El sacro imperio rojo
Berlín, una ciudad prospera donde el trabajo abunda y las necesidades del pueblo no existen. Ciudad capital de las capitales del mundo, establecida así por el dragón con forma de hombre que expandió sus dominios a todo el planeta y que se llevo las tristezas y lagrimas de las sociedades humanas, pobreza, desempleo, inseguridad, desigualdad... eran palabras que solo en cuestión menor a una década, se volvieron términos que describían al pasado.
Sin embargo, en 1936; el declarado emperador dragón no surgió como un diamante por pulir para el mundo. Sino vino al mundo como un humano cualquiera, que desconocía que estaba destinado a la grandeza.
-¡De pie, príncipe Issei! -grito el hombre que enseñaba el arte del sable europeo al joven de tan solo diez años. Un duro golpe por parte del empeñado maestro en enseñarle el arte por completo al heredero de Alemania -¿que pasa? Tome su espada y defiéndase, los enemigos no tendrán piedad aunque se ponga de rodillas.
El joven príncipe estaba de rodillas en el suelo como su maestro en la espada resalto, un hombre que no solo dominaba este arte sino también era un experto asesino y maestro en la magia. Issei solo era un niño, el mismo se convencía de poder hacerle frente a un guerrero de tan alta edad y de tal talento. Mas la furia de ser comparado con su padre le irradiaba.
-Levántese príncipe Issei, a su edad su padre ya podía desarmarme por completo -dijo y causo la furia del príncipe.
-¡Arrggghhh!
Difícil el castaño príncipe de diez años tomo con ambas manos la espada para arrojarse imprudente a su maestro, aquel hombre no se movió. Solo miro el acto desesperado por ganar del heredero de Germania. Y ante la mirada de otros nobles con sus familias, hijos e hijas miraban con mucha atención el desempeño del príncipe durante un día mas de su entrenamiento en el palacio del Reichstag. Alguna vez fue solamente un edificio simple de gobierno, ahora era un palacio digno del Führer y su familia. Mas Issei solo oía a los adultos especular acerca del chico, que era muy distinto al hombre que era su padre. El llamado salvador de Alemania. El príncipe ahora se hallaba tirada en el suelo luego de ser derribado por su maestro, el coraje mas la frustración de no conseguir avances hasta ahora en sus practicas lo tenían harto.
Había la visita de las cabezas de algunas familias de demonios en el castillo del Führer y otros nobles de Alemania por temas a discutir con estos embajadores. Alemania había recibido ofertas de algunos pilares demoníacos para comercializar bienes y tecnologías que a los demonios les parecían atractivas y algunas cosas que a los humanos por parte de los demonios les beneficiarían. Con la derrota de la gran guerra los países victoriosos cerraron las fronteras comerciales con los países derrotados y los embargos de dinero tenían dado un duro golpe a la economía del país, sin embargo con el mandato del padre de Issei había hecho buena parte para levantar la economía.
Entre esas familias estaban los miembros del clan Gremory, Venelana y Zecticus, así como miembros del clan Sitri y otros más. Rias y Sona Sitri también se encontraba allí y con la misma edad que Issei entonces, mirando a lado de su padre como aquel niño humano salía lastimado con cada practica, sin embargo a pesar de las heridas y la sangre seguía en pie, a lo que ella interpretaba, el joven Issei intentaba de impresionar a su padre.
-Basta -el Führer levanto la mano, igual estaba allí junto a su esposa viendo el entrenamiento de su hijo -es todo el entrenamiento por ahora -exclamo y el espadachín enfundo su arma para darse vuelta y dar unos cuantos pasos para atrás.
La esposa del Führer se acerco con preocupación acompañada de tres de sus damas y dos médicos militares que tenían que atender al herido príncipe luego de que el ultimo golpe del príncipe le diera en la frente y le abriera la carne.
-Issei, Issei estas bien -pregunto la madre, su hijo solamente tenía puesta la mirada en el cielo llena de coraje.
-Lo atenderemos majestad -dijeron ambos médicos lado a lado del pequeño heredero.
-Estoy bien, no necesito atención medica -respondió enojado, sentándose en el suelo para ponerse de pie sin importarle cuanto sangrara su herido -solo necesito descansar.
-¡Hyoudou Issei! -grito la reina.
-¡Estoy bien, dije! -respondió con un grito de enojo también.
-Al menos heredero temperamento de su padre -escucho a uno de los nobles mal hablar de su hijo.
-No es muy distinto a nosotros -exclamo Sona, cosa que la pequeña Rias escucho de su amiga que tenía lado, igual estaba a lado de su madre. Rias sentía lastima y dolor por el chico, mientras que Sona mostraba empatía con Issei.
Mas entre tanto noble y aduladores presentes, dos niñas distintas miraban con mucha curiosidad al príncipe en su ira que se fue a por los pasillos internos del ahora palacio mientras los guardias se mantenían firmes cada uno cuando el príncipe pasaba delante de ellos. Así hasta llegar a sus aposentos donde se encerró con la puerta que le puso el seguro.
Mas cinco minutos después llego su madre con aquellos médicos de antes, cabreada por la mala actitud ante las derrotas de su hijo.
-Issei, abre la puerta para que los médicos te curen la herida -dijo mas el príncipe no dio señales de él -eres un príncipe, debes actuar como tal -otra vez, no hubo respuestas para del heredero -soldados, abrid la puerta.
-¡Si, mi reina! -los soldados que custodiaban la entrada y salida del cuarto de Issei cargaban consigo una llave para cuando se la necesitara entrar por ordenes de sus superiores.
Pero al abrirse las puertas del aposento del príncipe, él no se encontraba dentro. La reina vio en la cama la ropa de entrenamiento de su hijo abandonadas y la ventana abierta desde este tercer piso del palacio. Se acercó y vio la ciudad, los autos pasando por las avenidas que rodeaban al palacio. Los soldados custodiando el Reichstag, la gente de Alemania viviendo tranquila mas la reina se preguntaba a que barrio de la ciudad escapo su unigénito.
-Ah... Issei -solo suspiro y pidió que estuviera bien, que regresara para la cena.
En tan solo cinco minutos el príncipe Issei ya había llegado lejos del palacio, llego a un barrio común a lo lejos. disfrazado como un chico común de su época, evitando que los grupos patrullas de soldados que rondaban en sus camiones lo distinguieran. No era la primera vez que se salía a hurtadillas del Reichstag, siempre que lo hacía sus padres daban la orden a las tropas en calle de buscar a Issei, sin hacer escándalo al príncipe. Mas la gorra café de tela que usaba lo ayudaba a pasar disimulado con éxito.
-Perdonen, no estoy acostumbrado a que nadie venga conmigo -exclamo Issei, estaba acompañado por Rias y Sona, estas dos por curiosidad siguieron mas de cerca al príncipe hasta su habitación donde lo convencieron para hablar, pero él buscando evitar a su madre escapo junto con ellas, disfranzandolas con las ropas comunes de gente de su nación, solo que él siempre tenía listo ropas de niño, tuvo que compartir estas prendas con ambas por no tener ropa para niñas.
-¿Sueles escaparte de tu familia? -pregunto Rias, la mas interesada en aquellos días por interactuar con el pequeño castaño.
-Solo cuando quiero estar solo -respondió. Gracias a las alas de demonios que poseían estas dos, Issei y ambas niñas estaban en el tejado de un edificio en la capital mirando el centro de la ciudad, el transito y las personas yendo a trabajar o regresando a casa.
-Es una hermosa ciudad -comento Rias al ver y oír a esta ciudad con vida.
-Esto es solo el centro -dijo Issei para enseguida llevarlas a donde la realidad de la ciudad era opacada por la alta vida del centro de la ciudad -esta es la verdadera berlín.
Barrios pobres, gente en situaciones precarias, delincuencia (aunque no tuvieron oportunidad de verla de primera mano). Eran los barrios bajo de berlín, donde las reformas y cambios en la política de su padre aun no llegaban. Issei llevo a las dos niñas demonios a donde el infierno en la tierra existe, pero el mismo pensamiento en Sona se mostró en cuando vieron el lugar.
-”Es igual que nuestro mundo” -pensó la pequeña Sona.
-Yo tengo que cambiar esto, mi padre no vivirá por siempre para hacer de este país un lugar mejor, pero no puedo confiar en que otro lo haga; estos barrios sigue tal cual por la corrupción y la avaricia. Quiero cambiar eso, quiero hacer de Alemania un país libre y hermoso, algún día heredare el puesto de mi padre, pero debo estar listo, para demostrarle a esos nobles que se equivocan conmigo -dijo Issei, sin haber dicho una sola palabra, Rias ahora entendía que Issei no trataba de demostrarle a su padre que era igual que él, sino que él podía ser mejor que su padre -algún día, haré de este Alemania un lugar libre y hermoso, donde no exista hambre ni desigualdad.
-En el infierno, tenemos escuelas que tal vez… -decía Rias.
-No necesito una escuela para saber como cambiar al mundo -interrumpió Issei -todo lo que necesito esta aquí adentro, el poder que necesito para cambiar al mundo esta dentro de mi -un puño sobre su corazón -eso es lo que mi madre siempre dice.
Se dio cuenta que hablo de sus sueños sin limitarse, la ultima vez que hizo eso; los adultos se rieron de su sueño, pero no fue así esta vez. Rias miraba encantada con conocer la verdadera intención del sobre esfuerzo propio de Issei, Sona sonreía, tal vez sea un tonto con un sueño imposible, pero si algo ya conocía para una corta edad, era que los tontos son lo que nunca aprenden a rendirse.
-Ya quiero verte cumplir ese sueño -exclamo Rias.
-Sería agradable ver cuanto tiempo le toma a un humano cambiarlo todo -sonreía Sona.
Tenían su apoyo, alguien mas aparte de su madre, mostraba apoyo a sus sueños de grandeza. No era el monstruo temido que se convertiría.
-Aun no conozco sus nombres -dijo apenado el principe.
-Me llamo Rias Gremory. Principe Issei
-Sona Sitri, pero dejaré que me llames Sona -dijeron con cordialidad las dos chicas.
-Rias, Sona -eran las primeras amigas que tenía, y que sentía genuinas siendo príncipe -una tienda de dulces -miro mas adelante, de pronto se sintió avergonzando de solo estar mirándolas a la cara -quieren comer un dulce.
Salió de la tienda de dulces tal como prometió Issei, antes de volver con Rias y Sona noto a una extraña chica vestida de negro y rojo con un velo que indicaba estaba de luto miraba una tienda de dulces, parecía que no tener dinero para comprarse un caramelo.
-Disculpa -habló Issei y la chica de extrañas ropas le miro con leve asombro -¿estas perdida?
-¿Puedes verme? -pregunto impresionada la susodicha viuda, quien por la estatura parecía estar en la misma edad que el príncipe -¿en verdad puedes verme?.
-¿No debería verte? -pregunto extraño Issei con la respuesta de la chica. No se percato que el ambiente que rodeaba cambio, todo en aquella cuadra desapareció, las casas los negocios, estaban en un vació lugar donde solo eran él y esta mensajera.
-Kuku~ -la risa risueña casi incomodo al castaño -así que eres tú.
-¿Yo? -la chica camino hacia el joven príncipe, tomo su mano izquierda con ambas manos la llave bajo su velo, quien beso la palma de la mano del heredero al trono de Alemania, posterior paso a saborear cada uno de los dedos de esa mano -¿que estas haciendo? -entro en pánico ahora, pues un pulso de luz verde apareció sobre su mano, como si una gema brillante fuera puesta debajo de su piel. Seguido de ello, un extraño pulso golpeo su cuerpo desde adentro a todo su ser, como si una especie de flama viviera en su interior.
-Tu destino es mas grande del que crees Hyoudou Issei -dijo la chica con velo negro -a si ha sido escrito, porque tu traerás libertad y justicia a este mundo por el poder que tu padre te bendijo al nacer y que tu madre agradeció cuando naciste -la vio sacar algo de su ropa.
-¿Mi padre? -si tan solo supiera que no hablaba de su padre, Führer de Alemania, solo le dio una corta revelación.
-No hablo del hombre quien tu crees es tu padre, sino tu verdadero padre...
Eso fue hace ocho años, después de aquel día el príncipe de Alemania se volvió Führer tras tomar el trono que le correspondía y demostrándole a los incrédulos que era mas que digno de gobernar. Y su poder era de temer.
De vuelta a nuestros tiempos correspondientes, tras ser recibidos por el clan Sitri en su territorio de montañas. Rias Gremory miraba la foto de aquel niño Issei que conoció junto a Sona, sentada en el sofá de la sala de huéspedes veía con nostalgia aquellos días inocentes cuando lo conoció preguntandosé.
-¿Cuando fue que cambiaste Issei? -pregunto Rias al Hyoudou Issei de su foto guardada en un dije de oro que tenía colgando en su cuello -¿esta guerra es parte de tu ambición?
-Rias -apareció Akeno detrás de donde Rias estaba sentada, entrando a la habitación vistiendo ropas tradicionales japonesas, ropas que siempre ocupaba -¿todo esta bien?
-Todo esta bien Akeno, como están Kiba y Koneko -pregunto.
-Ayudando con las labores de la mansión, tal vez seamos invitados pero no significa que no vayan a brindar ayuda a los siervos de Lady Sitri.
-Eso esta bien, Kiba y Koneko siempre han sido así -exclamo Rias risueña, pero enseguida se controlo -Grayfia esta arriba con Millicas, ha hecho que se duerma, no paraba de preguntar cuando volvería a ver a la abuela o cuando volveríamos a casa, le fue mas difícil a Grayfia entender lo que pasaba que tener que explicárselo a mi sobrino.
-Toda esta guerra fue repentina, humanos invadiendo el infierno. Nadie lo hubiera imaginado -comento Akeno.
-Lo que no puedo imaginar es que paso con Issei, porque cambio de repente -exclamo Rias guardando aquel dije de nuevo en su cuello.
-Me contaste que lo conociste cuando niña -exclamo Himejima.
-No era el chico que es ahora, recuerdo que dijo que en su interior tenía el poder de cambiar al mundo, no pensé que ese poder fuera el de una longinus -dijo Rias -ahora lo desconozco. No es el mismo chico dulce y tonto del que… del que enamoré.
Suspiro Rias cuando dijo sus sentimientos sin sentir vergüenza de que su reina le estuviera oyendo, antes del caos de la guerra había confesado tener un interés amoroso por un humano pero no sabia quien era, ahora sabía Akeno de quien se trataba.
-Rias -entro en la habitación la heredera del clan Sitri, quería asegurarse del estado de su amiga -están cómodos.
-¡Sona! -sonrió con gentiliza la heredera carmesí -muchas gracias por recibirnos.
-Es lo menos que podemos hacer con lo sucedido -tomo lugar entre las dos chicas sentadas en los sofás del cuarto, separados por una mesa de centro, hecha de plata y cristal -mi hermana me ha contado que el consejo esta hecho un caos, los cuatros reyes quieren que los demás clanes unan fuerzas para detener el avance de los humanos, tu hermano sobre todo; pero están indecisos.
-¿Que? ¿porque? -pregunto Rias.
-Fueron visitados por Issei… por el mismo emperador dragón -corrigió Sona, dado la presencia de Akeno.
-Descuide, Rias me tiene contado del pasado de ambas -comento Akeno moderada. Ambas pudieron relajarse y hablar de mejor manera.
-Bien… -suspiro aliviada Sona -dijo que estaba dispuesto a aceptar la rendición total de todos los clanes pero ninguno acepto, a lo que dijo que había que estar preparados para la guerra.
-Entonces, ¿nos evacuaran? -pregunto Rias -los humanos no están muy lejos, el clan Sitri es la siguiente frontera de los humanos.
-Esa es la cuestión, por alguna razón los humanos han detenido su avance -exclamo la heredera -nadie sabe que esta planeando Issei ahora o que estará haciendo.
En Berlín, la ciudad se había vuelto prospera, alegre y segura en todas sus fronteras y barrios. Aquella imagen que Issei veía antes en su capital, había cambiado por completo para mejor.
-Haaaa... -suspiro fuerte el emperador rojo mirando desde las ventanas exteriores del reichstag a su ciudad -es bueno estar en casa. La ciudad sigue siendo tan alegre como antes de irme.
-La dedicación que la puesto a su imperio se refleja en cada ciudad a la que vallamos, todo por el sacrificio de nuestra gran emperador -Lalatina era una fiel y aduladora de los actos de su protegido.
Aunque le empalaga sus halagos, no contradecía a guardaespaldas, con tal belleza siempre protegiendo su espalda como no sonreír a sus comentarios.
-Emperador, ha vuelto -pronuncio Fujiwara Momoka, madre de Issei, una mujer que a pesar de los años seguía siendo igual de joven y hermosa a su edad. No era la misma mujer que se conocía como la progenitora del castaño, pues el cabello de esta rubia en un tono más acaramelado, busto grande y una con la hipnotizaba a los hombres, motivo por el cual los 16 guardias personales de la aun primera dama de imperio Germánico estaban dispuestos a sacrificarse por su señora -bienvenido a casa.
-Madre, cuanto me alegre verle -Issei estaba contento de ver a su madre nuevamente. Aunque quisiera abrazarla, como monarca tenia que seguir una etiqueta y lineamiento en el Reichstag.
-Tan pronto has conseguido conquistar el infierno -pregunto risueña.
-No fabrico milagros madre, pero te extrañaba y a mi amado imperio, decidí volver un par de semanas, antes de volver a mi campaña -dijo el castaño con esa gala y etiqueta.
El Reichstag era el palacio de gobierno, sin embargo a nombre del joven emperador había mas de un castillo donde Issei había hecho de estos lugares su hogar, su lugar favorito era el nido del águila ahora llamado la cueva del dragón, un chalet (mansión) en los Alpes bávaros que se expandió como mansión con los pisos construidos dentro y debajo del chalet encima de la montaña, donde el castaño guardaba sus tesoros personales, joyas, pinturas, reliquias que conseguía en sus guerras y pronto sería hogar para un nuevo tipo de tesoros. Al mismo tiempo era su pequeña morada lejos de la política imperialista que ostentaba.
Una cena servida por el personal que cuidaba la casa en ausencia y presencia del emperador y su madre, en la mesa de casi cinco metros de largo, cada uno en un extremo a otro extremo. Bueno, también estaba Lalatina en la mesa, había cambiado su uniforme y dejado su espada para ponerse un vestido mas adecuado para la cena con su majestad, solo que era un vestido con un escote que no dejaba a la imaginación. Era retacada en la mesa con su señor y la anterior reina.
-¿Ya has considerado conseguirte una reina? -pregunto su madre tras haber acabado el postre en la comida de tres tiempos que la cocina les preparo.
-¡Mamá! -se atraganto el emperador con el vino francés que bebía, sigue llevando su uniforme de guerra a pesar de estar lejos del frente.
-Todo emperador debe tener su emperatriz -dijo la mujer, como toda madre cuando sabe que su hijo ya esta en la edad correspondiente.
-Sabes que no puedo elegir a una sola mujer, mas siendo un dragón -comento con mas calma el joven emperador.
-Lo se, lo se. Mi hijo que nació poseyendo la longinus, el alma de Ddraig, el celestial dragón rojo resulto ser la reencarnación misma del aquel poderoso dragón -exclamo contenta su madre -siempre supe que eras especial cuando te decía que el poder para cambiar el mundo estaba dentro de ti.
-Gracias madre -calmo sus emociones.
-Pero aun siendo el mismo dragón rojo debes pensar ya en tener una reina, debes empezar a tener una descendencia adecuada -exclamo Momoka.
-Si tanta es tu insistencia, que te parece si desposo a Lalatina.
-¡Majestad! -la paladina quedo paralizada y ruborizada ante la sola idea.
-Eso ni de broma -declaro con tanta seriedad, siendo la madre de la reencarnación del dragón rojo, solo ella podía hacerlo temblar con la mirada -Aprecio a Lalatina pero ella no es buena opción para ser tu emperatriz.
-Es verdad, no la mejor opción para esa tarea. Aunque estoy dispuesta a dar a luz a todos los hijos que el emperador quiero conmigo, no soy una opción para ser emperatriz -Lalatina tenia que coincidir con los deseos que la madre de su emperador le contemplara.
-Supongo que tampoco nuestra nueva invitada esta a opción -comento el castaño.
-No, no. Ella será solamente una de tus favoritas nada más.
Favoritas, era una de las posiciones que llevaría a cabo dentro del harem de Issei. Organizado por su madre. El cual funcionaba así:
Madre: la madre biológica del emperador, quien designaría las posiciones y decidiría las posiciones de las candidatas electas por el emperador para formar parte de su harem. No sería parte de las actividades lascivas del harem. Actuaría como consejera personal del emperador.
Se distinguiría usando un anillo con una esmeralda incrustado.
Gran esposa real: La principal esposa que desposara el emperador, todos los hijos que tuviera con el emperador (varón o mujer) serían candidatos directo a la sucesión del trono del sacro imperio rojo. Sería la gobernante a cargo del imperio en tiempos de guerra cuando el emperador se ausente por las campañas, teniendo limitaciones en su mandato.
Cuando el emperador muriese, la gran esposa tomara el lugar de madre y cumplirá con las mismas funciones que su predecesora. No podía ser desposada por otro ni por el siguiente emperador.
La esposa real se diferenciaría del resto al llevar un rubí en su anillo de bodas
Esposas segundas: al igual que la principal, los hijos mayores de las esposas secundarias serían candidatos a gobernantes a los reinos, presidencias e imperios subyagados dentro del imperio rojo. Solo había espacio para ocho candidatas (por el momento), una por cada reino, imperio o país del mundo humano; no podían haber cambios después. Podían ejecutar cargos económicos importantes.
Ocurriese la muerte del emperador, serían liberadas de la integración al harem y pueden ser desposadas, pero de hacer esto, los hijos correspondientes al matrimonio con el emperador serían descatalogados como miembros de la familia imperial a excepción del hijo o hija mayor.
Las esposas segundas debían llevar un zafiro en los anillos de bodas.
Favoritas o amantes: serían miembros femeninas sin número limitado para complacer al emperador en sus necesidades carnales, vírgenes o viudas; los hijos resultantes no podían ser candidatos a ningún trono, serían integrados directamente a filas militares a su respectiva edad, sin importar el cargo que tenga la madre.
Podían ascender a esposas segundas si alguna de las esposas segundas actuales moría por causas naturales, atentados o accidentes, siendo elegida unicamente por el rey; los hijos e hijas pasarían a recibir el trato tenido por ser ahora una esposa segunda.
Se les distinguiría con una anillo con un circonio en sus dedos, no serían desposadas por el emperador ni por otro hombre.
Así era la jerarquía constituida por la madre de Issei mostrado en una pizarra estando en la mesa de la cena. Donde Lalatina entraba como una de las favoritas del rey
-Viajar a Turquía y Egipto tuvo sus beneficios -se enorgullecía Momoka de su constitución.
-No creo que una jerarquía para un harem sea necesario -exclamo Issei apenado de ver tal tabla mostrada con orgullo por su progenitora.
-Claro que si, todo debe tener un orden especifico. No seas estúpido hijo, no dejas nada al azar en la guerra ¿o si hijo? -pregunto.
-Diría que el amor y la guerra son dos cosas distintas, pero el mismo Napoleón se reiría si me escuchara decirlo, tanto en la guerra como en el amor, es necesario verse de cerca -dijo Issei luego de servirse el mismo la copa a pesar de tener un sirviente detrás de él -pero en el amor, la guerra, incluso en la política, ser estúpido tiene sus ventajas; los estúpidos no sabemos cuando darnos por vencidos.
Con eso dicho, su madre comenzó a reír al igual que su guarda espaldas. Siendo el humano que supero a todos los reyes y emperadores del pasado de su nación natal, así como a otros grandes reyes conquistadores, estos hombres se consideraban grandes filósofos, sabios reyes, estrategas, dioses; Issei también se consideraba como tal pero no rechazaba la idea de que también era un estúpido e imprudente, al menos sabia que lo era.
La cena fue magnifica y reunirse con su madre causaba a Issei alegría, sin embargo la noche allí no terminaba. Recluida en uno de las habitaciones de la cueva del dragón, Venelana Bael esperaba inquieta y preocupada. Tras ser tomada como prisionera y trasladada hasta el mundo humano, fue separada del resto de prisioneras tras arribar el tren a una prisión de nombre Auswicht en Polonia, solo vio el nombre del sitio en la parte superior de la reja pero no logro entrar, por ordenes del emperador fue llevada hasta su retiro personal y puesta bajo vigilancia. Su magia seguía siendo suprimida ahora con un sello mágico puesto en su piel como tinta de un tatuaje el cual se desvaneció bajo su piel apenas terminaron de ponérselo.
Encerrada en la habitación donde un vestido blanco del que solía usar en casa fue traído por un grupo de sirvientas a manos de la ex matriarca Gremory, dándole la orden de estar lista para las once de la noche. Maquillaje y un pequeño perfume de un color morado fosforescente que traía una nota donde decía que era un regalo de parte de
-Rias, Grayfia-chan, Millicas… espero que estén bien -dijo Venelana mirando su propia pena reflejada en aquel espejo. Esperando lo peor, no hizo mas que arreglarse como le indicaron las humanas, tomo al final aquella fragancia sin marca alguna y tras verlo extraña Venelana se hundo un poco sobre su cuello y sus brazos -es un extraño y agradable aroma…
-Estas listas Venelana-san -entro Momoka en los aposentos cuya puerta cerrada con llave por fuera, tal llave ella la tenia -lamento que nuestro reencuentro haya sido en estas condiciones, pero era de esperarse con el emperador reclamando el territorio Gremory como territorio del imperio…
-Momoka… -hablaba con filo y rabia Venelana -como pudieron hacernos esto, después de lo que nuestras familias hicieron por ustedes, por su nación ¡¿así no agradecen?! -la había considerado una amiga la descendiente del clan Bael.
-No confundas nuestra amistad con los ideales de mi hijo -camino hasta la demonio, quien se mostraba indiferente con la prisionera.
-¿Que clase de hijo esclaviza un mundo enteró, se proclama emperador sobre emperadores dios ¿un dios dragón? -hizo burla al nombre auto proclamado de Issei.
-Burlate por ahora, pero pronto estarás llamándolo por esos nombres con respeto y temor a él, después de todo es su destino -dijo con seriedad en su voz -considerate afortunada porque mi Issei, tiene interés en ti y en tu hija.
-¿Interés? -tembló ante tal palabra.
-Ya lo verás -bajo la sonrisa de la matriarca Hyoudou se ocultaba algo peligroso, podría ser.
Llevo a Venelana hasta la habitación del emperador, toco la puerta una vez y sin esperar permiso entro en los aposentos de su hijo.
-Lamento interrumpir hijo, pero ya la traje -exclamo Momoka entrando como si nada en la habitación cuando algo pasaba.
-¿Pero que… -Venelana quedo impactada al abrir las puertas de la habitación estaba el emperador en pleno acto de apareamiento con su paladín.
Lalatina montaba la pelvis del castaño quien estaba sentado en el borde de su enorme cama frente a las puertas, de arriba hacia abajo movía sus caderas en frenesí mientras Issei solo se deleitaba mirando el cuerpo lascivo de su guarda espaldas y sus curvas en movimiento.
-Ya casi… puedo sentirlo~ -decía Lalatina haciendo que su cara mostrará una expresión pervertida mientras sentía un orgasmo recorrerla -¡Si! -grito cuando el esperma de su emperador se disparo dentro de ella y de nuevo un pulso de luz verde se vio mostrado en el estomago de Lalatina, sus piernas temblaban y se contraían por la sensación, tanto que no pudo resistir.
-Creo, que llegamos en un mal momento… -dijo Venelana impactada de ver lo ocurrido, en la sociedad demoníaca existen harem que rodean a las cabezas de las familias mas importantes en su jerarquía. Su esposo no era la excepción, ella y Zecticus habían hecho cosas de adultos con las mujeres que integraban el harem de su esposo, sin embargo nunca había entrado a una habitación desconocida para ver a dos desconocidos en pleno acto lascivo. En especial si era el hijo de quien considero una vez su amiga.
-Claro que no, Venelana llegaste en buen momento -exclamo la esposa del anterior Führer de Germania -normalmente cuando dos personas hacen cosas como estas, es por placer o amor, a veces ambos.
No obstante delante de ellas Lalatina había bajado de las piernas de su emperador para ponerse de rodillas frente a él y usar su boca para limpiar su viril miembro al punto de dejarlo limpio.
-Mi hijo sin embargo tiene un propósito más para tener coito, ¿viste esa luz en el vientre de Lalatina? -dijo Momoka -es el exceso de mana que produce mi hijo, verás cuando despertó el poder de su antigua vida como el celestial dragón rojo fue a su máximo nivel, como consecuencia para su cuerpo humano que encarcela su anterior cuerpo como dragón, su cuerpo produce demasiado poder mágico, que de no ser liberado en las cantidades adecuadas harán que Issei caía a los instintos básicos de un dragón, matar destruir y seguir matando.
Ahora que Venalana lo veía sin ropa, partes del cuerpo de Issei se notaban escamas donde el tono natural de su cuerpo humano se volvía rojo ¿Sería realmente para Venelana que como decía Momoka, Issei fuera la reencarnación del dragón rojo?
Sea como sea Venelana no podía desviar la mirada, ver como la guarda espaldas del emperador seguía chupando el pene del castaño hasta conseguir que se corriera por nueva ocasión en la boca de la rubia, sin sacarlo de su boca otra vez vio como se tomaba la leche de este como si fuera agua, la escucho beberse el fluido cual bebida agradable se tratara.
-Lalatina accedió a ser amante de mi hijo y dejar que él liberara su lujuria en ella para que el exceso de mana se disolviera, pero Lalatina no es suficiente para que el emperador tenga bajo control el exceso del poder que fluye en su cuerpo -explico la anterior esposa del Führer.
-Ya entendí a que va esto, debo suponer que si no fuera yo, sería mi hija quien estaría aquí -era ella o su hija.
-¿Quien sabe? Podría ser que algún día se reúnan en esta sala -exclamo Momoka plateando incertidumbre en la castaña mujer -te dejaré con tu nueva adquisición, hijo mió -se fue gustosa la madre del emperador.
-Venelana-san, ha pasado mucho tiempo de la ultima vez que nos vimos, se ve mas hermosa cada vez que la vuelvo a ver -había caminado Issei hasta delante de la mujer, quien solamente desvió la mirada pues verlo desnudo a joven que conoció de niño no era lo que quería ver desnuda ahora que ya era un hombre.
-Dejate de halagos, no conseguirás nada conmigo haciendo eso ¡mataste a mi esposo, tomaste nuestras tierras! -reclamo la castaña mujer.
-Un precio muy pequeño de un mal menor por un bien mayor -exclamo Issei -honestamente, fue por petición de mi madre por la que usted sigue viva; tal vez ya no ve a mi madre como una amiga, pero ella a usted si Venelana-san. Eso es lo que la tiene con vida aquí.
-¿Para vivir siendo objeto para descargar tu lujuria? Prefiero morir -tan solo pronunció tales palabras, cuando el filo de una daga tocaba su garganta de Venelana, era la guardaespaldas del emperador. A pesar de no llevar ninguna ropa, igual se movería para matar a cualquiera que amenaza la vida de su señor o lo insulté.
-Eso puede arreglarse -exclamo Lalatina mirando detrás de la cabeza de la demonio, dejándola preguntarse ¿cuando se movió?
-Tenga cuidado con lo que pide Venelana-san, puede que se haga realidad -dijo el emperador.
-¿Que es lo que quieres? -pregunto, por alguna razón aquel cuchillo, le cortaba pero si sentía un calor que le quemaba la piel desde su cuchilla. Pero gracias a un gesto de Issei, su guarda espaldas bajo el arma y dio espacio a la demonio.
-Lo quiero todo, quiero el mundo se arrodille ante mi, poseer todos los reinos, dominar mar, tierra y aire; tener todos los tesoros, tener el corazón de las mujeres mas hermosas que me pueda encontrar -tomo a Venelana de su cintura y la pego a él, su miembro de varón se presiono contra el cuerpo de la mujer para así besarla con pasión y lujuria. Quien solo se ruborizaba y avergonzaba evitando sentirse provocada por los olores en la habitación.
-”¿Que?” -de pronto, una rara sensación paso como corriente por su cuerpo de Venelana con aquel beso -”porque se siente…” -pregunto en su mente, hasta que se separo de los labios del emperador -ese perfume, ese perfume tenía algo ¿verdad? Nada hará que sea como ella -miro a la rubia -¡Ninguna droga hará que ceda a tus deseos!
-No era una droga -decidió explicarle -ese perfume fue un obsequió para las que serán de mi harem, verá Venelana-san -volvió a sujetar a la mujer por su cintura, sin embargo sus manos bajaban hacia su trasero -el contacto de bocas hace que la saliva de uno pase a la otra persona enviando hormonas que provocan que dos personas no puedan contener sus instintos básicos, reproducirse. Yo al ser un dragón encerrado en este cuerpo… el flujo de mana que excede mi cuerpo combina esas hormonas con toxinas letales para cualquier criatura, lo que hace ese perfume es ser un antídoto que entra por la piel permanente para quien se lo coloque sea inmune al veneno. Pero al mismo tiempo hace que se multiplique el efecto de las hormonas que le traspaso.
-¡Maldito! -el cuerpo de Venelana ya sentía el efecto de dichas feromonas dentro de su ser, un deseo ansioso provocado por cada beso aumentaba el efecto de las hormonas en su interior -no… no voy a sucumbir… nada de lo que hagas hará que termine entregándome a ti. Puede que hallas matado a mi esposo pero aun sigo siendo su esposa.
-Verás que una noche de pasión puede hacer mas que doscientos años de amor -dijo Issei.
Su voluntad para resistirse fue una farsa, tras acabarse el contacto de labios con el emperador, paso al primer acto de la noche con Issei. Llevando a Venelana hasta la cama tomándola de la mano mientras él era seguido por su guardaespaldas que seguía en celo por su amo y señor. Desvistiendola suavemente mientras iba acariciando las partes de su cuerpo que solo su esposo había visto en Venelana. Poco paso, para que el emperador decidiera comenzar dándole un pequeño servicio a la mujer.
-Para… no lamas allí -el emperador estaba devorando la vagina de la Bael mientras sus piernas eran levantadas por las manos fuertes del joven gobernante, a pesar de verse joven, con solo levantar sus piernas Venelana podía sentir su fuerza. La situación era tan vergonzosa para ella que sus manos tenía encima de sus ojos para no verlo, su cuerpo estaba reaccionando al tacto pasivo agresivo de la lujuria del emperador.
-No se reserve, Venelana-san -apareció Lalatina atrás de la cabeza de la castaña mujer de Gremory, quito las manos de los ojos de la mujer para que viera el espectáculo -presencie como la boca del emperador provoca un orgasmo en usted~
Era como si realmente buscara complacerla y no solo provocarla, pensaba Venelana ahora que su visión estaba sobre Issei. La bravosidad con la que su lengua acariciaba dentro y fuera su vagina hacían que se debilitará hasta que su cuerpo dijo en claro que se sentía bien con las caricias del emperador.
-¡Haaaaa!~ -gimió en alto la Bael, su vagina expulso fluidos en respuesta al orgasmo producido que Issei le causo con el oral que le dio -no… -esa débil exclamación era en referencia a que no debía haber hecho eso su cuerpo.
-El cuerpo dice más que las palabras que pronunciamos -decía Issei, limpiando con su lengua lo que manchaba sus labios procedente de la vagina de la Venelana -ahora, quiero escuchar mas de esa dulce voz que acaba de salir de su boca Venelana-san.~
Penetro con cuidado la vagina de la castaña sacando de ella mas de esa tierna voz que enamora a cualquiera. Tornándose rudo con cada choque de su pelvis contra la pelvis de la Bael.
-Su vagina es deliciosa, Venelana-san, envuelve mi pene como si no quisiera que dejara de cogerla -dijo issei mostrando una expresión engreída a medida que le volvía loca chocando pelvis.
-Por favor, deja de eso… mi cuerpo comienza a aceptarlo… -decía a si misma la mujer.
No obstante, Lalatina se acerco al castaño para abrazar a su emperador por la espalda, pegando a su cuerpo lascivo a su señor, para robarle un beso mientras sus caderas estaban concentradas en Venelana.
-Mi emperador~ -dijo Lalatina antes de mostrar a Venelana que había pasión entre ellos, haciendo que su cuerpo comenzará a desear mas al joven monarca -que pasa, creí que ibas a resistirte al amor de Issei-sama -era rara las veces que llamara al emperador así, aunque el termino “sama” era propio para su titulo, era recibido como un termino muy personal para algunos mandos y políticos si la rubia se le dirigía así al emperador -acepta el amor que Issei-sama y verás que todo te ira bien.
Se había colocado encima de Venelana, con sus piernas y manos a los alrededores de la mujer, con su trasero a la vista de su emperador con su coño abierto a sus ojos. Meneaba su trasero para deleitar a su señor
-No… no puedo más -decía Venelana -Zecticus perdoname, te amaré por siempre, pero ahora… ¡mi cuerpo le pertenece al emperador dragón! -grito la castaña mujer antes de volver a venirse.
-¡Eres tan buena Venelana-san! -grito Issei a un par de segundo de venirse dentro de la mujer.
-Más… -decía la castaña mujer enamorada al ver como la polla del castaño salía de su coño, donde se fue derramando el esperma que soltó dentro en la cama -quiero más mi señor.
-Tendrás que esperar, ahora es mi turno -dijo Lalatina.
-Tu has tenido la atención antes de entrar -comento agresivamente Venelana.
-Cálmense, deben empezar a llevarse bien, ambas tienen toda mi atención, ambas son mis amantes recuerdan -recalco el emperador. Podría ser que el sistema del harem que su madre le tenia impuesto era muy funcional.
Se tornaban para tener a su emperador, en algunas ocasiones hacían las cosas juntas, a veces no podían esperar así que mientras Issei tenia sus caderas concentrada en una, la otra robaba sus labios sea para besarse o para que él mordiera sus pecho o hasta para poner su pelvis en los labios del emperador.
A horas de la madrugada ambas mujeres dormían una a cada lado del emperador. Venelana a su derecha separada de Issei mostrando remordimiento en su cara dormida mientras que Lalatina estaba abrazada al pecho de su amo y emperador con una expresión de felicidad. Issei por su lado miraba el techo de su habitación de chalet en estos Alpes, sonreía con satisfacción por ahora, sus ambiciosas cada día mas se hacían mas amplios.
La guarida del lobo, una fortificación del imperio germánico establecido en la anexada Polonia. Donde tras su regreso, el emperador se reunía con mas confiables e importantes lideres militares de todas partes del mundo humano para planificar y rectificar todos los planes próximos en sus campañas expansionistas.
-Emperador, es bueno tenerlo en Berlín otra vez -saludaron los generales cuando el joven emperador entro con su paladín atrás suya como siempre, a todos lados la seguía y de respetar su presencia se hacia.
-Lo mismo digo mis leales generales e ingenieros -exclamo Issei mirando los dos mapas de su actual campaña en el mundo de los demonios puestos en la camara principal de comando, antes era una sala casi un comedor, pero ahora era un cuarto de inteligencia, y lo que fue al principio un bunker de clase militar había sido expandido a casi ser un edificio equivalente al pentagono -por lo visto todo esta en orden.
El mapa de aquel mundo de los demonios dibujado a mano habían en la mesa de ocho metros por doce, mientras que en la pared norte un mismo mapa pero de dimensiones mas cortas igual había aquí. La diferencia, en el mapa de la pared espada pintado las tierras de los demonios que las fuerzas del imperio rojo tenía ya bajo control y con lo que faltaba por conquistar. En el mapa en la mesa, los generales, mariscales e ingenieros organizaban los siguientes movimientos y predecían el avance de las tropas a como su emperador estaba exigiendo quien alrededor de la mesa de guerra tomo lugar para oír si seguían el plan que él mando con su llegada
-Tal como usted lo ha pedido emperador, tropas de Finlandia, Suecia, Siberia, Canadá y Alaska están siendo movilizadas a las fronteras establecidas en el territorio del clan Gremory con los limites del clan Sitri y sus aliados en el rio Badakus -decía un joven general de orígenes chinos, casi de la misma edad del emperador (un poco mayor), usando un látigo de caballería para indicar el plan sobre la mesa porque si usara su lanza como es costumbre de él rompería los mapas en la sala -llegarán para el día de mañana y tomaran los lugares de las divisiones actuales en las fronteras mientras que grupos de exploración se adentran en el territorio enemigo pero solo será reconocimiento nada de ataques claves a la zona enemiga.
-Bien, va bien, todo según lo planeado Cao cao -exclamo Issei mirando cada sector de terreno en el mapa hecho con gran presión para una época donde los mapas capturados por satélite aun no existían -en cuanto los Sitri movilicen sus tropas, sabrán quien domina el frió.
El rio Badakus, la frontera natural que delimitaba y obstaculizaba el avance de los ejércitos humanos hacia el resto del mundo de los demonios. Los puentes fueron destruidos cuando se formalizo la caída del clan Gremory y ahora los ejércitos de Issei tenían que construir nuevos puentes para hacer cruzar sus tanques y tropas.
Esto llevaría tiempo para las fuerzas de Issei antes de poder continuar su avance sobre el mundo de los demonios. Tiempo que podía ocupar los demonios para volcar la situación y expulsar al invasor de su mundo.
El frió y la nieve Legiones de soldados del clan Sitri y de los remanentes que pudieron escapar del clan Gremory así como de los otros clanes caídos en manos de Issei. Estaban listos y en marcha fuera de sus ciudades principales de su clan y sus extensiones, marchando para enfrentar en serio a la amenaza que eran los humanos. Nobles y comandantes estaban listos para cumplir con su deber como miembros leales al clan de los Sitri. Buscando ganar favores para uno de los cuatro emperadores demonio que los comandaría, Leviatan. O como se llama realmente, Serafall Sitri.
Y como todo tiempo de guerra, cuando un soldado debe responder el llamado del deber, sobre todo si es parte de su función. Serafall fue a despedirse de su familia.
En la entrada del castillo Sitri, hermana con hermana se despedían por ahora, así como el hermano de Rias con su hermanita, quien se llevaría a su esposa y su hijo lejos de la proximidad de la guerra que nunca esperaron.
-Nee-sama, esperaba que tu visita fuera mas larga esta vez -exclamo Sona despidiéndose de su hermana tras su inesperada llegada en conjunto de su compañero rey mahou, el hermano de Rias.
-Lo siento mucho So-tan, prometo que la próxima vez tu hermana pasara mucho tiempo de calidad contigo -exclamo Serafall dando un abrazo muy fuerte a su hermana cuando se despedían en la puerta del castillo de su familia -solo espero que no pase mucho para volver a reunirnos.
-Nii -sama -exclamo Rias tras mirar con tristeza la realidad de Sona, seguido miro a su hermano.
-¿Segura que quieres quedarte aquí, Rias? Puedo llevarte a ti y tus siervos a Lilith… -exclamo Sirzechs ante la mirada preocupada de su hermanita pero ella le detuvo.
-Lo mejor será que me quede aquí con Sona, Nii -sama, con Lady Sitri ocupada haciendo que el frió sea una ventaja nuestra en esta guerra, alguien debe ayudar a Sona ahora que es la líder del clan de forma interina -comento Rias mostrando fortaleza.
-Te aseguro que puedo hacer esto sola Rias -bromeo Sona, ella misma sabía que ser la cabeza de un pilar en tiempos de crisis, no eran lo mismo que tiempos de calma.
-Quedarme y ayudarte es lo menos que puedo hacer como agradecimiento por recibirnos Sona -estaba firme con su decisión de quedarse con su amiga.
¿Porque estaba Sona como líder interina de su clan si su madre, Lady Sitri estaba viva? Tiene relación con el inesperado clima frió que azotaba incluso al mismo castillo Sitri ubicado en tan altas montañas donde se asentaron. La especialidad del clan Sitri era la magia de agua, pero se limitaba a simples hechizos o creaciones de agua, lo cual era asombroso, también podían llegar a manipular el clima, desde crear huracanes o desatar tormentas de frió. Sin embargo conseguir hacer esto era un trabajo para más de un miembro del clan Sitri; resguardados en una cámara secreta dentro del castillo, Lady Sitri junto con otros miembros de su familia con altos niveles de magia cumplían con un ritual que hacía que el frió, heladas y la nieve se manifestarán de forma anticipada al calendario. Un ritual que no podía ser interrumpido.
-De acuerdo, confiaré en ti -dijo Sirzechs tras suspirar en aceptación a la decisión de su hermana.
-Si quiere yo también puedo quedarme con ustedes a ayudarles Rias-sama -comento Grayfia parada junto a su esposo.
-No, tu debes ir con mi hermano y Millicas, no quiero que mi sobrino se quede solo -exclamo Rias.
-Esta bien -dijo frustrada, no se sentía así de inútil nunca la peligris.
-Te veré pronto verdad, Rias-onechan -pregunto el pequeño Millicas asustado de lo que pudiera pasar.
-Espero que así sea, Millicas -abrazo con mucho cariño a su sobrino compartiendo le de su calor -has que esta locura acabe, por favor Nii-sama -soltó algunas lagrimas sin importarle quienes la vieran -venga a nuestro padres -en su visita, su hermano no se resigno a contarles lo ocurrido en la reunión de consejo y los regalos que trajo Issei para ellos.
-Me aseguraré de que así sea -respondió Sirzechs -también encontraré a nuestra madre, Rias. Lo prometo.
Con las despedidas hechas, Sirzechs y Serafall se alejaron del territorio de su familia para cada uno dirigirse a su destino.
-Insisto que las tropas del clan Sitri esperen a la llegada de los refuerzos de los demás clanes, con lo ocurrido en la asamblea la mayoría de líderes va a enviar a legiones para la lucha en cuestión de horas -dijo Sirzechs antes de despedirse de Leviatan.
-¿Pero cuantas horas va a tomar reunirlos Sirzechs? -pregunto Leviatan -si no actuamos ahora, el ejercito del dragón rojo se moverá pronto, ya hay reportes de avistamientos de grupos de los ejércitos de Issei moviéndose en las tierras de mi familia ¿esperaremos a que ataquen primero? La mejor defensa es el ataque Sirzechs.
-Y el mejor ataque es la defensa -respondió el Gremory -esta bien, confiaré en ti, pero tan pronto se reunan los recursos los enviaré para ayudarte.
-Eso espero, aunque no espero una pelea sencilla si me encuentro a Issei… y pensar que yo también estuve interesada en él antes de volverse emperador, era un chico distinto -hablo en voz alta, descepcionada de la realidad -descuida eso no será impedimento.
-Lo sé, pero para mi hermana si -exclamo Sirzechs mirando de vuelta a su hermana que se resguardo en la residencia Sitri. Cuando le contó que Hyoudou había asesinado a su padre ella se negaba a creer que él había tal cosa, reconocía que su padre estaba muerto y su madre hecha prisionera, pero se negaba a aceptar que Issei permitiera eso o que lo haya hecho -te deseo suerte Serafall -Sirzechs tenia que poner a su familia a salvó.
Los demonios estaban listos para lanzar un ataque contra los humanos, confiaban en el dominio del agua de sus señoras Sitri para ganar y con el frió. No obstante no contaron que talentos tenían los humanos a su favor.
Los finlandeses dieron un nombre a la guerra que libraron contra los soviéticos durante el invierno de 1939 cuando Stalin quiso poner otra frontera en contra del ejercito del joven emperador dragón rojo en Finlandia. Ellos la llamaron ‘Talvisota’ que en su idioma se traduce como: guerra del invierno. Superados en numero y armamento, los finlandeses lograron repeler los múltiples ataques de los rusos, a pesar de terminar perdiendo aquella guerra donde casi nada perdieron, los soldados finlandeses dejaron una gran impresión en el joven emperador dragón rojo los cuales se volvieron grandes aliados de Issei.
Varios trenes cargados con cientos de miles de soldados especializados en guerras en temporadas de invierno llegaron a la frontera establecida en el territorio Gremory en el rio Badakus, eran los últimos días de agosto y el invierno había comenzado en el infierno. Mientras que el mundo humano muchos lados aun era verano. Vías de trenes fueron establecidos apenas fue conquistado los siete clanes de los demonios para comunicación mercadeo y demás. A pesar de que los demonios habían adquirido vienes y tecnologías humanas aun no aceptaban varios de sus avances.
Cuando el tren arribo a su destino el primero en descender fue un comandante fines que camino hacia la heer general asignada a comandar en los limites fronterizos del enorme rio de casi medio kilómetro de ancho.
-Bienvenido general Lauri Allan Torni, el gran héroe de la guerra del invierno -saludo la joven general de origen francés dando bienvenida al integrante de la Liga de los heroés, antes llamada, facción de los héroes.
-Heer general Jeanne D’Arc II, la doncella de orleans -saludo extendiendo su brazo y mano como lo hizo la joven general estando cara a cara -vaya, el invierno se adelanto.
-Tal vez aquí pero no en nuestro mundo -dijo y detrás del general las tropas de invierno así como de montaña fueron bajando del tren en formaciones de sus compañías que pertenecían.
-¿Sus tropas se pondrán en marcha de una vez? -pregunto la joven caminando con el general en la misma dirección de las tropas recién llegadas -es de noche, no sería mejor esperar el amanecer.
-La noche es mas ventajosa para el combatir en tiempos de frio señorita D’arc -comento el comandante.
Muy de cerca a los limites de la frontera establecida con el territorio basto del clan Sitri, a casi cinco kilómetros del rio Badakus, una extensa linea defensiva se levanto líneas de cañones de artillería pesada, cañones de campaña, lanza cohetes multiple de origen de ingeniería rusa o como le llamaron los rusos “Katyusha” ¿que? ¿creerías que Issei iba a desperdiciar tan buena pieza de ingeniería militar? ¿O que se desearía de los bellos T-34 o T-26, los tanques Sherman o Pershing? ¿Los matilda o los escudos andantes crusaiders? ¿Incluso los lamentables tanques italianos o japoneses? Incluso tanques tan patéticos tenían su uso para el enorme ejercito.
-Tengo tanques T-26 y tanques Flamepanzers a mi disposición, se que suele usar tanques de combate ligero en sus tácticas, si las necesita se las voy a asignar.
-Agradezco el gesto, pero no esta vez -exclamo el comandante Torni -solo llevaré infantería conmigo.
-¿Ni siquiera quiere llevar piezas de artillería? -dijo la joven Jeanne -solo con soldados a piensa enfrentar al enemigo.
-Seguramente esperan caer en una trampa cuando sus ejércitos nos ataques, pero no esperaran encontrar otra trampa donde de esa trampa -exclamo el comandante Lauri, el maestro de la guerra de guerrillas, un as en el campo de las emboscadas.
Soldados de Canadá, Argentina habían adquirido el uniforme alemán, como parte de su integración al imperio rojo. Usaban todo el armamento oficial del ejercito germánico en sus ejércitos. En cuanto a los soldados Finlandeses...
Los soldados finlandeses estaban en formaciones correspondientes a sus divisiones y alineados conforme a sus pelotones. Su uniforme era muy parecido al de los soldados germánicos de Issei. Lo que los diferenciaba era las armas que ocupaban, usaban armamento alemán, si. Sin embargo, tras hacerse con una parte del territorio ruso, fabricas de tanques y de armas soviéticas cayeron en sus manos. Subfusiles PPD-40, fusiles nagat, ametralladoras DP-27 eran parte de su armamento como un recuerdo de su victoria contra la antigua unión soviética. Eran soldados con uniformes alemanes pero con armamento soviético. Soldados, que dominaban en el frió.
El primer asalto contra el infierno fue inesperado y sobre estimado por parte de los demonios al creer que los humanos no lograrían nada en su contra, se equivocaron. El segundo asalto debía ser decisivo, debían frenar a los humanos y expulsarlos de su mundo, o caerían mas clanes y pilares en manos del sacro imperio rojo. ¿Quien ganaría? Humanos con su ciencia y tecnología que estaba siendo llevada a nuevos horizontes, o la soberbia magia de los demonios y su estilo antiguo.
Era táctica contra la estrategia. Ciencia y magia contra antigua magia. El amanecer de una nueva era y la caída de una era vieja. El destino estaba escrito, solo faltaba leer las paginas.
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