Business and pleasure (Naruto x Harem)

Esta obra la estaré actualizando una vez al mes, para darme tiempo de seguir avanzando la historia y tenerles una actualización constante. Espero y les agrade.

I was made for loving you, but you don't know

 weekend work

Existe un dicho: la ignorancia es una dicha. Hay cosas que son mejor nunca saber, ni buscar sus respuestas. Conocimientos que solo empeoraran tu forma de existir, a veces es mejor vivir en la ignorancia que ver la realidad que nos rodean. Pero ay ocasiones en la que lo correcto es saber la verdad.

¿Conseguiste trabajo? —el esposo de Temari se asombro luego de ver a su mujer vestirse adecuadamente para trabajar en una oficina al parecer.

¿Te asombras? Tranquilo, es un trabajo ocasional, solo cuatro días a la semana —una total mentira la que contó Temari.

Debiste hablar conmigo antes —Shikamaru no sabía nada, era mejor así.

Tras haber vuelto cada una a su casa, Ino y Temari aceptaron formar parte de la anónima empresa que con el servicio de mujeres voluntarias, brindan compañía a hombres con suficiente dinero como para pagar sus servicios.

Entre ambas rubias, la mujer que adopto el apellido de su esposo tras casarse, Nara Temari. Tan solo fue agregado su nombre a la lista de mujeres que proporcionaban servicios en nombre de su empresa fantasma. Las solicitudes por ella habían caído como lluvia torrencial. Solo te diré, que de aquí a Noviembre, durante esos cuatro días a la semana que entraba en servicio, Temari ya estaba apartada.

Muchas gracias por solicitar mi compañía —exclamo Temari luego de entrar en la habitación de hotel donde el hombre que la solicito la estaba esperando.

Acompañando al caballero que la contrato, le dio un cambio de ropas a la rubia de apellido Nara, un conjunto de lenceria azul corto como ajustado, resaltando su busto crecido luego de tener un hijo y haciendo de sus caderas mas atractivas de lo que ya son.

Kazama-san, aun muerda mis pechos no van a salir nada~ —dijo encantada con el acto obsceno del hombre.

Eso no importa, los pechos de una mujer con hijos sabe mejor que el de las jovencitas —exclamo el sujeto, mientras Temari frotaba su busto en la cara del caballero mientras tenía las manos del hombre en su trasero estrujando la suavidad de sus nalgas antes de darle una nalgada a la rubia—, que sabrosas tetas tienes Temari-san. Quiero que me complazcas con ellos sino te importa.

Con gusto, Kazama-san~ —no necesitaba preguntar que tipo de complacencia le pedían.

Bajando lenta como sensualmente por el cuerpo de quien mas tarde se volvería su propio cliente favorito y quien más solicitaría el acompañamiento de Temari, posteriormente. Fue ella bajando, como desabrochando la blanca camisa de botones del hombre saboreando el cuerpo de modelo de este empresario a paso que iba moviendo sus caderas con provocación hasta llegar a su pantalón, abrió el cinturón para quitarle la prenda para ver mejor el pene que conoció en el viaje que Hinata les llevo por la lujuría y el mar.

Si~ eso es, Temari-san su boca es como una vagina acariciando mi pene —dijo Kazama sin meter sus manos, la Nara era mas que sorprendente con su boca habilidosa sumado los pechos suaves y calidos de ella apretando su verga—. ¿Dime, le haces esto a tu esposo cuando lo hacen?

Si, pero su pene no están sabroso como el de Kazama-san, además mi esposo no tiene un pene tan resistente como el suyo —contesto la rubia haciendo un paizuri al cliente mientras lo miraba.

¿En serio? Te gusta mas mi polla o la de tu esposo —pregunto el engreído sujeto luego de escuchar la revelación de Temari.

Por favor, no me haga decidir, seria muy cruel para mi marido~ —exclamo Temari y en su boca tenia la punta de la verga de Kazama en lo que su pecho se ponía pegajoso de los fluidos seminales del hombre. Mas de la cara de la rubia se veía claramente como a Temari, prefería la verga de él a la de Shikamaru.

¡Bebe te todo mi semen, Temari-san! —a pesar de la conversación lasciva, el hombre no pudo contenerse por mas tiempo debido la agil boca de la rubia, eyaculando en su boca la cual no pudo contener toda su fuerte descarga. Saco su verga de Temari y ella abrió su boca para que el exceso de semen en su boca se deslizara de sus labios hacia su busto lubricado por los fluidos pre seminales—, me sentiría con las ganas de hacerte decidir que pene te gusta más, pero con esa cara de puta que tienes con este momento es mas que evidente que te gusta el sabor de mi polla. Solo dime una cosa, esta es la cara que le muestras a tu esposo cuando tienen sexo.

No~ —contesto con la mano de Kazama acariciando sus labios luego de comerse todo el semen del hombre—, esta cara es única para Kazama-san.

Unos minutos después y el hombre tenia a Temari en cuatro sobre un mueble de forma cuadrada de en medio de la sala, cuyo tamaño era adecuado para ponerla a ella y cogerla a todo dar.

¡Si, Kazama-san mi vagina se moldea a la forma de su pene! —gritaba la rubia de la arena al recibir los golpes en su trasero, provenientes de la pelvis de su cliente mientras este la jalaba de su cabello.

Grita más perra… ¡Grita quién es tu amo! —disfrutaba de la vagina de Temari, mirando su reflejo en los cristales de las ventanas que fungían como pared en los pisos mas altos de este hotel de lujo.

¡Kazama… Kazama-san es mi dueño!~ —grito Nara apreciando su reflejo en las ventanas—, azote más a su perra con su vigoroso pene, Kazama-san.

Las embestidas del hombre fueron más agresivas como excitantes para Temari, su coño infiel ardía de los roces agresivos que este sujeto le daba a medida que de su interior se iban produciendo un orgasmo tras otro.

Kazama-san, estoy a punto de correrme~ ¡córrase conmigo Kazama-san! ¡Haaaa!~ —gimió fuerte, la punta de su estimado cliente se introdujo con mas profundidad en su vagina provocando que su orgasmo fuese más fuerte de lo que espero, electrizando su cuerpo desde su útero a todo su ser.

Poco más tarde, en una piscina en el balcón del piso mas caro del hotel donde el señor Kazama vivía gratuitamente en este prestigiado hotel. Temari, usando nada más que las bragas de un bikini de color azul marino, (color favorito de su cliente); con los pechos expuestos, disfrutaba de las burbujean tes aguas cálidas acompañando a su cliente con una copa de champaña.

Debe impresionar a todas las mujeres que trae a su departamento Kazama-san —dijo Temari muy cerca del hombre en traje de baño europeo.

Tu eres la única que he traído hasta aquí, Temari-san —confesó con altruismo—, no ha habido mujer que sepa satisfacerme, solo tú.

Kazama-san, no diga eso, hará que me sonroje~ —exclamo Temari tapando su pequeña risa de la vista del hombre—, tampoco me pida que deje a mi marido para ser suya.~

Le dio la espalda un poco, solo para ser tomada de sus pechos por Kazama.

Porque no, nuestros cuerpos son muy compatibles, te haría cualquier cosa pervertida con la que fantasees querida —dijo con lujuria el hombre, el cuerpo de Temari le había encantado.

Kazama-san si supiera la mentira que le conte a mi esposo antes de venir aquí. Le dije que estoy trabajando como su secretaria durante las ocho horas que me contrata todas semanas~ —contó Temari sin pena alguna, haciendo que el hombre se pusiera duro de solo pensar, luego de haber tenido sexo con ella por cuatro rondas, ya estaba listo para darle más duro que antes.

Así que te gusta ponerle los cuernos a tu marido, eso me hace verte más atractiva Temari-san —llevo una de sus manos dentro de las gravas de la rubia y acaricio su vagina dentro del agua burbujeante—, una pena por tu marido, pero a su esposa solo pueda satisfacerlo otro hombre, o sea yo.

Allí mismo tendrían la continuación del polvo que tuvieron hace poco. Sin embargo, no era la única que se divertía a espaldas de su familia y sobre todo de su esposo. Tras una larga dura cogida donde su voluntad fue quebrantada, la rubia ceniza de la familia Yamanaka igualmente tenia una agenda llena en cuanto su perfil y servicios fueron agregados a la lista de la compañía anónima para la que comenzó a trabajar.

Muchas gracias por contratar mis servicios, señor Odana —saludo Ino en cuanto el hombre le abrió la puerta de la gran mansión en la que vivía.

Pasa, Ino-san, te llevaré al salón de la fiesta.

Sin mostrar preocupaciones ni poner nervios, Ino camino a lado del hombre en su mansión mientras llevaba puesto un ajustado vestido que cubría todo su cuerpo sin embargo, la tela le quedaba tan ajustada a la rubia que sus pechos y la figura redonda de su trasero que meneaba en cada paso, era difícil de ignorar.

De cuantos invitados estamos hablando, contrato un servicio amplió por unas seis horas —pregunto curiosa, ocultando sus ganas de iniciar la orgía que le esperaban.

No son muchas, querida. Solo unos diez u once chicos —exclamo el señor Odana en cuanto se detuvieron en la puerta de la sala especial de reuniones del hombre en su mansión.

¿Chicos?

Duda que se entendería para Ino en cuanto el hombre abrió la doble puerta. Dentro de la habitación unos jovencitos de entre quince y once años esperaban nerviosos a la entrada de Ino.

¿Odana-san? —era algo confuso para Ino todo esto.

Verás Ino-san, mi hijo y los hijos de mis amigos están en la edad en la que hombres se sienten atraídos por el sexo opuesto, así que pensamos que sería bueno para ellos que una mujer con experiencia como tu, los gradué de chicos precoces y los convierta en hombres —era la razón de contratar sus servicios—. Se que va contra las reglas de tu compañía, pero esperaba que pudieras…

Tranquilo Odana-san, tranquilo. Descuide, Kaguya-sama no sabrá de esto. Deja a estos niños en buenas manos —contesto.

Poco después de cerrar la puerta con llave con estos chicuelos en manos de la rubia. Lo primero que hizo fue saborearlos con la mirada, para luego decirles que formaran una fila delante de ella para así desnudarse ellos delante suyo.

Ino-san, esto es necesario —pregunto el pequeño Odana entre todos estos muchachos.

Claro que si, el sexo es mejor cuando no tienes ropa puesta, Odana-kun —exclamo Ino al ir quitándose prenda por prenda delante de estos niños haciendo que suspiraran por ver en carne propia lo que en paginas adultas en la red solo podían encontrar.

¿Sexo? —uno de jovencitos pensó que escucho mal.

Mas cuando se dieron cuenta, Ino estaba completamente desnuda frente a ellos, ante las miradas tontas de los jovencitos que veían por primera vez y en carne propia. Un cuerpo que solo se apreciaba en aquellas actrices del mundo pornográfico, yacía delante de ellos.

Ante los suspiros y bocas abiertas de los niños, Ino presumió su larga cabellera natural. Se sentía halagada con las expresiones de asombro de estos muchachos.

Bueno, bueno —exclamo antes de acercarse a ellos y de rodillas les dijo—, muéstrenme lo que tienen, que no les de pena.

Reservándose la vergüenza, uno por uno los muchachos revelaron lo tenían consigo e Ino sonrió de ternura cuando se los vio.

¡No se ría!

No me rió —dijo con cariño, sabiendo tratar con niños de su edad—, pero tienen cosas muy lindas con ustedes, jovencitos. Ahora, con quién debería empezar.~

Tomo uno al azar y con su boca, Ino comenzó a lamer para bajar el prepucio del chico. Mas cuando el niño sintió su pene pasar por los labios de una mujer y ser consentido por su boca, por fin entendió el porque en esas películas para adultos, los hombres les encantaba dejar que sus hombrías fueran acariciadas por las bocas de las mujeres.

Al ver como su amigo disfrutaba, todos los demás pubertos rodearon la cara de Ino hasta llegar a rozar su rostro con sus pequeñas hombrías.

¡Ino-san, lama mi pene por favor!

¡También chupe el mió!

Como si fuera la reina del baile, Ino se sintió alagada y roja al ver como los penes inocentes de los adolescentes la rodeaban.

No se desesperen niños —dijo pícara la florista tomando los penes inocentes para frotarlos con cariño—, todos tendrán su turno en un momento.

Uno a uno, Ino fue exprimiendo sus penes hasta graduarlos y convertirlos en hombres.

Te gusta como mi vagina aprieta tu pequeño pene, querido~ —exclamo Ino mientras aplastaba suavemente la pelvis del jovencito que tenía debajo con sus caderas.

Si… —contesto sin aliento el adolescente.

Te volviste a correr, bien hecho. Con esta van cuatro veces que te corres, felicidades tu pene ya es todo un experto —dijo, para levantarse de otro chico al que le quitaba lo inocente—. Quien quiere ser el siguiente.

Cinco de estos inocentes muchachos estaban impresionados y satisfechos, sus expectativas sobre su primera vez, eran mucho mejor de lo que pensaron y supusieron que se sentiría.

Ino-san… —otro de estos jovencitos quedo exhausto luego de venirse tres veces continuas en la vagina de Yamanaka, experimentando la pose de misionero; cayó rendido a un lado del piso.

Y con él son los once —dijo para sentarse en el piso con sus manos sobre las piernas recortadas mirando como los pubertos estaban totalmente agotados en el piso mientras ella miraba con orgullo su obra. Ninguno de estos niños fue desafió para la rubia Yamanaka—, hay debí divertirme más con ellos.

El señor Odana contrato sus servicios por seis horas, sin embargo. Aun le quedaban dos horas más por cubrir a Ino, los dejo en la habitación y tras darse una ducha para quitarse el semen de estos chicos cuyo olor la cubría, fue Ino a reunirse con el hombre que la contrato.

Los dejaste a todos dormidos, Ino. Debieron ser un juego para ti —dijo Odana comiendo en compañía de la rubia en su mesa en el jardín.

Uno muy divertido, Odana-san, si usted y su hijo requieren mi compañía con gusto vendré —dijo Ino luego de comer un bocado de la carne que la servidumbre de Odana le preparo. Luego de jugar con la virilidad de once pubertos la tenían con hambre de verdad—, por cierto, aun me queda una hora y treinta minutos de mi servicio, quiere hacer algo conmigo.~

Ya que lo mencionas —la forma maliciosa en la que Odana hablo ni le preocupo a Ino, tampoco había nada de lo que tuviera que preocuparse.

No era nada de lo que la nueva vida de Ino no le esperase. En la habitación personal del hombre, Ino sentada en su cama y la cabeza del hombre amamantándose de los pechos de la rubia bebiendo de la leche que brotaba de sus deliciosos pechos, ella hacia una paja al hombre de cuarenta años en tanto. Sus pechos lactaban gracias a una pequeña droga hecha de la empresa farmacéutica que Odana dirigía, un médicamente para hacer a las mujeres lactar de forma natural para alimentar a sus recién nacidos.

Odana-san, le gusta mi leche verdad.~

Es más deliciosa que la leche de las vacas, Ino-san.

Solamente a una mujer de pensamientos lascivos le parecería encantador, una mujer con a Ino o como a Hinata.

La Hyuuga tras volver a su hogar con su familia, volvía a ser la misma esposa sumisa y tierna mujer con la que su Naruto Uzumaki se caso, no obstante, un ligero cambio notorio sorprendió a su esposo como a sus hijos.

Mamá se ve linda con el cabello largo —dijo Himawari apreciando a su madre cuando hacia la comida en su respectivo lugar de la casa.

Te ves mas joven así mamá —comento Boruto, acostumbrado a ver a su madre con el corto estilo de pelo de siempre.

Luces igual a cuando eramos jóvenes, Hinata —Naruto también estaba con sus hijos apreciando el nuevo estilo de su mujer, estaba cocinando su platillo favorito.

¿Ustedes creen? —los halagos eran bien recibidos por la ojiperla—, son extensiones pero estaba pensando que ya es tiempo de dejarme crecer el cabello otra vez.

Te verás preciosa —agrego Naruto, omitiendo el detalle de que su esposa ya era preciosa desde antes.

Esa es la máscara bajo la que se ocultaba Hinata, en casa con sus hijos y esposo, aparentaba ser una normal y corriente ama de casa. Cuando en realidad era una traviesa esposa que le encanta poner los cuernos a su marido, que le gustaba ser tratada como un objeto y apasionada por el sexo brutal.

Incluso en la cama con Naruto ella se comportaba sumisa, como si el sexo suave fuera lo que le agradaba cuando lo hacia con su marido. Recibiendo un beso caluroso como apasionado de su esposo, el cuerpo de Hinata era acariciado por el rubio mientras le desabrochaba el sostén de encaje negro con un moño miniatura que tenia en medio este diseño.

Naruto-kun, estás mas apasionado que de costumbre —dijo Hinata luego de ver como caía al suelo su ropa interior del pecho.

A pasado tiempo desde la ultima vez que lo hicimos —exclamo gentil su esposo—, me voy todos los meses por un fin de semana preocupándome por la empresa y estoy descuidando a mi esposa.

Extraño el calor de mi esposo —exclamo con reserva como si le avergonzara pensar en el sexo.

¿Que haces cuando los niños y yo te dejamos los fines de semana? —una pregunta aparentemente inocente.

Bueno, no es gran cosa —si era gran cosa lo que hacia Hinata—, lavar los trastes…

En realidad lo que hizo fue mamar la verga de su cliente favorito cuando llego a su casa, junto con un servicio de paja rusa en su sala.

...Lavar la ropa…

Con Bikinis extremadamente cortos, tenia sexo en el jardín de Toshio, gritando y gimiendo como una actriz porno.

...Barrer, trapear.

Actuar como una zorra en compañía de su cliente y amante. Seduciendo al hombre a cada segundo mostrando su cuerpo obsceno sin pena ni gloria.

Pagar las deudas.

En cada visita ha con su amante, iba con el hombre a ese cine porno en la ciudad y mientras veían la película, tenían sexo discretamente.

Ver mis series que siempre dejo para después.

Eran esos juegos de rol sexuales que realizaba con Toshio en su habitación y las orgías que llevaba acabo el hombre con sus amigos, teniendo a Hinata para jugar con ella a su antojo.

Follenme en todos mis agujeros, hagan con sus vergas un desastre de mi.~

Cosas como esas eran las que constantemente gritaba Hinata en medio del éxtasis en las orgías que tenía cuando Naruto no estaba en casa.

¿También te aburres en tus viajes de negocio, Naruto-kun? —pregunto Hinata con las menos en los hombros de su esposo.

Si, es lo de siempre. Largos viajes de cuatro horas en el avión —contó como si fueran cosas aburridas pero en realidad eran historias similares a lo que su esposa hacia realmente.

Largos viajes en los que recibía mamada tras mamada de sus asistentes y secretarias que llevaba esos viajes. Con bailes privados que le daban durante el vuelo.

Aburridas reuniones con los directivos.

Eran orgías con una doce de mujeres con él en una habitación privada, mujeres que al igual que Hinata, eran perras en su vulgar expresión. La diferencia, era que se trataban de perras a propiedad privada de Naruto.

Lo único bueno es que puedo volver a casa para descansar de todo eso.

Si descansar.

Naruto-sama, quedemos un día más.~

Le rogaban su harem, cuando tocaba volver a casa.

Pero ahora esta noche es para ti y para mi, mi amor.~ —tomo con celo a su esposa por la cintura antes de volver a besarla, antes de entrar en la cama con ella.

Dentro de la cama donde sus cuerpos se volvieron a encontrar luego de tiempo, Naruto con gentileza acariciaba los pechos de su esposa con sus manos cuando seguía besando los labios de su boca. Hinata por su lado pasaba las manos por la fuerte espalda de su marido rozando sus piernas con las de su rubio de ojos azules.

Naruto-kun, ay algo que quiero intentar —dijo despacio, cuando su boca se separo de la de su esposo luego de perder aliento los dos.

Sin hacer preguntas, a vista de su esposo, Hinata comenzó a chupar el pene de su marido como si fuera la primera vez que hacia algo como esto.

Hinata, esto es nuevo de ti.~

Te gusta~ pensé que era tiempo de hacer cosas nuevas entre nosotros~ —dijo gracias a su máscara bien puesta.

También quiero intentar algo —comento con pena Naruto, su esposa no sabia que él igual usaba una máscara como la de ella.

Hinata puso su trasero sobre la cara de su esposo, Naruto pudo probar el sabor de su vagina por primera vez. La lengua del rubia se movía con suavidad a la que dejo de acostumbrarse.

Naruto-kun, esto es muy pervertido y sucio~ pero se siente bien —mordía su mano para no gemir, o eso le hacia parecer a él.

Mueves tu boca, con mucho entusiasmo, mi amor~ —dijo Naruto, su mujer llevo su pene mas profundo en su boca—, me voy a correr Hinata.

¡Yo también me corro Naruto-kun!

Saborearon el uno del otro al mismo tiempo, limpiando la sexualidad del otra cuando no pudieron atrapar todo el jugo que expidió su pareja. Engañandose mutuamente con que era algo que realizaban por primera vez uno al otro.

Hinata, te ves tan linda Hinata —decía el rubio cuando su esposa estaba encima suya subiendo y bajando su cintura con amor, despacio.

Te extrañe Naruto-kun, extrañe hacer el amor con mi esposo~ —la ojiperla se inclino y froto sus pechos el torso musculoso de su esposo antes de robarse un beso los dos.

Poco paso antes de que Hinata estuviese abajo de Naruto y él tomara el control de la noche, causando pasión en su mujer.

Hinata, voy a correrme.

Hazlo dentro cariño, quiero sentir tu amor dentro —exclamo, su cuerpo de la Hyuuga sudaba de pasión.

¡Hinata!

Naruto-kun, yo también me vengo~ —mordió el hombro de su esposo mientras el orgasmo se liberaba de su interior.

Agotados después de esa expresión intima de amor, Hinata era abrazada por su esposo luego de taparse con la sabana.

Eso fue fantástico —dijo en mentira Naruto.

Si, me hiciste flotar, mi amor~ —Hinata necesitaba más, pero hasta donde sabia, su esposo no podía dar mas de un encuentro.

¿Deberíamos hacerlo una vez más?

Estoy agotada —mintió Hinata, su vagina picaba por más. Pero hasta donde Naruto sabia, su esposa no era una mujer que le apasionará el sexo.

Tal vez la próxima vez.

Si, para la próxima vez.

Hinata no lo sabia, pero su esposo era mas compatible con ella de lo que pensaba. Sin embargo pensaba que Naruto sentiría asco en cuanto la viera comportarse de manera tan lasciva. Pero era lo que a él le encantaba, una mujer sinceramente lasciva y pervertida.

Ino.

Temari, también fuiste solicitada por el “zorro de nueve colas” —pregunto Ino, encontrandose con su amiga en el pasillo de un hotel de renombre que ninguna de las dos había pisado antes.

Si, me pregunto quién sera —comento Temari antes de abrir la puerta y entrar con su amiga.

Bienvenidas, señoritas. Las esperaba con ansias —dijo el misterioso hombre que las contrato para acompañarse este fin de semana. No esperarían quien fuese el misterioso hombre que pago por coger con ellas.

¡Eh! ¡¿Naruto?!

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