Business and pleasure (Naruto x Harem)

Esta obra la estaré actualizando una vez al mes, para darme tiempo de seguir avanzando la historia y tenerles una actualización constante. Espero y les agrade.

Friday (Naruto)

 Weeken work

Naruto Uzumaki. Un hombre de familia, millonario dueño y administrador principal de su misma compañía, inversionista, excéntrico; filántropo. Casado con una dama que muchos hombres quisieran tener como esposa en vez de él, no solo por su belleza, sino también por su carisma; dos hijos productos de este matrimonio que claramente era una familia funcional. Los niños deseaban ser como él, las mujeres se mojaban por estar con él; los hombres deseaban ser él. Bueno tengo noticias para las damas, aunque Naruto parezca ser un hombre fiel a su esposa: Hyuuga Hinata. Lo cierto es que a él le encanta ir detrás de las mujeres. Incluso posee un harem que su esposa desconoce.

Cada mes, durante un fin de semana. Naruto salía de la ciudad dado que tenía que reunirse con la junta directiva de su compañía, contadores y demás administradores como colaboradores de su empresa de talla internacional. Intercontinental, multimillonaria; multinacional… etc. etcetera.

Se despidió de su esposa quien era la unica que se quedaba en tan enorme hogar ya que llevaba a sus hijos a estar de fin de semana con sus abuelos.

Iras fuera de la ciudad Naruto-kun —pregunto acompañando a su esposo hasta la puerta junto a sus hijos—, por favor, ten cuidado.

Lo tendré cariño, además solo es la típica junta que tengo con los accionistas cada mes Hinata —decía el rubio dejando su casa y retirándose con confianza de su hogar, dando un beso en los labios a su esposa, sus hijos no dijeron nada y mientras tanto su chofer de Naruto lo esperaba—, te veré el lunes sin falta.

Esta bien —Hinata también confiaba en la ida y vuelta de su esposo—. y ustedes dos, más vale que se porten bien con sus abuelos.

Sus hijos iban una vez por el fin de semana para estar con los abuelos Hyuga. Dejando sola a su madre en casa.

Lo haremos mamá —exclamó sonriente Himawari.

Mamá siempre dices lo mismo —dijo molesto Boruto.

Y siempre se te olvida —pellizco la mejilla de su hijo irresponsable—, sean lindos con su abuelo.

¡Si, mamá!

Vamos, los dejaré con su abuelo antes de irme al aeropuerto —tomo la responsabilidad de sus hijos para llevárselos como dijo, no sin antes darle un beso a su esposa —adiós querida.

Cuídense —se despidió su mujer con esa sonrisa que la enamoró.

Tu también —también se sentía mal dejando a su esposa sola en casa, pero no quería que su secreto se descubriera.

Naruto llevo a sus hijos al vehículo y bajo la despedida de Hinata desde la puerta, para alejarse e ir a sus destinos. Su esposa se quedo en casa y él fue hasta donde su suegro para que la pasara con sus adorados nietos. Ahora quedaba Naruto por dirigirse a su aeropuerto privado a su jet privado para viajar.

Llegando en su Lincoln continental de uso familiar. Le esperaba en la pista de despegue su joven sensual asistente, con ropas que la hacían ver como toda una empresaria, una mirada seria, con una tabla de madera para sostener hojas de itinerario y lentes sobre sus ojos. Sarada Uchiha esperaba la llegada de su jefe para partir.

Sarada-chan, espero no te hice esperar bajo el sol —era por allí de las nueve de la mañana y el sol comenzaba a quemar. Dijo Naruto estaciono su auto a metros de la chica de pelo negro y lentes rojos para ver mejor.

Debió llegar hace veinte minutos, el piloto espera señor —exclamo Sarada molesta con su jefe quien camino hacia ella con las manos en los bolsillos poniendo una expresión narcisista.

Él puede esperar todo lo que quiera, yo le pago en persona para ser mi piloto personal —exclamo Naruto importándole un carajo lo que su asistente personal le dijera.

Aun así, la puntualidad es educación Naruto-sama —levanto la voz a su señor y este la agarro de su trasero y la pego contra él haciendo más narcisista su expresión facial—. ¿que hace?

Lo que usualmente hago con tu cuerpo, querida Sarada~ —metió su mano bajo la falda de la Uchiha y comenzó a manosearla en un sitio publico.

Naruto-sama… no puedo esperar a subir al avión~ —susurró con un tono calenturiento la chica, sabiendo como era su amo.

Tu sabes como soy~ —dijo Naruto, tomando a la chica de su mentón para que la mirase a los ojos—, sabes que soy capaz de ponerte a gemir como perra aquí mismo y dejarte ver como una pervertida, por ese es lo que eres mi preciada Sarada-chan. Ahora, pídele perdón a tu amo.

Si~ —exclamo la chica mirando cual pervertida calenturienta se puso de solo sentir la mano de su jefe manoseando su cuerpo sin permiso—, perdone la falta de respeto de su asistente personal, Naruto-sama~ por favor, castigue a su insolente asistente con su maravilloso pene.~

La vagina de la Uchiha empezaba a mojarse y su trasero se mecía despacio de un lado a otro como la perrita de Naruto que era.

Así esta mejor.

Sarada Uchiha. La asistente general personal de Uzumaki, era también amante de Naruto la primera de su harem. Todo lo que existe tiene un origen o comienzo. Como quieran llamarle, era tiempo de contar como esta joven comprometida con su trabajo, seria y determinada era secretamente una pervertida que le gustaba ser usaba a gusto por su jefe del cual sentía muchas cosas a pesar de estar mal.

Gracias por el empleo, Uzumaki-sama. Trabajar para su compañía ya es una meta, pero trabajar directamente para usted es… es —exclamo Sarada conteniendo su emoción de haber comenzando su primer trabajo formalmente, su vestimenta de entonces era la misma de cuando Naruto llego a ella en el aeropuerto privado del que el rubio era dueño.

Se encontraba a lado del rubio quien revisaba varios documentos en la silla delante de su escritorio desde donde dirigía toda su compañía.

Después de ver tu potencial tras aceptar la idea de tu padre para que hicieras tu practicas laborales aquí antes de graduarte me dio una perspectiva de ti que no había visto —dijo Naruto, sin hacer notar que estaba examinando de pies a cabeza el entonces inocente cuerpo de Sarada—. Tienes un potencial del que no quiero dejar ir.

Que dice Uzumaki-sama —acomodo sus lentes desde el marco del cristal derecho, mirando en otra dirección dado que sentía pena al escuchar el halago del hombre que admiraba.

Dime, Naruto —quería que confiará en ella.

Si usted lo quiere… Naruto-sama —miro la sonrisa que le dedico el rubio, mostrando aun un rubor en su cara—. Que debo hacer ahora. Dígame que hacer y cumpliré —vaya que estaba entusiasmada.

Algo sencillo, oficialmente es la primera vez que trabajas para mi —exclamo pensando—, ya se, porque no me traes un café.

Esta bien —no importaba lo que fuese lo que pidiera, Sarada lo haría por él.

En la misma oficina, pegado a la pared sobre un mueble de madera. Una estación de café para que Naruto mismo preparase, pero con Sarada trabajando como su nueva asistente podía hacer que ella lo preparase para ella.

¿Quiere azúcar, leche o crema? —pregunto Sarada tomando la taza que sabia era la que el rubio ocupaba.

Azúcar —respondió—, tu como lo prefieres.

Sin que la Uchiha lo notará, Naruto se levanto de su silla y en silencio se dirigía hacia Sarada en la mesa del café.

No soy fanática del café —respondió con modestia.

Debí suponerlo, después Sarada-chan ya muy dulce —se estaba acercando a la pelinegra sin que ella sospechara.

Que dice, Naruto-sama~ —apenas si llego a girar la cabeza, era demasiado tarde el rubio ya había puesto sus manos en la cintura de Sarada, con suaves y provocativos movimientos fue tocando e incentivando su cuerpo—. ¿Naruto-sama?

Sarada-chan, tienes un olor muy cautivante~ —el rubio comenzó a oler su cuello mientras los movimientos de sus manos sobre Sarada se volvían mas ágiles.

Dejo de sostener la taza y los ingredientes del café, en cuanto noto que las manos del rubio comenzaban a acariciarla con mas malicia y perversión; sobre todo cuando Naruto empezó a besar su cuello. Su mano derecha se metió bajo la falda de Sarada, acariciando los muslos suaves de la chica, y con su mano izquierda, el rubio desabrocho un par de botones de la blusa blanca de la Uchiha, introduciéndose para tomar su seno derecho, apretando su pezón y acariciando su areola sin tener que ver

Naruto-sama, detenga se… esto no esta bien —los roces de sus dedos y su boca, adueñándose de su cuello era demasiado provocativo para su virgen cuerpo.

Te atreves a darle una orden a tu superior, Sarada-chan —la había tomado de sus mejillas para hacerla mirarlo de cerca—. Dices que no te gusta, pero mira —con su mano bajo la falda de Sarada. Naruto acaricio la vagina de la chica y pronto se cubrió por jugos lascivos que esta chica emanaba desde aquí—, tu cuerpo le esta gustando.

Tomo a Sarada de su cintura, la trajo de vuelta a su escritorio; tiro todos los papeles y otros objetos que tenia en el mueble, al piso. Para poner a la pelinegra Uchiha sobre la madera con un brusco movimiento. Flexionada de sus rodillas, tenia su trasero levantado así Naruto le levanto la falda y bajando poco las bragas que traía puestas empezó a lamerle la vagina.

¡Ha!~ Naruto-sama, en serio le pido que se detenga... mi cuerpo no se siente bien —Sarada mordía su mano dado que una extraña sensación recorría su cuerpo, sin saber que de su cuerpo un orgasmo era lo que estaba creciendo desde su interior—. ¡Ummm!

Se aparto de su asistente y miró como de la vagina de Sarada, disparo una fuerte chorreada de su vagina a tal grado que ella misma termino orinándose en el piso de la sala de su jefe.

Mira el desastre que acabas de hacer, Sarada-chan, mereces un castigo —exclamo Naruto poniendo su dedo en la vagina toda húmeda de la chica para acariciar en su punto G como si fuera algo común.

¿Porque me hace esto Naruto-sama? —estaba totalmente agotada, su cuerpo se notaba agitado y su mente la tenía mareada.

Hay algo que no te conté Sarada-chan —Naruto detrás de ella, comenzó a quitarse la ropa para mancillar mas cómodamente a la chica—, no solo te contrate para ser mi asistente personal, también para hacerte mi perra personal. Mi amante, mejor dicho.

La… amante de… Naruto-sama —tan solo de practicar sexo oral a Sarada, la había dejado atontada y con su cuerpo encendido.

Una de tus principales actividades como mi asistente personal, será atender mi pene con fervor —se había desvestido por completo y mostró su pene a la pelinegra, quien agotada; se quiso levantar del escritorio de su amo, pero cayó de rodillas al piso y aprovecho él para ponerle su enorme pene delante, una cosa que superaba con creces los treinta centimetros—. Vamos que esperas Sarada-chan, comienza a atender mi pene como se debe.

El olor que desprendía era brutal, como su tamaño. Había intimidado a la Uchiha solo con esto, mas al mismo tiempo la chica de gafas rojas deseaba comerse el pene de su nuevo jefe.

Naruto-sama, no debería… usted tiene esposa. Además yo no se como… —volvió a tomarla de sus mejillas mientras hablaba, aprovecho que tenia la boca abierta para poner en ella la punta de su verga e ir metiendo su pene en toda su boca hasta llenarla.

Vamos, comienza a chupar. Si tan solo Hinata fuera mas pervertida no te estaría usando para ser mi juguete sexual —decía mientras se deleitaba de los ruidos pervertidos que Sarada producía en su primera practica oral que le hacia al rubio, no prestaba atención a lo que decía, pues se estaba intoxicando de lujuria con el sabor del pene del rubio—, bien Sarada-chan ¡Es hora de que pruebes mi leche!

Disparo su semen en la boca de la pelinegra, hizo que sus ojos se sobresaltaran y su mejillas se inflaran por dentro, obligando a la chica comerse todo su semen, más no pudo con tanto que paso ahogarse con ello.

Niña mala, mi semen no se desperdicia.

La volvió a subir en su escritorio tras arrancarle la ropa y tirarla a un lado, incluyendo su ropa interior. Frotó inicialmente su pene contra la vagina de la chica para que los fluidos de su vagina le cubrieran su polla para meterla con mas facilidad.

¡Espere Naruto-sama, es mi primera vez así que!… —quiso pedirle que fuese amable, pero realmente Naruto no era amable. Pronto, sintió la punta de Naruto entrando fuerte, para sentir romperse su himen con apenas la tercera parte de la verga del rubio, la cual era gruesa y larga. Pero allí no paro, con un movimiento mas profundo y destrozador. El pene del Uzumaki llego mas profundo e hizo a la vagina virgen de Sarada tomar todo su verga hasta besarle su útero.

Sin darle respiro, el rubio comenzó a moverse despacio para que asimilara el dolor. Con su lengua afuera y sus ojos perdidos en la nada mientras gemía, Naruto reclamaba el cuerpo de Sarada para su satisfacción

¿Puedes sentirlo, Sarada-chan? ¿Puedes sentir mi pene besando tu útero? Todas las mujeres con las que he follado, incluida mi esposa; se enamoran de mi pene mas que de mi personalidad —dijo Naruto.

Su pene esta destrozando mi interior… Naruto-sama —volteo su mirada, pero por mas que intentaba mirar al rubio que tomaba su virginidad se preguntar. Puede que sea por las sensaciones que liberaba en su cuerpo, o por sus emociones confundidas que poseía Sarada acerca de Naruto, pero pronto comenzó a cooperar para gusto de su jefe—, esto comienza a sentirse bien por alguna razón.

Cuando su vagina comenzó a apretar mas que al comienzo, Naruto sabia que el cuerpo de la pelinegra cedió ante su pene. Agarro a Sarada y tomo lugar en su silla de cuero importado, con la Uchiha encima de su regazo y sobre su pene, ella por inercia fue moviendo sus caderas de arriba abajo disfrutando de la polla del rubio quien tenia sus manos sobre su cuerpo apretando los pezones de sus busto y jugando con su clitoris de Sarada.

Vamos, Sarada-chan gime más. Deja salir tu verdadera voz para mi —decía al oído de la pelinegra quien no podía impedir que su voz saliera con cada roce de la hombría de Uzumaki dentro de su vagina.

Naruto-sama, no puedo… más… siento que voy a desmayarme… —dijo teniendo la lengua fuera y sus pupilas casi dilatadas. Como un perrito pidiendo por mas comida a su dueño.

Solo porque es tu primera vez, Sarada-chan… —Naruto se puso de pie tomando a la Uchiha de sus piernas y exponiendo donde le penetraba. Fue dando le duro mientras jugando con la vagina de Sarada.

Esta pose es muy vergonzosa, Naruto-sama —levantada por los fuertes manos de su jefe y penetrada por su imponente pene, la Uchiha veía que estaban apuntando hacia la puerta de la oficina. Si alguien entraba y los veía se moriría de vergüenza. Sin embargo, por extraña razón esto emocionaba a Sarada, el ser descubiertos—, pero se siente demasiado bien.

La expresión narcisista de Naruto mientras desahogaba su estrés con el cuerpo de su nueva asistente daba mucho que hablar, ya que se mostraba así por el estado de éxtasis al que Sarada estaba llegando.

¡Tomalo Sarada, toma todo mi semen!

Apreto su vagina, el mar de placer que conoció era un mundo nuevo para Uchiha Sarada, cuando el semen de Naruto Uzumaki fluyo por su interior hasta rebosar, pensó lo peor; poco importo la verdad. Ella siempre había admirado al empresario y millonario Naruto, soñar trabajara para él era un sueño cumplido. Pero ser elegida por el mismo rubio para ser su amante… puede que ella malinterpretara las cosas.

Señor, espero que tenga listo todo para la visita de los inversionistas… —entro la secretaria adjunta a la oficina de Naruto, Shizune. Solo para ver como sobre el escritorio de su jefe yacía la nueva asistente de su jefe, dormida y desnuda con su cuerpo cubierto por fluidos de la chica como del rubio. Pero en vez de asustarse o sentirse perturbada, solo se decepciono—, no pudo darle un solo día.

Me conoces Shizune, cuando tengo una mujer bonita delante de mi la hago mi perra —desnudo fue a donde Shizune y la tomo de su cintura. Quien puso una cara de disgusto cuando su jefe la pego a su cuerpo.

Debo recordar le que en una hora se reunirá con los inversionistas en la sala directiva —dijo, tratando de ignorar la erección de su jefe que pegaba contra su estomago.

¿Crees que me importa lo que piensen esos viejos? —exclamo sin preocupación—, que te parece si mejor me ayudas a terminar lo que Sarada comenzó. Después de todo, también eres mia Shizune.

Sin remordimiento fue acariciando el cuerpo de Shizune antes de ponerla en cuatro como su juguete sexual era.

Desde ese día, hasta ahora. Sarada satisface las necesidades de su jefe. La ley dice que un turno laboral consta de ocho horas de trabajo. Sarada cumple con esas ocho horas, de las cuales, dos son para cumplir las tareas que Naruto le da acerca de la compañía, las otras seis las pasa estando en cuatro sobre la cama de la oficina secreta de Naruto o en la oficina que funciona como una fachada para sus principales funciones como deje de esta compañía.

Follando y fornicando con él, bebiendo y riendo desnuda; o chupando como cumpliendo las fantasías eróticas del rubio donde siempre Naruto era quien dominaba a sus mujeres. Mintiendo a su esposa respecto a que estaba haciendo su trabajo hasta tarde.

Volviendo al tiempo correspondiente. Nuestro querido amigo de cabello rubio y bigotes como de zorro estaba dentro de su avión ya en el aire. Sentado en primera clase, como todos los asientos de su jet privado eran así.

Una bebida Naruto-sama —una de sus azafatas personales vino con bandeja de plata en mano y una copa martini en ella, fue lo que ofreció al rubio que en su asiento. Una dama de cabello rubio, lacio y amarrado.

Un bocadillo~ —la segunda azafata, vino junto con la primera e igual era de un pelo rubio, pero en un tono distinto. Su cabello era un tanto rebelde sin embargo al tenerlo amarrado en dos cortos pompones resaltaban su belleza.

Eran de las secretarias de Naruto que cumplían con sus fantasías. También eran las esposas de sus mejores amigos, sin embargo la historia detrás de ello sera para otro capitulo.

Sabes lo que me gusta, Ino-chan, Temari-chan —tomo con gusto la copa y se bebió el contenido teniendo a lado su segunda asistente personal quien con libreta de agenda en manos, tenia que recordar el itinerario a su jefe.

Naruto, por favor. Concentrate —dijo esta segunda asistente, hablando a su jefe de una manera tan casual, eran familia sin embargo en el trabajo, tenia que dirigirse a él con respeto. Por lo menos a su puesto—, debemos llegar a la ciudad en dos horas, en cuanto lo hagamos. Iremos a reunirnos con…

¡Haaa!~ —Naruto estaba disfrutando de la vida y el trago de martini que sus azafatas favoritas. Sin embargo, también estaba colmando la paciencia de Hanabi, su segunda asistente personal.

¡Por favor, presta atención Naruto! —hizo puchero Hanabi ante la irresponsabilidad del rubio, ahora que lo conocía mejor.

Perdón —exclamo el rubio—, pero como no sentirme entusiasmado, bebiendo un buen martini en la mañana mientras Sarada-chan me hace una mamada.

De rodillas delante de Naruto, la mencionada Sarada estaba chupando con devoción el pene de su jefe sin importarle que era observada por Hanabi, Ino y Temari en el pasillo de los asientos o por Samui y Konan delante del rubio ya que estos asientos estaban instalados para que cuatro personas disfrutaran de su mutua compañía.

Lamia y chupaba su hombría sin limitarse a ser silenciosa o pasara desapercibida. Pasaba su lengua por cada rincón del pene de rubio, embarrando su envergadura en toda su cara, respirando el olor como si fuera algo benigno. Todo esto hacia mientras estaba usando su ropa como oficinista. Mirando cual gatita buena a su amo. Sus azafatas miraban calientes y con la vagina picando les. Mientras Samui en silencio trataba de mantener sus piernas cruzadas teniendo su rostro ruborizado. Konan tenia la misma necesidad de solo ver a Sarada siendo tan perra, ocultando su rubor con su abanico extendido mientras escuchaba como esta solo sorbía el pene de Naruto.

Hanabi, dejame ver esa agenda —pidió el rubio.

Sudando una gota por tensión, le dio la agenda como se lo exigió Naruto solo para ver al rubio arrancar la hoja de la libreta, romper la hoja en pedacitos y tirarlo detrás de su asiento donde nadie. Devolvió el cuaderno a Hanabi estupefacta de lo que hizo su cuñado.

¡Porque hiciste eso! —Hanabi se enojo—, no ves que como esta la situación. La inflación se fue por las nubes.

Quieres calmarte, tengo todo bajo control Hanabi, duplique la paga de todos en la compañía para contrarrestar la inflación, si el conserje ganaba tres mil a la semana ahora gana seis. En cuanto lleguemos hablaré con la senadora. Haré que se retracte de aprobar esa estúpida ley —dijo Naruto mientras acariciaba la cabeza de Sarada quien seguía chupando su pene aun cuando acababa de correrse en su boca—, además —miro a Hanabi, paso su brazo por detrás de su espalda para tomarla y apretar el busto de su cuñada—, recuerda que te contrate para ser mi zorra, recuerdas.

Con su cara tan cerca del rostro de Naruto, Hanabi se ruborizo y pronto, su cuerpo comenzó a calentarse como si de su jefe emanará un aura que la dominaba.

Si, Naruto-sama~ —como si solo mirar a sus ojos quedará hipnotizado toda mujer con la que el rubio Uzumaki se topara.

Al fin y al cabo, solo unos minutos más tarde. Su jet privado era igual que su oficina, una sala estaba equipada con asientos individuales como todo avión comercial privado de alta clase, sin embargo la otra mitad de su aeronave propia era como una habitación de motel. Una cama extensa, donde Naruto estaba disfrutando de la vida. Desnudo cogiendo con Samui encima de su pelvis, subiendo y bajando con gusto; delante de su cama dos tubos para baile erótico donde Ino y Temari, cada una bailaba en un tubo frente a la otra estando en lencería, mirando al rubio que en la cama, seguía tomando alcohol, ahora directo de la botella, en compañía de Hanabi con quien se iba riendo mientras ella tenia una copa de vino en la mano al igual iba derramando el líquido entre tanta carcajada que estaban dando estando desnudos.

A la derecha de Naruto estaban dos de sus secretarias también, Shizune y Mabui en ropa interior besándose con perversión mas que con pasión esperando llamar la atención de su jefe para ser castigadas. Más quien si era castigada era Sarada. Estando a espaldas de Hanabi, era Konan quien castigaba la pelinegra Uchiha, usando un dildo integrado a un calzón, la asesina personal de Naruto le daba por culo a Sarada quien su rostro mostraba cuando perdida en el placer se encontraba, todo mientras su misma asesina tenia dos consoladores encendidos en cada uno de sus agujeros de abajo.

En tanto las dos bailarinas, Ino comenzó a frotar su entrepierna en el tubo donde bailaba, mostrando señales de que su vagina le picaba por tener el pedazo de carne de Naruto destrozando su interior. Temari por su lado, embarraba sus pechos imaginando que este tubo era la verga de Naruto e intentará hacerle una rusa, todo mientras lamia con lujuria el mismo metal pulido.

Eres malvado, Naruto —dijo Hanabi tras darse un beso de lengua con su jefe y cuñado, el cual le dejo mas encendida de lo que ya estaba—. Pensar que tu eras un mujeriego me parecía ridículo, teniendo a mi hermana como esposa ¿sabes cuantos hombres quieren coger con ella incluso ahora que esta casada contigo?

Ella es muy pura e inocente. Dudo que pensará en ser infiel, si Hinata fuera la mitad de puta como te hice a ti y a todas estás perras que tengo a diario, hambrientas por mi pene, la tendría aquí como la reina entre mis zorras —dijo extendiendo la mano con la que sostenía la botella, mostrando el paraíso de mujerzuelas que poseía, todas adictas a su pene. Como el padre simba en el rey león cuando le enseñaban el reino que heredaría.

No obstante Hinata entonces, con su esposo lejos y sus hijos también, por fin tenia tiempo para ser quien realmente era. Reunida con su amante, le de daban por culo y su coño mientras estos dos sujetos la tenían levantada y la esposa de Naruto besaba a quien la sostenía por detrás.

Eres una maldita zorra Hinata-san, tu esposo te deja solo un momento y ya estás cogiendo con otros hombres —decía quien le mordía las tetas por delante—. ¿No vas a decir nada?

Que me den mas duro~ —exclamo—, destrocen mi interior con sus pervertidos penes.~

Eso ocurría, pero volviendo a quien le correspondía la historia.

Eres un maldito machista~ —dijo con sed de Naruto. Hanabi luego de quedar sin aliento por el beso que le dio su jefe, donde su lengua domino la de la castaña.

Un segundo —pidió el rubio.

Se puso de pie sobre su cama, tomando el culo de Samui fue embistiendo a la rubia pelicorta con entusiasmo, haciendo sonar el trasero de su mujer guarda espaldas con cada golpe de su pelvis.

¡Oh si, tomalo todo perra! —disparo a matar su pene, dejando Samui escuchar su voz sucia todas que la miraban con gracia ante su perversión.

Saco su pene y dejo caer a Samui sobre la cama, teniendo el trasero levantado mostrando como se escurría el semen de su vagina.

¡Oye, no dejes que mi leche se derrame, puta! —con su pie sobre el trasero de Samui, la pateo en la misma cama luego de regañar la.

Perdone, amo~ —les encantaba ser tratadas como un pedazo de carne nada más, sin cerebro, siendo nada más que un juguete sexual de Naruto.

Es tu turno Hanabi-chan~ —con su erección, dio la vuelta y puso su pene en la cara de su cuñada, quien ebria se ruborizo de alago al ver el pedazo de carne de Naruto delante suyo—, vamos es hora de que me complazcas.

Sin pensarlo mucho, tomo la cabeza del pene con su boca, disfrutando de su sabor recién exprimido antes de tragar más a fondo su verga de Naruto. Dibujando ojos de niña buena, iba chupando Hanabi haciendo ruidos pervertidos, la fiesta seguía sin parar en el jet del Uzumaki.

Pero remontándonos varios meses atrás. Al comienzo y origen de esta nueva versión de Hanabi Hyuuga, la hermana menor de Hinata visitaba la casa de su hermana dado que necesitaba pedirle un favor. Cosa que no era común por parte de la castaña Hyuuga pedirle a su hermana. Y si preguntas, sus sobrinos favoritos no estaban con ellos, se encontraban en la escuela en ese momento.

¿Hanabi, porque viniste? —pregunto Hinata recibiendo a su hermana en la sala de su propia casa.

Es para hablar con Naruto, preguntar si no podía darme empleo en su compañía —dijo Hanabi sentada en un mueble delante de su hermana, habiendo una mesa de sala entre ambas—, no he tenido suerte consiguiendo empleo desde que me gradué, esperaba que pudiera ayudarme.

Seguramente la hará, Naruto-kun siempre está ayudando a todos los que puede. Además siendo mi hermana no creo que lo dude —exclamo la bella Hinata trayendo su típica ropa habitual ahora que era ama de casa.

¿Lo crees? —sonaba esperanzada Hanabi, llevaba casi un año buscando empleo en un lugar fijo, lo único de lo que nunca te prepara la universidad. Es que aunque te gradúes, no siempre encontrarás empleo al primer intento, ni al segundo, ni tercero y así.

Porque no lo hablas con él, seguramente estará encantado de contratarte —Hinata lucia tan serena y positiva, pero pronto recordó—, bueno. Es solo que Naruto-kun sigue dormido en este momento.

¿Que? —Hanabi quedo perpleja.

Si… —su hermana se rasco detrás de la cabeza mientras explicaba—, verás. Naruto-kun y yo tuvimos una cita anoche, bebimos mucho y volvimos mucho hasta tarde.~

Hizo memoria Hinata, habían vuelto de una salida con su esposo luego dejando dormidos a sus hijos. Habían vuelto hasta tarde, casi a las dos de la madrugada después de pasarse de copas, subieron hasta su habitación con su esposo esparciendo su amor desde que entraron en la casa rumbo a la alcoba, en otras palabras subían dándose besos sin prestar atención por donde iban a chocar.

Amor, estas muy cariñoso hoy~ —Hinata se derretía con los besos en el cuello que le daba su esposo.

No se porque pero siento la necesidad… de ser un hombre malo con mi esposa esta noche —dijo Naruto tomando a Hinata su cabello. Comportándose de la manera con la que solo se comportaba con su harem, el rubio.

Será a caso que Naruto-kun, se tratará como tanto me gusta~ —pensó Hinata, creyendo que por fin su esposo la trataría de la forma que tanto ocultaba y que le gustaba que le tratasen los otros hombres con los que le engaña.

Ambos estaban ebrios pero conscientes al mismo tiempo, podía ser que era el momento de que ambos se mostraran como eran realmente.

Vamos, Hinata quiero ver el indecente cuerpo de mi esposa.

Pareciendo ser la oportunidad, Hinata lo tomo de su camisa cambio lugares y fue ella quien termino arrojando a su esposo en la cama antes de que él lo hiciera.

Naruto-kun~ tengo una sorpresa para ti, no tardo~ —parecía ser el momento de la verdad.

Dejo a su esposo tendido en la cama con el entusiasmo en su entrepierna y entro Hinata al baño que tienen en su habitación. Se quito tan elegante vestido que como todo lo que ponía la mujer de perlas por ojos, resaltaban su belleza, cambio entonces su ropa interior que tenia, por un juego de lencería mas atrevido, no lascivo pero si provocativo; tanto que haría que un muerte vuelva a la vida. Se pinto los labios y se roció perfume por su cuerpo antes de volver a la habitación esperando encontrar el grial oculto bajo el diamante que era su esposo.

Querido, estas listo~ —regreso a la habitación haciendo una pose coqueta recargándose en el marco de la puerta—, Naruto-kun que dirías si te confesará que me gusta ser una chica mala…

Cuando se puso encima de su esposo como lo había dejado, lo encontró dormido hasta roncar. Ni siquiera el ponerse encima de él lo despertó. Esto desilusiono a Hinata, por un momento creyó que esta seria la noche en la que podía dejar mostrar a su esposo ser quien era realmente.

Supongo que no será esta noche —suspiro decepcionada. Pudo acostarse a dormir junto a su ebrio esposo, pero estando igual de ebria, Hinata se encontraba en un momento de necesidad carnal—, que hago… mi cuerpo necesita acción~ —pensó Hinata, se levanto de la cama y miro por la ventana de su enorme casa, mirando a ese no tan lejano parque donde en las noches, los jóvenes problemáticos se reunían.

Salió en silencio estando en ese conjunto de lencería a luz de la oscuridad. En aquel parque. Esos chicos fumaban y reían de cosas maliciosas esperando no llamar la atención.

Mierda, tengo ganas de cogerme a alguien —dijo uno de ellos con malas intensiones.

¿Quieres ir a buscar una, a ver que nos encontramos? —uno de sus compañeros también sentía estresado su pene.

Oigan, que es eso —uno que con porro en mano, se percato que del pasillo del parque una mujer venia a ellos, pero lo que veía podía ser producto de lo que fumaba—, díganme que no estoy volando.

Hinata venía caminando en esa ropa interior negra, tacones que combinaban; moviendo las caderas para seducirlos.

Pero que belleza —los seis de estos maltrechos se pusieron de pie y cuando vieron que la Hyuuga se detuvo muy por delante de ellos la rodearon—, que hermosa ¿que hace una bella mujer con tan poca ropa por aquí a estas horas?

¿Que podía ser?~ —Hinata ya se sentía caliente—, no les gustaría pasarla bien conmigo chicos.~

¿De verdad?

¿Eres prostituta? —preguntaron por si acaso.

Podía ser la palabra adecuada pero para suerte de ustedes, soy gratis para ustedes esta noche~ —dijo con su dedo indice sobre sus labios, antes de ser totalmente acorralada por estos chicos sin miedo.

Una orgía en aquel mismo sendero fue lo que tuvo Hinata con estos pandilleros en pleno lugar publico. Habrás de imaginarte lo que hizo Hinata con ellos, sin embargo la historia que realmente importaba era otra.

Fue una buena velada, pero Naruto-kun seguía dormido en cuanto desperté —relato con omisiones Hinata. Sonó su celular de la Hyuuga mayor, algo que alegro a Hinata entonces.

Puedo esperar a que se despierte, sino tienes problemas —pidió su hermanita.

¡De verdad! Eso estaría bien, una amiga me aviso de una rebaja y me gustaría ir con ella —se puso de pie Hinata sin soltar el celular, era una mentira—, me harías un gran favor recibiendo a los niños en cuanto vuelvan de la escuela.

¡Por mis sobrinos lo que sea! ¿Por cierto, puedo usar tu baño? Hace tanto calor desde tan temprano, me gustaría quitarme el sudor —pidió Hanabi.

No obstante, ni su esposa ni su cuñada lo iban a notar, pero Naruto ya no estaba durmiendo. Con una ducha de agua fría en el baño principal, era cubierto el rubio por el agua de la regadera mientras se tallaba la cara para quitarse la resaca.

¡Maldición! Esta tan motivado anoche —termino de limpiarse la cara, para acariciar su nutria que estaba necesitada de un buen culo después de dejar que el sueño lo venciera anoche—, si Hinata entrará al baño me la follaría sin pensarlo. Si tan solo no fuera tan tierna e inocente, quiero verla gritar como perra, quizás y lo hace mejor que Sarada-chan.

Cerró el agua de la regadera, así que cuando Hanabi entro al baño en silencio y se quito su ropa para ponerlo en una canasta sin percatarse que estaba la ropa de Naruto aquí también. Fue hacia la ducha y en cuanto corrió la cortina se llevo una grata sorpresa.

Con permiso —exclamo Hanabi sin esperar encontrarse con alguien, al poner sus pies dentro de la pileta lo que vio la dejo perpleja. Era su cuñado, no solo desnudo; estaba masturbándose, mas que solo eso, el tamaño de su pene era sin dudas mas de lo que alguna llego a ver de un hombre—.¡¿Naruto-kun?!

¡Oh, Hanabi-chan! —sonrió Naruto sin dejar de tener en su mano su empalme—, esto puede ser bueno —pensó esto último.

Na-Naruto… no esperaba que estuvieras aquí —tan pronto reaccionó, uso sus manos para cubrir su cuerpo—, mejor salgo.

Dio la vuelta pero antes de poner un pie afuera, Naruto la tomo de la sus manos y la hizo entrar con él como debía ser.

Hanabi-chan, hace tiempo que no te veía~ —decía con otro interés.

¿Eh? —sintió contra su trasero como el pene de Naruto se frotaba contra su cuerpo—, que haces, Naruto… —Lo que siguió fue las manos del rubio agarrando su pechos, antes de que una de las manos del rubio bajara y fuera jugando con su vagina—... Detente, Naruto-kun. Hinata esta por aquí —eso le dio un carajo de importancia el Uzumaki, una vagina había aparecido delante de él y no la iba a desperdiciar.

Eso no me importa, Hanabi-chan~ —el tacto de sus manos y su pene que se frotaba ahora entre las piernas de la castaña hacían que su cuñada se pusiera caliente, pero entonces no era traviesa—. Sabes cuantas veces espere el momento por cogerte. Esta es la oportunidad para hacerte mi perra.~

¿Tu perra?~ —pregunto temerosa y excitada.

Entonces alguien mas abrió la puerta del baño pero con menos sutileza. Era Hinata quien entró al baño usando un bikini azul de piezas cortas que solo tapaban su pezones, su trasero se tragaba el bañador que hacia juego con el bikini. Pero tapado por una falda para playa, semi traslaucida haciendo de sus piernas algo llamativo.

Hanabi, estás en la ducha —pregunto Hinata entrando, escuchando el agua correr de la regadera.

¡Si, hermana! ¿Ya te vas? —asomo su cabeza sin abrir la persiana, tratando de ocultar a Naruto de su propia esposa.

Solo saldré un rato con unas amigas a la playa —dijo la mujer de Uzumaki. Ignorando el hecho que le había dicho a Hanabi que iría a una rebaja en el centro comercial—, no será todo el día. Naruto-kun no estaba en la cama.

¡Pues el no esta aquí! —contesto apresurada, dado que el rubio metió dos de sus dedos en su vagina, iba aumentando el nivel de su juego.

Debe estar abajo en la cocina haciendo ramen de seguro, si lo ves le dices que salí por un rato —dijo terminando de ponerse labial en el espejo.

Si… yo le ¡Diiiigooo!~

Eso le llamo la atención a Hinata.

¿Estas bien, Hanabi?

Si lo estoy, es solo que el agua de la regadera se puso caliente… es todo —decía, pero la verdad detrás de la cortina era que Naruto puso su pene dentro de Hanabi, lo clavo tan profundo de su cuñada que sintió como su útero era besado como aplastado por la enorme verga de Naruto. Sin que Hinata sospechará, el rubio comenzó a moverse sin ser detectado, primero suave para levantar sospechas, como para que Hanabi se acostumbrará a su tamaño—, te estaré esperando cuando vuelvas, hermana.

Mientras Hinata se subía su propio auto en la cochera para ponerse en rumbo con uno de sus clientes guion amantes, en la ducha Hanabi estaba puesta contra la pared en la ducha con el agua corriendo a su espalda con Naruto dándole duro por detrás mientras la sujetaba de sus caderas.

Naruto-kun, detente… esto no es correcto, eres mi cuñado… ¡Hmph! —gimió en cuanto el rubio soltó una nalgada.

Hanabi-chan, cuando un pene entra en una vagina lo correcto es moverse —decía Naruto, jalando del pelo de la castaña en lo que le destrozaba su interior a vergazos (literales).

Porque… —ahora que su hermana no estaba en casa, Naruto se movía sin limites—… mi hermana es mas bella que yo, porque coges conmigo.

Hanabi-chan, eres igual de hermosa que Hinata. Siempre tuve las intensiones de cogerte, de solo imaginar que caras pondrías en cuanto pusiera mi pene dentro de ti me daba mas ganas de cogerte —dijo Naruto tras tomar una de las piernas de la castaña para levantarla y hacer que su pene se sintiera mas apretado por la vagina de Hanabi cada que entraba.

Esto no esta bien, por mas genial que se sienta debemos parar —no podía controlar su cuerpo, su mismo ser de la Hyuuga estaba cediendo ante la intensidad de Naruto.

Claro que no ¡te llevaré al cielo y te haré flotar de perversión Hanabi! —la tomo de ambas piernas y la levanto, no paraba de embestirla y de disfrutar de las expresiones que hacia la castaña.

¡Fantástico, esto es muy bueno! —sostenida por los brazos fuertes de Naruto, acababa de sufrir un orgasmo y su vagina, expulso grandes cantidades de esperma—, mi coño esta en llamas, Naruto. Estas destrozando mi interior.

¡Preparate para recibir mi leche Hanabi! —grito el rubio, subiendo al ultimo nivel, antes de disparar toda su esperma acumulada después de una fallida noche.

¡Oouhh! —la mirada hacia el techo de Hanabi apretando su vagina en cuanto la polla de Naruto virtió su leche dentro.

Soltó a Hanabi y dejo que aterrizara contra el suelo de la ducha, Naruto la dejo exhausta. Mas él sin embargo seguía lleno de energía.

Dime que se acabo… —quedo sin aliento, Hanabi.

¿Acabar? pero si apenas estoy empezando —delante de su cuñada, mostró Naruto como su polla seguía dura y llena de vida—, vamos Hanabi-chan. Tu sabes que quieres probar su sabor.

Miro la punta del pene del rubio, tan llena de vida y su boca de Hanabi tan llena de su propia saliva producto de lo deliciosa que veía el pedazo de carne que cargaba Naruto.

Ella que había venido a ver a Naruto para pedirle empleo, termino teniendo trabajo, pero no el que quería; sino uno más… acalorado. El resto de la mañana antes de Hinata o los hijos de Naruto llegaran a casa, Hanabi termino siendo el juguete sexual de su cuñado y desde entonces era así.

Volviendo al avión del rubio, delante de las otras amantes de Naruto. Hanabi era pulverizada desde su vagina por su jefe en la cama.

Naruto-sama, Naruto-sama~ —repetía a cada embestida salvaje que le daba el rubio siendo sus brazos jalados por el rubio para que la chica no cayera todavía sobre la cama, hasta que él consiguiera correrse—, tu pene esta acabando con mi vagina, Naruto-sama.~

¿Lo quieres, Hanabi-chan? Dime, que lo quieres —decía soberbio, el rubio—, sino nunca te lo daré.

Dame tu leche Naruto-sama, dale tu deliciosa leche a tu puta Hanabi~ —quería todo su esperma, su jefe era tan generoso que se lo dio de inmediato. Escuchandose como si de un bote de catpsu fuera apretado, se disparo el semen de Naruto dentro de su cuñada convertida en una bella e indecente perra—. ¡Si, aquí esta!… Que rico se siente.~

La dejo caer en la suave cama para mirar a sus otras perras hambrientas que esperando turno.

Vamos abran la boca estúpidas cerdas, es hora de su comida —ellas en celo y como ganado que eran Naruto, acercaron con bocas abiertas y lenguas por fuera, con ojos rogando por su esencia.

Gracias por la comida, amo.~ —exclamo Ino entre todas sus mujerzuelas.

¿Quien sigue, quien quiere el ultimo turno antes de que aterricemos? —pregunto.

Todas levantaron la mano y empezaron a pedir su turno como si de un grupo de niñas fueran compitiendo por un dulce.

Y la afortunada es…

No importaba quien era la afortunada, esa parte de la historia ya no importaba por ahora. Lo que seguía era lo que importaba. Naruto había tenido la necesidad de viajar a la capital del estado para hablar con la gobernadora y futura senadora del país, aunque bien era una mujer que mucha gente apoyaba dada su carisma al habla, lo cierto es que los empresarios y corporaciones que ganan dinero gracias a los negocios que manejan, están amenazados repentinamente por la ruptura de un trato comercial para expandir sus negocios mas allá de su nación. Alguien tenia que convencer a la pólitica de cambiar su parecer.

Llego al edificio de gobierno acompañado de Sarada, Hanabi y dos mas de sus adjuntas ayudantes. Entro Naruto hasta encontrar a la secretaria de la senadora metida en su oficina, no iba a perder tiempo.

¡Señor Uzumaki! —se sorprendió la secretaria por la presencia del rubio a pesar de estar programada su visita en el itinerario de para quien trabajaba—. La senadora lo esta esperando en su oficina.

Gracias, jovencita —acomodo su saco y camino Naruto hasta la puerta de la oficina, mas antes de girar la perilla, tenia que darles instrucciones a sus ayudantes—. Ustedes esperen aquí. Debo hablar a solas con la senadora. No tardaré.

Como diga, Naruto-sama —dijo Sarada por todas del grupo.

Entro Naruto solo en la oficina de la gobernadora, como era de esperarse lleno de papeles por firmar y patriotismo. Pero a pesar de todo, la mujer al mando del estado era una humana más.

No te preocupes Shirou, terminaré temprano e iré a casa, espero que haya hamburguesas para cenar —conversaba por celular, paso de un estado serio a uno alegre en dos segundos, así hasta que vio a Naruto entrar en su oficina, paso a estar decepcionada como molesta—, debo volver al trabajo, te amo Shirou.~

Termino la llamada y puso su postura estando en su silla, el rubio paso de estar parado junto a puerta cerrada a sonreír tomando lugar en el asiento delante del escritorio de la política.

Senadora Artoria Pendragon, que hermosa luce hoy —halago esperando hacer su magia con ella. Artoria Pendragon, una mujer de alta clase de cabello rubio largo a pesar de recortado, su conjunto de oficinista de gran elegancia, te hacían imaginar como era su cuerpo dado su prominente busto y sus caderas que se remarcaban con su falda.

Los halagos no funcionan conmigo, Naruto Uzumaki. Se que ha venido y voy a decirle lo mismo que le dicho a los otros empresarios como usted que han venido a tratar de convencerme de cambiar mis posturas en mi campaña como presidenta. No dejaré que las influencias extranjeras influyan en los interés de este país, personas como los rusos y los árabes han metido demasiado sus narices en el interés de este país —exclamo cruzando los brazos la gobernadora, la mirada fija de la mujer sin parpadear daba entender que tal como afirmaba, nada haría cambiar su postura.

Además de hermosa, xenofoba. Eso puede ser un problema que no contemplamos cuando la escogimos para ser candidata a senadora —exclamo Naruto con una mano bajo el mentón, encontró gracioso lo que la mujer dijo.

¿Que has dicho? —llamarla xenofoba fue un movimiento tal vez.

No quería hacer esto —Naruto se levanto de la silla y desabrocho su saco—, pero no me deja otra opción ¿Realmente pensó que la gente de este país es la que la apoya en su campaña?

¿Que cosa? —pregunto sin temer de lo que el rubio podía hacer—. ¿Que hace?

Quedó confundida en cuanto vio como el rubio puso seguro a la puerta, seguidamente lo vio cerrando las persianas anti ciclónicas, dejando totalmente a oscuras la habitación. Las luces en las paredes de la oficina se encendieron en automático y Naruto hizo su movimiento, pero no el que creerías.

¡Se ha metido con las fuerzas de la naturaleza, Artoria Pendragon y yo no voy a tolerarlo! ¿esta claro? —el grito que dio Naruto desde la ventana, señalando a la mujer la dejo perpleja en su lugar—. ¡Usted cree que impidió solo un negocio, pero no es el caso. Los árabes se han llevado millones de dólares invertidos en el país y ahora toca reponerlos! ¡Es el flujo y reflujo, es el ritmo de las mareas, es un equilibrio ecológico!

¿Que estas diciendo? —el tono de voz que uso el rubio no le gusto, pero antes de decir más, Naruto siguió con su discurso de network.

Solo eres una mujer que cree que el mundo se rige por naciones y pueblos ¡No existen pueblos, no existen naciones, no existen rusos, no existen árabes, ni terceros mundos ni occidente! ¡existen únicamente un basto y salvaje sistema de sistemas entre tejido intercalado, multi variado, multinacional dominio de dólares… petro-dólares, electro-dólares, multi-dólares, francos, libras, pesos, yenes, marcos y rublos —los además que uso fueron correctos, porque mantuvo en su lugar a la gobernadora, así como la dejo callada—. Es el Sistema internacional de monedas el que determina la totalidad de la vida en este planeta. Ese es el orden natural de las cosas hoy. ¡Esa es la atómica y subatómica y galáctica estructura de las cosas hoy! Y USTED se ha entrometido con las fuerzas primarias de la naturaleza, y ahora debe arreglarlo. ¿Me está entendiendo, gobernadora?

Pues…

Usted se va a poner frente a su pantalla de 21 pulgadas esta noche, y va a hablar sobre los Estados Unidos y la democracia —calmo su tono y paso a hablar con mas carisma que con enojo para hacerla entender sobre como funciona el mundo—. No existen los Estados Unidos. No existe la democracia. Solo existen la IBM y la ITT y la AT&T y DuPont, Dow Jones, Union Carbide y Shippuden. Esas son las naciones del mundo de hoy.

¿Que?

Es como funciona el mundo realmente.

¿De qué cree que hablan los rusos en sus reuniones de Estado? ¿De Karl Marx? Ellos sacan sus gráficos de programación lineal, sus teorías estadísticas y calculan las probabilidades precio-costo de sus transacciones e inversiones, tal como hacemos nosotros—la sonrisa de Naruto tenia cautivada, su discurso era la cereza sobre el pastel, siempre pareció un tonto, pero este tonto era un letal hombre—. Ya no vivimos en un mundo de naciones e ideologías, senadora. El mundo es un colegio de corporaciones, inexorablemente determinadas por las inmutables leyes de los negocios. El mundo es un negocio, senadora pendragón. Lo ha sido desde que el hombre se arrastró fuera del barro —se acerco a paso suave a la mujer en la silla quien le miraba maravillado—. Y nuestros hijos vivirán, gobernadora, para ver ese mundo perfecto en el que no habrán guerras o hambruna, opresión ni brutalidad; una vasta y ecuménica empresa, por la que todos los hombres trabajarán para obtener un ingreso común, una empresa de la que todos los hombres tendrán una parte de las acciones, satisfacerán todas sus necesidades, calmaran todas sus preocupaciones y el entretenimiento nunca faltará ni nadie se aburrirá —llego a ponerse delante de la mujer a lado de su silla, poniendo Naruto su mano en el hombro de Artoria. Y la hemos escogido a usted, Artoria pendragon, para predicar este evangelio.

¿Porque a mi? —pregunto temerosa la mujer pendragón teniendo la mano del Uzumaki tomándola de su mentón para que la mirase mejor.

Porque es mujer, por eso —respondió a secas.

He visto el rostro de dios —no lo decía por su cara realmente, sino por la revelación que fue excluida de la biblia.

Puede que si —respondió el rubio fascinado por la respuesta final de la candidata a senadora.

La nación donde vive Naruto esta pasando por un periodo de cambios electorales. Una mujer se postulaba para la presidencia entre rivales y la gente estaba emocionada por el nuevo cambio. Mas nadie sabia que la presencia el favoritismo de esta mujer para dirigir la nación era controlado por los interés empresariales que buscaban crecer sus fortunas, ahora que sabia como funciona el mundo, con mas empeño. La candidata Artoria pendragon sabia que hacer para asegurar la victoria.

Después de debate de esta noche, la candidata demócrata Artoria pendragón subió su popularidad a un 86 por ciento sobre todos sus rivales. Un apoyo masivo nunca visto por la población en tiempos electorales —decía una presentadora de noticias mostrando la grafica de candidatos, estando Naruto en un bar de un hotel donde se hospedaba con sus chicas.

Había decidido pasar al bar restaurante de su hotel. Naruto en compañía de su principal asistente, Sarada tomaban una copa en la barra del bar viendo en el internet como la candidata electa por los empresarios con los que Naruto se regodeaba, estaba mas asegurada para ganar, la Uchiha miraba al a donde el cantinero preparaba las bebidas de ellos. Bebiendo, Naruto se dio la vuelta en el banquillo para mirar que se encontraba en el lugar. Mientras la banda tocaba en el escenario, Naruto vio a una que le llamo la atención; pero de pronto vio que eran dos mujeres en la misma mesa que atrajeron su interés.

Naruto-sama, su coñac —dijo Sarada, vistiendo como siempre su conjunto de oficinista de siempre.

Oh, que bien —tomo la copa sin dejar de mirar a aquella mujer de cabello carmesí y su amiga de pelo negro atado en una cola de caballo—, Sarada tengo ganas de celebrar. Ve a preparar mi auto, iremos a dar un paseo.

¡Un paseo! Cual auto, el Bentley, el Porsche, el Lamborghini —se emociono ligeramente la pelinegra chica, pero en cuando miro hacia donde su jefe tenía puesto los ojos entendió—, ah… Naruto-sama, habla de la Hummer.

Si, la de doble espacio en la parte posterior —exclamo sin dejar de mirar ni a las dos mujeres que le interesaron ni los enormes pechos que robaban miradas—, ves a esas dos perras de allí.

Las veo —exclamo con decepción Sarada.

Son unas damas. Pero son justo como me interesan, una mujer con un buen culo y tetas como para follar —dijo sin reservar su labia.

Naruto-sama, usted es despreciable —Sarada espero a que se la llevara a ella para terminar cogiendo.

Sintiéndose un ser superior a todos los demás. Tomo a su asistente por la barbilla para que le mirase al escucharlo.

Sigue así y después te romperé el orto querida, ahora ve y prepara el auto, por favor —la ruborizo por el masoquismo que le esperaba.

La Uchiha de lentes se puso de pie y fue a hacer los preparativos que le encargaron, Naruto en tanto para acercarse para a estas dos usaría un movimiento común suyo, un movimiento simple e infalible.

Una era de cabello carmesí, pechos de 99 cm medidos. Mientras que su amiga era de un busto de 102 cm confirmados. Estas dos damas de 20 años y 23, pasaban un tranquila velada entre ellas disfrutando de la bebida y el calmado ambiente que este bar restaurante ofrecía. Totalmente distinto a los clubes comunes, como de las discotecas que frecuentaban las jóvenes de su edad. No había nada en su mesa, ni bebidas ni comida; así que cuando vieron a uno de los meseros llegar con dos copas de vino tinto en sus respectivos lados.

Disculpa, pero no hemos pedido nada —dijo la chica de cabello carmesí antes de que el camarero se alejara.

Descuiden, viene de mi parte —Naruto tomo el tercer asiento vació en la mesa y las acompaño, se sentó muy engreído en la mesa de estas dos, causando una mala impresión a ellas.

¿Quién eres tu? —pregunto la dama de cabello negro ante el misterioso hombre que sin dudar, era diez años mayor que ellas.

Solo un hombre que busca saber que hacen dos bellas damas aquí esta noche —tomo lugar en la silla con más modales, sin dejar de portarse como realmente era él.

Una velada tranquila entre mujeres nada más, no venimos a buscar emociones fuertes si preguntas —respondió la carmesí.

Si no buscaban emociones fuertes, porque venían con vestidos tan atrevidos. Largos vestidos con tirantes delgados, cortes de confección que mas que dejar respirando sus grandes pechos, los hacían ver mas eróticos. La carne en sus piernas era visible y la abertura solo dar mas expectativa a sus muslos.

Puede que yo ayude a hacer que ustedes dos les agrade las emociones fuertes, un paseo en auto para comenzar ¿No les atrae? —propuso el rubio poniendo sus manos en la mesa.

Lo siento, pero esas emociones se las dejo a mi esposo —dijo la amiga de la carmesí, rechazando cortésmente la bebida en la mesa con la mano.

Si, disculpa pero estamos bien divirtiéndonos solas —la amiga de la pelinegra aparto la copa sin mirar.

Bueno, bueno —hizo un ademán con las manos antes de volver a ponerlas en la mesa y ser franco con ellas—, seré directo. Quiero coger con ustedes, con esos pechos que traen quiero poner mis pene y verlas gemir.

Tu y todos los hombres aquí seguramente —era idiota o un pervertido, quedaron heladas de asco ambas cuando escucharon ellas. Era honesto o un degenerado, se preguntaban; a pesar de ser una cara linda el rubio.

Pero ellos no lo lograran como yo —dijo Naruto soberbio.

¿Que te hace pensar que lograrás tener suerte con nosotras esta noche? —pregunto incredula.

Ya verán —estaba confiado en él mismo—. ¿Como se llaman?

Rias Gremory.

Akeno Himejima.

Les propongo algo Rias y Akeno —sabia Naruto que ganaría—, denme treinta minutos en esta mesa con ustedes y las tendré en mi auto, chupando mi polla y gimiendo como perras en celo.

Inténtalo, querido.~ —parecía un mal chiste viniendo por parte del rubio.

Mala decisión por parte de ellas, sería exactamente como Naruto dijo, solamente que no le tomo ni treinta minutos, solo veinte minutos después estaban ellas dos con el rubio en la parte trasera de su extravagante vehículo ampliado para llevar lindas acompañantes con él y tener espacio suficiente para divertirse con ellas.

Con cada mano pasando por la espalda de una de las dos, Naruto apretaba los pechos de estas dos bajo sus vestidos mientras se daba una beso de lengua muy lascivo con las ellas al mismo tiempo. Mas sin embargo tanto Akeno como Rias tenían sus manos ocupadas masturbando la cosa enorme de Naruto en lo que se daban tales besos, los sonidos que producían de sus bocas eran escuchadas por la misma Sarada. Ella era quien conducía el vehículo del rubio, ahora vestida como si fuera su chófer personal, a pesar de tener un vidrio especial que separaba la parte del conductor con la parte posterior, como si fuera una limosina, escuchaba a penas los ruidos lascivos que hacían los que estaban atrás.

Besan bien para ser una niñas —dijo, mas no eran exactamente unas niñas, jóvenes comparadas con Naruto, sin duda.

Para ser un viejo sabes mover tu lengua~ —Rias estaba algo ebria, pero no lo suficiente como para no darse cuenta que le estaba poniendo los cuernos a su novio.

Me pregunto si tu pene sabrá igual de bien —Akeno también estaba en este estado.

Porque no lo comprueban ustedes~ —desabrocho su pantalón y cuando vieron el pedazo de carne que se cargaba Naruto en sus pantalones quedaron con la boca como con los ojos abiertos, creyendo que lo que veían era irreal.

¡Wow, que cosa tan grande tienes! —se sorprendió Rias al ver lo duro que la tenia.

Se ve tan sabrosa como carnosa~ —la amiga de la carmesí sintió hambre con solo mirar, no despegaba los ojos de la polla del rubio.

Adelante, muestren me que saben hacer.~

Traviesas como deseosas luego de tragarse sus palabras, se tragaban ahora el pene de Naruto estando sentado en medio del asiento con ambas damas que comenzaron besando su polla antes de empezar a pasar su lengua por todo el contorno, cuando sus bocas comenzaron a lamer con mas entusiasmo su pene, Rias fue la primera que empezó a bajar los tirantes de su vestido uno por uno, su amiga Akeno, hizo lo mismo, no solo bajo el primer tirante de su revelador vestido, sino también le mostró a Naruto uno de sus enormes pechos. Se desnudaban las dos poco a poco con sus miradas puestas en la expresión engreída que tenía el rubio, quien sin dudas lo estaba disfrutando.

¿Que dices? Te gusta lo que ves~ —Rias le enseño como primera, sus enormes pechos saliendo por encima de su elegante ropa.

Puede que te agrade este par~ —Akeno hizo lo mismo, sin aun dejar que todo su vestido se cayera por completo, saco sus pechos por encima del escote revelador de su ropa. Presumiendo al rubio lo grande que eran sus prendas.

¡Esto es lo mejor! —no solo tenían un cuerpo lascivo como los que tenían algunas de las chicas de su propio harem, sino que igual sabían usarlo

Pusieron sus pechos alrededor de la verga del Uzumaki, chocando busto contra busto presionando su duro pene que las tenia hambrientas, las miradas lascivas que le daban al rubio solo aumentaban mas su ego machista de closet. Sin embargo Rias como Akeno pronto fueron presionando con mas entusiasmo, sus enormes senos contra la gran polla del rubio, la cual apenas si comenzaba a palpitar en señal de que Naruto iba a eyacular.

Vamos querido, danos tu leche.~ —dijo Akeno usando su lengua para hacer un gesto de sed, presionaba sus pechos con energía tratando de adueñarse del pene del rubio.

No quieres darme a probar tu semen.~ —una mirada pervertida de Rias fue lo que dibujo teniendo la boca abierta usando su lengua para pasar sus labios para excitarlo.

Mas al dispararse el semen de Naruto, ambas se paralizaron en cuanto el blanco líquido no solo cubrió sus atractivos pechos de ambas, sino también fue mas allá de sus cuerpos y mancho en piso de su Hummer convertida en limosina. Cuando volvieron a si mismas, ambas chicas limpiaron los residuos de semen de la punta de la verga del Uzumaki para acabar el primer acto.

Nada mal, nada mal —entonces el rubio presiono un botón en la puerta del auto—, Sarada-chan porque no pones un poco de musica para avivar el ambiente aquí atrás.

Música adecuada para hacer de este encuentro una fiesta sexual en la parte trasera de la limo. Al ponerse de pie Rias como Akeno, la gravedad actuó; ellas que no se habían quitado por completo sus vestidos, se les cayeron al ponerse pie confirmando la sospecha de Naruto, que estas dos no traían ni sostén debajo de su ropa, y las bragas que se cargaban cada una eran nada más que casi hilos de cubriendo sus traseros. Poniendo sus culos frente a la cara de Naruto para quitarse estas piezas mostrando sus jugosas y carnosas vaginas.

Pero antes de siquiera pensar en montar al Uzumaki, delante de él; Rias y Akeno comenzaron a bailar con la música, presumiendo sus curvas y deleitando al rubio con sus cuerpos. Sus brazos de ambas damas extendidas al techo del auto. Pronto, la carmesí se dio la vuelta y ante los ojos de Naruto quien les miraba prepotente y soberbio como era común, mas cuando tenía una copa de vino en la mano y la trago como si fuera agua. Rias bajo los ante brazos y con sus brazos extendidos sacudió sus pechos como par de globos rellenos de agua fueran, presumiendo sus pezones, no estaban duros pero si eran notables aun con ropa interior puesta. En cuanto Akeno, la pelinegra dando la espalda, se agacho e inclinando sus cuerpo, para usar la gravedad, presumió lo grande de su busto al ir levantándose, usando sus manos como si fueran las de su amante pasando por su cuerpo, para volver a agacharse y bailar moviendo su culo rebotando.

Esto es divertido —sonreía presumido el rubio—, ahora quien quiere ser la primera.

Su miembro estaba listo y deseoso por probar sus vaginas. Así que fue Rias la que tuvo el gusto de ser la primera. Pero mas que ser un gusto, fue un privilegio.

¡Oohh! —dejo salir su voz cuando la punta de la verga de Naruto atravesó los labios de sus vagina—. ¡Hhmm! —de nuevo sonó más pervertida mente la voz de la carmesí chica al tomar todo el pene del rubio dentro.

Tras unos segundos de asimilar el tamaño, la carmesí comenzó a moverse sola de arriba abajo disfrutando del pene del rubio, se dejo caer sobre Naruto al ir moviéndose, dejando ver a su amiga como su coño travieso tomaba la verga del rubio. Esto mientras el mismo Uzumaki iba jugando con los pechos grandes de la chica.

Vaya, se ve estás disfrutando mucho Rias, dime es buena~ —Akeno se agacho para mirar de cerca como su amiga tomaba la verga del rubio con su vagina.

¿Buena?~ —la carmesí estaba disfrutando el placer—, es maravillosa~ su pene me esta llegando a lugares que no conocía de mi misma. Es mas placentera que la polla de Raiser.~

¿Soy mejor que tu novio?~

¿Novio?… ¡Eres mejor que mi amante! —confesó en el auto, antes de besarse con el rubio—… ¡incluso tu leche es mas espesa! —gimió de locura en cuanto su semen la lleno en el primer encuentro.

Cuando cambio lugar con Akeno, como su amiga; esta chica de largo cabello oscuro lacio se sentó en la verga de Naruto y con la cara del mencionado teniéndola en sus pechos, iba gimiendo como nunca antes disfrutando de su pene.

¡Si!~ tienes razón Rias, su pene es fantástico… esta a otro nivel, llega a lugares que ni Sairog llega conmigo —declaro Akeno, disfrutando de su verga antes de apretar su vagina cuando su semen la lleno.

Ambas eran buenas actrices, después de mentirle a Naruto que sus novios les complacían, las tenía gimiendo como putas en uno de los más de cuatrocientos vehículos. Donde le confesaron al Uzumaki que ellas eran igual de infieles a sus novios como en este momento con él.

Tus tetas son perfectas para follar Rias-chan, podía coger con ellas todo el día y pensarían que estoy usando tu vagina —ella estaba de rodillas al piso, entre sus tetas, el rubio las golpeaba con su pelvis complacido con la suavidad y lo apretado que las ponía Rias usando sus manos.

Gracias~ —sonaba pervertida mente su voz siendo consumida por el calor de solo tener la polla del rubio follando sus pechos—, tu también eres intenso… siento que mis pechos se ponen igual de sensibles como mi vagina, poco paso para sentir la leche del rubio dispararse contra su cara.

Mi culo arde~ —Akeno estaba de cara contra el piso del auto, con el rubio encima de ella reventando su orto—, no pensé que el sexo anal se sintiera fuera tan genial. Tu enorme polla va a reventarme a este paso.

Claro que lo haré ¡ninfomana Akeno-chan! —enterró su verga mas profundo en las cavidades anales de Akeno, la hizo pintar en su cara una expresión muy indecente para una dama refinada.

Dos horas condujo Sarada por toda la ciudad, entre embotellamientos y avenidas concurridas, las ventanas de limo de Naruto eran polarizadas, así que no se debía ver nada, más que el estrepitoso ruido de la música resonando en el metal del carro, pero a pesar de la noche y lo polarizado de las ventanas. Pasando junto a un auto donde un adolescente trataba de disfrutar su música mientras sus padres peleaban al ir conduciendo el auto, miro pasar la hummer de Naruto, deteniéndose junto al auto de sus padres, puede que sea coincidencia, pero al detenerse donde Naruto estaba en el carro junto al asiento del chico, pudo ver gracias a las luces en lo polarizado del auto, como Rias se movía encima del rubio, dejando ver sus pechos rebotar. Lo cual le dio un buen animo al chico que se quedo callado a como ignoraba que sus padres seguían discutiendo.

Después de esas dos horas de intensidad con Akeno y su amiga, nuevamente se estaba besando con las dos el Uzumaki, estando ellas desnudas y jugando con su pene usando sus manos. Follar con ellas en el auto fue fantástico para Naruto, sin embargo quería un lugar mas cómodo.

Sarada-chan, da la vuelta y volvamos al hotel, quiero continuar la fiesta en la suit —dijo Naruto apretando un botón desde su lado del auto justo cuando pasaban por una zona ciertamente insegura.

Volveremos al hotel~ —Akeno como Rias seguían emocionadas sin soltar el pene de Naruto.

Si, pero ustedes no —respondió el rubio.

Confundidas, no esperaron a que Naruto pidiera detener la camioneta, saco a ambas de su vehículo a la fuerza, sin devolverles la ropa.

¡Espera, que haces! —las dejo en un barrio oscuro por los visto, Rias se preocupo.

¡Nuestra ropa! —grito Akeno, mas Naruto cerró la puerta y Sarada acelero, dejo a estas dos desnudas en medio del bosque en la noche.

¡Jajajajaja! —se iba riendo Naruto mientras se estiraba dentro del carro luego de entretenerse con ellas para luego tirarlas por allí como putas que eran.

No obstante, sin saber donde las dejo. Ambas chicas desnudas y con sus manos cubriendo sus vergüenzas se miraron preocupadas.

¿Y ahora? —pregunto Rias.

Como dije, Naruto las abandono en un barrio de mala muerte, miraron detrás de ellas y vieron como un grupo de hombres, maleantes las rodearon al ver como dos mujeres sacadas como de un video porno.

Buenas noches… —saludo Akeno preocupada.

¿Pero que hacen dos lindas mujeres desnudas por aquí?~ —no iban a dejar pasar la oportunidad.

Akeno… —Rias miro a su amiga mientras el sudor por la preocupación comenzó a su amiga.

Si, Rias… —miro Akeno a su carmesí amiga.

Creo que solo que sea hay una forma para salir de aquí.

Ya sabrás lo que tuvieron que hacer para quitarse a estos de encima y hacer que las llevaran a sus casas antes de que sus parejas se preguntaran donde estuvieran, pero sino te preguntas que hicieron, te falta ver mas porno.

Naruto-sama usted es malvado —decía llena de gracia la Uchiha acompañando a su jefe después de dejar la limosina en el parqueadero del hotel ellos mismos. Seguía usando ese conjunto de chofer mientras abrazaba al rubio—, no siente preocupación por esas dos.

Caminaban hacia el ascensor privado del Uzumaki en este hotel de su nombre.

¿Debería? —respondió—, lo único que me preocupa en este momento es follar bien duro esta noche con mi harem, esas dos solo fueron el aperitivo, sigue el plato fuerte —tomo a Sarada de su trasero tras subirse al ascensor—, pero mientras llegamos, me gustaría un buen entremés.

¡Naruto-sama! —los ojos de su asistente se llenaron de brillo al saber que significaba eso—, con gusto chuparé su pene —un beso viniendo por parte de Sarada, un beso sin lengua o fines lascivo soltó a su amado jefe—, Naruto-sama, lo amo.~

Dime algo que no sepa, mi querida Sarada —apretó sus nalgas con las manos.

Se agacho con gusto la Uchiha y sacando el pene de su amo de entre su pantalón, comenzó a mamar su verga antes de que la puerta del ascensor se cerrara para llevarlos hasta el centésimo décimo piso de su torre hotelera.

Así es la vida de Naruto Uzumaki, un mujeriego ninfomano disfruta de la vida y el sexo cada día sin falta, buscando mujeres para divertirse un rato y luego olvidarlas, antes de volver con su harem. Ignorando que su esposa Hinata era igual de perra como las zorras de las que hizo su harem que le oculta a su mujer.

¡Shirou, ya llegue!~ —la candidata a presidencia, Artoria pendragon entro en su casa ebria y animada.

¡Bienvenida Artoria! —un joven de dieciocho años de cabello rojo que usaba un delantal puesto, fue a recibir a la mujer con la que vivía—, veo que todo salió bien, fuiste a celebrar por lo visto.

Ebria como animada, estaba de buenas para pasar tiempo de calidad con su joven novio.

¿Quieres bañarte o cenar? —dio las opciones, pero la mujer iba a elegir una tercera opción.

Quiero comer a Shirou.~ —se acerco y comenzó a acorralar al chico contra la pared.

¿Que?

Tiene mucho desde la última vez que tuve sexo con Shirou.~ —nadie iba a arruinar sus planes.

Artoria-san… mañana tengo escuela —sabia que esto era malo para él.

Descuida, ya les avise de que no podrás ir mañana porque te duele el cuerpo —entonces la atractiva mujer metió su mano bajo la ropa de su joven novio, hambrienta de él. Era como Naruto apasionada y lujuriosa, pero a diferencia de Naruto, ella se satisfacía con solo su pequeño novio.

En este mundo domina lo pervertido, la lujuria y la carnalidad. Sin embargo, como la corrupción en un país de primer mundo, esta bien ocultado de la sociedad.




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