El sacro imperio rojo
No obstante, al tiempo que la batalla en el rio Badakus estaba comenzando, en la casa Sitri en aquellas altas montaña heladas por naturaleza (montañas y clima que se asemejaban mucho al monte Everest del mundo humano), en las elevaciones mas altas de esta cordillera nevada, el caballero de Rias: Kiba Yuto, usaba un telescopio humano para mirar a los muchos kilómetros de distancia que había de la casa Sitri a donde el campo de batalla.
-¿Logras ver algo, Kiba-senpai? -pregunto la tierna Koneko Toujou parada junto su compañero vistiendo cada uno ropas de invierno ante la helada que azotaba la región Sitri, esto mientras Yuto no apartaba su ojo del lente del telescopio estando en uno de los balcones de la mansión en la que eran invitados.
-Solo humo, los arboles y la nieve tapan -exclamo Kiba, para limpiar el empaña miento del lente mayor, vio sin saberlo el momento en el que los Katyusha de Hyoudou dispararon por primera vez a líneas de Serafall -¿logras escuchar algo, Koneko?
-Mis oídos no alcanzan a escuchar tan lejos, tampoco mi olfato -comento la pequeña seria peliblanca.
-Espero que Leviatan -sama triunfe -dijo Kiba apartándose finalmente del telescopio.
Sona estaba lidiando con los trabajos que su madre ejercía como la cabeza del clan Sitri, en estos tiempos de guerra el trabajo se hacia mas apilado. Pero gracias a la ayuda de Rias y su reina, las labores se hicieron mas livianas y pudo acabar con mas facilidad.
-Acabamos por fin -exclamo Sona relajándose en la silla de su madre, en su escritorio, pensando en como era que ella se acomodaba en tan tosca silla con almohadones -buen trabajo, chicas.
Del otro lado de la sala, sus peones y otras piezas de su nobleza la ayudaron con otras de sus labores como matriarca temporal de los Sitri, al igual que su señora recién acabaron y estaban cansadas.
-Yo que creía que el trabajo de mi padre era complicado -exclamo Rias sentada a la derecha del escritorio de su amiga dejándose caer sobre la silla -aunque es agradable el frió, me gustaría algo que me caliente en este momento.
-Espero que estén de ánimos para un poco de chocolate caliente -entro Akeno como siempre vistiendo esas ropa japonesas trayendo en una bandeja, una jarra de porcelana fina el dicho chocolate caliente y tazas para las dos reyes.
-Gracias Akeno -dijeron ambas ante tan amable gesto.
Sirvió a ambas y Akeno procedió tomar lugar en la otra mesa en el otro lado de la sala para servir mas de la bebida caliente para las demás.
-¿Chicas?
-Muchas Gracias Akeno-san -dijo Momo, sentada en el sofá junto a las demás.
La heredera Sitri bebía gustosa la bebida, admitiendo que era el mejor chocolate caliente que había probado, fue entonces que miro a su amiga Rias, quien luego de dar el primer sorbo puso una cara llena de tristeza y decepción.
-¿Estas bien, Rias? -pregunto Sona al ver la expresión de su amiga, teniendo en cuenta el hecho de que acababa de perder a su padre la carmesí.
-No puedo dejar de pensar en él -dijo Rias, escuchando a Sona preguntar que si era por su padre o por él -no dejo de pensar en ambos Sona, mi padre y pensar que ni siquiera se despidió de mi, supongo que lo hizo porque supo que si lo hacia sería mas obvio que no lo iba a ver más -todos en la habitación escuchaban con empatía las palabras de Rias -me hubiera gustado aunque sea poder abrazarlo una ultima vez.
-Rias...
Primera vez que Sona no sabía que decir para compadecerse de su compañera.
-Tampoco puedo creer que Issei se haya vuelto un monstruo, aun cuando nos revelo que él era el Sekiryuutei -seguía diciendo Rias -hubiera sido mejor para todos si ese poder que lo corrompió no hubiera despertado.
-Aun recuerdo, cuando se enojaba cada que perdía conmigo al jugar ajedrez -dijo Sona entendiendo que tratar de contradecir a Rias sobre lo que sentía por Issei sería equivocarse, esta emocionalmente confundida -me complacía verlo hacer rabietas, verlo gritar desesperado mientras abandonaba la habitación.
-Siempre gritaba que algún día te vencería -sonrió por un momento -no importara cuantas tácticas del juego le enseñara yo, jamás pudo vencerte -dijo Rias -no se que haré si llegara a encontrarme cara a cara con él de nuevo, un lado mió lo odia ahora, pero el otro me dice que lo abrace. Solo espero que todo salga bien.
-¿Pudiste ver algo Kiba-kun? -pregunto Sona al caballero de Rias quien se mantuvo en la puerta dejando entrar el frió del balcón junto a Toujou.
-Solo hubo y destellos entre la nieve -informo Yuto cerrando la puerta al balcón junto a la peliblanca torre -parece que la batalla apenas si esta comenzando.
-One-san… -suspiro pidiendo al gran diablo protección por su hermana, sabiendo que el Sekiryuutei, Issei venció a su rival eterno con cierta facilidad, su hermana no iba a salir ilesa de la batalla. Y no salió ilesa de la guerra Serafall.
Hecha prisionera en una de las cámaras secretas de las habitaciones subterráneas en el nido del águila, el chalet de Hyoudou. Serafall estaba desnuda con los ojos vendados amarrada en estilo Bondage con las manos juntas y atadas hacia el techo mientras ella estaba suspendida en el aire. Todo mientras Issei estaba sentado delante de Serafall observando placenteramente mientras su preciada guarda espaldas con un látigo masoquista castigaba el trasero de la demonio teniendo puesto un corset bondage y unos tacones negros de tacón delgado. Sus pechos y vagina expuestos mas un antifaz negro con dos plumas negras a la derecha de Lalatina.
-¡Aaaaaaghhhhhhh!
-¡Vamos, grita más demonio! -golpeaba Lalatina castigaba con entusiasmo Lalatina el trasero de Serafall mientras su cuerpo solo temblaba cuando de su vagina chorreaban jugos pervertidos, producto de los aparatos sexuales colocados en el cuerpo de la demonio sometida con el mismo método que se uso para suprimir la magia de Venelana tras llegar al mundo humano. Tenía además de las cuerdas en su cuerpo, en sus pechos colocado dos vibradores uno en cada uno de sus pezones encendidos, dos vibradores de bolita mas en sus piernas cercanas a su pelvis de Serafall, incrustado en su culo, un pene de plástico que se retorcía, dos más en el coño más pequños en grosor y tamaño, pero se movían a una velocidad tal que por más que la ex maou leviatan se contuviera termino corriendose por estos dos juguetes.
Issei desde su lugar sentado en una pose que decía claramente que estaba complacido con el espectáculo desnudo también, solo que él estaba recibiendo una mamada y un paizuri por parte de Venelana quien se mostraba muy enamorada del pene del emperador. También, al estar de puntillas sobre el suelo, pues tenía dos consoladores, uno clavado en su vagina y otro en su culo, de un tamaño inferior a la cosa de Issei que se tragaba la castaña madura, estos dos juguetes estaban recargados en el piso mientras giraban a velocidad bajo incentivando a Venelana.
Cabe mencionar a la derecha de Issei, una rubia de una estatura mas pequeña que la de Lalatina y con unos pechos que quedaban en ridículo junto a esta otra pechos de vaca que castigaba a Serafall, con un corset negro masoquista que no tapaba para nada sus tiernos pechos y dejaba gran vista para su vagina; estaba masturbándose esta jovencita de largo cabello rubio de un brillo que opacaba al de Lalatina. También llevaba un antifaz negro que la hacia verse mas sensual.
-Es suficiente -dijo Issei, levantándose y empujando a un lado a Venelana para dirigirse hacia la ex rey demonio que ahora era su prisionera. Cuyo trasero estaba sangrando por todas esos latigazos que le dio Lalatina.
-Asia -chan~ -menciono el nombre de la otra chica enmascarada
-¡Si, Issei-sama! -respondió gustosa y fue a curar a Serafall, las heridas estaban cerradas y la sensación de dolor se había ido.
-Suéltala -indico a su guardaespaldas para que la desatara sus manos del techo haciéndola caer de rodillas ante él, pero aun tenía Serafall sus manos atadas.
-Eres… un monstruo… -dijo débil, aunque sus heridas estaban cerradas pero el dolor seguía recorriendo su cuerpo -¡No importa lo que hagas conmigo no voy a ceder!
-Eso dices ahora, pero pronto estarás suplicando clemencia~ pedirás que pare, te haré llorar, quebrantaré tu voluntad y tu mente.
-Que vas a hacerme…
-Que es lo que harás primero -dijo Issei y una señal a Asia hizo que la chica sacara aquella botella con la extraña fragancia para rociar tan poco en el cuerpo de Serafall para que sintiera miedo.
-¿Que es esto? -era un aroma extrañamente agradable.
-Algo con lo que suplicaras por mas, me pedirás romper tu cuerpo, Serafall. No tengas miedo, aun cuando tu cuerpo ya no pueda mas seguirás rogando por más, serás mas que un vertedero de semen para cuando te des cuenta, no podrás vivir sin mi.
-Primero vas chupar mi polla Serafall-chan~ -tomo a la demonio por su mentón y levanto su cara muy próximo a su pene.
-¡Jamás, no lo haré, no chuparé el pene de un hombre tan terrible! -grito Serafall.
-¡Como te atrevés a llamar así al emperador, puta malcriada! -Venelana se acerco y sentó una fuerte bofetada a la chica que la arrojo al suelo -¡deberías estar agradecida de que tu cuerpo sea ofrenda para los deseos y necesidades de Issei-sama!
-¿Venelana -san? Es usted… -en ese golpe, la venda que cubría los ojos de Serafall se cayó, logrando ver en un aura que la intimidaba, a la misma Venelana y las otras dos rubias que desconocía aun la Sitri -esta viva...
-Y tu estarás muerte si sigues comportándote tan insolente que el emperador terminará poniendote entre sus soldados para te violen hasta matarte, ese sería el destino mas adecuado para una demonio de tu clase, puta~ -se comportaba muy perra la mujer, en tan poco tiempo Issei había hecho que cambiara.
-Debo recordarte quien es el emperador aquí -tomo a la castaña madura de su pecho, pasando su brazo por la espalda de Venelana, Issei para pegarla a él y besarla lascivamente ante la mirada atónita de Serafall aun atada en bondage.
-¡Que le hiciste a Venelana-san! -grito enfurecida la ex Leviatan quien solo podía mirar.
-Solo la adoctrine para cumplir mis deseos -exclamo Issei -es mas, porque no le das una demostración de lo que debe hacer Venelana-chan~
-Si, emperador~
Se agacho teniendo sus pechos Venelana restregados en el cuerpo del emperador oliendo el dragoniano aroma del chico hasta llegar a su pene el cual con su boca uso para poner duro, chupando con devoción y fanatismo enamorado, chupaba y succionaba su pene haciendo ruidos que excitaban a las otras dos, deseando ser ellas quienes estén en su lugar de la castaña madura.
-Emperador, por favor vierta su semen en mi boca~ -dijo Venelana con los ojos cerrados como si estuviera besando en la boca al emperador, cuando estaba chupando su pene.
-¡Tomate mi semen, puta! -grito Issei antes de venirse en la boca de Venelana sin ser considerado. Ella abrió su boca tras beberse todo el esperma del castaño y dejar limpio su pene antes de sacarlo de su boca -buen trabajo, Venelana-chan, ahora hazlo tu -puso su pene enfrente de Serafall sentada de rodillas gracias a Lalatina quien la sostenía -harás lo mismo que ella, entendiste.
-...Jamás -dijo pero entonces Venelana apareció y tiro del cabello de la Sitri recordando le que no fuera insolente -esta bien, esta bien, chuparé tu pene… tiene un hedor terrible.
Tan cerca de su cara y tan oloroso, era un repudió total para Serafall, de saber que este seria su destino, deseaba estar mejor muerta.
-Vamos, date prisa -Issei indico molesto. Serafall sin mas, comenzó a chupar el pene del castaño, primero la punta grande de su pene, solo su lengua pasaba, pero Issei quería mas -¡vamos, metela toda en tu boca!
Con sus manos detrás de la cabeza de la demonio, la hizo tragarse todo su pene hasta el fondo. Primero lo hizo ella misma enojada en su mirada, para después ser embestida por la cadera de Issei con violencia mientras este comenzaba a tirar de sus coletas.
-No… tires de mis coletas… -apenas si lograba decir teniendo el pene de este en su boca.
-¡Callate y tragate mi semen, Serafall!
Empujo su pene tan profundo en la boca de la demonio al momento de venirse en su boca y garganta, ahogándola con su leche de dragón humano, en su cara podía verse como pasaba a ahogarse con tan desconsiderada cantidad.
-¡Puag! -termino escupiendo parte del semen que cayó dentro de sus mejillas la Sitri.
-¡Tonta, no escupas mi semen! -grito Issei dando una bofetada fuerte a la Sitri.
-Vamos -Lalatina puso la cara de Serafall en el suelo -lame la semilla de Issei-sama que tiraste al suelo, ¡perra!
Obligada, lamia cada mililitro del esperma del castaña que llegó a tirar mientras su cara era aplastada contra el suelo por Darkness mientras que el pene aun erecto del emperador era limpiado y disfrutado por Asia Argento, la otra chica enmascarada que era amante de Issei.
-El pene de Issei -sama es tan sabroso, aun cuando fue chupado por otra~ -decía Asia terminando el trabajo correcto que no pudo hacer Serafall.
-El pene de Issei-sama~ -decía Asia devorando su miembro cual paleta congelada -su sabor sigue siendo el mismo como cuando tomo mi primera vez~ -limpió con su boca el pene del emperador para que así su majestad pudiera pasar a lo siguiente con Serafall.
Camino hacia la demonio con su polla endurecida, creando una sombra de su cuerpo que se paro encima de una atemorizada Serafall. ¿Quien solo miro con terror a Hyoudou?
-Pónganla sobre la mesa -exclamo el castaño.
Lalatina y Venelana acataron sus ordenes, colocaron a la ex leviatan sobre la mesa, una mesa de uso especial para castigos especiales que eran propios de esta sala. Atada de nuevo de manos y con las piernas levantadas con los pies de la maou atadas donde sus manos, exponían la vagina y culo de la chica, cuyos orificios ya no eran perturbados por aquellos juguetes sexuales del principio.
-¿Que?… ¿que vas a hacerme?… -pregunto, mas la respuesta era obvia dado su situación -por favor, no todo menos esto… ¡quiero que mi virginidad sea tomada por alguien que ame!
-Tranquila Serafall -chan~ -decía Issei -después de esto, estarás mas que enamorada de mi.
-No… espera… por favor ¡Nooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo!
Grito a medida que sentía la punta del pene de Issei tocando su vagina hasta entrar y romper su himen, abriéndose paso continuamente hasta tocar lo mas profundo de la Sitri, lagrimas y dolor era lo que se miraba en la cara de la chica, mas no hubo empatía ni lastima por un acto tan ruin. Si estuvo fuera un hentai, seria uno animado por Golden beer.
Hyoudou comenzó a moverse sin ningún tacto con la chica, movimientos profundos y rudos al interior de Serafall, un sexo rudo para ser la primera vez de la chica.
-¿Quien diría que la maou Leviatan seria una virgen? Justo como debe ser, con una vagina toda apretada que estruja mi polla cada que entra -se deleitaba el emperador con esta virgen demonio -¿te gusta que sea mi polla la que tome tu virginidad Serafall-chan?~
-¡Claro que no! ¡me duele! ¡detente por favor! -gritaba de dolor mientras el interior de vagina era pulverizada por el pene del emperador.
-Sigues siendo insolente, en vez de agradecida que sea su majestad quien te haga su mujer -exclamo Lalatina golpeando con el látigo que no soltó a los pechos de Serafall mientras estos rebotaban a medida que el castaño seguía violándola.
-Sigue así Lalatina, haces que ella ponga apretada su vagina alrededor de mi polla, voy a venirme pronto dentro de Serafall-chan -dijo Issei agarrando las piernas de la demonio.
-Si, emperador~
-Dentro no, por favor, no te corras dentro -decía a medida que su cuerpo era embestido por la pelvis del castaño a ritmos que la hacían sentir desmayarse a Serafall, mezclado con el castigo del látigo de Lalatina como iba a terminar desmayándose tarde o temprano, pero no pronto
-¡Si, que rico se siente venirse dentro de una virgen! -decía Hyoudou enterrando profundamente su pene dentro del coño de Serafall, al sacarlo su esperma estaba revuelto con la sangre del himen roto de la demonio.
-Porque… -decía Serafall viendo a sus piernas temblar a la vez que veía de su vagina brotar el esperma como crema de alguna comida sin especificar -por favor, dime que es todo.
-¿De que hablas? Es solo el principio -exclamo, hizo temblar del terror a Serafall.
-Dos… tres… cuatro… siete… ¡doce! -Asia llevaba la cuenta de las veces que Issei iba corriéndose dentro de Serafall sin darle un respiro o descanso a la Sitri -vas muy bien Serafall-san -decía con su voz tierna la otra amante del emperador.
-Por favor, no más -exclamo sin mucha fuerza, Serafall estando ahora atada de piernas y muñecas a dos barras cuadradas que la hacían estar de pie, con las piernas abiertas -mi vagina no podrá aguantar mas… -de su coño se derramaba el esperma que Hyoudou como grifo abierto.
-Aun te queda un agujero para mi uso Serafall-chan -puso su dedo en el culo de la demonio humectado de los jugos que ella también a estado soltando fluidos de su vagina.
-Para ya por favor, no podré resistir mas este castigo -grito mas fue en balde, el emperador incrusto su pene dentro de su culo con la misma rudeza con la que violo su vagina, Lalatina soltaba las ataduras de Serafall y así él pudo levantarla de sus piernas para así cogerla exponiendo su vagina hecha una sopa con el esperma del castaño, sopa que se caía al suelo con cada movimiento de su pene clavandose en la vagina de la chica -mi cuerpo no va a resistir este castigo~
-Vaya, no puedo permitirme que la semilla de Issei -sama se desperdicie tan vagamente -Lalatina se acerco a la vagina de Serafall para comenzar a lamer el esperma que salía de su vagina mientras era embestida su culo de la demonio.
-Lalatina-san, por favor comparta el esperma de Issei-sama conmigo -exclamo Asia haciendo a un lado su lado inocente para pervertirse un rato.
Ambas rubias bebían la vagina de Serafall como una fuente secundaria del esperma de Issei, provocando reacciones que llevaban al limite a la Sitri, Venelana desde atrás del emperador se masturbaba con aquellos juguetes de antes esperando que su majestad dejara de jugar con ella para ser la siguiente.
-No puedo más… mi mente se queda en blanco, ya no no siento mi cuerpo ya no… ¡mmmmm! -gimió de dolor y placer Serafall al sentir su ano ser llenado por el esperma de Issei en grandes cantidades que la hacían ahogarse.
-Que rico se sintió eso -bajo a Serafall y la soltó -¿que dices Serafall-chan?
Solo la vio dar un par de pasos y luego cayó al suelo desmayada finalmente con su vagina y culo llenos de su semen derramándose de ella.
-La quebranto Issei-sama -decía Lalatina pasando su tacón en la espalda de la desmayada demonio.
-Esperaba mas resistencia de la linda maou Leviatan -decía Issei, pero sin prestar atención Venelana se agacho ante el emperador para comenzar a mamar su pene como al principio -justo como debí esperar de Venelana.
-¡Venelana -san yo iba a hacer eso! -grito Asia para agacharse y lamer también el pene de su amo.
-Denme espacio -dijo Lalatina para unirse a ellas.
Tenia mas energía que liberar el emperador con sus tres chicas. Eso ya no importaba, se había encargado de Serafall hasta quebrarla al primer instancia.
-¿Que? -Serafall despertó tras estar dormida por siete días tras su castigo brutal. Encontrada sola en una habitación elegante y cálida por los rayos del sol que entraban por la ventanas con las persianas abiertas de las habitaciones visibles del chalet del emperador -¿donde estoy? -estaba en las montañas bávaras.
De pronto, la puerta de la habitación se abrió con cautela, entrando el joven emperador con su ropa militar como siempre gustaba llevar en estos tiempos de guerra, camino hasta Serafall que se mantenía en la cama y se sentó junto a ella en el borde de su cama.
-Serafall, estas bien -abrazo a la perdida, desconcertada y dócil chica -cuanto me alegra.
-¿Quien, quien eres? ¿me llamo Serafall? ¿esta es mi casa? -pregunto desorientada la Sitri.
-Perdiste tu memoria… no sabes cuanto me entristece eso, claro que te llamas Serafall, no es exactamente tu casa pero te he dejado vivir aquí los últimos años ¿lo olvidaste también? Eres una de mis sirvientas favoritas, tus padres te abandonaron y ningún lugar te daba cobijo o trabajo, así que decidí dártelo -engañaba a la perdida de mente Serafall, el castigo brutal al que la sometió le produjo una perdida de memoria, o mas bien una supresión de memoria -a cambio entregaste tu cuerpo a mi aunque yo no te pedí nada a cambio, ¿recuerdas? -le implanto recuerdos falsos a la chica, recuerdos falsos eran implantados en la chica mientras sostenía su mentón con su mano -siempre que estoy en casa vienes a mi y me dices: por favor emperador, dale a tu humilde sirvienta tu leche, deja que tu humilde sirvienta no sea mas que una cerda que ama ser violada violentamente por su emperador. ¿Lo dirás para mi? Querida~ -robo un tierno beso a la demonio tras haberle lavado el cerebro.
-Por favor, emperador… deja que tu humilde sirvienta no sea mas que una cerda que ama ser violada por su emperador~
Todo había salido de acuerdo al plan, del emperador; no solo se había desecho de uno de los cuatro reyes demonio, sino también se consiguió una nueva chica para su harem. Comportándose con gentiliza, beso a Serafall de la misma forma para derribar la en la cama mientras sus manos se introducían bajo la pijama de la desorientada Sera, tocando sus pechos provocando le una reacción linda a la demonio, bajando la falda con cuidado de la chica al igual que su calzón, así para penetrarla con cuidado haciendo que gimiera más fuerte.
-Se… siente bien~ -exclamo de gustosa Serafall -se siente nostálgico, se siente rico~
-Voy a moverme querida -dijo Issei, movimientos suaves y continuos provocando calor que se mostraba en las mejillas rojas de Serafall.
Ella cesaba y gemía de placer mientras se sentía flotar a pesar de estar en una cama suave cuales nubes, con los empujes suaves del castaño mas realista se sentían los movimientos.
-Algo viene, puede sentirlo~ -decía Serafall al sentir agrandarse la cosa de su amo, a solo segundos de que este terminara viniéndose dentro de ella -¿Que es esto? Quema mi interior, se siente tan rico~
-Es mi néctar de amor Serafall-chan, siempre me pides por él, dejame darte mas de mi -exclamo Issei a una Serafall sonrojada cual tomate que no apartaba la mirada de la persona a la que se entrego.
-Eso me gustaría, amo.. pero mi cabeza aun me duele -comento.
-Cierto, aun debes sentirte mal -se alejo luego de aquel rápido encuentro con su maid -mejor te dejo descansar querida. Cuando vuelva, puedes pedirme todo el amor que tu quieras.
-¿Se va a ir? -pregunto triste la nueva Serafall.
-La guerra aun no termina Serafall, y mi ejercito no actuara como debe sin su emperador para guiarlos -respondió amablemente.
-Puedo abrazarlo antes de irse -pidió e Issei dejo abrazarse por su amada Serafall -es raro, no tengo recuerdos de nada pero, al sentir el calor del emperador me reconforta~ lo mismo sentí cuando el emperador me dio su amor ahorita~
-Esta bien si no recuperas tus recuerdos, porque puedo hacer nuevos recuerdos contigo Serafall -sonrió el emperador.
-¡Si, estaré encantada!
Era la mascara de felicidad que le puso a Serafall sin memorias, luego de semejante castigo al que la sometió el emperador. Esto gracias a la otra rubia favorita del emperador, su nombre era Asia Argento.
-Buen trabajo Asia, has progresado mucho con el dominio de tu twilight healing -alago el talento de la chica con quien se reunió en uno de los balcones del chalet mirando montaña abajo.
-Muchas gracias Issei-sama, aunque la verdad siento que no he progresado tanto -dijo la gentil Asia.
-¿De que hablas? Con tu talento para curar, la ciencia medica esta progresando grandemente -dijo Issei.
-¿En serio? -exclamo ruborizada la chica.
-Si, apenas termines tus estudios universitarios podrás unirte y hacer grandes milagros -comento -podrás salvar a muchos y muchos otros serán salvados gracias porque a ti la medicina llegara a nuevos horizontes.
-Aunque mi sueño es ayudar a muchos mi único sueño es estar junto a su majestad y serle util nada más a usted Issei-sama -dijo la pequeña Asia abrazando a su majestad.
-Mi pequeña Imouto -devolvió el tierno abrazo de la chica mientras estaba envolvida en su cuerpo -Issei le acariciaba la cabeza -tu eres mas que una herramienta para mi Asia, eres mi preciada Imouto que no tuve.
Sin embargo decir eso, no era suficiente consuelo para la rubia cuya historia de como conoció a su majestad se tenía que contar después.
-No puedo ser más que eso, Issei-sama, lo amo; lo amo con locura -decía Asia con la vista levantada al emperador mientras este le miraba con cierto desinterés -quiere que tome mas que solo mi cuerpo, también quiero que acepte mi corazón.
-¿Pero de que hablas? -pregunto -tu corazón es mió Asia -sonrió, deshizo esa preocupación en la chica al instante -siempre será mió al igual que cada rincón de tu cuerpo, pero si tanto es tu interés por estar más cerca de mi, dejame decirte que tengo un lugar guardado para ti.
-¿En verdad?
-Así es, pero por ahora no preguntes más, es una sorpresa -dijo y aumento la alegría de la chica para darle un beso romántico a Asia.
No obstante, mirándolos mas atrás del arco de la puerta que llevaba a este balcón Venelana sentía nada mas que tristeza aun por su vida pasada perdida. Más aun, sentía vergüenza por ella misma, desde que fue capturada y puesta a disposición del harem de Issei no había hecho mas que caer en el juego de este joven ex amigo de la infancia de su hija. Pero después de aquel primer encuentro con Issei donde cedió ante los impulsos animales que le contagio uso toda su cordura para no volver a caer en sus brazos, viviendo en este chalet como una invitada sin posibilidad de huir de las montañas se adentro a la habitación del emperador donde por razones que entendía, comenzó a masturbarse Venelana mientras estaba frente a la cama del castaño.
-Porque no puedo… no puedo dejar de pensar de él~ -decía la castaña madura con la conciencia remordida, pues se aferraba al ideal de seguir amando a su esposo a pesar de que quien la tenía cautiva era quien lo asesino y quería que ahora la amará. No obstante tras esa primera noche solo podía recordar lo genial que la mujer se sintió con él -no había experimentado un sexo tan salvaje antes…
-No esperaba encontrar en mi habitación -la voz del emperador surgió a espaldas de Venelana quien volteó de inmediato y atemorizada -¡Issei… Emperador! -acomodo su vestido y afino su voz -cuando volvió -le temía al castaño.
-Hace unos días, vencer a Serafall fue mas sencillo de lo que pensé y mas pronto de lo que espere ni siquiera tuve que ocupar mi forma real para derrotarla, una vergüenza para ser uno de los cuatro reyes demonios actuales -decía caminando hacia ella quien solo se mostró intimidada por el joven monarca -mi viaje esta vez fue corto, pero no pensé que me extrañaras tanto -la tomo de su cintura y pego el cuerpo de Venelana al de Issei para que la sensación de calor en ambos la sintieran mutuamente.
-Yo…
-Deja que nuestros cuerpos hablen -dijo sin mas para besar con pasión a la Bael para introducirse en la cama y hacerlo por el resto de la noche.
Desde ese segundo encuentro, Venelana dejo de engañarse y acepto finalmente que ya no pertenecía a Zecticus, sino al emperador rojo ahora en más. Aun el remordimiento en su conciencia la afectaba. A pesar de llevar por fin el anillo que la identificaba como una de las amantes del emperador.
-¿Todo bien? -Issei encontró a su segunda amante congelada ella misma en el pasillo.
-¡Emperador! -se alegro que estuviera el chico delante suyo por fin -es solo que me preguntaba, si su partida no será pronta otra vez.
-Lamento decirte que así será Venelana, aunque derrote el patético intento de los Sitri por intentar invadir las nuevas fronteras de mi imperio, es tiempo de que me encargue del resto del infierno -dijo Issei -continuando donde me quede.
Camino Issei por el resto del pasillo dejando a Venelana atrás.
-Majestad -lo detuvo usando una voz mas gentil y dócil -mi hija.
-Cierto, ella escapo hacia el clan Sitri cuando ataque el territorio Gremory, veré si esta vez intenta huir también, descuida -decía, para después voltear el cuello y mirar a Venelana -si la atrapo, seré mas cuidadoso con ella contigo.
-Lo promete -pregunto temerosa de la voluntad del emperador.
La mirada la tenia baja, no se percato en el momento en el que el emperador camino de vuelta a ella, viendo el momento cuando este puso su mano gentilmente en su mejilla izquierda, levantarle la mirada y besarla en los labios cual amante.
-Tienes mi promesa, Venelana -fue la palabra prometida del emperador Issei.
Estaban pasando los días muy rápido para el emperador y para el mundo, tanto humano como para los demonios, la noticia a Sona de la captura de su hermana mayor llegaron al día siguiente de la batalla culminada luego de que los soldados sobrevivientes fueran dejados libres despojados de sus armas y sus núcleos mágicos bloqueados, obligados a caminar hasta la ciudad mas cercana a casi 25 mil kilómetros, donde se encontraron el grupo sobreviviente de Zephyndor, donde dieron la noticia. La noticia también llego a los oídos del consejo de los cuatro reyes aquí ninguno de los ancianos se negaba a aceptar los hechos.
De 60 mil soldados entre nobles, comandantes, comandos, estrategas, magos de alto nivel. Cuarenta mil habían caído en el intento por retomar control del otro lado Gremory del rio Badakus, otros 15 mil habían caído emboscados por las tácticas guerrilleras del reino finlandés, uno de los pocos reinos existentes dentro del dominio del humano que los atemorizo antes en tan solo un día de guerra. Pero lo que más los atemorizo fue el escuchar del reporte de que el humano no uso mas que su excedida fuerza bruta para derrotar a Serafall y hacerla prisionera, cuando derroto a su rival el dragón blanco, Issei tuvo que usar su armadura balance breaker para vencerlo ¿porque esta vez no la uso como cuando irrumpió en el consejo?
¿Era acaso que desde ese ultimo encuentro, se había vuelto mas fuerte el emperador dragón rojo? La amenaza que eran los humanos era cada vez más atemorizante. Mas ahora que el actual rey leviatán había caído.
-Las reservas están por movilizarse en la mañana Sona-sama -dijo una de las chicas miembro del séquito personal de la heredera Sitri, Tomoe.
-¿Que hay las rutas para evacuación civil? -pregunto Sona.
-Los caminos están despejados para cuando se requieran ser usados -exclamo la pelirojiza.
-Lucifer-sama envió un comunicado, nuevas tropas serán enviadas para defender el territorio Sitri -informaba Nimura -180 mil tropas están en camino, dentro de tres días deben de estar por llegar.
-Espero que no tarden demasiado, los humanos por ahora han detenido su avance y ya han tomado el diez por ciento del territorio de mi familia -exclamo cabreada la heredera -en cualquier momento harán su siguiente movimiento, ¡maldito Issei, pagaras caro si haces algo a mi hermana! -golpeo su escritorio con rabia tanta que hizo una grieta en la madera espantando a sus chicas y preocupando a su amiga.
-Si los rojos se movilizan antes de la llegada de refuerzos, espero que las tropas en las ciudades en las planicies logren retenerlos, Zephyndor mismo buscaría al emperador para desafiarlo en persona -dijo Rias pensando optimista. Rojos, eran apodo que les pusieron a los ejércitos de Issei por la denominación de su imperio a pesar de usar un uniforme gris oscuro.
-Zephyndor no peleara, Rias -comento Sona -su padre solicito el retorno de su hijo y sus tropas para mañana en la mañana, aunque él se negó a huir no pudo hacer nada contra la voluntad de su padre.
-Rayos…
-No tendremos oportunidad, aun cuando lleguen los refuerzos prometidos sumados con lo que tenemos, 230 mil soldados contra un enemigo 60 veces mas grande que todo lo que tenemos, sin contar con sus maquinas de guerra y los magos que tiene en sus filas -Sona contemplaba la realidad, la posibilidad tan siquiera de mantener al enemigo a raya eran pocas -lo único que podemos hacer es pelear -hable con los Phenex, enviaran a alguien a buscarte a ti y tu séquito cuando los humanos se aproximen a mi ciudad.
-¿Que? ¿y tu Sona?
-Como líder interina del clan Sitri me quedaré, no importa lo que pase, y si quiere Issei cortar mi cabeza que no dejaré que lo haga sin pelear -declaro.
Era de noche en el infierno al momento que Sona tenía esta conversación con su amiga que solo pudo respetar su posición. Sin embargo, Tsubaki, la reina de la joven heredera estaba en la ciudad entre las montañas cercana al castillo Sitri acompañada por el joven caballero de Rias, Yuuto. Con la pequeña misión de comprar preparativos adicionales para la cena de la noche esta aprovecho la oportunidad con el chico que le atraía.
-La ciudad esta actuando normal a pesar de la amenaza -comento Kiba subiendo las cosas al vehículo de procedencia humana con el que llegaron.
-Sona-sama dijo que no debían porque preocuparse, la gente del clan la admira mucho al igual que a Serafall-sama, la noticia de que se rindió a cambio de salvar la vida de las tropas ha hecho que la gente lo admiré -exclamo la reina de la heredera Sitri, para limpiarse los lentes de tanto empaña miento.
-Estarían dispuestos a morir por ellas, por la familia Sitri -comento Yuuto.
-Y Sona-sama esta dispuesta a dar su vida por las vidas que hay en este clan -dijo Tsubaki -bajo esa cara seria hay preocupación por las vidas que la rodean, no solo por las que conoce, también que sabe están a su responsabilidad -exclamo.
-La conoces bien -sonrió Kiba cerrando el maletero del auto.
-Seguramente tu también conoces a Rias-sama -se ruborizo leve Tsubaki.
-No del todo, ni siquiera yo me conozco bien -dijo, para luego darse un respiro y contarle su secreto a Tsubaki -no se lo digas a nadie, pero… como caballero jure lealtad a Rias de serle util hasta mi muerte, sin embargo. Cuando el ejercito del emperador dragón rojo ataco al vaticano, destruyeron la cede de los ángeles en el mundo y expusieron sus crímenes, el mundo rechazo por fin a Dios, declararon al cielo como un enemigo de su imperio, una parte de mi me impulsaba a ir con ellos y unirme a su guerra -contaba y preocupaba a Tsubaki -mi odio hacia la iglesia es mayor que lealtad a Rias.
-¿Que?
-Tengo la intuición, de que si los humanos han decidido atacar a nuestro mundo, el cielo también terminaran atacándolo, quiero ser parte de ellos cuando eso pase -decía.
-Hablas, ¿de traicionar a Rias-sama? Kiba escuchate -Tsubaki quedo perpleja ante extraña revelación del caballero de Rias.
-Pero le di mi palabra en juramento a Rias tras conocerla, no puedo romper mi palabra tan fácil -exclamo Yuuto -lo que te he dicho, no se lo he dicho a nadie más, Tsubaki-san. Ni a Koneko a Akeno-senpai. Menos a Rias.
-¿Porque me lo cuentas a mi entonces? -cuestiono la reina de Sitri.
-Por que siento que contigo puedo confiarle mi secreto -miro a los a Tsubaki estando de pie a solo un paso de la chica -de todas las persona que he conocido desde que soy demonio, tu eras la única con la que puedo confiar mis secretos.
El ambiente entre ambos se había cortado, el tiempo parecía detenerse en aquel momento turbio por la guerra, la fría nieve que caía ligera en la noche se volvió acogedora mas cuando estaban a solo centímetros de terminar mostrando su amor no confirmado, aquel momento fue cruel mente interrumpido por una serie de explosiones fuertes a dos calles de distancia.
Primero fue un estallido poderoso, la gente en la calle y negocios sintieron la sacudida del suelo al momento de la explosión, al llevar sus miradas a donde se sucinto este siniestro, dos, tres, explosiones mas seguidas una a una se vieron desde el mismo lugar.
-Una explosión… -dijo Tsubaki al momento de las explosiones continuas cuando Kiba la abrazo para agacharse y protegerla cuando alguien grito:
-¡Cuidado! -gritó la gente al escuchar de una turbina sonando en el aire casi sobre sus cabezas.
Tres caza bombarderos furtivos humanos de modelo mustang, pintados de negro y rojo con la cruz teutonica de la bandera del sacro imperio rojo lograron verse gracias a la luz de los faros de la calle, solo para que se perdieran en la noche avión caza tras caza.
Un sonido extraño fue escuchado hasta en el mismo castillo Sitri, Sona salió al balcón de su momentánea oficina junto a su amiga y sus respectivos séquito. Con solo mirar a la distante ciudad Sona sabía donde ocurrió este ataque imprevisto.
-La fabrica de armaduras, ¡los almacenes, allí estaban alistando todo para la llegada de las reservas! -comento, acababan de bombardear el principal sitio de producción para sus tropas. Rabia y miedo era lo que se iba apoderando de la heredera Sitri, tan segada quedo que no escucho el avión en picada que venía a ella desde el cielo nocturno en su cabeza.
-¡Sona! -grito Rias a segundos.
Todos buscaron refugio a dentro al percatarse que un Stuka caza bombardero apuntaba al balcón. Sona sin embargo se quedo atrás aceptando su destino. Cerró los ojos y espero, solo escucho como el avión bajo y se elevo de inmediato perdiéndose en la oscuridad de la noche.
Abrió los ojos que apretó, Sona para mirar al cielo donde dejo su vista e iluminado por la luz de dentro de la mansión vio una carta caer a ella, era lo que él caza soltó en vez de una bomba sobre su cabeza de la Sitri.
-¿Una carta? -dijo tras agarrar la carta en el aire, carta que tenia el sello del mismo emperador rojo.
-Una carta ¿de quien? -pregunto Rias antes de ver el sello.
Sona sin mas abrió la carta con preocupación y saco la hoja que tenia dentro, un mensaje escrito por el mismo emperador dragón dirigida a ella.
“Hola Sona, ha pasado la ultima vez que desde que nos comunicamos, seguramente te has vuelto hermosa desde la ultima vez que nos vimos en persona al igual que Rias, se que esta allí contigo, también la extraño de menos. También se que para este momento eres seguramente la líder interina de tu clan, tu madre se ha esforzado por este clima invernal infernal, pero eso no detiene mis ambiciones. Les daré la misma oportunidad de negociar una paz que les di a los últimos siete clanes y que tontamente decidieron ignorar y pagar las consecuencias, Sona eres inteligente, la mas inteligente que conozco y se que serás razonable, forma parte de algo mayor. Llegaré mañana por la mañana, espero ser recibido con los brazos abiertos o como el emperador que soy, solo soy tu amigo de la infancia, como tu lo eres para mi.
Hyoudou Issei”
Era lo que carta escrita a mano tenia en runas de demonio. Confusión y desconcertó cubrió a Sona tras leerla dos veces, una en voz alta y otra de nuevo con la vista ¿Era acaso que este ataque aéreo fue orquestado por él unicamente para que esta carta le llegara en persona luego de darle un enorme susto?
-Va a venir mañana...
-¿Quien? -pregunto Rias.
-Issei, va a venir mañana en persona -dijo estupefacta Sona.
Sea lo que sea, si realmente lo que decía la carta podría cumplirse, el mismo emperador dragón rojo vendría a verla mañana en la mañana. Sería Sona misma quien lo recibiría.
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