weekend work
Poder, dinero, lujos. ¡Mujeres! No había nada que Naruto no tuviera. Incluso tenía su propia familia, pero aun teniendo todo, solo una cosa en su vida era lo único que no tenia satisfecho.
Se encontraba en su suit personal en su hotel de ocho estrellas que visitaba una vez cada fin de semana en la ultima semana de cada mes. Donde en este momento el rubio disfrutaba una buena mañana en su piscina que tenía en su habitación en el ultimo piso del hotel. Disfrutando del sol mañanero, sobre un camastro personal para apreciar el paisaje. Ese paisaje eran Ino y Temari en la piscina besándose con mucho calor ante la mirada engreída del rubio, lo que parecía un simple beso lesbico paso a ser un beso mas provocativo para el disfrute de su señor. Y escribo señor, porque ellas miraban al rubio con incitación mientras sus lenguas bailaban como mujerzuelas, como ellas mismas lo eran.
Eso no era todo, en vez de ir con ellas y unirse a sus “zorras”, Naruto bajo sus lentes de sol en ese balcón de su habitación especial, que abarcaba el tamaño de una habitación. Miraba mas que nada a Hanabi, o mejor dicho: la espalda desnuda de Hanabi. Su castaña cuñada, estaba sobre su polla moviéndose llena de energía dejando que su pene acariciara todo su interior mientras se la humectaba con sus propios jugos vaginales.
—Naruto-sama —apareció su secretaria adjunta favorita, Sarada. Usando solamente un muy pequeño bikini rojo, llego con una bandeja donde una bebida en una copa esperaba para su jefe—, le traje su bebida.~
—Buen trabajo, Sarada-chan —tomo la copa, recibiendo una sonrisa de parte de su mas joven secretaria personal. Apenas la vio darse la vuelta y Naruto no dudo en poner su mano en el trasero de Sarada, para apretarlo con mucha perversión con el consentimiento de su secretaria, era por eso la sonrisa en la pelinegra.
Ingirió el contenido de la bebida como su fuera agua, devolvió la copa a Sarada para seguir mirando a Hanabi moverse con mas entusiasmo sintiendo ella alcanzar un nuevo orgasmo, los jugos que soltaba.
—Naruto-sama~ —exclamo Hanabi atrayendo la mirada de su jefe antes de que se embobara de nuevo mirando a Ino y Temari que seguían con su beso lésbico, su mirada—. Naruto-sama, ya casi.~
La sonrisa arrogante del rubio se manifestó en cuanto vio la cara de perro rogando por su premio. No era un perro, pero si una perra. Tomo a Hanabi de sus brazos, y se levanto del camastro sin dejar que la castaña de estar montando su polla. Con las piernas de su cuñada envueltas sobre su coxis, Naruto movía sus caderas con entusiasmo de un animal, haciendo gemir de locura a Hanabi.
—¡Esto es lo que quieras verdad estúpida, esto es lo que quieres! —gritaba el rubio chocando su polla dentro de Hanabi.
—¡Si! Ha~ la polla de Naruto-sama es la única que me hace llegar al orgasmo~ —parecía ser un perrito esperando por su premio prometido por su amo, solo que Hanabi era la perra de Naruto y el premio que quería, era de color blanco cremoso, directo en la boca que le estaba partiendo su amo—. ¡Dale a tu perrita su grandioso semen, amo!~
Sin hacer ruido, entro en el área de la piscina, otra de las principales secretarias del rubio, que no era menos importante que las demás. Se trataba de Mabui, la peligris morena entro y quedando perpleja por unos segundos con lo que veía, respiro profundo y con tabla de madera en mano con algunos papeles importantes, camino ha donde su jefe estaba divirtiéndose con Hanabi.
—Naruto-sama —saludo Mabui tratando de no darle importancia al espectáculo de obscenidades que gobernaba en la piscina, pero el Uzumaki estaba sumergido en él.
Mabui dió un gran suspiro que no la hizo notar por el rubio, no había día alguno que no viera a su actual jefe teniendo sexo con alguna de las secretarias que mantenía muy cerca suyo.
—Naruto-sama —intento llamar su atención parándose a la derecha de él—, señor. Debe alistarse para la reunión de las once.
—¡¿No vez que estoy ocupado Mabui?! —no volteo ni por un momento para ver a la morena quien solo se mostró intimidada por el rubio.
Miro con complejidad a su jefe, solo se limito a mirar la obscenidad con preocupación. Sin embargo Naruto estaba concentrado dándole duro a Hanabi, con cada segundo, veía como golpeaba a Hanabi con su pelvis con mas entusiasmo cada vez, significando claramente que el rubio estaba llegando al orgasmo.
—¡Aquí va, toma todo mi semen Hanabi! —grito el rubio empujando a mas no poder, su polla dentro de su castaña cuñada.
—¡Que genial! —sentía su interior llenarse, además de sentir como el rubio tomaba todas sus fuerzas mientras el semen de este la inundaba y su polla abrazaba todo su interior—. La polla de Naruto-sama esta bombeando todo su semen en mi interior.~
Con un gran ardor en el punto de entre las piernas, Mabui miraba con su vagina picando le de envidia. Difícilmente, sin fuerzas; Hanabi logro poner sus piernas en la tierra, sintiendo entumirse estas. Solo para caer sobre el piso cerca a la piscina con el orgasmo en la cara, el aire escapando de sus pulmones de éxtasis y el semen del rubio escapando de su coño que quedo abierto.
—Si ya termino... —exclamo Mabui, pero nuevamente fue ignorada.
—¡Sarada! —llamo Naruto con autoridad.
—¡Hi!~
Con solo decir el nombre de la Uchiha, vino a él para poner rodillas y limpiar su polla con misma boca sin importar quien la llegase a mirar. Pero quien les lograría ver estando en el piso mas alto de la torre de mas de ochenta pisos.
La expresión devota de Sarada mientras chupaba la polla de su amo, decía cuan perra leal era para su amo. Sabiendo que solo había una forma de llamar la atención de su jefe, tragándose su orgullo, Mabui se quito su ropa, revelando traer un sencillo bikini color rojo debajo que dejaba ver su escote que siempre traía bien escondido.
—Naruto-sama —ahora que su cuerpo estaba mas descubierto, sobre todo su trasero como sus pechos, logro tener la atención del rubio—, no olvide que a las once tiene una reunión que atender.
—Claro, claro la reunión con Heartfilia—exclamo el rubio, sacando su polla de la boca de Sarada justo cuando la joven estaba hipnotizada por el sabor de su jefe.
—Después, no olvide que a las cuatro debe reunirse con la señora de Shichukage —con la tabla de madera y papeles en él, en sus manos nuevamente, Mabui cubría su estomago—, puedo encargarme del lugar de sus encuentros si deja de ver mis pechos.
—¡Jajaja! —carcajeaba del chiste de la morena. Se acerco a ella y la tomo de su cintura—, actúa todo lo inconforme que quieras conmigo querida Mabui —con su mano en la espalda, Naruto logro deshacer el nudo que mantenía unido el sujetador de la morena, revelando sus pechos en totalidad—, pero en el fondo eres mi perra igual que ellas. Terminaras rogando por mi polla.
La inconformidad del trato que le daba su actual jefe le era humillante, ser tratada como un objeto para satisfacer su insaciable lujuria. Pero como el rubio mismo lo dijo, al final de todo Mabui le gustaba ser parte de los juegos de Naruto.
—Naruto-sama, es usted muy cruel —decía la peligris con una copa de vino en la mano desnuda ahora, estando toda ebria siendo tan solo las nueve de la mañana. Naruto no perdía el tiempo cuando tenia estos escapes de fin de semana con su harem—. Que pensaría su esposa si la viera teniendo sexo con las mujeres que trabaja.
Naruto se encontraba en un sofá muy cómodo a la sombra de su mismo balcón, con la morena de Mabui a su izquierda bebiendo contentamente, mientras que tenía Sarada a su derecha encima de él, besando sus pectorales, su cuello hasta morder su oreja. La Uchiha movía su cintura como la amante hechizada que era con su señor, por encima de su estomago.
—Por favor, Hinata nunca lograría enterarse o pensar tal cosa —contesto egocéntrico el rubio ignorando por un momento a Sarada y su sensual baile.
No obstante, a los pies del rubio, Temari junto a Ino, peleaban con sus bocas por tener una sola de ellas la verga de quien eran amantes, para saborear hasta el cansancio. Todo mientras sus propias vaginas manchaban de sus jugos, sus piernas.
—¿Que tal si ella te engaña, como tu lo haces a tu esposa? —pregunto en su ebriedad, Mabui.
—¿Hinata? ¿engañarme? —un buen chiste que saco mucha risa a Naruto de solo imaginar dicho evento—. ¡Me hacen reír! Hinata es demasiado pura como para pensar en hacerme eso.
Podíamos decir que era eso lo que enamoro Naruto de Hinata: su pureza, esa pura inocencia. Seria un festín para él corromperla y pervertir la. sin embargo… no. Para Naruto, nunca fue una opción hacer tal cosa con su esposa. No obstante, la Hinata que conocía Naruto estaba teniendo su propia diversión a costas de su esposo; sin que él sospechara.
Pues la noche previa a la divertida mañana que estaba teniendo Naruto...
—¡Pero si es Hinata-san! —anuncio la entrada a la habitación de la bella Hinata, un hombre de unos cuarenta o cincuenta años. Al igual que los otros diez hombres de relativa edad que estaban de traje con una mascara negra de carnaval europeo sobre sus caras.
—Que hermosa te ves esta noche.~
—Esta tan bella como siempre.~
Llenaban de halagos a la tierna inocente, pero pervertida esposa.
—Cuantos buenos caballeros están reunidos aquí por mí —exclamo Hinata en medio de todos los hambrientos sujetos calenturientos—, su anfitriona, Hinata. Esta mas que entusiasmada por ser su diversión esta noche.~
Todos los varones encontrados aquí, no desviaban la mirada ni por un segundo ante el iconico vestido negro de cuerpo completo de la Hyuuga, como toda una mujer de la alta sociedad se lograba ver. Un vestido sin mangas, solo cortos tirantes y una abertura en “V”, muy llamativo de sus pechos, que llamaba la atención que cualquiera que pasara junto a ella.
—Díganme, queridos caballeros~ —acarició el mentón de uno de ellos, sacando humo de las narices de este de tanto calor que le provocaba en todo el cuerpo, Hinata—, como quieren comenzar esta agradable velada.
Una idea obscena de estos hombres que compraron la compañía de Hinata por una noche. Un giro inesperado. Hinata se había desnudado por completo, para estar encima de una mesa de su tamaño, rodeada de todos los varones que deseaban cogerla. Con la manos detrás de su cabeza, sus piernas flexionadas para dejar a la vista su vagina, con sushi sobre su estomago los hombres que compraron los servicios de Hinata. Los caballeros comían del banquete.
—¿Están disfrutando la cena?~ —preguntaba la ojiperla completamente a gusto siendo objeto de la perversión de estos sujetos.
—La comida nunca había sabido también.~
Con los palillos, cada uno tomaba una pieza de sushi y la sumergían en la vagina de Hinata, mojando el alimento con los fluidos de su vagina, antes de llevarlo a su boca.
—Vamos~ —decía animada la Hyuuga, ruborizada de los pequeños espasmos que los hombres le hacían disfrutar cuando remojaban la comida en su vagina—, es mi turno de comer —con su cabeza fuera de la mesa, mostró su boca ansiosa por saborear un buen pene—, vengan y follen mi boca como si fuera mi vagina.
Una sola fila, los caballeros de alta sociedad que compraron los servicios de Hinata ya querían que llegase su turno en la fila. Usar la boca de tan atractiva mujer como si fuera una vagina un mejor comienzo al que habían dado.
—Hinata ni siquiera piensa en tener sexo, incluso como mi esposa, debo convencerla para eso —dijo Naruto dándole vueltas a su bebida en la boca con solo agitarla—. Seria una broma mala, si llego a descubrir que Hinata es en realidad una pervertida mujer.
A la mañana siguiente, desde las seis de la mañana para ser exactos... Entonces Hinata se encontraba en otro lado, con las piernas abiertas, sobre una mesa mas corta, con sus manos atadas por encima de su cabeza. Una fila de incontables hombres hacían fila para llegar a ella, pero aun ninguno se acercaba a ella.
—¡Hinata-san! —gritaban emocionados, ya habían contratado sus servicios.
—Hola queridos clientes, este quiero que me ayuden a romper un récord mundial —Hinata se mostraba entusiasmada por lo que tenia en mente cometer—, vamos a romper el récord de mas creempies en una vagina durante las siguientes veinticuatro horas.
Un coro de animo, como si se trataran de guerreros poseídos por la lujuria se escucho. Existe el récord guiness, perteneciente a una actriz del cine para adultos que mantuvo sexo por veinticuatro horas, consiguiendo un total de mas de 918 creempies de todos los voluntarios y ahora Hinata planeaba establecer un nuevo récord.
—Adelante, que pase el primero~ —su vagina chorreante dio la señal al primero en la fila para pasar.
Como animal en celo, el primero en línea fue corriendo a donde Hinata y sin dudar, inserto su pene. Una juez del libro con cronometro digital comenzó la cuenta regresiva para tener una mejor contemplación del nuevo récord por romper.
Naruto no tenia ni la mas mínima sospecha de que su esposa era igual que él, serían la pareja perfecta. No tenían la mas pequeña chispa de duda. Mientras que Hinata llevaba un número de 189 corridas de la interminable fila de varones para estas horas de la mañana, sin mostrar ella algún signo de agotamiento, entumecimiento o dolor de cabeza de tanto sexo sin descanso. La mente de Naruto estaba concentrada en una sola en momento, alistarse para la reunión que tenia con una de las compañías menores que ahora trabajaban bajo su firma. Necesitaba darse una ducha, pero que mejor manera de hacerlo que acompañado de la misma Mabui bajo la regadera.
Bajo el agua de la regadera, en sus manos tenía a Mabui, Naruto; a la que no dejaba de besar y pasar sus manos sobre el cuerpo de la morena.
—Naruto-sama… deme un respiro —exclamo Mabui, en cuanto el rubio la puso rudamente contra la pared de cristal del baño. Sus pechos embarrados contra el cristal transparente haciendo de sus senos, mas llamativos—, debe pensar en la reunión dentro de poco.
Tenía uno de los dedos de su amo metido en su vagina, hurgando su interior con diversión mirando muy de cerca el trasero de la morena. Estaba de rodillas detrás de su redondo trasero.
—Eso hago, sabes bien que comerme una vagina de chocolate antes de ir a una reunión me tiene tranquilo —dijo el rubio hablándole al coño de Mabui.
—...Imbecil… ¡Haa!~ —soltó un gemido la peligris morena, la boca de Naruto comenzó a devorar su vagina y no podía hacer nada para aparentar estar molestia al respecto. Si la lengua de su jefe tocaba muy bien en su punto mas sensible, la polla del Uzumaki la volvía loca cuando raspaba esta zona suya—, jefe… su lengua es fantástica.~
—Aun no te corras, Mabui —después de unos minutos fugaces para la morena, el rubio comenzó a frotar su verga contra el trasero de su secretaria—, yo también debo disfrutar de esto. Cerda, perra… ninfomana ¡Mabui-chan!
Un solo movimiento brusco y la morena tenía en todo su interior la polla de Naruto. La rudeza con la que golpeaba su trasero era de mucha estimulación para Mabui, su voz sincera y el reflejo de su rostro en el cristal a pesar de ser transparente complacía mucho a Naruto.
—Di lo que quieras Mabui, pero en el fondo amas que te folle —con el agua de la regadera corriendo para pasar desapercibido, Naruto se complacía con todo el cuerpo de la morena—, sabes bien que no puede resistirte a mi pene.
—Es usted un bruto~ —la satisfacción en la morena al sentir cada empujón, era lo mejor para ella—, no pare… quiero que rompa mi vagina con su grandiosa verga, Naruto-sama.
Agarro del mentón a la chica y la hizo mirarle a los ojos mientras su pelvis seguía chocando contra su trasero con mas entusiasmo en cada minuto.
—Dame un beso querida —exigió Naruto.
Sin rechinar, con la mirada alegre de Mabui. Abrió su boca y dejo a su jefe tomar su lengua hasta dominarla, humectada quedo su interior haciendo mas fácil para Naruto entrar como salir de su coño.
Una doble moralidad de Mabui, reprobaba la actitud de su actual jefe en ser mujeriego; tener a todas las que tenia asignadas como secretarias era una mascara para tenerlas realmente como amantes, estando él casado y con hijos. Pero cuando era solo ella quien estaba a solas con Naruto, mas que dispuesta para ser el objeto de la lujuria del Uzumaki. Justo como ahora.
—Naruto-sama, Naruto-sama voy a correrme~ —gritaba Mabui a medida que su jefe la hacia alcanzar el clímax con el entusiasmo con la que me embestía—, córrase conmigo… ¡Naruto-sama!
—¡Mabui! —grito su nombre antes de disparar su esperma dentro de la morena. Sintiendo en la punta de su verga, chocar contra la entrada al útero de la morena.
Disfrutaba ser la amante de Naruto ¿Como es que ella llego a formar parte del harem de Naruto? Fue después de conseguir a Sarada como a su cuñada Hanabi. Estando Shizune también entre ellas. Antes de trabajar para el rubio Uzumaki, trabajo para una de las compañías rivales de Naruto, bajo mando de un carismatico hombre al que llamaban…
—¡Raikage-sama, por favor! —gritaba de dolor la morena en ese entonces.
Justo como ahora, entonces Mabui estaba a merced del bronceado hombre de grandes músculos en el baño. Contra la pared de azulejos, la morena era atravesada por el pene descomunal del Raikage, pero a diferencia de Naruto; él solo pensaba en su propia satisfacción.
—¡Deja de quejarte y aprieta mas esa vagina tuya Mabui! —gritaba de cólera el sujeto. Los golpes de su mano sobre sus glúteos eran mas dolor que placer para Mabui—. Aprieta mas y hazme venir!
Exigía el moreno convirtiendose en bestia sin cuidado para la peligris. Solo podía aguantar el mal trato de su entonces jefe.
—¡Aquí voy, que tu vagina trague todo mi semen! —empujes brutales que mas que hacerla sentir satisfacción como él las sentía. La hacían sentir morirse.
—¡Aaahhh! —gritaba de dolor Mabui, sus piernas sin fuerza la dejaron caer al suelo en cuanto el Raikage saco su verga de ella—. ¿Ya esta satisfecho? —pregunto sin tanta fuerza en su voz. Mas cuanto volteo, observo como la polla de su jefe se mantenía erecta y cubierta de las sustancias que secretaba él de aquí así como algunas de la misma Mabui.
—¿Tu que crees? —pregunto el Raikage, con su pene casi encima de la cara de Mabui (en forma literal)—. ¿Que esperas para limpiarlo?
Con terror en los ojos. La morena no tenia mas opciones que acatar las ordenes de su jefe. No quería tener la ira de su jefe. Con Naruto, Mabui era una de sus mujeres; era una de sus amantes de las que su esposa no sabia que él tenia. Antes de eso, era la esclava sexual de Raikage. Una esclava de la que le gustaba abusar hasta el cansancio, sin importarle cuanto gritara ella porque le diera un respiro.
Hinata disfrutaba ser el centro de atención en el juego sexual de uno o muchos varones que solicitaban sus servicios. Mabui era lo contrario, Raikage la obligaba a formar parte de sus juegos sean solo para él o cuando invitaba a sus amigos a jugar con Mabui hasta el agotamiento… de ellos.
Era noche de poker, noche en la que el destino de Mabui estaba por cambiar por completo. Los millonarios tiene peculiares reuniones a escondidas del ojo publico, Naruto se reunía con otros empresarios que intentaban estar a su nivel para jugar y apostar, fue esta noche cuando la vida de Mabui dio un giro nuevo.
—¡Vuelvo a ganar! —grito Naruto jalando todas fichas de poker de la mesa a su lado, dejando casi sin dinero a sus rivales de juego en la noche.
—Estas de suerte esta noche muchacho —dijo un hombre que iba por los sesenta años—, haber muestra tus mangas.
—Tranquilos no estoy haciendo trampa —levanto las manos en alto, dejando caer las mangas de su ropa que estaban desabrochadas las muñecas para que vieran su juego limpio—, sigamos jugando.
—Que tal si subimos el nivel de la apuesta —el Raikage estaba del otro lado de la mesa, frente a Naruto, él tenia detrás a Mabui quien se mostraba tensa ante lo que su jefe haría.
—¿Que quieres apostar, viejo? —Naruto levanto la ceja sin dejar de mirar esa expresión maliciosa del marrón hombre cuya compañía competía en muchas áreas tecnológicas en las que Naruto sobresalía con su propia compañía.
—¿Que te parece esto? Si yo gano, me quedaré con tus lindas acompañantes de esta noche —Hanabi como Sarada palidecieron ante la idea de estar a merced de este sujeto. Verlo, tan solo eso intimidaba; seguramente tenia una lujuria que satisfacer, pero a diferencia de Naruto, él solo pensaba en su propia satisfacción sexual.
—¿Tu a quien apuestas? —pregunto Naruto, tomando esta apuesta con mas interés.
—A ella —un gesto de su mano, presento a Mabui quien se mantenía callada estando a su lado—. Te presento a mi asistente personal, Mabui.
—¡Raikage-sama!
—Tranquila Mabui —ni volteo a ver la preocupación de su trabajadora—, al acabar la noche tendrás dos nuevas amigas para hacerte compañía.
Eso ni de chiste calmaba a la morena. Quien se preocupo por ellas, si su jefe ganaba era un destino claro que serían dos juguetes sexuales para el raikage como ella lo era. Pero si Naruto ganaba, quien le aseguraba que él no le daría un trato distinto al que tenia que soportar con el Raikage.
—Juguemos —se puso serio Naruto. Complaciendo al Raikage, mas cuando el barajista tiro las manos, la victoria estaba decidida para el rubio.
No paso mucho tiempo, de cuando las cartas entraban y salían de la mesa; antes de apostar su mano el raikage primeramente. Altanera sonrisa suya, antes de revelar la mano de cartas que habían en su palma.
—Full, Naruto —tiro sus cartas a la mesa. Tres Q y dos K en sus manos del Raikage, estaba cantando victoria antes de tiempo—, la victoria es mía mocoso.
—Mientras mas fuerte rias, mas lloraras viejo —dijo Naruto dejando helado a su oponente. Dejo de ocultar su mano y revelo—: Tengo poker.
—¡¿Que?! —esto era inaudito, la mano mas valiosa de poker estaba en posesión de Naruto—, esto es…
—…tu derrota, Raikage —dijo Naruto—, lo siento mucho mi amigo enemigo. Pero tu bella asistente, ahora es una de mis bellas asistentes. Felicidades, linda señorita ahora trabaja para mi.
—Es broma verdad —pregunto un poco temerosa Mabui. Podía ser un simple sueño, pero no. Era real, pues al final de esa noche dejo de trabajar para el Raikage y ahora era empleada de Naruto Uzumaki, un respetable hombre de negocios. Sin embargo tras trabajar para el Raikage le había abierto los ojos. Los millonarios y poderosos tienen secretos de los que pareciera solo existen en historias mas retorcidas del bajo mundo de la ficción.
—Naruto-sama, traigo el reporte de contabilidad… —exclamo Mabui, para quedar estupefacta como silenciada tras entrar a la oficina privada de su nuevo jefe en su nuevo lugar de trabajo.
Al abrir la puerta, encontró al rubio ocupado con Sarada sobre su escritorio, usando un atuendo de conejita playboy en color rojo.
—Naruto-sama, su pene es el mejor~ —gritaba Sarada con una expresión indecente en su cara, cuya lengua estaba fuera y sus ojos cual perrita mimada era—, esta golpeando lugares que solo usted puede alcanzar. Ha~ estoy por correrme.
Mabui se quedo paralizada e inmóvil, esto bien sabia era algo que iba a ver tarde o temprano. No demasiado pronto, era su primer día en su nuevo trabajo y ya había visto todo. De las tres que eran secretarias y asistentes personales de Naruto. Sarada, la mas joven de ellas, era el plato matutino de Naruto. Mas no le importaba ser vista por otros en pleno coito. Querían que la vieran como la amante de Naruto.
—¡Si, estoy por correrme. Me… me vengo! —grito de euforia la pelinegra. Estando encima del escritorio del rubio. Sarada contrajo su cuerpo al sentir los empujes de semen cuando Naruto se corrió con ella.
Fue tan intenso como alucinante para Sarada, que no solo se quedo sin fuerza en las piernas como su mente quedo en blanco. Sino también que se llego a caer del escritorio hacia atrás, donde Naruto.
—Yo solo voy a dejar el reporte en sobre el escritorio —logrando pasar de largo la tensión, Mabui camino y apunto de dejar los papeles en la mesa, el rubio Uzumaki le dijo:
—Entregame lo de una vez —el rubio extendió su mano, poniendo un poco tensa nuevamente a Mabui, dado el hecho que estaba desnudo y a varios pasos de distancia de su escritorio.
En silencio, se acerco a Naruto para darle lo que pedía, solo para terminar viendo a Sarada de cunclillas ante el rubio chupando el pene de este con gran devoción y entrega a su sexualidad.
—¿Que pasa, quieres un poco? —pregunto Sarada, vacilando teniendo la cosa de su amo y señor frotando contra sus mejillas, por manos propias de la Uchiha—. Lo siento, pero en este momento, solo soy yo quien esta a cargo de satisfacer las necesidades carnales de Naruto-sama. Perra.~
—Terminaste de hablar, Sarada —dijo Naruto, para volver a tener su polla dentro de la boca de su mas joven amante. Con los papeles que le trajo Mabui en mano, leyó el informe en lo que disfrutaba de la mamada que le daban—, bien. Todo esta en orden. Sigue con lo demás que te encargue, Mabui y no olvides cerrar la puerta.
—Si, señor… —exclamo desorientada, no podía dejar de mirar el como Sarada le hacia una felación con tanta devoción como entrega a Naruto. Si bien era mas agradable él que el Raikage, se preguntaba que hizo para poner a tan joven muchacha a merced de sus deseos carnales—… me voy.
Sin poder dejar de estar mirando para atrás, Mabui abandono la habitación sin que pudiera ignorar los gemidos del Uzumaki que disfrutaba a pelo de la gratificación que le hacia Sarada, hasta escuchar el momento en el que entendió la morena, Naruto eyaculaba en la boca de su joven secretaria. Antes de cerrar por completo la puerta, una pequeña abertura y Mabui lograba ver a la Uchiha de pie, limpiando su boca con su ante mano. Fue besaba por Naruto sin importarle donde la hizo poner la boca de la chica antes, la puso de nuevo sobre el escritorio en medio de dichos besos de lengua, abrió las piernas y pronto la escucho gemir de placer. Sarada se dejo caer sobre le escritorio mirando como el amo de su cuerpo movía su pene con tanto salvajismo carnal. De tanto gozar, bajo la cabeza para quedar fuera del escritorio de Naruto, logrando ver la pelinegra joven a Samui en aquella pequeña abertura de la puerta, donde solo uno de los ojos de la peligris, lograba verse.
Con ambas manos hizo símbolos de amor y paz, Sarada mientras su cuerpo disfrutaba de la polla de Naruto. Eso vasto para Mabui y por fin cerró la puerta. Alejándose en despacio, sin poder creer lo que acababa de ver.
—¿Así es todo los días? —Mabui se encontraba con Shizune en un bar calmado, como de alta clase tras terminar el día. Dejando que se fueran temprano a casa así como el mismo Naruto lo hizo tras dar la orden.
—A Naruto-sama le gusta monopolizar mujeres, sin importar si son solteras, jóvenes, casadas o en una relación o viudas —dijo Shizune disfrutando de un buen sake—, tranquila cuando llegue tu momento terminarás gimiendo su nombre a los cielos.
—¿Tu también? —pregunto, una gota de sudor por preocupación se deslizo de la frente de la morena dejando el vaso de borbon que pidió, antes de darle el primer sorbo.
—Hanabi también y Sarada-chan ya sabes… —sudo un poco mas Shizune. Después de beber directamente de la botella de sake—… le gusta monopolizar al jefe. Ni un mes y ya se considera la consentida del jefe. Se cree la amante verdadera de él.
—Niña inocente —exclamo Mabui, encontró gracioso la historia—, cuando su esposa lo visito el otro día en la oficina, pensé que descubriría teniendo a Sarada debajo de su escritorio… pensar que teniendo una mujer mas atractiva que cualquiera de nosotras, solo se la cogería a ella. Digo, ese par que se carga —cuando vio a Hinata, Mabui no pudo evitar notar los grandes pechos que se cargaba la oji perla.
—Como cualquier multi millonario excéntrico tiene su amantes, o en su caso: amantes —nótese el plural en el sujeto.
—¿Que crees que esta haciendo ahora? —pregunto, acerca de Naruto; Mabui.
—Teniendo sexo con su cuñada antes, seguramente —dijo Naruto.
—Pero dijo que iría a ver el partido a ver el partido en casa de su amigo Konohamaru —comento Mabui.
Lo que pasaba realmente era simple como verídico, tal como Shizune había dicho y como Mabui sabía. Naruto fue a casa de su antiguo amigo, Konohamaru para ver el partido con él pero también estaba Hanabi aquí, dado que ella tenia una relación con el mencionado amigo de Naruto. Sin embargo el rubio no estaba interesado en ver el juego en ese momento.
—Aguarda, Naruto. Konohamaru nos vera —decía en voz baja Hanabi, tenia las manos de su cuñado dentro de su ropa tradicional japonesa.
—Ah, por eso tienes tu conchita toda mojada~ —Naruto frotaba su pene bajo la vagina de su cuñada, levantando disimuladamente su falda.
Estando en la cocina, un tanto alejada de la sala donde el novio de Hanabi gritaba de animo a la televisión dado el partido. Mas sin embargo, la castaña de ojos como perla, tenia las manos de su jefe y cuñado acariciando sus pechos dentro de su ropa. Estando ambos detrás de la barra de la cocina, que quedaba a vista de Konohamaru desde su lugar en la sala.
—¡Si, eso es! —grito Konohamaru en cuanto su equipo anoto para igualar el marcador—. Que pasa Hanabi, estas tardando mucho.
—Ya casi esta listo la merienda~ —dijo llena de alegría Hanabi, sintiendo mas impertinente el roce de la polla de Naruto.
Estando ebrio y contento con el curso del partido, el novio de Hanabi no entendía el porque la cercanía de su amigo a su novia, era cuñada de Naruto, tal vez era porque se llevaban bien. No tenía idea de que a Naruto, le gustaba cogerse a Hanabi delante de su amigo sin que él se diera cuenta.
—Ven Naruto, parece que este será el año que ganaremos una nueva copa —exclamo, extendiendo una botella de cerveza a su amigo.
—Solo termino de ayudar a Hanabi, amigo —actuaba con normalidad Naruto.
Escucho al comentarista de la televisor, el equipo volvía a tener la pelota bajo su control y Konohamaru comenzó a gritar de emoción motivando a su equipo creyendo que él era el mismo entrenador de su equipo favorito dándoles instrucciones como si le escuchasen. Uno de efectos de combinar alcohol y deportes.
Digno de una película pornográfica, en el fondo detrás de Konohamaru. Naruto empezó a cogerse a su novia, Hanabi; sin que su amigo se diera cuenta. Un gemido discreto en la cara de la castaña y ya tenía la verga del rubio tomando todo su interior sin que en ningún momento Konohamaru se percatara.
—¡Corre estúpido, corre! —gritaba el castaño, sin darse cuenta que en la barra de la cocina, era Hanabi quien estaba por correrse.
Un movimiento brusco de Naruto y su novia tenia los pechos expuestos, como todo la parte superior de su cuerpo. Las manos del rubio apretaban con gran deseo los pechos de su cuñada, una expresión indecente se lograba ver en el transfondo de Konohamaru alentando a su equipo a ganar.
—¡Patea, patea! —gritaba con entusiasmo, estando tan cerca de la pantalla que le robaba toda la atención.
Ignorando por completo que su novia estaba alcanzando el orgasmo gracias a Naruto, quien la tenia levantada de sus piernas y con su vagina a la vista. A Hanabi no le importaba ser descubierta por su novio en ese momento. Al parecer. Alcanzo el orgasmo ambos amantes sin que Konohamaru se diera cuenta, corriéndose junto a Naruto.
—¡Ya ganamos la copa Naruto! —grito de alegría Konohamaru sin lograr haber visto nada, ni siquiera al final cuando volteo finalmente. Ellos ya habían acabado, mejor escrito: Naruto consiguió acabar en Hanabi en su interior—. ¡Ganamos Naruto!
—¡La copa es nuestra! —celebro Naruto volviendo primero junto Konohamaru tapando de su visión, cuando Hanabi se acomodaba la ropa para poder volver con su novio.
Con nuevas botanas en un tazón, volvió Hanabi a con ambos hombres, solo para dejar sobre la mesa de centro en la sala, para ser tomada en un abrazo muy enérgico por parte de su novio quien era el mas contento de los tres. Tanta era la ebriedad de Konohamaru, que no lograba notar el peculiar olor a marisco que desprendían estos dos, eso fue bueno para los dos.
Días mas tarde, siendo un día muy estresante para Naruto dirigiendo todo desde su oficina. No tuvo ni un solo momento el rubio para disfrutar de sus lindas secretarias, un problema tras otro, del que tuvo que hacerse cargo y resolverlo. A pesar de la ayuda de estas, el trabajo no se aligero para el rubio.
—Naruto-sama, hice el informe y aquí está el resultado final —entró Mabui, quedándose hasta el final con su jefe. Shizune, Sarada, Hanabi. Las dejo salir mucho antes que él.
Un Uzumaki, cansado como agotado, desanimado; tomo la carpeta y desde la primera pagina encontró todo en orden sin error alguno o detalle que le de agradara. Su compañía iba mejor que el trimestre pasado. Cerro la carpeta, dejando ver su cara una agradable sonrisa. Todo el agotamiento por fin se había ido y estaba de ánimos.
—¿Pasa algo? —la cara que le puso Naruto, la risa que de pronto comenzó a hacer, despacio y con mucho regocijo preocupo a Mabui en vano.
—¿Que? —dijo Naruto—. No, no pasa nada. Esto es perfecto Mabui, no podía estar mas contento con estás cifras. Siento mal por quitarle a su secretaria, seguramente le esta costando mucho encontrar a otra como tu.
—Si, otra como yo —dijo complicada, acariciando con su mano, la parte baja de su mejilla—. Pues si no hay nada más que pueda hacer... —divagaba Mabui
—Claro, ya puedes irte —Naruto acomodaba los archivos en orden, sin la necesidad de mirar a Mabui que estaba a la derecha, de pie junto a él.
—...Seguro que no hay nada que pueda hacer —decía, esperando no ser rechazada por alguna razón.
Eso le gusto a Naruto, como si no se hubiese dado cuenta antes que Mabui miraba en silencio, a hurtadillas desde pequeños espacios que ella misma provocaba en la puerta de su oficina cuando se cogía a una de sus secretarias con harta pasión, o cogía con las tres en un mar de sexo desenfrenado que solo se vería en pequeños cameos en una película que sobre exagera la vida de los lobos de wolf street…. Creo que así se escribe.
—Puede tal vez que haya algo que puedas hacer antes de irte —comenta malintencionado el rubio. Poco arrimo su silla de su escritorio, dejando ver sus piernas. Mabui vio claramente como Naruto las abría y pronto noto cierto bulto entre ellas, el cual se iba haciendo más grande—, si no tienes problema claro.~
A Mabui se le hacia agua la boca de solo mirar con tanto deseo el empalme de su jefe. Mas no espero ver, como él le revelaba su pene con solo abrir su bragueta y de inmediato, la morena de lindo cabello gris comenzó a quitarse la cinta de su ropa japonesa ante la mirada magnificada de Naruto. Un espectáculo del cuerpo de Mabui a medida que ella así lo revelaba, su polla comenzó a palpitar más cuando la morena se quito cada prenda de su cuerpo sin vergüenza alguna.
—¡Ha~ Naruto-sama! —gemía gustosa Mabui cuando la boca de su jefe se daba un festín con su vagina. La llevo a esa oficina posterior dentro de su propia oficina y en la cama. Naruto en vez de preocuparse por ver a su esposa y sus hijos siendo tan tarde, prefirió quedarse unas horas mas con la compañía de Mabui.
—¿El Raikage no te hacia esto?
—No… él solo me metía su pene y… ¡Haa!~ —esta sensación nueva para Mabui—, jamás pensé que un hombre pudiera usar así su boca, esto es el cielo.
—No soy muy distinto a él —dejo de lamer la vagina de Mabui, para tomarla de las piernas y abrirlas. Con dos dedos dentro, acaricio su coño mojado provocando que se humectará más.
—Eres mejor que el Raikage, Naruto-sama~ —un orgasmo silencioso expulso Mabui gracias a los dedos mágicos del rubio. No era mentira, en verdad estaba fascinada con el talento de su nuevo jefe.
—¿Y esto, dime? —pronto comenzó a frotar su pene sobre los labios de la Morena—. ¡Esto te gusta!
Como si hubiera sido apuñalada, fue la brutalidad con la que el Uzumaki atravesó la vagina de Mabui, una brutalidad que la dejo helada como excitada. Tomo todo el interior de la morena y sintió se moldeaba su interior al grosor de su polla.
—¿Dime esto te gusta verdad, Mabui? ¿Esto es lo que querías verdad? ¡Mabui perra! —empujaba con mucha fuerza, no importaba si eran blancos o asiáticos, morenos o negros. El ver rebotar un ejemplar par de pechos femeninos era una de las maravillas de la naturaleza.
—¡Si, esto es lo que quería! —gritaba de total orgasmo la peligris, disfrutando cada empuja de Naruto sin dejar de mirar como metía y sacaba su polla con tanta pasión.
La hizo dar vuelta en la cama, la iba a hacer su perrita; la iba a tratar como su nueva perra de tiempo completo.
—¡Ha, ha, Naruto-sama… Ha! —cada golpe de la mano del rubio sobre su trasero hacia temblar su interior, la mezcla de sensaciones; el sentir su pene golpeando con deseo su útero era demente para Mabui. Demente como brutal.
—Grita más Mabui, grita mas para tu nuevo amo, puta de mierda —dejo salir su verdadera personalidad Naruto, se acomodo de mejor manera para frotarle su verga como si fueran dos ramitas para crear una llama—, te la pasabas mirando como me folló a Shizune, Sarada y a Hanabi todo el tiempo… ¿crees que no me daba cuenta que estabas mirando todas esas veces? Deseando ser tu a quien haga gritar de locura ¿crees que no se que te masturbabas observándonos?
Empujo con mas fuerza su pene, la matriz de Mabui era aplastada con brutalidad, sin embargo a ella le fascinaba esto. La punta de su polla entró mas allá y provoco que su vagina mojara la cama de solo sentir el cielo.
—¡Si, maltrate me más, amo~! Maltrate más el coño de su nueva zorra~ —con la lengua fuera de su boca, no paraba de mirar como la destrozaba con su polla—, estoy por correrme Naruto-sama~ córrase conmigo.~ quiero toda la leche de mi nuevo amo.~
Disparo a matar, no realmente. Pero comprendes. El gemido de Mabui a los cuatro vientos, los empujes y contracciones de la polla del rubio hacían del nuevo orgasmo que recorrió a la morena, único. Lo que siempre quiso alcanzar, pero que el Raikage nunca le dio a experimentar.
—Ahora eres mía Mabui… —decía Naruto con mas calma. Después de follarse la otras seis veces más sin descanso. Dando una ultima corrida a los pechos de la morena para dejar al final que limpiara su verga con mucha entrega—… eres mi perra ahora.
—Claro que si, Naruto-sama.~
Volviendo al tiempo actual. Un distinto hotel, uno menos llamativo. Mabui conducía a una joven de cabello rubio. La cual venía con su cuerpo cubierto solamente con una gabardina café de pies a cabeza, jovencita que se veía preocupada como temerosa. Llegaron a la puerta de la habitación reservada del rubio.
—Descuida, el señor Uzumaki te tratará bien —dijo Mabui dejando a la chica en la puerta. La voz de Mabui no calmo para nada a esta aterrada chica, sabia bien su destino, ya había venido a esta habitación antes.
Negocios son negocios, no importa si es con dinero o moneda electrónica, depósitos bancarios. Pero Naruto prefería cobrar esas deudas con carne, sol y sexo.
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