Business and pleasure (Naruto x Harem)

Esta obra la estaré actualizando una vez al mes, para darme tiempo de seguir avanzando la historia y tenerles una actualización constante. Espero y les agrade.

Capitulo 10: Hanabi Hyuuga

 

Estudiar la universidad te da un titulo para poder estudiar en un oficio para el que tanto te has preparado. Esa es la mas grande mentira con la que te engañan las universidades. Lo cierto es que estudies una carrera o obtengas un diplomado superior no asegura trabajar en una gran empresa o en un puesto que tanto deseas, muchas veces tienes que empezar desde cero, otras veces ni siquiera trabajas en aquello por lo que desperdiciaste seis años de vida juvenil.

Me atrevo a decir que Sarada-san es un ejemplo, pero también yo “Adrian Carton de Wiart” estoy muy de acuerdo, me atrevo a decir. Hay personas que deben esforzarse y demostrar su talento para ser alguien, pero hay otras más personas que solo necesitan una palanca para poder estar en lugares y puestos de los muchos otros pueden ser mejores que nosotros. Ejemplo de ello, la señorita Hanabi Hyuuga, hermana menor de Hinata Hyuuga y por ley, cuñada del mas joven magnate empresarial de Japón.

Me alegra que hayas venido a visitarme, Hanabi ―en la sala de su casa, tenia traído a la mesa de centro te y bocadillos dulces, a pesar de la infaltable hospitalidad de su hermana, Hanabi no estaba a gusto.

Para aquel momento han pasado seis años desde acontecido la boda de Naruto y su hermana, de uno solo ahora tenían dos hijos. Himawari de tres años y el terrible Boruto, al que sus padres querían y corregían con más amor que con duros castigos.

Agradezco que me aceptarás a pesar de venir sin avisar antes ―responde la joven Hyuuga que no suelta el vaso de té dulce que le dio su hermana, se encuentra nerviosa―. La verdad, es que vine para ver a Naruto-kun, en realidad.

¿A Naruto? ―no lo espero Hinata, tampoco se dejo ver inconforme.

Verás, hermana.

Le contó acerca de su hermana que ha estado buscando trabajo desde hace cuatro meses que se ha graduado de la universidad y sin embargo no encuentra nada. Desde la boda la influencia de la familia Hyuuga a descendido y la popularidad de Naruto Uzumaki ha atraído a los que rodeaban a su padre, el cual ha quedado solo. El apellido Hyuuga comienza a ser nada.

Escuchando todo esto, Hinata no muestra signos de preocupación ni remordimiento por lo que sucede con su padre y el resto de su familia, para ella los que le importan viven en esta su casa. Su esposo, sus dos hijos, el primero y las mas recién nacida. Claro que no negará a su hermana menor ni a su madre.

Hanabi espera que ella pueda hablar con Naruto para así poder tener por fin obtener trabajo. Lo toma con mucha calma antes de poder contestarle algo a su pequeña hermana.

Oh Hanabi, nunca pensé que vinieras a mi buscando un favor ―responde Hinata y sin embargo su sonrisa sigue irradiando la misma bondad que enamoro a Naruto Uzumaki―, verás Naruto-kun volvió a casa muy tarde anoche y no ha despertado de su sueño. Debe seguir durmiendo en este momento, es domingo así que no tiene necesidad por levantarse para ir a trabajar.

¿En serio? ―una idea encendió el farol en Hanabi, ella misma se entusiasmo―. Te molesta si me quedo a esperar a que despierte. Mejor seria que pudiera hablar con él en persona.

Eran las diez y treinta de la mañana, él había despertado hace 18 minutos, durmiendo al menos seis horas de las ocho recomendadas por los médicos, su cuerpo estaba acalorado y sin preguntarse en que parte de la casa estaba su esposa, Naruto decidió ir a tomar una ducha bajo la lluvia de la regadera. Desconocía que su cuñada estaba de visita o que sus hijos estaban con su abuela.

Kushina-san vino temprano para llevarse a los niños a dar un paseo por el centro comercial ―cuenta Hinata con toda inocencia que no pierde―, había prometido a Boruto y Himawari que pasaríamos un día entero los cuatro pero con lo dormido que esta, me previne y me aproveche un poco de la amabilidad de Oka-san.

Con razón ―contesta y no sabe porque un escalofrió le recorre la espalda a Hanabi, decide dar un cambio al tema―, ha habido mucho calor estos días ¿Molesta si me doy un baño, hermana?

En la ducha, ha cerrado el agua del grifo y su cuerpo respirá fresco, sin embargo solo es la primera parte de su baño bajo la regadera. Su cabeza deja de dar vueltas y la migraña comienza a desvanecerse poco a poco, lo único que sigue caliente es su aparato. Su rostro yace fresco gracias al agua fría que lo ha empapado y medita en sus recuerdos previos de la noche anterior, una velada en residencia de Terumi a la que fue antes de venir a casa, con quien se embriago de alcohol y pasión hasta que tuvo que dejar justo cuando la vio caer dormida a la primera oportunidad.

Su mano acariciaba muy despacio su hombría recordando aquellas sucias que hizo con Terumi, sin embargo su mente pronto comenzó a proyectar una imaginación. Donde entraba Hinata con él en ese momento y al no saber que estaba dentro, con la gran sorpresa que se llevaría (pues aun siente pudor de ver a su esposo desnudo) la introduciría con él en la ducha y tal vez, sea la oportunidad que tanto ha fantaseado con pervertir a su mujer.

Puede que esta sea la oportunidad de hacer realidad su fantasía matrimonial. Escucho la puerta del baño abrirse, un tarareo femenino entrando por el baño ¿como no pudo darse cuenta que esa voz no pertenece a su esposa?

La cortina del baño era opaca en cuanto a su color azul, no podía ver bien como para darse cuenta que no era su mujer, creyó que era Hinata y que se estaba quitando la ropa mientras la escuchaba entonar esa melódica canción solamente con su garganta. Comenzó a poner interés en su mujer, más aun cuando a través de la cortina miró como se inclinaba para quitarse la ropa interior y poner todo en el cesto de ropa sucia. Su aparato recibió un fuerte incremento de fluido sanguíneo, lo que hizo que se endureciera. Por consecuencia su mano no dudo en tratar el dilema de su erección.

Entusiasmado, vino a esconderse a la espera de ver entrar a su esposa. La cortina de baño se recorrió y vio entrar la pierna que supuso era de Hinata, engañado por su misma emoción Naruto la atrapó, una mano tapando su boca y la otra pasando sobre su vientre.

¡Mmm!

Tranquila, soy yo mi amor, no sabes cuanto tiempo he querido hacerte algo como esto ―su boca yacía detrás de su oído.

No necesitaba tener media nariz llena de droga para no reconocer a su mujer solo necesitaba estar caliente, su cuerpo no era el mismo en curvas y piel. Su hombría se frotaba entre sus glúteos con deseo, su boca acariciaba su cuello. Los sonidos de terror provenientes de su garganta se hacían se convertían en tenues gemidos.

No podía aguantar más, deslizo su aparato bajo la pelvis de Hinata (eso creía), la punta tocaba su clítoris así que fue provocando espasmos a su cuerpo y sus piernas las hacia temblar.

»Quiero hacerte el amor como un animal salvaje, Hinata ―decía, su lengua no dejaba de acariciar su garganta. La mano sobre su boca se fue retirando de a poco, siendo sus dedos los que acariciaban sus labios antes de introducirse uno solo para tocar su lengua―. Quiero follarte duro, mi amor… ¿Que dices?

No… ―no comprendió, su voz sonó débil al principio―… no soy Hinata.

La sobredosis de lujuria desapareció pues la voz no era de su mujer, paralizado quedo antes que su mano derecha subiera por el vientre de esta hasta sentir uno de sus pechos, el cual cabía perfectamente en la palma de su mano.

¿Hanabi-chan? ―exclamo con gran terror.

Hanabi ―la voz de su autentica esposa se dejo oír tras el toque tres veces de la puerta del baño, pidiendo permiso para entrar―. ¿Hanabi?

Ambos entraron en pánico a primera instancia, pero la joven Hyuuga actuó con sensatez y asomo su cara por fuera de la cortina, tensa y asustada estaba pero su hermana mayor pareció no notarla.

¡Hermana! ―su rostro mostraba un hilo de sudor escurriendo desde su frente, así como toda su cara se veía empapada de la misma―. ¿Paso algo?

Si, olvide cierto pendiente que ir a ver ―decía―, no encuentro a Naruto en la cama. Tampoco lo he visto bajar a la sala.

Detrás de la cortina, sudaba frió el magnate Uzumaki, la primera vez que esta entre la espada y la pared, primera vez que sentía que ponía su matrimonio en peligro. Pero aun así seguía igual de estimulado, le recordó a cuando tomo a Kushina frente a su enamorado sin que él lo supiera nunca.

Tranquila, Naruto-kun debe estar por aquí ―decía, sin poder ver que Naruto venía con intenciones de comenzar lo que no pudo empezar hace cinco minutos―. Si quieres yo puedo avisar… le.

Sus manos la agarraron de sus caderas y su hombría humectado con su propios previos fluidos seminales funcionaron como lubricante para deslizarse dentro de Hanabi hasta llenarla.

Pregunto Hinata por esta extraña reacción de su hermana, pero a pesar de su mueca adolorida respondió con una cosa absurda.

»Mi pierna se engarroto, es todo… no te preocupes hermana.

Naruto no se movió, esa cortina era muy opaca cuando la luz estaba de un solo lado. Su sombra no era proyectada como la que él vio de Hanabi, él si podía ver la figura de su esposa del otro lado, seguía sintiendo la espada de Damocles colgando sobre su cabeza.

Esta bien ―respondió su esposa, credula e inocente como siempre―. No espero tardar, volveré en una hora, antes de que vuelvan Kushina-san con los niños.

Descuida yo le avisaré… ¡Mmm! ―vio a su hermana caminar rumbo fuera del baño y en cuanto escucho Naruto que la puerta cerrarse con delicadeza. Empujo su aparato e hizo que Hanabi tapara su boca ante el nuevo gemido que escapo de su boca, su cuerpo era sacudido por los choques pertenecientes a la hombría de su cuñado―. ¡Naruto, aguarda!

No puedo… ―recupero el aliento, aunque su pelvis se movía con la misma pasión que con todas las mujeres de su harem―… Hanabi no pensé que tu vagina fuese tan buena.

Aterrada de la idea de ver a su hermana entrar de nuevo por la puerta del baño que no dejaba de mirar la convenció finalmente de poner la cabeza dentro y cerrar la cortina del baño mientras escondía su voz con su mano encima de su boca, en cuanto a su otra mano se sostiene ella con la misma cortina.

Yacía con el cuerpo inclinado frente a él, que vista magnifica tenia cuando retiro sus manos de las caderas de Hanabi y veía la curvatura sensual del cuerpo de su cuñada y el tono de su piel y le encanto. Su hombría misma se encargaba de todo sin que ella protestará, al contrario no quería dejar saber que estaba disfrutando del sexo brutal que le sometía su cuñado.

»Tienes un trasero muy grande, no había notado lo blanca que es tu piel ¿Crees que se haría más blanca si roció mi semen sobre tu cuerpo? ―su pelvis sonaba cual tambor al chocar contra el cuerpo de Hanabi que tuvo que poner ambas manos en la cortina pues sus piernas comenzaban a acalambrarse de tanta acción.

¡No lo se! ―su voz comenzó a dejarse escuchar, dejo escuchar como se sentía su cuerpo dado su brutal hombría―. Tu pene es muy brutal, no voy a resistir más.

Desato todo su potencial e hizo derretir el interior de Hanabi dejando que su hombría enloqueciera hasta alcanzar el punto de liberación, su esperma se libero y ella no pudo expresar como se sentía con esto a través de su voz, su garganta se cerró de tanto éxtasis que sus piernas finalmente se acalambraron.

Sin sus manos que sostuvieran a Hanabi, ella cayó sobre la pileta, arrancando la cortina del baño en su intento por mantenerse de pie. Se deslizo fuera su aparato con fácil yaciendo cubierto con rastro de su esperma, aun estaba duro y la vagina de Hanabi él miraba como estaba abierta con su semilla manchando su trasero, más allá de su coño.

Que linda vista ―declaro, un Naruto con una brutal sonrisa mientras que su cuñada, con el rostro torcido sobre el piso le miraba con vapor brotando de su boca apenas abierta mientras su rostro estaba enrojecido―. No necesito tomar una foto para poder recordar este momento.

Su rostro estaba en piso y sus piernas doblabas teniendo su trasero en alto cual altar para él donde ha dejado su ofrenda a su insaciable deseo.

Las perlas que tenia por ojos tiene Hanabi Hyuuga, en su reflejo se ve la recia hombría de su cuñado. ¿Como ha terminado entrometiéndose con él? Una obra dirigida por el mismo demonio de la lujuria que posee a Naruto o padece de un deseo incontrolable por fornicar.

¿Porque me has echo esto, Naruto? ―pregunta Hanabi desde el suelo, el rubio le extiende la mano y la levanta antes de tomar sus labios como ha tomado el interior de su cuerpo, de nuevo se lo pone dentro y se mueve con la misma intensidad ahora que la pone a ella contra la pared del baño, su esposa ya no esta en casa al parecer―. ¿Como puedes seguir duro?

Creo que una parte de mi ha querido follarte siempre, Hanabi-chan ―declara, aunque su boca esta ocupada saboreando su sudor desde sus mejillas hacia sus pechos chicos, comparados con extravagantes senos de Hinata.

Sigue, sigue Naruto ―el semen de su hombría se escapa de la vagina de la castaña ahora que esta de cara contra la pared recargando sus manos en un lugar más firme que las cortinas. Empuja su hombría con el mismo ritmo salvaje que hace sacudir todo su persona―. Dame más duro.~

¡Hanabi-chan! ―eyacula hasta vaciar sus bolas, una segunda vez, pero esta vez ella puede dejar escuchar su voz en un atrevido gemido de puro placer.

¡Si! ―le escucha gritar luego de gemir por el orgasmo que surge de su propio cuerpo mientras siente inundarse su interior―. Joder, esto es… brutal… tanto semen llenando mi interior.

No tienen mucho tiempo para fornicar libremente sin restricciones, Hinata esta por volver así que deciden terminar con un ultimo acto.

Ahora limpia mi pene con tu boca ―le ordena amablemente Naruto y ahora que Hanabi yace ebria de lujuria.

Sus rodillas tocan el piso y en su boca esta la punta de la hombría perteneciente a su cuñado, su lengua acariciaba la cabeza que tiene más allá de sus labios, Hanabi. Desliza de a poco su aparato, no tiene practica en hacer esto por los hombres, su mano derecha acaricia la extensa hombría con la que ha sido bendecido sobre otros, la que estruja con insistencia.

»Sigue así, Hanabi… sigue así que ya casi… ―aunque su técnica es de novicias, consigue hacerle alcanzar el clímax y Naruto puede liberar toda su semilla en boca de su cuñada―… ¡Bebelo todo Hanabi!

La toma de su nuca para empujar todo su aparato hasta raspar su garganta, eyacula tanto que ve a su esperma escurrirse por las fosas nasales de Hanabi mientras sus ojos intentan voltearse ante el brutal sexo con el que es sometida. El semen del rubio también se escapa de boca a través de su boca a pesar de tener zarpado su aparato que no para de eyacular.

Cuando lo hace, ella con sus manos levantadas hace un doble símbolo de la paz con las pupilas blancas de sus ojos mirando a cuñado que intenta sacar su hombría de fauces pero Hanabi quiere saborearlo un poco más. Un duro jalón y hace salir su aparato de un solo pero brusco movimiento, su semen se reparte a pies de Hanabi así mismo su boca queda manchada, pero ella muestra su boca y dentro, yace un mar de su semen el cual no quiere beber todavía, la usa para hacer gárgaras y el mujeriego Uzumaki ve exquisita su actuación.

Eso es, reten lo en tu boca primero y ahora quiero verte masticarlo ―dijo Naruto y Hanabi obedeció su indicaciones sin protestar―. ¿Dime, como sabe?

Sabe que no puede contestarle, esta fascinada con el sabor que le ha gustado y no para de mascar, sin tragar pero ya lo quiere hacer. No tarda mucho en darle indicación y Hanabi puede tragarse todo, muestra que no queda nada en su boca.

Tu semen sabe delicioso ―exclamo, ebria de carnalidad.

Una arrogante sonrisa suya con la que extiende su mano y levanta a su joven cuñada a la que toma de manos en su cintura. Mientras la tenia pegada a él, Hanabi se mostraba coqueta y engrandeció el ego que tenia Naruto dentro de la ducha.

Ven aquí, Hanabi-chan ―decía, deleitándose de sentir sus senos restregándose contra su pecho―. Vas a ser una buena adquisición para mi.

II

Es la más conocida de las hijas de la principal familia Hyuuga, después de su hermana Hinata. Nunca destaco como su hermana, pareciera que la esposa de Naruto-sama se llevo toda la belleza de años germinados en el apellido de su notoria familia. Jamás fue la sombra de su hermana, nunca vivió así. Aun por más que su padre prestará más atención a Hinata-san durante su tiempo como hermanas en la residencia, nunca se sintió menospreciada. Aun cuando su hermana nació bendecida con la genética de su familia.

Luego del matrimonio de su hermana con mi amado señor, cuando él era joven y yo una bebé; el patriarca Hyuuga no intento usarla para arreglar un matrimonio que hiciera recuperar el estatus social que su familia perdía, así que solamente la designo como su heredera total. Pero la influencia de los Hyuuga ya no tenia recuperación.

Busco a Naruto-sama para que le ayudara a tener una oportunidad laboral, que termines la universidad no significa que podrás a trabajar en cualquier lugar que tu título universitario diga que estas apto para ejercer. Pero Naruto-sama le dio la oportunidad de solo tener un empleo.

Madura de pensamiento y serena de actitud, nadie puede pensar que una mujer como Hanabi sea una pervertida, todo dado la intervención divina de mi señor que la entreno para ser una más de su siempre creciente harem.

El futuro de japón y del mundo estaba dar un nuevo aumento en velocidad en la conectividad de medios masivos de comunicación, Konoha industries pondría los primeros tres satélites de esta nueva versión de redes comunicativas, mientras que las dos grandes empresas surgidas de alianzas desesperadas: Abstergo y Umbrella. peleaban entre ellas esperando ser las primeras en poner un pie este sistema de redes revolucionaria, verían la potencial competencia de mercado que se convertía: Konoha.

Estimados invitados y miembros de la prensa, primera ministra Kurotsuchi, todos nos honran con su presencia―decía Naruto-sama con dos micrófonos puestos sobre un podio a las afueras de la zona de lanzamiento espacial con un enorme elenco invitados que estarían para presenciar el cambio social. Vestido de Gala, Naruto-sama tenia a su propio elenco de amantes sentadas detrás de él en el podio y también a su esposa, estaba allí, delante de todas― hoy comienza una nueva era de informática y de redes sociales. Hoy comienza una nueva era digital.

A sus espaldas estaba el centro de lanzamiento espacial de JAXA, el primero de la agencia espacial que se ha vuelto independiente de la agencia americana: NASA. Mas grande que cabo cañaveral. Tres misiones no tripuladas encendieron motores y salieron al espacio al mismo tiempo, mientras se elevaban dos de las misiones comenzaron a tomar desviaciones en camino al ascenso, abriéndose como una flor pero manteniendo el mismo ritmo de viaje.

Todo este espectáculo fue transmitido por todo japón y otros lados del mundo vieron el éxito de las grandes aspiraciones que aspiraba Naruto-sama. En orbita, salió de cada nave no tripulada un satélite hecho con tecnología de vanguardia de Konoha industries ¿Puedes imaginarlo, Adrian? ¿Ver lo que yo vi? Ver como mi amado Naruto-sama ponía un pie en los dominios de Dios. Tal vez creas que estoy siendo blasfema, pero estar en persona observando tan gran salto de la humanidad que los gobiernos no se atreven a correr riesgo como él.

Mientras otros ponen antenas para promover el sistema de redes 5G, Naruto-sama lo puso satélites de alto alcance para abarcar lugares que esas dichosas antes no llegaban. Para todo japón, Indochina hasta Australia y de México hasta centro América como cada rincón el caribe.

¿Cual es el resultado? ―pregunto Naruto-sama ahora que había hecho reunir a todas de su harem para primero recibir el informe adecuado sobre el resultado benéfico de este colosal proyecto―. Hanabi-chan, serías tan amable de hablarnos al respecto.

Los satélites no muestran ningún error o daño en el cumplimiento de sus funciones, si todo va de acuerdo al plan. Los satélites serán auto sustentables en energía gracias a las celdas de energía solar que les integraron, serán fiables al menos durante los siguiente quince años ―contó Hanabi-san, revisando el estatus de estos aparatos desde su tableta personal mientras que yo servía un té de estilo británico para mi señor.

Que bien ―exclamo, sus manos tomaron la taza desde el pequeño plato que deje a su izquierda, antes de tomar la cuchara y poner azúcar a su gusto.

El alcance de redes de los satélites cumple con lo prometido por Hanabi-chan ―decía Samui-san, tomando la palabra―, Solo en japón el sesenta por ciento de la población ha cambiado a nuestro sistema de celulares desde Australia hasta Laos, de México a Costa rica. A Este paso Konoha industries tendrá que expandir sus fabricas y centros y oficinas a todo estos países para los siguientes dos años, máximo cuatro.

Me gusta ―dijo, tras dar un primer sorbo al te―, si que me gusta.

Naruto ―hablo Tsunade-san, mientras yo estaba a la izquierda de Naruto-sama en silencio escuchando todo, la auto proclamada, “maestra” estaba a su derecha, para aconsejarle como en cada reunión―. No deberías estar tan tranquilo, Abstergo y Umbrella no se quedaran de brazos cruzados con esto, tendrán algún proyecto entre manos para superarte en innovaciones.

A pesar de las palabras, Naruto-sama puso más interés en saborear hasta la ultima gota del té que le serví e incluso seguía bebiendo de la taza aun cuando Tsunade termino de hablar. Dio un suspiro gustoso cuando acabo de beber, donde el silencio se hizo presente.

Tsunade ―exclamo, sus ojos quedaron mirando el vació de la taza donde la porcelana reflejaba débilmente su reflejo―, este té. Fue cultivo en la india y luego procesado, para ser enviado a alta mar para ser distribuido en más de catorce naciones, una de esas naciones es esta y no cualquier mercado lo consigues sino en sucursales hechos para la clase alta consuma, donde mi querida asistente lo consiguió y preparo para mi, por un alto precio para muchos, pero un bajo costo para mi bolsillo. Todo viniendo desde una sola fabrica y de toda la india. Japón no es una nación que permita tan sencillamente que sus mercados vendan productos extranjeros a menos que cumplan con una sola cosa, muy importante para este país ―se levanto y miró a Tsunade, su carente de emociones como de preocupaciones hizo que la vieja rubia sudará un poco pues solo en ocasiones veía tanta seriedad en rostro de Naruto-sama, donde él pronuncio―: Calidad.

¿Calidad? ―repitió Tsunade-san puesto que ella como todas no comprendíamos las palabras de nuestro jefe.

El mercado no lo domina quien haga más productos, sino quien los haga mejor ―dijo―. Konoha vende calidad, no cantidad. No importa lo que digan mis competidores sobre nosotros, la gente hablará más fuerte entre su comunidad de las maravillas que nosotros hacemos por ellos, todo por un módico precio y hace que renuncien a ellos para venir con nosotros. Todo mientras Abstergo y Umbrella luchan entre ellos dejando a Konoha, ponerse a su altura para luego, ponerlos bajo su sombra.

¿Crees que no se darán? Tal vez no falte mucho para que ellos también decidan poner satélites en orbita para brindar sus servicios de redes ―respondió Tsunade con agresividad. El argumento superior de Naruto-sama la hizo temblar.

Por favor, querida ―se acerco a la vieja y no dudo en soltar su mano sobre su trasero. Podía ser así frente a su harem, aunque ella parecía disgustada―. Japón trabaja ahora para mi ¿Que nación poderosa trabaja para mis rivales? Ellos siguen trabajando para las leyes de las naciones.

El aprendiz supero a su maestra, eso le pasa por presumir logros que no fueron suyos, Tsunade-san.

Que arrogante ―dijo, más ella era la irritada.

Su sueño es dominar japón, lo ha logrado. Una nación considerada una potencia mundial económica esta nuevamente en crecimiento, el yen ha bajado en la moneda internacional y ha retomado gran valor en el mercado; las naciones donde el servicio de los satélites lanzados por Hanabi-san han hecho que muchas personas compren nuestra marca y la demanda por más servicios como productos ofrecidos por Konoha Industries, ha aumentado, considerablemente.

La publicidad convenció a la gente de los países en estas regiones de comprarnos cada vez más y antes del siguiente trimestre, la red de telefonía provisto por Konoha dominaba el cincuenta por ciento de consumo poblacional en un noventa por ciento de los países en las regiones. Konoha, se expandió otra vez y tenia su pie ahora en al menos doce naciones: México, Guatemala. Camboya, Corea del sur, Tailandia, Laos, Vietnam. Australia, Indonesia, Filipinas, Costa rica y Nueva Zelanda. Todo en menos de que acabará el año.

III

Me encantó la cara que le hiciste poner a Tsunade, Naruto ―decía la señorita Mei, sentada en la sala de su casa mientras ella y su gigolo bebían una copa, la noche después de acabar ese mismo día―. Parece que no te la has cogido mucho últimamente.

Puede que tengas razón ―respondió sosamente como relajado, el magnate joven―. Tantas mujeres a mi disposición pidiendo por más que ya no se quien falta.

Hasta hace diez años, el harem que mantenía Naruto Uzumaki era corto, pero compuesto de suficientes integrantes para su diversión. Pero no eran suficiente, el número fue creciendo conforme él lo quería.

Mei se recargaba contra el brazo derecho de su amante mientras él deja de beber de ese trago que la ha servido. Su mirada confundida le parece tierna, cuando ella se muestra como una joven enamorada, cuando ya no lo es. Sin embargo, a pesar de tener sus cincuenta, sigue siendo una belleza que parece de treinta y cinco, su gigolo ha servido bien como su colágeno.

»¿Que pasa? ―pregunto y Mei se mostró quisquillosa con esa respuesta.

Tampoco me has dedicado tiempo personalmente, mi amor ―exclamo la castaña rojiza acariciando la barbilla de su gigolo, su rostro estaba tan cerca de su mejilla que podía lamer su piel bigotuda―. Te he compartido tanto tiempo y tantas veces, pero como tu otra esposa necesito ser mimada como es debido.~

Cuenta Sarada-san, de parte de la señorita Mei que durante un viaje al oeste de China para la inaguracion de dos nuevas fabricas, un viaje muy previo al tiempo de ella como la asistente del filántropo señor Uzumaki. Lo convenció de casarse en secreto en el extranjero y nadie lo sabe, fuera del harem que sustenta.

Papá ―vino una niña de trece años bajo de su habitación cargando un peluche afelpado en manos. Sus ojos son de celestes como el cielo, su cabello castaño rojizo idéntico al de su madre, una pijama color azul. Tan solo tiene trece años pero le gusta ser consentida de papá cuando esta él―. No puedo dormir.

Quieres que papá te arrulle, Nagisa ―exclama el rubio Uzumaki antes de acariciar la cabeza de la larga cabellera, igual que de la mujer que la dio a luz.

Descubrió a un debido tiempo, que su amado jefe el señor Naruto Uzumaki si ha tenido hijos fuera del matrimonio. Para contarlos tuvo que hacer una lista primero para asegurarse de cuantos eran, sin embargo ella no me revelo esa lista. Solo los menciono espontáneamente durante los relatos, me proporciono breves aclaraciones de quienes eran ellos.

Volviendo a la trama verdadera. El millonario de negocios arrulló a su hija secreta y la acomodo en su cama hasta verla dormir, lo que no le tomo mucho tiempo ¿Como podía tener escondida a esta hija suya como a otros que tiene fuera del matrimonio? ¿De los medios y la prensa siempre buscando una premisa con la que llenar una semana de encabezados? Sarada-san me dijo: Eso lo aclararía al final.

Mei miro todo desde la puerta de la habitación de su pequeña Nagisa, pero se quito confiando en que su gigolo tenia todo bajo control, Terumi quería prepararse para recibir las buenas noches también.

El señor Uzumaki fue a su habitación en cuanto dejo a su hija secreta durmiendo. Apenas paso por la puerta y encontró a la señorita Mei vistiendo solamente una transparente camisón azul de tono celeste transparente. De dos tirantes colgando de sus hombros, sus pechos visibles bajo la tela pero no ve ninguna braga a los lados de su cadera. Solo una sonrisa traviesa en Terumi antes de oírla decir:

Vas a darme las buenas noches a mi también~ ―dijo su traviesa esposa secreta.

Abrió las piernas y revelo que no tenía nada que tapara su tesoro, una pequeña selva se veía sobre la cueva de bello púbico que tenia. Cerró la puerta con delicadeza silenciosa, se tomo un segundo para respirar y al segundo siguiente, como linea de caballería se precipito y su cabeza quedo entre las piernas de su amante.

Risas comenzaron a salir de boca de la señorita Mei como ella igual podía escuchar una tenue risa viniendo de Naruto antes de sentir su lengua rosando los labios de su vagina, solo un instante después haría que Terumi comenzará a gemir unicamente de placer, su mano sobre la nuca de su gigolo para que no se alejará mientras le hacia llegar al cielo.

Tantos años y tu vagina sigue teniendo el mismo delicioso sabor ―le oyó decir, aun no alcanzaba el orgasmo pero Terumi yacía acostada en la cama dejando su escuchar su indecente voz.

Date prisa y hazme venir, Naruto.~

Dejo de consentirla solamente con su lengua, para despojarse de su ropa, para mostrarle su aparato listo para llenarla de amor. A pesar de verse joven, la fabrica de la señorita Mei ya ha cerrado sus puertas para crear un hermanito a su hija Nagisa, pero al menos ya la tiene a ella gracias a él.

Sigues igual de resbaladiza a pesar de todos estos años ―exclama Naruto estando sobre ella con su boca ocupada saboreando los carnosos pechos que ya no crean nada de leche por mas que apriete―. Incluso tus tetas, siguen teniendo su gran sabor aun cuando ya no te sale leche.

¡Naruto! ―grita de placer y luego lo toma de sus hombros para que suelte sus pechos y le miré a la cara―. Deja de hablar y llename, cariño.

Su entusiasmo se desenvaino como fiera, su rostro entusiasta tuvo una visión del pasado. Cuando Mei y Naruto tuvieron esa boda anónima por fuera del matrimonio del magnate Uzumaki, ella le sorprendió cuando entrando en la habitación del hotel donde se hospedaron, pues al poner un pie dentro, Mei le estaba esperando vistiendo un blanco vestido de novia con detalles del color favorito de la castaña rojiza, un ramo de rosas azules en sus manos mientras un velo blanco le cubría el rostro.

Antes como ahora, tomo a Mei y la metió con él en la cama donde primero saboreo su tesoro y luego le rasgo su vestido de novia aquel entonces para ponerse encima, hacerle el amor con el mismo desenfreno.

Desgarrado su vestido, quedo solamente con su ropa interior blanca, y el velo recogido, su rostro visible para que él viera su rostro atrevido disfrutando de las sensaciones que le producía. Sus pechos por encima del sostén blanco que los cubría así como sus bragas estaban arrancadas y las largas medias que tenia seguían sujetadas gracias a la extensión sobre su cintura que lo sostenían.

Ven aquí, Mei ―dijo Naruto.

Ahora que la tenía usando ese camisón azul, enrollado hasta quedar sobre su ombligo, con las rodillas puestas sobre la cama donde siguió dando de su duro amor a Terumi. Bajaron sus dedos de jugar con sus pezones para tomarla de su cintura y poner de pie sobre sus rodillas.

Sigues teniendo la energía que cuando eras joven~ ―exclama Mei luego de intercambiar un beso donde sus lenguas se tomaron de las manos y danzaron por breves instante. Sin embargo su hombría seguía haciendo lo suyo en el agujero de su madura amante―. Aun cuando ya no podré tener otra hija, me la empujas como si esperaras embarazarme una segunda vez.

Puede que tal vez haga un milagro contigo ―dice cuando los dedos de su mano derecha acarician sobre su vientre haciendo un espiral sobre su piel.

Mientras que su esposa, Hinata; le había a dicho que salió de la ciudad para dar una serie de visitas a distintas instalaciones de la industria a lo largo de país durante un aproximado de veinte días. Una mentira cruel que su esposa tomo como verdad (así parecía) la realidad, de palabras de Sarada-san. Era que Naruto Uzumaki se daba tiempo para pasar con las familias que tenia hecho con las mujeres de su harem.

No debería sorprenderte, el acto del amor converge en el milagro del nacimiento, aun así saber que este personaje que paso a la historia como un santo (fuera de la iglesia), ha tenido gran cantidad de descendientes da una distinta impresión. Aunque uno pensaría que con tantas amantes, tendría cuidado. Es admirable saber que afronto las consecuencias de sus actos.

IV

¿Uzumaki Nagisa?

No, querido. Ella lleva el apellido de su madre. Terumi Nagisa ―me corrigió Sarada-san―. Ninguno de sus hijos fuera de su matrimonio llevo el apellido de su padre, aun cuando el secreto salió a la luz.

Descendíamos por las largas escaleras del pabellón del hotel. Ella tenia su mano sostenida de mi brazo, propuso en mostrarme las aguas termales que hay en el hotel y dado que era la puesta del sol. Dijo que sería mas agradable disfrutarlo así. En el trayecto, seguía revelando más secretos detrás del gran hombre.

¿Cuantos hijos tuvo fuera del matrimonio? ―tuve gran curiosidad.

De uno a cinco hijos por cada una de nosotras ―respondió, la naturalidad con la que lo hizo me hacia sudar ¿Tan normal fue este tipo de vida extravagante que tuvo en esos tiempos?―. Para ser exactos tuvo un promedio de entre treinta y cuarenta hijos. Ninguno hizo un escándalo por ser reconocido públicamente como hijo de Naruto-sama, todos tienen un gran respeto por el legado de su padre y no lo iban a manchar.

¿Que hay de usted? ―pregunte, aunque era muy evidente que era una cuestión muy delicada―. Usted no llego a tener algún hijo con él.

Lo ame con gran pasión ―contesto―, claramente no iba a perderme de esa magia… ¿Que pasa?

Bueno ―extrañamente me puse incomodo, pero la mirada picará que puso sobre me hizo reír de más incomodidad.

Eres divertido, mi querido Adrian ―acerco su labios a mi oreja derecha, para darme soplo de intenciones atrevidas―. Hay que divertirnos en las aguas termales.

V

No comprendí la razón por la que me revelo este secreto que formaba parte de los grandes rumores que vivió Naruto Uzumaki, la razón me contaría en las aguas termales.

Luego de la mentira a su esposa, volvió a casa y ella le recibió con toda su inocencia intacta. Hinata vino a contarle que su hermana menor le había invitado a cenar en uno de los elegantes restaurantes en la ciudad para la noche siguiente, llegando puntuales, encontraron a Hanabi sentada a la mesa con quien era su pareja sentimental de hacia ya seis años. Un conocido de Naruto Uzumaki más joven que él y que este le consideraba una especie de hermano mayor más allá de ser solamente jefe en el trabajo. Sarutobi Konohamaru.

Una sección exclusiva del restaurante donde ellos se encontraron y durante la agradable cena, la razón por la que se los invitaron han de revelar a su querida hermana.

¡Hanabi! ―se sorprendió su hermana mayor―. Vas a casarte.

Ella como su esposo quedaron impresionados y dejo sus manos sobre la mesa, como Naruto dejo la copa de agua con su mano sosteniéndola, pero sin fuerzas para levantarla ante tal sorprendente noticia.

Frente a ellos, la joven pareja se tomaba de la manos sobre el mantel. Avergonzados pero al mismo tiempo contentos se encontraban riendo como reflejo natural, Naruto sonrió primero antes que su esposa, Hinata no negó lo feliz que se sentía por su pequeña hermana. Su sonrisa se levanto con suavidad.

Solo puedo decirles, felicidades ―exclamo Naruto, levanto la copa que no soltó.

En verdad estoy muy feliz por ti, Hanabi ―diría Hinata juntando las manos antes de engrandecer su sonrisa.

Salió mejor de lo esperado para los recién prometidos. Su relación comenzó después de que Hanabi tuviera suerte comenzando a trabajar para Naruto tras la “charla” que tuvieron. Asignada a la rama de desarrollo de tecnologías, ambos se conocieron y mientras Hanabi se ganaba favores de Naruto, ellos se enamoraron. Aunque es cuestionable.

Hagamos un brindis ―levanto su copa en nombre de sus amigos―. Por el futuro de Konohamaru y Hanabi.

Por fuera él parecía mostrarse alegre, creí que se mostraría lleno de ira por dentro al ver que una integrante de su harem se comprometía con otro hombre; pero Sarada-san me explico que esto era parte de los deseos de Naruto Uzumaki. A él no solo le gusta jugar peligroso a espaldas de su esposa pero sobre todo le gusta entrometerse con las esposas de amigos cercanos.

Muchas gracias, Naruto-sama ―las copas chocaron y ellos agradecieron el gesto. Ninguno se quedo atrás sin beber.

Aun recuerdo cuando le dije a Hanabi-chan, Konohamaru esta interesado en ti. Deberías darle una oportunidad ―decía el señor Uzumaki―, miren a donde han llegado.

VI

Cuando Hanabi-san comenzó a trabajar para Naruto-sama tras aquella charla en la ducha. Primero la tuvo en mi lugar durante un corto periodo, fungió como su asistente solamente para tenerla cerca y jugar cuando a él le pareciera. En el periodo de seis meses posteriores Shizune descubrió que el ojo tecnológico que tenia Hanabi, el desarrollo de una linea de teléfonos inteligentes de pantalla táctil de reciente moda, estaba atrasándose la rama de desarrollo yacía estancada y la inversión puesta por mi señor parecía estar encaminada hacia la perdida.

Naruto-sama no entendió nada cuando el ingeniero en jefe le explico usando los planos que sin importar los esfuerzos que hacían no lograban el equipo rindiera con las especificaciones que demandaba tras una encuesta a jóvenes consumidores. Detrás suyo, Hanabi encontró la solución a dicho problema y no quedo callada al decir como solucionarla. Dejando al ingeniero con la boca callada, Naruto-sama asigno a Hanabi para asegurar el éxito del proyecto y demostró tener mas ingenio que todos los ingenieros que él tenia. Al lapso de tres años de haber comenzado a trabajar para mi señor, ella llego a tener el cargo como jefa de la rama tecnologías sociales.

Durante los siguientes tres años conoció a Konohamaru y si bien sus intensiones románticas eran entendibles para Hanabi-san sin embargo ella ya tenia otro interesado durante todo este tiempo y los años siguientes que ha mantenido la farsa de su relación con él.

Para la noche siguiente la tenia sometida de sus brazos, su kimono color mango yacía entre abierto de sus senos y de la falda la tenia removida mientras Naruto-sama le daba duro por detrás, sus gemidos se hacía cada vez más sucios.

Eso es, aprieta más pene con ese sucio agujero tuyo, Hanabi-chan ―decía Naruto-sama, contra su escritorio la tenia sometida con un solo brazo pasando por los ante codos de Hanabi mientras empujaba su aparato con todo entusiasmo.

Más, dámelo todo Naruto ―sonaba como un perro cesando, pero ella cesaba por el semen de Naruto-sama que por una gota de agua.

¡Es Naruto-sama, perra! ―azoto su mano contra la blanca carne de Hanabi, su masoquismo salió a luz, escucho claramente como disfruto de esta primera muestra de dominio sobre ella―. ¡Como te a través a casarte con otro hombre!

¡Haa! ―gimió fuerte primero, los empujes que le sometía el rubio eran demasiado para su mente, que le costo un tiempo poder pronunciar lo que su boca quería expresar―. Solo… solo hago lo que Naruto-sama me indico.

¡Lo se! ―los empujes de su hombría comenzaron a ser más frenéticos, entusiastas; estaba por satisfacerse―. ¡Lo has echo bien… así que aquí esta tu recompensa, Hanabi-chan!

Su pelvis empuja más profundo al final, que la punta de su aparato parecía estar por romper la puerta al útero de Hanabi-san y lo hizo. Su voz desapareció cuando su cuerpo le dijo que soltara un nuevo bramido de placer pero su garganta no pudo producir ningún sonido, la punta de la hombría de Naruto-sama rompió las fronteras de vagina y su semilla se planto en las profundidades de su interior.

Tal vez no pudo verle el rostro, pero sabe que tipo de expresión esta colocando por el placer alucinante que le hace sentir. Sus ojos quieren voltearse, su boca abierta mientras su lengua por fuera muestra lo pervertida que se ha vuelto durante años de entrenamiento. En cuanto retiro su aparato se desparramaba al piso el esperma servido en su agujero que uso en su joven cuñada, ella quedo entumida de piernas abiertas y caderas en esta posición contra su escritorio.

Respiro profundamente, no estaba totalmente satisfecho. Se sentó en su asiento que quedo detrás de él luego de empujarlo para tener espacio para darle la debida atención a la séptima adquisición de su harem, con su mano recargada del descansa brazos quedo mirando su obra en Hanabi. Su aparato seguía duro pero aun así sonreía como si tuviera suficiente.

La puerta de su oficina se abrió y apareció Shizune, era de noche y nadie que no supiera que estaba, como para tomarlo por sorpresa. Ella entro sin mostrar reacción alguna cuando miro a Hanabi tendida sobre el escritorio, solo una pequeña sonrisa dice haber visto Naruto-sama en ella.

Veo que decidiste adelantarle su regalo de bodas ―dice con ironía, levantando una ceja con picardia mientras mira la obra de arte ahora que ha llegado a lado de Naruto-sama mirando en la misma dirección que él.

Es un regalo por su compromiso nada más, aun estoy pensando en que debería regalarle ―responde al sarcasmo de Shizune―. ¿Quieres probarlo?

No la ve sonreír, solo siente su mano tomando su mentón, apenas lo tuerce y cruzan sus miradas. Ella puede ver que aun sigue animado y tras darle un beso que escalo de lo mas sencillo a ser mucho más atrevido, se acomodo encima de Naruto-sama dejo de agarrarlo por su mentón y desvió su mano hacia su hombría dura y húmeda de la acción reciente que ha tenido.

La mano derecha de Naruto-sama se introdujo bajo su kimono de Shizune-san donde sus dedos hicieron lo suyo mientras ella hacia entrar su aparato, su cuerpo reacciono de gran forma. Su kimono se iba abriendo mientras movía sus caderas de arriba a abajo, movimientos que le permitían disfrutar del roce en su interior. Sus pechos se expusieron y dejando sus labios sin menor importancia, presto interés Naruto-sama y fue mordisqueando sus senos lentamente.

Oh Naruto~ ―gime Shizune, en su cara se ve con claridad lo pervertida que puede ser―. No muerdas tan fuerte, no va a salirme nada.~

Aun así es muy delicioso ―exclamo.

Hanabi seguía sonriendo como tonta mientras su cuerpo era arrastrado por la gravedad, cumpliendo con la leyes de newton. Es extraño pero siempre resulta igual, un efecto idéntico al alcohol, placer y emoción es lo que deja Naruto-sama cuando te llena. Cuando cayó al suelo con sus mejillas rojizas, en ese estado logro mirarlos.

Oye... aun es mi turno ―logro pronunciar una oración a pesar de seguir sonriendo cual ebria que no lo estaba.

Lo siento, pero ya lo perdiste pequeña zorra ―dijo, presumiendo en su cara.

Ella se acerco cual bebe buscando tomar leche, su lengua comenzó a lamer la parte inferior de sus testículos donde chorreaban previos fluidos de Naruto-sama en Shizune. El compromiso de Hanabi con Konohamaru-san no fue imprevisto, fue parte de las ordenes de Naruto-sama, todo para hacer mas interesante la rutina de su harem. Ya era un gozo para él meterse con la hermana de su esposa, pero que ella también tuviera su propio esposo. Seria la trama mas clásica para una historia de pasión y crimen. O simplemente una historia erótica para despertar pasiones.

VII

Treinta días mas tarde, Hanabi estaba caminando al altar llevando un vestido tradicional blanco, su rostro cubierto por el denso buzo que lleva. Camina con su prometido tomado del brazo, los padrinos estaban esperándolos con un sacerdote en medio de ellos.

Recuerdo bien, yo estaba sentado en los bancos de lado de la novia, tal vez eramos amantes de Naruto-sama, pero en apariencia solamente eramos conocidas del trabajo. Aquellas madrinas eran amigas intimas de Hanabi-san. Mi madre sentada a mi lado mientras que mi padre yacía ausente, dos lineas mas adelante, en primera fila. Naruto-sama tenia su asiento junto a su esposa, también Himawari y Boruto, había conseguido un pase de ausentismo desde su estancia en el extranjero como parte de las fuerzas expedicionarias japonesas, bajo el mando de mi padre. Él quería estar allí para ver a su única tía en su día feliz, mi padre se quedo lejos.

Se que Naruto-sama estaba sonriendo, casi riendo. No por sentir la misma felicidad que Hinata sentía por su hermana, se reía por la historia tenía con su cuñada-juguete.

Tu también estás feliz por Hanabi-chan, Naruto ―afirmo su mujer, viniendo a notar la expresión en él apenas comenzado la ceremonia.

Es que he pasado muchas cosas con Hanabi-chan desde que trabaja conmigo y Konohamaru lo conozco desde hace tiempo ―decía sin levantar sospechas―, no puedo evitar sentirme orgulloso por ellos. Tantas cosas…

Hinata quedo extrañada, pero no creo que pasara alguna idea equivocada por su mente.

VIII

Durante una ocasión cuando su joven relación con Konohamaru, invitaron a Hinata y a mi señor para disfrutar una velada entre amigos y familia. Cuando Boruto, su hermana y yo eramos niños.

Me contó Hanabi-san. Era para ver un partido de clasificación para la siguiente copa del mundo de futbol.

Agradezco que nos acompañen ―Konohamaru yacía sentado en la sala de su casa, latas de cerveza estaban abiertas en la mesa de centro, en la pantalla de gran tamaño estaba a alto volumen el partido. Botanas y aperitivos habían servidos para que Naruto-sama y Hinata comieran junto a ellos.

Nosotros lo agradecemos, Konohamaru-kun ―contesta Hinata, un vestido blanco a la medida viene pegado a su cuerpo, un pronunciado corte en su escote deja ver mucho de su carne, él apenas si puede controlarse. Pero ni ella ni Naruto-sama le prestan atención―. Naruto-kun estaba emocionado por ver el partido.

Estoy muy honrado de que aceptara mi invitación, jefe ―dirigió su atención a él.

Venga, que no acepte tu invitación como tu jefe ―toma una botana del tazón.

Gracias, hermano ―dijo a mi señor.

De la cocina vino la hermana menor de la señora Hinata, traía una salsa servida en un recipiente mas pequeño para ponerlo a lado de las frituras, el partido iba a mitad del primer tiempo y el partido dicen estaba en intenso. Uno a uno japón contra la selección de Nueva Zelanda, pero eso no es lo más importante de esto, Adrian.

Hanabi-chan esta tardando, se va a perder el partido ―tan solo lo dijo Hinata-san y su esposo se puso de pie.

Yo voy ―se levanto Konohamaru al momento que le vio a Naruto-sama ponerse de pie.

Descuida, porque no te quedas aquí con Hinata ―dio un primer paso rumbo a la cocina―, no debemos tardar mucho.

Hanabi no tuvo reparo en contarme lo que ella califico como el momento mas excitante y emocionante tenido con nuestro Naruto-sama. En esa casa suburbana donde vivía con Konohamaru-san, el nieto del tercer CEO que tuvo la industria; detrás de la barra a la vista de todos, sintió las manos de Naruto-sama poniéndose sobre sus manos mientras tenia el cuchillo cortando sobre una tabla.

Naruto… ―susurro, pero él hizo el gesto y guardaron silencio, su respiración detrás de su oreja le anunció sus intenciones. Lo vio venir, pero no pensó que con sus parejas presentes quisiera jugar sucio. Una mano suya se metió bajo su kimono y empezó a hacer lo suyo, entró en su culo para retorcerse dentro mientras ella apretaba, mordió la labio inferior como reacción honesta de su cuerpo―… aguarda Naruto, mi hermana y Konohamaru están allí.

Entonces no levantes la voz ―exclamo mi señor luego de tocar su oreja con su lengua, lento y contento.

Miraron a sus parejas en la sala y ellos no parecían despegar la cara de lo transmitido en la televisión, el alto volumen del partido los tenia distraídos lo suficiente como para darse cuenta de lo que hacían ellos en la cocina. La mano derecha de Hanabi-san tapo su boca en cuanto sintió el primer contacto de la lengua de Naruto-sama lamiendo su vagina como si fuera una paleta.

El partido estuvo vibrante, pero lo que más vibraba para Hanabi era el interior de su vagina donde la lengua salvaje de mi señor le hacia emocionarse como su hermana y Konohamaru se emocionaban al ver el deporte en vivo. Los comentaristas no dejaban de hablar y entusiasmarse con el desarrollo, mientras que Hanabi-san sentía su interior desarrollar un pronto orgasmo.

Se recargo sobre la barra, el cuchillo quedo a un lado y sus pechos se restregaban en la tabla como por encima de aquello que debía preparar más de los aperitivos. Su mano seguía cerrando sus labios para no hacer ningún ruido, jura que la lengua de Naruto-sama se intensifico y hacia un batido con los fluidos primerizos que salían de su vagina. Ya casi sentía brotar el orgasmo. De pronto se detuvo y se despego de ella.

»Hanabi-chan ―le escucho, un par de segundos después. Cuando su novio y su hermana entraron en emoción ante lo que pudo haber sido una anotación de la selección, pero falló. Naruto-sama estaba en el piso acostado alineado a la barra donde no podían verle, pero Hanabi-san si podía ver el empalme que se le hizo de tanto beber sus jugos pervertidos―. ¿Vas a dejarme así?

Yacía excitada, miro una vez para asegurarse de que ninguno de los dos en la sala estén prestando atención. La emoción en sus ojos y uno de ellos observando de que no les llegasen a descubrir, levanta la parte trasera de su kimono pero agarrándose del borde de la barra. Como rutina de ejercicio hace sentadillas colocando la envergadura de Naruto-sama en el agujero correcto, movimientos cautelosos mientras aguanta unas ganas de reír a causa de los efectos cual droga poderosa es la polla de él para las mujeres.

¿Que pasa Hanabi? ―solo pueden estar así unos segundos antes de que Konohamaru-san, ebrio por solo dos latas preguntará sin antes mirar. Lo que le dio tiempo a la castaña Hyuuga tiempo de levantarse―. Te estás perdiendo del partido, porque tardas tanto.

Es que me falta.

¡La licuadora! ―se levanto Naruto con el aparato que vino a tomar de mas atrás en la cocina para que no sospecharan―. Hanabi-chan dice que debe licuar todo para que salsa quede.

Konohamaru ebrio, solo miraba sin reacción alguna en su cara, Hinata volteo a verlos, roja de las mejillas; un poco más que el novio de su hermana les dice:

Dense prisa que se están perdiendo del partido.

La voz de los comentaristas se vuelve mas fuerte, la selección parece buscar el desempate del juego antes de que el primer tiempo termine. Eso hace que Hinata y el novio de Hanabi presten atención, mucha emoción por mucho tiempo hace que ellos sientan la pasión del juego y no presten atención a sus romances que los engañan frente a ellos.

Naruto-sama, con la polla aun dura y por fuera de sus pantalones (gracias a que la barra no deja verle). Levanta la falda de Hanabi de nuevo y mete su aparato de nuevo en su agujero, el ruido de la pantalla no baja; pero si el éxtasis en ambos amantes. Mete las manos bajo las piernas de la castaña Hyuuga y la levanta, quedando expuesta sobre la barra y sabe que pueden verle como la polla de Naruto-sama se desboca empujando como maniático dentro de Hanabi-san, el brillo en su hombría es producto de lo mojada que esta su joven cuñada.

El partido se vuelve emocionante, al igual que Naruto-sama sintiendo como sube el esperma de sus bolas, poco a poco como mercurio en termómetro ante el calor corporal que produce el roce de la vagina de Hanabi-san. Su esperma esta en la punta y trata de resistir un poco más… revienta, esparce todo su rastro en su vagina consiguiendo sentir el orgasmo ella como él.

¡Gol! ―se levanta y grita Konohamaru, donde Hinata muestra una emoción mas moderada―. Se lo están perdiendo.

¿En verdad? ―miro a su novia venir desde la cocina con el tazón de salsa en manos mientras luce algo sudada. Naruto con los botones de la camisa abiertos cerca del cuello―. Pero el juego aun continua, no.

Parece que ya termino el primer tiempo ―dice Naruto, alardeando decepción, pero esta muy satisfecho por ayudar a su joven cuñada. Toman lugar con sus parejas en la sala mientras el comentarista hace aclaración del descanso entre tiempos del partido.

Primero comen algo de las frituras con la salsa hecha por Naruto y Hanabi, aunque el mejor salsa la tiene Hanabi entre las piernas que puede dejar de apretar para no dejar sentir el aroma delator.

Parece que la cerveza se esta agotando ―comenta Hinata a lo que su hermana comenta que no hay mas en el refrigerador, sin embargo.

Ahora que lo mencionan ―se levanta Konohamaru―. Compre más cerveza pero creo que la deje en el auto.

Ya que Naruto ayudo a Hanabi-chan con la salsa, seria justo que yo ayude a Konohamaru a traer la cerveza ―dice Hinata con su inocente personalidad.

Naruto-sama no piensa mal, su esposa no es como él. Se quedan solos y ambos se miran, el silencio entre sus sonrisas refleja ansiedad, quieren reírse pero aguantan las ganas de burlarse de ellos.

Estamos solos ―dice Hanabi para romper ese silencio no tan silencio, nota el bulto en los pantalones de Naruto Uzumaki y al segundo siguiente, lo ve abrir su pantalón y emergé su aparato, aun falta que ella limpie su hombría como se debe.

No siente culpa y apenas ve que ellos abandonan la sala hace que Hanabi le practique sexo oral de forma agresiva y forzada, primero la deja hacerlo a su ritmo pero solo pocos instantes pone su mano sobre su cabeza para engulla su aparato hasta el fondo.

Su lengua no hace más que adherirse a su polla mientras la punta rosa su garganta. La mano de Naruto-sama le guía con fuerza de adentro hacia afuera, la fuerza a hacerlo rápido esperando que su esposa y Konohamaru vuelvan. No ve el reloj, pero como él, ellos están tardando.

¡Hanabi! ―levanta la voz, como se levanta su esperma y se desliza, caliente; hasta el fondo de su garganta.

La escucha ahogarse, la cantidad que libera es exorbitante que se escapa por su nariz. No quita su mano hasta sentir a su aparato calmarse estando dentro de su garganta, de un solo tirón aparta a Hanabi-san, a lo que ella deja ver el rastro de la ultima obra de Naruto-sama sobre sus labios. Gozosa, usa sus dedos para limpiar lo que quedo y no desperdiciar nada. Él respira tranquilo con su aparato volviendo a su estado dormido, para ocultarlo por fin, sigue sin notar los minutos que han pasado y los que su esposa con su amigo han tomado para volver con la cerveza.

»Deberías ir a limpiarte ―le dice a Hanabi-san.

Va a lavarse la boca y al dejar la sala vuelve Konohamaru, se ve apresurado pero trae cuatro paquetes de seis cervezas.

Aquí estoy, perdón pero se atoro el capo de mi auto ―dice Konohamaru.

Ella me relato que durante su camino por el pasillo al baño, se encontró con su hermana, lo cual fue confuso para ella como para Hinata-san. Una extraña sensación la recorrió como su hermana, más extraña era verla, algo que no estaba viendo bien en su apariencia.

¡Hermana! ―se sobresalto Hanabi cuando se la topo. En sus labios aun quedaba rastro del ultimo evento, en su hermana.

¿Hanabi? ―contó que la esposa de Naruto-sama, si bien también se sobresalto ante semejante susto mutuo, vino sentir extraña a su hermana. La miro mejor y noto que en su expuesto busto había un rastro blanco de cierto líquido que sabe reconocer―. ¿Que tienes en la boca?

Sus ojos se desviaron del escote presumido de su hermana y entro en alerta, olvidando que tenia que limpiarse el rastro de semen que quedo sobre sus labios.

¿Esto? Solo una salsa que olvide en el refrigerador y resulta que ya no podía comerse, pero aun así lo probé ―su respuesta hizo torcer una ceja a Hinata ante la extraña confesión, pero su hermana menor revirtió la pregunta―. ¿Que hay de ti, por tu escote esta… manchado?

Verás… ―la vio asustarse, busco una respuesta igual de mala pero convincente, como lo hizo Hanabi-san―… la cajuela del auto de Konohamaru estaba atorada por una lata y me salpico.

Hubo silencio entre ambas mientras lo adornaban todo con risas falsas que usaron para comprar la mentira de la otra. Una sonrisa igual de mentirosa para no decir que aquello que veía una hermana en la otra era semen. Fueron juntas hasta el lavadero del baño y juntas se limpiaron

Gozaron de la segunda mitad del partido. Un partido muy reñido y fascinante dijeron, pero lo que más me fascino fue escuchar que ellos estaban juntos mirando el encuentro deportivo, mientras Naruto-sama y Hinata-san se miraban con amor mientras que Hanabi-san hacia lo mismo con el señor Konohamaru, detrás del sofá la mano de ambos amantes estaba entrelazado de los dedos con fuerza.

IX

Pero aquello que más que llamo la atención del relato de Hanabi-san, mi querido Adrian fue pensar eso que su pequeña hermana sospechaba en un principio. Hinata-san había engañado a su esposo con el novio de Hanabi-san, para mi eso suena muy estúpido, ella es una mujer con suerte muy inocente, como podría engañar a su esposo, el hombre más rico e influyente en Asia, con un hombre de esa categoría como Konohamaru-san. No me malentiendas, Adrian. Lo conocí, es un buen hombre; sin embargo a lado de Naruto-sama es un inferior nada más. Se involucro con él solamente por fetiche de mi amo.

Ahora eran un matrimonio. Hanabi Sarutobi, aunque en el trabajo seguía apellidándose como Hyuuga. Una impresionante boda con una fantástica, deliciosa recepción. Felicitaron a los novios, muchos que yo conocía pero que la verdad no son relevantes. Salvo por nuestro querido y amado jefe, junto con su esposa. Así como mi madre, Shizune-san y Tsunade-san.

Tsunade-san, diré que me da gusto verla. Pero se que usted iba a venir ―saludo Hinata-san.

No me lo perdería por nada ―contesto, cara a cara se que Tsunade se burlaba rotundamente de Hinata-san por una buena razón.

Mientras que la esposa de mi señor llevaba vestido gris que cubría mucho de su cuerpo, dejando a la imaginación su notable pecho y notable trasero. La vieja madura escogió usar un vestido verde que presumía su firme escote y resaltaba sus caderas. Un collar con una magamata verde limón en su cuello le adornaba. Mi madre estaba allí en ese circulo y yo también, pues no solamente saludaba a Tsunade-san. . Pues otras miembros del harem felicitaban a la nueva esposa.

Conversaron solo unas cuantas lineas hasta que la mirada de Hinata-san sintió la mirada inocente de un niño que venía junto a Tsunade-san. Un chico de unos doce años que se quedaba pegado a su madre que no paraba de verla.

»Parece que alguien quiere conocerte ―Tsunade le hizo dar un paso al frente, yo lo conocía, se bien quien es ese niño―. Él es mi hijo, Kenji. Es el mayor.

Hinata-san lo saludo pero la vista enamorada del mayor de los hijos de Tsunade-san: Kenji Senju no se le quitaba.

Usted, es muy hermosa. Señora ―dijo y eso hizo crujir de dientes a su mamá. Solo mi madre y mi yo lo escuchamos, pues Hinata-san presto atención al hijo de la señora Senju. Su cabello corto cual rebelde. Las puntas inclinadas hacia la izquierda, distintivos rasgos azules como los de sus hermanos, heredados de su padre.

Eres un pequeño muy atrevido, también eres muy lindo y que lindos ojos tienes ―se inclino para acariciar el revoltoso cabello del ilegitimo. Lo vi quedar más rojo de sus mejillas, no necesitaba entender porque pero en esa pose él seguramente podía ver los enormes atributos envidiables de Hinata-san. Ver un escote así de grande, aunque no tanto comparados con los de su madre, debió despertar la pubertad a Kenji.

Señora, saldría conmigo ―salieron esas palabras de su boca, más su madre no le perdono. Su duro puño golpeo la mollera de Kenji y se escucho el choque de sus nudillos contra su cráneo.

Niño atrevido, debo decirle a tu padre que te eduque mejor ―dijo, teniendo su puño sobre Kenji, pero de inmediato lo levanto. Sentía vergüenza por él―. Mejor ve a jugar con los niños que hay por aquí.

Si bien pudo haber sido una escena con el sonido del castigo a su hijo, este pareció no sentir tanto dolor como para llorar. Obedeció a Tsunade-san y marchó por allí, a jugar con sus “hermanos”.

Tranquila, sabes a mi y a mi hija también nos dijo lo mismo cuando nos vio la primera vez ―dijo Sakura-san. Ambas nos sentíamos apenadas, mi madre no mentía.

Me lo dijo a mi cuando lo conocí en la segunda ocasión que Tsunade-san me tomo de mis papeles con Naruto-sama, solo para tenerme como mula de carga mientras le llevaba las bolsas que compraba. No sabía que era Kenji hijo de Naruto-sama, pero verle los ojos me hizo darme cuenta, por un momento y me volvía una depredadora con ese niño pero solo fue un pensamiento fugaz por fortuna. Mi madre me contó que sintió lo mismo cuando le dijo eso antes que ami, dice que tuvo el mismo fugaz pensamiento.

Es un niño agradable ―lo tomo con calma y agrado, le pareció divertido―. No sabía que se había casado, Tsunade-san.

El giro de tema, relajo a la madura la cual pudo sonreír con un alivio puesto que sabia como mentirle a esta ingenua mujer.

Es más joven que yo, pero me hace el amor como un gavilán apasionado ―presumió―, se quedo en casa para cuidar a nuestros otros cuatro hijos.

Toma nota de sus nombres Adrian: el segundo mayor se llama: Dan, de diez años. Luego esta: Jun de ocho años. Keigo, de cinco años y finalmente: Nawaki. De apenas dos años. Eran clones de su hermano, uno más joven que el que le sigue.

Me gustaría conocerlo ―dijo, la inocente esposa de Naruto-sama―. Recuerda lo que me dijo antes de casarme con Naruto-kun, Tsunade-san. Si usted no le enseña a tratar a una mujer, cuando el crezca le enseñaré todo a Kenji-kun sobre como tratar a una mujer.

Ni mi madre, yo a Tsunade-san supimos que decir. Ella entro en pánico al darse cuenta de lo atrevido e inmoral que era su comentario, se ruborizo de inmediato y se sobresalto. Se disculpo con nosotras, explico que le enseñaría a tratar a las mujeres en manual de etiqueta dado su comentario atrevido anterior de Kenji. Entonces reía alivianadas, eso hizo que me costará trabajo creer que Hinata-san fuera una mujer mala como suponía Hanabi-san.

X

¿Donde estaba Naruto-san en ese momento? ―pregunte, interrumpiendo la historia de Sarada-san, antes de que entrase junto a ella a las aguas termales. Entonces la vi a aparecer sosteniendo la toalla por enfrente que cubre su cuerpo y solo resalta más su belleza.

Se estaba preparando para dar el regalo de bodas a Hanabi-san. Allí ―señalo la ventana de una de las habitaciones en el ultimo piso del hotel, de las habitaciones mas caras que aun logra alquilar el hotel Bushido―. Esa habitación fue escenario de muchas pasiones frenéticas de Naruto-sama con su harem.

XI

En el otro lado del salón, distraía a Boruto y Himawari conversando con ellos mientras que Ino, Ten ten y algunas otras del harem distraían a la esposa de nuestro Naruto-sama. Pues él esperaba la señal para entregarle su regalo prometido a esposa de la boda.

Konohamaru abandono el edificio junto a Hanabi-san subiendo en una limo y todos los despidieron, la fiesta en el banquete seguía, pronto se acabaría mientras uno a uno se retiraban los invitados.

¡Son unos traviesos! ―agarro Naruto-sama a sus hijos correspondientes con Shizune-san y Mei-san a espaldas de todos en la fiestas. Para los demás invitados solo era el jefe de una corporación socializando con sus empleados y las familias de estos, lo cual nadie veía raro.

A una distancia suya, miraban con una sonrisa como el padre de sus hijos jugaba con ellos. Aquellos niños que nacieron en el harem de Naruto-sama se conocían y sabían que eran hermanos con madres diferentes, pero educados por sus madres para no delatar el secreto.

Oigan, ya no sean tan revoltosas ―vino Shizune a separar a sus tres hijos, como Terumi-san vino a separar a su hija para ponerla a su lado.

Nagisa, es la hija de Mei Terumi. En cuanto a Shizune-san tiene dos niñas y un varón como hijos dados por Naruto-sama y les puso su apellido que poco menciona, Kato: Erina de diez años, Airi de siete y su hijo de tres años Yuuto. Mientras que las dos eran una combinación explosiva cuando se juntaban con su hermana Nagisa, el pequeño Yuuto es callado y tranquilo. Supongo que por eso le es todo un deleite a Shizune-san tenerlo sobre sus brazos todavía. Algo llamo la atención de Naruto-sama y de sus dos esposas.

Parece que llego el momento ―comento Terumi.

Vino a su esposa y sus hijos diciendo que tenia asuntos repentinos que atender respecto al trabajo a des horas, Naruto-sama. Boruto se molesto pero su hermana y su madre lo calmaron. Aunque debo decir que el carácter contra su padre que él suele decir es: ausente. Se ha vuelto más tolerante a cuando eramos mas jóvenes.

¿En serio te vas a trabajar a esta hora de la noche? ―decía Boruto―. Vengo desde lejos para pasar un rato con la familia pero decides atender las necesidades de tu trabajo primero.

¡Hermano, por favor!

Tu padre es un hombre con muchas responsabilidades, Boruto ―dijo Hinata-san, pero el ceño fruncido y los brazos cruzados seguían allí.

Siempre lo ha sido ―contesto, pero se aliviano tras un momento de silencio y soltó sus brazos―, sabía que esto pasaría así que solo pedí permiso para este día. Mañana temprano estaré de vuelta a la base… por favor no digas que tratarás de llegar para despedirnos así que.

Abrió sus brazos a pesar de disgusto y Naruto-sama le abrazo. Yo estaba a su derecha mientras presenciaba todo, Naruto-sama se escapaba con una de sus amantes y dejaba a un lado a su familia que le amaba para aventurarse con otras, yo era una de sus rompe hogares. Pero no me retracto de haber sido su amante, me gusta ver la cara de tonta de su esposa y de sus hijos.

XII

Me cuenta Sarada-san que la luna de Miel entre la joven Hyuuga y el nieto del tercer Hogake, o así apodan a los cabezas de la industria Konoha; tuvieron su luna de miel en este mismo hotel. Reservada una habitación de lo más lujoso en el ultimo piso, mucho más lujoso de lo que ella o yo, tenemos a nuestros nombres en el tiempo que me cuenta estas provocativas historias.

Llegaron con Hanabi en brazos de su nuevo esposo y así entraron en la alcoba. La deposito con cuidado. La vio indefensa y dispuesta a honrar la noche, un lluvia de besos que no escalan a un tormenta, suelta su esposo. Lo detiene antes de sus besos bajen a su cuello.

Aguarda, yo también estoy emocionada por celebrar nuestra luna de miel, tengo la garganta seca ―exclamo Hanabi, deteniendo a Konohamaru con su dedo sobre sus labios, logra quitarlo de encima.

Tienes razón, porque no celebramos con una copa primero.

En el pequeño refrigerador de la habitación se encuentra una botella de licor para celebrar. Pero Konohamaru no la abre al momento, quiere bajar las luces del cuarto para hacer mas romántico el ambiente. Aprovecha que esta distraído y Hanabi revela una pastilla que se diluye en el licor servido en la copa de su esposo y solo debe esperar que lo beba para que caiga.

¡Brindemos! ―dice el joven Sarutobi, choca su copa y ve su felicidad en la sonrisa de su esposa―. Por nuestra nueva familia.

Chocan sus copas, pero mientras Hanabi bebe de su copa, disfrutando del cuerpo de la champaña, su esposo es entusiasta y no quiere esperar más para poner su semilla en el útero de su mujer. Es entonces que el contenido de la pastilla efervescente comienza a actuar, el sueño invade su mente, sus sentidos se sienten agotados y sus musculos quieren descansar.

Ella le ve cerrar los ojos mientras intenta dejar a un lado la copa, sus parpados comienzan a clausurar su visión y su cuerpo se deja caer en la cama con mucha tranquilidad.

Por nuestro amor, querido Konohamru-kun.~

Esas ultimas palabras viniendo de su esposa no pueden hacer efecto alguno, su mente no las recordara al despertar ni sabrá el momento que ha caído dormido. Hanbai lo ve caer dormido y una eventual sonrisa se levanta, no tiene que esperar mas de cinco minutos para verlo quedar profundamente sedado, un fármaco especial hecho por la doctora Haruno que simula los efectos del sedante en operaciones no patentado. Que solo hace en necesarios momentos.

»Dulces sueños, esposo~ ―dice en burla, Hanabi―. Mejor me preparo.

Lo dejo en la cama, para darse espacio y quitarse el tradicional vestido de novia para ponerse otro, uno más ardiente. Tanto, que solo podía vestirse así para el hombre que verdaderamente lo iba a desposar. Se vistió a prisa pero colocando todo sobre su cuerpo, justo para la llegada de su verdadero hombre.

Tan, tan tan tan. Tan, tan tan tan ―anunció Naruto Uzumaki su entrada haciendo un tarareo de la sinfonía de bodas occidental, un paso adentro y Naruto restaura el nivel de la luz del cuarto para deslumbrarse con el vestido de novia atrevido de su nueva esposa―. Espero no haber tardado ¡Pero que hermosa te ves!

Claro que no, Naruto-sama ―responde Hanabi.

Sus usos no le jugaron una ilusión cuando vio a la joven Hyuuga llevando en sus manos un ramo de rosas naranjas en sus manos cubiertas por un guantes largos blancos, medias blancas y largas, que tenían que ser sujetadas por tirantes integrados a una extensión sobre su plano estomago. No llevaba ningún vestido, solo lencería blanca de corte sencillo ajustado, sus pechos se marcaban firmes y carnosos y un velo transparente de color blanco sobre su cara, con flores artificiales como corona, cuyo color era del mismo que de las flores en el ramo.

Miren que hermosa novia ―exclamo Naruto, estaba ansioso por entregarle la novia, su regalo.

Entro en la habitación y detrás, le venían siguiendo Mabui, su administradora de contabilidad, ausente en la boda, también venia su querida asistente trayendo puesto el vestido rojo que tenia durante la previa boda publica, un vestido rojo que se sostenía del cuello de Sarada para no caerse de su cuerpo, pues su espalda estaba visible.

La razón de traerlas a las dos, Mabui era notaria y seria la jueza que efectuaría la ceremonia entre la joven Hyuuga con el magnate Uzumaki. Ceremonia en la que juraría amor y devoción a él puesto que el deseo carnal que despierta en ella, esta por encima de cual sentimiento real que tuviera por su inconsciente esposo.

¿Están listos? ―pregunto Mabui, la esquina izquierda de su labio se torcía hacia arriba como gesto de la divertida y bizarra ceremonia que ejecutaba. Sarada, como testigo la tenia a su lado con una cámara de video en manos grabando.

Que bien se ve, Hanabi-san ―dijo Sarada-san, sintiendo la emoción que ella debía tener.

Frente a frente tomando a la castaña Hyuuga de las manos con el ramo sosteniéndolo, Mabui efectuó.

Uzumaki Naruto tomas a Hyuuga Hanabi como tu amante, para darle amor y saciar tus deseos carnales aunque la preñes más de una vez, prometes amarla hasta la muerte ―había dicho la morena con un libro en manos, un libro de contenido ortodoxo supongo.

Por supuesto ―respondió. Mira su rostro engreído que hipnotizo a una docena de mujeres.

Hyuuga Hanabi, aceptas ser la amante de Uzumaki Naruto ―decía Mabui, la joven amante estaba entusiasmada que no podía resistir la alegría, mas de lo que seguramente tuvo en su boda verdadera―. Para satisfacerlo en todo cuando te lo pida, ser tratada como su juguete y brindarle placer en todo momento.

Claro que si ―exclamo Hanabi.

Los declaro amante y esposo.

Creí que estaba bromeando con esta parte de la historia, pero un segundo después me convencí, los relatos de Sarada-san estaban llenos de erotismo que levantaban el animo. No podía creer que todos esas personas con sombrero de aluminio tenían razón, no solo tuvo una considerable cantidad de amantes, Uzumaki Naruto. Sino que también llego a tener familias con su harem y delante de su esposa primaria los paseaba. ¿Que secreto había detrás como para que los hijos de Naruto Uzumaki solo heredaran los llamativos los ojos de su padre?

Una pastilla no vendible de fabricación farmacéutica le fue puesta en la boca a Hanabi Hyuuga por su verdadero esposo, luego de por fin besar con una intensidad mas frenética comparada con la moderada forma de besar a su esposo antes, en su montada boda.

Sin quitarle nada del atrevido incalificable vestido de boda, Naruto la hizo acariciar su hombría con sus boca primero. Sarada y Mabui presenciaban, pero al mismo tiempo se aseguraban de tener toda la luna de miel entre el magnate grabado para la posteridad.

¿Te gusta esto, verdad. Te gusta? Claro que te gusta, mira esa cara pervertida Naruto-sama ―entre sus senos tenía puesto la hombría de su cuñado mientras los presionaba uno contra otro, con ayuda de sus manos los frotaba de arriba a abajo con la insistencia de un lustrador. Su velo recogido para ver mejor la pervertida cara de su más nueva esposa―. Puedo sentirlo, puedo sentir como tu semen viene… no te contengas, querido.~

¡Esfuérzate más, Hanabi-chan! ―grita Naruto y su nueva dama adquirida decide implementar un nuevo nivel de intensidad.

La punta del aparato de señor Uzumaki sobre sale y no recibe el mismo trato cálido que ofrece los pechos de la joven Hyuuga. Atrapa la punta de su aparato solamente usando su lengua. Sus labios acarician y chupan con mucha fuerza la punta de su hombría mientras que sus pechos los mueve en frenesí.

Tienes que esforzarte más, Hanabi-san ―dice Sarada poniendo la cámara de su celular de lado derecho sobre la cara de Hanabi.

La hombría del magnate en su boca fue siendo tratada con mas rudeza, la succión que aplicaba la joven Hyuuga se volvió despiadada. Deslizaba por su garganta hasta doblarse, a pesar de escucharse como se le complicaba la respiración, Hanabi estaba más excitada que nunca. Sus manos estaban libres para acariciar sobre su vagina, gracias a las bragas que tenia pero humedecieron tanto que la tela filtraba en gotas que ensuciaban la habitación.

¡Hanabi-chan… bebelo todo! ―ambas manos detrás de su cabeza y libero una gran descarga de su semen, que como solo con Hanabi ocurría, se escurría sus fluidos a través de su nariz.

No le daría respiro a su nueva esposa, tan solo termino en su boca la hizo ponerse en adecuada posición para proporcionarle una brutal sesión en su sección rectal. Su hombría se deslizaba con tanta facilidad ante lo que Sarada-san describía de parte de todas como el pedazo de hombría más complaciente de todos.

¡Oh Dios, eres brutal Naruto-sama! ―grito sin escrúpulos la nueva esposa. Con sus pechos saliendo por encima de su ropa interior y la braga que tenia, arrancada por su verdadero esposo, se desquiciaba de mucho placer―. Tu pene es tan grueso que puedo sentir como comprimes mi vagina con cada empujón… destrozas mi culo pero mi útero lo siente como si le hicieras en él. Lo siento Konohamaru, pero tu pene queda en ridículo comparado con el de Naruto-sama.

Dicho eso, Naruto Uzumaki le dio una indicación. La castaña agarro la bragueta del pantalón del pobre inconsciente y revelo su aparato. Flacido y medianamente grande, para el promedio japones cuando entraba en funcionamiento. Sin embargo aun con esta apariencia, su aparato queda corto junto al de Naruto Uzumaki.

Le dijo que jugara con él mientras que el rubio se complacía en el lugar que le tenia puesto su propio aparato. Las dos invitadas a la luna de miel no dejaron de grabar a la nueva esposa de Naruto, por el frente estaba chupando el aparato de su falso esposo que tenia sedado en la cama y por detrás su culo ardía de las llamas desenfrenadas de su verdadero amor.

Enorme locura que fue padeciendo ante la intensidad de fue subiendo de velocidad. El choque de su pelvis contra el trasero de Hanabi se hacia mas fuerte cuales duros martillazos que seguramente los huéspedes en las habitaciones siguientes se enterarían de lo que estaban haciendo. Pero nunca sabrían quienes eran.

Eso es, lame el pene de Kononhamaru, Hanabi-chan ―decía Naruto apenas la tomo de su cabello e hizo un primer jalón, su hombría no se detenía ni la lengua de la castaña que hacia la tarea que él le dio―. Veamos a quien de los dos haces correr primero.

Inusual ruido hizo la boca de la Hyuuga, al rubio no le importo esto y siguió azotando su aparato, tiro nuevamente del cabello de su nueva esposa, levantando su rostro ebria unicamente por el sexo. Una pequeña risa y luego confeso.

Parece que Konohamaru perdió~ ―exclamo―, su insignificante pene no tiene la resistencia y tamaño como el de Naruto-sama.

Así es perra ¡Que no se olvide de quien le pertenece tu cuerpo, recuerda que quien es tu dueño! ―grito y empujo su aparato con el entusiasmo final, que vino a ser seguido de la liberación de los fluidos producidos por sus bolas que sacudieron el cuerpo de Hanabi desde el orto.

¡Si, soy la perra de Naruto-sama. Mi cuerpo no puede ser complacido por ningún otro que no sea Naruto-sama!

¿Así? ―vino a preguntar con mucha burla, Sarada-san. Sentada a la derecha del sedado señor Konohamaru―. ¿Puedes repetirlo para la cámara?~

Hanabi yacía recargada contra la cama, con las manos sobre las piernas de su victima, su falso esposo que seguía bajo los infalibles efectos de la droga que le hizo tomar. Ebria de placer, su vagina no dejaba de llorar de felicidad, el charco entre sus pies se engrandaba, oculto bajo un mar de gemidos incesantes suyos.

Incluso el señor Uzumaki quería escucharla de nuevo. Su aparato se deslizo fuera dado lo humectado que dejo el agujero de Hanabi, el calentamiento de la noche había terminado y era el momento de trabajar en el lugar correcto de su nueva esposa. Llevando sus manos debajo de sus piernas, la levanto con facilidad. Ganaba fuerzas que no sabia que tenia, cada que estaba metido con una de sus amantes-esposas.

Subieran a la cama, sus piernas estaban puestas a los lados del inconsciente Konohamaru, una gota de esperma y luego otra de fluidos vaginales de Hanabi, cayeron en su cara, pero aun así él no despertaba. Risueña ella recibía los brutales empujes de Naruto que la hacían gemir con más obscenidad cada vez. Los brazos del magnate hicieron que las piernas de Hanabi se flexionaran casi ciento ochenta grados, hacia su cabeza. Sus manos se juntaron detrás de la nuca de la castaña mientras que su hombría se deslizaba con facilidad en la vagina de la Hyuuga. Una mezcla de residuos de semen y de fluidos vaginales de la castaña embarraban su cara del pobre diablo.

Mirá a tu esposa, Konohamaru ―estaba burlándose de su pobre victima―. Esta es la vida que te espera con Hanabi-chan. La mujer que piensas que te ama se la va a pasar cogiendo conmigo durante las horas de trabajo y los hijos que criarás con ella serán los míos.

Lo siento mucho Konohamaru, pero yo soy perra de Naruto-sama. Casarnos solo será para hacer de nuestro juego mucho más divertido ―revelo Hanabi, donde su cuerpo también hablaba mas allá de solamente su boca. Gotas de los fluidos vaginales y de hombre del señor Uzumaki llegaban incluso a filtrarse en la boca de Sarutobi.

Le dijeron que tuviera controlada su boca, puede que estuviera dormido y que los movimientos ni el ruido podrían despertarlo. Ni siquiera la caída en su cara de 400 miligramos de esperma sobre su cara. Entrando en frenesí, Naruto Uzumaki froto su aparato como una bestia salvaje que logro hacer que las palabras que salían de Hanabi fueran incomprensibles mientras la hacia desfallecer del placer.

¡Aquí va mi regalo para tu noche de bodas, Hanabi-chan!

¡Si… Haa!

Un gemido final, de su boca vino a anunciar la entrada de los ardientes mililitros blancos que plantaban la semilla para Hanabi. Su cuerpo se contraía en medio de temblores por todo su ser mientras su vagina trataba de mantener todo el semen vertido en su interior, abrazando el aparato del rubio.

Sin embargo, con algo de esfuerzo logro sacar su aparato a pesar de que la vagina de Hanabi trato de impedirlo, fue entonces que el baño blanco de leche de hombre cayó sobre el dormido sobre el esposo de esta.

Después de esta noche, darás a luz a mis hijos también, Hanabi ―diría finalmente donde la castaña esta sufriendo una euforia de placer.

Hazme muchos hijos, haré que Konohamaru los crie por nosotros.~

Después de eso, la noche fue larga. Donde Mabui y Sarada se unieron a la noche de bodas. El esposo de Hanabi nunca reacciono, era como si estuvieran haciendo una orgía con un muerto en la habitación. No tuvieron recato en hacerlo sobre él y manchar la cama que debía ser para Konohamaru y su esposa.

Al despertar estaba sin ropas cubierto por la sabana despertando con toda comodidad mientras que Hanabi dormía de forma agotada y en las mismas condiciones de vestimenta. Pegada a él en colmo. Creía que había echo un gran trabajo complaciendo a su mujer, en la habitación le percibía el olor a sexo y pensó que desempeño un papel muy grande para Hanabi, una mentira que ella reforzó al despertar. Mentira que haría a Konohamaru creer que el bebé que se gestaba en su vientre, era de él.

Para la mañana siguiente el magnate Uzumaki salió corriendo antes de que la pareja recién casada despertará. Sarada le despertó para que Naruto fuese buen padre y llego a tiempo al aeropuerto para despedirse de su hijo donde su esposa y Himawari ya estaban despidiéndose de este soldado, a Boruto le sorprendió aunque permaneció inmutado ante la llegada de su padre; dio el crédito de este acto a Sarada, aunque solo fue un cruce de miradas y un intercambio de sonrisas.

Boruto le prometió que cuidara de su tía Hanabi por el gran apreció que él le tiene, una petición que Naruto-san honraría con mucha gratitud.

XIII

Disfrutando una copa de licor en compañía de su segunda esposa, Tsunade trataba de mantener una apariencia enojada mientras escuchaba al joven quien secretamente es su esposo. En la habitación de siete metros por tres donde estaban solos, acompañados por una luz irisdente color morada en la habitación donde se encontraban sentados en el único mueble del cuarto, un sofá. Era una sala de karaoke japones. Uno de muchos clubs juveniles en la ciudad.

¿Puedo saber porque tienes el ceño fruncido? ¿O si lo vas a tener el resto de la noche? ―pregunta Naruto, sentado junto a su mujer, su segunda esposa y primera de entre sus esposas secretas. Lo tomaba con tanta calma que extendió su brazo derecho por sobre los hombros de la madura de cabello rubio y la tomo aquí, mientras él solamente se muestra animado.

Tsunade no quitaba el ceño fruncido de su cara, bebió solo un sorbo de la copa que tenia en la mano, llena de sake antes de contestarle a su gigolo esposo.

Cuando dijiste que llevarías a un lugar emocionante, no un lugar para niños ―respondió su mujer amante, llevando su cara en la otra dirección en su rabieta―. Llevas una semana sin darme atención y cuando por fin decides darme tu tiempo ¿Me traes a este lugar?

He estado muy ocupado.

Embarazando a Hanabi, divirtiéndote con la zorra de Shizune, con Mei. Tu madre o tu nueva perra, Sarada ―contesta de forma agresiva, la mirada malhumorada de Senju es vista por Naruto pero no se inmuta ante ello, lo que hace que infle las mejillas y vuelva a mirar a la dirección contraria, Tsunade.

Un hombre con un puesto tan alto e importante que crece cada vez, que tiene alrededor de quince mujeres, si no es que más. Debe serle complicado darle la atención debida a cada si las quiere tratar como reinas.

Sabes, a los jóvenes les gusta venir aquí y no es solamente por el karaoke ―decía, su boca estaba muy cerca del oído izquierdo de Tsunade, sentir su respiración la hizo sentir electricidad recorriendo su cuerpo.

Escucha una tenue risa saliendo de boca de Naruto Uzumaki, que sin necesidad de verla. Sabe ahora que su esposa amante, esta sonriendo. Decide hacer mas grande la sonrisa, viene a poner su mano bajo la barbilla de Tsunade y la hace mirarlo, de un beso lleno de simpleza comienza a hacerse más indecente y el juego comenzó a hacerse mas interesante.

Aguarda, Naruto… la cámara… pueden vernos ―Tsunade tiene la mano derecha encima de su esposo jugando con sus pechos mientras su labios y lengua le acariciaban bajo su cuello, ya no luce molesta, sino animada.

Le pague al de la recepción para que apagará la cámara por tres horas ―los dedos de su mano sostienen el borde del escote de su mujer y decide exponer sus pechos.

Poco después esta el señor Uzumaki tiene los pies sobre el sofá y su hombría la tiene entre los pechos de Tsunade, ella usa sus manos para que aprieten mejor su aparato, cuya punta sobre sale de entre los pechos pero no lo atrapa con su boca, solo se muestra emocionada.

Eso es salvaje, frota mas fuerte tu polla entre mis tetas y correte en mi cara ―exclama Tsunade, abre su boca y muestra su lengua esperando ansiosa por el baño de leche.

Aun no quiero correrme ―dice, deteniéndose en el acto.

La desnuda por completo como él ahora tiene el pantalón que llevaba, arrojado a un lado. Devoraba y exprime la vagina de Tsunade con su lengua donde la voz de la madura de cincuenta años gime y siente estremecer su cuerpo como solo Naruto sabe hacerle a su cuerpo.

Excitados, el Uzumaki hace cambiar de lugares a su esposa secreta. Tsunade se levanta fuera del mueble y su rubio gigolo se sienta, deja resbalar su regazo para que su aparato pueda ser montado con más fácil por su amante esposa. Tsunade se acomoda para sentarse y hacer entrar la hombría de su joven esposo sin la necesidad de meter sus manos.

Que profundo.~ ―exclama ahora que lo siente tan profundo tocando sus entrañas.

Risas discretas entre los dos salieron de sus bocas mientras una canción usada como introducción de un anime de la temporada sonaba en la habitación. Una vez tan aguda y ritmos que hacían incomprendible a quien escuchara, a menos que prestará atención a la pantalla que reproducía la lírica de la canción.

Vamos, mueve ese gordo trasero ―dijo el señor Uzumaki a lo que su esposa comenzó a complacerlo―. ¡Oh si!

¡Dios! Es tan grueso y largo ―decía llena y en orgasmo―. A pesar de todo este tiempo tu pene sigue teniendo el mismo efecto que cuando eras ese joven tonto que contrate para ser mi asistente.~

Con sus manos sobre sus propias rodillas se sostenía la madura mujer cuando hacia a su cuerpo subir y bajar en movimientos constantes, como agresivos; donde su amado gigolo sentía gran deleite al ver el lienzo de su espalda de Tsunade, como su gran trasero agitándose por la ley de movimiento. El contorno de los grandes pechos con los que fue bendecida, eran visibles para Naruto.

Y tu no has dejado de ser la diosa de la belleza que me sedujo ―exclamo el rubio, CEO de Konoha. Extendió ambas manos suyas y tomo a Senju por medo de sus pechos, los apretó tan fuerte que la hizo soltar un gemido más fuerte que todos los anteriores―. Mirate, ya vas a los sesenta y sigues teniendo el cuerpo de ensueño con tu belleza de mujer que va hacia los treinta. Estas tetas gordas al igual que tu trasero.

Hay un viejo dicho: El sexo envejece al hombre, mientras que rejuvenece a la mujer. Pero a pesar de esta sabiduría, Naruto sigue teniendo el mismo atractivo que llego a seducir la docena de mujeres que tiene por harem, como a su misma esposa.

¡Naruto! ―grita, su cuerpo comienza a arder sin control.

Decide entonces tomar las riendas, logra ponerse de pie estando de esta pose en el sofá, la Senju se deja inclinar y casi va contra el suelo, sus brazos se movieron al instante, logrando sostenerse de sus manos en el piso mientras sus piernas se estaban acalambrando recibiendo los duros y profundos empujes del aparato de su esposo.

Tu vagina tampoco ha perdido su encanto, Tsunade ―declara Naruto, su pelvis se desata y su polla se vuelve loca frotando las paredes de la madura rubia―. ¡Me vengo Tsunade!

¡Dámelo dentro!

Un grito que a pesar del reforzamiento de las paredes, aquellos que estaban en las salas de cada lado, tuvieron un indició de que quienes estaban detrás de esa pared, no estaban la sala como es indicada. La cámara esta apagada así que nadie sabrá nunca que ocurrió en verdad en aquella sala, de la que los empleados tuvieron que limpiar de rastros dejados.

Un descanso bien merecido, yace Tsunade encima de su joven amante, con quien intercambia besos rozando su cuerpo contra el de él con tanta lujuria.

La próxima vez… traeremos a nuestros hijos para divertirnos juntos como familia ―exclama Tsunade, antes de volver a los besos apasionados. Todos sus hijos secretos se conocían y sabían de quienes eran hermanos. Ha contado para mi, la flamante mujer que conocí.

Confiaban que la cámara no estaban filmando nada y así es como aparentaba, pero no son los empleados de establecimiento los que están espiando al magnate. Hombres poderosos tienen enemigos tienen que les hacen temblar.













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