Business and pleasure (Naruto x Harem)

Esta obra la estaré actualizando una vez al mes, para darme tiempo de seguir avanzando la historia y tenerles una actualización constante. Espero y les agrade.

Acto 2 parte final

 

El mundo no se detiene por la muerte de una persona, así como no todo japón se detuvo para presenciar el espectáculo de la naturaleza estelar. Aun que para muchos sería un espectáculo de una sola vez en la vida, para otros una cosa sin importancia.

-No recuerdo la ultima vez que visite esta casa -exclamo Yuriko tras haber sido invitada a casa de Takashi por obra de su hija. Como dijo, hacia mucho no venia a esta casa desde que Saya conoció a Komuro en el preescolar, donde también conoció a la madre del chico -sigue teniendo ese aire lleno de amor.

Al estar mirando entre las pertenencias de la sala de la casa Komuro, un hogar cálido aun mas cálido que hubo en el suyo. Además, encontró en el mueble de la sala, un marco con la foto de Takashi y su madre, el chico abrazando a su madre teniendo como fondo un bosque de origen mexicano. Era lo que el pelinegro le contó a Saya cuando vio esa fotografía en los primeros días que se mudo a su casa. Aunque en esa casa, solo eran ellos dos; Yuriko envidiaba que en esa imagen madre e hijo se mostraban su amor. Un Takashi de tan solo 16 años, abrazaba fuerte a su progenitora mientras ella hacia lo mismas, rostros de alegría se plasmaron en la foto. La ultima foto familiar que se tomaron Yuriko, su hija y su pronto ex esposo salían con rostros serios, solo ella tenia una ligera sonrisa. Supongo que el amor había muerto en ese tiempo.

-Como la envidió -dijo Yuriko devolviendo la foto a su lugar. Llevaba puestas ropas distintas a esos vestidos elegantes que siempre llevaba para mantener su aire como la esposa que era del comandante de Tokonuso. Ahora tenia una blusa mas sencilla y una falda azul, marino, parecía una sencilla ama de casa.

-¿Que cosa, mamá? -Saya fue en búsqueda de su madre, apareció con una tazón enorme de palomitas, al igual que su madre, parecía ahora una chica común a su edad, ya no era esa niña rica, aunque seguía comportándose como una de vez en cuando.

-No nada -exclamo, envidiaba que aunque fueran dos con el apellido Komuro, su familia evidentemente era mas unida que fue la Takagi -¿y cuando empieza el espectáculo, hija?

-No falta mucho, vamos mamá, el aire esta fresco afuera -incluso su hija se notaba mas feliz desde que llego a esta casa.

Tenia patio trasero la casa de nuestro joven capo, no era un gran patio, pero uno con espacio mas que suficiente para que su chica y Yuriko pudieran poner un dos sillas y ver la lluvia de estrellas.

-¿Que pasa, mamá? -pregunto Saya antes de llevar la primera palomita a su boca.

-Nada -se notaba risueña -jamás pensé verte actuando como una chica de tu edad, o vestida como una.

El comentario de su madre la hizo sonrojarse y mirar a otro lado, remarcando lo que decía, no parecía más una niña rica, aunque lo era.

-Takashi-kun realmente te cambio, no ¿hija? -mucha alegría se notaba de su madre.

-¡¿Que estas diciendo mamá?! -exclamo casi exaltada.

Cuando descubrió que su niña preciosa tenia pasión por este muchacho, se alegro; siempre pensó de él de buena forma, jamás vio venir esa parte de Takashi en la que un chico común como lo era él, fuese en realidad miembro de una familia de una mafia poderosa. Ni Komuro, ni su madre hablaban mucho de lo que eran su familia y eso que entablo confianza con la madre del chico desde que se conocieron cuando sus hijos se conocieron, solo mencionaba que todos ellos de su familia trabajaban y provenían del extranjero, nunca imaginarían que estaba familia se dedicara a lo mismo que Soichirou, el mundo es muy pequeño.

-Por cierto dónde está Takashi-kun -pregunto por su futuro yerno -pensé que estaría aquí con nosotras.

-Él está ocupado, más de lo que siempre lo vi. Descuida, esta será una noche sola para nosotras dos, como solíamos hacer -hasta hace unos años, eran ellas dos cuando aun vivían en la mansión de Soichirou, viendo televisión hasta tarde, peinándose mutuamente, riendo. Como si fueran mejores amigas.

-Hacia tiempo que no eramos solo nosotras -dijo Yuriko. Aunque el divorcio que se llevaba a cabo era algo malo, Yuriko después de mucho podía tener tiempo para su hija y ella -¿pero en serio donde esta?

-Trabajando supongo -bromeo su hija, la verdad ni con su genio sabia donde estaba, el pelinegro aun seguía siendo un misterio para Saya.

Hablando de Komuro, quien huía a toda prisa junto a Saeko de los demás miembros del dragón negro y Yukikaze. No veían escapatoria de sus perseguidores a pesar de llegar al final de este tramo boscoso.

-¡Nos alcanzan! -grito Saeko.

-¡Lo se! -grito Takashi bajando la pequeña y empinada ladera -maldición ya deberían estar...¡aquí! -una camioneta negra apareció a la cual hizo señas con los brazos, aparcando delante de ellos.

Del vidrio del copiloto estaba Hirano con Helen en volante, mientras los otros tres venían en la parte trasera de la camioneta listos para el combate.

-¡Komuro-kun! -saludo el otaku militar.

-Justo a tiempo, Khota -exclamo.

A Busujima se le hizo conocido este chico, así como el resto de caras cuando la puerta corrediza de la camioneta se abrió para dar espacio a su jefe y su nueva novia.

-¡Ya súbanse! -grito Ricardo.

Desde el bosque, los sicarios lograron escuchar como los soldados del dragón negro venían a toda prisa para alcanzar a Komuro y la hija de Asagi, los cuales abrieron fuego cuando los vieron abordar el vehículo.

-¡Cuidado! -Hirano sacó una Galil con la que respondió a los disparos desde su asiento. un fusil contra pistolas y el fusil en manos de Hirano, este chico logro derribar a tres con cinco disparos certeros. Sin embargo los disparos continuaron en contra de ellos.

-¡Vayámonos! -con ese grito, cerraron la puerta blindada cuando Takashi subió de ultimo bajo las balas de sus rivales.

Emprendieron su escape dejando atrás a la Taimanin y los soldados del dragón negro. Sin embargo la cacería aun continuaba, pues también estos yakuzas tenían sus propios autos al momento, así llegaron hasta este lugar para hallar a Takashi. Lo cual alegro a la pequeña Yukikaze.

-Corran, corran todo lo que quieran los encontrare y cuando lo haga -alisto sus pistolas justo al momento de aparecer los yakuzas, iluminando a la taimanin con las luces de sus autos.

En tanto en la camioneta de Takashi, escapando a toda velocidad a por las calles de Tokonuso. Algunos de sus amigos se mostraban incrédulos ante quien trajo consigo Komuro.

-Esa es... la capitana del club de kendo ¡¿Busujima-senpai?! -Morita reconoció a la chica que iba un año por encima de él.

Si, mientras que Imamura le gustaban las maduras a Morita le gustaban chicas de su edad y Saeko, era una de las chicas en su lista de posibles fanáticas cuando se volviera una estrella de rock. Ya la ha visto antes, pero nunca tan de cerca. La peli morada miro de reojo a los que iban en este vehículo, notando que estos eran estudiantes de su escuela, algunos que había visto acompañando a Komuro, todos se veían como chicos tranquilos y calmados, pero ahora llevaban armas grandes en manos, por ahora solo vio a Khota usando una como debia ser, no eran niños jugando con armas, tenían entrenamiento.

-¿Que hacen ustedes aquí? -pregunto Busujima.

-Venimos a buscarlo -respondió el sicario mexicano -¿que paso? -pregunto a Takashi.

-Encontramos a la ultima Taimanin, bueno, ella nos encontró -dijo el joven narcotraficante -Mizuki Yukikaze.

-¡¿Que?! ¡Mizuki-san! -reconoció Morita el nombre -la pequeña morena, es una asesina.

-Una Taimanin, exactamente.

Komuro contó de forma resumida lo que paso, después de ver a Rei y sentirse mal, fue a una de las aulas donde la chica estaba y sin verlo venir ella declaro que lo iba a matar, de no ser de la aparición oportuna de Saeko no estarían escapando, en medio de ese escape fue atrapado por miembros del dragón negro y una vez mas junto a la peli morada, ahora estaban escapando. Al final de la conversación, Imamura noto una luz de un auto en la parte trasera de ellos, miro y a pesar de estar haciéndose de noche, logro ver como un pequeño grupo venia a por ellos, y encima del auto que lideraba al grupo, Yukikaze estaba allí con sus armas listas.

-Y al parecer esta muy enojada -Imamura dijo y varios voltearon a ver como esta asesina se mantenía estable sobre el techo del auto, para ver como pasaba a apuntar sus pistolas hacia ellos -¡agáchense!

Solo un disparo basto para ver el cristal trasero del auto ser atravesado, una bala que impacto en el estero del auto. Un disparo impresionante, atravesó el cristal dejando una abertura circular en el vidrio, dejando intacto el resto del parabrisas.

-¿Que mierda?... -maldijo Helen.

-¿No dijiste que el vidrio era aprueba de balas? -el temor se libero en la sangre de Imamura.

-¡Y lo es! -grito la mexicana -¡maldición! ¡sujetense fuerte!

Iban por una calle suburbana, pero en la dirección en la que estaban los llevaría a una avenida principal, seria el único lugar donde perder a la taimanin y los otros así que piso duro el acelerador del motor mejorado de la camioneta. Llegaron a la avenida interrumpiendo la circulación. Sin embargo aun tenían que perder al enemigo.

-Denme un arma -Takashi no iba a quedarse atrás y dejar que sus amigos pelearon por él unicamente, también tenia que defenderse. Así que le entregaron una escopeta, cargada lista para usar.

Los dragones negros en las motos tomaron delantera y zigzagueado entre los autos de la calle alcanzaron a la camioneta. Uno de estos motorizados quiso abrir la puerta lateral derecha del auto, pero por poco y se estrellaban con un compacto y rápido hicieron un segundo intento.

-¡Espera! -Takashi la detuvo de su mano cuando vio a Busujima tomar su espada cuando estos volvieron. Espero a que abrieran la puerta esta vez y cuando lo hicieron, la escopeta de Takashi les esperaba -...Hola.

Con un solo disparo a uno basto para derribar a ambos sicarios. el disparo de la escopeta destrozo el torso y el estomago del hombre y como consecuencia de ir en moto su compañero se des balanceo y gracias a las leyes de newton se arrastro por el pavimento hasta impactar contra la parte trasera de un híbrido. Mas adentro de la camioneta, Saeko miro a Takashi quien sacaba el cartucho de la escopeta mostrando una leve expresión de pasión por haber asesinado a este hombre, como si le gustara matar a sus enemigos. Por alguna razón se sintió... mal. En su interior, sabía que eran personas diferentes.

-Uno menos -una moto menos.

-¡Aun quedan como cuatro mas! -exclamo Imamura, los otros sicarios del dragón iban disparando al carro pero sus balas no eran como las de Yukikaze, no atravesaban el cristal como las de la taimanin.

-No se quedan allí, hombres ¡disparenles! -grito Helen.

Ricardo, subió por el quema cocos y con una P90 en sus manos, apunto a al mas cercano de las motos, gracias a la noche no lo notaron ni por las luces de los postes de iluminación de la avenida. Basto con que le dispara a quien conducía la moto para derribar a derribar a los dos lacayos de los dragones. Morita y Hirano bajaron sus ventanas para intercambiar balas contra dos motos mas que intentaban acercarse por la derecha, sin embargo los autos civiles les impedía acercarse.

-Maldición, no puedo apuntar bien -a Morita le era un desafió apuntar y disparar al enemigo, pero para Hirano, era toda una emoción. 

-Espera la abertura, espera la abertura... -apuntaba sin disparar, esperando la oportunidad -¡ya!

No apuntaba al conductor o a su compañero armado. Disparo a la rueda de la moto, desestabilizo al vehículo en movimiento haciendo que la rueda se saliera y hiciera volar a los dos pasajeros por el asfalto, dándose duro contra los autos de los transeúntes que circulaban por esta avenida. Mas la otra moto que venia por atrás, no pudo bajar su velocidad para cuando sus compañeros se estrellaron con los autos de los civiles, chocando por los restos volantes de la moto que derribo Khota.

-Nada mal, gordo~ -Helen lo halago por su talento.

-Aun quedan enemigos -exclamo Imamura, una moto mas y el auto donde Yukikaze iba aun venían detrás de ellos.

No podían seguir por esta avenida, estaban dejando atrás un desastre y pronto la policía vendría detrás de ellos también; además, mas adelante había un congestiona miento de transito, lo cual no era nada bueno. Giraron en un cruce hacia la derecha al momento que el semáforo cambio a rojo, justo iba a pasar los autos del sentido correspondiente cuando la camioneta cruzo primero seguido de la motoneta y el auto café de los dragones negros, interrumpiendo a todos los demás carros causando un accidente automovilístico menor. Algunos autos que iban a cruzar frenaron de golpe y chocaron. Pero quien también tuvieron un accidente fueron los últimos dos motorizados en moto de los dragones negros, con una curva tan repentina derraparon y se fueron calle adelante mientras su moto se termino impactando contra un poste de alumbrado.

La avenida a la que entro Helen estaba mas vacía, así que aumento la velocidad de la camioneta, empezando a dejar muy atrás al auto donde Yukikaze.

-¡Vamos, pisa el acelerador! -grito a quien conducía.

-Es toda la velocidad -respondió, una respuesta que no alegro a la taimanin.

-Inútiles, si quieres que algo salga bien, debes hacer tu misma.

Dando un salto impresionante, paso al lado del carro contrario, para andar saltando de techo en techo de los carros en movimiento a velocidad impresionante y de carácter sobre humano.

-Parece que los perdimos -exclamo el amante de las maduras cuando vio el auto de los dragones negros quedarse atrás y perderse luego de avanzar mas calles antes de dar nuevos giros por las avenidas y perderlos. Estaban todos tranquilos, en especial Takashi y Saeko, pensaron por un momento que se las habían librado.

-Yo no diría eso -el temor en la boca de Morita llamo la atención de Takashi. Lo vio mirando por la ventana hacia el carril contrario, donde una especie de duende iba saltando a una increíble velocidad intentando alcanzarlos. 

-Mirenla... -Takashi estaba boquiabierto con el talento de Mizuki -eso debería ser imposible.

-Las taimanin son la definición de imposible -exclamo Saeko -sus cuerpos fueron llevados al limite cuando fueron creadas, el resultado de drogas experimentales que les pusieron cuando aun servían a Japón. Son lo que los americanos llaman, súper soldados.

-Si así brinca los autos, imagina cuando brinque sobre ti -Morita imagino cosas sucias sobre esta chica.

-¡No empieces con fantasías eróticas sobre chicas armadas y peligrosas, eso es lo mió!  -grito Hirano.

La perdieron de vista un segundo, para escuchar como en el techo del auto algo aterrizo, miraron por encima hacia el quema cocos de la camioneta que dejaron abierto, para ver dos cosas. Una que Yukikaze estaba mirándolos y con sus armas aun en manos, dos... no traía bragas de ningún tipo, a pesar de ser de noche podía verle todo con mucha iluminación. A dos de estos narcos les salió sangre por la nariz.

Con una sonrisa muy siniestra, Yukikaze apunto sus dos armas hacia el interior del auto, las cabezas de muchos iban a reventar en solo unos segundos.

-Esto termina ahora -apunto y sus dedos pronto jalarían el gatillo.

-claro que no -Helen no la dejaría -¡agarranse fuerte!

Sin prestar atención habían llegado hacia el antiguo templo del centro de la ciudad, a la entrada del parque donde el acceso nocturno estaba cerrado. Helen dirigió la camioneta al arco de entrada al monasterio budista. La camioneta se impacto de lado contra la barda de roca que decoraba, se levanto un par de metros y se metió al territorio del templo, dio tumbos rodando sobre la maleza y los arboles. Afortunadamente no estallo la camioneta, sin embargo el humo comenzó a salir del auto hecho chatarra.

-Carajo... -fue un fuerte golpe el que se llevo Takashi y sus compañeros ese momento -¿donde quedo? -Yukikaze se perdió de su vista, como no hacerlo cuando el auto se dio contra el ecosistema -¿están bien? -pregunto a sus amigos que igual, se notaban aturdidos y con cortaduras leves por el impacto -¿Senpai?

-Estoy bien -respondió, solo tierra había sobre ella, nada grave esa fue una experiencia inolvidable -vaya paseo.

-Hay que salir de aquí -indico el pelinegro.

Con sus armas en mano fueron a las escaleras del templo, desde allí miraban como la camioneta poco a poco comenzaba a incendiarse dado el motor modificado llevado al máximo. Espalda con espalda se cubrían sabiendo que Yukikaze podía aparecer por cualquier lado.

-Bien, vendrán refuerzos a sacarnos -Ricardo mando un SOS al bunker de Takashi donde los demás soldados esperaban a su jefe.

-Cuanto tendremos que esperar -pregunto, su escopeta la tenia en mano todavía.

-Cinco minutos, serán largos si tenemos que cuidarnos de esa taimanin -comento el sicario.

-O de ellos -dijo Morita -viendo que el auto de los dragones negros mas una moto que sobrevivió llego, estaban armados y molestos -esto no podría ser peor -al fondo podía oírse las sirenas de la policía desde su rastro de destrucción de su huida por las avenidas empezó.

-Si, puede ser -maldijo Hirano la boca del oxigenado rockero.

Helen llevaba una M4 que tenia un lanza granadas integrado, con la que mato a dos de un solo disparo. Comenzando un nuevo tiroteo que se fue extendiendo hacia arriba por el templo. Al mismo tiempo que las sirenas policíacas se hacían mas fuertes.

-Hay que llegar al otro lado, hay una salida allí nos sacaran -exclamo el sicario mexicano.

No tardaron en subir hasta el monasterio abandonado, donde el fuego cruzado se intensifico. Aquí, Saeko y Takashi se separaron del resto quien seguía combatiendo a los dragones negros, sin embargo sus armas no eran nada comparadas a los de estos jóvenes de la NMM.

-Algo anda mal -exclamo Takashi sin bajar la guardia entrando por una pequeña casa de antigua apariencia pero mas cerca de un pozo de agua se encontraba Komuro.

-Puede salir de cualquier lado -Saeko llevaba su katana en ambas manos cubriendo la espalda de su amor infantil.

-¿Donde estas?

-¡Aquí!

De las sombras del techo apareció plantándose frente a ambos, sin esperar mas apunto con su trabuco y rápido jalo su gatillo. Un disparo que dejo estupefacta a Saeko, pues la fuerza del disparo no solo derribo a Takashi sino también lo arrojo por el pozo, golpeándose con las rocas hasta darse con el agua.

-...Takashi-kun -no podía creerlo, podía ser posible. Yukikaze acababa de matarlo. Tanto así que no podía ni moverse.

-Que desafortunado -el tono burlón de la morena no le gusto a Saeko -parecía un buen chico, tanto la escuela como yakuza -ahora encaraba a Busujima -parecían tan linda pareja.

-Pagaras por lo que has hecho -Saeko estaba por desafiarla en combate una vez. Sin embargo, Yukikaze bajo sus armas a pesar de ver como la pelimorada se lanzaba atacando estocada tras estocada en su contra, mas la morena solo se movía a un lado esquivando los golpes cual juego de niños se tratara.

-Es lo mejor para ti -no le temía a Saeko, sabía que no estaba a su nivel, seguía esquivando sus movimientos, ya no necesitaba enfrentarla, acababa de cumplir con su misión -después de todo -levanto una de sus pistola y disparo a la espada de Saeko, tan cerca del metal de la hoja e hizo que la kendoka soltara la espada y se enterrara en el suelo -no era para ti.

-¿De que estas hablando? -quedo desarmada y al merced del tiro de Mizuki.

-Por favor -se notaba arrogante e indignada -dime ¿en serio creíste que tendrías algo con él? viven en mundos diferentes. Él decía ser un mafioso, un yakuza. Tu, eres una psicópata de sangre fría.

Eso le molesto.

-No se de que estás hablando -respondió.

-Ambos sabemos, que a ti te apasiona matar, por placer. Lo heredaste de Igawa-sensei -decía la taimanin -tu misma lo sabes, lo comprobaste esa noche.

Como un rayo, un recuerdo marginado en las memorias de Saeko se revivió en un destello de su mente. Esa noche de secundaria, en la que aparentaba ser una chica indefensa para atraer a un pervertido y hacerlo sufrir hasta la muerte.

-Tu que sabes de mi -la rabia se sentía en sus palabras.

-Lo suficiente para decirte, que eres una tonta, si piensas que alguien como él puede hacerte sentir normal -seguía hablando a pesar de estar caminando en circulo apuntando a Saeko -el vive en un mundo y nosotras en otro totalmente diferente. No es como tu. No importa lo que hubo entre ustedes de niños, ahora solo son dos simples conocidos.

-Te equivocas, hay un lazo que me une a él -dijo Busujima.

-Las promesas se rompen y los lazos se cortan -sabía esto por experiencia propia -vives en una fantasía y te toca despertar.

-Tal vez tengas razón -Saeko detuvo su caminar -no soy... ¡como ustedes! -había caminado hacia su espada distrayendo a Mizuki con la platica, recupero su arma y contra ataco. Yukikaze quiso detener el contra golpe de la espada con su pistola, mas su brazo reboto, cuando quiso usar su otra arma para detener el movimiento de la espada de Saeko ella dio vuelta a su espada y regreso por donde la llevo, cortando del brazo derecho de la morena -no soy como mi madre. 

-Eres una grandísima perra... -el corte fue mas profundo sentía su brazo inmóvil ¿le corto un nervio acaso? un descuido de parte de Mizuki -te mataré de una vez -la rabia la cegó, no se percato que el sicario de Ricardo apareció y disparo ha su mano, un disparo que le perforo la palma y desarmo a la taimanin -¿pero quien?

Estaba totalmente desarmada y herida, este ultimo descuido le costo caro pues Saeko en su furia fue con su espada contra Yukikaze y la atravesó de su estomago en un solo corte limpio, clavandola contra la roca del pozo

-Maldita... -de la boca salía sangre. Mas el rostro frió e indiferente de la pelimorada decía todo -no importa, él esta muerto.

-¿Que? ¿Donde esta Takashi? -pregunto a Saeko quien se volvió a mostrar inmóvil -¡oye, donde Takashi! -entonces detrás de ellos aparecieron Morita y los demás, terminaron de encargarse de los dragones negros, el ruido de las sirenas se hacia mas fuertes.

-Takashi... él... él... -quería contener las lagrimas, mas las lagrimas brotaron de su cara, lagrimas de felicidad.

-¡Aquí! -grito desde el pozo.

Para asombro de Saeko, el pelinegro a pesar del disparo, los golpes, la caída y la oscuridad. Logró escalar hasta salir del pozo mojado y con sangre de sus heridas.

-Viejo, estas bien -pregunto Imamura sorprendido por la resistencia de su amigo.

-Si, ¿porque? -Takashi se analizo, viendo que el disparo de Yukikaze le atravesó el abdomen, un disparo muy grave en el que la sangre dejo de sangrar rápido y coagulo -a por esto, he recibido peores disparos.

-Imposible... -Yukikaze estaba igual de estupefacta de que él siguiera vivo -pues de que estas hecho.

-Sangre mexicana -respondió Takashi.

Las sirenas de la policía se intensificaron una vez mas, ya no podían quedarse allí y vacilar.

-Hay que irnos, ya debieron venir por nosotros -exclamo Ricardo -¿que haremos con ella? -miraron a Yukikaze, quien se mantenía inmóvil por la espada de Saeko.

-Seria bueno, hacerle unas preguntas -dijo Takashi, lo cual no le pareció a la misma taimanin, sacaron la espada de Mizuki y la hicieron dormir por mano de Helen.

Para cuando la policía subió las escaleras hasta el templo abandonado, solo encontraron los cuerpos sin vida de los hombres del dragón negro. Casquillos y armas disparadas en este antiguo recinto, los autos abandonados y estrellados dejados por el rastro de la batalla callejera que causaron. Pensando quien o quienes habian sido los responsables de esta carnicería, no llegaron al otro lado del monasterio donde Takashi y compañía ya habían emprendido su huida con la ayuda que pidieron.

Llegaron hasta unos callejones del lado este de Tokonosu, la policía había disparado una alerta de busqueda por los tiradores que acabaron con los dragones negros luego de encontrar el rastro de destrucción desde el pequeño bosque cercano a la academia de Fujimi hasta el monasterio antiguo.

-Segura que no quieres venir con nosotros, hay un medico que puede ayudarte -Takashi se preocupo por las heridas de los roces que le provoco Mizuki. Saeko quería irse por su lado ahora que estaba a salvo de la ley.

-Es mejor que te atienda a ti primero -exclamo mirando su uniforme manchado de sangre al igual al de ella, a pesar de la herida lo veía caminar como si nada, aun así podía ver en su cara que la herida le causaba dolor.

-Tranquila, gracias por cierto, Senpai -su tono de voz se notaba que en verdad se mostraba agradecido -de no ser por ti, me hubiese matado.

No sabia que decir, sentía que decir que era por esos sentimientos confusos hacia él fue la causa de su intervención arruinaría las cosas. Pero dicen que las acciones hablan mas que las palabras, y la acción inesperada de Takashi como agradecimiento le dejo helada. Un beso con el que robo sus labios que la dejo inmóvil.

-¿Eh?... -quedo ruborizada -porque hiciste eso...

-No lo se, creí que era algo que esperabas -dijo con igual vergüenza, no pensó bien lo que hacia -bueno, supongo que te veré después en la escuela.

-Takashi-kun -lo detuvo antes de que volviese a subir a la camioneta -cuando se den cuenta que tienes una Taimanin atrapada, esto se volverá personal.

-Toda esta guerra es personal, senpai -exclamo mirando desde atrás.

Solo lo vio subir a la camioneta y rápido emprendió su retirada, Saeko con su espada enfundada tomo una ruta desapercibida hacia su hogar donde su padre no estaba, desde hace unos meses estaba en el extranjero. No obstante, Takashi fue tratado por el medico que iba en el auto, aunque debía ser llevado a descansar.

-Jefe, tienes que descansar -dijo el medico luego de cerrarle la herido con un cuchillo caliente para cerrar la herida.

-Tengo un asunto pendiente llegando a casa, doc -exclamo Takashi.

-No te basta con que tengas de novia a Saya, ¿ahora también quieres a Busujima-senpai también? -dijo envidioso Morita de la suerte de su amigo con las chicas, desde cuando se volvió un imán de chicas.

-Que esperabas, es el protagonista -dijo Ricardo riendo suave ante el berrinche del rubio cabello pintado. Rieron ante el extraño comentario del sicario. A pesar de ser un asesino a sueldo tenia su sentido del humor.

En su propia casa, Saeko tomo una ducha y se trato los roces de las balas, no eran graves, no dejarían marcas. Lo que si dejo marcas, fue la inesperado beso que dio Takashi, miraba sus labios en el espejo cuando solamente se cubría con la toalla tras salir del baño. No importa lo que digan de ella, si vivía en un mundo distinto al de Takashi, igual podría estar junto a él. Sabía que no iba a ser la última vez que estuviera junto a Komuro.

Tanto Takashi por su lado, había llegado justo a tiempo para acompañar a Saya y Yuriko para ver la lluvia de estrellas con los demás luego de pasar y comprar mas botanas para ver el espectáculo nocturno.

-Es increíble -dijo Yuriko viendo con todos estos jovencitos como las estrellas pasaban una tras otra como nunca tal vez, nunca mas volverían a ver en sus vidas -es un bello espectáculo.

-Si, una bella vista -Imamura tenia un ojo en las estrellas que surcaban el cielo como peces en una corriente de agua, mientras que el otro ojo lo tenia sobre la bella mujer que les acompañaba -muy bella.

En un lado apartado de ellos, Saya y Takashi miraban la lluvia, acurrucados uno con el otro mirando pasar el firmamento.

-Es precioso -miro entonces a Saya, quien se abrazaba del brazo del chico untando sus pechos de paso, así podía ver el escote de su chica y sentir como la belleza de las estrellas se multiplicaba -muy precioso ¿Porque no me dijiste de esto? Hubiera cancelado mis planes.

-Estabas tan ocupado que no me dabas oportunidad para mencionarlo -dijo con sugerencia.

-Tu no eres así, me hubieras sacado de mis pensamientos para prestar atención a la chica genio de todo el mundo -exclamo, provoco una sonrisa a la chica con ese comentario sin embargo por dentro algo le molestaba.

Flashback

Cuando Komuro y los demás estaban por las calles luchando para mantener sus cuellos pegados a sus cabezas. Yuriko hablaba con su hija acerca de lo que paso entre su esposo y ella que culmino con el divorcio que pronto firmarían.

-No dejes que Komuro viva solo en su trabajo, Saya -si a lo que hacia se le podía llamar trabajo, Yuriko miraba de manera deprimida el cielo de la noche.

-¿Mamá? -pregunto la pelirrosa ante la extraña mirada de su madre al vació de la noche.

-Desde antes de casarme con él, supe que tu padre no podría dejar el bajo mundo en el que vivía, sin embargo pensé que todo mejoraría con el matrimonio, al principio si y lo deje pasar -Yuriko vio como Soichirou vivía como el jefe un grupo yakuza a todas horas de su vida, dejo de ser el hombre que sabia distanciar su matrimonio de su trabajo, ser padre cuando debía serlo con su hija y ser el comandante cuando debía -supongo que eso nos separo, hija te daré un consejo. No dejes que a Takashi lo consuma su sueño, por que si sentirás que se aleja de ti.

-Eso fue lo que paso entre papá y tu -exclamo, triste. Ahora comprendía mejor porque sus padres se iban a divorciar, el amor que lo unia lo destruyo su trabajo.

-Si, eso y que esa chica lo engatusara -dijo Yuriko, maldecía a Mirei, a pesar de estar muerta -si no es el trabajo quien te roba a Takashi, será otra chica.

-No dejaré que eso pase -exclamo decidida, sabiendo que tendría pronto una rival -todas sabrán de quien Komuro Takashi.

Fin del flashback

Si tendría que pelear por su novio lo haría. Ninguna castaña, o espadachín se lo quitaría, pero no sabia que tendría fuerte competencia, aun así se aseguraría de ser la numero uno en su harem.

-Jefe -le llamo Ricardo -ahora que haremos con la taimanin cuando se enteren que la tenemos.

-Tranquilo, tengo planes para ella -exclamo, en tanto a Yukikaze, sus hombres la encerraron con cadenas y desarmada para mas control, seguía dormida para suerte -debe saber donde guardan Igawa-sensei el código, entonces podremos atacar.

-Y cuando ministro se entere que tenemos la llave de su caja fuerte...

-Actuaremos antes de que se de cuenta que me catalogue como enemigo publico número uno -respondió -todo el dinero de sus ahorros, desaparecerá.

-Me recuerdas a esa película, el código del miedo -exclamo Ricardo.

-¿Es buena?

-Sale Jason Statham como protagonista -dijo.

-Me convenciste, aunque esto, pienso hacerlo con un toque de la gran estafa. Como sea, ahora a descansar, que pronto este país arderá en llamas -bebía una lata de refresco sin soltar a su chica quien escucho todo.

-Que planeas hacer Takashi -hablaba de negocios, su novio.

-Nada por este momento, quiero disfrutar el espectáculo del firmamento -se dejo caer sobre el césped con Saya en su regazo. Por ahora, sabia separar su trabajo de su vida amorosa. Pronto la siguiente fase de su plan entraría en movimiento.



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