Soredemo tsuma wo aishiteru S2
Parecía que todas las esposas de Issei querían complacerlo haciendo realidad su nueva fantasía erótica. Incluso Asia quería complacerlo con esta evolución de su fetiche, sin embargo; cuando llego el momento de producir su propia película para satisfacer al peculiar de su esposo.
—¡No puedo hacerlo! —gritaba Asia Argento de vuelta en su camerino usando una bata de dormir color plateado brillante, con una cinta de un mismo tono que contrastaba con el color del atuendo—. ¡Quiero hacer esto por Issei-san, pero cada que la cámara comienza a grabar me paralizo!
—Es solo pánico escénico, Asia-chan —quien seria su estelar masculino ayudaba a la joven mujer para que sobre pasara su miedo—, vamos, piensa en tu esposo y lo excitado que se pondrá cuando vea lo linda que eres en pantalla grande.
Diadora Astaroth era el nombre del actor asignado para Asia para realizar la primera filmación de Asia, asignado así por el contrato que firmo ella delante de su esposo para la productora casa de películas.
—Lo se —decía sentada en su silla giratoria frente al espejo, cubriendose la cara para lo que diría acontinuación—, pero pensar que haré algo así con alguien que no es mi esposo, para satisfacer a mi esposo.
Viendo que las palabras no convencerían a Asia para volver al set en la casa rentada para la filmación, solo conocía una solución a este problema Diadora.
—Mira Asia-chan —saco un pequeño sobre con un polvo blanco en su interior transparente—, esto es algo que uso cuando necesito concentrarme en alguna tarea.
—¿Droga? —se sorprendió Asia, se asusto mas bien al ver como el peliverde hombre preparaba dicho polvo que puso sobre la mesa donde los maquillajes, donde lo prepara en una línea para ella—. ¡No, nunca! Verás Diadora-san… como creyente, la iglesia se opone a esto.
—¡Jajajajaja! —fue cómico para el cabrón, una cristiana protagonizando una película erótica con un esposo que le gusta ver coger a su esposa con otros hombres y por encima aprecia la poligamia, era algo muy gracioso—. Oh, Asia-chan. La biblia dice muchas cosas, una de ellas es que le dijo al hombre que puede consumir todo lo que el hizo en su creación, plantas y animales. Y esto —la droga que puso en su mesa—, esta hecho con las mismas plantas que Dios creo, así que no es contradictorio a la biblia.
—Bueno… si lo pones de esa manera —comenzó a analizar el punto de Diadora.
—Solo una línea Asia-chan —le dio un billete enrrollado a Asia para que aspirara la sustancia—, solo una, te aseguro que no te harás adicta.
Insegura, tomo el billete de Diadora y aspiro. En cuanto entro en su sistema los ojos de Asia se dilataron, la presión de su sangre se acelero, sus sentidos se alteraron, su energía aumento y la poca sensación de comer desapareció. Una Asia distinta despertó para Issei. La película fue realizada, la inocente esposa que Issei vio en la grabación la dejo excitado.
Al comienzo de la película se mostraba a la rubia con esa bata plateada mirando a hurtadillas por una puerta corrediza en lo que podía suponerse era el patio trasero de la casa. Allí, un jardinero (Diadora) regaba las plantas con una manguera, Asia mordía sus uñas mirando al jardinero con deseo e indecencia. No era la tímida esposa que tenia Issei, tampoco sabia que ella se aspiro una línea de harina para entrar en el papel.
Atrevida, esta otra Asia era agresiva en su deseo por seducirse al “jardinero”. Abrió el escote de su bata revelando el juego de lenceria blanco que tenia debajo. A Diadora le gustaba esto, no solo porque así decía su personaje en el libreto, sino porque a él le gustaban las rubias de curvas ligeras pronunciadas, sobre todo si eran monjas. Asia no era monja, pero si era creyente.
—¿Querida no viste mis cosas? —un segundo actor, quien hacia papel de su “esposo” en la cinta que apareció por detrás de ella vistiendo un traje de negocios y así. En su reacción Asia cerro de momento su bata antes de que la vieran coqueteando con el vecino.
—¿Tu maletín, seguro que no lo dejaste en la oficina? —respondió Asia con una actitud fresa y engreída.
—Olvidalo aquí esta —dijo y se sentó en el sofá ignorando a su esposa que estaba parada a un lado de la puerta con los brazos cruzados mirandolo con indiferencia, como con molestia—. Veré un poco la tele antes de irme.
—¿No irás a trabajar? —pregunto Asia parada desde atrás, sin despegarse de la puerta del patio.
—Si, pero en un momento.
Subió el volumen de la televisión hasta opacar todo otro ruido. Así que Asia aprovecho la distracción de su esposo para volver a coquetear con el jardinero que miraba excitado a lo que Asia hacia para llamar su atención. De nuevo, abrió el escote de su bata pero esta vez la abrió por completo su bata sin quitarsela; boquiabierto quedo Diadora ante el cuerpo de Asia, si bien no se comparaba al de Rias o de Akeno, ciertamente era sexy su cuerpo.
Por encima de su sostén saco sus pechos, una mano de Asia jugaba con uno de sus senos mientras que la otra la metió dentro de su bragas para acariciar su vagina que le ardía por deseo de un pene. Embarrada en el cristal grueso, su lengua en el vidrio simulando lamer una polla, hizo que a Diadora se le ponga dura.
Aprovechando el alto volumen de la televisión que distraía a su “esposo”. Abrió la puerta corrediza y Diadora entro de sin dudarlo.
—Buenos días, señorita~ —saludo cordialmente el jardinero, pero Asia le hizo una seña para que no hablara a pesar de que su esposo estaba con el televisor a todo volumen.
—¿Dijiste algo querida? —pregunto su esposo sin despegar la vista de las cincuenta pulgadas del televisor.
—¡Nada, nada! —dijo nerviosa, pues con la línea de harina que aspiro, mas que interpretar su papel de la esposa infiel en la cinta, la mente de Asia esto era real—. Solo veo que el jardinero trabaje.
—Que bien —exclamo su “esposo”. De haber volteado habría visto a Asia frotando el bulto en el pantalón de Diadora quien estaba contra la pared riendo en silencio por lo travieso que era Asia.
Cumpliendo con el libreto, el camarografo filmando desde delante del otro actor que hacia el papel del esposo de Argento grabo como ella, atrás del sofá; se puso al nivel correcto para tener el pene de Diadora en su boca y chuparlo en silencio mientras su “esposo” disfrutaba de su programa. La expresión del mismo peliverde era burlona; a pesar de estar en sus respectivos papeles ¿Que clase de esposo no se daría cuenta de que su mujer le esta poniendo los cuernos precisamente detrás de él y en su misma casa?
Improvisando, Asia tomo a Diadora y lo puso al suelo detrás del sofá y a espaldas de su “marido”. Donde siguió dando placer a su jardinero por tan arduos trabajos diarios. El ruido del programa los escondía bien.
—Bueno, ya es hora de que me vaya —de pronto apago la TV su “esposo” y cuando se levanto del sofá para mirar atrás, Asia se había levantado de golpe para poner sus manos en la espalda del mueble para mirar a su “marido” como si nada, a pesar de notarse de ella un poco alterada así como su bata estaba abierta de su escote a pesar de cerrarla en menos de un segundo—. ¿Estas bien? ¿Pareces agitada?
—Hay mucho calor —dijo Asia ventilando su cuerpo con la tela de su bata sobre su escote abierto.
—Si, por eso no quiero salir a la oficina esta ropa —cumplia con sus líneas como marido despistado.
Desde otro ángulo, se vio como Diadora a hurtadillas en el piso detrás del sofá se levantaba lentamente debajo de la falda de la bata de Asia, para meter su cabeza y comenzar a lamer la vagina como el culo de la rubia, haciendo que pusiera una cara rara como incentiva a la excitación cuando el esposo de Asia volteo por un momento dando una buena captura para el hombre de la cámara principal. Una cara que quito la rubia al instante que volvió a mirarle su esposo.
—Me voy, vuelvo en la noche —tomo su maletín que puso antes en mismo sofá sin percatarse que bajo el trasero de su esposa, alguien se escondía. ¿Tan idiota puede haber alguien?
Y mientras Asia se mojaba por la lengua de Diadora, dio un beso de despedida a su esposo cargado de mucha perversión, su lengua de Argento atrapo a la de su marido y hasta que una delgada hilera de saliva se corto tras separar sus bocas.
—Es como me pones de cachonda~ —dijo Asia, pero a quien se lo decía era a su jardinero, un segmento que no estaba escrito en el libreto pero que el director lo dejo para el corte final.
—Será en otra ocasión —se fue.
Salió de toma Asia tiro su bata y dejo ver al “jardinero” con su cara en su trasero, expresando el placer que le generaba la lengua de Diadora con lasciva sinceridad.
—Es un idiota —dijo el peliverde, pues dejo de comerse la vagina de la rubia y se puso pie, con mano sobre su lindo y suave trasero, como su boca ahora en el cuello de Asia. Diadora levanto la pierna de esta para frotar su pene contra los labios de su vagina.
—Callate y házmelo ya, que estoy muy mojada~ —exclamo con toda perversión.
Riendo porque Diadora sabia que esta película era para excitar al esposo de Asia. Introdujo su polla de un solo empujón, gracias a lo mojada que se puso por la lengua de él levantando la pierna izquierda de Asia para que sea captada por los camarografos el como la hacia suya. Gemido sucios que solo esperarías de mujeres como Akeno o Rias, salían de la boca de Asia, para nada era la chica tímida evangélica de la que Issei se enamoró. Pensar que una chica recta como ella podía mostrarse mucho más sensual como lasciva le haría a Issei ponerse mas duro de lo que ya se le ponía por su tercera esposa.
—Espera, espera, espera —estando por llegar al orgasmo, Asia tuvo que detenerlo; el libreto de su personaje se lo había grabado a buena perfección, eso además que tener su pierna izquierda sobre la espalda del sofá hacia que se le pasara a entumir—, vamos a la cama para hacerlo mas rico.~
Un corte de toma y la siguiente escena mostraba a la rubia desnuda tomando de la mano a su “jardinero”. Entrando alegre trayendo de mano a Diadora mientras reía de forma genuina ante su infidelidad falsa, empujo a su coestelar de contrato a la cama entrando a gatas hasta tener cerca de su cara la polla del peliverde.
—¡Oh si! —exclamo Diadora cuando con mano y boca, Asia le hacia disfrutar—. Te gusta el sabor de mi polla verdad dime si es mas rica que la de tu marido.
—Es mas rica y gruesa~ —dijo Argento, con su mano derecha frotando con rudeza la polla del peliverde, para darle unos cuantos golpes en la mejilla con ella—, es tan rica y apestosa~ mi vagina ya no aguanta.~
—¡Yo tampoco!
Se subió sobre Diadora y con un acercamiento de cámara, sin usar sus manos; la vagina de Asia tomo de fácil manera la verga de su “jardinero.” Mas y más sonidos indecentes salían de la boca de la rubia, tomo toda su polla sin perder tiempo; comenzó a moverse encima de Diadora aplastando todo su pene mientras tenia los brazos sobre su cabeza.
—¡Eres fantástica! —tanto por el libreto, como a la verdadera Asia dijo este cumplido Diadora—. Que pervertida eres, señora.
—Solo estoy empezando.~
Un baneo de escena y se mostraba la siguiente, desde el trasero de Asia; ella movía su culo de arriba ha abajo tomando la polla admirable del peliverde mientras miraba como la rubia movía su culo con gracia y talento para el sexo. No lo sabía pero se estaba enamorando, ya le parecía atractiva Asia pero después de darle esa línea blanca una rubia Argento mas atrevida se mostraba.
A la clasica pose de perrito pasaron de un corte a otro, la hacia gemir con mas intensidad a la cuarta esposa de Issei, gemidos que no desperdició el director.
—¡Si, empuja mas tu pene! —gritaba Asia con la lengua afuera como si perro sediento fuera pero lleno de energía acumulada. Bueno, era el lado perra de Asia—. ¡Quiero que tu pene se corra en mi sucia vagina!… ¡Haaa!
El clímax llego, después de casi veinte minutos de historia y sexo. Una fuerte descarga que gozo Asia llenaba el interior de su coño.
—Tomalo, tomalo todo perra —Diadora empujaba su miembro para no dejar escapar ninguna gota de su semen—, ahora debes limpiarlo.
Cuando saco su erecto miembro, de inmediato Asia se dio vuelta y sin dejar de estar en cuatro en la cama, volvió a poner en su boca la verga de su coestelar, haciendo una garganta profunda por voluntad como habilidad suya después de estar a merced de Boris.
—¿Querida, donde estás? —se escuchaba la voz de su “esposo” desde la sala de la casa.
—¡Ay no! —se alarmaron, seguían el guion de la película—. ¡Rápido, antes de que entre!
El buen jardinero que regó de su propia leche los rincones de Asia consiguió ocultarse bajo la cama mientras Asia cubría mala forma su cuerpo con una sabana.
—¿Querido, que haces aquí? —preguntaba la esposa traviesa.
—Olvide algo ¿porque estas desnuda? —quien no se daría cuenta que su esposa se tapaba de una forma torpe con un sabana.
—Es que hay calor querido.~ necesitaba aire fresco —dijo finguiendo ser la Asia verdadera, siendo la falsa.
Desde una toma desde detrás de Asia, ella volteó y con la punta de su lengua por fuera guiñó su ojo a la cámara burlandose de la ingenuidad de su “esposo” en la película. Las drogas son malas, sacan lo peor de uno o llevan a uno a cosas peores.
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