Business and pleasure (Naruto x Harem)

Esta obra la estaré actualizando una vez al mes, para darme tiempo de seguir avanzando la historia y tenerles una actualización constante. Espero y les agrade.

Maid with love

 Milf of the dead

Hay secretos que tienen que mantenerse guardados, otros nunca deben ser conocidos. Muchos otros deben permanecer perdidos. Sin embargo el ser humano siempre terminará encontrando cosas de las que no debió conocer; pero hasta que uno de los mayores secretos que no debieron haberse totalmente revelado. Lo único por lo que Takashi tenía que preocuparse era por la nueva miembro de su harem que se había ganado sin esfuerzo.

Komuro regreso a casa un par de días antes de lo planeado. luego de aquel impredecible terremoto con heridas en la pierna, espalda y el brazo derecho. Takashi Komuro fue puesto a salvo por los paramédicos y llevado a la ciudad donde el terremoto también logro sentirse. Buena parte de Japón fue golpeada por el temblor, pero nada de lo que lamentarse en gran mayoría.

Descansando en casa luego de que los médicos declararán que Takashi podía pasar los siguientes cuatro días de recuperación en su hogar y un costoso cuarto de hospital. Nuestro estimado héroe pelinegro despertaba desde temprano, no por los rayos del sol en su cara (aunque también era por esto), sino porque una nueva milf que conoció hacia poco le estaba despertando desde el titán dormido que él poseía.

—¿Pero que? —reacciono Takashi a duras penas cuando una agradable sensación tenía acariciando su pene con toda su boca—. ¿Grayfia-san?

Grayfia Lucifage. Una nueva mujer de cabello gris de trenzas dobles, de unos treinta y cuarenta años. Llevando un uniforme de sirvienta que mezclaba los colores azul y blanco. Esta bella dama refinada y comprometida con su deber, al igual que las maduras de su harem, Takashi la termino corrompiendo sin mucho esfuerzo.

—Buenos días... amo~ —exclamo contenta la sirvienta personal de Komuro Takashi, pues desde temprano la mujer estaba proporcionando un oral a su amo para despertarlo, pues esta parte de su cuerpo ya esta totalmente despierta.

—¡Grayfia, espera! —decía débil Komuro ante la feroz técnica que usaba con su boca para complacer a su amo. Si ya con su boca le hacia cortarse su voz, cuando saco sus pechos por encima de su uniforme para complacer al pelinegro, le dejo sin habla.

—Por favor~ —boca y sus pechos tenía puestos Grayfia alrededor del pene de Takashi mientras lo complacía—, no se contenga~ castigue a su sirvienta personal por ser tan atrevida como para despertarlo de esta manera tan indecente.

—Si tu lo pides —exclamo con un tono asertivo.

Takashi puso sus manos detrás de la cabeza de Grayfia y la hizo engullirse su pene estando en la cama todavía. Al llegar el momento de su liberación matinal, no se contuvo e Hizo que su sirvienta peligris engullirse todo su dote en una larga y espesa descarga en su garganta. Lograba oírse como la maid se tragaba toda la liberación de su amo con mucha rudeza, casi pasándose ahogar. Luego de devorarse hasta la ultima gota, soltó a Grayfia y esta le miro con un rostro agitado y eufórico.

—Amo, su semen de la mañana esta muy delicioso —dijo con ojos de gatita, ron roñando por más.

—¿Quieres más de mi leche, Grayfia? —preguntaba con gracia ante la actitud devota de su sirvienta.

—Por favor, Takashi-sama —respondió la mujer, se puso de pie junto a la cama de su amo, desabrocho un par de botones de su uniforme y toda la pieza se cayó en el suelo junto a la cama de Takashi, mostrando un juego de lencería blanco de encaje que resaltaba las curvas del cuerpo de esta nueva mujer europea en la lista de Komuro.

Hay que saber bien como paso esto. Hay que hacer retrospectiva de lo ocurrido.

Con el terremoto ocurrido cuando Komuro disfrutaba de unas calurosas vacaciones de verano con tres hermosas profesoras de su colegio-santuario. Esas agradables vacaciones se terminaron antes, sumado a las heridas que se ganó por salvarlas del derrumbe del restaurante en el que se encontraban. Takashi volvió a casa para descansar por ordenes médicas. Las heridas que se gano no eran de gran daño, pero tenía que descansar dijo el médico y evitar hacer esfuerzos pues aunque sus huesos estaban bien, los cortes que se hizo sanaban rápido. No debía hacer fuerza pues eso haría mas tardado su rápida recuperación.

—¿Seguro que estarás bien solo Takashi-kun? —pregunto Hayashi Kyoko quien se quedo en compañía del chico la noche misma del terremoto, solo que ahora estaban en casa del chico.

—No es que este enyesado de mis brazos, tampoco. Solo necesito descansar —exclamo Takashi despidiendo a su profesora de ciencias favorita en la puerta de su casa.

—Puedo quedarme contigo —mostraba preocupación su novio joven.

—Kyoko, ambos sabemos que si te quedas no descansaré —dijo tranquilamente Takashi, sabia bien las cosas.

—Pero... —no le iba dejar terminar Takashi a Hayashi.

—Además, con eso que le dejaste a Rossweisse y a Mafuyu en tu casa en lo que regresa la luz en donde ellas viven. Seguramente te estarán esperando —le recordó Takashi.

—¡Ah! Es cierto —no hizo mas que suspirar Hayashi antes de reconocer—, iré a verlas antes de que asalten mi refrigerador y no encuentren nada para cenar.

Un comentario que hizo sonreír a Takashi antes de darse un beso de despedida con su novia pelirroja y profesora. Si bien su país estaba acostumbrado a los sismos, este fue raro ya que aunque Tokonosu estaba preparada para los temblores, si causo leves percances a los servicios: agua, luz, internet estaban interrumpidos por zonas pero pronto iban a recuperarse. Pero hasta entonces, Ross y Mafuyu se quedaban en casa de Hayashi, ya que tampoco había estos servicios en casa de Komuro. Bien pudo ir con su profesora y estar en compañía de ellas, la pieza de Kyoko era pequeña para cuatro. Y con ellas tres, en celo todavía seguramente no le dejarían descansar a Takashi.

El pelinegro ya estaba en la sala de casa con una vela encendida en la mano revisando todo antes de irse a dormir pero de improvisto alguien llamo a su puerta por el timbre de la casa. Fue a ver de quien se trataba y Komuro se llevo una sorpresa al abrir la puerta creyendo que se trataba de Hayashi, pero en realidad era una mujer desconocida de como ya se dijo antes. Cabello gris pero de unos treinta y cuarenta años, vistiendo un uniforme de maid y un busto grande como notable a pesar de su uniforme así como sus caderas.

—Buenas noches —saludo con el debido respeto la doncella—. ¿Esta es la residencia Komuro?

—Si ¿Disculpa, buscaba algo? —pregunto cordialmente ante la mirada fría e indiferente en esta primera impresión que tuvo de ella.

—Dime, tu eres Komuro Takashi —pregunto en respuesta la mujer.

—Soy yo —esto era raro para Takashi.

—Fui enviada por Iriasvel-sama para estar a sus servicios —dijo, pero solo dejo mas confundido al pelinegro al momento.

—¿Iri-san? ¿de que esta... —entonces el celular en manos de Takashi sonó—... hablando? ¿Iriasvel-san?

La misma mujer albina con la que una vez cada mes se reunía Takashi, inesperadamente termino llamandole justo al momento de escuchar su nombre. Contesto la llamada tras dudar un instante para averiguar mejor que estaba pasando.

—¡Takashi-kun! —escucho la voz alterada y preocupada de la albina mujer desde el otro lado del celular.

—¿Iriasvle-san?

—Takashi-kun, me enteré de lo que sucedió en tu ciudad ¿como estás? —escuchaba la voz preocupada de la albina, espero primero a que terminara de hablar para contestarle—. ¿estas bien? Escuche que tuviste que ser llevado al hospital.

—¿Como supo?... —el pelinegro se puso nervioso un momento antes de razonar y recordar que el hospital al que lo llevaron era patrocinado por la empresa heaven's feel—, cierto. Estoy bien, solo son dolores menores dijeron los médicos.

No obstante, desde Alemania. Iriasvel von Einzbern, estaba en una de las habitaciones del castillo de su familia milenaria. Su hijo mayor estaba afuera jugando con sus hermanas menores, las cuales juntas eran un terror para el chico cuando estaban reunidas. Su esposo, estaba fuera trabajando.

—¿Seguro? —se preocupaba por su amante en el otro lado del mundo—, perdona Takashi-kun pero no puedo confiar en ese diagnostico. La mujer que esta afuera de tu casa, es Grayfia. Es una de las mas confiables sirvientas que ha trabajado para mi familia y la envíe para que este a tu servicio también para que cuide tu hogar. Descuida, yo pagaré su sueldo.

—Es un gran gesto Iriasvel-san, pero solo estaré descansando un par de días —en verdad, era algo demasiado bueno para Takashi.

—Velo como un regalo —dijo la albina desde el otro lado—, por esas asistencias que me has dado durante mis estancias en Tokonosu —el tono romántico de la mujer, sin sentir remordimiento mientras miraba a sus hijos jugando afuera.

—Bueno, pero aunque lo ponga así —exclamo el pelinegro desde el otro lado del celular de Iriasvel—, esta bien. Acepto el regalo que me mando, Iri-san.

—De nada, mi muchacho especial~ —decía contenta la albina, jugando con el cable del teléfono—, volveré antes de lo acostumbrado, para asegurarme que las instalaciones se encuentren fuera de peligro. Hasta entonces.~

Resumido, esa es la historia del porque una nueva mujer cuyos requisitos para el harem despertaba tan apasionadamente a su amo. Sin embargo aun falta contar como era que ella cayó. Puedo contar por escrito como fue que esta mujer despechada caía en el juego amoroso de Komuro Takashi, pero mejor lo cuento en como fue este peculiar día para el pelinegro.

—¡Takashi-sama, no puedo resistir más!~ —gritaba Grayfia con su cuerpo al descubierto encima de su nuevo joven amo, siendo su vagina machacada en placer por el pene de su amo, un nivel y entusiasmo al que antes no había llegado—. ¡Amo, no puedo.... Haaa! —un estruendoso gemido escuchado desde temprano se escucho de Grayfia, antes de caer agotada sobre el cuerpo desnudo de su nuevo señor—. Fue fantástico, Takashi-sama.

—¿Porque no solo me llamas Takashi? Como yo hago contigo —indico el chico acariciando a su maid quien descansaba en su seno.

—Takashi-sama es mi amo, además llamarte de así se hace más... picante~ —dijo, tenia su mirada puesta en la cara de su joven señor—, cuando Iriasvel-sama me envió para cuidar a su amante no pensaba que fuese un joven o que tan siquiera que Iriasvel-sama tuviera un amante. Pero después de observarlo ayer como era visitado por otras damas.

Para ser mas claros, al día siguiente de la llegada de Grayfia al ponerse a conocer cada rincón de la casa del chico cuando por fin la ciudad y sus abastecimientos volvieron a la normalidad. Grayfia abrió la puerta ante la inesperada visita de Yuriko y Saya para ver a Takashi. Aunque Komuro tuvo que explicar de cierta manera acerca de la nueva sirvienta que estaba a para sus servicios.

En fin, mientras limpiaba. Grayfia pasaba por el pasillo con la ropa sucia de su amo que llevo a su ultimo viaje. Unos peculiares sonidos de voces provenientes de la habitación de su amo le llamaron la atención. Hecho un vistazo a la pequeña abertura de la puerta y vio a su amo teniendo sexo con la hija de Yuriko en su habitación, pero tras haber escuchado que estos dos eran prometidos lo paso por alto mas sabiendo que eran jóvenes. Mas tarde, unos diez minutos después; volvió a pasar por la habitación de su amo, viendo como ahora le daba duro a la misma mujer que Komuro le presento como la mujer que intento tomar el lugar de su madre desde niño tras su perdida.

—Vaya, es algo que no esperaba ver —comento Grayfia siguiendo su camino en su nuevo lugar de trabajo—, para ser un chico normal, es amante no solo de Iriasvel-sama.

Nunca espero que tras esa visita, ver como otras mujeres, jóvenes y maduras visitarán por turnos a su joven amo, teniendo un mismo tipo de encuentro. Pero haciendo caso a solo las milfs que le visitaron, mas que solo llamar la atención de Grayfia, también se contagió del deseo de sentir lo mismo que esas otras mujeres que venían a ver el estado de su amo. Casadas, con hijos, profesoras, con novios o inocentes, Takashi termino enamorando a cada una de las mujeres de su harem.

—¿Como es posible? Esta mujer es la número treinta que visita a mi nuevo amo hoy y sin embargo él... él sigue tan fresco~ —pensaba Grayfia mirando escondida detrás de la puerta y como Fubuki hace unos capítulos, se masturbaba observando como la ultima en visitar a su joven señor era amada hasta la satisfacción por él.

—Correte conmigo, Takashi~ —era la misma Fubuki a quien se tiraba el pelinegro en ese momento—. Vengámonos juntos esta vez.~

—¡Fubuki! —luego de venirse en su séptima mujer de su harem. El pene de Komuro fue limpiado por la boca de la mujer de constante vestido verde, solo para ir por una cuarta ronda en su ano.

—¡Dios! Takashi te pones mas rudo cada vez, siento que estoy en el cielo —decía Fubuki a medida que su novio se movía con mas desenfrenada pasión que antes.

—Yo también quiero sentirme en el cielo~ —Grayfia se masturbaba con cada vez más agresividad, sin embargo por mas que se tocará, no lograba nada.

Volviendo al tiempo actual. Grayfia besaba el cuerpo de su amo tras recuperar de poco a poco su fuerza.

—Pensar que un chico común tendría un cuerpo tan delicioso y un pene tan maravilloso como aterrador —con su boca, besaba los músculos de su amo y con su mano izquierda acariciaba su persistente empalme.

—Aun recuerdo la cara que pusiste cuando lo puse frente a tu cara —comentaba con diversión el mismo Takashi—, fue gracioso.

—Y yo recuerdo como te dije que tenia un hijo en casa pero eso solo hizo poner a tu pene mas duro —pregunto con lujuría la peligris mujer—, que hace a un joven desear a una mujer vieja como yo para su satisfacción personal.

—¿De que hablas? —pregunto Takashi—, no es solo mi satisfacción, también la de Grayfia. Pero es cierto, saber que una mujer con mas edad que yo, se siente sola o despechada me hace querer desearla.

—¿Aunque tenga esposo, novio o hijos?

—Eso solo la hace mas atractiva —exclamo, acerca su peculiar pasión por las milf—, conocer a una esposa o madre que solo sabe estar enojada o cumpliendo con su papel, me hace desear ver la cara que puede poner cuando le doy todo de mi.

—Eso no hace que deje verte como un chico calenturiento y mujeriego —dijo Grayfia entre rizas—, pero esta bien. Durante el tiempo que este trabajando para ti por ordenes de Iriasvel-sama, seré una de las amantes de Takashi-sama.

—El amante soy yo —dijo Takashi lleno de confianza—, aquí quien esta casada y con hijos eres tu, que mujer traviesa eres Grayfia.

La puso en el colchón una vez más y fue besando los labios de la boca de la Lucifage para bajar a sus pechos, luego de jugar con ellos bajo más abajo hasta tocar los labios vaginales de Grayfia y desatar nuevamente, placer.

—¡Haa! Amo, no prefiere bajar a desayunar mejor aun no ha tomado su desayuno —dijo pero la habilidad de la boca de Takashi la dejaba sin aliento.

—Yo ya estoy tomando mi desayuno —su lengua paso los labios vaginales de su maid—, es un delicioso té con sabor Grayfia.

No seria la única vez que Komuro se devoraría la vagina de Grayfia ese día. A pesar de ser ella su nueva maid, aun habían cosas que él hacia en la casa aunque fue gracias a esta dama de pelo gris que su hogar se veía mas limpio y ordenado que antes.

—Que te pareció el almuerzo —pregunto el pelinegro comiendo en mesa con la europea mujer.

—He comido autentica comida japonesa antes, pero tu sazón dejo mi paladar encantado, amo —declaro la mujer, la expresión en su cara le decía a Takashi que ella estaba siendo honesta—, pero ya que Takashi-sama fue quien hizo la comida para mi, deje que yo sirva el postre.

—¿Postre? —pregunto al ver como la mujer se ponía de pie y recogía los platos de la mesa—. ¿que será? —pregunto pues no tenía nada en el refrigerador como para decir que había postre.

—No se preocupe amo, le aseguro que le gustará —dijo Grayfia entrando a la cocina del chico—, pero para hacerlo más especial, amo. Cierre lo ojos hasta que yo le diga.

—Esta bien.

Hizo caso a Grayfia y cerró los ojos, no veía nada ni tampoco escuchaba nada, todo estaba en silencio. Solo escucho como algo pesado se puso sobre la mesa y un olor a dulce venía delante de sus narices.

—Ya puede abrir los ojos amo~ —escucho la voz de Grayfia delante de él.

Al abrir los ojos lo primero que vio Takashi, fue todo lo que necesitaba ver. Su maid estaba desnuda una vez más de pies a cabeza y con su cabello suelto, sus piernas abiertas a vista de Takashi y sobre su coño, había crema batida de pastel con una cereza sobre la crema. Mismo decorado pastelero sobre sus pezones y sus aureolas.

—¿Le apetece un postre caliente, Gosoujin-sama? —pregunto.

—Vaya, es un postre que se muy sabroso —dijo Takashi mirando el manjar ante sus ojos—, supongo que esto es una de las fantasías eróticas de Grayfia y que tu esposo no te dejar cumplir.

—Tal vez —miro con rubor hacia otro lado la peligris mujer. Es que tal como Komuro dijo, esto que Grayfia hacia con él era una de las fantasías mas húmedas que ella ha tenido.

—Gracias por el postre —exclamo con su boca encima de la vagina de Grayfia e ir comiendo la crema batida hasta llegar al tesoro de la mujer y que él como buen saqueador de reliquias que era Takashi, se robo.

—Amo~ su boca es fantástica, tan solo con ella hace que mi vagina quiera venirse —declaro, luego de caer complacida unicamente por el talento de la lengua de su amo. Entendiendo mejor como es que esas otras mujeres que venían a verlo se maravillaban con sus talentos.

—Trata de resistir Grayfia —dejo de lamer la vagina de la mujer para devorar la espuma en la pechos de la peligris y comerse esas cerezas que tenía, y no hablo de la fruta—. Porque voy a volverte loca con mi pene, esta tarde.

—¡Mmm! Takashi-sama —hizo sonar su voz al sentir el pene de su amo llegaba por lugares que ni su esposo antes había llegado. Como solo Takashi sabía, los movimientos de sus caderas despertaban la lujuria dormida en esta mujer de tan lejanas tierras—, Takashi-sama siga así y pronto me voy a correr.~

Sin embargo había mas detrás de la historia de Grayfia de la que Komuro debía conocer, prácticamente solo ha pasado un día con ella y la mujer ya fue quien puso interés en él.

—Los Lucifage hemos sido siervos de familias importantes durante muchas generaciones en Europa —contaba Grayfia a su amo luego de que le pidiera saber mas de ella cuando tomaba una ducha en compañía de la mujer—, fue así como conocí a mi esposo, es hijo de una compañía importante. Sin embargo, no es que me descuide como su esposa, pero es muy reservado cuando se trata de temas sobre el sexo conmigo.

—¿Tanto como para sacar tu frustración con un chico como yo? —pregunto, casi jugando Takashi.

—No te burles de mi esposo de acuerdo —le pellizco donde le dolía a Komuro—, en fin. Mi esposo no es, alguien de tanta pasión, me ama y yo lo amo, pero no es hombre que se deje dominar por la lujuria. Llevo catorce años casado con él, pero solo hemos tenido dos ocasiones en los que hemos hecho el amor. En la nuestra luna de miel y la vez que le pedí que tuviéramos un hijo, Millicas. Pero desde que tuvimos a nuestro hijo mi esposo no me ha vuelto a tocar desde hace doce años.

—¿Tanto tiempo? —se sorprendió Takashi—, supongo que no has presionado a tu esposo para volver a hacerlo en ese tiempo.

—Es porque también era su maid personal, sin embargo el respetaba mi tiempo como su esposa y como su sirvienta —seguía explicando Grayfia—, insistía en mis días de descanso y era su esposa pero él no cedía. Supongo que la necesidad por dar a mi cuerpo atención fue apagandose. Así que no tuve problemas personales cuando me transfirieron a lugar de trabajo de mi hermano cuando dejo de estar a mando de la señora Iriasvel-sama.

—Que triste —respondió Takashi, su espalda era lavada por esta mujer y una esponja de baño en sus manos, tallando su espalda—, si Grayfia fuese mi esposa, le daría toda la atención que me pidiera, aunque este trabajando como mi maid.

—Di las cosas lindas que te parezcan, no lograras hacer que sea parte de tu pequeño juego —exclamo Grayfia mirando a otro lado con orgullo en su nombre todavía—, comprende que después de verte así con las otras mujeres, solo estoy aprovechándome de ti para satisfacer los años que mi esposo decidió abstenerse conmigo.

—En otras palabras solo me usas para sacar toda tu frustración sexual acumulada —exclamo casi decepcionado—, así es. Pero supongo que estas acostumbrado a eso.

—¡Oh! ¿crees que Yuriko, Shizuka, Fubuki y todas ellas me visitaron solo porque buscan escapar su frustración? —pregunto Komuro mirando sin pena, el cuerpo desnudo de Grayfia que tenia atrás de él.

—Porque otra razón una mujer vieja pondría su ojo en un joven hombre, aunque reconozco que tienes un dote impresionante y sabes usar bien; jamás alguien joven como tú se fijaría en alguien de mi edad —dijo, para embarrar sus pechos en la parte superior de la espalda de Takashi.

—¿No cree en volver a enamorarse acaso? —pregunto curioso el pelinegro—, no solo soy un joven con la que ellas dejan salir sus años de frustración. Yuriko, shizuka, Hayashi. Todas voy enserio con ellas, tengan familia o no. Además eres muy bella para tu edad Grayfia.

—¿Que edad crees que tengo? —pregunto con el mismo tono que Takashi.

—Entre 35 y 40 —respondió en pregunta.

—Pequeño tonto, tengo 48 años —respondió justo cuando empezaba a dar frotar sus pechos en la espalda de Komuro para lavar mejor su cuerpo.

—Te ves tan joven —sin tomar en cuenta el color del cabello de Grayfia, contaba con gran atractivo para su edad, pues se veía de la edad de la que describió Takashi.

—Que dulce eres, pero soy vieja —se detuvo por un momento, solo para él no viera el rubor que le hizo pasar ante su alago.

—Aun así, un hombre joven podía enamorarse de usted.

—Crees que no me di cuenta que me desnudabas con la mirada la primera vez —lo primero que notó la temporal maid que Iriasvel le envió, fue los ojos de Takashi y como estos pasaban por todo su cuerpo notando sus facciones bajo su uniforme que no dejaba nada a la imaginación pero aun así fue Takashi el primero que hacia eso con ella y la misma Grayfia lo sentía.

—Esta bien puede culparme, soy joven, tengo 18 —fue la vaga respuesta que dio.

—Entiende que cuando termine mi pequeña estancia contigo volveré a Alemania con mi familia. Solo seré parte de tu juego hasta mañana que acaba mi estancia aquí —dijo mordiendo despacio el cuello de Komuro como si de una vampiresa se trataba, pero no era tal criatura, solo una mujer de la que tuvo que pasar doce años desde que sintió el calor de un hombre.

—¿No puedo hacerte cambiar de opinión? —pregunto, para cuando hizo esta cuestión, Grayfia estaba sentada sobre Komuro, estando él sentado en un banco pequeño de su baño. Una vez más, con sus pechos la mujer limpiaba el pecho de Komuro, muy cerca de su rostro.

—Lo siento, pero aun no encuentro razones para dejar a mi esposo por alguien tan aventurero como tu —no era la mujer seria y de mirada fría que conoció la primera vez, mostraba su verdadera actitud sin reservas.

—Eso me ofende —exclamo Komuro, sintiendo un golpe a su orgullo—. Pero me ofende más el hecho de que me uses para satisfacer tu despecho.

—Tu pequeño gran amigo, dice lo contrario —bajo su trasero lograba sentir Grayfia, como el pene de Takashi golpeaba contra su trasero—. ¿Que dices? Me dejas seguir jugando un día más a ser tu amante.

—Esta bien pero aun me ofende mucho el como piensa sobre mi —dijo Takashi mal actuando de forma tsundere con ella, él mismo sabía que esta actitud suya era una broma. No tiraría al caño el hecho que se estaba cogiendo a la esposa de otro sabiendo ella que él era un joven picaro. Justo como lo que a él le gustaba de una madura.

—Que tierno, me haces querer comerte a besos. Pero ay algo que sin dudas me gustaría comer de ti.~

No comprendía del todo como es que su actual señora Iriasvel se preocupaba tanto por alguien como Takashi, si; tenia una aventura con él pero solo era un joven precoz a como la maid lo veía. Pues cuando la albina mujer la envió, se pregunto que tenía de especial este muchacho, claro tiene una gran herramienta viril y su resistencia era algo descomunal, contradiciendo mucho su lujuria si bien lo vio teniendo sexo con cada una de las otras mujeres de su harem que lo visito para saber su estado, ellas fueron las que terminaron incitando al chico para tener sexo y ni él a ellas.

Sea como sea, Grayfia iba a aprovechar lo que le quedaba de tiempo en su estancia para seguir jugando con él y liberar esos largos años de frustración sexual como esposa y madre con un chico que conoció hace un día. Bajo el agua tenue de la regadera, Grayfia tenia en su escote la polla de Takashi presionando de arriba hacia abajo sus pechos disfrutando de la cara que hacia el chico mientras le exprimía.

—Grayfia estoy por venirme —la vista que tenia de la peligris maid era excitante.

—¿Que esperas, vamos que esperas? Dispara toda tu esperma en mi cara —la expresión pervertida en su cara era genuina.

—Si insistes... ¡Haaa!

Un exorbitante disparo de blanco fluido masculino se impregno por toda la cara de Grayfia, y a pesar del agua de la regadera que se desperdiciaba, esto no hizo nada por limpiar el rostro de la mujer. Y eso estuvo bien, la Lucifage disfruto la sensación del esperma en su cara e incluso degusto del semen de Takashi con su boca.

—Tengo que admitir —tomo un poco con su dedo y lo lamió, Grayfia—, tu semen tiene un gran sabor. Bien, gosoujin-sama —se levanto del suelo del baño y se puso contra la pared, mostrando su trasero a Komuro, le incito moviéndolo de un lado para otro antes de decirle—. Por favor, ponga su indecente pene en su maid.~

Quien le diría que no a tan hermosa mujer en esta situación. Primeramente Takashi devolvió el favor a Grayfia, lamiendo la vagina de la mujer para sentir su sabor una vez más. Solo para provocarle un poco de rabia.

—Oye, no me hagas desear mas~ date prisa y mete tu... ¡Aaahhh! —grito de dolor, Grayfia no espero que de un solo movimiento tan brusco, lograra penetrar Takashi su culo hasta lo mas profundo. Sentía la punta de su pene rozando por encima de su matriz desde su ano—. Lo metiste en mi culo... ¿como te se atreve, amo?

—Te parece malo que sea tu amo quien toma la primera vez de tu culo y no tu esposo —decía Takashi teniendo sus manos en la cadera de la mujer, sentía su pene ser apretado por las cavidades sin explorar de Grayfia—, eso te pasa por ofrecer tu cuerpo a tu amo —se acerco al rostro de la mujer que miraba el azulejo amarillo de la bañera y tras tomarla de sus mejillas para que le mirase, le dijo—, como castigo por burlarte de tu amo. Me aseguraré de Grayfia no piense más que en mi aun cuando te vayas.

Cual dominante hombre, beso los labios de la mujer. Cosa que Takashi no había tomado de Grayfia hasta ahora, a medida que su lengua sometía a la lengua de la maid el cuerpo de Komuro se iba moviendo sin importar que el culo de esta aun no se humectaba lo suficiente para el sexo. Termino de hacer este proceso a medida que se expandía las cavidades rectales de la peligris.

—¿Que es esta sensación? —pensaba Grayfia al ser dominada por boca y por su trasero unicamente por Takashi—, mi culo arde mientras este chico se mueve como una bestia, su boca domina la mía y sus manos acaricían mis pechos con desesperación por hacerme sentir bien. Es como si más de una persona me estuvieran cogiendo en este momento.

—Dejate amar Grayfia, dejate amar —era el propio pensamiento de Komuro cuando desata placer inmensurable en la peligris mujer. Todo, mientras seguía besándola hasta el cansancio.

—No puedo más, mi vagina se derrite por tener su pene destrozando mi culo... ¡Me vengo! —grito mentalmente, justo en el momento no solo de que su vagina liberaba una fuerza descarga de sus jugos perversos, sino también en el momento en el que Komuro pinto su ano con su leche. Al cabo que al sacar su miembro de su agujero, su semen apenas si podía quedarse dentro de su apretado trasero.

—Eso... fue demasiado genial, amo~ —quedo encantada con el salvajismo bestial de su temporal amo.

—Si eso le gusto a Grayfia —abrazo a la mujer ayudandola a mantenerse de pie en la ducha teniendo sus dedos acariciando la vagina mojada de Grayfia mientras su empalme aun duro se frotaba entre sus piernas—, lo que sigue hará quebrar la mente de Grayfia.

—Me gustaría sentir eso —respondió con un sonrojo en su cara la maid.

Penso que estaría al cuidado de un chico precoz con el que su señora en casa, Iriasvel von Einzbern; jugaba al amante. Ya comprendía mejor la situación, era una bestial sexual con la apariencia de un jovencito, con vocabulario de un amante perfecto tanto así que con solo palabras bastaban para hacerlas caer en su lista.

—Amo, tu pene esta en otro nivel~ —llevo a Grayfia de nuevo a su habitación y a pesar de tener una cama tan pequeña, era más que suficiente. En cuatro en el colchón, Grayfia mordía la almohada de Takashi cuando hacia él un desastre en su vagina—. No importa cuantas veces te corras, la polla de Takashi-sama sigue estando igual de dura y activa.

—Es porque no estaré satisfecho hasta escuchar que tu lo estas, mi indecente sirvienta —besaba la parte trasero del cuello de Grayfia, como si de un animal marcando su territorio fuera él. Pero también estaba sembrando su semilla en la europea maid por quinta vez en la noche.

—Dame un respiro —suplico con cariño su sirvienta—. Mi cuerpo se siente agotado.

—Si te sientes agotada, entonces porque tu vagina aprieta mi pene para no soltarme —le cuestiono, luego de jalar de los brazos de la mujer y hacer que se parara sobre sus rodillas en la cama—, Grayfia. Aun que digas que pare, tu cuerpo me dice que continue.

—No eres humano... —empezó a sentir un pequeño terror hacia Takashi—. ¡Aahh!

Sosteniendo a la peligris, hizo que ella cayera sobre él en la cama. Permaneciendo su pene dentro de su coño, levanto Takashi sus propias caderas para ir golpeando con su pelvis el trasero de Grayfia, raspando en esta pose su punto débil como mujer.

—Para por favor, vas a volverme loca —decía la Lucifage al mirar sin pestañar como Takashi pulverizaba su vagina en cada golpe.

—Es justo lo que quiero —masajeaba los pechos de la cuarentona mujer escuchando como cesaba su voz, pudiéndose ver a duras penas como un pequeño vapor se desprendía de su boca debido a la euforia que le causaba—, es tu castigo por hablar mal de tu nuevo amo.

La intensidad con la que le penetraba, el talento de su boca y la resistencia de todo su cuerpo lograron quebrar a Grayfia en esa noche. Conociendo un nivel de placer que nunca espero sentir.

—Gosoujin-sama... por favor, castigue a su sirvienta, use su pene para corregirme~ —decía sin importarle que Komuro viviera en una zona residencial común de japón. No le importaba que alguien lograse escuchar su voz. Entonces, estaba hablando en su lengua natal europea—. ¡Haz que mi vagina de esposa y madre sienta mujer, Takashi!~

—No se que dices... pero voy a hacer que seas mi mujer esta noche —abrazaba por la cintura a Grayfia cuando llegaba a un nuevo nivel de éxtasis, Komuro.

—¡Me... me... me vengo! —grito de placer antes de caer exhausta junto al amante de Iriasvel von Einzbern—, genial.~

Para cuando los rayos del sol despertaron a Grayfia, vio en el reloj del teléfono de Takashi que era casi medio día. Seguía desnuda en la cama del chico, con la sabana tapando su cuerpo, pero esto no le importaba, nunca había despertado tan tarde o nunca había tenido una tan reconfortante siesta.

—¡Buenas días! —entro Takashi vistiendo un delantal nada más, usualmente era ver a una mujer usar nada más que un delantal para hacer la comida de su pareja. Pero Takashi estaba dispuesto a invertir el juego. Con una mesita para Grayfia que le puso en la cama, la soprendió con un desayuno—, no se que querías desayunar así que espero que te gusten lo que hice.

Cuatro hotcakes con frutas rojas, miel y otros acompañamientos para que la mujer le colocara al desayuno. Todo acompañado de un vaso de jugo de manzana para que bebiera.

—¿Para mi? —primera vez que alguien le traía el desayuno a la cama.

—¿Hay alguna otra belleza en mi cama para la que me haya dado el gusto de cocinar? —respondió con sarcasmo del bueno.

—Gracias, Gosoujin... gracias Takashi-kun —exclamo, era un joven agradable al final.

Después de desayunar, el chico quito la mesita con todo lo que tenia y la puso a un lado del suelo. Solo para besar de forma inmediata a la europea madura cuando apenas termino de limpiarse la boca con una servilleta tras decirle lo delicioso que estuvo lo que le dio de comer.

—Takashi-kun, espera. Mi boca aún huele al desayuno —se separo con rubor en su cara la mujer.

—Lo se, sentí un rico sabor a frutos rojos en tu lengua —dijo con encanto, se dejo caer sobre Grayfia y siguió robando sus labios dejando que ella desatara ese delantal que escondía su orgullo y vergüenza varonil—. Grayfia, ya que hoy es tu ultimo día conmigo. No voy a dejar, que salgas de esta cama o de mi habitación.

—Vas a seguir robando a esta esposa de su familia —no podía creer que haya cedido a lo lascivo que era Takashi.

—Si —respondió con determinación, antes de terminar avalanzandose sobre la peligris y cumplir con su palabra. El adulterio es pecado, pero el dios que habita tenia otros planes para este mundo.

Al día siguiente, desde temprano. Grayfia esperaba cerca de la puerta de Takashi a que llegara el taxi de ella. El chico le hacia compañía y se despedía de ella.

—¿Ya te vas? —pregunto triste.

—Iriasvel-sama me ordeno estar a tu cuidado por cuatro días nada más —contesto Grayfia volviendo a su papel de maid con ese uniforme con el que llego, puesto para irse.

—Quedate un día mas —dijo sin insistencia, sabía la respuesta pero aun así tenía que preguntar.

—Aunque quisiera, no puedo. Como dije, tengo un marido y un hijo por el que volver a Alemania. Pero espero llevarme de esta un buen recuerdo —bajo su uniforme, bajo su falda y su ropa interior, de su vagina y culo habían dos tapones sexuales en cada agujero haciendo que todo ese semen que Komuro derramo en ella no se saliera. La peligris quería irse sin perder esa agradable experiencia que tuvo con él.

—Debería sentirme mal por tu esposo, pero eso le pasa por dejar de lado a Grayfia por doce años —exclamo—, si fueras mi esposa te daría la atención que necesitas cuando quisieras.~

—Eso sería agradable. Pero no querrás desperdiciar tu juventud con una vieja como yo —dijo, a pesar del gusto de Takashi. Grayfia estaba insegura, sabia que los jovenes se interesan en las viejas como ella solo por su cuerpo, pero Takashi iba mas alla, no iba a arriesgarse aunque así fuera—. Esos doce años se compensaron gracias a ti, Takashi-kun.

—Espero volver a verte pronto y ayudarte si necesitas alguien con quien tratar eso, yo estaré encantado en ayudarte —comento Komuro.

—Pequeño pillo —lo abrazo y puso su cara contra su pecho teniendo su vestido de maid—, gracias por sentir amada a esta mujer, de nuevo.

—¿Grayfia? —de pronto un beso cargado de emociones encontradas por la mujer, dejando extraño por un momento a Takashi, pero rápido entendió—. ¿Entonces?

—También espero volver a verte Komuro Takashi-kun, puedes considerarme como una de tus mujeres para entonces —dijo antes de irse, su transporte al aeropuerto había venido por ella.

Mirando desde su puerta como ella se subia al transporte, una figura encima de la casas, los observaba también. Una misteriosa sacerdotisa de ropa negra con detalles rojos, un atuendo estilo europeo y un velo negro en su cara miraba con gracia la despedida de estos dos.

—Pero ya eres su mujer —dijo sobre Grayfia esta misteriosa mujer antes de desaparecer en una cortina de humo negro intangible.

Volvió a Alemania a trabajar bajo mando de Iriasvel en una de las mansiones de la familia Einzbern, la Lucifage. Luego de visitar a su propia familia primero.

—¿Como esta Takashi-kun, Grayfia? —pregunto Iriasvel ante el regreso de su maid después del viaje que le hizo dar.

—Se recupero mas rápido de lo que pensaría, pero me quede a cumplir el tiempo de espera que me encomendado, Iriasvel-sama —dijo conversando con la albina en uno de los pasillos del castillo acompañando a su señora.

—Eso esta bien, puedo ver que tienes una expresión de tranquilidad. Supongo que ya conociste el porque me encanta ese chico —una sonrisa inocente fue lo que puso Iriasvel en su rostro.

—Ama, eso es algo de lo que no debería hablar —mantenía la compostura ante un tema tabu que ambas compartían ahora—, pero siendo así, porque me envió a mi en vez ir a visitarlo usted.

—Crees que no sabia que tu y Sirzechs han desperdiciado doce años de matrimonio, Takashi-kun no solo es especial, te hace sentir especial y en las nubes y... bueno, ya debes saber —la sonrisa de la albina causaba temor en cualquiera que la mirase—, no quieres venir conmigo a mi próximo viaje a Tokonosu. Takashi-kun sin dudas estará encantando de vernos.

—Si es lo que Iriasvel-sama quiere, por mi estaré encantada. Siendo honesta me gustaría volver a visitarlo alguna vez —respondió Grayfia. Y así una mas, se unía a la lista de Milfs de Komuro Takashi.




No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Bunisses and pleasure (+18)