El verano, esa época del año en cuando eres estudiante y el calor del planeta juega un papel agradable pues por casi dos meses te puedes olvidar por completo de la escuela. Pero en el amor, el verano es aquella epoca en la que estas viviendo los mejores momentos de romance con tu pareja. Con Takashi el verano había llegado en dos grupos. Un verano con seis bellas mujeres maduras a las que se gano de corazón y con mucha resistencia, y un segundo verano donde tres hermosas chicas de su academia eran sus novias. Sin embargo este el verano que el planeta traería para Takashi sería aun mas caluroso.
Sin embargo, el verano estaba todavía próximo por llegar. Dos meses y medio faltaban para la llegado del verano.
Todo era felicidad y tranquilidad para Komuro, teniendo cada día un momento para dar su amor a las damas de su harem de maduras. Durmiendo con gran placer a lado de Hayashi Kyoko después de un día de escuela tras traerla a su casa, mas esa noche un peculiar sueño invadiera a Takashi.
―¿Que? ―pregunto el pelinegro al hacerse en tan desconocido lugar, una especie de sala principal de una iglesia o culto del que no conocía. Delante, en lo que parecía ser el altar, una doncella con un velo negro sobre su rostro y un vestido que colores negros con rojos le sonreía a Komuro mientras reía como si fuera con malicia ―¿quien eres, que es este lugar?
―Saber donde te encuentras no es lo que ahora importa ni mi identidad, hijo de Adán ―decía tan siniestra doncella de oscuro―. Puedo ver que has crecido bien, y las mujeres que has escogido para el nuevo mundo son buenas candidatas para ser las próximas Evas para ese nuevo génesis.
―¿De que estas hablando? ―de que se trataba este sueño ¿un presagió o una advertencia?―. ¿Que quieres decir con eso de Adán y Eva, cual nuevo mundo?
―Aun sin embargo, debo decirte que no son suficientes, debes buscar mas para asegurar la supervivencia de tu sangre ―dijo esta misteriosa mujer―, tu destino es mas grande lo que piensas hijo de la gran serpiente, fuiste nacido para crear un nuevo mundo.
―Esto me esta preocupando ¡Que nuevo mundo! ―grito Takashi, mas la doncella solo comenzó a carcajear creando misterio en Komuro y su pregunta, aun por mas gritara para que le explicara Takashi, ella se alejaba hasta despertar.
Como mal sueño fuera Komuro despertó sin recordar nada de lo que soñó ni porque moviera su mente no recordaría nada, como muchos. Aunque se acostará e intentará volver, no podría. Con el sueño perdido estando cerca de las seis de la mañana, Takashi no busco mas y se levanto de su cama, despertando con delicadeza a Hayashi quien dormía cómoda con él.
―Takashi-kun, aun es temprano para levantarse ―dijo Kyoko, quien desnuda dormía, solo tapando su cuerpo con la sabana de su novio. Ella solo miro la espalda fuerte del chico cuando se levantaba de la cama.
―Kyoko debe adelantarse primero a la escuela, siempre me dices que seria un problema si nos vieran llegar juntos, así que voy a prepararle el desayuno a sensei y el baño ―exclamo con una sonrisa a su novia profesora, en seguida le dio un beso en los labios a su mujer―, buenos días, por cierto.
―Buen día a ti también ―respondió alegre.
Mientras su joven hombre hacia el desayuno en la cocina de su casa (casa de Takashi). Ella suspiraba llena de gozo teniendo a tan buen hombre como novio a pesar de ser mucho mas joven que Hayashi.
―Takashi-kun es tan atento conmigo ―hablo consigo misma mientras se sentaba en la misma cama, cubriendo su escote con la sabana.
Mirando la casa del chico vio en el mueble de noche junto a ella, un cuaderno de pasta grueso semi gastado, le llamo la atención a la profesora de ciencias de Fujimi mas cuando lo leyó no pensó que iría mas allá de la primera pagina.
Treinta minutos después con Takashi habiendo servido el desayuno, bajo Kyoko teniendo puesto una camisa blanca de su talla y un bóxer de Komuro, pero lo que mas traía puesto era aquel cuaderno de su novio el que no paraba de leer.
―Hice hot cakes, espere que te gus... ―vio Takashi que su profesora tenia uno de sus libros de historias en manos― ¡de-de donde sacaste! ―con la cara llena de vergüenza fue hacia Hayashi e intento quitarle el cuaderno, pero ella no le dejaría―, ¡por favor dame eso!
Cual niño pequeño intentaba quitarle el cuaderno a la pelirroja profesora, pero no lograba.
―Me habías dicho que escribías historias, pero jamás pensé que tenias escrito una novela ―dijo Kyoko atraída por la novela que Komuro escribió.
―Se supone que nadie debía leerla ―estaba muerto de la pena. Kyoko le entrego su libro.
―¿Porque no? Es una historia muy buena ―comento Hayashi, tan solo leí los primeros dos capítulos y ya me gusto―. Eres buen escritor ¿has pensado en publicarlo?
―No, no pienso hacerlo ―agrazaba su cuaderno antiguo con recelo―, escribí esta historia dos años después de perder a mis padres, era un niño. Y cada que lo leo me avergüenzo de mi mismo.
―Es una historia muy bueno, si tiene errores ortográficos pero es lo que menos, el protagonista son muy interesantes y sus aventuras que afrontar también ―halagaba la mujer―, conozco a un amigo que trabaja en una editorial internacional, podría interesarle publicar tu historia o alguna otra.
―Bueno, esta es la saga de mis historias en las que mas he puesto empeño ―le dio a Hayashi su libro.
―¿Saga? Has hecho mas libros de esta novela tuya ―pregunto Hayashi.
―Solo unos 17 libros en todos estos años ―la llevo de vuelta a su habitación y mostró todos los libros que tenia escritos a Hayashi, quien no dudo más.
―Que dices entonces ―pregunto Kyoko.
―Si dices que mi historia tiene potencial ―decía tragándose la pena de que descubrieran su secreto―, solo porque Kyoko-chan me lo pide.
Así fue como la carrera como autor publicado de Takashi comenzó. En una semana su libro fue aceptado y publicado por la persona que Kyoko Hayashi menciono, al igual que a su profesora. Pudo pasar desapercibido como autor publicado, sin gloria ni penas. La gloria sería de lo que más se terminaría preocupando.
En el tiempo de un mes, el libro de nuestro protagonista termino siendo sensación; y su nombre comenzó a ser sensación entre jóvenes como adultos. En ese segundo mes, se haría publico el segundo libro consecutivo de Komuro Takashi, o como pidió que lo rebautizaran para el segundo lote de su primera novela, Dead man. Dije que sería la gloria de la que debía preocuparse, pues en esta tarde en la humilde casa de los Takagi, arreglado y todo, nuestro protagonista de su propia vida estaba aquí para celebrar el cumpleaños del padre de Saya. En compañía de invitados importantes, cada miembro de la familia Takagi era rodeado y llenado de elogios.
―¡Felicidades, Soichirou-san! ―llenaban de elogios al hombre por su familia, amigos viejos y nuevos―, un brindis por Takagi Soichirou-san.
Fue como celebraban los 41 años del hombre de la familia Takagi. Mas allá del brindis, Saya estaba junto a Takashi viendo al señor de Tokonosu disfrutando. Aquí fue cuando las hijas e hijos de estos los invitados de Soichirou rodearon a estos novios con halagos.
―Takagi-san es tan afortunado con una hija tan linda como tu, Saya-san ―decían los chicos, sin desperdiciar la belleza que la pelirrosa usando por primera vez un vestido elegante como su madre.
―Gra-gracias ―eso incomodaba como la irrito a Saya, solo había alguien de quien quería escuchar eso.
―¿No es eso cierto? lo mismo le dije a Saya antes ―comento Komuro para hacerla sonrojar.
―¡Oye! ―paso tal como lo planeo.
―Aun no nos la he presentado, Takagi-san ¿quien es su acompañante? ―preguntaron con elegancia las jovencitas, pues a pesar de su rostro era un chico cautivador para las damas, la conexión que tenia con la heredera Takagi era deslumbrante.
―Cierto ―aclaro su voz, decir la verdad haría que los mal intencionados varones de su edad―, quiero presentarles a mi novio, Komuro Takashi.
―¡Tu novio!/¡En serio! ―quedaron atrás con la revelación, sin embargo hubo mas de una sola sorpresa en ese momento―, ¿Komuro Takashi? No eres tu: Deadman-sensei.
―Han conocido a otro con mi nombre ―rascaba la parte trasera de su cabeza mostrando humildad.
―El mismo creador de: Lament for soldier's glory. ¿de verdad? ―eso asombro incluso a los jóvenes.
―¡¿Es cierto que escribiste la historia cuando tenias diez?!
El bullicio de quienes rodeaban a su hija como al chico que intento criar como un hijo atrajo la mirada tanto del hombre como la mujer Takagi. Yuriko veía con una sonrisa como su hija celaba a su joven novio. Mientras que Soichirou estaba feliz porque su niña tenia un hombre al que confiar su seguridad.
―Tu hija consiguió un partido muy interesante, Yuriko-chan ―ahora los halagos comenzaban a ser para quien tenia un secreto mortal que ocultar a todos los invitados.
―¿Eh? Gracias, mi esposo, mi hija y yo lo conocemos desde que era un niño, me alegra que haya sido él a quien Saya eligiera ―exclamo tras ser tomada desprevenida Yuriko. Hay que decir, que la mujer llevaba puesto un vestido rojo de corte imperial, sin que sus brazos fueran cubiertos, y un escote del que era mejor para todos no mirar ya que el esposo de Yuriko estaba aquí.
―Cambiando de tema ―decían las amigas de alta sociedad de Yuriko―, dinos cual es tu secreto.
―¿Secreto? ―se puso nerviosa.
―Si, como le has hecho para verte tan joven de nuevo ―dijeron, eso no lo vio venir la que tenia por amante al novio de su hija―, vamos. No digas que no te has visto al espejo.
―Luces cinco o siete años mas joven Yuriko-san ―comentaban otras.
―Tu piel luce tan suave.
―Tu cabello brilla como si tuviera la edad de tu hija ―decían.
―Incluso tu figura tomado nuevas medidas ―cintura, caderas, pechos. Aunque solo un par de centímetros había aumentado, era algo que solo una mujer podía notar en otra―, cual es tu secreto. ¿Es alguna crema que usas o un spa al que visitas?
―"Salón de belleza... solo la casa de Takashi-kun visito. La única crema que me pongo en la piel, es la crema de mi amante que termina untando por todo el cuerpo" ―pensaba Yuriko, recordando desde el primer momento que termino en manos de Takashi hasta el mas reciente.
Hace dos horas, en la parte trasera de su misma casa cuando los preparativos para recibir a los invitados estaban casi terminados. Takashi estaba allí desde antes por una petición que Soichirou Takagi para que ocurriera durante su boda, una petición del hombre que dejo tenso a Komuro y que necesitaba sacar ese estrés.
―¡Espera Takashi! ―justo cuando se había colocado aquel nuevo vestido que estrenar en la fiesta, fue con el pelinegro a la parte trasera de su casa y este la tenia contra la pared.
Siendo levantada de las piernas por las fuertes manos de Komuro, sin necesidad de quitarse ninguno la ropa, Takashi había logrado penetrar a Yuriko con fuerza y hacerla gemir, de no ser que puso su mano en su boca, alguno les hubiera descubierto.
―No puedo aguantar... Yuriko-san se ve tan hermosa con este vestido nuevo ―decía Takashi con su rostro en los pechos de la mujer.
―Tonto, es un lugar muy riesgoso para hacer esto~ ―seguía con su mano en la boca―, alguien podría escucharnos, como mi esposo.
―La emoción de ser descubiertos... es lo que hace que la vagina de Yuriko este mas apretada ―comento Komuro llevando sus manos al trasero de la matriarca Takagi.
―Vas vale que te corras dentro, si manchas mi vestido tendré que cambiarme y Soichirou se preguntara porque~ ―decía apretando la cabeza de Takashi contra su cuerpo.
Poco paso para que Takashi hiciera caso a la indicación de Yuriko y terminara manchando el interior de la mujer, aunque ella dijo que hacerlo en la parte trasera de su hogar con cientos de muchas posibilidades de ser descubiertos por los empleados de su familia o su misma familia, Yuriko misma acepto que haber corrido este riesgo fue muy excitante, y eso era lo que le hacia falta siendo este día del cumpleaños de su esposo cuando debía ser el día en el que ella y Komuro debían ser solo ellos dos.
La única forma de que Yuriko abandonase esos recuerdos inmorales fue cuando su esposo Soichirou toco la copa de donde bebía sake del que le acababan de traer de regalo. Todos sus invitados, familiares y Takashi; miraron al celebrado, quien parecía tener unas palabras que decir en su día.
―Es agradable ver a todos mis amigos y conocidos reunidos para celebrarme ―así comenzaba el discurso ―jamás creí que viviría tanto como ver a todos mis conocidos tan viejos como yo.
Dicho eso, saco una carcajada a todos, a pesar de tener 41 años se veía bien el hombre para su edad. Para su hija, era inusual ver a su padre tan alegre mientras que su madre se veía feliz por ver a su esposo así.
―Sus regalos me llegan de alegría ―se mostraba rojo por el alcohol, sin embargo no estaba del todo borracho―, sin embargo el mayor regalo de mi vida, lo encontré hace tiempo ―hizo a su esposa ruborizarse, pero por dentro, algo se la comía, un secreto que la comía― y ella me dio un mayor regalo también.
El hecho de que su padre hiciera que los invitados pusieran su atención a ella, lo cual la puso muchas mas incomoda que de costumbre, el tener a su lado a Komuro era lo único que la mantenía con calma. Saya no sabía que también había algo que tenia nervioso a su novio, se podía decir que un número que el hombre de la fiesta y que poco hizo por criarlo, le pidió hacer.
¿Recuerdas que Soichirou hizo venir antes de la fiesta, a Takashi? La razón de esto era esta:
―Komuro Takashi, dime ¿amas a mi hija? ―decía el hombre desde el asiento de su escritorio mirando al chico parado delante de él.
―¡Por supuesto! ―aprendió a amar a Saya, así como Rei. Pero esta noche, seria noche para Saya unicamente. Esto luego de que Takashi besará a la pelirrosa delante del padre en una tarde después de la escuela, en su propia sala después de ver una interacción inusual entre su hija y Komuro.
―Hay que quiero pedirte que hagas esta noche muchacho, por mi hija y por mi, luego de todo es mi cumpleaños ―decía soberbio por su día.
Mas cuando escucho lo que el patriarca Takagi le pedía se puso tenso.
―¡¿Que yo haga que?! ―dijo dando un paso para atrás―, no cree que es algo muy incomodo.
―Tu sabes bien, que mi hija tiene tantos atractivos, como su asombroso intelecto y hasta yo se, que heredo la belleza de mi esposa ―decía con serenidad pero manteniendo su lugar como padre―. Soy un hombre poderoso como influyente, se bien que los que conozco buscan una oportunidad de mi siempre, y mi hija no es excepción.
―Creo saber de lo que esta hablando, estoy dispuesto a dar... un paso enorme ―interrumpió Takashi―, pero si Saya dice que no.
―Ella dirá que si, tu eres el único joven que mi hija ve como hombre y he visto por que ―no lo parecía, pero conocía bien a su propia hija.
Una petición muy complicada de realizar según Takashi, sin embargo no podía decirle que a un hombre como Soichirou Takagi, eso podía significar su muerte.
―Padre, que estas... ―Saya noto lo extraño que estaba comportándose su padre, pero cuando quiso preguntar fuera de todo pero entonces el mismo Soichirou retomo sus palabras.
―Takashi me dijiste que había algo que querías preguntarle a mi Saya, creo que ahora es el momento ―dijo el patriarca Takagi extendiendo su mano con la copa en él todavía.
―¡Si! ―contesto tragándose los nervios, apretó sus manos y respiro profundo, era un momento del que podía pasar vergüenza frente a muchos desconocidos, o ser un momento decisivo en su vida, una que no decidió del todo solo para él―, Saya ―la llamó por su nombre a secas frente a todos.
―¿Que pasa? ―se sentía aterrada de lo que Takashi tramará.
―Desde que eramos niños, te conozco; y aun cuando perdí todo, tú eras de las pocas cosas personas que aun conservo a mi lado ―palabras románticas que a pesar de que a la pelirrosa le gustaban oír de él, en publico era mas penoso escucharlo.
―¿Estas bien, Takashi? ¡Deja las palabras cursis y dime que es lo que quieres decir! ―dejo a un lado los estribos.
―Yo... quería hacer esto mas romántico pero si quieres que sea directo ―entonces, tomo cada mano de la pelirrosa y se arrodillo delante de ella―, Takagi Saya, te ca...
―¡Si! ―un grito lleno de emoción le sorprendió.
―¿Ni siquiera me vas a dejar terminar? ―pregunto Komuro aguantando la ganas de reír.
―Tonto... sabes, jamás pensé que llegaría el día en el que me preguntarás. Cuanto me alegra haberme equivocado ―una escena muy hermosa para todos los presentes. Yuriko estaba feliz por su hija y su esposo no podía estar mas tranquilo como contento, en sus palabras, era el mejor regalo de cumpleaños hasta ahora.
Horas después cuando los invitados se fueron y solamente quedaban los miembros de la familia Takagi y quien seria un nuevo miembro de la familia.
―El mejor cumpleaños de mi vida debo decir, sabes que siempre te consideramos un miembro de nuestra familia Takashi, pero oficialmente lo serás en unos años ―exclamaba Soichirou alegre de forma natural a como le veían. Saya no se despegaba del brazo de Takashi mostrándose melosa como feliz por la propuesta de su novio. No es que su hija fuera una carga, pero sabia bien que Komuro era quien podía ponerle la confianza de Saya en él.
―¿Que puedo decir? Amo a Saya, y fue bueno haberme dado cuenta ―comento, mirando a su prometida quien no soltaba su mano desde el momento de la propuesta.
―De que la chica mas linda siempre estuvo junto a ti, si~ ―aun conservaba su alto orgullo, Saya.
―Si pueda, quien sabe ―decía Yuriko bebiendo un vaso de agua nada mas mientras su esposo seguía bebiendo del Sake.
―Querida no has tomado alcohol en toda la fiesta ¿te sientes bien? ―pregunto su marido tras notarlo pero decidió esperar, después de la fiesta.
―Bueno, hay algo que debes saber Soichirou ―era momento de contar la verdad―, quería decirtelo en la fiesta pero no quería quitarle la atención a Saya ni a Takashi-kun.
―¿Esta todo bien, Yuriko-san? ―pregunto Komuro, tenso; pero bien ocultado.
―Cariño ¡estoy embarazada!
Su esposo casi dejo caer la copa que tenia, Saya quedo atónita y Komuro con la boca abierta del shock. Incluso los empleados que terminaban con la limpieza de la sala principal se paralizaron al escuchar tan enorme noticia.
―¡Voy a tener otro hijo! ―estaba tan contento Soichirou.
―¡¿Voy a tener un hermano menor?! ―Saya asombrada.
―O una hermana, hija ―comento Yuriko con su mano bajo su mejilla derecha.
―"Voy a tener un hijo" ―era el pensamiento de Komuro, después de escuchar, conteniendo las ganas de decirle a Soichirou que ese posible hijo o hija era suyo y no de él. Al final, quien era el amante de Yuriko ¿eh?~
Días mas tarde en el colegio, donde Komuro en horas de escuela tenia a las primeras tres de su segundo harem. Saya no hizo esperar la noticia a sus rivales.
—Mira y grabalo en tu memoria Miyamoto —presumía en alto su anillo de compromiso Takagi ante sus dos rivales, pero sobre todo ante cierta castaña orgullosa siempre.
—Lindo —dijo sin tanta sorpresa Miku mirando el anillo en su dedo.
—¡No es justo, se supone que yo voy a hacer la primera esposa de Takashi! —grito Rei tras aguantar en vano el coraje, confrontando a Takashi—, porque tu no dices nada —miro a Yuki quien se mostraba tranquila con la noticia.
Sin darse cuenta gracias a su discusión, detrás del club de astronomía mientras a un no estaban, Busujima estaba una vez mas espiándolos sin que la detectaran, solo así nadie logro notar como apretaba con rabia su ante brazo derecho de rabia al escuchar que una de estas tomaba mas delantera en el juego del amor.
—Ya lo dije, ustedes pueden pelear por decidir quien será la primera o segunda esposa de Takashi, yo seré la amante en todo caso~ —tomo al chico del brazo para mirarlas a ambas como la gata que era.
—Crees que serás la amante de Takashi, perra. No te daré ni un solo segundo con Takashi —Saya lo abrazo desde su otro brazo libre.
—Eso piensas~ —Yuki no iba a perder nada de Takashi.
—Las vacaciones de verano comienzan la próxima semana y mi familia piensa ir de vacaciones a un paraíso tropical, tendremos mucho tiempo a solas —Takagi tenia una enorme ventaja.
—Takashi... —Rei comenzaba a arder de rabia.
—Rei, calma. Escucha, lo hice porque su padre me lo pidió para protegerla. Además, no nos casaremos pronto si eso piensas —decía el pelinegro poniendo sus manos en sus hombros—, tranquila. Además solo estaré con Saya la primera semana del verano. Aunque tengo planes para todo el verano, me las arreglaré para darte tu momento Rei. Dije que las haría felices a las dos, bueno. Tres.
Respiro profundo Miyamoto, aspiro y exhalo fuerte para levantar la mirada, ya mas tranquila. Al mismo tiempo, Saeko desde su escondite mordía su dedo pulgar con su rostro pegado a la pared, ahora sabia que tenia una oportunidad también.
—Esta bien —Rei estaba calmada—, tal vez te haya propuesto matrimonio primero, Takagi. Pero el lugar de la primera esposa aun sigue libre.
—¿Y que planes tiene preparados exactamente, Deadman-sensei?~ —comento con siempre tono lascivo Miku.
—Muchos planes puedo decir —dijo complicado, solo Yuki sabia sin preguntar las mañas de Komuro.
Las vacaciones de verano llegaron por fin. Todo mundo hace planes cuando llegan estas fechas. Incluso Takashi tenia que hacer planes. Planes para estar con todas sus amadas mujeres de sus harems. Aunque ya tenia un itinerario realizado por ellas, siendo las vacaciones mas largas del periodo escolar, sabia que bien que incluso su horario tenia que ajustarse.
—Ya comenzó el verano —Takashi estaba reunido con sus seis maduras que amaba en poligamia—, no puedo esperar para verlas en traje de baño. Díganme ¿seguiremos con el mismo itinerario de la semana, por ahora?
—Somos seis de nosotras. Las vacaciones de verano son ocho semanas —decía Minami sentada a la mesa de Komuro junto a las demás y con Komuro en el centro.
—Ya que Yuriko-chan va a llevarte con su familia una semana, lo mejor seria que cada una de nosotras pasara una semana entera contigo, solo por estas vacaciones —comento Kiriko Miyamoto frente a Rika.
—Lo siento, pero es que es un viaje que mi esposo y yo hemos planeado desde hace un año, sobre todo por el compromiso repentino de Takashi y mi Saya —estaba sentada Yuriko a la izquierda de Miyamoto.
—Si, compromiso repentino —había discutido los detalles con Yuriko cuando esta le contó en privado.
—Me agrada la idea la idea —decía Shizuka—, sin embargo somos seis y las vacaciones serán por ocho semanas.
—En la ultima semana será el cumpleaños de Takashi-kun, seria bueno hacerle una fiesta de una semana especial —dijo sugerente Yukka sentada a la derecha de Shizuka, y la enfermera tenia a su izquierda a su amiga.
—No puedo esperar para saber al respecto, debo decir que la penúltima semana necesito estar con mis compañeras del colegio, prometí darles tiempo en lo que supuse seria un itinerario apretado —comento Takashi.
—Yuriko-chan tendrá a Komuro-kun primero ¿quien será le segunda? —pregunto la Miyamoto.
—¡Yo! —se levanto Hayashi al respecto—, también me gustaría llevar de paseo a Takashi-kun unos días.
—Seré la tercera —Rika levanto la mano tras escuchar a la madre de Alice.
—¡Cuarta! —grito Shizuka.
—¡Quinta! —grito en seguida Yukka.
—Sexta —dijo un poco desanimada Kiriko-san.
El orden de las semanas estaban decididos. Cada una tendría a Takashi una semana, en la séptima semana estaría con Saya, Rei y otras mas mientras que en la ultima. Una fiesta muy calurosa de una misma semana le esperaría al pelinegro.
—¡Estás serán unas vacaciones increíbles! —exclamo de emoción Komuro. Tal como dijo, serían unas vacaciones increíbles.
Así comenzarían las mejores vacaciones de verano para Takashi Komuro, sin embargo jamás pensaría que podían ser las ultimas.
Una casa en las playa tropicales al sur de japón era el destino al que llegaron nuestro héroe pelinegro con la bella mujer de Takagi, solos. No era una simple casa de playa que se rentaba, era totalmente una propiedad al nombre del apellido de la familia Takagi, una casa de dos pisos y cuatro habitaciones, un comedor, una sala y un patio hacia un pedazo privado de playa. Con estacionamiento incluido.
—Tengo que decirlo, es mas grande por dentro —comento Takashi tras entrar detrás de Yuriko con las maletas de viaje, una para él y tres de la señora.
—Gracias, Soichirou y yo habíamos rentado este lugar para estas fechas pero ni mi esposo ni Saya pudieron venir hubiera sido mas divertido pero ya ves que salieron improvistos —la mujer había entrado a la cocina para salir con dos copas de vino llenas, una para ella y una para su joven acompañante—, debes estar sediento por cargar todas las maletas tu solo.
La mujer tenia puesta un camisón blanco de tirantes delgados de medio escote, un sombrero de playa femenino; una falda de la misma color azul con dibujos estampados de flores. Dejo en el suelo las maletas Takashi un momento y tomo la copa que quien era amante le ofrecía.
—Gracias, Yuriko-san —iba a beber de la copa cuando paso en su mente una cosa—, espere. Se supone que Yuriko-san esta embarazada, no debería estar bebiendo alcohol.
—No es alcohol si lo piensas, es solamente jugo de uva —le enseño el cartón de jugo que compró en el camino—, se bien que no debo beber por que voy a ser madre de nuevo.
—Hay algo que he querido preguntar, Yuriko —dijo sin beber de su copa, solo ella bebió a fondo, dejo la copa a un lado y presto atención a la repentina seriedad del chico—. ¿El hijo que ahora espera, es de Soichirou-san o es mió?
—Quieres que sea sincera —también se puso seria así que fue hacia él y tomo al chico de sus mejillas para que le mirara a los ojos, porque tenia agachada la mirada—, aunque ciertamente Soichirou es mi esposo y lo amo, pero hay alguien mas a quien le he entregado mi cuerpo en los ultimos tres meses y ciertamente ha logrado robarme el corazón.
—Entonces...
—Espero tener tu ayuda para criar a nuestro hijo, mi amor~ —sonrió la mujer sin soltar el rostro de Komuro.
—...¡Yuriko! —se arrojo a la mujer para abrazarla y besarla, pero sobre todo abrazarla lleno de felicidad.
—Oye, oye tranquilo —era una respuesta positiva de Takashi mas fuerte de lo que espero—, ¿en verdad, tanto te alegra que este embarazada?
—Siempre soñé con tener una familia con Yuriko-san, estoy demasiado feliz —su cara estaba muy cerca de Yuriko y no quería despegarse—, además pensar que Yuriko-san me engaño diciendo que pasaríamos esta semana con toda su familia cuando seriamos solos nosotros dos.
—Bueno fue un plan de improvisto para que mi Soichirou ni mi Saya pudieran molestarnos, solo seremos nosotros dos estos siete días —abrazaba también a su joven especial.
—Ya quiero ver a Yuriko-san en traje de baño entonces —su entre pierna se mostraba ansioso por ello.
—Eso será mañana, primero quiero bautizar contigo cada parte de esta casa contigo~ —dijo a su oído después de posponer verle en bikini—, dame unos minutos para prepararme.
Espera en la sala como la mujer le indico hasta escuchar la voz de Yuriko proviniendo de la parte superior de las escaleras.
—Takashi-kun~
Se puso de pie mientras la veía bajar paso a paso las escaleras, vistiendo lencería de color negro de encaje, esos que crean hijos entre las parejas. Sus pechos estaban resaltados y redondeados, sus muslos carnosos tanto que a cualquier hombre le provocarían hambre. Unas bragas que al pasar por el trasero de Yuriko la raya perdía en medio de sus montañas traseras, todo esto sumado con unos tacones de tacón delgado del mismo color. Takashi lo vio pues ella dio una vuelta completa al terminar de bajar, quedando delante del chico.
—Yuriko-san... —la voz se le fue en cuanto la vio bajar en las escaleras—. ...esta tan hermosa. Pareces una súper modelo, no eres mas bella que una súper modelo.
—De verdad~ —puso sus brazos alrededor del cuello de Komuro mientras su pierna izquierda la levantaba mientras que su mano fue a frotar aquello del chico que le encantaba de él—, Takashi-kun tu sabes después de una boda, los recién casados tienen algo llamado luna de miel.~ En esos días, los recién casados se encierran por hasta quince días en una habitación especial para hacer el amor durante todos esos días, sin descanso con tal de asegurar el nacimiento de su primer bebé.
—¿Cree que voy a decepcionar a Saya, Yuriko-san? —pensaba Takashi que lo iba a poner a prueba.
—Claro que no, solamente quiero que me des una segunda luna de miel, mi amor~ —por eso lo quería una semana con ella—, vamos a divertirnos mucho esta semana.
Besándose sin respeto, sabiendo mas que bien el amor prohibido que tenían fueron; iba empujando Yuriko, a Takashi lento pero seguro mientras lo llevaba de vuelta al sillón del que se levanto. En cada paso que daba, le fue quitando su ropa al pelinegro hasta verlo desnudo y su pene despierto a todo grosor.
—No entiendo, como es que puedes excitar por una vieja como yo~ —dijo Yuriko mientras hacia un pose sexy parada encima la mesa de madera que había entre los muebles de la sala.
—Yuriko-san, eres la primera mujer por la que sentía algo, eres la primera por la que me sentía atraído sexualmente —dijo Komuro sin llevar su vista a otro lado de la sala, logrando ver de primera como Yuriko se sonrojoba con sus comentarios, todo mientras tenia los brazos arriba con las manos detrás de la cabeza.
—Se me sincero Takashi-kun ¿alguna vez hiciste algo lascivo pensando en mi, como masturbarte? —pregunto Takagi manteniendo sus brazos arriba.
—Si —trago su orgullo, no le quería mentir.
—¿Exactamente que imaginabas acerca de mi? —la entrepierna de Yuriko comenzaba a picarle, deseando escucharlo—, no guardes detalles por favor.~
—Quería probar, los labios de Yuriko-san cuando me empezaron a atraer las mujeres, poner la cara en sus pechos y deleitarme con su suavidad —decía Takashi dejando que su pene empezará a palpitar de forma incesante como desesperada.
—Solo eso~ —Yuriko mordía su pulgar derecho de solo escucharlo, no era un chico al que trataba de tomar su primera vez, pero sentía como la flor prohibida de amor que cultivaron ambos, estaba refloreciendo.
—Luego, quería probar sus pechos, morder sus pezones y probar su sabor —Komuro comenzó a tocarse pues el ardor de su polla podía con su voluntad.
—Estos pechos~ —pregunto Yuriko colocando la cara de su amante entre sus pechos.
Sin darse espera. Komuro comenzó a respirar el aroma del perfume que Yuriko había rociado en su escote. Con sus manos en la espalda de la mujer Takagi, Takashi desabrocho el sostén sin que lo sintiera; con su pechos revelados, iba degustando de los pechos de la mujer sacando algunos gemidos a la madura mientras sentía el empalme del pelinegro frotarse bajo su vagina protegida por las bragas que se puso.
—De solo morder mis pechos haces que mi vagina se moje, Takashi-kun~ —decía Yuriko mientras iba frotando su cuerpo contra el cuerpo de su amante. Todo mientras sin prestar atención al hecho de que las manos de Takashi bajaban hacia su trasero, donde él tomo sus bragas y jalo de ellas, apretando su vagina mojada —¡Haaa!~ —fue el gemido que dejo oír por el movimiento del chico sin —¡Haaaaa!~ —un segundo sonido lascivo mas fuerte que el primero hizo Yuriko al sentir por fin, como la punta del miembro de Komuro se introdujo en ella, poco a poco hasta llenarla toda.
Las caderas de Komuro iban moviéndose poco a poco hasta humectarse todo con el mojado coño de la mujer. En poco tiempo, Yuriko también empezó a mover sus caderas al ritmo de Komuro, haciendo que la punta del pene del chico golpeará mas fuerte su útero.
—Se siente genial, tu polla besando lo mas profundo de mi —no soltaba en nada al chico, el fuego de la pasión indecente la consumía—, esta sensación... se siente malditamente bien.~
—El rostro que pone Yuriko... es tan atractivo. Pensar que una mujer tan elegante como usted, pone una cara tan pervertida~ —decía Takashi mirando el rostro de Yuriko.
De pronto, poniendo sus fuerzas en sus piernas se puso de pie Takashi y con sus manos tomo a la mujer de sus piernas mientras ella seguía agarrándose de él de su cuello, de pie Takashi comenzó a embestir a Yuriko con mas fuerza teniéndola en el aire.
—Te estas poniendo mas intenso~ —decía mientras su mirada se perdía en el cuerpo de Komuro—, esta pose es muy audaz, Takashi-kun. Pareciera que nada mas tu polla es lo que impide que me caiga.
—Voy a venirme... Yuriko-san —sus ojos ardían para Takashi,
—Dame tu leche querido, dame tu primera descarga dentro ¡lo quiero dentro! —grito la mujer cuando droga a la que era adicta se tratará—, ¡Ohh! —Su interior fue bañado con la leche de Komuro, lo cual le hizo alcanzar el clímax también.
Salió la polla de Takashi de su interior de tanto fluido sexual, de la vagina de Yuriko se derramo parte del semen de Komuro pero esto no importaba, era un espectáculo lascivo muy pervertido para ambos amantes. Sin darse respiro Takashi acostó a Yuriko sobre la mesa pequeña en medio de la sala y de nuevo la penetro mientras aun estaba asimilando el orgasmo que acaba de sacar.
—No han pasado ni cinco minutos desde que te corriste y ya estas animado de nuevo —la cogía sin importarle a Yuriko que su vagina aun estaba sensible.
—Quiero mas de Yuriko-san —dijo Takashi colocando su cara nuevamente entre sus pechos y embarrando su cara en ellas.
—Yo también quiero mas... ¡Mas! —un par de minutos mas tarde y una segundo descarga de esperma del pelinegro le lleno.
Entre tanta caricia que vino después para mantener encendida la pasión, terminaron los amantes en el suelo. Ignoraron el golpe que terminaron dando contra el frio piso, sus cuerpos estaban mas calientes que la loza. Tras estar besándose sin parar, Yuriko se dio vuelta al estar encima de Komuro para poner en su boca el pene del pelinegro y devorarlo, de la misma manera, él lamia de forma impertinente su vagina, provocando espasmo ligeros dentro a Yuriko.
—Tu vagina esta mas rica de lo usual, Yuriko~ —las manos del pelinegro se aferraban al trasero de la mujer.
—Estuve esperando esta semana para nosotros dos durante el ultimo mes~ —dijo, teniendo la punta del pene de Takashi en su boca—, sabes cuanto estuve esperando esto.
Dejo de chupar su hombría, y se acomodo para montar a Takashi apuntando su cuerpo hacia adelante, él vería su espalda como trasero, moverse de arriba a abajo. El talento y empeño de Yuriko por obtener mas del placer animal que le daba Komuro era tanto, que al mirar su trasero moverse con tanta violencia, el movimiento de sus glúteos se tornaba hipnótico.
—Mueves muy intenso tu cuerpo —le dejaba sin aliento a Takashi.
—Me encanta esta sensación, la punta de pene besando mi lugar para hacer bebes~ —el calor dentro de su cuerpo la consumía, tanto que dejo caerse de espaldas sobre Takashi donde él de inmediato tomo control de los intensos movimientos que los derretían.
—Ver a Yuriko en pleno frenesí me encanta —exclamo cuando de nuevo el rostro de la mujer quedo muy cerca de la suya. Sacaron ambos sus lenguas y se besaron sin restricciones, todo mientras Takashi continuaba moviendo sus caderas como si fueran una extensión aparte.
—¡Aquí viene otra vez! —no pudo con la sensación, de su vagina comenzaron a chorrear los jugos lascivos mientras era machacada por el pene de su amante.
—¡Voy a llenarla otra vez, Yuriko-san! —golpeaba fuerte la pelvis de la Takagi, hasta que su leche otra vez se vertía dentro de ella mientras sentía que la vagina de quien era amante le apretaba para no perder nada de su esperma.
El medio día del que comenzaron se volvió atardecer, esto pues quedaron sobre el piso Takashi con Yuriko encima de él esperando a que sus cuerpos recuperaran fuerzas para continuar.
—¿Ya estas animado otra vez? —pregunto Yuriko estando encima de Takashi—, vayamos a la habitación a continuar.
—Si... pero hagamos algo mientras llegamos —entonces susurro algo pervertido a Yuriko para ir subiendo.
Como si fuera una carretilla, Takashi tenia metido su pene en el agujero principal de la Takagi y mientras subían las escaleras, pasando por el pasillo hacia la habitación de ambos. Con sus manos en el suelo al igual que sus piernas, iba empujando a Yuriko despacio mientras él la sostenía de sus caderas avanzando en tal pose del Kamasutra.
—¡Ha! Esto... están vergonzoso como excitante —decía Yuriko cuando finalmente llegaron a la habitación.
—Lo se, no puedo creer que Yuriko se haya venido de solo caminar con mi pene dentro —comento Takashi, saco su miembro y tal como dijo, su miembro estaba todo humectado por los líquidos de Takagi.
Puso de pie la pelirrosa mujer, para tomar al chico y empujarlo contra la cama, se agacho para tener su pene cerca de su rostro, lo puso entre sus pechos, una rusa con su escote fue lo que le hizo a su joven amante.
—¿Te gusta como mis pechos abrazan tu polla, mi amor?~ —decía pervertida Yuriko.
—Es fantástico, Yuriko-san —la sensación era fenomenal, recibir un paizuri de ella. Aunque no tuviera unos pechos como los de Shizuka, pero el servicio viniendo de la primera mujer de la que se enamoro bastaba para que tomara el primer lugar según Takashi.
—Vamos, dale a Oka-san tu leche en la cara~ —lamía la punta de su pene con su lengua, sin que él le mirara, cada segundo que pasaba su vagina estaba mas y mas mojada—, vamos, no me hagas esperar.~
Con un grito ahogado, vino en seguida lo que Yuriko tanto quería. Una descarga del volcán de Takashi y su rostro se mancho. Bañando toda su cara de su mujer, la cual sin dudar saboreo usando solo su lengua.
Con su amante recostado en la cama, subió en Komuro una vez mas para montarlo.
—Te gusta ver mis pechos rebotando~ —pregunto con tono lascivo la mujer, tomando las manos de Komuro para que agarraran sus pechos sin reprimirse, apretando sus senos cuales suaves almohadas fueran.
—Mi cuerpo, se derrite... —estaba alcanzando su limite Yuriko, quería llegar a él—, tu pija hace que mi interior se derrita. No puedo mas... ¡voy a venirme otra vez!
—Yo también voy a venirme —comento Takashi luego de minutos de sentir como la mujer le exprimía por quinta vez de su pene.
Las pelvis de los dos estaban tan pegajosas por sus fluidos que sonidos de chapoteo se escuchaban en la habitación. Sonidos que se fueron intensificando a medida que alcanzaban juntos el clímax.
—¡Takashi-kun!
—¡Yuriko-san! —grito a todo pulmón su nombre para correrse por quinta vez.
Quedaron sin energías esta vez. Acostados en la cama mirando ambos el techo con el rostro reflejando felicidad. Takashi de pronto puso su mano en el estomago de Yuriko, solo para acariciarlo mientras su cara descansaba bajo uno de los pechos de la mujer.
—¿Que pasa? —pregunto Yuriko al ver que no paraba de mirarle su vientre—, estas pensando en el bebé.
—Estaba pensando en que nombre debería tener, mi primer hijo y será con Yuriko-san —suspiraba de entusiasmo—, me gustaría que se llamase Nagisa, funciona si es niño o niña.
—Sabes que esa decisión sera miá y de Soichirou —exclamo la mujer que no le pertenecía—. Pero puedo sugerírselo.
—Ayudaré a Yuriko-san a criarlo aun así, aunque no pueda ser realmente mi esposa, la trataré como tal —decía Takashi, pero entonces un viejo molestar cayó sobre Yuriko.
—Takashi-kun ay algo que debo decirte —dijo, mas Takashi no le dejo decir.
Se puso de pie y se puso encima de Yuriko, con sus brazos a cada lado del rostro de la mujer para que le mirara así como le escuchara a detalle.
—Se que eso es imposible, eres una mujer casada pero aun así la amo, quiero proponerte matrimonio y oírla decirte que si, pero se que dirás que no —decía Takashi, palabras que ruborizaba—, y aunque escuchará eso, lo único que no quiero escuchar es decir que hay que decirnos, adiós. Porque siempre amaré a Yuriko-san. Aunque tenga a Shizuka-sensei, Yukka-san o a Saya. Habrá un espacio vació en mi corazón.
Cada palabra que pronuncio toco una fibra sensible en su corazón, palabras de un poeta romantico. Así lo describió en un principio. Eran las palabras de un hombre enamorado sabiendo que su amor era imposible, pero se aferraba por sostenerlo.
—Eres todo un poeta Takashi-kun —dijo con su corazón conmovido, Yuriko—. Aun cuando puedes ser feliz con mi hija o con alguna de las demás no estas dispuesto a soltarme. Hay algo en ti que hace que me niegue a pensar en dejarte así que: Criemos a nuestro bebé, Takashi mi amor.~
El verano, la época del año donde hay mas calor, también comparado con la época del romance cuando una pareja alcanza su mejor etapa amorosa. Esa etapa acababa de renacer entre Yuriko y Takashi, ya no importaba que fuera algo imposible, cuanto mas imposible suena algo mas atractivo se vuelve. Ese verano venia para renacer con las relaciones que tenia con todas. Shizuka, Rika, Yukka, Kiriko, Kyoko, Rei, Saya, Yuki. El verano estaba por renovarse con ellas.
El verdadero verano en el amor estaban por llegar a nuevas mujeres que Takashi anexaría a su harem: Rosswaisse, Kirisu Mafuyu, Yoruichi Shihoin, Matsumoto Rangiku, Bakugou Mitsuki. Iriasvel von Einzbern, Venelana Bael. Yayoi Mizuno, Fubuki. Yukana Yame. Rias Gremory, Akeno Himejima, Otome Sakuragi (descuiden, ella tendrá un mejor destino).
Pero el verano aun estaba pendiente para otras también: Saeko, Niki, Misuzu, Tanuichi, Kawamoto. Ocho semanas de vacaciones de verano. 56 días de guerra, eran demasiadas trincheras por recorrer, pero solo había un hombre en esta historia que podía hacerlo.
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