Okusama wa moto yariman - Other face
Nombre: Kuroka Toujou.
Edad: 25 años.
Oficio: desempleada (tercera vez).
Estado civil: soltera.
Medidas: 89/57/86
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Antes de que el amor se acabara la llama se iba apagando poco a poco entre Rias e Issei, sin saber que podría iba a ser la ultima vez que estarían juntos en el amor, el ultimo momento romántico que tendrían.
-Ise, Ise~ puedo sentirlo Issei -gritaba de éxtasis la esposa del castaño mencionado cuando hacían el acto de reproducción marital correspondiente.
Rias estaba sometida en la cama mientras su esposo movía su cintura, llevando su miembro a rincones que solo él conocía de Rias. (eso suponía).
-Rias, te ves tan linda... -perdía el aliento por ocasiones su marido -en cualquier momento voy a correrme... mi amor.
-Hazlo dentro... hazlo~ ha pasado mucho desde que hemos hecho el amor mi amor... ultimamente sentía la necesidad de este momento~ -Rias mordía su dedo meñique derecho a medida que iba alcanzando el orgasmo gracias a su marido. La verdad era que su estudiante la tenia constantemente irradiada de lujuria sexual.
-¡M-me vengo Rias! -grito, su esperma se libero dentro de la vagina de su esposa, inundando su recinto donde los bebes algún día iban a surgir, pero a pesar de llevar unos años ya en el matrimonio, nada ocurría.
El romance termino, el
matrimonio estaba agotado y complacido con las habilidades del otro, sin
embargo no se sentía como al principio del matrimonio, como aquella
primera vez en la que ambos conocieron el cuerpo del otro luego de verse
cubiertos por la ropa de matrimonio. Issei ni Rias sabían que sería el
fin de su matrimonio.
-"Por fin, ha pasado tiempo desde que lo hice con mi Issei..." -pensaba Rias, estaba recargada en el pecho de su esposo luego del coito -"solo lo hice con kouji todo este tiempo por el me consuela... pero..."
-"Ha pasado tiempo desde
que lo hice con Rias" -Issei solo estaba mirando al suelo, desanimado
mas que agotado -"pensé que se volvería a sentir como al principio
pero..."
-"Siento que ya no estoy amo a Rias/Issei."
Para ser un bar de
Palmont town donde todos los bares eran mas bien clubes nocturnos para
las personas con millones en esta pecaminosa ciudad. Supongo que era por
eso porque se encontraba en un bar sencillo, una taberna común para
aquellos que buscan alejarse un poco de la alcurnia que es Palmont town.
Allí se encontraba Issei en una de las mesas, con dos tragos de cerveza en tarros a la espera de que su amigo Natsu, cada fin de semana ambos viejos amigos se reunían para beber ya que eran los últimos dos del circulo de amigos que se conocieron en la preparatoria. Pero parecía que también era el fin de las reuniones de estos amigos.
-Natsu no llegara -Issei estaba desanimo luego de ver que su amigo no llegaba y eran mas de la hora a la que siempre aparecía -¿porque de pronto todo esta muriendo? -primero el amor que sentía por su esposa lo sentía esfumarse, ahora los amigos que había tenido hasta ahora no serían mas que un recuerdo -creo que mejor me voy a casa.
-Dos tarros de cerveza
al mismo tiempo ¿no es mucho para una sola persona? -alguna mujer le
estaba hablando a Issei, lo cual nunca vio venir.
Solo en aquella mesa del bar, repentinamente una mujer de pelo negro, rasgos felinos (nekomata) y una altura que apenas si rebasaba la estatura de Issei apareció en la otra silla de su lugar. Extrañamente, su corazón comenzó a palpitar de nuevo, como si la vida hubiese sido devuelta a Issei, como si estuviese enamorándose otra vez.
-Eran para un amigo que debía venir, pero no apareció -dijo nervioso mientras tallaba su cabeza, ignorando el hecho de que la nekomata estaba poniendo su interés en él.
-¿Puedo tomarlo en su lugar? -pregunto cariñosamente la mujer, presionando sus pechos sobre sus brazos puestos cruzados en la mesa.
-Puedes tomar la mía también y llevársela a tus amigas, después de todo ya pensaba irme a casa -seguía desanimado.
-En realidad vine sola, me sentía desanimada y cuando llegue vi que no era la única en el mismo estado, pensé que sería agradable intentar animarnos mutuamente -dijo triste -en verdad quieres dejar sola a esta chica aquí, descuida no creo que tu esposa se entere -vio como el castaño se iba a quitar disimuladamente el anillo de la mano, pero los dedos de Kuroka le detuvieron -tampoco es que hagamos algo indebido.
-Si tienes razón.
Unos cuantos tarros de cerveza mas tarde e Issei acompañando a Kuroka hasta su casa en un departamento en otro barrio distinto al que vive el castaño con su entonces esposa. Habían bebido poco pero la nekomata tomo suficiente, ahora la veías toda alegre y sin poder caminar por su propia cuenta, por eso la acompaño personalmente hasta su casa. Aunque llegaban a la puerta de su apartamento entre risas por el alcohol, Issei iba incomodo pues podía verle el escote abierto en el kimono negro con detalles rojos de Toujou ya que intento desnudarse para meterse a una fuente de camino a casa pero él lo impidió antes de exhibirse al publico.
-Aquí es~ -lo bueno que el aliento a alcohol no lo tenia en la boca, como un caballero abrió la puerta de la casa y la ayudo a entrar hasta su cama donde logro sentarse en el borde de la misma.
-Ya te traje... -comento Issei aun mirando los pechos de Kuroka -fue una agradable velada Kuroka-chan, hasta...
-¡No te vayas! -tomo la mano del castaño antes de que caminara a la puerta cuando se dio la vuelta para irse -por favor no me dejes sola... quiero... -jalo a Issei a su pequeña cama donde termino encima de él -quiero que te quedes esta noche~
-No Kuroka-chan no creo que... -de pronto, la nekomata comenzó a frotar su rostro contra el pecho del hombre luego de poder sentir su aroma de Issei al quitarse el saco que iba como parte de su ropa como oficinista en su labor como empleado de Underground industries. Desde el momento que se lo quito en el bar de tanto reírse con Kuroka, su aroma le atraía -Kuroka-chan basta... -la oía ronronear cual gatita era.
-Sabes, eres un buen hombre... -decía la ebria nekomata siguiendo con sus caricias -siento envidia de tu esposa Rias -le contó sobre su esposa -tienen de los mejores empleos en esta ciudad y yo ni siquiera puedo mantener un simple empleo de lo mas básico.
El calor que irradiaba
Kuroka con sus palabras y su cuerpo pegado al de Issei, le contagiaban
de emociones -te importaría... te importaría hacerme sentir el amor que
le das a tu esposa~
-Kuroka-chan lo que me pides es -antes de poder levantarse y decirle que no, Kuroka tomo los labios que Issei había entregado a Rias unicamente en ese momento y los robo -Kuroka-chan... eres hermosa pero... -de nuevo dejo que sus labios fueran hurtados.
-Podemos culpar al alcohol si quieres, aunque sea por una hora~ -exclamo.
Una hora, solo por una
hora le daría el amor que ya no sentía con Rias. No tenia idea que esa
chica daría vida nueva a una llama que se estaba extinguiendo. Pues
Kuroka no tenia nada, ni amigas ni novio, su familia se distancio de
ella tras escapar a esta clamorosa ciudad casi nación con la esperanza
de volverse alguien, mas no lograba hacerse una vida.
-Solo por una hora, Kuroka-chan -logro sentarse en la corta cama de la Nekomata donde le tomo de las manos -solo por una hora.
Primero le entrego sus labios a la hermosa mujer neko y las manos de la mujer comenzaron a moverse bajo los botones de la ropa del casado hombre, donde le quito la camisa. Issei en cambio abrió el escote del kimono de la Nekomata y de inmediato, fue a devorarlos sin esperar.
-Nya~ -gimió la Nekomata dejando a Issei hacer lo suyo -chupas mis pechos como si quisieras que salieran leche de ellos -presionaba la cabeza de Issei contra sus senos.
-"Que pasa. Porque no puedo dejar de chupar sus pechos" -sentía Issei que estaba hipnotizados con el escote de la nekomata -"no son tan grandes como los de Rias, tienen un sabor distinto... no puedo."
-Issei, para... si sigues así... -tan solo sus pechos estaban recibiendo demasiada atención, una peligrosa atención que fue recorriéndose por todo su cuerpo -mi cuerpo se siente caliente -su coño iba mojándose fuerte, repentinamente el castaño detuvo las acciones de su boca.
-Perdón, no se paso -se avergonzó Issei. Era como si estuviese teniendo su primera experiencia de nuevo.
-La verdad, eso se sintió bien -Kuroka soltó un beso en la mejilla del hombre, para ir agachándose delante de Issei, dejando -por favor, déjame devolverte el favor~ -le despojo de su pantalón, el rojo en la cara de Toujou aumento cuando descubrió el tamaño del pene de Issei -ara~ tu esposa es muy afortunada, no solo eres un hombre con un gran trabajo, también tienes un buen dote.
-Para, me avergüenzas.
Una ligera sonrisa y la boca de Kuroka se abrió, devoro de poco a poco la polla del castaño. Primero la punta la beso, toda la cabeza después hasta llegar a la mitad del talló de Issei. La lengua de esta Nekomata daba vueltas al rededor de todo su miembro cual mezcladora, lo hacia fuerte y constante.
-Kuroka-chan lo haces de gran forma... -Rias también le hacia una que otra felación de este nivel, pero por alguna razón la boca de tenia mas agresividad que de la esposa de Issei -siento que voy a venirme pronto...
-No lo hagas -paro la nekomata -aun no~ -se subió a Issei y en la cama otra vez se puso encima de él, pero esta vez ella se quito el kimono que llevaba, revelando su cuerpo y sus rasgos características de mujer neko, podía ver sus orejas sobre salir encima de su pelo y su cola moviéndose cariñosamente en el torso de Hyoudou -dime, te parezco...
-Hermosa -tomo la palabra de Kuroka, quedo maravillado con el cuerpo de esta mujer -realmente eres hermosa.
-Bien, ahora -tomo la polla erecta del castaño, para dejarla entrar en su vagina y resbalarse hasta lo profundo -¡Haaa!~ Issei, tu polla es magnifica~ -no podía hablar él, el coño de Kuroka era algo que nunca había experimentado -encaja perfectamente en mi interior, -sus caderas subían y bajaban a un gran ritmo, según Issei quien disfrutaba de igual forma que esta mujer neko.
-"Debería sentirme culpable... pero, no puedo parar" -en sus pensamientos Issei se sentía basura por estar con otra que no fuera su esposa. Mas su cuerpo no paraba de moverse, sobre todo su pelvis, no podía evitar golpear con ello el trasero de Kuroka ahora que la embestía cual animal salvaje luego de buscar cambiar de posición con ella en su cama, ni su boca se contenía cuando se acerco y mordió la punta de una de las orejas de Toujou -"no puedo parar de desear a Kuroka-chan."
-¡Mis orejas! no las
muerdas, sino yo harás que... -de pronto, todo el orgasmo y el calor que
iban recorriendo su interior se disparo muy de pronto.
-Kuroka-chan, creo que me enamoré de ti -pronunció sin escrúpulos Issei al oído de la nekomata -voy... voy a venirme...
-Espera... ¿que dices? te equivocas... esto ¡Nyaaaa! -soltó un gemido como la mujer neko que era, cuando el esperma de Issei se libero dentro de su coño, la sensación caliente fue su punto de quiebre, a los pocos segundo que este hombre se vino ella también se corrió de tanto placer.
La conversación tendría
que esperar, Issei se porto mas intenso que de lo que supuso Kuroka,
tanto que termino agotando a la Nekomata y dejándola dormida en su cama.
El castaño tomo sus ropas y la dejo dormir, directo a casa antes de que
su esposa sospechará al respecto.
Debió quedar catalogado
como un error entre ambos, un error cometido por el alcohol que ambos
bebieron. Pero surgió mas de lo que debieron obtener. Paso una semana
para que se volvieran a ver en ese bar, fue mas incomodo de lo que
supusieron, casi todo fue silencio incluso bebieron menos. Acompaño a la
mujer de vuelta a su casa como la ultima vez, excepto que no tuvo que
ayudarla a caminar esta ocasión. Pero también, fue incomodo el silencio
entre ambos.
-Kuroka-chan... -quiso romper el silencio Issei al verla abrir la puerta de su apartamento.
-No me digas, Kuroka-chan no somos nada -reacciono violentamente -lo que paso fue un error, ambos acordamos que sería un error nada mas -la cara de rechazo en el hombre, también le hizo mal a ella.
-Para mi no fue un error -respondió Issei -Kuroka Toujou, te amo -tal declaración puso culpable a la nekomata.
-Vayamos adentro quieres -si su pelea sigue ocurriendo afuera, algun vecino terminaría esparciendo rumores -Tienes esposa -le recordó su realidad.
Volvieron a sentarse en
la cama de Kuroka ya que discutir esto en una pequeña mesita en la corta
sala del hogar de la nekomata no era cómodo. El departamento era
reducido, sala y cuarto casi entrando, una cocina con la entrada del
baño al final.
-La verdad, es que creo que ya no amo a Rias, al menos ya no como antes -exclamo mirando directamente al rostro de Kuroka, la hacia sentir culpable.
-Solo fue un error, eso es lo que paso, ese fue el acuerdo -volvió a repetir la Nekomata pero vio que Issei no se daría para atrás sin importar que lo dijera una y otra vez.
-Sabes porque me enamore de mi esposa -procedió a contarle -porque me sentía vació cuando la conocí, solo quería verla a ella, estar con Rias, preocuparme por ella, hacerla feliz. Despertar con ella a su lado, y cuando llegáramos hacer el amor la primera vez... me sentí en el cielo. Cuando nos casamos sentí lo mismo pero desde hace un año, ya no es igual. Aun me alegra verla todas las mañanas conmigo, en la comida, cuando miramos la tele me gusta verla reírse; pero cuando te vi esa noche, cuando hablaste conmigo, cuando te reír, cuando vi... cuando sentí tu cuerpo. Quería quedarme contigo en la cama y despertar contigo en esa cama. No sentía a mi corazón latir tan rapido.
-Para en serio, esto es incomodo -dijo, las palabras que salían de Issei eran como cuchillos en su espalda -lo que sentiste, fue la ausencia del sexo con tu esposa, tu mismo lo dices aun amas a tu esposa pero te confundes. No querrás enamorarte de mi... -quería llorar Kuroka.
Fue entonces que le contó Kuroka, que desde su primer novio ha arruinado cada romance que ha tenido. Que las relaciones que tenía siempre morían antes. La verdad por la que lo eligió esa noche no solo porque halló a Issei solo en una mesa, sino porque quería sentir el calor de un hombre sin compromisos, nunca pensó que podría volver a caer en esos viejos juegos. Supongo que eso nunca mantenía un empleo fijo, porque siempre se alejaba a todos de ella. Pero ahora Issei un hombre casado se termino enamorándose de ella.
-Quiero que entiendas que es solo el calor lo que sientes, no sientes ningún sentimiento en medio -dijo Kuroka ahora sintiéndose mas liviana.
-Entonces, hazme entender que estoy equivocado y es como dices, Kuroka -le llamo sin el sub fijo como tomo costumbre.
Salvaje, Kuroka se
arrojo contra él cual animal en celo para tomar su boca e introducir su
lengua. Quiso domarlo pero falló, fue Hyoudou Issei quien termino
domando a la neko. Mas rápido se olvidaron del propósito de su
interacción que lo que tardaron quitando la ropa que llevaba el otro. No
paso mucho antes de que Kuroka tuviera dentro la cosa del castaño
hombre en su interior rasgando de placer las paredes de su vagina.
-Si~ mueve más, mas rudo~ se siente demasiado bien... -Kuroka perdía el aliento a medida que Issei aumentaba la violencia con la que su pelvis golpeaba el coño de la nekomata. Su mente se perdía mientras la observaba disfrutar, las expresiones en la cara de Toujou lo obligaron a besarla a pesar de no detenerse.
-Te ves hermosa...
Kuroka, yo también me siento así de bien -fue lo que dijo luego de
quedar sin aliento a pesar de que sus mismas lenguas no querían
separarse -voy a venirme... ¡voy a soltarme mi semen en tu interior!
-Hazlo... hazlo, pero eso no significa nada ¡Nyaaaaaaaaaa!~ -un muy pervertido grito salió de la boca de la mujer neko al ser rellenada con el esperma de Issei. Sus piernas se abrieron para ver cuanto semen se iba resbalando de su coño luego de sentir tan poderosa descarga.
-Te ves tan linda -comentó ante la cara de preocupación de la nekomata.
-Idiota ¡deja de decir cosas cursis! -grito apenada, sus pies golpearon el pecho del castaño -espero que ahora tengas las cosas claras, descarado inmoral.
-La tengo, y es -metió de nuevo su polla en la vagina de Kuroka antes de lo que esperara -que quiero hacer una vez mas contigo, Kuroka.
-No, tonto -con la misma velocidad de antes fue moviendo sus caderas contra el cuerpo de la nekomata -estoy sensible ahora, si sigues... -su cuerpo no pudo mas, pero tampoco quería que le oyera gemir de nuevo, tuvo que morder su labio inferior.
Issei quedo confundido, aun no tenía clara si estaba enamorado de esta mujer llamada Kuroka. Los placeres que disfrutaba con su cuerpo al entregarle también el suyo eran una experiencia que le devolvía a la vida, y si solo eran eso; deseaba que nadie se interpusiera entre el romance secreto entre ambos. Se tornaron amantes.
-Espera Issei... -Kuroka
fue tomada por las manos de Issei apenas entraron a su pequeño
apartamento, él la empujo contra la pared, levanto sus piernas y
sabiendo que ella nunca llevaba ropa interior debajo de sus kimonos
negros, la penetro de inmediato -estas siendo muy rudo~
-Solo quiero ver tu cara cuando llegues al clímax, Kuroka -su frente pegada a la de ella mirándola disfrutar le impulso a besarla, esta vez ella le consintió correspondiendo su beso.
Una semana paso luego de
su segundo encuentro, Issei pensaba por influencia de la nekomata, que
solo escapaba al placer sexual muerto con su esposa, con ella. Que debía
seguir amando a su esposa, cada semana desde ese segundo momento, se
iban encontrando en el bar, pero poco pasaba antes de ir al hogar de
Toujou y perder Issei las casi cuatro horas con las que mentía a su
esposa diciendo que eran tiempo extra en la oficina. El dinero extra
siempre había, luego de recibir un aumento del que nunca revelo a su
esposa.
Si tan solo hubiera
sabido que antes de Kuroka su amada Rias ya le engañaba, igual se
hubiera terminado culpando a él mismo en vez de culpar a su mujer.
-Te gusta esto verdad -Kuroka yacía desnuda a pies de Issei reunidos en un nuevo encuentro en su casa, con sus pechos envueltos en su pene hacían una paja rusa como plato de entrada -tu polla se siente ardiente entre mis pechos.
El pene del castaño
lograba salir del escote de la nekomata, sin querer desperdiciarlo uso
la boca para complacer la punta de su polla.
-Kuroka, te has vuelto mas pervertida -pasaron meses desde el comienzo de su amorío secreto sin sospechar nada de su esposa, sin siquiera ella sospechar de su esposa.
-Es tu culpa hombre infiel -pronuncio luego de recibir una fuerte descarga del semen de Issei cayendo en su cara y por encima de sus pechos. En la cama, una vez más era él quien estaba encima de ella embistiendo le como animal en celo luego de estar por mas de un año conteniéndose -esto es demasiado bueno~ debería sentirme avergonzando de que estemos haciendo esto... pero siento... siento... siento que también te amo, Ise~ -le mordía la oreja cuando él tenia sus manos agarrando sus senos, exprimiendo como si algo fuera a salir de ellos.
Era un encuentro por semana, luego fue se volvieron dos veces por semana; después fueron tres. Los cinco días entre semana dejando el fin de semana para descanso entre ambos. Ahora se encontraban cada día desde que Issei salía de su turno a las seis de la tarde hasta las diez. Cuando Rias ya estaba en casa recién llegando y él le engañaba diciendo que llegaba del bar.
Las semanas fueron
meses, meses en la que el amorío incorrecto entre Hyoudou y Kuroka se
estableció hasta quedar claro entre ambos. Una vez terminaron agotados,
acurrucándose la nekomata en su hombre buscando dormir con él hasta el
amanecer, tenia que cuestionarle algunas cosas.
-¿Así será nuestro
juego? Serás esposo de Rias mientras yo soy tu amante mientras educo a
nuestro hijo sola -decía molesta, Kuroka. Hace unas semanas que su
periodo se retraso, pero no sabía que hacer al descubrir que esta
embarazada, Issei quedo helado pero lo acepto. Después de todo se
enamoro de esta nueva mujer.
-Claro que no, estaré contigo, amor -dijo al rostro de su nuevo amorío con un beso -es solo, debo hablar con Rias antes.
-¿Y después?
-Después, te pondré un anillo y habré decidido el nombre de nuestro hijo -se subió en Kuroka para entrar en romance una ultima vez antes de tener que volver con su esposa.
Llego el momento de la confrontación, una situación que lo puso tenso todo el día. No se reunió con Kuroka, salió de su trabajo y fue el primero en su casa, donde al llegar Rias entro en tensión, creía que por fin su esposo le descubrió en sus atrocidades y que sería castigada por obra divida o el karma. Mas lo que le escucho de su esposo resulto ser mas de lo que pudo temer toda el momento final que tendrían.
-Es mentira... -Rias quebraba en llanto -¡es mentira, dime que es mentira Issei!
-Perdóname Rias -Issei permanecía sentado en el sofá de su casa mientras su esposa de pie delante de él -pero no te miento, estoy enamorado de otra mujer con la que te estuve engañando este tiempo, y vamos a tener un hijo.
De nuevo, el puñal cayó sobre Rias. La devastación, la culpa; sabía que era obra del Karma de sus cometidos.
-Esta bien si me odias -siguió hablando su aun esposo -tu nunca me hubieras hecho esto.
Termino de quebrar el corazón de la demonio que sucumbió a la lujuria. Su esposo la lavaba de toda culpa, cuando él ni siquiera sabia la verdad. Rias no se tomo responsable y se guardo el secreto, la carga que ella llevaba por andar siendo infiel a su esposo se volvió una cruz a la que ella misma se atornillo. En cambio su esposo, nunca sabría de esta cruz, jamás. Jamás volvería a saber de Rias.
Eso fue hace unos seis meses. Ahora vivía en aquel enorme departamento donde el lugar de Rias fue tomado por Kuroka, sin embargo ella no iba a dejar ni reemplazar a Issei. Acababan de volver del servicio de registro y colocado sus nombres en el acta de matrimonio, esa misma tarde se volvieron marido y mujer. No hubo la gran boda que tuvo Issei con Rias antes, no hubo una cena lujosa; solo ellos dos volviendo a casa donde Kuroka uso un extraño vestido de novia que mas que ser elegante era lascivo.
-Kuroka, que es eso -quedo estupefacto su ahora esposo cuando la vio entrar de nuevo en la habitación.
-Mi vestido de novia, lo
compre en linea solo para esta ocasión -era un corsette blanco con
sostén integrado que reafirmaba y resaltaba su escote, en la espalda
unos delgados cordones que ajustaban al corsette en la espalda, dejando
ver su piel y su cola. Unas bragas blancas finas. Calcetas largas del
mismo color como los tacones finos que llevaba puesto. Un velo de novia
recogido -no es lo que debería ser, pero quería usar uno. El corsette no
estaba ajustado, por lo que el embrión no estuvo en problemas.
-Bueno te ves hermosa, aunque... -no despegaba la vista de su mujer aunque tampoco podía evitar pensar que lucia un poco.
-Dilo, parezco puta de
un burdel -dijo sin enojo, empujando a su esposo a la cama quedando
tendido Issei en el colchón -de esas que esperas que se mueva las
caderas de forma sucia en el tubo~ -puso su trasero encima del rostro
meneando su coño en la boca de su marido -que se arrastre a gatas hacia
tu asiento, y de tu pantalón comience a chupar tu polla delante de
otros~
No paso mucho y se quito de encima del castaño, para hacer lo que de sus palabras salió. A vista de su marido, cumpliendo con la Luna de Miel, empezaron a copular, primeramente Kuroka le dio placer al pene de Issei moviendo su boca con su polla dentro a un alto ritmo, la impaciencia de comer el cuerpo de su nueva esposa y ver su belleza en tan provocativo atuendo que solo él vería lo hicieron venirse pronto.
-¡Mmmmmm! -sin algún aviso, Kuroka recibió el semen de su esposo en su boca, pero ya estaba acostumbrada. Se bebió cada gota que Issei derramo hasta dejarle limpio e incluso su boca quedo limpia -eso se sintió bien, fue mas semen del que me acostumbraste beber, cariño~
-Ese vestido realmente te hace ver hermosa -declaro, ruborizando a su mujer a pesar de maquillarse para estar con él en la habitación.
-Obviamente que lo soy,
mi amor. Ya soy Kuroka Hyoudou a partir de este día. Espero que haya de
tu semen guardado, Issei -de rodillas en la cama y empinada, movió sus
bragas para mostrar su vagina unicamente perteneciente al castaño
-quiero que vengas y me folles hasta el amanecer, asegurate de que
nuestro hijo nazca sano, cariño~
Primero le devolvió el
favor, su lengua se metió en el coño de Kuroka y procedió a lamer las
cavidades que su pene conocía mejor y mas a fondo. Desatando placer en
su esposa y hacerla gemir del gusto.
-Deja de jugar y mete ya
tu pene ¡Nyaaa! -maulló, Issei la hizo derretirse con su boca pero
quería ir con lo principal de una vez. La tomo por sorpresa y sin que
Kuroka lo esperara ya estaba siendo penetrada por su marido -si~ esto es
lo que quería, tu pene es el mejor mi amor~
-Eres la mejor Kuroka... -devolvió el elogio.
-Mas fuerte~ -decía la
nekomata cuando se puso encima de su hombre, seguía sin quitarse ese
atuendo lascivo de novia. Sus manos en su trasero luego de que Issei le
pegara mientras él la golpeaba con su pelvis con fuerza -rompe mi coño
mi amor~ -los fluidos de sus sexualidades sonaban con el golpeteo de
sus cuerpos, era un coro de sexo lo que sonaba en la habitación -ya lo
quiero... quiero tu semen dame tu semen~ ¡Nyaaaa! ¡Si! -enterró profundo
su polla en su mujer bañando su interior con su esperma aunque se le
desbordará.
-Mi amor, deja algo de leche... sino el bebé no tendrá de donde alimentarse~ -la llevo contra la pared, la cogia contra el muro mientras la boca de Issei mordía sus pechos y por fin, la leche brotaba de estos.
-Tu leche sabe mejor que la tenemos en el refrigerador, cariño~ -dijo Issei sintiendo las manos de su esposa sosteniéndose en sus hombros -me gustaría beberlo siempre...
Al sentir que esta pose se volvió una molestia, dejo caer a su esposa en la cama y solo levantando le la pierna derecha, para abrirse paso iba moviendo su polla en Kuroka. Verla gemir, era un manjar para su esposo.
-Mi vagina se derrite~ -apretaba la sabana de la cama dejando que los movimientos de Issei la llevaran al nirvana -mi cuerpo arde... voy a venirme de nuevo, vente conmigo, cariño ¡Correte conmigo!
-¡Kuroka!
Llegaron al cielo juntos, y allí se mantuvieron hasta el siguiente día al ser despertados por los rayos del sol. Para Issei fue... como si a Rias nunca la hubiese conocido. Al final ese sentimiento inminente de culpa murió antes de lo que pensó. Ni siquiera existió, solo existe Kuroka ahora. Ella era su unica esposa.
-Issei...
El llanto de Rias por él, fue solo un recuerdo olvidado.
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