El panal llamado Tokonuso nido de muchas abejas reinas y su imparable deseo de dominar la ciudad le llegó la declaración de guerra de un nuevo grupo. De lo que pasó de ser un grupo de exploración en el panal paso a ser un frente de guerra muy agresivo.
Cuando menos lo esperaron. Los cuatro jóvenes líderes de la NMM en Tokonosu, estaban por ejecutar un robo al banco más importante de un grupo Yakuza que controlaba la zona norte de la ciudad. El preparativo había sido hecho desde antes y todo fue previsto así como calculado.
-¿Están en posición? -pregunto Takashi por el auricular a sus cinco involucrados.
-Listos -dijeron Imamura, Morita, Hirano, Helen y Ricardo. Dos entrarían con él, otro se quedaría afuera para con el vehículo de fuga a la espera mientras dos restantes cuidarían el acceso de la puerta.
-Alarmas y cámaras de seguridad inhabilitadas, código de la caja fuerte obtenido -dijo Ricardo luego de ingresar al sistema desde su teléfono.
Un mensaje de texto le llegó a Komuro al momento, era el número de seguridad de la caja fuerte.
-Bien, Vamos -el asalto iba a comenzar.
Era una calle muy concurrida, las personas entraban y venían del banco dado que era el día que las empresas pagaban y les tocaba devolver los préstamos a este banco. Los guardias de seguridad no tomaron precaución cuando tres aparentes menores de edad entraron con atuendos negros y que pronto se colocaron máscaras y pasamontañas. Eran Takashi, Ricardo y Morita.
Afuera, Helen y Hirano con vestimentas negras o de gabardina bloquearon la entrada así como la salida de las puertas.
-Disculpe... -decía una mujer que quiso entrar por dónde Helen bloqueaba el pasó.
-Mejor vuelva otra día, el banco tiene remodelación -comentó Helen revelando sutilmente que debajo de su gabardina café tenía un rifle de asalto con lanzagranadas cargado a la mujer.
-Esta bien -la señora entro en pánico pero no levanto la voz tras ver el arma, simplemente se dió la vuelta y se alejo, nadie entendía lo que pasaba porque nadie sabía que estaba pasando.
Dentro del banco, Takashi y sus colegas eliminaron a los guardias noqueandolos con las culatas de sus armas cuando no prestaron atención, un par de golpes y los guardias quedaron inmovilizados. Esto para luego ver a Morita subirse sobre la mesa de uno de los contadores y detonar su M4 para llamar la atención de todos.
-¡Muy bien nadie se mueve todos al piso! -gritó Morita tras dos disparos al techo.
Mientras el amante de la música rock amenazaba a todos los rehenes para que se mantuvieran en control, Ricardo fue hacia las cajas y entregando mochilas a los cajeros les apunto con su arma para que cooperaron.
-Vamos comiencen a llenar las bolsas -dijo pasando la punta de su arma frente a las caras de las cajeras.
-Yo voy por la caja fuerte -informó Takashi.
Komuro en tanto se aproximó al gerente del lugar lo encontró con mucha facilidad cuando intento esconderse entre sus empleados.
-Usted venga a acá -con la M16 con mora y silenciador integrado, como vio que no quería cooperar fue a por él -muy bien, ahora llévame a la bóveda.
Afuera en cuanto a los dos centinelas, ambos mantenían la posición ahuyentando a las personas que querían entrar al banco, desde un comienzo del golpe se dieron cuenta de algo.
-Aun no aparece la policía -exclamo Khota, acariciando su rifle de francotirador escondido detrás de él.
-Ella dijo que no aparecían tan rápido como en otros bancos -comentó Helen manteniendo sus sentidos en alerta por cualquier cosa que pasará en las cercanías.
Volviendo a dentro del asalto, Takashi llevo consigo al gerente hasta la bóveda. Apenas llegaron el hombre comenzó a comportarse de mala forma ante la situación en la que estaba. Esto, luego de ver cómo Komuro ponía la contraseña de la caja fuerte y ver detrás de esa puerta blindada los cientos de miles de yenes a su alcance.
-Son unos tontos... Saben a quien le están robando -dijo el gerente al ver que lo llevaron sin motivo, Takashi abrió por si solo la puerta tras memorizar el código que le consigo su hacker.
-Precisamente por eso les estamos robando -dijo el líder del asalto para dar una patada al hombre y arrojarlo dentro de la jaula de paredes de acero -bien, comienza a llenar las mochilas de lo contrario... -levanto su arma contra el gerente y disparó a su pie, la bala rompió el hueso -el próximo disparó le atravesará la cabeza.
Sin poner resistencia o hacerse el duro por más tiempo, el gerente comenzó a llenar las mochilas con todo el dinero. Normalmente en un robo a un banco, es por protocolo que el personal del lugar active la alarma silenciosa, pero no era un común. Su protocolo decía que debían avisar primero a los dueños del dinero sucio que se escondia en ese supuesto banco, después notificar a la policía con la alarma silenciosa, y ya había llegado el momento de avisar a las autoridades.
Sabiendo que tocaría la alarma en determinado momento, los cinco asaltantes mantenían la calma hasta que las autoridades aparecieran y las primeras patrullas llegaron a la escena.
-Llegaron -dijo Hirano al avistar como las patrullas salían de las intersecciones de la calle para bloquearla.
Helen se pegó a la puerta del banco y dió un par de golpes al cristal avisando a sus compañeros de adentro que la policía llegó.
Toc toc.. sonó la puerta y Morita escucho claramente.
-Mierda -voicfero sin haber bajado de esa mesa -¡tenemos compañía! -gritó a Takashi.
Para aquel momento el peli negro volvía con casi seis bolsas cargadas de dinero sin marcar, Ricardo por su lado tenía cuatro bolsas llenas de yenes.
-Justo a tiempo, como lo predijo -dijo Takashi revisando la hora de su reloj.
-Son muchas bolsas -dijo Morita cuando su jefe se acerco a dónde él -como es que la sacamos de aquí.
-Para eso es la camioneta -exclamó Takashi.
Por dentro del banco, las cosas estaban en orden para los asaltantes, por fuera, sus compañeros pronto comenzaron a disparar cuando la policía cerró iba con pistolas en mano.
-Preparate Hirano -comentó Helen.
-Yo estoy listo -su mirada sádica salió de nuevo.
Sacaron sus armas pesadas, sin dudar abrieron fuego contra los policías que al ver el calibre de esas armas, unos cuantos lograron ponerse a salvó, dos de ellos fueron víctimas de la puntería de estos mafiosos. Las balas eran tan pesadas que las patrullas pronto se desplomaron y su carcaza se empezó a romper a los pocos segundo que las balas llenaban de agujeros las unidades.
-No puede ser -exclamo un policía que se oculto detrás de una patrulla, pero dada la intensidad de la situación este uniformado y sus compañeros estaban indefensos comparados con las armas de los asaltantes, así que con su radio que tenia en el hombro, contacto a su central -central necesitamos apoyo, tenemos oficiales caídos respondiendo a la situación en el banco de Shinsumi. ¡Envíen al equipo especial!
Con un reloj en su muñeca, Takashi media el tiempo de respuesta de las autoridades según la experta que la aconsejo para el asalto.
-¿Donde esta Imamura? -pregunto el líder de esta sección de NMM.
En las calle cercana del banco, donde las patrullas habían bloqueado y que ahora eran pura chatarra. Una camioneta apareció y venia en reversa, pero no era una camioneta común, por como se veía era tenia recubierta muchas placas metálicas blindadas para ser inmune a los disparos de las armas regulares de la policía. Si la gente que transitaba ya había huido a causa de los disparos iniciales de quienes defendían el acceso al banco, huyeron mas cuando vieron a esta camioneta rompiendo el bloqueo de las patrullas a toda velocidad para luego dirigirse en reversa hacia las puertas del banco que igual atravesó con fuerza hasta quedar cerca de Morita.
-¿Donde estabas? -pregunto Takashi jalando las bolsas junto con sus dos compañeros al momento que vieron a su amigo igual enmascarado, bajar del asiento del conductor.
-Perdón hubo una pequeña distracción -contesto con un tono risueño, antes de venir se topo vio a un par de maduras que le parecieron atractivas, se quedo mirándolas por un corto tiempo antes de darse cuenta que llegaría tarde al baile -vaya que es mucho dinero -dijo tras abrirles la puerta a la unidad y ver como sus amigos aventaban las muchas mochilas.
De nuevo, Takashi miro su reloj cuando todo el dinero entro en la camioneta, pero vio que el tiempo programado y sabia que pronto llegarían las fuerzas especiales de la policía, no podían quedarse mas tiempo.
-Ya hay que irnos -indico y los cuatro subieron a la unidad.
Helen y Hirano por su lado seguían disparando a muerte contra los policías que, con sus revolver intentaba frenar el robo al banco que llevaban acabo, a pesar de que una a una mas patrullas llegaban como refuerzos, las armas pesadas de estos dos sicarios rompían la formación de la policía. La camioneta salió y recogieron a los dos restantes miembros del asalto.
-¡Suban! -grito Imamura.
Sin parar de disparar, abordaron la camioneta y acelerando a toda velocidad, la patrulla huyo ante la vista de la policía.
-¡Estan escapando! -gritaron los policías, saliendo de sus escondites y con armas en mano abrieron fuego en contra del blindado, pero sus balas rebotaban gracias al increíble blindaje del vehículo -mierda... -vociferaron los policías.
-...Pero... -decía uno de los policías -¿donde esta el equipo especial? -increíblemente estas personas aun no llegaron hasta el momento en el que los policías regulres perdieron de vista a la camioneta.
-Llegaron tarde -dijo uno de oficiales al ver como todo el departamento arribo demasiado tarde a la escena del crimen.
Un golpe fuerte fue dado por el nuevo grupo delictivo en Tokonuso, uno que nadie vio venir ni nadie pensó que se llevaría a cabo, realmente la policía de la ciudad de Japón que en algunos atrás los clanes yakuza intentaron adueñarse, se había oxidado, quien sabe si podría tener reparación.
-Vaciaron la bóveda, hackearon el sistema desde afuera, igual las cámaras de transito y las del lugar -decía un detective junto a otro examinando el crimen cuando el control fue recuperado.
-Vinieron por su dinero, solo a eso vinieron, no se robaron joyas ni diamantes, el dinero únicamente -exclamo el otro oficial tras ver todas las pistas disponibles.
-Cree que lo hicieron a propósito Miyamoto-san -pregunto el compañero de Tadashi Miyamoto, padre de Rei e investigador de la policía -¿cree que fueron ellos?
-La NMM -la policía de Tokonuso sabia la existencia del nuevo bando criminal en su ciudad, no; en el país -primero exterminaron al grupo Satsuki, ahora le buscan declararle la guerra al dragón negro. Será una masacre.
Dragón negro, una alianza de grupos de la zona norte de Tokonuso, expertos en el lavado de dinero y estafas de la alta zona de la ciudad.
-¡¿Como pudo pasar esto?! -los distintas cabezas de este grupo se reunieron al poco tiempo de enterarse que su mas importante almacén de dinero fue robado -¿quien es tan tonto para robarnos?
-¿Tontos? esos sujetos llegaron sabiendo lo que buscaban, entraron en nuestro sistema y lo alteraron -decía otro de los cabezas.
-Esos malditos de la NMM... primero quieren que nos arrodillemos ante ellos y ahora nos atacan, ¿que sabemos de ellos? -preguntaron en medio de la mesa en la que estaban reunidos.
-Nada, esos sujetos son expertos, nadie los reconoce, ni nuestros mejores rastreadores han podido dar con ellos -dijeron entre ellos.
-Hay que llamarlo, tal vez él pueda dar con ellos y matar al cabron que nos robo -proponía uno de los capos reunidos.
-Si ninguno de nuestros hombres ha podido encontrarlos...
-Eso no importa, lo que debemos hacer es proteger nuestras inversiones -decía otro de los capos del dragon negro.
-Ya me adelante a eso -exclamo uno de capos sentado en el centro de la mesas -para impedir que esta situación vuelva a repetirse todas nuestras inversiones serán llevadas a una locación mas segura fuera de la ciudad.
-¡¿Que?! -parecía que a ninguno en la mesa le agradaba la idea, ni siquiera a quien proponía la idea -¡debiste consultarnos! ¡cuando te dimos permiso!
-Escuchen, no necesito su consentimiento para mover el dinero, ese dinero que robaron era rastreable, es cuestión de tiempo que la policía sino la interpol nos descubra -decía quien lideraba la junta.
-¿A donde será llevado nuestro dinero? -preguntaron molesto.
-Sera a una locación que solo yo tendré conocimiento, descuiden el dinero esta a salvo -decía hasta que...
-Jajajajajaja... jajaja... ju... jaja... -Takashi entro en esa reunión privada sin invitación, todos en la sala quedaron estupefactos ante su presencia, nadie tenia idea de quien era él para entonces -vaya y yo decía que conocía al mejor payaso de la ciudad.
-¿Tu quien eres niño? -cuestionaron, los hombres detrás de cada uno de ellos tenían sus manos listas para desenfundar sus armas.
-Solo la persona que les vacío su bóveda en tiempo record -la vestimenta de Komuro era de un mismo conjunto muy elegante, parecía un millonario excéntrico de verdad. Tomo asiento en la mesa de ellos y fue centro de atención de todos los lideres del dragón negro -les gusta la ropa, ustedes la compraron.
-Dame una razón para que mis hombres no te maten mocoso -exclamo amenazante uno de los lideres del dragón.
-Quieren ver un truco de magia, mi abuelo me lo enseño -Takashi saco un lápiz de sus pantalones y lo clavo en la mesa dado esa punta afilada -voy a hacer desaparecer este lápiz...
Uno de los matones se acerco por detrás a Takashi y él lo tomo por sorpresa, tomo al matón de su cabeza y lo azoto contra la mesa. El lápiz desapareció.
-¡Tara! ya no esta... -volvió a tomar su lugar en la silla.
El jefe del matón que murió se levanto, iba a sacar su pistola pero uno de sus amigos lo detuvo.
-¡Espera! hay que oír su propuesta... -preguntaron mas calmados tras ver la habilidad del pelinegro de preparatoria -que es lo que quieres.
-Muchas cosas, dinero, autos de lujo, una gran mansión, una linda novia ya lo tengo -decía Komuro -y su... lealtad.
-¿Crees que puedes venir a intimidarnos? -no les gusto la propuesta con la que Takashi vino a visitarlos -solo eres un niño.
-Y ustedes unos tontos -decía Takashi -creen que su dinero esta a salvo como dicen ¿Por qué no preguntas por donde va el camión.
Dudosos porque se supone solo el cabeza de los dragón negro sabia del traslado del dinero, tomo su teléfono y marco al hombre que le había dado el encargo de transportar al sitio seguro todo ese dinero que habían reunido en los últimos tres años. La llamada entro y directo mando a buzón.
-Creen que su dinero esta a salvo, no con la NMM en Tokonuso, y conmigo a la cabeza de la invasión... esta ciudad ya no les pertenece, ahora es nuestra -les explicaba la situación -pueden sucumbir, o vivir... si me juran lealtad. Entonces... puede que vean su dinero de nuevo.
-Crees que puedes venir a amenazarnos, solo eres uno, nosotros cientos -amenazaban a Komuro, pero para él solo era una broma mala.
-¿Cientos? nosotros somos millones, todo un ejercito esta detrás mi ahora y sobre ustedes -de pronto luces infrarrojas de armas aparecieron sobre cada uno de los yakuza reunidos allí, todos les era apuntado a la cabeza -con solo chasquear mis dedos, ustedes mueren. Para que vean que soy bueno, les daré tiempo para pensar y recapacitar. Si en siete días no me llaman y me dan la respuesta que quiero. Sayonara... -dejo una tarjeta con un numero mexicano en la papeleta.
Para ver qué no bromeaba, uno de sus tiradores disparó contra uno de los guardaespaldas personales del cabeza de los dragones negros, directamente en la frente la bala atravesó su cerebro. Iba en serio y se iría en serio.
-Escucha niño, no eres nadie para venir y quitarnos todo lo que hemos construido -aquel que amenazó a Takashi desde el inició, volvía a atacarlo verbalmente.
-Eso es lo que hice -exclamó Komuro.
-¡Se acabó! 500 mil dólares por matar a este mocoso, un millón con vida para enseñarles modales primero -esto le pareció gracioso a Takashi, que le iban a enseñar que su abuelo no le haya enseñado ya.
-Si así lo quieren, les dejé mi tarjeta, más vale que recapaciten señores, la próxima bala puede que les atraviese las bolas.
Se marchó Komuro. Destruir a Satsuki solo fue el principio de su retorno a Tokonuso. Una expansión agresiva le esperaba a la ciudad, solo aquellos que tomen las mejores decisiones, sobreviviran. El resto, pasaría a la historia de la humanidad. Habría alguien capaz de dar contra Takashi para reclamar la recompensa que ofrecían. Tal vez ningún hombre... Pero que tal una mujer.
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