Stay with me
El tiempo iba pasando, cada día era una nueva experiencia para los alumnos y maestros, sin embargo para Nariyuki y Mafuyu el solo mirarse en clases o en cualquier otro lado de la academia hacia que la distancia entre ambos se alargara más. Una vez mas actuaban como si nada hubiese ocurrido entre ambos, nuevamente eran profesora y alumno. Pero pronto esa barrera necia entre ambos se iba a romper.
En un pueblo vecino, un festival por la cosecha se estaba suscitando. Nariyuki había decidió acompañar a su madre y sus dos hermanos más menores a este festival lleno de puestos de comida, juegos y mujeres usando yukatas en su gran mayoría.
-¿Furahashi? ¿Takemoto? También vinieron -Nariyuki se alegro de ver a sus dos estudiantes estar allí, ante tantas chicas lindas usando yukata, ellas quedaban cortas ante la belleza de estas dos estudiantes.
-¡Yuiga-kun!/¡Nariyuki-kun! -ambas chicas fueron tomadas por sorpresa, cada una vistiendo una yukata de distinto color. Fumino llevaba puesto uno de color azul con dibujos de flores del mismo color pero en distinto tono, lo mismo era para Uruka al llevar puesta una yukata de colores morados.
Sin embargo no eran las únicas chicas que conocía que terminaría por encontrarse en este festival.
-¡¿Ogata?! ¿tienen un puesto? -pregunto cuando encontró el local de la apodada pulgarcita de la ciencia.
Esto luego de estar acompañando a Uruka a recorrer el festival por obra de su madre y Furahashi tras halagar a la morena nadadora. Pues en un intento de olvidar lo ocurrido entre él y Kirisu, una pequeña e incomoda salida (cita) con Uruka dio la idea a Fumino para que estos dos anduvieran solos por aquí en el festival siendo una cita para ambos. Cosa que la madre de Yuiga apoyaba luego de ver a Takemoto enamorada tras escuchar al chico halagarla por su vestido. Sin embargo esa cita acabaría mas pronto de lo que sentirían.
-¡Yo me quedaré a ayudar a cortar! ¡Tu ve con Ogata y ayuda a entregar los pedidos! -grito desde la cocina del puesto.
Paso de un problema a otro. De estar muy cerca de Uruka a tener muy de cerca a Rizu y sus enormes cualidades.
-"Vamos Nariyuki, solo concentrate en terminar de entregar los pedidos" -pensaba Yuiga justo cuando estaba por acabar de entregar todo lo que llevaba en las bolsas en compañía de Ogata, trataba de usar su voluntad para no mirar a los grandes atributos de Rizu, a pesar de llevar puesto una yukata de color naranja de tonos distintos al de su cabello -"deja de mirarla" -se contrariaba cada vez que volteaba a verla y terminaba mirando donde no debería -"es tu compañera, además se supone que eres su profesor".
-¿Pasa algo, Yuiga-kun? -pregunto Rizu al percatarse de la incomodidad del chico que venia con ella.
-No, no es anda -respondió dudoso -"maldición ¿que pasa conmigo? Porque de repente decido mirarlas de esta manera, Ogata, Furahashi, Takemoto, Kominami... Kirisu-sensei" -extrañamente, a la ultima no pudo evitar pensar en ella así como en todas las mencionadas, no como amigas o conocidas, sino como lo que eran mujeres.
-Yo puedo encargarme de lo que queda desde aquí Yuiga-kun -dijo Rizu cuando estaban a pocos pedidos por entregar para terminar la tarea.
-¿Estas segura? -pregunto, a pesar de ser poco lo que quedaba en las bolsas, aun se trataban de cosas pesadas.
-Si, gracias haber ayudado -sonrió Ogata después de tomar lo que restaba en sus manos, entonces comenzó a caminar en dirección contraria a la que él iba -disfruta del festival por mi.
-Ha... por fin -suspiro aliviado -primero Furahashi y Takemoto, después Ogata. Ojala me encontrará con Kirisu-sensei -divago hablando consigo mismo cuando...
-¡Wow! -un grupo de niños exclamo con gran impresión al estar rodeando un puesto de tiro al blanco.
-"¡¿Pero que?!" -pronunció en su mente Yuiga al mirar la razón por la que los niños del puesto estaban tan maravillados e impresionados. Una misteriosa mujer de cabello rosado y lacio con una mascara de power ranger armada con un rifle que dispara corchos, se estaba llevando los mejores premios del puesto.
-Tenga, señorita -con gran dolencia, el dueño del juego metió todos los premios obtenidos por la misteriosa tiradora en una bolsa y se las entrego -por favor no vuelva por aquí... -casi dejaba en la ruina al hombre.
-¡Una belleza misteriosa!/¡Quiero que me disparé a mi!/¡Quiero que me pise! -gritaban los niños, pubertos y otros hombres que no apartaban la mirada de la mujer, de la que se enamoran de la actuación de la enmascarada desconocida, cuya identidad solo era sabido por el mismo Nariyuki. Sin embargo, al mismo Yuiga no le agradaba esta atención demás que le estaban dando a quien sabia estaba debajo de la mascara.
-Eres tu, verdad Kirisu-sensei -dijo cuando tras seguir a esta misteriosa enmascarada que tembló en cuando escucho al chico pronunciar su nombre, quiso huir sin haber mirado atrás para confirmar de quien había sido el que sabia su identidad, pero solo basto un par de pasos para dar un paso en falso y caer al pisar el primer escalón que subía al templo budista que había aquí -¡sensei!
-Esto es penoso -dijo Mafuyu luego de darse tremendo golpe, se creo una herida en su rodilla derecha, ahora Nariyuki la llevaba en su espalda ha la estación medica del festival.
-Que tenga que llevarte en mi espalda solo porque intentaste huir es tu culpa no mía -dijo Nariyuki llevando a su profesora en la espalda sin problemas, no era la primera vez que la tenia encima -de todos modos ¿que haces aquí? No pensé que fueras de las que suelen salir a eventos como estos.
-Bueno, estaba con algo de tiempo libre... y recordé que tenia esta yukata guardada, solo quería salir a dar un paseo -respondió con pena al ir pasando entre tanta gente mientras iba en la espalda de Yuiga, pero no era porque las personas los vieran, sino porque ahora que estaba consciente (libre de alcohol) notaba la fuerza de Nariyuki al llevarla por buen rato en su espalda sin problemas.
-Ya veo... por cierto -llamo su atención -te ves muy linda con esa yukata, Kirisu-sensei.
Roja como tomate quedo la cara de Mafuyu al escuchar tal halago saliendo de Nariyuki. Aunque podía tomarse como un cumplido, la verdad era que él aun buscaba la forma de profundizar aquella fugaz relación que entre comillas llamaban error que seguían negando.
-Soy... soy tu maestra y tu un estudiante -susurró al oído de Nariyuki con su corazón latiendo a mil por minuto, Mafuyu.
-Ya se, ya se -respondió entre ligeras carcajadas para luego mirar hacia adelante y bajar la mirada -ya lo se -volvió a decir pero con desanimo, pronto una cara de molestia se pinto en su cara.
-¿Todo esta bien? -pregunto Mafuyu tras ver el rostro cabreado de su estudiante.
-Si, todo esta bien -respondió en corto y mostrando la molestia en su voz. Nariyuki.
La llevo hasta aquella estación medica que era dirigida por Kominami y su padre sin haberlo supuesto, solo para ver que había mas gente aquí de lo esperado, heridos por pirotecnia o quemaduras de cocina, niños que comieron demasiadas golosinas o alguno que otro que aprovecho para ser atendidos por el padre de Kominami por algún malestar que estaban dejando pasar.
Tuvo que ser Yuiga quien atendiera a Mafuyu para sanar su herida en una sección apartada del toldo medico.
-¡Kya! -gimió de dolor Mafuyu.
-¡No hagas así! -regaño su estudiante.
-Pero duele -dijo la profesora.
-Se que duele, pero tengo que aplicarte Yodo para limpiar la herida -le limpiaba la herida pero apenas si tocaba la herida de Kirisu esta se movía y de su boca hacia este tipo de sonidos -"maldición, hace esos sonidos y me hace recordar... también esta usando de nuevo a ese perfume..."
Fue una tortura tener que atenderla. Fue tardado, como si una pequeña niña a la que atendía se trataba. Tardado fue que el festival ya estaba acabando y los locales de antes ya estaban siendo desmantelados por los propietarios.
-El festival ya acabo -comentó Yuiga tras volver con su profesora a donde los puestos en el festival estaban colocados, solo para ver como estos iban desarmando los locales de sus puestos.
-Supongo que debemos irnos también -exclamo Mafuyu en compañía de su estudiante.
Llegaron a un sitio de taxis con la esperanza de encontrar uno libre para dirigirse a la estación de trenes para volver a su ciudad, sin embargo...
-Ya no hay taxis... -dijo la profesora luego de estar esperando por casi treinta minutos en aquel paradero con Yuiga.
-Tampoco pasa ningún otro carro -comento su estudiante -será mejor que caminemos.
-¿Que? La estación esta a por lo menos 10 km, no llegaremos a tiempo a alcanzar el ultimo tren -exclamo Mafuyu ante la propuesta casi irracional de Nariyuki.
-Es mejor que quedarnos aquí y esperar a que nadie venga -comenzó a caminar, dejando atrás a su profesora, quien se quedo confundida ante la extraña forma de hablar de Yuiga, Kirisu.
-¡Espera, Yuiga-kun! -Otra vez, esa forma malhumorada de hablar en Yuiga logro detectar, cosa que llamo su atención del chico, pues le daba un aire maduro en corta edad. Eso le pareció extrañamente interesante a Kirisu. Como si en ese momento estuviese con una nueva y mejor versión de Nariyuki, una que inconscientemente, le hizo seguirlo.
Calle tras calle, no veían a ningún otro auto pasar por las calles, ni siquiera a otras personas andando por aquí, incluso todos los locales que pasaban de largo estaban igual de cerrados.
-Tu familia se fue antes a casa -pregunto Kirisu caminando junto a su estudiante.
-Mis hermanos tenían sueño así que mi mamá decidió volver con ellos -respondió -yo me quede porque estaba ayudándote con tu herida, sensei.
-Es mi culpa, por querer huir cuando te diste cuenta que era yo -exclamo Kirisu -la verdad es que no quería que nadie me viera andando en el festival, sola... -sobre todo, lo ultimo.
-No tienes muchos amigos ¿verdad? -comento Yuiga, sabiendo la respuesta.
-No suelo socializar mucho... ¡Auch! -de pronto, Kirisu se detuvo y se agacho en plena caminata. Solo para que Yuiga viera que a su profesora tallando donde su herida previa se había creado.
-¿Te encuentras bien? -pregunto Nariyuki al ver la dolencia de Kirisu.
-Si... solo, molesta cuando camino -respondió la profesora.
Yuiga sabía que no estaba bien, aunque se tratara de una herida pequeña, no podía permitir que Kirisu sigue caminando con ella con aquel dolor.
-Mire, sensei. Un hotel -al final de la cuadra, tal como dijo Yuiga. Un lugar de descanso para los viajeros había, pequeño, pero convencional -podemos pasar la noche aquí hasta mañana.
-Pero... ¿que hay de tu familia? ¿No se preocuparan? -se preocupo Mafuyu.
-Si les digo que pasaré la noche con Kirisu-sensei, no han de preocuparse -la sola mención, basto para poner roja a la pelirrosa maestra quien quedo con la boca cerrada tras oír a Yuiga.
Caminaron hasta este cercano hotel donde una vieja recepcionista y encargada del lugar les recibió con una desalentadora, pero al mismo tiempo; una buena noticia.
-Perdonen, pero solo queda una habitación disponible -dijo la casi anciana mujer.
-¿Que? Bueno, supongo que es con camas separadas -decía Mafuyu pero su hipótesis fue contrariada tan pronto la dijo.
-Es una habitación con una sola cama, suficientemente grande para ambos -sonreía la vieja -además, las paredes están diseñadas para que puedan hacer lo que quieran hacer~ -sugirió la anciana.
-¡¿Eh?! -exclamo Mafuyu, mientras que a Yuiga, sus lentes se abrillantaron con grandes expectativas.
-¿No son pareja?
-No...
-¡Somos pareja! -Yuiga dio un paso al frente, para tomar a Kirisu de su cadera y pegarla a él, de nuevo se mostraba como una persona distinta a como Mafuyu lo recordaba -¿verdad, mi amor?
-¿Eh?... Yuiga-kun... -extrañamente, se mostraba nerviosa la profesora, en vez de tornarse como la profesora seria e intimidante que antes conoció, ahora se mostraba dócil y tímida.
-Es nuestro aniversario de citas, cree que su habitación sea indicada para que la celebremos a gusto -dijo el chico mientras sus lentes seguían brillando en opaco a sus ojos.
-Pero claro -respondió alegre la mujer -déjenme les llevo a la habitación.
Tomada por la mano de Yuiga, Mafuyu fue en compañía del chico hasta la habitación por la que pagaron, la fuerza en la mano de Nariyuki con la que la sostenía dejaba mas impresionada que antes a Kirisu. El poco tiempo en el que había logrado conocer a Nariyuki lo había percibido como un chico bueno, gentil y amable, determinando con todo lo que le propusieran o los desafíos que le impusieran. Pero tras cometer el error de aquella noche (según Mafuyu), la actitud de Nariyuki había cambiado al dirigirse con ella. En especial desde que se encontraron en el reciente festival.
-Si es una habitación muy grande -exclamo nerviosa la profesora estando sentada en aquel futon junto al chico con el que posiblemente terminaría repitiendo el mismo error de antes ahora que estaban solos en una misma habitación.
-Si quieres, puedo dormir afuera del futón, si eso te hace sentir cómoda, sensei -dijo Yuiga, mas sin embargo esto no era algo que Mafuyu quisiera que pasará, a pesar de saber que es lo que pasaría dentro de poco entre ambos.
-¿Que? ¡No! -grito preocupada, lo cual dejo confundido a Yuiga con tal inusual respuesta por parte de su profesora -no, deberías -retomo su palabra -esta bien que durmamos en la misma cama... no es la primera vez que lo hacemos.
-Cierto -respondió con nervios también, Yuiga.
Hubo silencio entre ambos estando sentados dentro de la cama japonesa, donde ambos estaban sentados uno cercano al otro con sus manos sostenidos a sus piernas flexionadas a su cuerpo. Yuiga miraba a la pared en un infinita nada mientras que Mafuyu se preguntaba que era lo que pasaba en su cabeza del chico.
-¿Te sientes bien, Yuiga-kun? -pregunto Mafuyu -te percibo distinto esta noche ¿paso algo?
-Si, estoy bien -respondió, una vez más uso aquel tono enojado, como si estuviese disgustado por algo.
-Es mentira, puedo sentirlo en tu tono. ¿Estas molesto? ¿porque? -pregunto.
-De que habla, no estoy molesto.
-Que es lo que te molesta -volvió a insistir -soy tu maestra, si tienes algún problema puedes hablar conmigo.
-Cierto, es mi maestra y yo solo su alumno. No somos nada mas -exclamo con rabia contenida en su voz Yuiga.
Escucharlo decir esa frase, basto para que Kirisu lograse captar que era lo que pasaba por la mente de Nariyuki, aun sin embargo no comprendía porque repentinamente estos pensamientos.
-Yuiga-kun, sabes muy bien...
No pudo terminar su oración, pues los labios de Nariyuki cayeron sobre su boca para silenciarla, un repentino gesto que tomo con la guardia baja a la profesora.
-¡Yuiga -kun que estas...
De nuevo, el chico se lanzo contra los labios de la pelirrosa profesora y con su peso puso a Kirisu contra el colchón de esta cama japonesa, donde Mafuyu dejo que su boca una vez mas quedará sin aliento por este segundo beso de su estudiante.
-Espera, Yuiga-kun, esto no... -Contra la cama, los hombros de Mafuyu eran sujetados por las manos de Nariyuki puestas en ellos, su rostro ruborizado iba encendiéndose mientras miraba a su alumno desbordando un aura madura y ardiente dirigida ha ella.
-Porque no, sensei -pregunto Nariyuki aun sujetándola -porque no nos permitimos ser algo más.
-Porque no esta bien, soy tu profesora y tú...
-Eso no debería ser impedimento -exclamo Yuiga deteniendo su voz por tercera vez -sensei, siempre estoy pensando en usted, aun cuando no creí que la encontraría en el festival, terminamos encontrándonos -su voz de nuevo era aquel tono gentil con el que siempre lo identificaba.
-Solo fue coincidencia -respondió, quería liberarse de las manos de Yuiga, sin embargo por extraña razón, su cuerpo no respondía, no era tanta la presión con la que Nariyuki la tenia sujeta, sin embargo algo le impedía a su cuerpo librarse de esta situación, como si en realidad deseara que pasara esto -que es lo que quieres de mi.
-Lo que quiero es a usted, Kirisu-sensei -pronuncio -quiero que Kirisu-sensei sea miá, y yo quiero pertenecer a sensei.
-No... -un gentil no de la boca de Mafuyu fue callado Nariyuki, luego de que una lagrima saliera de los ojos de la pelirrosa profesora tras escuchar las palabras del chico.
De un beso sencillo, a uno mas profundo, las manos de Yuiga comenzaron a introducirse dentro de la yukata de Mafuyu cuando la lengua del chico tenia un baile lento con la de su profesora. Pronto, ella sintió como la mano de Nariyuki tocaba sus pechos con suavidad mientras que su rodilla se movía hacia dentro de sus piernas de Kirisu hasta tocar en su vagina. Pero mientras él hacia esto, las manos de Kirisu también tocaban el cuerpo de su alumno, luego de poner sus dedos dentro de la camisa y tocar lo piel del torso de Yuiga, así hasta terminar levantando la camisa hasta quitársela.
Cuando el aliento se fue en ambos, tanto Yuiga como Kirisu terminaron con su yukata abierta de sus pechos y de la falda integrada termino recogida; mientras que el chico quedo con su camisa arrojada a un costado del suelo de la habitación. Un aura calurosa se manifestaba entre los dos en este cuarto.
-Porque cuando estoy contigo, terminamos así -pregunto Kirisu.
-No lo se sensei, pero no quiero que termine pronto -dijo Yuiga llevando su mano derecha en la parte inferior de la yukata para tocar la vagina de Kirisu.
-¡Mmm! -gimió al sentir los dedos de Yuiga tocando los labios de su coño.
-¿Eh? Sensei, no trae ropa debajo de la yukata, Kirisu-sensei es una pervertida -comento mientras sus dedos acariciaban con gentileza el tesoro de Mafuyu.
-No digas eso, haaa~ -exclamo, solo para soltar un nuevo gemido pues dos de los dedos de su estudiante se habían entrometido en su vagina e iban moviéndose dentro causando placer. Hay quienes dicen que al usar yukata no debes llevar ninguna prenda debajo.
La mano de Yuiga acariciaba romántica mente la vagina de Kirisu mientras que él usaba su boca para morder los pechos y sus pezones, chuparlos y lamer los.
-Yuiga-kun, espera~ -su voz de la profesora comenzaba a reflejar que le estaban gustando las caricias del chico.
-Sensei... estas haciendo sonidos muy atractivos -de uno a otro de sus pechos de Kirisu, Yuiga iba prestando les atención.
-Se siente demasiado bien... harás que mi cuerpo vaya a venirse en cualquier momento... ¡Ahh! -grito, sus caderas se levantaron del futón mientras su vagina expulsaba sus fluidos en la habitación como resultado de un orgasmo recorriendo su cuerpo de Kirisu por dentro -que... que vergüenza -exclamo Mafuyu con su respiración cortada por sentir esta sensación.
-Porque habría de estar avergonzada, es normal que el cuerpo de una mujer haga eso cuando la persona que ama le da placer -exclamo Yuiga luego de darse una probada de los líquidos que expulso Mafuyu. No era primera vez que probaba esto de ella.
-¡Callate Yuiga-kun! -sus sentimientos eran confusos para Mafuyu, hacia tiempo que no sentía lo que ahora, no sabe bien como reaccionar a ellos -solo sigamos y terminemos con esto.
Dicho. Yuiga se quito la ultima prenda que le quedaba puesta, desnudo tomo posición en cuanto su hombría se mostró activa, cosa que Mafuyu logro ver de nuevo antes de que el pene de Nariyuki volviese a entrar en ella de nuevo. El corazón de la profesora latía a grandes velocidades como hacia lo mismo el corazón de Yuiga.
-Aquí voy, sensei -se introdujo el pene de Nariyuki en su vagina cuando en sus manos tenia sujetas y levantadas las piernas de Kirisu, la cabeza de su pene se abrió paso y después todo el resto de su polla entro dentro de las paredes del interior de la profesora.
-¡Mmm! -volvió ha hacer el gemido de antes Kirisu, mordiendo esta vez la mano para contener su voz.
-Sensei, adoro como su vagina aprieta mi pene -menciono antes de ir moviéndose con lentitud.
-No digas ese tipo de cosas, Yuiga... -se quejo.
De suaves y amables movimientos a fuertes y salvajes choques de la pelvis de Nariyuki contra el cuerpo de Kirisu se tornaron, sonidos chapoteantes iban resonando en la habitación mientras ella dejaba su mirada perdida en Nariyuki en verlo esforzarse por satisfacerla mientras se satisfacía él mismo.
-Sensei, se siente bien... se siente demasiado bien cuando lo hago con usted, sensei -dijo Nariyuki poniendo sus brazos alrededor de la espalda de Kirisu aun cuando estaba acostada en el futon -Kirisu-sensei, la amo.
-No es verdad... estas confundido... -sentir su boca besando su cuello mientras él movía sus caderas infundiéndole placer era mucho para Kirisu.
-Lo digo en serio, y estoy seguro de lo que siento, sensei, amo a Kirisu-sensei -seguía diciendo esto de nuevo y de nuevo -estoy seguro de ello, sino no fuera amor, no estaría cabreado por los comentarios esas personas en cuanto vieron el talento de Kirisu-sensei en el festival -hablaba de todo aquello que comenzaron a decir las masas tras verla llevarse todos los buenos premios del puesto de tiro al blanco, esa rabia que sintió Yuiga no eran por cualquier motivo.
-¿Que?... -Yuiga, al tenerla tomada en sus brazos, levanto a Mafuyu y sentados en aquel futon, ambos iban moviendo sus cuerpos en una sincronía perfecta.
-Todas esas personas decían querer que Kirisu-sensei les diera su amor, pero el amor de Kirisu-sensei es mió, pero el amor de Kirisu-sensei es mió de nadie más, por que es la mujer que tomo mi primera vez, es la mujer que quería que tomara mi primera vez, es la mujer que tomara mi primera liberación de esta noche -decía Yuiga cuando su pelvis comenzó a moverse forma incontrolable.
-Estas por venirte... ¡Espera! -grito, el semen de Nariyuki quedo esparcido por todo su interior en aquella pose siendo ella quien abrazaba al chico con gran fuerza, clavando sus uñas en su espalda -¡Haaaa!~.
-Quiero que Kirisu-sensei sea miá, a cambio, yo seré unicamente de Sensei esta noche y siempre -decía ahora que la mujer estaba encima de él, pero aun así eran sus caderas las que se movían para darle placer a ambos.
-No... no estoy segura, tus palabras son sinceras Yuiga-kun, pero yo no se lo que siento todavía -tenia sus manos Mafuyu en las mejillas del chico para besarlo apasionada mente justo después de que él se viniera dentro de ella por segunda vez, viniéndose ella también al mismo tiempo -odio ver a Yuiga-kun siendo acaparado por otras, pero soy tu profesora, debo comportarme como tu profesora.
Mafuyu tenia en su boca el pene de Nariyuki, devorándolo por completo usando en ocasiones sus pechos para complacerlo; de forma reciproca y al mismo tiempo tenia Yuiga la vagina de Kirisu en su boca, su lengua acariciaba su interior mientras era apretada por el mismo coño de la mujer.
-Adoro la forma en que me tocas, la forma en que me tienes sujeta y me besas haces que mi corazón se aceleré Yuiga-kun, pero no esta bien -decía Mafuyu sostenida de con brazos en el cuello de Nariyuki -no esta bien.~
Nariyuki estaba de pie, con sus manos sosteniendo a Kirisu.
-¿Quiere saber Kirisu -sensei que es lo que me gusta de ella? -dijo y contesto -es lo determinada que esta como profesora, lo seria que es, incluso ese lado intimidante en usted me gusta, pero mi corazón se acelero aun mas cuando Kirisu-sensei me mostró ese lado vulnerable que tiene usted en aquella noche, ese lado tierno en usted que se oculta bajo su semblante maduro hace que mi corazón se acelere más y mas. Quiero ser la persona que haga salir ese lado tierno suyo, quiero ser el hombre en la vida de Kirisu-sensei. ¡Quiero ser de Kirisu-sensei!
Grito con todo su pulmón antes de venirse dentro de su profesora por tercera vez.
Estaban en el futón acurrucados uno junto al otro desnudos sin cubrirse con la sabana del futon, estaban tan calurosos que taparse solos harían sudar mas, el único calor que querían era el uno del otro en ese momento.
-Dame tiempo -dijo Mafuyu cuando estaba recargada del pecho de Yuiga cuando su cuerpo por fin se recuperaba -dame tiempo para entender bien que es lo que siento por ti. Aun no estoy segura de lo que pasa conmigo, porque cuando estoy a solas contigo, quiero que esto pase, pero al mismo tiempo no.
-Esta bien -dijo casi al instante de oírla decir eso -solo espero que la respuesta de sensei no tarde mucho, pero estoy dispuesto a esperarte, Kirisu-sensei.
-Mafuyu... -hizo puchero, confundiendo a Yuiga abrazaba mas a Nariyuki -dejaré que me llames por mi nombre, solo cuando estemos solo ¿de acuerdo?
-Si es lo que Mafuyu quiere -contesto con una sonrisa, causando que Mafuyu se ruborizara y se sintiera aliviada así como cómoda estando con él a pesar de su corazón estar latiendo demasiado rápido sin entender.
-Una ultima cosa, Yuiga-kun -exclamo apenada -podemos... podemos hacerlo un poco más, un par de veces mas...
-Las veces que Mafuyu quiera -su sonrisa se mantuvo mas tiempo, dejo que Kirisu se subiera encima suya para besarse con pasión y sin restricción, sin preocupaciones por el resto de la noche.
-¡Kyaaaa!~ -mas gemidos salieron de la boca de Kirisu durante casi toda la noche, tal como dijo aquella vieja recepcionista, las paredes no dejaron salir ningún ruido de la habitación, pudieron ser los animales en celo que querían ser.
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