Business and pleasure (Naruto x Harem)

Esta obra la estaré actualizando una vez al mes, para darme tiempo de seguir avanzando la historia y tenerles una actualización constante. Espero y les agrade.

Bad End

 Soredemo tsuma wo aishiteru S2

Todo lo que empieza tiene que terminar, incluso el amor; dicen que lo que importa no es el destino sino el viaje. Pero que pasa cuando el viaje se vuelve oscuro y turbio ¿A donde nos lleva el destino de nuestras acciones? ¿Donde terminaremos? ¿Podemos ver, el resultado de nuestras decisiones antes de tomarlas? No creo que Issei supiera que así terminarían las coas. Ni siquiera creo que pensara que su vida lo llevaría a este resultado en sus decisiones.

¡Ya volvimos! ―anunció Rias tras abrir la puerta de su casa y entrar con todas las que eran las concubinas de Issei siguiendo a la carmesí, todas se notaban vivaces.

Chicas, bienvenidas ―saludo Tsubaki, la única de las mujeres de Issei que no fue al segundo viaje de entrega de premios en Las Vegas, la única que le ha sido verdaderamente fiel a Issei―. ¿Um? ¿Oigan, donde esta Issei?

¿Issei? ―Asia desconocio el nombre en cuanto escucho la pregunta―. Él esta… ¿Donde está?

No estaba con ellas, es más ninguna noto la ausencia de Issei cuando ni siquiera subió al avión de regreso en el mismo vuelo. Ya nadie de sus esposas, se preocupaba ni una misera por él.

Tranquila Tsubaki ―dijo Akeno, con su conocida forma de hablar―. Seguramente se quedo atrás para tratar algo como siempre.

Si, seguramente fue a hablar con Kiryuu o algo así ―exclamo Rias, quien era ella la que menos se interesaba por saber de Issei, desde antes del viaje.

Su respuesta fue apropiada por todas las que vinieron en el viaje, lo que causo a Tsubaki una intriga que tuvo que ocultar, entendió que algo estaba mal ¿Pero como saber que paso? Confió brevemente en las palabras de Rias y espero a que Issei apareciera por esa puerta, llegando con esa sonrisa. Eso esperaba.

Paso una hora y Tsubaki decidió llamar a Issei para saber donde estaban, mientras las chicas alardeaban sobre los premios que tuvieron en la premiasión, quien tuvo mas o haciendo chistes por ganar dicho premio. Lo que le pareció censurable a Tsubaki, sin embargo su unica preocupación en el momento era Issei, que no contesto su llamada. Así que espero diez minutos y volvió a intentar, resultando en el mismo resultado infructuoso. Le decía que el número estaba indisponible para conectar la llamada o para dejar un mensaje de voz, esta vez.

Dos horas mas tarde y Tsubaki intento contactar a su esposo de nuevo, sin frutos. Rias y las demás seguían desempacando. Notando que ellas no se preocupaban por nada acerca de la ausencia de Issei, solo ella. Intento muchas cosas la mujer Shinra, contacto a Aika para preguntar por su esposo pero incluso ella sabia que el castaño no vino con ellos en el viaje de regreso a Japón. Sin embargo, como jefa y administradora del estudio Oppai, tenia que priorizar otros asuntos. Tsubaki se quedo sola preocupándose por Issei, mientras las otras desconocían su ausencia. Tampoco lo sabían pero Kuroka tampoco había vuelto en el viaje de regreso, pero nadie se preocupo por su ausencia, ni siquiera Koneko. Su hermana menor.

Fue hasta que las horas se volvieron días y luego se transformaron en semanas, hasta contar un mes que las restantes esposas de Issei comenzarían a preocuparse por el castaño. Por las razones menos indicadas.

Issei lleva un mes sin volver ―dijo Ravel contando las horas que han pasado desde hace treinta días que han llegado de tan distante viaje y no se preocuparon hasta ahora.

Tsubaki, la policía a llamado para decir algo ―pregunto Rias sentada en la sala, incapaz de relagarse luego de llevar la cuenta también desde que su aun esposo estaba ausente.

Nada ―contesto Shinra―, me pidieron llamar una vez al día, porque no tienen respuestas. Solicitaron ayuda a la policía en estados unidos para investigar desde allí que paso con Issei.

Muy tarde comenzaron a sentirse preocupadas por Issei, una minúscula parte de sentimientos por él revivió, que ni siquiera sus amantes podían calmar. Ni ahuyentar, sin embargo. Esa pequeña burbuja de remordimiento se reventaría en agrio cuando tocarían a la puerta, esperando que sea Issei quien tocaba la puerta, triste sorpresa se tuvieron las mujeres de Hyoudou cuando los detectives a cargo de la investigación se presentaron en la casa.

¿Detective Furibayashi?

Familia Hyoudou ―se notaba complicado el hombre cuando vieron a las mujeres, todas reunidas―, el consulado americano ha enviado el resultado de su investigación de la desaparición de su esposo Hyoudou Issei y… lamento decirlo, pero esta muerto.

Esa noticia fue la espada de Damocles que pedían sobre ellas, la cual cayó sobre todo su orgullo y las destrozó.

¿Que? ―Rias quedo mortificada.

Issei-san… ―Asia no podía decir nada, ni pronunciar.

Issei muer… ―pero Akeno se devasto al escucharlo.

¡No! ―Ravel y Koneko no podían creer lo que estaban escuchando.

Temo que así es ―dijo el detective―, las autoridades de Estados unidos hallaron el cuerpo de Issei tirado a un costado de la carretera a las afueras de Las Vegas con señales de descomposición. Y el auto rentado por su esposo fue también encontrado abandonado muy cerca de su cuerpo, parece que se suicido. Es la conclusión a las que llegaron las autoridades dado el rastro de alcohol y una serie de llamadas que Issei hizo a ustedes la noche que murió. La autopsia dedujo que fue arrollado por un camión pesado, posiblemente se arrojó a uno cuando lo vio pasar por tan intransitada carretera. Aunque no saben quien movió el cuerpo de la carretera a la arena. Investigaron todo y esperaron a dar con el responsable de mover el cuerpo de su esposo, pero les fue inútil. Exhumaran su cuerpo en unos días. Lo siento.

Devastación, colapso. Sintieron a su corazón que volvía a Latir por Issei de nuevo romperse en dos para todas. Dada a conocer la noticia, se hizo un funeral correspondiente. Los padres de Issei y conocidos, miembros del trabajo (los amantes de las esposas de Issei) y Kiryuu quien tuvo que costear el velorio como otras transacciones. Como era de esperarse, el velorio estuvo lleno de lagrimas y tristeza por la muerte de Issei. Incluso los amantes de las mujeres del muerto mostraron respeto, ni siquiera ellos pensaron que él terminaría así.

Kuroka… gata negra, este no era el plan ―susurró Aika en el funeral sin que nadie se diera cuenta.

Incluso trataron de animar o consolar a sus respectivas amantes en durante el funeral, pero fue inútil, otras en vano. Aunque también estuvieron presentes los suegros y cuñadas de Issei para dar el pésame a sus hijas correspondientes, el secreto de los amantes de sus esposas seguía escondido. Pero ni siquiera ese silencio mantendría vivo el amorío inmoral que se crearon. Kuroka estaba allí, para consolar a su hermana, había llegado una semana mas tarde del día que todas volvieron de Las Vegas y nadie le pregunto donde estuvo o si sabia de Issei, mucho menos Koneko.

El cuerpo de Issei fue cremado en una urna por si lo preguntas, cenizas que estuvieron sobre el pedestal en el velorio con una foto del castaño riendo donde se le mostraba lo mas alegre que llego a ser.

Pero fue entonces que vino la parte más complicada posterior a un funeral. El testamento.

En la oficina del notario, Rias, Akeno, Ravel, Asia, Koneko. Tsubaki, Rossweisse, Xenovia, Irina. Incluso Kiryuu; tenían un lugar frente a la silla del abogado.

¿Están todas? ―pregunto el hombre.

Si, estamos todas ―dijo Rias. Compleja por la muerte del castaño, “no debió terminar así”. Pensaba.

Veo un asiento vació, significa que alguien falta ―comento el abogado, en un llamado a entrar a la ultima mencionada en el testamento de Issei. El notario sabia bien cuantas personas mencionaba el castaño en su carta final, por ley. Todos los que el testamento menciona deben estar presentes.

La puerta de la oficina se abrió por la llegaba apresurada de la ultima mujer que debía ocupar el lugar vació restante, era Kuroka. Cosa que a todas dejo intrigadas, pero también les causo inconformidad y molestia.

¡Lamento la demora! Pero ya estoy aquí ―exclamo antes de sentarse.

Gracias por presentarse, Toujou Kuroka-san ―señalo el notario.

Nee-san ¿que haces aquí? ―pregunto Koneko, el asiento vació estaba junto a ella.

Si me permiten su atención ―exclamo el abogado. No tuvo oportunidad Kuroka de explicar, aunque tampoco pensaba contarle nada a su hermana, su avaricia podía mas que su amor materno―, ahora voy a leer la carta que el señor Hyoudou decidió incluir en el testamento que levanto diez días previos a la confirmación de su muerte, dado que aprovecho la oferta de descuento para realizar su testamento con nosotros. Por si alguna de ustedes quiere aprovechar.

Por favor, abogado. Vaya al asunto ―pidió Aika con poca paciencia, pero trataba de ocultarla.

Claro, claro ―acomodo su voz y de entre documentos, saco el hombre la carta dejada por Issei―, la dice lo siguiente:

Mi amor Rias, mi tesoro Asia, mi reina Akeno. Querida Irina, mi dulce Xenovia. Mi cielo Ravel, mi preciada Rossweisse, mi Ravel. Tsubaki mi luz, mi esposa Kuroka. Gracias por todo, todo lo que me han hecho vivir. Experiencias geniales e insanas, agradezco al cielo haberlas conocido sin importar el infierno al que decidí descender por ustedes, pero yo me lo busque. No deseaba que esto terminará así, había una mejor forma. Pero si esta carta es leída es porque algo salió mal, tal vez desde mi cabeza todo esta mal. Gracias por todo, tal vez ya no me amen, pero guardaré un pedazo de cada una de ustedes en mi corazón y un lugar en el infierno a mi lado, al menos. Aquí las tendré junto a mi por siempre. Porque es a donde fui, aunque ustedes ya no me amen. Aun así yo amo a mis esposas (Soredemo Tsuma wo Aishiteru).”

Leyó el hombre la carta el notario y la guardo. Dejando preguntas mas que respuestas ¿Que dijo Issei en esa carta?

¿Ise escribió esa carta? ―pregunto Rias, dudosa de que él dijera algo como eso en papel.

Si, puede ver que es su letra y su firma real, Rias-dono ―extendió la hoja el abogado para que la vieran―, personalmente les puedo afirmar que Issei-dono la escribió porque lo hizo en esta misma sala el día que vino a hacer su testamento. Ahora viene la repartición de los vienes.

Saco de la carpeta el documento redactado a manera judicial con el sello del burocrata que autorizo.

¿Que nos habrá dejado Issei? ―pregunto Xenovia a Irina.

El titulo de la casa, la transfiero a mi querida Tsubaki, como transfiero su nombre a todos los servicios de luz, agua y de entretenimiento a tu nombre. Porque siempre se preocupo por la casa como mi. Es poco comparado, pero es lo que quiero dejar ―leyó el notario del gran documento―. A mi novena esposa, Kuroka. Le dejo todas las acciones que compre a la compañía Oppai, 5,000 acciones valoradas en mas de 5,200 cada una en la bolsa. Y ciento diez mil dólares en otras acciones que ya vendí en la bolsa de valores para ti, Tsubaki. Espero eso alivie cualquier necesidad que tengas con la casa.

¡¿Que?! ―eso sorprendió a todas, porque cuanto hicieron cuentas se sorprendieron.

Que son acciones ―pregunto Asia.

Son valores de un producto o empresa que te hace ser dueño o accionista de una fracción de la empresa, cada una tiene un valor monetario ―explico Ravel, pero cuando uso su cerebro―, estamos hablando de… ¡¿26,000,000?!

Además de ciento diez mil ―contó Koneko.

¿Dólares o Yenes? ―fue la pregunta que hizo Xenovia.

Dólares, la compañía se ha cotizado mucho en la bolsa de valores del mercado americano en el ultimo año ―explicaba Kiryuu, razón de ella para estar aquí―. Issei compró muchas acciones en lo ultimo semestre porque dijo que ya no la escuchaban como su esposo ni como su representante así que pensó que comprando todas esas acciones le harían caso.

¿Que? ¡El jamás no hablo de eso! ¡Tampoco nos hablo de que tomo a esta perra gata como esposa! ¡¿Cuando lo hizo?! ―estaba hirviendo en furia Rias, que pudo haberse arrojada contra Kuroka si así lo deseaba, pero Xenovia e Irina la detuvieron.

En las vegas, mientras ustedes celebraban. Decidió tomarme como su esposa ―dijo Kuroka con algo de tristeza, se había armado una cuartada―, nos casamos y luego de la luna de miel, dijo que quería por algo de beber, pero sabia que debia haber ido con él y no dejarme convencer cuando me dijo que volvería.

Una historia que nadie de las mujeres de Issei se trago, pero los policías si y por una buena razón, sembró la cuartada a real. Al abogado le dio igual, Kiryuu solo miro a la gata con asco, sin que ninguna de las presentes se diera cuenta.

Porque se hace que tu fuiste la que mato a Issei realmente ―Akeno también ataco, pero Rossweisse la contuvo.

Por favor, absténganse de hacer acusaciones sin fundamentos ―dijo el abogado, retomando el asunto del testamento.

¿Que hay para nosotras? ¿Que no dejo Issei? ―pregunto la carmesí, volviendo a su silla una vez calmo su ira.

Con gran tensión, vieron al abogado tomar la hoja jurídica y escuchar leer.

Nada ―eso dejo un profundo vació a todas―. El señor Hyoudou Issei pidió que estuvieran presentes en la lectura de su testamento por esto

Saco de la carpeta un segundo documento, uno muy contrario a lo que era un testamento.

El señor Hyoudou comenzó a tramitar un acta de divorcio para: Rias Gremory, Akeno Himejima. Asia argento, Xenovia Quarta, Irina Shidou. Ravel Phenex, Koneko Toujou y la señora Rossweisse ―leyó el notario―, el señor Issei puso su firma en el documento y solo falta la firma de las mencionadas, pero aunque no estén firmadas por ustedes para este momento de la lectura de su testamento señalo que su única propiedad de valor debía ser dividida en partes equitativas entre las esposas e hijos de Issei, natos y por nacer.

¡¿Que?! ―gritaron.

¡Issei no tiene hijos! ―levanto la voz Xenovia, pero llevaron sus ojos hacia Kuroka, incluso Koneko. Quien puso su mano derecha sobre su vientre y se acaricio aquí, como sonrió egocéntrica mente a todas. Ese era su plan.

Así termina la lectura del testamento del señor Issei.

Creyeron que Issei ya no les importaba, que podían vivir del placer, pero que Issei les dijera que a él tampoco les importaba ellas de esta manera. Sin despedirse cara a cara, no era lo que planearon.

¿Que era peor para ellas? Que Issei guardara una fortuna sin que nadie se enterará pero que no les correspondiera ni una misera parte de ello o que se les adelanto el castaño en cuanto al divorcio… comenzó el tramite y aunque las demandas no habían sido notificadas, la firma de Issei ya estaba en el acta, tal vez así no funcionen las leyes; pero en esta ficción si. Como fuese, ni Rias ni Akeno, de Asia hasta Rossweisse. Ninguna podía demandar a un muerto para reclamar una porción de tanto dinero.

Tsubaki.

Paso una semana desde la lectura del testamento y que el nombre de la casa pasara a estar a nombre de Tsubaki. Como todos los servicios domesticos que estaban a nombre de su difundo Issei, ahora estaban con ella. Un dolor profundo abordo a todas las demás mujeres de Hyoudou que el simple hecho de seguir viviendo en la casa fue un dolor profundo para sus mentes. Justo como el dolor que Issei fue padeciendo al final de vida.

En otras pocas palabras, Rias y las perras abandonaron la casa. Solo quedo Tsubaki y un lugar en la casa donde las cenizas de su esposo descansaban, una foto de él por encima a lado de sus restos. Donde Tsubaki hablaba con él sabiendo que una persona muere cuando es olvidada.

Buenos días Issei ―saludo Tsubaki a la foto junto a las cenizas―. ¿Como ves la casa? Me dedique a arreglarla y pintarla, ahora que todas se han ido. No se sentían conformes sabiendo que no les dejaste. Incluso Rias se fue diciendo que “que bien que no le importemos a Issei. El dejo de importarnos también” cada quien tomo su camino sin decir a donde se irían.

Miraba la sonrisa radiante de Issei desde su foto, antes de poder soltar unas lagrimas.

A veces creo… que si hubiera ido con ustedes al viaje… no se que te hubiera pasado si hubiese estado contigo, Issei ―lloraba Tsubaki, no podría contenerse―. Tu me importamos y no es que sintiera a ti te importara poco, pero no sabia como acercarme… luego de boris cuando nos conocimos y me aceptaste a pesar de mi gusto lascivo… me gustaría tener algo más para recordarte.

Como si fuera una intervención divina, tocaron el timbre de la casa dos veces, pues Tsubaki seco sus lagrimas antes de abrir la puerta. No esperaba una visita de Kuroka.

¿Kuroka?

Hola… ¿Emm… Tsuba..sa?

Tsubaki ―corrigió, no se conocían bien―. ¿Porque estás aquí?

Para traerte esto ―entrego una carpeta con un simbolo medico como un bancario―. Issei me contó que compro las acciones al por mayor porque hizo una donación al banco de esperma. Quería comprar tantas acciones pudiera para ser un ejecutivo de Oppai lo mas pronto posible para que Rias y las otras perras le prestaran atención al menos como ejecutivo del estudio ya que no le hacian caso como su esposo. La policía reviso el teléfono de Issei y encontró los mensajes que le enviaste y me los mostraron… me sentí mal desde que los escuche así que… pensé que podría ser la oportunidad de tener un hijo de Issei. Claro si tu quieres aprovecharlo.

Una gata como Kuroka sintiendo pena por Tsubaki. Sea como sea, no iba a dejar pasar la oportunidad, un ultimo deseo de parte de Issei.

Akeno.

La prominente Himejima salió muy afectada. En un mes y se había vuelto una triste ebria. Sairorg intento consolarla pero el dolor que le causo enterarse de la muerte de Issei. El imperio que Kiryuu levanto gracias a las esposas de Hyoudou se fue viniendo costa abajo, por que las esposas del castaño, las películas que se estrenaban semanalmente tomaron un plazo mas largo. Pues las mujeres de Issei no confirmaban sus participaciones en las películas y eso eran un dolor para Kiryuu. De la noche a la mañana su compañía se vino a abajo.

Al principio Akeno acepto la oferta de Sairorg por un trago luego de rechazar la oferta de mudarse con él, pero entonces pasaría todos los días desde el atardecer hasta la hora del cierre sola y bebiendo. Desde hace un mes.

Me sirves otro trago ―pidió al cantinero en turno, Sairorg continuo trabajando con Kiryuu y otras actrices primerizas o de ocasión, para mantener a floto el estudio.

Por más que Sairorg se intentaba animarla, ella yacía deprimida. Él se compadecía de la pelinegra de gran dote. Pero su jefe del bar, ni sus otros compañeros comenzaban a fastidiarse de ella.

¿No cree que has bebido suficiente? Debería irse a casa, ya vamos a cerrar ―pregunto siendo amable, este otro cantinero.

¡Sirveme otro por favor! ―se volvía insistente cada que le preguntaba eso.

Ya no le sirvas nada, Wretch ―apareció el jefe y dueño del bar, saliendo de la puerta que va a la cocina―. No te serviremos nada hasta que pagues tu cuenta.

Ella estaba ebria, pero si uno esta ebrio y deprimido. La soledad y el vació lo sientes hasta en tu cabeza.

Se lo pagaré el fin de semana ―dijo deprimida.

No soy tonto como Sairorg, mujer. Largo.

Difícilmente salió del bar siendo la una y media de la madrugada, digo difícil por que el piso se le movía. Oscuro se veían las calles de este distrito cuando todos se iban a dormir, solo las luces de los postes que alumbran la calle era la única luz. No quería ir con Sairorg, no tenia a donde ir, ni dinero. Todas sus cosas las tenia en un almacen que rentaba y ni dinero tenia para pagar el fin de mes. No quería ir con su padre y dejarse ver en este estado.

¿Que mierda paso conmigo? ―se detuvo Akeno recargando su mano en uno de los faros de la calle, asimilando su ebriedad e intenta recuperarse.

Mira esa lindura ―escucho a un hombre, por detrás de ella―. ¿Por que tan sola, señorita?

¿Que? ―pregunto a pesar de su estado.

El sujeto miro a los lados, percatándose de que no hubiese nadie cerca. Así que se acerco a Akeno y le pregunto:

Vamos ¿Cuanto cobrás?

Aunque estaba ebria, entendía el contexto.

Oye, no soy una… ―recordó que necesitaba dinero, así que saco su lado coqueto―. Depende ¿Cuanto tienes?~

¿Que me das, por cien dólares? ―un enorme fajo circular de dinero saco este sujeto del bolsillo de su chamarra y lo mostró a la pelinegra.

El mundo se consume en dinero, dinero; dinero. Dinero. Al fondo del callejón, Akeno y con estaba contra la pared, escondidos por un enorme bote de basura, con su trasero descubierto y el tipo dándole duro mientra trataban de no gemir tan fuerte.

¡Vamos, vamos… ya casi! ―estaba eufórico el tipo. Golpeando su polla contra el culo de Akeno hasta llegar a la satisfacción, le dejo Akeno hacerlo al natural―. ¡Oh si!~

¿Terminaste? ―pregunto Akeno, aun sentía la cosa del tipo dentro, pero casi de inmediato lo saco.

Si, ya acabe. Toma el dinero ―dijo el sujeto acomodándose la verga dentro del pantalón, dando espacio a Akeno, para acomodarse.

Un placer hacer negocios contigo ―exclamo Akeno a este hombre joven, listo para salir del callejón.

¿Sabes? Si quieres tener mas clientes, hay sitios donde es mas fácil que encuentres clientes con mas dinero, como al norte por Bayview norte ―le recomendaba―, digo. Eres una prostituta ¿no? Con ese cuerpo que tienes, ganarías mas dinero si te dejas ver por allí.

Pudo amedrentarle su madre y decirle que no era una prostituta como él pensaba, pero no tenia dinero. El dinero que le pagaban por hacer las películas lo gasto en otras cosas y no pensaba volver con Kiryuu por los recuerdos de Issei que le venían la mente por venir aquí. Como sea, Akeno necesitaba dinero y tenia deudas por pagar.

A la noche siguiente, busco este lugar y encontró una avenida nada transitada de autos, donde otras mujeres en el oficio esperaban para que les solicitaran. Traían vestido reveladores y provocantes. Akeno sabia que hizo bien en venir viniendo con ropas cortas. Pronto autos iban y venían, aparcando junto a algunas chicas que se asomaban por ventana del copiloto, unos segundos de platica y se subían.

Bonito cuerpo, no te había visto por aquí ―un auto se aparco, con un hombre de media edad y su auto se veía nuevo.

Sonrió Akeno y se asomo por la ventanilla del carro.

¿Quieres divertirte hoy querido?~

Dime primero ¿son reales? ―pregunto el viejo. Cosas así y de tal tamaño eran extraños de ver.

¿No quieres averiguarlo tu mismo?~ ―inclino su cuerpo y dejo ver mejor su escote.

¿Que me ofreces?

Por cien dólares soy tuya por una hora, por mil. Lo soy toda la noche, pero tienes que llevarme a un lugar bonito.~ ―guiño el ojo y con eso, Akeno cerró el trato.

Después de esa segunda noche, la vida de Akeno como ramera ofreciendo sus servicios por una gratificación monetaria comenzó a triunfar.

¡Mierda! ¡Eres fantástica, Akeno! Sabes hacer de todo ―fue la respuesta que le dio el viejo luego de la noche―, voy a hablar muy bien de ti con mis amigos.

Los meses comenzaron a contarse y Himejima Akeno se volvió popular en esa calle, se volvió también la envidia de las otras zorras. Ganaba tanto y era tan popular que incluso llegaron a pelear por tener una noche reservado con Akeno. Como gano tanto en tan poco tiempo, la pelinegra uso su dinero para comprar una habitación en esta zona, no como su casa propia sino como un cuarto donde sus clientes esperaban a fuera de la habitación en un pasillo adentro del edificio, con la comodidad de un asiento.

Un hombre de unos cuarenta estaba sentado en la banca leyendo un libro muy pacífico en la espera, hasta que la puerta de la habitación de Akeno se abrió y otro hombre que le rondaba la misma edad salió del cuarto, cómodo como si hubiera salido de la oficina del medico con alivios para su malestar.

Como siempre estoy satisfecho con tus servicios querida. Te veré la otra semana Akeno-chan ―se despidió de Akeno, la pelinegra se asomo fuera de la habitación usando un babydoll transparente color negro, que dejaba ver su tesoro y sus pechos gordos de Akeno.

Que tenga buen día, Kobayashi-san~ ―despidió con elogios al caballero, antes de ver que otro cliente estaba afuera―. Gojo-san, adelante. Ya estoy libre.

Dejo el libro y sonrió el hombre, era su turno de tener a Akeno por cierto tiempo.

Akeno-chan, me da gusto verte de nuevo ―saludo muy a gusto el hombre entrando a la compañía de Akeno.

Un letrero escrito en la pared donde se especificaban los servicios de Akeno y los precios para los caballeros que la frecuentaban, como para aquellos que venían por primera vez.

Sexo seguro, sin preservativos:

15 minutos: 50 $

1 hora: 100 $

1 noche: 1,000 $

Cabe decir que una fila de seis hombres esperaban con paciencia su turno, sin importar cuanto tarde el que estuviese adelante. La vida de mujer galante fue lo que le deparo a Akeno. Sairorg comenzó a patrocinarla.

Ravel

La menor de las hijas de la familia Phenex, auto exiliada de la casa Hyoudou como casi todas lo hicieron; hayo lugar donde quedarse y es que Rizevim sin dejar ir a la mejor asistente que ha tenido. Le dio cobijo en su casa, donde siguió trabajando junto al viejo peliplateado por algunos meses y todo parecía marchar bien.

Estoy agotado ―dijo Rizevim tallando el espacio entre sus ojos, apartando la computadora de su escritorio para descansar. Oficina que tenia en su casa de gran dimensión―. ¿Como estás tu, Ravel?

En una mesa muy cercana al escritorio de Rizevim, Ravel trabajaba haciendo cuentas como su mismo nuevo jefe y amante al que se había entregado en lugar de Issei.

La verdad, si ―cerró la laptop con la que operaba Ravel―, tengo hambre Rizevim.

¿Pedimos algo para comer? ―le pregunto el Lucifer.

Creo que iré a comprarlo yo misma, Rizevim-sama. Quiero estirar las piernas ―se levanto de su asiento, estirando primero los brazos―. ¿Algo de comida italiana?

Salió de la mansión de Rizevim y ocupo el auto de su jefe para ir por la comida y volver, todo parecía estar tranquilo en el día, pero cuando Ravel regreso. El karma decidió manifestarse. Dos colores luminosos brillaban a plena luz del día en grandes cantidades, azul y rojo. Un cerco de patrullas detuvo el avance de Ravel. Así que se bajo para saber porque no podía pasar.

Lo siento señorita, pero no puede pasar ―dijo un oficial.

¿Que pasa aquí? ―pregunto Ravel, detrás de los policías, mas allá en la gran casa de Rizevim, vio como un grupo de detective sacaba escoltado al Lucifer con esposas en sus manos detrás de la espalda.

Rizevim Lucifer, queda arrestado por los crimenes de lavado de dinero y desvió de fondos. Tiene derecho a guardar silencio, todo lo que diga será usado en su contra en una corte internacional ―le repetía sus derechos, uno de estos inspectores a Rizevim quien se mantuvo callado todo el rato, hasta subir a la parte trasera de la patrulla. Donde se mantuvo haciendo corajes.

¡Rizevim-sama! ―grito Ravel ante esta injusticia―. ¿Porque lo arrestan, porque arrestan a mi jefe?

¿Su jefe? ―pregunto en retorica una inspectora que cerca del bloqueo policial, escucho a la rubia―. Dígame ¿Es usted Ravel Phenex?

Lo soy ―no debió responder, igual si hubiese dicho otro nombre.

Arresten también a ella ―dijo la mujer y dos policías la esposaron sin resistencia física de la Phenex, solo verbal.

¡Esperen, porque me arrestan!

Queda arrestada por los cargos de desvió de recursos monetarios así como lavado de dinero para distintas coorporaciones como empresas de distintos países. Operaciones que maneja Rizevim Lucifer y que usted lo apoyaba ¿no es esa su laptop la que confisco el equipo forense acaso? ―señalo a un grupo de recolectores de pistas de la policía, que llevaban su portatil en una bolsa de plástico esterilizada.

¡Que, esperen. Esto es un malentendido! ―intento oponerse.

No se resista, tiene derecho a guardar silencio porque todo lo que diga sera usado en una corte internacional ―dijo la detective.

Solo resumiré, Ravel fue condenada a 3 años de prisión en japón por delitos de complicidad mientras que Rizevim fue sentenciado a 22 años en una cárcel rusa de máxima seguridad. Rizevim le había prometido darle a Ravel todo lo que tenia ganado, porque todo lo que tenia en dinero, era robado en fraudes y estafas de contabilidad hechas por él.

Irina.

Sin embargo a otro Lucifer que también le iría mal seria a Vali, consiguió consolar a Irina tras la muerte de Issei y tenerla bajo el ala de su casa. La ángel decidió seguir adelante con su vida, sabiendo que fue primero Issei quien pensó en dejarlas que ella lo decidiera esa noche con Vali en Las Vegas. Aunque no se llegaron a casar, comenzó a comportarse con el peliplateado joven, como si fuera su esposa en su casa.

Todo marchaba bien para Irina, hasta que cuando esperaban a un hijo con ferviente amor. La tragedia azoto a los ocho meses de embarazo. En la sala pediátrica del hospital, una Irina en lagrimas sostenida por Vali, el médico les daba la triste noticia.

Lo lamento, pero no pudimos salvarlo ―nunca es fácil para un médico dar la noticia del fallecimiento de un paciente, sobre todo si se trata de la muerte de un bebé no nato.

¿Salvarlo? ―pregunto Vali mientras Irina seguía llorando, sentada en un asiento de la oficina del médico especialista.

Era un varón ―exclamo el pediatra.

Hubo silencio entonces, solo se escuchaban las lagrimas de Irina inundando la habitación.

Por que Dios, porque te lo llevaste ―lloró mas por su hijo no nato que por Issei, Irina.

El peliplateado trato de consolarla, se puso de rodillas a su diestra, tomo su mano de la ángel y la beso. Con unas palabras que el médico contradijo.

Ya querida, tranquila. Tendremos otra oportunidad ―dijo Vali, pero.

Sobre eso, dado que tuvimos que realizar la cesaría. Lamento también decir que tuvimos que esterilizar tu matriz Irina-san, el corte que hicimos para intentar salvar a tu hijo fue profundo y por consecuencia, no podrás dar a luz nunca más ―dijo el doctor, terminando de romper el alma de la pobre ángel―, perdona querida. Pero es la verdad, no intentes tener otro hijo mas tarde porque no podrán.

Dejo de llorar Irina, porque no le quedaban mas lagrimas que sus ojos pudieran producir.

¿Irina? ―pregunto Vali.

Quiero ir casa, Vali. Quiero ir a casa.

¿Castigo de Dios o de Issei?

Rossweisse.

La valquiria no tenia a donde ir, ni a donde regresar. Ni siquiera entendía bien como termino en manos de Issei, pero agradeció haberlo conocido. Pidió perdón al cielo por ello, que hubiera apreciado mas su amor y no haberse dejado atraer por la lujuria. No tenia a donde ir, así que cuando Azazel se la topo durmiendo en una estación de autobuses, decidió darle lugar en casa de Yasaka.

¿Entendiste la lección, Kunou-chan? ―antes de interesarse en la propuesta de Kokabiel, Rossweisse fue una profesora de verdad, una vez más volvía a hacerlo.

¡Si, jeje~ Rossweisse-sensei es la mejor maestra! ―declaro la pequeña yokai.

En una casa de estilo japones antiguo vivía Yasaka con su hija, una enorme casa tradicional obtenida gracias a las enormes abundancias de dinero ganadas en sus películas hechas con ayuda de los estudios o de forma independiente con su esposo, el padre biologico de Kunou. Azazel.

Fue buena idea contratar a Rossweisse para que sea la profesora de Kunou, Azazel ―exclamo Yasaka disfrutando de un té en una habitación aparte en el complejo, mirando a la habitación de Kunou a través del jardín central de la casa.

Sentí lastima por ella cuando la vi, pensé que se mantendrían unidas después de lo del chico Issei ―dijo Azazel, bebiendo el alcohol como siempre.

¿Lo conociste?

No, pero era muy meticuloso por sus esposas ―dijo Azazel, bebiendo un poco de su collins con rocas―, creo que fue por eso que empecé a preocuparme por tomar nuestro matrimonio mas enserio, Yasaka.

Escuchar ruborizo a la gran zorra madura.

Oh, tontito Azazel. Sabes lo he considerado, pero ya es tiempo de que me jubile del cine para adultos y ―dejo el té de lado, para mirar con mas determinación a Azazel―. Como tu, es tiempo de que vivamos como marido y mujer, con nuestra querida hija.

No fue tan mal destino el que le deparo a Rossweisse, tuvo suerte la valquiria. Pero seria la nana de Kunou por un largo periodo, ninguna escuela la contrataría si llegase a descubrirse que hay material adulto protagonizado por ella en la red. Ojala el karma fuera tan piadoso a las demás como lo tuvo con ella.

Xenovia.

Dejando de contactar Irina, Asia, Rias y demás. Xenovia busco su propio camino lejos de la vida de estudios Oppai y del cine para adultos, al ser una mujer mejor conocida por ser mas musculo que cerebro, se dedico al mundo de las pelas del bajo mundo con ayuda de Zephyndor luego del funeral y del testamento de Issei, al cabo de sesenta días tras separarse de las demás; pero la peliazul supo que le era mas sencillo la vida como actriz de cine adulto que como luchadora de artes marciales mixtas.

¡La ganadora del duelo, Erza scarlet! ―grito el arbitro.

En el suelo del hexagono, yacía Xenovia agotada y con sangre suya en su boca. Una inesperada patada de su oponente la mando al suelo.

Mierda… ―maldijo Xenovia apenas recupero la consciencia apenas reacciono cuando aterrizo en la lona―… perdí, otra vez.

Una racha de derrotas continuas en su incógnita carrera. Termino la noche de peleas y fue a por sus cosas en el casillero, frustrada comenzaba a vivir.

Otra derrota ―dijo Zephyndor con un rostro molesto mientras miraba a Xenovia sacar sus cosas del casillero mientras ella le ignoraba―, te dije que era mejor seguir trabajando con Kiryuu que en esto.

¡Ya cállate! ―azoto la puerta del casillero, Quarta―. ¡No pienso regresar allí! Sabes que me pone de malas.

¿Así? ¿Y ahora en que estado estás?

Comenzó a vivir con él, sin embargo lo que pensó Zephyndor es que podía vivir con Xenovia solo de sexo. Que tonto. Buscando una forma de mantenerse, acepto la propuesta de la peliazul de entrar a las peleas clandestinas, para desaparecer del internet donde era conocida.

Otra derrota más para ti ―la voz de su oponente vino a escucharse detrás de Xenovia, era Erza, la escarlata vino acompañada de un par de amigos masculinos mas fuertes y grandes que ella.

¿Erza scarlet, que haces aquí? ―pregunto con incomodidad por esta mujer de mirada engreída. Porque en cuanto a sus cuerpos estaban igual de candentes.

Vengo a cobrar mi parte de la apuesta ―dijo la escarlata, cruzo sus brazos entonces debajo de su busto y lo hizo verse mas firme.

¿Que apuesta? ―cuestiono, lo que Xenovia hizo mirar a Zephyndor quien solo miro a otro lado con la misma molestia en cara como la vista previamente―. ¿Zephyndor?

Erza se puso entre los dos y le explico las cosas a la peliazul.

Tu novio te aposto, querida. Parece que le urgía deshacerse de ti y a mi me hace falta mi jefe le falta una nueva chica para la lista~ ―estaba muy complacida Erza, pero Xenovia entro en pánico en cuanto la escucho. No necesito preguntar dos veces por que escucho claramente lo que Erza dijo.

¡¿Que tu, que Zephyndor?!

Al cabo de un año y Zephyndor se había cansado de pagar las deudas él porque Xenovia terminaba ganando nada con el resultado de sus peleas, la gente misma apostaba que Quarta iba a perder en cada pelea, incluso Zephyndor empezó a hacerlo, pero no podía vivir de la mala racha de la peliazul.

Que triste por ti ―se burlo Erza―, pero como sea, ahora vienes con nosotros.

¡Claro que no, no soy un objeto!

¿En serio? ―saco entonces su celular con una pagina previamente cargada del internet, la página de estudios Oppai donde las películas de Xenovia seguían registradas―. Pues en estos videos no parece que te importe serlo.

Extorsionaría a Xenovia, lo que a ella no le quedo otra opción mas que aceptar cual sea que haya sido el trato por el que la vendió Zephyndor. Pero Erza le dijo que se calmara, que no era nada que la peliazul no haya hecho antes. La llevaron a otra ciudad, a un gimnasio subterráneo donde Erza entrenaba con otros peleadores, eran un grupo de pelea patrocinados por una sola persona, alguien desconocido.

Bien ¿que es exactamente lo que quieren que haga? ―pregunto Xenovia, molesta cruzadas de brazos en este cuadrilatero oculto.

Verás Xenovia, mi jefe el Jiemma-sama maneja un negocio de peleadores muy exigente, sobre todo con los hombres ―exclamo Erza frente a ella en el cuadrilatero―, los hace… producir mucha, testosterona.~

De pronto, en el nivel subterráneo donde se escondía este cuadrilatero bajo la fachada de ser un gimnasio común. Varios hombres comenzaron a subir a la arena de lona, sin camisa y con sus penes distinguiendose por encima de los pantaloncillos de entrenamiento; Xenovia los noto ansiosos, así como sus miradas puestas sobre ella.

¿Espera no es?…

...¡Es Xenovia-san! ―la reconocieron de inmediato muchos.

La peliazul solo pudo suspirar ante las declaraciones obres de estos hombres.

Dejame adivinar, quieres que alivie a todos estos calenturientos ―dijo a Erza, sus ojos expresaban desagrado por la escarlata.

Solo se esa sucia perra de tus películas ―contesto la escalarta, como si fuera un juego para ella, después de todo no era quien iba a ser el pedazo de carne de todos estos.

Dejo la vida de cine erótico, sin embargo la vida de placeres carnales la busco de nuevo y no estaba dispuesta a ser cariñosa con ella.

¿Me queda de otra? ―entonces, ropa a ropa. Xenovia se desnudo frente a todos los hombres que solo pudieron suspirar y exaltarse por el buen cuerpo que tenia la peliazul, que sin pudor o gusto, mostró su cuerpo. Después de todo ya la han visto antes―. Como sea, solo terminemos con esto.

Como perros en celo a lo que les soltaron las cadenas, se fueron sobre Xenovia sin esperar ni ser delicados.

¡Oigan, esperen. Deja de jalar mi brazo! ―gritaba Xenovia, ninguno de estos era cuidadoso ni tenia paciencia―. ¡Solo tengo cuatro bocas!

Erza se aparto y se recargo de las cuerdas mirando con diversión viendo como sus compañeros la tomaban con desesperación. Entonces, fuera del cuadrilatero vinieron otras de las compañeras de pelea de Erza, se acercaron mirando la escena de Xenovia, con mucha gracia.

Ara~ así que ella es la nueva ―dijo una albina dama de atractivo cuerpo y medidas que se subió al cuadrilatero para ver mejor, pero sin estar tan cerca―. Le dijiste que ellos no son unos apresurados.

Creo que ya lo descubrió, Mirajane.

Cinco mujeres más vinieron a ver entre risas y dando sugerencias a los masculinos para que se devoraran mejor a Xenovia. Pero cuando todo termino al cabo de dos horas y media, la peliazul estaba toda cubierta de semen de pies a cabeza, sin mencionar que de su boca, su culo y de su vagina se desbordaba a chorros.

Ara, mirala. Esa si es una puta, botadero de semen~ ―Erza scarlet, Juvia Lockser, Mirajane Strauss, Lucy Heartfilia. Minerva Orland, Cana Alberona miraban soberbias a la inconsciente Xenovia en la lona.

Parece que la la fantástica Xenovia solo aguanta 199 eyaculaciones ―conto Erza, sin mencionar que solo era un grupo de doce hombres―. Aprende a soportarlo, porque esto es algo que harás todos los días.~

Koneko.

El karma pega duro y como la justicia, es ciega. No discrimina ni diferencia por colores, sabores o razas. Sin embargo las personas no son iguales. Pero igual, el karma puede ser una perra arrogante. La pequeña albina no salió bien parada luego de la muerte de Issei, tratando de ganarse al pequeño vampiro para asegurarse de vivir bien tras echadas de la que fue alguna vez casa de su esposa con ella y las otras. La nekomata termino embarazándose de Gasper Vladi, pero él pertenecía a una familia importante, no iban a reconocer que él tuviese un hijo con actriz de cine adulto.

¿Quien es ella, Gasper? ―pregunto una mujer con la que Gasper había comenzado una relación por intereses de sus familias y que incluso el vampiro se la estaba tomando en serio.

¿Ella?… no es nadie, Hermenehilde ―contesto el vampiro, tratando de ignorar a la nekomata.

En una cita en un parque tranquilo de la ciudad, Koneko busco al vampiro y lo confronto por una buena razón.

¿No soy nadie? ―dijo molesta la nekomata―. ¡Soy su novia, no tu guarra!

¡¿Guarra?! ―esta mujer no iba a tolerar los insultos de esta enana, pero antes de insultarlo, pregunto por algo obvio―. ¿Y ese bebé?

¡El hijo de Gasper! ―lo mostró y encaro al vampiro―. ¡Dijiste que te harías responsable!

¡Jamás dije eso! ―grito Gasper sin poder negar que ese bebe tenía los mismos ojos que él. Así que tomo a Koneko y se apartaron de Helmehilde un momento―. Por favor Koneko-chan, mi familia ya te dijo que te darán manutención ―susurro a Koneko.

¡No es por la manutención! ―levanto la voz―. ¡No voy a criar a nuestro hijo, sola!

Buena suerte con eso Koneko, si un hombre de barrio bajo de latinoamerica no hace responsable de sus bendiciones, imaginate un hombre perteneciente a una familia rica acaudalada en la otra parte del mundo. No busco la ayuda de su hermana, solo buscaba a Gasper.

Asia.

No la tuvo fácil Asia tras saber de la muerte de Issei, mucho menos su corazón pudo soportar la noticia. Diadora quiso aprovecharse de la vulnerabilidad de la rubia Argento y ser su consuelo, porque después de todo ella se había entregado a él anteriormente. Pero seria en las drogas en lo que Asia encontraría un alivio, ese polvillo blanco que Diadora le presento antes, la condenarían.

Paso casi un año donde Asia se destruiría, unn club de la mala muerte donde iba Asia siendo… ya no la misma Asia Argento que se enamoro de Issei antes. Se había vuelto mas sombría y menos alegre, con bolsas negras bajo sus ojos. De ser la tímida e impotente chica que conoció Issei, inocente. Se volvió una chica mas deprimida, sonriendo únicamente por el consumo de esas drogas, que la hacían imaginar a su amado castaño otra vez.

Un club de mala muerte al que Asia venia a comprar el blanco polvo cada que dejaba de ver a Issei. Desde su imaginación. Pues si vas a un lugar de estos y buscas bien, puedes encontrar cosas como estas a la venta.

Hola ―saludo a secas Asia al llegar a una mesa donde un grupo de hombres reía y conversaba a gusto entre ellos, pero cuando vieron a la rubia llegar, vistiendo unos jeans ajustados y un sueter negro desgastado cubriendo todo su cuerpo.

Eres tu, nena~ ―saludo el líder de este grupo quien mostró poco interés cuando llego la rubia―. Vienes por lo de siempre ¿Tienes plata para pagar?

Asia no respondió, porque solo había una forma de pagar a este tipo. La llegaron a un cuarto por el segundo piso de este club. Una cama, regularmente elegante. Donde dos tipos rudos hacían guardia adelante, porque adentro el líder entre los tres capos, se tiraba a Asia como un culo más.

Censurados por las cortinas alrededor de la cama, se lograba ver a Asia puesta en cuatro mientras el traficante le daba duro por detrás. A pesar de las cortinas casi transparentes se lograba ver las figuras de estos dos cogiendo, pero Asia se abstenía a gritar mientras el tipo se mostraba eufórico con ella.

¡Oh si, aprieta mas nena. Como desearás mi polla! ―empujaba su pene con ganas el tipo, azotando el trasero de Asia con su mano en repetidas ocasiones―. ¡Mierda aquí voy!

Disparo su chorro el cabrón no sin antes, tomar a Asia de su culo y jalar de ella. Le gustaba ser rudo con las chicas.

¿Termino?… ―pregunto Asia, con su trasero en alto y su vagina chorreando el semen del capo al que le compraba.

Ya, ya ―respondió a secas el tipo sentandose fuera de la cama―.Ve con mis chicos y que te den lo de siempre.

...Gracias ―dijo cuando se sentó al borde de la cama, para tomar un trapo dejado cerca y se limpió.

El capo tomo un cigarrillo y mientras fumaba, se le paso una idea en la cabeza mientras miraba a Asia levantarse para buscar sus calzoncillos.

¿Sabes? Puedo ofrecerte mas droga esta vez ―atrajo la atención de Asia. Sea lo que sea que pidiese de ella lo haría, solo quería ver por mas tiempo a Issei, aunque fuese una mala pasada de su imaginación.

No daré tanto rodeo, este club de mala muerte es frecuentado por el grupo yakuza que patrocina este capo, así que tiene que recibir bien a sus jefes con una agradable fiesta. Una donde chicas lindas deben jugar a las cariñosas novias con estos yakuzas, presentandose con ropas Babydoll. Asia ocupo una verde.

Volvió a la pieza que rentaba luego de una pesada noche, Asia. Con su trasero dolido y su vientre lleno de fluidos de hombres, pero todo eso le dio poca importancia, tan solo llego y se encerró, aspiro a fondo la cocaína para ver de nuevo a Issei.

¿Asia?

¡Issei-san! ―lo vió de inmediato, succiono con su nariz el polvo blanco.

De pie cerca de su ventana abierta, viviendo en el sexto piso de unos departamentos, lo vio; un aura blanca brillaba alrededor de él.

Deja de llorar Asia, aquí estoy ―extendió su mano a la rubia, ella que estaba sentada al piso tras respirar la droga―, el cielo es muy agradable, Asia. Ven conmigo y volemos.~

Si lo piensas, si. Asia decidió volar.

Rias.

Dos años pasaron desde que Issei murió, dos largos años en la que diez amigas, casi consideradas hermanas se separaron. Pero tomaron la decisión desde antes de la partida prematura de su esposo. Nadie supo que paso con las otras, ni tuvieron intenciones alguna de buscarse. Rias se fue con Riser, comenzó a odiar a Issei después del ultimo viaje a las vegas, se caso con el Phenex sin embargo la vida no les fue color de rosa.

¿Vendrás a casa temprano? ―pregunto Rias a su nuevo esposo viendo salir de casa hacia su auto aparcado fuera del garaje. Dejaron el mundo de Oppai donde se conocieron.

Tal vez, mi jefe no esta muy feliz con los resultados del ultimo trimestre ―ahora Riser trabajaba como oficinista de parte una prestigiosa empresa internacional.

Te dejaré la cena lista entonces ―exclamo Rias.

Se despidieron con un beso, pero se sintió vació. No estaba saliendo del todo bien e incluso Riser lo sabia.

Oye, mañana te lo compensare ―se acerco a la carmesí y la tomo de su cintura, la presiono junto a su cara, colo solía hacer―, tu y yo. Todo el día, como te gusta. Por detrás~

Sr. Phenex, que atrevido ―exclamo Rias, acariciando la barbilla de su nuevo esposo―. Porque no mejor faltas y hacemos travesuras como antes.~

No lo veían, pero desde un auto aparcado al final de la calle y una dama adentro los vigilaba, sin mostrar emociones miraba a la pareja con atención, los vio jugar un rato hasta ver que se subían y conducían por otra dirección.

Si señor, Riser Phenex se esta moviendo, pero dudo que vaya a presentarse hoy ―decía esta mujer a alguien por celular.

Ya sabes que hacer, Konan. Deshazte de él, se lo advertí desde el primer día. Que si la cagaba en mi empresa, bueno. No necesitas ser de un cartel para pensar que puedes terminar bajo tierra ―exclamo el hombre desde el otro lado, quien quiera que fuese. Siempre lo encontrabas en su oficina en el piso mas alto de su torre desde donde dirigía a toda su empresa de nivel internacional.

¿Lo hago ver como un accidente? Va su esposa consigo ―comento la sicaria, pero su contratista le dio luz verde para actuar como ella bien ejercía su trabajo.

La sicaria colgó y busco un segundo número en sus contactos, una llamada rápida hizo.

Encárguense.

Condujo el Phenex por la avenida, deteniendose en el primer semaforo rojo del camino, donde su esposa se estaba poniendo cariñosa con él como antes.

Oh si, Rias~ ―a gusto comenzó a sentirse Riser, con Rias chupando su pene a pesar de estar conduciendo en vía transitada―. No has perdido el toque.

Disfrutando de la mamada, no vio Riser que una moto venía pasando en el espacio entre carriles de su lado. Hasta que la sombra de unos motociclistas se detuvo y quien venia como pasajero toco a la ventana de Riser.

¿Si? ―pregunto Riser, momento en que Rias dejo de chupar porque les descubrieron. No tuvo confianza en ellos desde el principio.

Tu jefe te manda un mensaje.

Saco un arma de su chaqueta negra, arma que incluía silenciador. Así que nadie escucho las detonaciones ni se dio cuenta de lo que llego a pasar. Hasta que el semaforo se puso verde y los autos detrás del auto de Rias y Riser quisieron avanzar. Pero una hora de ver que este auto no se movió, encontraron los cuerpos. Doce balas para uno de ellos.

Dicen que el mundo del narcotráfico es el único mundo donde puedes terminar así, por involucrarte. Mi amigo, hay un mundo peor que el del narcotráfico, el de grandes empresas farmacéuticas como las de bienes raíces, ellos son los que les dan trabajo a los traficantes y matones.

Cautiva en una habitación mal cuidada, se notaba el desgaste. Rias fue tomada por el par de sicarios y fue llevada a un lugar del que no supo como llego, pero si sabia porque estaba viva aquí. Traída de forma inconsciente, Rias se botada en el cuarto donde una cama de lona color verde estaba y a lado de ella un plato de comida para perro, vacía.

¿Que? ―pregunto Rias, se levanto sobre la misma cama, sin comprender que paso. Lo ultimo que supo era que dos hombres en moto los alcanzaron y después un golpe en la cabeza que aun le dolía―. ¿Donde estoy?

Entonces se dio cuenta Rias de que tenia atada las manos por la espalda y vestido yacia desgarrado la parte baja de su vestido, pero su ropa interior aun la traía puesta. La puerta de metal que en la habitación había se abrió por fuera y una persona entro en la habitación, no lo conocía, pero ingreso acompañado de otro.

Veo que ya despertaste querida ―saludaron estos dos tipos.

¿Quienes son ustedes? ―pregunto con miedo, pero pronto recordó a los dos que jalaron el gatillo contra Riser y ella―. ¡Que le hicieron a mi esposo!

Tu esposo esta muerto, parece que hizo algo que a su jefe no le agrado ―dijo uno de ellos sin darle importancia alguna a las palabras de Rias.

Dicen eso como si mi esposo fuese un criminal que trabaja para mafiosos. Mi esposo es solo un oficinista en una industria farmacéutica ―exclamo Rias enojada.

Por si no lo sabes, el negocio de las farmacéuticas son los que les dan trabajos a las mafias querida, pagan mucho por deshacerse de quienes lo arruinan ―uno de estos se acerco a Rias y la tomo del mentón de su barbilla, antes de decirle tales palabras.

¿Y que van a hacer conmigo? ―comenzó a sudar de los nervios.

Eres muy linda sabes ―comenzaron a apreciar el cuerpo de Rias con solo los ojos.

Tienes un buen cuerpo~ ―su compañero si, puso su mano primero sobre los muslos de Rias y fue subiendo hasta agarrar su busto por la parte baja―, pagarían muy bien por ti.

¿Pagar? ―pregunto Rias, los nervios se convirtieron en terror―. ¡Escuchen mi familia tiene mucho dinero… si quieren pedir rescate, les darán lo que quieran!

Tentador, tentador… pero no ―dijeron―, que deberíamos hacer con ella.

Sabes, ser sicario es algo muy estresante y nos vendría bien algo que nos ayude a desestrezarnos ―había comenzando a acariciar el busto de Rias el segundo sujeto, algo que su amigo estaba muy de acuerdo en hacer―. Podriamos lucrar con ella, conocemos a otros en el negocio que seguramente les encantara conocerte.

¿Un final muy dócil con Rias o justo? Creyó que solo de sexo podía vivir, bueno ahora seria el objeto de desahogo de hombres que ni conoce. Tu que piensas de ella, o de todas, el destino les fue cruel o piadoso con ellas.

Issei.

La hermana mayor de Koneko vivía en grandeza, con tanto dinero en su bolsillo. Era una reina en un enorme castillo. Una enorme mansión con una gran piscina donde pasaba las tardes bajo el sol con bloqueador puesto y disfrutar de una buena bebida. Era una reina sin rey, pero al menos tenia su principe durante esta decada y contando.

¿Quieres una limonada, oka-san? ―vino a ella aquel hijo que hace diez años cargaba en su vientre y ahora era su pequeño consentido.

Con la espalda al sol y con el sostén de su bikini abierto sobre el camastro, Kuroka abrió los ojos y sonrió al pequeño pelinegro que entreno para consentirla.

Shuu, te acordaste de que a mamí le gusta las bebidas frías~ ―se levanto del camastro sin importarle que su busto estaba desnudo.

¡Oka-san, estás!

¿Porque te alterás? No es la primera vez que me ves desnuda~ ―exclamo la nekomata sin sentir pudor por sus acciones, tomo el vaso cargado con hielo y lo tomo a fondo―. ¡Justo como me gusta!

Oka-san le gusta ir semidesnuda por la casa ―diez años y la pelinegra seguía conservando el atractivo de su cuerpo dotado.

Mi casa, mis reglas ―miro con intriga al pelinegro luego de esa respuesta, intriga y picardia―, hace mucho calor hoy, Shuu. Se un chico bueno y unta bloqueador sobre el cuerpo de mami.

¡Si! ―exclamo nervioso. Pero fue y volvió por el bloqueador, mas rápido de lo que Kuroka lo vio correr ayer por lo mismo―. Lo traje.

¡Excelente! ―se acostó sobre el camastro―. Puedes empezar por donde tu quieras.~

Mas tarde, cuando el sol se desvanecía por el oeste. Kuroka entro a su casa, riendo por algo hasta llegar a la habitación mas importante de la casa. Pero no hablo de su cuarto de dormir. Sino de donde ocultaba su mayor secreto.

Oh ese muchacho, su resistencia va aumentando cada día ―dijo Kuroka, entro y cerró la habitación por dentro. Como ella misma lo menciono, le gustaba ir por su mansión desnuda. Aunque por este momento llevaba puesto un babydoll negro transparante, pero solo se puso para entrar a la habitación del padre de Shuu. Hyoudou Issei esta vivo, pero coma y con muchas cicatrices sobre su cuerpo. Metido en una cama conectada a un monitor cardíaco y un suministro de suero para mantenerlo nutrido.

¿Que dices querido, deberíamos darle un hermanito a Shuu?~ ―pregunto al inconsciente Issei.

Todo fue un engaño orquestado por Kuroka. El camión nunca mato a Issei, solo lo dejo mal herido y le inyecto un suero que simula la muerte y lo hizo caer en coma, con buenos contactos puso un cuerpo falso de Issei con daños peores al que el le hizo el camión y engaño a todos. Si se caso con Issei, pero con un acta falso de estados unidos que fue validado en japón. Pero no se deshizo del castaño. Lo tenia en coma y bien sedado, administrandole ocasionalmente en su suero, una pastilla molida de viagra.

¿Que dices Issei, le damos hermanitos a Shuu?

Sobre el inconsciente Issei, Kuroka lo usaba como su juguete de satisfacción carnal vivo, pero inconsciente. Una pastilla de viagra disuelto en su intravenosa. El desvió de su sangre hacia su pene, la sangre no llegaba al cerebro, lo que mantenía inducido al coma, con su cuerpo malherido y con cicatrices de aquel accidente al que la gata ladrona lo empujo, heridas permanentes que lo demacraban. Pero para Kuroka Issei no era mas que un simple juguete.

¡Mas duro querido!~ ¡dame todo el semen que guardaste esta semana para mi! ―gozaba de orgasmos Kuroka, era todo suya y no necesitaba compartir a Issei, ni a su fortuna.

Cuando tuvo el semen del castaño chorreando por su interior, Kuroka le mostró el desastre a Issei poniendo su trasero sobre su cara, embarrandolo de su propio semen.

Te veniste mucho, amor~ mirá, mirá cuanto semen soltaste en mi vagina.

Y así, se la ha pasado por los ultimos años, sin importarle nada ni nadie mas que el hijo que le saco a Issei, antes de mandarlo al limbo.

Un destino peor que la muerte, siempre depara. A veces es mejor morir que ser necios y escapar de ella, el infierno es la misma vida en este mundo ay quienes dicen, la vida que tu escojas y como quieras jugar. Como rey o soldado, pero Issei decidió jugar al pobre con el diablo mientras otros jugaban con sus esposas. Pudo evitarlo desde que supo, tuvo la oportunidad de decidir por un mejor futuro para él y sus reinas, pero se dejo llevar y ve como ha terminando.

El imperio que Kiryuu forjo con la popularidad de Rias, Irina, Akeno. Asia, Xenovia, Koneko y Rossweisse se vino abajo. Aunque su imperio no colapso, la era de fama y gran popularidad de estudios Oppai paso y solo eran otro estudio mas de cine adulto.

La muerte es dulce, pero su antesala cruel.

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