Han pasado ocho años desde Issei desposo a su amada Rias dando a luz a su primer hijo, Ex Gremory. En ese mismo tiempo, Grayfia cuñada la joven pareja; se acerco a Hyoudou, con la falsa bandera de enseñarle todo lo que necesitaba para hacer feliz a la mujer que amaba, en la cama. Sin embargo, Issei comprendió lo que la doncella encargada de la limpieza de la casa toda la familia no comprendió de sus acciones. Le había enseñado a amarla a ella y no a quien él debía amar.
Llego Junio y vino el verano; las vacaciones habían comenzando y seguían residiendo en la enorme mansión de los embajadores de Alemania en Japón, cada quien viviendo con sus respectivas familias, siendo este lugar donde forjaban la infancia de sus respectivos hijos. El único secreto que había en medio de toda esta familia era aquel que ni siquiera los principales miembros de la familia sabían. Se trata del amorío secreto en Grayfia Lucifage y Hyoudou Issei que ha terminado con el concebimiento de dos hijas entre ellos dos. Naciendo una con tres años de diferencia de la otra hija, engañando al esposo de la peligris de que estas dos niñas venían de su sangre.
Uno pensaría que el nacimiento de la primera hija de Issei fuera de su matrimonio pondría fin a su aventura. Sin embargo, el nacimiento de Alisa Gremory. ―La que en mentira, era hija de Grayfia con su esposo Sirzechs― solo mantendría sostendría el romance extra marital que el par de amantes infieles, tenía. Lo que traería el nacimiento de un tercer hija para Sirzechs, y que sería tercera hija para Issei o mejor dicho, sería su tercera sobrina: Lydia Gremory.
Aun con esta segunda hija fuera del matrimonio, la aventura entre los dos amantes seguiría en vigor.
―¡Mas, mas duro Issei! ―gritaba Grayfia teniendo un polvo mañanero con su amante, Issei. Era el día en la semana en la que ambos podían tener un momento a solas y aprovechar el cuarto de huéspedes que convirtieron en su habitación del amor.
Como animales en celo, Issei embestía con gran brutalidad a su amante de cabello plateado mientras la tenia sujeta de sus brazos. Sin nadie en toda la residencia, ni de Rias o su hermano o padres, ni de los hijos de cada uno de ellos, podían gritar de placer todo lo que quisieran y sentir el cuerpo del otro. A pesar de los años, aun lo sentían como hace lo conocieron hace ocho años
―Aquí voy Grayfia... Estoy en mi límite ―declaro Issei, siendo la peligris la que sincronizaba sus insaciables caderas con el ritmo de los empujes de la pelvis del castaño.
―Dámelo todo Issei... Hazlo como te enseñe, has un desastre en mi interior.~ ―su lengua por fuera en la agonía del placer, estaba Grayfia.
La arrojo sobre la cama con su trasero empinado en una placentera posición. Issei la embestía con gran entusiasmo, su pene se abría paso por las paredes del coño de Grayfia. Lograban escucharse ciertos sonidos que eran causados por el chapoteo de los golpes de la cintura de Issei contra la vagina mas que mojada de su amada peligris, eran animales en celo.
―Tu pene se ha vuelto muy hábil con todos estos años Issei~ ―decía sucia Grayfia siendo destrozada por la polla de su joven cuñado―. Antes solo acariciabas mi interior con placer, ahora lo desgarras con fuerza… y eso me gusta.~
―A mi me gusta que a pesar de estos años, tu vagina aprieta mi polla con la misma fuerza de cuanto empezamos con nuestra aventura ―dijo sin detener ninguno de sus movimientos, a pesar de ser acercado al rostro de la peli gris mientras le daba.
―Dirías, que amas mi cuerpo ―decía ruborizada siendo su coño partido en dos sin parar―. ¿Mas que a Rias?
―Sabes que no puedo amarte mas que a Rias ―contesto Issei.
Aunque ella tenga su corazón, Grayfia tenia su pene para amarlo una vez a la semana, aunque algunas veces llegaban a ser dos o hasta tres veces. En cambio el castaño, se limitaba a hacer eso con Rias una vez, cada quince días; aunque en ciertas veces se volvía cada treinta días.
El desenfreno de su pasión lo llevo pronto a escalar lo mas alto de su pasión, anuncio con un grito su próximo orgasmo, a segundos antes de inundar el interior de su bella plateada y escuchar la dulce voz que la hacia hacer cuando la llenaba.
Cuando termino, retiro su hombría del interior de la maid. Grayfia tenia abierto los labios de su coño, dejando expulsar parte del semen de Issei ante sus ojos, el rubor en sus mejillas daba mucho que pensar acerca de que si sentía alguno de ellos culpa alguna por sus actos.
Issei yacía de pie frente a ella masturbándose con la vista de verla desprotegida y desnuda, con su semilla derramándose de su coño.
―Mira cuanto te corriste Issei, en verdad eres pervertido, te corriste cinco veces en mi y aun así la tienes dura ―hacia puchero la sirvienta de su cuñado.
―Sabes que puedo durar mucho más, todo porque tu me entrenaste ―dijo apenado, no era que le gustara decir al castaño.
―Dime ¿Donde quieres venirte? ―preguntó pícara Grayfia.
―En tus pechos ―dijo, no faltaba mucho para que alcanzara el final de su orgasmo.
Puesta de rodillas delante de él, con sus pechos levantados por sus manos mientras que su boca estaba abierta a la espera de recibir ahí el semen de su amante. La rocío su fluido blanco donde le pidió permiso y también mancho dentro de su boca.
Pero apenas se corrió, la peligris decidió limpiar su polla manchada con su propio semen, usando su boca solo para mostrarle cuanto semen derramó.
―Mira cuanto te corriste esta vez, Issei ―decía con la boca abierta e inundaba de semen para que el apreciara cuanto se vino, la escena sacaba sensaciones confusas, ver la boca de la peli gris abierta, llena del semen era romántico para Issei, para algún otro seria asqueroso tal vez. Pero para él verla tener su semilla en la boca y ver de primera como ella lo mascaba antes de digerir fue excitante, lastima que ya había sido exprimido todo.
―Entre tu semen y el de Sirzechs, el tuyo es mas salado y espeso, lo que es fantástico ―exclamo limpiando sus labios con sus dedos.
―Eres también una pervertida Grayfia, ven aquí ―le extendió la mano y la ayudo a levantarse del piso junto a cama donde quedo ella, importándole poco que recién en su boca había rastros de su leche, se dio un profundo y desvergonzado beso con ella.
―Deseo que nuestro secreto nunca se sepa, querido ―declaro, estando su frente, pegada a la del castaño. Un deseo así, solo una estrella podía cumplir tal deseo.
Mas tarde con los miembros de la familia Gremory empezaron a llegar luego de limpiar todo rastro de su fechoría, Issei ocupaba el salón escritorio de los carmesí, para estar en medio de una conferencia virtual con todos los demás lideres pertenecientes a la compañía para la que trabajaba, contando los segundos en los que terminaría la reunión virtual, aparecería quienes lo ayudarían a hacer pasar los minutos mas rapido.
―¡Tio Issei mira lo que hice para ti! ―dijo Alisa cuando interrumpió la conferencia virtual que tenía su tío en un cuarto de oficina de la Mansión.
―Un lindo dibujo Alisa ―felicito a la pequeña peli gris, dejando de lado la conferencia virtual por su “sobrina”.
Para el mundo, ella era su sobrina, pero él sabía que era su hija, así como la otra niña que traía agarrada Alisa, su hermana menor e hijo biológica de Issei y Grayfia, una pequeña castaña que suponen nació con ese tono de cabello por los códigos genéticos de su abuela, Lidya. Issei tomo el dibujo y mientras prestaba oído a la conferencia le dijo―. ¿Porque no le haces uno a tu padre?
―¡Ya le entregue uno! ―sonreía la pequeña―. ¡A mi mamá también!
―Que tal a tu tía, ella le encantan tus dibujos ―dijo Issei, acariciando la cabeza de la niña. Era todo lo contrario a su madre cuando ejerce su oficio. Grayfia es seria y concentrada, Alisa es alegre y distraída, cosa que Sirzechs dice que su esposa era así antes de tomar la labor para su familia
―¡Si, ven Lydia! ―salió corriendo para entonces toparse con la carmesí en la puerta―. ¡Tía Rias!
―Alisa, Lydia ―las trataba con mucho cariño, siempre―. Saben que no deben interrumpir a su tío Issei cuando esta en conferencia.
Se fueron del cuarto tomadas de la mano, siendo la mayor la que guiaba a su hermana en todo sus juegos, dejando por a Issei para que volviese a concentrarse en su conferencia, compartiendo sus resultados tras haber escuchado los resultados de los trabajos de hombres y mujeres que comparten el mismo puesto que él en otros lados del país y cercanos. No sin antes susurrar a su esposa un gracias, por ayudarlo con sus preciosas sobrinas.
―Eso es todo por ahora señores, estamos en contacto ―dijo el líder que estaba por encima del puesto de Issei―. Agradezco su tiempo, los veremos de nuevo en un mes. Por cierto señor Issei.
―¿Si? Jefe ―pregunto, sintiendo una gota de sudor deslizarse por su cuello.
―Los resultados de ingresos de su distrito me complacen, así déjame decirte ante todos que aprobare tu solicitud para anticipar tus vacaciones ―decía con una sonrisa complacida su superior.
―En serio, se lo agradezco mucho jefe general ―escucharía decir al hombre, alardear por él delante de todos, diciendo al resto de personal en la conferencia que deberían ser mas como el castaño si quieren recibir privilegios de su puesto.
La conferencia termino, al ver a su esposo finalmente desocupado su esposa se acerco alegre con su ropa usual que ocupaba como profesora de preparatoria. Se puso detrás de él y lo abrazo.
―Entonces podremos tener nuestras vacaciones~ ―decía triunfante su esposa manteniendo esa mirada picara con su esposo pegada a su mejilla.
―Así parece, solo faltas tu para que nos podamos ir de vacaciones amor ―dijo Issei tomando de la mano a su esposa sobre su hombro.
―Siete días y seis noches en un hotel privado en el caribe, solo nosotros dos~ ―decía coqueta atrayendo su mirada levantando su rostro con su mano bajo su mentón.
Para Rias, esta era la oportunidad de tener una segunda luna de miel con su amado esposo, si, tenían sexo pero no era muy frecuente, Rias pensaba que esta era la oportunidad para encerrarse en un cuarto de hotel con su marido y hacerlo con desenfreno.
―Me siento mal por no llevar a Exi ―Issei así llamaba de cariño a su hijo aunque su nombre solo fuera Ex.
―Es una oportunidad para estar solamente tu y yo amor ―abrazaba con mas fuerza al castaño―, imagina solos los dos allí en un paraíso tropical, pero no solo hablo de disfrutar el paisaje, la comida o el agua de mar.
―¿De verdad? Ya quiero ver que clase de bikini usaras ―exclamo ruborizado, aunque habían pasado los años, los gustos pervertidos de Issei aun seguían.
―Será sorpresa querido ―el tono caliente en la voz de la Gremory.
Sin embargo lo que realmente dejaría sin aliento a su esposo, seria la mala noticia que le terminaría contando una semana después, estando a pocos días de su viaje de ensueño. Reunidos en la sala de la enorme mansión, ella le tuvo que contar su desafortunada suerte que le toco por parte de su trabajo.
―Perdón Issei, pero no podremos irnos de vacaciones ―decía con un puchero triste en sus ojos mientras secaba sus lagrimas mientras su esposo, los padres de Rias, su hermano y cuñada la consolaban.
―Que paso hija ―pregunto Zecticus consolando de mano a mano a su hija.
―La persona que me iba a suplir durante los cursos de verano tuvo un accidente y el director no pudo conseguir a otra persona para suplirme ―contó Rias―. No creo que haya alguien que quiera cubrir unas clases de verano.
―Rias... descuida amor, no es el fin. Podemos posponer las vacaciones ―decía su esposo también consolándola―. Solo tenemos que cancelar la reservación del hotel.
―Sobre eso... el hotel dijo que las cancelaciones se hacen con diez días de anticipación, y estamos a seis días de lo que deberíamos ir ―Rias presionaba sus dedos en señal que todo iba muy mal con sus planes.
Cruzó una idea por la mente de Venelana entonces, sugirió a Rias que le diera las vacaciones a alguien más. Como a su hermano y su esposa Sirzechs, para Grayfia esto le parecía una inconforme oportunidad. Por fuera, ella se mostraba con una sonrisa muy discreta, pero por dentro la peligris estaba inconforme. Pero su esposo pronto tuvo que rechazar la oferta por ambos. Sirzechs no lo menciono antes, pero tenia una asamblea de políticos extranjeros a la que tenia que viajar en dos días.
Antes de poder ofrecer la oferta a sus padres, Zecticus Gremory vino a revelar que ellos ya tenían sus propios planes de viaje también. Complicando el hecho de que estaban desperdiciando tanto dinero en unas vacaciones planeadas y previamente pagadas,.
Debía haber alguien disponible a quien darle estos regalos vacacionales, no querían darles sus reservaciones a cualquiera, tenia que ser una persona cercana o un familiar. Pero no parecía haber quien fuese digno de darle este regalo, a nadie que a Rias pensara en ofrecerle esta inigualable oferta, no hasta que volvieron a la cama esa noche, que Rias tuvo una idea. Una muy poco convencional, pero parecía ser la única forma de no desperdiciar tales vacaciones.
―¿Me estas pidiendo que vaya con Grayfia de vacaciones? ―pregunto dudoso de la idea que su mujer le compartía antes de irse a dormir.
―Se que no es una buena idea por donde lo mires, tampoco lo he hablado con mi hermano pero es la unica forma de desperdiciar la reservación del hotel ni lo gastado en los boletos del avión ―decía Rias sentada a lado de su esposo en la cama―. Pero te he visto estresado por tu trabajo, igual a Grayfia. Desde que ella tomo el rol como la sirvienta de la familia no ha tenido unas vacaciones plenas como tal. Se ve que ustedes dos se llevan bien, se ve que son buenos amigos.
Ante los ojos de Rias, Issei y Grayfia no tenían mucho contacto, con la seriedad de la maid en cada momento, Issei jamás se dio el momento de congeniar con ella o eso pensaba Rias.
Por dentro el castaño temblaba, pues solo era actuación; la realidad que escondían a las espaldas de la familia.
―Rias, Grayfia es mi cuñada. Mi hermana política mente hablando ―decía incomodado, incluso llego a rascar su cabeza Issei.
―Puede verse como una oportunidad de que dos hermanos que no se ven mucho se conozcan mejor ―comento Rias, inocente.
¿Realmente es sensata esta propuesta? Mas tardo en responder Issei que Rias en darse cuenta de lo incongruente y extraño de su propuesta. Más de lo que tardo en llegar a su destino luego de un largo vuelo en compañía única de su cuñada. Podían verlos abriendo la puerta de su cuarto reservado, vistiendo el castaño su típica ropa que empleaba en su negocio, mientras la peli gris llevaba puesto todavía su uniforme de sirvienta.
Salieron de casa con estos estilos para aparentar la incomodidad de aceptar la propuesta de Rias secundada por toda la familia en su intento por seguir con la mentira que sostenían.
―Bien, aquí estamos ―decía nervioso Issei apenas se adentraron en la habitación, él se veía nervioso mientras que Grayfia algo ansiosa por alguna razón, pero lo ignoró abriendo las persianas del cuarto con vista a la playa―. El caribe es un paraíso tan impresionante.
―Siete días y seis noches en paradisíaco caribe ―escucho a Grayfia decir, ella no soltaba su maleta sostenida en sus manos.
―Dime ¿Que deberíamos? hacer primero.
No pudo terminar de hablar, pues la doncella de plata vino hasta sin ningún ruido, cual gato domestico por la casa. Llego a él y lo empujo contra la pared con un poco de gentileza, todo para poder besarlo apasionadamente, llevando su mano derecha hacia el bulto de Issei al que acaricio con mucho deseo.
―Siete días solo nosotros, lejos de nuestros matrimonios~ ―decía Grayfia totalmente excitada―. No puedo esperar para comenzar Issei.
Levanto los labios de su boca en una preocupada sonrisa el castaño mirando tan de cerca la mirada hambrienta de Grayfia y no era hambre común.
―Pero si tan solo en el vuelo me convenciste para hacerlo en baño... y cuando todos los pasajeros estaban durmiendo en el avión ―comento con un enorme rubor en sus mejillas.
El frote de la mano de Grayfia consiguió hacer que su hombría se endureciera hasta sentir que su pantalón iba a reventar por el frente. Así que la plateada deslizo sus dedos hacia la bragueta de Issei y revelo el gran empalme que le causo.
―No se puede evitar ―dijo ella. despojando de su camisa a su castaño amante―, pero Issei eres tan delicioso que me he vuelto adicta a ti.
Mordió suave, el cuello del castaño tomo la mano del castaño y la llevo debajo de su larga falda, le hizo tocar sus bragas. De solo pensar todo lo que harían en esos siete días muy, pero muy lejos de la familia Gremory, ponía muy entusiasmada a la Lucifage. Reacciono la hombría de Issei cuando su mano comenzó a acariciar los labios del coño húmedo de Grayfia bajo sus bragas.
―Oh, Grayfia ―exclamo sonriente el castaño.
Entonces solo sonrió, Hyoudou sabia que la idea de Rias fue tonta e inocente, mismo pensamiento tuvo él de toda la familia al creer que enviarlo con Grayfia en estas vacaciones las tomarían como si simplemente fueran hermanos. Sería para ellos la luna de miel de su romance que tenían en secreto. Estos siete días lo aprovecharían para encerrarse en la habitación del hotel y fornicar como nunca lo habían hecho y posiblemente, llevarían esa pasión a nuevos niveles.
Grayfia lo despojo de su ropa y él hizo lo mismo con ella encaminándose a la cama sin mirarla. Después de años de estar ocultándose de la familia Gremory para poder hacerlo, lo que hacia emocionante su aventura; ellos les regalaron la oportunidad perfecta para estar con el otro en un sitio alejado lo suficiente para actuar como si fueran la pareja que ocultaban ser.
Le quito sus pantalones y con su cuerpo desnudo totalmente, acerco su rostro al aparato de Issei, con una cariñosa risa en su voz.
―El aroma de tu polla es muy bueno ―decía de rodillas, la peli gris olía el pene del castaño antes de devorarlo con su boca―. Es el aroma con el que has corrompido a esta inocente mujer.
Luego de que se despidieron de sus familias, el vuelo de venida al caribe no fue largo para ellos. Convenció a Issei de escabullirse al baño del avión para hacerlo por un buen rato. Cuando llego la noche, con todos los pasajeros durmiendo se aseguraron de no despertar a nadie. Lo hicieron sobre sus mismos asientos con Grayfia montada sobre él y con su uniforme de sirvienta de la familia Gremory, arrojado al carajo a pesar de estar un montón de pasajeros durmiendo en todos lados.
Deberían estar cansados de ese largo viaje y agotados de toda esa actividad, sin embargo la peligris enérgica todavía.
―Grayfia, que bien lo hace ―se quedaba sin aliento el castaño, no importa cuantas veces seguidas ella tragara hasta lo mas profundo su polla, siempre se le iba el aliento al sentir la calidez de su boca, y su lengua acariciando con mucho empeño su miembro.
Y mientras se la chupaba estando desnuda Grayfia, ella no pudo evitar comenzar a masturbarse a medida que se inundaba su boca con el aroma del pene de Issei, esperando que le escupiera su semen para poder comerlo. Tanta era la sensación de calor sexual en su cuerpo que sus pechos excitaron, incluso sus pezones de pusieron erectos, si una mano la tenia jugando en su coño con sus jugos sucios saliendo casi a chorro, la otra mano la tenia acariciando y jugando sus senos estando el castaño parado sobre la cama disfrutando.
―Dame tu leche Issei~ ¡Dame el semen con el que me has corrompido todos estos años! ―decía Grayfia sin escupir el miembro del castaño, chupándolo con mas fuerza y velocidad.
―Allá va… ¡Trágate todo Grayfia... trágate todo! ―puso sus manos detrás de la nuca de su cuñada, sin tener resistencia de ella, embistió su pene contra su boca con mas agresividad de la que le chupaba. Hasta darle lo que ella pidió.
―Mmmmmm~ mmm~ ―sono de su boca, como no podía lidiar con tanto sin escupir la polla del castaño, de hecho fue él quien no le permitió sacar su miembro de la boca hasta que se corriera por completo, y por completo le limpiara su pene. El excitante sonido que hizo su boca cuando pudo respirar de nuevo tras ser ahogada por el semen de Issei hizo que él se mantuviera estimulado, podía verse una pequeña hilera de saliva que conectaba a la boca a con el pene del castaño cuando se la saco―. Delicioso como siempre Ise~ pero hay otra boca mía que quiere sentir la deliciosa leche de tu pene, querido.
Se metió en la cama, con las piernas abiertas y sus dedos sobre los labios de su vagina, mostrando que todavía estaba mojada por las caricias auto proporcionadas por ella misma hace poco.
―Mira como estas de mojada ―introdujo dos de sus dedos en el coño de Grayfia estimulándola poca.
―Es tu culpa por hacer que me ponga así. Debes ser responsable de tus actos ―escuchar eso de ella le pareció gracioso al castaño.
―¿Responsable? Pero fue Grayfia quien me corrompió, diciendo que quería enseñarme a amar a Rias, cuando querías que aprendiera a amarte a ti ―decía con su rostro acercado al coño humeante de la peli gris, para así introducir su lengua y revolver las paredes por donde se derramaban los fluidos de su amante.
―¡Haaa!~ ―gemía de placer cada que la lengua del castaño empezaba a moverse agresivamente como serpiente buscando una salida en su interior―. Tal vez si fui yo quien te corrompió ―entonces lo tomo e interrumpió el oral que le daba su joven amante, lo acerco a su rostro y pronuncio las siguientes palabras con ese tono romántico -pero es que no pude evitarlo, eras tan inocente que me enamore de ti con solo ver tu linda cara cuando nos conocimos hace años.
―Aun amo a Rias y eso no cambia lo que siento por ti, Grayfia.
Dejo de jugar con ella tras calentarla adecuadamente. Issei decidió penetrarla, solía devolverle el gesto si ella le hacía una felación al principio del sexo, pero no podían esperar más uno al otro.
Un sonido de placer que broto de Grayfia apenas sintió el pene de Issei entrando y abriéndose paso hasta la entrada de su útero, entro hasta lo más profundo de su coño.
―No cambiará nuestra relación. Sabes aun esta en pie mi idea~ ―decía Grayfia mientras él devoraba sus pechos, como solo él le hacía gozar―. Recuerdas de cuando te conté mi pequeña idea de huir para ser nosotros y nuestras hijas~ pero me convenciste de seguir con nuestros matrimonios. Pero aún lo seguimos haciendo a sus espaldas~
―Grayfia ―Issei se detuvo un momento y se volvió a acercar al rostro de Grayfia―. Deja de hablar de eso y disfrutemos de nosotros dos solos.
El par de infieles empezaron a coger y siguieron cogiendo durante un largo rato, llegaron al hotel desde las nueve de la mañana, y aún siendo las tres de la tarde seguían allí manchando las sábanas y toda la habitación con sus olores así como sus fluidos que expulsaban sus cuerpos. Bestias ardiendo en pasión, insaciables hasta donde el espíritu este dispuesto a dar.
Después de mucho sexo sin darse un solo respiro, podías ver como la peli gris montaba al castaño de forma salvaje, moviendo no solo arriba a abajo sus caderas, también en círculos movía su cintura, exprimiendo hasta mas allá del limite al castaño.
―¡Mas, Issei!~ ―decía aumentando el movimiento de sus caderas―. Quiero que me lo des todo.~
―Ya va, Grayfia~ ―la voz de Issei se cortaba, después de todo el rato con ella por fin sentía el agotamiento―. ¡te llenare tanto hasta llenar tu estomago de mi semen!
Eso tal vez era exagerado, pero de solo imaginarlo eso le emocionaba a Grayfia.
―¡Si, dámelo todo Issei llena a tu mujer de tu leche!~ ―no podía contener su voz para nada. Tomo las manos del castaño para que apretara sus suaves y excitados pechos que él no paraba de ver rebotando en todo su esplendor.
La expresión en el rostro de la peli gris, los múltiples orgasmos surgiendo uno tras otro en su cuerpo, corrompiendo su fidelidad. Si la veías a los ojos, podías ver en Grayfia que sus pupilas mas que estar dilatadas, había dibujado una especie de corazón dentro de sus retinas. Corazón que solo Issei llegaba a notar con todos esos movimientos brutales donde ella golpeaba sus caderas y su cuerpo contra él.
―Ya casi...
―No puedo esperar mas Issei... mi cuerpo comienza a desfallecerse ¡Dámelo todo!~ ―decía llevando su cuerpo al limite. Un ultimo movimiento y en ese fuerte gemido que soltó, el interior ya rebosante de semen previo que disparo el castaño, desbordo todo la leche que en su útero se había recolectado―. Mas... quiero mas.~
Quedo desfallecida la maid, descansando sobre la cama, su cuerpo había alcanzado el limite con Issei e incluso lo rompieron. Tras recobrar cordura y energías, se acurruco Grayfia en el pecho de su amante mientras lo escuchaba.
―Esta vez si fuimos intensos ―dijo Issei colocándose enseguida a lado de su amante, para abrazarla a pesar de sus cuerpos estar sudando. Pero mas que notar todo el sudor que los cubría a los dos, noto como del coño de Grayfia chorreaba a montones su semen que le dio.
―Lo se, solo mira cuanto semen derramaste en mi. Me lo hiciste tanto que perdí la cuenta ―hablaba a pesar de todo el agotamiento la peli gris―. Te corriste tanto que perdí la cuenta mi Ise… seria una pena sino resultara embarazada después de esto.
―Espero que el próximo que nazca, sea un varón ―dijo Issei para besarla cariñosamente.
―Tenemos siete días solo para nosotros mi amor~ ―acostándose sobre el castaño en la cama quitándole el anillo con el que se caso con Rias y ella quitándose el anillo que le dio Sirzechs el día de la boda para dejarlos de lado sobre esa pequeña alcoba junto a la cama―. Tienes tiempo suficiente para asegurarte de que eso pase, Issei.~
―Serán las mejores vacaciones de verano, amor ―exclamo agotado Issei, solo para que su pene se volviera poner dura de solo pensar que tanto haría con su mujer secreta durante toda esa estancia.
Cuando se endureció su polla de nuevo, esta golpeaba y palpitaba contra el trasero de Grayfia, diciendo que quería mas de ella.
―Issei ―le miro con gracia, la peli gris―. Te corriste como veinte veces y ya la tienes dura otra vez.
―Estoy deseoso de hacerte tener otro hijo mio ―hicieron el cambio, se puso encima de la peli gris y de nuevo volvieron a estar cogiendo.
La bestia sexual que tanto se esforzó por crear por fin estaba libre completamente para Grayfia y así recibir todo su amor hasta la ultima gota.
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