Business and pleasure (Naruto x Harem)

Esta obra la estaré actualizando una vez al mes, para darme tiempo de seguir avanzando la historia y tenerles una actualización constante. Espero y les agrade.

Acto 1 - parte 5

Negocio familiar: heredero

Tres cadáveres yacían en la sala donde los torturó, sus soldados recogían los cadáveres y los sacaban para tirarlos a una fosa clandestina, los dos sicarios limpiaban la sangre que se derramo en el suelo, no solamente eran asesinos a sueldo, tambien limpiadores. Si es que entiendes el concepto de limpiadores.

-Nunca creí que alguien como tu, estaría involucrado con el bajo mundo Komuro-kun -se encontraba reunido con él, Soichirou; luego de haber mandado a buscarlo, se reunio con el pelinegro en una mesa en ese sitio pequeño, una cabaña mas grande de lo que parecía ser, un cuartel general de la NMM en Japón.

-Hay cosas sobre mi que no sabe Takagi-san -respondió con cautela el muchacho con medio grupo armado suyo por detrás, encarando al par que vino escoltando al patriarca de los Takagi.

-Agradezco que hayas conseguido la ubicación donde estos desgraciados tienen a mi hija, pero esto es algo que no deberias involucrar a tu pandilla -exclamó, la mirada seria del hombre no intimidaba a Takashi.

-¿Pandilla? Se equivoca Takagi-san, a quienes ve frente a ustedes solo es el caballo de troya que abrira las puertas al resto de la armada cuando comience la verdadera invasión -fue la metafora que empleo Komuro -digame, ha escuchado acerca de la NMM.

La respuesta de Soichirou fue: no. La realidad era que si conocía de forma corta, la existencia de una mafia que estaba conquistando el continente del otro lado del pacifico desde el norte hacia el centro y sur de América. Le contó de la forma más clara posible quienes eran este grupo al padre de Saya.

-En México por mucho tiempo, distintos carteles han luchado por el control del mercado negro, lo que resultó en una guerra secreta, s volvió una guerrilla -contaba Takashi -el anterior presidente le pareció buena idea declarar la guerra contra el narcotráfico, trayendo tropas de Estados Unidos. Lo cual enfureció a militares y a los carteles cuando el país vio que el presidente le estaba regalando el territorio a los gringos. Los carteles decidieron unirse luego de ver que no podían independientemente contra las fuerzas américas. Se volvió una guerra civil, muchos soldados desertaron del ejército nacional y se unieron a la nueva formada Nueva Mafia Mexicana. Los americanos fueron expulsados y el país entro en crisis, la población ya no confiaba en los partidos políticos existentes -una guerra que hubo entre 1986 hasta 1991, con la victoria de los carteles expulsando a las tropas americanas -entonces creamos nuestro propio bando en la política. Lo que prometieron anteriores presidentes y no cumplieron se lo dimos nosotros al pueblo. Seguridad, orden, mejoras cívicas, la población nos tiene miedo, pero no tienen idea de que nosotros ahora gobernamos como una sola organización; las actividades que hacemos pasan mas desapercibidas, siempre hemos controlado a la policía y bandas menores, por lo que instaurar la paz fue sencillo. Controlando todo un país desde hace casi treinta años, decidimos expandir nuestro control del mercado negro: Honduras, Guatemala, El salvador, Panamá... los estados que santana vendió a los americanos y Texas.

No era un simple mafia, era un imperio en crecimiento. Decidido a reclamar cuanto puedan hasta que un rival del mismo nivel les detenga

-Porque me cuentas esto, muchacho. Con que motivo han decidido poner sus ojos sobre Japón. -cuestiono Soichirou. La historia le dejo impresionado, pero ocultaba bien la expresión de su rostro.

-Quería preguntarle, si esta interesado en unirse a nosotros -era la propuesta de Takashi -aunque somos una corporación en crecimiento, nos favorece tener nuevos aliados en nuestro mercado por cada sitio donde nos expandimos. A cambio, tendrá nuestro apoyo, así como tendremos el suyo, y justo ahora, podemos cooperar juntos para recuperar a Saya.

-¿Unirme a ustedes? -siempre cuestionando con cada nuevo rival que le plantara cara a su propio negocio -por un momento pensé que me darías tu apoyo sin pedir nada a cambio. Habían otros grupos con mayor poder en esta ciudad, porque a mi escogiste muchacho.

-Saya es mi amiga desde chicos, no seria agradable que supiera que su padre murió por enfrentamiento entre... bandas -exclamo Takashi. De forma indirecta, le confeso que sentía emociones por su hija.

-Quieres ayudarme a salvar a mi hija, aceptaré tu ayuda. Eso no significa que me uno a tu organización, los Takagi no nos doblegamos ante nadie -desafío Soichirou con sus palabras.

-Nunca dije que se iba doblegar, será un socio mas de nuestra empresa. Piénselo, pasara a ser de nuevo el señor de Tokonuso -hubo un tiempo en el que la familia Takagi controlaba toda la ciudad, pero con los demás organizaciones que pusieron su pie fuertemente en la ciudad perdieron gran parte del control de la ciudad y no han podido recuperar el control.

-Recuperemos a mi hija, y tal vez, cambie mi respuesta a tu proposición -fue su condición a su tal vez, futuro yerno.

Era el comienzo de una alianza que pronto crecería. Sacando el mapa de la ciudad, para señalar donde los secuestradores tenían sus bases en Tokonuso, el padre de Saya pregunto en cual de todas esas ubicaciones tenían a su hija.

-¿Sabes donde tienen a mi hija? -pregunto Soichirou.

-En el sur, cercano a los puertos cargueros, allí la tienen los Satsuki -señalo la calle y la casa que revelaron los pobres diablos que secuestro -aunque también hice que esos tres confesarán dónde más se esconden -señalo cuatro lugares más en la ciudad.

-¿Porque te interesa saber si tienen otras locaciones? -acaso pensaba lo que Soichirou quería hacer con esta banda problemática desde antes.

-Si vamos a hacer limpieza hay que limpiar a fondo -la respuesta que dió obtuvo una sonrisa maquiavélica del padre de Takagi -ya tenemos nuestra plaza en la ciudad, es hora de alzar la voz y que las demás organizaciones sepan que estamos aquí -esto fue para sus soldados, los que entendieron comprendieron, los que no, pues; tuvieron que explicarles.

Los soldados de Komuro ya estaban listos, así que dieron tiempo para la gente de Soichirou tras regresar a casa para darle noticias a Yuriko y su joven amante.

-Soichirou que pasa -exclamó Yuriko cuando vio a los hombres de su pronto ex marido, alistando las armas y vehículos para salir. Afuera, logro ver al pelinegro amigo de la infancia de su hija, armado y vestido como mercenario junto a un pequeño grupo paramilitar.

-Todo está bien -pregunto Mirei sin despegarse de Yuriko.

-Si todo está en orden, pronto traeré a nuestra hija a casa -dijo un abrazo a Yuriko mientras que a la joven, le dió un beso extra en su mejilla.

Una cacería de narcos estaría por comenzar, camionetas blindadas, torretas integradas. Armas de alto calibre, chalecos antibalas, granadas y cuchillos. Países latinos están acostumbrados a ver comandos clandestinos recorriendo las calles de sus ciudades, sabiendo lo que se avecina cuando aparecen, Japón pronto conocería este terror. Pues lo que vio Tokonuso vio esa mañana, solo fue el comienzo de un episodio violento de varias series. 

Saya en su encarcelamiento, después de recuperar la calma y aprovechando que, aparentemente nadie le estaba vigilando. En silencio, movía sus brazos en un intento por quitarse las sogas que la ataban. sin embargo los nudos estaban bien apretados, ni siquiera la mordaza en su boca podía escupir, una que le pusieron para dejar de escuchar sus incesantes gritos. 

-Como estas linda invitada -exclamo Tobi luego de entrar de improvisto a la celda de Saya. Al verlo, dejo lo que hacia y rapido se acomodo para que no sospechara de su intento por liberarse. Aun así su corazón latia rápido cuando este sujeto entro -¿estas cómoda?

-¿Ahora que quieres conmigo? -odiaba a este tipo, la manera en la que le hablo después de que este le quitara la mordaza de su boca para beber de una botella de agua con popote que le trajo.

-Llevas cuenta del tiempo que estas encerrada aquí -dijo el líder de los secuestradores.

-Si hubiera una ventana en este cuarto, podría darme cuenta con solo ver el cielo, por suerte no soy claustrofóbica. Es de noche verdad, escuche a los guardia de afuera dijeron que uno de ellos iría por algo de cenar -respondió Saya demostrando su tranquilidad ante la situación puesta.

-Si así es... -Tobi odiaba a las mujeres que actuaban tan superiores a las demás, por su inteligencia o por su apariencia, prefería mujeres como Mirei tímidas, que se dejaran controlar por otros. Adoraba ser el mandamás en todo. Un complejo soberbió y narcisista suyo -pronto pasaran veinticuatro horas, a tu padre solo le queda la mitad del tiempo que le di para que intente rescatarte -una vez mas, se puso sobre ella, acercándose al rostro de Saya -y ¿sabes? No ha llamado por ti para amenazarme para devolverte, se ve cuanto lo interesas a tu padre.

-Idiota -no se iba a intimidar -¿crees que mi padre negociara para liberarme? Tonto. Él vendrá y cortara la cabeza como todos los imbéciles que lo han desafiado... -entonces la tomo del cuello, apretando ligeramente con una sola de sus manos.

-Me gustaría ver eso -entro en seriedad luego de recibir los insultos de Saya -tu padre ni siquiera sabe donde estamos. La ultima vez que nos enfrentamos tardo tres días en hallarme, si hubiera sido otro grupo me hubiera encontrado en dos días, tu padre se esta volviendo viejo, inútil; por eso perdió el titulo de ser el señor de Tokonuso. 

-¿Y tu serás el nuevo señor de Tokonuso? -Saya no iba a dejar que insulten a su padre, a pesar de que se este divorciando de su madre -hay mas grupos en esta ciudad mas allá de mi familia y tu banda de secuestradores.

-Lo se, me desharé de ellos también, y cuando lo haga tendré a muchas perras haciendo fila y cuando las tenga... -puso sus manos sobre el cuerpo de Saya, una de ellas la puso sobre el seno derecho de la pelirrosa, un movimiento brusco y perverso sobre la linda estudiante genio de Fujimi -tu serás la que encabece la fila.

Descuida, pronto este sujeto tendrá su merecido final. Solo un pobre diablo mas en la lista de muertes a causa de la NMM. Camionetas negras tipo van, y de carga salieron en convoy atravesaban las calles de Tokonuso una vez mas ante la mirada del publico, aquellos que escucharon las noticias de la tarde tendrán miedo sembrado en sus corazones, pero aquellos que vieron de primera mano la actuación de la NMM habita el terror en sus almas.

Tan pronto como los civiles vieron con cuidado a los paramilitares de las camionetas que atravesaban los cruces de las avenidas dieron aviso a la policía. Estos andaban saturados de sus líneas, no era una sola persona que daba notificación a las autoridades, sino casi la quinta parte de Tokonuso se alarmo por esto.

-¿Cuantas llamadas van? -cuestiono un agente a uno de los operadores de la estación que entro en un caos moderado. 

-Mas de doscientas Miyamoto-san -exclamo la mujer cuando terminaba de atender otra llamada mas con lo mismo -hombres con armas pesadas atravesando los cruces, parece que buscan algo.

-¿Se sabe para donde van? -pregunto otro agente, era el comisionado de policía de la ciudad, entrando.

-Comisionado Thosaka Toshiro-san -se asusto con la repentina visita, debió preverla, con el caos creciente en la estación, igual querría saber de primera mano quien estaba detrás del desorden en su ciudad.

-Comisionado...

-Miyamoto -saludo al padre de Rei, el inspector de la policía que atrapo al corruptor senador Shido Kirei -¿alguna idea de quienes son? 

-Según los reportes, parecen ser militares, las armas que usan, los autos en los que se mueven y el camuflaje que usan no es de las autodefensas -dijo la operadora revisando los registros que hizo -no hay una ruta clara, los reportes vienen de distintas zonas de la ciudad. Onbetsu, centro, Kiyohime port. 

Dio la orden de que todo elemento uniformado en la estación, dentro de la ciudad y en servicio saliera a las calles listos para actuar. La respuesta era que ya estaban en eso, todos los policías, regulares y de elite e inspectores se preguntaban cual de todas las organizaciones criminales en Tokonuso decidió salir  a las calles de la ciudad luego de una larga guerra fría entre ellas que se había estancado en la nada. O es que era un nuevo bando en su ciudad.

En las calles de las regiones medias de los puertos del sur de Tokonuso, había un club juvenil de mala muerte, custodiados por vándalos y pequeñas pandillas que de noche se dedicaban acosar a todo aquel que pasara a pie por sus calles sin pagar el peaje. Eran rufianes que desobedecían las leyes y creen que el mundo puede ponerse a sus pies. Cuando vieron que el grupo de camionetas con paramilitares bien armados andaban por su territorio e incluso cerrando paso de algunas de estas avenidas entraron en nervios.

-¿Y ahora? -hizo la pregunta uno de estos rufianes cuando andaba en grupo por uno de los callejones luego de avistar a los armados.

El convoy principal llego a su destino, el club se hacia llamar Ogros del mar, traducido del kanji. Por algún motivo, Soichirou tuvo una corazonada tras leer el nombre del bar.

-Están en posición -pregunto Komuro por un teléfono de radio que no era rastreable para los radares de la policía así como el país que se creía policía del mundo, estados unidos.

-Listos patrón -un grupo de lo que se dividió, fue hacia la parte norte de la ciudad cerca una área urbana mas agradable.

-A la espera jefe -el segundo grupo confirmo su ubicación el área boscosa hacia el este, por las montañas, pegado a un aserradero.

Los otros dos equipos también llegaron a los lugares designados en el centro del lado este de la ciudad. Uno asediando a una serie de locales que eran fachada para la banda, otro un deposito de autos usados.

-Esta listo Takagi-san -pregunto a su futuro suegro. 

-Mas que listo muchacho -exclamo el hombre guardando su katana luego de ponerse un atuendo mas adecuado para la situación, mas elegante.

-Seguro que no quiere una pistola -le acerco una desert aegle.

-Prefiero los clásicos -Soichirou cargaba una pistola Muger alemana, las clásicas de la infantería alemana durante la segunda guerra.

-Bueno... Es la hora -dio la señal, era tiempo de actuar.

Bajando de los autos, cinco soldados acompañando a Takashi, otros cuatro siguiendo a su líder, Soichirou.

Varios jóvenes banda en la entrada, intentaban molestar al guardia que decidía quien entraba y que no les dejaba pasar por ser menores de edad. En cuanto vio a los extraños uniformados se alejaron asustados en cuanto vieron las armas que tenían en sus manos. El guardia dio un par de pasos para atrás, al reconocer a una de los dos grupos, quiso tomar su arma enfundada en la cintura de su pantalón. Sin embargo su cabeza termino rodando por los suelos por la espada llena de la furia del patriarca Takagi. 

-Empezamos bien la noche -exclamo Takashi luego de patear la cabeza hacia la calle.

Entraron abriendo la puerta con educación. Sin llamar la atención mas que la del bar tender y un par de sus colegas los notaron. Haciendo una señal debajo de la barra, uno de estos salió despacio para dar aviso a los que estaban en la parte de atrás. Takashi se dio cuenta de esto y levantando su rifle, dio tres disparos al techo cuando le dio la señal.

-¡Todo mundo fuera! -grito y todos los clientes, (los de verdad clientes); salieron del bar. Pero entre la multitud, emergieron de entre el rebaño hombres partidarios de Satsuki, con pistolas en mano quisieron hacerle frente pero los soldados de Komuro, ex militares en la mayoría; sin titubear levantaron sus armas y de dos a tres tiros cada uno, acabaron con la vida de seis miembros de Satsuki. Entre ellos los dos cantineros detrás de la barra. Dos tipos mas salieron del acceso de personal con armas en mano y antes de poder disparar, fueron acribillados por gente de Soichirou -vamos, cubran sus espaldas.

Mas adentro del complejo, los disparos comenzaron a resonar, por las salas privadas en cada locación de Satsuki que asaltaron en una sola noche.

-¿Disparos? -lanzo la pregunta uno de los guardias de Saya al escuchar el eco. El mismo Satsuki estaba allí mientras recibía una felación de una de las putas que tenia consigo, oír los disparos hizo perder la concentración. Dentro de su celda, Saya igual logro escucharlo, sabia quien podría estar detrás de este tiroteo.

-Quítate -empuja a la pobre tipa, una colegiala que le habían lavado el cerebro para hacer su perra -ustedes, que nadie se acerque.

Entraron a un sala de apuestas ilegales detrás del bar, persiguiendo a otro lacayo de Satsuki luego de dispararle en pierna.

-¡¿Que esta pasando?! -grito iracundo su jefe tras reunirse tras llevar hasta la sala de apuestas a la par de ver a su lacayo entrar cogeando de su pierna.

-¡Es el comandante, es el comandante!... -repitió hasta morir por recibir un disparo de Jotaro con un rifle de cacería, el soldado preferido de Soichirou. Curioso, solo el patriarca Takagi entro en esta sala, Komuro y los suyos fueron por otro lado.

-Llegaste antes de lo previsto -exclamo Satsuki mientras algunos de sus apostadores tomaban las armas que tenían en los pantalones a cubierto por las mesas.

-Donde esta mi hija -no iba a jugar con él.

-Ella esta bien -exclamo -te la daré, en cuanto me muestres el dinero...

-En verdad crees que te daré el dinero que pides, es mi hija de quien hablas tarado. Te cortare la cabeza por lo que has hecho, y si me entero de que le hiciste algo, te hare comida para cerdos -amenazo, algunos de los pandilleros sudaron por el tono en el que dio la amenaza.

-Vaya, mira como tiemblo de miedo -se burlo -si fueras el hombre de hace cinco años, ni siquiera me hubiera acercado a ti, pero ya no lo eres. Tus días como el señor de tokonuso se acabaron anciano, pronto será mi banda la que controle esta ciudad. Además estas rodeado, viejo. En verdad crees que tomarme esa amenaza -entonces todos se pusieron de pie, revelando los revolvers y calibre .8 que tenían en mano.

-Tengo suerte, mas suerte que la tuya. Porque no vinimos solos esta noche -una sonrisa retorcida apareció en la cara de Soichirou.

Emergiendo detrás de la barra, luego de pasar en silencio por la cocina que servía a ambos lados del club. Takashi se levanto junto a sus soldados, para cuando quisieron mover sus pistolas contra ellos, fueron abatidos con una lluvia de balas de alto calibraje, ninguno pudo salvarse la lluvia de balas que les cayó.

-¡Mierda! -exclamo Satsuki luego de arrojarse hacia el suelo y arrastrarse por donde entro luego de soltar dos tiros a ciegas por detrás.

-Vuelve aquí -Soichirou fue detrás de él.

Lo siguieron hasta entrar en un prostíbulo, donde jovencitas, mayoría de preparatorio o de universidad que estaban bajo influencia de drogas o de algún estimulante eran usados como juguetes por el grupo Satsuki. El Takagi temió que su hija estuviera allí, pero no la vio en ninguno de estos pequeños cuartos.

-Hijos de puta... -exclamo uno de los soldados de Takashi cuando vieron lo que pasaba en esta nueva sala.

-Mátenlos -indico Komuro. La NMM también se dedicaba a la trata de mujeres, pero tampoco con jovencitas menores a la edad legal, tenían sus principios.

Y en un acto de humanidad, los soldados de ambos capos mataron a los infelices que estaban violando a estas chicas, afortunadamente para estas, las drogas en su sangre impedía que se dieran cuenta de que estaban asesinando a sus clientes. O mas bien compradores.

Abatiendo a todo miembro armado de Satsuki que apareciera en su camino. El joven prepotente con complejo de supremacía. Volvió huyendo hasta donde tenían a Saya donde otros pocos de su gente se preparaban para recibir al invasor.

-Jefe... -vieron como este llego todo apresurado.

-Prepárense, ya vienen -se puso detrás de sus soldados sin saber que eran los últimos que tenia, tomo la escopeta de uno de estos. Esperando en formación a la entrada de los sicarios, saco su teléfono para marcar a un contacto que le dio un trabajo importante hace algunas horas -mas vale que ya estes allí perro...

-Lo estamos, pronto la tendremos -respondió el sujeto del otro lado de la línea.

Un pequeño grupo de sicarios de Satsuki estaban por entrar a la casa de Takagi a la que le hacían falta guardias pues muchos fueron con su jefe a combatir, para tomar a Mirei y de paso...

-Algo mas, ya que estas allí, mata a la ex esposa del comandante -dijo Satsuki.

-Sabes que eso eleva el costo de mis servicios -dijo el sicario en línea.

-Te lo pagare de acuerdo, solo hazlo -exclamo. Retomo el arma con ambas y detrás de sus siete soldados restantes apuntaron al único acceso, donde recibirían con plomo a Soichirou y a Takashi -vamos, que esperan... entren, entren, entren... tenemos un regalo para ustedes...





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