―Issei, Grayfia-onesama soy yo Rias ―era la voz de la esposa del castaño la que se escuchaba al otro lado de la puerta.
¡Rias! ¿Que hace Rias aquí? Ambos se cuestionaron la inesperada presencia de la carmesí aquí. Parecía ser su final, podían quedarse allí y dejarla entrar, descubrir la infidelidad que ha ambos han estado ocultado durante todos estos años. ¿O podrían ocultarla de ella? Pero por cuánto tiempo más.
―¡Rias! ¿Que estás haciendo aquí? ―pregunto su esposo cuando la recibió. Se había puesto un pantaloncillo y una camisa blanca veraniega, muy rápido antes de que su esposa entrará. Dando tiempo a Grayfia de prepararse.
―Lo sé no es una sorpresa ―estaba contenta de poder venir hasta aquí para estar con él, poniendo los pies dentro de la habitación―. El director logro conseguir un reemplazo para mí y mis padres consiguieron el ultimo boleto de avión que venia para acá
Luego de la pequeña historia, no pudo contener su alegría mas tiempo. Saltó a brazos de su esposo, por poco y lo tiraba contra el suelo.
»¡No sabes cuánto me alegra haber venido, Issei!
―A mi... A mí también me alegra mucho, amor ―dijo con nervios en la boca. Que afortunado que ella no podía ver su rostro dudoso. Tampoco le pregunto por esta forma de responder.
Le palpitaba el corazón con gran preocupación al castaño, no por los grandes y suaves pechos de su esposa estuvieran contra su cara. Sino por el terror de casi ser descubiertos, Grayfia se escabullo hacía el baño para ducharse y crear un mentira perfecta para Rias. Para cuando ella salió se mostró poco asombro en la llegada de la carmesí, ocultando perfectamente el impacto de miedo que les genero antes.
―¿Porque la habitación huele así? ―Rias sintió un olor raro en la habitación que no identificaba―. Huele como a marisco la habitación.
―Oh, te lo perdiste Rias. Como volvíamos de una caminata, Grayfia y yo teníamos hambre así que pedimos algo de marisco de servicio a la habitación. Por eso huele raro ―dijo, frotándose la cabeza. Un señal desapercibida de estar mintiendo.
―¿En serio? Debió estar delicioso. Deben estar divirtiéndose mucho estos dos días ―dijo creyendo la historia de su esposo―. Ya que he venido, yo también quiero ser parte de la diversión.
Con Grayfia a su lado, sonrieron ante el comentario de Rias. Sin embargo, bajo esas sonrisas falsas había tensión y ansiedad. Ambos amantes dejaron su pasión en el punto más alto, sus cuerpos ardían por continuar y llegar al máximo del clímax, pero con ella presente, reprimir esos deseos sería muy complicado. Sus cuerpos no podrían esperar y apagar la llama no sería fácil.
Dos días pasaron con la carmesí entre los dos, ese ardor que consumía, lo sentía mas intenso cada vez mas que Issei no iba a poder más tranquilizar el impulso de tener sexo con Grayfia. Pues verla con distintos bikinis que se compró solo era leña para el fuego entre sus piernas. Si no era ella, ver también a Rias usando distintos bikinis que resaltaban su atractivo cuerpo. Sin embargo a la que más deseaba estar encima era a Grayfia que a su bella esposa.
Hasta que a la cuarta noche, la voluntad humana de Issei termino y sin importar que su esposa estuviera allí, quería terminar lo que no pudo terminar antes con Grayfia.
Durmiendo en el sofá del cuarto de hotel, con Rias y Grayfia durmiendo en la cama, juntas. Espero a un poco más de media noche para tomar la arriesgada decisión de satisfacer sus necesidades de apareamiento, sin importar que su esposa estuviese durmiendo en la misma cama que su amante peli gris, excitándose por la situación de ser descubiertos por su esposa.
Despojándose de su ropa, Issei camino lenta y silenciosamente hacia la cama del lado que Grayfia dormía cubierta por la sabana dado el clima frio que habían activado para dormir.
―¿Estas dormida? ―susurró Issei al oído de su querida mujer, la habitación estaba demasiado oscura y la luz de la noche estaba ausente. Cuando le hablo, un movimiento discreto bajo la sabana hizo para él y entendió que debía comprender sus intensiones―. No puedo aguantar mas... quiero terminar lo que empezamos, antes de que llegará.
»Todo esto es tu culpa, Grayfia ―Ise movió ligeramente la sabana para descubrir el trasero que estaba protegido por una braga de bikini―, es tu culpa de que halla vuelto adicto a tu cuerpo Grayfia
Los dedos de su mano se metieron debajo de su bragas, tocando calientemente su vagina hasta entrar en sus labios y jugar un poco en su interior hasta sentirlo húmedo. Su otra mano la paso encima de la boca de la peligris para tapar su voz.
»Estas tan excitada como yo lo estoy por ti ―dijo emocionado por tener sexo con la peli gris de forma riesgosa. Su endurecido miembro se acerco a su mojado coño para comenzar a frotarse, humedeciéndose hasta que la punta se abrió camino entre los labios de su vagina―. Hagámoslo Grayfia. Seamos silenciosos, no querremos despertar a Rias ¿verdad?
Tapando la boca de la dormida mujer, se acomodo encima de ella con la sabana entre el cuerpo de ambos Issei comenzó a moverse despacio montando a su amante. A pesar de tener su mano sobre sus labios para que no hiciese ruido, ella estaba soltando gemidos.
»Lo se, mi amor... esto también me excita a mi~ ―decía Issei corrompido por la lujuria―. Si no hubiese venido Rias... te dejaría deleitarme con tus dulces gemidos, Grayfia. No sabes cuanto amo escuchar tu voz.~
Comenzó a besar y chupar el cuello de la supuesta dormida, su otra mano libre se metió debajo de la sabana para tomar los senos excitados de su mujer, jugando con ellos bajo la ropa de cama. Su retención era tanta que no podía contener mas tiempo la explosión que liberaría su pene. Solo dos días sin tener a Grayfia y ya estaba tan desesperado por tenerla en sus manos como ahora.
―No puedo... no puedo mas... ¡Grayfia, me voy... a correr! ―la forma de sus embestidas se volvieron mas agresivas y su velocidad iba aumentando, el colchón comenzaba sonar leve, pero lo suficiente para despertar a quien mas dormía en esa cama.
―¡Mmmm!~ ―ambos soltaron un fuerte gemido ahogado de placer. Issei mordió la espalda de quien montaba para ahogar sus grito victorioso al derramar una enorme cantidad de su semen dentro del útero de su amante, cantidad que sentía derretirla a ella quien gimió al sentir como la leche de su amado se disparaba en su interior.
―Se sintió bien... como te adoro, Grayfia ―de nuevo Ise volvía a susurrar al oído de la mujer, para besarla y hacer que sus lenguas bailaran cuales serpientes agresivas―. Es tonto decir esto, pero... te amo, Grayfia.
―Grayfia... ¿amas a Grayfia? ―una voz, con lagrimas aturdió a Issei. Llevándose la peor sorpresa que pudo imaginar. Muy tarde, se dio cuenta que a quien había follado era Rias, cometiendo el fatal error de nombrar a su amante cuando la tomo por sorpresa.
―¡Rias! ―lo peor de morir ahorcado, es hacer la misma cuerda tu mismo.
―¿Que pasa? ―Grayfia despertó luego de escuchar que levantaban la voz, luego de quitar las lagañas de sus ojos vio con sorpresa y temor la escena―. ¡Issei, Rias!
La luz del cuarto fue encendida, pudiendo ver el rostro con lagrimas de Rias, quien se tapaba con la sabana luego de ser forzada por Issei, quien la confundió con su amante Grayfia. La escucharon repetir las palabras del castaño: Te amo, Grayfia. Pero la cortada voz llena de lagrimas fue un duro golpe para ambos.
―Rias... puedo explicarlo ―quiso acercarse pero su esposa retrocedió atemorizada de Issei. Ver esto, rompía el corazón del castaño.
―¡Mas vale que lo hagas! ―grito con lagrimas en sus ojos, la ira se veía en sus ojos―. ¡¿Que significa esto Issei?!
Confrontándolos dentro de esa cama, su mirada llena de enojo comenzó a sacar la verdad que le habían escondido por mucho tiempo, lo que escucho fue lo peor que Rias pudo imaginarse. Ambos contaron todo, desde el primer momento hasta lo que ocurría cuando ella llego hace dos días.
»¿Que? ―Rias quedo impactada con lo que salió de la boca de su esposo y de quien considero su hermana, comenzaron a brotar las lagrimas―. ¡¿Me has sido infiel todo este tiempo, Issei?!... ¿porque?... ¿Cómo pudieron?...
Se desbordaba el llanto en Rias.
―Rias en verdad, no quería hacerte daño ―exclamo el castaño, una vez mas él quiso acercarse a su esposa, pero se alejo horrorizada de él.
―¡¿Como esperas que me sienta?! ―no quería nada de Issei ahora―. ¡Esto me duele, Issei. Me quema... me lastima! Todo este tiempo, han habido personas que han querido meterse conmigo Issei y yo los ignore porque yo te soy fiel, porque pensé que nunca me traicionarías... creí que me amabas.
Bajo la mirada, no merecía verla a la cara.
―Grayfia, te considere siempre como una hermana mayor, confiaba en ti y así me lo demuestras, robándome a mi esposo ―decía llena de decepción, de traición―. Que les hice para que me pagaran así.
Mas ninguno le miraba, claramente veía la culpa en ellos.
―Nada... ―contesto Issei, sin espíritu. Solo culpa.
―Desde cuando... ―solo así levantaron la vista―... ¿Desde cuando me han echo esto?
―Ocho años ―contesto Grayfia sin dudar. No mostraba vergüenza.
―¿Que? ―hizo cálculos y Rias se dio cuenta de dos cosas―. Me han hecho esto desde antes de que nos casáramos... Issei, tenemos un hijo... como vas a verlo a los ojos. Grayfia, tu tienes tres sabes como se pondrá mi hermano cuando se entere que las engañado ¡Podrá creer que Alisa y Lydia no son sus hijas!
―No lo son en realidad ―exclamo Grayfia determinada, de nuevo dudo Rias y temor creció en su corazón―. Ya que, debes saberlo pero Alisa y Lydia, nacieron del amor que hay entre Issei y yo ―frente a Rias abrazo al castaño para así besarlo, como si fuera suyo.
Verlos darse ese largo beso apasionado termino de triturar su corazón hecho pedazos.
―No puedo... ―su mente parecía quebrarse ahora―. No puedo seguir mirándolos.
Se dio la vuelta, y como estaba vestida con ese bikini, se encontraba dispuesta a abandonar la habitación. Pero Issei no quería perderla.
―Rias, por favor espera ―llego a poner su mano en el hombro de la carmesí, solo para recibir una fuerte bofetada de su esposa en la cara.
¡SLAP!
Sonó la bofetada en toda la habitación. Incluso Grayfia que boquiabierta cuando el rostro de Issei giro por el golpe.
―Te odio, Hyoudou Issei ―fue lo ultimo que salió de la boca de su esposa antes de verla una ultima vez.
Azoto la puerta, e Issei fue ahora quien quería llorar por sus actos. Aun cuando su amada maid se acerco para consolarlo, no quería dejar y perder a Rias.
―¿Estas bien? ―pregunto la pelo plateada por su amado, la rechazo entonces.
―Perdona Grayfia, pero amo Rias ―la alejo con delicadeza, para salir detrás de su esposa. Grayfia no lo siguió, sabia que no podría detenerlo, aun así; le dolía ver que iba tras Rias y no se quedaba por ella ¿porque?
Desde la madruga a través de todo el hotel y por la región de todo lo que rodeaba al sitio turístico, busco a Rias pero no la hallo. Paso por el amanecer y seguía buscándola como perro que desea volver con su amo. Bajo el ardiente sol de verano tropical siguió, incluso cuando ese calor aumentó con la tarde; pero no se detuvo y siguió buscando a su esposa.
La encontró en esa playa tropical donde previos días atrás, él y Grayfia habían jugado a hacer el amor sin detenerse. Atravesando la maleza, casi saliendo de ella para pisar la arena. La vio allí caminando por arena, quería salir de entre los arboles y arbustos para pedirle perdón.
―Rias ―exclamo cansado, Issei se detuvo al ver mejor que detrás de Rias, un sujeto venia le coqueteando, llenándola de halagos mas de todo lo que él hizo en estos años. Se sintió impotente ante esta situación. Podía escucharles, ahora él quien sentía su corazón partirse en dos.
―Eres alguien muy divertido, lo admito ―Rias se reía de todas esas cosas lindas que le decía el desconocido. Se veía musculoso aunque algo insistente.
―Entonces que dices, ven a mi habitación y te mostraré otro tipo de diversión, preciosa ―escucho Issei claramente así como vio que este tipo tomaba de la cintura a su esposa cuando la tomo por detrás, mirando como él empezaba mover sus manos hacia sus pechos. Unos que solo se dejaba tocar por Issei, pero Rias fue astuta.
―Lo siento ―quito la mano del tipo por encima suyo―, suena divertido pero tengo esposo.
Esto dio un leve toque de alivio en Issei. Se preguntaba, que porque no le devolvía el favor y le era infiel. Ojo por ojo, así dicta la biblia.
―¿No dijiste que tu esposo te había engañado? Porque no le haces lo mismo, es lo justo ―puso de nuevo sus manos en los hombros de la carmesí, le hacia un masaje para hacerla mas cooperativa.
―No podría hacerle lo mismo, aun lo amo; así que por favor ya déjame en paz ―se quito de nuevo las manos de este tipo encima suyo.
Desde su escondite detrás de la piedra en la que fornico con Grayfia, Issei se sentía miserable y compadecido.
―Bueno, yo quería hacerlo por las buenas―el hombre fue por Rias, la tomo de los brazos y la retuvo.
―¿Que haces? ¡Suéltame! ―comenzaron a forcejear en ese lugar solitario―. Suéltame o comenzare a gritar.
―Grita todo lo que quieras, estarás gritando por mi verga en poco tiempo ―dijo, entre todo ese forcejeo le llego a quitar el sostén de su bikini a Rias, para tirarla contra la arena con rudeza. Viendo su pecho desnudo, uso su brazo derecho para cubrirse y si quería protegerse así, quedaba a manos de este sujeto.
―Para enserio ―solo podía ver como este tipo ya iba a quitarse su ropa para caerle encima―. No... ¡Issei!
Con toda la furia del mundo, surgió Issei ante el llamado de su esposa para ser un hombre.
―Oye idiota ―ojos rojos, brillantes e intimidantes fue lo que vio este tipo cuando miro al castaño―. ¡Te atreviste a tocar a mi esposa!
Una paliza casi brutal le dio a este pervertido. Huyo como cobarde luego de esa golpiza e Issei se quedo para cuidar de su esposa, mas que nada abrazarla, era lo que Rias necesitaba.
―Issei...
―Lo dices en serio ―exclamo, Issei sin soltar a su esposa, a medida que el sol se perdía entre las olas del mar―. Rias me amas a pesar de lo que te hice.
―...Si, lo dije enserio. Te amo Issei. Pero no es justo lo que me hiciste ―aun se sentía miserable, Rias.
―No merezco tu perdón -abrazo con mas fuerza a la carmesí, sintió como las lagrimas salían de su esposo―. pero tampoco quiero perderte... Rias, yo te amo igual.
―También dijiste que amabas a Grayfia ―le recordó.
―Amo su cuerpo, fue por eso que lo hacia con ella, pero solo fue lujuria lo que nos motivaba nada mas. Mi corazón es tuyo ―no era lo que Rias quería oír, pero se sentía satisfecha, su corazón se sentía completo de nuevo.
―Quieres que te perdone ―no era suficiente para Rias―. Hazme el amor. Aquí y ahora. Hace tiempo que no me lo haces, quiero tener a mi esposo solo para mi, no quiero que sea de nadie mas.
―¿Rias?
Ninguno la veía, pero la pelo gris, estaba entre la maleza por donde antes Issei vio a su esposa. Ahora Grayfia les veía, repleta de celos. Celos que no le dejaron ver lo que hicieron.
―Si quieres coger, que sea únicamente conmigo, no importa donde ni cuando, toma mi cuerpo las veces que quieras cada día porque mi corazón ya es tuyo, Issei. Eso te lo juro ―esto era muy dulce y lascivo para Issei, tenia que tomar una decisión, una decisión que no podía objetar.
―Te haré el amor, como nunca antes ―contesto determinado.
Rompiendo la distancia entre sus labios con un beso lleno de amor, dejaron caer sus cuerpos sobre la arena. Al poco tiempo después de entre tantos besos y caricias, comenzaron a jugar sucio sus cuerpos.
―Issei, se siente tan bien~ ―gemía, gracias a la lengua de su esposo acariciando las paredes internas de su vagina, hacia tiempo desde la ultima vez que lo hizo con el castaño que ya no recordaba bien lo que se sentía ser mujer.
―Tu vagina comienza a chorrear Rias... ―decía sin parar de mover su lengua ni de beberse sus jugos―. No había notado... lo bien que sabe.
―Mi amor, no voy a aguantar mas... mmmm~ ―ahogo su gemido que ahogo cuando se vino sobre el rostro y boca de su esposo―. Lo siento.
―Esta bien ―una actitud mas gentil, demostró tener el castaño.
Mientras Issei seguía acostado en la arena, Rias se sentó para montarlo, olvidando lo profundo y placentero que era sentir a su esposo dentro de su coño.
―Había olvidado lo placentero que se siente tenerte, Issei ―moviéndose despacio, volviendo a asimilar el tamaño del aparato de su esposo, no mucho después comenzó a moverse con mas velocidad.
―Rias~ ―exclamo, sintiendo diferente el coño de su esposa al de Grayfia, lo estaba disfrutando. Pero no pudo aguantar la necesidad de tener el control, así que la tomo de su cintura y la derribo sobre la arena, para tomar el control―. ¿Se siente bien? Rias.~
―Si... Extrañaba hacer esto contigo... Issei~ ―envolvió sus brazos y piernas en el cuerpo de su esposo, buscando que no la dejara, en distintos sentidos.
―Yo también... no recuerdo mejor ocasión que lo hicimos ―su pelvis se movía mas agresivamente, solo significaba algo.
―Lléname Issei... ¡Llena a tu esposa con tu semilla! -exclamo fuerte a segundos de sentir la leche caliente de su esposo llenando su útero―. Se sintió increíble Issei ―acariciaba la mejilla en la que le pego, pero mientras yacía sobre ella, noto que seguía excitado el castaño.
―Aun no termino ―la mirada firme que tenía.
―Debí imaginarlo, no es suficiente con una ronda, jamás fuiste así ―dijo Rias risueña de tener a su esposo de nuevo para ella.
Por bastante tiempo estuvieron en la arena, jugando con sus cuerpos hasta que el sol estaba a centímetros de perderse en la mar, mas de diez veces Rias permitió a su esposo correrse dentro, era demasiado intenso su esposo, para este mismo tiempo, Issei llegaba al máximo punto.
―Issei... esta pose es muy vergonzosa ―decía Rias acostada boca arriba sobre su esposo mientras le clavaba mas fuerte su pene hasta lo mas profundo―. Si alguien nos llega a ver.
―Verán como le hago el amor a mi mujer ―dijo tomando sus pechos y apretándolos con cariño complaciéndola grandemente―. Aquí voy Rias... ¡Mi ultima carga!
―Dámela... ¡Dame toda tu lujuria siempre! ―un fuerte sonido broto de la boca de Rias, dejando expresar a la lujuria dentro de ella, como el castaño dijo, no importaba que alguien los descubriera, dejarían ver cuanto se amaban.
Se quedaron allí un corto tiempo para recuperar la fuerza en sus cuerpos, para reconfortar el tiempo perdido.
»Debes terminar con grayfia, no esta bien que sigan con esa relación ―exclamo Rias colocándose sus prendas.
―Sera difícil ―decía en verdad, seria débil poder hacer esto por si mismo.
―Esto no puede seguir ―exclamo Rias―. Promete que terminarás con Grayfia.
Hizo la promesa, esperaba cumplirla. Ya de noche, volvieron a su cuarto de hotel donde la peli gris los esperaba con gran paciencia, alegrándose por ver que habían reconciliado y salvado su matrimonio, Rias e Issei. Sin embargo la platica que siguió entre los tres no la vio venir ni lo pensó en ningún escenario.
―¿Que me has dicho? ―no lo tomo a bien la Lucifage.
―Grayfia, termina tu relación con Issei ―dijo Rias confrontado a su cuñada.
―Oohh ¿Enserio? ―no le agrado para nada esto.
―Issei es mi esposo, yo soy la única que puede dar su amor. Por eso no me abandono por ti onee-sama ―decía Rias con la mano de Issei tomada por su mano―. No le diré nada de lo que me contaron a mi hermano ni a mis padres, pero tu e Issei terminaran su inmoral relación.
Issei se sentía mal por dejar a Grayfia luego de mucho. Pero era lo correcto, el tiempo mismo hablo. Sin embargo, la doncella de los Gremory no estaba dispuesta a perderlo.
―¡Tu no lo mereces! ―ninguno espero esta respuesta de ella, iría por el castaño y lo pondría de su lado por la fuerza y ridiculizaría a Rias―. Tu no mereces el amor de Issei ¿Sabes porque inicio nuestra aventura? Porque no mostraste persistencia con él, yo misma vi como fallaron en su primera vez, en vez de presionar lo dejaste ir. Sirzechs rara vez me toca, y cuando pensé que solo seria un encuentro momentáneo encontramos refugio en el cuerpo del otro.
―¡¿De que estas hablando?! ―exclamo y tomo al castaño para pegarlo a ella―. Issei es mi esposo, que importa si fallamos en nuestra primera vez, queríamos hacer las cosas con calma.
―No puedo dejar que te quedes con Issei, mocosa caprichosa ―volvió a tirar del castaño la maid―. Él ahora es mío.
―Es mi esposo ―volvió a jalar de él, pero mas agresividad.
―Yo puedo complacerla mejor ―exclamo, trayendo lo a su lado de nuevo―, puedo hacer sus fantasías.
―Yo dejare que me haga todo lo sucio que quiera, para satisfacerse ―Rias, contraataco―. Además, soy mas joven y tengo un mejor cuerpo, gracias a los genes de mi madre. Tengo los pechos mas grandes que lo tuyos Grayfia.
―No son muy diferentes a los míos y que si soy algunos años mas grande que Issei, mi cuerpo tiene mas experiencia gracias a él ―de nuevo, lo puso junto a ella.
―Oigan cálmense ―meterse en una pelea de mujeres, puede ser la peor opción.
―¡No te metas! ―gritaron y él estaba por abandonar la habitación para entrar a los puños.
―Solo digo que debe haber otra forma de arreglar esto ―exclamo intimidado.
Pero con eso le dio a la pelo gris tuvo una idea
―Claro, como no podremos solucionar esto por nosotras mismas, porque no dejamos que Issei decida quien le corresponde quedarse ―miraron a Issei con llamas en sus ojos, lo cual le preocupo―. la que haga correrse mas veces a Ise es la que le conviene, tendrá derecho absoluto a quedárselo.
―¿Derecho absoluto? ―exclamo molesta Rias.
―En otras palabras, quien logre sacarle la ultima gota de sus bolas se queda con Issei, pero eso será fácil para mi. desposare a Issei como debió ser, y nos llevaremos a nuestras hijas con nosotros ―abrazo cariñosamente al castaño, embarrando sus senos cubiertos de nuevo por ese bikini azul de la portada―. Seria lo mejor, no crees querido.
Se mostrada indeciso, todo esto le parecía muy pronto.
―Sigue soñando perra, eso no pasara. Es mi esposo y solo mío ―decía Rias abrazando de la misma forma―. Acepto tu desafió por el corazón y cuerpo de Issei.
―Bien, será desde esta hora hasta mañana a las seis de la tarde, que termina el tiempo de recepción del hotel ―ponía Grayfia el tiempo gracias al reloj del cuarto―, veamos si estas a nivel de nuestra pasión.
Acariciaba el empalme de Issei, se excito de solo pensar lo que iba a empezar.
―Claro que lo estaré, soy esposa de Issei y estoy dispuesta complacer todas sus fantasías por mas lascivas que sean ―Rias también tomo su empalme, peleando con la mano de Grayfia por tener el control del empalme de Issei.
No podía creer lo que estaría por vivir, si ya era un paraíso follar a una belleza de cabello plateado hace dos días, ahora que su esposa vino, tenia a una joven diosa de grandes atributos. Tener sexo con ambas seria el cielo. Lo único que no podía creer era que ellas lo ataron a la cama con las cuerdas masoquistas de Grayfia que oculto en su maleta durante el viaje. Increíble que pasara desapercibido por las aduanas.
―Oigan... amarrarme no creo que necesario ―pregunto dado la posición en la que estaba, ambas piernas abiertas dejando ver su empalme, y ver a Rias como a Grayfia desnudas a la espera por devorarlo con ganas.
―Te conocemos Ise, una vez que comencemos querrás tomar el control, pero no. Este duelo es para nosotras, seremos las que lleven el cuerpo de Issei al limite y decidiremos una vez por todas quien debe quedarse contigo, querido~ ―dijo Grayfia mirando como palpitaba ansioso el pene del castaño―. Ya veras cuanto le convengo a Ise, Rias.
Se adentro cuales gatitas a la cama, con su rostro muy cerca del empalme del castaño. Rias también se aproximo quedando lado a lado de Grayfia listas para comerse el miembro del castaño.
―Sobre mi cadáver ―comenzó el combate.
Ambas atacaron con sus bocas al duro miembro de Issei, sin embargo fue Grayfia la que domino muy pronto, tomando la punta del pene del castaño mientras que Rias devoraba lo largo de su polla hasta lograr tomar parte de la cabeza de la pija de su esposo.
―Dime Issei, se siente bien... adoras como mi boca ama tu polla~ ―decía mirando al castaño que no podía con la sensación de tener a dos bellezas chupando su pene. Los ojos de gatita sucia de Grayfia eran tan estimulantes, la cara orgásmica del castaño reflejaba cuanto lo gozaba.
―Grayfia... ―cuando escucho que la llamo por su nombre, Rias tomo para ella sola el pene de Issei, no iba perder a su esposo―. ¡Rias!
―Mira Ise... yo puedo devorar mas profundo ―con ojos inocentes trago por completo el pene del castaño, chupando y dejando su lengua acariciar cada rincón de su verga, llegando mas profundo de lo que su boca podía con el pene de su esposo―. Dame tu semilla, Issei.
―¡Claro que no! ―contraataco la doncella y desde la raíz del miembro del castaño, comenzó a lamer desde el limite de su pene y con su lengua lo recupero.
―¡Zorra, su pene es mio! ―grito cuando ella se la quito.
-―Ya no aguanto!
El pene de Issei escupió cual volcán sus fluido blanco y viscoso en la boca de Grayfia, inflando sus cachetes por la gran cantidad que inundo su boca.
―Mira Rias~ ―abrió Grayfia su boca y le permitió ver todo esa blanca leche que tiro el castaño―. Es el amor que Issei siente por mi.~
El marcador marcaba un punto para Grayfia Lucifage.
―Ya veras, que el amor de Issei por mi es mas grande que lo que siente por ti ―no iba dejarse vencer.
La segunda ronda, ambas compitieron con sus pechos enormes envueltos alrededor de la polla del castaño. Ambas daban todo de si para darle placer, para que él les diera su semilla en sus pechos.
―Oigan... esto es demasiado para mi.
―Lo estas disfrutando, Issei~ ―exclamo Rias presionando fuerte sus suaves senos que chocaban con los de la peli gris― dámelo a mi, cariño~
―No, tu quieres dármelo a mi, mi amor~ ―ambas trataban de enamorarlo.
―Esto... es demasiado bueno... ―solo en sus fantasías y en los videos porno que miro de joven, se imagino estar en esta clase de situación, dos bellas mujeres con cuerpos que cualquier hombre mataría por tener en su cama siempre, que ahora estaban en duelo por él. Todo un sueño hecho realidad para Hyoudou Issei―... Estoy en cielo y el infierno al mismo tiempo.
Tenia a dos demonios exprimiendo toda su energía vital, dos ángeles complaciendo sus fantasías. Grayfia apretando mas fuerte e intentando sacar de nuevo a Rias, pero no lo lograría.
―La quiero toda mi amor, cubre mi lascivo cuerpo con tu semen~ ―Rias ataco y acelero el movimiento de sus pechos, estrujando con mayor tenacidad―, puedo sentirlo... Issei derrama tu semen en mi.
―Aquí va... ¡Rias!
En medio de esa paja rusa doble, el volcán de lava blanca baño a ambas mujeres, las dos abrieron sus bocas y sacaron sus lenguas para atrapar la bendición de su hombre.
Dieron un estruendoso gemido doble lleno de placer escucho Issei, donde termino viendo a medida que recuperaba su aliento. Una imagen que hacia seguir dura a su pene y palpitar como si apenas se hubiese excitado, pues ambas estaban cubiertas de su leche de pechos al rostro, incluso su largas cabelleras tenían impregnado su semen.
―Esta vez el punto es para mi ―victoria para Rias, declaro con su respiración agitada por la excitación. A lo que Grayfia se encontraba en el mismo estado mientras decía que fue un empate, devorando de nuevo el semen que cayó en su boca, al igual que la carmesí―. Issei llamo mi nombre cuando se vino, significa que yo se lo hago mejor con mis pechos que tu, Grayfia.
―La lucha solo esta comenzando ―eso no le pareció muy agradable de oír al castaño.
Como dijo Grayfia, apenas si era el comienzo, ambas pegaron sus húmedas vaginas de un lado del pene de Issei y cruzando sus piernas para moverse con mas comodidad, comenzaron a pasar sus jugos por lo largo de la polla de Issei quedando impresionadas por la resistencia del hombre por el que peleaban. A medida por como peleaban por él, sus ruidos lujuriosos se volvían mas escandalosos, era un milagro que nadie reportara al personal del hotel para callarlos. Sin embargo, esta vez el empate creció, pues cuando se vino por tercera vez, Issei cubrió el cuerpo de ambas, sin derramarse mas su semen en una o la otra.
―Vamos dos a dos ―dijo Rias, mostrando debiles señales de agotamiento, pero su espíritu seguía lleno de energía.
―Aun queda mucho tiempo ―dijo Grayfia―. Tan solo llevamos una hora... parece que ya no puedes continuar, Rias.
―Lo se ―el cuerpo de Rias estaba sudado así como iba agotándose por toda la acción, tampoco es que Grayfia estuviese en un estado diferente al de Rias.
―Oigan... se supone que yo soy quien debe elegir ―exclamo Issei recuperando mas rápido su energía, al mismo tiempo, consiguió desatar sus manos y sus piernas con solo endurecer su cuerpo como su verga estaba dura―. Lo siento, pero esto ¡es demasiado bueno!
Tomo a ambas y las arrojo en la cama, poniendo a Grayfia debajo de Rias, sus cuerpos muy pegados por lo pegajoso del sudor de ambas y el semen que seguía sobre ellas. Sus vaginas abiertas y pegadas una a la otra, así como los senos una de la otra embarrados, resaltando lo grandes y naturales que eran.
―Ven Issei métemela, mi Issei~ ―la doncella lo anhelaba.
―Rompe el coño de tu esposa, cariño~ ―ambas lo desean carnal y sentimentalmente.
―¡Si, el pene de Issei entro en mi! ―grito Grayfia apenas sintió como era empalada por el castaño hasta su fabrica de bebes―. ¿Ves? Issei me ama, Rias.
―Lo mejor para el final ―no era su derrota todavía.
Grayfia tenía al cielo acariciando su cuerpo, al ser su coño ser destrozado por la rudeza de Issei, era el resultado de la carnalidad que vivían aquí y allá en casa de los Gremory. Un sentimiento que Rias estaba envidiando, podía sentir lo salvaje de su movimientos, ansiando que ya llegara su turno.
Podía sentir como el aparato de Issei se volvía mas grande en mi interior, la pasión; la furia con la que se lo hacia la llevo al clímax, antes de que él la acompañase. Terminando en un lascivo grito de Grayfia hizo entender a Rias que el semen de su esposo llenaba el vientre de su cuñada. A lo cual, la pelo gris sentía derretir en su interior.
Dejo de darle atención a su mujer amante y sin perder entusiasmo, dio la atención a su esposa.
―¡Haa!~ ―sentir lo profundo que podía llegar el pene de su esposo, con duro que seguía luego de cuatro corridas era de admirar―. ¡Si, Issei mi amor!~ Tu pene... puedo sentir como cuanto ama mi cuerpo querido.
Resonaba en la habitación de la pelvis del castaño contra su trasero suave y grande le mojaban tanto que mientras le penetraban se vino, pero ni por eso Issei paro de moverse.
―¡Voy a venirme, Rias! ―grito Issei golpeando mas fuerte sus caderas contra su esposa hasta venirse, haciendo que ella sintiera sus piernas perder energías para mantenerse.
―¡Hhhhhaaaaa!~ ―fue el gemido de Rias, su cuerpo ardía en llamas desde el interior de su útero.
―Eso fue increíble ―la energía parecía esfumarse de Issei, dejando que su cuerpo cayera sobre la cama, lejos de las dos mujeres mas hermosas que pudo conocer. Pero no pudo tener un segundo de alivio cuando sintió a su polla ser lamida por ambas que tenia en la cama―. Oigan... denme un respiro.
―Nuestro duelo aun no termina~ ―exclamo Grayfia comiéndose la polla del castaño sin retener su lujuria.
―Tienes que elegir a una de nosotras~ no pienso compartirte, Issei ―exclamo Rias.
Ambas se pusieron en cuatro, con sus traseros abiertos así como sus coños que dejaban caer el semen del castaño que aun se conservaba fresco a la vista del hombre por quien peleaban.
―Tienes que elegir a una, Issei.~
La batalla continuo, ronda tras ronda en un duelo sin tregua ni cuartel, pero la guerra culmino antes de lo planeado. Y los tres yacían sobre agotados en la cama, Issei profundamente dormido por perder toda su fuerza en complacerlas mientras que Rias y Grayfia yacían agotadas a lado de su castaño.
―Al final... Issei fue quien termino ganando ―exclamo Rias agotada, con su coño y culo lleno de semen, sus piernas no reaccionaban―. Seria el colmo que no terminará embarazada después de esto.
―Superó su propio limite ―exclamo Grayfia―. lo mas que Issei había alcanzado solo conmigo.
―Pero entre nosotras ninguna gano, terminamos en un empate ―dijo Rias, no quería compartir a su esposo, se vio claramente en su cara.
Vio el rostro de la carmesí, pero se vio a si misma en esa expresión suya. Una mujer inconforme e insatisfecha. Eso la llevaría a razonar las cosas de mejor manera, tal vez.
―Te lo devuelvo ―exclamo Grayfia aceptando la derrota, sin poder mirar a Rias.
―¿Que has dicho? ―quedo atónita la carmesí.
―Dije que te lo devuelvo ―repitió con disgusto―, no fue correcto todo lo que hemos hecho todo este tiempo, empezó porque le dije que le enseñaría a tener sexo contigo, pero luego todo se nos fue de las manos y no quisimos parar.
―Grayfia ―quedo sorprendida Rias, luego de escuchar la historia por segunda vez salvo que sería desde la visión de la pelo gris roba esposos.
―Hasta ahora es que me siento culpable por lo que le he hecho Sirzechs, lo amo pero... me gustaría que sintiera un poco mas de lujuria por mi, como Issei ―exclamo, para mirar a Issei quien yacía tranquilo durmiendo en la cama entre las dos―. Un matrimonio se basa mas que solo tener hijos y bonitos recuerdos como pareja, sino hay deseo entre una pareja, no hay amor.
Parecía entender sus palabras, solo quería tener atención de un hombre. Pero debajo de todo esa lujuria, realmente tenia sentimientos por él. Lo reconoció Rias, pero no lo cedería.
―Te deseo suerte, Issei es un hombre de mucha lujuria, pero con un poco de domesticación ―dijo a Rias.
Tal vez te gustaría pensar que ella dijo que podían compartirlo, pero no podía ser el caso. Rias estaba casada con Issei, Grayfia casada con su hermano. Todo debía volver a su lugar.
―Daré todo de mi para satisfacer a Issei, el deber de una esposa hacer feliz a su esposo ―Rias también acaricio el rostro de su esposo, le reconfortaba verlo dormido―. Agradezco tu toma de decisión, Grayfia-onesama. No le diré nada de lo que paso a Sirzechs, ni de Lidya y Alisa.
Cosa que no espero la Lucifage, pero eso la alivio mucha mas.
―Gracias, Rias ―exclamo agradecida eternamente, aunque no durase todo ese tiempo―. Fue bueno mientras duro.
Supongo que era el final, nada es para siempre, todo llega a un final tarde o temprano. En caso de estos amantes, fue tarde. Grayfia hablo Issei antes de volver, y quedaron de acuerdo, no mas sexo entre ambos, estarían en los lugares dentro de la familia Gremory que les correspondían, como cuñada y cuñado. Rias triunfo en esta guerra.
Al volver, actuaron con el resultado que esperaba la familia de cabello carmesí, Issei y Grayfia tenían mas comunicación y sana interacción como familiares políticos que eran. En verdad, no hubo ningún encuentro privado entre estos dos, pero Rias aun no confiaba del todo en la palabra de Grayfia, celaba a su esposo cuando los veía juntos, pero jamás los vio interactuar mas de la cuenta.
Al final del mes, Rias noto que su periodo no se presentaba como debía, y como lo creyó estaba embarazada. Tal parecía que toda esa aventura de ultimo día en el hotel dio frutos, lo mismo fue con Grayfia, pues antes de irse a este viaje, en sus múltiples aventuras con Issei, la dejo preñada una vez mas, pero como tuvo sexo con Sirzechs antes del viaje, creyeron que era de él, nadie debía enterarse que este nuevo hijo de Grayfia era la despedida que le dejo Issei.
No hubo sospechas, pues la maid tenia un mes de embarazo adelantado al de Rias, nadie lo sospecho.
―Que lindos, seremos abuelos otra vez Zecticus. ―toda la familia Gremory celebraba estos dos milagros a solo meses de ser paridos―. ¿Que nombre han pensado para su bebe, hija? ―pregunto Venelana.
―Como queremos que sea sorpresa―dijo Rias abrazada por su esposo.
―¿Que hay de ustedes hijo? ―Zecticus miro a su hijo y a su esposa.
―Como es varón quiero llamarlo, Issei ―dijo Grayfia.
―¿Quieres que lleve mi nombre? ―pregunto confundido quien ya tenia este nombre en la familia.
―Siempre pensé que tu nombre es bonito ―exclamo acariciando su vientre, la pelo gris.
―Espero que no te moleste, hermano ―dijo Sirzechs, tenia mucho aprecio por el castaño cuñado que tenia.
―Esta bien, si es lo que Grayfia y Sirzechs quieren ―concordó, aunque Rias no parecía contenta con él.
Todos parecían felices, los niños de cada familia estaban contentos pues nuevos hermanos se unirían a sus familias. Los abuelos estaban gozosos por ser de nuevo abuelos y cada matrimonio sonreía por el milagro que esperaban. Mientras habían celebración y felicidad, Grayfia era la que mas se sentía afortunada, pues aunque su aventura después de ocho años llego a su fin, termino con un lindo recuerdo, uno que no perdería esta vez.
―Mi Issei.~
Es el final verdadero. Sin embargo ¿Que hay si Issei tomase otra decisión?
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