Uzaki-san
—Bien, Uzaki Tsuki-san ¿Digame cual es el problema? —preguntaba una terapeuta a la mencionada miembro de la familia Uzaki.
Acostada en un diván, la madre de Hana yacía intranquila en el mueble mirando al techo de la sala de la psicóloga quien con lentes en la cara, una libreta y pluma en las manos, estaba lista para tomar apunte para todo lo relevante de su paciente.
—Verá doctora… —decía nerviosa jugando con sus propias manos sin dejar de mirar al techo—… el problema es que no peudo dejar de pensar en Sakurai-kun y hacer con él cosas lascivas… ¡Lo peor es que siempre termino haciendo cosas pervertidas cuando quedo sola con él! —tapo sus ojos al confesar.
—Um… —tomaba nota la psicóloga—… ¿Exactamente quien es Sakurai-kun?
—El novio de mi querida hija Hana —contesto apenada—, desde que me pidió ir a cuidar de Sakurai-kun porque estaba enfermo no ha pasado ni un solo día que no piense en que él y yo vamos a terminar haciendo cosas sucias.
—¿Sucias? —preguntaba indiferente la medico.
—Cosas pervertidas —trataba de no ser tan explicita, así que se sento sobre el diván para mirar de forma a la doctora y darle a entender sin usar las palabras adecuadas.
La mirada vacía e inentendible de la psicóloga presionaban contra Tsuki.
—¿Cosas… inmorales? —decía jugando de forma mucho mas insistente con sus dedos.
No es que la doctora no entendiera de lo que trataba de comunicarle la Uzaki, quería que ella fuese sincera consigo misma para empezar.
—¡Cada que estoy junto a Sakurai-kun termino teniendo sexo con él! —grito Tsuki, apretando sus puños y agitando las manos—. No se que me pasa doctora, pero si tan solo estoy junto a Sakurai-kun siento que mi cuerpo se calienta y… ¡quiero que me atrape con sus fuertes músculos y me acaricie como se supone mi esposo debería hacerlo que diga cosas sucias al oído, que me consientan mientras juega con mi cuerpo y, y!
—De acuerdo ya entendí —la detuvo la doctora, bajo la libreta tras hacer los primeros apuntes, para después tallar su frente—, puedes volver a recostarte. Uzaki-san. Es muy evidente lo que pasa.
—¿A sí? —se preguntaba que le pasaba.
—¿Que edad tienes?
—Cuarenta y tres —contesto extrañada.
—Hace cuanto que tu y tú esposo lo hicieron por ultima vez —hizo una nueva pregunta.
—La última vez, fue hace casi diez años —declaro—, ninguno de los dos ha tenido iniciativa desde entonces.
—¿Tanto tiempo? Eso también lo explica —acomodo sus lentes la psicóloga.
—¿Explica que cosa, doctora? —las ansias de saber bien que le pasaba la comían.
—Quiero que me cuentes como empezaste tu relación carnal con Sakurai-kun sin omitir eventos —pregunto la doctora, apretando el botón de su pluma para tomar apuntes.
—Bueno… comenzó así.
A cada segundo que Tsuki fue contando su historia inmoral como sexual con el novio de su hija Hana, desde el día que le encargo pedirle cuidarlo, pasando por cada día del calendario durante el ultimo año. Hasta contar el mas reciente encuentro que tuvo la mujer con quien era su yerno.
Estaba volviendo a su casa luego de hacer compras para la cena, todo parecía normal para la mujer hasta que paso por la puerta entrando de nuevo en su casa.
—¡Hana, estoy en casa! —saludo a quien debería ser la única de sus hijos en estar entonces. Pero encontro a alguien más en lugar de su hija—. ¿Sakurai-kun, que haces aquí?
En el sofá de su sala, estando de espaldas a la mujer; encontró a Shinichi mirando la pantalla apagada desde el sofá, sin percatarse de que el chico se encontraba algo sudado como nervioso.
—¿Um? ¡Tsuki-san!… no esperaba verla aquí pronto —respondió Sakurai-kun algo tenso.
—¿Donde esta Hana? —esperaba ver primeramente a su hija en vez del chico que le ponía mojada la vagina.
—Ella… —decía sin levantarse, sin que Tsuki notara lo tenso que él estaba, notando unicamente como Sakurai-kun le pareciera doler su pierna o algo así. Estaba a distancia de él en el sofá, así que no notaba que su querida hija estaba chupando silenciosamente el miembro de Shinichi, ni que estaba usando también su busto para complacerlo—... fue al baño ¡Si! Dijo que vendría en corto.
—En serio, llevaré esto a la cocina —dijo, manteniendo la distancia con el chico. Cumplió con lo que dijo, dejo las cosas en la cocina y volvió de inmediato a la sala donde el novio de su hija. Encontrando a Hana sentada a lado de Sakurai mientras parecía limpiar su boca con su mano—. ¡Hana! No escuche que bajarás las escaleras.
—¡Mamá, ya volviste! —respondió nerviosa—. No hice ruido porque estaba todo muy tranquilo como para romper el silencio.
—Si, Hana. Tienes algo en la mejilla —exclamo sin detectas malas intensiones de su hija.
Cuando Sakurai como Hana miraron, vieron una mancha blanca líquida en la mejilla derecha de la chica. Lo cual pudo delatar lo que hacían.
—¡Es yogurt! —respondió de inmediato la joven Uzaki de grandes pechos, mas grandes que los de su madre—. Senpai y yo estábamos comiendo yogurt antes de que volvieras mamá.
—No sabia que tuvieramos Yogurt —contesto, una revelación a su mente cayó de momento—, acabo de volver con las cosas para la cena pero veo que olvide comprar champiñones.
—¿Champiñones? —repitió Sakurai—. Si quiere yo puedo ir a comprarlo.
—¡Lo mejor sería que Hana fuera! —respondió un poco alterada, pero rápido recobro la compostura acomodando su voz—. Sakurai-kun eres nuestro invitado. Lo mejor es que te quedes, además me vendría bien tu ayuda en este momento.
Sus miradas se cruzaron dudosos, ya que por un momento y Hana pudo decir que su senpai le acompañara, solo para continuar con lo que estaban haciendo antes de ser casi descubiertos. Aunque sea un encuentro rápido antes de volver con Tsuki.
—Esta bien —respondieron ambos jóvenes quienes se dieron un cruce de miradas antes de quedar decepcionados.
Hana salió de la casa no sin decir que no tardaría en volver del mini súper mercado que estaba a media hora de su casa. Sabiendo bien que pasaría sin ella estar en casa.
A solas con la madre Uzaki, Sakurai miro a la peligris madura venir hacia ella, quien camino hacia el chico con una típica sonrisa pasiva en su cara dando pasos ligeros teniendo sus manos agarradas por detrás.
—¿Tsuki-san? —pregunto Shinichi sintiendo recorrer por su cuerpo a medida que ella lo acorralaba sin la necesidad de ponerlo contra la pared.
—Dime Sakurai-kun, te queda algo de ese… yogurt~ —Tsuki hizo a su pecho resaltar estando muy cerca del novio de su hija.
Sin necesitar explicar que no había ningún yogurt, porque la madura Uzaki sabía bien que era realmente lo que Hana tenia embarrado en la mejilla. Poco paso antes de que Tsuki-san estuviese completamente desnuda en su propia sala en la ausencia de su hija, con las piernas abiertas encima de los asientos del sofá con la boca de Shinichi lamiendo su tesoro.
—¡Sakurai-kun! —gemía de placer la peligris Uzaki sin preocuparse de que mas pronto que tarde su hija les descubriera. O tal vez si—. Tu lengua se siente genial, sabes que me encanta que me hagas venir con solo tu boca.~
Decía, mas nuestro querido amigo se daba un festín con el sabor de la vagina de la Uzaki.
—Date prisa y mejor hazme venir con tu pene, Sakurai-kun. Te lo pido, hazme venir con tu pene~ —dijo a medida que empezó a mover provocativamente su trasero que tenia puesto en la cara de Shinichi.
—Esta bien —el pelinegro se puso de pie y revelo su erecto miembro escondido bajo su pantalón—, aquí va, Tsuki-san.
—Por favor~ —la insaciable necesidad de esta mujer por tener sexo con Sakurai estaba cada vez más, desmedida—. ¡Haa!
Una pervertida muestra de su voz cuando el chico la empalo sin buscar primeramente una medida de protección le mojo bastante, no solo porque le llegaba profundo, también porque sentía desnudo su pene. Lo que era mucho mejor que sentir el cuero de plástico de un preservativo cubriendo su pene.
—¿Que pasa? ¿Tsuki-san acaso esta deseando que me la cogiera? —decía Shinichi teniendo sus manos en la cintura de la mujer a medida que chocaba su pelvis contra el trasero de la mujer.
—¡Si, es lo que he estado deseando desde la mañana!~ —su lengua afuera en señal de lujuria a medida que le embestía con su viril y joven pene—. Tu pene es tan asombroso Sakurai-kun~ no puedo pasar un momento sin desear que hagas estragos mi vagina y estremezcas mi cuerpo.
—Tsuki-san se ha vuelto toda una pervertida —exclamo, pasando de agarrarla de su cintura a tomarla desde sus pechos.
—Lo soy~ —lo declaro usando su voz pervertida—, soy una mujer pervertida y una mala madre que le gusta tener sexo con el novio de su querida hija aun cuando ella esta en casa.
—Eso ya lo se.
La voz de una tercera fue lo que los hizo detenerse. Como si de una aura letal se tratase, la matriarca Uzaki como Sakurai pusieron la vista en la entrada principal de la sala donde estaban cometiendo el acto inmoral para ver a la misma victima de tal cometido mirándoles con indiferencia, frialdad y enojo con lo que ella misma veía.
—¡Hana! —grito desconcertada Tsuki siendo aun sostenida su cuerpo desnudo por las manos del novio de su hija. Shinichi en cambio solo se quedo paralizado del pavor.
Parecía que ese fue el fin de la historia entre la mas inocente madura y el joven soñador de esta historia.
—Y eso fue esta mañana —termino de contar Tsuki aliviada de un enorme peso en su conciencia… a quien engaño el dolor apenas le estaba comenzando a arder.
—¿Así? —termino de tomar nota la psicóloga—, dime ahora Hana-san. Por como lo describe tu madre no se trata de la primera vez que los descubres ¿o si?
También en la sala de la terapeuta, Hana junto a su senpai (novio), en la misma sala junto a Tsuki. Quien desde que empezó la sesión decidieron guardar silencio y compostura hasta que la terapeuta les dijera que podían hablar. Sakurai estaba en silencio avergonzado de lo que paso, sin poder mirar a Hana o a la madre de esta, mientras que la misma kohai del chico tenia una mirada de enojo apuntando hacia la nada. No miraba de tal forma ni a su novio ni a su madre.
—De hecho, ya sabia que hacían eso a mi espalda —dijo sin vacilar. Un aura peligrosa se desprendía de la querida Hana hacia todos lados.
—¡¿Que?! ¡Lo sabías hija! —despavorida su madre con la confesión.
—Desde que momento te diste cuenta que tu madre y tu novio tenia una relación sexualmente activa a tus espaldas —cuestiono la psicóloga.
—Pues… diría que al poco tiempo que empezaron —respondió, mirando a Shinichi de reojo, quien miro en otra dirección para no ver la asesina mirada de su novio—, planeaba sorprender a senpai en su habitación con un juego de lencería que había comprado cuando vi como llegaba con mi madre de los brazos en él.
Con el corazón sintiendo que se le iba detener en un instante. Tsuki no tuvo otra opción que pedirle perdón a su propia hija por lo que su lujuria incontrolable le pide.
—¡Hija no sabes cuanto lo siento! —se puso de rodillas en señal de disculpa Tsuki delante de la indiferencia y rabia de su hija.
—¡Mamá basta, ponte de pie! —exclamo—, si vamos a ser honestos… la verdad es que yo le he pedido a senpai que tenga esos encuentros contigo.
—¿Que? —exclamo esta vez con desconcierto, la matriarca Uzaki.
—Me gusto ver como senpai se pone a hacer cosas pervertidas con otra persona así que le pedí que cuando volviera a tener encuentros contigo, oka-san. Los grabara para mi. Si no, los he seguido a ti o a senpai sabiendo que se encontrarían con el otro —contaba Uzaki—, como esa vez en el parque donde tú y senpai lo hicieron sin preocuparse de ser descubiertos, yo estaba observándolos desde los arbustos; excitandome de la situación en la que estaban.
Haciendo memoria, en la situación en la que estuvo Sakurai entrometido con Tsuki en medio de aquel parque publico donde se toparon uno con él otro, Hana los observo desde la sombra en silencio. Sin preocuparse por ser descubierta al igual que su novio siendole infiel. Ella se estaba masturbando observando a detalle lo que ellos hacían en silencio de no ser descubiertos.
—Shinichi… esta golpeando muy profundo a Oka-san~ —una mano en su vagina y la otra tocando los pezones de su pecho sin buscar llamar la atención.
—Pero que es esto —un par de hombres desconocidos pronto aparecieron detrás de la joven Uzaki, quien sin sentir pavor, o preocuparse por recordar la cara de alguno de estos tipos, noto primeramente un empalme brotando de entre sus pantalones de estos dos chicos—, parece que alguien se esta divirtiendo tan temprano.
No noto a Hana a sus pies, pero si noto como Sakurai y Tsuki se comportaban como animales más allá. Tan concentrados estaban en lo suyo que no se percataron de que ahora alguien más, les miraba.
—¿Tu también quieres divertirte? —pregunto a la indecente Uzaki que estaba a sus pies.
Sin decir una palabra o sin hacerse notar por su novio y su madre. Primeramente consintió a estos tipos con su boca poniendo sus rodillas sobre el césped, siendo silenciosa como los que tenia detrás.
—Genial viejo, esta chica sabe como chupar una polla —decía uno de estos sujetos siendo este el mas entusiasta de los dos.
—Baja la voz, cabrón —le regaño su colega, quien levanto la blusa de Hana para apretar sus senos mientras se prevenía de ser igual descubiertos.
Poco después, acostada entre ambos sujetos en el pasto, era follada por ambos tipos en silencio. Con su busto embarrado en el cuerpo de uno y el otro poniendo sus manos en sus pechos llegando los dos sujetos al clímax. Mas sin embargo Hana apenas si se sentía complacida, el ardor en su interior no se satisfacía, por mas que estos dos tipos se movieran intensos o por mas grande que se les pusiera su penes, Hana no se sentía llegar al clímax como ellos.
—¡Voy a venirme, viejo. Su trasero es tan apretado que fascina! —decía quien golpeaba profundamente a la corta peligris desde atrás, lugar que a su novio ya había bautizado anteriormente.
—¡Yo también, es enana esta tan mojada que es difícil poder ser mas resistente! —exclamaba casi gritando el otro tipo.
Pero siendo indiferente, Hana volteaba a ver a donde su novio y su querida madre llegaban al clímax juntos. Llegando a mirar como la descarga blanca de Sakurai se excedía en Tsuki hasta escurrirse de su vagina.
Ella quería alcanzar el orgasmo junto a su novio, sin embargo le gustaba verlo disfrutar con una mujer que no era ella, pero al mismo tiempo le cabreaba a Hana desde lo más profundo.
—Ya entiendo, ahora comprendo mejor que es lo que pasa con ustedes —dijo la terapeuta, termino de anotar y dejo a un lado su cuaderno, quitándose los lentes que ocupaba para acomodarse los mechones de su cabello para mirar a los tres pacientes que tenia en turno—, señora Tsuki, ante la frustración sexual que ha tenido estos años a falta del interés de su esposo por usted busco otra salida a su represión, encontrando escape y desahogo lujurioso.
En cuanto escucho su diagnostico, Tsuki bajo la mirada con decepción y sus dedos comenzaron a jugar menos.
—Jovencita —la psicóloga miro a Hana quien calmo su enojo y escucho lo que la doctora sabia ahora de ella—, tu tienes un fetiche por ver a tu novio entrometerse sexualmente con otras mujeres, eso incentiva en ti una pasión sexual por él.
En cuanto Hana escucho quedo roja de la vergüenza tanto que el humo comenzó a salir de su cabeza por lo sumamente avergonzó para ella.
—En cuanto a Sakurai-kun, solamente te estas aprovechando que estas en medio de sus necesidades para acostarte con ambas no es así —contó la mujer.
—No me queda de otra —respondió casi de inmediato Shinichi, sus manos presionando sobre sus piernas por la pena que sentía de si mismo—, solo lo hago por ayudarlas.
Bajo la atenta mirada fría de la terapeuta. Ninguno de los tres en la habitación podía mirarse ni de reojo podía verse, el mal que se estaban auto infligiendo entre los tres era castigable.
—¿Que podemos hacer doctora?
—Bueno, dado que esto es un fanfic erótico. Solo puedo recomendarles hacer una cosa —dijo indiferente la doctora volviendo a colocarse sus lentes, ya que de nuevo tenia la mirada de los tres en ella.
La recomendación que dio fue… muy conveniente para la trama, solo diré eso.
En una habitación correspondiente a un hotel barato de japón, y con decir “barato” me refiero a las posadas de una noche que te encuentras por aquí en México donde las parejas entran en la mañana para salir una hora mas tarde… estaba Tsuki, la matriarca Uzaki se hallaba encima de Sakurai en la cama donde el chico le había esperado sin usar ropa alguna sobre cuerpo atlético marcado por los abdominales de los que se consigo desde la preparatoria.
Entre tanto beso y caricia proviniendo de la mujer, quien paso de besar la boca del joven, comenzó a besar los pectorales de Sakurai bajando por su torso buscando su pene. El cual se había puesto rígido poco tiempo después de sentir la mano de Tsuki acariciando su verga.
Todo bajo la atenta mirada de Hana quien les miraba sentada en una silla enfrente de lo que acontecía en la cama, sin mover una mano ni un pie, mucho menos apartando la mirada. Eso si, de su boca la saliva y el vapor brotaban poco a poco excitándose de la escena morbosa que tenia delante suya.
—Senpai, estas disfrutando del talento bocal de mi Oka-san ¿verdad? —empezó a molestar como si fuera una situación típica para la chica.
Era como dijo, Shinichi estaba disfrutando de la felación profunda como ruidosa que le hacia Tsuki, sin tanta demostración de su parte Sakurai no dejaba de ver a los ojos a la madura quien con pasión saboreaba su pene, sintiendo pasar por cada rincón de su pene, la lengua de la mujer.
—Si, Tsuki-san es muy buena usando su boca —exclamo entre cortando su voz el pelinegro.
—¿Incluso mejor de lo que yo lo hago? —pregunto aguantando la rabia de escuchar a su novio.
—¿Quieres que use mis pechos, Sakurai-kun? —levanto su blusa Tsuki, revelando un nuevo sujetador negro que tenia debajo.
Quito entonces su sostén, puso en medio de su atractivo busto la polla de Shinichi y humectado por su saliva como por los fluidos pre seminales del chico. Los pechos de Tsuki fue pusieron duros y excitados, mismo caso que ocurrió con Hana, quien su gravitatorio busto comenzó a ponerse caliente, así mismo su vagina empezó a ponerse picante.
—Tsuki-san, voy a… venirme —decía Sakurai disfrutando por completo de los pechos de la madura.
—Dale a esta mala mujer una dosis de tu leche, Sakurai-kun —aun estando delante de su primogenita, la matriarca Uzaki no se limitaba en decir cosas obscenas.
Con su boca tomo la punta de la polla del novio de Hana en el momento que movía su busto con entusiasmo, el disparo profundo de Shinichi fue atrapado por la madura mujer quien al no poder atrapar todo lo que libero su joven amante, dejo que le manchara toda su cara como llego a mancharse su pelo.
Hana desde su asiento, hacia todo para no masturbarse ante la mirada de su madre, así que uso su boca para controlar su ansiedad con palabras en vez de tocarse mientras observaba.
—Oka-san, no sabia que te gustaba el bukkake o es que el semen de senpai te hace sentir rejuvenecer la piel —bromeaba malamente la heredera Uzaki.
—Es que es muy intenso, Sakurai-kun, no solo eso —Tsuki saboreaba lo que en su boca y labios fue manchado por él—, pero es que el semen de Sakurai-kun es tan delicioso que no puedo con tanta deliciosa.
—¿Que dices? —Hana chasqueo sus dientes ante lo lascivo que era su madre, era como le estuviese diciendo que sabia mas sobre lo que le gustaba hacer a su senpai que ella misma.
Le quito la falda y la ultima prenda interior que la mujer tenia debajo, la puso en cuatro dentro de la cama, ante la mirada fija de Hana ella miraba como su novio le daba duro a su madre. Podía ver sin censura alguna, como Sakurai clavaba su pene hasta lo mas profundo de la mujer en esta pose, la oía gemir cual dama de la noche en celo fuese, sin preocuparse de lo que alguien llegase a pensar de ella si la miraran.
—Asombroso, en esta pose Sakurai-kun raspas profundo en mis puntos débiles que no puedo contener mi voz~ —exclamo Tsuki aunque tenia la cabeza hacia abajo, lograba ver como el novio de su querida hacia que su vagina chapoteara de lujuria ante la mirada enojada como deseosa de estar en su lugar, de la misma Hana.
—Esta apretando mucho su vagina, Tsuki-san —exclamo Sakurai, chocando su pelvis contra el trasero de la madura, tomando a la mujer de su cabellera y jalando de ella para levantar su cabeza, haciendo que le mirase mientras cesaba en medida que clavaba su miembro sin piedad—. Usted si que es una mala madre.
No se comportaba así con ella, era como si su senpai fuese un desconocido ahora que veía desde la primera fila el como lo hacía con su madre. Con Hana, él era un chico suave, enérgico; pero cariñoso. Quería que fuese mas castigador con ella cuál miraba en este momento.
—Lo soy~ —declaro entre gemidos—, soy tan mala madre… una madre que le gusta saciar su frustración sexual con el novio de su hija.~
Hana presionaba sus propios dientes cada vez mas con mucha más coraje en cada segundo que les pasaba mirando. Sin que le viera su senpai, la pelicorta Uzaki llevo sus dedos a estar entre sus piernas para frotar su vagina por encima de su ropa interior.
—Vamos Sakurai-kun, llena mi traviesa vagina con tus fluidos y hazme flotar.~
—¡Ah, Tsuki-san!
Hana desde su asiento de primera fila, como en esos clubs de sexo en vivo que hay en Holanda. Vio desde su asiento su novio se descargo dentro del agujero de su madre, escuchando la descarga interna que hizo Shinichi hasta lograr ver cómo del coño de su querida Oka-san se resbalaba el contenido blanco de su senpai.
—Necesito un respiro —exclamo Shinichi, sentándose
Termino en Tsuki y el senpai necesitaba un respiro, si ya era excitante la idea de ser descubiertos. Ser observados por la misma Hana le era estimulante, con su pene a la vista de su pequeña, molesta pero encantadora novia, aun lleno de energía; la vio ponerse de pie y venir a él despacio, para tomar con su boca su pene, chupar de él como si fuera una fuente de vida.
—¿Hana? —pregunto a medida que sentía la sensación eléctrica recorrer su cuerpo en medida que la boca de Hana sorbía su polla teniendo una expresión triste pero a la vez encantandora.
—¿Ya terminaste con Oka-san? —pregunto su adorable novia dejando de atenderle allí abajo—. Es mi turno ahora, senpai.~
Empujando a su chico malo sobre la cama, sin haberle puesto las manos encima. Descubrió su cuerpo Hana, revelando que no traía ningún sujetador debajo como su madre, pero si una adorable braga color blanco con un pequeño moño integrado al frente. Quitándose esto, puso su mano en le pene de Sakurai mientras le daba placer, usando su braga para masturbarlo también.
—Se siente bien, Hana… —con la actividad reciente que tuvo con Tsuki-san, Shinichi estaba sensible, así que disfruto desde el primer momento del talento de su novia.
—Dime, senpai —exclamo, tenía su boca, mordiendo los pezones de Sakurai poniendo ojos cariñosos para él—. ¿Porque no eres así conmigo?
—...¿Que?
—¿Porque no eres mas agresivo conmigo cuando lo hacemos? —le preguntaba.
Tsuki, bien quedo tendida en la cama tras la ronda que tuvo con su amante; sin embargo no estaba dormida, así que lograba escuchar el reclamo gentil que le hacia su hija a su novio. Hana quería que Shinichi fuese ese caballero agresivo con el que cogía ella en las noches que se escabullía de casa para tener sexo con Sakurai.
—Yo también quiero sentirme flotar como lo haces con Oka-san —tomo lugar sobre Sakurai, aplastando su pene y frotando encima su vagina mojada.
Tal vez era esto lo que hizo despertar ese peculiar fetiche por ver a su senpai ver teniendo sexo con otra que no era ella, verlo ser agresivo rayando poco en lo mal tratador que podía ser en la intimidad era lo que le excitaba de él. Ver que era opuesto al Sakurai que era con ella le mojaba.
—Senpai~ —esperando ser follada en la misma pose indecente en la que le vio darle a Tsuki, Hana invitaba a su novio moviendo ocilatoriamente su trasero.
Sin decir nada, puso sus manos en la cintura de Hana y la punta de su miembro encima de los labios de su vagina. Con la alta temperatura recorriendo a la joven Uzaki. Disfruto de primera el ser atravesada de un solo movimiento, le golpeo en lugares que no sabía Hana que tenía. Ni siquiera esos otros dos tipos del parque le llegaron tan adentro.
—¡Ha! Estas muy adentro, senpai~ —decía Hana gimiendo a gusto a cada segundo.
Una nueva perspectiva obtuvo Sakurai de su novia, una Hana muy distinta a la que conocía. La cuál le gusto desde ese primer momento.
—¡Te gusta esto, Hana! —gritaba prepotente—. ¡te gusta que te maltrate verdad!
Dio una nalgada a su novia, que la hizo gemir con mas fuerza.
—¡¿Esto es lo que te gusta verdad?! —soltó otro manotazo al enorme trasero de la Uzaki quien ahogo su siguiente gemido, mordiendo sus labios—. ¡Te gusta que sea malo contigo!
—¡Si, hacerlo con senpai siendo agresivo es genial!
Desde su lado, Tsuki se levanto y se sentó delante de ellos, miro bien como su hija y Sakurai disfrutaban uno con el otro. De estar montando a su querida Hana, paso a ver como ella se daba vuelta en la cama, para mirar mejor la polla de su novio en como entraba y salía de ella con tanto entusiasmo, para verlos venirse al mismo ritmo y tiempo envolviendo sus brazos en el cuerpo del otro.
—Bueno, supongo que ahora lo mejor es dejarlos solos —dijo, esperando ser ignorada por ambos enamorados.
Ya iba a poner un pie fuera de la cama, pero la mano de Hana detuvo el intento de escape de su madre.
—¿A donde vas, Oka-san? —dijo, tomando a su madre de la muñeca antes de ponerse de pie—. Senpai tiene mucho para darnos a ambas.~
—No… no creo que sea buena idea —esto era malo, pero bueno que mas podía hacer, sino puedes vencerlos, únete al lado oscuro.
La mirada calenturienta de su querida Hana y la expresión deseosa de Sakurai pudieron con ella. Paso poco antes de que se diera cuenta que estaba teniendo un trío con dos mujeres de apellido Uzaki. Con una sobre su rostro y la otra montando su polla, Sakurai estaba en el cielo del placer en la tierra.
—Senpai~ ¡esto es de lo mejor! —Hana subía y bajaba de Shinichi, sus manos en el torso de su novio para sostenerse y no dejarse derrotar por el placer.
—Shinichi-kun, tu boca está volviendo loca a mi vagina —Tsuki mordía su mano para no gemir de forma tan sucia, no quería quedar como pervertida más de lo que Hana ha visto.
Una doble felacion le vino bien a Sakurai, ambas Uzaki devoraban su pene ante su mirada. De usar sus bocas, pusieron los grandes pechos genéticos de las mujeres Uzaki alrededor de su pene. Una experiencia celestial que solo un par de personas en el mundo lograron disfrutar.
—Te gusta esto verdad, senpai~ —Hana miraba divertida la cara del disfrute de su novio—, seguramente querías que pasara esto ¿verdad?
—Honestamente si —exclamo en disfrute del paraíso.
Al volver a tener a su fastidiosa pero también, a su preciada Hana encima suya subiendo y bajando de él. Tsuki quien se ruborizaba de la pasión que ponía, era ordenada de sus pechos, teniendo la cabeza de Sakurai sobre su regazo chupando sus grandes atributos.
—Te gusta la leche de mamí~ —preguntaba Tsuki, sintiendo como Shinichi mordía y chupaba de sus pechos, extrayendo gotas de gran sabor de la madura Uzaki.
—Moo~ Oka-san, no lo acapares —hizo un puchero Hana.
—Hana, tu no dejas de tomar el pene de Sakurai-kun para ti sola —exclamo haciendo un gesto idéntico al de su hija.
—Eso es porque siempre dejo que Oka-san juegue mucho con senpai delante de mi —logro sentir Hana, como del miembro de Shinchi, estaba llegando al clímax—, pero hoy senpai será todo para mi.
—¡Hana, aguarda! Si te sigues moviendo así…
—Es momento de que me lo des todo, senpai~ —exclamo llena de energía, los fluidos de su sexualidad se mezclaban con los previos líquidos que Sakurai emitía, por fuera de su vagina en medio del choque su trasero contra la pelvis de su senpai, no solo se escuchaba un ruido constante de chapoteo, sino que se lograba ver como si fuera una pasta de pegamento; el como la mezcla de estos fluidos sexuales entre el trasero, la pelvis de Shinchi y la pasión desenfrenada que se traían ambos—. ¡Dámelo todo, senpai!
—¡Maldición!
Disparo su leche dentro de Hana, la hizo alcanzar el cielo y sentirse en las nubes.
Durmió esa noche con dos ángeles a su lado, dos ángeles que dormían tomadas de sus brazos mientras Sakurai dormía cómodo teniendo pegado a su cuerpo, los bustos de las Uzaki que al igual que él, estaban agotadas. Consiguió lo que nadie más lograría, tener el paraíso solo para él.
Lo logro, el maldito hijo de perra lo logro.
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