Edad: 29 años.
Profesión: profesora de universidad.
Estado: divorciada.
Medidas: 99/58/90
Gustos: posición del misionero. Estilo perrito. Cum in mouth.
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Dicen que las Vegas es la ciudad del pecado. Lujuria, Codicia... sin embargo los pecados que acontecen en este paraíso de las apuestas de estados unidos no se compara con los crímenes que ocurren en Palmont town ni los que ocurren debajo de la visión que hay de esta metrópolis contemplada como la ciudad mas rica del mundo, hogar de las corporaciones, fabricas y millonarios mas influyentes en el mundo. Aquí, ser rico no es suficiente.
Uno de los pecados mas comunes, o mas bien; mas implementados en el ultimo año era la infidelidad. Pero nadie tenia en cuenta que se vivía este pecado en la ciudad. Ya conoces a algunas de las que viven en este pecado, como Rukia Kuchiki...
Hoy, en la habitación en la que debía dormir con su marido, ausente en el ejercito. La pequeña mujer yacía con un corpiño blanco transparente que dejaba ver que bajo esa pijama erótica tenia unas bragas de encaje blanco.
-Ven Keima-kun~ -dijo Rukia estaba acostada en la cama con las piernas abiertas y los brazos en posición sumisa mientras anhelaba que el chico que le hizo sentir enamorada de nuevo, la tomara. Solo se había ausentado un día su joven amante y ya extrañaba su calor -mi cuerpo te desea~
-Rukia-chan se ve tan linda y adorable -sonreía, el dueño de esta esposa ajena. Él andaba desnudo delante de la cama, mirando el lado sexy de la Kuchiki que surgió luego de mucho entrenarla. Se adentro en la cama y tras frotar su miembro contra la braga puesta de la pelinegra, y causarle leves orgasmos, la penetro -¡aquí voy!
-¡Si! -grito del éxtasis -la cosa de Keima se siente tan genial~
Tan solo era una de estas adulteras mujeres en la ciudad. En otro lado, una madre de dos hijos vivía en el mismo pecado era Hyuuga Hinata.
-Adoro la sensación~ -exclamo su amante, teniendo en su casa a la mujer que robo, quien él en una silla recibía una rusa de Hinata desde temprano.
-¿Se siente bien verdad, Keizuke-san? -pregunto Hinata sin darle importancia a la hora o si alguna vez hicieran bastante ruido como para que algún vecino los escuchara.
-Los pechos de Hinata-san son increíblemente suaves... -decía muy complacido su amante, no sentía pena o remordimiento siendo madre de dos y esposa del alcalde de Palmont town. Después de todo, su esposo le estaba siendo infiel, mucho antes que ella.
Pero no acaba aquí el adulterio. Lucy Hertfilia, madre de una y esposa igual que la mujer anterior aunque en horas de trabajo, ella y su joven jefe, al mismo tiempo que era su amante, intentaban tener algo de privacidad en su oficina. Lucy tan solo había ido para entregarle un nuevo reporte de resultados, cuando Shougo hacia de las suyas dado el trato secreto que tenían ambos.
-Oye... basta -decía caliente la rubia, por obra de las manos de Shougo acariciaban sus pechos sobre su vestido de oficinista, así como se paseaban sus dedos sobre sus piernas por encima de su falda -aun es temprano para esto... -se sentía incomoda, no por sus manos; sino por el peligro de ser descubiertos por alguno de los empleados del edificio.
-Uno rápido Lucy~ tan solo verte y oler tu aroma fresco, me pones la dura~ -dijo el joven empresario, oliendo el cuello de Heartfilia, antes de poderse dar un beso con ella.
-Que sea rápido y silencioso... -puso sus pautas, las cuales no serian problema para su amante.
Erza Scarlet también disfrutaba de la compañia de su amante, aunque mas que su amante, era el dueño de su cuerpo y sus deseos. Sin embargo, aunque ellos eran dos de los mas activos sexualmente hablando, incluso dos amantes desenfrenados, tenían que tomar un descanso.
-Lo admito, es un divertido show -dijo Yoichi sentado en el sofá de la casa de Erza mientras ella yacía acostada con su cabeza sobre el regazo del hombre afroamericano.
-Sabes que es divertido -exclamo sugerente Erza, se dio la vuelta y con la cabeza mirando directamente o que Yoichi ocultaba bajo su short -que solo me acostó un momento, y él~ -revelo la erección del hombre -ya esta animado de nuevo.
-Solo hay una forma de tratar mi problema niña -también sugirió.
Ella se sentó de una nueva forma en su regazo, sujeta de sus brazos al cuello de Yoichi para besar a su amante, mientras su cadera caia y aplastaba el empalme del hombre, haciendo que palpitara de la emoción de entrar de nuevo en el tesoro de la escarlata.
Así era durante el día en Palmont town, la noche tampoco era una excepción. Era la misma historia solamente que con otras protagonista. Como Mirajane, quien a pesar de haber dejado atrás a su pareja, aun se sentía culpable estando en casa del joven que le quería dar una vida llena de privilegios y gustos.
-Volví a casa -Reigen había vuelto temprano a su hogar donde la albina fue sorprendida por la llegada temprano a la casa del joven, aunque no debió sorprenderse, pues ahora era su casa.
-¿Eh? -fue la primera respuesta de mira ante la llegada de Reigen -..bienvenido a casa.
La Mirajane que vio le dejo pasmado, mas que una simple chica que le dio refugio luego de sacarla de una relación toxica, quien le esperaba se trataba de toda una dama, pues la albina tenia puesto un vestido completo color negro con una cinta color grisácea en la cintura.
-...¿De donde lo sacaste? -pregunto Reigen ruborizado por la belleza peli blanca.
-Yo... lo encontré debajo de la cama en una caja cuando decidí ayudarte a limpiar un poco tu casa... hice mal... -decía como si hubiese hecho mal en encontrarla, temiendo que el chico resultara ser igual que su antiguo novio.
-...No, es solo que... -se sentía nervioso, la hermosura de la Strauss le dejo pasmado -...era un regalo que quería darte mas adelante -hizo sentir un poco mal a la albina -pero debo decir que te vez mejor de lo que imagine.
-En serio... -exclamo ruborizada -...yo.
-No digas nada, dejemos que nuestros cuerpos hablen~ -se había acercado y tomo a Mira, un beso tierno y calido le dio, antes de tomarla de la cintura, para besarle cada vez mas subiendo el tono del calor, llegando a la cama King size de la habitación. Donde le dio de nuevo su amor real que tenia por ella.
-Reigen~ -comenzó a llamarlo al poco tiempo al sentir en su interior el calor del chico.
Así como ellos tenían sexo cuales amantes apasionados, desenfrenados. En otro punto de la ciudad. Dos mas disfrutaban del placer sexual con mayor desenfreno.
-¡Mas, dame mas Yuuto!~ -levantada de sus piernas, Rei Miyamoto estaba fornicando con su amante en casa de este joven, quien cuan animal en celo la destrozaba sexualmente.
-Aquí voy... ¡Rei! -clamo su nombre al venirse por undécima vez en su interior
Joven y con mucha fuerza en su pasión por esta castaña mujer, Yuuto la embestía con mucha energía dejándola casi desfallecida al momento de sembrarle su semilla en su interior. Agotados, se dejaron caer sobre la cama del chico, aunque su interior yacía rebosante del semen del muchacho, Rei quería seguir sintiéndolo. Así que cuando él pensaba dejarla descansar esa noche, sus brazos envolvieron su cuello y tiraron de Yuuto hacia ella. No quería que le dejase descansar, hasta que él estuviese agotado.
Pero el único agotado, o al menos así se sentía; era Kouji Igawa, en su casa o mas bien habitación de hotel, sirviéndose una taza de te que preparaba para relajarse e ir a dormir hablaba por teléfono mientras intentaba beber de la infusión.
-Si, tranquilo -decía cansado de que la persona del otro lado de la línea le repitiera lo mismo cada vez que le llamaba durante el ultimo mes -descuida ya casi estará listo el producto -se sentía seguro ¿que producto estaba hablando? -solo falta perfeccionarlo un poco, estará listo para la fecha, que los compradores preparen su billeteras porque las vaciaran cuando las vean.
Una sonrisa manipuladora se marco en su rostro con la ultima frase que salió de su boca, pero pronto fue borrada cuando el sonido del timbre de la puerta sonó.
-Tengo que colgar, estará listo el producto para la fecha -repitió una vez mas antes de colgar.
Kouji se preguntaba de quien se trataría, no esperaba visita no a nada. Al abrir sonrió al ver de quien se trataba, la única mujer que para él valía la pena ir a la universidad.
-Rias-sensei que hace aquí, ¿acaso no pudiste esperar por mas mañana?~ -pregunto, el tono que usaba le hacia sentirse galán. Pero esa galanía se fue al percatarse bien de la expresión del rostro que traía, así como una pequeña maleta consigo la mujer, su amante -¿que pasa, Rias?
El rostro vació y sin alma de la mujer, reflejaba tristeza, soledad y frustración. Algo la había puesto así en cuestión de unas cuantas horas, eran las once de la noche, la ultima vez que la vio eran las seis de la tarde y él la vio por ultima ocasión con una sonrisa en su cara.
-Kouji-kun... -decía vacía y ausente -puedo quedarme contigo... un tiempo...
-Claro -mostro su lado amable como su amante.
Tras ponerla cómoda y darle lugar en su casa como si fuera suya. Paso los siguientes siete días deprimida en su hogar de Kouji, allí se mantuvo ausente de sus labores como docente universitaria, incluso durante esos siete días mantuvo la misma ropa con la que la vio la ultima vez Kouji en la academia, (no se ducho durante alguno de esos días). Esto preocupo en grande al moreno, pues él le preguntaba que había ocurrido para que estuviese en ese estado de animo, pero no respondía, incluso temió por ella y se quedo a acompañarla por cualquier duda.
No fue así hasta el séptimo día de su estancia incierta, pues en aquella pequeña maleta Rias trajo consigo ropa para estos días mas en ninguna ocasión se cambio. Preocupado y conociendo la única forma de hacer a hablar a una mujer, Kouji le sirvió un vaso con alcohol que ella no rechazo y tras hacerla embriagar un poco por fin hablo.
-Es mi culpa... -decía conteniendo las lagrimas y Kouji guardando silencio para oírla -es mi culpa que me dejara... -repitió mas largo esta vez -Issei siempre dijo que su sueño era formar una familia... pero yo no podía dársela...
Escuchar esto atrajo toda la atención de su amante, entendía que algo paso con su matrimonio; aunque sus planes eran quitarle a Rias de su actual esposo, pero sus planes se adelantaron de una forma que no esperaba.
-Rias ¿Qué paso? -pregunto gentilmente.
Flashback.
Antes de su llegada a casa de Kouji, Rias y él después de clases vivían su típica aventura adultera en una de las aulas de clase que tomaban cual cuarto de hotel.
-Porque no continuamos esto en mi casa, sensei -exclamo Kouji agotado luego de tener lecciones intensas con Rias.
-Perdona pero debo volver a casa temprano -decía la mujer colocándose su blusa de nuevo -Issei me dijo que tenia algo que hablar conmigo y debo llegar a tiempo. Sera para otra ocasión -exclamo, para darle un beso en su mejilla como despedida.
Su esposo le había citado a su hogar temprano, a pesar de tener mucho trabajo, el castaño se las arreglo para salir temprano e ir casa, pues tenia una noticia que darle a su esposa, cosa que no fue avisado el moreno conforme a sus planes. Tampoco era algo de lo que mostro preocupación. Al llegar a casa, Rias ceno con su marido; una cena muy especial hecha por su esposo para ella. Lo cual le sorprendió, después de mucho tenían un momento romántico solo ellos dos, lo que puso a pensar a Rias en que le iba a sorprender su esposo en el momento, jamás pensó lo que vendría.
-Todo fue muy romántico, Ise~ -decía conmovida por el detalle de la cena en tiempos que no ameritaban alguna celebración entre ambos -dime de que era lo que querías hablarme querido.
Sentados en los sofás de la sala, el castaño se mostraba nervioso y temeroso, cosa que Rias no noto de él, ni siquiera cuando hizo la primera pregunta.
-Dime Rias, porque nos enamoramos -pregunto Issei dejando de lado la copa de vino que se sirvió y a su esposa también le sirvió.
-¿Que? -no pensó en tal pregunta.
-Cual fue el motivo por el cual nos enamoramos -pregunto Issei de nuevo.
-Bueno... -trato de recordar, pero por mas que Rias se esforzaba por recordar, Rias no podía hacer memoria -...¿porque preguntas eso Issei?
-Crees que nuestro romance haya cambiado... -pregunto dudoso el castaño, mientras que la carmesí se asustaba ante las palabras de su esposo.
-Issei... que estas diciendo, me estas preocupando... -la mano de Rias con al copa temblaba -que es de lo que querías hablarme...
-Escucha Rias, yo... -respiro profundo y calmo sus pensamientos, antes de poder revelarle la verdad a su esposa -...he estado saliendo con alguien los últimos meses...
-¿Que?...
-...La verdad, es que nos amamos. Y ahora estamos esperando un bebe -soltó la verdad y Rias quedo estupefacta, tanto que dejo caer la copa manchando el suelo, ante tal acción el castaño no hizo mas que esperar y sentir dolor que Rias debía sentir en ese momento.
-Por favor, dime que es una broma -comenzó a llorar la carmesí -¡dime que estas bromeando Issei!
La única broma aquí era que ella estaba siendo infiel a su esposo y después de mucho, el karma había llegado a su destino.
-No lo es -entonces saco la solicitud de divorcio, donde su firma yacía en su lado del documento, solo faltaba la firma de la carmesí -incluso ya solicite el divorcio por ambos, esta bien si me odias. Te he engañado, algo que tu nunca me hubieras hecho.
Ese era el dolor, jamás lo confeso, nunca se lo dijo aun en este momento. Rias no le revelo que ella también le estaba engañando, no tuvo las agallas como su esposo de revelarle que le traiciono. Para él, Rias era una mujer perfecta que no haría tal cosa. La lastima que sentía por ella, era el dolor que la agobiaba, tanto; que no pudo quedarse desde esa noche en casa del castaño aun que él le permitió quedarse el tiempo que se tramitaba por completo el divorcio, aun no se sentía lista para firmar ni para estar con él aun.
Fin del flashback
-¡Todo fue mi culpa! -grito luego de contar la anécdota, Kouji dejo de beber apenas conto su historia, ella seguía ahogándose la pena en alcohol -cuando nos casamos, Issei dijo que quería que formáramos una familia... -lloraba desconsoladamente -e hicimos todo para que quedara embarazada... pero el doctor dijo que me seria imposible... ¡sshh! -sonó su nariz -no importara cuanto lo intentáramos, nada funcionaba... no fue por culpa del trabajo extra que Issei y yo dejáramos de tener sexo... fue porque yo no podía darle lo que mas quería... -un bebe -en vez de esforzarme por nuestro matrimonio... -no busco otra forma de continuar, las palabras se ausentaron.
No podía verla más así en tal estado tan deprimente, Rias estaba emocionalmente destruida, un estado que ni siquiera Kouji podía soportar.
-Creo que has venido lo suficiente Sensei -Kouji le quitó la botella cuando Rias pensaba servirse de nuevo -espera aquí.
Dejo un momento a la carmesí para llevarse a la cocina las botellas vacías y los vasos sucios al lavadero.
-Demonios -exclamó Kouji apenas dejo las cosas en el fregadero, aprovecho que estaba lejos de su profesora para hablar un poco con el mismo sin temor a ser oído -jamás pensé verla así. Bueno, es la oportunidad. No pensé que fuese de esta manera pero, es el momento perfecto para tomarla por completo.
Entonces saco un nuevo vaso, sirvió jugo para que bebiera, y en la bebida, hecho una pastilla.
-Porque no bebés esto sensei, estarás mejor en... ¿Rias? -no estaba en la sala donde la dejo -a dónde te... ¡Rias!
La carmesí estaba del balcón, quitándose los tacones para subirse al barandal en el último piso de casi cuarenta pisos en el nivel que estaban. A prisa corrió a por ella luego de dejar de lado el vaso para ir por ella.
-¡Detente! -gritó al tomarla de su cintura al momento que iba a saltar, logro escuchar evitar que se arrojará al vacío.
-¡Suéltame! -gritó y comenzó a forcejear contra Kouji -¡ya no quiero vivir!
-No vale la pena... -debió reconocer Kouji que la mujer era fuerte, más fuerte de lo que pensó.
-Ya no quiero vivir -dijo otra vez.
-¡Cálmate!... -gritó, pronto la vio comenzar a llorar de nuevo, dejándose alejar de dar su salto al notar que no le soltaría Kouji.
Sin notarlo, Rias volvió a parar en la sala de la casa de Kouji, siendo sentada en su regazo aun sin ser soltada, no eran falsos esos músculos en el cuerpo de su estudiante.
-No quiero vivir... sin Issei yo... no tengo motivos para vivir... no tengo nadie... -la soledad, el vacio. La culpa, como podría mirar de nuevo a su familia y revelarles que así como Issei le había dejado por otra, ella todo ese tiempo le estuvo engañando sin tener la voluntad de tomar la responsabilidad de sus actos como su esposo lo hizo.
-Me tienes a mi -exclamo Kouji, su boca estaba a lado del oído de la carmesí. No era ese tono seductor que tiene siempre para Rias, era una voz mas humana -me tienes a mi Rias, ¿acaso yo no te importo? Porque tu si me importas, Rias -mordió suave el lóbulo de la oreja izquierda de la mujer.
-Eso es mentira, yo no te importo... solo te importa mi cuerpo... tu quieres que sea tu zorra... -dijo y él se detuvo, aun así no despejo su rostro del cuello blanco con olor a perfume de la carmesí -debí negarme desde el primer día que tuve sexo contigo... Issei fue el único que me vio de una forma distinta... -tenia idea clara de sus atractivos femeninos y que muchos hombres se fijaban en ella únicamente por esto -y aun así... no hice nada por cuidar nuestro matrimonio -de nuevo, las lagrimas volvían a cubrir sus ojos.
-No fue tu culpa, fue de él -fueron las palabras que pronuncio Kouji para levantarle el animo -si tu fueses mi esposa no te dejaría, aunque no podamos tener hijos, no te cambiaria. Eres un diamante muy bello que no cambiaria por nada, te daría todo lo que me pidieras y lo único que pido de ti, es tu cuerpo y corazón -sus manos no la soltaron, sin embargo se movieron a los pechos de la mujer, masajeando suave sus senos sobre su uniforme.
-Mientes... -dijo, sintiendo calor por las manos del chico tocando su cuerpo -tu solo me quieres como tu zorra.
-Claro que no, Rias te deseo, y si tu esposo no supo valorar a la mujer que tenia... déjame ser el hombre dueño de tu corazón, porque tu cuerpo ya es mío -llego a tomarla de su mentón, para hacerla mirarle, y robarle las palabras con un beso. Tal vez fue por la soledad y lo fragmentado que estaba su corazón recientemente, pero sintió que esos sentimientos eran de verdad, no un juego, no una manipulación.
-"Por fin, es mía" -en su mente celebraba Kouji -"una esposa que se convirtió en zorra".
A pesar de aun no ducharse durante esos siete días, Rias seguía desprendiendo un suave aroma de un perfume indescriptible, incluso Kouji podía jurar que se trataba de su aroma natural de la carmesí. En poco tiempo, la había hecho beber de ese te, luego de conducirla a su cama, al besarla mas, sintiendo emoción y satisfacción Rias en su cuerpo.
-Que me diste de beber en ese te -pregunto, su cuerpo se sentía caliente, muy ardiente -a acaso era algún afrodisiaco.
-Era un antidepresivo, me dolía verte así, pues te di algo para que olvides tu dolor -confeso, en verdad, lo único extra que había echado en el ultimo vaso que tomo Rias era un medicamento. Durante esas palabras, él le había abierto y su blusa, despojado de su falda, revelando que la única prenda interior que traía Rias era unas bragas color negro con encaje rosado -Rias, yo puedo ser quien te haga olvidar a tu esposo.
-Por favor, hazme olvidarlo. Porque me duele mi corazón sin él -dijo desviando la mirada de su estudiante.
Mas tarde, dentro de esa tras una hora de haber empezado el coito. Rias no podía negar mas que se sentía bien, podría ser obra del antidepresivo, o porque su cuerpo ya solo reaccionaba al pulso sexual de Kouji, después de todo, a diario le cogía a espaldas de su marido.
-Mas Kouji, quiero mas~ -era Rias quien movía las caderas mientras estaba en cuatro sobre la cama, apretando y moviéndose para extraer mas del jugo blanco de su estu... de su amante.
-Aquí va Rias, ¡aquí tienes el semen que amas! -embistió con fuerza contra el trasero de la carmesí, llenando el útero de su profesora hasta desbordarlo.
Había caído por completo, su matrimonio se vino abajo. Pensó que nunca ocurría esto, que las aventuras sexuales con su estudiante solo serian un juego pasajero, pero el karma es mas duro de lo que piensas no importa cuanto intentas aparentar que nada pasa de espaldas. Puedes aceptar tu destino y vivir, o nada. Rias Gremory acepto su destino, es el destino que escogió, ¿a quien culpar? ¿a Rias por infiel, o Kouji por desear a mujer de otro? Ella misma se arrojo la culpa ante la cuestión.
-"Esto es mi culpa" -pensaba Rias mientras chupaba la polla de su estudiante con dedicación y empeño -"en vez de preocuparme por mi matrimonio, decidí aceptar el juego de Kouji, y perdí" -su boca se inflo por el semen expulsado del pene del moreno, semen que no dejo salir de su boca hasta beberlo todo y limpiarlo de su miembro para que no se desperdiciara -"mi esposo me ha dejado por otra..." -Kouji la penetraba estando en la pose del misionero, sus piernas envolvían la cintura de su amante para le llegara mas profundo -"no puedo mirarlo de nuevo a los ojos, le he hecho lo mismo, pero no tuve su voluntad para hacerme responsable de mis decisiones" -sintió el semen de Igawa llenándola, otra vez -"lo mejor será decirle adiós a mi Issei y aceptar mi destino. Seré la esposa de Kouji. Seré su esposa y su zorra personal, es mi castigo... por ser, una esposa que se convirtió en zorra."
No era la única que vivía del tal forma en Palmont town ahora. Sin embargo, era la única que sentía remordimiento y vergüenza por sus actos.
Paso un mes, como se dijo Rias no pudo mirar de nuevo a Issei a los ojos, aun cuando firmo su parte del acta de divorcio nunca le revelo que le engaño también, ni siquiera. Tampoco pudo mirarle cuando le presento formalmente a su nueva esposa, Kuroka Hyoudou. Igual, no pudo presentarle a Kouji aunque sea para mentirle diciendo que empezó a salir con él como señal que aceptaba su derrota. Esta pelinegra de curvas igual de bellas pero con atributos nada comparables a Rias le quito a su esposo, el congenio que tenían era como el que ellos tuvieron cuando apenas se volvieron novios, lo único que Kuroka tenia que Rias no pudo tener con Issei, un bebé, se notaba los meses de gestación en su vientre.
Ahora vivían en ese departamento cual familia ambos, fue la ultima vez que le pudo ver a los ojos, nunca mas supieron uno del otro. Rias acepto su realidad y camino, esa mañana como era parte de su nueva rutina, ella estaba encima de Kouji montando su verga estando en el sofá de la sala de su nuevo hogar, estaba Rias desnuda mientras que él yacía vestido formalmente.
-Si, puedo sentirlo~ decía Rias mientras su lengua y la de su nuevo hombre bailaban suciamente expuestos al aire mientras cogían -tu pene se ensancha en mi interior, Kouji~ dámelo... mmmm~ -gimió ahogando el sonido de su boca al correrse Kouji dentro suyo.
La bajo de su pelvis y la dejo descansando así cual desnuda estaba con su vagina chorreando su semen. Rias se encontraba agotada y exhausta, era fin de semana y desde el amanecer así como la noche previa ella era usada como tiradero de semen para Kouji. Pero tan solo eran las once de la mañana cuando la dejo descansar.
-Voy a salir, no volveré hasta la tarde -exclamo Kouji arreglándose el pantalón dejando a Rias de lado.
-...A donde vas -pregunto Rias recuperando el aliento desde de mucho sexo intenso. Tampoco es que le fascinara vivir siendo tratada como una prostituta. Era fin de semana, no había universidad.
-Tengo unos negocios con mi padre que vamos a ejecutar muy pronto, debo supervisar los avances, descuida querida volveré -la beso cual su mujer robada que era.
-¿Continuaremos en la noche? -pregunto dudosa Rias.
-Mmm... no -exclamo -veras esta noche hay una fiesta y vas a venir conmigo, vendré a las siete por ti, ponte el vestido hermoso que te compre para entonces, pero no te pongas nada de lencería abajo, si -dijo.
-¿Lencería? ¿Porque? -dudosa se mostraba con esta ultima petición, pero tuvo una idea -¿que clase de fiesta será?
-Una donde te divertirá mucho, Rias -se despidió de ella con un beso.
Se preparo a como dijo su nuevo hombre, mas bien su nuevo dueño. Los zorros son animales y ella era una zorra. El vestido que se puso, era muy revelador. Un vestido de cuerpo completo con un corte en V en su escote que empezaba por debajo de sus senos y cubría poco con los tirantes que debían posarse sobre sus pechos. Su espalda estaba expuesta y sus piernas eran poco tapadas, con un soplo de aire que la levantara, todos podrían ver su culo y coño. Un collar de gemas azules en su cuello, guantes largos blancos que no cubrían sus dedos como parte de su ropa.
Así bajo hasta el auto de Kouji atrayendo la vista de muchos ante el revelador vestido que resaltaba lo grande sus pechos, su suave espalda y su suaves pompas. Se fueron a esta fiesta en una mansión escondida a las afueras de la zona alta de la ciudad (en términos de terreno), aquí un grupo de guardias elegantemente vestidos cuidaban el acceso.
-¿Casa de quien es este lugar? -pregunto Rias al ver tal elegante mansión casi del tamaño de un estadio.
-Es casa de la mi familia, algún día será mi casa. Nuestra casa -pronuncio empoderado, tomando a la carmesí de su cintura y pegándola a él -ven, quiero presentarte.
Rias noto muchas cosas en esta fiesta. Para empezar que solo estaban celebrando en el patio trasero de esta mansión, los guardias cuidaban el acceso al interior, a nadie dejaban entrar, segundo que habían mas hombres que mujeres en esta fiesta, eran como 30 varones y tan solo con ella ocho mujeres. Al igual que ella todas traían vestidos reveladores casi del mismo estilo, escotados, resaltando sus curvas. A pesar de que todas tenían escotes grandes (en la mayoría) todos estos hombres se mostraban caballerosos, sin mirar mucho a las damas o rodearlos cuales calenturientos hombres todos en el mundo. Incluso algunos interactuaban en ellos.
Otra cosa que notaron era que estos hombres, casi todos jóvenes y algunos que apenas si entraban a los cuarenta años, no importaba si eran blancos, negros o morenos. Descubrió al interactuar verbalmente con ellos que se trataba dueños, jefes y accionistas de la empresa o mas bien superpotencia, Underground industries. Lo ultimo y mas incomodo que encontró Rias de extraño en esta fiesta fue pues, que en medio de este patio además de haber pavimento de azulejos, un patio del tamaño de cancha de futbol de estadio, en este patio habían sofás, camas y divanes por aquí todos muy elegantes y con ropas de cama igual de finos. Como no se trataría de una simple fiesta de baile, comida y música al igual que las bebidas... Rias no tenia ni la mas minima idea de que clase de fiesta se trataría.
-Eres la esposa de Kouji entonces -Rias consiguió hablar con una de las chicas de la fiesta, Mirajane.
-Si bueno... aun no nos casamos, pero vivimos juntos -dijo apenada. Se veía tan linda así -recientemente me divorcie de mi esposo, y vivo con él, veras no es algo que deba ocultar, aunque me avergüence... -entonces le conto, esperando ser juzgada por la albina.
-Ya veo, yo viví algo similar -dijo Mira, sentada con ella en uno de los sofás de la fiesta -Reigen y yo salimos antes, aun cuando tenia novio. Aunque solo se trataba de sexo, me termine enganchando a él. Ahora no tengo con quien ir.
-¿Que hay de tu novio? -pregunto.
-Es alguien que la verdad no quisiera ver, a decir verdad Reigen me salvo de una vida de maltrato, me da todo lo que pido y aunque no lo pida. Y solo tengo que ser su...
-...Zorra -dijeron ambas -supongo que es castigo por ser traviesas.
-Si.
Entonces sonó una copa de cristal que tenia Kouji en su mano y un tenedor en la otra. Llamo la atención de todos y le rodearon para escuchar.
-Buenas noches mis amigos -hablaba Kouji cual líder de todos, había llamado a Rias antes de esto, la quería a su lado -se que estas fiestas acordamos serian para celebrar el éxito y crecimiento monetario de nuestra amada compañia y familia, sin embargo decidí hacerla antes pues se que pronto ganaremos millones con nuestra próxima inversión. Como saben, ustedes invitados y miembros del club, nosotros, dueños y jefes de Underground industries tenemos por objetivo crear un mundo mejor donde no haya preocupaciones para todos. Un mundo donde no haya pobreza, inseguridad, ni aburrimiento. Somos reyes en esta ciudad, todo rey necesita una reina -oír esto, incomodo a Rias, por un instante pensó que Kouji pensaba pedirle formalmente matrimonio ante desconocidos y amigos de él. Fue una muy grande equivocación de su parte -reinas que desafortunadamente no valoran otros.
En medio de esta fiestas estaba Hinata, quien al escuchar la ultima frase sintió odio a quien era su esposo todavía. Erza también se encontraba allí, lo mismo sintió, pues una vez mas cuando su esposo le llamo diciendo que su viajes le alargarían, voces de otras mujeres pidiéndole que volviese a la cama, escucho de fondo. Lucy, Mira, Rei, Rukia. Ellas sentía pena pues sus hombres no les prestaban atención como ellas buscaban, y otros hombres se lo daban.
-Reinas que con nosotros, no pasaran hambre, frio, son nuestros mayores triunfos -dijo y beso lascivamente a Rias delante de otros -y aunque quedamos que todos, ustedes debían traer a su... novia a esta fiesta. Sera una excepción esta vez por ser nuestro primer fiesta oficial...
-Así que de eso se trata la fiesta de que me hablabas -exclamo Rukia pegada a Keima, frotando su trasero contra su amante, creando un empalme duro.
-Ya veo, así de que esto se trata -sonreía tétricamente Hinata, como si esto fuese perfecto -bien, me parece perfecto.
-Espera, esto no es lo acordado -Lucy se sentía incomoda, mas no retractada al decir esto a su joven jefe y amante.
-Sera divertido, siempre quise estar en una fiesta así -exclamo entusiasmada Rei.
-Reigen... -Mirajane se mostraba dudosa sobre lo que pasaría.
-Descuida, todo saldrá bien, además quiero que vena tu belleza -lo dijo en un tono romántico, haciendo ver un acto animal como algo común.
-¿Que dices? Erza -pregunto Yoichi a su chica tocándola de su trasero ante sus amigos, sin ser juzgado.
-Es el momento de poner a prueba el resultado de mi entrenamiento de Yoichi-san -dijo la escarlata.
-Que esta pasando, Kouji -Rias era la única que realmente se mostraba incomoda, de todas era la única que mostraba inconformidad.
Una sonrisa que puso mas nerviosa a Rias fue lo que vio en Kouji, antes de oírlo decir...
-¡Que inicie la celebración! -su copa en alto fue seguida por las copas de sus compañeros y amigos de club, de negocios, de un rito oculto.
-¡SI!
Apenas bajaron las copas, cuando de entre todas, Rukia como la primera empujo sensualmente a Keima contra una de las camas al aire libre bajo la mirada de algunos varones, le abrió la bragueta y saco su miembro casi del todo erecto, mostro cuan profundo podía hacer una felación. El sonido de su boca que empezó a producir desde el primer movimiento de sus labios, mas la fiereza con la que chupaba excitaba a los presentes.
-Ella es increíble... -exclamo dijeron entre algunos que los rodeaban -de solo verla... -uno no pudo guardar mas y abrió el cierre de su pantalón. Algunos le siguieron y mostraron también sus endurecidos miembros.
-Vamos Rukia... muéstrales cuando buena eres~ -Keima le indico.
Al ver estos miembros masculinos frente a su cara mas que rodeándola, algunos untándolos contra sus mejilla, la pequeña MILF se sentía alegre.
-Tranquilos, tranquilos~ -se despojo de su ropa y monto en su coño a su amante, sintiendo como nunca la polla de este su joven amante llegándole a su útero hasta casi sentir que se lo iba a romper -ahora si, quien quiere ser el primero~
Cuatro la rodearon y ella tomo las pollas de dos con sus manos, mientras les masturbaba, abrió la boca para otro, chupando con ganas y saliendo sorprendido por la habilidad y profundidad de la pelinegra.
-Es increíble~ -dijeron tras sentir lo ágil que era la lengua de Rukia.
No obstante por otro lado, otra de las MILF estaba sobre uno de los sofás desnuda con ambas piernas abiertas en alto con su coño chorreando jugos dado que su amante le hizo un oral para excitarla mas de lo que ya estaba Hinata.
-Vengan~ -dijo entusiasmada la Hyuuga jugando con los labios de la vagina -quien quiere jugar conmigo~
-Podemos, Keizuke... -exclamo uno de los demás que miembros que aun se mostraba entusiasmado por tocar a Hinata. El amante de la ojiperla estaba parado detrás de ella y del sofá, sosteniéndole las piernas para mayor resistencia.
-Adelante, y verán que Hinata-san es magnifica~ -exclamo el amante.
En fila india, mas de siete se mostraban igual de ansiosos por meter su polla en la húmeda vagina de esta madre de dos. Por los comentarios del primero, era bastante húmedo y sensacional la sensación que abrazaba a su hombría cuando se la metió.
Cerca de ella una castaña esposa montaba a su amante, buscando exprimir todo el semen que las bolas de su amante, Yuuto le permitieran.
-Vamos yuuto-kun~ dame lo que quiero~ -exclamo Rei moviéndose muy brutalmente sus caderas.
-Rei... estas siendo mas salvaje que de costumbre -decía totalmente excitado e impresionado por la pasión y placer que desprendía esta mujer.
-Mírala... -decían los que le veían con gran éxtasis -es muy ruda... que salvaje~ -decían y ante lo lascivo de sus movimientos y el sonido de su coño cuando golpeaba contra el pelvis del chico, causo que ellos empezaran a masturbarse mientras veían a esta ruda vaca mientras sus pechos rebotaban.
-Vamos aun tengo un agujero aquí para uno de ustedes~ -con sus manos mostro el agujero de su ano, dispuesto a satisfacer a alguno de ellos.
-¡Es mío!
Tomo uno de estos caballeros la invitación y con su miembro humedecido por sus líquidos pre seminales como lubricante, fácil y apretadamente metió profundo su pene.
-¡Si! Aaahhh~ -gimió de mucho placer al tener dos pollas en su interior -tu pene es igual de grande que la de Yuuto-kun~ grande y vigorosa -decía mientras su coño y culo eran destrozados fuerte por estos dos pedazos de carne. Su amante y este amigo apretaban fuerte su cuerpo para no dejarla ir.
-Yo también tengo un enorme pene -otro acerco su miembro a la cara de la castaña, muy cerca a su boca.
-Mira el mío, no se queda atrás~ -dijo uno mas.
-¡Todos tienen penes grandes!~ -grito entusiasmada, tomo cada uno con sus manos y mientras le hacían sándwich, chupaba con devoción estos grandes miembros.
Erza ni Lucy se quedaban atrás, la escarlata resulto ser igual de lasciva que la castaña, incluso estaba siendo penetrada por dos varones al mismo tiempo, solo que ella los montaba a diferencia de Rei.
-Esto es sensacional~ -dijo Erza moviendo con gran facilidad sus caderas con lo apretado que se veían sus entradas con los miembros de su amante y de otro -que hacen quiero que me lo den todo~
-Es demasiado bueno esto... ¿Yoichi donde la encontraste?... -exclamo difícilmente el otro hombre, pues la fuerza con la que presionaba la escarlata contra su pelvis era destrozante.
-Ese es el secreto... -incluso Yoichi quedaba sin aliento ante la brutalidad sexual con la que les exprimía su chica.
-¡Dejen de hablar y esfuércense por darme lo que quiero! -les regaño, como castigo, su nivel aumento. Los que le miraban esperaban por ser los siguientes en recibir el mismo trato por esta dominatriz.
Del otro lado de la fiesta, Lucy también disfrutaba, a pesar de que ella si estaba mas metida en su papel de madre que Hinata. Sentía el placer mientras montaba a su amante Shougo, mientras dos de los amigos en esta fiesta, tenían sus pollas frotándose contra sus pechos presionados cuales globos de agua, asombrados por lo suaves que eran sus senos. Mas dos que tenían sus penes cerca a su cara, su cara mostraba incomodidad, pero por dentro quería hablar de la misma sucia forma que Erza las dos mujeres cercanas a ella.
-Los pechos de Lucy-chan son impresionantemente suaves~ -decía quien se masturbaba contra su carnosos senos.
-...No digan cosas que me avergüencen -dijo, por dentro quería decir lo mismo que las otras, pero su estatus como madre le impedían.
-Realmente es adorable -decían a su adorable actitud, solo su actitud era de una mujer retractada, pero sus acciones, eran las mismas que las otras en la fiesta. Los halagos de los varones que la rodeaban eran mojantes para Lucy.
Quien quedaba atrás, solo Mirajane. Ella tenia a su ahora amado Reigen dándole duro por su culo mientras yacía acostado sobre él moviendo su cintura devorando con creces el pene de Reigen. No obstante, dos se acercaron a la albina, uno aprovecho lo libre que estaba su coño y la penetro, fácil dado lo mojado que se encontraba Strauss. Ser cogida por su nuevo y joven novio delante de otros era excitante. Un orgasmo se libero cuando el pene de otro entro en su cuerpo al mismo tiempo que su chico le daba todo.
-Se... se siente bien... -Mira cayó ante el placer animal.
-Es linda tu novia Reigen -le alagaron -quisiera montar esos pechos...
-Ven hazlo~ -invito al desconocido.
Sin demorarse, tratándola amable, puso su cosa entre los senos de la albina y les hizo apretar su pene con lo suaves que eran sus atributos. Incluso al moverse adelante y atrás, el placer era mutuo entre todos. La cara de la albina reflejaba lo lasciva que se volvió al momento.
Ante todo, Rias estaba atónita ante tal espectáculo animal. Un mar de placer y sexo inmoral, era algo irreal lo que sus ojos veían. Eran animales liberando su instinto mas antiguo a mas no poder.
-¿Esto es real? -dijo incrédula ante lo que sus ojos miraban.
-Claro que los es -exclamo Kouji, detrás de Rias -es completamente real. No hay nada mejor que dejar salir los deseos mas antiguos del hombre y la mujer, y compartirlo entre los miembros de este club es todo un honor. Es una celebración, Rias. Celebraciones que realizamos cada que estamos un paso mas de alcanzar nuestro objetivo.
¿Objetivo? ¿Club? no entendía nada de nada las palabras de su estudiante. Siempre escucho sobre sociedades secretas, sectas y grupos que decían buscar controlar el mundo o instaurar un nuevo orden mundial. Pero siempre pensó que solo eran un simple rumor, una conspiración sin sentido que brotaban en el internet. De lo poco que llego a enterarse, nunca pensó que se llevaran a cabo actividades como esta.
-Ahora eres parte de un banquete tan honorable, Rias -entonces sus senos fueron acariciados suciamente por Kouji hasta ser sacados por encima de su vestido, otros varones que disponibles, rodearon a la carmesí -vamos Rias únete~ -mordió una vez mas el lóbulo de su oreja.
Podría decir que no, quería huir. Escapar y buscar a Issei, pedirle que le refugiara que le aceptara de nuevo cuando ni siquiera le revela su verdad a pesar de todo comparado con él. El agujero al que cayó Rias Gremory era mas profundo y oscuro de lo que cayó, solo tenia una opción, vivir en ese oscuro agujero, era su única salvación. Cuando caes no importa el color de la luz, solo buscas ser salvado. Rias se convenció de creer que Kouji le había salvado tras ser abandonada por el único hombre que realmente la valoro aunque sea por corto tiempo. Termino aceptando esta oscuridad de la que no podría librarse.
Y con aceptar me refiero a que en los siguientes dos horas, Rias estaba en reverencia desnuda siendo embestida por uno de los amigos de su amante, mientras otro disfrutaba de una felación profunda y de la lengua ágil de la carmesí.
-Que fantástica lengua tiene -dijo quien disfrutaba de la boca de Rias.
-Tiene un culo tan suave... -exclamo quien sus caderas golpeaban el trasero de Rias.
-Dénmelo todo~ -decía la carmesí -quiero mas~
Sentado en uno de los muebles mirando con orgullo como la carmesí complacia a sus colegas luego de dejarlo a él agotado y seco, se sentó desnudo junto con miembro flácido al aire por obra de Rias. Una sonrisa triunfante se lucio de la cara del moreno.
No obstante, por encima del tercer piso de la mansión a las sombras del balcón, un grupo de hombres y mujeres, con edades que no se comparaban a las de los jóvenes abajo, les veian orgullosos y felices por ellos, aunque había solo uno que mostraba inconformidad con esto.
-Mirenlos -dijo una mujer -no les recuerdan a nosotros a su edad.
-Pero nosotros no celebrábamos antes de ganar -dijo quien mostraba molestia ante la fiesta prematura de los jóvenes.
-Querido no lo digas así, después de todo nosotros éramos igual de traviesos que nuestro hijo y su novia -era la madre Kouji quien trataba de alivianar la expresión molestia de su esposo -sino cambias esa cara, no habrá nada para ti después~
-Sabes convencerme mujer -exclamo, y modifico su cara.
Abajo, las horas pasaban y la fiesta parecía no acabar, el olor de los hombres y las mujeres en pleno acto desenfrenado causaba mareos, pero ellos no lo sentían. Sus mentes estaban sumergidas y alteradas para ignorar esto y durar cuanto sus cuerpos pudieran soportar del placer interminable. Ese placer estaba por llegar a su fin, la primera vez.
-No puedo mas... ¡esto demasiado bueno!~ -decía Rias en pose de perrito siendo embestida por uno de los desconocidos -pero mi cuerpo no puede mas... ¡me vengo!~
Se vino de placer al ser llenada por un desconocido mientras seis mas a su alrededor, se masturbaron hasta tirar su semen sobre ella. No fue la única que alcanzo el éxtasis o nirvana del placer, como quieras decirle. Lucy, montando a su amante fue preñada por su semen, Erza también cuando tenia dos penes en su coño y culo cuando se vinieron. Hinata por su lado yacía de rodillas recibiendo el fluido blanco de mas de diez varones en el grupo que la rodeaban. Rei por su lado tragaba el semen de dos en su boca mientras Yuuto daba su ultima carga en su sucio y lascivo coño cuando lo montaba la castaña. Mira fue llenada por tres de sus agujeros mientras cuatro mas disparaban sus cargas finales sobre su espalda. Rukia se encontraba bañada del semen mientras les decía:
-se siente bien~ ser bañada en semen es genial... -decían mientras las ultimas gotas de los varones le cubrían.
Era un mar de semen, placer y placenta en todo este patio. Eran fiestas muy exclusivas que solo podrían entrar miembros que hayan conseguido una reina para las celebración, al ser la primera fiesta, había excepción, pero las siguientes tendrían que traer acompañante.
-Fue divertido, verdad Rias -tomo a su chica de entre sus amigos agotados y algunos hasta dormidos.
-Si... lo fue... -exclamo antes de ser besada por Kouji, sin importarle que estuviese oliendo a otros o que aun tuviera el semen de estos sobre su cuerpo.
Parecía terminar aquí, sin embargo fue la celebración antes de la verdadera victoria. Cuando solo quedaban Rias, Kouji así como los únicos miembros de este sin nombre club que tenían a su "reina" con ellos, así como igual quedaron en esta mansión junto con el hombre y la mujer de entre todos los que les vieron desde el piso más alto de la casa su fiesta prematura. Rias vio como alrededor de nueve helicópteros de distintos modelos y banderas aterrizaron la pista que estaba atrás de la enorme mansión.
-¿Quienes son? -pregunto Rias al ver como grupo por grupo de hombres y mujeres con trajes elegantes y con pequeños grupos de mercenarios bien armados venían haciéndoles compañía a sus jefes.
-Compradores, vienen por la subasta del producto que les prometió -dijo Koichi fungiendo como líder de los guardias de la mansión.
-¿Subasta de que? -pregunto Lucy siguiendo manteniendo esa actitud de madre.
-Eso es lo de menos -apareció una mujer mas joven que ellas de cabello azul oscuro y senos con medidas mas cortas que las de muchas de las mujeres.
-¿Quien es? -de entre todas, Rukia fue la que pregunto.
-Me llamo Asagi, Igawa Asagi, esposa de Black, el dueño y líder de toda la compañía Underground -se presento, llevaba puesto un vestido elegante color negro que cubría su cuerpo, resaltaba su cuerpo.
-"Que joven" -pensaron las mujeres al ver su apariencia, parecía tener unos 18 o 20 años.
-"¿Igawa?" -pensaba Rias -"no creo que sea la madre de Kouji, es muy joven... o si? -si supiera que ella tenia mas años que Rias.
-Mamá -se acerco el moreno -padre y yo alistaremos a los compradores, porque no las preparas para la subasta.
-Claro, hijo -obedeció esta mujer.
¿Que estaba pasando? ¿Acaso serian subastadas? Era eso para que las querían todo este tiempo. La incertidumbre era únicamente en Rias y Lucy, las demás no parecían mostrar inconveniencia con lo que sea que ocurriera. Dado que Asagi las llevo a cambiarse esos vestidos elegantes por bikinis y lencerías eróticas que dejaban poco a la imaginación.
En un pequeño anfiteatro en las paredes de la mansión, el padre de Kouji daba comienzo al evento secreto en compañia de su hijo.
-Bienvenidos, damas y caballeros -decía el hombre -ustedes fueron reunidos aquí puesto que son los mayores inversionistas y fabricantes de armas en el mundo, aunque organizaciones como la OTAN y la ONU nos tienen limitados con sus tratados y demás leyes. Eso no es impedimento para crear un nuevo orden mundial.
Decia y todos los compradores se mostraban ansiosos ante lo que iban a comprar. Detrás de bambalinas, las ocho mujeres esperaban a su señal, siendo Asagi junto a Rias las que pasarían primero, pero tras oír al padre de Kouji, Rias mostro preocupación.
-¿Nuevo orden mundial?
-Tranquila, a veces mi esposo exagera las cosas -exclamo la madre de Kouji -recuerda, a nuestra señal, pasamos y abrimos el maletín, es todo lo que haremos.
Entonces se abrió el telon, y ambas mujeres pasaron, siguiendo a Asagi, ella hizo todo lo que ella hizo.
-Ante ustedes, les presentamos, semillas para que cultiven armamento nuclear -dijo el padre de Kouji, y su madre junto a Rias abrieron el primer maletín. Revelando una especie de joyas negras en su interior -uranio comprimido. En este estado es neutral, no desprende radiación ni contaminación ambiental, pero cuando digan calentarlo, cada uno de estos diamantes negros tienen poder y habilidad destruir, desde la casa blanca junto a su sistema de defensa antimisiles, recrear diez veces lo ocurrido en Chernóbil, hasta crear un nuevo orden mundial.
-"¡¿Que?!" -esto era algo inaudito para Rias, estos simples diamantes negros poseen tal capacidad destructiva, que era lo que ocurría realmente.
-En este maletín contiene alrededor de quince gemas de uranio, cada una valorados en un millón de dólares cada uno. ¡Que empiece la subasta!
-Yo doy un millón doscientos mil por una.
-¡Tres millones por dos!
Curiosamente, mientras mas ofrecían los compradores, Asagi hacia mas poses sucias y provocativas para incentivar a los clientes, cosa que Rias también copio, dado que no entendía bien que pasaba.
-¡Cuatro millones setecientos por cinco!
-Yo doy siete millones por cinco.
-¡Diez millones por siete!
-Quince millones por diez.
-¡Veinte millones por todo el primer lote!
-¡Veintiún millones ofrezco!
-¡Veinticinco millones! -un árabe grito y puso silencio a sus rivales.
-Veinticinco millones a la una... veinticinco millones a las dos... ¡y las tres! -azoto el martillo de la subasta -veinticinco millones por quince gemas uranio comprimido a su majestad el príncipe Ahmed de Jordania.
-Ahora pasemos a los siguientes seis lotes...
Este es tan solo uno de los negocios sucios que manejaba debajo de las mesas de su directiva, la compañia underground. Este era uno de sus mayores secretos, uno que solo unos cuantos podían participar, puesto que sus verdaderas intenciones no eran robar esposas de otros, sino tenerlas de trofeo cuando el nuevo mundo comience. Buscaban ser los reyes, y tener a una verdadera reina con ellos.
Esta tomo ha llegado a su final, pero no es el fin. Aun hay negocios que conocer, esposas por cautivar, y decisiones que estas mujeres deberán tomar, Rias cayó en un profundo y tenebroso agujero, pero ¿podría salir? ¿podría recuperar su vida? ¿Quien lo sabrá? Lo único que tenia claro, era que Kouji no era un simple casanova como ella creía, era mas que eso, un inversionista del mercado negro. Mientras que Rias, Erza, Hinata, Mirajane, Lucy, Rei, Rukia, ahora eran esposas que se volvieron zorras...
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