanclad. Interceptaron al fantasma, pero lo hacían sabiendo lo letal que era, estaban temerosos de él―. ¡No des un paso más, y pon las manos sobre tu cabeza!
Con revolvers en mano, no titubeaban estos policías, pero aun así se podía oler miedo en su sudor. Sin mirar a otro lado, lentamente vieron como el fantasma levantaba las manos, sin notar un extraño objeto negro en la mano derecha de él hasta que tuvo en alto las manos. Solo Rias llego a darse cuenta de tal objeto y ella seguía allá arriba del techo de cristal.
―The Phantom quedas arrestado por... ¿Que eso que tienes en la mano? ―preguntaron tarde.
―¡Una granada!
Sin poder ponerse a cubierto, el explosivo detono en las manos del fantasma, resultando ser una granada de humo con la que envolvió a los oficiales. Solo pudieron dar un par de pasos para atrás, antes de ser sentenciados a muerte por este emisario de la misma muerte.
―¡No veo donde esta!
Grito el primer policía antes de ser su garganta rebanada por la hoja oculta de The Phantom. Llamando la atención de su compañero, al oír ese gemido de agonía levanto su revolver hacia la derecha donde su colega estaba de pie y sin tiempo de disparar, una daga disparada en linea recta de lo que parecía ser el sonido de un ballesta atraveso el banco de humo hacia la yugular de este segundo oficial.
Rias que veía todo desde arriba, estaba asustada como sumamente impresionada. Si se trataba de un humano más, era excepcional. Quería verlo enfrentarse a algo más para probar cuando valía, pero el sonido de sirenas policiales empezaron a sonar por motones. Lo perdió de esa gran vista que le daba el techo de cristales así que fue hacia la entrada estando en el mismo techo. Donde Rias vio como mas oficiales y comando especiales de la policía entraban con armas en mano.
―¡Quieto allí!
Fue lo que escucho la princesa Gremory antes de que toda otra voz se opacara por una lluvia de balas dentro del centro comercial, lluvia que empezó recia y con truenos, pero poco a poco se hizo mas leve, hasta acabarse.
―¿En verdad, se a cargado a cuarenta fuerzas especiales de la policía el solo? ―pensó usando su propia voz Rias, sin dejar de estar interesada del resultado.
Espero un poco, para ver si tenia oportunidad de ver quien salía de ese encuentro, mas nunca imagino verlo al fantasma salir... y ver su rostro. Aquel chico cuya sonrisa al ser perseguido por el club de kendo la hacia feliz el día, era el mismo criminal mas buscado de toda la faz de tierra.
―¿Es.. ese es Hyodou Issei? ―dijo con su voz real.
Salió el castaño con su cabello largo y aplastado sobre su cara, sin tapar su rostro, dejando ver que una bala roso su mejilla derecha, lado del que levantaba su brazo. Lleno de sangre sobre su ropa, su espada en alto levantada en diagonal hacia abajo mientras miraba el vació panorama con las patrullas abandonadas por sus ocupantes. Antes de desaparecer en una nueva cortina de humo en via publica, no sin antes ponerse la capucha de nuevo antes de que alguien lo viera. Dejando sin importancia que cierta demonio de cabello carmesí la estaba observando.
Si, él sabía que Rias lo siguió desde el puente.
Fue un suceso que no podía dejar pasar, algo sin escrúpulos. Siendo una demonio pensó que lo había visto todo. Que los acontecimientos del mundo humano eran menos relevantes que lo que vivían los mundos sobrenaturales ocultos, pero se equivoco. Hubo quien llamo su atención, hasta hacerla sentir miedo. Necesitaba contarle de eso a alguien.
―¿Que dijiste? Rias vuelve a decirlo ―una exceptica amiga suya, de clase demonio que también era una estudiante en la academia Kouh. Sona Sitri, la presidenta del comité estudiantil de la academia.
―Lo vi, Sona. Vi el rostro del que los humanos llaman: El fantasma. Es Hyoudou Issei ―Rias se encontraba sentada cara a cara con su amiga de la infancia cuando acepta ella venir a su club de ocultismo para conversar.
Ante tal afirmación, Sona quien iba a darle un sorbo al té que la reina de Rias acababa de servirles. No pudo luego de escuchar a la carmesí darle tal afirmación.
―¿Hyodou Issei, es: The Phantom? Acaso quieres ser comediante Rias ―dijo Sona sin risa alguna.
―Se que parece una broma, pero lo vi con mis propios ojos, Sona. Hyoudou Issei era el mismo Fantasma ―repitió Rias, sin embargo su amiga parecía incrédula, como la misma Akeno que trataba de mantenerse invisible estando a lado de ellas de pie con bandeja vacía tras servirles―. Lo digo en serio, emana un gran poder que nunca sentí. Tiene habilidades que no son propias de un simple humano, tal vez y sea el poder de una longinus.
Sona mantuvo el silencio, como su incredulidad, antes de dar un fuerte suspiro y contradecir las afirmaciones de Rias de forma amable.
―Aunque no niego que hayas visto al fantasma, Rias. Digo, salió en todas las noticias de japón esta mañana de lo que paso y con lo de ese crucero en llamas en medio del mar. Dudo que sea el mismo Hyoudou Issei quien hayas visto ―decía Sona, logrando dar un deliciosa probada al té de Himejima―. Sabes que ese sujeto es incluso buscado por facciones como el cielo o los ángeles caídos, incluso por nosotros los demonios.
―Lo se, Sona ―calmo sus impulsos.
―Atraparlo es todo un logro, incluso los reyes Mahous lo han dicho. Pero que ese personaje sea: Hyoudou ¿El rey pervertido? Parece imposible. De no ser por sus problemas mentales y sus notas ya lo hubieran expulsado ―dijo Rias―, que tus sentimientos por él no te nublen del echo que él es un simple humano.
Comenzó a burlarse.
―¿Sentimientos? De que hablas ―se levanto Rias con gran rubor en la cara mientras Sona ponía un rostro burlesco mezclado con fines mientras Akeno sonreía casi en burla a su ama―. Akeno. ―pronunció con ira.
Ahora su mejor amiga sabía que ese chico humano de nombre: Issei. Había conseguido flecharla. Estaba ardida.
―Se lo que vi, Sona ―decía Rias, tras tragar todas las emociones de rabia―. Y lo expondré, no ante el publico, pero le haré saber que alguien sabe su identidad secreta.
―¿Y luego? ―pregunto Sona, mirando a su amiga de pie mientras ella seguía en el cómodo sofá―. ¿Que harás después?
―Lo amenazaré ―una respuesta que ninguna espero, pero que tampoco entendieron―. Hare que sea mi esclavo.~
Eso si hacia reír a Sona.
―Quisiera ver eso ―fue la respuesta de la presidenta.
Abandono Rias la habitación, olvidando que el edificio era suyo y que Sona era su invitada esa tarde. Dejandola a solas con su reina, con quien no dejo pasar la oportunidad de conversar.
―¿Tu crees que ese Hyoudou Issei sea: The phantom, Akeno? ―pregunto Sona, antes darle una nueva probada al té que ella le hizo.
―¿Y usted, presidenta? Pensar que ese chico que llaman: rey pervertido sea nada mas una identidad secreta ―comento la reina de Rias mientras sonreía como típicamente hacia.
―Si Rias llega a reencarnarlo, seria una adquisición valiosa sin duda. Sea que su poder provenga de una longinus o de cualquier otro lado ―exclamo―, pero aun así, seria una adquisición muy peligrosa.
―¿Porque seria peligrosa?
Dejo el té de lado en la mesa, antes de hablar con mas seriedad esta parte del tema.
―Solo unos cuantos lo saben en la academia Akeno. No te has preguntando como un chico como él con esa actitud sigue en Kouh ―pregunto Sona para iniciar el tema―. Hyoudou Issei padece de trastorno de personalidad múltiple. Tres personalidades, en su caso.
―¿Que? ―eso no lo espero Akeno.
―Uno de ellos es el que Rias ve, es Hyoudou Issei, el rey pervertido. Un tonto sonriente con un sueño tonto ―contaba la presidenta―. El otro: se hace llamar: Arno Dorian. Un bobo carismatico que esconde un conocimiento interesante.
En un recuerdo, se veía a Sona jugando una partida de ajedrez con Issei en una de las aulas durante la tarde. Pero no parecía ser el mismo. Sino uno mas maduro y manipulador.
―Esa personalidad suya me atrevo a decirlo es incluso mas inteligente que yo ―sudo frió Sona por alguna razón.
―Dijo que tiene tres personalidades, Sona-sama.
―Cuando leí su expediente médico que venía en su archivo estudiantil donde se mencionaba las personalidades, no había nada acerca de esa tercera personalidad, solo que existe ―contaba con preocupación Sona―. No hay nombre ni descripción de su actitud. Solo un escrito. "extremadamente peligroso." venía con una serie de números privados a llamar con el apartado de a quien acudir si esa personalidad aparecía. Solo marque el primer número y lo que oí, fue enigmatico. "Notre dame, 1878, versalles. Unidos. Huerfano, oculto, veinte años, exiliado. Reyes muertos." parecía ser una especie de... código de desactivación.
Eso incluso llego a preocupar Akeno.
―¿No cree que debió decirle de esto a Rias?
―Si Rias esta en lo correcto y Hyoudou Issei es el criminal llamado Fantasma. Por fin se quien es esa tercera personalidad suya.
Pero Rias no se acercaría a Issei así nada mas, de un instante a otro llegaría en cualquier momento que lo topase para decirle que sabia quien era él y que quería ofrecerle un trato del que no podía oponerse o haría publica su identidad. Claro que no llegaría diciendo tales palabras, no. Rias tenia que acercarse primero al castaño, pero como hacerlo sin llamar la atención, sobre todo desde la escuela, el único lugar donde podía acercarse a Issei. Espero entonces la heredera Gremory que pasaran los suficientes días para actuar con el mismo plan que han usado muchos chicos para declararse a alguien como ella. Con una carta.
Las clases se habían acabado y con el club de kendo ausente en sus practicas este día, la bestia pervertida de Kouh podía salir de academia temprano con sus amigos. Solo necesitaba tomar sus cosas del casillero para ir a divertirse por la ciudad.
―¡Vamos al arcade y después vas al karaoke! ―proponía un chico de lentes tratando de contener su emoción.
―Escuche que hay una oferta en juego eroge en mi tienda favorita esta tarde ―propuso el pelón.
Ambas propuestas se las hicieron al castaño cuando este tomaba sus cosas del casillero y se tomaba un poco mas de tiempo de lo usual. Cosa que le dieron poca o ninguna relevancia.
―¿Tu que dices, Issei? ―notaron que tenia los pensamientos en otro lugar―. ¿Issei?
―Lo siento chicos ―dijo volteando casi de inmediato―, pero recordé que tengo un compromiso hoy.
―¿Que clase compromiso? ―cuando le hicieron esa pregunta en disgusto, el oculto la inesperada carta que encontró en su casillero, dentro de su mochila.
―Uno muy importante, lo siento Matsuda, Motohama. Iremos al Karaoke la siguiente vez ―dijo Issei sin preocupaciones.
―Pero y las ofertas de videojuegos eroge ―sonó decepcionado Matsuda.
―Ya habrá siguiente vez ―volvió a repetir con insistencia Issei.
Una carta que decía y cito:
"Quisiera hablar contigo Hyoudou Issei, podríamos vernos en parque publico frente a la gran fuente hoy a las tres. Rias Gremory."
Tal vez sea un pervertido, pero también era un hombre y por mas pervertido que sea, un hombre tiene sus modales. Aunque haya necesidades por las que deba tirarlas al caño. Acudió al parque como la chica mas bella de la escuela le pidió, pocas personas habían en el parque en una hora tan calurosa del día, fue hasta la fuente donde no espero mucho tiempo de pie, para que Rias apareciera aun llevando su uniforme escolar puesto. Una sorpresa que dejo anonadado a Issei cuando la vio caminar hacia él desde el fondo de uno de los senderos. Era toda una sorpresa para él que una chica como ella le citara venir hasta aquí.
―Hola, Hyoudou-kun ―saludo con sinceridad y modestia, la princesa Gremory.
―¡Em, Rias Gremory. Realmente eres Rias Gremory! ―se sorprendió que una diosa como ella se presentara ante él, como la carta decía.
―Si, soy yo. ¿Pensaste que la carta era alguna especie de broma? ―comento con algo de gracia, una vez quedo frente a frente.
―Pues, si. Creer que una de las onesamas de la academia me escribió una carta diciendo que quería verme parece una broma ―dijo Issei tratando de mirar a la chica a la cara y no a su prominente escote. Le gustaba su actitud inocente a Rias, sobre todo su verdadero esfuerzo por no mirar su atractivo tan obvio.
―Pues no lo es, aquí estoy ―respondió la carmesí, sin dar rodeos. Ataco―. Verás Issei, tu y yo no nos conocemos, mas allá de las todas las veces que te veo ser perseguido por el club de kendo por las tardes.
―Que puedo decir, es mi suerte ―exclamo Issei con algo de rubor por vergüenza―. Yo también, he notado a Senpai mirandome por esa ventana algunas veces. Jamás pensé que llegaríamos a hablar. Dado mi fama.
―Yo tampoco ―dijo un poco divertida―, pero quería conocerte en persona y darte las gracias.
―¿Las gracias? ―pregunto mostrando nervios a través de su transpiración.
―Ayer en el puente, cuando Vanclad me tomo de Rehén. Tu me lo quitaste de encima ―dijo Rias comenzando a acorralar a Issei, sobre todo porque él comenzó a echarse hacia atrás despacio―. Quería Darte las gracias, The phantom.
―¿Phantom? Que dices yo no soy...
―...Ya deja de hacerte el idiota, sabias que ella nos estaba siguiendo desde el puente ―de pronto la voz de Issei cambió, se hizo mas profunda y madura. Un cambio que se noto, en los ojos de Issei, pasaron de un leve tono verde, a uno mas brillante, casi neón.
―¿Estas bien? ―pregunto Rias―. Cambió tu voz.
Entonces se manifesto, la vestimenta de Issei cambió. Su uniforme fue reemplazado por el atuendo con el que el mundo lo conocía. Ese traje azul y las armas con las que se equipa, así mismo, aumento quince centimetros su altura. Haciendo que Rias fuera ahora quien diera un paso para atrás dado el cambio.
―Que meticulosa eres, mademoiselle Gremory ―por alguna razón usaba terminos francés para hablar y se notaba es acento en su voz.
―¡Lo sabia, eres tú! ―se emociono, a pesar de sentir ese enorme poder que venía de él de antes, ahora―. Es mejor que presente quien soy realmente.
―Rias Gremory, la heredera del clan Gremory, uno de las familias mas influyentes de los pilares demoníacos ―dijo Issei, mejor conocido como el fantasma.
―¿Me conoces? ―eso le preocupo a Rias.
―Al igual que a la presidenta, dos princesas del mundo de los demonios entre humanos quien diría ―se cruzó de brazos mientras hablaba con ella―, si piensas extorcionarme, mademoiselle no lo lograrás. Así que dime que es lo que quieres.
―Quiero solicitar tus servicios de forma adecuada―dijo Rias.
―Te saldrá caro~ ―le contesto.
―El dinero no es problema, mi familia tiene tanto dinero que puedo darte la cantidad que quieras incluso podría darte inmunidad o lo que tu quieras, pero por favor. Brindame tus servicios ―Rias estaba dispuesta a negociar.
Lo pensó un poco.
―¿Lo que sea? ―dijo el fantasma―. Que es lo mas valioso con lo que podrías darme tu, Princesa Gremory.~ ¡ya se!
Se acerco a Rias y cuando es se mostró con la guardia baja, la tomo de su espalda baja y la acerco a él.
―Yo tomaré tu virginidad. Princesa Gremory.
De nuevo, ese incomprendible poder que llego a sentir Rias de Issei en aquel puente se desato. Estando tan cerca a él, el poder emanado era paralizante, sin embargo desapareció en cuanto el castaño sonrió.
―Tranquila, ¿Te asuste?~ solo era una broma ―dejo de agarrar a Rias de forma tan atrevida y le dio su espacio debido a la princesa―, no hay nada que de ti que yo quiera.
Camino de largo junto a Rias, dejando en claro que ella no era relevante para alguien como él. Fue cuando decidió la carmesí sacar su carta bajo la manga.
―Pero que pasaría si se supiera tu identidad, Hyoudou ―miro Rias, logrando detener al fantasma antes de se alejara mas―. No querrías que tus seres queridos sean blancos publicos.~
―No tengo a nadie como para preocuparme por eso Mademoiselle, ni familia ni verdaderos amigos de los que tenga que preocuparme ―respondió llevando su manos detrás de su cabeza escondida bajo su manga―, pero por lo visto no vas a dejarme en paz hasta que haga lo que quieres.
―Solo pido que me ayudes. Nunca he hecho esto pero, te suplico―mantenía toda postura en su carácter―. Pero tu me salvaste ayer, jamás pensé quedar a merced de un humano ni que un héroe me salvará.
―¿Héroe? ―se dio la vuelta Issei para mirar mejor a la princesa demonio luego de escucharla llamarlo de tal manera―. ¿Me llamaste: Héroe?
―Es como te considero yo, luego de me salvaras en el puente. Un héroe ―una sonrisa sincera de Rias, pero eso no convencía totalmente al castaño de brindarle su ayuda al chico.
Pensó que ya lo tenia, pero la reacción que él tuvo fue contraria a lo que calculo. No le agrado que lo llamaran Héroe, no la salvo por considerarse o tratar de hacerse el héroe, solo estaba en medio del fuego de una inminente cacería.
―Escucha bien ―señalo con su dedo a Rias―, no me importa tus problemas, pero te daré una mano siempre y cuando me devuelvas el favor cuando yo lo necesite. No importa que me veas como un mercenario o una herramienta. Pero no me vuelvas a llamar Héroe. Eso es algo de lo que no pienso ser jamás. ¿Te parece?
Tuvo que pensarlo bien Rias dos veces antes de estar complacida con los resultados de su expedición. De ver que lo señalaba con su dedo, su mano se extendió a una mano abierta.
―Me parece bien ―sonrió, se acerco Rias y dio la mano a Issei, cerrando el trato―. Cuando me hallas ayudado con mi asunto personal te daré una digna recompensa, Issei-kun.~
―Tampoco me llames así ―comento con disgusto.
―¿Como debería llamarte?
―Issei, solamente. Mademoiselle Gremory.~ ―se quito la capucha y revelo su rostro, a pesar de aumentar su altura, su rostro seguía siendo el mismo. Cambiando poco o nada su rostro, su cabello a pesar de ser largo y abultado, se había vuelto recogido y con una coleta medianamente corta en la parte atrás, dos flecos laterales sobre su rostro sin tapar su visión.
―Creo que será mejor que me llames, Buchou.
―Esta bien, Mademoiselle Gremory o bueno: Buchou. ―de un simple apretón de manos, Issei paso a arrodillarse, casi como si fuese un hombre pidiendo la mano a su mujer. Pero se agacho, para dar un beso a la mano de Rias y terminar diciendo―: Estoy a tu servicio.
Ahora eran amo y sirviente, como Issei decía que debían llamarlo: mercenario.
----------
Mientras tanto en las noticias:
"El crucero Northern light fue encontrado en llamas en medio de mar abierto. No hay sobrevivientes, el ejercito japones que encontro el crucero no halló superviviente alguno a bordo. Salvo de una lancha de evacuación del crucero mismo con cuatro sobrevivientes flotando a dos kilometros de distancia, un naufragio que rescato el ejercito antes de dar con el crucero en llamas. El crucero en el que iban muchos miembros ejecutivos de la empresa privada Golden enterprise estaban a bordo, estan muertos, entre ellos el joven dueño Someya, cuyo hermano fue asesinado hace unos días en Kouh por el mismo responsable de este atentado maritimo. como todo el resto de la tripulación. Pues el mismo The phantom es responsable de este acontecimiento terrorifico, dijeron las mujeres del naufragio rescatadas."
No hay comentarios.:
Publicar un comentario