The march to war 1

 The last stand (2024)

La valentía y bravura de desconocido como impresionante guerrero de una armadura sin igual dejo impresionado a Rias, verlo caer malherido tras la sorpresiva respuesta de la extraña criatura de piel de reptil cubierta por una armadura roja que ahora yacía muerta a un lado en el bosque, convenció a la heredera del clan Gremory en suplicar por que brindaran ayuda tal desconocido pero valeroso guerrero.

Su hermanos como sus padres dudaron un momento en si debían ayudar a tan extraño personaje, luego de luchar con tan extraños enemigos y ser testigos de lo letal del desconocido. Ordenaron a los soldados leales de Gremory a cargar al guerrero venido de las estrellas. Pero con su armadura resulto ser imposible para ellos que lo cargaran, mucho menos arrastrarlo.

Fue entonces que de los siervos de la misma Rias que reconoció que llevar al guerrero venido de las estrellas fue un verdadero pesar para ella. Pero lo logró y sola, esa pequeña albina de apariencia gatuna. Pero mucho antes de llegar de vuelta al territorio Gremory, trayendo también a sus propios muertos como a los cuerpos de sus enemigos, que las preguntas de quien era él. No hay ángel ni demonio que pueda ir tan allá de las nubes y muera incinerado. ¿que tenía esa armadura que le hacia ser tan pesada? ¿Quien era él? Venían a hacer estas y mas preguntas toda la familia, como el personal de la familia Gremoy.

Para tener una idea de quien era hay que mirar un mes atrás, cuando el spartan Beta 312 había sido reasignado al equipo noble por ordenes del actual líder indiscutible sobre todos los spartans: El jefe maestro. Dado los tiempos oscuros por los que pasaba la humanidad, aquel que era visto como la ultima luz de esperanza de la raza humana, tenía que estar al mando de todas las fuerzas restantes de la UNSC, como de la humanidad.

Abordo de un pelican, B 312 viajo a través del espacio hacia la fragata del equipo noble, un equipo de súper soldados sobrevivientes de aniquilados equipos spartans tras la ultima gran batalla que dieron por la humanidad. Oculta detrás de una nebulosa cerca una luna del sistema Kurks. Entró el pelican del nuevo integrante del equipo noble en su hangar de la nave, donde un solo soldado lo recibió, fue el tercer miembro de este grupo. Guiado por él a través de toda la vacía nave, llegaron al puente donde los demás miembros del equipo recibían información del mismo jefe maestro para una siguiente misión.

―El equipo gris confirma que el covenant encontró un nuevo artefacto Forerruner, uno que su líder estaba buscando freneticamente en la antigua colonia de Harvest, parece que encontraron un viejo lote de naves Furerruners abandonas en algún lado y funcionales ―decía el jefe, siendo visto en la enorme pantalla del crucero, cada integrante del equipo noble miraba sin perder detalle de la misión―. Iba dejar que el equipo Gris se encargara de robarles el archivo pero fueron descubiertos en la ultima misión de robo de itinerarios del enemigo .

―Y ahora nos toca a nosotros robar ese mapa ―exclamo el líder noble.

―Si lo consiguen, podemos llegar a ese lote de naves de guerra Furerruner y usarlas para dar vuelta a esta guerra. O en todo caso, dejarlos con la búsqueda de las naves primordiales, como perdidas ―dijo sierra 117.

―Aunque destruir el mapa suena más sencillo, sería una pena desperdiciar un lote de naves crucero para enfrentarnos a todo el covenant ―exclamo reflexivo el líder noble.

―Esta en sus manos, equipo noble. Una ultima cosa ―hablo, levantando la creencia de que era todo el mensaje que él vino darles― el equipo gris confirmo que uno de los inquisidores del didacta supervisa el descifrado del artefacto, Tel'Vadam por lo que infirmaron. Si tienen la oportunidad, mátenlo, es responsable de destruir once de nuestras colonias.

―Haremos que pague por cada vida tomada, jefe maestro ―dijo Noble uno.

―No se arriesguen, no podemos aceptar mas bajas sean de spartans o no, les he asignado a un nuevo integrante, el unico además de mi de clase SS ―exclamo el jefe maestro―. Buena suerte equipo noble.

Cortando la comunicación, el líder de este equipo spartan se dio la vuelta y miro al nuevo miembro de su equipo que paso por la puerta. Las miradas de los otros spartans de tercera generación hubieran sido sentidas como aniquiladoras para cualquier otra persona, pero no para él. No para B 312. a pesar de no ser una bienvenida para nada calurosa, lo hizo sentir como en la casa que perdió.

―Así que tu eres el nuevo numero seis ―dijo noble cinco, sentado sobre una de las mesas de holograma que habían en el puente, dejando ver su rostro.

―Oye Katt ―Cuatro miro a su compañera, noble dos―. ¿Leíste su expediente?

―Solo las partes que no fueron tiradas al incinerador ―exclamo la única mujer entre hombres spartans, quien tenía su brazo derecho hecho de mecánismos.

Ignoró las palabras de sus adjuntos y fue dar la correcta bienvenida al sexto miembro de su equipo.

―¿Teniente? ―saludo el spartan de armadura azul, presentándose adecuadamente ante el nuevo miembro..

―Comandante, señor. Spartan Beta 312 reportándose para anexión al equipo noble ―respondió el nuevo miembro con respeto.

―Bienvenido, soy Carter líder del equipo Noble, es el nombre que la ONI me reasigno luego de la caída, como al resto de spartans ―exclamo el comandante―, ella es Katt, noble dos. Jun noble tres. Emile y Jorge, cuatro y cinco. Dott es nuestra IA de equipo.

Extendió un pequeño holograma venido en un chip, similar a una placa militar que suelen llevar en sus pechos los marines regulares. Una pequeña niña albina salió en el holograma.

―¡Hola! Tu debes ser el nuevo miembro del equipo, bienvenido ―hizo una reverencia, para recibir al nuevo miembro―. Aunque el nombre de mis siglas digan dott, puedes llamarme Illya.

―Illya ―repitió el sexto miembro, mostrando ninguna emoción cuando vio a la IA manifestarse.

―Y tu eres el nuevo miembro del equipo, Seis. Aunque eso debe ser una ironía ―dijo el comandante.

Él volvió a Illya a sus lugar, conectada a la nave, para dar inicio. Activando los motores de la nave, salieron de la nebulosa para partir a la misión.

―Ponnos en ruta a la cercanía de Harvest Dott, activa el emisor Psi para evitar ser descubiertos ―decía a la IA.

―Entendido comandante ―dijo la inteligencia artifical, encendiendo ella misma los motores de la fragata y la hizo salir de la nebulosa.

Y mientras un vórtice desliespacial se abría luego de salir de aquel banco de nebulosas. El líder del equipo noble decidió conocer un poco más al nuevo miembro. Donde los otros cuatro integrantes del escuadrón. Tomaban asiento en los controles vacíos dejando todo el viaje en manos de su inteligencia creada.

―Leí tu expediente ―decía al spartan―. Lamento mucho la perdida de tu equipo, Seis. Sabemos lo que se siente, también pasamos lo mismo cuando la tierra cayó y todo se perdió.

―Nos cubrimos como equipo, nos movemos como equipo, trabajamos en equipo ―dijo noble tres.

―Bienvenido al circo―dijo cinco. Refiriéndose a todos ellos como los últimos especímenes de caídos equipos spartans.

Durante un largo mes, de forma casi milagrosa fue como infiltraron con mucha dificultad en lo que alguna vez fue un planeta de la UNSC. Conseguido los archivos, el milagro se acabo al ser descubiertos en un intento fallido por matar al inquisidor lo cual fue más tonto de lo que pensaron, regresaron a su fragata e intentaron saltar cuando el motor recibió un disparo de cañón de plasma de la flota de naves del inquisidor. Siendo el motivo de su escape apresurado hacia una galaxia desconocida. Donde más tarde, los residentes del clan Gremory salvarían al sexto nuevo integrante de Noble.

―Dott cuanto falta antes de hagas volar esta cosa ―exclamo Carter cuando escapaba junto con Noble cuatro y Seis por los pasillos de la nave, matando a cuantos covenant se encontraban en su camino.

―He retrasado la explosión a diez minutos, tiempo suficiente para que puedan alcanzar los hangares y que podamos salir de aquí comandante ―dijo la IA y les pareció tiempo demasiado para darle oportunidad de escapar a su enemigo, también.

Una vez en el hangar, encontraron a los demás miembros de su equipo atrincherados en medio del lugar, entre cajas blindadas usadas como escudos y otras cosas cubriéndose del fuego hostil. Apilando cuerpos de los soldados enemigos que intentaban entrar a con ellos.

―¡Comandante! ―grito Katt cuando los otros tres llegaron a donde ellos.

―¡Chicos! ¿Cual es nuestro transporte? ―pregunto, cuando estaban a seis minutos de explotar.

―Cada quien va a tomar una nave, seguramente estos tipos saldrán de la nave antes de explote también y no podemos arriesgar el paquete, tendrán que jugar con nosotros a quien tiene la papá caliente ―exclamo noble dos, desconcertando a sus compañeros.

―¿Quieres que nos maten por separado? ―critico noble cuatro el plan.

Siendo Carter quien cargaría el mapa gracias a Dott, coloco a la IA en su casco.

―Esta bien ―exclamo tomando su rifle de asalto, ahora―. Tendremos que escapar por separado.

―¿Como nos reuniremos? ―pregunto Jun, cubriéndose para recargar su rifle de precisión.

―”March to war” ―dijo líder noble. March to war, era el nombre de una de las canciones que se usaban en frecuencias de comunicación spartan, usada en clave para dar señal a sus compañeros y reagruparse, como una estación de radio clandestina funcionando en un reducido limite, que los guiaría hacia los demás. Un plan que ninguno rechazo dado que no sabían que otra idea tener―. Muy bien, preparen sus armas, vamos a salir a toda prisa.

Corriendo cada uno a uno de los pelicans bajo los disparos intensos de plasma de los pocas fuerzas del covenant. Casi al mismo tiempo encendieron motores de sus pájaros metálicos, los primeros en elevarse fueron Carter y Emile, escapando primero de la fragata hecha pedazos. La nave de noble cinco, salió como el tercero de la fragata, detrás de él venían Jun, noble tres y Seis. Pero el pelican de Katt estaba bajo el fuego intenso del plasma que le impedían despegar correctamente.

―"¡Que no escapen, los profanos!" ―grito el shanguelio líder del escuadrón restante en la nave, notando que saltaron a algún otro sitio del universo, el elite dijo―. "Activen la señal para que vengan refuerzos".

Acatando la orden, liberando una emisor en forma de bastón fue colocado en el suelo, y atravesando los años luz de distancia, la señal fue recibida por la nave covenant asignada en la búsqueda y recuperación del artefacto desde Harvest.

―"Los tenemos" ―dijo el capitán de la nave enemiga. Dando el salto desliespacial a este nuevo mundo.

―Estoy en problemas ―dijo la única mujer del equipo―. No puedo despegar, los controles están siendo dañados y los motores.

Escuchando el grito de auxilio en el canal de su casco. B 312 hizo que su nave diese la vuelta al solo salir de la fragata y volviera para salvar a su compañera. Con una torreta en su pelican, de forma frontal. El número seis de noble, abrió fuego sin discriminar contra todos los enemigos. Robándose la atención del covenant.

―Despega, yo te cubro ―en posición estática, Pretendía terminar sin balas B 312, aunque sus armas no estaban totalmente cargadas pero aun así logro su objetivo. Rescatar a noble dos.

―Hay que salir de aquí, Seis ―dijo Katt una vez fuera su aeronave abandono la fragata.

Pero cuando le daba la vuelta a su nave para emprender el escape, el tiempo regresivo que le quedaba, se agoto. La explosión en cadena que azoto la nave, golpeo al pelican del spartan. Dañando de gravedad uno de sus motores principales.

―Maldición ¡Mi motor ha sido dañado! ―gritaba por los canales a sus compañeros.

―¡Seis! ―grito Korra, pero pronto sus radares detectaron señales enemigas en el aire―. ¡Banshees!

―Aléjate lo mas que puedas ―dijo el líder noble.

A partir de este punto ya saben que fue lo que paso, su pelican se desplomo luego de encontrarse con las naves caza ligeras del enemigo. La nave covenant que rastreo la señal arribo a este mundo desde su atmósfera sin ser detectado, siendo el origen de las naves phantom que fueron por el spartan en su lugar de choque. Salvando a la así llamada Sekiryuutei, y siendo herido de gravedad por un elite que lo atravesó con una espada de energía.

Una hora mas tarde, las cercanías al planeta que habitaban los demonios, la nave Covenant surcaba su espacio mientras su líder observaba el mundo desde su asiento. Impresionado no solamente por que era un mundo habitado, sino porque aquellos que lo habitaban eran muy idénticos a los innombrables y sus culturas.

―"¿Donde se supone que estamos?" ―pregunto el élite sin dejar de mirar al planeta.

―"Sector Koprunu" ―dijo el navegante de su nave―. "Una galaxia solo explorada pero jamás colonizada por los nuestros o por los humanos.”

―”¿Que blasfemias dices? ¿Quienes son estos individuos tan idénticos a los humanos si no son ellos?” ―cuestiono el hombre detrás del asiento de maestro de la nave.

Dentro de la mansión Gremory. El spartan B 312 fue llevado hasta el salón medico del clan luego de hacer cansarse a la joven albina que tuvo que soportar las toneladas de peso de su armadura. Lo depositaron sobre un pedestal de piedra de cuerpo completo para él luego de romper la cama donde colocaron en un principio.

En una sala aledaña, el hermano de Rias, que era uno de los cuatro reyes demonio mas importante de su mundo, revisaba las pertenencias decomisadas al spartan, pero poco o nada pudieron quitarle de sus pertenencias.

―¿Era todo lo tenia con él? ―pregunto a la que figuraba como reina en su séquito personal, Grayfia Lucifage.

―Es todo lo que pudimos recuperar de él. La armadura que lleva con él, parece estar pegada a su cuerpo por alguna magia desconocida.

Lo poco que pudieron quitarle al spartan fueron. Los cuchillos de combate que llevaba encima, el rifle de asalto, el lanza cohetes, su casco y la placa de identificación que traía en el cuello. La mayoría la trajeron luego de su pelea en el bosque.

―Alguien a reclamado la autoría de los eventos ―cuestiono Sirzechs mirando el opaco reflejo suyo en un los cuchillos del spartan. Entendió que el material estaba forjado con métodos no convencionales y el mismo metal era distinto a los vistos para la forja.

―Hasta ahora ninguna facción a reclamado los hechos como suyos, ni siquiera los terroristas de Khaos Brigader lo han hecho ―dijo Grayfia.

―Creí que ellos se adjudicarían esto ―dejo el cuchillo en su lugar, Sirzech―. Buen trabajo Grayfia, puedes volver a tus demás actividades.

―Si, Mahou-sama. .

Una reverencia de esta doncella. Su amo quedo en debate observando las pertenencias del guerrero. No era un guerrero convencional o conocido, especular quien era le hizo recordar aquellas historias de las antiguas razas que desaparecieron tras su gran guerra de las facciones. Podría ser que era perteneciente a la especie más hablada de todas las especies desaparecidas. Pensó Sirzechs.

Rias acompañaba a su hermano mayor en la sala, había estado en silencio detrás de él dejando que tocara las pertenencias del desconocido, primero. Ignorando lo que discutían su hermano y la mujer con la que se caso, se acercó silenciosa a la mesa y de entre las cosas que se tomaron del spartan, tomo la placa de metal luego de notar el grabado de palabras sobre ella, resulto ser de un viejo dialecto y símbolos que desconocía eran números, para la Sekiryuutei tratar de entender lo que decía este pequeño pedazo de metal le pareció un acertijo divertido, pero lo dejo para alguien que le parecería un mujer desafió.

Mejor tomo el casco del spartan, le dio curiosidad ese visor color amarillo que tenia, era de un tono muy fuerte, preguntándose como era que podía ver con él. Sin darse cuenta, presiono un botón en el aparato, el cual servía para activar los canales de frecuencia que captaba el casco, en un alto volumen, comenzó a sonar una rara y tétrica canción, sin embargo esos escalofriantes sonidos que debilmente se escuchaban, era como si la marcha de un ejercito a una guerra se tratara.

‘March to war’. Es el nombre de la sinfonía.

―Rias, por favor no estés poniendo tus manos sobre nada en la mesa ―su hermano se dio cuenta de la curiosidad de gato que atenuaba a su hermana querida―. No sabemos que son totalmente.

―Lo siento, solo quiero saber ―dejo lo que tomo donde lo agarró, apagando aquella mística canción que activo por error―. ¿Tu no te lo preguntas, hermano? Como es que pudo sobrevivir si su corazón fue atravesado con... esto ¿como se activa?

La espada de energía de los elites la habían traído también, en su estado inactivo. No solo cosas del spartan trajeron consigo, objetos dejados atrás por los soldados caídos del covenant habían en la mesa. Pero increíblemente, con un dedo de suerte, Rias logro activar el plasma de la espada y mostrar su forma. Volviéndose más pesada y grande de lo que es.

―¡Rias! ―su hermano se sobre salto cuando vio el arma, revelarse y brillar.

―No se como apagarla ―se puso nerviosa la joven carmesí, soltó el arma sobre la mesa. Entendiendo que al no tener una mano que la sostuviera, el arma sola; se desactivaría. Eso calmaría la preocupación de su hermano.

―Rias, sabes que te tengo mucho apreció hermanita ―dijo, mirandola cara a cara. Colocando su mano derecha sobre el hombro de su hermana―. Pero en este momento, preferiría que no estuvieses aquí. Ya he llamado a un equipo de profesionales para revisar estos objetos y saber su procedencia.

―¿Sona será uno de ellos? ―pregunto curiosa, pero melosa la carmesí.

―Por supuesto que tu amiga vendrá ―dijo el demonio mayor―. Te será más relajante recibirla a ella que a tu prometido que dejaste en la sala.

―¿Que, Riser sigue, aquí? ―una desagradable noticia escucho, Rias―. Creí que ya se habría ido.

―Con lo ocurrido, se preocupo por ti y decidió quedarse ―exclamo con sincera verdad, mostrando algo de agrado por el gesto humilde del prometido de su joven hermana.

―¿Riser preocupándose por alguien, además de él? ―un mal chiste le pareció a su hermana. Sin embargo tuvo una mejor idea, Rias―. Mejor voy a revisar como esta nuestro invitado, sigo sorprendida que siga con vida. Me pregunto como estará.

Justamente en ese momento, en la sala médica, el spartan reacciono de forma agresiva una vez sintió tanta tranquilidad a sus alrededores y el silencio. Despertando en un ala médica de apariencia de epocas del tiempo victoriano, salvo que no estaba en una cama de enfermería sino en un pedestal, de posibles sacrificios. Pero no había nadie vigilando.

―¿Donde, rayos estoy? ―cuestiono el spartan al notar su sola presencia.

El spartan se puso de pie aprovechando la baja guardia a su cuidado. El covenant no tendría ese deficiente detalle con sus prisioneros, pero casi al instante se dio cuenta que no era un prisionero covenant. Herramientas médicas humanas vino a encontrar en un carrito de enfermería a su lado donde cosas como bisturis y pinzas de hospital vio, pero cuando miro su reflejo en uno de los utensilios de metal sobre la mesa se impacto de mirarse sin su casco puesto. Dándose cuenta que otras cosas suyas le habían sido arrebatadas, lo cual no erá bueno.

―¿Mis armas, mi casco? ―se dirigió hacia la puerta para entender mejor quien lo tenía prisionero. Donde al abrir, dos soldados protegían el acceso al aula medica. Voltearon a ver al spartan sorprendiéndose que despertara muy pronto.

―¡Oye, aun no deberías estar despierto! ―solo reaccionaron sus bocas cuando spartan soltó un golpe a la cara al guardia de la izquierda, dando luego una patada inversa dio hacia la cara del guardia de la derecha, golpeándolo contra la pared y quedando en el piso.

Viendo que no había ningún otro guardia a lo largo del pasillo, reviso los cuerpos de ambos y los metió a arrastras en el cuarto medico del que salió. Le fue curioso al spartan, cuando toco esas extrañas alas de murciélagos que tenían los soldados, combinados con el extraño aspecto de su traje. Un toque medieval fantasioso que solo sabía existía en las obras ficticias de su especie.

―¿Que extraño, estos tipos tienen alas de murcielago pegados a sus cuerpos ―dijo soltando las puntas de las alas de los guardias―. ¿Usan lanzas como armas todavía?

Salió al pasillo de nuevo y moviéndose de forma cautelosa con una de las lanzas que les quito a sus guardias. Notando las decoraciones a medida que recorría el pasillo y la falta de seguridad en la aparente mansión. Camino sin un rumbo claro, sin su casco o armas no sabía que debía esperarse, era como los primeros días del cruel entrenamiento que tuvo.

Volviendo con la sekiryuutei, ella se quedo con su hermano mayor, discutiendo sobre la procedencia del guerrero. Lo que salió de su boca fue un mal chiste viniendo de su joven hermana.

―¿Un humano? ―dijo Sirzechs incrédulo de lo que decía su hermana sobre a que facción correspondía el guerrero―. ¿Rias que suposiciones haces? Esa especie desapareció durante la guerra. Y ellos no eran tan desafiantes como el guerrero que trajimos, eran débiles, cobardes.

Así los recordaba, era la versión de los humanos que él tanto escucho de las historias que venían de los mas viejos entre los demonios.

―Pero, Sirzechs tu lo viste ―exclamo Rias, renegando que ese guerrero desconocido no fuese un humano―. luego de que Asia lo sanara no se detecto poder mágico, ni ningún aura venía de él.

―Puede que se trate de esa armadura pegada a él ―dijo Sirzechs―. Admito que estoy interesado en su identidad, esa tecnología no la había visto ni escuchado antes, es muy atractiva.

―¿Hermano?

―Que tu sanadora revise el estado de nuestro invitado, quiero conocerlo mejor para cuando despierte ―una petición de su hermano que la joven Rias no iba a rechazar, pues incluso ella estaba curiosa de saber más de tan enigmático guerrero.

Asia Argento, es el nombre de la pequeña sanadora que pertenecía al séquito de Rias Gremory; justo entonces ella caminaba por los pasillos junto al resto de sus compañeros sin saber que por el mismo rumbo, iban a toparse con el desconocido y letal guerrero.

―No te dio problemas, Asia-chan ―pregunto Akeno caminando a lado derecho de la rubia de actitud inocente, a su derecha de Himejima estaba Kiba y detrás venía Koneko comiendo un bizcocho que no soltaba.

―No lo hizo, pero me sorprende que su pulso no se detuviera aunque fue atravesado su corazón, es como si algún hechizo realentizase el flujo de su sangre para no dejarlo morir, se activara ―dijo la pequeña, tan tímidamente―. Ustedes saben lo que es. Admito que su cara es muy normal para ser alguien tan peligroso como dijeron.

―Lo hubieras visto, parecía tratarse de un juego de niños en la forma que peleo contra esos otras criaturas que lo seguían ―comento Akeno.

―Es alguien muy pesado, sin duda ―diría Koneko.

Pronto todo comenzó a ser risas y comentarios graciosos entre estos colegas de batalla y siervos de la misma ama, hasta que el unico hombre entre ellas lo vio salir en su mismo camino.

―¡Alto! ―exclamo Kiba poniéndose delante de las chicas, su brazo izquierdo lo uso como retén de su caminar.

―¿Que pasa Kiba? ―pregunto la pelinegra cuando escucharon pasos pesados venir en delante de ellos. Lo cual alarmo a los cuatro.

Cuando miraron con atención, vieron al extraño de armadura grisasea y cabello algo desaliniado color café a dos metros de él, una misma altura, llevando en sus manos aquella lanza que quito a los guardias. Parado, con una expresión fría se sentía viniendo de sus ojos sin alma mientras cruzaba miradas con el grupo de jóvenes. Esta vez, lo que le pareció curioso fue que ellos no tenían esas peculiares alas de murciélago como los dos anteriores.

―¿Humanos? ―dijo en voz baja el spartan, la fría expresión de él se hizo más viva―. pueden decirme donde estoy o ¿Qué colonia es esta?

Hasta donde tenia conocimiento, todas las colonias de la UNSC y de las colonias independientes habían sido destruidas por el covenant.

―¿Colonia? ¿Que cosa es eso?―preguntaron, sorprendiendose de que él hablase el mismo idioma del de ellos, pero eso no fue un agradable gesto

Vio que el chico puso sus manos en el mango de su espada, entendió que iba ser atacado. Sin embargo, entre los tres. Asia se preguntaba, porque había despertado el sujeto, a pesar de haberle tratado las heridas, debía de estar descansando para que su cuerpo asimile el dolor que sufrió, debería estar dormido por al menos unas seis u ochos horas, no unos quince minutos y haber despertado.

―Akeno, Asia, alerten a Rias-sama de que el invitado salió de su habitación ―dijo Kiba, listo para pelear.

―¿Kiba, que harás? ―pregunto Akeno.

―Voy a inmovilizarlo ―exclamo el espadachín―. O bueno, vamos.

No dijo nada, la pequeña albina se puso sus guantes de pelea, poniéndose a lado de Kiba.

―Chicos, tengan cuidado no sabemos de lo que es capaz ―dijo la pelinegra, aunque ella vio cuando se enfrento a los soldados covenant, no sabían cual era su nivel comparado si peleaba con alguno de su estirpe.

―Eso lo veremos ―dijo el caballero de Rias.

―Hey, tranquilo ―exclamo el spartan―, no querrán enfrentarse a mi.

No sabía de lo que era capaz el rubio, ni la albina. No tenía idea de que ella fue quien la trajo en sus hombros. Pero eso no dejaría al spartan vacilar.

Subestimándose uno al otro, solo esperaron que Akeno y Asia los dejaran para Koneko se arrojara contra el spartan lanzando un golpe a su cara, pero fácilmente bloqueo su movimiento con su brazo, bloqueando cada puñetazo y la patada que le arrojó la logro detener en el aire, recordando mas días de su entrenamiento primerizo del spartan, enviando con fuerza por donde vino la albina gatuna aterrizando metros más atrás que su compañero.

Yuuto desenfundo su espada y el spartan mantuvo sus puños en alto, usando la armadura de su brazo derecho escucho el choque del metal de la espada del guerrero pero en ningun momento corto su armadura, un segundo ataque le fue lanzado tras un tercero, bloqueándolo una vez mas y más, rompiendose su espada en dos luego de tanta fricción del metal, lo que hizo retroceder a rubio caballero de Rias. Miro que la pintura de su armadura apenas si se había caído con los golpes de la espada, cosa que para Kiba era algo que admirar. Eso lo hizo invocar una espada en cada mano suya y dejo impresionado al spartan

―No se quienes son, pero prefiero no seguir luchando contra ti ―dijo B 312 con la guardia en alto.

―Muy pocos logran romper mis espadas, aun que me sorprende que haya una armadura que no logré romper mis espadas ―comento el chico, una muestra de su agilidad ambidiestra para sorprender al desconocido― ¿Quien eres?

―Eso es clasificado ―respondió el spartan sin bajar la guardia, sobre todo el ver volver a la albina ha lado de su compañero y mostrar que aun tenía energía para luchar―. Bueno, supongo que luchar será inevitable.

En la otra habitación, Rias seguía discutiendo con su hermano por la identidad del guerrero cuando llegaron dos de las fieles siervas de la joven Gremory para avisar de lo que estaba sucediendo.

―¡Rias, Lucifer-sama! ―entraron gritando Akeno y Asia.

―Chicas, ¿Qué pasa? ―pregunto su ama.

―El guerrero ―decía la pelinegra, agitada pero se recompuso―. Despertó antes. Kiba y Koneko están luchando contra él.

Una llamada del destino atravesó la pared, donde la peliblanca gatita fue la que rompió el muro de tres salas hasta parar detrás del rey demonio Lucifer, agotada y herida, la sangre sobre su frente .

―¡Koneko! ―grito Rias sobre todos.

Cuando Sirzechs, sin mostrar su preocupación como su hermana por la chica. Miro por el enorme agujero que Koneko creo, donde pudo ver al spartan enfrentándose al caballero fiel de su hermana con una simple lanza de un soldado regular contra las espadas demoníacas del caballero. Lo hizo retroceder y cuando el spartan planeaba acabar con Kiba, miro hasta el otro extremo de los huecos de la pared, al pelirrojo de Sirzechs.

―¿Quien? ―pensó el spartan cuando el rey demonio le miro.

Y justo cuando estaba por emprender la huida, un nuevo y distinto circulo mágico apareció por debajo de los pies del spartan. Haciendo que su cuerpo pesara, mas de lo que estaba entrenado.

―Que esta pasando... ―dijo Issei forzando a sus brazos y piernas a su cuerpo no cayera contra el piso.

Apenas si pudo virar su cabeza, para ver como el rey demonio cabello carmesí junto a un enorme grupo de soldados y sirvientas aparecía alrededor de él. Así mismo, a un lado de entre todo el tumulto, la misma chica que vio antes ahora la veía una vez más. Antes de caer paralizado de sus músculos

Cinco minutos mas tarde. En la sala principal de la casa Gremory el spartan había sido llevado ante los cuatro miembros mas notorios del clan mientras era rodeado por mas de los soldados de antes bajo las ordenes de matarlo si intentaba alguna agresión. Escoltándolo con las manos atrás, detenidas con unas esposas mágicas, increíblemente detenían el movimiento de las manos del spartan. Koneko detrás del spartan, quiso ponerlo de rodillas soltando una patada contra la parte trasera de la pierna izquierda del soldado pero quedo temerosa, pues el golpe no le movió en la mas mínimo. Una y otra vez lo intento, hasta entender que era inútil hacer esto.

Sirzechs, con un gesto de su mano, doblego al spartan cayendo de rodillas como si la gravedad del planeta lo bajara forzadamente. En eso, logro ver que sus cosas estaban detrás del peli carmesí, puesto en una mesa como si fueran evidencias. Parecía ser llevado a un juicio.

―¿Quienes son ustedes? ―pregunto el spartan una vez tuvo su boca de vuelta bajo su control, como algunos músculos de su rostro―. ¿Que planeta es este?

―Guarda silencio ―dijo Sirzechs con gran autoridad―, aquí nosotros te haremos las preguntas. ¿Quién eres y de que facción eres?

―¿Facción? ―esto era nuevo para el spartan, una ceja levantada pudo notarse en su rostro―. ¿De que están hablando?

―De que especie eres, es lo que mi hermano pregunta ―dijo Rias, entrometiéndose.

―¿Especie?... soy de la especie humana, como ustedes ¿no? ―solo vio como todos intercambiaban murmullos al escuchar como si nada esta declaración del raro guerrero―. Son, humanos… ¿verdad?

―¿Humano? ―hablaba Venelana sentada a la diestra de su esposo―. Se supone que los humanos desaparecieron hace milenios.

―¿Que? ―lo escucho Issei, entonces recordó cuando vio a los demás soldados, idénticos a los dos primeros que noqueo cuando salió de la enfermería―. Si ustedes no son humanos, ¿Que son? ¿Acaso son los nuevos experimentos del didacta?

―Muy bien, basta de distracciones ―hablo Sirzechs―. Es momento de que hables, dinos ¿Quien eres?

―Eso es clasificado ―dijo muy serio el spartan.

Las preguntas que hizo fueron extrañas para los demonios, como si no perteneciera a alguna de las facciones que conocían. Seguido, un circulo mágico color verde esmeralda. apareció debajo del súper soldado, el cual desprendía un aura casi amarillenta que rodeaba al spartan. Para Sirzechs, el soldados solo trataba de confundirlos.

―Volveré a preguntártelo ¿Quién eres? Empezando por tu nombre ―el tono de Sirzechs se volvió mas duro.

―Mi nombre es Seis, pero mi verdadero nombre es Hyoudou Issei, miembro de la compañía beta de la tercera generación de spar... ―algo no iba bien, esa información no podía decirla a la ligera, era material clasificado, una parte de él, estaba siendo obligada a decirla y su conciencia lo noto de forma tardía, trato de dejar de hablar―. Que cosa es esta...

―El circulo de Nurember ―dijo Rias, mostrando igual seriedad que el humano cuando vio la resistencia que puso contra el hechizo―. Un encantamiento que te obliga a decir la verdad.

Quema, fue lo unico que dijo el humano, sobre aquel hechizo.

―Habla, cual es tu misión ―dijo Sirzechs.

―Soy un... ―no debía decirlo, toda su voluntad del spartan fue puesta en no hablar más, lo cual impresiono a mas de uno ver como este guerrero se retorció en el suelo intentando tener la boca cerrada, pero por más que lo intento, mucho más que otros interrogados pero al final sucumbió ante el hechizo. hacia el intento morder su propia lengua para evitar hablar, pero el hechizo era demasiado poderoso como para contenerse más, a pesar de todo su entrenamiento―. ¡SOY UN SPARTAN!… soy un spartan, compañía beta, numero de identificación 3 1 2, tercera generación de spartans.

Conto todo al ser obligado por el encantamiento.

―Fui reasignado al equipo noble por ordenes de la UNSC luego de que solo yo quedara de mi anterior grupo, el equipo Ghost. Todo para llevar a cabo una misión de infiltración en una antigua colonia conocida como Harvest, durante todo un mes nos abrimos paso sin ser detectados por el covenant hasta una base Forerruner donde por ordenes de su líder, el didacta; estaban tratando de descifrar un antiguo mapa que posee la ubicación antiguas maquinas prometeos ocultas por su gente ―no mucho de lo que les estaba contando tenia sentido para los Gremory ni para los demás―. el inquisidor, Tel'Vadam, uno de los más importantes lideres del covenant; esta a cargo de la supervisión del descifrado. Robamos el mapa cuando creamos una oportunidad pero fuimos descubiertos por él cuando intentamos matarlo, así que escapamos lo mas rápido que pudimos hacia nuestra nave fragata con tal de escapar y reunirnos el jefe maestro pero fuimos interceptados y nos vimos obligados a hacer un salto aleatorio a ciegas... tenemos el mapa y si regresamos a los cuarteles de la UNSC con este mapa a tiempo, impediremos que billones mas mueran, terminara la guerra.

―¿Guerra? ¿De que guerra hablas? ―pregunto la Sekiryuutei.

―La guerra, la guerra contra el covenant... los sujetos con los que lucharon antes ¿no los conocen? ―dijo sorprendido que ellos desconocieran a este enemigo―. Cincuenta años, mas de cincuenta mundos en guerra contra ellos, mas de cincuenta mil billones de muertes, personas inocentes... -

Algunos estaban incrédulos con lo que decían, otros solo sudaron. Recordando días de conflicto, otro les era imposible poder de imaginar esto, pero pudo ver en Rias, una expresión de miedo por lo que decía el humano y la mirada temerosa que él reflejaba en sus ojos con las palabras que aun no dejaban de salir de su boca

―¡Mujeres y niños asesinados! ―eso no le pareció agradable a nadie―. Sus ciudades y planetas, atacadas y destruidas, convertidas en cristal... armas mucho mas letales de lo que puedan imaginar. Es un genocidio, tratan de exterminarnos.