I
Las acciones de Tsunade afectaron durante a Konoha industries, aunque había escuchado de estos sucesos en algún momento no conocí la historia hasta que Naruto-sama me contó al respecto. Las noticias siempre son compradas, o en su caso fueron pagadas, por el bien de los tres involucrados, ciertos detalles de lo ocurrido tuvieron que ser modificados en esas épocas. Con algo de pudor y vergüenza Naruto-sama me relato los mismo hechos que Shizune antes me contó.
Las noticias hablaron de un altercado tenido entre ambos dos de las figuras femeninas empresariales mas notables del momento, uno involucrado a un mal negocio dijeron. Tampoco querían que los encabezados dijeran que la razón del altercado entre las dos era por un hombre. Eso las haría tomar por tontas y sería la peor imagen de ellas para sus respectivos negocios.
Sin nadie al mando de Konoha y los pocos accionistas que han invertido retirándose de su mercado dado la mala imagen que se genero, la industria entró en una crisis, lo peor es que no había nadie que tomara el mando. No al principio.
Un nuevo encabezado pronto sacudió el impacto que causo Tsunade antes, después de dos meses de una crisis sin precedentes, Konoha obtuvo a una nueva persona a cargo de todo.
“El mas joven empresario, levanta los vestigios antes de que una poderosa e histórica empresa se hunda, Uzumaki Naruto el sexto líder corporativo de Konoha industries”. Era el titulo de todos los noticieros y periódicos que hablaron del tema, como la nueva moda que pegaba entre los jóvenes.
Muchos lo felicitaron y una celebración hubo en su honor el mismo día que fue embestido como nuevo líder de Konoha. Su amada Hinata estuvo presente esa tarde junto a sus padres y otros miembros de su familia mirando su nombramiento, pero apenas hubo alguna reacción de parte de sus futuros suegros, aun no tenía aprobación de ellos.
―Ahora estas a cargo, Naruto ―se mostraba contenta Shizune de verlo ocupar ese asiento―. Voy a decirlo aunque ya lo dije antes: lo estas haciendo bien.
―Lo agradezco, Shizune ―contesto, usando un nuevo traje ejecutivo Naruto-sama miraba por las ventanas de la ciudad, abotonaba la camisa que llevaba bajo su saco como una distracción suya para poder pensar de mejor manera―. Aunque, la verdad no pienso que estoy listo para esto todavía.
La fantasía y la creencia de ver el mundo a través de un matiz rosa nos ha hecho creer que en tiempo de coronación de un nuevo monarca todo es felicidad y un futuro prospero. Muchos cuentos de hadas así terminan sus decadentes historias, pero nunca nos preguntamos si aquel nuevo monarca es realmente el indicado para dirigir a su reino, su imperio. Sin un guía divino a lado, Naruto-sama no sabía que dirección sería la que tomaría. Pero ya sabes como termino, un futuro glorioso.
Detrás de él, Shizune-san lo miraba con el optimismo que le hacia falta. Vino a él para poner frente a sus preocupaciones una lista de necesidades que seguir resolviendo para acabar con los problemas que afectaban.
―Tu nos sacaras de esto, confío en ti.
―Mei compró parte de las acciones de la compañía antes de que se fueran a la picada, eso nos mantiene en el juego ―contaba Naruto-sama―. Pero la compañía sigue estancada y no aumenta el valor de nuestras acciones.
No es la historia que se suele contar de como Naruto Uzumaki llego al mercado, todos hablan de las sabias decisiones que tomo para levantar a Konoha de su horrenda caída. Una cara publica comprada a los mismos medios.
―Nos recuperamos, tu lo harás ―le alentó Shizune-san. El momento pudo aumentar volverse mucho más intenso entre ellos dos luego de estar lejos uno del cuerpo del otro, pero tuvo que ser mi madre la que les arruinará el momento. De no ser porque la señorita Mei lo concedió y yo que me negué a excluirte del sistema de nominas, pudiste volver a tu antiguo puesto como asistente de la CEO. Sin una junta directiva que pudiera tomar el cargo este negocio habría muerto hace un mes, no sabes como me alegra verte de nuevo, Naruto.~
Mas que halagarlo como su jefe, lo hacia por el aprecio que tenia a la persona que era él. Ambos extrañaban el cuerpo del otro y estar a solas los dos, alimento el cada vez más, insaciable deseo de fornicar de Naruto-sama.
No paso mucho tiempo antes de poner sus manos sobre el otro, levanto a Shizune en cuanto sus manos tomaron su cintura y ella envolvió sus piernas en las caderas de él. Deseosos de sentir al otro. Shizune-san desabrocho sus pantalones mientras que mi señor deshacia la cinta de su ropa revelando su desnudo cuerpo bajo su vestido. Besos freneticos acariciando los labios del otro sintieron mientras la hombría de mi amo volvía después de una larga ausencia para reclamar lo suyo.
―Mi cuerpo te extrañaba, Naruto~ ―dijo Shizune sintiendo el espíritu salvaje de mi señor mientras la hacia suya.
―Yo también te eche de menos ―contesto.
La tenia sobre su escritorio, su voz se hacia más indecente con cada empuje que le lanzaba Naruto-sama. Abrazaba su cuerpo después de treinta días que se sintieron como si fueran años. Quince minutos fueron suficientes para recuperar el tiempo perdido.
―¿Jefe? ―su voz a sus espaldas les hizo voltear de forma abrupta y despreocupada.
Una vez más, mi madre los encontró en pleno acto quedándose en la puerta, se mostró incomoda de verlos aunque ellos se mostraba inmutados. Durante ese tiempo que desconoció el echo de que Naruto-sama estuvo en manos de la señorita Mei, así como desconocía que volvió de estar a su puesto, tuvo el valor de volver a verlo tras ocurrir su embestidura como el nuevo jefe. Se armo de valor para volver a ver a Naruto-sama cara a cara.
―¿Sakura-chan? ―se contento de verla, recibió a mi madre con toda la amabilidad del mundo. Separándose de Shizune-san y dejando a vista de mi madre su aparato cubierto con su misma leche―. Ya no te veía, no sabes como me alegra.
Nerviosa se puso, jura mi madre. Pues quedo a solas con ella, Shizune-san mostró pudor cuando entro sin aviso, arreglo su ropa mientras camino fuera de la oficina. Mi madre no pudo mirarla bien sin sentirse ruborizada, ni mirar bien al nuevo CEO.
―Solo… solo venía a traerte los proyectos de las nuevas patentes medicas en las que estoy trabajando ―entrego un folio con muchos papeles―. Tal vez y algo de esto, puedan ayudar… Mmm… Naruto… tu pene.
Antes de que tomara los folios que mi madre le extendía, miro hacia abajo y aunque había recogido su pantalón, su aparato de Naruto-sama seguía fuera, también duro. Se dio la vuelta ya lo oculto, aunque la sangre tardo un poco en volver al resto de su cuerpo.
Después de ese momento tan incomodo, tomo los folios de Sakura y reviso el contenido de esos documentos, aunque no comprendió para nada las palabras, por analfabeta sino porque eran conceptos que no comprendía, pero viniendo de mi madre, seguramente sería algo infalible para ayudar ante la crisis. Solo dio una rápida hojeada y guardo el documento. Sakura pregunto divertida si entendió algo de esos documentos que le extendió. Mas la cara que Naruto-sama hacia le daba algo de conformidad.
―La verdad no entiendo casi nada de lo que tienes escrito aquí, Sakura-chan ―dijo Naruto-sama―. Pero te conozco, todo lo que has hecho han sido proyectos exitosos, pero para que podamos llevarlos a cabo necesitamos de una gran inversión. Los fondos actuales no alcanzan.
―¿Naruto? ―lo vio pensativo, mas que solo guardar silencio. Su mano en alto agitándola para pensar mejor.
―Perdón, Sakura-chan ―miró a mi madre con optimismo―. Me asegurare de que estos proyectos tuyos nos saquen del estancamiento a Konoha.
La alegría se mostró en mi madre, pero ella no sabía que era una promesa que Naruto-sama no sabía si podía cumplir. Sin fondos, ni inversiones no había forma de invertir el capital necesario para lograrlo. Necesitaban que alguien con suficiente dinero y que confiará en Konoha, a quien podía acudir.
II
Esa persona era nadie mas ni menos que la única mujer que tenía conocimiento de una larga lista de gente con dinero que podía convencer de poner unos cuantos miles de yenes en Konoha para comenzar. Me ha contado Sarada-san.
―¿Acaso estas loco? ―pregunto Kurenai ante la loca solicitud que le hacia el rubio. Ahora con tiempo lejos de los intereses de Mei, Naruto tuvo la oportunidad de conocer un poco más a su asistente Kurenai, sabiendo que ella era la verdadera líder detrás de la agencia dirigida por la señorita Terumi.
―Loco, desesperado me atrevo a decir ―declaro el joven Naruto.
Ambos estaban en un puesto de ramen en un puesto ambulante de los suburbios, donde Kurenai vivía y volvía luego de estar todo el día trabajando con Mei. Antes de volver a su casa ella se detenía para comer un plato de ramen de pato solo para tomar un respiro entre su vida como trabajadora y como esposa.
―¿Pero porque me preguntas a mi por los clientes que atiende la agencia? Bien podrías preguntárselo a Mei, después de todo tu y ella son ―el joven Uzumaki la tuvo que interrumpir abruptamente.
―Mei trata de hacerme su títere ―exclamo Naruto con los palillos en las manos y los fideos entre ellos―. Para Mei, Konoha es solo un negocio que supervisa, no le importa si sube. Solo que ahora le pertenece.
―Tienes con razón ―suspiro Kurenai, jugo con su comida un momento antes de comer como Naruto lo hacia junto a ella.
Me pregunto si era buena idea discutir esto frente al dueño y cocinero del puesto, pero su honor estaba en la comida no en escuchar las conversaciones de sus comensales. Pero tras comer y casi terminar su tazón como Naruto logro hacer con el suyo, Kurenai.
―¿Kurenai? ―exclamo Naruto al ver que la mujer a su derecha quiso decir algo, pero calló mas pronto que tarde.
―Naruto-kun ―dijo, mirando el fondo de su tazón con el caldo restante―, debes saber algo. La mayoría de los clientes que Mei hace cuentas, son gente de negocios de dudosa procedencia. Créeme no querrás involucrarte con ellos y mucho menos recibir su dinero.
Algo de silencio entre los dos mientras daban atención al platón de comida que tenían enfrente. No vio el momento, pero Mei de algún lado suyo saco un pequeño cuaderno de notas, de europeo estilo de hace un siglo que paso a Naruto. Un cuaderno sin ningún texto escrito encima o en la primera pagina de portada, pero con cada pagina que avanzaba, veía una larga lista de nombres y números a sus lados.
Pronto la imagen que tenía Naruto de la señorita Mei se volvió manchada. Conocer su cuerpo no significaba conocer todos los secretos que Terumi operaba.
»Pero de todas las personas hay una mujer cuyo capital puede financiar esos planes que tienes en manos y que no quieres decirme.
A eso, Naruto Uzumaki llamó: confidencialidad de negocios. Sin embargo Kurenai no mostró ningún interés.
―¿La hay? ―pregunto.
―Es alguien que Mei ha ayudado a contar todo su dinero desde que comenzó a ganar tanto ―comento la pelinegra cuyos rubis llevaba por ojos.
―¿De quien se trata? ―la mirada firme que hizo Kurenai sobre sus ojos, lograron transmitir el nombre de esa persona al rubio jefe empresarial. Quien comenzó tuvo un escalofrió cuando dedujo esa identidad―. Por favor, no me digas que es.
―Tsunade Senju.
III
No la visito antes desde su ultimo encuentro, aquel que termino con su encierro como la loca criminal que se volvió. Decir que era una loca criminal era exagerado, simplemente se paso de copas. No sabía como reaccionaría al verse después de tres meses y contando desde la noche que ella lo uso como apuesta.
Para Tsunade, la estancia que estaba haciendo en prisión le sentaba bien. Con un carrito de servicio ella recorría los pasillos de la prisión de mujeres, llevando consigo una olla con guiso, platos y herramientas de losa para degustar. Una temporada de relajación que hacían bien para la madura. De reja abierta en reja, ofrecía esta comida mostrando una cara totalmente distinta a la que siempre lleva. Gentil y alegre, no seria y amargada como todos afuera la conocían.
―¿Alguien quiere un poco de guiso? ―preguntaba cada vez. Alguna que otra prisionera se levantaba y aceptaba tomar un plato, aun sabiendo que ese guiso debía de poca calidad dado que los ingredientes de la cocina no eran de la misma calidad que afuera―. Descuida querida, los chicas en la cocina se lucieron con la comida solo falta un poco de sal.
Un salero en su carrito y ella misma echo la cantidad suficiente a la comida servida en el tazón antes de entregar cada plato. Las reas quedaban a gusto con el guiso, una comida fuera de la tres comidas diarias poco humanas que suelen dar ¿pero podemos quejarnos? Aquellos que están en prisión están por una razón de castigo merecido. Casi siempre todos.
―¡Oh, Tsunade! ―saludo una prisionera que compartía celda con otras tres prisioneras de rasgos morenos.
―Hola niñas, espero y tengan hambre ―saludo muy gustosa preparando cinco tazones. Uno de ella, porque comería junto a estas otras prisioneras dado que eran sus compañeras de celda.
―Oh si, que fantástico estuvo ―dijo una de ellas luego de tan comer como si no hubieran comido en el desayuno.
El carrito quedo fuera mientras ellas estaban sentadas en un circulo en medio de la celda, todas se llevaban demasiado bien. Una era morena de cabello morado, prisionera numero 283450. De cuerpo maduro y un busto grande, cabello anaranjado y gran carisma, con un lunar bajo su labio derecho su número de prisionera era 164892. La prisionera 343287 era una extranjera de piel blanca con un contrastante cabello azulado, cristalino como el agua de mar. Después estaba la prisionera 297171, una mujer de cabellera negra, joven pero peligrosa. Cuya actitud tan optimista empalagaba.
―Tsunade ¿Estás lista? ―exclamo la prisionera 283450―. Será esta noche.
―Estoy lista ―exclamo―, agradezco que me involucraran en su plan de escape, Yuroichi. Rangiku, Esdeath, Bambi-chan.
Su nombramiento, era en el orden del número de prisioneras antes mencionado. Eran una hermandad de mujeres de gran tamaño.
―Has demostrado ser una de nosotras ―la prisionera 343287 fue la mujer con quien Tsunade tuvo su encuentro violento previo.
―Repasemos el plan esta noche ―dijo Yuroichi, la líder del plan. De su pantalón, saco de la trasera un mapa dibujado a mano―. Este edificio es antiguo, hablo de fue construido durante la segunda guerra como un plan desesperado ante una posible invasión de los americanos, hablamos de piedra y madera. No siempre fue un centro penitenciario para albergar criminales. Por eso hay mas de cinco prisioneras por celda. Tenemos todo para escapar, linternas, una escalera improvisada y un par de armas que logramos hacer por si las cosas se complican y el tunel por el cual saldremos de este apestoso lugar.
―Una vez que estemos fuera, hay que ocultar nuestras identidades y encontrar un medio de transporte para huir lo suficientemente rápido antes de que se den cuenta de que escapamos ―tomo la palabra, Rangiku.
―Descuiden. Ya contacte con alguien que puede ayudarnos con eso ultimo. Todo saldrá bien ―dijo Tsunade con toda confianza en esa persona.
―¿Es de fiar? ―preguntaron al respecto, aunque en un principio pareció que Tsunade dudo de responder.
―Si, lo es.
Ellas confiaban en ella, aunque en ese momento no parecía confiar en si misma.
―Excelente, todo sucederá esta noche.
IV
29 de junio del año 2005, once de la noche. A las afueras de Tokio, una ruta antigua y olvidada del transito e ignorada de a donde lleva su destino el joven Uzumaki había conducido hasta este tenebroso lugar aparcando un auto prestado de la compañía para usarlo de forma personal. La aparco en un espacio de tierra en el kilómetro 15 del camino. Con una lampara en mano bajo del auto y camino adentrándose en el bosque haciendo ruido en pisar las ramas y las hojas secas del piso. Esperando que nada muerto o vivo le saltará en la cara.
Si bien este ambiente silencioso cubierto por el canto de los insectos no era relajante, siguió avanzando iluminando su camino. Un nuevo ruido atrajo su atención, el sonido de un desagüe que buscaba, lo encontró. Aguas negras que formaban un sendero hacia lo desconocido por el bosque halló, pero el enorme agujero bajo esa elevación de la tierra era lo que vino a buscar.
Inocencia o idiotez, Naruto Uzumaki no comprendió la razones por las que Tsunade le pidió que viniese aquí. Después de tres meses decidió visitar a la mujer que lo tomo por amante (juguete), pero ella no le dejo hablar como siempre, Senju se mostró alegre por verlo otra vez, pero tras un rápido saludo entre ambos en el que la madura no le dejo explicarse para nada, le dijo que asistiera a este apartado sitio. En la noche para buscar algo de ella. La visita fue rápida y no le dejo decir nada a Naruto, salvó repetir lo que le había pedido hacer con tal de asegurarse de que no lo olvidase.
―Muy bien, ya estoy aquí ―dijo Naruto, habiendo salido de la oficina con su ropa ejecutiva. Levanto la manga de su brazo derecho para ver la hora―. ¿Que debería encontrar por aquí? ¡Por favor, Tsunade no me digas que!
No lo pensó ni por un momento, su cabeza no estaba fría. Tantas cosas en la cabeza y una noticia que esperaba fuese de gran sorpresa para su antigua jefa. Ahora que entendía la razón por la que le pidió venir aquí, se harían las cosas más complicadas de lo que eran antes.
Pues mas allá de este tunel y por detrás de la tierra elevada bajo la que sale, muy a la distancia se ve la prisión de mujeres de Kioto.
V
Diez de la noche y los guardias de la prisión de mujeres de Kioto comienza a apagar las luces. Los guardias anuncian esto mientras dan el ultima ronda de la noche.
―¡Fuera luces!
El silencio llega y los pasos de los guardias se ausenta en toda la prisión.
―¡Ahora! ―una tenue pero fuerte voz de la prisionera 283450 da la señal.
Sin dudar de sus acciones las cinco presas bajan de sus camas literas sin hacer nada de ruido ni rechinar. Un agujero en el suelo escondido con una manta y una mesita tradicional japonesa, se muestra. Ellas la cavaron desde hace un mes. El agujero no las lleva más que a una celda en piso inferior, desahitada. Pero con una ventana de barrotes que mira hacia el exterior.
Con herramientas en mano y el tiempo calculado, todas juntas logran romper las barras, las que dejan en el piso de la celda. Dejarlas caer hará ruido que alerte a los guardias. A pesar de sus tamaños, logran salir por esta ventana, pero cinco pisos más les aguardan para estar libres. Las cámaras externas vigilan el bosque, no las paredes. Las que hacen recorren con pegadas avanzando en una arriesgada maniobra para moverse hacia la izquierda. Contar cinco ventanas y bajar una. Que solo un miriñaque protege.
Entran a un corredor en el tercer nivel de la cárcel fuera de toda celda y no hay guardias vigilando. Todas se quitan los tenis y corren por el pasillo hasta las escaleras al otro lado sin quedarse atrás nadie. Una reja detiene su paso. Pero la prisionera 297171 tiene talento para abrir cerraduras con un pasador. Hace que todas pasen y vuelve a cerrar con ese mismo pasado para que no dejar huellas.
―¿Que están haciendo? ―una voz somnolienta detiene el camino de todas en pleno segundo piso. Una prisionera que no decidido dormir todavía las ve―. ¿Están escapando?
―¡Cierra la boca! ―la prisionera 283450 se enoja.
―¡Guardias, guardias! ―cuando su plan de escape parece comprometerse pero la compañera de celda de la habladora decide hacerla dormir con una llave.
Nadie sabe quien es, hasta que asoma su cara por la reja.
―Eres tu, querida ―una de las prisioneras que siempre acepta los platos de comida que reparte Tsunade todos los días―. Gracias, te debemos una grande querida.
Prisionera 333667. Solo responde con su pulgar arriba mientras sigue mostrando una expresión fría sin corazón, el plan de escape de las cinco aun no esta comprometido. Antes de llegar al final a las escaleras que les llevaran al primer piso deben desviarse, a la lavandería con un pasadizo hacia el primer piso donde un cuarto que los guardias usan para descansar durante el día debe estar despejado para ellas. O eso creían.
En cuanto levantaron la rejilla en el piso, cuatro guardias mujeres levantan la vista al ver como la reja en el techo, bajo el que están jugando cartas muestra la cara de las escapistas.
―Oh, oh ―Tsunade sabe que esto no esta bien.
―¡Suena la alarma!
Antes de que logrén dar aviso, la prisionera 343287 saco un cuchillo oculto entre sus senos y con el en su boca baja para acabar con las guardias. Una rápida matanza de parte de esta compañera de celda deja impresionada a todas, no parpadearon ante el desliz mortal de sus manos.
Nueve segundos mas tarde y cuatro guardias había echo del piso un mar con su sangre yaciendo muertas, mientras que la quinta guardia era degollada lentamente por la prisionera 343287, su muerte era tortuosa porque ponía la adrenalida que no ha escapado de su cuerpo, haciendo que su mano derecha saco el cuchillo de combate que tiene guardado y apuñale a la prisionera, a la que retiene a su lado en el piso con su brazo izquierdo mientras le mata. Veloz movimiento del cuchillo en mano de la guardia y apuñala por completo a 343287 en el corazón dándole muerte instantánea. Ahora la ultima guardia puede morir en paz.
―Cuanto drama ―se escapan palabras de la prisionera 164892 ante la masacre bajo sus miradas.
―A eso llamo yo un empate ―declara Tsunade. No hay mas tiempo de comentarios pues deben seguir escapando.
―Vamos, ya casi escapamos ―dice la líder de la fuga.
Tras la ventana del cuarto de descanso convertido en matadero yace su libertad. La escalera improvisada que han fabricado es para bajar y entrar al lago artificial que hay detrás del edificio. Parte del complejo construido pensado como base durante la segunda guerra, un lago que oculta un túnel desagüe que sería utilizado como método de escape bajo tierra para las tropas si la batalla lo requería. Lo cual es cuestionable, las fuerzas japonesas durante este conflicto nunca pensaron en el escape como una opción. Salvó que el militar que mando a construir esta fortaleza improvisada tuviera la cabeza puesta en la tierra.
Entran al agua del lago sin hacer ruido y nadan hasta encontrar el túnel donde el agua sucia recorre muy poco durante esos dos kilómetros que anduvieron sin descanso.
Dan las 11:25 de la noche y Naruto comienza a notar un destelló de luz que ilumina muy adentro del desagüe, el cual le hipnotiza a quedarse a averiguar que lo produce, parece acercarse y cada vez mas cerca escucha voces de mujeres, no ruidos de ultra tumba. Sino la voz agotada de varias mujeres que vienen en fila y a toda prisa.
Cuando la nota mas cerca, decide apartarse fuera de la visión de quien sea que viene por aquí. Apaga su lampara para mas disimulo. Entonces la ve salir de primera y el miedo en su persona se convierte en confusión
―¡Naruto! ―grita de felicidad al ver a su gigolo.
―¿Tsunade? ―él en cambio esta angustiado al verla.
Sucia, embarrada en aguas negras y cubierta de sus sudor toma al joven Uzumaki y lo besa después de tanto tiempo. Pero a pesar de todo, ese beso se siente cálido para los dos.
Una a una, salen las demás fugitivas mirando de como Tsunade esta cariñosa con este joven hombre que les esperaba. Una garganta suena y llama la atención de la rubia madura.
―Naruto, quiero presentarte a Yoruichi, Rangiku y a Bambi-chan. Esdeath murió en las catacumbas ―las presenta.
―¿Este es Naruto? ―pregunta Yoruichi mientras lo señala teniendo una ceja en alto―. El mismo Naruto del que nos hablaste.
―Ciertamente es lindo ―comenta Rangiku mostrando algo de interés en el joven Uzumaki. Ellas tres han tenido la mala suerte de extrañar la calidez de un hombre, alguna por hasta tres años mientras que otra hasta diez.
―Debo detener este momento ―exclama Yoruichi―. Aquí nos separamos, Tsunade. Me gustaría que me prestarás a tu novio unos cuantos minutos, no he cogido con un hombre desde hace diez años. Ella cuenta buenas historias de ti, pero supongo que será en otra ocasión.
Una nalgada a Tsunade, una por una antes de salir corriendo en la dirección por la que Naruto vino mientras él solo mira confundido con todo lo que acaba de ocurrir.
―¡¿Que rayos hiciste, porque te escapaste?! ―el joven Uzumaki ahora esta enojado y confundido.
―Por que te amo, Naruto ―salieron esas palabras de su boca, sin embargo tomaron desprevenido al chico―. Por esa razón fui a buscarte esa noche. Ahora que viniste a buscarme como te pedi podemos escapar juntos.
La respuesta de joven señor Uzumaki fue la mas adecuada, pero habrá quien diga que fue muy premeditada. Una fuerte bofetada que hizo ruido en pleno bosque se hizo el unico ruido en ese momento, el rostro de Tsunade quedo mirando hacia la izquierda, esa bofetada fue lo suficientemente poderosa como para acomodar sus ideas y volver a colocar todos los engranajes en su lugar, así su mente volvió a andar correctamente.
»Gracias, lo necesitaba. ¿Trajiste ropa para que me cambie?
Dijo, tras poner de nuevo su mirada sobre su asistente, o mejor dicho ex asistente.
―¿Ropa?
―Obviamente, mira como quede luego de andar por kilómetro y medio de aguas negras, estoy toda sucia y mojada ―señalo Tsunade notando su aspecto por fin, pero luego escucho que su asistente dejaría en claro que no trajo nada―. Esta bien no me trajiste ropa, pero al menos dime que tenemos un medio de escape.
Escucho el encendido de un motor, era del auto en el que vino. Miro en la dirección por la que vino y a lo lejos, Naruto Uzumaki vio como su auto por medio de los faroles encendidos; alejarse a topa prisa siguiendo la carretera por la que vino. Solo habían tres personas que podían ser responsables de tal acontecimiento.
―Se robaron mi auto ―un auto que apenas había comprado con un mes de anterioridad, contaría el señor Naruto a Sarada-san en algún momento.
―Significa que no tenemos medio de escape ―Tsunade palideció, antes de dirigir su enojo―. ¡Esto es fantástico!
―¿Me culpas a mi? ―reclamo su inentendible enojo―. ¿Como rayos iba a saber que planeabas fugarte de la prisión?
―¿Cuanto te dije que vinieras a este lugar no paso ni por un momento la idea a caso? Claro que no, nunca fuiste muy listo, ni siquiera tienes estudio.
―¿Disculpa? ―esta vez, Tsunade estaba haciendo que su enojo cruzara una linea sensible para Naruto.
―Aunque te disculpes no enmiendas tu estupidez ―entonces lanzo todo su enojo contra Naruto―. Era de esperarse de la gente… ¿De donde rayos dijiste que eres?
―De Camboya ―revelo sus raíces.
―Camboya ―¿racismo o xenofobia? O mas bien, su trauma de Tsunade―. Tenias que ser de Camboya donde las personas viven una pila de ropas negras apestosas y un kilo de verduras podridas son la posesión mas rica que puede tener. ¡Estoy en esta situación por tu culpa! Si no hubieras aparecido en país nunca hubiera terminado en prisión, mi vida seguiría siendo buena… Dime ¿Que estúpida razón hace que un inutil sin estudios como tu venga a poner un pie y manche este país?
―La guerra.
Los ojos cristalinos en el joven Naruto venidos con esas dos palabras acabaron con la ira desmedida de Tsunade y su rostro se torció en una compasiva y triste expresión.
»Mi infancia la pase en medio de una guerra y la persecución desde que tengo memoria, mi madre era japonesa y cuando los guerrilleros del malnacido genocida que gobierno mi país, la descubrieron la mataron. Mi padre hizo todo lo posible para mantener con vida porque sabia que en cuanto los guerrilleros vieran que era hijo de una extranjera me matarían también. Nunca mas volví a ver a mi padre incluso ahora, así que lo doy por muerto. Yo termine aquí por la guerra.
Las palabras de ese joven del que tanto disfruto divertirse con él como solo un juguete hicieron que la perspectiva que tenía de su asistente, cambiara de paradigma.
―Entonces, eres un refugiado.
―No exactamente ―le corrigió Naruto―. Si logré escapar no fue por la “ayuda humanitaria” que enviaron las naciones unidas. Hubo unos mercenarios que fueron enviados por un empresario para sacar un grupo de personas por las que les pagaron mucho y mi padre les rogó por que me llevaran. Aceptaron llevarme solamente porque una de esas personas que les prometió un pago extra por sacarme también y llevarme con la familia que no conocía que tenia en este país. Fue el dinero lo que hizo que me sacaran de esa horrenda vida y entendí que el dinero es lo único puede hacer la diferencia sin importar si eres buena persona o no. Por eso acepte el humillante puesto de ser tu asistente, porque pensé que si algún día si tenia la suerte de llegar a ser alguien con un poder que realmente puede hacer la diferencia así podrías ser tu. La mujer con mas poder e influencia en el mercado de este país.
―Naruto… ―no sabia que decirle al respecto, ahora Tsunade se sentía cual miserable―…. Debes pensar que soy una mujer despreciable.
―Ya lo pienso ―le dijo.
―Cuando volvamos, te daré un mejor trato como mi asistente ―ahora estaba perdida y no sabia de que hablaba, nuevamente.
―No creo que eso sea posible ―comento el joven Naruto―. Acabas de escapar de prisión, eres una prófuga. Segundo ya me nombraron a mi como nuevo jefe corporativo a cargo de Konoha.
―¿Que hicieron? ¡¿Que?!
―Mei compró muchas de las acciones luego de que hicieras que Konoha se fuera en picada, dejo que yo estuviera a cargo solo porque ella dijo que no quería desperdiciar su vida detrás de un escritorio ejecutivo como tu ―contó―. Necesito recuperar la autonomía de Konoha y sin ningún inversionista de confíe, solo podía acudir a ti. Así que pague tu fianza e iba a decirte que saldrías libre mañana pero tu nunca me dejaste decir nada cuando nos vimos.
―Hay, Naruto… ¿Que hice?
Pero antes de que puedan congeniar mas, una alarma se escucha a la distancia. Se han dado cuenta que han ocurrido una fuga en la prisión de mujeres, sus alarmas se escuchan desde tan lejos. Tomaron su tiempo para darse cuenta de la fuga.
―Dejemos esto hasta aquí ¡Ahora hay que irnos!
VI
Investigue acerca de esto en el internet, acerca de la fuga de prisión de mujeres ocurrido en Kioto. Ninguna de las prófugas fue centro de atención de la prensa ni de la policía, salvo por la señora Tsunade Senju, era la única de las cuatro fugitivas que durante cuarentas días siguientes fueron foco de atención. Se dio a conocer que el joven CEO de Konoha pago la fianza de su predecesora sin embargo, al ser el papeleo cuestiones de veinticuatro horas para la liberación, no se le notifico a la prisionera. Razón por la cual los medios y las autoridades en el caso descartaron que Naruto Uzumaki tuviera se viera involucrado en el caso. Sin embargo no hizo declaraciones de los motivos por los que decidió pagar la fianza de esta mujer.
Si a la prensa de ese momento en vez de investigar mas a fondo o no hizo de conocimiento publico los motivos que tuvo el joven señor Uzumaki es porque la señorita Mei convenció a todos le medios de no revelar todo lo que dijo su joven amante. Claro que, nadie sabia que ellos dos eran amantes, aun.
―Sabes la cantidad de dinero que tuve que pagar para que los medios no hablaran mal de ti ¿Naruto? ―lo confrontó en su oficina, donde la señorita Shizune se mantenía a su izquierda detrás de su asiento, pues Terumi vino sin aviso y entro en la oficina sin una cita previa.
―Mei, ya te dije que yo no se donde esta ―declaro, la confianza en su voz casi logra convencerla de que dice la verdad.
Insatisfecha, se cruzo de brazos mostrando el inconformismo en su mirada mientras caminaba hacia su gigolo.
―Al menos dime con motivo fuiste a pagar su fianza ―camino hasta quedar entre Shizune y él, apartando a la pelinegra de su mirada, sus dedos bajo su barbilla levantaron la vista de Naruto yaciendo sentado frente a su escritorio―. No me diga que… te sientes culpable.~
―¿Quieres que te diga la verdad? ―exclamo él con ese rostro firme, falto de toda emoción―. La necesito, a ella y su dinero.
―¿Dinero? ¿Para que lo necesitas?
Decidió ponerse de pie y eso hizo sudar una gota de preocupación a Mei, pues su joven amante nunca quito la mirada de ella en esos segundos, ni por uno solo.
―Konoha esta estancada, necesitamos recuperar lo perdido y hacer crecer esta industria ―declaro. Sin embargo, no le parecieron amenaza alguna para la señorita Mei, en cambio solamente lo tomo a diversión, inclusive soltó algunas risas.
―Querido, pareces olvidar algo ―se acerco, muy coqueta en su actitud; pero el tenso ambiente hizo temblar a Naruto―. Yo compré las acciones de esta industria, soy dueña del sesenta por ciento de todo lo que hay aquí, y si deje que tu estuvieras a cargo. Es porque yo lo quise así. Tu no harás lo que tú quieras, haces lo que yo te diga.
El ambiente se volvió tenso
―¿Como tus clientes? ―comento Naruto. Lo cual consiguió hacer que Mei temblará por un momento―. Ya se que la mayoría de tus clientes no son gente de negocios respetables.
―¡Oh! ¿Enserio? ―se mostró inmutada. Un movimiento sutil del joven rubio y lo que sacaría de su pantalón haría temblar a Mei. Un cuaderno de su propiedad que no debería saber él de su existencia.
―Tengo tu lista con todos los nombres de tus clientes, los que la policía estarán muy interesados en conocer ―dijo y esta vez, el terror se mostró en la cara de Mei, dando mas pasos hacia atrás.
Shizune este tiempo que se quedo en silencio, luego de crujir los dientes al ver como esta mujer decía ser dueña de Naruto se ponía muy cariñosa con él delante de sus ojos. Pero ahora que veía que su amigo y jefe volcaba la situación a su favor, podía mirar a la madura con despreció y soberbia al no saber con quien estaba jugando.
Pero Mei mostró una sonrisa que preocupo a los dos. La declaración que haría devolvería la situación a su favor.
―¿Y que si lo haces? ―pregunto Mei, levantando los brazos en ademan de no importarle―. Seguramente la policía investigará y sospechará que comprar las acciones de Konoha industries fue por lavado de dinero. De hacerlo, se hará un escándalo mucho mayor y tanto Konoha como mi agencia, se irán a abajo ¿No lo pensaste? Si usas esa carta, tu también terminarás muerto. Así que solo diré, querido. Puedes quedarte con esa libreta.
Tenía razón, no lo pensó bien. Un mal movimiento con la suerte que tenia en sus manos y podría llevar al caño todo, tener el dinero de Tsunade a su favor no era suficiente. Realmente esa era la cuestión, tenia que hacer que Mei saliera del juego o mejor aun. Ella se fue a los pocos minutos no sin antes escucharla decir que estaría atenta al momento que la policía atrapa a Tsunade y estará allí cuando la encierren.
VII
Una vez mas, tuvo que reunirse con Kurenai en el mismo puesto de comida. Solo podía contar con ella para poder hacerle frente a la señorita Terumi.
―Parece que Mei no sabe que fui yo la que te el cuaderno donde tiene registrado todos los clientes ―comento Kurenai, pero por eso se sentía relajada mientras cenaba.
―¿Que hice mal? ―pregunto Naruto luego de comerse a fondo todo el tazón mientras Mei comía el suyo poco a poco para disfrutarlo.
―No leíste bien todo lo que hay en la libreta ―contesto, la atención del joven Uzumaki volteó rápidamente―. ¿Sabes que significan los números a lado de los nombres de sus clientes o no te has dado cuenta que los nombres se repiten muchas veces en todo ese cuaderno?
Con la libreta aun en su posesión, comenzó a revisar las paginas con una nueva perspectiva. Pero a pesar de la pista de Kurenai no sabía que debía buscar Naruto.
―¿Que deben significar exactamente? ―pregunto.
Un suspiro alegre soltó la asistente de Mei, del largo día que tuvo haciendo todo lo que Mei le mandaba hacer, este momento con él era de lo mas relajante.
―Oh Naruto-kun, tu estupidez es muy divertida. Solo dime que por favor te estas haciendo el tonto ―dijo, mas no esperaba que le diera él una respuesta a eso. Que bueno que no la dio.
Kurenai le hizo una señal, terminaron de comer y se alejaron del puesto de comida. Un rincón oscuro donde nadie había cerca para verlos ni nadie a la vista que escuchara. Le diría claramente la forma para vencer a Mei en el juego de Naruto.
VIII
Mas que tener escondida a Tsunade en una casa de seguridad. Logro hacer que alguien que ella conocía le diera asilo. No en el campo, o en otra ciudad aledaña, sino en la misma ciudad. En la residencia presidencial de un amigo del juego de Tsunade, donde ella podía estar tranquila en las termales artificiales construidas en el piso veintisiete del edificio como parte de su baño personalizado.
Llevaba un traje de baño muy revelador que poco dejaba a la imaginación, donde podía beber una de sake mientras una charola con la botella de la bebida flotaba en el agua cerca de sus manos, su vaso era llenado por el hombre que ofreció a resguardar de ella mientras Naruto Uzumaki arreglaba su desastre. Un hombre que no tenía problemas en mostrarse solamente con una tanga negra muy europea, disfrutando de las termas con esta bella mujer.
―¿Quieres un poco más, Tsunade? ―pregunto, el carismático hombre sentado lado a lado de la mujer.
―Que amable, Raikage-kun ―respondió y su vaso fue llenado mientras lo levantaba. El mismo hombre que sintió una pizca de envidia con la suerte tenida de Naruto Uzumaki con Mei, era el mismo que decidió esconder a Tsunade en su lujoso apartamento―. Te agradezco mucho que hayas dejado esconderme contigo.
―Si quieres agradecerme, sabes como puede ser~ ―bajo el agua, Raikage movió su mano al muslo de Tsunade mientras estaban sentados en las cálidas aguas. Pero a pesar del toque del moreno, la rubia madura se muestra inmutada con sus acciones con una sonrisa en sus labios.
―Oh Raikage-kun ―Tsunade lo mira muy traviesa mientras ella deja pegar su cuerpo ante el torso de grandes músculos de este hombre por poco tiempo y se levanta―. Ya te dije, no eres mi tipo.
―Te haces desear, mujer ―dice mientras la ve alejarse, ve su espalda y por sobre todo la raya del bikini perdiéndose entre sus valles firmes y redondos de su trasero―. Admítelo, lo gozaste, esa noche.
―Fuiste bueno. Pero mi novio lo es mas ―contesto.
Lo dejo allí mientras él simplemente volvía a relajarse. Tsunade seco su cuerpo con una toalla y salió de su baño con la toalla cubriendo su cuerpo, la propia asistente de Raikage venía en la dirección opuesta. Esa misma dama de piel morena y cabello plateado que el joven Naruto trato de intimar de forma consentida en el ascensor.
―Tsunade-san ―saludo primera la morena―. Su ropa ya esta limpia, Hinata fue a dejarla a su habitación.
―Gracias, Mabui ―dijo pero en cuanto reflexiono acerca del nombre que escucho decir de la morena asistente de Raikage Tsunade palideció un instante―. ¿Dijiste, Hinata?
―Si, es la otra joven que sirve a Raikage-sama como yo ―exclamo Mabui y siguió su camino.
Es un nombre muy común en Japón, podría ser cualquier jovencita en la ciudad. No podría ser la misma Hinata que su joven (ex) asistente le ha mencionado que es su verdadero amor a pesar de estar teniendo actos ilicitos con otras mujeres a espaldas de ella. Resulto que si era ella. Abrió la puerta y del cuarto dado por Raikage, donde una joven mujer de unos veinte años de larga cabellera, cuyo color de ojos eran de lo mas destacable; estaba dejando sus ropa limpias sobre la cama.
―Disculpe, solo vine a dejar su ropa. Ya esta limpia y lavada ―dijo la dulce voz de la muchacha que llevaba una blusa blanca sin mangas y negros pantalones holgados.
―Si, esta bien ―dijo Tsunade, sin poder mover los ojos de los rasgos de la jovencita―, disculpa ¿Tu nombre es Hinata? ¿No eres tu, Hyuuga Hinata?
―Mis ojos me delatan, verdad. Es un gusto conocerla, Tsunade-sama ―contesto ella, su dulzura era muy empalagosa, pero para ella impactante.
―¿Que haces trabajando para Raikage? ―le pregunto, pues hay costumbres que ella tiene conocimiento de él.
―Es la única forma en la que mi padre no este molestandome en casa porque luego lleva a presentarme pretendientes con los que él quiere que me case sin considerar mi opinión solo por conservar el estatus del apellido Hyuuga ―dijo Hinata. Raikage-sama es un buen amigo de mi madre, ella me presentó―. Pero dejando eso de lado, Naruto-kun tampoco deja de hablar cosas buenas de usted.
―¿Te ha hablado de mi? ―pregunto.
―Antes que usted terminara en esta situación, Naruto-kun me contó de como usted era la máxima autoridad en Konoha. Todos le respetan y le temen, en un buen sentido ―decía la joven Hyuuga―. En las veces que Naruto y yo tenemos alguna cita, no para de hablar maravillas de usted. Su inquebrantable carácter y su autoridad incuestionable.
―Eso te contó de mi ―Sarada-san me contaría de una confesión posterior de la señora Tsunade. Sintió que todas esas palabras que le decía la muchacha Hyuuga, eran mentiras contadas por su novio para no contarle acerca de todas esas veces en las que ella y Naruto tuvieron sexo.
―Debe verla como una maestra muy querida por él ―vino a decir después―, lo digo porque Naruto-kun me contó que pagaría su fianza por la necesitaba para rescatar a la compañía de la situación en que los metió. También dijo que solo era a mi a quien contó sobre eso.
―¿Solo a ti, ni a Shizune le habló al respecto? ―eso le sorprendió a Tsunade. Pero era lógico, esta otra estaba molesta con ella y dejo en claro que ya no tenia el mismo respeto que antes tuvo de ella. Shizune seguramente le hubiera dicho que era una terrible idea―. Sabes, tienes razón; si Naruto fue escogido para ser mi reemplazo como jefe y dueño de Konoha industries es porque aprendió muy bien de mi. Pero sabes, Naruto también me ha hablado mucho de ti querida niña. Se ha esforzado mucho para llegar al lugar que ocupa ahora, por que me contó a mi, que quiere el esposo ideal para ti. Vaya que esta enamorado.
Sus palabras lograron hacer que Hinata se ruborizara hasta el punto que iba a soltar humo de su cabeza ante tal vergonzosa promesa que él la había hecho. Se activo el mecanismo humano en ella de ocultar su reacción con algo de risa.
―Yo, yo también amo mucho a Naruto-kun. Soy feliz con estar con él no me importa realmente si es alguien importante o normal, lo que siento por él es verdadero ―la escucho responder. El sentimiento de culpa se hizo presente en Tsunade con sus palabras―, pero aunque él se ha esforzado tanto como para llegar a heredar una importante industria a pesar de su actual situación. Mis padre no lo permitirán, mis padres son muy conservadores.
―¿A que te refieres con eso?
―Ellos nunca aprobarán a Naruto-kun, mi padre sobre todo; porque Naruto-kun tiene sangre extranjera ―incluso en las familias mas poderosas, la conservación de la sangre o de la raza es un requisito muy cuestionable.
―Niña ―Hinata fue tomada por sorpresa, las manos de la madura la tomaron de los hombros, sus ojos se levantaron ante la penetrante mirada asesina que puso Tsunade sobre ella, escuchando con mucha atención las palabras que vendrían―. No sabes la fortuna que tienes por tener a un hombre como Naruto como tu novio, te envidió por eso. Si lo dejas ir, yo lo tomaré.
Inocente o tonta, Tsunade vio como la joven Hyuuga levanto una ceja al final de sus palabras. A mi parecer, se estaba portando con cinismo. Ya que le estaba robando el hombre a otra mujer y si bien dijera ella que esto no le importaba antes, ahora sentía un malestar por hacerle esto a una joven como era Hinata. Pero como todo ser humano, su juramento no tenia ninguna lealtad.
IX
La señorita Mei se preparaba para dormir, pero sobre todo para sorprender a su joven novio. Un corpiño color blanco, transparente. Dejaba ver su liso vientre y las bragas blancas que tenía debajo puesta. Sus senos se veían a través de la seductora ropa de noche y solo le faltaba pintar sus labios para dejar su huella por todo el cuerpo de su gigolo.
Escucho la puerta abrir y su voz anunciarse desde la entrada. Por lo que fue a recibir a mi señor, en esos días.
―Buenas noches querido ―salió la señorita Terumi, desde el balcón de sus escaleras saludo a Naruto-sama quien le regalo una sonrisa al ver la bella mujer que le esperaba. Si bien su relación era un juego de placer, era uno que les gustaba jugar. Bajaba escalón por escalón llevando unos tacones blancos que sonaban con cada pisada―. Espero que nuestra pequeña discusión de hoy no arruine nuestra diversión de esta noche.~
―Claro que no ―tomo a Mei, con su mano llevándola detrás de su cabeza cuando esta se le pego a él. Un beso largo y cargado de lujuria se sintió―. Quiero hacerte muchas cosas, Mei.~
―¿Que cosas?~ ―pregunta gustosa, la respiración de su amado joven sobre su cuello provocaba los primeras caricias a la señorita Mei.
De tomarla de sus caderas, una mano suya baja y va introduciendo sus dedos en ese espacio entre sus glúteos mientras su mano derecha sube por su espalda
―Quiero me lo des todo.
Eso le gusto a Mei, Naruto-sama sabe como provocar a las mujeres que están entregadas a él. No paso mucho antes de que Naruto-sama pusiera sus manos sobre sus senos. Mientras que ella frotaba su trasero contra la pelvis su, sintiendo el calor de su aparato que se iba haciendo más ardiente con cada rose, cansando de no poder sentir los pechos de la señorita Terumi. Tomo el corpiño y lo rompió de un solo estirón, por fin podían jugar sus manos con su cuerpo como era debido.
Sobre los primeros escalones, sin siquiera haber llegado a mitad rumbo a la habitación donde ahora dormían los dos. Naruto-sama ya estaba sometiéndola a su dominio. Con las bragas colgando de su tobillo derecho, la follaba cual animal salvaje con semejante polla que tiene.
―¡Mas, mas, mas, mas! ―los gritos eufóricos que desprende Mei resuenan por toda las paredes de su casa, insertado en su recto. La dura hombría de mi amado señor, la desquician con sus empujes―. ¡Sigue, Naruto!… ¡Rompe mi culo!
Su resistencia es impresionante, cada vez más se hace mas duradero y mucho mas brutal. Los fluidos que desprende su aparato humectan su agujero de la señorita Terumi, hacen que se pueda moverse con mas facilidad y hacen mas estimulante la experiencia para él.
―¡Aquí voy, Mei! ―grita y libera toda su semen.
Siente como su cuerpo lo recorre un pulso eléctrico de su culo hasta sacudir sus pensamientos.
―Que fantástico~ ―exclama la señorita Terumi.
―¿Quieres más? ―pregunta Naruto-sama volviendo acercar su voz al oído de Mei, su hombría se deslizo fuera―.Si lo quieres, entregame tu agencia a Konoha.
La pasión murió al instante, no eran las palabras que ella esperaba oír. El rostro de horror e indignación fue persceptible en su rostro cuando le miro. Se levanto de los escalones y mientras que Naruto-sama guardaba su aparato bajo el cierre de su pantalón, Mei mostró indignación ante la persistencia que le ponía por tener la autonomía de Konoha.
―¿Vuelves a insistir con eso? ―su molestia se mostró mucho más, agarro los extremos rotos de su corpiño e inútilmente intento cerrar su ropa―. ¡¿No tienes suficiente con que te entregue mi cuerpo y mi corazón a ti?!
―No ―fue su respuesta, una muy fría. Para mostrar que hablaba enserio, fue subiendo las escaleras hacia Mei mientras le decía―. Kurenai me lo explico, no solo tienes una lista de clientes con negocios de dudosa confiabilidad, sino también has desviado fondos de sus cuentas para enriquecer la tuya. Dijiste que no te importaba el dinero, pero veo que no es verdad. Claro que te importa.
―Naruto… que pretendes hacer.
El terror escalaba en su ser con cada paso que Naruto-sama se le acercaba. Hasta que sus pasos fueron mas lentos que los de él y la atrapo, poniendo su mano bajo su mentón, levantando su rostro haciendo que la señorita Mei sudara de presión.
―Tu lo dijiste, el dinero es un marcador. Lo que importa es el poder y ahora entiendo lo entiendo gracias a ti ―Mei sentía pavor con sus palabras―. Si quiero algo, debo tomarlo. A mi me gusta tu cuerpo Mei, me gusta hacerte el amor. Pero comienza a desagradarme que la gente me controle. Quiero que cedas tu compañía a Konoha, así dejaré de ser tu títere o en cambio, le diré a tus preciados clientes lo que has echo y si hago eso no creo que lo tomen muy bien. Tampoco quiero saber que es lo que pueden hacer contigo.
―Na-Naruto ―la tenia a su merced―. Eres un…
―¿Que?
Justo cuando pensó Mei perdería todo aprecio que le tenía, le sorprendió ver como ella se mostraba complacida con esta vuelta al juego que no sabían que tenían en manos. Mei soltó una risa poco discreta, una que duro muy poco, pues regreso su mirada muy pronto a Naruto-sama y le contesto.
―De acuerdo, tu ganas. Me tienes contra la pared o en este cas, contra el barandal ―la espalda la tenia contra el barandal mismo, como ella misma dijo―. Aunque podría dejarme caer y tus huellas en mi cuerpo serían huellas de un crimen pasional, la verdad es que estoy sorprendida que tu y Kurenai jugaran contra de mi. Mas Kurenai, supongo que esto se debe estar realmente molesta por aquella vez que me cogí a su marido en su casa. Fue mucho antes de conocerte, querido Naruto. Te has vuelto un verdadero hombre de negocios
―¿Tu crees? ―se dejo ver ingenuo ante Mei.
Verdaderamente fue la señorita Mei la que formo a mi admirado señor, no Tsunade por mas que ella alardee. Un semana mas tarde se haría saber la noticia, una conferencia de prensa declaro la señorita Mei que vendía las acciones por completo de la agencia de contadores, Tsukihime y se integrarían con la industria Konoha, para expandir su horizontes.
Días mas tarde, Senju Tsunade volvería a acaparar los titulares. Decidió entregarse a las autoridades, lo que hizo pues Naruto-sama le dijo que solo así le dejarían de perseguir. Esto pues su fuga se veía opacada con el echo de él de haber pagado su fianza, aunque ahora debía pagar los daños echos en el escape que cometido con sus compañeras. Aun así hubo un juicio, del que salió mejor de lo que se pensó antes.
Tsunade Senju era libre, pero no mas la CEO corporativa de Konoha. Sin embargo, una vez invirtió el dinero en la compañía como su joven sucesor le dijo ella tenia un gran control sobre las acciones de Konoha. Dominando el diez por ciento de la marca al igual que los pertenecientes a la señorita Mei, sus acciones disminuyeron en cuanto Naruto hizo saber a la policía sobre algunos clientes de esta ultima.
Al verse vinculado estas personas con la agencia de contadores de Terumi, otros clientes cortaron sus lazos con su agencia llevándola a una bancarrota. Antes de ver hundida su compañía, cedería su agencia a Konoha para ser operados por manos limpias ahora y como muestra de confianza. Cedió el control total a Naruto-sama. Mientras ella era investigada al mismo tiempo que lo fue Tsunade. Pero de la misma forma. Salió limpia.
Con el capital recuperado y un fondo de ingresos suficientes, financiar los proyectos de mi madre sería el paso verdadero que levantaría a Konoha industries.
X
―Estoy en deuda contigo, Kurenai. Konoha ha recuperado su estatus original e incluso subimos algunos puntos mas, antes de la caída. Todo gracias a ti.
―Lo estas, ciertamente lo estas, Naruto ―contesto Kurenai, satisfecha con los éxitos obtenidos por el joven empresario en el ultimo bimestre.
Terminaron de cenar en ese puesto de ramen y decidió acompañar a la mujer en su camino a casa por esos suburbios, se daba un momento para apreciar con cariño la arquitectura distinta de cada vivienda. Tal vez pronto pueda comprar una así y dejar de ser un huésped en casa de las mujeres con las que tiene una vida sexual activa. Algunas veces era Mei, otras noches era Shizune, pero durante este tiempo Tsunade ha mantenido el alto a su relación.
―Mei me contó, que ella tuvo una aventura con tu esposo. Pero que fue cosa de una sola noche ―dijo, mas se sintió incomodo de mencionar esta revelación en tan agradable noche entre los dos―. ¿Es la razón por la que decidiste ayudarme a vencer a Mei?
―¿Eso te lo dijo ella? ―respondió con una pregunta, su mirada cínica fue una extraña respuesta para Naruto―. La verdad es que si. Saber que tu esposo ha tenido un encuentro con la mujer para que trabajas mientras que a mi me ha ignorado los últimos dos años desde que nació nuestra hija.
―Que pena ―fue compadeciente con su historia.
Entonces tuvo la mejor idea que paso por su cabeza para cobrar el favor que ahora le debía Naruto-sama. El foco se encendió y vino a él hasta poner sus manos en sus hombros.
―Sabes, quiero cobrarte el favor de una manera que te nos va a gustar a los dos.~
Se puso a los pies de mi amado señor, manos incluso y su trasero era lo que tenia entregado a él. Era una mujer necesitada de acción mas que solamente pasión, entregada en cuatro su vagina era destrozada por la poderosa hombría de Naruto-sama, llenando la habitación con su voz incontrolable y el olor de sus fluidos mezclándose aromatizando las cuatro paredes.
―¡Vamos, grita para mi! ―decía Naruto-sama mientras deja su huella sobre la piel carnosa y seductora de Kurenai, su trasero―. ¡Grita para mi! ¡Dilo! ¡Grita de quien eres perra!
―¡Soy tuya… soy tu perra, amo!
La cámara de video frente a su cara, capta con gran enfoque el rostro sucio que Kurenai Yuhi hace, así mismos se ven como sus senos caen ante la ley de gravedad de newton meciéndose con los frenéticos choques de la pelvis de Naruto-sama contra su trasero. Una pausa de un segundo, para agarrar a Kurenai de sus ante codos y hacer que se levantase sobre sus rodillas mientras que la camarografa se distanciaba para tener un panorama completo del cuerpo de Kurenai que seguía siendo sacudido por la cogida que recibía.
―Así me gusta, mas sucia. Muestra la perra que eres a la cámara, Kurenai ―quien sostenía la videocámara era Shizune-san. Traída por Naruto-sama para filmar el regalo que la misma Kurenai quería darle a su esposo.
Yacía desnuda y con una gigantesca sonrisa mientras ayudaba a filmar el material. Sus piernas apretadas mientras estaba de pie fuera de la cama, ocultaba así las lagrimas de envidia de su cuerpo esperando tener una oportunidad de gozar, también.
La polla loca de Naruto-sama abriendo cada centímetro, moja la sabana de la cama mientras Yuhi muestra la lengua donde la mano del joven hombre que le hace el amor mucho mas que su marido, la toma aquí para que no ocultase para nada su indecente voz. Y siente la mano derecha de Naruto-sama agarrando con fuerza uno de sus pechos.
―¡Mas rápido, mas fuerte! ―comienza a gritar por los delirios de placer que esta gozando―. ¡Más, más, más, más… Oh, si!
La corriente de semen recorre los profundos valles de Kurenai mientras siente su cuerpo quedarse agotado. Pero solo le deja dar un respiro antes de mi señor siguiera frotando su hombría en las paredes de blandas y acogedoras de la señora Yuhi.
―¿Porque descansas? Yo aun tengo mucho para ti ―exclama mi Naruto-sama, sosteniendo una mascara completa sobre su rostro, no iba a dejar ver su rostro cuando le fuera entregado el material al esposo de Kurenai. No ahora que ya era un empresario.
―Destroza mi vagina, amo. Usame hasta estar satisfecho ―dice Kurenai ahora que su cuerpo esta de nuevo sobre la cama, donde su trasero sigue en alto y es machacado―. Y pensar que esto es lo que te comes todas las noches, Mei.~
La mirada de Kurenai se posiciono hacia el frente de la cama donde del otro lado estaba la pelirroja madura pero ella se encontraba amordazada de manos y piernas por detrás de la espalda con una misma soga, una técnica masoquista con la que Shizune-san la tomo prisionera.
Una bola por mordaza en su boca amarrada a su cabeza mientras en su vagina y su culo yacen un pene de plástico vibrando al máximo nivel. Se mantiene sobre sus rodillas gracias a una segunda cuerda que ata de la soga en el cuerpo de la madura, al respaldo de la cama. Su propia cama.
Vinieron hasta casa de Mei y con la ayuda de Shizune la tomaron prisionera, pensando ella que era alguna clase de juego de su joven gigolo, pero era un juego donde la señorita Mei sería solamente la espectadora.
―Que pasa, señorita Mei ¿Acaso quiere que la polla de Naruto venga y te deje correrte? ―Shizune-san se acerca a ella con cámara en mano para grabar su rostro aflijido mientras su cuerpo comienza a ser devorado por el placer que le produce los dos juguetes de plástico en sus agujeros. Corta la soga que la ata al respaldo de la cama para dejarla caer sobre el colchón―. ¿Que tal si usted y yo también nos divertimos?~
Solo logra mover su cabeza sobre las sabanas, mientras siente como los juguetes puestos en su cuerpo son sacados por Shizune-san. Pronto, ve en sus manos un arnés doble. Un extremo atado e incrustado en el agujero de Shizune-san mientras que el otro extremo libre es visto por sus propios ojos mientras ella lo va introduciendo lentamente en su coño.
―Shizune ―llama a su nombre sintiendo algo de pavor―, no pensé que tuvieras algo así entre tus juguetes.
―Yo también quiero divertirme, Naruto.~
Pero las palabras de Naruto-sama son ignoradas mientras Shizune empuja con rabia y entusiasmo el juguete de plástico dentro de la señorita Mei, a pesar de la mordaza en su boca, juran escuchar como ella se retuerce de placer ante el agresivo juguete. Por su lado Naruto-sama sigue tratando a Kurenai como un simple saco de semen mientras empuja su polla una y otra vez causando orgasmo tras orgasmo en la mujer.
Shizune-san y Terumi-san también enloquecen, los profundos choques del plástico metido en su vagina esta muy próximo a llegar su útero mientras que en Shizune-san el juguete se retuerce en su interior haciendo que la vibración se sienta cada vez más.
La videocámara sigue grabando, dejada sobre su trípode grabando todo lo que pasa en la cama con un ángulo completo. Grabando con mucha claridad como se vuelven simples animales en celo. La batería de la cámara llega a ponerse roja no de la morboso espectaculo que ve, sino por el tiempo que le queda de vida pues aún sigue trabajando. Pero antes de morir, Naruto-sama la toma y tras venirse por quinta vez en el interior de Kurenai, que ya no da para más, su polla se resbala fuera y baña con su leche, su trasero. Mas no termina allí.
Le ordena a Shizune-san que libere a la señorita Mei luego de morir de solo dos orgasmos mutuos mientras que su asistente ha tenido que gozar el doble con su novio, y junto a Kurenai las tres se comen la hombría de mi estimado señor como si fuera un enorme dulce saboreando su aparato bañado en los jugos suyos y los de Yuhi. Antes de apartar su polla de ellas y darles la indicación final.
―Haber, perras. Abran la boca ―dice, sin ningún respeto por ellas en este momento. Pero a ellas no les importa.
Juntas las tres mientras abren sus bocas y sus lenguas esperan fuera a la lluvia blanca final del hombre al que se entregan como esclavas sexuales devotas a su virilidad. Cual bendición cristiana en tiempos feligreses, reciben el baño de leche sobre sus caras mientras siguen emitiendo voces que claman por esto.
Y cuando abren los ojos no pueden ver mas allá que una blanca tela que siente sobre sus caras. Refrescante sensación que seca su piel, pero aun no dudan en limpiar entre las tres saboreando con delicia su salado sabor donde sus lenguas pasan por la mejilla de las otras, para luego culminar con besos entre las tres mientras mi señor solo sigue grabando sus rostros como las pervertidas que son.
El regalo esta listo y editado, sin embargo jamás será entregado. Si bien su esposo la engañado y jamás lo ha encarado por esta traición, la venganza sabe mejor cuando no se hace saber.
―Ten Naruto-kun ―decide mejor entregarle en una memoria flash el material que hicieron, ya no lo quiere.
―¿Que no ibas a dársela a tu esposo? ―pregunta Naruto, volviéndose a encontrar con Kurenai solo para comer ramen en aquel puesto y después en el trayecto a su casa, ella le entrego el archivo.
―Creo que es mejor que tu lo tengas, tampoco quiero pedirle el divorcio. No quiero criar a mi hija sin su padre ―responde, sin embargo las cuestiones morales golpean a mi señor, pero no son nada graves―. Puede que te sirvan de consuelo alguna noche.
―Mejor quedate con él ―le dice y se acerca Kurenai, para tomarla como suya a pesar de estar en la calle aunque nadie esta para verlos―, si quieres tu también puedes mi amiga sexual, Kurenai.
Deciden escaparse antes que llegar a su casa, en el baño de un parque publico cercano, nadie puede verlos ni oírlos, en eso confían mientras la señora Yuhi recibe un polvo rápido. Pero decide tomarse su tiempo con ella, Naruto-sama. Piensa que solo será una despedida, no entiende que ahora esta entregada a los deseos de mi señor.
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