Business and pleasure (Naruto x Harem)

Esta obra la estaré actualizando una vez al mes, para darme tiempo de seguir avanzando la historia y tenerles una actualización constante. Espero y les agrade.

Antes de la guerra parte 1

 First for fight

Yuriko condujo a Shido a su habitación sin que ninguno de los trabajadores ni las sirvientas en la mansión pusieran atención. Donde se revolcaría con él en la misma cama en la que llego ha hacerlo con su esposo. ¿Como es que una elegante mujer como ella ha terminado involucrada en una relación de negocios además de una relación carnal con Shido? Ellos mismos lo han de contar.

La técnica bocal de Yuriko-sama es la mayor técnica en su estilo que haya sentido nunca ―exclamo en euforia Shido yaciendo recostado en la cama de los esposos Takagi con la mujer del difundo Soichirou haciéndole un oral de lo más ruidoso que cualquiera que su querida novia Shizuka le haya podido dar.

Cual lo dijo Koiichi Shido. La actual cabeza de la familia Takagi, Yuriko. Saboreaba con mucha pasión y adicción la polla perteneciente a este despreciable sujeto. Su lengua acariciando la punta de su hombría dando vueltas sobre su corona, antes de meter casi por completo todo el aparto de Shido y seguir produciendo ruidos pervertidos mientras se reía en la lujuría de su cometido.

¿Que parece Shido? Echabas de menos esto~ ―paso de usar su lengua a poner sus pechos alrededor del miembro varonil del profesor de la academia Fujimi―, tu pene dice que me estuvo extrañando.

Todo lo que hacían era secretamente observado por el mismo empleado de la casa Takagi, que deseaba a Saya, pero en vez de sentirse excitado por el espectáculo que veía gracias a una cámara espia dejada en una de las esquinas de la habitación de Yuriko. Matt se mostraba indiferente con esto, en secreto la despreciaba.

Jodida zorra. Después de todo lo que hizo por ti, así traicionas a Takagi-sama ―exclamo Matt mientras miraba la transmisión personal que tenia de este encuentro en su escondite.

En tanto Yuriko se divertía con el profesor más odiado de Fujimi, ella conversaba con él. Una anecdota que explicaba por fin como es que esto dos eran amantes y socios.

Aun recuerdo cuando nos conocimos, me llamaste intentando chantajearme con una mala mentira cuando me llamaste a la escuela en nombre de mi hija ―decía Yuriko, mientras su vagina recibía duros empujes de la cosa de Shido, su mente proyectaba los recuerdos que contaba―. Pensabas que si me convertías en otra de tus juguetes sexuales te acercarías a mi esposo.

Ese era el plan entonces ―Shido se volvió desquiciado empujando su miembro dentro de la vagina de la mujer Takagi.

Para eso mejor convertías a mi querida Saya en vez de a mi ―lo dijo sin remordimientos―. Pero aun así deje que te acercarás a mi esposo luego de conocer tus ideas después de que te dejara tener sexo conmigo. De no ser porque Soichirou se había vuelto más aburrido conmigo.~

Je~ sino sentía miedo entonces, cuando me cogía a la esposa del hombre más temido de todo Tokonosu ¿Crees que siento algo de miedo ahora que esta muerto? ―contesto, empujando su miembro con más insistencia estando detrás de Yuriko.

No solo se volvió aburrido para mi, también se volvió débil ―exclamo la matriarca Takagi―, así que lo matamos.

¡Oh si! ―grito Shido en un orgasmo―. Recuerdo que lo matamos en la sala de esta mansión. Tu le diste la primera apuñalada con en el estomago, antes de que yo lo apuñalara por detrás.

Tal como lo decían, una noche tranquila en la misma mansión Takagi, Soichirou conversaba con su mujer y con Koiichi acerca de expandir los negocios de la honorable familia, ideas que Shido proponía pero el hombre rechazaba, un monologo corto de su esposa que le llamo la atención pues la escucho llamarlo débil y que era tiempo de hacer cambios. No vio el cuchillo en sus manos cuando vino hasta él, para apuñalarlo debido a la sonrisa en su rostro aun cuando lo asesinaba. Ni mucho menos vio cuando Shido vino por detrás de él para apuñalarlo.

Jajajaja~ ―una risa elocuente dio, Yuriko―, y mientras se desangraba por el corte nos vio hacerlo frente a él sin poder hacer nada. Ni gritar.~ incluso en el día de su funeral me follaste con mucho deseo frente a su altar cuando la ceremonia acabo.~

Esa es la razón por la que Soichirou Takagi, esta muerto.

Volviendo a lo actual. Shido estaba sobre la mujer del difunto Soichirou y su polla la empujaba él en lo mas profundo de Yuriko, estando ella recostada toda, sobre su cama sintiendo la polla de Koiichi llenarla de solo tocar su máximo punto femenino.

¡Eso Shido, empuja más duro! ―gritaba con mucho entusiasmo, Yuriko. Sus pupilas levantada hacia atrás mientras sus manos agarraban y jalaban la sabana blanca de su cama sintiendo venir el orgasmo en su cuerpo―. ¡Ya casi, ya casi!

¡Aquí voy, Yuriko-sama!

El potente disparo de Koiichi inundando el interior de Yuriko sintiendo ella que su cuerpo dejaba salir un orgasmo de forma pareja.

¡Si, oh dios el señor extra marital es lo mejor! ―grito la pelimagenta madura en ese orgasmo―. ¡Shizuka-chan como envidio que tengas este fantástico pene todo el tiempo solo para ti!

En silencio, parada de lado derecho de la cama; Shizuka estaba de pie mirando en lascivo deseo de tener la “fantástica” polla de Shido. Su cuerpo sudaba desde su frente. Sus piernas las tenia juntas y frotando disimuladamente, mientras su mano derecha la tenia sobre su boca para tapar su entusiasmo. No perdía ni un solo detalle de lo que hacía el dueño de su cuerpo con esta otra mujer.

Bebelo todo, Yuriko-sama.

Con el rimel de sus ojos corrido, fue levantada de la cama con la mano de Koiichi que la tomaba de su cabello y la emoción en su rostro de ella. Antes de abrir su boca y su lengua sacar, recibiendo el disparo de semen sobre su cara. Para saborear lo que ella decía era el adictivo sabor que Shido tenia.

Tu semen esta muy sabroso Shido-kun ―dijo, antes de usar su boca para limpiar su pene.

¿Quieres más, Yuriko-sama?~ ―quería divertirse con la mujer, como si Yuriko fuese Shizuka, quien la probecita la hacían mirar la mesa llena de comida sin poder tocar.

Mostró su siniestra sonrisa, Shido. Justo esperando abalanzarse sobre la Yuriko para hacerlo mas con ella, pero de solo ver la expresión que hizo, la madura Takagi le sonrió en su apariencia y sin aviso, una suave bofetada le soltó al profesor. A pesar de que digo que fue un suave golpe, su mejilla sonó cuando su palma le golpeo.

Si llegamos a ganar el torneo, te dejaré jugar conmigo ―de un mueble de noche junto a su cama, Yuriko tomo un pañuelo húmedo desechable de ese dispensador y comenzó a limpiarse la cara―. Si eso es lo que te gustaría, entonces hay que asegurarnos de que Takashi-kun y Saeko-chan venzan en el torneo.

Salió la madura Takagi de la cama dejando ver su desnudo cuerpo cuando vino al espejo montando sobre otro mueble en su habitación, uno pegado a la pared. Donde poniéndose muy de frente, limpiaba toda su cara con mas detalle. Verla des espaldas, era un deleite para Shido.

Se lo aseguró, Takashi ganará el torneo. Usted lo sabe mejor que yo ―exclamo el profesor, sabiendo bien que esta mujer seria suya una vez más.

Eso espero, Shido ―termino de limpiar su rostro, Yuriko. Con su mirada en el espejo, vio a Koiichi desde su reflejo, tomando un breve momento para hablar con él―. Ingresamos hace un año al torneo, solo para probar suerte. No por nada lleva el nombre “mortal”, el torneo en su nombre.

Tal parece que Komuro Takashi ha demostrado ser hijo del mismo hombre que llaman como el verdadero “Demonio”. ―exclamo Shido, levantándose de la cama aunque solo se quedo sentado en el borde de la cama, sus piernas se le fueron la fuerza apenas intento poner un pie fuera de la cama―. Debe aclararme eso, el apodo que le dieron a él fue por miedo o por respeto.

Eso detuvo a la madura Takagi cuando saco de uno de los cajones de este mueble suyo, unas nuevas bragas, unas limpias y mas modestas que ese otro de encaje oscuro que se quito antes, con Shido. La pregunta que el hizo él, la hizo recordar al padre de Takashi y lo poco que lo conoció y lo que conoció de ese hombre.

Fue por miedo claro ―dijo tras expresar un alivio en su rostro antes de responder y seguir subiéndose las bragas que tenia―. Pero por sobre todo, fue por respeto. No siempre vez a un hombre como el padre de Komuro Takashi, matar a trecientos hombres con las manos desnudas. Tiene la misma expresión de sed de sangre de su padre cuando Takashi-kun pelea y en la cama… me pregunta si será igual.

¿Oh? ―eso llamo la atención de Koiichi, sin embargo quien hizo tal sonido era Shizuka, su actitud inocente e ignorante (hasta cierto punto), estaba ausente cuando acompañaba a Shido en sus negocios.

El torneo comienza en pocos días, espero que halla entrenado lo suficiente para el combate ―fue el ultimo comentario que haría Yuriko sobre Takashi en la noche.

Komuro estaba entrenando muy duro como siempre, realizando su nueva rutina nocturna. Cuando regreso a su departamento, fue recibido por su carismática novia/trofeo quien solo vestía un mandil de cocina. Respeto la exigencia que Takashi cuando se fue al comienzo de la noche, algo sencillo nada extravagante. Pero porque te cuento esto… bueno.

Ara, ara~ quieres el postre de una vez ―exclamo divertida Miku.

Yuuki pues entro en la cocina con los platos vacíos para dejarlos en la tarja y fue entonces que vino Takashi, con gran dominio del sigilo llego por detrás de su traviesa chica luego de quitarse la sudada camisa con sangre y su herida sanando con una costra encima. Donde era visible el borde de sus pechos, introdujo sus manos para sentir la carne de Miku que tanto provocaba en la escuela, pero ahora solo le pertenecía a él. Su pelvis pronto comenzó a chocar contra el descubierto trasero de su chica.

Luce muy delicioso desde que llegue y lo vi ―dijo Komuro besando la espalda de Miku, empezó en su cuello e iba bajando mientras sus manos apretaban sus senos con más deseo―. Esta noche no vas a dormir.

Kukuku~ ―fue la reacción de la pelinranja ante las caricias que Takashi le prometió antes de irse―, desde que soy tuya~ alguna noche me has dejado ir a dormir temprano.~

Sabes bien que hicieron. Una lastima por la vecina que cada noche los escuchaba golpear la cama y de paso, la pared que chocaba con su departamento.

Era un aburrido día más de academia, la hora del descanso llego y sin darle tanta importancia al echo que muchos de los compañeros que tenia en el aula se estaban aglomerando en la puerta, admirando lo que podía describirse como un hecho sin precedentes, pero Takashi estaba ignorando esto.

La hora del descanso, por fin puedo escuchar que me gusta y no las aburridas clases ―Takashi sacaría su dispositivo y tras conectar la entrada de sus audífonos, antes de poder ignorar a todos, escucho una de las cosas que le amargaban el día.

Vamos a comer Hisashi ―llego a escuchar a Miyamoto decir, sus pupilas apenas si voltearon a ver el momento que ella se ponía de pie y se ponía de pie.

Sus dedos se movían en la pantalla táctil mientras él simplemente cerró los ojos y cuando escogió una canción de su listado, para colocarse los auriculares, dejarse caer en un mundo apartado que lo llevaba esa melodía tan relajante de sonido de metales. Pero entonces, cierta presencia insolente de quienes no deseaba ni ver, perturbaron su paz.

¿Que? ―exclamo, cuando sintió la presencia de un indeseable―. ¿Hisashi?

Hola amigo ―Takashi tuvo que quitarse los audífonos viendo la estupida expresión de la persona que en algún momento considero su mejor amigo, se mostraba frente a él, de pie. Sin mencionar que una malhumorada Rei se encontraba detrás del peligris―, porque no vamos a almorzar.

Tardo un segundo en procesar este momento Takashi.

¿Con ustedes? ―pregunto. Era un mal chiste o tal vez un mal sueño. Luego de eso escuchar el insulto del día de Rei.

Acaso ves a otra persona ofreciéndose a comer con el estudiante más aburrido del salón o es que te fallá el cerebro Takashi ―fue el insulto de Rei.

No obstante, asientos más adelante; Takagi que estaba en su asiento terminando de anotar apuntes memorizados de la clase aun sabiendo que desperdiciaba minutos importantes del descanso, escucho y miró la interacción repentina que tenia Miyamoto con Komuro. Justo entonces que planeo intervenir, pero Takashi supo manejar la situación.

Lo siento chicos, pero ya tenia planes voy a comer con Morita e Imamura… ¿Chicos? ―sus planes se revirtieron.

Cuando esperaba ver a sus dos amigos en sus pupitres continuos, noto el tumulto de sus compañero en la puerta del salón mirando algo asombroso al parecer. Aquí, entre tanto estudiante, mujer y hombre; Morita junto con Imamura miraban asomando la cabeza de manera indiscreta estando agachados entre toda la gente.

Viejo, dime que no estoy soñando ―dijo Morita, un chico de cabello pintado de rubio para parecer más cool de lo que no es miraba con asombro infantil a esa mujer que sus ojos presenciaban.

No amigo, lo que ves es real ―contesto con los ojos bien abiertos, Imamura. Un fumador con rostro de vago mirando en la misma dirección que los otros veinte como su amigo.

Tuvo que abrirse paso entre tanta persona para encontrar a sus amigos, Takashi. Es como caminar en una parvada de pingüinos juntos en una faja.

Oigan, que esta pasando ―pregunto Takashi, antes de que sus ojos levantaran la vista en la misma dirección que todos solo para que su reacción sobresaliera en la de todos―. ¿Ella?

Ignorando por completo a los demás, Rei con su novio también pasaron entre el mar de alumnos acumulados en la puerta del aula para terminar a la izquierda de Takashi ignorando también, la expresión que él tenia en su rostro.

¿Que ella no es la capitana del club de kendo, Busujima Saeko? ―dijo Hisashi, sudando una gota desde sus frente ante tal presencia en los pasillos de los salones de segundo año.

¿Que hace una estudiante como ella por los pasillos de segundo año? ―pregunto Rei totalmente impresionada con esta presencia.

Si bien hasta hace un año, Miyamoto y Busujima iban en el mismo año, incluso entonces pocas veces o nada llegaron a interactuar, sabiendo unicamente de la otra por ser destacada en su club de kendo, cuando entonces solo era una practicante más y no la capitana.

Como si una diosa hubiese bajado desde el mismo cielo y su resplandor mismo tuviera a todos haciendo distancia para apreciar su belleza. De pie, recargada contra una de las columnas del pasillo, entre ventanas. Con los ojos suavemente cerrados en la espera de algo, ese algo tenia que ver con el almuerzo entre manos traído desde su casa. Busujima Saeko dejo de descansar la vista cuando la persona que esperaba por fin decidió salir de su aula.

Sabiendo que haría un alboroto. Busujima sonrió tras abrir los ojos y mirar en la dirección donde él estaba. Una suave sonrisa que puede purificar el alma de hasta el más podrido ser, dejo ver mientras saludaba a esta persona con sus mismas manos, antes de caminar hasta él. Komuro Takashi, a él venia a ver. Cuando el pelinegro se apunto a si mismo con su dedo para asegurarse de que a él le estaba saludando, las miradas de todos quedaron encima suyo, miradas que involucraban la de sus dos ultimos amigos existentes, como las miradas de su ex mejor amigo, la mirada incredula de Rei así mismo la mirada boquiabierta de Takagi mirando desde atrás de todo el grupo reunido en la entrada, a pesar de estar hasta el final. Logro ver quien era la persona por la que Takashi se auto señalo.

¿Busujima-senpai? ―exclamo con un nudo en la garganta, Takashi. Esta mujer vino hasta él y quedo por delante sin dejar de mostrar esa alegría en su sonrisa.

Sabes que puedes llamarme por mi nombre Takashi-kun, eso es lo que hacen los amantes después de todo~ ―una declaración publica de una relación, cuando el comité de moral estudiantil se enterasen de esto.

¡¿Amantes?! ―gritaron todos los estudiantes luego de escuchar.

Si ver que una de las chicas que hacia suspirar a los hombres en la academia venía estaba jugando a ser la novia de Takashi ya le era molesto y causaba mucho malestar en su ser por alguna razón (sin mencionar los videos que esta tomaba de ellos cuando lo hacían para enviárselos a Miyamoto. La fastidiaban. Ver como otra de las estudiantes mas atractivas de repente se comportaban tan cercana con Takashi, sintió como si su corazón y su espíritu eran apuñalados en el aire, Rei.

Vamos a comer juntos, Takashi-kun~ ―lo tomo del brazo y lo saco de toda esa multitud, alejándose con él bajo la mirada de todos, a ella no le importaba nada lo que pensaran. Para él pronto comenzó a importar menos.

El mundo se había vuelto de cabeza, Miyamoto creía que esto era un sueño tal vez. Primero Miku Yuuki, una de las estudiantes mas atractivas de la academia declara ser novia de su amigo de la infancia y ahora otra chica del instituto hace lo mismo, viene por él y dice sin declara sin remordimiento alguno que ella ahora es novia de Takashi.

¿Que fue eso que acaba de pasar? ―pregunto Imamura levantándose y junto a Morita taparon la vista de Rei, la mirada caída de la castaña, perturbada y aterrorizada.

Busujima Saeko, la capitana del club de Kendo esta saliendo con nuestro mejor amigo ―respondió con gran estupefacción en sus palabras, Morita―. ¿Que no estaba saliendo con Yuuki Miku? Vino a la academia esta mañana con ella.

Será que esta saliendo con las dos ―una nueva pregunta.

¡Eso sería imposible! ―trato de refutar una explicación a lo recién sucedido, pero Morita no tuvo nada de argumentos.

No tenia sentido, no debería estar pasando algo así. Era el pensamiento de Miyamoto ante lo sucedido, Takashi solo tenia inteligencia para pensar en ella y no en ninguna otra mujer. Aunque Takagi no pensaba de la misma forma que Rei, la pelirrosa tampoco podía procesar este suceso. Para ella, Busujima Saeko desconocía la existencia de Komuro; así mismo como Miku tampoco sabia de él. No desde la pelea que protagonizo Takashi hace dos semanas.

Pero hablando de Miku ¿Donde estaba la chica mala de Fujimi? Así mismo era la hora del almuerzo, el único momento donde ella y su novio se daban un descanso uno del otro. Aunque Takashi no tenia tantas personas con la que pasar la única hora de descanso del colegio, su novia tenia a sus amigas con las que pasar el almuerzo.

Sentadas todas en una sola mesa del comedor, toda el área estaba repleta de estudiantes y el sonido de estos llenaba el ambiente; pero eso no impedía que las cinco chicas malas de Fujimi no pudieran conversar a gusto.

¿Y bien, donde esta tu Romeo, Miku? ―pregunto Honjo sentada en la esquina derecha en el lado de la mesa, frente a la pelinaranja. Con su codo sobre la mesa y su mano siendo el descanso de su cabeza, miraba con atrevimiento a su amigo tras la pregunta―. Has pasado más tiempo con él que con nosotras.

Creí que ya nos habías olvidado ―en la esquina izquierda, la rubia de tono natural y de pecho prominente, Kurashiki Reina termina su bebida en bote de plástico.

Claro que no las he olvidado, perras ―respondió con indignación Miku ante de dejar los palillos sobre la comida.

Tranquilizate Miku ―respondió Ranko, divirtiéndose con la reacción que tuvo la pelinaranja―. Shido-sensei nos dijo que esta haciendo negocios con él y tu estas de por medio.~

Si, el desgraciado me regalo a Komuro. Eso no me lo esperé nunca de ese larguirucho, pero luego de que verlo acabar con los tipos de sus tres primeros combates como si fueran nada debí pensar que Shido querría recompensarlo con algo así ―respondió con una sonrisa jactanciosa, retomando los palillos que dejo a un lado―. A él le gusta pelear y a mi me gusta ganar dinero apostando

Hizo una pausa para buscar en su bolsillo su dispositivo y abrir una aplicación bancaria Miku, cuando accedió a su cuenta mostró la pantalla a sus amigas. No podía ser real los dígitos que veían.

Esa cantidad… ―Ranko quedo asombrada de los ojos.

Son cinco dígitos de dólar ―dijo Reina, luego de una sensación paralizante la recubrió.

Es el dinero que hemos hecho juntos ―guardo Miku su dispositivo. Se mostró engreída después de eso―. Cuando salimos de la escuela vamos ha hacer mas dinero y luego de eso vamos a casa para celebrar, ya saben a lo que me refiero.~

¿Es bueno, es bueno para celebrar? ―pregunto Reina captando la indirecta de Miku, preguntando en clave al respecto.

Miku puso los palillos sobre la mesa, pero uno seguido del otro a lo largo. Acostados a lo largo de la mesa.

Así lo tiene ―eso ruborizo como prendió a sus amigas por Komuro―. Puedo presentárselos si quieren.~

Eso saco una sonrisa maliciosa a las chicas en la mesa. Unas risas entre ellas que hicieron a varios en el comedor mirarlas por un momento sin comprender bien el porque de sus risas.

Me gustaría conocerlo, Miku ―Ranko quedo intrigada con tales declaraciones y picada de saber si era verdad.

Es tan bueno para golpear a otros ―una pelirrosa de cabello suelto y largo en el grupo de amigas hablo después de solo estar escuchando. A pesar de reírse como sus amigas, ella se mostraba preocupada.

¿Otome? ―noto la preocupación en su voz, Yuuki.

No, nada. No dije nada raro ―exclamo Otome Sakuragi, soltó los palillos que ella también tenia en las manos, su lugar en la mesa es que estaba sentada en medio de Reina y Ranko, incluso ellas se percataron de la preocupación de la pelirrosa.

Vamos Otome, cuéntales. Tal vez el novio de Yuuki te ayude ―exclamo después de guardar silencio la chica que menos indicativos de ser una gal en la mesa, hablo. Su nombre Erika sakurai. Parecía ser una nerd, una con grandes dotes. Pero solo era su camuflaje.

¿Contarnos que, Otome? ―pregunto la pelinaranja, estando en un lugar publico, Otome se levanto de su asiento y Miku también, se acercaron sobre la mesa para escuchar lo que la pelirrosa de curvas deseables le susurraba. Después de oír, Miku y Sakuragi volvieron a sus lugares, todo se volvió serio de pronto en esa mesa―. ¡Ooh! Vaya problema, creo que Takashi-kun puede ayudarte con eso, Otome-chan. Dudo que rechace ayudarte, no cuando se trata de golpear idiotas. ¿Que dice? ¿Quieren que se los presente, chicas?

Tal vez su relación sea mas por negocios y convenio. Como los matrimonios entre famosos y políticos organizados por las mismas televisoras en Mexico. Pero dado la inusual compatibilidad que los dos tenían, se estaban conociendo mejor. Miku sabia donde podía encontrar a su hombre al primer intento. El tejado de la academia. Lugar donde de forma irónica, Busujima se escapo a almorzar con Komuro.

¡¿Porque rayos dijiste eso?! ―se sobre salto, pero para esto tuvo que esperar a llegar a donde Saeko lo llevaba sin decir nada.

Relajate Takashi-kun, solo fue una broma ―respondió con una moderada risa que ocultaba con el puño de su mano sobre su boca―. Aunque debo admitir que la reacción de Miyamoto fue la cereza del pastel.

Fueron detrás del club de astronomía en el tejado para recibir la sombra del edificio. Ella le daba espalda para reírse mientras Komuro solamente miraba con tensión a la chica, escucharla mencionar a Rei con tanta naturalidad hizo que relajara su actitud.

¿Conoces a Rei?

Había dado cuatro pasos lejos de Takashi con el almuerzo, en su mano derecha en la espalda. Se detuvo cuando él hizo la pregunta y viro su cabeza ya sin su mano tapando su boca.

Que te parece si almorzamos primero ―su sonrisa, purificaba hasta el alma más podrida.

Acepto la idea y acompaño a su senpai a comer en este lugar a solas, aunque él tenia las intensiones de comprarse comida en el comedor, termino comiendo la comida que Saeko hizo para los dos, lo cual lo sorprendió en grande a Komuro. En verdad ella trajo comida para dos. Lo hizo pensar, ella supo que él estudiante de la academia tras enfrentarse. Él nunca la noto antes en la academia.

Estuvo delicioso, senpai ―dijo sentando sobre sus piernas en el piso frente a Busujima bajo la sombra.

Gracias, lo preparé yo misma esta mañana ―respondió Busujima recogiendo el traste y envolviéndolo en el paño en el que lo trajo. Cuando lo hacia, Takashi le recordó su pregunta previa, algo a lo que no se negó a responder―. Sobre tu pregunta anterior. No, no conozco exactamente a Miyamoto Rei. Solo de nombre y de lejos, no en persona. Hace un año fuimos elegidos para representar a nuestros clubes en el torneo de artes marciales en la competencia nacional. Yo era solo una practicante de kendo y ella del club de soujutsu. Pero nunca congeniamos ni nada, ni siquiera tuve intenciones de conocerla cuando supe que repetiría el segundo año. Pero, tengo conocimiento de que tu y ella tienen una complicada relación.

¿Que tanto sabes de nosotros? ―pregunto, sus puños comenzaban a tensarse para Takashi.

No conozco la realidad exacta, se que ustedes dos eran amigos hasta cierto momento. Pero hay muchos rumores pocos favorables de ti gracias a ella, o eso era hasta hace dos semanas. Esperaba hacerla rabiar un poco ―exclamo Busujima―. El día que hiciste una masacre a la hora de la salida de la academia con los pandilleros de esa otra escuela fue el primer día que te conocí. Vi cada segundo de tu pelea y quede seducida.

Se levanto del suelo, acomodando su falda de paso. Solo para recargarse contra la pared del club de astronomía.

¿Seducida? ―pregunto Komuro, antes de ponerse de pie también―. Puedo decir dos cosas.

Adelante.

No pensé encontrarte en la academia.

El viento sopló fuerte, con una sola mano pudo mantener su cabello Saeko antes de ser despeinada.

Soy una chica de gustos inusuales ―contesto la capitana del club de kendo―. Se que hay muchos varones en este lugar que me ven con ojos lujuriosos, me ven y piensan que seré una chica de gustos normales como los demás. Pero soy distinta, no soy la clase de mujer que piensan que soy.

Te gusta sentir la sangre de tus enemigos no es así ―había agachado la cabeza cuando hizo esa sonrisa pero la mano de Takashi que la tomo de su mentón para verla mejor, al acorralarla contra la pared la sorprendió.

No escuche tus pasos ―un rubor en sus mejillas apareció en la cara de Saeko al tener a Komuro sobre él.

La primera vez que te vi, senpai. Volvía de noche a casa cuando vi a una aparente chica indefensa caminando por un rumbo solitario de la ciudad y un viejo ebrio se acerco a ella para aprovecharse ―creías que él hablaba del enfrentamiento que tuvieron anoche en la mansión Takagi―. Se hizo la indefensa y luego… pinto la cera de la calle con su sangre. Soy como cualquier otro hombre, me gusta mirar a las mujeres cuando tienen un gran trasero y grandes pechos, pero ver como una mujer con esas dos con una pasión por la sangre…

Sin tener su permiso, sin siquiera pensar que era adecuado Takashi sentó sus labios sobre los de Saeko en un beso que sobre paso lo adecuado. De sus labios, sus lenguas bailaron el vals del amor mientras sus cuerpos se ponían calientes, las manos de Takashi tomaron a Busujima y tomarla de sus hombros bajaron hasta sus caderas y poco más allá. Ella por su lado, sus manos se pusieron detrás de su cuello. Sus torsos se pegaron y un calor mutuo se sintió entre ellos, pero el aire les falto en su respiración por lo que terminaron el beso.

―…Me la pone dura de una ―termino Takashi con una mano tocando el trasero de Busujima sobre su falda y la otra tomándola de su muslo sobre su larga falda.

Que descarado, robarme mi primer beso ―respondió en medio de una calentura fuerte que le hizo sentir a Saeko.

Podría robarte otra cosa, senpai,~

¿Podría ser, podría ser que aquí mismo se la pondría? La mano de Takashi estaba por meterse por encima de su falda y tocar el trasero de Busujima más directamente. La mano de Saeko se deslizo de su cuello, pasando por su torso sintiendo sus músculos escondidos por su uniforme hasta llegar al bulto en llamas de su pantalón, con solo frotarlo pudo sentir su grosor e imagino su tamaño. Pero no sería durante el resto de la hora del almuerzo cuando la pondría con Busujima Saeko.

Que grande.~

¡Aarrghh! ―de sentir la suave caricia de su mano, Busujima vino a estrangular al ganso de Komuro. Un salto para atrás y dio espacio a su senpai.

Lo siento Takashi, pero para eso lo correcto es que me invites una cita primero ―respondió Saeko con una tenue risa en su voz, que ocultaba levantando el puño para tapar su boca.

Tomo unos minutos a Takashi aliviarse del apretón de uñas de Saeko y comportarse adecuadamente ante ella.

La verdad es que no solamente vine a almorzar contigo y coquetear ―dijo Saeko, levantando curiosidad en Komuro, espero a que hiciera la pregunta adecuada para aclarar las cosas―. Verás Takashi-kun, quiero enfrentarme una segunda vez. Una pelea sin restricciones. Yuriko-sama quiere que entrenemos hasta la ultima hora antes que comience el torneo, aunque suena algo exagerado de su parte. Personalmente quiero saber si eres el indicado.

¿Indicado para que?

Camino hasta él y puso su voz en la oreja de Takashi. Cuando se alejo, una mueca alegre en la cara de Komuro se dejo ver, la expresión de Busujima en su cara al ver la reacción que tuvo el pelinegro fue unica.

Nos veremos en la vieja fabrica de Shinto a media noche, Takashi-kun.~ Es una cita.

Fue lo ultimo que dijo Saeko antes de retirarse, bien faltaba varios minutos para que el descanso terminase, pero ella tenia otros asuntos que atender. Quedando perplejo con lo que dijo a su oído, tardo en reaccionar e ir detrás de Busujima, pero cuando salió detrás del club de astronomía vino Miku con sus amigas a él, parecía que no haberse topado con la pelimorada en su camino.

Hola, novio mio.~

No era la mujer que esperaba encontrarse tras bajar de la fachada del club de astronomía, ni a las que venían con ella.

¿Miku? ―como dije, no la esperaba ver. Mucho menos espero verla acompañada de sus sobresalientes amigas, pero a pesar de la carne a la vista en el menú, pero no estaba el platillo del que tenia antojo―. ¿Que pasa ahora?

Es que te extrañe durante el almuerzo, dime tu no me extrañaste ―cariñosa, Miku vino a él hasta poner su busto pegado a su pecho, donde los tres botones superiores de su uniforme estaban abiertos y dejaban ver el terreno del que se apropio Komuro.

Volvemos a vernos, héroe ―se acerco primero Reina a Takashi cuando se distrajo con el escote de Yuuki, captando su atención al tomarlo de su brazo izquierdo y abrazarlo aquí, donde la suavidad de sus notables pechos hicieron erizar al pelinegro―. ¡Siente estos músculos! Dice Miku que así de duro lo tienes siempre.

Firme y fuerte, justo como me gustan de los hombres ―Ranko apareció, para abrazar a Komuro en su otro brazo. A pesar de su uniforme, pudo sentir la carne de su presumido y firme escote tocando los músculos de sus brazos.

Estos abdominales se sienten como acero ―la gal, menos gal del grupo de amigas sorprendió a Takashi abrazándola por detrás, donde sus manos se deslizaron hacia el torso del pelinegro, logró introducirse bajo su uniforme y sentir sus mencionados abdominales de acero.

Oigan, señoritas. Por favor controlen se ―los princesos lo sentirán como una tortura, pero para él. Esto era único, podía acostumbrarse a vivir así.

Dejaron de provocar al pelinegro y con las hormonas calmadas, de nuevo pregunto a Miku cual era la razón de su inusual visita.

Ay alguien que quiere hablar contigo, mi amor.~

Detrás de Miku, aquella otra chica de cabello de la academia guardaba silencio sin quitar esa incomoda sonrisa que tenia, pero mas que sentirse incomoda. Una mano tras su espalda y la otra levantada saludando a Komuro. Su largo cabello rosa, su rostro inocente (aunque no lo era), en la formula de su seductor cuerpo de voluptuosos pechos la hacia atractiva. ¿Que razón tenia ella para venir a Takashi por ayuda?

Es una pregunta que ni siquiera Takagi pensó en hacerse, para ella la pregunta que necesitaba responderse era ¿Que estaba pasando con Takashi? ¿Desde cuando, las chicas más deseadas de la academia están poniendo su interés en alguien simple como él? Para ser una de las chicas mas inteligentes de la academia, decidió ir con las personas menos indicadas para obtener esas respuestas.

Espero al final del día para buscar a los amigos de Takashi, otros dos en la academia calificados como vagos entre ellos Komuro se levantaba como rey.

¡No puedo creer que Komuro este saliendo con Busujima-senpai nunca nos hablo de eso! ―exclamo sobre exaltado Morita encontrandose con él en el corredor del colegio cuando los estudiantes ya dejaban sus aulas.

¿Que no se supone que estaba saliendo con Miku Yuuki? ―pregunto Imamura, su cerebro estaba dando vueltas con estos sucesos―. Todos los días se va de la academia con ella agarrada de sus brazos.

¿Que es lo que saben de eso? ―la voz enojada de Takagi vino a asustarlos. Sintieron erizar sus espaldas y cuando se dieron la vuelta vieron a la malhumorada pelirrosa de cabello hecho en dos coletas delante de ellos con los brazos cruzados.

Para Imamura verla fue una sorpresa, pero para Morita quien tenia puesto sus ojos sobre ella fue una grata inesperada visita de ella, su ser quedo paralizado ante su presencia.

¡¿Takagi-san?! ―quedo como tonto el rubio pintado cuando la vio, su mejillas se ruborizaron y su mirada se perdió en su belleza, una reacción de tonto enamorado que hizo avergonzar a su amigo amante de las maduras.

Que es lo que quieres, Takagi-san. Es raro que si quieras voltees a mirarnos ―exclamo Imamura mirando como hacia el ridículo su amigo, una mirada juzgadora de parte de la pelirrosa cuando lo vio reaccionar de esta manera tan rara. Que bueno que nadie más que ellos lo veían.

Quiero que me digan que es lo que esta pasando con Takashi ―corto distancia con ellos, cada vez más cerca. Un interrogatorio abierto que necesitaba hacerles―. Ha estado actuando muy diferente a lo usual. Quiero decir, él no esta inscrito en el club de Kendo como para conocer a la capitana del club de kendo. Mucho menos para salir con ella.

Una buena pregunta que ni estos sabían la respuesta.

Si lo se, incluso nosotros estamos sorprendidos ―exclamo Imamura tratando de adivinar la respuesta―. Pero luego de que Shido-sensei decidió ser tu tutor tras la ultima pelea que tuvo ha cambiado. Ni siquiera pasa tiempo con nosotros como antes.

La inesperada visita de la Busujima-senpai es algo que no esperábamos. Hasta donde sabemos Takashi estaba saliendo con Miku Yuuki, fue repentino ver a la capitana del club de kendo venir y decir que tiene tal relación con Takashi cuando nunca hemos visto que siquiera crucen la mirada ―contó Morita tras salir de su propio trance, todo esto era información valiosa para Saya.

No tiene sentido ―comenzó a reflexionar la pelirrosa, su mano bajo su mentón y su mano izquierda apoyando su codo derecho en el aire―. Takashi no suele actuar así, no desde hace tres años.

¿Tres años? ―preguntaron los dos vagos y amigos de Komuro―. Hablas de cuando Takashi era conocido como “Zombie”.

Cuando Takashi fue el más temido sobre todos los pandilleros de la ciudad. Para ser solo un chico de secundaria se hizo de una aterradora reputación, todos venían por el afán de retarlo y decir que vencieron al muerto vivo ―nos contaba Imamura, desde la secundaria conoció a Komuro―. Pero dejo todo de un día a otro.

¿Fue por Miyamoto?

Eso supongo ―respondió a Morita―. Luego de eso vino a cambiar a peor cuando la rechazo. Tengo la impresión de que todo esto de Busujima y sobre Miku Yuuki es porque por fin se harto de ser la burla de Miyamoto.

Una buena suposición de parte de Imamura. Pero no era suficiente explicación para Takagi.

No, no creo que sea solo eso ―que podría ser―. No conozco a la tal Busujima, pero dudo que una chica de su reputación se preste a un espectáculo como ese. Debe haber algo más. Como sea, gracias por la información.

Tal como vino a ellos, se dio la vuelta y se retiro. Aunque Morita hizo un débil intento por detenerla y seguir conversando con Saya, esta simplemente lo ignoro, tenia que averiguar que estaba pasando con Takashi.

En la entrada del colegio, Matt lo esperaba en el vehículo de la familia Takagi. Miraba a todas las otras estudiantes de la academia, sin embargo ninguna de ellas podía hacerla sentir las cosas indecentes que sentía por la hija de la actual cabeza de la familia. Su belleza opacaba a todas esas otras jovencitas.

¡Saya-sama! ―exclamo de alegría cuando la pelirrosa subió al auto, luciendo su común ceño fruncido. Saludo a su empleado sin sentir la mirada codiciosa a través del espejo retrovisor mirando su atractivo cuerpo―. Espero haya sido un buen día de clases.

Bueno, ocurrieron cosas interesantes.

Basto para decir eso, para que Matt pusiera el auto en marcha. Tenían que atravesar el centro de Tokonosu para dirigirse a la mansión, pero al cruzar por las calles llenas de locales y demás negocios llamativos, vio a Takashi en lo que parecía ser, una cita con una de las chicas del instituto. No era Busujima ni Miku la chica sobre la que tenia puesto su brazo sobre su hombre y pegándola a él mientras iban por allí sonriendo y conversando por las calles.

¡Matt, detén el auto! ―levanto la voz ante esta sorpresa, Saya.

¿Que pasa, Saya-sama?

¡Te digo que detengas el auto!

Freno de golpe. Ellos iban camino adelante y distraídos entre ellos mismos, no escucharon el unico auto en la calle frenar de golpe, como el resto de transeúntes que se llevaron un suave espanto con esto.

¿A donde va? ―fue ignorado, pues Saya bajo sin dar explicación alguna y llevando su mochila aun en el brazo―. ¡Saya-sama!

La gente seguía su camino a pesar de voltear y preguntarse porque el alboroto. Matt solo miro a la joven Takagi correr a toda prisa hacia un callejón donde una pareja de estudiantes entro. Pudo dejarla sola o seguirla, su obsesión por Saya resulto ser algo bueno por esta vez. Y fue detrás de ella con la cautela que no tenia la chica.

Mi nombre es Otome Sakuragi, en mi anterior academia fui victima por un grupo de violadores, uno de ellos resulto ser mi maestro. Siempre creí que era una buena persona, pero resulto ser un monstruo ―nos contaba esta joven pelirrosa de gentil carácter sentada en un restaurante familiar con Takashi, comiendo con él―. Fui chantajeada y violada por él y otros tipos que él traía para hacer mas grande la diversión, así fue durante un año. Lo peor vino cuando iba a graduarme de tercer año, pensé que con eso me libraría de ellos. Pero sensei me iba a dejar irme tan fácil. Me reprobó en cada materia con el único fin de retenerme y seguir violando. Por fortuna cuando mis padres supieron que reprobé dijeron que era porque la escuela no era la mejor, jamás les conté lo ocurrido ni siquiera Kazuki.

¿Quien es Kazuki? ―pregunto Takashi sentado delante de él.

Sentados en ese restaurante en una hora de poca concurrencia, en una mesa pegada a la ventana. Otome contaba su triste historia con depresión en su cara, Takashi tenia una mirada firme y sombría conforme escuchaba a la chica.

Fue mi amigo desde que eramos niños ―contaba con gran remordimiento en su cara, el deseo de morir se veía en su agachada mirada―. Sensei sabia que yo sentía algo por él y viceversa. Le pareció divertido grabar todo lo que me hacían y se lo envían. Kazuki pensaba que no sabia de los materiales, hasta que un día limpiaba su cuarto y lo supe…

Su mano sobre la mesa mientras intentaba ser tragada por el mundo, fue tocada por Takashi ante esa depresión. Él conocía bien esa sensación, esa solitaria experiencia de perder todo lo que da sentido a tu vida. La dura y firme mano de Komuro hizo levantar la vista a Otome, como alguien la agarrase antes de saltar desde lo alto.

Aun no terminas de contarme todo.

―…En fin, mis padres me transfirieron a Fujimi luego de eso, pero no pensé que fuera a estar a salvo ―seguía contado Otome―. Al poco tiempo de ingresar aquí Rinka vino a buscarme, resulta que ella fue quien estaba detrás de las chantajes de sensei. Ella es, la hermana pequeña de Kazuki, nunca pensé que alguien como ella estuviese detrás de todo. Fue cuando conocí a Shido-sensei.

Una mirada al pasado.

Acorralada en un sendero cercano a la academia. Donde Otome estaba rodeada por estos monstruos y la loli maquiávelica detrás de todo, un demonio vino a salvarla de esta otra horda de demonios.

¿Rinka-chan, que haces con ellos? ―gran temor sentía Otome, que su cuerpo no reaccionaba para intentar correr.

¿Creías que alejarte era suficiente para dejar de ser el juguete de sensei y sus amigos? Serás su mascota por todo lo que resta de vida ―dijo esta tal Rinka, para ser una chica de secundaria, tenia domesticado a todos estos depredadores a sus espaldas.

Vaya, eso suena como una amenaza ―escucharon la voz de Shido.

¿Quien eres? ―esto preocupo a Rinka y sus depredadores.

Están muy lejos de su academia ¿no lo creen?

Salió de las sombras de aquel sendero boscoso, su mirada soberbia vino a intimidar a los otros pseudo profesores a pesar de aparecer solo.

¿Shido Koiichi? ―uno de ellos lo reconoció.

No se que negocios tienen con esta chica pero solo les diré esto. Ella ahora es de Fujimi y si la tocan, matarlos será lo más gentil que haremos con ustedes ―vino a ponerse delante de Otome y la aparto. Sin hacer ruido, atrás de Shido vino Shizuka, su fiel mascota quien tomo a Otome por los hombros, un gesto con el que le pidió la rubia que guardase silencio y la retiro sin quitarle las manos.

¡Ella nos pertenece Shido! ―grito uno de ellos, sin embargo el miedo a esta persona se noto en su lengua.

¿Así? ―de entre los arboles y matorrales, salieron un grupo de hombres enmascarados. Armados con espadas samurai, eran asesinos de la familia Takagi, así mismo Busujima Saeko estaba con ellos, su máscara cubriendo su rostro se vio cuando se detuvo a lado de Shido cuando salió sin hacer ruido alguno―. Que esto quede claro, Fujimi es propiedad de la familia Takagi y si tocan a algún estudiante, la muerte será lo mas piadoso que recibirán.

Eso contó Otome, un recuerdo bien grabado tenia el día que después de tanto alguien vino a protegerla.

Aunque luego descubrí que Shido-sensei, tampoco es un santo ―contó tensa, pero divertida, Otome.

Un nuevo recuerdo vino a su mente.

En la misma oficina de orientación estudiantil, Shido estaba sentado en el sillón que era para los alumnos, con Shizuka una vez más presente. La rubia estaba sentada a lado de Shido, se mostraba inquieta y ansiosa, tocando el pecho del profesor, por encima de su camisa, suspirando fuerte. Pero Koiichi tenia que atender a la pelirrosa primero.

Escucha Otome-chan, puedo hacer que estés a salvo dentro y fuera de esta academia, pero todo tiene un costo ―diría el manipulador profesor.

Nerviosa, Otome lo vio llevar la mano a sus pantalones. Abrió su bragueta y salir su erecto miembro. Supuso Sakuragi que no había cambios en su destino, a mal paso darle prisa y comenzó a desabrocharse el uniforme, pero…

Tranquila querida, esto no es para ti ―Shizuka vino a poner el masculino miembro de su amo en su boca y comenzó a saborearlo con toda intensidad, sin importarle que esta chica nueva estuviese mirando. Acarició la cabeza de la rubia mientras prestaba atención a Otome―. Lo que quiero de ti es otra cosa. Verás Otome-chan, necesito de tu experiencia para encontrar chicas que sean faciles de chantajear como tu.

¿Chantajear?

Manejo un negocio, donde hombres con dinero de sobra buscan comprar experiencias con mujeres jóvenes. Si me ayudas, me aseguraré de que estés a salvo ―exclamo.

Recordó eso.

Takashi quedo con una ceja levantada pues la chica quedo en silencio por un momento. Pero luego de recuperarse volvió a seguir contándole.

Eh estado a salvó desde entonces, sin embargo ―la sonrisa que hizo vino a disolverse cuando apunto discretamente por la ventana hacia el otro lado de la calle, donde Takashi logro ver a un tipo de aspecto sospechoso parado en la fachada de uno de los negocios de aquel lado de la avenida. Parecía estar hablando por teléfono, pero no quitaba los ojos de encima de Otome―. Creo que no se han dado por vencidos.

La mirada de Takashi hizo erizar al tipo cuando miraba con poca discreción, así que mejor camino hacia otra posición mientras seguía con el celular en la oreja.

Entiendo ―exclamo Komuro, tomando el jugo que le sirvieron y acabarse la bebida―. Tranquila, me encargaré de ellos. Supongo que Shido te habrá dicho que me pidieras ayuda.

No pensé que fuera correcto, pero si.

Una sonrisa para que se relajara, a lo que ella termino sonriendo.

Sabes, hay una sola forma para que ellos salgan de una vez.

Unos minutos mas tarde y seria cuando Takagi los vería caminar muy pegados a estos dos por la calle. Ella los vio entrar en un callejón y perderlos en un giro que hicieron mas adentro. Acorralandola contra la pared, escondidos detrás de contenedores de basura sin nadie a la vista. Donde fingiendo estar enamorados, esperando atraer a estos matones pero nadie salía.

Nadie viene ―exclamo Otome mirando a los lados, al igual que Takashi.

Tal vez porque no somos lo suficientemente convincentes.

Acerco su cara a Otome y a la par de la altura mutua, puso sus labios en su boca iniciando con un suave beso. Para ser un producto usado, se sentía seminuevo todavía. Ese primer beso estuvo bien, pero porque no intentar con uno mas largo y profundo. Contaban los segundos y nadie venia, tal vez un poco más para atraerlos. Un poco más y elevarlo las cosas mucho más.









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