Uzaki-san Family
Todo estaba tranquilo en la residencia Uzaki, Fujio se había ido después de desayunar a su trabajo como entrenador en el gimnasio; Kiri igual estaba fuera con sus amigos y sus hijas igual estaban fuera de la casa en asuntos propios. Limpiar la casa con la aspiradora le ayudaba a pesar, el ruido blanco de la maquina le relajaba para pensar mejor sin embargo el pensamiento que pasaba por su cabeza no era un simple pensamiento con el que tratar.
—Regreso después mamá —se despidió Hana con mano en la manija antes de salir de la casa.
—Ten cuidado Hana, espero verte en la cena —escucho su hija mayor antes de cerrar la puerta, con una gentil sonrisa la despidió Tsuki y la mano en alto haciendo el gesto antes de ser el brillo del sol que caía sobre su rostro, ser opacado por la madera de puerta. Dejo de fingir alegría y bajo los labios para sentirse depresiva—. Ten mucho cuidado Hana.
Volvió a la sala donde había dejado la aspiradora apagada, Tsuki tomo a la maquina desde su mango y cuando quiso oprimir el botón para seguir con la limpieza un suspiro pesado y depresivo. Dejo de lado la aspiradora pero se dejo puesto el mandil amarillo que se colocaba para no ensuciar su ropa común durante el aseo de la casa cuando decidió sentarse sobre uno de los sofás y con las manos sobre sus piernas se quedo en silencio, mirando a la infinita nada, para sus ojos comenzar a lagrimar en silencio. Dos, tres segundos antes de levantar sus manos para tapar las lagrimas que se soltaron de sus pupilas en un llanto en solitario.
—¡Como pudo pasarme esto! —un grito de frustración vino a sacudir los pensamientos de Tsuki, mas que sentirse humillada por tal acto tan vil, era la ira la que la tenia agobiada en estos momentos. No lloraba de tristeza, sino de rabia; la dulce y tímida señora Tsuki se transformo en bestia—. ¡¿Porque que me paso esto?!
Dejo de llorar y las lagrimas que se escurrieron por sus mejillas se secaron, la sangre en sus venas dejo de sobresaltar antes de levantar la mirada y sus visión entre cerrada vino a revelar sus ojos de poco.
—¿Será que lo que paso anoche será un castigo divino a mi conducta inmoral? —comenzó a razonar consigo misma y su boca se articulaba pronunciando los pensamientos de su boca—. ¡¿Que clase de esposa soy?! Arrojarme a los brazos de otro hombre a espaldas de mi esposo, de mi familia; por simple placer y todavía ser que ese hombre es el novio de mi querida Hana… Fantasear con él entregarme a su carne.
Empezó reconociendo su propia culpa y auto condenándose por el resultado de estas acciones para volver a caer en sus fantasías sucias con Sakurai, con ella como una mujer bimbo en sus manos.
Según el internet, Bimbo es una mujer carente de inteligencia. Bella en extremo con un busto, labios o un trasero sobresaliente. Vanidosa, presumida. Que solo lo estetico o la moda le interesa y sin importar dejase vivir como el objeto de carnalidad de un hombre o un grupo de hombres que la conscíentan su estilo de vida. En otras palabras, Tsuki quería entregarse a Sakurai con la idea de ser ella el objeto de toda su lujuria y ser llenada de regalos, vivir como reina con solo ser la satisfacción sexual de Sakurai.
—¡No, Sakurai-kun… no podemos, quiero que me tomes y llenes con tu duro pene, sostenme con tus fuertes músculos! —sucumbía a sus alucinaciones conscientes, Tsuki. Antes de terminar reprendiéndose a ella misma—. ¡Deja de desearlo, mujer! ¡Eres una mujer casada, tienes tres hijos y una hermosa familia, en serio lo dejarías todo eso por vivir de la lujuria con Sakurai-kun, es el novio de tu hija, zorra desmedida!
Una bofetada a ella misma para calmar todas sus alucinaciones puestas por sus hormonas de madura para tranquilizarse y escuchar el timbre de su puerta sonar ante el silencio de su auto reflexión.
—¿El timbre? —Tsuki no esperaba ninguna visita, recuperando la compostura, acomodo su cabello y su ropa cuando caminaba a la puerta y abrir con la ingrata sorpresa de nadie parado en el pórtico de su morada—. No hay nadie —exclamo con muy baja voz, pero al bajar la mirada, entendió porque tocaron el timbre de su puerta—. ¿Una caja?
Una caja de cartón de veinte treinta centímetros por veinte vino a ser entregada. No había logo de alguna distribuidora dejada en el los lados del cartón, ni un estampada que dijera quien era el remitente o por lo menos que dijera que este paquete era enviado a alguien de su familia. Solo una inscripción con plumón mal hecho sobre la caja: Uzaki-san. Sudo una gota gorda cuando leyó esto cuando noto la tinta oscura del plumón cuando levanto la caja. Antes de meterse en su casa, miro a ambos lados de la calle de donde vivía por si alguien fuera de lo normal les estuviese observando pero no había nadie. Solo ella y esta caja sin remitente.
—¿Que hay adentro? ¿un disco? —pregunto Tsuki cuando examinaba el contenido del paquete.
Lo que adentro se encontraría sería paralizante cuando reprodujo el disco en la pantalla de su sala. Luego de una inicial pantalla negra, sin ninguna presentación previa al material vino a aparecer en la pantalla en un lapso de cuatro segundos de un fondo oscuro inerte, el cual mostró de la nada, escenas del coito al que fue forzada la noche que decidió a correr siendo tan tarde, la vez anterior.
—¡Oh por dios! —llevaría las manos sobre su boca en reacción al contenido del disco.
Aterrada, la grabación se mostraba haciendo un enfoque y un acercamiento repentino de un par de metros mas adentro detrás de los arbustos donde nadie estaba para poder brindar algo de ayuda. Tsuki podía verse a si misma siendo victima de este abuso, sin embargo esta grabación snuff, estaba concentrada solo en captarla a ella, no se veía enfoque alguno de la cámara para saber quien la ataco. Escuchaba no solo sus gemidos, sino que también se escuchaba su voz muy claramente cuando Tsuki no pudo esconder por mas tiempo, los sonidos indecentes de su boca.
—¿Como… como es que alguien pudo filmarnos?
Aunque la pregunta es válida, la verdadera pregunta que Tsuki debió preguntar ¿Con que fin le hacían saber de estos materiales de mal gusto? De principio a fin del ataque que sufrió, estaba grabado y una mejora del audio hacían destacar sus gemidos de su cuerpo reaccionando al tacto forzado. Tomo la caja nuevamente mientras seguía corriendo la película en el televisor, busco dentro de esa reducida caja algo más. Pues venia rellena la caja con espuma plástica de protección. Una carta escondida al fondo debajo de todo el poliestireno vino a encontrar Tsuki. Sudando de preocupación con la carta en mano, desdoblo el papel y una nota impresa, de corto contenido se encontraba escrito.
—¿Quien eres? —Que era lo mas que podía esperarse Tsuki de esto.
Sus dedos comenzaron a temblar por desdoblar la nota y cuando leyó el escrito, sus brazos como sus piernas pronto empezaron a sacudirse de la misma manera que lo hacían las manos de la misma Tsuki.
“Si no quiere que este video se divulgue por el internet, debe cumplir con una pequeña tarea”
Decía la nota leída a medias por la señora Uzaki. Todo su ser temblaba ante este chantaje dejado en papel de forma impresa, la pregunta resonaba y resonaba en la cabeza de la mujer Uzaki.
En un momento inesperado el timbre de la entrada volvió a sonar, esta vez había alguien detrás de la puerta, o cuatro; detrás de la puerta.
—¿Si? —exclamo antes de saludar correctamente—. ¿En que puedo ayudarlos?
Cuatro chicos, cuatro jóvenes que llevaban encima el uniforme de preparatoria, distintos cada uno llevaba encima un uniforme distinto a de los otros, a gota clara de agua se veía el nerviosismo en sus caras era como vinieron a tocar la puerta de la residencia Uzaki.
—Umm…. Buenas días —decía uno de ellos—, verá… Nos dijeron que si veníamos nos darían un buen servicio.
¿Que clase de servicio hablaban estos cuatro? Uno de ellos era de cabello verde y reducida cantidad de pecas en las mejillas. Otro de ellos era de cabello castaño claro, rizado como alborotado mientras llevaba anteojos para ver las cosas fuera de enfoque a distancia; verlo te hace pensar en ovejas por su aspecto y su comportamiento. El tercero de un aspecto mas reservado, cabello rubio cenizo, piel pálida con una capucha puesta sobre su rostro, pero aun así lograba verse su cara femenina para ser chico y de entre los cuatro este era el mas chaparro. Por ultimo, este chico se notaba que si tenia mas confianza personal, sin embargo se limitaba a saludar a extraños. Era a quien menos se le veía los nervios en la cara.
A todo esto ¿Que mas decía aquella nota venida en la caja entregada a Tsuki?
“Le mostré el video a mis amigos y están impacientes por conocerla. ¿Podrías servirles? Salvo que quiera hacerse famosa en internet.”
Nerviosa, sin tener otra alternativa Tsuki los invito a pasar y antes de cerrar la puerta se aseguro una segunda vez de que nadie estuviese vigilando. Con las palabras venidas en la carta, la única forma de que este chantajista supiera que hacia Tsuki o no era que estuviese cerca de su casa para asegurarse de que paso, lo que él quería que pesará.
—Claro, pasen —dijo Tsuki inventando una sonrisa para ocultar lo temerosa que se sentía ante lo que vendría con estos cuatro chicos que desconocía—. Pónganse cómodos, en un momento los atiendo.
Se aseguro de no ser vigilada y cerró la puerta con seguro, que nadie mas viniera a entrometerse en la casa. Los cuatro estudiantes entraron en la sala tras dejar sus zapatos en la entrada y esperaron sentados, por extraña razón habiendo tres sofás donde pudieron acomodarse, los cuatro amigos se acomodaron en un mismo mueble donde solo cabían tres. Tsuki en tanto, fue cerrando las persianas de la casa y las mismas ventanas, para que no hiciera calor encendió el aire acondicionado a una temperatura agradable. Con todo asegurado como cerrado, vino a sentarse en el mueble individual de la sala junto a los chicos. Se limitaban a solo hablar con Tsuki, no entre ellos. Contenían las ansias de lo prometido.
Acompañándolos, primero vino a preguntar quienes eran: Izuku, Naoto, Vali y Jun. Si los conoces, bien y si no, bien. Tsuki les pregunto si eran amigos, a lo que contestaron que así era, a pesar de llevar uniformes de distintas escuelas eran amigos y no de infancia, se conocían por otra razón. La madura mujer quiso dar vueltas al asunto y tratar de disuadir aquello que sabían que vendría pero nadie se atrevía a preguntar si pasaría, hasta que el menos tímido de ellos vino a recordar las palabras que dijo en el pórtico cuando Tsuki les abrió la puerta.
—Disculpe, señora Tsuki —Jun levanto la mano para tener el turno de hablar—. Es que mis amigos y yo aun no sabemos que será ese servicio que nos prometieron.
Era inevitable, por mas que intentará el resultado sería inevitable.
—Esta bien —dijo pesadamente la madura mujer.
Se levanto de su lugar y se puso delante de los cuatro chicos. Cuando comenzó a quitarse la primera ropa a pesar de ver la incomodidad en su rostro, el cuarteto quedo boquiabierto a pesar de notarse la incomodidad también en la cara de la mujer que se quito la blusa primero, pasando la prenda sobre su rostro haciendo suspirar a estos chicos apenas vieron su estomago desnudo pero se les cayó la mandíbula cuando se revelo ante ellos el par de tetas de Tsuki, par letal sostenido por ese sujetador negro que llevaba puesto.
Sin voz, maravillados quedaron con los grandes atributos de la señora Uzaki. Para una mujer de 43 años, tenía un cuerpo solo imaginado en la fantasía masculina, grandes y firmes, jugosos como hipnóticos eran. Vinieron a ponerse de pie manteniendo la reacción en sus caras, llevadas al cien cuando vieron a Tsuki desabrochar esa larga falda suya y dejarla caer, descubrió sus pies de esas sandalias ligeras que usaba, quedando finalmente en ropa intima ante estos muchachos.
Avergonzada se sentía sin embargo, el sentido de humillación no le golpeaba. Inmóvil, noto como el bulto bajo los pantalones de los cuatro chicos de preparatoria pronto les resaltaron. En tanto ella se derretía de la vergüenza por las miradas atónitas de ellos, Gasper no quería ver, tenía las manos sobre su cara en un penoso intento por no mirar pero un espacio nada discreto entre sus dedos se notaban sus ojos puestos sobre Tsuki; ella con sus manos cubrían su escote pronunciado y su pelvis. Todo a pesar de aun tener la ropa interior puesta.
—Señora…
—…Que fantástica se ve —a completo Midoriya, lo que Naoto comenzó.
El vapor les salía a estos jóvenes, por la cara y sus ojos no buscaban mirar a donde sea menos a Tsuki.
—Gr-gracias —llego a decir la madura incomoda en su totalidad—. Que esperan, ustedes también deberían quitarse la ropa.
Tomaron la palabra tras tragar la saliva de sus bocas. Desesperados, los cuatro comenzaron a quitarse ropa a ropa toda la que traía y dejarla en el lugar que se sentaron previamente. Un espectáculo de jóvenes desnudos y penes duros cuales rocas, de buen dote vinieron a ser el deleite de Tsuki. No tenían un cuerpo de deportista como Sakurai, pero sus cosas las veía deliciosas la madura mujer Uzaki.
—Muy bien, ahora —procedió a quitarse la ultima capa de ropa que aun le quedaba, Tsuki. Cuando lo hizo, la erección de sus penes les hizo palpitar sus hombrías de ver finalmente la carne que escondía la señora—. Dejen todo en mis manos, de acuerdo.
Los cuatro se erizaron cuando Tsuki se puso sobre sus rodillas con ellos puestos en media luna delante suya. Sin palabras en la boca, mas que pesados gemidos de satisfacción que salieron de ellos cuando las manos de la madura mujer vino a agarrar sus hombrías, pues un afortunado mas que otros, le fue tomada su polla por la boca Tsuki, el toque primordial de su lengua en la punta de su aparato antes de ser devorado con delicadeza por las fauces de la señora Uzaki.
—Obasan, esto es~ —la voz del joven Midoriya se escuchaba tensa y ansiosa, su miembro fue el bendecido en ser el primero de los cuatro en sentir la cálida boca de Tsuki, la lengua de la mujer acariciaba con fervor su polla.
—Esto es genial —exclamo Gasper, sus ojos no podían dejar de mirar los enormes senos de la mujer, para estar en sus cuarenta y tres, conservaba su seductor cuerpo a pesar de haber parido a tres hijos.
Sin levantar la mirada a ellos, Tsuki frotaba con sus manos los penes de Gasper y Naoto, su boca ocupada estaba con lo de Izuku y quedando de ultimo pero no menospreciado, Jun a pesar de no tener el mismo trato divino que sus compañeros, este chico vino a encontrar consuelo en el cabello largo y bien cuidado de la madura mujer en su espera. Usando su misma mano, entre sus dedos había mechones del cabello grisaseo de la señora Uzaki con los cuales Jun acariciaba su pene despacio para disfrutar mas de la vista, sobre todo cuando la mano de este se escabullo hacia uno de los senos de Tsuki y la manoseaba sin perturbar su concentración.
—Esto se siente bien —exclamo Midoriya comenzando a sudar las primera gotas ante la grandiosa técnica oral de la mujer.
—Uzaki-san, yo también sentir su boca —las manos de la madura estimulandolos pronto se les hizo corto a los dos. Naoto se sentía estallar, pero no quería hacerlo sin siquiera sentir la lengua de la mujer acariciando el suyo boca adentro.
—Quiero que chupe mi pene, señora —Gasper mostró desesperación y empujo lo suyo hasta chocar con la mejilla de Tsuki.
—¡No, chupe la mía primero!
Se desesperaron los cuatro. Hicieron que dejara de lamer la polla de su peliverde amigo y ante la desesperación pusieron los cuatros sus hombrías sobre la cara de Tsuki, presionando sus pollas en ella.
—Oigan, les dije que dejaran todo en mis manos —no quería que se desesperaran, sin embargo. Con su familia a punto de volver en cualquier momento, entendió Tsuki que no podía estar malgastando el tiempo con juegos con estos cuatro. Estaban desesperados por probar carne, la suya. Sus hombrías pronto comenzaron a frotarlas insistentes sobre su cara—. Chicos… Esperen.
Las palabras no les llegarían a estos desesperados. En un audaz movimiento, Uzaki-san saco su lengua y por encima suya, empezó a lamer a los cuatro por como podía acariciarles sus miembros. Roces de su lengua erizaban a los cuatro chicos, dejaron de pelear entre ellos y boquiabiertos quedaron con el talento de Tsuki. La emoción los escalo rápido por ser acariciados por la ágil lengua de la peligris mujer, seguido ella decidió atrapar no una, sino dos o hasta tres puntas de sus pollas en su boca; llego a atrapar a las pollas de los cuatro en su boca. Los sucios sonidos producidos por su lengua restregándose por sus puntas burbujeaba por toda la saliva en su boca hasta hacer que no aguantaran más.
—Esto es de locos —Jun declaro, su pene ardía mas de la cuenta y se sentía derretir.
—Señora… no voy a aguantar más —las piernas le temblaban a Gasper. En su tierna cara podía verse cuanto estrés acumulado en su polla le gritaban que le dejase estallar.
—Estoy por venirme, no podre resistir más —Midoriya apretar los puños al igual que apretaba sus ojos para tratar de soportar la desviación de su sangre a su miembro.
—Yo tampoco —dijo Naoto temblando en menor medida que Gasper.—. ¡Voy a venirme!
Tsuki supo que esto era inminente, no se preparo para recibir la lluvia blanca que cubrió su rostro. Sino que continuo lamiendo sus hombrías cuales dulces paletas eran hasta que el momento que su rostro fue cubierto por los disparos discriminados contra su cara.
—¡Señora! —llegaron a decir estos, momento sobre el que pintaron toda la cara y mancharon el piso de la mujer con lo suyo.
El rostro de Tsuki quedo blanqueado por el semen de estos jóvenes, sus ojos fueron mojados incluso al igual que su pelo fue manchado por estos y algunas otras partes de su cuerpo; pero donde mas mancharon fue el piso de madera la casa. Vino el primer ojo de la tormenta y aprovecho Tsuki para ponerse de pie, mientras estos chicos recuperaban tras este primer encuentro, la señora aprovecho para ir y tomar una servilleta que tenia en la sala, así limpio todo el desastre sobre su cara. Paso lento la tela por su cara para pensar y comparar a estos chicos de preparatoria con Sakurai, no con su marido. Comparo a estos chicos con su amante así que la señora Uzaki vino a jactarse modestamente en sus pensamientos.
—Se vinieron mucho entre los cuatro —era el pensamientos de Tsuki tras acabar de limpiar el desastre que le hicieron, dándoles la espalda a estos chicos una suave sonrisa mientras seguía hablando con su voz interior desde su mente—. Pero todo esa cantidad es igual a la que Sakurai dispara el solo después de durar mucho más que ellos.
Mas que ser esto un chantaje, lo vio como un juego. Tiro las servilletas que uso y regreso con los cuatro sin haberlos echo esperar tanto.
—Chicos~ —dijo con melodiosa voz, volviendo con ellos—. ¿Están listos para lo verdadero bueno?
Tan solo habían vuelto a poner sus traseros en el sofá para recuperar el aliento y estos otra vez vinieron a quedar pasmados por la invitación de la mujer.
—¿Estás listo? —hizo que uno de ellos se acostara sobre con su erección recta como grande la tenia. Tsuki esperaba con las piernas abiertas a las caderas del joven Gasper, sentandose no solo sobre su hombría en su vagina; todo mientras los otros tres tenían la mano en sus mismas pollas deseosos de ser ellos en vez del mas tímido del cuarteto—. Voy a hacerlo contigo primero, porque tienes una cara muy linda.
—¡Estoy tan asustado! —¿Es que era su primera vez de Gasper o es que no se acostumbraba a copular con las mujeres?
Cuando Tsuki se sentó y su vagina tomo la cosa del pálido jovencito, la dura cosa de Gasper hizo sentir llena a Uzaki-san, pero quien mas se sentía morir de tan agobiante sensación, era sin dudas Gasper. La mujer sobre él no se había movido para nada y antes de poder si quiera dar el primer movimiento de sus caderas, el pálido chico vino a eyacular dentro de la señora Uzaki.
—¿Que pasa, querido?~
—¡Esto es demasiado bueno! —grito el rubio antes de que su polla vaciara toda la carga de sus bolas en este primer choque de carnes que tenia con Tsuki, pero ni siquiera pudieron moverse como es debido para alcanzar este nivel de satisfacción,
—¡¿Eh?!
Tomo por sorpresa a Tsuki, fue extraño para ella dado que no se baño en orgasmo primero antes de recibir la primera dosis directa servida en su vagina como con Sakurai. Él no tendría estos problemas pensó la madura peligris, que decepción.
—¡Lo siento! —Gasper tapo su rostro con sus puños, sumido en la vergüenza se le escuchaba lagrimar en su voz.
Un tic en su ojo derecho se noto en Tsuki, sin embargo su gran corazón tuvo paciencia y perdono la incompetencia de Gasper. Le sonrió al chico, levanto sus caderas sin dejar que su pene se escapara de su vagina, pero nada más así el esperma del chico vino a escurrirse.
—Tranquilo, querido. Te daré una segunda oportunidad —exclamo con gentil voz.
Abrio un espacio entre los dedos y se dejo ver su enrojecido ojo por las lagrimas que le escaparon. Pero se lubricaron sus ojos cuando vio a Tsuki bajar sus caderas nuevamente y sentir su polla se envuelta en las cálidas paredes de la señora. Los tres observadores detrás de ella acariciaban sus hombrías sin dejar de ver los movimientos de una mujer experimentada en la espera de sus turnos.
Su pelvis chocaba con la de Gasper sin hacer ningún ruido. Su gran trasero se sacudía con gran fuerza de atracción para los chicos, este muchacho quito sus manos de encima de su cara otra vez y boquiabierto estaba mirando los suaves movimientos de los senos de Tsuki. Electrizante era la sensación que le enloquecía como hombre a Gasper.
Pronto, Tsuki pudo sentir las miradas ansiosas de los otros tres muchachos que dejo en espera y los miro con suave sonrisa. Detuvo sus movimientos para dejar caer su cuerpo sobre el de Gasper, a este ultimo lo tomo por sorpresa cuando sus pechos cayeron en su cara y el aroma de estos le hizo perder la cordura, un aroma digno de un perfume, pero era nada mas que el sudor del escote dotado de la señora Uzaki. En esta pose, con su culo en alto, llevo sus manos a sus glúteos y abrió el espacio entre sus valles.
—No se queden allí mirando chicos —aun teniendo la polla de Gasper clavada en su vagina, mostró el agujero de su ano a los chicos y con esa sonrisa suya les dijo—: Miren, aquí ay lugar para uno de ustedes.
Entraron en euforia, uno de ellos podía adentrarse en el angosto sendero de Tsuki mientras uno de sus amigos disfrutaba estando por el camino ancho. Fue Jun quien dando un paso atrevido se fue contra Tsuki y ocupo este espacio libre.
—¡Es mio! —grito Jun dando el primer paso con emoción.
Empujo a Naoto con solo su mano derecha en su apuro, pero ninguno de sus dos amigos restantes se interpuso, este chico vino hasta Tsuki y apenas si puso sus manos en su trasero, froto su pene contra el trasero de la peligris madura en desesperados intentos por hacer entrar su hombría en su culo. Después de tres intentos, un cuarto intento mas y a la quinta oportunidad, vino a abrirse paso la hombría de Jun en el culo de la matriarca Uzaki.
—¡Ouh! —gimió con dolor, Tsuki ante el desgarre de sus paredes de su culo.
No era común que permitiera dejar que usaran su culo cuando tenía relaciones, salvo unas muy reducidas ocasiones con Sakurai, ocasiones que la misma señora Uzaki podía contar con una mano.
—Señora, su culo aprieta con fuerza —exclamo maravillado el joven Jun, teniendo ambas manos puestas sobre el trasero de la peligris madura por inercia decidió dejar una marca roja sobre la carne blanca en el culo de la mujer usando su mano para dejarla caer aquí con mucha fuerza.
—¡Oye! —eso no le agrado a Tsuki—. ¡Sin manotazos, de acuerdo!
Puestas las condiciones del contrato la matriarca Uzaki volvió a mover su trasero, de adelante hacia atrás mientras tenia puesta la cara de Gasper entre sus senos para así poder complacer y complacerse con los dos chicos. El espectáculo era muy estimulante, el par de amigos que aun no les llegaba su turno se iban desesperando, el contacto de sus manos manteniendo calientes ya no era suficiente para ellos.
Mientras se tiraba a dos de los jóvenes, los otros dos restantes vinieron a ponerse delante de Tsuki sus hombrías quedaron muy próximas a su cara. Sin que sus caderas se detuvieran, miro a Midoriya y a Naoto entiendo que se sentían excluidos, quien quiera que les haya dicho la mentira que los trajo aquí, hizo un gran trabajo.
—Señora —decía el borrego llamado Naoto—. Nosotros también queremos.
Suave sonrisa de la madura y vino a decirles:
Con la polla de Naoto en su boca mientras follaba por ambos culos, devoraba con gran succión su joven aparato. En tanto a Midoriya, el peliverde muchacho era satisfacido por la mano izquierda de Tsuki con mucha fuerza en este cuarteto sexual que llevaba a cabo.
Cuando su cuerpo dejo de tener fuerzas, Tsuki dejo a estos chicos tomar iniciativa; los dejo ser ellos quienes empujaran sus hombrías con la pasión que quisieran. Sin dejar de tener en la boca el pene de Naoto o su mano ocupada provocando al miembro de Izuku, a por mas entumida tuviera la mano o cuan llena tuviera la boca de los fluidos previos del borrego de Naoto que chapoteaban dentro de sus mejillas.
Ellos alcanzaron el clímax después de poco, primero Gasper y después Jun, seguido uno a uno por los dos chicos que tenia delante de su cara. Los chicos alcanzaron el orgasmo y mancharon su cuerpo por dentro como por fuera, pero Tsuki no había ni rosado el comienzo de sentir un orgasmo propio.
Decidió experimentar con otra pose con los chicos. Deseosa por sentir el mas minimo orgasmo proporcionado por estos muchachos, Tsuki una vez más encontraba de rodillas salvo que debajo de su pelvis tenia la polla de Izuku a la cual follaba desde su vagina. Él yacía tendido en el piso estando casi inmóvil dejando que la señora Uzaki tuviera de nuevo todo el control, su cuerpo le temblaba como si fuera un ataque de leves espasmos erizantes por todo su ser de cabello verde.
Tsuki por el frente mientras trituraba la polla de Midoriya por debajo. Entre sus senos le dijo a Naoto que colocara lo suyo entre ellas y tomando nueva iniciativa, empujaba su polla en el especia cálido del escote de la madura mujer, sintiendo el placer de un magnífico ejemplar de senos femeninos. Su boca no estaba libre esta vez, usando ambas manos, una con Gasper y la otra con Jun, mientras Naoto se dejaba llevar por follarle las tetas. Intercalaba tener la pija del palidezco jovencito con la del atrevido Jun, saboreando hasta provocar una casi inexistente sensación cuando la punta de la lengua de la señora se introducía con violencia forzada en el hueco de sus penes.
—Uzaki-san… usted es increíble —halagos de calor de los chicos que la erizaban de solo escuchar.
Llego a preguntar cuando tenia la polla de uno de estos incrustada en su boca y su lengua no dejo de acariciar el aparato del muchacho mientras que el de Gasper, con su mano agarrando su pene, Tsuki lo tenia restregado contra su mejilla izquierda, su rostro tenia un giro de 45 grados a la derecha. No hay que dejar de lado el mencionar que de su boca se veía escapar liquido seminal mientras un previo líquido se escapaba de la polla del palidezco rubio.
Poco después. Estando de pie pero yaciendo su cuerpo inclinado hasta marcar un angulo de noventa grados, dandole por detrás tenia a Jun empujando violenta y deprisa su polla en el coño de Tsuki, mientras que delante estaba Gasper follando su boca empujando su hombría por la garganta de la mujer, rosando su aparato hasta escuchar sonar su boca con cada empuje que hacia.
—Señora… señora.
Repetían los chicos que tenían el turno con ella, pues los otros dos estaban a un lado manteniendo sus penes despiertos, sin siquiera llegar al climax, querían que fuese Tsuki quien los llevara allá.
Luego de descargarse en su interior, la arrojaron al suelo y uno por uno se subieron sobre la mujer dejándose enloquecer por la sensación.
—¡Señora, su vagina es de la mejor! —Grito Midoriya dejandose llevar mientras empujaba con locura su polla en la vagina de la madura Uzaki.
—Me alegra escuchar eso… querido —dejo que se movieran al ritmo desesperado que tenían, en ese estado, ellos eran molestos pero al menos así podía dejarles el trabajo a los cuatro—. Empuja mas profundo querido~ quiero sentirte.
Fingía, la verdad es después de Sakurai y probar varias veces el suyo, ninguno de los cuatro lograba hacer que Tsuki se mojara como se lo hacia su amante y de tanto reflexionar, quería no creer en la unica persona que era el responsable de la visita de estos chicos y la artimaña del chantaje.
Una ronda tras otra, doble o triple, los cuatro o solo uno de ellos a la vez; Tsuki se dejo complacer por ellos pero apenas si logro llegar al éxtasis con dos de ellos. Pero ella consiguió hacerlos llegar al orgasmo en mas de una ocasión. En dos horas los hizo venirse entre cinco y siete veces dependiendo de cada uno. Y ahora le servían el final a la matriarca Uzaki en la cara.
—¡Trague todo nuestro liquido, señora!
Grito Jun en nombre de sus amigos, una vez más rodeaban sus penes al rostro de Tsuki y ella que yacía sentada en el piso abrió la boca, con su lengua por fuera quería por lo menos ser cubierta por esta joven lluvia blanca. Como pelotón de fusilamiento mal entrenado, los cuatro muchachos eyacularon en dispar pero al menos consiguieron dar uno tras otro, acertar al mismo blanco todos.
—¡Mmm! —su lengua de la señora Tsuki se deslizo sobre sus labios y saboreo el nectar mezclado de cuatro jóvenes apresurados.
La resistencia de estos chicos era escasa y los volvía a comparar con su gigolo, Sakurai. Los comparaba a los cuatro por igual con su amante, no porque estuvieran al mismo nivel, sino porque estos cuatro chicos ni juntos lograban hacer que Tsuki sintiera lo que Shinichi le hacia sentir. Si, los comparaba con él en vez de su esposo o era que su esposo ni se comparaba con ellos.
No les dio tiempo a estos chicos de recuperarse por completo, ni cinco minutos cuando Uzaki-san decidió apresurarlos a dejar ya casa, con la excusa de que su familia llegaría pronto. Cuales soldados dijeron todos: Si. Tomaron sus ropas cada uno y salieron de la casa así como llegaron, sin hacer ruido.
—Disculpe señora, antes de irnos —decía Gasper, al frente del grupo cuando se quedaron parados en el portico de la casa cuando Tsuki los despedía educadamente—. ¡Podríamos algún día volver a visitarla!
Seria toda una bendición para ellos que ella les dijese que si, pero Tsuki no se prestaría para juegos, a menos que ella quisiese.
Mostró una sonrisa gentil a los chicos, su mano en la puerta y de pronto Tsuki contestaría de inmediato:
—¡No!
El azotón de su puerta dejo sin habla a los chicos, no el resultado que esperaban tras una redundante e inesperada sorpresa. No quería saber nada de ellos otra vez.
Suspiro tranquila cuando por quedo sola nuevamente en la casa, Tsuki.
—¿Quien los abra enviado? —pregunto tanto por el video, como por estos chicos desesperantes que le parecieron.
Una extraña presencia, malvada y maquiavelica se manifesto detrás de la madura mujer, una presencia que solo ella podía entender quien era.
—¿Hana? —se sorprendió Tsuki cuando la vio sonriendo detrás de ella—. ¿En que momento volviste hija?
Sin embargo ella no contestaría su pregunta.
—Dime, mamá. Te divertiste con mis queridos Kohais.~
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