Milf of the dead
Kiriko Miyamoto, otra de las mujeres primordiales en la lista de mujeres de Takashi y junto con las otras cinco maduras reinas del harem de Komuro que quedaron en acuerdo en acaparar al joven que tenían por gigolo y ahora lo acaparaba, en su propia casa Kiriko lo tenia ocupado, muy ocupado… reparando su techo.
Eran las once de la mañana y Takashi se encontraba bajo el sol de verano en japón reparando el tejado de la residencia Miyamoto. Con una camiseta blanca de manga corta y un cinturón ferretero para tener a la mano sus herramientas, era observado por Miyamoto desde el jardín trasero de su casa. Mientras Takashi sudaba la gota gorda ella vigilaba que su amigo no diera un paso en falso y se cayera del techo del segundo piso de su casa. Mientras él llevaba un conjunto de ropas frescas para pasar el calor mas rápido por su cuerpo. Rei anda con ropas un poco mas calurosas. Un sueter negro de tela delgada puesto con un ligero abierto en su escote. Su cintura llegaba a verse y unos jeans a la medida tenia puestos.
¿Con que razón reparaba el tejado de los Miyamoto Takashi? Eso se remonta un par de horas antes. Cuando Takashi recién llego a la casa de su amante y también de su amiga cuando ellas despedían al inspector Tadashi Miyamoto.
—¿Se va de la ciudad, inspector Miyamoto? —pregunto Takashi luego de tan solo haber llegado y cinco minutos después el padre de Rei ya se estaba yendo.
—Por una semana Komuro-kun —aclaró el hombre tomando su maletín puesto a un lado del sofá del que estaba sentado, en su sala—. La agencia quiere que vaya a la prefectura de Kitagawa para ser consejero con los policías de la región.
—Vamos, Tadashi dile las cosas como es —apareció su esposa y la mujer con la que Takashi tenia una aventura a espaldas de este hombre: Kiriko Miyamoto. Con casuales ropas sin importarle la visita de Komuro se encontraba vestida. Camino desde las escaleras hasta donde su esposo para seguir con su línea—. Solo quieren que vayas a revisar si no están haciendo tratos sucios con las bandas criminales del lugar, querido.
—Tienes razón —exclamo con un alivio en su espalda el inspector.
De las escaleras vino Rei a los pocos segundos detrás de su madre, animada y encariñada grandemente con su padre, paso por alto a Komuro para llegar llegar con su padre y en un posterior salto vino a caer en los brazos de su padre quien la atrapo con toda alegría para ser el momento en que se iba de viaje y no estaba de regreso.
—¡Papá! —grito Rei con alegría mezclada con tristeza. Aterrizo en los brazos de su padre y aferrada a él, hundiendo su cara—. Ten cuidado, vuelve pronto.
—Lo haré, Rei. Solo me iré por una semana —exclamo Tadashi acariciando la cabeza de su hija con mucha suavidad.
Una escena envidiable para Takashi, una escena familiar que bien él también podría haber vivido, pero el destino fue cruel y aun así se las arreglo para encontrar su propio camino a la felicidad. Aun así, cambiaría todo por un breve momento en ver a sus padres otra vez.
—Takashi —escucho la voz del inspector Miyamoto que le hizo salir de su trance a Komuro quien se sumergió en la imaginación un momento—. Te agradezco que te vengas a reparar el tejado de mi casa, pensaba hacerlo yo pero la prefectura tuvo planes para mi esta semana.
—Descuide inspector Miyamoto —decía Takashi, mostrando una suave sonrisa en su cara mientras bajaba la cruz hecha por sus brazos cruzados—. Le agradezco yo que me halla dado este trabajo para mi. No me gusta vivir del dinero que los Takagi me dan por haber sido recibido tras ser acogido por ellos, prefiero ganar la vida por mi mismo.
—Tienes un noble espíritu muchacho —reconoció su valor, el inspector de policía—. Espero que sigas a lado de mi hija mucho tiempo.
Un comentario que basto para poner sonrojada a Rei, su cara quedo cual tomate hasta llegar a escurrirse un humo blanco por encima de su cabeza de la interpretación múltiple que se podía hacer con la declaración de su padre. Una reacción similar vino a verse en la cara de Komuro, pero él supo tratarla mejor, se ruborizo, agacho la mirada mientras reía de los nervios de las malinterpretaciones que se hacían con las palabras del inspector. Sin embargo quería ver esta reacción en las caras de los dos.
Su hija estaba en buenas manos, era lo que pensaba el inspector cuando miro su reacción. Kiriko miro las reacciones de ambos y si bien le agradaba la idea de que su hija tuviera un novio. Sus hormonas que entraban en la crisis de los cuarenta picaban de la envidia al ver que su hija se robaba a su respectivo amante.
Gran aprecio tenia por Takashi, el mejor amigo de su hija que se mantiene a su lado aun cuando el detestable primer ministro Shido quiso hacer pedazos la vida de su hija. Pero se mantuvo a su lado para sobrellevarlo.
El inspector se marcho a alcanzar el tren correspondiente y tan solo un par de segundos de respiración después Takashi comenzó a hacer las labores correspondientes en la residencia Miyamoto, siendo la labor del techo la mas ardua no por el esfuerzo, sino por el calor seco del verano. Pero a pesar del clima insoportable cumplió con su trabajo.
—Esta terminado —confirmo su trabajo echando una ultima mirada al recién reparado techo. Bajo por la escalera con seguridad con la mirada puesta arriba y no al suelo donde iba a pisar, pero de que preocuparse, sus pies pisaron tierra firme—. Por fin termine.
Un paso alejado de la escalera y dándole la espalda a la enorme herramienta se levanto la camisa empapada con su sudor, importándole menos que estuviese en el patio de una casa que no era la suya. Con la misma camiseta húmeda secaba su rostro, escuchando entonces la voz de cierta Miyamoto.
—Excelente trabajo, Takashi. Debes estar sediento —vino a él con una vaso de cristal lleno de una helada bebida natural. Un vaso de limonada le entrego.
—¿Rei? —quedaría con los ojos abiertos en grande cuando la castaña saldría usando un muy atrevido bikini verde, el sostén solo tapaba las aeréoleas e sus pechos y la tanga se perdía en la pelvis de Miyamoto y se dejaba ver saliendo de la linea de su trasero por detrás—. ¿porque llevas eso puesto ese bikini?
Un deleite visual para quien sabe apreciar la belleza de la carne cuando la ve, a Takashi no le importo volver a ponerse la camisa, así que se quedo sin ella y acepto el trago que le trajo Rei sin poder mirar a otro lado que no sea el cuerpo de su amiga.
Actuando apenada, ella camino hacia Komuro teniendo las manos detrás de su espalda logrando que su busto de 87 cm. Destacara al ir hacia él hasta quedar enfrente de Takashi.
—¿Este bikini? Lo compre hace unos días, pensé que podría gustarte ¿Que piensas, me veo atrevida?~ —inclino hacia adelante solo diez grados su cuerpo y su escote quedo colgando—. ¿Me veo, sexy?~
No importaba cuantas mujeres se haya cogido, ni cuantas cuantas les haya visto todo, ver tan atrevido escote hacia a sus ojos deslizarse cadena abajo, sin embargo lograba pasar desapercibido para donde terminaba mirando sin descubierto. Pero tenia a Miyamoto exactamente enfrente de él y hacer que desviara la mirada sobre su cuerpo era lo que deseaba de Takashi.
Sus manos se movieron y sin importar que estuviesen el patio trasero de casa de su amiga, quería poner sus manos sobre ella como antes lo ha hecho. Una poderosa fuerza de voluntad le impedía a Takashi manosear a gusto a Rei puesto que la consciencia de su cabeza era mas poderosa que cualquier otra cosa.
Al final las inquietas manos de Takashi se pusieron sobre los hombros de Rei y esto la hizo salir de su seductora actuación.
—¿Uh?
—Rei, tu madre esta adentro, sino nos descubre... —si logro controlar sus impulsos ¿podría calmar los de Rei?
La vio inflar sus mejillas y antes de que pudiera dar una respuesta malhumorada, justo la persona mencionada vino a aparecer por la puerta del patio trasero.
—¿Descubrir que? —exclamo Kiriko, con la mano en la puerta corrediza y la mirada picara en su rostro, se alarmaron los dos pero sobre todo Rei, de inmediato se puso recta y separo de Takashi cuando su madre camino hacia ellos—. Oh ya terminaste, Takashi-kun. Eso fue rápido. Buen trabajo.
—Su techo esta reparado Kiriko-san —contesto él.
Paso delante de su hija y quedo Kiriko, la madre de Rei; quedo precisamente delante entre el chico que tenia ella por gigolo mientras Rei quedaba apartada por la espalda de su porpia madre. Lo cual esto despertó pequeñas sospechas en ella. Pero no podía pensar mal.
—Debes estar acalorado, ven a dentro por algo refrescante. En un momento te daré la paga —parece que no vio que su hija le acababa de traer un vaso de jugo frío. O solamente lo uso como pretexto para llevarlo dentro—. ¿Y tu porque estás vestida así, Rei?
Se petrifico en cristal cuando la escucho.
—Em… es que, hay calor —respondió nerviosa.
—Se que hay calor Rei, pero por eso me ves a mi desnuda en mi patio trasero como si tuvieramos piscina —exclamo molesta la señora Miyamoto—. ¡Ponte algo mas decente señorita ahora!
Fiel y obediente a su madre, como si fuera un soldado Rei entro a su casa en un parpadeo, dejando a Kiriko a solas con su amante. Cuando la madura puso su atención en Takashi este se volvía a poner su camisa empapada de su propio sudor.
—Espera, Takashi-kun —se detendría la misma Kiriko.
—¿Si?
Sin palabras en su boca, Kiriko se hipnotizaría de los musculos en los pectorales de Komuro cuando su camisa se pego a los cuadros de su pecho y estomago. Llevo la madura su mano a su boca para tapar su rubor mientras su vagina comenzó a picar inesperadamente.
Hace un par de semanas de la que tal vez recordarás algo, que Kiriko trato de alcanzar la satisfacción sexual con su esposo mientras que su hija tenia una fiesta de sexo con Takashi, Miku, Saya y Saeko donde lo hicieron hasta el agotamiento. La señora Miyamoto quedo tendida en la insatisfacción, cuando creyó erroneamente que alcanzo el clímax gracias a su esposo, su cuerpo no reacción en conjunto a su esposo el inspector Tadashi cuando el llego al orgasmo.
Su cuerpo ahora solo respondía al de Takashi y se estimulaba con solo ver su cuerpo.
—¿Kiriko-san? —pregunto, pues la mujer quedo en silencio sin parpadear mirando a Takashi.
—Vamos a dentro para que te de tu paga —dijo Kiriko volviendo a la normalidad, hasta que un segundo después ella vino al oído de Takashi y le susurró—. Y también para que te un pago extra.~
Fueron seis tortuosas semanas para Kiriko, las ultimas dos sobre todo, pero después del equitativo acuerdo. Era tiempo para que acaparara a Takashi para ella sola, en un principio pensaba mentirle a su esposo y a Rei diciendo que iría a cuidar a su madre enferma para escapar a casa de su amante, encerrarse con él y sentir el cielo de puros orgasmos. Pero vino Tadashi a traer la noticia del comienzo, lo que hizo a Kiriko mas faciles sus planes.
Aun quedaba Rei y tenia que encargarse de ella de alguna forma si quería escaparse con su gigolo. Lo pensó mejor Kiriko y recordó ese video que le enviaron a través del número de Rei a su madre donde Takashi la hacia suya cual bestia ansiosa. O apartaba de su camino a su hija o hacia un nuevo juego con ella.
Primero la envío a comprar ingredientes de la cena, Kiriko invito a Takashi a quedarse a cenar aunque no había nada para preparar así que le asigno el encargo a Rei y esta a pesar de ser obediente a su madre, en el camino podía verse un rostro malhumorado en la chica mientras se dirigía a comprar.
—¿Que estará haciendo mamá con Takashi? —sonaba su voz en sus pensamientos de Rei mientras caminaba—. ¿Será acaso que mamá… vaya detrás de Takashi? ¡Claro que no! A Takashi no le atraería una vieja como mi madre.
Vaya equivocada que estabas Rei. Tu sabes bien la respuesta a esto querido lector, Komuro Takashi prefiere por mucho a las maduras. Pues se dice que para comer una deliciosa fruta debe estar bien madura para sentir su mejor sabor.
Sin embargo es Kiriko la que esta vez estaba ansiosa por comer carne joven y fresca. Ese platillo delicioso que la tiene corrompida como madre y esposa, todo eso lo manda al carajo cuando esta a solas con su gigolo, tan solo por cinco segundos.
Rei se fue, tomo a Takashi de su hombro derecho y lo arrastro hasta su habitación donde duerme con su esposo. Solto sus labios sobre la boca de su amante joven y la lengua de la madura bailaba de locura con la de Komuro.
—Kiriko-san, Rei no tardará el venir —dijo el gigolo mostrando cero preocupaciones por esto, la lengua de la madura Miyamoto bajo de sus labios y saboreaba el sabor sudado de Komuro mientras bajaba por sus pectorales hacia sus abdomen trabajado hasta quedar de rodillas ante él.
—Ha esta hora el mercado esta lleno de gente comprando de todo, Rei tardará en volver —comento la matriarca Miyamoto soberbia en su confianza.
Teniendo la cama detrás de Komuro, totalmente desesperada Kiriko le abrió el pantalón y saco su pene para tenerlo sobre su cara. Su respiración se volvió mas pesada e incluso empezó a exhalar vapor del calor que ella misma se estaba provocando de solo sentir el calor de polla, tan solo la mano de Kiriko lo dejo salir, se le puso duro.
—¿Que tal si vuelve antes? —supuso Komuro.
—Lo se, cuento con eso —sus labios besaron la polla que tanto estaba deseando sentir de nuevo, escalando a lo largo de su hombría devorando—. ¿Sabes cuanto eh estado esperando por tener? Querido.~
Dejo de comerse su hombría por un momento, solo para quitarse la blusa de diario y revelar el sujetador azul que tenia puesto. Su busto se mostraba firma gracias al soporte que tenia integrado, pero la mando a la mierda cuando se lo quito, lo arrojo a un costado de su habitación y volvió a poner el pedazo de carne de Takashi en su boca para saborearlo mejor.
La desesperación que tenia por su semen hizo al pelinegro erizarse de su pelvis a su cabeza soltando un gemido de hombre mientras ella succionaba con toda fuerza. Quería saborear su esperma en la boca, pero tenia otra boca con la que quería saborear la leche de Komuro y disfrutar mucho mas su duro pene; Kiriko.
Empujo a su amante sobre la cama y tras continuar brevemente consintiendo su hombría hasta que su vagina dijo que ya era su turno. Despojo a Takashi de su pantalón como todas lo hacían con él, Kiriko se quito los jeans que traía e igual como el sujetador de antes, arrojo sus bragas a un lado del piso de cama.
El rostro de Takashi emocionado, la sonrisa desesperada mezclada con éxtasis de la madura Miyamoto se pinto en un orgasmo de proporciones culinarias al sentir la enorme polla de su amante expandiendo sus entrañas de manera única.
—¡Si! —grito de la excitación Kiriko, sus piernas abiertas dejaban ver a su gigolo como su vagina se tragaba su aparato—. Es extrañado esta sensación por mucho estas semanas.~
—Lamento haberla dejado al final de la lista —comento Komuro dejando el trabajo a la castaña de maduro cuerpo. Cuando comenzó a mover las piernas, fluidos femeninos se escapaban de la vagina de Kiriko mientras dejaba a la lujuria dominarla.
—Tengo toda una semana para exprimirte todas las gotas de semen que tengas para mi —dijo, dejando caer su rostro muy próximo a la cara del chico, antes de sembrarle un nuevo beso largo y profundo, como su pene le llenaba a Kiriko.
No obstante, pensando que Rei tardaría mas de lo que pudo contar o mas bien ya sabía que ella no tardaría nada en regresar, entro la joven devuelta en casa anunciandose, sin embargo nadie le contesto.
—Estoy devuelta —diría Rei—. ¿Takashi, mamá?
Nadie le contesto, lo cual no estaba bien. Dudo que hubieran salido así que exploro la casa, pero en cuanto escucho cierto sonido de voces, una gota de sudor se soltó de su frente de lado izquierdo. Acaso estaba escuchando mal o era posible. Sin decir nada, subió escalón por escalón a paso silencioso sin hacer nada de ruido hasta notar que los ruidos de índole pervertida venían de la habitación de su padres. ¿Pero su padre ya estaba en el tren fuera de la ciudad?
—Mas duro,querido~ golpea destrozame con tu enorme polla querido.~ —escucho claramente la voz de su madre en ese grito. Así como el sonido de un manotazo, seguido de un gemido lascivo que vino después.
—¡Mamá, Takashi! —pegaría un grito al cielo cuando los vio en medio del calor.
Sobre la cama en la que sus padres duermen estaba su madre puesta en cuatro con quien era su novio embistiendo con ganas, azotando el trasero de Kiriko con su pelvis y su mano. La madura gemia con todo gozo mientras que su amante se alimentaba con el sonido de su voz y la sensación con la que su vagina apretaba su polla.
Todo pudo venirse abajo y la diversión pudo morir en ese momento, sin embargo no. Si, cuando Rei abrió la puerta su novio se detuvo y quedo paralizado del terror cuando su amiga de la infancia lo cacho cogiendo a la madre de esta y ambos lo gozaban. Kiriko en un primer momento también se congelo cuando la mirada atónita de su hija cayó sobre ellos atrapándolos en el acto sin embargo todo fue una trampa para Rei.
—Hola hija, te estábamos esperando —exclamo Kiriko con una sonrisa atrevida. Una declaración con la que puso a su hija en nervios.
—¿Mamá? —no pudo decir mucho con esas palabras, levanto su mano para tapar su rostro de tan desvergonzado acto de su madre su cuerpo apenas si dio unos pasos para atrás como consecuencia—. ¿Porque estas teniendo sexo con Takashi?
—Supongo que debes saberlo, Rei. Takashi-kun y yo vivimos una aventura —dejo de estar en cuatro, para acercarse a Takashi y abrazarlo muy melosa mente pero picara, también. Todo mientras el pelinegro mantenía un rostro nervioso como atemorizado.
—¿Que, como puedes…?
Su madre vino hacia ella, lo que en un atemorizo a Rei y preocupo a Takashi, pues vería a la madura Miyamoto tomar por la fuerza a su hija, intento desnudarla y traerla hasta él.
—¡¿Que esta haciendo, Kiriko-san?! —levanto la voz Takashi.
—¡Detente, mamá!
Con esa sonrisa traviesa, acerco a su hija hasta su amante y revelo le demostro a Rei que su madre no era ninguna tonta.
—Dime Rei, aun tienes hambre de Takashi~ —exclamo. La tenia en sus manos—. Crees que no me di cuenta de tus sucias intensiones, salir con ese atrevido bikini para seducir a Takashi-kun y comerte su enorme pene. Mira lo duro que la tiene seguramente se le cruz la idea de follarnos a las dos, no querido.~
—¡¿Querido?! —no pensó que su relación fuera tan así.
—Vamos Rei, tu sabes que quieres saborearte su enorme y viril pene, después de todo ya te lo has comido antes verdad, mi niña —supuso, por el video enviado por Miku (sin que sepa Kiriko que fue ella), que su hija ha tenido relaciones con Takashi mas de una vez—. Hazlo por mami, vamos a darle a Takashi-kun mucho placer las dos.~
Entendió por fin a que se refería la madura con “Cuento con eso”. De cuando comenzaron a follar, Kiriko quería romper esa barrera que ni Yuriko con Saya ha intentado hasta ahora, cometer tabu: madre e hija tuvieran sexo con un mismo hombre al mismo tiempo.
Con su hombría expuesta por sus piernas abiertas esperaba la boca de Rei para ser consentido ahora por ella.
—Vamos Rei, tu sabes bien que quieres chupar su pene, quieres sentirlo bien profundo dentro de ti, sentir como te destroza hasta hacerte alcanzar el clímax y luego volver a llegar, como solo Takashi-kun sabe llevarte hasta allí~ —con sus manos puestos en el hombro de su hija la empujo hasta quedar sus labios de cerca a la polla de Komuro.
Su madre tenia razón y lo aceptaba, quería sentir a Takashi de nuevo, ella sola. Sin embargo nunca pensó que esto pasaría. Era verdad, corrompida por el placer del sexo presentado por quien antes solo era un amigo desde su infancia, Rei quería sentirlo todo.
Comenzó a exhalar humo de su boca, sus mejillas se volvían rojizas y desnuda estaba gracias a su madre, que seguía dándole el empuje para cometer un trió entre ellos. A mal paso, darle prisa. No estaba de acuerdo pero tampoco inconforme, mando al carajo el cariño y respeto que tiene hacia su padre y comenzó a chupar la polla de Komuro en su propia alcoba.
—Rei… —exclamaría Takashi cuando la boca de su amiga y novia se abrirían en grande para cometer felación a él.
Sonidos fuertes de su boca se fueron escuchando entonces con cada chupada de su lengua como si fuera paleta helada. Todo mientras su madre miraba por detrás de sus hombros.
—¿Así es como siempre se la chupas, Rei? Eres toda una pervertida hija. Tragándote por completo esa polla tan monstruosa y descomunal —declaraciones cínicas de la madura Miyamoto, pero al mismo tiempo las hacia con un tono sarcástico. Como si ella no se tragara hasta lo mas profundo el enorme pene de Komuro y disfrutará de ello como si fuera una jugosa paleta—. Dime Takashi-kun, como se siente la boca de mi hija.~
—Se siente… —perdió la voz un momento, tener a las dos Miyamoto de rodillas chupando su aparato. Digo las dos, pues perdió de nuevo el aliento Komuro cuando Rei saboreaba unicamente la punta de su hombría en su boca, la lengua de Kiriko se acerco y junto a su hija, ambas saboreaban el pedazo de polla que las tenia hechizadas—… ¡Esto es de lo mejor!
De una a otra, ahora las dos Miyamoto estaban lamiendo la polla del chico que madre e hija tenían por amante. Takashi se sentó de nuevo en el borde de la cama que estaba profanando en contra del hombre de la familia Miyamoto. Nuestro cornudo héroe se tiraba a las dos mujeres de su casa.
Rei de lado izquierdo y Kiriko del derecho. Como siguiente acto, las dos pusieron sus pechos alrededor de la polla del gigolo que amaban profundamente y sexualmente también. Frotaban sus tetas unas contra la otra mientras su pene se daba un verdadero festín placentero. Suaves como almohadas, carnosas y sabrosas que eran los pechos de ambas de la familia Miyamoto.
—¿Que es esa cara que estás poniendo Takashi?~ —decía Rei, junto a su madre; movía solamente el torso para frotar sus pechos contra de los Kiriko. Las dos tenían los ojos puestos sobre Komuro mientras sus senos estimulaban sus cuerpos con el calor de la lujuría. Verlo tratar de no poner caras raras era mas gracioso que verlas, según ellas.
—Que te parece esta sensación —comento Kiriko, metió sus manos bajo sus pechos, haciendo Rei lo mismo por su lado; y el frote del paizuri doble se volvió mas agresivo cuando le miraban la expresión en su cara—. Se que a Takashi-kun le gusta ir por las mujeres casadas, pero por lo visto también te gusta ir por las jovencitas de tu edad por lo visto.
Presionaron tanto y tan insistentes fueron, que lograron hacer que Komuro disparara la primera lluvia blanca de semen entre los pechos de madre e hija Miyamoto, los rostros de ambas se llego a manchar con su semen mas allá de solo sus pechos fueran manchados por en la cara, una cerca de los labios y la otra en la mejilla.
—¡Mierda, esto es muy intenso! —fue el grito de batalla que Takashi diría ante el doble frente de ataque lanzado hacia él.
—Esa estuvo fuerte~ —cuales gatitas podía verlas a las dos a sus pies, la sonrisa traviesa en Kiriko y Rei era dos claras gotas de agua. Gatas en celo que no iban a pelear por el mismo hombre porque iban las dos—. Mira como quedo tu rostro Rei.
Tomo a su hija del mentón para hacerla voltear y mirarse de cerca, sus mejillas rojas como si alcoholizadas estuvieran.
—¿Yo? Mira como quedo el tuyo, mamá~
Ebrias estaban de la lujuria y el deseo de cometer pecados. Primero Kiriko lamió el semen en la mejilla de su retoña, sin tardar Rei hizo lo mismo, su lengua se deslizo muy cerca de los labios de su madre. Lo inevitable ocurrió, de saborear el semen en su rostros, sus lenguas vinieron a chocar una contra la otra, finalmente convirtiéndose en un lascivo beso de ellas.
Lo que siguió como un abrazo, pronto sus manos se deslizaron por el cuerpo de la otra, la mano de Rei toco el busto izquierdo de su madre, en lo que Kiriko llevaba su mano por la espalda de su niña y bajo hasta su trasero para jugar un poco con el culo de Rei. Todo un show para Takashi era esto, la emoción no solo era suficiente puso su mano sobre su pequeño amigo con el espectáculo lésbico que presenciaba.
Se volvió un trió poco después. Kiriko fue primera en tener dentro la polla del amante en la casa mientras que su hija se volvería desquiciada con la lengua de su novio revolviendo su vagina y hacerse un licuado con sus fluidos que no paraban de brotar de aquí.
—Que pasa con esa cara, Rei~, la lengua de Takashi-kun es mucho para ti —dijo la madre Miyamoto, ella azotaba su pelvis con tanta intensidad que podía sentir el pene de su amante iba palpitando por toda la excitación, lo podía sentir desde su interior.
—Moo~ —diría inflando sus mejillas sin poder disimular el orgasmo que la recorría—. Vamos mamá, ya quiero tener el pene de Takashi.
—Aguarda un poco… —un empujes más y lo obtendría, lo consiguió. Kiriko sintió la chorreada de su amante, esa que tanta estaba esperando—… ¡Aquí esta! ¡¡Si!!
Torció su espalda hacia atrás cuando el semen de Komuro se disparo en su interior. Cálida como embriagante era el orgasmo que se le produjo de forma instantánea. Deslizo la polla de su amante fuera de su vagina y vino a verse como el semen escapaba de su coño como si fuera crema dental en una pasta aplastada.
Extrañaba esta sensación. Dijo Kiriko avergonzada solo de cara cuando dejo ver a su hija como se le escurría todo el juego por el agujero por el que Rei le salió, como buena madre le entrego el siguiente encuentro.
—¡Rei, aquí voy! —exclamo fuerte Takashi al oído de esta.
Encima de ella la beso primeramente, subió de su vagina y pasando por sus pechos, donde disfruto el lugar sin desperdiciar el sabor que estos podía producir a pesar de que aun no liberaban ninguna gota de leche materna; quien sabe cuanto tardaría en escurrirse la leche de sus mamarias.
Su pene la atravesó como cuchillo atraviesa la carne, la de su vagina vino a partirle Komuro, un grito de orgasmo fue lo que soltaría Rei.
—¡Ouh! —fue el sonido que escapo de su boca—. ¡Takashi… te amo, frota tu pene todo lo que quieras dentro de mi!… me estoy viniendo… me estoy viniendo mientras Takashi me lo da todo y mamá me ve.~ —las ultimas dos lineas vendrían a escaparse de los pensamientos de Rei.
—Así es, Rei. Mamá esta orgullosa de ti —a pesar de decirlo con todo orgullo materno, ella estaba detrás de Komuro desde su espalda, sus manos tocaban sus músculos trabajando en este momento. Paso su lengua por la patilla de su gigolo, muy cerca de su oído.
Su intensidad era de siete mil, pronto subió a ocho mil y Takashi seguía haciendo pedazos la vagina de Rei, sus ojos en la hija Miyamoto y la boca de la madre acariciaba los músculos de su espalda mientras sus manos se mojaban por solo tocar su torso.
—¡Puedo sentirlo… puedo sentir que te vas a venir Takashi… quiero sentir tu semen Takashi! —Rei se derretía, sus manos puestas sobre la almohada donde su padre ponía la cabeza, sus uñas la agarraban demasiado fuerte como para romperla, podría decir después que un gato se metió y lo hizo.
—¡Rei!
Grito su nombre antes de liberar todo lo que sus bolas generaron esta vez. Enterró hasta aplastar la entrada de su útero, inundo toda su fabrica de bebes, tarde o temprano esa fabrica tendría que estar operando. Aunque quien sabe, tal vez la fabrica de Kiriko de nuevo iba a operar próximamente.
—Eso fue intenso —las piernas de Rei temblaban mientras miraba con avergonzada de tal exposición pervertida ante su madre, dejando ver como se escurría el esperma de su novio de su vagina.
—¿Vas a decirle a mamá que ya no puedes más? —Kiriko vino a ponerse encima de su hija abriéndola de brazos ademas de su piernas. Dejando ver también su vagina como la de Rei, a ambas se les escurría el semen de su amante—. Dime Takashi-kun~ no seria genial ver a nosotras dos embarazadas al mismo tiempo.~
Puso una sonrisa presumida. Quien no iba a sentirse así después de enamorar a tal madre e hija a punta de vergazos.
—Lo siento inspector Tadashi, pero Kiriko y Rei ahora me pertenecen.
La diversión continuaba para Takashi y para las dos Miyamoto, el día apenas si estaba pintándose anaranjado en el cielo, sería una fantástica semana para los tres, una semana común para Komuro realmente, sin embargo habría quien les vendría a arruinar la diversión planeada de las mujeres Miyamoto.
—Miyamoto-san, estás en casa necesito hablar sobre la próxima junta vecinal —diría esta misteriosa madura mujer quien, como mi abuela; entro por la puerta que no tenia seguro y camino hasta el interior de la cocina buscando a la mujer pero no la hallaba—. Sino estuviera en casa, no hubiera dejado abierto la puerta de su casa.
Una buena intuición de esta mujer, así que decidió buscar mas profundamente a Kiriko en su casa por lo que subió al segundo piso. Pues como a Rei antes, esta mujer la líder del consejo vecinal vino a escuchar ciertos ruidos de índole indecente proviniendo de una de las habitaciones. Será acaso que la mujer que buscaba estaba en pleno acto amoroso con su respectivo esposo. De ser así porque se escuchaba la voz de una segunda mujer viniendo de la habitación con la puerta toda abierta.
—¡Miyamoto-san! —pego un verdadero grito al cielo cuando los agarró en escena.
—¡Directora de la consejo vecinal! —un nombre muy largo que vino a gritar Kiriko.
Los atrapo en el momento que ella y su hija eran abrazadas por el gigolo que compartían mientras él empujaba su polla en la vagina de Kiriko, con Rei agarrada de uno de sus pechos con cuyo brazo de Komuro pasaba por la espalda de la chica hasta llegar a su seno y apretarla, esto mientras lo besaba en la espera de su turno por su pene. Abrieron los ojos en platos cuando esta mujer se les apareció. A diferencia de Kiriko con su hija, no había forma de converserla de que esto se trataba de un malentendido ¿pero de donde tomarlo?
Interrumpidos, esta mujer que decía ser la directora del consejo vecinal no solo estaba impactada con lo visto, también indignada por el acto tan inmoral que rallaba en lo prohibido en que atrapo a las dos mujeres. Tanto así que hizo venir a otras mujeres del vecindario para tratar el asunto descubierto en fragancia.
Sentadas en la sala de la casa Miyamoto estas mujeres se mostraban desconocidas ante la razón por la que fueron llamadas.
—Okabe Ruiko-san. Directora, porque nos llamo —pregunto una de estas esposas reunidas como jurado en este juicio de brujas de barrio japones.
—Las llame a este reunión tan repentina para debatir un asunto importante, la infidelidad de las mujeres de la residencia Miyamoto que mancha el honor de este vecindario —declaro cual fiscal acusador, la así llamada Okabe Ruiko.
—¡¿Que?! —se sobresaltaron las damas traídas a esta quema de brujas.
Pudo ser un juicio largo, sin embargo seria todo una farsa y verás porque.
—Oigan, esto es necesario —Takashi trataría de calmar los ánimos de las mujeres traídas.
—Muy bien perras, detengamos esta farsa ya —saco su viejo lado de pandillera malhablada Kiriko.
—¿Farsa? ¿De que hablas, Miyamoto Kiriko? —atacaba la señora Ruiko—. La única farsa aquí es la tuya aparentando ser una madre y esposa ejemplar cuando solo aprovechas la minima oportunidad de que tu marido este fuera para traer a tu amante y manchar la cama con la que duermes con tu correcto esposo.
—¡No me vengas con esas hipocrecías, tu! —se levantaría de su asiento con todo y garrote en manos, metafóricamente.
—Kiriko-san, no se altere —diría Komuro tratando de apaciguarla. Pero era como echarle agua a un incendió electrico.
—¡Takashi-kun, cállate! ¡Tu también Rei! —grito Kiriko.
—No he dicho nada —su hija también estaba en el juicio en un costado.
Sin embargo lo que importaba ahora era otra cosa que señalar su infidelidad descubierta.
—Esta bien, esta bien, tranquila Kiriko-san yo trataré esto —Takashi sería hombre y daría la cara por sus mujeres.
—¿Vas a decir que tu eres el culpable de corromper la pureza matrimonial de Miyamoto-san y su hija? —cuestiono con una daga en mano, Ruiko Okabe (una daga metafórica).
—Antes de ser señalado quiero decir que en este juicio Kiriko-san no es la unica que debe ser señalada —tales palabras pusieron tensas a todas las mujeres venidas a esta reunión de juicio mientras que la presidenta del vecindario solo pudo levantar una ceja—. Quiero que levante la mano, toda las mujeres en esta sala con las que soy su amante. Ay mas de una aquí presente.
—¿Que estás diciendo?
¿Acaso había mas de una mujer que tenia de amante a Komuro? Pero claro que si, avergonzadas, inmorales y sobre todo llenas de cinismos una a una levantaron la mano cuando vieron que del lado izquierdo vino a verse la primera mano en alto, lo cual llamo la atención de la presidenta del consejo vecinal, sobre todo cuando las manos de todas las mujeres que llamo se levantarían como una ola tranquila de izquierda a derecha viniendo llegando a la costa. Cuando la mujer Okabe miro para atrás y presencio las manos de todas estás las presentes en alto un escalofrío vino a notarse en ella cuando una pesada gota de sudor se escurrió por su frente ante esta revelación.
—¿Que, que significa esto?
Significa querida señora, que serás una mas de la lista de maduras de nuestro pitudo héroe.
Yo pensaba que iba a durar mas capitulos de trio madre e hija.Pero esto fue rapido.Esperando con ansias el siguiente cap para daber quienes son las demas infieles.
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