Business and pleasure (Naruto x Harem)

Esta obra la estaré actualizando una vez al mes, para darme tiempo de seguir avanzando la historia y tenerles una actualización constante. Espero y les agrade.

Ogata Rizu 4

 Stay with me 

La mecánica del corazón es incomprendida ¿cierto? Uno se enamora de la persona menos esperada cuando menos lo espera. Lo que dice nuestro cerebro son cosas que solemos pensar antes de abrir la boca, porque las palabras son armas poderosas. Sin embargo, el corazón siempre buscará la oportunidad de hablar. Pero hay veces en las que ni siquiera uno esta consciente del momento en el que el corazón habla.

Rizu estaba frente al espejo del baño en su casa, necesitada de recortar el crecimiento de su fleco que empezaba a ser una molestia para alguien que necesitaba lentes, con tijeras en mano y concentración, hacia los cálculos necesarios para cortar en el punto exacto.

―Un poco más abajo ―decía Rizu, en los días de todavía ella y Yuiga no eran nada más que amigos, aunque recientemente eran más que solo eso―, vamos concentrate ―se dijo a si misma desde sus pensamientos luego de haber bajado la tijera y mirar su reflejo de forma pensativa, antes de agitar su cara para volver a poner la tijera en donde quería recortar su fleco―, concentrate Ogata Rizu, si dejo crecer el fleco por mas tiempo Yuiga-kun me podía ver rara ―entonces se dio cuenta―, porque me preocupo por lo que él piense de mi.

Solo eran amigos ¿no es así? Resulta que no, ya no eran simples amigos, eran amigos con derecho.

Después de haberse quedado en aquel hotel de paso cuando volvían a la ciudad asistir a un festival realizado en un pueblo cercano. En aquella habitación que compartieron, donde esa misma noche repitieron con mas entusiasmo el pecaminoso acto del adulterio. Sin embargo, nada les importo esa noche, pero aunque dijeron no volver a repetir por tercera vez dicha acción, terminaron volviendo a hacerlo.

―Yuiga-kun... no deberíamos ―exclamo Ogata estando bajo los labios de Nariyuki casi treinta minutos después de estar estudiando, pero pronto paso para que su asignado profesor pusiera como siguiente tema a tratar, la interacción de cuerpos.

―Perdona Ogata-san, pero siento que no puedo contenerme... ―dijo Nariyuki.

Aun conservaban los uniformes escolares, aun así Yuiga se atrevía y teniendo a Ogata retenida de sus labios los cuales besaba, su mano paso debajo de su uniforme hasta el pecho de la pelinaranja a la cual tenía contra el piso del cuarto de la misma chica. La mano de Nariyuki apretando su seno y acariciando a forma de buscar provocar gusto en Rizu (el cual funcionó) hizo que la chica quien parecía insegura de aceptar, cambiara de opinión.

Logro separar la boca de Nariyuki de la suya y el chico tenía las palmas en el piso del cuarto evitando así que ella escapara. Sonrojada, Rizu desvío la mirada momentáneamente de la cara de su amigo, para exclamar:

―Esta bien, será la forma de agradecerte por ayudarme a estudiar... ―aunque su rostro miraba al resto de su cuarto, sus ojos cuyas pupilas temblaban llegaron a mirar de reojo a Nariyuki, la expresión del chico como si necesitará de estar en contacto lascivo con Rizu.

―...No lo digas así ―respondió Nariyuki apenas escucho bien la respuesta que le dieron, miro avergonzado en la dirección contraría a la que Ogata miraba.

Un par de segundos mas tarde, sus miradas se volvieron a cruzar luego de mirarse por otro par de segundos, la boca de Yuiga cayó despacio sobre los labios de Rizu, esta vez poniendo la chica sus brazos en la espalda del chico.

Mas tarde en medio del calor, sin hacer ruido mientras el padre de Rizu estaba concentrado atendiendo los clientes y preparando los pedidos; sin pensar cosas malas acerca de que su hija estuviera por casi una hora a solas con un chico del que no confiaba, aunque no confiaba para nada en ningún chico que estuviese junto a su preciosa hija, debió haber pensado mal para subir y encontrar a Rizu con Nariyuki haciendo cosas prohibidas por la biblia; mas no sospecho nada debido a la alta concentración que tenia puesta en su negocio.

Sin hacer nada de ruido, Nariyuki estaba desnudo sentado en el piso de la habitación con Rizu encima de él. Movimientos silenciosos de ella montando su pene con animo mientras sus bocas seguían intercambiando fluidos. ¿Debo decir que igual de totalmente desnuda estaba la pelinaranja que se encontraba sobre Yuiga? Bueno, los atractivos grandes pechos de Rizu estaban embarrados contra el pecho del chico en ese abrazo que los tenia conectados a medida que cupulaban.

―Ogata-san... voy a ―dijo Yuiga, apenas recupero el aliento luego de volver a perderlo besándola.

―Ya se... ―exclamo Rizu su aliento se cortaba con cada movimiento de la pelvis de Yuiga y su fuerza parecía irse, por eso mismo termino poniendo su cabeza sobre el hombro derecho de Nariyuki justo mientras se abrazaba del chico para caerse por la ida de sus fuerzas con cada segundo que su cuerpo iba aumentando la sensación de placer―, solo vente Yuiga-san. Solo correte... conmigo.

El interior de Ogata se volvió apretado así como la chica pronto abrazo con fuerza a Nariyuki dejando escapar un gemido ahogado aferrándose con mucha más rudeza a su profesor sintiendo su esperma fluir en su interior. Poco después de sentir tan pervertida sensación, el cuerpo de la pelinaranja no resistió y Rizu también se corrió.

Otro día tras lo ocurrido, luego después de un día de clases; había cumplido Nariyuki con su deber asignado para ayudar a sus compañeras había ido con Rizu por otro camino luego de despedirse de Takemoto y Furahashi.

―Oye Fuminochi~ ―caminaba la morena nadadora junto a su nueva amiga de ida a casa―, dime si soy yo o Nariyuki y Rizurin se están haciendo mas cercanos.

―¿De que hablas? ―pregunto Fumino tomando de su helado que tenia en las manos, como su amiga―, bueno ahora que lo dices, ciertamente se han vuelto más cercanos. Pero no creo que haya algo entre ellos si es lo que piensas Uruka-chan ―exclamo tratando de hacer que la morena no se caigan los ánimos, ella sabe bien que la morena nadadora tenía sentimientos por Yuiga mas a ella le había pedido ayuda para abrir sus emociones y acercarse al chico en distintas ocasiones―, Nariyuki-kun siempre esta concentrado en sus estudios.

―Cierto ―de mirar al suelo por donde caminaban, Takemoto levanto la vista tratando de levantar su animo mirando a la peliazul de copa A―, Nariyuki no se interesaría en cosas por el amor en estos momentos. Pero aun así ―miro hacia adelante preocupada―. ¿porque le pediría a Rizurin que le acompañara a comprar algo para su hermana.

―Tal vez sea alguna nueva técnica de estudio para mejorar su capacidad de entendimiento por las emociones de las personas ―comento Fumino con una actitud positiva ante cualquier otra situación que se estuviera presentando entre ellos dos.

No era nada de eso. Ambos amigos habían pasado por un callejón silencioso en un lugar poco concurrido de entre el sitio de los suburbios. Sin hacer ruido, sin que nadie pasara en la preocupación de ser descubiertos. Nariyuki tenia a Ogata contra la pared, empujando su pelvis contra el trasero de la pulgarcita de la ciencia, a quien con su mano; Nariyuki le tapaba la boca para que no hiciera ningún ruido.

―Ogata-san... ya casi termino ―susurraba Yuiga con una mano en la boca de la pelinaranja y la otra abrazando la chica, apretando su pecho encima de su uniforme.

―Date prisa, no quiero que alguien nos vea ―exclamo apenas debido a la mano de Yuiga sobre su boca.

Una emoción extraña era lo que sentía Ogata Rizu mientras fornicaba infraganti con Nariyuki detrás de un contenedor de basura en aquel callejón sin salida inhabitado, ella miraba hacia la entrada del sendero donde podía ver como algunas personas pasaban por el camino sin darse cuenta que al fondo de la intersección, dos jóvenes de preparatoria tenían un encuentro prohibido.

Esa desconocida emoción, de placer y carnalidad, mezclado con el miedo y el pavor de ser descubiertos tenía a su corazón latiendo muy aceleradamente; un mar de sensaciones como emociones que entonces no sabía le gustarían.

―¡Ogata-san! ―grito en voz baja para que solo la pelinaranja le escuchara.

Yuiga soltó la boca de Rizu y apretó con fuerza su busto, con su otra mano envolvió su brazo alrededor de la cintura, presiono a medida que se frotaba con mas energía en el interior de su amiga hasta terminar corriéndose dentro.

Con su propia mano, Ogata tapo su boca y así evito llamar la atención de las personas mientras esa sensación casi eléctrica la consumía hasta hacer temblar sus piernas.

Afortunadamente, Yuiga tenia puesto un preservativo puesto así que toda esa cantidad de semen que expulso fue atrapado por el plástico del condón, solo la sensación de ser llenada fue lo que Ogata sintió y no el mismo esperma de Nariyuki que pudo haberla fecundado siendo este un día peligroso para la chica.

―Perdón por pedirte esto, Ogata-san ―dijo Nariyuki estando de espaldas a la chica tras haberse colocado bien el pantalón.

―No hay problema, no es algo que puedas controlar ―exclamo Rizu, aun escondiéndose detrás del enorme bote de basura, colocándose sus bragas de nuevo cuando aun tenia su falda del uniforme puesto―, además ―volteo a ver Yuiga quien, en dudas miro a Ogata seguido de un alivio pues ya había terminado ella de acomodarse su ropa―, además, si es contigo supongo que esta bien.

Dichas palabras, hicieron que el mismo Yuiga se paralizara, de pronto su corazón se dispararon. En su cara un gran rubor se mostró, podía ser que las palabras de Ogata no eran las educadas o mas bien podían dar una idea confundida a su amigo.

―¡¿Que dices?! ―se altero de nervios Nariyuki―. ¡Ogata-san, si dices algo así podías dar una idea equivocada a alguien!

―¿Porque que dije? ―pregunto confundida, aun no entendía el poder que tenían las palabras que pronuncio.

¿Que era eso que Nariyuki no podía controlar? ¿Su impulso sexual acaso? Puede que sea así, no fue este el ultimo encuentro carnal que tuvieron ambos jóvenes precoces.

Al día siguiente, en área publica precisamente detrás de un árbol. Ogata hacia una felacion a su profesor quien estaba al pendiente de que nadie los descubriera. Ella en tanto, devoraba con gusto su pene casi hasta tenerlo casi por completo.

―Perdón Ogata-san ―pronunció en voz baja Nariyuki antes de poner sus manos detrás de la cabeza de la corta pelinaranja e hizo que se tragara por completo su pene, sintiendo la punta de su polla frotándose contra la garganta de Rizu. Cuando disparo su leche, ahogándose en un principio, Ogata se trago todo el esperma de su amigo succionando mas de su miembro aun cuando ya lo había dejado seco.

―¿Sabes? ―limpió Ogata sus labios donde quedo residuos del esperma de Nariyuki―, Yuiga-san, el sabor de tu esperma comienza a gustarme.

Mas al día que vino después, sus encuentros no pararon. Ahora estaban en la casa de Yuiga, en un día que la familia del castaño no se encontraba ni sus hermanas y hermanito, en su habitación. Con sus cuerpos al natural se frotaban con pasión como con lujuria después de una sesión de estudios tomada.

―Yuiga-san~ ―exclamaba entre besos Ogata Rizu, movía su cadera contra la pelvis del castaño estando encima de él en el suelo.

―Ogata-san~ ―paso de besar sus labios con tanto ardor, para abajo y él arriba, en esta pose paso a devorar con sus besos, los pechos grandes de la pelinaranja―, Ogata-san. Me gusta...

Eso por un momento hizo que el corazón de Rizu se parara de latir, por desconocidas sensaciones.

―...Me gusta el sabor de tus pechos ―exclamo Nariyuki, haciendo que el corazón de Ogata latiera como antes, de nuevo.

Los días pasaban, era un peculiar rutina la que poseía Nariyuki Yuiga, después de clases. Una sesión de estudios con Takemoto, Fumino, Ogata y recientemente con Kominami, sin embargo después del reforzamiento de estudios, Rizu junto a Nariyuki se iban por caminos separados para volver a encontrarse después y escabullirse a algún lado donde no fueran descubiertos.

Sin embargo alguien iba descubrirlos en algún momento.

Cuando Yuiga no pudo controlar mas la necesidad de lujuria, algunas horas después después de clases, estando todavía en el colegio más cuando se supone ya nadie debía estar. Kirisu, la profesora de historia seguía en el colegio.

―Yuiga-san... sigue, me siento bien ―estos dos jóvenes sin control tenían sexo dentro de uno de las aulas vacías. Sin saber del peligro que venia hacia ellos.

―Ogata-san~ ―Yuiga no podía desviar a mirada de los pechos de la chica que estaban expuestos.

La tenia encima de uno de los pupitres escolares, las bragas de la chica estaban colgado de su pie al tener abiertas las piernas y la falda aun puesta. Los botones de su uniforme estaban abiertos y sus senos estaban al aire, dado que se sentía ellas se le ahogaban de calor.

Afuera, en el corredor de los salones, Kirisu pasaba de largo del aula donde estos dos usaban como nido de amor, sin embargo pudieron no haber sido descubiertos, de no ser porque Ogata dejo escapar su voz por poco, cosa que alerto los sentidos de la pelirrosa profesora.

―¡Ouh! ―escucho un débil gemido pervertido, Kirisu

―¿Que fue eso? ―pregunto la profesora, deteniéndose para asegurarse de escucho bien.

Dentro del aula correcta, Rizu tapo su boca después de sentir a Nariyuki liberar su leche dentro justo cuando no estaban usando preservativo el castaño.

―Baja la voz, alguien puede escucharnos ―dijo Yuiga muy cerca de la cara de Ogata para que solo ella le escuchara.

―Lo siento, pero se sintió muy genial. ¿porque cuanto tengo sexo con Yuiga-san me siento flotar? ―pregunto Rizu, antes de sentir los labios de Nariyuki robarles los suyos y el aliento.

No sabían que era lo que querían del otro, porque de pronto todos los días uno buscaba el cuerpo del otro, pero algo era claro para Ogata, cada que Nariyuki le besaba, era como si el tiempo se detuviera alrededor, solo eran ellos dos flotando en el espacio. Excepto que esta vez ya no estaban solos

―Me decepcionan ―escucharon la voz de Kirisu-sensei a lado de ellos.

La burbuja de amor no captado se rompió, aun cuando Yuiga tenia su boca puesta en los labios de Rizu miraron con pánico que los paralizo como se encontraban; a la profesora Kirisu quién cruzada de brazos, en su cara cuya expresión aterradora había sido llevada a un nuevo nivel ahora que fueron descubiertos. Solo estaban allí, Nariyuki casi totalmente encima de Ogata a la que seguía besando con terror.

―Este es final para los dos ―fueron las palabras con las Mafuyu condeno a muerte a los dos amigos con derecho.

Se los llevo a la sala de orientación de profesores donde encerrados sola con ambos, quería escuchar lo que tenían que decir.

―Creí que había sido clara con ustedes con que dejaran esas actividades inmorales e inaceptables ―seguía cruzada de brazos mirando a ambos estudiantes que estaban de brazos cruzados, con sus uniformes puesto y abotonados como debían estar―, actos como en el que los descubrí solo se les puede castigar con la expulsión ¿comprenden la gravedad de este asunto?

―Espere hay una razón por la que estábamos... copulando ―Nariyuki no había obtenido el permiso de hablar, pero lo dejo pasar al ver que tuvo la paciencia de levantar la vista después de un buen rato estar agachado.

La razón, tenia un nombre para este trastorno medico psicológico que padecía Nariyuki.

―¿Satirasis? ―repitió Kirisu, un poco mas calmada pero no apaciguada como esperarían―, así que padeces de eso por parte de tu padre.

Para que entiendas mejor. La Satirasis es la enfermedad psicológica que padecen los hombres en el deseo por tener relaciones sexuales de forma constante, a veces hasta el grado de ser este deseo, algo incontrolable.

―Si ―respondió con mucha vergüenza, Yuiga.

―Supongo que eso comenzó cuando me relataron que Ogata-san y tu tuvieron su primera experiencia en el campamento ―supuso Mafuyu mirando que la misma rizu, levanto la mirada después de un buen tiempo.

―A decir verdad, Yuiga-san y yo no tuvimos otro encuentro hasta que nos quedamos en un hotel en un pueblo vecino luego de perder el ultimo tren, desde entonces ayudo a Yuiga a controlar su padecimiento ―contó Ogata segura de lo que decía, sin embargo Kirisu tenia sus dudas.

―¿Debo creer que solo has hecho esto con Ogata-san entonces? ¿que no has tocado a Takemoto-san o Furahashi-san para aliviar tu problema, ni siquiera Kominami-san? ―era una historia poco creíble.

―¡No miento, a ninguna de ellas las he tocado ni insinuado! ―confeso desde el alma.

―No lo creo ―un gesto con su cara para recalcar sus palabras―, sin embargo no cualquier estudiante diría que padece una enfermedad como la satirasis para justificar cuando es atrapado cometiendo tal acto en la escuela.

―¿Entonces, sensei?

―Averiguaré si lo que me dices es real o solo una mentira ―aclaro Kirisu―, les doy mi palabra, tampoco le comunicaré de esto al director ―se puso de pie y volvió esa aura letal en el rostro de la pelirrosa profesora―, pero lo que me dices, resulta ser una falacia. No solo les aseguro que serán expulsados, me aseguraré también de sean mandados de extremo a extremo del país para que no vuelvan a verse.

―¡Si! ―firmes y de pie, como buenos soldados respondieron ese si a su profesora.

―Una cosa más ―no acababa la profesora―, no quiero saber de nuevo que están haciendo tal acto lascivo en este instituto ni a 25 hectáreas de este lugar.

Desde entonces, la relación entre Rizu y Nariyuki volvió a la normalidad, nada de la relación que tuvieron se supo por sus compañeras de estudio ni ningún otro. Sin embargo lo que Uruka detecto como una creciente relación entre estos dos, comenzó a notarse. Para Rizu, un vació emocional fue sintiéndose cuando los días comenzaban a pasar luego de acabar la relación física que tuvo con Yuiga, extrañamente e inentendible, le preocupaba el que pensaba el castaño de ella.

―No debo cortarme mucho el fleco o Nariyuki-san me verá extraña ―dijo Ogata, volviendo al momento de la chica de mirarse en el espejo y cortar el fleco de su pelo―, pero... porque me preocupa lo que piense de mi apariencia, Naruyuki-san ¡No importa!

―¡Rizu-chan, papá termino temprano de trabajar hoy! ―entro por sorpresa el padre de la pelinaranja e hizo cometer a su hija lo que no quería hacer, arruinar su cabello―, oh no...

Más cuando Ogata Rizu se preocupaba por su apariencia y lo que pensaría Yuiga de ella en cuanto la llegase a ver, permaneciendo en la escuela tan tarde. Solos, en el salón de orientación estudiantil. Nariyuki trataba con su Satirasis con la ahora ayuda de Kirisu-sensei. Si, era lo que podía pensarse. Mafuyu estaba recargada la mitad de su cuerpo sobre la mesa en el aula, con su identificativa ropa como profesora abierta para que su pecho respirara debido al calor que Nariyuki le producía. Detrás de ella, el chico tenia puesto su pene dentro de ella, dejando la misma profesora que el castaño le usará para calmar sus ansias sexuales.

―Kirisu-sensei voy a... ―sujetaba a Mafuyu con fuerza, teniendo sus manos en las caderas de la mujer golpeando su trasero con energía, pues no le faltaba mucho para alcanzar el clímax.

―Hazlo y acaba pronto... tengo cosas que hacer después de esto ―dijo la profesora de cabello rosado con su voz siendo cortada por las impertinentes embestidas del chico.

―...¡Si!

Un par de últimos empujones, mas fuertes, profundos y agresivos que todos los anteriores, el esperma de Yuiga se derramo dentro de Mafuyu, haciendo que la mujer se sonrojara en cuanto sintió la cálida leche de su estudiante en su interior.

―¿Acabaste? ―pregunto su profesora.

―Gracias por ayudarme sensei ―dijo con desanimo, Yuiga como si lo que hiciera con ella no estuviese bien, pero hablo de lo moralmente.

―¿Que pasa? ―noto Kirisu una expresión de frustración e inconformismo en el rostro de su estudiante, luego de que él se cerrara el pantalón y guardará su pene, al mismo tiempo que ella como su profesora, acomodará su ropa y usará un pañuelo desechable para limpiar lo que se lograba escurrir de la venida de Nariyuki, en su vagina.

―Sensei, esto no esta bien ―dijo sin dar la cara, debido a lo mal que se sentía el chico.

―Yuiga-san, como tu profesora mi deber es ayudar a mis estudiantes con cualquier problema que presenten hasta donde lo académico me lo permita, sean malas calificaciones o un mal padecimiento ―exclamo, pero pronto fue reprimida por su estudiante.

―Yo no lo digo, por que seamos profesora y alumno ―miro a Kirisu con complejidad en su mirada confusa de su maestra―, sino como adultos. Siento que esto no es correcto, por alguna razón.

―¿Que? ―le molestaba escuchar que un estudiante, tan joven ya se considere adulto. Pero calmo su enojo y razono―, acaso ¿sientes algo por Ogata Rizu-san?

―¿Que?

―Mejoraré mi pregunta Nariyuki ―reformulo Kirisu su pregunta―, que es lo que piensas acerca de Ogata-san, Yuiga-san?

Un debate existencial tendría el castaño en ese momento, sin embargo no sabríamos de esto por el momento.

Para la mañana siguiente rumbo al colegio, a Rizu no le importo lo que a Fumino ni lo que Takemoto pensaran de ella. Mas cuando Nariyuki apareció, lo primero que hizo fue correr, y lo hizo; corrió muy lejos de Yuiga, causando un malestar en su pecho. Como si la chica repentinamente lo detestará, así lo sintió. ¿Pero a que se debía a que Nariyuki pensará por un corto instante esto de una amiga, de ella en especifico?

Llego el momento después de clases de enseñar como ayudar a sus tres compañeras para hacerlas mejorar en aquellas materias que eran pésimas en su estudio independiente. Pero al estar en medio de dichas sesiones de estudio, Yuiga se preguntaba... ¿porque Ogata de pronto usaba una enorme mascara de un juguete tradicional japones?

No solo él notaba extraño esto de la mas aplicada chica de los números de su academia, sino también aquella amiga de secundaria que eran una excelente nadadora pero mala para el ingles, sino también para aquella que amaba las estrellas de la noche.

―Em... ¿Ogata-san segura de estar a gusto con eso... en tu cabeza? ―pregunto Nariyuki al captar que a pesar de mostrar facilidad para estudiar aun teniendo tan gigante cosa sobre su cabeza, pero repentinamente la pelinaranja quedo paralizada. Pues la cabeza gigante de plástico pronto empezó a darle calor y quería un vaso de agua―. ¿Ogata-san?

―¡Claro, no es ningún inconveniente! ―respondió rápido.

Mas no ver su cara era un martirio para el castaño, sin saber que expresión ocultaba su cara, no comprendía porque Rizu de pronto decidía no dejar que viera su rostro.

―Claro... ―desanimado quedo Nariyuki repentinamente―... ¿Será que Ogata me odia? ―se hacia esta cuestión en su mente―. Después de todo, tal vez; todas esas cosas sucias con las que me ayudaba, la ponían incomoda y por fin puede expresar su odio hacia mi por todo lo que le pedí acceder con ella.

Desde su asiento a lado de Rizu, Fumino vio delante suyo como su amigo como profesor auxiliar pronto se entristeció sabiendo que la necesidad de Ogata por ocultar su mal corte de cabello estaba lastimando emocionalmente a Yuiga.

―¡No puedo más con esto! ―grito al instante que la misma Furahashi se levantaba de su asiento para quitarle por la fuerza aquella cabeza gigante a la pelinaranja que tenia a lado.

―¡Fumino-san, devuélvemelo por favor! ―pedía con vergüenza la joven científica, mas sin embargo era tarde.

Sin entender porque Rizu decidió tapar con sus manos su frente en cuanto se miraron, solo escucho como ella pronunció su nombre complicada.

―...Nariyuki.

Alivio todas su preocupaciones nuestro protagonista, dejo de ocultar su frente y le miro nerviosa Rizu, noto todo en orden el chico, solo un poco de nerviosismo por parte de ella pero para Yuiga, eso estaba bien.

―Me alegra saber que estas bien, Ogata ―dijo sin emplear honorificos, una sonrisa sincera y de alivio le dedico, sin captar todavía que era lo que le preocupaba esconder de él, ni siquiera pensó que ella tuviese algo anormal.

―¿No me veo rara? ―pregunto teniendo una sensación de querer ser tragada por la tierra, en ese preciso momento.

―¿Rara? ―repitió de su pregunta―. ¿De que hablas? luces bien para mi.

Dichas palabras dejaron impresionadas no solo a Rizu, sino también a las dos que les acompañaban en la mesa, dejando en claro que Nariyuki, no era bueno para darse cuenta de los errores que luego afligen a las mujeres. Mas la conversación tuvo que continuar mas tarde, después de estudiar por cuatro horas en la biblioteca de la escuela.

―Ogata-san por favor ―decía el castaño, siguiendo de cerca a su enojada compañera, así que decidió intentar algo que no pensó que pondría en practica―. ¡Rizu!

Escucharlo gritar su nombre no solo la detuvo, sino también hizo que la chica volteará a verlo con gran sorpresa en su cara.

―¿Me llamaste por mi nombre? ¿Porqué? ―pregunto estupefacta, pero no indignada sino ruborizada.

―...Supuse que era lo correcto ―decía conflictuado Yuiga mirando en otra dirección―, con lo que hemos cometido, creí que seria lo mas indicado. Hasta me atrevería a decir que te he conocido mas de lo que debería.

Esa respuesta aunque si tenia sonrojada a la pequeña dominante de ciencia y los números.

―¿Rizu? ―pregunto Nariyuki.

―¿De verdad, no notas nada diferente en mi? ―pregunto al chico quien parecía no comprender lo que le aflige a la chica.

―¿De que hablas? Yo te veo normal ―exclamo, mas su respuesta no era la que Rizu esperaba oír, eso le molestaba más―, esta bien, esta bien. Veamos que tienes de diferente.

Bajo la enojada mirada de Ogata, Nariyuki comenzó a examinar a la chica y todos los detalles que tenía encima suyo, pero por mas que la examinará no encontraba nada.

―Bueno... tus gafas siguen siendo las mismas, el listón de tu cabello sigue siendo rojo ―decía Yuiga, entonces se acerco poco a Rizu y olfateo por un costado de su hombro―, tu perfume no ha cambiado. Tu mochila no ha cambiado.

―Si... si vas a estar adivinando mejor.... ―nada de lo que el castaño mencionaba era lo que debía notar como distinto en su aspecto de Rizu, lo cual la estaba molestando.

―¡Ya se, eres tu! ―no era lo que Ogata quería oír, sin embargo seria mucho mejor.

―¿Que?

―Lo que tienes de diferente eres tu ―dijo de nuevo Yuiga, agradecido de ver como paso a estar ella con una actitud mas suave, Rizu―, lo que quiero decir, Rizu. Es que ahora eres mas expresiva a como yo te conocí, al principio eras una chica con seria e inexpresiva, no sabia si estabas molestas o incomoda. Pero, ahora eres una chica totalmente expresiva con tus emociones, admito que es algo lindo en ti.

De pronto, sin saber si era un inminente paro cardíaco o era su corazón quien le decía era linda, Rizu busco calmar sus latidos, así como esa extraña aura de satisfacción y mariposas en el estomago que brotaron de su interior.

―Acertaste ―tapo sus boca con su mano, así como sus mejillas esperando no fueran vistas por él.

―¿De verdad? ¡Si! ―grito victorioso.

―Yuiga-san ―exclamo apenada, Rizu―, si no es molestia... seria mejor que me sigas llamando por mi apellido. Tengo que entender primero porque de repente me siento agitada.

―Si es lo que quieres... lo haré ―exclamo. Entonces vino a su mente, un tema del que quería hablar con ella desde hace reciente tiempo―, por cierto. Ogata-san.

―¿Que pasa? ―pregunto la chica ante el cambio de tema.

―Dime, me detestas después de lo que paso ―dijo Nariyuki dando vuelta a sus dedos mientras trataba de no provocar una reacción equivocada con ella―, después de haberte pedido tantas veces de que... tu sabes.

Un suspiro calmado de Rizu antes de responderle, fue lo que vio Nariyuki.

―Claro que no ―exclamo Ogata para sonreirle―, varias veces en las que yo también estuve de animos para ayudarte ―su rubor fue contagiado a Yuiga, mas él no previo ver venir a la chica a su oído y susurrar―, siempre voy a querer a estimar mucho a Nariyuki.

Esa misma tarde en su hogar, Rizu estaba mas que alegre. Como si todo el mal en el mundo hubiese sido erradicado a su alrededor, todo lo que cabía en su entendimiento estaba perfecto, todo por el simple hecho de que Nariyuki le llamase por su nombre y ella llamandolo por su nombre  al grado de haberlo hecho subir la temperatura.

Con esto ocurrido, vino después aquella visita a la universidad donde tuvo su primera experiencia alcohólica, Rizu. Gracias a las lagunas mentales que le produjo su ebriedad, ella no recordó haberle dicho a Yuiga lo que pensaba de él. Sin embargo muy pronto sabría lo que Nariyuki pensaba de ella.



No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Bunisses and pleasure (+18)