Milf of the death
Era inaudito, se suponía que serían siete largos y calurosos días disfrutando del paisaje tropical legos de Tokonosu. Un escondite donde Yuriko Takagi y Takashi Komuro podían ser solo ellos, sin nadie mas que los molestara. A pesar de reencontrarse con Fubuki y hacer que el refugio de amor prohibido de los dos fuera de tres, ese nido de romance inaudito pronto se acabo con lo único que no debía pasar, Soichiruo Takagi había venido hasta la casa de playa junto con su hija: Saya Takagi. Todo para cumplir con las vacaciones en familia, como habían planeado.
—El sol, la playa, la naturaleza ¿no es maravilloso, Takashi? —dijo Soichioru Takagi estando junto a su futuro yerno, si es que vivía para verlo convertirse en su yerno.
El hombre de los Takagi llevaba un corto pantalón playero con dibujos de palmeras en su diseño
—Si, es un hermosa naturaleza —dijo nuestro héroe de cabello negro.
A pesar de tener su cabello dejado crecer al grado de ocultar sus ojos, lograba ver con claridad como delante de él había dos bellas mujeres, madre e hija. Yuriko Takagi. Ignorando por completo el hecho de que el esposo y padre de estas damas lo tenía a su lado. Al escuchar la voz de Takashi, Yuriko como Saya miraron para atrás, donde el pelinegro estaba de pie en la arena.
—¿Porque miras así, tonto? —a pesar de ser prometidos, Saya seguía tratando de forma tsundere a Komuro.
—La belleza natural de este sitio se vuelve mas atractiva cada día que paso aquí —dijo Takashi, consiguiendo que Yuriko sintiera el halago y Saya se ruborizara mirando al frente.
Saya llevaba un bikini color rojo de dos piezas con bordes blancos así como sus tirantes que podía ver por la espalda de su ahora prometida, un bikini que cubría a medias su gran busto y hacia atrayente su trasero. Al mismo tiempo llevaba puesto sus lentes a pesar de estar muy cerca de la playa.
Yuriko por su lado vestía un monokini que cubría su vientre y su espalda baja pero no la parte de arriba ya que solo se veían aquí los tirantes del bikini de cuerpo completo, un bikini de color blanco, haciendo que se notara una curva sensual de la mujer cuando caminaba. Lo mejor de cuando miraron a Takashi, este hizo una peculiar sonrisa que por poco hacia entrar en calor a las dos. El pelinegro logro ver bordes desprotegidos de los pechos de ambas Takagi.
Aunque no negaba que ver a Yuriko en un bikini lascivo como los que uso antes, de esos con los que no hacían ni menor esfuerzo por cubrir la belleza de la mujer eran magníficos, ver como la carne que le gustaba comer se asomaba de ropas de baño que si cumplían con su deber de proteger la belleza femenina eran igual de provocativos. En pocas palabras, aveces era mejor dejar a la imaginación, como no dejar nada a la imaginación.
—¡Perdón por la demora! —apareció Fubuki por atrás de Soichirou y Komuro con otro bikini de color negro de dos piezas, al estilo de Saya—, por fin encontré mi ropa para la playa.
Fubuki seguía con ellos. Una persona desconocida para Soichirou como para Saya pero no era relevante para la chica. Para la pelirrosa, Takashi tenia los ojos en únicamente en ella.
La historia era está. Esa misma mañana con inesperada sorpresiva llegada del esposo de Yuriko como de su hija. El hombre explico, la razón por la que no pudo venir con ambos a estas pequeñas vacaciones con su esposa y con quien sería su hijo (politicamente hablando); era porque tenia que realizar un viaje al norte donde reunirse con unos amigos de negocios por un tema que le concerniera. Con él, intento a provechar para pasar tiempo de calidad padre e hija que escasamente tenían, sin embargo la chica quería estar también con su madre como con Takashi. Sin avisar, decidieron ir donde su madre y Komuro vacacionaban para estar con ellos.
—¿Que pasa, Takashi? —pregunto Saya cuando estaba montada en una banana inflable estando en el mar junto a su novio, el chico nadaba junto mientras su novia estaba montada en el flotador.
—No, no es nada. La verdad no esperaba que llegaran a este lugar, pero me alegra tenerte aquí, Saya —dijo Takashi, pero por dentro o mas bien, ardiendo en su entrepierna, Komuro se quedo con las ansias de la mañana.
No obstante, cerca de ambos jóvenes prometidos; la misma Yuriko nado hasta ellos para sostenerse así del inflable juguete que estaba su hija para sostenerse.
—¿Importa si me uno a ustedes? —pregunto amablemente la señora Takagi.
—Adelante, Yuriko —llamo a la mujer por su nombre a secas, haciendo levantar por un instante la ceja a Saya, pero lo paso por alto; así como estos lo hicieron.
—¿Donde esta papá, Oka-san? —no vio a su padre aparecer junto a
—Soichirou se sigue enterrado en la arena donde lo dejaron, hija —dijo Yuriko sonriendo.
Antes de entrar al agua, con si de niños pequeños se tratarán madre e hija junto a Takashi se divirtieron en la arena antes de probar la fría agua del mar tropical. Dónde enterraron al esposo de Yuriko en la arena. Cubriendo su cuerpo a excepción de la cabeza. Una sombrilla protegía su cabeza expuesta a la luz del sol, todo mientras estaba en compañía de Fubuki, la mujer estaba sentada sobre una toalla playera con una bebida fría de frutas que iban con el lugar mientras disfrutaba del sol.
—¿Seguro que no quiere estar en el agua, Takagi-san? —pregunto Fubuki usando un bikini más reservado, solo usando uno atrevido para cuando estuviese con Takashi.
—Prefiero la sombra al agua salada del mar —dijo Soichirou sonriendo con naturaleza desde su lugar—, es bueno pasar tiempo de calidad con mi familia. Pero prefiero observarlos disfrutar que ser parte de su diversión.
Tras haber escuchado la historia de dónde conocía está mujer a Komuro y la amistad que tenían, fue aceptada por el Takagi estando en la casa que rentaban. Así que no había preocupaciones por parte de Soichirou ni de su hija.
Desde su lugar de entierro, Soichirou Takagi miraba como su esposa e hija reían en compañía del chico que habían adoptado años atrás. Era un buen chico, más de lo que pensaba. Al cabo de una hora estando en el agua, Soichirou cayó dormido estando todavía en la arena, Fubuki ahora estaba bajo cobertura del sol de la sombrilla playera continuando despierta mirando a dónde Yuriko estaba con Komuro con Saya preguntándose qué esperaban.
La pelirrosa cayó dormida estando encima de la banana flotante a pesar del sol. Aferrada al inflable, su madre protegía el sueño de su hija de medio día, recordando por un instante cuando se quedaba viendo dormir a su hija en su cuna.
—¿Eh? Oh, Takashi-kun —de pronto alguien la agarro de su cintura estando en la mar pero vio que se trataba de su pequeño amante, los pies de ambos tocaban la arena todavía—, Takashi-kun, lamento que nuestro nido de amor se acabará antes de lo pensado.
Hablaba con voz baja para no despertar a su hija.
—La verdad es que me quedé con las ganas está mañana, aún nos quedaban tres días para disfrutar —comento Takashi, su rostro estaba muy cercano al oído de Yuriko, si Soichirou estuviese despierto hubiera notado este movimiento audaz de Takashi hacia su esposa, pero no.
—Lo siento, pero en cuanto volvamos te voy a compensar el tiempo perdido —dijo Yuriko con la guardia baja, guardia que noto Takashi estaba descubierta para él.
—Perdonadme Yuriko-san, pero no creo poder contenerme hasta entonces —exclamo Takashi acercando la cintura de la mujer a su entrepierna para que se rozará contra su trasero dónde su pene por encima de su ropa rozará el traje de baño de la Takagi mayor, al mismo tiempo que usaba Komuro su mano, para jalar dónde el traje de baño de Yuriko tapaba su vagina para crear una leve sensación lasciva.
—Takashi-kun espera, Saya está delante de nosotros, además Soichirou... —decía con cuidado de no ser descubierta por su familia.
—Si Yuriko-san no contiene su voz va a despertar a Saya y Soichirou-san nos notará —decía al oído de la mujer.
Había llevado Takashi su mano a por detrás de la pierna derecha de la Takagi para levantar su pierna para que su miembro se frotara bajo los labios de la vagina de la mujer. En la arena, a pesar de estar usando sus lentes contra el sol, Fubuki logro ver cómo Takashi hacia un movimiento muy audaz con Yuriko, un movimiento que pocos harían en público con su pareja, sobre todo siendo un amante de ella.
—...Detente, Takashi-kun... ¡Hmm! —tapo su boca Yuriko en cuando su voz se torno diferente pues paso a soltar un gemido la mujer.
Sus nervios le impidieron notar a tiempo que el pelinegro insertó su pene en su vagina hasta donde solo Takashi sabía llegar. Preocupada, llego a mirar como su hija se llegó a mover un instante pero no despertó la joven heredera Takagi.
—¿Que pasa, Yuriko-san? Su vagina está muy apretada en este momento —se comportaba un poco arrogante Takashi.
Tenía razón, por alguna razón el interior de Yuriko estaba más apretado que de costumbre. Estaban teniendo sexo delante de una dormida Saya y estando a casi seis metros de Soichirou. A pesar del peligro Yuriko reconocía que esto era demasiado excitante viniendo de Takashi.
—Takashi-kun para... Saya está delante de nosotros —decía mientras apretaba los agarres del flotador con fuerza mientras su vagina sucumbia al placer arriesgado.
—Es culpa de Yuriko por ponerse un traje de baño muy lindo~ —dijo Komuro. La mano del pelinegro se movió hacia el busto de la Takagi y bajo su bañador blanco de cuerpo completo metió su mano para acariciar el pecho de la esposa mientras que bajo el agua golpeaba su trasero muy agresivamente, era gracias a la marea el agua que no se veían ondas en el agua eso y que a lo lejos no se notaba que estos dos estaban haciendo algo indecente delante del esposo de la mujer.
—¿Que dices? —causo un rubor en la mujer—. ¿Te excita verme en un traje de baño como este? Eres más pervertido cada vez.~ Te besaría si no estuviera mi familia aquí.
Los minutos se hicieron largos, debido a la resistencia de Komuro contra Yuriko. La pelirrosa madura hacia todo por no dejar escapar su voz ni dejar a su cuerpo caer ante tan lujuriosa potestad de Takashi.
—Ya casi, voy a derramarlo todo dentro, Yuriko —decía Takashi cuando sentía su miembro aumentar por la presión dentro de la vagina de Yuriko.
—Espera, no —esta vez era más arriesgado que lo habitual. Pero no podía evitarlo—, tonto.~
Por un momento, Yuriko Takagi se comporto de la misma forma Tsundere que su hija. Ahora sabía claramente que esa actitud salió de la misma Yuriko hacia Saya.
—¿No le gustó? —pregunto Takashi con sus manos en la cintura de la mujer. Ya con su pene más tranquilo y apaciguado.
—Fue excitante y peligroso —exclamo Yuriko con su mano en la mejilla derecha del chico quien decía atrás, de nuevo le tenía sostenido de la cintura.
—Que su esposo y Saya estén aquí no significa que debamos esconder nuestro amor, solo debemos ser más cautelosos —dijo Takashi lo común en su relación múltiple.
—Tonto~ —había bajado su mano del rostro del chico y queriendo besarlo de pronto por el calor que le provocó, pero entonces...
—¿Eh? ¿Mamá? —Saya reaccionó, despertó suave de su pequeña siesta bajo el sol—, oye ¿Porqué estás tomando a mi madre de su cintura?
Vio como su prometido tenía sus manos en su propia madre, Saya. Podía ser el fin de los amantes.
—Tranquila Saya —dijo Madre de inmediato, aún teniendo las manos de Takashi en su cintura—, me dio calambre mis piernas así que Takashi-kun me sostuvo antes de que me hundiera —miro con impertinencia a Komuro—. Ya puedes soltarme Takashi-kun.
—Claro claro —soltó de inmediato a la mujer.
—¿Mmm Bueno? —fue la respuesta de Saya, sin embargo sospechaba sin que se dieran cuenta.
Tal parecía que el romance prohibido entre Takashi y Yuriko seguiría a pesar de estar toda la familia Takagi reunida. Tan solo ese día, Yuriko y Komuro lo hicieron otras cuatro veces dentro de la casa y dando recorridos por la pequeña ciudad donde vacacionaban. Lo cual era posible gracias a Fubuki quien los encubrió sin que le pidieran su ayuda.
Cuando quedaban tres días de su estancia en este paraíso tropical. Explorando el ambiente tropical de la zona más allá de la casa de playa, Takashi jugaba voleybol con Saya y los demás de la familia Takagi, el pelinegro había recibido una dosis de calor, no tanto para hacerlo desmayar, sino para buscar el baño.
—Dios, necesito un baño no voy a poder aguantar mucho tiempo —exclamo Takashi. Luego de apartarse bajo la sombra de dónde Soichirou descansaba bajo la sombrilla playera de Fubuki.
—Bueno estamos en la naturaleza —comento Soichirou.
—¡Soichirou! —aunque estaban pegado a la selva tropical, usar la naturaleza como si fuera tu baño era repulsivo, para Yuriko.
—Tranquilo Takashi-kun, yo sé dónde podemos encontrar un baño adecuado —dijo Fubuki jugando de lado de Yuriko en el juego.
Acompañado de Komuro, Fubuki fue con el pelienegro por la maleza en camino ha la casa que tenían alquilada, sin embargo habían tomado una ligera desviación por dentro de la naturaleza. Todo con tal de que Fubuki tuviera un momento a solas con Takashi, ya que verlo jugando al amante con Yuriko la tenía ansiosa. Caminaron hasta quedar detrás de una enorme piedra conveniente, lugar donde Fubuki dijo se encontraba dicho baño para usar ambos.
—¿Dónde está el baño? —pregunto Takashi sin poder el lugar.
—No hay baño querido~ —hablo con su tono seductor la mujer—, quiero que pongas tu enorme cosa aquí.~ —señalo su boca con sus dedos. Todo mientras estaba de rodillas delante de Takashi muy próxima a él—. ¿Que, creíste que yo no merezco un poco de atención también?
—Fubuki-san, espera es solo que —trato de detenerla pero con poca resistencia, Takashi.
—Los he ayudado a esconderse mientras has estado de pilló con Yuriko-san, porque crees que su esposo ni tu prometida los han descubierto como anoche que se escaparon para hacerlo en los baños públicos durante la función en el cine o cuando se escondieron en los probadores de ropa cuando visitamos las tiendas de ropa. Por todo mi esfuerzo yo también merezco una recompensa al respecto —dijo Fubuki—. ¿No viste cuando yo distraje a Saya-chan y a Soichirou cuando tirabas con Yuriko en la cocina delante de sus ojos?
—Esta bien —una sonrisa sincera de Komuro vio la pelinegra mujer tenía razón su ex gerenta si no fuera por ella en alguno de los encuentros que tuvo con Yuriko, su esposo y Saya los hubieran descubierto. Una labor que nunca le pidió hacer, Komuro—, después de todo Fubuki-san es mi mujer, también debo dedicarle tiempo u agradecerle adecuadamente.
Saco de entre sus pantalones su pene y de un segundo a otro, delante de los ojos de Fubuki, vio la mujer como el miembro de Takashi se ponía duro.
—Por fin, el pene de Takashi tiene tiempo para mí —dijo complacida Fubuki, con sus fauces abiertas tomo la punta de la polla de Takashi y sin problemas logro tomar el resto de su pene en su boca, para chuparlo.
—Estas chupando muy agresivamente mi pene, Fubuki-san~ —un rostro de placer como de molestia se notaba en Takashi. Pero era más gusto que molestia.
—Es porque quiero sentir el sabor de tu pene en mi boca —decía a pesar tener la hombría de Komuro entre sus mejillas—, eres cruel jugando únicamente con Yuriko mientras yo tengo que encubrirlos~
Con agresividad, la lengua y boca de Fubuki chupaba la polla de Takashi saboreando con cada segundo el pene de su joven novio. Pero sabía que no tenía mucho tiempo para estar disfrutando a su novio, si tardaban mas de la cuenta alguien podía sospechar y tal vez Yuriko no podía detenerlos. Así que empezó a lamer con más entusiasmo para obtener el nectar blanco de Takashi. No iba a dejar que volviera sin que se lo diera su joven novio.
—Dame tu delicioso nectar Takashi-kun~ —apretaba Fubuki uno de sus pezones luego de sacar su pecho por encima del sostén de su bikini negro mientras devoraba la cosa de Takashi—, quiero que sueltes toda su cosa blanca hasta mi garganta.~
—¡Fubuki-san! —contuvo su voz cuando clamo su nombre antes de soltar su esperma dentro de la boca de la pelinegra.
Estando solos, se escuchó fuerte como la boca Fubuki sonaba tras ser casi ahogada por toda esa enorme cantidad de la leche de Takashi. El chapoteo de los fluidos varoniles dentro de la garganta de la pelinegra se hacían escuchar a pesar de tener metido el pene de Takashi en su boca todavía, sonido que ella misma causaba para deleitarse con los sabores de su novio. Sacando el pene de su boca, limpio y reluciente.
—Soltaste mucho en mi boca querido —limpiaba sus labios Fubuki—, como siempre, una gran cantidad.
—Eso fue genial —Takashi tomo un descanso luego de recibir una felación por parte de Fubuki. Desde la mañana buscaba sacar la tensión en su entrepierna después del polvo que se dió con Yuriko.
—¿A donde vas? —pregunto cuando le vio tomando guardando se pene dentro de sus pantaloncillos, pero le detuvo—, aún tenemos tiempo para uno rápido.~
Tan solo un día y Fubuki estaba más que necesitada por la atención de Takashi. Poniendo a Komuro sobre la arena, bajando más ese traje de baño varonil que él usaba, mostró como el empalme del pelinegro seguía igual de activo a como empezó.
—Solo uno rápido, antes de que se den cuenta y nos busquen —el único preocupado era Takashi, Fubuki le daba igual al parecer.
—Esta bien, por ahora... —decía con ansiedad en su voz. A Fubuki le urgía la necesidad de tener a Takashi dentro de ella—... Ahora déjame disfrutar... —decía cuando tenía su mano puesta en el bulto duro de Komuro, posicionando su pene bajo su vagina para que se clavará dentro de ella—. ¡Si, el pene de Takashi-kun está dentro de mi otra vez!
La expresión eufórica de Fubuki al ser empalada por Komuro tan solo después de un día eran una joya para la vista que tenía de ella. No hizo más que quedar recostado y dejar que ella en su lujuria, moviera sus caderas de arriba a abajo de forma agresiva, dejando sentir en cada penetrada la entrada a su útero para Takashi.
—¡Dios se siente genial! —no media su voz Fubuki, sus pechos salieron por encima del sostén de su bikini e hicieron caer esta prenda. Dejando ver cómo los pechos de Fubuki se iban de arriba a abajo con el movimiento de su trasero—, se siente como si hubiera pasado un año desde que un buen pene estuvo en mi, pero solo paso un día.~
Con sus propias manos, Fubuki comenzó a manosear sus pechos, así como a morder uno que otro de sus pezones para contener sus propios gemidos, hacia un gran esfuerzo.
—Esta aplastado muy fuerte mi pene, Fubuki-san... —dejaba sin aliento a Komuro, ni siquiera podía mover sus manos para agarrar la cintura de la pelinegra—... A este paso me voy a venir más rápido en su vagina.
—Solo por esta vez... Solo por esta vez dejaré que alcances el climax antes que yo —exclamo. Pues le diría que no se rindiera y que resistiera más de la cuenta—, vamos suelta todo tu pegajoso semen en mi vagina Takashi-kun. Impregna mi interior con tu blanca esencia... ¡Mmmm!
Al recibir la descarga profunda de Takashi, Fubuki apretó las piernas en el éxtasis que le indujo Takashi, alcanzando el propio climax cuando por un momento creyó que no lo iba a alcanzar. El encuentro fue rápido, no tan rápido; tardaron alrededor de unos quince minutos haciendo todo y otros cinco minutos más en los que Komuro vigilaba de nadie se acercará. Fubuki tuvo la necesidad de orinar después al final, entre el líquido de su orina salía el exceso de semen de Takashi. Exceso, pero a la vez escasa cantidad de esperma. Si la comparamos con las enormes cantidades que usualmente dispara cuando tiene mas tiempo para estar con ella.
—Allí están ¿Porque tardaron tanto? —pregunto Saya apenas vio regresar a Komuro junto con la mujer.
Ningún olor o mancha los delataba de lo que hicieron. Ese día, Takashi tuvo otros arriesgados encuentros con Fubuki, así como también los tuvo Yuriko por igual. No obstante, podía ser que esos encuentros iban a aumentar al día siguiente. Recorría entonces Takashi el lugar solo con Saya, llendo por allí sin que Yuriko, Fubuki o Soichirou les molesto.
—Estas más alegre de lo usual, Saya —noto una expresión de comodidad en el rostro de la pelirrosa que caminaba junto a él.
—¿Porque no habría de estarlo? Dar un paseo junto a mi prometido a solas es lo mejor —dijo Saya para acercarse a Takashi y agarrarlo del brazo.
—La verdad, creí que te opondrias cuando tú padre me pidió tomar tu mano —dijo Takashi, encantado con la expresión de felicidad de su chica.
Se detuvieron para mirarse a los ojos. Estando delante de la mar con una cueva enorme detrás de ellos a la que no le prestaron mucha atención.
—Tonto, ya sabes que me has gustado desde siempre. Siendo honesta siempre tuve el deseo de terminar convirtiéndome en tu esposa —fue honesta, la auto proclamada genio se había enamorado de un tonto.
—Creí que odiabas a los tontos —comento Komuro.
—Los odio, pero tú no eres como los demás tontos, porque eres mi tonto —decía cual Tsundere era la Takagi. Si había algo que definía a los tontos es que cuando se proponen algo no se rinden jamás, aún por más improbable fuera su sueño.
—Decirlo así hace que sienta más como un insulto que como un halago —exclamo Komuro mientras una gota de sudor cayó por su frente por lo dicho por la pelirrosa.
—Sabes, ha pasado algo de tiempo desde nuestro último encuentro, Takashi —decía pícara pero tímida a la vez, no le gustaba parecer una chica que pensara en cosas pervertidas—. ¿que dices?
Sabiendo que también tenía que dedicarle tiempo a su prometida, no le negó su petición, Takashi admitía que Saya se veía linda con ese bikini rojo. Lejos de los padres de la pelirrosa pero sabiendo que no podían arriesgarse tanto, tomo a su novia para llevarla dentro de esa caverna que no del todo habían ignorado del todo.
—Ven, hagámoslo aquí dentro —dijo cuando la llevaba dentro, Takashi.
Adentrados en la cueva, poniendo a Saya contra la pared, rocosa empezó a besarla sin restricciones, una de sus manos tomaron el cuerpo de la pelirrosa. Una estaba bajo el trasero de la Tsundere mientras la otra tenía en la espalda de su prometida, buscando quitarle su sostén de baño. Pero no había atadura alguna para que se la quitará. En tanto ella tenía sus manos puestas en la espalda e Komuro acariciando lo fuerte que era su espalda. Llevo Takashi su mano izquierda a la pierna de Saya y la levanto, todo mientras seguían besandose hasta perder el aliento, notando la pelirrosa el duro pene de su novio, listo para tomarla. Su traje de baño no lo removió Komuro, sin embargo logró mover las bragas y descubrir la vagina mojada de Takagi, ella estaba lista para ser tomada también.
—Takashi ¿Que estás esperando? —cuestiono Saya al sentir la punta de la polla de Komuro frotándose contra los labios de su vagina. Todo mientras ella se mostraba ruborizada y caliente después del beso apasionado que le dió su novio.
—Eres más linda de lo usual cuando te dejas ver sonrojada —comentó, haciendo que la pelirrosa se ruborizada más—, aquí voy, Saya.
Introdujo su pene en la vagina de Takagi con poco esfuerzo, así mismo empezó a moverse despacio inicialmente, pero como era de esperarse, fue aumentando el ritmo de sus caderas Takashi. Con sus brazos levantando una de las piernas de Takagi, Komuro podía introducir su polla más adentro; la voz de Saya dejaba escuchar aún porque intentara no dejarla salir, estando en una cueva su voz rebotaba en las paredes y se multiplicaba. Otra cosa que también rebotaba eran sus pechos. Dando a tanto movimiento de inercia, su busto termino saliendo por encima de su traje de baño, dejando ver qué sus pezones se estaban poniendo duros.
—Saya, estás haciendo mucho ruido —dijo Takashi mientras seguía golpeando su pelvis contra la vagina de la pelirrosa.
—Es natural, no puedo evitar que mi cuerpo se contenga cuando tengo tu pene dándome duro —exclamo Saya sin mirar a ningún otro lado que no sea a su novio—, es culpa tuya que me haya vuelto una pervertida.~
Cuando el brazo de Komuro no pudo más debido a que pasó a sentir calambres, cambiaron de pose. Recargando sus manos en la piedra de la cueva, fue embistiendo a Saya con más rudeza ahora ya no dejaba contener más su propia voz. La punta del pene de su prometido raspaba en su punto y se sentía venir en cualquier momento. Todo mientras sus pechos se movían debido a la fuerza física. La pregunta era, sus pechos se movían o era el mundo el que se movía.
—Saya, voy a venirme... tu vagina está apretando mucho mi pene y no voy a resistirme más a eso —exclamo Takashi, llevando sus manos al busto de su novia dónde sus dedos comenzaron a jugar con sus pechos y apretar sus pezones.
—Yo también estoy por venirme... —a pesar de tener su vista al suelo ante la bestialidad de Komuro, lograba notarse en su cara la Takagi estaba por llegar al orgasmo—, vamos a corrernos juntos Takashi, lléname con tu esperma, por favor. Hazme tu esposa, quiero ser la madre de tus hijos.~
Dejaba salir sus ocultas intenciones la pelirrosa. Debajo de esas expresiones malhumoradas que siempre veía Takashi, Saya buscaba obtener el amor del chico y más. Pero siempre creyó que él solamente se fijaba en Miyamoto, hasta aquella confesión de él en la escuela cuando le confiscó el cuaderno que le regaló. Una mentira que Takashi tendría que hacer realidad.
—¡Saya, me vengo! —los choques de su pelvis fueron aumentando.
—Llename Takashi... Lléname con leche, te amo Takashi ¡Te amo! —grito desde su corazón, porque su mente de Saya había quedado en blanco así como su interior fue impregnado por la semilla de su prometido.
Un último golpe hasta alcanzar su útero y lleno toda su matriz. Al sacar, pene Takashi vio como apenas una pequeña cantidad de su esperma se escurría de los labios abiertos de Saya, todo el resto de su esperma quedó dentro de su útero. Así que las posibilidades de embarazarla eran altas, eso no iba a importar dentro de un par de meses más adelante.
Cargando a la pelirrosa en su espalda mientras fue como los recibieron Soichirou y las otras dos maduras que estaban en la casa de playa. Notando Yuriko que su hija tenía una expresión alegre en su rostro estando dormida.
—¿Se durmió mientras la traías cargada? —pregunto Soichirou mirando a su hija dormida en la espalda de Komuro.
—Si, nos divertimos mucho —dijo en otro sentido, Takashi. Uno que Yuriko y Fubuki comprendieron bien.
Tras dejarla en su habitación, el pelinegro fue a con los adultos en la sala luego de ver a Fubuki haciendo sus maletas y colocándose de esos vestidos verdes de cuerpo completo que suele usar. Cosa que causó dudas en nuestro héroe.
—¿Se va, Fubuki-san? —pregunto estando con los dos Takagi.
—Lamento no avisar antes Takashi, pero me ocurrió un percance en la empresa y debo volver antes —se disculpo Fubuki guardando su celular—, perdón por no poder quedarme pero espero encontrarte después en Tokonuso, después de todo tenemos cosas pendientes por tratar.
—Descuida, no te perderás de mucho, mañana temprano volvemos a Tokonuso también —dijo Yuriko con sinceridad. Aunque habían reservado la casa por siete días, tenían que desalojar la casa antes de acabar el séptimo día.
—Que mal —comento Takashi—, me hubiera gustado quedarme mucho más tiempo.
Eso causó alegría en Yuriko. Esta sería la última noche que disfrutarían, pero no el final de una serie de romances prohibidos.
—Hasta luego, Takashi-kun~ —tuvo que ahorrarse el beso que quería darle a Takashi ese momento, Fubuki. Ya habría otra oportunidad.
La última noche, la última ocasión en este paraíso para Takashi y los Takagi. No iba a perder ningún minuto, Saya. Justo cuando sus padres estaban en la terraza pasando tiempo de calidad, su hija se había encerrado en la habitación que compartía con su novio para pasarla con él.
Usando una bata de estilo japonesa, la pelirrosa acorraló a Takashi en su cama estando encima de él, besando al chico, fue quitándole la camisa y acariciando su bulto bajo su pantalón hasta que el besarse los dejo sin aliento.
—Saya~ —exclamo su nombre sin aliento, cuando la vio despegarse de él pero aún estando sobre Komuro; vio como su novia abrió su bata y le mostró su cuerpo desnudo. Dejando caer aquella bata gris a un lado fuera de la cama. Pero no solo eso se quitó, también sus coletas, se deshizo Saya de ellas, mostrando su cabello suelto únicamente para él.
—Ya que está será la última noche aquí, hagámoslo hasta caer dormidos —dijo Saya volviendo a recostar sobre su prometido para seguir con los besos.
—Pero tus padres están arriba de nosotros —arriba en el techo, en realidad. Eso le importo un bledo a los dos.
—Esta bien, que nos escuchen amarnos —exclamo la pelirrosa untado su cuerpo contra Komuro.
No obstante encima de ellos bajo el cielo nocturno, tanto Soichirou como su esposa Yuriko, llegaban a escuchar leves sonidos viniendo debajo de sus pies, pero el patriarca Takagi no le preocupaba esto, su esposa solo dió una leve carcajada pensando en lo que estaban haciendo esos dos que ignoraban a ella y su esposo por completo.
—Esos dos imprudentes —dijo Yuriko teniendo una copa de jugo el su mano mientras su esposa tenía una copa de sake—. ¿Que crees que estarán haciendo, mi amor?
—Creo que es obvio, querida —olió el sake Soichirou, antes de dar el primer sorbo.
—¿No te preocupa el hecho de que seamos abuelos muy pronto? —le sorprendía la despreocupación de su marido a Yuriko.
—La verdad no me desagrada la idea —exclamo tras dar el primer sorbo—, nuestra hija es inteligente como para contemplar bien el resultado de sus acciones. Además de que sabe bien lo que quiere y Takashi es un buen chico, se que no la defraudará si llega a pasar.
Entonces, bajo sus pies. Saya estaba montando a Takashi buscando obtener su esencia dentro de su joven cuerpo femenino, pero apto para ser madre esperando a ser bendecida por la luna cuya luz atravesaba la ventana del cuarto.
—Si, Takashi-kun es un buen muchacho —pronunció complicada la matriarca Takagi recargandose del barandal para mirar al océano, pero para no hacer sospechar a su esposo tocó un tema—, dime querido, no has pensado en que nombre deberíamos ponerle a nuestra próxima hija o hijo.
—La verdad es que aún no le pensado —dijo Soichirou, mirando a su esposa pero al mismo tiempo apreciando su poca—, no esperaba que volviera a ser padre después de que el médico que hiciera un estudio y me dijera que me había vuelto infértil.
Dicho, la mano de Yuriko comenzó a temblar. Así mismo su corazón comenzó a latir muy rápido.
—¿No me habías dicho eso? —trato de comportarse la mujer—, supongo que ese doctor se equivocó, después de esa noche es obvio que aún puedes hacerme un hijo, Soichirou.
—No mientas Yuriko —el tono sereno, serio y mortal del principal Takagi se hizo escuchar—, quiero que me digas. El bebé que está dentro de ti, es de Takashi ¿No es así?
La gota que hizo que Yuriko soltará su vaso desde un tercer piso y se rompiera al chocar en la maleza. Su corazón latía a mil por hora, y su mente comenzó a inundar la de culpa.
—Que dices... él y yo no —Yuriko sabia que se enfrentaba a su fin.
—Por favor, me he dado cuenta que desde hace unos meses que después de que vuelves de visitar a Komuro, te has mostrado más alegre de lo usual, o que muestras ansiedad para que llegue el fin de semana —Soichirou termino notando todo—, si te he descuidado estos años fue por la noticia de que ya no podría ser padre de nuevo, en realidad suponía que terminarás cayendo en manos de otro hombre por haberte descuidado, pero jamás creí que ese hombre sería el chico que me convenciste de cuidar como un hijo. Jamás lo pensé así.
—Soichirou déjame explicar —Yuriko quería llorar por la pena y la vergüenza.
—No me importa realmente —exclamo el hombre tras beberse todo de su copa—, a estas alturas no me sorprende que me hayas engañado.
—¿Estás molesto? —pregunto con su orgullo por el suelo, Yuriko.
—Claro que lo estoy, pero... En estos momentos no puedo preocuparme por ese tema —dijo Soichirou mirando al suelo también—, dime una cosa primero, lo que sientes por ese chico es amor o solo lujuria.
La respuesta que le dió Yuriko le dejaría más triste de lo que ya era el tema. Ya no era su mujer, otro la había reclamado.
—De acuerdo —dijo Soichirou antes de dar un fuerte suspiro y decir lo que tenía que decir realmente—, Yuriko hay algo que debes saber.
—¿Que cosa? —pregunto Yuriko sin muchas esperanzas de que fuera algo bueno.
—Las cosas que conocemos, la sociedad, la era en la que vivimos está por acabar —exclamo el patriarca Takagi dejando intrigada a Yuriko—, escucha porque solo lo diré una vez, nadie más sabe al respecto pero tampoco debes dejar que otros se enteren. Se puede decir que el final de los tiempos está cerca.
Una conversación sobre un tema del que nunca escuchó a Soichirou hablar, salió de su boca a oídos de Yuriko. Escuchó las palabras del hombre justo cuando su hija hacia el amor con Takashi bajo ellos. Y hablando de ellos... Saya tenía en su boca, el miembro de Takashi el que devoraba gustosa, cuál paleta dulce fuera chupaba el pene de su novio. Así mismo Komuro lamía encantado con el sabor de la vagina la Takagi, con su lengua moviéndose como serpiente dentro de las paredes interiores de la pelirrosa. Obteniendo una dulce pero salada muestra mayor del sabor de Saya. Dándole también una muestra más grande, de su propio néctar a su novia.
—¡Mmmmm!~ —sonó la boca de Saya al sentir la salada espesa descarga de semen de Takashi—, que delicioso.~
Limpio la cosa de Komuro con su lengua después de comerse toda la leche que soltó dentro de su boca. Hasta grabarse el tamaño y forma de la cosa de Takashi dentro en su boca. Dándoles igual, que el otro tuviera en su boca el sabor del aparato reproductor del otro se besaron llenos de lujuria juvenil. Entre tanta caricia, termino Takashi encima de su novia, luego de dos rondas de sexo, iban por una serie de sesiones más. Sin dificultad, Komuro logró meter su pene dentro de Saya y comenzó a moverse fuerte desde el inicio.
—¡Ha!~ Takashi, tu pene raspa mi interior —Saya tenía los ojos cerrados, sintiendo cada golpe de su novio llegando profundo.
—Haces una linda expresión Saya... —se cortaba el aliento de Takashi sin llevar sus ojos a otro lado—, tan linda y tan orgullosa —mordía apasionado el cuello de su mujer con su cadera golpeando la pelvis de Saya.
—Soy toda tuya, tonto. Soy tu mujer —lo tenía solo para ella, tenía a Takashi—, llena mi interior... Suelta todo tu apestoso semen dentro.
Envolvió sus piernas en la espalda de su novio, para que no escapará.
—¡Saya! —grito su nombre antes de liberar una última vez su esencia dentro de ella.
A pesar de mostrar su lado pervertido a su hombre cuando estaba con él, Saya aún no tenía una resistencia tan grande como la de las otras novias de Komuro que aún no conocía.
—No puedo más, estoy llena y exhausta —Saya descansaba a lado de su prometido en la cama con su cuerpo sin cubrirse dando lo sudada que había terminado. En cuanto Takashi, el chico solo recuperaba sus energías y el aliento después de una hora estar haciendo el amor con su prometida.
—Estuvo genial —dijo Komuro para oler el cabello de su chica que tocaba su cara—, no esperaba que tuvieras mas iniciativa de la usual.
—Es culpa tuya, por qué mostrarme que algo tan sucio es tan placentero de hacer con la persona que amas —dijo la pelirrosa, acurrucándose en el pecho de su hombre.
—No te preocupa que terminemos padres antes de tiempo —parecía que solo con Saya o Rei le preocupaba este tema al pelinegro. Sobre todo teniendo su mano en el seno izquierdo de Takagi después de que se acurrucó en él.
—Creeme, eso no importará en un futuro —dijo Saya en un tono tan bajo, que no logro escuchar lo último que dijo la pelirrosa antes de caer dormida acomodada en el pecho.
Cerro los ojos Takashi para que su mente agitada después de un largo día reposará un momento, al igual que su vista. Más no hubo sueño placentero, ni una dulce pesadilla, sino un presagió del futuro.
Apareciendo en el techo de la academia Fujimi, Komuro Takashi presenciaba la ciudad sumida en llamas como si un bombardeo fuese asignado a la ciudad. Todos los edificios estaban en ruinas, el cielo nocturno dónde las estrellas deberían brillar era solamente una cortina negra para que no viera más allá de raya catástrofe. Pues ni una señal de vida u otra había por este lugar.
—¿Que paso? —exclamo Takashi con terror, entonces un enorme rugido azotó sus tímpanos y el piso donde estaba tembló—. ¿Qué... Es... eso?
Vio Takashi como una serie de bestias comenzaban a manifestarse sobre los edificios destruidos y la ciudad. Algunos volaban, otros se arrastraban o eran reptiles que lograban caminar a dos patas y emitir mortales rugidos; otros tenían más de seis patas o emanaban algún elemento como si así su anatomía fuera. Fuego, relámpagos o metal.
Pero lo que si llego a ver con claridad Takashi, era que bajo todas esas bestias, hordas de no muertos se levantaban y caminaban bajo mando de esas bestias de la calamidad.
—¿No entiendo?
—No necesitas entender —esa misteriosa sacerdotisa se manifestó delante de Takashi parada encima de la reja de alambre que funcionaba como barandal el tejado—, solo estar preparado.
Fueron las palabras que escuchó de tan misteriosa emisaria de un dios caído antes de despertar de golpe. Tan solo treinta minutos habían pasado después de haberse acostado a dormir en compañía de Saya. Sin despertarla salió Takashi de la cama para tomar su ropa y buscar aire fresco.
—¿Soichirou-san? —Takashi subió a la terraza pero solo encontró al padre de Saya pero sin la madre.
—Hola, hijo —por cortesía le saludo de tal manera.
—Donde está Yuriko-san —pregunto sin acercarse tanto.
—Salió a dar una caminata —comento para desviar la mirada del muchacho.
—¿Sola? ¿De noche? ¿Porque?—pregunto por lo extraño que era esto de Yuriko, Takashi.
—Dijo que necesitaba estar sola ¿Podrías hacerme un favor? —dijo al chico—. ¿Puedes asegurarte de que mi esposa esté bien, por mi?
Fue lo que dijo Soichirou antes de que el chico saliera a buscarla por él, tal como lo pidió. En tanto Yuriko, llegó a un lugar apartado de la playa. Sentada sobre un tronco caído hacia la mar, con la luna llena sobre el océano, miraba perdida preguntándose acerca de la existencia y la vida.
—El fin del mundo... —repitió Yuriko las palabras del tema que le converso su esposo—, porque me dices esto ahora, Soichirou.
—¿Decir que? —la voz que conocía, apareció detrás ella.
Komuro encontró a Yuriko sentada cuando vestía una bata azul mientras hablaba sola. Ella encontró al chico, usando ropas casuales del verano. Quien se acercó y tomo lugar junto a ella sin preocupaciones por ello.
—Takashi-kun, que haces aquí —pregunto Yuriko sorprendida por la búsqueda del chico por ella.
—Necesitaba aire fresco, pero también quería averiguar qué hacía sola por aquí —pregunto sin intenciones.
—Necesitaba aclarar mis ideas, es todo —contesto. Entonces, Takashi colocando su cabeza en el hombro de Yuriko paso a sentir la respiración de Komuro en su cuello, seguido de livianos besos en el lugar—emmm... Takashi, no estoy de ánimos para cariños.
—Esta bien, entonces solo abrazaré Yuriko está linda noche —dijo Takashi. La abrazo, cual novio era con Yuriko, un par de minutos después la mujer termino recostada en el pecho del pelinegro. Le sorprendió que Takashi contuviera sus hormonas, pensó por un momento que el chico insistirá pero no, no lo hizo—, ¿Que pasa?
Pregunto luego de algunos minutos Komuro cuando vio que Yuriko tenía una mirada tierna puesta en él.
—A veces me preguntó, que hubiera sido de mi si no me te conociera —comento Yuriko.
—Yo no —pronunció Komuro—, perder a mis padres es algo que quisiera nunca hubiera pasado, pero no quiero una vida donde nunca haya conocido a Yuriko-san porque eso significaría no haber conocido a las demás.
—Pequeño tonto —hay personas por las que vale la pena vivir.
Bajo la luz de la luna, podían hacerlo que quisieran. Nadie sabria lo que hicieron, solo la luna estaría de testigo. Solo puedo contarte que terminaron nadando en la playa desnudos bajo la luz de la luna y sus ropas esperaban en la arena lejos del oleaje, mientras se besaban, sus brazos estaban envueltos en el cuello del otro. Eran solo ellos, nada ni nadie importaban. Enamorados.
—Nuestras vacaciones acabaron —decía Saya tras ser ayudada por Takashi a subir las maletas en el auto en el que Yuriko y el pelinegro llegaron.
—En este paraíso tal vez, pero las vacaciones de verano todavía continúan —dijo Komuro tras subir las tres maletas de la chica, el solo trajo una mochila con sus pertenencias.
—Aun ay muchos planes que realizar, hija —dijo Yuriko.
El tiempo de Yuriko había terminado, sin el verano no acababa aún seguía, habían otras con las que tenía que pasar el tiempo Takashi, eso no significa que ya no vería a Saya o Yuriko, esta semana solo reforzó sus romances prohibidos con las Takagi. El arco de Yuriko acababa aquí, pero la historia continúa.
¿Quien seguiría ahora?
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