Business and pleasure (Naruto x Harem)

Esta obra la estaré actualizando una vez al mes, para darme tiempo de seguir avanzando la historia y tenerles una actualización constante. Espero y les agrade.

Acto 1 - parte 3

Negocio familiar: heredero

Llegaron, pero ni siquiera habían entrado aun, Saya necesitaba respirar un momento.

-Aquí estamos -dijo Saya cuando estaban a las puertas de la plaza, se sentía avergonzada. No por ir en ropa estudiantil al centro comercial, sino porque iba en solitario con Takashi -y ¿que vemos primero?

-No lo se -respondió con un rostro no reflejaba la preocupación -entremos, ya veremos con que nos topamos.

Tomo la mano de la pelirrosa y la llevo consigo al interior de las tiendas. Ambos jovencitos habían ido al centro comercial como dijo Komuro. Lo primero que hicieron fue pasear por las tiendas del distrito, se probaron distintas ropas de los lugares. Vestidos casuales, incluso vestidos que le daban una apariencia adulta a Saya.

-¡Deja de mirarme así! -Takashi tenia un rostro ruborizado, cuando la vio salir con un vestido como rojo de cuerpo completo con cuello, los brazos de Takagi estaban descubiertos, resaltando la apariencia de su cuerpo.

-Perdón -desvió un poco la mirada -pero te ves genial así.

Ruborizo mas de lo que ya estaba a Saya, pero su pensamiento de la pelirrosa era: desde cuando Takashi se había vuelto mas atrevido con sus comentarios. Después de eso, decidió que sea él quien se probara ropa.

-¿Y bien? Como me veo -exclamo Takashi, saliendo del probador con una camisa blanca, un pantalón negro y un saco del mismo color, incluso peino su cabello hacia atrás, todo un galán. Algunas de las jóvenes que pasaban por allí desviaron la mirada hacia Komuro, incluso Saya se sorprendió, jamás lo había visto de esta forma.

-Pues... no te ves mal -mantuvo su actitud tsundere.

Así siguieron con las demás tiendas del lugar. Pasaron al área de los arcade, solo para jugar en la maquina de peluches, y conseguirle a Saya un panda del tamaño de su brazo.

-Ten -se lo extendió.

-Estas seguro... -una vez mas le puso roja la cara.

-Lo conseguí para ti -dijo Takashi.

-Gracias -abrazo al peluche.

Continuaron por el centro comercial. Fueron a comer, por invitación del chico, incluso fueron a ver un película de estreno, llamada Assassin's Creed: Brotherhood. Parte de una serie de películas de un mismo nombre.

Cayó la noche, era hora de que Saya volviese a su casa. Decidió acompañarla él mismo hasta su hogar.

-¿Eh? -exclamo uno de los trabajadores Takagi que protegían la entrada -¿no es la señorita? -entonces su compañero con el que vigilaba la entrada se acerco -¿quien viene con ella?

-No es el chico Komuro -dijo el segundo guardia. Conocían al chico porque él y su madre eran amigos de sus jefes, sin embargo jamás pensaron que él intentaría alguna relación con la princesa de la casa Takagi.

Actuando normal, volvieron a sus puestos cuando Saya llego a la entrada con Komuro.

-Debo admitirlo, fue divertido -exclamo Saya con rubor en su rostro, entre sus manos aun abrazaba con cariño el peluche de panda.

-Yo también me divertí, tal vez podamos tener otra cita mas adelante -de donde aprendió a enamorar tanto a una mujer. Solo basto escuchar esto ultimo para que lo dos trabajadores tuvieran claro lo que estaba pasando.

-... Bueno... -no sabia que decir, primera vez que su idiota le dejaba sin palabras.

Solo sonrió a Takagi ante su reacción.

-Deberías entrar, deben de estar esperándote -entonces se le olvido que los padres de la chica se estaban divorciando.

-Si... -se desanimo rápido -supongo que te veré mañana. Gracias, Takashi, fue una divertida cita.

Le abrieron el pórtico, asegurándose de que ella entrara, Komuro tomo rumbo a su hogar. Cuando Saya entraba en su hogar. El rostro de su guardias le incomodaron.

-¿A que se debe esa mirada? -pregunto molesta.

-Nada Saya-sama -los empleados de su hogar así le llamaban, la trataban como una princesa -tuvo un día divertido.

Podían ver claramente que la hija de su jefe estaba creciendo sentimentalmente. Decidió ignorarlos e ir al interior de su casa. No obstante, apenas había avanzado un par de metros, Takashi logro ver un auto con las ventanas polarizadas, en las que, al enfocarse logro distinguir a dos personas que veían en dirección a la casa de Takagi.

-Disculpen -imprude, se acerco al auto le toco la ventana y estos reaccionaron tensos al ver al pelinegro.

-Si... -dijo el conductor.

-De que lado que la tienda de auto servicio mas cercana -pregunto.

-Pues... -se puso nervioso.

-...Hay uno a unas cuadras de aquí... -su compañero se puso mas nervioso.

Era una pregunta trampa para averiguar si eran personas de la zona, él conocía que había una tienda de estas cerca. A dos cuadras a la derecha al final de la calle en la que estaban. Sabiendo que estos tipos tramaban algo, se alejo luego de recibir mala indicaciones y tomo fotografía discretas a la placa trasera del auto. Alejandose como si nada de ellos.

-Pide ayuda... -tuvo un mal presentimiento el conductor de este auto tras ver a Komuro.

Volviendo con la tsundere, ingreso a su hogar y uno de sus empleados (con mayor formalidad que los anteriores) le recibió.

-Saya-sama -saludo y le abrió la puerta a la chica.

-Estoy en casa -exclamo.

-Saya-sama, sus padres le esperan en la sala -dijo, captando la atención de Saya. Sintió un mal presentimiento al respecto de esto.

Fue a su cuarto, dejo sus cosas y se cambio de ropa para ir a donde sus padres.

Entro en la sala donde su madre estaba sentada a distancia de su papá en el sofá, ella se puso delante de ambos en el otro mueble, ante las mirada seria de siempre de su progenitor y la mirada casi depresiva de su madre, ella se preocupo mucho mas. Tal parecía ser el momento en el que le hablaría frente a frente sobre la situación marital que vivian.

-Padre, madre -exclamo con formalidad.

-Saya, seremos directos con esto -tomo Soichirou la palabra -tu madre y yo estamos pasando un momento difícil. Aunque te hemos tenido como resultado de nuestro matrimonio, los sentimientos que tiene uno por el otro se ha ido debilitando -molesto a Yuriko, ella aun podía decir que lo amaba, era él quien no le amaba mas. No quería oírlo diciendo que estaban iguales.,

-Saya, lo hemos pensado mucho esto... pero no hay otro remedio. Pero Souichirou, y yo vamos a divorciarnos -algo se quebró en el corazón de su hija, la educación que le habían dado hasta entonces le hizo mantenerse fuerte.

-Ya lo se -revelo la hija -el otro día los escuche decir hablando, temía que llegara el momento que tuvieran que decírmelo de frente. Se levanto, y sin mirarlos les dijo -iré a mi cuarto, estoy algo cansada.

-¡Saya! -Yuriko vio como las lagrimas iban a brotar de los ojos de su niña.

-Dejala, nunca es bueno fácil para un hijo escuchar eso de un padre -dijo Soichirou.

-Realmente... te has vuelto despreciable -Yuriko fue a por su hija.

Cuando Saya entro en el corredor, vio a una mujer desconocida. Probablemente la mujer que conoció su padre y por la que dejaba a su madre.

-Em... hola, tu debes ser Saya-chan... -la ignoro y siguió de largo a su habitación. Poco después, paso de largo Yuriko, y detrás de ella salió Soichirou Takagi -esta bien, Soichirou-san.

-Ha... -suspiro -mi hija esta pasando un mal momento, Mirei. Ven porque no tomamos un poco de té en lo que ella habla con Saya -poco a poco Yuriko se volvía una desconocida para él.

Encerrada en su cuarto, la chica tenia la cara hundida en las almohadas de la cama, desahogando el dolor de conocer de manera oficial que sus padres se estaban separando. Sabia que no podía hacer nada para detenerlos, y que lo único que podía hacer era ser fuerte.

-Saya, hija... -su madre entro en su cuarto con cuidado, cerrando la puerta para estar en privado con su retoña.

Se acerco, y se sentó en la cama, poniendo su mano en la espalda de su hija quien trataba de hacer que sus lagrimas se detuvieran.

-No te detengas -dijo Yuriko -puedes llorar todo lo que quieras.

-¿Porque tiene pasar esto?... -exclamo, su boca y cara aun seguían en la almohada. Poniéndosela difícil a su mamá.

-Tu padre y yo... tomamos la decisión -se mantenía comprensiva con su hija -las cosas no son como antes entre nosotros, Saya.

No sabia que mas decir para consolarla, Saya se levanto de la cama y miro a su madre, aun podía ver que su hija tenia los ojos llorosos. Decidió abrazarla y ponerla contra su pecho, para hacer mas fuerte el abrazo.

-Pase lo que pase, siempre te vamos a querer hija -exclamo.

Se mantuvieron así por un corto tiempo, en lo que las lagrimas se secaban y su madre contenía la ganas de llorar. Saya había tenido un lindo día, lastima que se arruino con esta noticia de sus padres.

-¿Estas mejor? -pregunto Yuriko.

-No, aun no -se separo de su madre -sino te importa mamá, me gustaría salir y despejar mi mente -pidió.

-Bien... -concedió su deseo.

Saya decidió salir, pero de su hogar. Con la excusa a su padre que quería ir ella misma a comprar un subvenir de la tienda de autoservicio cercana.

-Saya-sama no prefiere que vayamos nosotros -pregunto uno de los guardias del pórtico. Era grande la preocupación que tenían por cada uno de los miembros de la familia de su jefe, sobre todo con la hija. Digo, después de todo era un Yakuza el hombre.

-Quiero ir yo misma -dijo con autoridad.

-Entonces deje que le acompañemos -sugirieron los guardias.

-Quiero ir sola si no les molesta -exclamo irritada, entendía que era su deber preocuparse por ellos, pero estos no comprendían las indirectas de que la chica buscaba quedarse sola un momento, para calmar sus sentimientos encontrados de momento.

Puso rumbo a la tienda de autoservicio, se iba alejando poco a poco, y los trabajadores de su padre no apartaban la vista a medida que se alejaba. Estaban por regresar y aceptar que la chica estaría bien. De no ser por que la escucharon metiéndose en problemas.

-¡Hey! ¡¿Que están haciendo?! -la escucharon gritar, ahí al final de la calle.

Cuando voltearon a ver, la hija de su jefe estaba siendo tomada por la fuerza por dos tipos que la pretendían meter en la cajuela de un auto. Dos mas los vigilaban de cerca, estando atentos por si alguien intentaba detenerlos.

-¡Saya-sama! -grito el principal guardia -avisa y pide ayuda -le indico a su compañero.

-¡Suéltenme desgraciados! -Saya forcejeaba para liberarse.

Uno de los secuestradores la tenia sometida de los brazos, mientras que su compañero la tomaba de las piernas, gracias a esto recibió una patada en la cara.

-¡Maldita mocosa! -vocifero al ver como derribo a su compañero, Saya tenia una bota de casquillo cuando le dio el golpe al criminal. Tomando un trapo con cloroformo le anestesio, haciendo mas fácil su capturar -listo.

-Debiste hacer eso desde el comienzo -replico su compañero.

-¡Saya-sama! -el guardia se acerco.

Los dos mas que llegaron a ayudar con el secuestro, revelaron que tenían pistolas y apuntaron al Yakuza de Takagi. Él también saco su arma de fuego, sin embargo ellos fueron mas rápidos. Con cinco disparos en total contra el guardia lo asesinaron, en cuanto a él, solo pudo accionar una vez, hiriendo a uno en el hombro, mientras que su cuerpo recibía cuatro de los cinco disparos.

Estas detonaciones se escucharon en el interior de la casa de Saya, y con la notificación del segundo en la entrada, tomaron las armas y salieron para intentar rescatar a la princesa de la mansión, esto; ya habiendo notificado a los padres de la chica.

-¡Oda! -grito su compañero al ver a su senpai muriendo en el suelo.

Desde lejos saco su pistola y también disparo, acercándose al cuerpo de su compañero. Los secuestradores volvieron a sus autos, metieron a la peli rosa en la cajuela y se fueron pisando el acelerador a toda velocidad.

-¡Hija! -grito Yuriko, llena de impotencia. Como lo sentiría si se acababan de llevar a su niña.

Soichirou se acerco hasta donde su principal guardia cayó, y ahora estaba muerto. El segundo estaba a lado del cuerpo, dolido de ver a su compañero caído.

-Fallamos Soichirou-sama -dijo el segundo joven guardia.

-Hicieron lo que debían hacer, él cumplió con su deber -valoraba la muerte de su soldado, murió al intentar salvar a su hija.

Ya era un día difícil para los padres de Saya, ahora se había vuelto más complicado.

Al otro día, dursnte la primera hora de clases. El profesor de biología hacia pase lista cuando al llegar con Saya, Takashi se percató de la irregularidad.

-Takagi Saya -nombro a la estudiante, la cual no respondió al llamado -¿no está? -Komuro miro al asiento vacío -es extrañó que no este.

Lo mismo se dijo Komuro, se preguntaba que había pasado para que estuviese ausente, o porque habría de llegar tarde. Después de todo se trataba de la primera hora de clases. Sin embargo, pasaron las demás horas de la clase, ella jamás se asomo. Lo cual le preocupo. Y recordó a los tipos en el auto de ayer.

-Ricardo, Helen necesito que vengan conmigo -dijo Takashi, y estos dos sicarios entendieron que se trataba de algo estrepitoso.

-A donde vas Takashi -le hablo Imamura cuando lo vio alejándose de ellos, cuando se supone que irían a su guarida.

-Perdonen chicos, pero necesito ir a ver algo con ellos -exclamo cuando se alejaba de la escuela con estos dos -después continuaremos lo que dejamos.

Cuando su amigo se iba, los tres se quedaron pensativos al respecto. De una u otra forma esto se relacionaba con Takagi. Entendían que su amigo sabia que algo malo había pasado con ella. Así que decidieron ir al lugar donde se reunían de siempre, por si algo llegaba a pasar.

Mas tarde, en la casa Takagi; los padres de Saya habían encargado a sus empleados la búsqueda de su hija. Luego de lo ocurrido. Souchirou había contacto con sus enemigos ya que habían pensó en un inicio que fueron estos los responsables de lo pasado a su hija. Sin embargo ellos habían negado tener la responsabilidad del acto. No sabían como empezar a buscar. Tenían cámaras en los limites de la mansión, pero donde fue secuestrada la hija de su jefe, fue lejos de la visión de la cámara, habían estudiado y planificado su movimiento.

Ambos padres estaban desolados, Yuriko no sabia que hacer. Su padre mantenía la calma en lo que sus soldados averiguaban algo que no encontró él. También frustrado con lo que paso a su hija, lo único que lo consolaba era la nueva mujer que conoció. Ella seguía sentado a su lado, abrazándolo mientras resistía el sentimiento de impotencia.

-Souchirou-sama, Yuriko-sama -entro uno de sus empleados a la sala, por un momento creyeron que les traían noticias -tiene visitas.

-Buenas tardes -entro Takashi, los dos sicarios se quedaron en la puerta de la masión, bajo la mirada constante de los muchos de los soldados de Takagi. Aunque estos tenían la ropa de Fujimi, la procedencia de estos les parecía preocupante.

-Takashi-kun... -se sorprendió Yuriko de ver al amigo de su hija allí.

Incluso el padre de Saya se sorprendió por la visita del muchacho.

-Que es lo buscas aquí chico Komuro, no usual que vengas -pregunto Souchirou.

-Saya se encuentra bien, no se presentó hoy a clase -pudo ver como le clavo una daga a cada uno de sus padres, el empleado no le dijo nada, para él, Takashi no sabía nada de lo que acaba de pasar. De hecho, ellos no sabian que el muchacho había tenido una cita con su hija ayer -¿le paso algo malo? -mostró preocupación.

No quisieron contarle, era algo que tenía que quedarse entre ellos. Para Souchirou, Takashi no tenia ni idea de que fuese Yakuza, solo sabía que andaban en negocios privados. Entonces un nuevo empleado llegó corriendo con un paquete en mano.

-¡Soichiro-sama! ¡Soichirou-sama -el empleado irrumpió donde un silencio incómodo se apodero de la sala.

-Jotaro -lo nombró.

-Jefe, han venido a dejar esto -tenia un sobre en mano, un disco en caja de pelicula donde no tenía escrito nada. Incluso el disco estaba limpió (en lo físico).

-¿Quien? -pregunto.

-Acaba de pasar un sujeto en motocicleta, y nos arrojo esto -decía el empleado.

No dió más rodeo, se levantó y tomo de las manos la película se la llevó a una sala aparte. Donde una televisión grande esperaba, su nueva mujer fue junto Yuriko y Takashi los siguió discretamente. El hombre puso el DVD en la vidro y cuando le dio reproducir. una aterradora sorpresa se llevaron.

Su hija aparecio en la pantalla, amordazada, amarrada de piernas y manos, con los ojos vendados. Arrojada en una pero con la ropa aún puesta. La habitación del fondo, era un cuarto en estado decayente, la cama era lo único limpió.

-Hola señor Takagi -se escucho la voz del sujeto -que tal como está -se burlaba de él -descuide su hija está bien. Pero no por mucho tiempo, tiene 48 horas para entregarnos la cantidad de 15 millones de dólares a cambio de su libertad. Sino su hija... bueno ya veremos que hacer con ella.

Oír y ver cómo tenían a su hija los lleno de rabia, a los padres de Saya y a Takashi igual. Mirei, estaba aterrada, como si algo aquí le fuera conocido.

-Si no quiere que le pase algo, ya sabe que hacer -dijo de nuevo -y mirei... -nombró a la nueva mujer del padre de Saya -esto pasa por dejarme por un viejo.


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