Business and pleasure (Naruto x Harem)

Esta obra la estaré actualizando una vez al mes, para darme tiempo de seguir avanzando la historia y tenerles una actualización constante. Espero y les agrade.

Capitulo 4: Tsunade Senju

 

I

Mark Tweing dijo: “La historia nunca se repite, pero siempre rima”.

La historia de la señora Sarada tuvo un comienzo muy similar al de Naruto Uzumaki, de mucha coincidencia. Una de las pocas coincidencias que hay en la vida, no como a ciertos hombres que le cae un rayo dos veces en la vida y aun así viven para contarlo. Pero el entonces joven Uzumaki, seria el nuevo asistente de la vigente jefa corporativa y dueña de la compañía Konoha: Tsunade Senju. Mejor conocida como la dama de hierro. Como también apodaron a otra gran mujer. Eso fue durante los años de 1997, previo al auge de crecimiento exponencial que se enfrento la industria, antes de competir con las dos grandes del mundo.

Dirigidos por esta mujer de temple blindado como firme eran sus atractivos senos. Naruto se mantenía en silencio esperando por la siguiente instrucción que le diera ella, como sombra que no habla, estaba para servirla. Era ese su propósito para él cual lo habían contratado. Su sueño de ser parte de una gran empresa y escalar a lo mas alto, soñando con algún día estar en el puesto que esa mujer madura ocupaba frente a él, era lo que tanto ha llegado a ver en sueños, Naruto.

Quiero la forma de los contratos 357 y 660 en mi escritorio, Shizune ―dictaba sin titubear la jefa corporativa, Tsunade. Con la joven secretaria que obedecía todas las ordenes de esta otra mujer.

Si, lady Tsunade ―una joven Shizune, que en sus floreciente juventud fungía como secretaria adjunta de la dama de hierro, la seguía siempre a prisa comparado con el paso veloz que la CEO tenia.

¿Los nuevos lotes de producción están listos? ―pregunto ella.

Solo falta su autorización, lady Tsunade ―un joven trabajador estaba pegado a su lado menos atrayente de la madura mientras ella caminaba rápidamente hacia su oficina luego de ser recibida al salir del mismo ascensor privado que algún día Naruto ocuparía.

¿Su avión esta listo?

Solo falta que se presente, lady Tsunade.

Esa mañana de julio la podía ver reunida por la que ella consideraba, su mas eficiente empleado en la torre. Y sin embargo, que sea el mejor no significaba que fuese el mas obediente.

Cara a cara mientras Tsunade estaba en lugar, desde su escritorio. Este joven de cabello grisaseo con una mascarilla negra dado su germofoba, tenía la molestia en sus ojos cuando respondía a la temple mirada de la CEO de esos años. Con la incredulidad en su mirada así como el silencio en el intercambio de miradas fijas, le contesto.

No voy a ir ―la forma simple y tan fría con la respondió fue suficiente para que Tsunade, con sus manos bajo mentón, torcieran la mirada en un ceño de enojo.

¿Que has dicho?

Que no voy a ir ―repitió sin intimidación―. Tsunade-sama, acabo de volver de un viaje a Makao y me pide que parta de nuevo fuera de la ciudad.

Acabamos de comprar las fabricas de ese empresario filipino y los documentos que avalan que cede sus propiedades a nuestra industria tienen que tener su firma ―contesto sin levantarle la voz, pero si manteniendo ese ceño fruncido hacia el tal Kakashi.

¿Pero porque yo? Porque no envía a Gai a hacer esto ―la forma intimidada y temerosa por la furia implacable con la que era conocida la quinta CEO corporativa de Konoha.

Buena idea, ve con él a Manila y traigan la firma en, tres días ―dijo tras mirar su reloj, Tsunade.

No me refería a eso ―dijo con la misma intimidación.

La puerta es grande, Kakashi ―eso hizo paralizar al germofogo―, sal por ella si es lo que me estas diciendo.

En pocas palabras, Senju le estaba diciendo que de oponerse más, ya podía darse por despedido. Kakashi. Era despedirse de ella y renunciar al mejor trabajo que nunca antes tuvo o ser mas dócil con tan exigente jefa. Eligió lo segundo.

En cuanto vio mover su mano para tomar la carpeta con el documento Tsunade se contento. Para ella era ver como un dócil perro obedecía la mano en alto de su amo antes de volver a sentir su duro amor.

Lo haré.

Buen muchacho ―respondió. Escucho decir que sería un viaje rápido, que seria algo de veinticuatro horas, para mañana a la misma hora aseguraba Kakashi, estaría allí mismo―. Subirás al avión de la compañía y cuando llegues te quedarás allí, hasta el lunes volverá el avión a buscarte.

¿Quiere que pase allí el fin de semana? Puedo volver en menos tiempo, un día solamente necesito ―contesto, preocupado.

Lo se, pero como estás muy tenso. Quiero que te tomes unas pequeñas vacaciones ―decía Tsunade―, piérdete en la ciudad, conoce a alguien. Hazle el amor y luego rompe la ilusión del amor ¿entiendes?

Si… supongo ―exclamo con mucha confusión.

Ahora ve, que el avión debe estar esperándote ―no tuvo más opciones que seguir las indicaciones al pie de la letra. No sin antes ser acompañado por la peligrosa mujer

Tenia mucha estima en Kakashi, uno de los mas eficientes empleados que ha visto desde el termino de la administración anterior, como un leal soldado lo veía a pesar de dedicarse a trabajo de una oficina. Solía hablar mucho de Kakashi y lo estimaba, solía acompañarlo hasta la puerta fuera de su propia oficina como CEO, dejaba de lado su seriedad y se reía con él.

Allá va ―se quedo bajo el marco de su puerta, comenzó un monologo acerca de él―. Es un buen muchacho, a pesar de su terror por los germenes. Socialmente agradable pero muy tímido con las mujeres.

Si, es alguien agradable ―su nuevo e ignorado asistente se mantenía invisible cerca de Tsunade. Respondiendo a sus declaraciones aunque ella no distinguiese que él estaba junto a ella.

Me pregunto ¿Si será Gay?

Yo… lo dudo mucho, Tsunade-sama ―contesto dudoso.

Fue entonces que noto la presencia de alguien que no notaba, estaba allí. Le extraño que alguien que respondiera sus preguntas al aire, Tsunade volteó y se percato de su existencia mirando con una ceja levantada. Quien era el joven fresco de cabello rubio con ojos azules que extrañamente sobre su cara tenía marcas que asemejaban a los bigotes de algún animal salvaje felino o canino, se pregunto. Con solo mirarlo bien por unos instantes pudo ver que era un chico virgen. Perfecto para ella, sin embargo también podía notar era tonto e ingenuo.

¿Quien eres tu por cierto? —pregunto tras examinarlo en un instante de verlo.

Soy Naruto... —acomodo su voz, verla caminar hasta él quien solo se había quedado parado detrás de su asiento todo el rato en silencioso le perturbo, sobre todo al notar el gran escote que ella tenia—... soy Uzumaki Naruto, Tsunade-sama. Su nuevo asistente.

¿Asistente? No recuerdo haber contratado un nuevo asistente —solo había a alguien que podía aclararle las cosas—. ¡Shizune!

Desde esos años, la mas eficiente reclutadora de Konoha comenzó sus días bajo el mandato de Tsunade antes de estar bajo las ordenes de Naruto como de los que llegaron después. Y como si de llamar a un perro se tratase, ella aparecería en un instante tras la puerta de la oficina.

¿Si, Lady Tsunade? —entró en la oficina en menos de un segundo.

Porque no me habías dicho que me habías contrataste a un nuevo asistente —exigió respuestas—. ¿Desde cuanto ha estado conmigo aquí?

Desde hace tres meses señorita Tsunade, aun esta en periodo de prueba. Aun no ha sido examinado para el puesto —respondió Shizune caminando hasta la rubia de 105 cm. De grosor, entregando en su mano la hoja correspondiente para la tarea. La unica persona en toda la torre sin temor alguno a su autoridad.

Tomo la hoja y la puso por encima de todo otro papel de su tabla, volviendo de inmediato con Naruto. Al ver que de nuevo le estaba mirando, como buen soldado tomo una recta postura supo estaba listo.

Muy bien, tu entrevista formal comienza ¡Ahora! —punta de la pluma lista y dijo—. Sígueme, tengo cosas que hacer.

Naruto siguió a la madura por todo el edificio como el puesto para que se estaba postulando, lo dictaba. Contestando cada pregunta que le hacia proveniente del formulario mientras la veía atender problemas con pocas palabras a sus distintos lideres de departamentos laborales.

Nombre completo —Tsunade caminaba rápido, sin la necesidad de mirar adelante lo que se le atravesaba en el camino, porque nadie se atravesaba en su camino, ni siquiera los de limpieza, eso sería un insulto a su autoridad.

Uzumaki Naruto, tengo 18 años —respondió haciendo notar su voz, buscaba caminar a su veloz paso sin perder de vista la espalda de la mujer y su lacio cabello. Aunque a ella no se le atravesara nadie, a él si. Por dos ocasiones y la perdía de vista.

Lady Tsunade tengo la confirmación para grabar el siguiente comercial para la nueva marca de la nueva campaña de confitería —vino una mujer a caminar junto a ella, pues sabía que Tsunade no se detendría para atenderla exclusivamente.

Supervisa la filmación y preparen el marketing de ventas —le respondió la cuarentona a esta mujer, quitándose de junto a Senju al instante. Volviendo así su atención a Naruto—. ¿Nivel de estudios? Naruto.

Primaria hasta el quinto grado en San Do —respondió Naruto.

¿Eres inmigrante? Eso lo explica… Nivel de estudio cero —anoto en la hoja—. ¿Experiencia laboral?

Seis meses en almacenes de compañía Fedex, cuatro como personal de limpieza en el hotel Continental, cuatro como mesero en el restaurante Moüset —la respuesta no cambiaría la ultima anotación de Tsunade.

Experiencia laboral cero —no parecía estar dando la presentación adecuada a ella.

Otro de sus jefes directivos apareció inconforme con un reporte en manos. Eran insistentes en que cada uno debía tener una audiencia con ella.

Lady Tsunade sobre esto —un reporte con el que un hombre en sus cincuenta intentaba seguir el paso de la CEO corporativa.

Entregalo a Manfred y que lo corrija antes de que me lo presentes —dijo sin voltear a ver a su personal porque anotaba la información de Naruto, para poder enfocarse en él—, no tienes experiencia laboral ni una buena capacitación de estudios y ¿quieres trabajar para mi?

¡Si! Bueno, para la compañía —decía Naruto con algo de miedo al ver que no causaba una buena impresión a Tsunade—. Sakura-chan es mi amiga y dijo que podía intentar conseguir empleo en la compañía

¿Sakura? ¿Hablas de Haruno? —tal vez no conocía a Naruto, sin embargo como CEO corporativa conocía el nombre de cada persona relevante de su empresa.

Somos, amigos. Vecinos en otros aspectos. Le había preguntado si tenían espacio para alguien como yo en su compañía —una respuesta que si le agrado a Tsunade.

No me interesa saber que relación tienes con ella. Si vas a hacer mi asistente debes entender muchas cosas —explicaría Tsunade—, como mi asistente personal eres invisible pero visible a mis necesidades. Debes conocer mis necesidades antes de que yo las solicite, no hablaras a menos que yo te lo pida, sobre todo cuando estés conmigo en reuniones privadas. No harás nada que yo no te pida ni necesite. No contestarás a nada a menos que yo te conceda.

¡Entendido!

¿Que te acabo de decir? —un juego psicológico—. Vamos al elevador.

Adentró de ese elevador que años mas tarde le pertenecería, a solas con ella. No podía evitar llevar su mirada fuera de la figura de Tsunade, cual diosa griega en ropas de una ejecutiva de clase alta era ella. Y solo estaba mirándola de espaldas. Pero una vez más, ella le daría cara para seguir con la entrevista.

Como mi asistente debes estar preparado para cualquier tarea que te solicite, sea que vayas hasta la cafetería por mi desayuno o te mando al otro lado del mundo por un abrigo que haya olvidado en un restaurante —decía Tsunade, sin embargo pudo notar que la atención de su nuevo asistente estaba en otro lado de su cuerpo, extendió su mano derecha hacia la cara del chico y chasquear para sacarlo de ese trance suyo—. Oye Naruto. Mis ojos están aquí arriba.

¡Lo siento, no quise! —sus ojos se perdieron en ese abismo profundo que era su escote de Tsunade.

Deja ya, cállate —exclamo decepcionada, pero entonces paso a una pregunta mas del formulario—. ¿Porque quieres trabajar en Konoha, dime?

Bueno… quien no querría trabajar para la compañía Konoha… ¡Es una institución! —respondió tras pensar bien sus palabras.

Mark twain lo dijo, la historia siempre rima. Lo hace con tanta gracia.

Bien dicho —impresiono a Tsunade, la mirada firme puesta en ella y la determinación que noto en sus pupilas vino a decepcionarla cuando vio que su nuevo asistente seguía mirando por donde no debía—. Naruto, mis ojos siguen aquí.

¡Perdón! Es solo que pienso que usted es muy hermosa —no supo si fueron las palabras adecuadas, verla crujir la boca le hizo entender que no lo fueron.

Dio un suspiro ante la actitud virgen de Naruto, Tsunade e hizo algo que seguramente muchos desearían que les pasase en vida si la topaban. Agarro al rubio por su cabeza y sin darle aviso puso su cara en medio de sus pechos y lo sumergió, sintió como este se retorció por la segura falta de oxigeno que tuvo luego de estar por cinco segundos en las suaves tetas de ella, cinco segundos los que para Naruto fueron eternos.

¡Tsunade-sama! —quedo sin palabras luego de ser despojado de tan celestial experiencia.

Grabate esa sensación y espera a que llegues a casa para masturbarte —dijo con seriedad, dejo de encarar lo hasta ver como el ascensor llegaba a la planta baja—, vamos. Tengo muchas cosas por hacer.

Seguramente lo hizo cuando volvió a su habitación de hotel, no habrá podido dormir hasta sacarse la imagen y la sensación de haber respirado el calor de semejante valle que provoca deseo en los hombres; no al menos hasta poder sacar cada gota de pensamiento reprimido tras ese día.

Su habitación que no tenia mas que el tamaño de un almacén de un conserje. Lo suficiente adecuado para los gastos que hacia Naruto con respecto a su sueldo, su salario bien benéfico era invertido en su tía que no lograba tener un trabajo por si misma así que él enviaba una parte significativa para ella mientras que la otra la reservaba para gastar en citas y regalos próximos para su novia: Hinata Hyuuga. Aun no es el momento para hablar de ella. Sino de la mujer que el joven Uzumaki fue siervo, antes de ser el rey.

II

Nació como la nieta del fundador de Konoha industries. Influenciado por el auge de las empresas de Inglaterra dada la revolución industrial, mi abuelo Hashirama Senju tuvo el honor de ser el primer empresario éxito en japón. Comenzó como una industria manufacturera de pequeñas empresas, a las que luego compraría y haría suyas. Con cada uno de los directivos que le siguieron, el sello de la industria Konoha comenzó a expandirse. No era un negocio familiar, así que no lo herede. Pero eso no explica porque su nieta termino siendo dueña y jefa del monopolio que hizo el gran señor Hashirama.

Se gano el puesto, pero Naruto-sama se termino ganando su corazón. Ella me dijo que cuando lo conoció al principio no vio en él exactamente un modelo de revista, pero era encantador y adorable a su parecer, ni siquiera lo entreno para ser su asistente. Todas la enseñanzas que Naruto-sama me dio para que yo fuera su asistente no las aprendió de ella, sino me las ha transmitido porque aprendió a ser el mas eficiente de los empleados que Tsunade Senju durante su régimen.

Era un hoja en blanco para mi, dispuesto a aprender. Aunque nunca me pregunte porque, en el momento adecuado. Pero empezó a hacer de mi trabajo mas simple de lo que era —me contó la abuela mientras sostenía el tarro de cerveza en la mano sonrojada por el alcohol en su sangre.

Me llevo a un bar restaurante a comer, junto a mi madre, Shizune-san y otras más del circula de harem que le pertenece a quien amo, tras un día más de trabajo. Naruto-sama no se encontraba en la ciudad por razones que no compartió. Solo se que estaba fuera del negocio con la señora Kushina y su guardaespaldas correspondiente. No todo el tiempo se la vivía en la oficina.

En tanto nosotras, reíamos y bebíamos, pidiendo una ronda de cervezas y platos a los meseros. Bueno, más ellas que yo. Me quedaba en silencio en mi esquina de la mesa con el tarro de cerveza en mi mano mientras las escuchaba reír y parlotear a gusto. Pero no puedo seguir su corriente.

¿Que pasa, niña? Te incomodas entre tantas mujer madura —escucho a Tsunade provocarme, tuve la desafortunada suerte de sentarme frente a ella—. No te sientas menos solo por estar entre mujeres que ya están en su máxima belleza.

¡¿Pero que dice?!

No te enojes niña, que si no terminaras teniendo arrugas siendo todavía tan joven —solo buscaba provocarme. Sabía conseguirlo.

Eso me enojo, pero era cierto. Comparadas conmigo, incluso mi madre; tenían un cuerpo mucho mas atrayente que el mió, lo cual tenía a mi autoestima abajo. Aun cuando yo ya no era más una niña y me sentía orgullosa con el cuerpo que tenía. Tsunade aun en su edad se conservaba joven como seductora. Como si aun obtuviera colágeno de Naruto-sama.

Es esa idea por donde comenzar a suponer el porque le intereso tenerlo como su asistente personal.

Debiste sentirte especial al principio —decía solo a mi, dejando que las demás rieran y se embriagaran, mas de lo que ella estaba—. Pensaste que eras la única con la que ha puesto los cuernos a su pobre e ingenua esposa. Pero yo fui la primera.

Pude responder con que no sabía de que hablaba. Pero sería una mentira demasiado tonta. Después de todo, ella estaba en medio de esa orgía ejecutada por Naruto-sama la primera vez que los vi. Pero Tsunade fue la primera y de allí.

Eso puede cambiar —dije, sin tener alguna respuesta adecuada a su arrogancia de esta anciana.

Azotó entonces el tarro en la mesa por causa de ebriedad, todas callaron ante esto y terminamos mirando a Tsunade. Su sonrisa engreída a pesar de su ebria expresión, nos vendría a contar cierto secreto.

Te diré algo mocosa que todas estas perras en la mesa saben, —sus palabras solo eran para mi—. Claro que cuando un hombre es al que descubren follando con muchas mujeres lo llaman: héroe, pero cuando es una mujer la llaman: zorra.

III

De palabras de la misma Sarada Uchiha, todos los jefes corporativos de Konoha tienen la misma forma de aliviar el estrés que les genera dirigir toda una industria desde una oficina. Cuando podían dejarlo todo en manos de otras personas capacitadas, pero no. una condición de heredar el puesto, es dirigir toda el negocio desde la oficina. Pero para una solitaria mujer, tener una fuente de colágeno parecía ser una necesidad mas que un capricho.

En una situación similar dijo la señora Sarada, Tsunade había tenido la oportunidad para adentrar a Naruto al nuevo propósito para el asistente que no pidió.

Tarde por la noche había echo que se quedara con ella en la oficina esa fresca noche de primavera, seis meses han pasado desde que tomo oficialmente al joven Uzumaki como su asistente y las expectativas que tenía de él aumentaron. Nunca le enseño a hacer su trabajo, él aprendió a ser el asistente que tanto haría mas efectivo su puesto.

Sin embargo, un largo papeleo que dejo como una prioridad menor Tsunade, la tenían apresurada por terminar. De no ser por ese chico rubio, hubiera perdido la oportunidad de comprar a una empresa rumbo a la bancarrota y dejado que otro tiburon en el mar de monopolio la comprara.

¡Por fin terminamos! —exclamo contenta Tsunade, arrojando los lapiceros de su bote junto a los papeles junto a la mesa. Lapices que termino recogiendo Naruto, parado junto a ella—. Con todos los documentos redactados podemos hacer la comprá oficial.

Sabia que era mala idea dejar la redacción de los documentos en sus manos.

¿Creí que no sabrías hacerla? ¿Que no dijiste que no tenías preparación educativa? —cuestiono con intriga al rubio.

Cuanto usted me pidió clasificar todos los archivos de la bodega del sótano, me di tiempo de mirar como estaban redactados los documentos. Claro que habían cosas que no entendía e investigue luego —dijo, avergonzado. Su vestimenta de saco negro y camisa blanca debajo con una corbata metálica negra no le sentaba. No al menos con su alborotado cabello, pero aunque sea la moda de vestimenta oficinista. Su estilo era único.

¿En serio me dices que aprendiste a redactar documentos así con solo haber visto otros? —eso levanto el interés de Tsunade, pero el chico a su izquierda no parecía jactarse de eso—. Has superado mis expectativas de ti, Naruto. Estoy muy impresionada. Para ser un pobre sin educación has echo mas cosas de lo que espera.

Un insulto disfrazado de un halago.

Solo movió su silla y contenta, dio varias palmadas pesadas a la espalda de su asistente de aquellos años. Pero el esfuerzo de levantar su hombro le hizo mal a Tsunade.

¿Esta bien, Tsunade-sama?

No —contesto, dócil. Bajo de inmediato su brazo y comenzó a tallarlo—. Estar todo el día con los manos en el teclado han hecho que mis hombros se entumieran… se lindo y dame un masaje ¿Quieres?

Que una mujer con la belleza que tenía Tsunade Senju era una gran recompensa. Nadie lo dudaría, salvo Naruto lo hizo por un instante; de palabras de la misma señora Senju de la boca de Sarada-san. Él dudo por un momento hacer esto. Haberse parado detrás de ella en esa asiento de cuero de espalda regular hacia que Naruto tuviese una vista mas impresionante de lo que era el escote de su atractiva superiora.

¿Se siente mejor? —pregunto, dudando de su técnica nunca practicada para dar masajes.

Mucho mejor~ eres muy bueno con esto Naruto —comenzó a dejar a su voz hacer ruidos extraños mientras se relajaba.

Sabia que no debía mirar el profundo abismo en el escote siempre visible de Tsunade, no lo había olvidado desde esa primera advertencia de ella. Pero con el tipo de sonido que la mujer dejaba salir de su boca mientras retorcía su cuello mientras la relajaba hacían mas complicada su reacción por ella. Sus gemidos eran muy atrevidos. Lo incomodaba y Tsunade lo sabía.

Cuando noto esto en él aprovecho que el inocente, tomo los brazos del joven Naruto y las llevo mas abajo de sus hombros. Le hizo tocar la carne suave de sus senos, pasando sus manos por debajo de su blusa y la reacción que tuvo él le gusto.

¡¿Tsunade-sama?!

Ella lo tenía agarrado de sus manos pero aun así, era Naruto quien no movía sus manos lejos de la carne de la cuarentona mujer.

Que pasa, muchacho ¿No te gusta esto? Creí que era lo que querrías hacerme. No te parece que son ¿suaves? Dime, nos has fantaseado con poner tu pene entre ellas y saber como se siente. Vas a decirme que no has querido jugar con ellas —se burlaba de su inocencia.

Pues… —no lo negaría, solo un tonto negaría tal afirmación teniendo sus manos en tales tesoros.

Sabes que hace diez segundos solté tus manos y que eres tu el que ahora no deja de tocarlas —dijo Tsunade y era tal cual lo decía.

...¡¿Que?!

Luego de entrar en pánico, quito Naruto sus manos de ella, dando incluso un paso hacia atrás por la misma reacción que tuvo. Con una risa coqueta, se puso de pie y miro a su rubio asistente, Tsunade. Él solo se mostraba avergonzado.

Ya, tranquilo —dijo tras su fanfarroneada, dando un par de pasos hacia Naruto—. Parece que se te puso dura… que tierno.

Miro su propia ingle y era cierto, Naruto acaba de tener una erección. No se dio cuenta hasta que la misma mujer se lo dijo, aun estando él mismo de pie. Debió ser algo vergonzoso, para ese entonces Naruto Uzumaki no era el hombre mujeriego que tantos rumores callarían por el alto hombre que se convertiría. Pero esa noche, seria el origen de esa versión poco hablada del gran señor Uzumaki.

Creo que es mejor que ya me vaya —dijo el avergonzado Naruto, con su manos tapando su visible erección. Agradeciendo que a eran altas horas de la noche en la torre y casi todo el personal ya estaba fuera como para ser visto en tales condiciones.

Oh no, no vas a ningún lado. No querrás irte estando así. —lo atrapo colocandose a su espalda, sin poner fuerza alguna para retener a su joven asistente.

Paralizado al sentir el blando escote de su jefa laboral contra su espalda en la parte alta. Un excitante escalofrió lo recorrió a Naruto. No hizo mas que quedarse hecho piedra, como su hombría ya lo estaba. Lo que vendría haría una pregunta a Naruto ¿Tener su pene en la boca de Tsunade era una recompensa o un castigo?

Tsu… Tsunade-sama —apenas si podía hablar. No había dicho nada, pero esta era su primera experiencia sexual verdadera.

¡Mirá eso! —sonrió con altas expectativas en cuanto revelo la enorme vara que tenía Naruto escondido bajo esa pequeña carpa de circo que se dejo ver. Tsunade se saco un premio grande con él—. Quien diría que tenías algo así de grande bajo tu cara de bobo.

De rodillas tenia a la mas importante mujer de negocios practicando sexo oral para él. Sentado al borde del escritorio desde la que Tsunade dirigía la industria, con las luces de la oficina apagadas y con los pantalones despojados por ordenes de ella todo lo hacía era tener las manos sobre la madera para sostenerse mejor mientras miraba con ojos tontos.

Toda su hombría estaba dentro de boca de Tsunade, con una habilidad que lo dejaría seco. Su lengua acariciaba cada centímetro de su polla sin salir del interior de su boca; mirando en breves ocasiones. Riendose de la reacción que tenía su asistente.

No podía decirlo por tener su aparato en la boca, pero Senju estaba poniéndose cachonda. Sus bragas bajo su falda comenzó a temblar, el sabor que impreganaba en su boca era bueno y agradable para ella.

»¿Que pasa con esa cara? ¿Acaso quieres correrte ya? Pero si apenas estamos comenzando a divertirnos.

Le dijo, cuando detuvo de gratificarle con su boca, manteniendo el calor que le producía teniendo sus manos estimulando con insistencia su aparato pero también se detuvo con eso. Levanto su cuerpo sin levantarse del piso, con nada de pudor y un movimiento agresivo revelo sus senos en toda su gloria y esplendor. Una vista que tan pura que podía purificar el alma como corromperla, al mismo tiempo.

Lo vio sin palabras cuando las revelo, mas no le dio tiempo de disfrutar solo de vista. Mas pronto que tarde, puso entre sus pechos el aparato de Naruto y continuo haciendo agradeciendo el arduo trabajo a su empleado.

Tsunade-sama… sus pechos… sus pechos son de lo mejor —exclamo Naruto con la poca voz que le quedaba.

Eran dos almohadas cálidas las que envolvían su hombría, las frotaba con suavidad continua, un ritmo constante que no iba a parar hasta hacer que su asistente estuviera satisfecho. Un sucio sonido juvenil emitió Naruto de su boca cuando no resistió más, la punta de su aparato era acariciado de nuevo por la lengua de su patrona. Sin palabras de su boca, solo su mirada, se burlaba de su reacción virgen.

Sin previo aviso, su resistencia acabo demostrando gran voluntad. Termino manchando la cara y escote de Tsunade. Lo siento, escucho decir de Naruto, lo que paso por alto.

Mirá el desastre que hiciste —no parecía molesta, a pesar de sus palabras. Era todo lo contrario—. Digo, mira todo todo esta cantidad.

Recupero el aliento mientras Tsunade se mostraba normal, parecía que el trato que brindo a su eficiente asistente era una practica común de la que ella practicaba.

Supongo que ahora.

Ahora quiero que te quites toda la ropa —exclamo ella, estando de pie. Ninguna palabra más salió de la boca del rubio mientras miraba a su jefa quitarse cada ropa que tenia frente a él y arrojarla al piso como si fuera el piso de una habitación de hotel—. Naruto, este puesto es agotador, necesito algo más que solo llegar a casa y tomar una buena siesta para repetir la misma agotadora rutina al día siguiente.

Su cuerpo lucía reluciente con la luz externa de la ciudad y de la luna, entrando por la pared de cristal que tenia la oficina. Su ser entro nuevamente en calor, volviendo a ver que ella venía a hacia él mientras que Naruto solo temblaba ante la duda de ser esto un sueño nada más, nunca ha tenido tanta suerte en su joven vida. La belleza de la feminidad en su máximo pináculo estaba frente a él, una deidad viva.

Tsunade-sama… debería saber que yo tengo novia —le importo un carajo su declaración, Senju lo acorralo sobre su mismo escritorio del que no había movido su trasero y se montó encima de él.

Ella no importa por ahora, Naruto~ —hayo gracia en la inocencia sexual que tenía él—. Eres mió en este momento.

Le quito su ropa y revelo su juvenil cuerpo. Delgado, pero no atlético; tierno para los ojos de Tsunade. Una adquisición que podía conseguir en cualquier lugar, Naruto termino viniendo a ella, aunque en este momento la tenia encima suyo. Dejando que su cuerpo no se moviera, mas que la cabeza logro alzar lo suficiente para ver, a pesar de la oscuridad; ver como su la cabeza de su aparato era devorado y se introducía en un desliz sin problemas en el interior de su jefa laboral.

Largo y rígido, grueso en medida saliendo de lo regular. Lo describió Tsunade y Sarada lo confirmo. Llenaba hasta lo mas profundo, me contaría y me haría sentir con remordimiento de no saber si lo mió encajaría en la misma descripción de lo que me contaba la señora Uchiha.

Un gemido poco masculino vino a emitir su boca en cuando conoció el interior de que solo una dama puede ofrecer a un hombre y es que no habían empezado todavía. Su forma de actuar ante la toma de su castidad era una material puro para Senju. Esa diversión pronto se volvió en decepción, no había echo todavía ningún movimiento pero la sola sensación abrazadora hizo que el rubio eyaculara prematuramente.

El sonido de confusión no tardo en hacer notar de la boca de la madura en cuando sintió un calor impregnar en la región intima, a Tsunade.

Lo siento —le respondería con esa vergüenza constante de esa noche, Naruto. Ciertamente la irritó. Ver el rostro de la madura en esta expresión por encima suya, hacía rezar por no provocar mas su enojo bien conocido.

Lo dejaré pasar, solo porque es tu primera vez —dijo Tsunade, sosteniéndose de sus manos puestas a los lados de la cara del afortunado de la noche. Tomo asiento con el empalme de su asistente aun duro en su interior—. Tienes aguantar mas tiempo de ahora en adelante. De lo contrario… me enojaré.

Gran vista tenía, mirando la gravedad aplicar sobre la personalidad de su patrona. Ella empezó con subidas lentas y bajas continuas, donde los senos de Tsunade se movía a un ritmo un poco mas apresurado, una hipnosis que atrapa los ojos del joven Uzumaki. Él no hacia nada mas que quedarse en su lugar y mirar como lo hacia.

Pasaría a quedar embobado mirando la circular forma casi perfecta habida en el trasero de la madura cuando ella decidió cambiar de postura, por sentir su espalda agotarse de tanto mantenerla recta. La piel humectada por el sudor que se producía de tanto movimiento, bañado en las suaves luces que entraban por las ventanas hacían brillar inclusive la espalda de Tsunade. Cuando recogió su cabello para que sus coletas quedaran donde sus senos, ella pudo ver la inamovible mirada de su asistente que no podía quitar de su cuerpo.

Decidió darle una oportunidad. Temiendo poco por la seguridad de su equipo de computo que ocupaba en su escritorio en esos días de los noventa del siglo pasado. Tsunade se puso en cuatro, moldeando su espalda a una postura experta, dejo que Naruto mostrará su talento luego de cumplir con la orden que le dio antes, sobre aguantar más.

Eso es, empuja más profundo Naruto —decía, teniendo su rostro mirando al inexperto asistente pero que pronto demostró tener habilidad—. Hazlo mas rudo, muchacho.

El ritmo de empuje del joven Uzumaki era torpe, se esmeraba en hacerlo bien. Pero si tenia que hacerlo mejor, lo haría.

¿Así?

Si… así esta mejor —los senos de Tsunade se aplastaban contra el escritorio, solo imagina su textura presionándose mientras sonríe por perversión—. Nada mal, sigue así y pronto me harás llegar.

¿En serio? —respondía, mas no dejaba de moverse.

No solo tu debes gozarlo tonto, sino también la mujer con la que lo estas haciendo —le dio de consejo tal sabiduría primordial.

No paso mucho antes de Naruto comenzará a golpear su pelvis con mucha mas insistencia, lo que significaba una cosa.

Tsunade-sama… voy a venirme —grito en éxtasis al que se acercaba.

Hazlo, Naruto… quiero sentir que tanto semen liberas esta vez.

Su ritmo aumento y sonido que se producía entre el choque de su pelvis contra el trasero de Tsunade se convirtió en orquesta cuando se fusiono con el ruido que se producía de los fluidos mezclados de sus aparatos en plena labor.

El grito que hizo, uno mas varonil que cualquier otro grito que hizo Naruto en toda la noche; fue el aviso usaría para dar a conocer la eyaculación que hizo en su interior. En esta segunda ocasión, el recibimiento de parte de la señora Senju fue visto con mas agrado. Su hombría se deslizo fuera de la vagina de la madura rubia, y ella miró con grandes ojos al ver que Naruto aun tenía energías para darle más.

»Mirá eso, te acabas de correr y aun sigues duro.

Se bajo del escritorio mientras Naruto se quedaba sentando al borde respirando rudamente luego de experimentar por fin su primer encuentro sexual, siendo más increible vivirlo que mirar uno en una pelicula de cine para adultos. Tsunade se puso delante de su asistente, sin embargo lo que le dio a mirar de ella su espalda, volteando hacia atrás con una soberbia expresión mientras veía que él tenia su mano sosteniendo su empalme mojado.

Podemos hacerlo, una vez más. Tsunade-sama —lo escucho preguntar, notando que su erección volvía a estar palpitando, lo que hizo sonreír con picardía a la madura.

¿Podemos? —repitió con sarcasmo—. Primero mejor vamos a buscar un lugar mas cómodo para hacerlo.~ Pero antes de que sigamos debes tener esto muy en claro. No eres nadie especial para mi, solo te veo como juguete sexual con el que me divertiré cada que yo quiera, no cuando tu quieras.

Entiendo.

Mas te vale no enamorarte de mi —dijo y guiño su ojo a Naruto.

Lo tomo de la mano y condujo hasta la habitación secreta escondida a través de una puerta en la oficina, la misma habitación. Esa noche, no lo dejo descansar para nada, por mas que él le pidiera un descanso, la jefa directiva de Konoha industries de esos días, lo exprimió hasta hacerlo desfallecer.

IV

Con el paso de los semanas Tsunade comenzó a trabajar con su asistente con un nuevo enfoque. Además de cumplir con todas las demandas y necesidades que ella le solicitaba por mas rebuscadas o absurdas que llegarán a hacer, Naruto las cumplía. Sin embargo, al final del día. En casi todos los días como era habitual, Senju no permitía al chico salir de turno aun cuando ya había cubierto las horas establecidas en la ley. Mas no se quedaba simplemente a terminar papeleo como era habitual, se quedaba para ayudara la manda más en turno, a liberar todo el estrés que el día de oficina le producía.

Nadie parecía sospechar que el rubio no solo se quedaba a muchas mas horas que lo acostumbrado, ni siquiera el equipo de vigilancia nocturno o de limpieza en la torre tenía la menor sospecha de lo que pasaba, ni siquiera estaban interesados en saber que hacían. Pues no podían acceder para nada al ultimo piso e interrumpir el infinito trabajo que realizaban este dúo dinámico, a menos que se tratase de una verdadera emergencia.

Naruto estaba viviendo el sueño de todo joven. Se acostaba con una mujer que, como toda buena fruta. El sabor estaba en su mejor momento de su madurez. Sin embargo, Tsunade le dicho bien en claro, que este secreto no podía dejarse saber, un secreto que tendrían que callar por el bien de ambos.

Todas las noches fin falta lo hacían, me confeso esa jodida anciana. Solo se pasaba una hora desde que todos en la torre se largaban y terminaban cualquier documento o papeleo pendiente antes de dejar todo para empezar a besar el cuerpo del otro. Naruto-sama tenia novia en ese entonces, la amaba. Pero no sabía bien que sentía mas allá de simple deseo por esta otra mujer.

Ven aquí Naruto —solía decir Tsunade una vez ponían el seguro en la puerta de esa puerta escondida y entraban en la habitación—. Hazme sentir mujer.

Me contó que Naruto-sama se tiraba sobre ella y comenzaba acariciando sus labios, eran besos sin amor, cargados con mucha lujuria incontrolable de él, decía que era por su virginidad recién explotada y de forma continua. De labios bajaba hasta su cuello y lamía en descenso hacia sus pechos, con los que se entretenía jugando con su boca juntando con sus manos los grandes pechos de Tsunade para no dejar de lado una teta de la otra.

Tus pechos son muy deliciosos, Tsunade —le permitía llamarle sin mencionar su autoridad, solo llamándole por su nombre.

Aunque los chupes, no saldrá nada —decía la anciana mientras acariciaba su nuca—. Pero no te entretengas con ellas, quieres.

Bajaba hasta su ombligo con sus labios pegados su lizo cuerpo, llevando hasta su vagina donde le producía placeres orgásmicos, hechos bajo la guía de Senju. No sabia que decirle a vieja Tsunade mientras me contaba todo eso con lujo detalle, pero mas que solo una de nosotras, con cada palabra que nos hacia escuchar de su relato, nos mojábamos. Mi madre, yo y todas. No por imaginarnos la lengua del señor Uzumaki causando nos esos orgasmos, sino porque los habíamos experimentado bien, todas en esa mesa y las que no estaban también.

Desde esa noche en adelante, Tsunade forjaría la maquina sexual por la que lo adoran su harem.

Mas fuerte, mas fuerte. Mueve ese pene y rompe mi culo Naruto ―llegaba a gritar obscenidades estando con él.

Lo hacia sobre exigirse y mientras no dijera basta, tenia que seguir manteniendo vivido su hombría. Un duro adiestramiento que lo convertiría en la maquina para hacer el amor que todas adorábamos.

No solamente se quedaban en la habitación secreta de la oficina para coger. Algunas veces buscaban otros lados, lugares a los que no específicamente necesitaban esperar por el final del día para ir y hacer lo suyo. La excusa de Tsunade, simplemente decir que tenia una reunión a la que asistir y se llevaba a su asistente. A veces al aire libre, a veces en el mismo vehículo mientras el chófer se hacía de la vista gorda mientras daba largos paseos por las carreteras federales para darles ese tiempo que ellos le pedían. Un persona algo rara que nunca hablo de esos encuentros que la dirigente tenia con el joven Uzumaki. Supongo que estaba bien pagado.

¿Tsunade-sama, donde esta Naruto-kun? —preguntaría Shizune, en esa ocasión durante la tarde, entraría y vería a la madura Senju sentada en su lugar con su bata verde sobre el descanso de su asiento mientras notaba rastros de sudor sobre sus brazos desnudos y su cara.

Le di una tarea especial ¿Para que lo necesitabas?

Nada realmente —se mostró confundida—. Es solo que no lo he visto en la ultima media hora.

No te preocupes por él, esta haciendo un duro trabajo. No lo molestes —contestaría Tsunade para que Shizune dejase de indagar.

La tarea especial de la que ella estaba hablando, era que el joven Uzumaki estaba bajo su escritorio practicando placer oral a su vagina. Silencioso pero mortal él estaba por debajo de su mesa y su rostro atrapado entre las piernas de Tsunade.

Como dije antes, nadie sabía de la aventura que Naruto y la quinta CEO de Konoha estaban teniendo. Sin embargo hubo cambios en la personalidad del rubio, cambios que mi madre y Shizune-san fueron las que mas lo notaron por ser las que lo conocieron en aquellos orígenes.

Tomo mi madre parte del relato. Me contó que no entendió que estaba pasando con Naruto que estaba cambiando, solo podía explicarse que se trataba del resultado de trabajar horas extra. Puesto que de un día para otro, se lo topo a las puertas de Tsunade llevando prendas de oficinista mas elegantes. Un saco negro y una corbata del mismo colo sobre una camiseta blanca. Había dejado de usar suéteres tejidos de forma industrial y comenzaba a parecer mas un hombre cuando lo vio junto con Shizune-san llegar por el pasillo que da al ascensor para los empleados regulares.

Ellas estaban platicando cuando lo escucharon los pasos del señor Uzamaki acercarse.

Ahí viene él —desvió la conversación que tenia con mi madre—. Hola… ¿Naruto?

Ambas quedaron estupefactas en cuanto lo dieron aparecer. No solo su ropa era nueva y de marca elegante, sino también el perfume que llevaba encima; un masculino aroma pero a la vez delicioso, uno que quedaba varios segundos después de pasar, me relata mi madre. Cambio su corte de cabello al que hoy en día tendría.

¿Naruto? —incluso mi madre, estaba impresionada con su cambio.

Sakura-chan, buenos días. Tu también Shizune-san —incluso aun cuando las saludo, no supieron como reaccionar—. ¿Que pasa?

Te ves bien —Shizune fue la primera en reaccionar—. Te ves mas guapo, Naruto.

Vamos, no luzco para tanto —se mostró modesto—. Tsunade-sama aun no llega, así adelantaré los preparativos para recibirlo.

Claro, hazlo.

Mi madre quedo sin palabras mirando el estrepitoso cambio que tuvo él, ya no era el mismo chico que simplemente pensó en cometer un error de ebria solo por la ausencia de mi padre. Sino que se estaba volviendo un hombre con el que realmente le hacia olvidar la ausencia de mi padre en el ejercito.

¿Realmente ese es Naruto? —pregunto, sin lograr salir de la confusión de ver el nuevo él.

Se ve más guapo que ayer, no crees —contestaría Shizune levantando el labio en interés—. Supongo que el dinero del tiempo le ha sentado demasiado bien a su bolsillo.

Era una relación peligrosa que desconocían que hacia mas atractivo a Naruto, quien lo mirase. No solo las mujeres en la torre notaron el cambio que se sometió, sino también la mujer con la que formalmente tenia una relación y a la que le ponía los cuernos.

V

Hija de una familia influyente en el gobierno de japón. Hyuuga Hinata era la heredera de toda la fortuna su familia, a pesar de haber otros miembros calificados. Por ser la hija mayor y nacer en la rama principal de toda esa poderosa familia. Cuya fortuna se debía no solo a los juegos en la política sino también sabían invertir su dinero en crecientes ganancias y negocios. Pero Konoha no era una industria en la que pusieran su dinero, como ella tenia puesto su corazón en el asistente general de CEO corporativa.

Te compre un regalo, Hinata —entrego un paquete envuelto en forro de regalo a su dama con perlas en los ojos, un rasgo distintivo de los miembros de la familia Hyuuga.

Un pequeño objeto rectangular envuelto. Decidió entregárselo casi al final de su cita, visitando un area de juegos donde un carrusel de ponis funcionaba y cobraba por subirse. No había casi nadie haciendo fila detrás de ellos.

¿Que es? —pregunto la inocente, pero siempre alegre Hinata removiendo con cuidado el papel encintando.

No sabía que regalarte así que compre una novela de Makoto Itou, se llama Días de verano y por lo que me dijo el vendedor dijo que era sobre una aventura romántica—entonces se detuvo—. Ya arruine la sorpresa.

Descuida —viendo la pasta de carácter europeo del siglo XIX, Hinata abrazó el libro—. Lo leeré de todas formas.

Sus miradas se perdieron en las del otro, su romance de por si era novelezco. Como se redacto en la biografía de Naruto Uzumaki por parte del reportero japones: Saburo Sakai. Siendo la primera biografía publicada sobre el verdadero protagonista de esta historia. Donde nos habla de esta historia que brevemente la señora Sarada me resumió.

Ella tenia un futuro brillante por el dinero que heredaría de su familia sin importar si trabajara o no. Pues trabaja en una agencia de muchos millones que se puede comparar con la industria que es Konoha, pero solo estaba allí por simple gusto, siguiendo el ejemplo de su madre. Naruto en cambio era solo un chico pobre que tuvo algo de suerte, para ojos de su padre él no era un hombre indicado para su hija, solo lo veían como un caza fortunas, pero él amaba en serio a Hinata. Un amor prohibido entre un vagabundo y una dama de alta clase. Incluso Sakai bautizo ese capitulo con el mismo nombre de la película americana animada.

El cambio que Sakura Haruno y Shizune vieron en Naruto no eran por simple coincidencia. Era por impresionar a su dama en esa cita previamente acordada. Pero justamente cuando parecía que dar una vuelta en ese carrusel sería el final de su noche, todo dio un giro.

Hinata le pidió llevarlo hasta su habitación de hotel que Konoha le brindo en este mismo hotel donde la señora Sarada me cuenta esta historia, una petición con único fin. No quiso mostrarle su pequeño cuarto, pero ella lo encontró adorable, una habitación muy adecuada para el estilo de vida simple con el que Naruto solía vivir.

Sentados lado a lado en su cama individual, que sus labios se conectaran rompió el silencio que había entre ambos. Movimientos torpes vinieron de parte de ambos cuando comenzaron a tocar el cuerpo del otro, pero ni el rubio ni su dama de perlas tocaba por debajo de la ropa del otro o en lugares adecuados para el rumbo que estaban tomando.

Hinata, espera —detuvo Naruto a su novia cuando sintió el primer pulso de su aparato bajo sus pantalones.

No quieres, hacerlo conmigo. Naruto-kun —dijo y sintió el rechazo en sus palabras. Tenia que cambiar eso.

Claro que quiero hacerlo contigo Hinata, te amo. Pero…

¿Pero? —ella pregunto en su pausa.

Ahora puedes saber bien que pasaba por su cabeza en ese momento, no solo la idea de terminar recibiendo la aprobación de los padres de la señorita Hyuuga, sino también el hecho que ya no era el chico casto que se estaba reservando para su amada en esa noche tan especial. Podría asustarla o levantar sospechas, la imagen del cuerpo desnudo de Tsunade paso por su mente. Sin embargo logró evitar el fin de su relación esa noche.

...Es solo que pensé, que esperaríamos a nuestra luna de miel.

Naruto-kun, no quiero esperar más tiempo —dijo con esa dulce voz suya y su expresión tan bella que tenia—. Aunque mis padres no nos aprueben, seremos tu y yo, debes saberlo. Además… creo que ya hemos esperado suficiente tiempo para esto.

Hacia tres años que empezaron su relación cuando tenían dieciséis. Y aun año para Naruto de haber conseguido un trabajo estable que decidieron dar el paso apresurado que dan los jóvenes apasionados en el verano de su amor.

Ese día el joven Uzumaki tuvo que montar firmeza al negarse a la solicitud de la señora Tsunade cuando la mujer le dijo que se quedará. Pero tanto tiempo en quedarse a cumplir con horas extra que el Uzumaki sintió estar descuidando su relación entre su amada Hinata por ceder ante el impulso carnal al que la madura lo estaba adiestrando. Una actitud que para nada le agrado a Senju.

Sin preocuparse para nada por ella, Naruto conocía fin el cuerpo de su eterna enamorada. Sabía que tenia un hermoso cuerpo, mas no espero tener que compararlo con el de la madura mujer que le convencía de engañar a su novia con ella. Su avergonzada reacción que le mostró en cuanto Hinata se avergonzó y oculto sus pechos con su brazo derecho mientras que uso su mano derecha para tapar su aparato en su rasurada pelvis. Esto era cuando la Hyuuga yacía recostada sobre su cama y él encima de ella estaba.

»Naruto-kun, por favor no te quedes mirando así.

Amaba su inocencia, amaba sus errores. Era Naruto su primer novio, pero él le corrió por la mente el remordimiento. Ella había reservado para él hasta este momento que sus impulsos no resistieron más, mientras que el joven Uzumaki cedió ante la oferta de cometer pecado y se había entregado a ello.

Hinata. Sabia que eras hermosa, pero esto es un nivel que nunca pudo imaginar —escucho salir de boca de su amado tales palabras. Su tenue sonrisa que no desvía a ningún otro lado. Con esas palabras, logró que le mirará directamente antes de decirle con dulzura—. Te amo.

Lo se —respondió ella.

Hicieron el amor, pero no fue lo leído antes. No fue la bestia salvaje que ama coger que creo Tsunade, seria ese amante tierno y gentil que su dulce amada merecía. Eso no significa que no le hiciera el amor como era merecido, la hizo sentir el cielo antes de hacerla sentir flotar en las nubes. Incluso sus gemidos eran de ángel, le afirmará a Sarada cuando por impulsivo interés ella pregunto a su respetado jefe.

Inclusive él haría sonar su voz como un verdadero hombre cuando le sorprendió que Hinata le practicará placer con su boca al final de la dos horas de pasión juvenil. Torpe pero efectiva su oral que le hizo.

Los dos jóvenes disfrutaban de una noche de amor. Tsunade no estaba gusto con que su asistente se negará a sus peticiones.

VI

Naruto-sama no lo diría. Pero por lo que supe, estaba decepcionado. Estaba profundamente enamorado de la heredera Hyuuga y ella de él, pero después de haber tenido su primer encuentro; se sintió vació. Como si hubiera sido falso lo sucedido entre ellos dos esa noche. Jugar a ser el amigo sexual de la vieja Tsunade le dejo una marca difícil de borrar. La relación indecorosa de la que no hablaban ellos dos continuo, debió mejor pensar en poner un alto a esto, aunque sabía bien que esa anciana le contestaría con un no, seguramente. O eso pensó de seguro Naruto-sama.

Estaba olvidando por completo las razones por las que entró a trabajar a Konoha:

Ayudar a su tía que tanto se esforzó por darle una vida merecida cuando llego a japón, pero que fracaso.

Ser el hombre que los patriarcas Hyuuga dictaban, era quien se merecía a su hija.

Ser alguien en el mundo y dejar su huella.

Aunque la ultima razón, le parecía mas un sueño tonto que solo un necio se negaría a aceptar no es realista, pero mira a donde lo llevo.

La crisis que lo afecto en ese momento fue una cuestión de su corazón. Amaba a Hinata, pero al mismo tiempo, amaba tener sexo con Tsunade y a veces los hombres se dejan engañar por eso. Había olvidado el acuerdo que tenían hecho.

¿Que te pasa Naruto? Estas muy enérgico esta noche —vacilo la rubia madura mientras su voz hacia atrevidos sonidos mientras dejaba que Naruto-sama tuviera el control.

Estando dentro de la habitación especial, unos días mas tarde. Ella me jurá haber visto la mirada perdida de Naruto-sama en la nada, mientras su polla se adentraba dentro de su vagina cuando él la tomo de sus brazos y la retuvo antes de poder entrar en la cama, él ya había puesto su aparato en su agujero correcto mientras, su espalda curveada mientras empujaba con brutal entusiasmo. Aunque reacciono desubicado, no paraba de golpear su pelvis contra su gordo trasero me contaría.

Sabiendo bien esta técnica, la madura logro liberarse de las manos de Naruto-sama pero sin preguntarse que pasaba con él. Lo hizo seguir complaciendo su cuerpo.

Mira, con esta pose puedes llegar mas profundo —dijo Tsunade recostada en la cama por fin.

Tenia encima a Naruto-sama, a pesar de que él sabia lo que hacia y lo hacia bien. Decidió envolver sus piernas en la espalda baja de mi eterno amor para que no perdiese profundidad en sus empujes.

Voy a venirme pronto, Tsunade-sama —exclamo Naruto-sama sin olvidar que esto era por lo que tanto se movía como salvaje.

¿Así? Tendrás que hacerlo fuera esta vez… no es un día seguro para mi —comento.

Pero a pesar de estar moviéndose como un desquiciado que tenia la mente fría, pudo decir algo que hizo helar la sangre a la vieja.

¿Y que pasa si lo hago dentro? —una pregunta que hizo vibrar de terror a la cuarentona Tsunade. Inclusive se detuvo para que sus ojos se cruzaran brevemente, el miedo en ella y una tenebrosa determinación por cumplir con esa amenaza.

¡No te atrevas! —ignoró cuando Naruto-sama deslizo su aparato hacia afuera de la vieja, momento en le que ella soltó sus piernas. Pero no la dejo alejarse de él.

Un empuje de su pene y Tsunade me juró que había sentido que su hombría toco lugares que antes no fueron tocados.

»Detente…¡Te digo que te detengas!

Sin embargo, no pretendía hacerlo. Lo que sorprendió a Tsunade fue la bofetada que le soltaría Naruto ante de poner sus labios forzadamente sobre los de ella, su lengua le domino mientras seguía empujando su polla en hasta chocar contra la entrada de su útero. Estaba a merced de la criatura que ella misma creo.

Esto es tu culpa, vieja —llevo sus labios al cuello de la rubia madura mientras seguía dejando enloquecer a su pelvis—. Has jugado conmigo por suficiente tiempo, no esperaras que haga todo lo que quieras siempre. Dijiste que no me enamorará de ti, pero salió todo lo contrario. ¡Me enamoré de tu cuerpo y es tu culpa que no pueda contenerme ahora!

Libero su esperma dentro de ella sin importarle su consentimiento, sin importarle si estaba de acuerdo o solo él estaba disfrutando del momento.

Pero cuando termino y por fin se quito de encima de ella. Se disculpo para empezar. Supo bien que eso no bastaría para que Tsunade-sama le perdonase por comportarse como un tonto.

¡Que rayos te pasa! —que mujer no se enojaría en una situación así. La vieja Tsunade se levanto de la cama y miro al caído Naruto-sama a lado suyo.

Lo siento.

¿Lo sientes? —replico enojada, puso sus pies fuera de la cama, tomando la sabana para cubrir su cuerpo desnudo y manchado—. ¿Crees que eso lo compensas tu actitud? ¡Eres un imbécil si me embarazas que rayos harás!

Solo escucho silencio de parte de Naruto-sama, no parecía mostrar remordimiento o culpa.

Supongo que lo mas justo sería hacerme responsable —tales palabras hicieron que Tsunade se ruborizará en un mar de silencio mas profundo diferente al que mi señor cayó. Que idea habrá pasado por la mente de esa vieja en ese momento. ¿Que pretendía decirle Naruto-sama?

Que estupidez me estás tratando de decir, Naruto —se jacto en burla de sus prontos sentimientos—. Eres solo un niño ¿Que no recuerdas lo que te dije al comienzo? Solo eres un juguete para mi. Da gracias que te dejo serlo conmigo. Sabes la cantidad de hombres que desean exprimir su pene sobre mi, si te escogí es porque me pareciste divertido, ni siquiera estas a mi altura. Toma tus cosas y largate. Arruinaste la noche.

No creí que esa vieja fuera tan cruel con Naruto-sama. Incluso ahora pienso que solo es una zorra.

VII

Si, Tsunade siempre ha sido mala con Naruto —me decía Shizune-san—. Incluso ahora que él esta al mando, sigue tratándolo como un tonto.

Dos semanas pasaron desde que la vieja Tsunade decidió llevarnos de fiesta solo porque estaba de animos, también celebraba el echo de que la candidata a primer ministra de japón que apoyaba Naruto-sama había ganado. Sin embargo no todo estaba ocurriendo como debía.

Él estaba en su oficina, era una mañana temprana y cuando llegó no pudo esperar un momento adecuado para mostrarla una noticia que salió en mi dispositivo cuando me levante para prepararme. Parecía que Kurotsuchi no estaba siguiendo el itinerario que Naruto-sama le había dado y volcaba los planes. No se estrepito al ver la noticia, pero si una aterradora mueca de disgusto de eso. Nunca lo vi así.

Poco después de que lo supiera, la vieja Tsunade llegó como si la hubieran invocado pues cuando voltee a ver la puerta que quedo abierta en la oficina ella estaba parada bajo el marco con los brazos cruzados y un ceño fruncido en sus ojos que también emanaba de todo su cuerpo.

Tsunade-san… usted no tiene una cita —experimente el terror cuando la vi con esa aura mortal.

¡Callate niña y largate de esta oficina!

Esas palabras me petrificaron, fue Shizune-san la que vino a buscarme y en cuanto me saco, cerró las puertas de su oficina. Ellos comenzaron a discutir y a pesar de las densas puertas echas para que ni un solo ruido salieran de la oficina, los gritos de su discusión eran tan fuertes que atravesaban la madera. Mirar desde la recepción de Shizune fue lo que dio inicio a conversación de antes.

Esa solterona es de temer —aprovecho el ruido que ellos hacían para vociferar en contra de ella por un momento—. Siempre ha tenido ese carácter así. Incluso cuando le rompió su corazón a Naruto cuando fue su asistente. Pero con esa entrevista que dio Kurotsuchi anoche y lo que ha causado, es evidente que este molesta. Naruto la convenció de que ella era la indicada para llevar a cabo sus planes en la política.

Todo el mundo sabe ahora que fue lo que dijo Kurotsuchi en esa entrevista y lo que causo, pero también, fueron los tiempos en los que yo conocía a profundidad la historia que no conocía acerca de mi amado Naruto-sama.

¿Puedo preguntar? —Shizune me respondió con que quería preguntarle—. ¿Sabías de la aventura que tenía Tsunade con Naruto-sama en esos días?

Claro que lo sabia —contesto muy tranquila—. Mas que su esposa en ese entonces, inclusive mas que tu madre.

VIII

Shizune no es ninguna tonta o alguien quien fácilmente puedas engañar. Ella sabia exactamente lo que hacía la vieja Senju con su asistente en esos días, tenía conocimiento de la vida promiscua que la caracterizaba. Nunca dijo nada, salvo cuando noto que la vida sexual que tenía ellos dos se acabo, no tuvo que preguntar para saberlo.

No te pongas así Naruto. Tsunade siempre ha sido una rompe corazones, solo le gusta jugar con los hombres. Por eso anda soltera a sus cuarenta años —cuando Shizune podía burlarse de su mentora y jefa, lo hacia con mucha gracia—. Cuando se aburre, se deshace de ellos como la basura que son… no es que yo piense que eres basura, Naruto.

Descuida, ya estoy acostumbrado. De echo me siento mucho peor que eso —contesto y eso hizo que Shizune se mostrará mortificada con lo que le dijo antes.

Oye, eres un gran chico. Has cambiado desde la vez que te entreviste para el trabajo, te has puesto mucho más guapo —logró incomodar al joven Naruto.

Habiendo salido a su hora correcta del trabajo. Sobre todo Naruto sabia que la CEO de su trabajo no quería verlo mas de la cuenta. Shizune, dejando sus puestos de trabajo, en el mismo trabajo. Preocupada por el estado emocional que llevaba a ver en la disfrazada sonrisa que Naruto llegaba a poner, invito al chico a dar un paseo por la parte comercial de Kioto. No era una cita, simplemente lo llevo como su carga bolsas ahora que pudo comprar cuanto quiso porque había quien le ayudara a llevar todo a su casa.

Deja las bolsas en la mesa —dijo, tras abrir la puerta de su hogar. Una casa regular de los barrios de Tokio—, perdona el desorden. No suelo traer a nadie a casa.

Esta bien. Si es todo, supongo que ya puedo irme a mi descansar —comentó. No había pasado mas allá de la mesa de la cocina que le indico Shizune, sin prestar tanta atención al “desorden” que menciono ella.

¿A estas horas? —era casi media noche, lo vio en su reloj colgado en la pared mientras Naruto ya abría la puerta para irse—. Es algo tarde para que vayas, Naruto. ¡Porque no te quedas! Mi casa no es tan elegante como las habitaciones en el hotel que te hace rentar la compañía pero es cómoda.

No creo que sea adecuado —respondió con modestia, viendo que ella volvía del pasillo de sus habitaciones que había en su ajustada casa de Shizune.

Por favor, insisto en que quedes —ella no tuvo descaro en pegar su pecho al cuerpo de Naruto, el rubio solo le ganaba por algunos centímetros, lo que permitió que cuando ella se le unto, no solo pudo ver el escote de sus pechos de talla 86 que escondía bajo su tradicional ropa japonesa color negra.

Una situación peligrosa. La puerta se cerró detrás de ellos y el seguro se coloco solo. Parecía que la noche misma su puso de acuerdo con verlos juntos esa noche.

¿Shizune-san? —ya no era un tonto, comenzaba a entender el momento en el que se dejo atrapar. No lo pensó nunca antes, pero Shizune tiene un gran atractivo. Salió del estado inmóvil en el que quedo al sentir las manos de la pelinegra tocando sus hombros, mas no se altero para nada—. ¿Shizune?

Por que no mejor me muestra lo que esa vieja te enseño. Soy una mujer sabes, yo también necesito de un hombre debes en cuando —dijo.

En la sala de su casa, bajo la luz de un blanco foco. Shizune consentía el pene de Naruto con su boca. Vino a impresionarse con el enorme tamaño de semejante hombría que poseía el rubio y cuando lo tuvo en su boca perdía el aliento rápidamente, con su lengua acariciaba la envergadura que tenia mientras ella sentía su vagina mojarse de solo impregnarse con su sabor.

Oh si, Shizune-san. Tu lengua es una maravilla —exclamo Naruto disfrutando del placer.

Vamos, suelta todo lo que tienes guardado en esas bolas —su mano de ella brindaba un masaje en esta zona.

Sin hacer ninguna otro ruido, libero su leche sobre el rostro de Shizune, un baño de esperma que blanqueo su cara y arruino su cabello. Sin embargo ella estaba tan gustosa de esta sensación que quedo con la boca abierta mientras tenia la polla dura de Naruto sobre su cara.

Con un pañuelo que tomo, limpio su rostro de semejante desastre que le dejo en la cara y al ver la expresión de rubor que puso el rubio cuando ella misma lamió el rastro que se quitó, le pareció excitante ver que hacia eso. Le gusta lo sucio, pensó Shizune.

»Vamos a mi habitación.~

Susurró esa idea y en cuanto pusieron un pie en su habitación luego de mil besos mientras llegaban a su cama, un segundo fugaz pensó que esto era mala idea para Naruto, pero le importó un carajo cuando puso su lengua en la vagina de la pelinegra y ella cesaba de placer con impresionante técnica.

¿Que tal la hago? —la punta de la lengua de Naruto jugaba con el clítoris de Shizune, la voz que hacia era genuina en respuesta a los estímulos que él le hacia sentir.

¡Naruto, mueves tu lengua como un profesional! —decía entre atrevidos gemidos que salían de su boca, se volvieron mas atrevidos cuando su cambio de técnica—.¡Es como si una serpiente se revolcara dentro de mi vagina!

Los espasmos que le produjo fueron más de lo antes no experimento Shizune. Si no le decía que parara su cuerpo llegaría al clímax muy pronto, pero nunca le dijo a Naruto que se detenga. Alejo su boca un momento antes de que la vagina de Shizune expulsará en un fuerte chorro, como una manguera a la que acaban de liberar el corte de paso del agua.

Tras semejante orgasmo, presencio el cuerpo en el que Naruto comenzó a trabajar. Su complexidad delgada paso a ser marcado por rutinas de ejercicio que nadie sabe en que momento los hacia. Tal vez una rutina matinal que hacia antes de alistarse para comenzar su inacabable días de asistente.

Una invitación para que venga hacia ella, le hizo Shizune con su mano y solo un dedo. Al sentir su interior ser expandido por el enorme trozo salvaje que tenia Naruto ella exclamo:

»¡Dios, es enorme! ¡Así que este el pene que se estaba follando a esa vieja solterona! Siento mi vagina expandirse y ni siquiera has empezado a moverte… ¡Haaa!~ hable muy pronto.

Le parecía bien estar teniendo sexo con ella en lugar de Tsunade, en lugar de su amada Hinata. Mostró gran dominio sobre el cuerpo de la pelinegra haciendo que no parara de hacer esos ruidos pervertidos sin escrúpulos.

Haces mucho ruido, Shizune-san. Harás que tus vecinos piensen que eres una perra —azoto su mano contra el trasero de la pelinegra, ahora que habían decidido ponerse en una pose mas atrevida y que le provocaba mas placer.

¡Eso es, azota mi trasero! Me importa un carajo lo que piensen de mi mis vecinos, no pensé que fueras tan bueno en esto Naruto… eres una bestia —lograba mantener la fuerza para tener su rostro levantado a pesar de que el rubio le estaba quitando todas las energías que tenia en sus piernas.

Se siente demasiado bien, hacerlo contigo Shizune-san —envolvió sus manos en el estomago de la mujer y la hizo levantarse sobre sus rodillas en la cama, sus rostros quedaron muy pegados, no dudo en acariciar su mejilla libre, Shizune.

Deja el formalismo entre nosotros para lo oficina —dijo—. Ahora besame, follame y no pares de besarme.

Cayeron sobre la cama poco después y con ella encima del rubio, siguió empujando su hombría hasta lo mas profundo que su hombría podía llenarla en su locura que no se detenía. No dejaron de besarse hasta que fue primero Shizune que se quedo sin aliento, que solo su pesada respiración salía de su boca mientras Naruto subía de intensidad. Un segundo orgasmo le provoco, uno que fue acompañado por la siguiente liberación que hizo dentro de ella.

Perdón, me vine dentro.

No me importa —dijo mientras sus piernas le temblaban, Shizune—. Veo que aun no tienes suficiente. ¿Que dices Naruto? Quieres que seamos, amigos sexuales. Puedo ser tu perra si quieres.~

Parecía una buena idea.

Si, te haré mi perra. Shizune.

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