Stay with me
Udon, uno de los platillos de mas deliciosos de japón, no cualquiera puede prepararlo. El restaurante de la familia Ogata ha sido uno de los restaurantes es uno de los pocos que hay en la ciudad y uno de los ocasionalmente concurridos; no solamente por el encantador sabor de la pasta en caldo, sino por cierta dama pulgarcita que de vez en cuando es cámarera en este lugar.
―Aquí tienen su orden de Udon ―exclamo Ogata... perdón, Yuiga Rizu.
―Muchas gracias~ ―exclamaron los dos clientes encantados con el servicio de la pelinaranja mujer y su prominente mujer, así como la mayoría.
Pero su belleza le pertenecía a un solo hombre. De quien había tomado su apellido luego de ser desposada por él. Quien a pesar de estar allí apoyando al negocio de su suegro, para apoyar a su mujer; no mostraba celos ni enojo en que los clientes se sonrojaran por el pecho de 91 cm de su esposa. Dato extraído de la wikia.
―Fue un buen día para nuestro udon ―dijo el querido suegro de Yuiga Nariyuki, el hombre responsable de poner un anillo de casados en la mano de Rizu―. ¿segura de que no quieres que me quede a ayudar, hija? Es mi restaurante al final.
―Esta bien papá ―dijo en su conocido tono neutral, su preciada hija.
―Descuida señor, nosotros nos encargaremos de limpiar el lugar ―exclamo Nariyuki.
―¡No te hablaba a ti, profesor! ―grito amenazante.
―¡Papá! ―a pesar de aceptar que su hija tomo al chico que la ayudo a mejorar sus notas en la preparatoria para ir a la universidad que deseaba, su padre seguía siendo el mismo padre protector con ella. Aun cuando Rizu y Nariyuki ya tenían tres años de haberse casado.
―Te estoy vigilando ―miro furtivamente a su hijo (políticamente hablando), con filo antes de ir a reunirse con sus propios amigos e ir a divertirse jugando y apostando.
―Parece que nunca me aceptará... ―el animo pudo haberse escapado de Yuiga.
―No le des importancia. Mi papá sabe que no dejaré de amarte, querido ―tres años de haberse casado y Rizu aún no se acostumbraba a llamar a su esposo por estos apodos―, limpiemos el lugar para irnos también a casa.
Dicho y cumplido, limpiaron el lugar listo para el día siguiente. Más antes de irse, dieron un vistazo nostalgico a la historia que tenían en este sitio ellos dos.
―¿Que miras, Nariyuki? ―pregunto Rizu cuando notó a su esposo mirando la mesa contra la pared que había al final del corredor de mesas.
―La mesa donde nos sentábamos y yo te ayudaba estudiar, a ti como a Fumino y Uruka. Recuerdas ―los recuerdos llegaron al hombre de lentes tan solo sus ojos se posaron en el mueble, como si fuera algún holograma, todas las tardes que paso junto a ellas.
―Si, claro que lo recuerdo ―la pelinaranja de corto cabello se ruborizo, para acercarse a la mesa y pasar su mano con nostalgia sobre su madera―, esta mesa ha visto muchas cosas de nosotros.
Fue el momento en el que Nariyuki puso sus manos en las cinturas de su esposa cuando la tomo por detrás, solo para hablarle al oído.
―No todo, realmente ―susurró con malas intenciones antes de tomar a su esposa quien aún llevaba puesto su uniforme de cocina japonesa color azul y acariciarle ese busto que cualquier hombre desearía tocar, pero solo Nariyuki tenía el permiso para hacerlo.
―Nariyuki... ¿Aquí? ―pregunto poniendo poca resistencia a las caricias amorosas de su pareja matrimonial.
―Paso algo de tiempo desde la última vez que lo hicimos ―dijo Nariyuki, cuando su mano había entrado bajo la tela de Rizu y apretaba uno de sus pechos, con sus dedos apretaba el pezón de su esposa.
―No dejarás de ser un pervertido verdad ―exclamo con cariño, Rizu.
Le dijo que se tomará lugar en la sillas de la mesa donde hace años, la usaron como para estudiar como para comer; esta vez la usaría para hacer el amor. Con las nalgas en las silla y con Rizu debajo de la mesa, Nariyuki recibía una gratificación de la boca de su esposa, su boca acariciaba su pene y su lengua provocaba la punta de su pene.
―Rizu, me encanta cuando usas tu boca ―comento Nariyuki con el aliento faltando a su voz―, esto es excitante. Pero seria mas excitante si estuviéramos haciéndolo cuando hubiesen clientes. ¡Ite!
―No digas eso, de por si ya siento vergüenza que hacemos esto en el restaurante de mi padre ―mordió la punta de la polla de su esposo, mostrando el puchero que hacia la chica.
―Tampoco es la primera vez que lo hacemos aquí ―se disculpo Nariyuki por tener una imaginación sexual activa.
Uso su prominente pecho con su boca para darle placer a Nariyuki, alcanzando el clímax, miraba como su mujer tragaba su pene con mas entusiasmo.
―¡R-Rizu! ―grito antes de llenar la boca de su esposa con su leche.
―¡Umm! ―se escucho, sus mejillas se inflaron mientras sus pechos y sus labios aun tenían agarrado el pene de su esposo. Como si fuera sopa de udon, Rizu trago el esperma de Nariyuki hasta no dejar ni una gota por desperdiciar―, la comida estaba deliciosa. Pero creo que es tiempo de pasar a lo siguiente.
Saliendo debajo de la mesa, Rizu con un sensual movimiento se quito el uniforme y mostró su cuerpo a su esposo antes de tomar lugar sobre su regazo para ser tomada por Nariyuki, ser besada mientras las manos de su esposo la volvían a acariciar de nuevo hasta quedarse sin aliento para mirarse uno al otro, perdiéndose en los ojos del otro.
―Rizu, el que cayeras encima de mi cuando te fui a buscar en el campamento fue lo mejor que pudo habernos pasado ―exclamo Nariyuki.
―Lo es ―confirmo, antes de tomar otra vez los labios de Yuiga y besarse.
Años atrás cuando estos dos todavía eran parte del sistema estudiantil de Ichinose y una vez por año, la escuela llevaba a todo el colegio a un cruce entre campamento y estudio en las montañas; fue aquí donde Rizu y Nariyuki, en las primeras semanas en que este joven de lentes fue asignado para ser el tutor de las dos chicas genio de la academia, junto a Takemoto; Fumino hizo una cuestión que causo dolores de cabeza a la apodada: pulgarcita de la ciencia.
Ogata Rizu, se encontraba perdida en la naturaleza de la montaña; una lluvia torrencial azotó el lugar y sin haber avisado a nadie de su recorrido, además de extraviada estaba sola.
―Tendré que esperar a que la lluvia pase para volver ―hablaba sola, Rizu. Para no desesperarse―, esto no hubiera pasado si no le hubiera gritado a Yuiga-san para empezar. Pero porque me preocupo por él para empezar.
Una mujer que hasta entonces solo había entendido la ciencia, los números y las formulas; problemas emocionales, del corazón. Eran un tema totalmente desconocido para Ogata hasta entonces.
―Te encontré ―escucho la voz de Yuiga detrás de unos arbustos.
Se había escondido muy cerca del corredor principal que pasaba en la montaña, terreno elevado bajo un árbol para evitar no mojarse en su totalidad. Mas al oír la voz de Nariyuki, Ogata se levanto, lo vio ahí en el corredor a su compañero y asignado tutor, con una sombrilla en la mano y una sonrisa en el rostro.
―Yuiga-san ―se sorprendió al ver que fue él quien le encontró.
―Ogata, ven. Las demás te están esperando ―seguía con esa sonrisa.
―Esta bien ―seguía impactada que fuese Nariyuki quién la encontrara ¿el haber estado pensando en él tuvo alguna influencia?
―¡Con cuidado, esta muy resbaloso! ―grito Yuiga. Rizu camino hasta el borde del corto barranco para intentar bajar con sumo cuidado, pero un paso en falso que dio y la pulgarcita de la ciencia cayó―. ¡Rizu!
Sin tiempo para gritar para ella misma; no notó a Yuiga soltar la sombrilla para dar una paso apresurado hacia su caída en un intento por salvarla. Y lo hizo, la salvó. No la atrapó, como esperaría. Ogata cayó encima de él arrojándolo al piso, aterrizando los labios de la chica en la boca de Nariyuki.
A pesar del lodo y la lluvia fina que no pretendía para pronto. El contacto de los labios de Rizu y los labios de Yuiga fueron de un mayor impacto para uno como para él otro.
Como si la lluvia hubiera parado, o el mundo se hubiera detenido; nada de lo que pasará en el universo tuviera relevancia pero al mismo tiempo un evento del que no se previno ocurrió. Como si el tiempo decidiera tomarse una pausa, fue el mar de sensaciones que el inesperado primer beso entre ambos jóvenes. Las pupilas de los dos se dilataron y el contacto de sus labios aun por más incomodo de que sintieron, por mas que la mirada de Rizu pasara de sorprendida a molesta; no podía dejar de unir su boca a la Yuiga.
Cuando el inexplicable sensación de calor se volvió incomodo, fue Ogata quien dejo de besar a Nariyuki. Levantándose despacio, se aparto de Yuiga con molestia y pena, caminando por el sendero sabiendo por donde tenia que volver.
―Ogata... ―Yuiga le costó levantarse luego del inesperado beso que lo tomo de sorpresa.
―Regresemos ―exclamo la pelinaranja de lentes sin mirar atrás―. Ya se esta haciendo tarde.
―...Si.
Lo que vino después, fue un castigo por parte de los profesores. Dos estudiantes se les ocurre salir sin avisar, dando un buen susto a los docentes y todo por ir a buscar Udo, el vegetal extravagante que solo hay en japón. Yuiga y Ogata les tocó limpiar los baños.
―Suerte que el castigo fuese limpiar los baños nada más, creo que no había nadie para que limpiara este sitio realmente ―dijo Nariyuki a espaldas de Rizu mientras barrían el azulejo blanco del lugar. Pero al mirar a Ogata noto como la chica seguía barriendo sin darle la cara, un sonido, gesto o palabra; lo cual tenia preocupado a Yuiga con el suceso ocurrido―. Ogata, todo esta bien.
Sin embargo el silencio de Rizu carcomía a Nariyuki.
―Ogata, si es por el beso...
―Yuiga-san. Por favor, podíamos evitar hablar de eso ―dijo Rizu cuando una sensación eléctrica recorrió su cuerpo la mano del chico toco su hombro y de un movimiento a otro se aparto, un paso; de él.
La tensión entre ambos era evidente, pero nuestro protagonista no quería que tal barrera invisible de confusión los tuviera distanciado. No buscaba profundizar la relación de compañero y tutor que tenia con ella.
―Escucha, Ogata. Fue mi primer beso ―dijo Yuiga mientras que la pelinaranja quién al parecer, ante nada podía voltear a mirar a Nariyuki. Pero el escucharlo decir eso la hizo ruborizarse un poco―, no estoy decepcionado, tampoco molesto si me preguntas.
―¿Que quieres decir con eso? ―Rizu había volteado despacio mientras dijo estas palabras, teniendo la escoba en manos.
―Lo que digo es que... fue mi primer beso y no fue como esperaba ―miraba a otro lado mientras se avergonzaba de las palabras que utilizo para explicarse, Nariyuki.
―También fue mi primer beso ―revelo Ogata entendiendo por poco las emociones por las que se encontraba conflictuado Yuiga―, aunque la verdad, fue incomodo pero al mismo tiempo... ―sin llevar sus dedos a sus labios, recordó esa sensación de tener los labios de Nariyuki en los suyos, el mirarse y preguntar que "que esta pasando", mentalmente―... fue inesperado.
―Fue un accidente, no es algo que pudiera haber sido previsto ―comento Nariyuki, bajando la tensión que tenía el solo.
―Si no te hubiera gritado, yo no hubiera ido al bosque para empezar ―dijo avergonzada. Entonces se explico―, si Fumino no hubiera dicho que me preocupada por ti no me sentiría así.
―¿Preocupada? ¿De que hablas? ―solo dejaba mas confundido a Yuiga.
―No lo se, pero desde que llegamos aquí estado preocupada por ti o eso dice Fumino ―comento Ogata mirando a la izquierda con enojo que solo hacia verla mas adorable.
Por dentro, la mente de Nariyuki estaba dividida. Por un lado su mente pensaba que la preocupación que ella decía sentir por él era que estaba Rizu enamorada de él y no aun no lo captaba ella misma; o que solamente era preocupación por ser amigos. Aposto mas por los segundo ya que él mismo se planteo la negativa idea de que lo primero, sería algo imposible.
―Bueno... ―rasco por detrás de su cabeza, Yuiga―... podemos fingir que no paso nada entre nosotros, si quieres.
―Creo que sería lo mejor ―concordó la pulgarcita de la ciencia―, si no hay problema, Nariyuki. Podías, repetirlo.
―¿Mm? ―se confundió Nariyuki.
―Honestamente, quisiera que mi primer beso fuese, como se debe ―exclamo con pena, tapando su boca mientras intentaba no mirar a la cara a Yuiga.
Ya habían dado el paso sin haber preguntando antes, que mas remedio que repetirlo y darlo como se debe. Eran amigos, si. Pero hay cosas que se hacen mejor siendo amigos que siendo algo más. No obstante, pudo haber sido este primer beso accidental, lo que despertó el activo libido que Nariyuki heredo de su familia del que no sabia.
Dejaron las escobas contra la pared, uno delante del otro; sin que sus manos se movieran o que sus pies dieran un paso en cualquier dirección. Con ojos cerrados, acercaron su bocas uno al otro hasta tocarse y se mantuvieron así unos segundos.
―Em... Yuiga-san ―exclamo, con pena
―Si, Ogata-san ―respondió en el mismo tono.
―¿Podemos, besarnos de nuevo? ―el pudor en su cara no le impidió mirar a Yuiga a la cara.
―Si ―él también quería sentir sus labios otra vez.
El segundo beso, se sintió un poco mas profundo y disparando emociones a través de sus hormonas.
―¿Podemos, besarnos una vez mas?
Eso sería la perdición de ambos. El tercer beso fue mas allá y no solo fue el toque de sus labios esta vez; las manos de Nariyuki se movieron, tomaron a Rizu por su cintura, inclinando su cuerpo para tomar a Ogata y que ella pusieran sus manos en Nariyuki. De un accidente paso a ser un beso de pasión, de ahí provino la lujuría y el deseo de saber hasta donde más podían llegar sin pensar claramente.
Como si sus pies danzaran; Ogata iba caminado paso a paso hacia atrás, Yuiga le seguía sin perder el ritmo. Hasta que llegaron a la puerta del sauna en el baño de mujeres. Pudo haber sido a causa del calor del mismo sauna, también pudo ser influencia de sus propios cuerpos inocentes, pero mientras besaban, Nariyuki tomo el cuerpo de Ogata mientras se seguían besando hasta que sin preocuparse, le fue quitando uno al otro la sudadera deportiva que se pusieron para la limpieza del baño. Sin darle importancia que podían ver el cuerpo desnudo del otro.
―Yuiga-san, espera creo que estamos yendo demasiado lejos ―exclamo Ogata cuando se puso encima de Nariyuki, quien tomo lugar en el banco del sauna sosteniendo a Rizu de su cintura mientras ella tenia sus manos en el pecho desnudo del chico.
―Si, pero no quiero detenerme ahora ―dijo antes de pegar su cuerpo al de la pelinaranja para besarla de nuevo, cayendo al suelo del sauna.
Si te preguntas ¿donde están las demás chicas? No entraran a arruinarlas el calor, pues el Yuiga colgó la señalización en la puerta del baño para informar a las demás que alguien estaba dentro limpiando el baño.
―Tengo miedo ―Nariyuki estaba por tomar la virginidad de Rizu estando él encima de ella, en esa pose que estaban lograba ver el pene erecto del castaño, listo para tomar su cuerpo.
―También es mi primera vez ―comento Yuiga―, tampoco se que exactamente que hacer, pero. Trataré de ser lo mas amable que pueda.
Cuando las pelvis de Nariyuki se movió y la punta de su polla beso los labios de la vagina de Rizu, cerraron los ojos. Ogata sentía como su interior era atravesado por el cálido y profundo pene de Yuiga, mientras que el chico sentía como su pene era abrazado con fuerza por las paredes de la vagina de Rizu al ir abriendo paso hasta donde el otro le permitió.
Cuando sus cuerpos asimilaron el dolor, sus ojos volvieron a abrirse como a cruzarse. La calidez de la sexualidad del otro los envolvió y la sangre del himen roto de Ogata fue ignorado mientras envolvía el pene de Nariyuki.
―Voy... voy a moverme ―dijo Yuiga.
―Hazlo. Nariyuki
Con torpeza, fue moviéndose. Dentro de Rizu, raspando centímetro a centímetro mas adentro en su vagina. La sensación era una nueva experiencia para el otro, Ogata termino tomando a Yuiga de su espalda al ir sintiendo su cuerpo arder mientras su pene le raspaba.
―Se, se siente bien. Ogata-san.
―No lo se... ―las palabras le faltaban para describir la situación―, pero no quiero que pares. Algo, siento que algo va a salir de mi interior.
―De mi también... ¡Ogata!
Fueron diez minutos, diez arduos minutos donde ninguno de los dos deseo que el otro se apartara o se detuviera. Ellos no lo captarían al momento, pero habían alcanzado el clímax juntos.
―¿Que? ¿que es esto? ―exclamo Ogata cuando en su interior, el esperma de Yuiga se mezclo con sus jugos, pero la eyaculación de Nariyuki no se detuvo junto con el de ella. Sentía como su interior era llenado en su totalidad por él―. ¡Kya!
Nariyuki no pudo con la presión que ejerció Rizu con las paredes de su vagina y termino dando los últimos disparos al cuerpo de la pelinaranja hasta darle en su cara.
Esto, resultaría en un deja vu en Rizu años después. Volviendo al futuro donde ella y Nariyuki estaban de infraganti en el restaurante de su padre haciendo el amor en la mesa donde tenían historia. Su ahora esposo, se había venido tanto en su interior que termino dando los ultimos disparos en la cara de su mujer.
―Mirate, te viniste mucho~ ―dijo Rizu limpiando lo que cayó bajo su ojo.
―Lo siento, pero ahora que estoy a solas contigo no me contengo de la emoción ―exclamo con una sonrisa Yuiga.
―Vayamos a casa y continuemos con esto ―encendió el interruptor de Rizu.
―Ahora que recuerdo, no tienes una cita programada con una de tus pacientes ―dijo su esposo.
―En este momento quiero tener una larga sesión de amor con Nariyuki-sensei.~
Era
la historia de amor y sexo que envolvía a Rizu con Nariyuki, sin
embargo para que llegaran a esto pasaron muchas cosas entre ambos en el
ultimo año que cursaban Ichinose. Un buen recuerdo del comienzo de su
historia.
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