Weekend work
Papeles tras papeles, apilados en torres una junta a otra. Atendiendo las demandas exigidas por Lady Tsunade en los días de antaño cuando Naruto aun era su asistente; aun con la ayuda de Shizune para acabar con todo lo que su exigente jefa le encomendaba, terminaba totalmente agotado al acabar todos los días. Para Naruto, la única forma que tenia para dejar escapar todo ese estrés acumulado ahora que Tsunade había puesto mas limites y restricciones a su relación amo-juguete hacia a Naruto molestarse. De no ser por Shizune y su “oferta de amistad”, el rubio seguramente ya hubiese desertado de ser asistente de Tsunade. Era un trabajo mas pesado de lo que no pensó nunca.
—Otro estresante día —decía Naruto caminando junto a Shizune hasta el departamento de la pelinegra de corto cabello quien seguía—, Tsunade se ha vuelto mas molesta últimamente.
—No ha podido cogerse a nadie en la ultima semana la gorda amargada —exclamo Shizune entre pequeñas risas caminando por el pasillo hasta alcanzar su puerta.
—No te vaya a escuchar, Shizune —dijo cual comediante el rubio deteniendo un momento a Shizune para verla reírse de su chascarrillo antes de poner la llave en la cerradura.
—Por favor Naruto —fue gracioso su comentario, estaban muy lejos del edificio donde trabajaban—, esa gorda sino tiene un pene metido en la boca, lo tiene metido en los oídos de seguro. Hablando de penes.~
Se acerco a Naruto presionando su cuerpo contra el joven Uzumaki, tal vez el cuerpo de Shizune no era nada comparado con las enormes tetas de Tsunade, ni su trasero. Pero sentir esos pechos de copa C contra él, era suficiente interruptor para sus hormonas.
—Fue un estresante día para ambos, Shizune —decía con un tono sugestivo Naruto, la mano de la pelinegra se escabullo de forma discreta hacia el cálido bulto que tenia entre sus piernas, a cada segundo que los dedos de Shizune acariciaban suavemente su pene, iba poniendo mas duro Naruto.
—¿Que dices?~ quieres jugar un rato conmigo, Na-Ru-To-Kun.~
Era un tipo juego nuevo que decidió experimentar Shizune con el lindo asistente de Tsunade y le fascino. Sobre una silla de su comedor, totalmente desnuda con los ojos vendados, una serie de cuerdas masoquistas pasando por su estomago hacia sus pechos, en una atado que los hacia resaltar como los separaba, seguía subiendo las sogas hasta los brazos de Shizune que estaban detrás de la espalda de la silla, donde estaban atadas sus muñecas. Pero aquí no acababan las cuerdas, las piernas abiertas de Shizune de par en par, era posible gracias a que en los tobillos, una cuerda se extendía hacia las muñecas en cada pie de la pelinegra, consiguiendo exponer sus agujeros.
Con tres pene de plástico insertados en su vagina girando cuales trompos desenfrenados, vibrando de forma loca en su vagina, provocando espasmos y leves orgasmos en Shizune que no podía ver nada, pero si podía sentir estos dildos haciendo dentro de su coño, una sopa de sus propios jugos estimulando cada parte de su interior. Era una sensación que se multiplicaba con cada rose de la polla de Naruto desgarrando el agujero de su culo, el tamaño inusual de su pene hacia llegaba mas allá de lo que podía imaginar.
—¡¿Te gusta esto verdad, perra?! ¡No eres mas que una perra pervertida, Shizune! —empujaba su pene hasta golpear con su pelvis, el trasero de la pelinegra. Con una pelota sadomasoquista color rojo metida en su boca, ella no podía hablar; logrando apenas si escucharse los desquiciados gemidos de placer que se tapaban con esta pelota atada con una cuerda detrás de su cabeza—. Mira tu lasciva vagina tragándose tres penes al mismo tiempo, no eres mas que un puta que ama tener metido un juguete de plástico en un agujero mientras una polla de verdad te parte por el otro.
—¡Mmmmm! —un gemido largo de orgasmo salía de la boca de Shizune, su cuerpo estaba disfrutando como nunca, como solo Naruto podía hacerla llegar.
—¿A eso le llamas gemir? ¿A eso le dices orgasmos? —comenzó a empujar su pene con brutalidad, Naruto. Sumado a eso, golpeaba las tetas de Shizune, como si le estuviese dando unas bofetadas en la cara —. ¡Vamos, hazlo mas fuerte! Puedo sentir las paredes de tu vagina aplastando las de tu culo mientras te la meto. Tal vez no puedes hablar pero se que estas pensando Shizune ¿Quieres que te de por tu coño? ¡Primero tendrás que sacar esos dildos de tu vagina con tu propia vagina!
—¡Mmmmm! —era un orgasmo tras otro, su vagina no dejaba de liberar sus fluidos, el pene de Naruto sumado el nivel máximo de los juguetes sexuales que tenia insertados eran una demencia sexual para Shizune. La fuerza de su chorro no era lo suficientemente fuerte como para expulsar su dominante de demandaba.
—¡Vamos,! ¡¿Que esperas?! ¡Golfa! ¡No eres mas que un juguete sexual para mi pene, tu vagina, tu culo y tu boca fueron hechos para recibir mi semen hasta que te ahogues en el! —entonces se vino el rubio en el culo de Shizune siendo la primera descarga de la noche, un solo respiro y pronto estaba empujando como maníaco su polla contra el ano de la pelinegra—. ¡Te voy a follar donde sea y cuando sea porque me aseguraré de que no puedas vivir sin mi pene frotando cada parte de sus agujeros! ¡Shizune será mi puta, me asegurare de que seas mi esclava sexual, mi vertedero de semen. Me vale un carajo tu novio o tus hijos, seres mi perra para siempre!
En un audaz movimiento, sin dejar de perforar como llegar a nuevos espacios del culo de Shizune, le quito la pelota de la boca para poder escuchar la respuesta de su esclava. Viendo primeramente una pequeña cortina de vapor saliendo de la boca de la pelinegra, seguida de un mar de baba dado lo loca que la había puesto Naruto partiendo su trasero en dos, antes de dar su respuesta.
—¡Si, Naruto! ¡Seré tu perra por siempre! —gritaba en toda la habitación Shizune—. ¡Haz que tu enorme pene haga un desastre en mi culo, hazlo!~
La segunda eyaculación de Naruto fue mucho más grande que la primera, en cuanto su semen se disparo, podía jurar Shizune sentir como cada mililitro se abría paso por sus intestinos hacia su estomago, llenando todo este espacio como si fuera su mismo útero. Incluso llego a pensar ella que todo este semen del chico, iba a escaparse por su boca si seguía viniéndose.
—¡No puedo, esto es demencial… Naruto! ¡Mi vagina!
Tal como lo exigió su amo, un orgasmo de gran poder hizo que los líquidos de la vagina de Shizune expulsara los tres dildos que tenía metido en su vagina, arrojándolos a casi un metro de distancia en el piso del comedor, se abrió la llave de su coño y un mar de sus pervertidos fluidos mancho el suelo de madera, así como estaban manchados esos juguetes de plastico.
—Shizune… lo hice bien —descansaba Naruto sobre la pelinegra que seguía atada en la silla, ya sin la venda porque el chico así lo quiso—, interprete bien mi papel.
—Fue magnifico Naruto-kun, interpretaste muy bien tu papel de dominante~ —quería acariciarlo como recompensa por hacerla venir tantas veces—, ahora desata me de aquí, juguemos un poco más al amo y la esclava.
Le encantaba ser dominada, sin embargo Shizune solo le gustaba ser dominada por quien sexualmente le encantaba. Naruto no era precisamente un adonis, era agradable y entonces un buen chico, enérgico como carismático. Pero después de ver el dote de hombre que tenia lo aprovecho luego de que Tsunade lo pusiera en su repisa como otro más de sus juguetes de carne real en una decisión tonta tras rechazar la confesión de Naruto.
En la cama, tenia a Shizune tratando de mantenerse firme con sus brazos recargados sobre su colchón mientras su trasero era sostenido por las manos del chico y con sus rodillas trataba de mantener en alto.
—Tu vagina aprieta muy fuerte mi pene, Shizune —exclamo Naruto golpeando con mucha insistencia contra el trasero de la secretaria de Tsunade, su polla se bañaba en los líquidos vaginales de la pelinegra.
—Después de que hicieras estragos mi culo mi vagina se puso ansiosa por ser penetrada por tu desgarrador pene, Naruto-kun~ —trataba de mantener la postura, pero con cada rose fuerte del rubio en su interior su vagina la tenia a nada de ceder ante la lujuria desquiciada, como solo él la hacia caer—. ¡Dios! Tu pene es demasiado bueno… golpea en los puntos mas profundos de mi interior. Vuélveme loca Naruto-kun… somete con tu enorme pene. Vamos, hazme tu puta. Golpea mi trasero mientras me pides que sea tu perra Naruto-kun no, Naruto-sama.~
Causo que la garganta del rubio se hiciera un nudo. Podría ser ese hombre dominante y esclavizante que Shizune le pedía ser, era solo un juego para ella, o realmente buscaba que un hombre la sometiera con su pene.
—De acuerdo —aclaro su garganta logrando tomar una bocanada de aire cuando no dejaba de empujar su miembro dentro de la pelinegra ni un solo momento—. ¡¿Que esperas, perra?! —comenzó a azotar el trasero de Shizune con su mano—. ¿No que tanto querías mi leche? ¡No te escucho rogando por ella!
—¡Si, eso es… golpea mas mi trasero Naruto! —gritaba de éxtasis la secretaria sus ojos se perdían debido a los múltiples orgasmos que recorrían todo su cuerpo cuando era machacado en cada empuje del rubio—. Que mi cuerpo se someta a tu vigoroso pene.~
Su lengua fuera de su boca, sus ojos perdidos en los orgasmos y de su coño chorreaban los fluidos correspondientes a la reacción hormonales producidos por Naruto que a cada golpe la destrozaba a placer.
—¡Te hice una pregunta! —jalo del cabello de Shizune para levantar su rostro al tirar hacia atrás, hacia él—. ¿Quieres mi semen o que?
—Si… quiero el semen de Naruto-sama ahogando mi interior, quiero que mi amo haga un desastre en la vagina de su juguete sexual llamada Shizune.~
Excitado hasta el límite, se volvió un demente Naruto mientras usaba a Shizune para satisfacerse por primera vez sin pensar en ella, aunque era una sensación reciproca.
—¡Tomalo todo Shizune! —el empuje de gracia llegó.
—¡Si, si, si, si! —grito Shizune al sentir cada mililitro del caliente semen del rubio llenando su interior después de haber hecho rabiar su vagina por hacerlo jugar con su ano al principio. Tanto disfruto que lloro su vagina de tanta alegría, mucho más que todas las veces previas mientras la cogía Naruto.
Cuando acabaron (después de jugar unas rondas más) acostados junto al otro en la cama de Shizune, ella estaba sin fuerzas al final, su agujeros le ardían hasta sentir entumir su vagina y su culo por dentro, sus piernas en cambio estaban totalmente entumidas, no sentía poder moverlas por mas que las obligará.
—Shizune es toda una pervertida —exclamo Naruto satisfecho con lo acontecido, pero al mismo tiempo sintiéndose miserable—, no pensé que le gustará este tipo de juegos.
—¿Que dices? —dijo divertida—. Naruto-kun es todo un dominante, si te lo propones podrías someter a cualquier mujer con tu pene —se acomodo sobre Naruto y con su mano, Shizune jugaba con la polla del rubio el cual seguía duro a pesar de todo el sexo que tuvieron—, tienes un tamaño inusual y una resistencia que deja sin aliento a una, digo podrías hacerme de verdad tu puta si así lo que quisieras.
—No lo dices en serio —para estos tiempos, el Uzumaki no tenia esa mentalidad depravada o dominante que tendría en un futuro.
—Podrías hacer de cualquier mujer tu esclava sexual, si así lo quisieras —le sugería la pelinegra, sin embargo—. No será a caso… ¿Será que quieras hacer de tu chica, una novia muy sumisa?~ o tal vez a Tsunade.~
—¿De que hablas, Shizune-san? —el rubio se ruborizo, quiso alejarse de ella por la vergüenza que le hizo sentir con ese comentario suyo—. Para empezar, no podría tener el mismo juego con Hinata-chan. Aun no lo hacemos, ella es muy dulce y tímida, eso la hace tan linda —dos características de cuatro que le atraían de su novia—, por otro lado ¿Dominar a Tsunade? ¿Como podría yo lograr eso?
—Si, esa vieja golfa puede comerse cien pijas al mismo tiempo y salir insatisfecha luego de exprimir hasta la ultima gota —conocía a lady Tsunade mas de lo que Naruto sabía hasta ahora—, podrías intentarlo ¿que podría pasar?
—Que me despida esta vez si la hago enojar —sudo frió el Uzumaki—, el ultimo hombre que intento dominarla en la cama termino en el fondo del mar.
Un camioneta blanca que se oxidaba a mas de 50 metros bajo el agua de las costas de la ciudad, tenia adentro una caja fuerte de cinco combinaciones para abrirla que ocultaba en su interior a desconocido sujeto que fue amordazado y atado, envuelto en una camisa de fuerza. Todo esto porque intento dominar a la madura de 105 cm de busto que era Tsunade.
—Bueno, ese tipo se lo merecía —aun recordaba quien fue el idiota que termino así, Shizune—, tienes razón mejor ni intentes dominar a Lady Tsunade… de nuevo.
La complexión que tenia Naruto por su jefa empresarial, no comprendía que lo afligía y hacia que su cabeza le diera vueltas, por un lado tenía una novia dulce, tímida como encantadora de nombre: Hinata. A la cual amaba de todo corazón y verdad. Por otro lado tenía a Tsunade, una mujer que era una verdadera líder de negocios como toda una reina de belleza, quien la viera y no la conociera, de solo mirar las curvas de su cuerpo, su mas que destacable busto con los escotes abiertos que le gustaba presumir en sus ropas ejecutivas de diario y ese firme redondo trasero que tenia podía hacerte creer que era una modelo.
Pero bajo toda esas capas de atractivo físico como su mentalidad de tiburon, la que se escondía de verdad era una mujer pervertida como ninfomana. Dado el arduo estrés que le producía a Tsunade estar a cargo de toda una corporación de talla internacional, todos los resultados de sus fabricas y divisiones pertenecientes a la firma de negocios que le pertenecían, tenia que tratar constantemente con el estrés de una u otra forma.
—¡Por fin termine! —Tsunade estiraba los brazos hacia arriba luego de poner en orden una pila de documentos sobre su mesa, a un par de metros a su derecha, lado a lado Naruto como Shizune miraban tranquilos a su jefa libre de toda tarea del día—. Shizune archiva los documentos y diles a los de sistemas que los carguen mañana.
—Si, Lady Tsunade.
Se acerco la pelinegra y tomo los documentos para cumplir con su ultima tarea del día en su trabajo. Cuando quedo a solas con Naruto.
—Supongo que hoy terminaremos temprano —comento el rubio aliviado de un largo día.
—Fue un largo día y me siento muy estresada —en su sillón personal, Tsunade se acomodo y paso a acomodar sus pechos que sentía se estaban saliendo de su sostén dado el tiempo que estuvo inclinada leyendo documentos y otras cosas sobre su escritorio—, me vendría bien un masaje en este momento.~
—Entonces le gustará saber que le hice una reservación en una spa esta tarde, Tsunade-sama —puso una reservación aprobada de dicho lugar sobre la mesa de su jefa—, un paquete completo, masaje y otras cosas que le harán ver mas joven y atractiva de lo que es.
—¿Que? ¿Enserio? —no era lo que Tsunade quiso escuchar con esta insinuación suya hacia su asistente—. ¿Con que dinero?…
—Va por mi cuenta, Tsunade-sama —decía sonriente el rubio—, por su arduo trabajo al frente de la compañía.
—Gra-gracias —estaba confundida, un movimiento de Naruto por evitarla al parecer. Con la reservación y miro con mucha extrañeza el boleto. Se suponía que debía ser él quien le diera un masaje en los hombros como solía hacer, antes de invitarlo a tocar sus pechos con los que controlaba a muchos varones.
—Supongo que ya puedo retirarme, después de todo usted dio la indicación de que no hay horas extra permitidas para nadie.
Naruto se retiro sin mucho escándalo, saliendo de la oficina con mucha postura y la frente en alto. Si bien era el asistente de Tsunade, como era su juguete sexual de ella, quería demostrarle que no seria un juguete mas de la lista de varones que tenia la rubia madura con quienes divertirse cuando ella quisiera. Podría ser que estar con Shizune como los amigos sexuales que eran, hacían que Naruto se pusiera unos mejores pantalones y buscara darle a Tsunade una cuchara de su propia medicina.
—Nada mal Naruto-kun —dijo Shizune al ver llegar al rubio al estacionamiento recargada contra el auto, con los brazos cruzados y un tacón levantado contra su propio auto, miro llegar al triunfante rubio quien se aflojaba la corbata de su uniforme ejecutivo—, es raro que un hombre rechace una insinuación de Lady Tsunade.
—Mi trabajo es ser su asistente, no ser su juguete —dijo Naruto llenándose de mas confianza que con la que llego a este edificio en su primer día.
Así eran los nuevos días de Uzumaki Naruto trabajando para la empresa que siempre admiro y soñó con llegar a dirigir un día. Era el asistente de Tsunade, cumplía a la perfección las demandas como exigencias de su jefa al pie de su indicaciones, incluso lograba adelantarse a muchas de sus futuras solicitudes. Cosa que deja con la boca cerrada e impresionada a la madura, tanto que le llegaba a dar un poco de miedo que supiera hacerse su trabajo mejor que ella. Shizune por dentro se moría de la risa, aun cuando Tsuande le hacia a su primeriza asistente-secretaria meterse debajo de su escritorio para lamerle la vagina para sacarse ese estrés acumulado en cada hora. Pues Naruto en cada insinuación que ella le hacia, lograba con mucha clase, rechazarla. Recurría entonces a algunos varones en su lista personal para tener sexo en su segunda “oficina”. Pero ella quería cogerse de nuevo a su rubio asistente.
Tal parecía que los juegos de dominación que tenía Naruto con Shizune estaban cambiando la mentalidad del Uzumaki, sino podía dominar a Tsunade por las buenas, la haría rogar para que le pidiera tener sexo con él, a pesar de ser una mujer mayor que él. En parte un plan de Shizune para desquitarse con su misma jefa por tenerla como su sumisa secretaria.
Todo parecía de acuerdo a los planes inconsciente de ambas asistentes, hasta que cierta noche todo se arruino.
—¡Maldición! —golpeo Tsunade la mesa de poker donde estaba sentada con otros jugadores.
—Parece que esta no es tu noche, Tsunade querida~ —dijo Mei Terumi, la mujer que estaba llevandose casi todas las fichas apostadas en el juego de esta noche.
Parece que es común, que grandes empresarios, dueños de compañías internacionales, sean de ciencia o tecnología, bienes raíces o farmacéuticos, o todo lo anterior combinado. Dueños y al mismo tiempo rivales en el mercado, se reunían en secreto para jugar y apostar su dinero sin importar que. Tsuande Senju tenia una suerte de dios en cada noche que se reunían para jugar, sin embargo esta noche parece que los dioses la habían abandonado, desde el primer juego de la velada, hasta este ultimo momento.
Mei Terumi, una madura pelirroja de cuerpo un poco mas delgada que Tsunade, era su rival empresarial (de su tiempo) estaba llevándose todo el dinero apostado además del de Senju.
—Un ultimo juego Mei —no iba a tolerar esta derrota la madura, una sola victoria en la noche y volvería a casa contenta.
—¿Pero que vas a apostar, Tsunade? Ya no te queda nada más que apostar —jactanciosa como engreída estaba Mei con todas las fichas a su lado de la mesa delante de su propia asistente personal, Kurenai.
—No a va apostar la compañía verdad —Naruto estaba preocupado ante la mala racha que tenia Tsunade esta noche, notando la vena resaltada en su frente claro reflejo de la ira que su jefa se genero por la frustración.
—No le des ideas —susurro Shizune.
Detrás de Tsunade ambos asistentes miraban con terror expectantes a lo que ella pondría sobre la mesa en este ultimo duelo de la noche, mientras que los otros jugadores con sus respectivas asistentes y/o varones asistentes miraban la suerte que se echaba al fuego. Algunos esperaban que la mujer que les gano en todas los juegos anteriores por fin obtuviera la derrote que se merecía, otros solo se reían ante la poca probabilidad de que Tsunade saliera venciendo en la última jugada.
—Que te parece lo siguiente —dijo Mei—, si tu me vences te daré todo el dinero que he ganado esta noche jugando Tsunade.
—¿Y tu ganas?
—Si yo gano, me darás a tu lindo asistente de ojos azules —señalo al mismo Naruto para quedara claro de quien hablaba.
—¡¿Que?! —tanto el Uzumaki como Shizune quedaron sin palabras ante la propuesta de la pelirroja.
—Hecho —fue la respuesta de Tsunade.
—¡Que! —gritaron de terror sus dos asistentes.
—Tranquilos, no perderé esta vez —ni siquiera esa respuesta por parte de su jefa les calmaba un poco, todo lo contrario sabían bien que estaban perdidos.
Estaba tan desesperada de vencer a Mei que estaba dispuesta a apostar lo que sea con tal de derrotarla, ni siquiera volteo a ver a Naruto cuando su rival le propuso apostarlo. Las cartas fueron revueltas y luego repartidas a estas dos, acomodando las cartas en sus barajas, sacando las cartas inútiles para pedir nuevas y tener una mejor mano. Los segundos se volvían tensos, las miradas profesionales de estas dos no daban indicios de quien tenia la victoria en sus manos. Hasta que fue Tsunade quien revelo la mano que tenia primero.
—Cuatro Ases —puso sus cartas sobre la mesa, pensando que por fin tendría una victoria en la noche, Tsunade.
En cuanto Mei lo vio, paso de tener una indiferente mirada a una sonrisa tranquila antes de mostrar las cartas que ella tenia.
—Escalera Real. Lo siento Tsunade, pero gane —exclamo con mucha tranquilidad Mei, esta vez. Toda la gloria y riqueza era para ella. Nadie podía creerlo, ni los demás competidores o sus asistentes detrás de ellos, como su propia asistente de Mei—, ven querido, ven aquí.~ —cual perrito adorable, llamo a Naruto a su lado.
—¿Es.. es enserio? —perplejo quedo Naruto, la apuesta era de verdad o solo despectiva.
—Aunque este juego es ilegal, todas las apuestas son oficiales —aclaro Terumi pues la misma Tsunade mas que estar paralizada por perder, estaba enojada—, legalmente ahora eres mi asistente personal, Naruto-kun.~
Fue así como los planes de Naruto dieron un giro inesperado, aunque mas que ser planes, era una rutina maliciosa que hacia pasar a su jefa de Konoha. Lo que mas dejo temblando a Naruto era que ya no pertenecía a la empresa de sus sueños, renunciar no era algo que Mei le dejara hacer posiblemente.
Pero quien si tenia rabia por lo acontecido, era Shizune.
—¡No tiene vergüenza! —tan solo el día siguiente y en la oficina, confrontaba a Tsunade por lo ocurrido, pues azoto sus manos sobre el escritorio de madura cuando ella estaba concentrada con los papeles que tocaba revisar en el día—. ¡¿Como rayos pudo apostar a Naruto como si fuera una ficha más de poker?! ¡Y perderlo! ¡¿No tiene remordimiento?!
—Si una lastima, que mas se puede hacer —exclamo Tsunade ignorando por completo a su secretaria y primera asistente—, cuando van a traer el informe de las encuestas con los de publicidad.
En un arranque de ira Shizune arrojo todo lo que había en el escritorio de su jefa de un solo movimiento.
—¡Es el colmo! —grito la pelinegra y señalo a la rubia—. ¡No puedo mas. Has cambiado Tsunade!
—¡Shizune! —grito en represalia, pero esta vez no podría dominar a su secretaria como algunas veces lo ha hecho.
—¡No, esta vez no! —estaba firme Shizune plantada delante de su superiora, firmes como lo eran sus senos—. ¿Sabe porque contrate a Naruto-kun para usted? Su padre fue el hombre que estuvo antes en esa silla que ocupa tu gordo trasero, Tsunade. Su familia lo desprecio y el quería demostrar que se equivocaron, él no busca ser su asistente, sino aprender de usted y ocupar algún día el asiento en el que estás.
Los ojos de Tsunade se dilataron, llegando a sudar por la presión de las palabras de su asistente numero uno, sin embargo no tembló ante la revelación de Shizune y una historia que no conocía.
—¿Porque tu sabes eso y yo no? —cuestiono Tsunade con agresividad.
—¡Por que al menos yo, me di la oportunidad de conocerlo y no de tratarlo como un simple pene como los que te gusta tragar todos los días! —grito, que bueno que las paredes de la oficina principal eran anti ruido.
—¡Mira quien lo dice! —Tsunade se levanto de su asiento para encarar a Shizune como debía—. ¡Lo dice la zorra que se dejo coger por él en el ascensor de cristal del edificio!
Dando un vistazo al pasado, unos dos meses atrás antes de Tsunade apostara a su joven asistente. Había enviado a estos dos a buscar unos documentos en los archivos, si bien usaban equipo de computo moderno y una sala de servidores en el sótano del edificio; Tsunade confiaba en el papel impreso. Pero la ciudad paso por un falló en la red de servicio eléctrico y por una hora la ciudad estuvo sin luz.
No fue el motivo por el cual envió a los dos a buscar el documento, eso fue antes. Ahora sin luz y ni servicio de telefonía, necesitaba encontrar a los dos por la urgencia que le recurría tener esos archivos en manos.
—¿Donde estarán esos dos? —Tsunade los busco casi por todo los pisos del edificio, de arriba hasta bajar al primer piso. Donde en la entrada del edificio muchos de sus empleados, hasta los guardias de seguridad, como las de la recepción; estaban parados en medio de la plaza de entrada mirando hacia arriba riéndose y señalando lo que los que se quedaron encerrados en el ascensor de cristal principal—. ¿Que es tan gracioso?
Quedo perpleja al quedar enfrente de todos quienes ignoraron por completo la presencia de la jefa directa de todos. Lo que pasaba dentro del ascensor los tenia con la mirada clavada. Tsunade vio claramente a Naruto dándole duro a Shizune, eran nada más ellos dos en el ascensor. La expresión sucia de la pelinegra teniendo la falda de su vestido, levantado para que le dieran a toda luces, de pronto miro hacia abajo ante su publico y vio primeramente a su jefa estupefacta, como si le hubieran quitado a su novio o así. Por lo que decidió burlarse de ella, levantando el dedo de en medio para todos, para Tsunade sobre todo.
—¿Es por eso? —jactanciosa exclamo Shizune luego de recordar ese día—. ¿Que acaso fue por celos? ¿Desde cuando eres así?
—¡Para nada! —respondió Tsunade cruzándose de brazos—. Porque habría de enamorarme de él, es solo un mocoso.
Hubo un momento de silencio, donde la mirada de Shizune y Tsunade estuvieron fijas cuales cuchillas buscando cortar a la otra, hasta que la misma Shizune rompió el silencio.
—Te recuerda a Dan, verdad —dijo sin sentimientos la pelinegra mirando seria a su superiora.
La cara Tsunade, paso de tener una expresión seria y molesta a una triste como de soledad.
—Como… ¡Como puedes hacer que lo compare con él! —grito Tsunade, sus ojos pronto comenzaron a lagrimar.
—¿Te hace olvidarlo? —levanto una ceja Shizune.
—No se de que hablas —le dio la espalda, camino hacia las enormes cristales de su ventana para que no la viera su secretaria, pero ella no necesitaba mirarla de frente para saber que cara tenia Tsunade.
—Me iré temprano —si ella le daba espalda, Shizune lo haría también—, cuando lo admitas, volveré.
Sin recoger nada de lo que tiro al suelo, se fue la pelinegra. Tsunade quedo sumida en sus pensamientos, mirando solamente el momento cuando la puerta de su oficina se cerraba tras ser abandonada por quien era su ultima amiga. Vació, quedo el corazón de Tsunade.
Dan, su primer amor y quien fue su novio soñó con trabajar para esta compañía y tener el puesto que Senju tenía en el momento. Sin embargo le toco cumplir con el servicio militar, un conflicto armado en el extranjero se desato y los jóvenes que fueron sorteados para cumplir su servicio militar eran enviados. El conflicto no duro mas que tres meses por el control de una provincia de un país aliado ante una anexión extranjera de una nación rival. Tsunade se volvió voluntaria como medica en la batalla por estar junto a Dan. Asignados a batallones distintos, una tarde cuando fue asignada a un campamento hospital donde ayudaba con las cirugías de trauma a los principales doctores de la base, un convoy recién emboscado llego con muchos heridos. Convoy donde Dan estaba asignado.
Muchos heridos fueron extraídos de los vehículos blindados que fueron atravesados por las balas de alto poder que tenia el enemigo, heridos y muertos se contaban. Un mar de sangre que se botaba con cada puerta que se abría para sacarlos, autos blindados que se ve fueron cubiertos por las llamas de misiles y granadas. Incluso uno de estos vehículos volvió sin la mitad trasera de su cuerpo.
Dan no estaba entre los muertos ni entre los heridos, pero no estaba entre los soldados fatigados que vivieron sin ninguna herida.
—¿Dan? ¿Donde esta Dan? —preguntaba a los soldados recién llegados, pero ninguno le daba alguna respuesta.
No fue hasta que un soldado que caminaba de forma cansada y desorientada, cubierto de sangre del enemigo y sus compañeros caídos, camino hasta quedar delante de Tsunade a quien le entrego la mano derecha de Dan, la que guardo en una de sus bolsas de su uniforme.
—Lo siento, en verdad lo siento —la voz débil de aquel soldado no hizo mas que sentir desolado a Tsunade.
Ella quedo paralizada con la mano de Dan en sus manos, olvido por completo sus responsabilidades. Mas tarde se enteró que su novio murió en medio de la batalla, habían ido para respaldar a otro batallón que protegía una pueblo que era de paso vital a la ciudad de la provincia pero al llegar fueron emboscados por el enemigo que acabo con el primer batallón, en medio del escape, aquel soldado que le dio la mano de Dan a Tsunade, intento salvar al chico al tratar de esconderse cuando el sonido de un proyectil pedazo venía hacia ellos se escuchaba en el aire, el proyectil de una artillería pesada cayó detrás de Dan acabando con él y dejando atrás su mano cuando aquel soldado quiso jalar de él para ocultarse en una trinchera mal hecha.
Aquella guerra fue perdida y las vidas de mas de 18, 793 jóvenes se perdió en vano mientras que el enemigo rebelde y la nación que los buscaba anexar solo perdió menos de 193 vidas. Tsunade se hundió en el alcohol y el juego por un tiempo, pero salió adelante para estar donde su novio quería llegar.
Después de haber cerrado su corazón por la muerte de su primer novio, la muerte de su hermano menor en un accidente y la perdida de su ultimo amigo de la academia Jiraiya, quien igual fue escogido para cumplir con el servicio militar en esa fatídica guerra, pero el se quedo hasta el siguiente conflicto donde moriría. Un chico que mas que recordar le a su primer novio, sino también a su hermano y su amigo que nunca dejaba de mirarle el escote cuando le surgió; tomaba cada cosa que recordaba bien de ellos y le hacía olvidarlos. Sería acaso que volvía amar después de tiempo o solo era el calor.
Toca volver al tiempo correcto en esta historia, ahora que Naruto fue entregado a la compañía rival, no le quedaba mas opción al rubio que tolerarlo pero por cuanto tiempo podía tolerar esta insolencia que Tsunade.
En su mansión privada, o mejor dicho: su casa. Mei Terumi estaba entrando a su patio trasero con un atractivo bikini color azul de dos piezas y unos lentes de sol puestos, camino hacia su camastro con un cóctel de pina colada y ron en manos. Se sentía muy joven esta otra madura.
—¿Cuales son mis actividades de esta tarde, Kurenai? —pregunto Mei antes de sentarse en su silla playera bajo el sol de la ciudad.
—Veamos —examino la hoja en su tabla Kurenai, la pelinegra de ojos de iris rojo que llevaba igual un bikini de dos piezas pero con un estilo distinto. Ella caminaba detrás de su jefa—, esta la conferencia con los accionistas hasta las cinco.
—Y son las doce —miro su reloj Mei—, tengo tiempo para relajarme.
—La dejaré sola entonces, Mei-sama~ —dijo Kurenai, se dio la vuelta y se dio tiempo así misma.
Con una sabrosa bebida fría en manos, un sol agradable como caliente, una piscina cuya agua fría era una esquisites. Se sentó en su camastro y disfruto el sol un par de minutos antes de voltear hacia la derecha donde su nuevo asistente estaba parado a la sombra de una palmera plantada en el jardín junto a la piscina. Recargado del tronco, con brazos cruzadas la mirada impertinente de Naruto sobre ella le parecía molesta, pero aun así no dejaba de sonreír cual mujer altanera era.
Llevaba puesto Naruto una camisa blanca con los ultimos dos botones desabrochados y un pantalón corto playero.
—¿Vas a quedarte todo el día allí? —pregunto Mei antes de darle un sorbo a su bebida que dejo en una mesa que tenia a lado su asiento.
—Estoy acostumbrado a trabajar, no a relajarme —respondió resguardando su molestia el rubio.
—Quieres trabajar, porque no vienes a untarme un poco de bloqueador en el cuerpo, el sol es el enemigo de la piel de una mujer~ —dijo Mei sacando la botella para la tarea que tenia en esa misma mesa, no tenia mas que hacer Naruto—. Pero, quitate la camisa. No querrás embarrar de sudor tu ropa.
Salió de la sombra de la palmera y se quito la camisa botón a botón, consiguiendo que la pelirroja madura bajara sus lentes de sol para ver los cuadros que tenia su nuevo asistente, donde Naruto se dio cuenta que ella se mordía los labios inferiores de solo ver su físico. No era distinta a Tsunade, solo quería carne joven Terumi. Esta vez no sería el juguete de nadie, esta vez la haría su juguete.
—Eso es~ —decía Mei al sentir las manos de Naruto pasando por su espalda luego de darse la vuelta para que le untara el bloqueador—, tienes unas manos fuertes, Naruto.~
No decía nada, solo hacia la tarea que le encargaron. No solo le ponía el bloqueador, sino un masaje por toda la espalda le estaba proporcionado a Mei, sus caderas y sus piernas, llegando a apretar el trasero de su nueva jefa con fuerza y deseo, cosa que le sorprendió a la misma Terumi.
—Pícaro~ —dijo por la manoseada que le dio Naruto sin pedir permiso—, ya que eres todo un atrevido —desato su sostén, cuando sus pechos estaban sobre el camastro—, serías tan amable de ponerme bloqueador en… ¡ay, galán!
Sin dejar que terminará de hablar, Naruto llevo sus manos a los pechos de Mei, una notable copa D a la cual toco como si fueran para él y de eso se aseguraría.
—Piensas que soy tonto acaso, voy a dominarte Mei-san —dijo Naruto al oído de Mei.
El sol se movió hasta marcar las tres de la tarde, sabiendo que faltaba poco para la conferencia digital, Kurenai salió al patio trasero a buscar a Terumi para darle una noticia, lo que encontró era mas caluroso que el sol del verano.
—Mei, tengo noticias sobre la reunión… ¡Mei-sama! —había entrado con ese bikini rojo modesto para su cuerpo maduro, con su tabla en manos, solo para cubrirse el busto y la boca cuando encontró a su jefa teniendo sexo con su nuevo asistente.
Acostada en su camastro, Mei era follaba con brutalidad por Naruto. Con su pechos al aire y su vagina expuesta, dejándose ver el bello púbico del mismo color de su cabello. El rubio tenia agarrada a la pelirroja de sus muñecas, pegando sus brazos a los lados de sus bustos, haciendo que resaltaran mientras él embestía a Terumi con harta agresividad.
—¡Kurenai!… ¡Estoy ocupada por ahora!… ¡Lo que sea hazte cargo!... —decía entre gemidos la líder y dueña empresarial de Kirigakure, su voz se perdía, su ojos se salían de sus orbitas y con su lengua afuera era señal clara de que estaba siendo domada por Naruto—… ¡Dios eres impresionante, mi vagina se derrite! ¡No te detengas, hazme llegar querido!~
Kurenai estaba impresionada como sonrojada, el dote notablemente grande de Naruto entrando y saliendo como bestia, salpicando los alrededores de los jugos sexuales de ambos, la cara de éxtasis de su superiora le contagiaba a Kurenai. Casi delante de ellos los observaba, comenzaba a ponerse cachonda mirando al rubio que movía su pelvis de forma hipnotica a su parecer.
—Solo… venía a decirle que la reunión se cancelo —Kurenai dijo, sin poder mover sus ojos a otra dirección.
—¡Si! —un grito a todo pulmón de Mei, un fuerte orgasmo que le llego. Inclinando su rostro hacia atrás cuando Naruto daba los últimos empujones, liberando su esperma en el interior de la madura de cabello castaño rojizo—. ¡Esto es magnifico! —dijo a su asistente—. Significa que tengo mas tiempo para jugar con Naruto-kun.~
Fue soltada por el rubio cuando se disponía a levantarse de su camastro, Naruto la agarro jalo de su cintura y la hizo regresar donde lo estaba dejando.
—¿A donde vas?~ —se convertía en el Naruto que sería en un futuro. Encendida estaba Mei con la agresividad del rubio.
Besándola en sus labios paso el Uzumaki a besarla su cuello mientras manoseaba sus pechos como al principio, pasando su lengua por la espalda de la castaña rojiza haciendo que se erizara de excitación.
—Kurenai~ que te parece si me das una mano —decía Mei apenas si pudiendo con su voz, las estimulaciones que le producía el asistente que perdió Tsunade eran de otro mundo.
Sin pronunciar alguna palabra, dejo caer esa tabla de madera suya sobre el césped podado y una pieza de su bikini a la vez se desabrocho Kurenai atrayendo la mirada de los dos. No le sorprendía el tamaño de sus pechos de la mujer de ojos rojos o su cuerpo bien cuidado para su edad. Era toda una Milf Kurenai.
—Si no les molesta que me una —exclamo con un tono atrevido, su mano izquierda en su cintura, resaltando su trasero al dar una vuelta completa para que Naruto la viera mejor.
Vino el atardecer y el los últimos rayos de luz solar estaban por ser suplantados por los fríos rayos de la noche. Sin embargo no tuvo tiempo Tsunade para esperar por la noche para ponerse ebria hasta el tope ahogando sus penas en soledad. Tras beber lo suficiente, se armo de valor y puso sus ovarios en su lugar, saliendo a buscar lo que perdió por culpa de su propia estupidez.
Sola, montó en una de sus camionetas personales y que eran de todo terreno, condujo hasta el otro lado de la metropolis donde Terumi tenia su casa para llegar y amablemente tocar la puerta de su rival sin avisar de su visita.
—¡Mei abre la maldita puerta! —gritaba Tsunade dando de golpes a la puerta de madera tallada de su residencia luego de derribar la reja de acceso con su camioneta.
Kurenai abrió la puerta teniendo una mirada confundida luego de ser notificada por el sistema anti intrusos por el acceso violento a la propiedad privada de su jefa. Sin poder decir una palabra, Tsunade aparto a la mujer de su camino y se adentro en la casa de Mei. No hay que dejar pasar el hecho de que Kurenai recibió a la inesperada visitante estando bañada en sudor como cubierta del olor a sexo impregnados en un segundo bikini que se puso para ocultar moderadamente su cuerpo.
—Estás es propiedad privada y ya avise a la policía —grito Kurenai intentando alcanzar a la rubia que solo la ignoraba al avanzar.
Llego a la sala y quedo perpleja pero no estupefacta gracias al alcohol en su sangre, pues Tsunade vio a Naruto desnudo sentado muy comanda en uno de los amplios sillones de la habitación, de sus pies se levanto Mei quien paso de darle la espalda a Tsunade para mirarla directamente por su intromisión. Sin embargo, ante la desnudez de su rival, Senju podía ver como la castaña rojiza estaba en las mismas condiciones que su asistente Kurenai; estaba peor, no solo estaba sudada sino había rastro de semen de Naruto por todo su cuerpo y sin pena alguna se dejo ver ante ella.
—¿Que haces aquí Tsunade? —pregunto Mei con indiferencia.
—Vengo a llevarme a Naruto —dijo con la ira en sus manos y todo su ser, dándole igual que estaban haciendo, se lo llevaría.
Naruto solo levanto una ceja, mientras se mantenía molesto luego de lo que ella le hizo tan solo una noche atrás. Terumi por su lado, le dedicaba una sonrisa burlona a su rival, notando lugar sobre el regazo de su nuevo asistente delante de Tsunade.
—Siempre supe que eres una mala perdedora, Tsunade pero no tanto como para llorar para que te devuelvan tus cosas~ —puso su mano en la mejilla de Naruto, para besarse delante de ella mientras Kurenai detrás de Tsunade solo reía en silencio por la actitud engreída de su jefa—, lo siento pero ahora Naruto-kun es mió, legalmente. ¿Que vas a hacer?
Si creías que Tsunade iniciaría una discusión con Mei para recuperar al Uzumaki, basto con acercarse lo suficiente para darle a la castaña rojiza un puñetazo y dejarla inconsciente en el suelo de su sala. No tuvo suficiente con Terumi, así que también le proporciono uno a Kurenai. El alcohol en su sangre y la fuerza escondida de esta mujer salía a todas luces, no tuvo mas opción Naruto que hacer lo que ella le dijera, así que cuando Tsunade dijo que se iban, fue con ella.
Para terminar en la habitación del amor escondida en la oficina principal del edificio de Senju.
Sobre Naruto, Tsunade montaba a su asistente aplastando su gordo trasero, la madura tenia sometido al rubio, tenia total control. No solo obtenía placer de él, también le daba placer al Uzumaki. Dejando que la Tsunade se moviera al ritmo que ella quisiera, Naruto no hacia más que mantener duro su pene, no levantaba sus brazos ni abrazaba a la rubia como ella lo hacia con él, quien pasaba sus labios por todo su cara, bajando por su cuello y acariciar el cuerpo que Naruto se hizo en los últimos meses que la estuvo ignorando, teniendo sexo solamente con Shizune. Ni siquiera le dirigió la mirada a Tsunade.
Se sentó sobre su pelvis moviendo con mas insistencia, a través de su pene podía sentir como ella estaba llegando al clímax, justo como él lo estaba haciendo. Pero no necesitaba mostrar ninguna emoción lasciva como Tsunade lo hacia.
—Ya casi… ya casi Naruto… dejaré que te vengas dentro esta vez —decía Tsunade con sus manos recargándose sobre el estomago desnudo del rubio moviendo su cuerpo a mas velocidad para no perder el orgasmo que la recorría—. ¡Mmm… Si!
Un gran grito de éxtasis de parte y la vagina de la rubia madura era pintado de blanco en su interior, apretando sus paredes toda la polla de Naruto que tenia dentro para que no se escapara ninguna gota de su semen. Llena, con sus piernas acalambradas después de todo el movimiento que hizo, se dejo caer Tsunade sobre Naruto, a pesar de estar disfrutando, no dejo ver ni una sola mueca de gusto, como si le pudiera perdonar lo que le hizo ella.
Entendiendo que no le iba a dirigir la palabra, solo un par de minutos descansando sobre él y Tsunade se le quito de encima, se sentó entonces al borde de la cama, con un rostro lleno de remordimiento y culpa por lo que hizo, pero lo que realmente a Naruto se preguntaba era si realmente se sentía culpable por lo que le hizo.
—Escucha yo… lo lamento —decía Tsunade aun sin levantar la cara o mirar a Naruto directamente—, no debí apostarte. Fue estúpido de mi parte.
—Yo diría que fue inhumano —respondió Naruto, acabo con su silencio. Se recargo sobre su lugar en la cama sin darle tanta prioridad a Tsunade—. Lo que me interesa saber es porque fuiste a sacarme de la residencia de Mei, comenzaba a ponerme a gusto con ella y Kurenai-san.
Buscaba provocarla, lo consiguió.
—¿De verdad crees que te iba a entregar tan fácil? No iba a pagarte una liquidación para empezar, ese no es mi estilo —dijo poniendo su orgullo como empresaria primeramente.
—Claro —dio vueltas a sus ojos Naruto ante la mentira que ella le dijo.
—No dejaría ir tan fácil a mi mas reciente lindo juguete, digo asistente —se disponía a dejarlo solo en la habitación y salir de allí, aunque estuviese desnuda.
Cansado de su arrogancia, era tiempo de dominar a la fiera que era Tsunade. Abandonó la cama en un crujir de dientes y antes de que se acercara a la puerta, la acorralo contra la pared, poniendo su mano entre ella y la puerta que estaba a nada.
—¡¿Que estás haciendo?! —grito Tsunade, la mano dura de Naruto hizo sonar la pared debido a su fuerza logrando preocuparla por la violencia que estaba usando.
—Solo soy un juguete para ti ¿verdad, vieja? —reclamo el joven rubio que estaba igual de desnudo que ella, la ira acumulada se notaba en cada palabra de parte del rubio—, solo soy un pene para ti.
—¿Que te pasa? —dijo con temor, nunca hubo un hombre que le causara temor a Tsunade, ahora un joven que apenas si pasaba los veinte la tenia contra la pared e inmóvil con solo su mano en la pared y no sobre ella—. ¿Que pretendes?
Puso su mano en el mentón de Tsunade y le planto un beso, pero no uno romántico sino uno más posesivo, pues Naruto se abrió paso de los labios de Senju e hizo entrar a su lengua para domar a la lengua de ella, quedando la misma Tsunade sorprendida, aterrorizada como asustada, no solo la lengua de este chico se introdujo en su boca con un beso tan atrevido, sino también sus manos se movían por su cuerpo de manera tan posesiva con ella.
La tenia contra la pared (literal), con una mano acariciaba el trasero de Tsunade forma insistente bajando hacia su culo, la otra mano la abrazaba por su espalda y la ponían contra Naruto para que no escapara de él.
—...Calmate.. Naruto —exclamo sin aliento Tsunade, al tener una pequeña oportunidad de hablar entre los roces dominantes del rubio muchacho sobre ella, pero pronto la callo atacando con agresividad con su boca.
Escabullo su mano hacia el agujero trasero de Tsunade y sus dedos se introdujeron, frotando con insistencia en su apretado y seco interior. Su cuerpo empezaba a sucumbir ante las rudas caricias de su asistente, pero no iba a ceder tan fácil, porque ella no lo era. Contra la pared fue puesta por Naruto, para ser tomada por sus muslos, ser levantada y sus piernas ser abiertas, siendo su vagina frotada con la punta de la polla del rubio. Su boca en su cuello provocaba que su cuerpo por dentro se electrizara, antes de sentir como se introducía su pene de forma forzada.
—¡Aguanta, Naruto! —puso sus brazos envueltos en la espalda del Uzumaki mientras cerraba sus ojos y le clavaba sus uñas—. ¿Que es esto? —pensaba Tsunade cuando la hombría de su asistente le llego hasta el fondo—. Su pene esta tocando mi útero… no es la primera vez… ¿pero porque se siente diferente?
Al primer empuje, soltó un dulce gemido cuando su pene chocaba hasta el fondo de su interior, cada embestida de su pelvis la hacia gemir haciendo que le fuera menos posible controlar su voz; lo cual no tenía sentido porque con cada hombre que ha estado ha podido controlar su voz. Así que Tsunade no tuvo mas opción que morder el hombro izquierdo de Naruto para poder callar sus gemidos.
Justo cuando no pudo soportar mas los dientes de su jefa de trabajo, sin soltarla la arrojo a la cama, lo cuál le dejo sin aliento a Tsunade; le sorprendió la fuerza que tenía este chico.
—¿Naruto? —apenas si llego a decir algo, cuando el rubio Uzumaki se le fue encima y antes de que cerrará su boca puso su pene en boca de Tsunade—. ¡Mmm!
—¿Quieres morder algo? ¡Muerde mi polla, golfa ninfoma! —todo su pene era fácilmente ingerido por la rubia de tono cenizo—. Esto es lo que te gusta, tener una gorda polla en tu boca todos los días.
Su hombría tomaba curva al adentrarse en la garganta de Tsunade, era un animal quien puso su polla en su boca pensaba ella. Con solo eso la tenía sometida, aunque puso sus manos en las piernas de Naruto para intentar quitárselo de encima, no tenia la fuerza que él tenía.
—¡Tragate todo mi semen, Tsunade! —clavo mas profundo su miembro, eyaculando en la misma garganta de su jefa empresarial. Una cantidad de semen más grande lo que estaba acostumbrada a tragar cuando tenia sexo, de un pene que le llegaba mas allá de su boca.
Al sacar su pene, la boca de Senju quedo impregnada de más semen que no pudo ingerir al momento.
—¡Naruto, para en este momento. Mi vagina esta alcanzando su limite! —le rogaba piedad a Naruto, ahora sobre todo que la tenia puesta en cuatro y su polla golpeaba con más violencia de la que estaba acostumbrada, mas que estar siendo dominada; Naruto Uzumaki estaba adoctrinando a Tsunade a su pene. De su coño que era machacado sin piedad, rastros de semen se escapaban de su agujero con cada choque de Naruto que la destrozaba mental, como sexual mente hablando.
—¡Claro que no! —la atrapo cuando se arrastraba fuera de la cama luego de venirse una y otra vez sin dar tregua—. Tsunade no me deja hasta que esta satisfecha, yo tampoco dejaré ir a Tsunade hasta que estemos satisfecho los dos.
La había tomado de su cabello cuando la rubia madura se arrastraba sobre la cama buscando escapar de la bestia sexual en la que se convirtió Naruto Uzumaki.
—¡Ahh! —un gemido de dolor y placer al ser atravesada por la polla de su asistente en el agujero incorrecto.
—Detente por favor… —asustada y excitada se hallaba Tsunade, su mas reciente asistente la estaba domesticando—… me voy a volver loca si sigues follandome… ¿eh?
Justo cuando estaba por alcanzar el orgasmo, el chico Uzumaki saco su polla y le dio un espacio a su adquisición, para acercarse a su oído de Senju y susurrarle.
—Quiero que grites Tsunade —susurraba a su oído, la cercanía de su voz a su piel la erizaba de placer—, quiero que grites cuanto amas mi pene y que a partir de ahora, Tsunade será mi juguete sexual, no. Aun mejor; que serás mi perra y solo aceptarás de mi polla de ahora en adelante.
—¡Jamás! —por esa respuesta, fue empalada hasta el fondo por Naruto al tomarla por sorpresa—. ¡Ahh!… Creí que tenías novia.
—Si la tengo, amo a Hinata-chan. Pero gracias a ti, ahora también amo tu cuerpo Tsunade-sama y no estoy dispuesto a compartirlo—exclamo sin dejar de empujar su polla de nuevo, Tsunade se le estaban acabando las fuerzas para sostenerse—. ¡Quiero que Tsunade grite que es mí, grita que eres mi perra!
Parece que los juegos de Shizune si influyeron en Naruto, estaba a nada de lograr lo imposible.
—¡No quiero… no puedo resistir más! —gritaría cuando la tomaría Naruto de sus senos y la hizo sentarse sobre él, teniendo el total control del encuentro—. ¡no puedo… yo… yo…!
—¡Grita Tsunade, grita para mi!
Entonces paso por la mente de la madura, aquella única noche con su novio donde su virginidad fue tomada por Dan y fue poco amable al principio, antes de volverse salvaje. Cuando llego al lugar de la compañía, el estrés que solo lograba calmar con actos carnales, fue inició a su búsqueda de algún hombre que le recordara a esa noche desenfrenada, antes de que su busto creciera.
—¡Yo, Tsunade Senju. Seré la perra incondicional de Naruto Uzumaki, solo tu pene puede darme tanto placer! —grito Tsunade al por fin venirse, no una ni dos, fue una serie de orgasmo tras otro mientras sentía a Naruto moverse con mas insistencia cada vez más.
Alcanzo el clímax y se vino dentro de la madura, un revoltijo de los fluidos de ambos se mezclaba bien en la vagina de Senju. Por fin podía tener un corto respiro, donde se miraron muy de cerca estando aun conectados. Siendo interrumpidos de improvisto.
—¡Tsunade-sama esta aquí! —grito Shizune al entrar en la habitación secreta de la oficina ¿que venia a buscarlos? O mejor preguntar: ¿Como sabía que estarían aquí?
—Aun lado —detrás de Tsunade entro Mei seguida de Kurenai, era ella la razón por la que Shizune la buscaría—. ¡Tu, perra acepta que perdiste y devuélveme a mi hombre!
—¡Nuestro, hombre! —aclaro Kurenai.
Cuando Tsunade la miro, estaba tan intoxicada de placer que le dio igual lo que Terumi dijo o tan solo preguntarse que venía hacer aquí.
—¿Que no escuchaste? Perra de mierda —el enojo era notorio en el tono de voz de Mei.
—Si, soy la perra de Naruto-kun~ —exclamo, su mente había sido deformada para amar su pene con éxito.
La cara de Mei cambió en cuanto escucho decir esto a su rival y notar el estado en el que estaba, olía a sexo la habitación, pero era de esperarlo; lo que nunca había visto de Tsunade era su expresión lasciva que tenia mientras Naruto les miraba con malicia.
—¿Podrá ser? Naruto-kun… acaso —Shizune tenia una idea de lo que ha pasado.
Dejo caer a Senju en la cama y desnudo, con tan impresionante erección que tenía todavía, fue hacia su senpai la puso contra la pared, metiendo su mano bajo su falda para acariciar en su lugar especial.
—Es Naruto-sama para ti, Shizune-chan~ —exclamo, esa noche nació un nuevo Naruto.
Pronto comenzó a gemir Shizune sin oponerse a las caricias del rubio. Cosa que puso preocupada a Mei.
—¿Porque te alejas, Mei-san? —miro a la rival de Tsunade—. Porque no nos divertimos todos.
El tamaño de su pene para estar joven, la vigorosidad que tenía sumado a ese cuerpo de atleta con sus músculos definidos sumada a esa mirada sometedora que les hacia, no basto para hacerlas oír, sino para hacerlas venir a él.
—¿Que dicen?~
Toda la noche hasta el amanecer, no solo las cogió como si hubiera un mañana, las dejo tan llenas que de todos sus agujeros que el semen se les escapaba, sin mencionar que sus cuerpos estaban cubiertos de la misma leche de Naruto. Refiriéndome a sus tetas y sus estómagos, aunque también sus respectivos cabellos estaban impregnados. La habitación olía a sudor y sexo.
Ellas cayeron dormidas con una expresión de total satisfacción, la ropa de todas y de Naruto estaba dispersa por toda la habitación. Tsunade cayó dormida sobre él con mostrando en su rostro satisfacción total, con una sonrisa. Mei estaba a la derecha de Naruto recargada contra la espalda de la cama y las almohadas a su espalda, con sus piernas abiertas y el semen escurriéndose de su vagina, en su cara donde su cabello estaba despeinado se notaba rastros de semen en su boca y todo su rostro. Shizune estaba a la izquierda de su domador; con el trasero en alto, su cara de lado al caer dormida en esta inusual pose, dejando ver el semen escapando de ella también, su espalda estaba cubierta de la leche del rubio. Kurenai para acabar estaba dormida de lado, delante de los pies de Naruto, sus piernas hacia los lados mientras sus muslos estaba rectos, su rostro que reflejaba cuan loca se puso al ser destrozada por el Uzumaki teniendo sus pechos bañados en su semen.
—Aun estoy duro —exclamo cuando ninguna de ellas le escuchaban.
Y Naruto al final en medio de todas aun despierto, su rostro triunfante y malicioso, el Naruto Uzumaki que dominaría a sus asistentes, hasta hacerlas sus perras surgió esa noche, consagrándose en el amanecer.
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