Last stand: Rise of mankind
Humanos. Una palabra
perdida en los albores del tiempo para razas desde los ángeles y
demonios, hasta para los yokais y asgardianos. Cuando hubo la llamada:
Guerra de las facciones, o como algunos le llaman ahora, la gran guerra.
(al menos para los mundos sobrenaturales). Se decía que los humanos,
habían huido a través de un arca que atravesó las estrellas, por obra de
aquel hijo del Dios de abraham. ¿con que motivo? Nunca se supo, pero;
durante todo este tiempo, ellos se habían mantenido desaparecidos, no
había rastros de ellos en ningún lado, solo recuerdos.
Esos recuerdos sobre la
especie humana aunque eran ligeramente distintos, siempre venían en el
mismo tono; una raza propensa a la lucha entre su misma especie.
La guerra es un concepto
que siempre ha acompañado a los humanos aun cuando se fueron a al mundo
que por mucho tiempo llamaron hogar, ese estilo de vida los acompaño.
Los humanos siempre han estado en guerra, por mucho lucharon por dioses y
reyes, pero después de mucho derramamiento de sangre sin control vieron
que había algo mas valioso que luchar en nombre de un rey o un Dios que
no hacia nada por ellos, su propia libertad, por su derecho a vivir
como hombres libres, dispuestos a morir en el intento.
Un llamado a las armas que los termino uniendo, pues el único Dios que había velado por ellos, por su bienestar, que les había dado hogar, calor y comida; estaba marchitando por el propio sentido de autodestrucción del humano: La tierra. Así como alguna vez habían llegado a la tierra y olvidaron; salieron rumbo a nuevos mundos para hallar lugares donde asentarse y prosperar, la tierra que tanto les había dado, se quedaba corta de recursos; el hombre había aumentado su numero a tal grado que la tierra no podía mas.
Fue ese llamado el que nos unió como uno desde entonces, el llamado de la supervivencia. Un grito desesperado, un susurro de esperanza que se volvió a escuchar tras muchas décadas, cuando el covenant nos encontró, entonces cambio el concepto de lucha, ya no luchábamos contra nosotros mismo por existir, sino contra un siniestro enemigo que buscaba nuestra aniquilación total. Todo cuando habían progresado, les fue arrebatado a la humanidad. Aun cuando las mayores esperanzas de la humanidad tenían las de ganar, el covenant supo como volcar todo a su favor. Una vez mas, la especie humana se volvió una raza de forajidos una vez mas, vagando por las estrellas luchando con las ultimas fuerzas que le quedaban para vengar lo que perdieron, pero ahora tocaría luchar para proteger a desconocidos, llevaron su guerra a sus mundos, tocaba quitarles la guerra que trajeron, si la humanidad iba a perecer, lo harían protegiendo a otros, vivieron y lucharon con honor, morirían con gloria.
Los demonios fueron
primeros en recibir al covenant en su mundo y conocieron cuan letal era
el enemigo jurado de los humanos. Pero también fueron los primeros en
presenciar el poder bélico que habían creado los propios hombres para
protegerse, los spartans.
-Así que usted es el líder de la raza humana ¿jefe?... jefe maestro ¿dijo, no? -interrogaban al actual líder de la UNSC ante los cuatro reyes demonios y su consejo de ancianos.
-Líder por votación
-dijo el spartan legendario, de pie ante todos estos mahous ancianos,
quienes por alguna razón sentían un miedo que les infundía el humano,
tal vez el color y su armadura. Su enorme altura, la rara arma de balas
para ellos, los demonios aun usaban armas medievales -me llamo: Emiya
Shirou, nombre clave: John, compañía sierra numero asignado 117.
-Entonces, Shirou...
-san -exclamo la mahou Leviatan -porque ha venido aquí -después de verlo
en acción, sentía respeto y temor por desafiar a este hombre.
-Encontramos la señal auxilio del equipo noble pidiendo, y cuando vimos que el covenant estaba aquí optamos por traer a toda la flota para ayudarles -respondió.
-¿Quien dijo que necesitamos su ayuda? -pregunto un viejo orgulloso.
-Con todo respeto -hablo Cortana -su planeta iba a ser incinerado, la tecnología que usan o... magia como le llaman. Era en gran numero, inútil ante las armas de plasma del covenant. Sin contar que no cuentan armas anti aéreas o flota navales.
-Cortana calma -no había levantado su voz, su compañera IA; pero vio como mas de un de esos ancianos se noto indignado con el comentario.
-Controla a tu amiga, humano. Aun no eres bienvenido aquí -dijo uno, ganándose la mirada del spartan, solo podía ver el visor del spartan viéndole directamente.
-¡Basta! -puso control Lucifer -no es tiempo de buscarles pelea, debo recordarles, que fueron ellos quienes nos ayudaron al final -puso a todos en su lugar -aunque me gustaría agradecerles, por librarnos de su enemigo, covenant. Y ayudarnos con las operaciones de rescate en las zonas afectadas, quiero saber: ¿así como llegaron, se irán con su enemigo?
-Esa... es la pregunta correcta -ni siquiera sabía el mismo jefe maestro tenia la clara respuesta a esta situación.
La situación actual en
medio de los clanes afectados por la inesperada oleada de ataques del
covenant era triste. Ciudades, provincias y casas de clanes de demonios
fueron arrasadas. Las armadas con la que contaban, o con las que aun
contaban apenas si podían acatar todas las ordenes que sus señores les
daban para explorar las zonas recuperadas por los humanos y sus
spartans.
-Nuestro hogar, al menos
la mayor parte de la estructura sobrevivió -Venelana junto a su esposo
habían ido a ver su territorio, fue uno de los desafortunados clanes
afectados por el ataque enemigo. Caminando por los pasillos de su hogar
aun de pie, encontró el retrato de su familia, ella su esposo y sus
hijos, uno con cara de veinte tantos mientras que Rias tenia unos quince
dieciséis.
-Si este lugar esta así, no quiero ni pensar como quedo las ciudades -comento Zecticus, quería hacer pagar a los responsables.
Sin embargo, en la ciudad de los Gremory. Aun que el covenant había sido derrotado, las naves humanas que aparecieron desde la ciudad de Alastor, se movilizaron por toda la zonas atacadas por su enemigo, asignando labores de rescate y apoyo para todas las unidades de infantería en tierra y de reserva en las naves que llegaron. Spartans, marines, ODST y demás personal voluntario en la flota ayudaban a la raza de demonios.
-¡Por aquí! -grito un marine. Su bramido se escucho bajo los escombros, una mujer con su familia fueron rescatados, por un equipo de soldados humanos, sin saber que estos eran humanos -¿están bien? ¿como se llaman?
-...Kellen -respondió aturdida. Después de caer bajo las ruinas y estar en la sombra por mucho rato, por fin veían luz.
-Kellen, tranquila
Kellen. Los sacaremos -detrás del marine, soldados de Gremory esperaban
ordenes del humano -vamos hay que quitar estas rocas, que alguien
traigan una camilla
-...¡Si!
La milicia del clan Gremory se puso a disposición de los humanos, eran ellos quienes dirigían las labores de rescate, de vigilancia y reconocimiento en las áreas afectadas y aledañas. Aunque estaban agradecidos que su inesperada fuerza militar apareciera para salvar su mundo, el orgullo de muchos demonios (los de clase alta) hacían cuestionarse, sobre quienes eran estos humanos para darles ordenes. Tomaron el control, cuando vieron que ninguno de estos susodichos nobles se coordinaban para realizar las labores de rescate y protección a sus ciudadanos. En cambio con los demonios de clase baja y sus milicias, estaban agradecidos no solo por su oportuna intervención, también por estar cuidando de ellos.
-Cual es el estado -pregunto Rias, se unió a las labores de rescate en la ciudad cercana al principal territorio de su clan. Era una de las que dirigía.
-Hasta ahora hemos
encontrado cincuenta sobrevivientes, mayoría están en estado grave -dijo
uno de los soldados de su territorio -los humanos dicen que los
llevaran a sus... "barcos" para atenderlos mejor.
-Que lo hagan, sigan ayudándolos comandante -ordeno la Sekiryuutei.
-Con todo respeto, Rias-sama, porque debemos seguir las ordenes de ellos -pregunto el demonio, era de clase media alta, también tenia su orgullo -se que les debemos una por salvarnos, pero...
-De no ser por ellos, esos cincuenta sobrevivientes, estarían muertos -respondió, sabía bien que su raza era capaz de sentarse sobre la roca y olvidar al que estuviera debajo.
Salió de la tienda de campaña, donde vio sobre el cielo de su ciudad dos fragatas humanas, de ellas bajaban y subían naves pelican, trayendo recursos para buscar los cuerpos de muertos y sobrevivientes. Incluso a los muertos los tenían en áreas especiales, separados y con mantas cubriendo los cadáveres. Si fueran lo suyos, sabía Rias que ya hubieran mandado a cavar una fosa donde arrojarlos y quemarlos, pues no eran nobles por los que llorar.
-Señorita Gremory -un
grupo de spartans apareció delante de ella desde un pelican y cuatro mas
con humanos y médicos de los clanes demoníacos -equipo rojo, el jefe
maestro nos envío para ayudarles.
-Gracias. Aun falta revisar el lado oeste de la ciudad -dijo la carmesí.
-Moviéndose -indico y sin cuestionar toda esta división comenzó a seguir a los spartans, no por su rango, sino por disciplina.
-¡Spartan! -detuvo al líder rojo -¿sabe cual es el estado de los miembros del equipo Noble?
-Están ayudando en la ciudad de Alastor señorita Gremory -respondió, corto y breve. Una respuesta que produjo satisfacción a Rias pero que Raiser, quien estaba hasta atrás de la casa de campaña apoyando a su prometida, escucho la pregunta que hizo al spartan y se enojo, era su prometida, los celos hervían su sangre phoenex.
-¿Que? -pregunto cuando se dio la vuela y lo mirando molesto hacia la nada.
-Sabes que ese humano esta bien, no deberías preocuparte -dijo Riaser, entendía que su preocupación era por uno solo de los seis spartans que estaban por allí.
-Que te importa si lo hago -respondió enojada, lo burlo cuando entro de nuevo en esa tienda.
-Eres mi prometida Rias -replico, mas ella no pensaba aceptar esto, no importa cuanto se lo recordara no iba a aceptarlo como esposo, o como hombre.
-Voy a decírtelo porque ya me tienes harto que repitas eso -entonces le dio la cara -no soy tu prometida y no seré tu esposa -cara a cara, Raiser veía la rabia podía ver la rabia en Rias a menos de treinta centímetros de su cara -afortunadamente Oni-sama ha convencido a los ancianos de liberarme de este estúpido compromiso.
-De que estas hablando -exclamo, esta vez si sintió miedo. Mas allí quedo la conversación -¡Rias espera! -una vez mas la vio salir de la tienda y dejarlo. Era un patán, pero un patán enamorado, le importaba la chica, pensó que la tendría fácil cuando anunciaron en contra de su voluntad que serían esposos, pero nunca se ha puesto a pensar por los sentimientos de la chica.
Pero eso es punto y
aparte. Lo importante era asegurarse que los civiles que iban rescatando
en este momento, estaban a salvo como en Alastor. Donde la ciudad se
había vuelto un punto fuerte para los refugiados en todas las calles
habían médicos humanos tratando a los heridos en conjunto con médicos
demonios enviados por los clanes por solicitud del consejo y los reyes
demonios.
-Mamá tengo hambre.
Un pequeño pedía
alimento, llevaban casi veinticuatro horas sin alimento y esa pequeña
tienda proporcionada por los suyos cuando un convoy de camiones
apareció. Se detuvieron en varias partes entre todos los refugiados y
sus puertas se abrieron, un agradable olor de alimentos se desprendió de
ellos. Llamando la atención de todos.
-Escuchen -de este
camión humano bajo nadie mas ni menos que Akeno, Kiba, Koneko y Asia;
escoltando a estos jóvenes demonios, estaba el spartan por el que Raiser
sentía celos, Issei -se les proporcionara una ración de comida en este
momento, un por persona, formen una fila en orden.
Junto a Noble cuatro, cinco, dos y tres. Este equipo ayudaba a vigilar que las filas no se amotinaran. Mientras los marines y estos demonios de Rias entregaban las cosas a las personas desde los camiones, dando gracias a los jóvenes por el gesto, pero sabiendo bien que esto, era obra de los humanos.
-Gracias, señor -dijo una familia cuando pasaron frente a Tatsuya, noble tres. Quien solo asintió bajo su casco. La gran altura de estos soldados, a pesar de sus armas en manos les daba comodidad. Fueron ellos quienes les salvaron.
-Muchas gracias por ayudarnos, Issei-san -exclamo Asia a lado del spartan quien vigilaba la zona. Como dije, todo era obra humana -porque no descansa y nos deja esto a nosotros.
-Prefiero estar parado vigilando a la gente que una ala medica -respondió el castaño llevando su visor hacia Asia.
-Pero, sus heridas -se preocupo.
-Estoy bien, esto no es nada; he tenidos heridas peores -respondió.
Por alguna razón no solo a Asia mostró preocupación por el spartan, también Akeno, pero mas que preocupación por su salud, era interés en su persona. No habían visto sus memorias como Rias, pero aun así sentían ese atractivo que vio ella en él.
La gente en vez de intimidarse ante los humanos, comenzó a sentirse atraído por ellos. Las distintas armaduras entre spartans, marines y ODST hacían notar las diferencias entre potenciales. Sin embargo podían ver como entre estas tres clases había igual de respeto, cosa que había en su mundo. Los niños veían pasar los tanques y wartongs de vuelta hacia la ciudad para ser llevados a los cruceros y demás naves humanas sobre la ciudad, cada que pasaban ellos corrían intentando estar a la velocidad de estos autos. Apenas si la velocidad de los scorpions podían igualarse y al ver esto, uno que otro humano (spartan y marine) saludaban a esos pequeños, mas confianza había con ellos que con su propia gente.
Volviendo a donde el consejo de los ancianos, John ya no estaba solo ante estos demonios. Los lideres de equipo spartans, comandantes y generales que estaban al mando de Shirou estaban delante de estos viejos. Notándose las diferencias entre todos.
-Dicen que este... covenant, nos traerá la guerra -dijo una anciana mostrando preocupación.
-Ya la trajo, el problema es saber si podrán contenerla, lo cual dudamos -respondió John/Shirou.
-Pretenden que aceptemos su ayuda, escuchamos la historia, ni siquiera pudieron defender su mundo y pretende defendernos -grito uno.
-Jamás dijimos eso -dijo un líder de nave, uno de apellido Del Rio -su galaxia será el próximo campo de batalla del covenant, pueden unirse a nosotros y colaboramos juntos para derrotarlos o nos vamos y dejamos que aplasten su mundo.
-Porque habrían de volver, fueron ustedes los que los trajeron aquí.
-Vinimos porque ellos buscan algo que hay aquí que les interesa encontrar -respondió shirou -sino fuera por eso, jamás hubiéramos hecho contacto con su mundo.
Sirzechs se preocupo
ahora, seria por el secreto que había descubierto. Esa instalación
escondida era lo que atrajo a los humanos y el covenant hasta aquí.
-Esta guerra es nuestra,
pero ahora debemos luchar juntos si quieren vivir. Mas naves covenant
vendrán en cualquier momento, y cuando lo hagan...
Algo llamo la atención de shirou así como de todos los humanos en formación, una figura translucida detrás de uno de los ancianos.
-Jefe -exclamo el líder del equipo negro.
-¡Todos a cúbranse! -grito y apuntaron sus armas. Ráfagas de balas a distintas direcciones en esa sala cayeron sobre distintos soldados covenant camuflados que espiaban la reunión.
Mas de siete figuras habían en la sala, todos eran unidades Zealot. Tres eliminadas por los humanos, uno eliminado por el Sirzechs quien tuvo a uno de estos detrás suyo; pero solo fue una distracción. Del techo de cristal, dos Zealots elites entraron y sometieron al Mahou Lucifer, apuntando con sus espadas de energía le cuestionaron:
-"¡Donde esta la llave, humano!" -apunto el elite cada vez mas a su cuello, sintiendo la energía que emanaba de esta espada, la sintió como un poder que combinaba la energía santa de los ángeles con la demoníaca. Al tenerlo sometido, vieron como de su uniforme sobresalió un pequeño dispositivo como si fuera un USB, colgando del cuello del hermano mayor de Rias.
-"Allí lo tienes" -lo robaron de su cuello y tiraron al mahou, afortunadamente logro aterrizar sano y salvó al suelo.
-"Vamo..." -no termino de decir, cuando el spartan líder del equipo gris ahí presente, disparo con un rifle francotirador y destrozo la cabeza del aparente líder de este equipo de infiltración sangheli.
El Elite se camuflaje y salió tan veloz como entro, en cambio los otros tres salieron de la sala tomando de rehenes, cada uno, a uno de los ancianos.
-Maldición -blasfemo Takashi.
-Vayan, no deben escapar.
Indico Shirou y cinco lideres de equipos spartan fueron detrás de los elites que sin su camuflaje y con rehenes en sus manos, huir de cinco demonios sería algo imposible. Quedándose atrás, Sirzechs se levanto y se culpo por esto.
-Maldición, como no pudimos sentir su presencia -exclamo el Gremory sin sentir que el jefe maestro venia a por él desde su espalda. Cuando volteo, ya lo tenía delante suyo.
-Esos elites dijeron algo sobre una llave -cuestiono -¿que abre exactamente esa llave?
Podría responder, o se
guardaría el secreto. Una cosa era clara para Sirzechs y toda la galaxia
y mundos sobrenaturales iban a saber, la tormenta que los azoto, solo
fue el preámbulo del huracán que se avecinaba. Un huracán dirigido por
el didacta.
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