Euphoria 3
El nombre de esta jovencita es bien conocido, un nombre que refleja ternura y belleza, una belleza psicópata del resultado de una caída a un espiral de depresión y locura desatada por amor: Katsura Kotonoha.
Doce horas antes del juego. Kotonaha, quien como muchos soñarían al estar en la etapa de preparatoria, un noviazgo. Un chico que para ella era el hombre de toda su vida, solo estaba jugando con ella y sus sentimientos, como un idiota. Pero Katsura también era una tonta ilusa al no alejarse de aquel hombre que solo la lastimaba (emocionalmente). Siempre iba por él.
―¡Makoto-kun! ―acabaron las clases y de inmediato, la inocente Kotonoha buscaba a su amor para estar junto él.
Pero tan solo se levanto de la mesa y un grupo de chicas de su clase formaron un muro que le impidió tomar un camino hacia su amado. Ella era dócil, una flor tímida.
―Oh no, no lo harás ―exclamo quien parecía ser el líder de este grupo de chicas que con todo y brazos extendidos no permitirían a Kotonoha ir a ningún lado.
―¿Que, porque hacen esto? ―pregunto con ternura y miedo, se volvió indefensa.
―No permitiremos que te acerques a Makoto, tu tonta ―no se reservaban en insultos y menospreciar a quien único crimen e ilusión era amar.
Kotonoha lo amaba, en cambio Makoto... solo buscaba alejarse de él. Por mas que la vea en problemas, por mas que la vea sufriendo acoso escolar por sus tontas decisiones; decisiones que tomaba usando la segunda cabeza con la que nacemos los hombres y que muchos logramos controlar, Makoto decidió usarla como su principal cabeza. Katsura quería que viniese por ella y que la salvara de tan injustos escarmientos, pero él solamente se dignaba a mirarla de reojo como si fuera una basura que evita en su camino dándole igual quien mas la llegue a pisar.
Por mas que ella quería acercarse, él la evitaba y la esquivaba.
―¡Makoto-kun, esperame! ―intento alcanzarlo fuera de la escuela, a un par de cuadras. Pero por mas que su voz llegase a esta escusa de hombre, él decidía ignorarla; por que alguien mejor la esperaba a pocos metros mas adelante.
―¡Sekai! ―grito de alegría Itou al ver a la chica que su segunda cabeza le decía le hiciera caso.
―Makoto ―la chica que incluso Kotonoha consideraba una amiga, también ignoro a quien venía detrás del pelinegro para hacerse solo con Makoto, se acerco tan cariñosamente a su novio y como si fuera de ella, Sekai se envolvió en su brazo―. Tardaste, mucho. Vamos que se hace tarde.
Era evidente lo que ocurría frente a sus ojos, aun así; el subconsciente de Katsura tenia una voz muy silenciosa, aquella que le quería ella viera la realidad frente a sus narices era ignorada. Se aferraba a la tonta idea de lo que estaba viendo era un malentendido y que Makoto la amaba como ella lo amaba. Los vio irse, quedando ella cual mal tercio en una relación que decidió dejarla atrás, al menos de eso si era consciente.
―Makoto... ―pronunciaría con mucha tristeza ese nombre por ultima vez en el día.
―¡Hola, Katsura-san!
Uno de los chicos de su misma aula que menos deseaba ver, acababa de encontrarla.
―Eh... Sawanaga-san ―dijo temerosa Kotonoha, sabia bien porque venía él con ella. Tanto así que dio un paso atrás, si consciencia le decía que se alejara del rubio de inmediato, no le hizo caso a su instinto de supervivencia.
―Katsura-san, quieres que acompañe a casa ―se acerco cual amable chico, pero bajo esa sonrisa ocultaba malas intenciones―, como tu novio, es mi deber asegurarme de que llegues segura a casa.
―Sawanaga-san, ya te lo he dicho. Yo soy la novia de Makoto... por favor no ―una mentira a la que seguía atada y parecía nunca iba a liberarse. Él y la tenia acorralada donde quería.
Una oración que repetía hasta en sus sueños, aun por mas incomoda que se sintiera Kotonoha tras despertar luego de ser sedada por unos desconocidos y entre palabras, despertar en medio de la oscuridad.
―Soy... la novia de Makoto ―repetía una y otra vez en ese sueño inducido, siendo las ultimas veces que lo repite de forma mas incomoda y tensa―, soy la novia de Makoto-kun... ¿Eh? ¿Donde estoy?
Sabia que abrió los ojos, pero ni un rayó de luz que iluminase tan rígido e incomodo lugar donde despertó. Madera eso fue lo pudo sentir cuando sus sentidos despertaron también como su mente, dos segundos mas tarde. Entró en desesperación en cuanto vio solo oscuridad y sintió seis paredes de madera que la aprisionaban.
―¿Que?... ¡¿Dónde?!... ―con sus palmas tocaba cada centimetro de la enorme caja de madera que dedujo era donde la tenían encerrada―... ¡Makoto-kun, alguien!
De tanto empujar y golpear, de hacer tambalear la caja sin saber que se encontraba sobre las unas de un monta cargas conducible que la tenia elevada dos metros en el aire, Kotonoha fue atraída por la gravedad; un duro golpe la recibió. Con el resultado de la total ruptura de la caja en muchos pedazos medianamente pequeños.
―¡Kya! ―se le escucho gritar por el dolor del impacto, ahora había luz que le dijera donde estaba, pero no fue consolador. Vio la maquina industrial a su espalda y los pedazos de madera dispersos de donde ella aterrizo, iluminados por un triste luz verde en el techo. Una habitación grande, pero llena de muchas cajas de madera y mesas de plástico recubiertas de polvo. Un camino hecho con estas cajas hacia puerta industrial gris con un letrero de pixeles rojos apagado, ni una corriente de viento ni ninguna otra alma donde ella había aparecido―. ¿Donde estoy? ¿Como es que llegue aquí?
Mirase por donde mirase, Kotonoha no encontraba salida ni a nadie más, salvo dos objetos en esa caja consigo que ignoraba totalmente. El fuerte impacto contra el piso reforzado la lastimo por unos instantes, antes de que siquiera se levantase.
―Lo ultimo que hice fue llegar a casa ―hizo memorias mientras hablaba consigo misma, con sus manos al piso para flexionar sus brazos para querer levantarse al pasar el dolor con insistencia―. Le dije a Kokoro que tomara una ducha mientras... hacia... la cena.
Esas ultimas palabras, fueron un clavo en su memoria para recordar lo ultimo que vio antes de que su consciencia y su cuerpo fueran dormidos por igual. En la cocina de la residencia Katsura, como buena hija como hermana mayor, debido a que su madre estaba fuera esa tarde que volvió a casa. Kotonoha entro en la cocina para pensar que preparar. Justo cuando abrió el refrigerador para buscar ingredientes, la luz se iría.
―Veamos que hay en el refrigerador ―dijo antes de ser raptada, con su cabeza metida en el interior del refrigerador, mirara por donde mirara nada se le ocurría para la cena, pretendiendo olvidar algo malo que le paso hacia poco―. ¿Se corto la luz? ―fue en ese momento, que al sacar la cabeza del frigorífico―. Kokoro-chan estás bien... ¡¿Quien eres?!
Gritaría de terror cuando un enmascarado de cerdo con una extraña gabardina negra con bordes rojos en la parte baja de la ropa y las mangas de la prenda seria lo primero que vería al dar la vuelta. Pero no pudo su verdadero grito de terror pues un segundo desconocido con las mismas ropas llegaría por detrás de Kotonoha con un trapo blanco bañado en cloroformo la sedaría. Eso sería lo ultimo que vería antes de despertar aquí.
―¡Kokoro-chan, donde estás! ―por el amor a su hermana, logro ponerse de pie a pesar de dolor en su cuerpo y cabeza, golpeando con su pierna un aparato de plástico que apenas si empujaría por el piso―. ¿Que es eso?...
Con la debida poca luz, Kotonoha vería este viejo aparato que tenia un papel pegado con cinta y un escrito encima.
―..."Escuchame."
Leer esas palabras no fue un consuelo, no era de ver las noticias, no tenia la menor idea de que se tratara del juego macabro de un asesino. O así lo consideraba la policía de Japón, sin mas opciones Kotonoha tomo el reproductor de cintas, sintiendo total terror con la tenebrosa voz que desprendía el audio.
―Hola Kotonoha. Seguramente no sabes quien soy pero yo se quien eres ―la tenebrosa voz modula que heredo Euphoria de una generación anterior―, no intentes buscar una salida que no sea la puerta que tienes en frente. Porque en tu vida solo hay un camino aun cuando hay demasiadas ventanas abiertas para escapar.
―¿Quien eres? ―una pregunta que siempre hacían quien no conocía terminaba en uno de estos juegos, sus manos temblaban como su cuerpo ante la terrorífica filosofía de este personaje―. ¡Una llave!
Tras notar la llave en el suelo, alejado de tanto escombro de la caja. Preguntándose si era buena idea, sin mas opciones que tener; Kotonoha uso la llave para abrir la tan pesada puerta temiendo de lo que se encontrar en la nueva sala y hallar una pantalla plana gigante colocada sobre un pilar de piedra que sostenía el techo en esa sala. La televisión se encendió al momento que Katsura entró en la nueva sala. Lo que vio, no era nada agradable
―¡Makoto-kun!
Encadenado de su cuello a un piso elevado, una plataforma que ocultaba una trampa mortal que ni la descripción de lo que era, seria consuelo para Kotonoha, sobre lo que deparaba a Makoto Igou. Katsura no podía notarlo. Makoto parecía tenso, algo atraía su atención, él podía ver como Kotonoha despertó y salió de la habitación tras conseguir escapar de la caja donde la encerraron. Euphoria se hizo presentar de las sombras, atrayendo la atención de Itou.
―¿Porque... porque nos haces esto? ―pregunto con sudor recorriendo su cuerpo debido al miedo que sentía, sus manos seguían agarrando la cadena, lo mas próximo a su cuello deseando tener la fuerza suficiente para romperla―. Yo no hice nada malo.
―Es lo que tu crees ―exclamo la con una voz tenue pero enigmática―, debe ser divertido, jugar con el cuerpo de tus preciadas amigas, mientras le rompes el corazón a tu querida novia.
―¿Que? ―una de las facetas del miedo es mostrar enojo, tratar de ocultar la primera emoción aparentando ser mas fuerte de lo que no eres―. ¡Escucha, Kotonoha ya no es mi novia, yo termine con ella!
―¿Alguna vez se lo dijiste? ―exclamo Megumi Sakuragi, la chica detrás del nombres de Euphoria―. Le llegaste a decir de frente que ya no había nada entre ambos. ¿O solo fuiste un tonto? Seguramente.
Entonces no dijo nada, guardo silencio mientras su boca buscaba palabras que decir pero que no lograba pronunciar para nada. La duda existencial se apodero de él. Bajo esa capucha densa, Euphoria hizo una mueca de regocijo al ver que el joven Itou se hacia un descubrimiento grande en sus acciones.
―Debe ser divertido, enamorar a una chica para romperle el corazón solo porque no te abrió sus piernas ―decía Megumi.
―¡¿Que pretendes decir?! ―hizo enojar a Makoto, quien intento de nuevas cuentas romper la cadena atada a su cuello con un grillete―. ¡Escucha! ¡Castigame a mi, pero no juegues con Kotonoha.
―¿Ahora quieres hacer las cosas bien? ―era el hombre mas cínico que conoció―. Cuando nunca lo hiciste, tomando caminos rápidos a tu propia satisfacción en un juego de placer. Kotonoha ha sufrido, pero ella misma se ha hecho prisionera en esa celda de dolor, la única forma de salvarte de donde te tengo puesto, es salvandolos a ustedes.
―¿Ustedes? ―comprendió una cosa Makoto―. ¿A quien mas tienes aquí? ¡Enferma desquiciada, mas vale que Sekai no este aquí!
―La pregunta correcta, Makoto, es preguntarte es que tan lejos esta ella ―dijo Euphoria, llevando sus manos detrás de su espalda.
Tuvo una idea de quienes le hablaba, pero quería creer que tal vez, solo tal vez; no fuera así. Para mas a su horror, le fue confirmado.
La sonrisa maquiavelica en sus labios, lo único que podía verse debajo de su capucha de Euphoria, fue lo que mas perturbo a Itou en ese momento. ¿Quienes que conocía además de Kotonoha estaban aquí?
―¡Makoto-kun! ―Katsura se acerco a la pantalla como si fuese una ventana de cristal que lo separaba de él, pero era un cristal que aunque lo atravesara, no llegaría con él.
―No te puede escuchar ―se escucharía desde la pantalla, la voz misteriosa que Katsura escucho en esa corta cinta que encontró. La imagen que mostraba a ese Makoto asustado como inmóvil, para ser suplantado por ese tétrico muñeco de ventrilocuo: Billy―En este momento, tu amado novio Makoto esta atado a una plataforma y la cadena atada a su cuello es la palanca que activa la trampa de la que no puede escapar. Para que puedas liberarlo a él, deberás liberarte a ti primero: Katsura Kotonoha. Detrás de esa segunda puerta te esperan una serie de pruebas que tendrás que superar si quieres llegar con Makoto y liberarlo, solo tienes noventa minutos para jugar Kotonoha si se te acaba el tiempo o fallas las suficientes pruebas, Makoto será condenado al infierno por sus pecados, al igual que tu.
―¿Que? ―Jugar o morir, así se simplificaba este juego.
―El tiempo corré, Kotonoha ―la pantalla dejo de mostrar a Billy, mostrando a la pobre chica el cronometro corriendo el tiempo establecido―: vivir o morir Kotonoha, que empiece el juego.
89:55 minutos y segundos de tiempo se reducían, Kotonoha solo podía pensar en alguien.
―¡Aguarda, Makoto-kun! ―lo primero que hizo Katsura fue caer en desesperación.
Paso por la puerta y atravesó un largo pasillo con giros y atajos, flechas rojas pintadas en el piso le decían por donde ir en las intercepciones de los pasillos hasta que llego a la puerta de la primera prueba. El número uno pintado en romano fue lo que dejo claro a Katsura de que llego al lugar indicado. Cada habitación por la que pasaba era iluminada por una luz verde de igual tono suave que creaba un ambiente aterrador gracias al polvo y el abandono que se veía en cada nueva sala por la que recorría Katusura, incluso esta nueva habitación donde encontró al chico cuya presencia le hacia sentir miedo.
―¡¿Taisuke?! ―grito de pavor Makoto, una de las pantallas puestas en collage de televisiones a unos metros de donde estaba metido en su trampa revelo a su amigo en una situación de gran riesgo.
―¡¿Sawanaga-san?! ―los ojos de Kotonoha ojos se abrirían en grande y de terror, no solo por la situación en la que él estaba metido, sino por el simple hecho de verlo.
Su mente hizo memoria de la ultima tarde, antes de ser raptada por los seguidores de Euphoria. De camino a casa, en la compañía de Sawanaga, el chico la hizo ir a un baño publico de un parte. Donde la hizo complacerlo.
―Sawanaga-san, para por favor ―por mas que le acariciara, con sus manos como la boca de este chico robando una y otra vez sus labios, Kotonoha no lo podía disfrutar como él lo hacia.
―Kotonoha-chan eres tan linda cuando te resistes ―decía el chico mientras introducía sus manos bajo la ropa de la inocente Katsura, llegando sus dedos pasar por debajo de la ropa interior debajo de la falda de la chica.
―No me toques allí por favor... ―era común que su cuerpo se sintiera estimulado por sentir en sus partes intimas ser tocada de tal manera por ella o alguien más de forma insistente, mas no los disfrutaba, solo quería que algo como esto se lo hiciera―... no quiero, excitarme.~
No había voluntad en ella por huir de Taisuke, solo en su voz, su mente trataba de reprimir los toques sentidos a través de su cuerpo; pero allí en mas su mismo cuerpo no hacia ninguna otra acción. Como si desease que Makoto llegase para ser él quien la libera.
―¡Kotonoha-chan, Kotonoha-chan! ―gritaba su nombre Sawanaga, teniendo a la chica que él decía, era su novia en este momento; sobre ese inodoro publico luego de abrirle casi por completo el uniforme y hacerle el amor sin entender que no tenia el consentimiento de la chica.
―Termina pronto, Sawanaga-san... te lo pido, solo termina esto ―lo que él pensaba, era la parte pervertida de Kotonoha pidiendo mas de él, realmente era su alma pidiendo que terminara con su tormento.
―¿Donde lo quieres, Kotonoha-chan?.... ¿dime donde lo quieres? ―estaba sumergido en el éxtasis, Taisuke.
―Fuera... por favor ¡Vente fuera!
―No... ¡no puedo! ―vino donde él quiso, se vino dentro de la pobre Kotonoha. Su interior era manchado por él, otro día más.
Solo para el final ser dejada en el cubo de ese baño publico, como si fuera un objeto. No sin antes despedirse de Katsura, de la forma mas tranquila posible. Con un ademán y una sonrisa en su estúpida cara mientras que ella se sentía sucia.
―Hasta mañana en clases, Kotonoha-chan ―fue la despedida de Sawanaga.
Antes de salir de ese terrible recuerdo reciente de la mente de nuestra jugadora.
―¡Kotonoha, por favor sacame de aquí! ―grito Taisuke sumergido en inmenso terror.
El simple hecho de ver a Taisuke le perturbo mas que el hecho de la situación en la que estaba metido. Le temía mas a él que la trampa en la que estaba colocado y no es para menos.
Sawanaga estaba atado con cadenas sobre una banda transportadora entre residuos de basura que se dirigían hacia una trituradora de basura tipo industrial cuyas luces sobre él se encendieron para mostrarle a Kotonohana la prueba que le esperaba. Una pared de cristal templado reforzado para que ninguna basura que se llegase a disparar, sea un proyectil letal para los que laboraban este sitio lo separaba de él. Mientras que de lado de Katsura, gran parte del techo estaba cubierto por frascos que se veía tenían un objeto adentro. Y en el piso, de lado de la sombras, un palo largo de madera como para llegar a estos frascos. Y una puerta sellada esperando al otro lado de su parte en la nueva habitación de Kotonoha.
―Bienvenida Katsura ―un audio comenzó a sonar, una vez que Kotonoha vio, otra cinta de reproducción pegado en el cristal que de nuevo, tenia una escrito las palabras: "escuchame" ―, en el otro lado de esta sala esta Taisuke Sawanaga. El mejor amigo de tu novio Makoto y que has dejado mancille tu cuerpo para saciar sus jóvenes necesidades. Una y otra vez, mientras te aferras a la idea de que Itou sigue siendo tu novio.
―¡Claro que no, Kotonoha es mi novia. Makoto termino con ella por Sekai! ―grito Sawanaga estando atado a una tabla de madera estando sobre la banda transportadora.
―Una mentira a la que crees él se ha atado, porque tu amado novio te ama y nunca te dejaría ―decía Euphoria en la grabación sin burlarse, solo haciendo conocer de su propia cinismo a Katsura―, pero él tiene razón y tu decides no creerle, entregando tu cuerpo a él esperando que todo sea un mal sueño y esperando despertar. Quiero jugar un juego: la banda donde esta Sawanaga se activara y menos de tres minutos será tragado y despedazado por la trituradora entre tanto otra basura en la banda, la llave que detiene la banda esta oculto en esos frascos de vidrio en el techo ¿pero cual de todas las llaves es la correcta? Recuerda que solo tienes tres minutos, que empiece el juego.
―¡Kotonoha! ―grito desde el otro lado, los ojos sollozos de Taisuke pidiendo a Katsura clemencia, momento en el que la maquina se encendió y lentamente, era dirigido a su muerte―. ¡Por favor Sacame!
―¡Sawanaga-san... resiste, por favor! ―golpeo, el cristal con las palmas de sus manos por desesperación.
Con poco o nada de tiempo, moviéndose con desesperación pensó en como llegar a esos inalcanzables trastos en el techo, no podía tocar los frascos ni saltando en esos primero intentos, sin embargo, noto aquel palo en el suelo después de un par de intentos e hizo lo mas lógico posible. Cuales macetas comenzó a romper todos estos frascos, todos cuantos pudiera sin mirar, rezando que ningún fragmento de vidrió cayera en sus ojos o terminará incrustándose peligrosamente en sus ojos. Las llaves y los pedazos de cristal volaron por todos lados, sin mirar donde caían las llaves, pero en cuanto acabo con los mas de 100 frascos del techo, sin importarle que se cortara con el vidrio y el contra tiempo. Kotonoha tomo todas las llaves que pudo tomar sus manos y se acerco al cuerpo de la maquina que estaba de su lado en la habitación. Normalmente un equipo como este es detenido por un botón de emergencia, pero ese botón fue suplantado por un mecanismo de cerradura. Llave por llave, Kotonoha introducía esperando que una de estas funcionara, pero con tantas no había señal de cual era la indicada.
―¡No! ¡No! ¡No! ―gritaba con desesperación, metiendo girando y sacando la llave que no era para descartar. Sean pulidas de en color oro o simple metal plateado, ninguna parecía ser la indicada, ignorando por completo la única llave cuyo color semejaba el cobre entre tantas.
―¡Date prisa, Kotonoha-chan. Por favor! ―agitaba sus pies para no ser tragado por la maquina, solo sus pies de Taisuke eran lo único libre y lo primero que sería tragado cuando cayera en las fauces de la maquina.
De un puñado de llaves a otro, ninguna parecía ser la correcta. Ninguna hacia a la maquina y viendo que no quedaba nada de tiempo para que Sawanaga fuese triturado, por desesperación, intento forzar la cerradura con la ultima llave que tuvo.
―¡Vamos, por favor! ―soltó las demás llaves y con ambas manos, Kotonoha ponía toda su fuerza con tal de hacer girar la cerradura, no era la llave correcta, solo sentenció a muerte a Sawanaga―. Por favor, ya casi... ―cuando parecía que iba a girar, se quebró la llave dentro―... ¡No, no!
―¡Kotonoha-chan! ―gritaba una y otra vez su nombre―. ¡Kotonoha-chan!
―Que hice... ―comprendió su estupidez.
―¡Nooooo! ―escucho el desgarrador grito de Sawanaga mientras engullido por los dientes destructores de la trituradora y su cuerpo era hecho pedazos, segundo a segundo―. ¡Kotonoha! ¡Kotonoha!
Escucho como gritaba por ella, cosa que Katsura solo se puso de cunclillas tapando sus oídos para no escuchar sus últimos y desgarradores gritos, los cuales se apagaban poco a poco, siendo el sonido de la trituradora teniendo problemas para despedazar el cuerpo de Taisuke se esforzaba mas y mas para lograrlo, hasta atorarse.
―Kotono... ha ―fue lo ultimo que escucho de Sawanaga antes de escuchar como la maquina se atoraba por fin luego de tratar de pulverizar los huesos de la pelvis de Taisuke, murió de dolor como del desangrado masivo que paso.
Desde la trampa de Makoto, el chico vio cada segundo, gracias a una cámara puesta del lado de la trampa de Taisuke, como su amigo murió lentamente. La cadena en su cuello se retrajo, jalando de su cuello con violencia, cortando su aliento mientras veía el asesinato de su amigo.
―¡Taisuke, no! ¡estúpida! ¡Eres una estúpida Kotonoha! ―maldecía a la chica, golpeando el escenario donde estaba encerrado, Itou. Todo mientras Euphoria misma miraba con despreció a la actitud de Makoto.
―¿Porque la odias? Si tu has sido quien los trajo aquí, Makoto ―dijo Megumi―, todas las muertes que ocurran aquí, serán tu responsabilidad.
No seria responsable por algo que no hizo, es como él pensaba. Lo que se reflejo en su rostro iracundo cuando escucho a la piscopata hablar tras el desmembramiento.
―¡Te mataré... en cuanto salga de aquí yo mismo te mataré! ―intento correr hacia ella, pero la cadena le impedía―. ¡Perra malparida!
―Puede que mueras antes de que maten ―exclamo Euphoria para si misma.
El primer juego fue perdido y la cadena de Makoto se hizo mas corta, debía ser cuestión de voluntad de Kotonoha para salvar a su amado. Fallar, mataría a su amado Makoto. La puerta se abrió y una nueva prueba le esperaba a Kotonoha, 51:13. era el tiempo que le restaban para llegar a su novio, pero no sabia si las pruebas que venían estarían al mismo nivel o serían mas complicados. O si tendría la habilidad para superarlos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario