Business and pleasure (Naruto x Harem)

Esta obra la estaré actualizando una vez al mes, para darme tiempo de seguir avanzando la historia y tenerles una actualización constante. Espero y les agrade.

Ruta de Kirisu-sensei [1]

 

Ser maestro de escuela es difícil, preparar exámenes, supervisar alumnos, revisar informes casi siempre mal escritos. Pero para muchos vale todo el esfuerzo por ver como al menos uno de esos alumnos, llega mas allá de lo que piensa uno cuando fue su profesor. A veces, te lo topas en la calle viendo que es un contador de una prestigiosa compañía, o un joven político con sueños de cambiar el país, a veces convertido en el jefe poderoso de un cartel del narcotráfico. En el caso de Kirisu, el mejor alumno que llego a tener, siempre lo espera en su pequeño apartamento con la cena lista.

-Estoy en casa -anunció Mafuyu su regreso a casa después de un largo día de escuela completamente agotada. Solo para ser recibida por un agradable aroma de comida proveniente de su cocina, así como de un chico, al que después de mucho termino viendo como un hombre.

-Bienvenida a casa, sensei -salió Nariyuki de la cocina, con un mandil sobre su ropas casuales y el cucharón de la olla en su mano.

-¿Sensei? -aun le parecía gracioso -deja de llamarme sensei, después de todo... estamos casados.

Aun le avergonzaba decirlo, pero entre tanto vergüenza de solo recordar todo lo que paso para llegar hasta este momento, Nariyuki se acerco la tomo de su cintura y le robo un beso a su esposa.

-Bienvenida a casa Mafuyu -sonrió al tenerla sostenida de su cintura y pegada hacia él -¿que quieres hacer? Cenar, bañarte o tal vez -con suaves movimientos, casi invisibles, llevo su mano a por debajo de la falda de su ahora esposa.

-Me lo preguntas a mi, o ti -dijo Kirisu, sabia bien cuando calenturiento era su esposo -en serio, aún sigues siendo ese chico precoz de antes.

-¿Quieres que me detenga?~ -pregunto, cuando su mano apretaba bajo su falda y con su otra mano tocaba la espalda de su esposa, a centímetros del broche de su sostén.

Su respuesta fue un no, no quería que se detuviera; con esta cálida bienvenida de su esposo, le siguió un beso de joven amor para dirigirse con cada caricia que se daban hacia el baño, donde con cada paso que dieron, fueron despojándose uno al otro de su ropa hasta llegar y hacerlo cual matrimonio joven eran.

Flashback

¿Como es que habían terminado así? Todo había comenzado en esta misma casa habitación hace ya cinco años, aunque se habían topado antes en la escuela, todo tomo su rumbo cuando Nariyuki encontró a Kirisu en su hogar temiendo por su vida cuando un insecto rastrero invadió su hogar, pensar que ese insecto seguía por allí era una verdadera pesadilla.

-¡Espera! -Kirisu tomo a Nariyuki de la manga de su camisa cuando le dio la espalda para irse del hogar de su maestra -quedate... por favor quedate -la miró, pudo ver el verdadero terror en los ojos de la profesora -esa cosa sigue por aquí, no me dejes sola con él... ¡Are lo que quieras, pero no me dejes sola!

Cuatro palabras, cuatro; bastaron para sellar el camino que tendrían alumno y profesora. Era la oportunidad que Yuiga había deseado desde que vio la belleza en Kirisu Mafuyu.

-¿Lo que sea? -repitió, y entonces Mafuyu se dio cuenta que había causado algo inevitable.

El día fue calmado, solo le pidió que le enseñara mas acerca de los nuevos temas que aun no impartía en clases y temas que Yuiga quería reforzar, ese era lo que quería de ella. Sin embargo lo aterrador vino en la noche; cuando Nariyuki quiso por retirar de la casa de la profesora, pero una vez mas, ella se lo impidió. Le rogó quedarse con ella en la noche, ignorando el hecho de que lo haría dormir en la misma cama con ella.

Era casi media noche y ninguno de los dos podía dormir, Kirisu no podía engañarse a si misma diciendo que era por el temor de que la cucaracha anduviera por allí, era por el hecho de que Yuiga estaba dormido muy cerca de ella. Aunque en realidad estaba despierto, solamente que el chico no podía despegarse de su profesora.

-"Porque tiene que dormir tan pegado a mi" -pensaba Mafuyu cuando se movió un par de centímetros lejos del chico en un intento por despegarlo de ella -"porque le dije que haría lo que sea".

Su petición de Nariyuki fue, dormir junto a ella. No iba a aceptar dormir en el suelo, como excusa puso al insecto que odiaba su profesora, ¿que tal si se le subía cuando estaba durmiendo? Una razón justa para Kirisu para dejarlo estar en la misma única cama de su casa.

-"Kirisu-snesei huele muy bien" -pensaba Yuiga, su rostro estaba siendo acariciado por el cabello rosa de su profesora, aun durmiendo usaba ese conjunto deportivo como pijama -"su cuerpo, es tan suave" -tocaba los muslos de su profesora, sus piernas y brazos, abrazando despacio a la mujer y sentía lo cuidada que era su piel bajo esa sudadera -"¡diablos! No puedo contenerme"

De pronto, en la parte baja de su cuerpo Mafuyu sintió como algo puntiagudo y caliente rozándole con fervor al mismo tiempo que Yuiga comenzaba a abrazarla de forma insistente. Solo podía significar una cosa.

-¿Que?... Yuiga-kun, ¡¿que estas haciendo?! -quiso darse la vuelta o bajarse de la cama cuando los brazos de Nariyuki demostraron tener fuerza e impidieron que ella huyera esa noche.

-Lo siento, sensei pero no puedo evitarlo ahora que estoy solo con usted -exclamo -es también su culpa, por obligarme a quedarme con usted -iba frotando con mayor celo su empalme contra el trasero de Kirisu.

-¡Claro que no! Es culpa de eso... -no era su culpa que pasara esto, sino de ese insecto cuyo nombre no permitía a nadie pronunciar -de todos modos deja de moverte, no esta bien. Soy tu profesora recuerdas.

-Kirisu-sensei, usted dijo que haría lo que sea si me quedaba -le recordó su palabra -No podre dormir si la tengo así.

Era culpa de los tres, de la cucaracha por haber invadido su hogar, de Yuiga por estar en la pubertad y poder controlar sus hormonas cuando estaba a solas con tan atractiva mujer, a quien le importa si fuese mayor que él o que fuese su profesora, era linda. Pero sobre todo, era culpa de Mafuyu por ser descuidada en el aseo de su casa, fue por eso que la cucaracha entro, fue por eso que dio su palabra y se condeno a ella misma. Siempre recuerden mantener limpia su casa para que las plagas no se metan.

-Lo siento sensei, pero no puedo resistir mas -entonces la hizo darse la vuelta y se puso sobre la peli rosa -¡quiero tener mi primera vez con Kirisu-sensei!

-¡¿Que?! -quedo atónita ante su petición.

-Kirisu-sensei dijo que haría lo que sea, por favor déjeme tener mi primera vez con usted -suplico sin humillarse.

¿Podía decirle que no? No. Al final fue ella quien se sentenció a esto, al obligar a Yuiga quedarse con la promesa de hacer lo que él pidiera. Solo que también ella tenia un problema, se trataría también de su primera vez.

-Kirisu-sensei... -quedo sonrojado Yuiga cuando la vio despojarse de su sudadera  deportiva delante de él, cubierta unicamente por la luz de la luna que atravesaba las ventanas. esa lencería de encaje de tono morado, con decorados de flores. Combinados con la piel blanca de su profesora y su inusual cabello color rosa. Era toda una belleza la que tenia Yuiga delante de sus ojos.

-¡No mires tanto! -exclamo, la vergüenza de ser vista por un hombre (aunque fuese Yuiga), la consumía -date prisa y, quitate la ropa; es penoso ser la única desnuda -tapaba su cuerpo con sus brazos.

-Estas listo -pregunto nerviosa, sentada lado a lado con su estudiante.

-Si, em... que hacemos, primero... -demostraba nerviosismo el chico.

En silencio como ella, Nariyuki se desvistió hasta quedar tal cual vino al mundo; aunque Kirisu no quiso verlo despojándose de su ropa aunque le dijo que se diera la vuelta, mas cuando se desvestía, Mafuyu lo miro, por alguna nueva razón, se ruborizo mas al mirar la espalda de Yuiga. Recta y delgado, como su cuerpo, no era un atleta, pero mantenía ejercitado.

Minutos mas tarde, sentados al borde de la cama. Rompieron el silencio y la incomodidad entre ambos con lo que sería el primer beso entre ambos, seria el sello de su destino. El deseo del chico por tocar y conocer cada centímetro del cuerpo de Kirisu le hizo ser impaciente, el beso se volvió cada vez mas maduro, los cuerpos de ambos comenzaron a frotarse; Nariyuki quiso demostrar que era hombre y que podía tener control, pero no pudo ni siquiera quitarle el sostén a su profesora cuando iban besándose de forma descontrolada en la cama.

-Espera, déjame hacerlo, vaya que eres un pervertido al obligarme a hacer esto -Kirisu se levanto y delante de Yuiga se libero del sostén, una vez mas se tapo con sus brazos, pero esto no impidió que el chico lograra ver, aunque sea por un instante, el color rosa en los senos de su profesora, así como lo grande que eran en realidad -tanto quieres mirarlos... -se dio cuenta que Yuiga no despegaba la mirada.

-¡¿Eh?! Bueno... -sobo su cabeza -siempre he pensado que Kirisu-sensei tiene un bello cuerpo.

Logro hacer que sus mejillas se pusieran rojas una vez más.

-Ya que -tímida y con delicadeza movió sus brazos dejando ver lo atractivo de su cuerpo - puedes tocarlos si quieres -tanto rubor y éxtasis le impedían mirarlo, esto estaba mal, no porque tuvieran unos casi diez años de diferencia, sino porque eran estudiante y profesora. Si alguien en el colegio se enteraba de ambos estaban acabados.

Los toques de Nariyuki eran suaves y estimulantes, comprobaban lo suave y grandes que eran los senos de Mafuyu, hasta que no pudo aguantar por probarlos.

-¡Sensei! -grito antes de dejarse caer para morder los pechos de Kirisu cuando hundió su cara en ellos.

-¡Yuiga-kun, controlate! -era agresivo, mordía y masajeaba sus senos de forma única ante Mafuyu, aunque era el único y primer hombre que tocaba su cuerpo -¡espera!, Haa~

Kirisu comenzó a producir sonidos extraños de su boca con cada toque y mordida de Nariyuki, se sentía muy bien las caricias que el chico le daba, incluso quedo aun mas sorprendida por la fuerza cuando Kirisu quiso quitárselo de encima cuando iba aumentado su nivel de pasión. Su coño empezó a arder

-Sensei, no puedo esperar mas -dijo y mostró su erección, un rostro de espanto se vio en su profesora -quiero meterlo en Kirisu-sensei.

No era un monstruo lo que poseía, pero era grande así como el primer miembro varonil que veía cara a cara en su vida. Cada paso que dieron hasta este momento, no había vuelta atrás, solo quedaba hacer lo inevitable. Se removió lo ultimo que le quedaba de ropa y mostró su coño humedecido por el amor de Yuiga a sus senos.

-Escucha -estaba inquieta, sus piernas las mantuvo juntas, poco a poco las abrió mientras revelaba su triste secreto así como su tesoro entre sus piernas -yo... yo soy virgen, pero soy tu maestra y debo guiarte -de nuevo seguía sin poder mirarlo -se... supone que debes poner tu... -entonces sintió un leve roce en los labios mojados de su vagina -¡que haces! ¡no lo toques!

-La vagina de Kirisu-sensei esta húmeda -los dedos de Nariyuki entraron entre los labios del tesoro de su profesora, causando que su boca salieran mas sonidos lascivos y eróticos a los oídos del estudiante.

-Yuiga-kun, espera... -ya su cuerpo se sentía caliente, ahora ardía con los movimientos de los dedos del chico, dudaba realmente si fuese inexperto; la técnica con la que movía sus dedos, se sentía venirse en cualquier instante, una vez mas el calor se apago -...porque te detienes.

-Sensei... se ve... se ve muy linda -dijo, mas no podía tomarlo en serio, aun seguía pensando que eran profesora y alumno, un romance así no estaba bien.

-No me hagas esperar y términos con esto -exclamo de forma seria esta mujer.

Ya no se hizo tonto por mas, busco la posición mas adecuada y por fin, entrego su castidad a Mafuyu, al mismo tiempo que él tomaba su virginidad. A pesar de estimularla y de los humedo que su coño estuviese, ambos lo sintieron doloroso pero muy placentero al mismo tiempo.

-Se siente... se siente muy bien su interior... ¡Sensei!

-No digas esas cosas.

Ambos se miraban fijamente, podían ver su mutuo reflejo en los ojos del otro. Era por el extasis en sus cuerpos, o por sus corazones latiendo al mismo ritmo, pero no podían despegar la vista del cuerpo del otro.

-Vamos, no te quedes allí, muévete -indico Kirisu, sin decir nada. Yuiga comenzó a moverse y a expandir el interior.

-Lo hago bien~ sensei -su cuerpo comenzaba producir un orgasmo dado la comodidad inigualable que le producía las paredes de la vagina de Kirisu al abrazar su pene -su interior, se siente muy bien.

-Basta, si sigues diciendo esas cosas voy... voy -tapaba con su mano su boca, para que no le escuchara gemir.

Lentos y concisos los movimientos de la cadera de Nariyuki, empezaron a tomar velocidad, el coño de Kirisu comenzaba a quemar, algo iba a salir, mientras que el pene de Yuiga comenzaba a crecer en su interior. Sentía que le explotaría en cualquier momento.

-Sensei, siento... siento que voy a venirme en cualquier momento -tenia tomada a su profesora de su cintura mientras la embestía, pero su cadera se llevaba todas sus fuerzas para el clímax, se dejo caer sobre sus pechos otra vez, frotando su rostro en los sensuales pechos de la mujer.

-Esta bien... dámelo Yuiga-kun, ¡dámelo todo!~ -envolvió su cuerpo en Nariyuki, esa sensación era indescriptible; bueno, si lo era para Kirisu, era el mismo cielo.

-¡Sensei!

-¡Yuiga-kun! ¡Aaahh!~ -grito, liberando el orgasmo que se mezclo con la corrida de su estudiante, mismo tiempo ella se venía.

Durmieron por el resto de la noche con mas comodidad acurrucados uno con el cuerpo del otro. Incluso cuando despertaron ninguno de los dos podía creer que realmente lo habían hecho uno con el otro. Deseando que solo hubiese sido un sueño compartido, pero sus cuerpos desnudos abrazando uno al otro.

-Entonces, Sensei -intento de nuevo, destruir el silencio incomodo entre ambos cuando retomaban sus papeles como profesora y alumno -somos... somo pareja -Kirisu entro en nervios cuando le oyó.

-No confundas las cosas -exclamo tras ambos alistarse para ir a la escuela -lo que hicimos, fue un error. No hablaremos de esto a nadie -no podía imaginarse en una relación con él, no podía tener una relación con su estudiante.

-Pero, Kirisu-sensei, yo...

-Detente ahí -le miro entonces -lo que sientes, es solo por el placer carnal que sentimos anoche, nada mas, no hay sentimientos de por medio -tenia que detenerlo antes de que tome mas ilusiones -no esperes que se vuelva a repetir lo de anoche.

Sintió marchitarse algo por dentro, pero tenia razón; tal vez lo que él sentía por Kirisu solo fue la reacción de sus hormonas al estar en solitario con una bella mujer. Mas se engañaron, se dijeron que fue un error de una sola vez, ese error se fue repitiendo hasta hacerse realidad.

Fin flashback

La cena había sido maravillosa, el baño relajante y calor de su joven amor le tenia encendida de mas pasión. En una cama mas grande, Kirisu en el regazo de Yuiga iba besándolo con mas pasión, ahora sus manos eran mas expertas, con sigilo y cuidado había quitado a su esposa su sostén, para frotar sus cuerpos mas directamente uno al otro hasta quedar sin aliento por las caricias de sus labios.

-Porque tan feliz -pregunto Kirisu al ver que Nariyuki estaba sonriente entre tanto amor.

-Me puse a recordar -sonría a ella -hoy, hace cinco años fue cuando dijiste que nunca seríamos nada, ahora míranos, somos un matrimonio -ahora su nombre era Nariyuki Mafuyu.

-Y pensar que ese error nos haría terminar así -se notaba alegre la pelirrosa profesora, asusta.

-Jajaja -reía gentilmente -solo lo pienso, un día eramos estudiante y profesora, ahora marido y mujer; ahora vamos a tener un hijo ahora -tenia un mes de embarazo luego de hacerse Kirisu una prueba de embarazo tras darse cuenta que su periodo estaba retrasado, confirmando que esta familia de dos, pronto seria de tres.

-Es por tu lujuria descontrolada -exclamo Mafuyu -ya, no me hagas esperar -lo hizo recostarse sobre la cama, tomando el miembro de Yuiga con su mano, y tomando posición para el coito -mmm~ -sonaron sus labios estando cerrados dado el placer de ser penetrada por su pareja -se siente genial, no importa cuantas veces te monte, cada ocasión se siente sensacional~ Yuiga-kun~

Sus caderas empezaron a tomar ritmo, subiendo y bajando despacio para humedecer mas su vagina y estimularle su polla. Desde su punto, Nariyuki podía ver como los senos de Mafuyu, entre ellos ese delgado collar que siempre llevaba ella cuando iba al colegio, se le gustaba ver como se mezclaba con el movimiento gravitatorio de los senos de Kirisu cuando aumentaba su ritmo. en ese collar, un dije circular que Yuiga le regalo a su amor en los días que aun estaban en el colegio. Historia de otro día.

-Tu pene es lo mejor, Yuiga~ -exclamo, sus manos las puso en el pecho de su amor, la intensidad del calor le quitaban fuerzas, sin embargo no se iba a detener hasta obtener su semilla, así que fue subiendo la velocidad -lo hago bien, querido~

-Tu coño es el mejor... Mafuyu~ -con los movimientos aumentando, no resistió mas el ver como rebotaban salvajemente sus senos, así que dejo que sus manos tomaran las suaves almohadas de su aun llamada profesora.

-Lo quiero, Yuiga... ¡Yuiga! -grito, inesperadamente fue derribada sobre la cama con Nariyuki tomando sus manos y estirando sus brazos en la cama, para besarse apasionadamente, tomando él el control del amor.

-Tu vagina... tu vagina comienza a apretar... Mafuyu~ -decía mientras daba amor a los pechos de Kirisu, ella con sus manos hundía su cara en ellas.

-Es porque quiero que me des tu amor, dentro... lo quiero dentro mió -exclamo.

El simple hecho de ser correspondidos uno por el otro, después de mucho los hacía alcanzar el éxtasis final. Tanta la pasión, que la misma cadera de Kirisu empezó a moverse de forma ligera y sincronizada con las embestidas de Yuiga, se habían vuelto uno del otro. Empezaron a clamar el nombre del otro, señalando que el clímax se aproximaba, cada clamor se volvió mas fuerte.

-¡Mafuyu!/¡Yuiga!

Gritaron al mismo tiempo, sus cuerpos bien sincronizados estaban; no solo se movían al mismo ritmo, también sus orgasmos ocurrieron al mismo, ambos se sintieron en el cielo unicamente sostenidos por el cuerpo del otro. Sus cuerpos sudaban, pero era Mafuyu quien no tenia ya casi todas sus fuerzas, solo sentía su cuerpo cesar,  y vio como su esposo, limpia de su coño el semen que se chorreaba de mas, con un pañuelo. 

-Yuiga -pronunció débil su nombre, noto que su esposo no tenia aun suficiente pues su miembro seguía duro -quieres mas~ -se acomodo sobre la cama, se dio la vuelta y empino su trasero a vista de su marido -dame un poco mas, querido -el rubor se veía en su cara.

-Pero... mañana hay que dar clases -ambos eran profesores, solo que en distintas academias, pues el sindicato no les permitía trabajar en una misma institución.

-Que no lleguemos a trabajar un día, no nos hará mal -no iba a aceptar que le dejará así.

-¡Mafuyu! -grito y se arrojo sobre su esposa, penetrándola en el momento.

La noche paso lenta y llena de pasión, aunque al amanecer, Mafuyu estaba muy dormida pocas veces la veía dormir tan plácidamente. Yuiga se había alistado para irse al colegio a impartir clases, no sin antes dejar cómoda a su esposa, limpio el gran desastre que dejo en los labios de Mafuyu, aprendió a vestirla sin despertarla, le puso ligeras para que no despertara por el calor que aun debía recorrer su cuerpo. Aviso a su instituto que ella estaría ausente por un resfriado, dejo una nota a lado de su almohada diciendo a donde se dirigía y que el desayuno le aguardaba en la mesa de centro de su casa.

-Descansa, sensei -se despidió de ella con un beso en su mejilla, salió de su casa en silencio.

Sin embargo Mafuyu estaba despierta, abrió los ojos cuando Yuiga cerró la puerta para tomar la nota, en ella le contó lo que hizo por ella, y una dedicatoria amorosa a su esposa. Su hombre era un romántico, se sentía bendecida.

-Yuiga -el amor recorrió su cuerpo -y pensar los tropiezos y travesuras que vivimos antes de aceptar nuestros sentimientos.

Vivieron otras aventuras lujuriosas antes de siquiera aceptar los sentimientos que tenían uno por el otro, antes de mandar al carajo el simple hecho de ser alumno y profesora, de no ser por su maldito miedo a las cucarachas, jamás hubiesen tenido este destino, tuvo que pelear por él, pues otras chicas quisieron quitar a Yuiga, pero al fina Kirisu gano, estaban destinados, mas solo fue el principio de su relación.



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