Nombre: Hinata Hyuuga
Edad: 31 años.
Estado civil: casada.
Profesión: ama de casa.
Medidas: 100/60/87
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A veces la vida no es justa, para las demás personas. Y hay quienes aprovecharán esa decepción para hacer de las suyas. Esa decepción sería el fin y la caída para la esposa del alcalde de la ciudad de Palmont Town. Ella, quien pensaba que su vida era perfecta por haberse casado con el hombre que de niña se enamoró, con quién había formado una casa y tenía con él dos hijos, una bella mujer de gran cuerpo y ojos como de perlas llamada: Hinata Hyuuga.
-Naruto-kun -exclamó la mujer visitando a su esposo hasta su oficina en la alcaldía de la ciudad.
-¡Hermana!
-Hinata ¿Que haces aquí? -pregunto un poco sudado el rubio cuando su esposa entró sin aviso a su oficina donde la acompañaba su asistente personal y hermana de su esposa Hanabi.
-Dije que te traería la comida -dijo presentadole el obento que en sus manos cargaba -¿estaban ocupados?
Parecía que después de todos estos años aún seguía siendo una mujer inocente de conciencia. Pero no, ver a su hermana y su esposo con sudor sobre ellos, le pareció extraños. No podía pensar mal, no quería.
-Supongo que el alcalde querrá estar a solas contigo hermana -dijo Hanabi para salir de allí y dejar a su hermana y su cuñado solos -volveré dentro de una media hora alcalde.
-Si -confirmo Naruto.
Mas cuando se fue, Hinata noto un par de cosas mas en su hermana aparte del sudor leve que la cubría a pesar de tener el aire acondicionado a temperatura en la oficina. La primera era que el escote de la blusa de su hermana debía estar cubierto por ese saco café que llevaba puesto, siempre que llevaba saco era para cubrir lo atractivo de sus pechos, sabia que ella no le gustaba ser mal vista por otros hombres. Segundo, era que en medio de ese escote había una especie de crema blancuzca mal untada entre sus pechos. Prefería creer que era crema de algún tratamiento que su hermana se estaba poniendo en vez de suponer que su hermana y Naruto...
-Hinata no debiste molestarte, sabes que consigo comida luego -dijo el rubio luego de tomar el obento que su mujer le trajo.
-Comer ramen instantáneo a diario no es sano Naruto -protesto su esposa -además, venia a verte para recordarte lo de este sábado.
-¿Sábado? ¿Qué hay este sábado? -pregunto el alcalde.
-No digas que lo olvidas -pocas veces se molestaba su esposa y por buenas razones -es nuestro aniversario, el sábado cumplimos once años de nuestro matrimonio.
-¿En serio? -comenzó a sudar de la pena por olvidar tal fecha -claro que no se olvido, solo que te estoy preparando una sorpresa -comento inventando una mentira, no le tenia preparado nada.
-Espero no se te olvide, como asistir a los juegos de futbol de Boruto y las exposiciones de pintura Himawari los últimos dos años -dijo seria su esposa por las veces que sus hijos se frustraron, se decepcionaron.
-Hinata ser alcalde no es fácil, es un trabajo de tiempo completo -contaba su esposo -las cosas en esta ciudad se han acomplejado un poco después de mi reelección hace dos años.
-No se supone que contrataste a mi hermana para hacerlo mas fácil -exclamo Hinata.
-Ojala así hubiera sido -se sentía agotado el alcalde, descansando en su silla de la oficina.
-Solo no lo olvides, estaré esperándote Naruto -dijo y miro la hora, se le hizo tarde mas de lo que pensó -debo irme, los niños deben de estar por volver a casa.
Salió corriendo, como dijo se le hacía tarde para buscar a sus hijos en la escuela. Ahora debían estar por llegar a casa. Más no se dió cuenta que apenas había salido de la oficina de su esposo, afuera su hermana esperaba para volver a entrar con él alcalde de Palmont Town y cerrar con llave. Esa cara maliciosa contra su hermana daba mucho que pensar.
Hinata volvió lo más rápido a casa luego gracias al taxista. Pero cuando se acerco a la puerta de su casa, ella se percató que sus dos hijos no estaban esperándola afuera como costumbre, no le había dado la nueva llave a Boruto tras perder la última.
-¡Boruto, Himawari! -gritó preocupada, como madre el bienestar de sus hijos era primero. No los vio en patio delantero, ni el trasero, por un momento se preocupo -¡Boruto, Himawari!
Más el susto que su mente le estaba induciendo por creer que ellos estaban perdidos desapareció rápido al oír del patio de su vecino, la voz de Himawari.
-Eres muy tierno -escucho Hinata la voz de su hija menor.
Entonces fue a dónde su vecino, un hombre de casi su misma edad; fue hasta el patio trasero dónde vio a sus hijos conviviendo con él.
-Tus reflejos son mejores cada vez -dijo el hombre de test oscura, de la misma edad que Hinata; que trataba de quitarle el balón a Boruto ayudándolo a practicar sus juegos.
-Verdad que si -contesto alegre Boruto deteniendo el balón.
La madre de ojos de perla de estos dos los miró, uno sanamente conviviendo con el buen vecina que tenían a la derecha mientras que su hija se divertía con él perro de apariencia peligrosa del muchacho, pero que en realidad era un manzo y amable perro con los hijos de la Hyuuga.
-Boruto. Himawari -hablo su madre alegre de verlos sanos y con alguien que tenía confianza.
-Mamá -ambos niños dejaron lo que hacían y prestaron atención a la mujer que los parió.
Luego de oír que al verlos esperar en la entrada de la puerta de su casa sin nadie que los recibiera, su vecino decidió llevarlos a su patio hasta que la madre de ambos apareciera de dónde sea que hubiese ido.
-Gracias Keizuke-san, lamentos las molestias que te hallan dado -dijo Hinata apenas mando a sus hijos a casa. Keizuke Koukawa, un varón de media edad, deportista, jefe y accionista de
Underground industries.
-Sabe que no es nada, sus hijos son más agradables de lo que imagina, Hinata -exclamó con sinceridad y paciencia, aún bajo esa sonrisa amable había unas malas intenciones con la mujer que tenía enfrente -esos niños les hace falta un padre en su casa.
-Naruto es un hombre ocupado al ser alcalde -comentaba Hinata, al oír el cambio de tema -aun si, seria bueno que estuviese de mas seguido en casa para ellos. Agradezco su ayuda.
-Si, necesita algo sabe que estoy disponible, incluso si... -se acerco a la Hyuuga y trato de tomarla por la cintura, pero rápido reaccionó Hinata.
-Keizuke-san, hemos hablado de eso -dio un paso atrás la ojiperla, apenada por algún motivo -lo que paso ese día, fue un error.
-Iba a decir que si alguna vez te aburres, podríamos salir tu y yo -decía el hombre, como si no fuera nada malo su propuesta ante la Hyuuga.
-Sabe que estoy casada -dijo Hinata sin querer seguir la conversación. tanta pena le daba ese recuerdo que mejor era dejarlo allí -será mejor que vaya, mis hijos deben estar hambrientos.
-Esta bien -exclamo Keizuke, solo para verla irse, sin evitar mirar las curvas Hinata que ocultaba bajo su ropa -ese cuerpo será mío de nuevo.
Y que era lo que hacía decir eso a Keizuke, era lo mismo que a Hinata la tenía avergonzada de haber ocurrido. Hace un par de meses, cuando su marido pasaba más tiempo cuidando de la ciudad que a su familia y su hogar. Hinata tenía problemas operando la computadora de la casa, pues apenas empezó a navegar y un malware había hecho de las suyas. Cómo la computadora pertenecía a su hijo, no quería decirle cuando volviera de la escuela que descompuso su aparato que le regalaron en su cumpleaños. Así que llamó a Keizuke, sabiendo que gracias a su trabajo en Underground industries él era programador y demás doctorados en computación.
Flashback...
-Quedo como nuevo -el hombre mostró la computadora reparada y libre de virus.
-Muchas gracias Keizuke-san -dijo Hinata muy agradecida con su vecino -digame cuánto le debo.
-Solo unos 30 dólares -cobro barato Keizuke, barato para una ciudad tan cara como lo era Palmont Town.
Hinata busco efectivo en su cartera para pagarle al hombre, pero solo encontraba las tarjetas de su esposo, debía ir a retirar efectivo. Lo poco que le quedaba de dinero lo dió para la escuela de sus hijos.
-Perdón Keizuke-san, pero no tengo el dinero, olvide que debo retirar dinero de mi esposo está semana -se disculpó la ojiperlas.
-Descuide me lo puedo pasar después -dijo sin problemas, 30 dólares no era mucho para los términos de esta ciudad del diablo.
-No, no. Debe hacer algo con lo que pueda pagarle -si algo le habían enseñado sus padres, es que debía saldar sus deudas lo más pronto posible -quiere que le ayude con algo o...
Entonces Keizuke aprovecho la oportunidad.
-Bueno la verdad, es que hay veces -se levanto de esa silla con la que acomodo para limpiar la computadora, para acercarse a Hinata y tomarla de sus nalgas -en que un hombre extraña la compañía de una mujer -apreto fuerte la carnosidad de ese trasero.
-¿Eh? -se puso nerviosa y asustada -¿Keizuke-san que esta haciendo? -por un momento su cuerpo se quedo congelado, no se movió o impidió que el hombre la tocara mas.
-Hinata-san, es una mujer muy hermosa -aun la tenia agarrada de sus nalgas -la verdad, quiero ver y tocar su cuerpo sin su ropa.
-No esta bien... -decía mientras su cuerpo se calentaba debido a que Keizuke movía sus manos apretado y manoseando con mayor perversión las nalgas de la Hyuuga.
-Usted dijo que haría lo que necesitara -recalco el hombre -descuide, seré gentil. Su marido no lo sabrá, ni sus hijos.
Había dado su palabra, y tenia que cumplir, de haber sabido que el hombre que tenia por vecino, bajo esa cara amable así como sus acciones, tenia un interés sexual por ella.
Honestamente, su esposo no la había tocado desde hace algunos años, desde que fue reelecto como alcalde de Palmont town. Pero tener una aventura a espaldas de su familia...
-...En mi cuarto, ¡solo media hora! -dijo recalcando que solo accedía porque quería pagarle el favor que le hizo el hombre.
No muy tarde, Hinata llevo a Keizuke hasta la habitación donde debía dormir con Naruto durante las noches, pero dado las nuevas responsabilidades como alcalde Palmont town, llegaba hasta muy tarde y se iba a primera hora de la mañana, muchas veces no llegaba a dormir, incluso se iba antes de siquiera poder saludar a su esposa e hijos.
Como sea, con llave puesta en la habitación, ventanas cerradas y ambos adultos despojados de sus ropas, Keizuke veía agradecido con Dios por la belleza natural con la que bendijo a Hinata.
La mujer se cubria sus pechos y su vagina con sus brazos, mientras la vergüenza la inundaba por lo que estaría por hacer.
-Vamos Hinata, déjeme ver lo bello de su cuerpo -decía mientras el hombre descansa del borde de la cama con su miembro erecto de solo verla desnuda.
-Esto es... vergonzoso -dijo sin poder mirar a Keizuke a los ojos, jamás pensó que su respetable vecino resultara tener visiones pervertidas con ella. Lentamente se dejo descubrir de sus brazos.
-No te avergüences, tienes un bello cuerpo -tomo los grandes y firmes senos de la Hyuuga, no podía creer la suavidad de sus pechos, eran dos grandes globos de agua carnosas -la verdad me da lastima que tu marido, no pase tiempo contigo.
-Mi matrimonio con Naruto... no se basa en el sexo -no podía decirlo, pero sus pechos eran algo sensibles al contacto físico.
-Importa el amor -exclamo Keizuke, para devorarse los pechos de esta madura mujer -pero hay distintas formas de expresar el amor, Hinata~
-Espere... -Keizuke jugaba con sus pechos, los chupaba y mordía suavemente -...mis pechos son sensibles.. -la sensación, era mucha para Hinata, apenas estaban empezando.
Cuando menos se daba cuenta, el hombre la había metido en su cama, dejando de lado lo maravilloso de sus senos, para abrir el coño que se humedeció de solo sentir como jugaban con sus pechos.
-No piense mal de mi... -dijo Hinata por el hecho de tener su coño todo mojado.
-Lo único que pienso, es que ambos vamos a disfrutar de esto, Hinata -decía mientras colocaba su polla en los labios de su vagina, para poder penetrarla por fin.
-Espe... -no dejo terminar a Hinata quien se sorprendió de lo grande que era el miembro del hombre hasta que se lo incrusto hasta el fondo, llegando mas allá de lo que Naruto le llegaba -...esta... muy profundo...
La pelvis de Keizuke comenzó a moverse despacio, Hinata sentía como el pene del hombre abría y cerraba su interior con cada movimiento, el sexo nunca importo en su matrimonio, pero no recordaba que el sexo se sintiera tan bien.
-Su vagina es mas suave de lo que pensé Hinata -decía Keizuke sin parar de moverse, tomando a Hinata de sus brazos para que estuvieran cómodos -siento que en cualquier momento me voy a correr...
-Solo hágalo para terminar esto... -quería soltar algún gemido, pero no quería admitir que esta disfrutando de esta infidelidad.
-Aun no, quiero disfrutar estos treinta minutos.
Unos largos treinta minutos, difíciles para Hinata. Resistir las caricias y el sexo romántico que este hombre le daba, combinado con los besos de lengua que le dio cuando bajo la guardia para evitar liberar algún gemido que le dejara entender a Keizuke, que lo estaba disfrutando, fue demasiado.
-Estoy por correrme Hinata... -decía con el movimiento de sus caderas incrementado -déjame correrme en tu interior...
-...Es un día seguro... -decía entre cortada su voz evitando gemir, mientras ella estaba en cuatro -...solo terminemos con esto... aaahhhh~ -al final si termino gimiendo de placer cuando su interior se inundo de semen caliente, creyó que su útero se derretiría de todo ese calor.
...Fin del flashback
Keizuke cumplió su promesa ese día, solo toco a Hinata por media hora y aunque podía durar que ese tiempo, le termino dando a la Hyuuga la cogida de su vida. No sentía la necesidad de intimar con Naruto durante su ausencia como alcalde, pero luego del sexo salvaje que le hizo sentir Keizuke, el lado sexual de Hinata había despertado. Nego a Keizuke que volverían a tener una aventura sexual, le negó que disfruto del sexo que tuvieron. La realidad era que Hinata no podía parar de pensar en tener sexo con su marido, por fin se dio cuenta de cuanto lo necesitaba sexualmente. Lo digo, pues esa noche mientras sus hijos dormían, ella en su cama enorme y solitaria, estaba masturbándose pensando en que era su esposo con quien tuvo sexo esa vez.
-Naruto... Naruto... Keiuzke... -en medio de toda esa fantasía, Hinata comenzó a dejar de comparar a su esposo con el hombre ajeno a su matrimonio, que la hizo sentir como mujer -...Keizuke-san~ -se masturbaba con mayor intensidad.
Mas los días pasaron, sintiendo la urgencia de tener un hombre destrozando su coño se multiplicaba, pero no planeaba serle infiel a su esposo, el error que cometió ella no lo volvería a repetir, y dejaría en claro a su marido de esto, convenciéndolo de tener sexo durante su celebración de aniversario. Ahora solo faltaba esperar, Hinata se había arreglado para irse con su esposo de cita a donde sea que planeaba llevarla, solo faltaba que Naruto apareciera, incluso había mandado a sus hijos con sus abuelos para no tener que preocuparse por volver temprano por ellos.
La noche crecía, Hinata veía la horas pasar, viendo que su marido no aparecía. Temiendo lo único que no querría, un mensaje de su esposo llego a su celular en medio de toda esa espera.
"Perdón cariño, pero estoy en una reunión muy urgente, no podremos celebrar esta noche como querías, prometo que te lo compensaré" decía el mensaje de Naruto.
Hinata se frustro cuando leyó ese mensaje, ella era iracunda aunque no pareciera ser una mujer agresiva.
-Debí suponer que no habría ninguna sorpresa -exclamo llena de frustración y enojo. La ojiperla había comprado un vestido muy elegante y revelador del escote de corte en V que poseía su ropa, un perfume especial para que naruto la alagara cuando tocara su cuerpo, inclusive traía debajo un juego de lencería nuevo y sensual para la ocasión -que debo hacer.
Honestamente, era la tercera vez que la dejaba plantada en la espera para salir y celebrar su aniversario de bodas, las primeras dos las dejo pasar, pero esta tercera vez. Entonces pensando cuando caminaba entre sus sofás de la sala, lo vio a él en su casa, tal vez era tiempo de aceptar su invitación.
-Buenas noches Keizuke-san -Hinata fue hasta la casa del hombre, para ser recibida inesperadamente por él.
-Hinata ¿A que se debe esta, inesperada visita? te ves muy hermosa si me lo permites -le miro el escote que tenia abierto.
-Em... Keizuke-san, quería saber... si su propuesta seguía en pie -comento apenada Hinata.
Si el hombre esperaba que Hinata dijera que si, jamás pensó en que hacer cuando dijera: si.
Escuchando de la Hyuga que ella y su esposo no podrían reunirse para celebrar como era debido su aniversario, con gusto el hombre accedió a salir en una cita con Hinata por ser plantada por Naruto. Se arregló rápido al nivel de elegancia de la dama con ojos de perla que vino a por él y reveló el auto de gala que usaba para irse a trabajar para llevarse de cita a esta Milf.
Hinata con intenciones conocidas del hombre con ella, esperaba que más pronto que tarde terminara buscando un hotel para... Ya saben. Su sorpresa fue que Keizuke realmente cumplió su palabra y de verdad salieron en una cita, como si de dos jóvenes estudiantes se tratara. Dando un recorrido por la ciudad, llevo a Hinata por diversas tiendas departamentales de alto calibre, entraron al cine dos veces, una para ver películas de la elección de cada uno, Keizuke descubrió que Hinata no tenía problemas películas de acción, siempre que hubiera romance en esas películas. En medio de esos largo metrajes, sin dudar tomo la mano de Hinata pero pronto ella se dió cuenta.
-Keizuke-san... -lo llamo al ver que era él quien le tomo de la mano durante la película.
-Perdón si te incomodo -exclamo, siendo un caballero quiso soltar la mano de Hinata, pero...
En vez de respetar su matrimonio, recordó lo que Keizuke dijo esa vez: tu esposo no lo sabrá. Entonces, molesta por ser plantada por su marido en pleno aniversario, le permitió al único hombre cercano a el tomar su mano, ignorando que tenia un esposo por completo.
-Esta bien, no es incomodo -le regalo una sonrisa de su linda cara.
Tal vez, por solo una segunda vez, podría dejarse tocar por otro hombre. Después del cine, fueron a cenar en uno de los restaurantes mas elegantes de toda Palmont town, visitaron uno de los mas grandes museos de la ciudad, vieron las pinturas y esculturas de arte de una exposición que pronto seguiría su gira por el país.
Al final, como previo Hinata, Keizuke la había llevado hasta un cuarto de hotel de los menos concurridas donde podría pasar de nuevo el pecado que cometió la Hyuuga ese día.
Sin nada que decir en contra, entro con el hombre a la habitación, Keizuke comenzó a besar el cuello de la esposa del alcalde con gran pasión, mientras sus manos se introducían dentro del escote de su vestido de Hinata, liberando por encima de su ropa, sus enormes y sensuales pechos que manoseaba con suavidad.
-Keizuke-san... -decía algo caliente, dado las manos grandes del hombre.
-Luces tan hermosa Hinata~ -no paraba de oler el perfume que en su cuello se había echado.
-¡Basta! -el remordimiento la invadió -esto no es correcto -sin dar problemas, Keizuke la soltó y dejo que ella arreglara su apariencia -Keizuke-san, es un buen hombre y... admito que seria un gran amante, pero no puedo dejar que esto pase. Amo a mi esposo y él no me haría esto.
El hombre traía algo entre manos, un algo; que haría a Hinata darse cuenta que esas ultimas palabras eran traicioneras de lo que ella pudo serle a Naruto.
-Supongo que no pasara otra vez, quiere que la lleve devuelta a su casa -dijo amablemente. Fingiendo aceptar la derrota.
Abrieron la puerta del cuarto y cuando salieron al pasillo del hotel, Hinata se topo con una gran sorpresa.
-¿Que hace Naruto aquí? ¿Hanabi? -dijo y se oculto junto con Keizuke en la intercepción del pasillo.
Al final del corredor, estaban caminando hacia una de estas habitaciones su esposo, quien tenia agarrado de su brazo a su hermana menor, Hanabi. Andaban muy cariñosamente hasta llegar a la puerta donde apenas su esposo abrió la puerta, su hermana comenzó a besarlo apasionadamente, entraron y se encerraron en la habitación. Claramente, su esposo le había mentido. Nunca se quedo en una junta como alcalde, él se quedo a tener una aventura con su asistente personal, la propia hermana de Hinata. Al final, si; su esposo le había engañado todo este tiempo, incluso en su aniversario de bodas.
-Keizuke-san... dígame que lo que vi no fue real... -Hinata no quería reconocer esta realidad.
Keizuke la llevo de vuelta a su casa mientras Hinata seguía en shock por lo que presencio. Nada de lo que vio podía procesarlo. La acompaño hasta entrar en la casa de la mujer, la siguió hasta su habitación luego de verla bajar de su auto sin hacer algún ruido, tanto era el dolor en el corazón que Hinata sentía.
-Estas bien ¿Hinata? -pregunto Keizuke desde el arco de la puerta.
-Esto... -empezó a hablar, pero se le escuchaba quebrantada del corazón -esto no pudo haber pasado... Naruto jamás me haría esto... menos Hanabi.
-Hinata... -quiso consolarla.
-¡Esto paso por mi culpa! -estaba destrozada -no debí dejar que usted y yo...
-En serio crees esto paso porque, engañaste a tu esposo conmigo en esa ocasión -iba a soltar la realidad a Hinata -la verdad, es que tu esposo te ha engañado desde antes que tuviéramos sexo aquella vez.
-¿Que?... -acaso era una broma de Keizuke, no lo era.
El hombre saco su celular y buscando en una carpeta, le mostro a Hinata la realidad.
-Lo cierto es que tu esposo a estado teniendo una aventura con tu hermana desde el primer día que le dio trabajo -dijo, mientras Hinata veía la larga lista de videos, ese primer día fue desde hace ocho años -cada día sin falta, tu esposo a estado cogiendo a tu hermana en su oficina y en hoteles pequeños. Dos, hasta tres veces al día.
Una muy larga lista.
-No puede ser... -Hinata quería llorar.
-Este es de lo que están haciendo ahorita -un video en vivo tomado desde una cámara oculta, Hinata podía ver y oír lo que ellos hacían.
"Mas~ mas~ démelo mas profundo~" era la voz de Hanabi "que cruel alcalde~ teniendo sexo conmigo en vez de estar celebrando tu aniversario de boda con mi hermana"
"Es culpa de Hanabi-chan de ser tan atractiva, eres mejor que Hinata" fue la respuesta de su esposo y con eso tuvo suficiente.
Devolvió el teléfono a su dueño y estando totalmente quebrantada, camino Hinata hasta el mueble de noche que había a lado de su cama, allí un marco con la foto de su esposo descansaba. Tomo el retrato de Naruto y con todo su fuerza y furia arrojo su foto contra el suelo para pisar la imagen e insultarlo y maldecirlo.
-¡Maldito desgraciado! -Hinata empezó a pisar la foto con su tacón con gran rabia -¡eres un desgraciado! -detrás, Keizuke solo veía incrédulo la rabia de la Hyuuga -¡yo arrepintiendo me y tú... Y tú... -las lágrimas en sus ojos y sus sentimientos rotos.
En medio de toda la tempestad de lágrimas, enojo y demás sentimientos encontrados, Hinata se percató de algo más allá de lo que realidad que veía.
-Keizuke-san... -de pronto dejo de golpear y maldecir para verlo -...usted sabía de mi esposo...
-Si -sin nada que ocultar contesto, él mismo se dió cuenta que ella comenzó a notar todo lo que pasaba.
-Desde cuando... -la mirada baja de Hinata, sus ojos escondidos por su cabello.
-Desde antes de que tú y yo... -dijo sin terminar la frase -diría que desde el primer día que está ciudad se volvió casi todo a nombre de Underground industries. Fui yo quien diseño los sistemas de seguridad de la alcaldía y quién controla todo el sistema de conexiones en la ciudad. Puedo ver y oír lo que tu marido hace todo el tiempo, y como ves, todas supuestas reuniones eran una mentira.
No dijo, nada pero en la mente de Hinata, la visión del buen hombre que tenía por vecino, ahora había cambiado, era un hombre perverso y maquiavélico bajo esa cara amable, no necesitaba confrontarlo para saber claramente.
-Ya entiendo -decía Hinata sin mirarlo bien -querias que viera a mi marido siendo me infiel con mi hermana, y que todo el tiempo me engañaba... Todo para desmoronarme y tomarme como tuya -divagó Hinata.
Una sonrisa algo extraña miraba a Hinata desde Keizuke dado que ella no era tonta e inocente como creía uno.
-¿No? Dirás qué solo quieres ayudarme a olvidar a mi marido... Solo para hacerme ¿Que? ¿Tu puta personal?
-Para ser algo inocente, eres muy perspicaz -reconoció el hombre, así que sin miedo se acerco a la mujer y le acaricio la cara -si, yo sería un mejor padre para tus hijos, te daría cariño todas las noches y lo único que pediría de ti es tu sumisión, te quiero como mi esposa, como mi puta personal y mi trofeo en cima de todo.
-¿Tu trofeo? ¿De que? -pregunto Hinata sintiendo el cariño de esta mano grande.
-Ese es un secreto querida Hinata -decía seductoramente para robar sus labios que a pesar de la tristeza, aun tenían un dulce sabor para gusto de Keizuke.
Sin moverse, Hinata permitió que él, con unos movimientos silenciosos de sus manos; moviera los tirantes de su vestido haciendo que se cayeran del cuerpo de la ojiperla, descubriendo esa lencería nueva que se suponía será sorpresa para su esposo, todo mientras la volvia a besar con mas pasión; pero mas fue el asombro de Keizuke ante la sensualidad que combinaba este juego de lencería con el cuerpo de Hinata.
-Vaya que es un tonto tu esposo por no apreciar a la diosa que tiene por esposa -decía y Hinata se ruborizaba a la vez que se sentía alagada y amada nuevamente tras ser dejada por su esposo -bueno, la que tenia por esposa.
Hinata había caído mas pronto de lo que pensó cuando, no por placer se dejo atrapar por Keizuke, sino por odio, furia y el deseo de venganza contra su esposo por serle infiel. Y que iba a pasar por los hijos que tenía este matrimonio al caso. Pues, la ausencia de su padre, ya habían tomado a otra figura como su padre, aunque aun no lo reconocían oficialmente.
-¿Que crees que estén haciendo papá y mamá ahora? -pregunto Himawari cuando con su hermano dormia en una misma habitación en casa de sus abuelos maternos.
-Papá de seguro sigue en su trabajo -decía Boruto -en cuanto a mamá... seguro esta pasándola bien, espero.
Ninguno de los dos sabia que era el aniversario de boda de sus padres, ninguno sabia lo que les esperaba a partir de ahora.
En este momento, en casa de la Hinata, donde debía dormir en compañía de Naruto, dormiría una vez mas con su nuevo hombre.
-Esto es... aahhh~ -Keizuke estaba maravillado, los grandes pechos de Hinata eran demasiado bellos a simple vista, pero terminar recibiendo una paja con tan brutales senos era de ensueño.
-¿Lo hago bien? Keizuke-san~ -preguntaba la ojiperla sin parar de apretar la suavidad de sus pechos contra la polla de su nuevo hombre.
-¿Bien? ¡Lo haces de maravilla! -sentía que iba a correrse en cualquier momento -dijiste que no sabias hacer esto del paizuri...
-Naruto jamás me pidió hacerle una, ni siquiera quería que le hiciera esto -sus senos soltaron el pene de Keizuke, para ser devorado por su misma boca de la mujer.
Un sonido muy fuerte de placer salió de la boca de Keizuke cuando la calidez y humedad de la boca de la Hyuuga devoro su polla profundamente. Los labios de esta bella mujer pasando por todo lo largo de su miembro y la lengua sucia de tan tímida y respetada señora surcando cada centímetro de su polla...
-...Tienes una técnica increíble -dijo casi sin aliento, no iba a poder contenerse mas tiempo. Hinata estaba concentrada en darle lo mejor, si iba a volverse su puta, lo haría bien -...prepárate Hinata... ¡quiero que tragues todo!
Un movimiento involuntario dado la corriente eléctrica recorriendo su cuerpo dado el éxtasis, y embistió contra la boca de hyuuga, liberando con fuerza su semen en la boca y garganta. Como toda una experimentada en la materia, la mujer retuvo el fluido seminal que cayó en su boca hasta que todo saliera para tragarlo sin derramar ni una gota, sin dejar rastro en la polla de Keizuke.
-Miraté, tragaste y limpiaste mi pene, ni siquiera tuve que pedírtelo -decía conforme con la especialidad de la mujer.
-Es mi deber -dijo luego de limpiar sus labios del semen que casi escapa de su boca -como la puta personal de Keizuke-san.
Después de eso, dentro de la cama, acomodada con su trasero empinado y sus piernas abiertas, movía de un lado a otro sus caderas lenta y seductoramente para Keizuke.
-Vamos Keizuke-san~ reclame mi coño como se debe~ -exclamó sucia Hinata.
-Me sorprendes -decía mientras colocaba su polla sobre el clítoris de la esposa de Uzumaki -esa vez rechazabas mi polla y ahora la quieres ¿Qué no a ti, no te importaba el sexo?
-Si... nunca me importo, pero gracias a Keizuke-san -decía llevando sus manos a su coño, para abrir los labios de su coño ante el miembro de este sujeto -aaahhh~ -soltó un gemido sin igual, sintiendo bruscamente como era empalada profundamente por el pene de Keizuke.
-¿Esta es la verdadera Hinata? -dijo sarcástico -en realidad eres una perra con hijos.
-Perra no... puta... -disfrutaba de este sexo salvaje -soy la puta de Keizuke-san~
Dejando de lado la actitud caballerosa de la ultima vez, revelo también su verdadera identidad sexual. Pues además de dar fuertes embestidas contra la ojiperla, también comenzó a dar fuertes golpes con su palmas a las nalgas de Hinata, haciéndola gemir con sus golpes que se combinaban placenteramente con las embestidas que le daban.
-Aaaahhhh~ aaaahhhh~ -de uno momento a otro, sin verlo venir; Hinata termino corriéndose de tanto sexo rudo y salvaje, había terminado viniéndose antes que Keizuke -Dios~ Keizuke-san es tan bueno~ -su cuerpo se contraía de la sensación orgásmica.
-Y apenas estamos comenzando -dijo, para tomar a Hinata de sus piernas y levantarla, solo para ponerla frente a la foto de su esposo que ella pisoteo antes -¡vamos! ¡vamos! ¡que tu esposo vea como te coge un verdadero hombre!
-¿Ves bien Naruto?~ -decía a foto de su esposo, sumida en el mundo pecador del adulterio -mira como soy amada por Keizuke-san~ esto es tu culpa... pues ahora seré la puta de Keizuke-san.
-Lo siento amigo, mira como hago de tu esposa... mia .
-¡Kyyyaaa!
Aumentando mas la intensidad de sus caderas hasta correrse dentro de Hinata, sumergiéndola en un mar de placer. El gemido que ella libero lo hizo al mismo momento que Keizuke disparaba su semen en el coño de la mujer.
Poco después, los podías ver como Hinata tenia sus piernas envueltas en las caderas del hombre guiándolo mientras le cogía en posición del misionero.
-Su pene... destroza mi interior~ -decía lasciva Hinata -su polla es tan caliente~
-Aquí voy de nuevo querida Hinata... -tenia sus manos apretando y manoseando los grandes pechos de esta.
-¡Si!~ -la expresión en su cara al sentir de nuevo como su útero era invadido por semen caliente -es tan cálido~ la leche de Keizuke-san es tan caliente que siento que me voy a derretir...
-Y puedo darte mucho mas Hinata -exclamo, tras un respiro nuevamente comenzó a mover su pelvis contra el coño de la mujer.
-Adelante... úsame hasta el cansancio Keizuke~ -aunque se encontraba agotada estaba dispuesta a dejarse usar hasta la satisfacción de Keizuke.
Era una bestia hambrienta de sexo, o mas bien hambriento de Hinata, pues esa vez la follo sin parar ni descanso. Una y otra vez se corrió dentro de Hinata y Hinata se vino una y otra vez.
Jamás había tenido sexo tan genial con su esposo, pero ahora tenia a quien se lo diera.
-Mire cuanto se vino... -Hinata exprimía el semen que esta de mas en su coño, justo cuando los rayos del sol comenzaban a asomarse en el cuarto de la casa. Su cuerpo sudado e impregnado del olor del semen.
-Ves, conmigo puedo darte amor y mas que tu esposo -Keizuke tomo la mejilla de la cambiada Hinata, para besarla una vez mas antes de irse.
Una mas había caído, sin embargo la pregunta aun perduraba. ¿Las querían como trofeos? Para que, trofeo de que exactamente. Solamente se dedicaban a robar esposas este extraño grupo que controlaba Palmont town, o movían mas hilos de los que podían ser controlados.
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