Nombre: Erza Scarlet
Edad: 28 años
Estado: casada 2 años.
Profesión: ama de casa.
Medidas:96/57/89
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Cómo se dijo antes, Palmont Town es una metrópolis, grandes edificios empresariales e institutos de gran prestigió. También hay suburbios en esta ciudad majestuosa y en esos suburbios había una de las mujeres que estaba en la lista de tan extraño club de caballeros.
Su nombre es Erza Scarlet, desde hace un año ha vivido sola en su hogar en estos tranquilos vecindarios pues su esposo es contratista internacional perteneciente a una de las empresas más sobresalientes en la ciudad. Siempre está de un lado a otro viajando por el mundo por su oficio pocas veces vuelve a casa por poco tiempo antes de volver a irse. Lo cual tiene a la pelirroja más que frustrada, ya era suficiente que su esposo no le tocará desde la noche de bodas, ahora para nada le interesaba tener sexo con ella aunque le insistiera, después de todo a Erza le facina ser vista por su hombre, pero sin su atención, tenía que encontrar satisfacción de otra forma, le era fiel a su esposo.
Como no tenia mucho que hacer sola en casa, salía por las mañanas a correr. Siempre vistiendo un conjunto deportivo que gracias a las curvas de su cuerpo, le hacían ver sexy. Un sostén deportivo y un pantalón ajustado que resaltaba lo redondo de su trasero lo cual hacia que muchos varones que la veian pasar por allí se detuvieran a mirarle, claro nunca dejaría que uno de ellos le ligue, pero esas miradas sucias eran su único consuelo a la falta de atención sexual de su esposo siempre ausente.
-Buenos días Yoichi-san -saludo a un hombre de test oscura que vive a lado de su casa y que al igual que Erza, sale a ejercitarse por las mañanas en un parque cercano donde familias y jóvenes del vecindario convivían a todas horas.
-Hola niña, Erza -dijo Yoichi Mizuki, un hombre de unos treinta o cuarenta años, no recuerdo bien. A leguas se nota que era una persona mas adulta que Erza en edad. Él estaba en las barras del pasamanos ejercitando los brazos y su estomago.
-Cuando dejara de llamarme niña -dijo con un puchero en su cara.
-¿Que raro? normalmente no pones una cara tan linda cuando te llamo así -le gustan los cumplidos sencillos, otros tipos por allí que conoció siempre alagaban su cuerpo, pero lo que le agradaba de Yoichi era que siempre le daba piropos blancos.
-¿Lo noto? Jellal me llamo anoche, dijo que vendría luego de dos meses de estar en europa consiguiendo contratos para su trabajo -conto Erza sin rodeos.
-Sera bueno para ti, supongo que harás algo para su regreso -comento Yoichi.
-Por su puesto, debe estar hambriento luego de estar mucho tiempo lejos de mi cocina -dijo con una estrellita en los ojos, Yoichi no ha probado la comida de la pelirroja pero las pocas ocasiones que ha cocinado ha podido oler el aroma de lo que crea desde su casa a pesar de tener las ventanas cerradas.
-¡Ja! supongo que no es lo único que comerá ese chico cuando vuelva -exclamo y Erza capto la indirecta.
-Si, tendrá tanta hambre como yo la tengo -ella hablaba de otra hambre -luego de mucho aburrirme me divertiré.
-Es porque no aceptas trabajar conmigo -exclamo el hombre -porque no volverte entrenadora en el gimnasio que opero -era adinerado gracias a múltiples inversiones en la compañía que lo vinculaba con Kouji, pero no era alguien de escritorio, sino de ejercitar su cuerpo y mantenerse en forma sin recurrir a esteroides y vitaminas extrañas. Además, Yoichi notaba que Erza le gustaba tener atención -la verdad hace falta entrenadoras, todos los que tengo en el gimnasio son chicos y algunas clientas se sienten incomodas con ellos, incluso las madres de los niños se incomodan cuando los dejan solos con mis muchachos.
-Bueno, si todos ellos tienen el mismo tipo de músculos como los suyos entiendo que se sientan temerosas -dijo luego de tocar los músculos de Yoichi, eran enormes casi como los de un físico culturista.
-¿Dirás que me tienes miedo también?
-A usted se le ven bien, Yoichi-san -dijo y tomo la botella de jugo electrolito del hombre
-¿puedo?
-Adelante -sin importarle que los labios del hombre ya habrían tocado el bote, bebió y rápido esos electrolitos llegaron a su desague -¿que pasa?
-Creo que me hidrate muy rápido... -comenzó a juntar sus piernas en señal que no aguantaba las ganas de buscar un baño -luego vuelvo Yoichi-san.
Busco rápido el baño publico del parque, solo que no estaba como quería.
-¿Cerrado por reparaciones? -leyó el letrero que bloqueaba el acceso al sanitario femenino, solo el baño de hombres estaba abierto -y solo está disponible el baño de hombres... carajo, si se molestan no es mi culpa -entro al baño de mujeres a pesar del letrero, lo encontró limpio para su suerte y sin olores, que mas podía pedir ¿Quien sabe cuál será el motivo de la reparación?
Rápido entro en los últimos sanitarios de la línea y tras cerrar la puerta pudo cumplir con sus necesidades primarias.
-Aaahhh... -suspiro aliviada orinando todos esos electrolitos que habían llegaron rápido a su destino -que bien se siente -espero un poco luego de que saliera todo lo que tenía que salir, y antes de limpiarse, olvidó que estaba en un baño público y pues... -mira lo mojada que estás, resiste un poco, Jellal volverá y cuando lo haga... Hace falta un hombre en casa... -se decía acariciándose los labios de su vagina, parecía que le quería auto complacerse hasta que alguien entro inesperadamente en el baño.
-Mira está vacío -dijo una voz de un hombre.
-Claro que está vacío, tienen puesto ese letrero nadie entraría -se escucho la voz de una mujer.
-Entonces aprovechemos -decia coquetamente a la mujer. Eran nadie más ni menos que Rias y Kouji, creían que nadie estaría en ese baño, mientras que Erza pensó que nadie entraría.
-Mierda esto no es bueno -penso la escarlata.
Que hacían estos dos en ese baño averiado, ella entro por necesidad, en cambio ellos...
-Bien, por donde comenzamos -exclamó Kouji tomando a Rias y guíandola a dentro de uno de los baños. Sin cerrar la puerta del mismo.
-¿Realmente lo haremos aquí?... -dijo extrañada la profesora de universidad, cuando Erza escucho eso no pudo evitar sentir curiosidad e incomodidad.
-No me digas que nunca has fantaseado con hacerlo en un baño publico -exclamo su estudiante mas que animado con su idea.
-Y si nos descubren... -pregunto Rias.
-Esa es la emoción de tener sexo en un lugar publico -dijo coquetamente Kouji.
-Sexo... en serio planean tener sexo en un lugar como este -pensó Erza luego apenas los escucho. El problema para Erza era salir sin ser vistos por ellos, no se habían dado cuenta que ella estaba allí en el sanitario de a lado. No obstante, por algún extraño motivo a Erza, le mojaba esta idea, sin darse cuenta, pronto su vagina se mojo de solo escucharlos.
-Ya quiero comenzar, sensei... -dijo Kouji.
-Eres un pervertido -se oyó risueña a la Gremory -pero es lo que me encanta de ti y este pene...
Se oyó un golpeteo, sin poder verlos Rias abrió la bragueta de Kouji y comenzaba a chuparle la polla, se oía esos ruidos lascivos de la felación que le hacia al moreno chico.
-Bromean ¿cierto? realmente están teniendo sexo en este lugar -dijo en su mente Erza acercando su cabeza a la pared que separaba su lado del sanitario al que ella se escondía. No lo veía, pero su vagina se mojaba mas y mas a medida que los oía teniendo sexo. Sin percatarse, su mano fue a su clítoris, comenzó a tocarse a cada segundo que los escuchaba.
-Se siente genial Rias, tener tus labios devorando mi pene es de lo mejor -exclamo excitado su estudiante favorito.
-Vamos... córrete... no quiero que alguien nos vea tampoco -exclamo sin sacar la polla de Kouji de su boca.
-Entonces tendrás que esforzarte -dijo y escucho como alguna ropa se abría forzadamente, era la blusa de Rias que Kouji abrió para ver sus grandes senos que le atraía para recibir una paja con esos grandes senos -aaahh~ eso esta mejor -exclamo.
-Dime que se siente mejor, mis pechos o mi boca~ -pregunto Rias.
-¿Le esta haciendo un paizuri acaso? -se pregunto Erza luego escucharla preguntar, sus pezones se endurecieron, su otra mano fue a ellos y así se dio cuenta de lo que se estaba haciendo desde hace rato.
-Me la pones difícil...
-¿Eh?~ creí que te la ponía dura -bromeo Rias.
-Tus pechos son suaves y cálidos como si fueran dos suaves almohadas, pero tu boca húmeda e igual de caliente -exclamo, lo cual hizo preguntarse a Erza a medida que ella se masturbaba escuchándolos teniendo sexo en el otro baño de a lado.
-Cuando fue la ultima vez que Jellal me alago por un paizuri o una felación... -pensaba a medida que se masturbaba, dos de sus dedos entraban y salían de su vagina a medida que se auto complacía -de que hablo... Jellal jamás me pidió una felación o que usara mis pechos... -reformulo su pensamiento.
-Vamos, decide antes de que te corras... tienes que elegir donde correrte, mis pechos o mi boca~ -indico su profesora, lo era a pesar de no estar en turno ni en la universidad.
-Primero correrme en tu coño -solo escucho un forcejeo débil del otro lado, Kouji levanto a Rias y la puso contra el retrete, le levanto la falda y le bajo sus bragas de color morado que traía puesto para meterle su polla en la vagina de la carmesí.
-Oye espera, no seas tan brusco~ aaahh~ -gimió luego de ser empalada, siendo embestida por el pene de su estudiante.
-No puedo evitarlo -exclamo el moreno -no importa cuantas veces te coja no tengo suficiente de ti ni de tu cuerpo.
Por la sombra débil de los rayos matutinos del sol que entraban al baño Erza seguía masturbándose viendo las sombras que producían ambos. Le estaba dando duro a la Gremory y a ella le estaba gustando, los mismo era para Erza, quería que su hombre estuviese con ella para consolarla a pesar del tiempo.
-Jellal... Jellal... -clamaba por él.
Los ruidos obscenos que hacían a lado eran incómodos y estimulantes para Erza, mas lo era cada que escucha las cosas sucias que se decían ambos.
-Te busca que te dé por detrás ¿Verdad? Rias -dijo Kouji sin soltar las cintura de la Gremory.
-Me gusta que tu pene me haga correrme~ -dijo la golosa.
-Soy mejor que tú marido ¿no es así? Vamos sensei, dígalo, soy mejor que su esposo -exclamó Kouji y Erza quedó intrigada a medida que seguía masturbándose con lo que oía de ellos.
-No te burles de mi Issei... -comentó molesta -al menos el es mas romántico que tu...
-¿Que? acaso esta engañando a su esposo... -pensó Erza, era confidente de sus secretos ahora, ¿Por qué una esposa engañaría a su marido? comenzó a cuestionarse en la cabeza.
-Dime, el pene de quien prefieres, el mío o el de tu esposo -Kouji reformulo la pregunta sin dejar de embestir a la Gremory.
-Me harás elegir... aaahhh~ -gimió de momento, un incentivo que le dio Kouji para escuchar la respuesta que quería -la tuya, prefiero tu enorme polla~ ahora date prisa y dame tu semen... ¡rápido! ¡dame tu semen! -grito desesperadamente Rias.
-¡Aquí Rias! -grito el moreno.
Erza pudo escuchar como él eyaculaba dentro de ella, gracias a las sombra bajo el piso puso ver con el cuerpo de Rias se contraía al ser llenada por el fluido varonil de Kouji.
-Si~ estaba ansiando esto desde que amaneció -decía Rias -puedo sentir tu semen llenado todo mi interior... tan caliente... mi cuerpo se derrite...
Sin parar de escucharlos, Erza también se había corrido de tanto estar escuchándolos solo que ella tapo su boca cuando su cuerpo llego al orgasmo, sino la hubieran oído. Gracias a la sombra que producían, vio como sacaba su miembro de Rias, y ella caía agotada sobre el suelo a lado del retrete. Kouji se le acerco y Rias se estiro para limpiarle su miembro cubierto aun por sus fluidos de antes.
-Debo admitir que fue excitante... -dijo Rias recuperando su aliento.
-Vayamos a continuar a mi casa -sugirió Kouji.
-Perdona pero hoy no, debo volver temprano a casa -comento la carmesí -Issei y yo iremos a ver una película.
-¿Piensas dejarme así?
-El lunes después de clase te compensaré -exclamo poniéndose de pie.
A pesar de haberse ido por fin, Erza no podía levantarse del inodoro. No porque su trasero de haya quedado atorado en el retrete, sino porque su cuerpo seguía igual de caliente a causa del sexo en vivo que presenció.
-Porque... Porque no puedo dejar de tocarme -a pesar de haberse corrido su cuerpo seguía ardiendo, necesitaba ser amada en ese momento -Jellal te necesitó...
Quien sabe, tal vez no sería él quién la terminé satisfaciendo. Por desgracia para la escarlata, su esposo no volvía esa misma noche, tuvo que soportar una larga semana sola con la llama incontrolable que la iba consumiendo con el pasar de los días. Esa semana no salió a trotar como de costumbre, se quedaba en casa día y noche masturbándose para ver si podía satisfacerse por un breve momento la falta de un hombre con ella. En su cuarto o el baño, incluso en su sala no podía evitar tocarse luego de haber estado allí cuando la desconocida de Rias y su amante cogieron en ese baño. Ni siquiera viendo porno podía calmar sus ansias de sexo.
-Aaahhh~ -gimio la actriz del vídeo mientras ella en cambio seguía deseando que llegara su esposo y se la metiera tal vez así calmaría su ardor.
-Llevo casi dos horas masturbándome y no consigo correrme -dijo Erza metida en su cama agotada de tanto intentar y fallar, desnuda con las luces de la habitación apagadas.
Se abrazaba a las almohadas de la cama a la falta de un varón al que le diera calor, no obstante a través de la ventana de su habitación, tenía vista hacia la casa de Yoichi más específico su habitación, en ese momento Erza logro ver cómo su vecino entraba a su cuarto con una toalla tapando su cintura, se acaba de bañar. Su mascota lo esperaba en la cama y él lo saco de su cuarto luego de mostrarle su juguete y arrojarlo al pasillo, el perro deja su cuarto, solo, se quitó la toalla así Erza logro ver con gran calidad el enorme pene que le colgaba a Yoichi, quería que algo así la penetrara la Carmesí. ¿Se aferraría a la idea de ser fiel a su esposo, o tal vez sería infiel como esa otra mujer de antes?
-Solo un día más y Jellal calmara este deseo... -si es que él volvía.
Llegó el día prometido en el que su esposo regresaba a casa luego de mucho estar afuera. Cómo era de noche, preparo una gran cena para su regreso. Era demasiada comida solo para dos lo que preparo.
-Bien todo listo -exclamo Erza luego de tener casi todo listo para celebrar el regreso de Jellal -la mesa esta puesta, entrada, plato fuerte, postre... compre el vino que tanto le gusta -decía triunfante ante su preparación -¿porque siento que falta algo mas? -se pregunto mientras miraba su mesa puesta, entonces recordó y regreso a la cocina -el estofado -lo había dejado en la llama de la estufa, no se había quedado solamente olvidaba que debía ponerle las especias que quería -tal vez un poco de ajo... -le puso el ingrediente molido que tenia e inesperadamente su teléfono comenzó a sonar -¿Si? ¡Jellal!
-Erza... perdón por no llamar antes, pero no tome no voy a poder volver esta semana, o el mes... -dijo su marido por línea.
-¿Que?.. -dejo atónita a Erza.
-Me llamaron de improvisto, pero mi jefe quiere que vaya a las oficinas de España por negocio. De hecho apenas llegue esta mañana, bueno aquí es de mañana... -contaba Jellal.
-¿Espera porque no?...
-Jellal vamos ya cuelga~ -escucho la voz de una mujer del otro lado de la línea, quien quiera que fuera ella actuaba coquetamente con su esposo.
-Espera por favor.
-¡¿Quien es esa?! -no sabia quien era la mujer con la que estaba su esposo, pero de seguro era una perra, eso pensaba Erza.
-¡No es nadie! Solo una compañera de trabajo -le respondió rápido y nervioso -perdona amor, pero no llegare como dije, te lo compensaré.
-A mi me tienes que compensar~ -dijo esa voz juvenil de una mujer desconocida para Erza.
-¡Dime quien! ...
-Perdón tengo que irme, te amo -y la llamada se corto de forma abrupta, pero el tono que escucho de su esposo Erza comenzó a pensar mal, pensó que Jellal estaba metiéndose con otra en ese momento, era como si ella estuviera encimándosele y él no se oponía.
-Acaso él...
Quedó en shock luego de escuchar y de interpretar que su esposo estaba engañando con otra. En su mente estaba maldiciendo a Jellal, tanta era su furia que mientras su estofado comenzaba a hervir ella rompió su teléfono de un solo apretón cargado con toda la furia del mundo.
-¡Mierda!
-¿Que demonios?... -gritó tan fuerte que Yoichi desde su casa logro escucharlo a pesar de estar trabajando en su computadora con música puesta en sus audífonos.
-Calmate, no puede ser o sí... -trataba de auto controlarse -Jellal no me haría eso, aunque no es la primera vez que llama diciendo que no vendrá el día que promete.
Tenía un remordimiento en su corazón, como si luego de mucho por fin entendiera ese secreto que su esposo le llevará escondiendo todo el tiempo.
Entonces llamaron a la puerta de su casa, era de noche y no esperaba a nadie más que su esposo que no llegaría. Abrió y era su vecino Yoichi, fue a visitarla para asegurarse de que ese grito no significará que algo malo le pasó.
-Yoichi-san, que hace aquí -saludo Erza sorprendida por la visita del hombre.
-Hola niña, escuche que gritaste, y vine para asegurarme de que estuvieras bien ¿Lo estás? -pregunto.
-Si, todo está bien, bien... -no parecía estarlo, pero si ella lo decía.
-Pues, si necesitas algo... -decía con amabilidad pero ella le interrumpió.
-Yoichi-san. Le molestaría acompañarme y cenar... -por algún extraño motivo Erza se ruborizó con decirle su propuesta.
-¿Que?... -no vio venir esto.
Casi una hora después, tras irse y arreglarse de ropa. Yoichi tuvo la oportunidad de probar el sazón de Erza tras mucho tiempo de solo olerlo por las ventanas de su casa. Y sabía mejor de lo que imagino.
-Quiere un poco mas -exclamo Erza luego de ver que terminara su plato.
-Estuvo muy delicioso, pero estoy lleno, usualmente como más pero hoy no puedo -dijo lleno -es agradable comer comida casera luego de mucho tiempo, y que esa comida haya sido preparada por una chica tan bella... -la alagaba.
-Yoichi-san que cosas dice~ -le llego el piropo a Erza -espero que quiera mas vino.
-Eso no te digo que no -Erza le sirvió mas a su copa, lo disimulaba bien Yoichi, ya que Erza traía un conjunto muy llamativo para el hombre, una blusa de algodón que se ajustaba a sus senos y una minifalda que dejaba ver sus blancas piernas -una lastima que tu esposo no llegará como dijo. Debes estar molesta.
-Molesta y... Frustrada -pero por otras cosas, dijo cuando volvía a sentarse para volver a su asiento y darle un gran sorbo a su copa -no se lo diga, pero a veces lo odio... Extraño el calor de un hombre en la noche y a todas horas.
-De un hombre ¿eh? -repitió intrigado aprovechando que Erza cayó rápido en el alcohol del vino, un vino bajo en alcohol.
-Escuche a ese maldito con una zorra cuando llamo debe estar... con ella ahora -Erza tenia varios temperamentos cuando bebía, uno de ellos era ser violenta y la otra una mujer despechada, que bueno que era la segunda en ese momento -porque los hombres son así...
-A veces uno no controla sus impulsos cuando ve a una linda y bella mujer -como la que tenía él en esos momentos. Ella no lo sabia, pero Yoichi tenia que ver con la ausencia del esposo de Erza esa noche, sabía a quien contactar para retrasar el regreso de su esposo y aprovecharse de ella, pero no espero nunca algo de que Jellal se metiera con otra. Parecía que su plan solo mejoraba.
Sin embargo por como la veía de embriagada tal vez seria ocasión de otro momento.
-Venga, lavaré los plato -se levanto Yoichi recogiendo los platos de la mesa, incluso los de Erza.
-¿Que? Espere... -de un momento a otro el nivel del alcohol en Erza se controlo, aparentemente
-Yoichi no es necesario...
-Vamos no es para tanto -dijo cuando abría la llave del fregadero.
-Es mi invitado y no debería... ¡¡Gyaa!!... -Erza se interpuso ante el acto de caballerosidad del oscuro hombre y entre jaloneos menores, el agua de la llave abierta cayó sobre ambos -perdón Yoichi-san...
Obra del destino o del demonio de la lujuria y el adulterio que rodea a este sujeto. Erza se quedo pasmada al ver que el agua mojo el pantalón y la camisa que traía puesta Yoichi exactamente sobre su entre pierna, su pantalón mojado se ajusto a su cuerpo y pudo su miembro largo y grueso, no llevaba ropa interior el debajo, vio igual la camisa ajustada de Yoichi dejando ver esos cuadros que ejercitaba cada día sin descanso. Gracias a esto, Erza mojo su blusa, ella había olvidado que tampoco traía sostén debajo de esa blusa de algodón que, tras ver el cuerpo de su adulto vecino, extrañamente Erza se excito, sus pechos se volvieron grandes de un momento a otro, también se podían ver sus pezones duros de un momento a otro.
-Que... -se percato que su cuerpo reacciono al cuerpo de Yoichi -no miré Yoichi-san -se dio la vuelta y tapo sus senos con sus brazos cruzados.
Entendió que era tiempo.
-Hace falta un hombre en esta casa ¿no? -dijo al acercársele y tomarla despacio de sus brazos -será mas bien que hace falta en tu cuerpo -tomo con delicadeza el cabello de Erza y aprecio lo sedoso que era.
-Suélteme Yoichi-san... -exclamo Erza, sintió un calor creciendo desde su interior, precisamente desde su vagina -...sino yo...
-Sino ¿que? -pregunto, llevo sus manos a los -tu sabes lo que quieres, llevas tiempo resistiéndote a la lujuria. Yo también -su pene se endureció y aunque no lo tenia pegado a los glúteos de Erza, la punta de su miembro rozo su trasero lo suficiente para que el cuerpo de la escarlata se calentara mas de lo que ya estaba.
-Pare... por favor... -su cuerpo ardía y ya no podía aguantarlo mas, tan solo de su boca podía verse el vapor del calor que emanaba su cuerpo.
Yoichi hizo su movimiento, tomo la blusa de la escarlata y la levanto, revelo los grandes y bellos senos de esta mujer.
-¿Segura que es lo que quieres? mira lo duro que estas tus pezones -no dejaba de acariciar los senos de Erza y de estirarle los pechos -sabes soy como tu, todo este tiempo me he resistido a comerte este cuerpo que tienes, un cuerpo tan sucio y lascivo que siempre presumes, niña. Y pensar que de joven no eras tan dotada -era su vecino desde que ella era niña, la vio crecer y todo, jamás pensó que desarrollaría semejantes curvas.
-No podría hacerle esto a Jellal... -decía difícilmente por el calor en su cuerpo.
-Dijiste que tu esposo estaba divirtiéndose con otra en este momento, quien sabe cuantas veces no se ha divertido con otras mujeres en los lugares por los que va, velo de la siguiente forma puedes devolverle el favor ¿que dices?
Dijo Yoichi solo para sentir la mano de Erza tomando su pene luego de abrirle la bragueta y tomarlo de primera mano, comenzó a masturbarle su polla, tan solo con la mano sin mirar pudo notar lo grande que era. No se atrevía a decir que era mas grande que la de Jellal, pues no recuerda el tamaño del pene de su esposo.
-Tal vez... solo un poco... -exclamo, esa fue la sentencia de su destino.
Cuando menos lo pensaron, Erza junto a Yoichi llegaron a la cama donde dormía con el ausente Jellal. Ahora dormiría con otro hombre, mancillando todo su matrimonio, como si le importara en ese momento.
-Mírate, eres mas sensual de lo que aparentas -dijo apenas Erza se quito la ropa, impresionando a Yoichi por el hecho de no tener ella ropa interior alguna debajo -ahora porque no comenzamos. ¿Porque no lo lames? -hablaba de su miembro -adelante, puedo ver que quieres hacerlo.
-Va a decepcionarse, pero no tengo experiencia con las felaciones... es raro que Jellal me pida que se la chupara -conto Erza.
-¿A si? bueno, es momento de empieces a practicar porque vas a devorarte este pene con mucha frecuencia -exclamo luego de tomarla de su mentón.
Se agacho y cuando puso cerca de su el negro pene de Yoichi dudo por un momento, no porque lo que haría estaría mal, sino porque Erza no sabia si el monstruo que tenia enfrente suyo entraría en toda su boca, pero...
-Tan grande, tan sabroso -dijo y sin mas, comenzó a chupar su pene como si se tratara de una paleta de hielo.
-Así... eso es... para no tener mucha experiencia lo haces como una profesional -exclamo Yoichi mirando como devoraba su polla como si fuera un dulce, un dulce negro.
-Lo hago bien~ -Erza estaba siendo poseída por el demonio de la lujuria.
-Pero donde están mis modales -tomo a Erza y la levanto, ambos se metieron en la cama, con ella encima suyo, con el coño humedecido de la pelirroja sobre su cara -no seria justo que solo yo disfrutara.
-Espere Yoichi... aaaahhh~ -gimió de placer, la lengua larga de ese hombre entro en su coño para lavar las paredes de su vagina.
-No me digas que Jellal tampoco te lamio tu coño, este sucio y chorreante coño -volvió a devorarle su coño.
-Carajo~ se siente jodidamentee bien~ -dijo retorciendo sus entrañas de placer, así como apretaba su rostro alrededor de la cara de Yoichi.
Erza no solo sentía la lengua revolviendo su coño, también sentía la respiración del hombre en su culo. Miraba el pene de Yoichi en lo que recibía las lamidas de él, Erza vio más sabroso su polla que al principio y así la sintió cuando volvió a devorar el pene de Yoichi.
-Maldición niña eres tan buena que ya no... ¡aguantó! -flexiono las piernas y comenzó a embestir la boca de Erza con salvajismo, ella tampoco hizo algo para sacarlo de su boca.
-Mmmm~ -fue el sonido de su boca cuando comió el semen que disparo Yoichi, no solo lo saboreo, le limpio con pasión su pene luego de notar que aun tenia de sus fluidos sobre él -sino le molesta -Erza avanzo a gatas quitándose de encima de Yoichi para sorprenderla con el trasero empinado para él -quisiera sentirlo de una vez~
-Eres realmente una perra -sonrió malicioso ante la vista que tenia, los labios de la vagina de Erza estaban abiertos para Yoichi.
-¡Si!~ luego de mucho tiempo, por fin un pene esta en mi interior~ -grito la escarlata con el orgasmo en su garganta -tan grande, tan largo...
-Realmente te hacia falta uno, tu vagina es tan dulce, mas de lo que pensé. Realmente se te ve agradecida con mi pene -alardeaba Yoichi, esa era su verdadera personalidad. Cuando comenzó a mover su cintura, el choque de las carnes de ambos hacia eco en la habitación sin importar que apenas estaban comenzando. Era rudo con ella lo cual Erza le excitaba, desde su visión se magnificaba del ver rebotar los pechos de la mujer eran increíbles.
Poco a poco, los movimientos de Yoichi comenzaron a hacerse mas rudos y salvajes, el placer se hacia efímero, Erza no contenía sus gemidos, luego de tanta represión por fin tenia sexo y de forma ruda así como su resistencia y su firmeza le dejaban en blanco la mente de Erza.
-Vamos que espera~ -la escarlata comenzó a mover su trasero de adelanta y para atrás luego de minutos de estar embestida por Yoichi, su lujuria era cada vez mas impaciente tanto que la sabana estaba manchada de los fluidos combinados de ambos a pesar de no alcanzar ninguno de los dos el orgasmo -lo quiero ya~ deme de su leche Yoichi-san.
-Si es lo que tu quieres... ¡tómalo todo! -le dio una gran sorpresa a Erza, el hombre no aguanto mas y se vino dentro de ella -que tal como se siente ser cogida por un verdadero hombre.
-Se siente... se siente genial~ -dijo lascivamente -jamás me había sentido así antes, mi útero parece que va a explotar, esta rebosante de su semen~ -decía sin censura. Tanto era el fluido de Yoichi, que su pene salió del coño de Erza.
-Y puedes sentirte así todos los días, este o no este Jellal solo quiero que digas que eres mía -susurro a su oído.
-¿Que?... -de un momento a otro volvió a ser ella, aunque no negaba que se sintió de maravilla, tampoco dejaría que se repitiera su adulterio con él -no podría... -entonces su punto G fue rasgado con fuerza por la cabeza del pene de su vecino cuando la empalo sin esperar -aaaahhh~ -cada vez mas sus gemidos eran mas fuertes.
-¿Que paso? hice que te corrías no es así -sintió su pene cubierto por los líquidos de Erza, parecía que su cuerpo iba a convulsionarse -puedo darte placer todos los días niña, solo tienes que decirlo y ya... -nuevamente movía rudamente su polla dentro de Erza -vamos, sabes que quieres decirlo.
Parecería que se resistiría varios minutos pasaran de nuevo siendo perforada y su vagina siendo expandida por la agresiva y masiva polla del hombre, tal vez no lo resistiría...
-Lo admito... seré suya... ¡soy perra Yoichi-san! -grito a medida que él aumentaba sus embestidas contra la mujer de Jellal -¡ahora llene mi lascivo coño con su polla!
Fue tomada por las piernas y levantada por Yoichi sobre la cama, mas profundo y placentero lo sintió con esta posición hasta recibir lo que quería.
-¡Aquí va niña, llénate con mi semen! -grito y se corrió dentro de Erza llenando una vez mas su útero con su semilla. La soltó, sus brazos se agotaron por un momento -tu coño es tan bueno Erza, podría cogerlo toda la noche.
-Hágalo... -dijo y vio a la mujer lamiendo su pene, pasando su lengua por cada rincón de su miembro -quiero mas de su pene, Yoichi~
De nuevo le sonrió maléficamente a la pelirroja, seria una larga noche para ambos. No pararon hasta que ella quedo desfallecida, su vagina fue cogida no dos ni tres, sino once veces sin descanso por el hombre. Además de su coño y su boca, su cara, sus senos... todo su cuerpo, al final fue cubierto por el semen de Yoichi cuando quedo satisfecho de ella, cerca de las cuatro de la mañana.
-Mas... quiero mas... -decía teniendo la mente desfallecida, su cuerpo pegajoso y oloroso por el semen de su vecino.
-Tuvimos suficiente por hoy querida -la beso a pesar de estar cubierta con su semen, la lengua de Erza era sometida por la de Yoichi -será para mas al rato -se recostó a lado de ella en la cama y ni cinco minutos pasaron cuando -¿que estas?... -una vez mas, Erza estaba lamiendo su pene hasta ponérselo duro.
-Por favor quiero mas Yoichi~ -dijo y sorprendió a Erza.
-¿Cuan ninfómana puedes ser?
Los días pasaron y llego el tiempo en el que Jellal volvió. Como debió ser, le recibió con una cena solo sin el resultado que tuvo con Yoichi-san.
-Estuvo muy rico la cena Erza -alago a su esposa luego de acabar lleno -em... escucha Erza lo del otro día.
-Esta bien, no necesitas explicar -dijo Erza tras dejar su copa en la mesa.
-En serio, era una compañera, estaba ebria y la llevaba a su casa cuando te llame... -quería quitarse esa culpa pero su mujer no parecía querer escuchar, lo cual le preocupaba. Y luego de escucharlo le creyó, o eso creía él, su conciencia se alivio.
-Te creo, amor, sabes que siempre creeré en ti -exclamo, luego de levantarse e ir a donde él para besarle.
Lo admito, tuvieron sexo esa noche, pero fue mas aburrido que con Yoichi. Eso pensaba Erza pues esa semana de espera, el negro la entreno para solo respondiera a él en el sexo, Jellal no lo sabia pero ya no era su mujer.
-¿A donde vas a esta hora? -pregunto Jellal cuando vio a su esposa alistándose con ropas deportivas.
-Cierto, hace una semana comencé a trabajar con Yoichi como entrenadora personal en su gimnasio -contaba Erza.
-Y vas a trabajar a esta hora -cuestiono.
-Maneja un club de boxeo en las noches, y esta noche hay pelea, quiere que sea la anunciadora -exclamo.
Jellal no pensó exactamente lo que su esposa haría allí, tampoco le dio importancia ni se preocupo, debió hacerlo. Si, trabajaba con Yoichi como entrenadora personal como quería, pero no iba a una pelea esa noche. Lo que pasaría, bueno...
No había ningún club de pelea, solo se reunían una vez por semana en el gimnasio donde si, había un ring de boxeo, pero no para una típica pelea.
-Se las presento chicos, ella es Erza, mi puta personal -exclamo besándola frente a ellos cuando Erza solo tenia puesto un bikini negro muy pequeño, que solo tapaba sus pezones y hacia el intento por cubrir su vagina -quiere jugar con nosotros -pregunto a los tres chicos que tenia reunidos.
-Veamos si son capaces de superar tres round muchachos~
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