Stay with me
―¿Sekijo-san, que haces aquí? ―saludo Yuiga Rizu tras abrir la puerta de su casa en la zona suburbana, donde afuera. Su mejor amiga desde secundaria vino a visitarla. Con una blusa marina a la medida, mangas largas y una abertura circular en su pecho, dejando ver la profundidad de su escote. Fue como recibió Rizu a su mejor amiga, Sekijou.
―¿No puedo venir a visitar a mi mejor amiga en su día libre? ―saludo con una sonrisa en su cara la castaña chica que se había vuelto una adulta como Rizu. Las recuerdas cuando estaban todavía en preparatoria, más ahora era toda una mujer madura como la pelinaranja que visitaba.
Invito a pasar a su amiga, no era la primera vez que venía sin aviso a verla, sin embargo tampoco era como si no fuese bienvenida.
―No veo a Nariyuki por ningún lado ―exclamo Sekijo luego de entrar en la sala de la casa de su amiga, antes de tomar asiento.
―Debe seguir trabajando, a esta hora todavía no sale de la academia ―dijo Rizu antes de ir a la cocina por algo de beber para su amiga―. ¿Quieres algo de beber? Agua o jugo...
―¿No tienes licor? ―pregunto la alegre chica tras tomar lugar.
―...Creo que aun queda.
Acompaño a Sekijou con una copa. Sin embargo desde hace tiempo, sabe bien que Rizu no tolera el alcohol desde aquella visita a la universidad.
―¡Estoy harta! ―comenzó a gritar cual estado de alcohólica estaba Rizu después dar el primer sorbo de su copa de vino.
―¿Eh?
―Siempre es lo mismo, llega y quiere que lo hagamos. Es delicioso, lo amo ―decía Rizu en buen estado de ebriedad―, pero esa tonta no se atreve a decirle que quiere algo diferente.
―¿Pasa algo? ―pregunto su amiga sin darle tanta importancia, después de todo ya sabia como se ponía Rizu.
―¡Llevan casados dos años y esa tonta enana no se atreve a decirle que quiere un cambio! ―blasfemaba el nombre de alguien, tanto que se levanto del sofá para levantar el puño y maldecir a esa persona de la que ella sola conocía. Alguien que solamente su amiga conocía bien.
―Rizu-chan, no me digas que aun no le has dicho a Nariyuki que quieres un hijo ―Sekijou no era tonta, ni ajena a los secretos de su mejor amiga. Al saber que la pelinaranja hablaba mal de si misma, quedo catatónica Rizu en cuanto Sekijou la descubrió a pesar de su estado de alcoholismo―. No me digas que aun no has hablado con él al respecto.
―No, no lo he hecho ―se dejo caer para sentarse de nuevo en el sofá―, no se si Nariyuki quiera, pienso que dirá algo negativo.
―No creo que sea así... ―pensó Sekijou con la copa de Vino en sus manos, escucho a su amiga mas entonces desde sus conocimientos, ella y el esposa de su amiga tuvieron una conversación casi parecida al respecto.
En el recuerdo, Sekijou recordó perfectamente las palabras que Nariyuki le dijo en la ultima conversación que tuvieron.
―Quiero decirle a Rizu que tengamos un hijo, Sekijou. ¿Pero y si dice que no? Su trabajo como psicóloga esta despegando y tal vez no quiera arruinarlo porque le insistí en tener un bebé.
Al menos Yuiga no estaba ebrio como lo estaba Rizu ahora, él entonces estaba asustado de su esposa dijera que no estaba lista para tal paso en su matrimonio joven.
―Y si dice que no quiere arruinar su trabajo como profesor por cuidar a un bebé ―Rizu en su ebriedad, se deprimió y unicamente pensamientos tristes inundaron su mente―, o peor. Lo hacemos todos los días y aun así no quedo. Siempre insiste en usar protección y cuando se nos acaban quiere usar otro lado mio para no... arriesgiarnos.
―Debes tranquilizarte ―dijo con una sonrisa y una tranquilidad su amiga―, Nariyuki te ama, eso lo puedo ver entre ustedes. Recuerdas cuando mentimos para llevarte al campus de la universidad, ambos pensamos en las mismas escusas para dejarte a solas con el otro.
―Si, pensabas que tenia una cita con Yuiga y él pensaba lo mismo de ti ―memorizo ese lindo recuerdo que hizo con los dos en esa excursión.
―Tal vez, Rizu-chan necesitas experimentar algo nuevo para solucionar los problemas.
―¿Experimentar algo nuevo? ¿Como que? ―pregunto Ogata sin comprender bien.
Se había quedado mirando a Sekijou y su curiosa expresión pasiva cuando tenia sus mejillas rojas por el alcohol como su amiga. No entendió nada Rizu, ni cuando su amiga puso su mano izquierda sobre su muslo, frotando poco su pierna para cuando se acercaba al rostro de la pelinaranja; plantando un beso en ella, un beso profundo y largo.
―...Sekijou-san... ―dijo tras quedar sorprendida―... porque hiciste eso.
Mas no hubo explicación, un segundo beso mas largo por parte de Sekijou y Rizu se dejo caer sobre el sofá en su sala con Sekijou encima suya besando con mas pasión que hace unos instantes. Acalorada, la castaña rojiza metió una de sus manos bajo la blusa de Ogata y a pesar de que ella usaba sostén, comenzó a tocar con lujuria el cuerpo de esta, mientras su pierna se metía entre las piernas de Rizu.
Sin embargo había un recuerdo que explorar que se remontaba años atrás, a ese tiempo después del momento resumido y contado por Sekijou.
―¿Rizu Ogata?
Faltaba poco tiempo para terminar la preparatoria, y graduarse estaba cada vez más asegurado; sin embargo cual universidad estudiar era la decisión mas tensa que le quedaba a Rizu, Sekijou y Yuiga. Llevaron a Ogata a visitar un instituto mas que indicado para que pudiera perseguir su sueño sobre psicología, sin embargo el plan se había salido de manos cuando entre Nariyuki y Sekijou, descuidaron a Rizu por un momento en medio de la visita abierta, dejando que ella experimentara su primera borrachera.
Camino a su casa, en manos de ambos amigos, tuvieron que tomar un descanso a mitad del trayecto en un parque.
―¿Estas bien, Ogata-san? ―pregunto Nariyuki, la pelinaranja abrió los ojos y a como la veían, seguía estando ebria de tan solo oler una lata de cerveza de la ni dio un primer sorbo.
―¡Ustedes... son crueles! ―grito, los señalo y pensaron lo peor. Al parecer era su segunda etapa estando ebria―. ¡Todo el día se la pasaron evitándome!
―¡Claro que no!/ ¡No es verdad! ―ambos jóvenes querían corregir su mala suposición.
―No quería entrometerme en tu cita, Rizu-chan ―dijo Sekijou haciendo además correspondientes a su declaración.
―Si, yo no quería... ¿Espera, que? ―miro a la castaña rojiza, Yuiga había hecho la misma suposición de ella y Ogata―. Es lo que supuse de ti y Ogata-san.
―¡¿Que?!
―¡Tontos! ―grito Rizu molesta como decepcionada de sus amigos―. ¿Saben cuanto me ilusionaba venir con ustedes este día? ―tomo la mano a cada uno y los pego a ella antes de confundir los corazones de ambos―. Venir con la persona que mas aprecio y venir con la persona que mas quiero, es lo que estaba esperando esta semanas.
El corazón de los dos chicos comenzó a latir con gran velocidad antes de volver a poner los pies en la tierra, prestar atención y ver que Rizu volvía a quedar dormida luego de soltar una que otra lagrima tras declarar sus emociones, cuales a la mañana siguiente no iba a recordar mejor.
Confundidos, dejaron a la pelinaranja pulgarcita en su casa al quedar finalmente dormida completamente sin dar indicios de ebriedad. Pues podía ser que el padre de ella los colgaba a ambos por dejar que su preciada niña se embriagara.
―A quien crees que le estaba diciendo todo eso ―pregunto Yuiga al volver a pasar por el parque con Sekijou, quedando con una duda existencial entre ambos.
―¿Que parte? ―pregunto Sekijou un poco tensa, compartía una soda con el chico estando ambos sentados en el banco del parque mirando a la infinita nada mientras trataban de acomodar sus mentes después de escuchar a Ogata.
―Buena pregunta ―exclamo dudoso Nariyuki.
―Pues, yo soy amiga de Rizu-chan, así que tal vez se refiera a mi como la persona que mas aprecia y a ti como la persona que más quiere ―comento su teoría la castaña rojiza.
―¿Que? No creo que sea así ―respondió Nariyuki de inmediato con nervios―, Ogata-san y yo solo somos compañeros, la ayudo a prepararse para los exámenes finales para que pueda ingresar a la universidad adecuada, es todo.
―¿En serio? ―Sekijou se desubico entonces, miró a Yuiga quien tenía la mirada puesta en otra dirección para que la ahora mejor amiga de Rizu no le mirase con la pena que sentía que pensarán eso de él―, creí que tu y Rizu eran novios ―miro la lata de refresco en sus manos, para mover despacio el liquido en su interior―. Por lo menos, que tu estabas interesada en ella.
―¿Que te hizo suponer eso?
―Ya me contó que te asignaron para que la ayudases a mejorar sus notas, pero de entre todas es con Rizu-chan a quien le pones más cariño para que pueda mejorar sus notas.
Escuchar eso solo puso mas tenso y rojo a Nariyuki, después de volver a repetir el error con ella cuando se quedaron en el hotel tras el festival. Hicieron una nueva promesa, una donde Rizu y Yuiga, para nada volverían a repetir el error, aclarando que solamente eran amigos. Pero el amor entre ambos era una sentimiento que no estaba muy claro para ambos, no entendían bien sus emociones de uno al otro.
―¡Te equivocas! ―respondió de inmediato, su rostro mostraba cuando apenado estaba porque pensara así de él―. ¡No hay nada entre nosotros si es lo que piensas!
Sin embargo la expresión de su cara parecía decir otra cosa. Entonces recordó lo que paso en una de las clases abiertas de la universidad, el profesor psicología hablo acerca del primer beso y como deja marcas en las personas que recuerdan con detalle este evento, causando que Nariyuki y Ogata desviaran la mirada uno del otro (a pesar de estar mirando el pizarrón). Ambos, recordaron al momento las emociones que los invadieron después de su accidentado primer beso y lo que vino después.
―¿Seguro? Cuando Rizu-chan habla de ti, lo dice con mucho apreció, pero cuando le pregunte lo mismo de ti casi reacciono de la misma manera ―dijo antes beber lo que quedaba en la lata―, realmente hay algo entre ustedes no es así.
―No hay nada.
La respuesta desanimada de Nariyuki solo causo mas intrigas en Sekijou.
―Deberían hablar al respecto, ella se ve muy feliz y cómoda contigo, tu también.
Justo se levanto del banco para despedirse de Yuiga, pero decidió decir algo antes de que Sekijou se fuera.
―Siendo honestos, no se que es lo que siento por ella ―exclamo Nariyuki, haciendo que la castaña lo mirase confundida.
Entonces si, habían emociones entre ambos, pero ninguno de los dos entendía bien que eran.
―Solo diré, que ustedes dos harían una linda pareja ―fue lo ultimo que dijo Sekijou antes de irse caminando dejando a Nariyuki mas avergonzando de lo que ya se sentía al momento. Mas cuando se alejaba, termino diciendo para ella sola―: sería mas feliz contigo.
―Te... te equivocas.
Para entonces, Nariyuki tenia la cabeza revuelta en enigmas y acertijos... seamos realistas, pensaba que la únicas relaciones que tenía con Rizu Ogata entonces, eran unicamente ser compañeros, tutor y alumna; finalmente amigos con derechos. Ocasionales.
Sin embargo, sería mas adelante que terminaría aclarando sus pensamientos, cuando eres joven aun por mas maduro y profundo crees ser, eres mas torpe e ignorante de ti mismo. Sino te conoces a ti mismo, como puedes decir que conoces a los demás.
Las aclaraciones para Nariyuki vendrían mas adelante, sin embargo ahora lo importaba saber era que estaban haciendo Rizu y Sekijou.
Dejando un rastro de ropa, desde la sala hacia la alcoba donde la pelinaranja dormía con Yuiga. Prenda a prenda, Sekijou llevo a su amiga despojándola de su ropa, para cuando llegaron a la cama. Aquel beso inicial solo fue el comienzo de la lujuria reservada por años de la castaña rojiza.
―Sekijou-san, detente... ―por alguna razón Rizu se quedaba sin aliento. El rastro de ropa, mostraba como fueron ambas perdiendo ropa a ropa, desde sus blusas hasta quedar sin sus respectivos sostenes y bragas―... ¡Espera, solo Nariyuki puede poner su boca allí!
Con la puerta semi abierta, lograba verse a Sekijou devorando la vagina de Rizu con su misma boca. A pesar de que desde su boca dijera que no quería que su amiga hiciera cosas pervertidas que solo dejaba a su esposo hacer ella, no ponía resistencia alguna para que Sekijou se detuviera.
―Rizu-chan, tienes un gran sabor ―decía la castaña rojiza, dejo de usar su boca tras provocar espasmos ligeros en su amiga, para usar sus dedos y hacer un revoltijo en el interior de Ogata continuando con la sensación sucia en su amiga.
―Sekijou, para... se siente bien~ ―no podía negar lo innegable.
Viendo de cerca la expresión de Ogata mientras movía los dos dedos que había puesto en su vagina, comenzó a notar que de allí mismo, un peculiar ruido de chapoteo empezó a hacerse notar.
―Que linda te vez disfrutando, Rizu-chan.~ Los pechos de Rizu-chan, también son deliciosos, pensar que este sabor lo disfruta Nariyuki-kun todos los días.
―Para, si esto continua voy a... ―estaba a por alcanzar el clímax, pero al igual de Yuiga, Sekijou se detuvo antes de llevarla al mejor momento.
―Aun no, Rizu-chan ―dijo Sekijou, se puso encima de la pelinaranja mirando mas de cerca la expresión excitada de su amiga―, también quiero ver esas caras que solo le muestras a Nariyuki-kun cuando están en celo.
Levanto la pierna derecha de Ogata, sonrojada por su ebriedad; apenas si levanto su cabeza para mirar a Sekijou y lo caliente que ella estaba por hacer esto. De pronto la vagina de la castaña toco los labios de la vagina de Rizu en un toque eléctrico que les recorrió a ambas, pero gracias a esta sensación Sekijou solo se incentivo más en buscar generar las expresiones pervertidas en la pelinaranja.
Cada rose generaba mas que placer a las dos, la frotación de sus vaginas era orgasmo puro. Algo de lo que Sekijou deseaba hacer con Rizu después de volverse amiga de la chica y confundir sus emociones, para Ogata esta sensación era nueva como indebida, ella era su amiga y sin embargo la tenía haciendo cosas sucias.
―Dime, Rizu-chan estás disfrutando~ ―pasaron ha hacer tijeras entre ambas.
―Extrañamente, esto se siente bien~ ―sin analizar el porque. El cuerpo de Rizu se iba moviendo a sincronía de su amiga mientras ambas bocas inferiores iban mojándose mutuamente―, que bien se siente ¡Sekijou-san!
El movimiento de tijeras chocando, fue aumentado ante la sensación compartida de estar a punto de alcanzar el clímax, pero mientras llegaban. Fuera de la habitación, Yuiga llegaba a casa después de otro día como profesor ahora que era un adulto.
―Estoy en casa ―exclamo Nariyuki antes de quitarse su saco como profesor y colgarlo en los ganchos de la entrada de su casa esperando a ser recibido por su esposa en su día libre―. ¿Rizu, estas en casa?
No escuchaba ninguno de los gemidos que su esposa hacia con Sekijou en la habitación en un comienzo, mas al caminar hacia la sala encontró el rastro de prendas que caían por el piso desde la sala hacia el pasillo, directamente a su habitación donde dormía con su esposa.
Pensó lo peor, pero al mismo tiempo estaba confundido. El rastro pertenecía a la ropa de dos mujeres. No había ningún hombre.
―¡Haa!~ ―escucho un gemido, conocía bien el sonido de la voz de Rizu, sabia que era ella.
Sin dudarlo, empujo la puerta semi abierta de su alcoba dispuesto a descubrir que pasaba.
―¡Rizu, que esta!... ―lo que encontró no fue algo para lo que estaba preparado, encontró a Sekijou encima de su pequeña esposa desnuda, ambas tenían las piernas abiertas y sus vaginas expuestas, mojadas para colmo―... ¡¿Sekijou-san?!
―Llegas a tiempo, Nariyuki-kun~ ―seguía estando ebria aun cuando el esposo de Rizu los encontró―, solo la estaba calentando para ti.
―¿Que, de que estas hablando? ―la imagen nonato a Yuiga, su querida Rizu se veía excitada como solo él la hacia ponerse. Ver todavía más, como de su vagina se deslizaban los fluidos de la pelinaranja hacia afuera notando que su coño deseaba por el pene de su esposo.
―Mira Nariyuki-kun ―Sekijou abrió las piernas de Rizu y dio una mejor vista de como se veía su amiga―, Rizu-chan esta deseándote.
―¡No mires! ―la vergüenza invadió a su esposa en cuando fue descubierta, pensar que su amiga la haría pasar por algo así―. ¿Porque haces esto Sekijou-san?
Una expresión extraña en el rostro de su amiga, ambas mujeres lo ignoraban pero Nariyuki se estaba poniendo duro viendo como del agujero de Rizu, su vagina estaba ansiosa por ser atravesada por su esposo.
―Rizu-chan, no había algo de lo que querías hablar con tu esposo ―dijo usando una tonaldiad risueña la castaña.
―¿Rizu? ―pregunto temeroso Nariyuki.
Sin comprender porque esta extraña táctica para ayudarla con su esposo, Ogata no tuvo mas remedio que confesar aquello que la estaba fatigando desde hace meses. Trago saliva antes de pensar que palabras usar con su esposo.
―Nariyuki-kun que piensas si... ―el nerviosismo carcomía a la pelinaranja―... quiero que me hagas un bebé. No solo hagamos lo de siempre, quiero que esta tarde hagamos un bebé. ¿Que piensas?
―Rizu... ―quedo sin palabras el castaño.
―¿Quieres ver lo que piensa? ―Sekijou se acerco a gatas sobre la cama hasta donde estaba Yuiga.
―...¡Sekijou que haces! ―usando su boca sin sentir pudor por el alcohol en su sangre, la castaña rojiza abrió el pantalón de Yuiga sacando al chico ahora adulto, del trance al que él mismo cayó.
―¡¿Sekijou-san?! ―incluso la misma Ogata se sorprendió al ver como su amiga de antaño, tomaba el pene de Nariyuki con su boca y así como debía ser, ella lo chupaba despacio para saborear lo que Rizu se comía todos los días.
Por razones que no se comprendían, Nariyuki no impidió que la mejor amiga de su esposa dejara de chupar su miembro, en cambió a pesar de sentirse incomodo por recibir tal agradecimiento de su parte, el castaño lo disfrutaba, tanto que su cuerpo mismo se erizo al sentir al sentir una boca desconocida acariciando su pene.
―¡Detente, Sekijou....! ―no pudo detenerla ni apartarla, su miembro libero una enorme carga de su semen resultado de mirar a su esposa teniendo sexo con otra mujer―. ¡Aahh!
―¡Gggrrr! ―sonó la garganta de la castaña de tono rojizo cuando la leche de Nariyuki le ahogo con tan abundante carga que le tiro.
Para impresión de ambos, Sekijou pudo contener todo la descarga de Yuiga y mantuvo en su boca no solo el esperma sino la misma hombría del esposo de Rizu, bebiendo el líquido una vez lo saboreo. Despacio le libero su pene y lo dejo limpio como brillante.
―Debo decir, que eso supo bien ―limpio su boca con su puño mientras seguía estando en cuatro cerca del borde de la cama. Sin embargo el siguiente paso no iba a ser para ella―, descuida Rizu-chan solo lo estoy preparando para ti.~
Decidió comer primero el pene de su esposo, agarro molestia luego de ver a Sekijou chupar el pene de Yuiga cuando eso solo lo podía hacer ella.
―Rizu~ ―tomo lugar en la cama, donde primeramente su esposo le devoro a besos, quitando su ropa con desesperación y calor hasta quitarle el pantalón.
Sekijou se alejo un poco, pero siguió acompañándolos en la habitación. Miraba con agrado y ebriedad como Rizu chupaba con agresividad, no se reservaba a ser silenciosa o modesta como era común.
―Aun no, Nariyuki~ ―se detuvo Ogata, justo antes de que su esposo alcanzará el clímax y se corriera en su boca―, tienes que correrte aquí.~
Estando recostado, su esposa sentó su vagina sobre la cara de Yuiga. Sintió la respiración de su esposo entrando y pasando por su coño, incentivando la necesidad de sentir a su Nariyuki. Hasta que la lengua del castaño acaricio los labios rosados de ella, sabia bien que movimientos usaba su esposo cuando le comía su tesoro. El gusto era tanto que alcanzar el orgasmo estaba pronto, sin embargo quería llegar allí junto a su esposo.
―¡Haa!~ Nariyuki, mi amor... ―gemía Rizu, el hombre que la desposo y tomo su cuerpo, la tomaba una vez más en el día como todos los días, por extraña razón esta vez se sentía distinto. Como si fuera de nuevas cuentas la primera vez.
―Rizu, te ves tan linda como ese día ―exclamo Yuiga sin poder dejar de mirar el rostro de su esposa mientras se frotaba dentro de ella. Veía en su mujer, aquella chica del bachillerato que conoció entonces, como se había vuelto mas hermosa desde entonces; pensaba Nariyuki.
―No digas eso ―dijo por vergüenza, Ogata sin embargo también al mirarlo, lograba ver al chico que entonces fue asignado como su tutor pero dado los giros de la vida, terminaron llevando su relación mas allá de simples compañeros de colegio―, no digas eso y besame. ¡Nariyuki, querido!~
―¡Voy a correrme! ―hundió su rostro en el pecho de su esposa al enterrar profundamente su polla, liberando una considerable cantidad de esperma al mismo tiempo que ella finalmente alcanzaba la cima del orgasmo.
―¡Puedo sentirlo, puedo sentir como tu semen me llena, querido! ―abrazo, presiono el cuerpo de Yuiga contra su cuerpo poniendo sus piernas alrededor de su cuerpo para que no escapara.
Con sus brazos envueltos en su espalda, acerco la cara de su esposo a ella para darse un beso mutuo ignorando que sus cuerpos se sentían entumecidos después de esta primera ronda. Sekijou seguía mirándolos desde el silencio a un costado de la habitación, en su perspectiva se veían bien juntos. Pero no se iba a quedar en silencio mirando les en silencio.
―Pero eso no es todo, verdad Nariyuki-kun ―dijo Sekijou, envolvió sus brazos desde atrás del castaño acariciando su cuerpo―, aun tienes mucho para darle a Rizu-chan.
―Ciertamente ―dijo complicado, hacer esto en compañía de la pelirroja castaña era extraño.
―Sekijou-san, si quieres Nariyuki también puede darte a ti también.
―¿Eh? ―ella causo esto ahora sería parte―. ¡Espera, Rizu-chan!
Cambio posiciones con Sekijou, la puso acostada en la cama y la tenia sometida de los brazos sin tanta presión, el vino en la sangre de ambas las tenia en calor sus cuerpos que aunque de sus bocas dijeran una cosa, sus cuerpos pedían algo más.
―Bueno, Sekijou-san esto tu misma lo pediste ―tomo dirección y fue hacia allá, Yuiga.
―Espera, Nariyuki... ¡Ah, ese es el agujero equivocado!
―Lo se.~
Un mes después, volvieron a la sala en compañía de Sekijou que les visitaba una vez más, tenia una charla con sus amigos de años acerca de los resultados de su extraño experimento.
―No puedo creer que hayamos echo tal cosa ―dijo Rizu sentada junto a Nariyuki en uno de los sofás mientras que Sekijou estaba en el otro mueble tomando una taza de te después de lo sucedido.
―Cuando dijiste que no ayudarías, no pensé que terminaría para realizar... bueno, lo que paso ―ni Nariyuki ni su esposa podían procesar bien lo que cometieron con ella.
―No es tan malo, ahora por fin tendrán un hijo ―bebió de la taza en sus manos, desde su lugar veía al castaña abrazando con celo a Rizu mientras acariciaban el vientre de la pelinaranja; para luego hacer una propuesta algo animada―. ¿Quieren repetirlo?
Los esposos se miraron antes de contestar a eso.
―¡No! ―dijo Yuiga.
―En otra ocasión, puede que si ―exclamo Rizu, haciendo que su esposo la mirase extraña creyendo que tenían la misma respuesta.
―¿Que hay de ti? Que vas a hacer ahora que también ―pregunto a Sekijou, que harás era algo que se quedo entre los tres en ese momento. Solo decirlo, para Nariyuki era algo de lo que apenarse.
Con una expresión de superioridad, Sekijou fue hacia el mueble donde ambos se sentaban, para ponerse del otro lado libre de Nariyuki y abrazarlo, exclamando:
―Mejor dicho que harás ahora, querido.~
Ya deberas entender que paso.
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