Business and pleasure (Naruto x Harem)

Esta obra la estaré actualizando una vez al mes, para darme tiempo de seguir avanzando la historia y tenerles una actualización constante. Espero y les agrade.

(OVA) Shizuka Marikawa: La esclava sexual de Shido

 First for fight 

(OVA)

Hermosa, atractiva, inocente. Marikawa Shizuka era el sueño de muchos hombres y de los estudiantes cachondos de la academia Fujimi donde laboraba como enfermera, una mujer que con solo pasar frente a ti, quedabas alterado por todas las feromonas que expulsa su infantil sonrisa. Sin embargo, todos los que la miraban con grandes ilusiones y deseos lujuriosos.

Fue antes de los sucesos de esta historia, Shizuka caminaba por los pasillos entre los estudiantes robandose las miradas de los varones e incluso de algunas chicas, una reina de belleza. Una modelo, sus descomunales senos se agitaban suave ante las leyes de newton en cada paso que daba, siempre sonriendo siempre mirando con tanta inocencia la vida. Escuchaba halagadores comentarios de los estudiantes y eso le parecía tierno.

¡Es Shizuka-sensei!

Es tan hermosa.~

Quisiera ser su mascota ―decían cosas como estas los estudiantes que volteaban las miradas como tontos al detenerse a mirarla.

Regreso a su estación medica donde vino a encontrar sobre su mesa de trabajo un sobre con una nota escrita dentro.

¿Una carta? ―pregunto la rubia, sin saber que vendría adentro.

Cuando Shizuka volvió a casa, esa casa de dos pisos donde vive con su mejor amiga de cuando estudio el bachillerato.

¿Otro admirador que te envía una carta de amor? ―pregunto la morena una vez le mostró Shizuka la simple nota escrita dentro del sobre blanco cuando estaban en la sala―. Sabes que solo debes rechazarlo y ya, mejor aun no vayas a verlo.

Lo que venía en el papel era tan solo una invitación al tejado del colegio para verse con alguien, diciendo que buscaba confesar emociones sentidas por la mujer.

Eso seria maleducado ―contesto Shizuka, con la carta en manos apreciando las simples palabras en tinta―. Seria al quinto hombre que rechazo sin siquiera decirselo a la cara.

Oh vamos, no necesitamos a ningún hombre ―de pronto se puso cariñosa Minami, sentada junto a la rubia, la tomo desprevenida y empezó a jugar con sus senos de forma divertida, el sonido que dejaba escapar Shizuka le parecía de lo mas divertido―. Solo nos necesitamos a nosotras.~

Rika-chan, para por favor.~ ―Shizuka solo reía ante el agarre de su amiga. Un poco más de juego sano entre amigas cariñosas y la rubia decidió explicarse mejor―. Solo pienso que debo rechazarlo como se debe.

Y así es como seria, o al menos es lo que Marikawa pretendía. La nota no hacía mas tener escrito en kanji: preséntese al tejado del edificio principal mañana después de clases, Marikawa-sensei.

Hizo caso al papel y ese seria su paso a su caída. Siendo inocente, Shizuka se presento en el tejado de la academia después de clases, donde en un principio no encontró a nadie, pero solo un par de segundos espero a que alguien se presentará, una gota de sudor se deslizo de su frente ante la ausencia de quien le hizo venir; quien quiera que sea. El viento soplaba fuerte y contra la corriente del cobertizo vino a salir alguien que le agradaba tanto.

¿Shido-sensei? ―entro en pánico al resultar que era este tipo el que la llamo―. ¿Usted escribió la carta?

Claro que si, Marikawa-sensei ―dijo el egocéntrico profesor, mostrando esa maquiavelica sonrisa suya.

Había algo en él que la hacia sentirse incomoda, como a todos los profesores de la academia e incluso, muchos alumnos sentía terror en su mirada; preferían evitarlo. Sin embargo aquí, Shizuka cayó en su trampa aunque no lo sabía. Tensa, dio un pasa para atrás levantando los brazos en un aterrado intento por ponerse a la defensiva con él.

¿Em… Shido-sensei porque me llamo aquí? ―su inocente sonrisa desapareció por completo, desaparecería para siempre.

Oh vera, Marikawa-sensei, hay una nueva técnica de enseñanzas que estoy desarrollando para los estudiantes y pensé que usted es la espécimen mas adecuada para poner en práctica mi nueva técnica.

Dichas sus palabras, Shido fue dando varios pasos hacia la rubia sembrando mas el miedo, uno del que terminaría siendo la presa.

¿Espécimen? ―serían estas sus ultimas palabras. No, no realmente.

La sonrisa en Shido vino a hacerse mucho mas grande y el ambiente se hizo mas pesado. Lo que le pasaría a Shizuka, sería una tortura. Una que marcaría su caída, pues Shido llego hasta ella y saco de su pantalón un espray especial que disparo a la cara de la rubia y cuando entro en sus fosas nasales como en contacto con su piel, Shizuka pronto comenzó a sentir extraña.

¡Shido-sensei, que fue eso! ―dijo luego de sentir su nariz una irritación venido de un aroma sin cuerpo.

Entonces el afrodisíaco comenzó a hacerle efecto. La vagina de la enfermera empezó a palpitar de necesidad, sus piernas temblaban de necesidad de orinar, sus senos como el resto de su cuerpo empezaron a sentirse calientes así mismo todo el ambiente pronto se volvió caluroso para Shizuka, su respiración comenzó a hacerse mas fuerte y sus sentido del tacto se volvió mas sensible.

Puedes sentirlo ¿verdad? El efecto del afrodisíaco que te hice respirar ya debe estar haciendo efecto. Marikawa-sensei o debería llamarla por un nombre más adecuado: Shizuka-chan.~ ―la visión de la rubia pronto se distorsionaba al ir escuchando las palabras de Shido frente a ella―. Eh esperado el momento oportuno para llegar hasta ti, Marikawa-sensei. Tengo un plan exclusivo para tu lindo cuerpo.

Ese plan exclusivo era convertirla en su juguete sexual personal. Hay personas malas en el mundo y luego hay personas por los que te preguntas: como rayos puede ser considerado un humano. Shido no era tan insulso, no llevaría a cabo su cerdo plan en la academia, sino en un lugar donde nadie sospecharía nunca.

Un departamento que ha reservado en un complejo de baja economía poco habitado en la salida de la ciudad, Koiichi Shido trajo a la rubia contra su voluntad en su propio auto sin ser reconocidos. Su cuerpo no le obedecía la obligaba a obedecer las indicaciones del profesor por las que su mente le pedían obedecer, el efecto de esta droga va más de ser un simple afrodisíaco. Cuando bajo del vehículo de Shido, el hombre se acerco a Shizuka para guiarla de mano hasta su casa de seguridad al fondo del complejo en planta baja. Decir que la llevo de la mano es mentira. La verdad es que Shido deslizo su mano hasta su pecho de lado derecho cuando él paso su brazo por los hombros de la rubia cuando estaba de lado de Marikawa de lado izquierdo.

Ese departamento no lucia bien, en el fondo del pasillo del complejo podía verse que la habitación era sucia desde su entrada y alrededores, las hierbas que crecían junto a él y el filtro de una tuberia goteando por encima de la mata de zacate. Pero una vez pasaron la puerta no hasta que sintió una suave pestilencia a ciertos olores. Encendió la luz Shido y revelo la apariencia del lugar como lo que aquí tenia

Em… Shido-sensei ¿Que es todo esto? ―la mirada de Shizuka se abrió en cuanto vio una mesa con aparatos de índole sexual por toda la pieza de una sola habitación, el departamento.

Todo esto querida, son los juguetes con los que voy a divertirme contigo ―lo que llamo la atención de terror de la enfermera fue ver una vitrina llena de juguetes sexuales, ese potro de tubos delgados con agarraderas de manos y pies en su forma de cubo, sogas bondage y cadenas de un calabozo sexual. Dildos y penes de plástico de distintas formas y diseños (no eran para uso personal de Shido, sino para que Shido las usará). Un armario con vestimentas para mujeres con distintas temáticas, todo en las medidas del cuerpo de Marikawa.

Con su cuerpo sin autonomía de moverse, dejo Shizuka que la tomara desde atrás, poniendo sus manos de forma muy indecente sobre sus senos estrujándolos desde los bordes hasta llegar el final como si estuviese exprimiendo una esponja con mucha espuma absorbida. Haciéndolos rebotar sobre sus palmas para mal gusto de él, antes de agarrar la blusa de la rubia desde sus senos y reventar los botones en un jalón y revelar sus senos pues incluso logro reventar el sostén de Shizuka bajo su ropa, un sostén de color negro.

Shido-sensei, no por favor ―su respiración de Marikawa se hacia mas pesada por cada segundo del afrodisíaco recorriendo su cuerpo.

La desnudo casi en toda su totalidad, le quito su falda y su blusa, sus tacones así también el sostén que le reventó, ni siquiera sus bragas le dejo conservar a Shizuka. La amarró en ese potro la amarró de pies y de sus muñecas, quedando su cuerpo empinado donde se podía ver que Koiichi comenzó con todo; en su vagina se le veía insertado un consolador el cuál estaba dando vueltas, revolviendo todo dentro de sus labios vaginales. No solo allí, en su culo, un segundo dildo le coloco el cabrón de Shido aquí, este segundo objeto vibraba en las paredes de su orto. Le tenia puesta una venda sobre sus ojos, así el adiestramiento que le aplicaría a la rubia seria mas efectivo.

Después de esto vas a llamarme, Shido-sama. Entiendes eso Marikawa-sensei… o tal debería llamarte con otro nombre, Shizuka-chan~ ―con su mano sobre la boca de la rubia, el maquiavelico profesor acariciaba los labios de la enfermera, abriendo en grande aquí mientras Shizuka solo exhalaba aire caliente y vapor de su boca ante el mar de sensaciones orgasmicas que le producían.

Déjeme ir… se lo ruego, sensei ―decía consumida en absoluto miedo, su voz temblaba en lagrimas que no se dejaban ver gracias a la venda sobre sus ojos.

Dije ―llevo su mano detrás de la cabeza empinada de la rubia, tal vez podía olerlo, tal vez no. pero Koiichi estaba desnudo frente a ella y su hombría endurecida a poco o nada de la cara de Shizuka, primero iba a educarla a aprender a llamarlo como se debe―. Que vas a empezar a llamarme: ¡Shido-sama!

Con toda brutalidad, hizo a la inocente enfermera tragar toda su hombría de un solo movimiento audaz teniéndola sometida. Tan solo la mitad de su pene entro en la boca de Shizuka, el sonido que se escucho de su boca al atragantarse con el destacable pedazo de carne de Koiichi rozo en su garganta y la hizo sentir asfixiarse.

¡Glup! ―fue el primer sonido que hizo la boca de la rubia bimbo en su fatal entrenamiento. Sin perder ningún segundo, sin mostrar piedad alguna. Shido empujaba su polla en la boca de Marikawa con toda furia―. ¡Glup, glup, glup!

Ese pervertido sonido se escuchaba con cada empuje que recibía, su saliva produciéndose en masa, los fluidos del aparato de Koiichi se mezclaban dentro de sus cavidades bocales de la rubia; eran tanto lo que se producía de este fluido que la boca de Shizuka se escurrían a cuenta gotas muy gruesas, los líquidos mezclados de ambos.

Se hacia más fácil para Shido empujar su pene dentro de Marikawa, su miembro se adentraba mas y más en su garganta. Quería gritar, quería rogarle que se detuviera, pero fue notándolo, la cosa de Koiichi se estaba poniendo ensanchada, eso significaba una cosa.

Tu boca es muy buena Shizuka-chan ―exclamo Shido, embistiendo su miembro con mas velocidad sin dejarla respirar―, tu lengua acaricia muy bien mi pene… ¡vas a hacer que yo!

El grito que vino a salir de la boca de Koiichi, ese gemido masculino cuando liberaba toda su esperma en la boca y garganta de la inocente enfermera era desquiciado. En contrario, Shizuka apenas si hizo escuchar su voz en dolor y tortura que sufría, recibir esa descargar de inmundo semen del profesor al que había echo nada más que pasar de alto en el colegio, su esperma la hacia sentir ahogada, su hombría insertada hasta su garganta le impedía respirar sumado a esto.

Eso estuvo bien, para ser el comienzo ―dijo Shido, cuando le quito su polla de la boca y la rubia pudo respirar lo primero que hizo fue vomitar toda esa cantidad excesiva de semen que hasta por la nariz sentía que se le estaba escurriendo.

¡Puafff! ―sonó el repulsivo vomito que expulso Shizuka de todo ese esperma de Koiichi. Una mezcla de semen y bellos púbicos de este tipo cayó a sus pies de ambos.

Mira como has ensuciado mi piso, Shizuka-chan ―alejo sus pies a pesar de no haberle caído ni una sola gota de lo suyo a él―. Supongo que debo ser mas rudo contigo.

Sadismo: un acto de perversión sexual que quien lo comete provoca su propia excitación cometiendo actos de crueldad contra otra persona. En el caso de Shido, no solo le causaba gran excitación el cuerpo de infarto de la enfermera Shizuka, pero lo que realmente lo tenia excitado era el fin de sus actos sobre ella.

Quito el juguete de plástico que inserto en el culo a Marikawa, solo para poner su pene aquí y desquiciada mente frotarse dentro de la rubia con toda libertad, sin medirse. Los ruegos en gritos de la rubia se estaban mezclando en las paredes del pequeño departamento

¡Eso es, mueve más el culo querida. Que mi polla tiene mucho mas semen para llenarte toda! ―decía, a pesar de ser él quien empujaba su aparato con demencia, desgarrando las paredes inexpertas de Marikawa en este sitio suyo reservado.

Los gemidos de dolor que la rubia emitía se iban mezclando con otro tipo de gemidos y es que su cuerpo por reacción debida al intercambio de hormonas que se producían con el intercambio de fluidos del que Shido la tenia rehén.

Mi culo… mi culo esta ardiendo ―llegaba a decir Shizuka, a pesar de que su mente comenzaba a dar de vueltas, no le daría ningún respiro―. Shido-sensei… su pene esta lastimando mucho el interior de mi colita.

¿Shido-sensei? ¡Es Shido-sama, como vas a empezar a llamarme ahora!―exclamo sin parar de usar a Marikawa. Tomo entonces una paleta de madera, como si fuera una espátula y con ella en mano, azoto el trasero de la rubia sin toque de compasión―. ¡Vamos, dilo como debe ser!

¡Haaa! ―soltó un grito mas de dolor que placer inerte, Shizuka―. Pare… Pare por favor Shido-sama… mi culo esta siendo desgarrado por su brutal pene.

Una respuesta que complació los oídos del profesor maquiavelico, aun así siguió golpeando el enorme y esponjo culo de la rubia, un rato más.

Ya casi, ya casi Shizuka-chan ya estoy por…. ¡Argghh! ―gimió cual bestia salvaje después de cometer coito.

Una brutal y profunda descarga de semen ardiente se disperso en el interior de Shizuka, inundando hasta llegar al intestino, el culo de la enfermera. Una llenada que recibió con disgusto, aun con la venda en sus ojos, pero mirando la reacción de su vagina y el repentino abrazo de su culo a la polla de Shidio, lo cual le hizo reproducir un orgasmo doble mientras rellenaba a la enfermera de la academia.

El cuerpo de Shizuka reacciono de manera automática y de su vagina pronto expulso una fuerte chorreada, una tan fuerte que hizo que de la presión que ejerció, mando a volar fuera de su cuerpo el segundo juguete sexual que Koiichi le puso aquí.

Ouh… eso estuvo bueno ―exclamo en un principio, sus músculos en sus piernas estaban tensos, pero era los de Shizuka las piernas las que no aguantaban más, sus muslos temblaban y sus caderas se sacudían, como si un micro sismo sacudiera solamente su cuerpo. Bajo la mirada Shido luego de su propio orgasmo y con su polla metida todavía en el recto de la rubia, miro con arrogancia el dildo caído al suelo, con mas manchas del orgasmo expulsado por la vagina de Shizuka, era lo que notaba en el piso―. Que esto, Shizuka-chan. Lo estás disfrutando.~

Bajo su mano Koiichi y acaricio los labios vaginales de la rubia con las yemas de los dedos de su mano. El cuerpo de Shizuka se erizo de placer cuando sintió el toque de Shido.

No… es mi cuerpo que reacciona… que reacciona al pene de Shido… Shido-sama ―logró decir con grandes dificultades, Marikawa. Sintió como sacaba su aparato de su culo, solo para sentir el roce de la cosa dura (aún), de Shido bajo su vagina.

Así que tu cuerpo disfruta mucho de mi pene ―respondió entendiendo lo que quería entender.

¿Que más va a hacerme? ―pregunto con mas temor que el de antes, el frote de su pene bajo su coño se volvió mas intenso. Pero paso, lo que tenia que pasar―. ¡uummm!

Un gemido muy desgarrado se vino a escuchar de la voz de la enfermera de la academia, Shido le metió la polla por la vagina sin darle una advertencia debida.

Ya moldee tu culo, es hora de moldear tu vagina, Shizuka-chan.~

Con la misma brutalidad vino a insertar su polla dentro de la rubia. Koiichi frotaba su polla peor que un animal salvaje en celo, era una bestia que solo quería cogerse a la mujer indicada en turno.

Shido-sama… Shido-sama… ―intentaba rogarle una vez más para que se detuviera, sin embargo su mente no podía procesar adecuadamente como formar la oración que llevaba rato repitiendo, por mas veces que quisiera.

El culo de la enfermera estaba marcado en rojo y no solo por la paleta que Shido estuvo usando contra su suave carne que tiene aquí, sino estaba marcada por los incesantes golpes de la pelvis de Koiichi contra su trasero. Los pezones de sus pechos estaban estirados y parecía que iba a botar leche en algún momento. De su boca solo salían palabras sin buena articulación mezclado con gemidos, la venda sobre sus ojos se resbalo y podía verse su mirada perdida ante el brutal metodo de adiestramiento al que la sometía Shido.

¡Aquí Shizuka-chan! ―la tomo de la venda caída de sus ojos y quedando cerca de su boca, para jalar y hacer que quedara como mordaza entre los dientes de la rubia mientras él se dejaba llevar por el placer―. ¡Aquí va mi primera llenada en tu vagina!

Un disparo de semen cuyo sonido similar a una crema aplastada por un carro vino a hacerse sonar en la habitación especial del profesor. La punta de su polla pujaba contra su útero de Shizuka. Su esperma inundaba su matriz y aun así llegaba escurrirse de su vagina.

Se… se termino ―llego a decir, Shizuka cuando su mente agitada por el sexo y dolida por los incesantes movimientos, pudo formular aunque sea una pequeña oración.

¿De que hablas, Shizuka-chan? ―la jalo ahora de su cabello, levantando su mentón para que sus ojos lo miraran―. Todo esto solo fue el calentamiento.~

Una vez tras otra, folló le robo lo inocente a la dulce enfermera de Fujimi, viniéndose una y otra vez sin darle descanso. En su vagina, su culo, su boca. Sin dejar de lado ignorado, sus pechos. Los cuales Koiichi dijo: eran mas suaves de lo que pudo imaginar antes.

Un total de treinta veces se descargo Shido en los agujeros de Shizuka hasta llevarla al borde del colapso, sin embargo al final si termino colapsando, la desamarro al final de todo este tormento y la rubia directamente vino a caer al piso. De su vagina y ano se le escurría todo el semen que Koiichi eyaculo, así mismo dejo de su boca escapo dejandose ver de mejor forma cuando lo unico que pudo hacer la enfermera fue darse la vuelta en el piso y quedar boca arriba. Dejando ver su cuerpo, con manchas de semen y restos por todo sus senos y parte de su estomago.

Parece que fui muy rudo para ti, Shizuka-chan ―Koiichi seguía de pie a lado suyo―. Pero no te preocupes, aun queda mucho por entrenarte para ser mi esclava sexual perfecta.

De esta forma, fue como Shido violo a Shizuka con brutalidad deshumanizada, pero no quedaría como un suceso de una sola vez, él se lo dijo, tenia planes para ella y no iba a desperdiciarla. Para Shizuka, todo lo que Koiichi quedo olvidado y como no seria así tras quedar en shock en el suelo vomitando semen de este tipo por todos sus agujeros; pero para ella solo eran recuerdos quedados en lagunas mentales.

Esas lagunas se volvieron parte del mar de recuerdos suyos al día siguiente, caminando en los pasillos de la academia actuando como la misma enfermera inocente que regalaba una sonrisa a todo estudiante que pasaba por allí. Vino a toparse con el monstruo que la violo.

Hola, Shizuka-chan~ ―saludo de tal forma que todos los recuerdos del sufrimiento sexual que le sometió Koiichi, regresaran con toda claridad a su banco de memorias de Shizuka. Y es que solo entró a la enfermería cuando la rubia estaba en un momento de paz, negando lo sucedido, como si hubiera sido solamente una pesadilla.

¡¿Shido-sensei?! ―entro en estado de alerta la bimbo enfermera, de inmediato se puso de pie y a dar pasos para atrás, notándose el terror en sus ojos―. ¿Que esta haciendo aquí?

Vine para continuar tu entrenamiento, Shizuka-chan ―la acorralo contra la pared y su mano quedo en la pared muy cerca de la cara de la rubia, cerrando todo intento de ella por escapar.

¡Por favor, Shido-sensei. Alejese de mi, hombre cruel! ―no podía huir, solamente suplicar que le dejará irse mientras lo maldecía. Además de cerrar los ojos y mirar para otro lado. Pero esas palabras no iban a detener a Koiichi para nada.

No querrás que este video se filtre por la red, verdad ―levanto su celular ante la mirada de Marikawa cuando escucho su voz viniendo del dispositivo.

Había filmado todo lo que le hizo a la rubia cuando la tuvo cautiva en su calabozo sexual, un video tomado de frente a su cara cuando Shido azotaba su pelvis contra su trasero y la banda que le dio cubrir los ojos se deslizo ha su cuello. Su cuerpo y su rostro captados en primera plana puso alerta a la rubia, Shido no se veía en el clip. Solamente ella mientras su cuerpo cedía a los orgasmos.

Cuando se enteren de que la dulce enfermera Marikawa Shizuka de nuestra prestigiada escuela no es mas que una cerda que le gusta tener sexo, será tu final querida. Él unico lugar donde podrás trabajar es en una esquina ofreciendo tu cuerpo ―bajo entonces su dispositivo Shido y lo guardo de la mirada de Shizuka―, a menos claro que estés dispuesta a convertirte en mi juguete.~

Cuando dijo: juguete. Su mano había acariciado la mejilla derecha de la enfermera, bajando sus dedos tocando su cuerpo hasta su busto, donde por encima de su ropa apretó su pezón y estiro de él. No necesito escuchar respuesta de la asustada rubia para saber que no podía oponerse a sus demandas.

Sometió su cuerpo y después de ello, la convirtió en su juguete sexual. Abuso de Shizuka en distintas ocasiones, la obligo a cumplir con sus fantasías, contra su voluntad y hacer todo lo que él le exigía hacer. Shizuka no lo entendía, pero el adiestramiento especial del profesor Shido Koiichi seria de largo plazo.

Shido-sama, lo vamos a hacer en un salón de clases ―exclamo asustada cuando el hombre se saboreaba sus pechos tras desabotonar la blusa de que trajo. La tenia contra el pupitre de un alumno en esa aula vacía. Ella preocupada con la mirada sobre la puerta por si alguien entraba y él con la cabeza en los pechos de la rubia.

Los estudiantes de esta clase están en el campus durante las clases de deportes ―dijo Shido, sacando su cabeza de entre los pechos de la rubia―, tenemos una hora antes de que ellos vuelvan, así que date prisa y hazme venir mucho, Shizuka-chan.

No solo en aulas del mismo colegio sino también en otras áreas de la institución. Como el baño de hombres, donde la obligo a desnudarse en horas después de clases y el pequeño espacio libre entre orinales e inodoros, empujaba su polla entre los senos de la rubia.

Hacerlo aquí es peligroso, Shido-sama… alguien podría vernos ―decía Shizuka mientras sus manos estaban haciendo que sus pechos apretaran la polla de Shido cuando él estaba parado frente a ella, que estaba de rodillas desnuda.

Entonces debes darte prisa y hacerme venir antes de que alguien venga, Shizuka-chan ―dijo y la obedeció. La rubia comenzó a frotar sus pechos con mas intensidad mientras se impregnaban en los fluidos masculinos de Koiichi.

Además del baño, incluso en su misma ala medica de la escuela. Violaba a Shizuka.

Shido-sama… Shido-sama ―gritaba Marikawa cuando su vagina convulsionaba ante el nivel desquiciante de la polla de su opresor castigandola cada día.

¡Aquí va mi llenada, Shizuka-chan!

No solo eran los lugares, sino la ropa que la hacia usar. Para eso, la llevaba a su calabozo de nuevo. Vestida de conejo playboy, sirvienta, un uniforme de enfermera mas sexual. Uniforme de porrista muy corto o ropas deportivas escolares la obligaba a ponerse y tener sexo con él en todas las posiciones que Shido quisiera experimentar. Sin usar preservativos o ponerselos.

Shido-sama, empuje mas su pene… estoy por venirme… ¡Haaa! ―gritaba de orgasmo al final de cada tortura, siendo su mente despedazada cada vez más.

Así fue durante cuatro meses continuos, raramente Shido dejaba desperdiciado un día en su entrenamiento. Pero entonces de la nada, dejo de ir por Shizuka.

Ella esperaba que Shido apareciera por la puerta de su aula medica en la academia a cierta hora después de clases, primero fue tensión y miedo, una combinación que le quitaba el apetito por el almuerzo. Pero este día sería distinto, los minutos seguían corriendo y mas tarde que pronto vino a entenderlo, Shido no iba a venir.

Ya son mas de las cuatro ―dijo Shizuka mirando la hora en el reloj de su celular―. Parece que Shido-sensei… Shido-sama, no vendrá.

Debió parecer algo bueno, es lo que pensó la rubia enfermera en un principio. Dejo su enfermería a hurtadillas silenciosas hasta salir del colegio, precavida de no toparse con él luego de creer que por un día luego de tortuosos ciento veinte días, la dejaba descansar. Sin embargo los siguientes días vinieron así.

Shido dejo de torturar a Shizuka y esto en vez de alegrar a la rubia, la hacia sentir ansiedad. Ya no venía para llevarse a la rubia y usarla para satisfacer sus necesidades, luego de tanto suplicarle por que la dejara en paz, ahora Marikawa suplicaba internanmente lo contrario sin comprenderse.

Durmiendo en la una misma cama con su mejor amiga Rika, ella conciliaba el sueño durmiendo con una corta camisa ajustada y unos pantaloncillos muy cortos. Shizuka dormía con una pijama de gusto fino sin poder encontrar paz en la almohada bajo su cabeza. Su morena amiga se estiraba mientras dormía pero la rubia sentía como su cuerpo y su mente ardían.

Ha pasado un mes desde que Shido-sensei dejo de torturarme ―pensaba Shizuka durmiendo de lado, con la cabeza a la derecha fuera de la cama mirando al resto de la habitación. Sus piernas las encogía mientras se frotaban discretamente―, debería estar contenta al respecto. Pero porque me siento así… así de vacía.

Deslizo su mano con sutiliza bajo la sabana como por debajo de su pijama, deslizándose hasta su vagina y mientras estaba durmiendo de lado, comenzó a tocarse sin dejar de permanecer discreta con Rika en la misma cama.

Unos días mas tarde, su mente inconscientemente deseaba reencontrarse con Shido aunque intentaba su mente gritar que todo había terminado como empezó. Inesperadamente. Pero cuando recorría los pasillos de la academia regalando sonrisas a los estudiantes, lo vio de nuevo luego de tiempo contado.

Shido-sa… ―apareció en su camino, la mirada soberbia del hombre que lo ha torturado cayó como rayó ante sus ojos.

No sabia que fueras tan bueno controlando a los estudiantes, Shido-san ―Shizuka no la noto, pero junto a él venia otra de las profesoras que era un sueño de otros tantos estudiantes después de Marikawa.

Tengo un don único para las enseñanzas, Hayashi-sensei, puedo enseñarle muchas cosas a usted si quiere.

Koiichi paso junto a Shizuka y la ignoró, tenia su interés puesto sobre la pelirroja profesora de unos siete años mas madura que Marikawa. Ese acto de ignorarla marco a Shizuka, como si una daga en su vagina fuera clavada, no en su corazón, sino en su aparato reproductivo fuese clavado lo sintió.

Con altas ansias de sentir su vagina satisfecha, el deseo de ser tratada una vez más como un simple objeto, siguió con gran sigilo a Shido que iba junto a Hayashi por un rumbo distinto a la sala de maestros, a diferencia de con ella, Koiichi se mostraba mas agradable a pesar de aun tener esa mirada aterradora suya. Los vio entrar en el almacén deportivo, así que espió lo que ocurría dentro, esperando que no fuese Hayashi la siguiente esclava de Shido vino a llevarse una gran sorpresa.

¿Shido-sama? ―sintió su vagina quebrarse así como si se tratase de su corazón el cual se sintiese partido en pequeños e insignificantes pedacitos. O tal vez así era.

Dentro, ocurría lo siguiente:

¡Ohh, Shido~ que bien lo haces! ―Kyoko Hayashi estaba fornicando con Koiichi en el almacén deportivo como amantes reunidos a espaldas del esposo de Hayashi, el cual no tenia.

Contra la pared, con la falda de su conjunto recortada para que la polla de Shido se frotase en su interior con mas comodidad, se moría de orgasmos Hayashi mientras la boca del terrorífico profesor se comía su cuello. Los brazos de la pelirroja profesora de química se envolvían en la espalda de Koiichi sintiendo cada salvaje empuje del hombre, disfrutando de los orgasmos que su cuerpo liberaba.

Tu vagina sigue apretando mi pene de la misma forma que la ultima vez ―comento Shido empujando constante su hombría.

Cierra la boca y besame ―exclamo Hayashi, colando sus manos en la nuca del profesor con emoción antes de cumplir y besarlo tan profundamente como su aparato le golpeaba con toda intensidad, terminando en un lascivo beso de lenguas que Shizuka veía, su respiración se volvió pesada, la sensación en su vagina se hizo mas intensa, al punto de desesperarse por sentir lo mismo que Kyoko-sensei―. Eres un desgraciado… si no tuvieras tan genial polla no te haría caso, ahora hazme enloquecer hasta venirme.

No pudo ver más, así que huyó antes de alguien mas la viera y sospechara de lo que adentro ocurría. ¿Que estaba pasando? Era la cuestión que Shizuka se hizo luego de verlos, una respuesta que le causaba tanto calor que ni el agua de la ducha que tomo al llegar apagaba. Bajo el agua de regadera, ella se masturbaba esperando conseguir la satisfacción. Pero cuando creía que alcanzaba el orgasmo deseado, un golpe de verdad la sacudió. Sus dedos no eran ni siquiera suficientes para calmar el ardor en su vagina.

Este era el resultado de la nueva enseñanza que Shido impartía, dependencia sexual de él.

Así que vienes hasta mi, arrastrándote ―dijo Koiichi. Ahora como el nuevo profesor asignado para dirigir la sala de orientación estudiantil. Él sentado a su escritorio, ella de pie frente a la mesa con la mirada baja y su cuerpo agitado en la abstinencia forzada que estuvo―. Se que es lo que quieres, si así dilo como se debe.

La desesperada mirada mezclada en una depresiva mirada se notaba en Shizuka. Sin otra forma pensada de satisfacer su vació, con las manos temblorosas, la rubia vino a desabrocharse su blusa y quitarse también la bata médica que usaba, la falda. Tacones y toda ropa interior que tuviese puesto.

Desnuda completamente, se puso de rodillas con la cara al piso donde sus pechos presionados contra el piso vinieron a resaltar ante la grasa que tenia en ellos.

¡Yo Marikawa Shizuka, de ahora en adelante seré la esclava sexual de Shido-sama! ―ese seria su juramento―. ¡Por favor, dejeme tener su pene. Haré cualquier espéctaculo lascivo que quiera solo dejeme sentir su pene una vez más!

Koiichi rió al oír eso y debajo de su escritorio vino a salir la profesora Hayashi Kyoko. Desnuda también vino a levantarse con la cara cubierta de semen e incluso sus anteojos estaban manchados, al igual que su escote. Pero a diferencia de Shizuka ella se notaba a gusto siendo la amiga sexual de Koiichi.

Salió y tomo sus ropas dejadas a un lado en el sofá de los alumnos donde cómodamente podían estar para hablar con el profesor en turno. Cuando Shizuka la vio pasar junto a ella (tras ponerse de pie), una ira vino a despertar en su ser. Cosa que Hayashi noto.

Descuida querida, solo lo calenté para ti ―dijo antes de salir desnuda con la ropa en manos, que bueno que el baño estaba a un lado de la sala de consejo.

Shido, solamente se arrimo en su silla para hacer espacio y dejar una vista mas clara de lo que debía hacer para empezar. Su pene estaba erecto hasta lo mas poder y con el olor de su semen liberándose en la sala. Evidentemente no solo tuvo sexo oral con Hayashi.

Vamos, que esperas Shizuka-chan. Sabes bien que esto es lo por lo que has estado tan desesperada ―comento Shido―, hazme sentir bien.

Obediente, se puso rodillas y a pesar de sentirse miserable por ceder a sus demandas, desde el primer toque de sus labios la vagina de Shizuka comenzó a llorar de alegría y es que aun no eran sus labios los que besaban la polla de Shido.

¡Oh si! ―sintió un orgasmo, Shido―. Veo que el entrenamiento dio frutos. De ahora en adelante harás todo lo que te diga sin rechinar, quedo claro Shizuka-chan.~

Si, Shido-sama~ ―respondió la punta de su polla estaba en su boca siendo acariciada por su lengua por fuera de sus labios mientras sus pechos los tenia abrazando el resto de su pene deseando exprimir hasta la ultima gota―. Por favor dele mucho placer a su esclava Shizuka, Shido-sama.~

Fue así como Shizuka cedió ante el poder de Shido, fue así como el tierno ángel de Fujimi vino a convertirse en solamente un objeto de placer de las manos de Koiichi. Este hombre más desgraciado de lo que aparenta y lo que es realmente.





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