I
Yo estaba a lado de Naruto-sama mientras tenia una reunión de emergencia dado las acciones premeditadas de tomo Kurotsuchi. Tan solo diez días y la sociedad comenzaba a sentir el impacto negativo de lo que hizo, yendo contra marea con los planes de Naruto-sama. Sin embargo, no parecía estar preocupado, encontró una solución.
―Esto es peor de lo que imaginábamos. Los inversionistas extranjeros han decidido tomar sus acciones y alejarse, el Yen esta volviendo a inflarse como hace diez años ―la señorita Mei presente en esa reunión, estaba enojada y quien no lo estaba en esa reunión, preocupados o temerosos del futuro de la industria. Yo por otro lado, solo estaba callada quedando detrás de mi señor.
―Kurotsuchi solo sigue arruinando todo, no puede reconocer que esta metiendo la pata ―dijo Tsunade―. No es solo nosotros, sino todo japón.
Permanecía en su asiento escuchando los alaridos y las discusiones parlamentarias que estaban haciéndose mas incomprensibles para el oído de Naruto-sama. Su paciencia voló rápido.
―¡Muy bien, silencio! ―su puño contra su escritorio y el ruido que causo fue suficiente para que todas callaran, algunas sintieron pánico ante su muestra de ira mientras que las maduras solo se mostraron atentas a Naruto-sama, de pie frente a todas tomo la palabra―. Se que la situación no parece bien, pero me encargaré de arreglar el desastre de Kurotsuchi.
Un paso al frente de la silenciosa Konan entre todas las mujeres de Naruto-sama e hizo escuchar su voz.
―Solo dilo y me encargaré de ella, Naruto ―fueron sus palabras. Libero un abanico de tela negra y roja que llevaba siempre en manos y la libero, resulta que en su composición, una serie de cuchillas muy afiladas―. Haré que parezca un accidente.
―Sin matarla, querida ―exclamo mi señor―. Aunque Kurotsuchi se esta haciendo un inconveniente, aun es útil. Me encargaré de que arregle su desastre, yo mismo hablaré con ella solo hazle saber que tenemos que hablar. Hasta entonces haremos esto: Kushina, habla con la prensa, diles que todos los trabajadores de Konoha mantendrán sus empleos. Mabui, activa el fondo de emergencias, duplicaremos el salario de todos los empleados de todos, incluyéndonos. No me importa que trabajen en el otro lado del mundo, también su sueldo subirá.
―El fondo se habrá vaciado en un año ―comento nuestra jefa de contabilidad y administración de nominas.
―Para entonces toda esta situación habrá dado vuelta y recuperaremos todo lo perdido ―continuo Naruto-sama―. Shizune, comunica todas las instalaciones. No hay mas contrataciones a menos que las plantillas de cada fabrica e instalación nuestra requiera rellenar el personal faltante.
―¿Por cuanto tiempo? ―le pregunto.
―Hasta que yo diga ―declaro―. Las demás, continúen con el desarrollo de sus respectivos proyectos. La salida al mercado tal vez se vea retrasada pero solo será hasta resolver esta crisis, saldremos de esta crisis como lo hicimos antes. Bien, pueden volver a lo suyo.
Después de eso, todas salieron no sin antes mostrar su respeto con una reverencia medida, pronunciando su nombre con el acto. Idas, lo vi respirar profundamente, antes de dejar caer su persona en su silla, llevar sus manos a su rostro para lidiar con el estrés que le causaba todo lo que nos afectaba en ese momento.
―¿Esta todo bien, Naruto-sama? ―pregunte, con debido respeto. Pero en cuanto lo hice, bajo sus manos y sus ojos me miraron apenas, corrigió su postura para volver poner su foco en lo que tenia en su escritorio, sin embargo no estaba concentrado―. ¿Naruto-sama? ―volvió a preguntar.
Soltó un alarido antes de reír espontáneamente por unos cuantos segundos para aliviar el dolor de cabeza con la situación.
―En situaciones como está envidio a mi esposa que no hace mas que quedar en casa ―me decía―, hay veces que solo quiero descansar y relajarme.
―Bueno, puedo ayudarlo a relajarse~ ―quise mostrarme traviesa para poder ayudarlo a aliviar su estrés.
Seducido por mis encantos, hizo un espacio entre su escritorio y su asiento para mi. Me escabullí y comencé a complacerlo. No importaba cuanto se lo practicará, el sabor de su pene era de lo mejor, ver las múltiples expresiones que salían de su cara me mojaban. Recibí toda su deliciosa leche en mi boca y en mi rostro.
Pero aun no era de noche para ser suya por completo como debe ser, sin embargo luego de eso. Decidió darme un adelante de lo que me esperaba. Naruto-sama se puso en pie y me tomo de mi cintura, me empotro sobre su escritorio y bajo su falda, su hombría estaba de nuevos ánimos. Estaba tan estresado que no pretendía ser gentil conmigo.
―¿Que pasa querida? ―pregunto burlonamente.
―¡Naruto-sama, lo puso… la puso en el agujero equivocado.
―Lo se ―rompería mi ano como si fuera un martillo con lo que me golpeara.
II
Sarada-san pago la cuenta de la cena, sin embargo la historia aun no veía su lejano final. Así que decidimos llevar su narrativa a través de los senderos del jardín tradicional japones que el hotel Bushido proporciona como un atractivo turístico para sus huéspedes, un recorrido nocturno para seguir con la historia y quitarnos la sensación de toda la comida que degustamos. Yo la seguía a un paso de distancia mientras ella seguía hablándome de la vida del señor Uzumaki.
―Comparo la crisis que sacudía Konoha en ese año del 2015 con la crisis que padeció la compañía años atrás, ahora sabes la verdadera razón porque Konoha casi vio su final en el año 2004 ―dijo cual mal chiste fuera y así parecía.
―Suena tan ridículo que me parece cierto ―comente―, perdone mis palabras pero es decepcionante saber que la razón por la que una poderosa compañía pudo ver su final dado un mal romance.
―Las verdaderas historias suelen ser decepcionantes ¿No crees? ―bromeo con mi respuesta.
―Sin embargo, la crisis que desato la primer ministra Kurotsuchi dijo que eran idénticas a la crisis que vivió Naruto-sama cuando llego al poder ―contó Sarada-san―. Cuando coronan a un nuevo monarca todo el pueblo celebra aunque no sepan de donde ha salido ese nuevo monarca. Mucho peor nadie sabe si esa persona se considera lista o apta para el cargo pero allí esta. Naruto-sama me contó esa misma noche que él no se sentía así mismo listo para tomar el mando de tan poderosa industria, pero aun así la responsabilidad cayó sobre él.
―Lo que aun me cuesta entender es como que la señorita Hinata no sabia nada de la doble vida que tenía el señor Uzumaki ―dije tratando de no reír.
―Ahora entiendes porque solíamos burlarnos de ella ―declaro, se dio la vuelta e inclino su postura unos quince grados hacia mi, solo para mostrarme el grosor de sus senos, los cuales quite mi atención solo unos segundos después de apreciar su tamaño―. Todos los otros escritores hablan de como ella fue el fuerte de apoyo para Naruto-sama, pero nada mas alejado de la realidad. Pero créeme, no siempre fue tan inocente. Como tu querido Adrian.~
Retomo su postura, con una coqueta sonrisa con la que se me aproximo. Mi reacción fue petrificarme mucho más cuando ella pego su busto y su cuerpo sobre mi, su suave carne irradiaba calor sobre mi persona, no tarde mucho en reaccionar ante el tacto de la seductora madura. Pronto sentí un terror, de nuevo ella estaba haciendo contacto sobre mi erección.
―Sarada-san…
Un gesto de silencio para mi, hizo. Bajo la bragueta de mis pantalones y libero mi aparato. Su mano apretó duramente, estiro mi hombría con cautela por si alguien pasaba por donde estábamos, pero a esas horas solo el silencio de la naturaleza nos rodeaba. La dura insistencia con la que me apretaba me hacia gozar, pero con los segundos que pasaban y la diversión que nos causaba este acto impúdico.
De nuevo, vino a mostrarme una seña para no hacer ruido. Se agacho ante mi, para poner en su boca mi aparato. Lo que sentí en ese momento fue único, tuvo ella todo el control de mi esa noche.
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