Business and pleasure (Naruto x Harem)

Esta obra la estaré actualizando una vez al mes, para darme tiempo de seguir avanzando la historia y tenerles una actualización constante. Espero y les agrade.

Los deseos de Tsuki

 Uzaki-san (Family)

Todo comenzó una mañana tranquila, luego de que muchos sucesos en los que Uzaki Tsuki, la madre de Hana; estuviese viendo una de sus novelas en la televisión antes de conocer al senpai de su hija, Sakurai. Con la idea de que este muchacho tenía puesto su interés en ella tras una serie de mal entendidos unicamente suyos, llego el momento en el que de dichos malentendidos se hicieran realidad.

La mañana había sido tranquila y calmada, hasta que su hija vino a pedirle un favor a Tsuki antes del almuerzo. Una tarea que le parecía mas imposible desde que se la menciono.

 

¿Eh? ¿quieres que vaya a visitar a Sakurai-kun? ¡Hana que me estas pidiendo! ―entro en nerviosismo Tsuki, cuando en la puerta de su casa estaba despidiendo a su hija quien se dirigía a su trabajo que tenia para costearse la universidad.

Por favor mamá ―suplico su hija, tuvo que darle la explicación a tan inesperada petición―. ¿Recuerdas que senpai tuvo un accidente cuando salía del trabajo?

Pues hace una semana al salir del café, junto con su molesta kohai del turno en el trabajo, un auto perdió el control, desviándose peligrosamente hacia donde Hana y Shinichi iban por la cera. Con buenos reflejos de Shinichi, impidió que el accidente del auto fuera fatal para él y su molesta amiga, pero como resultado; Sakurai se fracturo el brazo al grado de tener ser enyesado.

Cierto, aun no se ha recuperado ―exclamo Tsuki tras recordar aquella anécdota―. Tampoco le he dado las gracias por protegerte ese día, como se debe.

Lo se, verás mamá hace ayer no pudo ir ni al trabajo ni a la universidad porque le dio fiebre, debería ir a cuidarlo pero con su ausencia en el trabajo debo esforzarme el doble por los dos ―dijo Hana y convenció a su madre ante esta muestra de responsabilidad suya. Lo que la hizo sonreír a la matriarca Uzaki, hizo inflar su pecho con orgullo por su hija.

Esta bien ―respondió mostrando una suave sonrisa en su hermosa cara, Tsuki―. Iré a visitar a Sakurai-kun y me asegurare de que este bien, puedes contar conmigo hija. Después de todo, él es importante para ti ¿no?

Una declaración con la que hizo ruborizar a su hija, antes de escucharla dar una respuesta falsa mientras se mostraba ruborizada.

¿Que dices mamá? Solo me preocupo por él porque senpai no sabe hacer nada sin mi ―diría Hana, antes de calmarse e irse a donde tenia ir primero.

Tsuki espero que todo fuera normal, solo se trataba de ir a cuidar a un joven universitario enfermo, como si en casa no tratase de vez en cuando así con sus hijos. Sin embargo, el miedo y las dudas aun prevalecían entre todos sus pensamientos e impresiones que tenia sobre Sakurai.

Así que solo respiro profundo y cuando llego el momento toco el timbre del departamento del senpai de su querida Hana, no pudo evitar sentirse palidecer ante lo alto que era él. Una cosa era recibir en su casa y notar su altura, otra cosa era venir hasta su residencia para visitarlo. Aunque sea por encargo. La invito a pasar luego de preguntarle la razón de su visita, seria descortés rechazar tal acto amable, para Sakurai.

 

Agradezco que haya venido a para asegurarse de mi salud, Uzaki-san; pero lo digo en serio estoy bien ―decía Shinichi recostado en su cama con el brazo derecho vendado casi hasta el hombro, mientras descansaba, la irritación en su cuerpo le recubría, los ojos le ardían y su garganta se escuchaba claramente el malestar, también se le escuchaba como intentaba hacer que su voz se mantuviera viva para poder hablar sin problemas―. No tenia que preocuparse por mi.

No es nada, Sakurai-kun ―mostraba su amor maternal con una nueva sonrisa, la mujer; estaba ella sentada a un lado de la cama de Sakurai, manteniendo una adecuada distancia de él―. Mi hija me pidió hacer esto por ella, además aun no te dado las gracias por haber protegido a Hana ese día. Así que deja que te cuide mientras te recuperas, como agradecimiento.

¿Quien no sabe de un buen caldo de pollo cura la fiebre? Una receta japonesa para tratar con este mal común se conocía Tsuki con el que trataba a sus hijas y su esposo cuando caían en la cama por lo mismo que el senpai de su Hana, estaba pasando.

Diría que no es necesario, pero la verdad es que no quiero ni levantarme para nada ―comento Shinichi con los ojos cerrados, sentía un ardor sobre sus parpados. Abrió los ojos cuando ella acerco un tazón en sus manos y lo extendió a Sakurai, listo para alimentarlo.

Ven, come un poco ―acerco la cuchara llena de la especialidad de Uzaki, hecha para él.

Tenia que comer y Sakurai no iba a negarlo, pero eso se olía delicioso para él, a pesar de tener la nariz congestionada.

Gracias. Uzaki-san ―el senpai de Hana, se sentó sobre su misma cama para estar mas cómodo y comer, llevaba casi todo el día justo como el día anterior, salvo que era Hana quien le cuido. Ahora sabía Shinichi de quien aprendió el mismo caldo que su molesta kohai le dio ayer―, huele bien.

Un halago viniendo de un joven, le sentó bien a Tsuki.

¿Quieres que te ayude a comer? ―pregunto la mujer, acerco la cuchara con el caldo de pollo y arroz con algunos vegetales buenos para la enfermedad―. Vamos Sakurai-kun, di ah.~

Incomodado, no le quedo mas opción que acceder al trato que la mujer le estaba dando, sentía que lo estaban tratando como si fuera un niño pequeño, estaba enfermo y eso era motivo con suficiente razón como para recibir tal trato, sobre todo uno tan genuino como una madre como la que tenia a lado, salvo que Tsuki no era su madre.

En cuanto probo el caldo de Tsuki, Sakurai quedo encantado con el sazón de la madre de Hana, y no se reservo en comentarlo, sin mencionar en desprecio que el sazón de Hana no se equiparaba con el de ella.

Tan solo era un poco mas de medio día y Tsuki seguía acompañando al senpai de su hija ahora que podía estar dormido con mas comodidad, los malestares de la fiebre persisten si no descansas lo necesario. En tanto él reposaba la señora Uzaki decidió darse la tarea de ayudar a Sakurai a mantener limpia su casa, limpiando sus pisos, lavando sus trastes, sacando la basura, acomodando sus pertenencias. Eran malas impresiones las que tenía de él, solo era chico universitario normal. De gustos comunes con los que puedes identificar a un joven de hoy en día.

Se ve a gusto mientras duerme ―comento Hana en voz baja, para no perturbar al senpai de su Hana, antes de seguir ayudándolo con el mantenimiento de su casa.

Ayudo con todo lo que pudo al senpai de su hija mientras él dormía en un combate por vencer a gripe de una vez por todas. Tsuki aprovechaba para conocer un poco mas acerca del joven ayudándolo a limpiar sus pertenencias, todo estaba normal para ella hasta que sus pensamientos comenzaron a jugarle sucio como antes.

Y pensar que Sakurai-kun era un chico de malas intenciones ―eran los pensamientos que cruzaban por la mente de Tsuki, momento en el que sacaba las cosas de Shinichi del bote de ropa sucia―. ¿como pude creer que un chico como él vería una a mujer como yo con ese tipo de intensiones?~

Pero con esas palabras suyas, Tsuki dejo de separar las prendas del muchacho en el exacto instante que tomo uno de sus boxers y se quedo mirando a la pared con dicha ropa en sus manos, de tener una mirada divertida paso a tener una crisis existencial de mujer de los cuarenta.

¿Porque me siento rechazada en vez de sentirme aliviada? ―fue el pensamiento de la matriarca Uzaki, sus manos levantaron la ropa interior de Sakurai y paso a poner sus ojos sobre ellos antes de que sus pensamientos la hicieran ponerse en dudas―. ¿Es que acaso quiero que me vea como una mujer?

Como si de un acto impulsivo se tratara, llevo el boxer del senpai de su querida Hana a su rostro por toda su cara, inhalando profundamente el aroma que estaba impregnado en esta ropa sucia de él. El aroma a sudor de hombre joven mezclado con el peculiar aroma de su zona genital la hicieron imaginar cosas con las que su mente le gustaba jugar con ellas, esta vez no fueron una tortura, sino una muestra de éxtasis para Tsuki.

El aroma de Sakurai-kun ―dijo en un tono con el que solo ella pudo escucharse. Pero pronto volvió a si misma y quito de inmediato la ropa de su cara―. ¡¿Pero que estoy haciendo?!

Levanto su verdadero voz y sintió un escalofrió por su cuerpo, por un momento y Tsuki penso que con su grito despertó a Shinichi, pero en cuando se dio la vuelta lo vio durmiendo con mucha comodidad, sin estar atento a lo que pasaba.

Por un momento y pensé que lo había despertado ―respiro aliviada, antes de dar un suspiro la señora Uzaki antes de estremecerse en serio.

Uzaki… ―escucho a Sakurai decir. Alarmada, se acerco cautelosamente la mujer hasta la cama del muchacho quien de pronto mostraba una expresión mas dolida que cómoda, como se mostró antes. Como si el combate contra la fiebre se hubiera intensificado tras un momento de paz―… enana molesta.

Pero de nuevo, la matriarca Uzaki pudo calmarse. No soñaba con ella sino con Hana, lo cual era saludable para un chico como él. Tomo lugar a lado de Sakurai observando con diversión al chico.

Solo esta soñando ―comento con suave voz, no quería molestarlo Tsuki―. Me pregunto que soñaras.

Lo que ocurría en su mente de Shinichi. Mas que ser un sueño, fue un hecho que paso el día anterior. La gripe había atacado su cuerpo y los síntomas apenas comenzaban a azotarlo. La irritación lo molestaba, sobre todo su cabeza. Pero lo que mas le molestaba lo tenia por novia.

Oh, así que te resfriaste, senpai~ ―Hana había venido a visitarlo cuando él le informo al notar de inmediato su ausencia en clases esa mañana―. Supongo que solo se puede hacer algo para ayudarte a sentir mejor.

¿Que pretendes hacerme, enana? ―pregunto Shinichi estando sentado sobre su cama en un intento por relajarse y dormir. Pero ella tenia un as bajo la manga para no dejarlo dormir, uno que lo hizo abrir los ojos como platos cuando la vio salir del corto pasillo del baño―. Hana…

Se quedo sin aliento Sakurai, vio a aparecerse Hana vistiendo la ropa de sus fantasías mas húmedas. Un traje de coneja playboy muy llamativo. Compuesto por ese característico corset con cortes triangulares sobre el busto atrevido que le dejaba a Hana, orejas color negro y una corta cola de pingüino que le tapaba en casi nada el trasero, que era protegido por la prenda que ella traía.

Con su rostro apenado, Hana camino hacia su senpai y poco a poco con cada paso que daba, cambio su rostro a una expresión mas traviesa, como solo ella podía hacerlo. Debilitándose por la creciente enfermedad no pudo hacer nada Shinichi cuando Hana se puso encima suya, acorralándolo sobre la cama. Con una mirada triunfante, su novia se había sentado sobre su pelvis y mas pronto que nunca, sin aviso comenzó a frotar su trasero sobre Sakurai.

...Hana. ¿Que haces? ―aunque esos movimientos suaves le estaban produciendo una erección a Sakurai, la vez era que su cuerpo irritado lo estaba torturando peor que antes.

Haciendo que entres en calor, claro ―dijo la pelicorta de cabello gris, mirando gustosa el sufrimiento de su senpai―. Lo mas adecuado de quien padece gripe es que sude primero la calentura.~

¿Que clase de medicina es esta? ―pregunto con la misma irritación en su voz.

Una atrevida mueca en el momento que Hana dejo de estimular a su novio frotando su trasero y se levanto, por poco la chica. Sakurai abrio lo ojos y en la mano de su amada de corta estatura le vio tener un preservativo en su empaque, mientras ella solo miraba con travesura en sus ojos.

Voy a hacer que entres en calor para que puedas superar tu temperatura primero, senpai.~

Si, tal como lo puedes intuir. Ella se puso cariñosa con él aprovechando que tenia toda la guardia baja. Puedes pensar que seria rico para el senpai, conociendo sus gustos por las chicas vestidas de conejo; pero cuando estás así de enfermo. Sentir placer se vuelve una tortura placentera. Aun que al final es mas dolor que placer.

Con su boca, Hana puso el condon en todo el pene de su novio inmóvil. Para tu sorpresa ella se engullo toda su polla como si nada, parece que es la primera vez que la pone en su boca.

Hana… aguarda ―se sentía bien, pero se sentía mal. Senpai―. ¿No sabes que la gripe se transmite por tener relaciones sexuales?

Lo se, para eso es el condón. De otra forma ―se subió Hana sobre Sakurai, pero antes de aplastar su revelada erección con su trasero. Removió la parte baja de su ropa mostrar su vagina ansiosa―. Seria muy peligroso coger con senpai al natural.

Su pene fue tragado por la vagina de Hana con mucha facilidad y cuando tuvo todos esos mas de veinte centímetros quemando su interior (debido al calor que el cuerpo de Sakurai estaba produciendo por la enfermedad). Comenzó a mover de forma constante y tranquila, sintiendo estremecerse Shinichi, su habitación se iba llenando de atractivos gemidos de Hana.

Senpai~ tu pene esta mas caliente de lo normal ―decía con una expresión complacida Hana―. Si no estuvieras enfermo, estaríamos haciéndolo a seco ―sin preservativo, a eso se refería.

¡¿No pudiste esperar a que este mejor?!―pregunto Sakurai sintiendo un gran mareo con su novia azotando su pelvis del senpai mientras se derretía por la insolación.

Era un recuerdo de Sakurai lo que revivía en un sueño, sin embargo fuera de ello; Tsuki se cuestionaba porque reaccionaba el muchacho de tal forma pues puso su mano sobre su frente y noto la ausencia de la fiebre, parecía estar mucho mejor pero la matriarca Tsuki se preguntaba ¿Porque estaba alterado mientras dormía? Pero lo que mas alterado estaba de Shinichi, era su hombría. Un bulto grande y puntiagudo se destaco rápidamente bajo la sabanas del chico, el asombro de parte de la madura mujer que lo cuidaba se noto. Su boca abierta y reacción aterrada

¡¿Sakurai-kun, que estarás soñando para que tu cuerpo reaccione de esta manera?! ―vaya terror que se auto infligía la madura Uzaki―. Pero debo admitir, que la tiene muy grande.

Asombrada y estupefacta se encontraba Tsuki mirando con detenimiento el empalme del joven mientras seguía haciendo gemidos de incomodidad, así mismo se escuchaba como llegaba crujir sus dientes. El sueño lo estaba torturando mucho.

Dentro del sueño (recuerdo). Hana azotaba sus caderas saciándose con el pene de su novio aprovechando que estaba indefenso. Ella ardía en pasión y su senpai ardía en temperatura gracias a su querida enana.

Hana… ya para ―no iba a aguantar mas, la intensidad de su novia ni el malestar corporal que le afligía a Shinichi.

Si quieres que pare, quiero que me lo des, senpai.~ ―su rostro reflejaba gran gozo, Hana. Subiendo el impulso con el que su trasero azotaba a su novio―. ¡Dámelo todo, senpai.~!

Fuerte descarga agonizante se soltó Sakurai, el condón resistió bien en su trabajo y cuando se vino, sintió la hija mayor Uzaki, como las paredes de su vagina se expandía peligrosamente debido al estiramiento del condón y lo excesivamente caliente que se sentía esta vez el semen de su novio debido a su gripe. Un fuerte gemido de dolor mezclado con placer, fue el sonido que libero Hana de su boca cuando llevo sus manos a sus caderas en un esfuerzo por no doblarse ante la intensidad de la venida de Shinichi.

¡Haaaa!~ ―se escucho el gemido doloroso y lascivo de la boca de Hana.

Cuando la euforia paso, Uzaki hija se quito la polla de su novio de su vagina y quedo atrás el condón casi salido de por encima de su hombría de Sakurai para así Hana tomara el gordo e inestable preservativo inundado en esperma, el cual tomaría cual pequeña bolsa rellena era.

Mira, senpai ―decía Hana con el preservativo relleno en manos―. Aun cuando estás enfermo tienes mucho que ofrecerme.~

Shinichi entonces comenzaba a ser golpeado de verdad por la gripe y es que fue como Hana le dijo antes del sexo. Esto acelero a su cuerpo en combatir a la enfermedad azotando su cuerpo con la calentura.

Bien hecho Hana… ―decía sin fuerzas, lo que paso ayer―… ahora estoy ardiendo en la temperatura.

Yacía en su cama y los ojos le ardían a pesar de tenerlos cerrados. Todo su cuerpo comenzó a arder mas ni siquiera pretendía moverse para nada. Podría sufrir la calentura como se debía y enfrentar a la enfermedad como estaba escrito. Sin embargo, antes de poder caer en los brazos de morfeo, su paz fue perturbada. La suave caricia de una boca envolvía su pene y esta trataba su polla con pasión, usando inclusive su lengua.

¡¿Hana?!

En su sueño, la gripe le desapareció de un instante al otro a Sakurai. Pues si bien estaba soñando nunca le paso esto realmente, ayer. La felación que recibía no provenía de Hana en realidad.

Fuera de su sueño, Shinichi se llevaría una fuerte reacción y perturbadora sorpresa, si es que hubiera abierto los ojos al instante. Pero es que no paso el día anterior, que Hana decidiera chuparle su hombría luego de exprimirlo, no sin protección. Él lo dijo, enfermedades como la gripe o la fiebre incluso se pueden trasmitir por contacto sexual.

Vas a decir que no te gusta, senpai~ ―su novia dejo de ocupar su boca y saco sus pechos por encima de su atuendo de coneja atrevida y puso en medio de ellas, el aparato de Sakurai.

Estrés por la agonía mental que le causaba la enfermedad, que pronto en su sueño era reemplazada drásticamente por puramente placer lascivo.

La realidad era que Tsuki sintiendo gran magnetismo de la hombría palpitante bajo la sabana del muchacho le atrajo bastante. Una mujer de 43 años que ya ha parido a tres hijos y que la menor estaba a nada de entrar al tercer nivel de colegiatura y la mujer comenzaba a cuestionarse si ya había dejado de ser joven. Su marido si bien le era cariñoso, se volvió extraño que le prestase atención en la cama.

Engañada a si misma desde la primera ocasión que conoció a Sakurai. Tsuki desde su inconsciente, deseaba que un joven hombre la tomara y la hiciera sentir como mujer, quien menos que el senpai de su preciosa Hana para jugarle esas fantasías que tanto renegaba pero desde dentro. Tanto deseaba.

Sakurai-kun debe estar teniendo un sueño húmedo para tenerla así ―decía en sus pensamientos; casi cesando de deseo pecaminoso. Curiosa, convencida finalmente de ser ella quien de, primero el paso hacia el pecado de adulterio, lo daría ella misma. Deslizo sus manos cautelosamente sobre la sabana del senpai de su Hana y de paso, también el pantalón que el traía. Para ver mejor al atlas con el que nació―. ¡Dios mio, es enorme! Y yo que pensaba que la de mi esposo era enorme.

Sus ojos quedaron hipnotizados y su boca pronto comenzó a desprender vapor por la lujuria. Sus pechos se sentían cálidos como excitados, como todo el resto de su cuerpo se estaba sintiendo. Atraída por su gravedad, se montó sobre la cama de Shinichi y sin sentir remordimiento Tsuki comenzó a devorar la polla de Sakurai con un suave beso que él pensó en su sueño. Fue Hana quien se lo dio.

Su sabor le fascino y pronto los labios de la mujer comenzaron a tomar todo su pene con facilidad, pero al mismo tiempo se hizo un poco complicado. Era grande, era carnoso. Lleno de vida y un sabor que hacia a su vagina arder por sentir su cremosa esencia intoxicando su cuerpo. Deslizamientos de su lengua dentro de su boca, al igual que por fuera usando solo su boca para estimularlo. Pero luego de conocer su previo sabor, se dio cuenta que no era suficiente para conseguir provocar su leche decidió usar aquello segundo que hacia de esta mujer tan atractiva a su edad. Su busto, pues lo primer que nota como atractivo una persona de otra, es la cara y que linda cara tiene esta mujer.

Para… ―le escucho decir a Sakurai con soñolienta voz cuando estrujaba su pija con tremenda madre rusia que le hacia. Pues para él, quien se lo estaba haciendo en su sueño, era Hana, cuando era Tsuki en la vida real―… ¡Voy!

Desde su lascivo sueño, para él. Hana con su mirada traviesa hizo disparar una gran chorreada a su novio. Disparo del largo cañón que ella atrapo entre sus senos. La blancuzca esencia pintaba sin cuidado el escote de su novia mientras ella, luego de quitar de en medio el aparato de Shinichi, miro con una mueca alegre el desastre que le hizo, antes de apretar sus pechos uno contra el otro y acerco su lengua para saborear lo de él. Tsuki lo hacia en realidad, pero sin tanta alegría, puro deseo prohibido donde encontró gran agrado por el sabor salado y amargo que tenia.

Pero el sueño pronto se difumino para Sakurai. De un definido escenario en retrospectiva a un blanco nada, donde el calor que su pene sentía al ser devorado por la vagina de una mujer que su sueño le impedía ver.

Sakurai-kun, Sakurai-kun~ ―escuchaba que llamaban a su nombre.

Con una gran fuerza de voluntad, o mas bien el deseo de saber quien carajos se lo estaba montando. Despertó repentinamente y una aterradora sorpresa se llevaría Sakurai. Sus ojos se abrieron despacio, pero eso no limito llevarse una gran sorpresa.

La tenia encima, Tsuki yacía sobre él con una casi por completo desnuda, un sensual conjunto de ropas intima de encaje negro llevaba puesto la mujer mientras que usaba su vagina para devorarse su hombría con intensidad en los choques su trasero sobre su pelvis de novio de su Hana.

¡Uzaki-san! ―lo ultimo que esperaría ver o mas bien que le pasara. Uzaki Tsuki se estaba aprovechando de él por estar dormido.

¡¿Sakurai-kun?! ―se alarmo la mujer, dejo de moverse de inmediato.

Quedaron ambos perplejos cuando la mirada del otro quedo sobre uno. Dejo de estar encimad e Shinichi y salieron de la cama ante la incomodidad, se sentaron sobre el piso de su cuarto, sobre sus piernas. Sin poder mirarse al rostro, Tsuki rompió el silencio primero.

Verás Sakurai-kun… ―decía acomplejada la mujer Uzaki. Sus dedos jugaban con los dedos de su otra mano mientras ella desvía mucho la mirada, de un lado a otro se iban sus pupilas―… lo que paso es que… Salvaste a mi Hana y quería devolver el gesto con otro mas grande.

¿Que? ―decía con toda inseguridad la mujer Uzaki, lo que hizo que Sakurai levantara una ceja por la misma.

¡Salvaste a mi hija y no sabia como pagar por lo que hiciste así que… ―dejo las palabras, se puso de pie y se delante de Sakurai quien seguía sentado, lo dejaría estupefacto.

¡Uzaki-san!

Inaudito. Delante de sus ojos luego de alterarse. Tsuki se quito la ropa, una vez más y quedo solamente en ropa interior. Ese conjunto tan provocativo a pesar de ser de uso común. Quedo unicamente con su juego de lencería de encaje en color negro y se volvió a sentar, pero fue mas allá y se postró ante Sakurai quien seguía estupefacto estando sentado sobre sus piernas.

 

...¡Sakurai-kun, quiero que tomes mi cuerpo! ―dejo sin palabras al muchacho, como lo dejo asustado―. ¡Como método de pago por proteger a Hana, dejaré que tomes mi cuerpo!

¿Que rayos esta diciendo? ―un patético intento por tapar sus ojos ante el deleite de carne que la mujer Uzaki, sus manos tapaban su rostro pero entre espacios de sus dedos. Los ojos de Sakurai podían ver la belleza que era la mujer.

Ya me oíste ―se levanto repentinamente y su busto que ya era llamativo por ser enorme. Ahora se veía mas grande debido a su destacado escote―. Dejaré que hagas conmigo y mi cuerpo lo que quieras. Por mas vergonzoso o depravado sea dejaré que me lo hagas. Sakurai-kun.

¿Uzaki-san, no cree que esto es demasiado?

Eso fue como un puñal cayendo sobre ella. Si bien la oferta que le daba la mujer solo un tonto la rechazaría, Sakurai no sería ese tonto que lo rechazaría, mucho menos cuando la triste expresión que la vería hacer como si se tratará de un perrito regañado. Pues hasta él lo reconocía, la señora Tsuki tenia un cuerpo de infarto; no es que nunca haya pasado por su mente la idea de ir detrás de ella, ni por un segundo. Trago su saliva antes de aceptar su oferta de una vez por todas.

¿Dejará que le haga lo que sea? ―fue la siguiente pregunta que hizo Shinichi a la mujer y su mirada cambio por fin.

Lo vio ponerse de pie y así como ella, Sakurai se desnudo. Pero él lo hizo por completo a si mismo lo hizo con gran vergüenza delante de la madura. Estando enfrente a sus cara, Tsuki se sento de rodillas y tras ver con los ojos bien abiertos, acerco su boca a su hombría y antes si quiera poder tocarlo estando así, lo vio ponerse duro cual roca (como antes estaba). Solo para hacerla suspirar de deseo prohibido a la mujer.

Es mas grande que antes ―decía Tsuki, disimuladamente antes de poner en su boca la punta del pene de Sakurai e ir chupando como antes. Sucios ruidos comenzaban a escucharse de la señora, viendo desde su punto el rostro satisfecho de Shinichi―. ¿Lo hago bien, Sakurai-kun?

Si… ―lo que le escucho decir, la ruborizo e hizo latir fuerte a su corazón―… su boca es genial, Uzaki-san.

Tan buena era la sensación de su boca de la Tsuki, tal como la recordaba en su reciente sueño humedo. Quería asegurarse de que que se sintiera de la misma forma que en su sueño, su vagina. Pues antes de siquiera dejarla probar su semen directamente viniéndose en su garganta saco su miembro de su boca, tomo a Tsuki y la arrojo a la cama con rudeza; lo que hizo latir mucho mas el corazón de la madura e hizo estremecer su cuerpo. Pero más se estremeció ella cuando la boca de Shinichi vino a probar su vagina.

¡Aguarda Sakurai-kun, no lamas… Haa!~ ―consiguió hacerla gemir fuerte, la mujer. Una serpiente agresiva era como sentía la lengua del senpai de su querida Hana cuando se abrió paso por los labios de su vagina―. ¡Si… se siente bien!

Solo era el aperitivo para ambos. Pues cuando dejo de saborearla la tomo y la hizo dar vuelta en la cama, la tomo de sus caderas y la hizo levantar su trasero para él, viniendo entonces lo que mas deseaba Tsuki todo este tiempo.

¡Sakurai-kun! ―grito la madre de Hana cuando fue atravesada con harta rudeza por parte del muchacho―. ¡Tu pene… tu pene aprieta mucho mi coño, siento que a partirme en dos! -

Brutales empujes con los que azotaba el trasero de la Tsuki, ella con sus manos sobre la cama y sus rodillas doblabas intentaba no caer ante lo estimulante que era para la mujer, los roces de Sakurai y su brutal pene.

Que bien se siente puedo sentirlo, Uzaki-san, se siente... bien. Su vagina es de lo mejor ―abrazo a la madura mientras la partía como piedra que era picada con mineros para romper en la mina y seguir avanzando. Una de sus manos la rodeaba bajo su vientre, y la otra se extendió hacia sus pechos. Atrapo uno de estos y lo saco por encima de la ropa interior de la madura, manoseaba sus senos con gran rudeza.

No se porque… pero me alegra escucharte decir eso ―decía entre gemidos suaves, Tsuki.

¡Aquí voy! ―anunció con gran voz, Sakurai. Corriéndose al mismo instante dentro de la mujer. Momento en el que el chico se vino sin más y le causo un gemido mucho mas que el de antes a la mujer.

Poco después cuando recupero la energía tras el ultimo encuentro. Uzaki se separo de Sakurai y sin aviso alguno, planto un beso al universitario. Sorprendido, tampoco vio venir que la madura lo tiraría sobre la cama

¿Uzaki-san?

Es mi turno de moverme, Sakurai-kun ―dijo, estando mas arriba que antes de todavía subirse sobre él. Energizada, tomo a Sakurai y se sentó sobre él.

Así como cuando despertó, la misma sensación de cuando abrió los ojos y vio a la mujer sobre él. Sus gordas caderas tomaban su pene con pasión y entrega a la lujuria, su voz apenas si se contenía. Los suaves gesticulaciones de voz producidos por el ardor en su cuerpo. Los hipnóticos movimientos de sus caderas en subida y prolongada bajada, lentos movimientos que poco a poco iban aumentando el nivel hasta alcanzar la velocidad limitada por los señalamientos en la ruta.

Que rico se siente~ ―llegaba a decir Uzaki cuando sus caderas subieron de nivel cuando sentía un orgasmo creciendo en su cuerpo subiendo con rapidez―, mi cuerpo se derrite Sakurai-kun. Tu pene me hace sentir joven otra vez.~

 

¡Uzaki-san, esto es demasiado! ―grito el joven dejando todo el control en manos de la señora Uzaki. Su cama se hundía y crujía suavemente, estaba echa de buena madera especializada―. Su interior se siente genial, voy a venirme... voy... ¡me vengo!

¡Sakurai-kun… Kyaaaa!

Pegaría un grito que despertaría a los mismos ángeles. Cuando uno llega a la crisis de los cuarenta es porque llega el momento de toda persona de cuestionarse que ha hecho con su vida, si sigue siendo joven o ya perdió su encanto. Uzaki Tsuki, una mujer de 43 años madre de tres; mujer que a tenido una vida buena, sin embargo su subconsciente se vio envuelta en la pregunta necesaria de saber si aun era atractiva para su edad. Una respuesta que obtuvo al generar una serie de malentendidos propios cuando conoció al estimado senpai de su hija Hana y que la encamino a este día.

En la puerta de su departamento, Tsuki se despedía de Sakurai con toda incomodidad entre ambos. Él rascaba su nuca sin poder mirar bien a la mujer mientras que la madura trataba de mantener una actitud normal en su cara.

Pasaron cosas locas hoy ―comento Tsuki mirando al universitario sin demostrar que por dentro, estaba muriendo de la vergüenza de lo que paso.

Si, em… espero y no se repitan ―comento Sakurai esperando simpatía de la mujer.

Si, bueno. Sakurai-kun ―la vio nerviosa otra vez, levanto sus manos y sus dedos iban jugando uno con los de la otra mano―, me preguntaba si tal vez… podríamos repetir lo que paso hoy en otra ocasión.

Una pregunta que cuya respuesta podría traer dificultades a futuro. Pero es el jodido presente, el senpai decidió correr un riesgo con Tsuki. Solo un tonto dejaría pasar la oportunidad de comerse a la madre Uzaki y su hija al mismo tiempo. Pero tenía que ser discreto, que juego mas divertido que este.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Bunisses and pleasure (+18)