Business and pleasure (Naruto x Harem)

Esta obra la estaré actualizando una vez al mes, para darme tiempo de seguir avanzando la historia y tenerles una actualización constante. Espero y les agrade.

Eternal glow of a memory that wants to forget

 Milf of the dead

Sol, playa, arena. Hermosa naturaleza. El verano debería ser eterno, japón es un paraíso: cultura ancestral, anime, atractivo natural. Nadie debe perderse de esto durante el verano. Mucho menos los estudiantes, porque cuando creces, hay poco tiempo para disfrutar de la vida. Mucho menos un muerto viviente puede entender cuan genial es esto.

Así es, un muerto viviente había escapado de un centro científico de Heaven's Feel y consiguió recorrer varios kilómetros sin atacar a nadie, su cerebro esta podrido aunque sobre su carne los signos de gangrena era escasos, aun significaba que eran un peligro. Atravesando la maleza tropical hacia una zona turística menor, se dirigía para comenzar el apocalipsis... o tal vez aun no.

—¡Ya, dispara! —un agente especializado de Monarca junto a un equipo de recuperación disparo una red electrificada contra el zombie desde atrás de él.

Si bien la electricidad no hacia el mismo efecto a un muerto vivo que un mismo vivo, si logro detener sus pasos.

—¡Lo tenemos! —confirmo un agente—. Informa a los jefes que lo capturamos, lo llevaremos de vuelta al laboratorio. ¿Cómo rayos se escapo?

—Mierda, no quiero ni imaginar que hubiera sido si hubiese mordido a alguien.

—Fue un milagro que no lo hiciera luego de escapar por dos días —dijo un tercer agente a un segundo—, nadie vio nada ¿verdad?

En voz silenciosa, el grupo de agentes uso las miras de sus armas de fuego que no tuvieron que accionar por fortuna; vieron como las personas en la playa y mas allá estaban disfrutando de la arena.

—Así parece, vamos antes de alguien llegue a ver algo —dijo el líder de escuadrón paramilitar.

Arrastrando la red, un material irrompible aparentemente; se llevaron el zombie sin ser detectados ni vistos. Tal parece que el apocalipsis tendrá que esperar un tiempo más. Sin embargo, en esta playa distante de Tokonosu sería escenario para el escape sexual para Maresato Yukka con el joven amante que tenia.

—Este lugar es fantástico Yukka-san —caminaba el pelinegro junto a la madre de Alice, pero no venía la pequeña ni el esposo de esta mujer, solo eran Takashi y la mujer Maresato quien venía usando un vestido de playa color celeste con un sombrero para el mismo, hecho de paja así como tenia en sus manos un cesto de pinic. Con la madura, ambos se dirigían a la playa—, no puedo esperar para comer.

—Espero que te guste —Yukka respondía una sonriente como enamorada—, hice mucho para los dos.

—No me refería a la comida —puso su mano en el trasero de la reportera sin importarle que estuvieran en un lugar publico o que alguien los llegase a ver, pero no había nadie por aquí.

—Takashi-kun~ aguarda alguien puede vernos —ruborizada quedo Maresato luego de ese toque de su amante sin escrúpulos.

Un trato era un trato, debía ser respetado y más aun cuando se había firmado con sangre. Aunque no se había echo literalmente. Pero las principales mujeres del harem de Takashi habían hecho un convenio donde cada una se le dio un turno durante las vacaciones de verano para tener a Takashi y no iban a desperdiciarlo. Era el turno de Maresato Yukka y no iba desperdiciarlo.

—Aguarda Takashi-kun, en este lugar~ —decía teniendo el aliento cortado la mujer.

Entre la maleza del camino, bajo la sombra de los arboles y cubiertos por los arbustos, estos amantes tenían un cariñoso encuentro con Takashi levantando a la mujer de sus piernas estando contra el tronco de un denso árbol.

—Sería buena premisa —decía Takashi descansado su cara sobre el pecho de Yukka mientras seguía empujando en el interior de la pelimagenta mujer—, un estudiante de preparatoria hace mojar a la reportera intrépida Maresato Yukka-san, mas que su propio esposo.

—Oh que cruel, pero es cierto. Takashi-kun me hace sentir como mujer mas que mi propio esposo —exclamo la madura aceptando lo excitada que estaba lejos de su hogar con el joven que había sostenido cuando se encontraba al borde la depresión, descubrir que su esposo tenia un amorío con una mujer joven. Ojo por diente, nariz por oreja—, le dije a mi esposo y a mi Alice que iría a un retiro de la compañía pero la verdad es que me escape para estar contigo, mi amor.~ Dame todo amor dentro... ¡Mmmm!

Recibió con gratitud la primera llenada de leche del día. Lo tomo con harta pasión y amor que envolvió sus piernas en el cuerpo del pelinegro ahora que empujaba con insistencia cuando su pene liberaba todo su esperma en ella.

Haciendo retrospectiva. Maresato Yukka tuvo que arreglárselas para poder reunirse con Takashi en la semana en su semana acordada en el pacto equitativo como mujer del harem de Komuro. Sin embargo todo se resolvió por cuenta propia, aunque también podía decirse que fue intervención divina ¿pero que deidad intervendría?

—¿Cobertura internacional? —pregunto Yukka a su esposo, justo cuando acababa de desayunar con su familia durante la semana de Kyoko-sensei.

—Si, quieren que vaya a cubrir los eventos del mundial con el equipo deportivo. Serán treinta días que este lejos —comento sin mostrar toda la emoción que sentía.

—Ah, irás con Sugumi-san y su equipo —pensó carismatica y positiva, Yukka; solo para gritar por dentro—. ¡Esa perra roba maridos!

—¡Papá ira al extranjero, yo puedo ir! —un viaje de verano, cosa que emocionaba mucho a la pequeña Alice.

—No querida, es un viaje de trabajo. No de vacaciones —corrigió—, además dentro de unas semanas te irás al campamento de verano ¿recuerdas?

—Ah cierto —dijo con poca desilusión la pequeña Alice ahora que no podrá viajar fuera del país.

—Entonces... —miro el calendario en la pared—... dentro de dos semanas me quedaré sola.

—¿Tu no acompañaras al grupo de deportes a cubrir el evento? —pregunto su esposo.

—No, esa semana me invitaron a un retiro personal por parte de la cadena, no lo habían hecho antes —lo acababa de inventar Yukka.

—¿No sabía que ustedes tuvieron algo así? —lo dudo por un momento Gudao, lo hubiera dudado por mas tiempo y tal vez se habría dado cuenta que su mujer le ponía los cuernos como él.

Volviendo al tiempo actual...

...Cuando de pronto el mundo es un lugar pequeño, o tal vez japón se ha vuelto pequeño. Porque una playa más al sur de este otro paraíso desconocido, Busujima Saeko llego también a este sitio acompañada para disfrutar una agradable estadía de verano con su madre y una amiga de esta.

—¡Sigue igual que hace veinte años, sigue siendo un paraíso este lugar! —exclamo, una dama de un prominente escote, incluso mas grande que la misma Shizuka, ya lo confirmaran.

—Que fantástico sitio, no había venido antes —dijo Saeko llegando detrás de la madura de tan prominente escote llamada Mizuki Shiranui.

—Tu madre nunca te traje a este lugar antes ¿Saeko-chan? —pregunto la madura de cabello castaño oscuro, usaba un vestido de playa negro con un sombrero extenso del mismo color sobre su pelo

—Tu madre nunca te traje a este lugar antes ¿Saeko-chan? —pregunto la madura de cabello castaño oscuro, usaba un vestido de playa negro con un sombrero extenso del mismo color sobre su pelo. Una falda semitransparente del mismo tono y una sonrisa sincera muy hermosa.

—Mamá ni siquiera lo menciono alguna vez, Shiranui-obasan —con un conjunto de dos piezas para la playa y unos audiculares de diadema descansando en su cuello, Saeko mostró decepción ante su afirmación.

—¿Porque no Asagi? —pregunto Mizuki Shiranui a la madre de Saeko.

—He estado ocupada todos estos años, esperaba venir con mi hija y su padre a disfrutar del verano aquí, pero esta en el extranjero con su torneo —dijo Igawa Asagi, usando aun su apellido de soltera, pues también era Busujima Asagi, madre Saeko (e...

—He estado ocupada todos estos años, esperaba venir con mi hija y su padre a disfrutar del verano aquí, pero esta en el extranjero con su torneo —dijo Igawa Asagi, usando aun su apellido de soltera, pues también era Busujima Asagi, madre Saeko (en esta historia), pero su esposo le dejo conservar su apellido de soltera—. Después de eso quise hacer que las chicas vinieran para estar todas como en los viejos tiempos, pero... ser madre y esposa no es sencillo para ellas.

—Bueno, nosotras nos adelantamos a ese paso, Yukikaze no quiso venir, prefirió estar con su novio que con su madre —comento risueña Shiranui—. Tratar con unas hijas adolescentes tampoco es fácil.

—Si —afirmo Asagi—, entran en la pubertad y cuando menos lo crees, tu niña ya es una señorita.

—¡Mamá, te pedí que no lo mencionarás! —Saeko pronto se ruborizo al escuchar la indirecta de un secreto que su madre estaba por revelar.

—¿Paso algo? —pregunto con respeto, Mizuki-san.

La peliazul de tono oscuro, madre de Saeko; miro a su hija con burla en sus ojos mientras que su hija a pesar de desarrollar una actitud madura, hizo a madre una mirada para que captara las palabras en su mirada, pero aun así ella decidió contar dicha anecdota.

—Mi linda Saeko ya tiene novio —dijo abrazando a su hija por su espalda, como cuando era mas pequeña.

—¡Mamá! —comenzó a sonrojarse por la vergüenza.

—Y los atrape jugando a la luna de miel en la casa —reveló Asagi y eso colmo la vergüenza de su hija, hundiéndola en un mar de pena.

Hay que regresar en el tiempo a los días de escuela. Después de un día en Fujimi, usando el pretexto de enseñar al pelinegro a usar la katana lo trajo a su casa, cuando su madre y padre estaban fuera, no regresarían hasta muy noche, se supone.

—Senpai, lo hago bien —pregunto Takashi teniendo el arma de madera en manos y en postura.

Con un cambió de ropa, usaba un uniforme de kendo propio Saeko, en su propia casa. Se acerco a Komuro y poniendo su pecho en la espalda de él primero.

—Tu postura es buena, aunque tus movimientos son un toscos a como los has hecho otras veces —dijo Saeko poniendo sus manos sobre las manos del chico que con una buena excusa, pasaba momentos a solas para conocerse más. El tacto que le ponía hacían que Takashi se sintiera mas tenso—. ¿Estas tenso verdad? Takashi-kun.

—Si... un poco —respondió nervioso, sintiendo mucho más de esta forma cuando una de las manos de Saeko se deslizo por su pecho de Takashi hacia abajo, hacia su entrepierna, acariciando suavemente el bulto caliente de Komuro.

—Supongo que no hay de otra, eres un pervertido Takashi-kun~ —la otra mano de la espadachín fue pasando por el pecho de Komuro, transmitiendo el calor que la consumía.

El sol del atardecer entrando por las persianas tradicionales de este cuarto de entrenamiento en la residencia Busujima nos mostraba como los dos estudiantes se entregaron a la lujuria tan solo estuvieron a solas este día. Takashi se dio la vuelta y tomo los labios de Saeko con los suyos, parecían danzar sobre el piso, a como las sombras los interpretaban. La pasión en sus labios y sus manos de los dos deseando tocar el cuerpo del otro.

Las sombras en el piso nos lo decían, con presura fue quitando la ropa el uniforme de Takashi mientras él, llegando a introducir sus manos bajo la prenda especial de Saeko, frotando la parte baja de la espalda de la pelimorada, caricias con las cuales el pelinegro fue abriendo su vestimenta.

—¡Ha!... ¡Takashi-kun estás siendo muy brusco! —Saeko fue llevada contra la pared del dojo de su familia, donde Takashi la levanto de sus muslos luego de que ella le quitará su uniforme y abriera sus pantalones. Ahora él la tenía aquí, paso de su boca a su cuello, bajando a sus pechos, los que saboreaba como una dulce fruta del jardín del edén. Frotando su miembro endurecido contra las bragas que tenia luego de que él le quitara casi toda su ropa entre el frote de su cuerpo.

—No puedo evitarlo, de todas las chicas con las que he estado, senpai... eres la que me hace ponerme más deseoso por probar tu cuerpo —exclamo sin pena, con sus dedos apretando el trasero de Saeko cuando la tenia en el aire.

—Dices que soy la mejor de tu harem —comento Saeko sonrojada.

—Yo no lo diría así —podía estar orgulloso de decir que tenia un harem muy basto de numerosas Milf's. Pero no se sentía orgulloso de decir que también tenia un harem compuesto por varias chicas de su edad, gran mayoría pertenecientes a su misma academia. Salvo que Saeko no sabía que el primer harem existía.

—Takashi-kun eres un desvergonzado —le pareció divertido su respuesta—, pero a diferencia de Takagi-san o Miyamoto-kun, te tengo a solas para mi.

—Senpai, eres fantástica —se contento Komuro, tanto así que su mismo pene se sintió feliz. Palpito su hombría contra la vagina de Saeko deseando entrar en ella como antes lo ha hecho.

—¡Haa! —un nuevo gemido soltó Busujima, pues la mano de Takashi detrás de ella movió con rudeza sus bragas si quitárselas y se introdujo en su interior como él lo hacia, hasta el fondo—. Puedo sentir tu pene llegando a mi interior... amo esta sensación, Takashi-kun.~

—Senpai, le gusta como mi pene la hace sentir bien —decía mientras frotaba su pene en el interior de la pelimorada, su rostro descansaba en el hombro de Saeko. Su respiración era sentida por ella y eso la ponía excitada.

—Si... adoro que mi cuerpo se tomado por ti y tu pene Takashi-kun~ —los empujes de Komuro la hacían perderse en la lujuria, aun por mas que tratará de resistirse.

Le era cansado tener sostenido a Saeko, sobre todo moviendo su pelvis como un salvaje al estar dentro de ella. En el piso, la pelimorada empujo a nuestro protagonista y antes de cualquier otra cosa, lo consintió.

—¡Ha, senpai! Tu lengua... mueves tu lengua con mucha intensidad —veía como ella le gratificaba su polla tomada por su boca. Solo le miro con amor mientras le devoraba con harta pasión—. ¡Saeko-senpai!

Termino eyaculando en la boca de su senpai, inflando sus mejillas con su leche ahogándola por un momento, no sabia si decir si era por todo su entrenamiento, pero Busujima consiguió retener todo el semen de Komuro y beberlo, sin dejar de saborear su pene.

—Ponlo dentro de mi Takashi-kun —se puso en cuatro sobre el piso del dojo de su casa, Saeko. Con un movimiento ondulatorio de su trasero delante de Takashi, le dejaba ver su vagina mojada y deseosa por él—, vamos~ date prisa.

—Saeko-senpai es un pervertida —la agarro de su trasero cuando se acerco y dio una fuerte palmada a su trasero, sacando un pervertido sonido a su voz.

Luego de probar los escurridizos jugos de Saeko provocando una serie de espasmos en el interior de la pelimorada, volvió a colocar su pene dentro de ella consiguiendo un gemido de tono madura al empalarla hasta el fondo de un solo movimiento otra vez.

—Ha... Takashi-kun —exclamo ante la agradable sensación de la polla de Komuro llegando hasta el final de su interior.

Sin poner sus manos en el cuerpo de Busujima para sujetarse, nuestro pelinegro cuya cabellera le cubría los ojos, pero no la visión; frotaba su polla con gran ritmo consiguiendo que Saeko no pudiese contener su voz, por mas que lo intentara.

—Senpai... que lindos gemidos haces —le encantaba escuchar su voz mientras empujaba—. Escucharte hace que me hinche más mi pene por ti, Saeko-senpai.

La tomo de sus manos y jalo de ella, hizo que la espalda aumentando el ritmo de su pelvis chocando contra Saeko

—¡Esto es brutal! —dejo todo en manos de Komuro—. Siento que puedo venirme en cualquier momento... ¡Mmmm!

Un empuje mas profundo viniendo por parte Takashi, dibujado en las sombras de sus cuerpos en el piso gracias al sol del atardecer. Mostraba los cuerpos de ambos, cuando la pelimorada era llenada por la espesa liberación de su kohai, mientras él estiraba de sus brazos hacia él, llevando lo mas profundo de su miembro dentro de Saeko. No se iban a bastar con una sola ronda.

—Te ves hermosa, Saeko-senpai —exclamo Komuro, entre cortando las palabras con sus manos agarrando los pechos de la mencionada, estando ella encima suya aplastando su pelvis con mucha intensidad. Y es que apretaba los pechos de la chica por que la misma lo tomo de sus manos para notara lo prendida que estaba por estar a solas con él.

—¿Te parezco hermosa? —pregunto, sin dejar de mover su cuerpo de arriba a abajo tomando todo el pene de Takashi.

—Eres una obra de arte, Saeko-senpai —dijo Komuro sin dejar de mirarla, el sudor en el cuerpo de la espadachín. Mas el brillo del sol en su ocaso resaltaba con gran brillo su atractivo.

—Takashi-kun~ —apenas si exclamo su nombre, encantada de escuchar que llamara de tal forma; pues el pelinegro se sentó sobre el piso sin quitarse a Busujima de encima, tomando a la chica de forma imprevista con un beso y sus manos fueron a parar en la cintura de ella.

Con los brazos de Saeko envueltos en el cuello de Takashi mientras se besaban, el movimiento de subida y bajada de su cadera se volvió mas intenso, quería más de él, lo quería todo en ella.

—¡Senpai! —grito antes de volver a venirse de nuevo y dentro.

Dejando escapar su voz, en un gemido ahogado mas fuerte, llego a enterrar las uñas en la espalda de Takashi mientras recibía su descarga y su cuerpo respondía al estimulo de la sensación resultante.

Después de tal reacción de su cuerpo, aun aferrada al cuerpo de Takashi, con sus cuerpos agitados y sus frentes chocando contra el otro mirandose con pasión para continuar, fue interrumpido por un peculiar crujido. No era el crujido de la madera del piso de una rama de un árbol, era el crujido de una papá frito que era comido por nadie más ni menos que por la progenitora de Saeko que estaba viendo en primera fila a su hija y su novio jugar a la luna de miel.

—¿Eh? —solo llego a decir a Takashi al desconocer a esta Milf.

—¡¿Oka-san?! —se altero Saeko en cuanto la vio, notando esto. Takashi abrazo a su chica para tapar su desnudez.

—¿Oka-san? —se atemorizo Takashi.

—Hola hija —saludo con naturaleza la mujer sentada sobre sus piernas de forma tradicional como lo haría un japones, con una bolsa de frituras en manos, el cual disfrutaba una a una—. No se detengan solo porque estoy aquí —actuaba con normalidad la señora, pero su hija no estaba en estado normal ahora.

—¿Desde cuando?...

—Desde el principio diría yo —exclamo Asagi mirando a su hija—. ¿Que? ¿No van a seguir?

Su padre era un maestro de la espada Samurai y su madre era una maestra de las técnicas ninja. Olvido que el sigilo era un arma letal de su madre, así mismo era suficiente razón para Saeko le tuviera miedo a su propia progenitora. Si bien Asagi sonreía al ver como su hija se entregaba en cuerpo a este muchacho desconocido, la realidad era que estaba lista para cortarle la cabeza a Takashi en cualquier momento.

Un recuerdo de hace unas semanas, antes de que Saeko fuese a buscar a Takashi para... ya saben.

—Serán unas muy agradables vacaciones —exclamo Asagi volviendo al tiempo correcto—, cinco días solos entre madre e hija, verdad

—¡...Si! —dijo su hija, tras recordar el trauma.

No obstante en otro tramo subiendo por la arena. Maresato y Komuro entraron en la playa poco visitada en una comunidad totalmente distinta a la que fue inicialmente con Yuriko en su momento. Takashi busco un lugar donde estar a solas con la quinta mujer de su harem principal, una pequeña gruta en la misma arena de la playa donde el agua no entraba y el sol no era molestia para la madura mujer.

Que sea la quinta de su harem no la hacia menos ante Takashi, solo era un número; Yukka era su mujer aunque estuviese casada con otro, él la haría suya una y otra vez.

—¿Que opinas de este traje de baño, Takashi-kun? Me veo... Atrevida~ —pregunto con seducción en su voz. Y como no serlo, si Maresato había cambiado su vestido playero y el sombrero por un bikini amarillo muy, pero muy diminuto.

Con las manos detrás de su cabeza, dejando ver su cuerpo casi desnudo ante su amante con sus mejillas ruborizadas, el cabello de Yukka amarrado como cola de caballo mezclado con dicho micro bikini cutos tirantes se conectaban a las bragas que usaban. El contorno del sostén con forma de rombos delgados que solo cubrían los pezones de los pechos de Maresato y una muy reducida capa de la tela del bikini apenas si cubría su vagina, por atrás. Entre los valles carnosos de su trasero, solo se podía ver salir la hilera negra del conjunto erótico playero que se dividía en dos por la espalda de la mujer.

—Parece una modelo de una revista para adultos, Yukka-san —con una mano bajo su barbilla y la otra sosteniendo el otro brazo como base. Su hombría daba palpitaciones cuando sus ojos ni parpadeaban ante la belleza que tenia delante.

—¿Tu crees? —el cuerpo de la pelimagenta se encendió, bajo los brazos e inclino su cuerpo para que la gravedad hiciera verla mas sexy cuando sus pechos fueron sostenidos por su conjunto indecente—. Entonces hagamos cosas de adultos.~

La cueva tenia un adecuado espacio para ellos dos y lo que quisieran hacer. Después de un almuerzo medido, estaban listos para tener sexo sin limites. Maresato metió sus manos debajo de la camisa de Takashi para quitársela y pasar sus manos sobre los músculos del pelinegro, solo paso sus dedos y la lengua de Yukka se mojaba por frotar su cuerpo con el de Takaashi.

—Yukka.~

Las manos de la madura no dejaban de pasar lentamente por su torso y su pecho varonil.

—Perdón mi amor, pero en cuanto veo tu cuerpo solo quiero frotarme contra ti y sentirte dentro —mordía su labio inferior mientras aguantaba el hambre, aun acababa de comer. Pero no hablamos del almuerzo por lo que Yukka tenía hambre ahora.

—Lo sé —exclamo Takashi—, solo ayer que pusimos un pie en el cuarto del hotel, me puso contra pared y bautizamos la habitación.

—Es porque Takashi-kun me sostuvo cuando lo necesitaba —exclamo Yukka, puso sus sentimientos por un momento antes de entregarse a la lujuria—, cuando mi corazón se sentía destrozado tu lo volviste a pegar y me sostuviste en tu amor. No me interesa tener que compartirte, mientras pueda estar con Takashi-kun me siento feliz.

Lindas palabras que escucho Komuro, no dudo en terminar la frase que inició Maresato plantando un beso en su boca, de un sencillo beso a uno mas lascivo.

—Haa.~ Takashi-kun.

Yukka soltó un gemido, la ágil mano de su amante se movió de forma discreta cuando sus lenguas bailaban un vals lento y un par de dedos de Takashi detonaron en la represa de los labios de la vagina de su reportera favorita.

—Que lindos sonidos hace Yukka-san —exclamo teniendo a la madura sosteniéndose de él cuando sus dedos jugaban en el mar que se formo en el coño de la pelimagenta mujer.

—Eres travieso —la excitación la volvió a poseer—. Dejame consentirte hoy.~

Dice hoy porque como se mencionó, cuando llegaron el día de ayer al hotel y entraron en celo apenas abrieron la puerta, Takashi la hizo venirse con su boca en el comienzo de la estadía. Había que ser justo. Y si Komuro uso sus dientes para romper la ropa interior de Maresato en la cama antes de comerse su vagina. Ella haría similar, sin usar sus manos solo su boca. Saboreo primero la polla de su amante por encima de esa bermuda playera que tenía, antes de usar sus dientes parar bajarle la ropa.

—Mira lo duro que estás Takashi-kun —por encima de su rostro Yukka miraba con encanto el empalme de su amante—, es todo para mi.~

Comenzó lamiendo la punta del pene, acariciando su circunferencia con solo la punta de su lengua, para saborear el largo de su pene y después de unos cuantos segundos así, comerlo como debía.

—¿Como esta mi pene, Yukka-san? —pregunto Takashi dejando todo el trabajo a la madura.

—Sabroso y fresco~ —decía saboreando cual paleta de carne fuese—, aun después del polvo que tuvimos entre los arboles cuando veníamos por aquí, tu pene palpita como loco en mi boca.

—¡Quiero venirme en tu boca, Yukka-san! —sin meter sus manos, dejo todo en la habilidad de la boca de Maresato.

No necesito escuchar su autorización para terminar eyaculando dentro de su boca, con una garganta profunda. La pelimagenta mujer se bebió toda la leche que su amante disparo, tanta leche de él que sus mejillas se inflaron al retener el líquido para que no escapara, reteniendo incluso la polla de Komuro en lo que se termino de beber todo su semen, limpiando su pene de paso.

—Gracias por tan delicioso postre, Takashi-kun~ —dijo cuando aun estaba de rodillas sobre la arena y el nivel del agua se mantenía normal, se levanto y contra la roca se puso Yukka, inclinando a su amante su trasero, moviendo por poco la parte inferior de su atuendo playero—. Ahora quiero que me des tu leche aquí.~

El destino es curioso, planeas algo y no siempre terminan tal cual tu lo querías, puede que sea por buena o mal benefició, pero lo vendría tal vez no sea tan malo.

Desde un modesto yate de lujo, a no mas de un kilómetro de distancia de la playa; cuatro mujeres a bordo con un solo par de prismáticos acechaban la costa buscando un tesoro en la arena.

—No hay nada interesante por aquí —decía la mas joven del grupo, de cabello rubio pálido usando los binoculares—, todos se ven comunes y aburridos.

—Casi no hay nadie en este lugar ¿porque aceptamos venir aquí para empezar Bakugo Mitsuki-san? —pregunto una mujer de edad madura, cabello negro y una figura seductora como las otras dos que iban con ella.

—Porque ustedes no pasarían desapercibidas si íbamos por un sitio con mayor concurrencia —dijo Mitsuki Bakugo, la misma mujer que Takashi conoció gracias a Rika, mujer que dirige un gimnasio en un centro comercial de Tokonosu. ¿Que hacia en un yate de placer?

—¡Miren que tenemos allí! —comento una de estas damas al ver como Takashi le hacia el amor con frenesí a Maresato.

Con los binoculares, lograba ver a Yukka sostenida en el aire por un hombre que le hacía el amor como un reo que estuvo demasiado tiempo en cautiverio.

—Parece que esa señora lo esta pasando bien~ —dijo la pelinegra mujer luego de quitarle los binoculares a la rubia de cabello largo y mas joven que ella.

La llave del santo le estaban aplicando a Yukka, pero llevada al siguiente nivel. Levantada de sus piernas, los brazos de Komuro pasaban por aquí hasta llegar detrás de la cabeza de Maresato, empujando su hombría en un frenesí de lujuria, haciendo que la madura peliroja hiciera una serie de rostros pervertidos mientras su interior era pulverizado por el pene de su amante.

—Que brutal~ —dijo una morena de cabello blanca, arrebatando los prismaticos a la madura de cabello oscuro.

—¡Oye!

—La tiene como su perra —sonreía maquiavélicamente esta morena de cuatriceps notables en su estomago—. ¡Y ahí esta!

Grito Mirko al ver como Takashi liberaba dentro de Yukka y esta libero un gemido, que si bien no se llego a escuchar a pesar de estar en una cueva. La expresión de su rostro decía que sufrió un orgasmo al recibir la descarga de su amante.

—¡Quiero ver, deja ver! —dijo la rubia de largo cabello al arrebatarle los prismáticos a la morena, viendo a Yukka bajar de los brazos de su amante quién la soltó despacio—, su pene tiene buen tamaño... ¡Esperen!

—¿Que pasa? —pregunto Mitsuki Bakugo.

La rubia de largo pelo, quedo con la boca abierta no solo por el buen tamaño del pene que se estaba follando a esta cuarentona mujer, sino que tal hombría le pertenecía alguien joven. Una a una, pasaron los binoculares donde vieron a Yukka de rodillas, limpiando el pene de este joven con su boca. Mas de una se quedaron con la boca hecha agua por semejante pedazo de carne que este tenia, sumado al hecho de que sabia usarlo y que un joven de 18 años (acertaron), se estaba echando a una mujer de cuarenta años, la tenia puesta a sus pies y sus deseos. En serio, la tenia a sus pies.

—¡¿Eh, Takashi-kun?!

—¿Espera, lo conoces? —preguntaron las tres mujeres que solo la mujer Bakugo reconoció a este chico.

Pero dejando a ellas de lado, para regresar a donde Komuro se estaba haciendo con Yukka sin descanso, la tenia de nuevas cuentas contra la roca de la cueva. Levantando una de sus piernas para hacer que apretara mas su vagina en cada empujo.

—¡Voy... voy... a venirme de nuevo! —su cuerpo de Maresato no aguanto mas que tres veces a Takashi eyaculando dentro de ella antes de desfallecer por esto.

El sol pasaba por mas de allá de las tres de la tarde, luego de darse una siesta en esta cueva hasta despertar al sentir el nivel del mar subiendo a sus pies en la arena. Fue que Komuro y Maresato decidieron que ya era tiempo de regresar con el resto de la civilización.

Bajo el intenso sol de esta zona tropical, mientras hacia fila para comprar un frió postre en un chiringuito en la playa publica, la mente de Saeko estaba perturbada por un segundo recuerdo lo de que su madre contará sin reserva lo que vio a su hija hacer con Takashi en el dojo de su hogar, sintiéndose avergonzada por ver como su madre contaba la historia a la amiga que trajo. Pero ahí no acababa el recuerdo.

Mientras la fila avanzaba despacio a pesar de las pocas personas, Saeko recordó lo que vino después de ser descubiertos por su Asagi. Con la cabeza molestando por la migraña de recordar a su madre poner a prueba a Takashi delante de ella.

Esa misma noche de escuela. Saeko sentada en el piso de su habitación con la instrucción de no moverse por parte de la mujer que mas temía, miraba a su oka-san estar encima de Takashi para tener sexo con él.

—Oka-san, no crees que ya es suficiente —dijo Saeko sintiendo su vagina clamar por satisfacción carnal de nuevo. Pero no podía ni mover la mano por ordenes de su madre.

—¿Que? —pregunto una indiferente Asagi desnuda encima de un Takashi amordazado, amarrado y con los ojos vendados sobre la cama tradicional de su hija. La madura estaba sudada mezclado con el olor de los fluidos varoniles del pelinegro, cuyo pene yacía en la vagina de la ninja—. ¿pero que dices? Mira esto —saco de su coño y tomo la polla del pelinegro con su mano, frente a los ojos de Saeko lo frotaba de forma muy pervertida—. Aun falta mucho por probar si Komuro-san es un indicado para ti y veo que esta dispuesto a probarlo.~

A pesar de estar en una situación tan comprometedora. Takashi se mantenía en calma y dejando que la madre Saeko le exprimiera todo lo que quisiera a pesar de saber que su senpai estaba presente.

Con un dolor de cabeza que no podía sacarse, Saeko con los helados y raspados en una bandeja de comer caminaba sin darse cuenta de nada.

—¿Que pasa conmigo? —se preguntaba así misma—. El primer chico con el que puedo abrir mis emociones y me acepta sin conocerme realmente, porque dejo que mis deseos me controlen cuando estoy a solas con él. Lo peor es que ahora Oka-san... me pregunto si se sentirá mas atraído por mamá que por mi.

Por fin iba descubriendo que Takashi se interesaba mas por las maduras que por chicas de su edad.

—¡Cuidado! —un varón delante de ella la salvo de resbalar tras pisar mal en los adoquines del piso—. No esperaba verte aquí, senpai.

Esa voz, esa maldita voz fue suficiente para que Saeko volviera la realidad, sobre todo al sentir la fuerte mano del chico que la atrapo antes de caerse.

—¿Takashi...-kun? —quedo perpleja al ser atrapada cualquier princesa vulnerable por él.

Y eso que era al revés, ella era la caballero y él la princesa.












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