Business and pleasure (Naruto x Harem)

Esta obra la estaré actualizando una vez al mes, para darme tiempo de seguir avanzando la historia y tenerles una actualización constante. Espero y les agrade.

capitulo 6: Mei Terumi

 Business and pleasure

I

No hubo un castigo inmediato para los dos empleados desvergonzados ese mismo día ni al siguiente, ni al que seguía. Lo que comenzó a preocupar a Shizune le preocupaba a mi querido señor ―contaba la señora Sarada, antes de probar el postre, un dulce de helado y pastel que sirvieron para nosotros. A cada uno respectivamente.

Pero Senju Tsunade era conocida por ser una mujer de un carácter muy duro con las personas que la ofendían ―pregunte, mirando la magnifciencia de mi postre.

Lo es ―dijo, para saborear primero ella el plato y luego yo―. Cuando la oportunidad se presento, se encargo de él, además de Tsunade no lo admitía, pero sentía mas que solo apreció por Naruto-sama en ese entonces. Algo que me juró jamás pensó volver a sentir. A las mujeres de mi edad les parece pasional llegar a tener un amorío con alguien mas joven, es erótico. Pero detestan que ese amorío se vuelva romance.

Los hombres tenemos una conclusión similar cuando pensamos lo mismo pero desde un ángulo juvenil, eso tengo entendido ―nunca viví una aventura o situación de placer con una mujer que estuviese casada pero debo admitir, hubo un momento en mi juventud tuvo deseos pasionales por una mujer de la que a este tiempo de mi vida, ya no recuerdo su rostro.

Mientras yo bebía de un biberón, Naruto-sama mojaba la cama con cada vez más mujeres que yo al mojar mi propia cuna ―dijo sin escrúpulos.

¿Que hizo con Naruto Uzumaki como castigo? ―pregunte.

En los días que la señorita Sarada conocía más del pasado del CEO de Konoha que asistía en todo. Poca atención prestaba al golpe económico que caía sobre japón tan solo en el primer trimestre del mandato de la ministra Kurotsuchi, historia concentrada mejor en otros libros escritos acerca de este hombre en visiones ya conocidas de su persona. Sarada Uchiha ignoraba esta crisis escudriñando las historias que consultaba con las protagonistas de cada parte de su historia.

II

Sus adicciones son dos, la bebida y las apuestas. Sin esas dos, no se haría llamar Tsunade Senju. Shizune pensó que su solterona amiga dejo esas malas costumbres en el pasado cuando asumió el mando, termino descubriendo que no al poco tiempo, mas nunca hablo no por temor a arruinar la reputación publica que tenía ella como exitosa mujer de los negocios.

Ni siquiera cuando se hizo un hito cuando formalizo la compra y privatización del hospital general. No fue bien visto al principio, pero pronto fue mas aceptado por el país cuando los nuevos farmacéuticos fueron puesto a prueba y resultaron ser un éxito. Una vez autorizadas por la organización mundial de la salud, Konoha fue consideraba una oponente más en la guerra farmacéutica internacional.

Las ganancias de la industria aumentaron exponencialmente, tanto dinero ganado fue invertido correctamente antes de que una investigación fiscal comenzará ante tanta acumulación de dinero. No obstante quedaba mucho en los bolsillos de Tsunade para apostar en un juego ilegal sucitado en una la habitación mas popular del hotel Bushido.

Una mesa de poker puesta en medio de la habitación presidencial. Con guardias privados, formalmente vestidos de negro y temple serena, pegados a las paredes de la habitación estaban atentos a cualquier inconveniente, pero el único inconveniente estaba en el juego para Tsunade y la mala racha que tenia jugando con sus rivales invitados para esta noche, rivales empresariales, millonarios y magnates de su momento. En publico eran rivales competidores en el negocio, en secreto. Reían y bebían con su bebida.

¡Maldición! ―golpeo Tsunade la mesa cuando vio que la mano que pensó seria el fin de su racha de mala fortuna de la noche. Lo cual no resulto.

Una mujer de cabello rojizo y largo, con un mechón extenso tratando de cubrir su ojo derecho, arrastro todas las fichas en la mesa hacia su lado. Fichas que tenían valor verdadero.

Parece que esta noche no es de tu suerte, Tsunade ―alardeo la cuarentona―. La de nadie en esta mesa.

Todos habían salido mal parados en el juego. Los mas inteligentes se retiraron antes de salir humillados en la partida, pero la mas necia siempre creyó que su suerte cambiaría de un juego a otro. Dos mujeres jugando a las apuestas con cuatro hombres, sin embargo la rivalidad en la mesa solo venía entre ellas. Nadie parecía tener inconvenientes con las dos, con el alcohol en la sangre era difícil ver defecto alguno a estas dos deidades de la fertilidad femenina.

Mei Terumi, una mujer que presumía un escote de 89 centímetros en ese vestido azul sin hombros que hacia a su cuerpo, verse mucha mas atractivo de lo que ella ya es con curvas en su cintura casi perfectas para ya no ser joven. Aunque sus senos no estaban a la medida de Tsunade, igual sabia robarse las miradas.

Me dejaron, pero la siguiente yo escogeré el juego ―suspiro un moreno en la mesa, agotado.

Me pregunto que clase de juego tienes pensado para nosotras, Raikage-san ―su voz siempre era picara y atrevida que usaba Mei.

Su aspecto no encajaba con los rasgos japoneses de los demás en la mesa, de piel morena y cabello rubio, falto de cabello en la parte superior a su edad pero con una musculatura muy envidiable para su edad. Conocido como A por su anónima identidad, era un millonario inversionista muy popular de la época.

¡Tsunade-sama, por favor comportase! ―exclamo Shizune por la mala actitud de perdedora que toma la quinta CEO de Konoha en los juegos. Bebió todo de su vaso de Sake y con las mejillas algo rojas había azotado el vaso en la mesa lo que hizo llamar la atención de todos.

Callate, Shizune. Y traeme otra botella de Sake ―miró a Terumi quien se burlo de ella por su comportamiento―. Un ultimo juego Mei, solas tu y yo.

¿Pero que vas a apostar, querida necia? ¿No dijiste que te quedaste ya sin dinero? ―su mano sobre su boca mientras decía su humillante verdad de Senju, solo hacia su jactanciosa voz, mas arrogante.

¡Shizune, traeme!

No va a gastar más dinero de industria, tampoco a apostar a Konoha ―la regaño sin importar que estuviese por encima de ella, una escena graciosa para los presentes.

¡Entonces traeme mas Sake entonces!

¿Donde estaba Naruto Uzumaki en ese momento? Trayendo esa botella de alcohol de arroz típico de japón que él mismo fue a buscar desde antes, con el tiempo que llevaba en el hotel a pesar de solo ser un residente, sabia moverse entre los servicios que proporciona el lugar los huéspedes. Acompañando a la asistente del señor Raikage que también buscaba la misma bebida para su jefe, volvían con dos botellas cargadas por el rubio y subieron en el ascensor para no tardar.

Que caballero eres al acompañarme, Naruto ―sonreía la morena asistente de cabello gris amarrado en una coleta recogida.

De no ser porque tu jefe te pidió que le llevaras mas licor yo hubiera esperado mas tarde para ir a buscar otra botella para Tsunade-sama. Mejor me anticipo a tener que escuchar su ebria voz ―dijo el joven asistente.

Entraron al ascensor y ella presiono el botón mientras Naruto traía las botellas frías en un balde, que empujaba con un gueridon de servicio a la habitación del personal.

Eso es profesional, muy responsable de tu parte ―no supo si aceptarlo como un halago o un insulto viniendo de ellas.

Lindas palabras viniendo de una hermosa mujer ―el ascensor subía pero su conversación hacia la subida ser ignorada.

¿Me coqueteas?~

No todos los días se ve a una belleza morena como tu en japón, Mabui-san, me pregunto que esconderás bajo tu vestido ―ahora estaba coqueteando con ella.

Pero que dices~ ―era muy atrevido de parte de Naruto, ahora parecía estar interesado en ir por mujeres como un mujeriego. Dejo de lado el carrito de servicio y se acerco a la morena, esa proximidad vino a alterar su útero―. Dijiste… que te llamabas Naruto ¿No?

Pudo haberla cogido en ese ascensor, pero solo escalo en una marejada de besos atrevidos que sentó sobre ella, una mujer que apenas conoció hace un par de horas y que no había entablado ni una sola conversación hasta estos momentos.

Con el ascensor subiendo los últimos cinco pisos. Llevo a Mabui contra la pared y estuvo a punto de follarla, ya estaba levantando una de sus piernas para dar inicio al acto con un preambulo de besos desenfrenados, pero la puerta se abrió en el pasillo. Que bueno que nadie los vio, respiraron aliviados de no ser descubiertos.

Bueno, ya llegamos ―dijo, para desviar lo acontecido.

¿Desde cuando soy así? Se cuestiono Naruto, si bien él llego a declararse como hombre, no había visto a ninguna otra mujer con ojos lujuriosos mas allá de su querida Hinata. Luego de Tsunade y Shizune, era un hombre distinto.

Olvido lo ocurrido y llego con el sake para Tsunade, notando que Tsunade ya estaba con el licor haciendo total efecto sobre su persona.

¡Un ultimo juego, Terumi! ―volvía a gritar Tsunade, azotando su mano sobre la mesa.

¿Pero dime ya, que vas a apostar? No te queda nada que poner en la mesa Tsunade ―como un flechazo, noto a Naruto por fin, en la noche, quien se mantuvo detrás de Shizune en silencio. Mei lo vio servirle a su señora y no había visto bien al rubio hasta ahora―. Querido, serías tan amable de servir un poco a mi también.

Activo un foco de alarma en Tsunade, como Shizune. Lo que a los hombres tampoco quedaron atrás al ver esto de Mei, lo tuvo que dudar un momento cuando vio a su CEO tratando de fruncir el ceño mientras torcía su boca en un desconcierto. No podía comportarse grosero ante una mujer con tanto poder.

¿Que… que pretendes Mei? ―cuestiono Tsunade.

Es que me dio sed ―respondió―, muchas gracias. Eres un chico lindo.~

Puso el ojo en Naruto y no supo como reaccionar él, mas que solamente reír de lo incomodo que era el ambiente. Llego a morder su labio inferior mirando la parte trasera del rubio mientras se regresaba a su lugar. Tsunade no pudo quitar un ojo de la mujer frente a ella, sintiendo su pupila temblar de gran coraje.

¿Que rayos fue eso? ―el temperamento de la madura rubia, Senju comenzaba a ascender y nadie sentía el peligro, mas que Shizune, inclusive mas que el joven Uzumaki.

Tomo primero el sake hasta vaciar su copa de un anterior martini que pidió la pelirroja. Luego miro a su contrincante en el juego a quien le dijo.

Es tu asistente, verdad. Tsunade. De acuerdo. Juguemos pero yo pondré las condiciones ―decía―. ¿Que te parece esto? Si tu ganas, te daré todo el dinero que gané esta noche. Pero, si yo ganó… Tu guapo asistente de ojos azules será mió.

¡¿Que?!

El grito de Shizune y el mismo joven Naruto fue de parte de todos en la habitación. Una apuesta no antes vista entre los colegas en la mesa. Inclusive Raikage reacción con sorpresa como su asistente Mabui detrás de él, incluso los guardias se impresionaron con tal apuesta.

No aceptaras, verdad. Tsunade ―Shizune intento detenerla.

¡Bien!

Divertido para Raikage, decidió tomar las cartas y hacer el reparto por ellas. Sin tener una favorita.

Naruto veía irreal la apuesta que tenían en la mesa, realmente Tsunade no podía apostarlo o ¿podría? Cuando pregunto esto a Shizune, su sudor aumento pues su amiga no podía darle una respuesta clara, mucho menos decirle que no lo tomará enserio. Sabia que ella Tsunade era capaz de algo así en verdad.

Los segundos se volvieron pesados, ellos dos podían ver las cartas que la madura CEO de Konoha tenían en manos y era una confiable mano en su poder. Había esperanzas de que su suerte diera vuelta, pero exista la ley de Morphi: si algo esta mal. Va a salir mal.

La profesionalidad y temple inquebrantable en sus rostros. Ni Naruto o Shizune podían saber si la mano que tenía Terumi era mala o superior. No podrían acercarse y mirar, la mano derecha que atrás de la pelirroja se mantenía en silencio aun cuando el rubio Uzumaki se acerco, se los impediría. Cartas entraban y salían en la mesa cambiando posibilidades, hasta que todo parecía estar escrito.

Fue la primera en poner sus cartas y las revelo. Tsunade cantaba victoria cuando revelo la mano de suerte que le salió.

Mirá y llorá, Mei ―dijo Senju―. Cuatro Aces. Yo ganó.

Ya extendía sus manos para tomar todo el dinero, pero fue truncada.

¿Eso crees, querida? ―la sonrisa quisquillosa se hizo mas alta en Terumi. La revelación de una mano de poker mas alta, marco el final de la noche―. Escalera real. Queda claro que esta noche no es de tu suerte.

Querían reír, perdió todo su dinero y lo peor. Pero ella estaba furiosa.

Tsunade… ¿Que hiciste? ―Shizune estaba horrorizada con este hecho.

¿Realmente no me aposto, verdad? ―pregunto Naruto, no estaba tranquilo. Tsunade no volteo para nada a verlos, no era buena señal.

Tal vez este juego sea, ilegal para algunos. Pero las apuestas, son a toda regla, reales ―Mei se levanto luego de esas palabras, risueña vino hacia Naruto para acariciarlo de su mejilla ante la incomoda mirada del rubio―. Ahora eres de mi propiedad.~

Escena totalmente divertida para Raikage. Tomo la botella que Mabui trajo y destapo para él, bebiendo directamente de ella.

Que suerte tienen los feos.

III

Es la mas frívola entre las mujeres que conforman su harem, pero también es la mas agradable debo decir. Le gusta consentirse, estar a la moda y disfrutar de elegantes lujos. Pero bajo esa sonrisa y su actitud coqueta se esconde una mujer llena de lamentos. Por mas mirada que robe de los hombres, Mei no sentó cabeza ni alguna relación que pueda ser de su memoria, incluso yo dudo si tuvo alguna relación. Lo digo porque la señorita Mei decidió ayudarme con métodos para seducir a Naruto-sama.

Termine entrometiendo me en la vida de todas las que eramos de su propiedad. Mientras que Tsunade presume de su enorme escote que producía envidia, Terumi comenzó a ser una consejera que una rival en el harem que eramos de Naruto-sama o tal vez solamente quería fastidiar a la vieja Senju.

¿Pero que es esto? ―me pregunto en cuanto me vio usando ese traje tan atrevido y vergonzoso para mi que incluso él se divertía.

Es… es que esta coneja mala tiene hambre de una buena Zanahoria.

Había escuchado a los chicos de mi clase durante la preparatoria decir que una mujer llevando un disfraz de coneja que no fuera mas que un ajustado traje de baño con un escote de corte en V sin mangas era atractivo para los hombres. Ese atuendo me incluía un par de orejas del amiga en una diadema negra mientras tenia un rabo blanco cocido en la parte del disfraz. Tacones y muñequeras de moño, un disfraz que Terumi me hizo comprar luego de llevar de compras en mi día de descanso. Yo estaba que me moría de vergüenza con eso puesto, pero Naruto-sama estaba tan a gusto mirándome cuando entro por mi en su habitación secreta de la torre.

Así que eres una coneja traviesa ―cerró la puerta mientras seguía gustoso―, te advierto que mi zanahoria puede ser mucha para ti.

No pude creer que tuvieran razón los vírgenes de mis compañeros, mucho más razón tuviera Terumi por haberme convencido de mostrarme a Naruto-sama con esta cosa puesta. Su pasión fue tan intensa como siempre.

¡Naruto-sama, Naruto-sama! ―grite su nombre mientras destrozaba lo mas profundo de interior. Mi voz se descontrolaba por él como cada noche. Con su fuerte mano tomo del cuello y levanto mi cuerpo cuando me sostenía de mis extremidades en la cama.

Eres una coneja muy ruidosa.

No puedo evitarlo, soy una coneja pervertida ―mi interior se derretía, mi vagina tenia tan grabada su polla al primer momento de la noche que me ponía su aparato, mi interior se mojaba hasta mis piernas.

¿Así que te gusta comer muchas pollas dices? ―sus ojos cayeron sobre los míos y aunque fuera un juego, esa pregunta era seria.

Solo me gusta comer la polla de Naruto-sama~ ―dije―, me ha follado tantas veces que mi vagina ya tiene grabada su forma. ―Con esas palabras salidas de mi boca, se soltó en frenesí contra mi trasero.

Mei era una mujer que en lo profundo, se lamentaba de perderse su juventud o eso es lo que decía. Atractiva siempre ha sido pero dice ella ni un solo hombre tenía un verdadero interés mas que una noche de sexo y al día siguiente ya ni sabia a que horas se fue. Parece que no tenía en nadie que confiar, mas que su propia asistente y amiga, Kurenai. Pero quería hombre y no solo la compañía de una amiga, ser la dueña de una conglomerada firma de contadores suele ser de tiempo completo.

Supongo que ella me ayudase a ser mas llamativa para el amor de mi joven vida, era mas para enmendar su tiempo perdido que realmente. Harta y decidida a no morir sola, con lamentos unicamente que contar que nietos, decidió ir por todo cuanto tuvo un amor a primera vista por Naruto-sama. Tan solo tenía treinta y dos años, aun era joven. Pero Treinta y dos años viviendo sin haber tenido una solida relación era mucho para ella.

IV

Quiso creer que todo era broma, ser apostado y ganado por Mei Terumi, como ya conté dueña de la firma de contadores mas rentada por muchos. Shizune tuvo que decirle con toda pena que era cierto, Tsunade se había desecho de él y no mostraba arrepentimiento, tampoco le mostró la cara por haberle echo esto. Lo que mas decepciono a Naruto-sama.

Sin embargo, estar bajo mando de la señorita Terumi no era un castigo. Sino un descanso, me contó Naruto-sama cuando Mei dijo que hablo de su pasado conmigo en un momento dado cuando él trataba de lidiar con la vuelta de asunto que Kurotsuchi estaba dando al país.

No tenía que trabajar en una oficina haciendo papeleo, sino en la misma casa de Terumi. Era todo lo contrario a la jefa corporativa que era Tsunade, mientras que una era estaba todo el tiempo dirigiendo a una industria desde su escritorio en su principal edificio, la otra podía quedarse en casa y relajarse en casa, disfrutar de la vida y ser egocéntrica.

Sentada a la barra de su cocina en su mansión de estilo occidental bebiendo una dulce bebida tropical con toda la calma del mundo, escucho cuando entraba por la puerta que daba al patio trasero desde ese lugar de su humilde casa.

Listo, pude el patio trasero y la piscina esta limpia, como pediste ―dijo Naruto-sama escuchando como el hielo en el vaso de la pelirroja chocaba con el cuerpo de la cristalería cuando ella tomaba el jugo.

¿Quieres un poco de esto? ―pregunto levantando su vaso―. Pero claro que quieres, te lo mereces eres tan servicial.

Tomo la jarra cristalina donde tenia mas de la bebida y sirvió un segundo vaso para Naruto-sama. No pensó en tomarlo, pero con el calor que había afuera decidió tomarlo. Frió, dulce y sin grumos. Una deliciosa mezcla natural.

Gracias ¿Que es? ―pregunto Naruto-sama, mirando a Mei volver a una de las bancas de metal que tenia para su barra.

Cosas naturales, piña, manzana algo de Naranja y algo de jarabe de maíz ―movió de forma tan provocativa su trasero sabiendo que él le miraba atentamente―. Debo cuidar correctamente esta figura.

Ella trato de provocarlo, pero ante este acto Naruto-sama oculto su mirada tras el cristal de vaso mientras bebía muy despacio el jugo proporcionado. Entonces la volvió a ver, a la asistente que Mei tenia. Allí estaba Kurenai, sabia solo su nombre pero no la conocía a ella, caminando de un lado a otro conversando a través de un auricular manos libre, la veía caminar de un lado y de vuelta en una habitación de descanso, temas serios por lo visto.

Porque no tomas una ducha, estas todo sudado, Naruto ―dijo Mei acariciando la barbilla del rubio pasando de largo.

Hizo lo que le indico y cuando hizo su cambio de ropa, trayendo nada más que una camiseta blanca sencilla ideal para la playa con un pantaloncillo corto. Busco a Mei y la encontró en acostada en el camastro que tenia para disfrutar su piscina de piedra blanca. Su asistente estaba de pie a lado de ella vistiendo ese rojizo vestido con blancas secciones, por lo que escucho de estar a espaldas de las dos maduras era un informe de actividades.

A las cuatro tiene una reunión con el dirigente de Maxwell and Beatriz por el informe del trimestre de sus ganancias ―escucho decir a Kurenai primero.

¿Tienen ya listo el informe de esos tipos? ―pregunto sin algún interés en sus palabras. Acostada en su camastro llevaba puesto un bikini revelador de dos piezas de tirantes en color azul metalico oscuro. Lentes de sol sobre su rostro protegida con una sombrilla de playa que la protegía del golpe del sol, en un descansa brazos de ese asiento, una nueva bebida tenia Mei servida para continuar con su relajación.

Si, señorita Mei ―contesto Kurenai, cargando una tabla de madera oficinista en sus manos.

Revisa si esta bien y me dices.

Era todo lo contrario a Tsunade-sama y el ambiente laboral al que se acostumbro en su periodo de año y medio en Konoha, su forma despreocupada de dirigir un negocio era impactante para su persona.

Solo vio como Kurenai paso junto a él, ignorando su presencia debido a su nueva tarea urgente dado que solo quedaban tres horas y media para eso. Pero Terumi seguía relajándose allí.

¿No debería ser usted la que revise esos documentos? ―escucho su voz y volteo a ver, levanto sus lentes mientras sonreía como solo su egocentrismo podía ser en Mei, mientras que Naruto la juzgaba con su mirada, mas sin embargo no le importaba para nada su perspectiva acerca de ella.

Claro que debería ―se sentó Terumi, con su bebida de jugo y licor en manos―. Pero confió en la habilidad de Kurenai para mis tareas, después de todo ella es mi asistente. ¿Que tu no hacías lo mismo por Tsunade? ¿Dudas de mi capacidad para dirigir un negocio?

Intento responder a la pregunta que le hizo, pero solo pudo formular dos palabras. De la cual Mei repitió solamente la segunda en una pregunta, la que hizo al ponerse de pie y caminar alrededor de Naruto-sama, de derecha hasta quedar a su izquierda, pegando su escote en el brazo de Naruto-sama.

»¿Piensas que debería malgastar mi tiempo detrás de un escritorio solo porque estoy al mando de mi negocio?

Trataba de no sentirse provocado por el tacto de los suaves pechos de Terumi, así que miro a los ojos escuchando las palabras que salieron de su boca.

¿Malgastar?

Tu piensas que hacer que te digan que haces un buen trabajo, llegaras lejos ―se despego de Naruto-sama, dos pasos atrás y puso su mano en su cadera, presumiendo su figura―. Eso solo hará que los demás te dejen todo su trabajo. No llegue lejos por ser sexy solamente, sino porque sabia que tenia que hacer llegar a donde estoy. Este o no en mi oficina como debería, todos los que están debajo de mi saben que soy buena en lo que hago incluso mis clientes.

¿Contar dinero? ―pregunto Naruto-sama.

Esa es solo la punta de todo lo que hago ―exclamo―. Rastrear dinero faltante, desvíos, manipulación. Por eso mi agencia tiene tantos clientes.

No suena que haces cosas legales ―sintió un nudo en su boca mientras que Mei se gasto toda su bebida.

¿Debería importar? No cuestiono los negocios de mis clientes, mientras me paguen todo esta bien. Piensas que lo hago por el dinero, claro que no. Soy una empresaria, el dinero no es lo que importa. El dinero solo es un marcador, lo que importa es el poder que alcanzas y la influencia de lo que puedes tener a tu alcance ―una revelación―. Puedes morir siendo un don nadie o morir siendo alguien.

Palabras que hicieron pensar a Naruto-sama, recordaron algo. No se movió durante los siguientes segundos pero su rostro mostraba su duda existencialista que le hizo pasar Terumi con sus palabras.

»¿Vas a quedarte allí, Naruto?

Lo siento, estoy acostumbrado a trabajar, no a relajarme ―mostró pudor Naruto-sama ante las provocaciones que le hacia la mujer.

No te gane con el propósito de que trabajes para mi, para eso tengo a Kurenai ―dijo Mei―, me pareces lindo y quiero saber que escondes bajo esa camisa.

Sentada de regreso en su camastro, con el ojo en su persona. No tuvo mas opción que obedecerla, me hubiera gustado estar allí para ver tal espectáculo junto a la señorita Mei. Botón por botón se quito su camisa revelar su cuerpo joven y marcado, quedo solamente en ese modesto pantalón veraniego recortado. Pero aun así era todo un espectáculo.

¿Porque esa expresión? ―los mechones de pelo de la señorita Mei cubrieron sus ojos, pero un destellante brillo rojo hizo notar sus pupilas. Como un animal salvaje que ha encontrado su siguiente presa, pero para Naruto-sama fue una señal de peligro. Pero un movimiento de la señorita Mei y ese letal brillo se esfumo, sus pupilas se distinguieron cuando ella miro hacia la izquierda, soltando una sencilla risa.

Eso debería decirte yo ―cruzó las piernas con atractivo despacio―. ¿Esa es la cara que pones estando ante una mujer como yo?

Bueno…

Llevo su puño sobre su boca y acomodo su voz ante la sugestiva idea por la que Terumi le estaba haciendo pasar. Con la respuesta que le dio Naruto-sama, no tuvo mas opción que mostrarse mas... intensa.

¿No te parezco… atractiva?~ ―se montó en su camastro mostrándose indefensa y al mismo tiempo deseosa por algo de atención varonil, aun si bien Naruto-sama tenia un auto control por sus impulsos cada vez mas descontrolados por estar fornicando, resultado de ser el amigo sexual de Shizune y Tsunade, cuando la oportunidad de se le presentaba, era muy tonto negarse a esta oportunidad―. Serias tan amable y me podrías poner bloqueador por mi cuerpo, Naruto.~ No quiero tener la piel quemada.

Le entrego una botella de bloqueador que tenia escondido bajo su camastro. Puso su espalda al alcance de la manos de Naruto-sama, sus manos eran pesadas, presionaban su piel y se deslizaban de su espalda baja hacia arriba y de regreso.

Por la voz que haces, supongo que lo hago bien ―sonrió, claro que sentía la mirada pícara de Terumi, pero él fingía. No por evitar cruzar miradas con ella o ver el borde de sus pechos cuando se presionaban contra el asiento playero, simplemente no quería parecer obvio que tenia puesto el ojo en ella.

No lo haces mal, aunque puede ponerse mejor~ ―con una sola de sus manos, la señorita Mei deshizo el amarre que sujetaba su bikini y los tirantes se soltaron, mas en ningún momento quito los ojos de encima de Naruto-sama―. Espero y no tengas problemas, pero mis pechos también necesitan… ¡Ay!

Levanto su espalda mientras las manos ágiles de Naruto-sama jugaban con sus senos como si un panadero ablandara la mezcla antes de separarla en pequeños bollos que llevaría al horno. Con las rodillas como pies en el camastro, Mei se puso juguetona sintiendo su cuerpo entrar en calor ante la buena técnica que empleaba.

¿Que pasa, Mei? Esperabas que actuara como un inocente ―sus dedos se deslizaron hacia los pezones de la pelirroja―. Puedo sentir como tus pechos se van poniendo duros ¿Crees que no notó lo ardiente que eres?

¿Te parezco ardiente?~ ―a pesar de las condiciones, Naruto-sama fue el primer el hombre que le dice lo que ella quiere escuchar, de cara a cara. Dijo la señorita Mei.

Pegada a él, siente su enorme aparato que decide saludar a Terumi. Curiosa, comienza a rozar provocativa mente su trasero redondo sintiendo en medio el bulto de Naruto-sama cada vez haciendo mas grande, o eso me cuenta.

Una personalidad sedienta de sexo comienza a tomar control de su persona, cada vez menos le importa la moralidad de ser fiel a su novia, a la que no le ha contado que ahora esta trabajando para la señorita Mei Terumi. Una personalidad que solo le interesa estar satisfaciendo su templo que es su carne.

¡Eres una bestia! ―grita la señorita Mei con Naruto-sama detrás de ella, su hombría se muestra violento abriéndose paso por su interior. Sin nada que morder para tapar su atrevida voz que la hacia producir, las piezas de su bikini yacían en el suelo de mármol color crema cercano de su piscina―. ¡Sigue y no pares, sigue y no pares!

Olvidaron por completo que no estaban solos en la casa. Kurenai vino a entregar los documentos de antes ya impresos y organizados, corroborados por ella.

Señorita Mei, ya tengo los documentos listos para… ¡Señorita Mei! ―impúdica imagen de lo que presencio.

Yacía sobre Naruto-sama, su cabello lo tenia suelto y sus ojos se retorcían ante la demencial éxtasis que le hacia sentir, sus labios se torcían en una sonrisa mientras todo su cuerpo se bañaba en un orgasmo. Las manos firmes y duras de Naruto-sama apretando sus glúteos. Su hombría que no se detenía en explorar las cálidas profundidades de la vagina de la señorita Terumi, los fluidos que se escapaban de su coño se notaban en el desliz de su pene que la machacaba. Su lengua acariciando sus pezones, los dedos de sus pies se tensan.

¡Eres una bestia, Naruto! ―la escucho gritar su asistente, la mente de la señorita Mei estaba a nada de colapsar de un nivel placer tan demencial que no sintió antes―. Tu pene se mueve con tanto animo que mi vagina esta en llamas, no pensé que fueras tan bueno.

¿Donde lo quieres? ―estaba llegando al máximo Naruto-sama―. ¿Donde quieres que me venga, señorita Mei?

¡No me importa donde lo hagas, solo hazme llegar!

Su voz se descontrolo, alcanzó el máximo nivel y su cuerpo sintió la descarga eléctrica producida por su segundo orgasmo alcanzado en un mismo día en menos de una hora. Los segundos pasaron muy rápido mientras Naruto-sama continuaba empujando su aparato antes de liberar todo su semen hasta que sus bolas se vaciaron de nuevo. Un quinto orgasmo alcanzó Naruto-sama en comparación con la señorita Mei. Luego de eso, ambos quedaron mirándose deseando más, la travesura en sus caras se notaba a distancia, pero fue entonces que logro notarla.

»Kurenai, Estoy ocupada.

Tuvo que arrugar su frente para mirar atrás de su camastro y ver a su sonrojada asistente que tapaba gran parte de su rostro tratando de ocultar su pudor tras mirar sin perderse ningún detalle.

¡Lo siento señorita Mei! ―exclamo llena de nervios―. Solo venía a recordar le que tiene la reunión en una hora, ya traje y revise los archivos como usted lo pidió.

Oh si, lo había olvidado ―le arruinaron la fiesta―. ¿Que te parece si seguimos divirtiéndonos esta noche?~

Pregunto lo obvio: ¿Esta noche? Pero solo unos segundos luego de razonar, Naruto-sama corrige su ultima respuesta.

No esperes que te deje dormir.

No la dejo dormir para nada, justo como dijo. En su cama lujosa la tenia dominada, su trasero de la señorita Mei en alto y la polla de Naruto-sama la moldeaba para ser su nueva perra. No sabía de su existencia antes, pero pudo intuir el interés que ella puso sobre él, pero decidió hacerse cercano a Terumi. Le gusta tirar de tu cabello cuando te pone como la perra que eres para Naruto-sama, le gusta oírte gritar y mas aun gritar por su nombre.

Es insaciable, puede hacerlo sin detenerse y continuar mientras ves como su gustosa expresión se hace cada vez mas intensa, como si su pelvis tomara el control de su persona y de sus movimientos. No importa cuantas veces eyacule, su hombría se mantiene dura y fresca, el sabor de su polla se hace más agradable. No quieres que pare, pero tampoco le puedes pedir que se contenga, ser gentil en el amor jamás fue lo suyo.

V

¿Sarada-san? ―tuve que interrumpir su relato―. ¿Sarada-san, se encuentra bien?

Ya no me hablaba del relato entre su predecesor y la controvertida dueña de la agencia de contadores sin nombre que cometió un gran escándalo. Mi anfitriona pronto comenzó a mostrar señales de sufrir espasmos que hacían retorcer su cuerpo pero trataba de disimular esto. Sus propias historias también causaban reacciones a su persona, como a mi.

Perdona, querido ―me responde, suspirando pesadamente, empiezo a notar en sus brazos como las gotas de su sudor se van haciendo presentes, toma un servilleta de nuestra mesa y limpia primero los rastros de sudor de su cara―. El solo recordar los momentos de pasión sin freno que sentí con Naruto-sama.

Solo puedo mostrar una sonrisa nerviosa notando que los lentes de Sarada-san se opacan dado el vapor que ella misma emite.

Si quiere podemos….

No, estoy bien ―me contesta antes de volver a tomar de su copa y dejarla vacía―. Aun no termino con mi relato.

...Por favor, no se detenga ―pido gentilmente. A lo cual Sarada-san solo me muestra como se siente aligerada, toma su blusa por debajo de su busto y se ventila, todo su cuerpo esta comenzando a arder.

Si tu lo pides ―sostiene su copa mientras nuestro mesero en espera lo rellena―. Él estaba molesto con lo que le hizo, lo aposto como si fuera un objeto mas en su bolsillo esa noche y todavía tuvo el descaro de perderlo, pero tampoco le importo al parecer. No hablo de eso con nadie, nadie noto la ausencia de Naruto-sama durante ese mes, ni siquiera mi madre, mucho menos Hinata supo durante ese tiempo que él había dejado de ser parte de Konoha industries.

Quiero preguntar algo antes de que siga, disculpe ―esperaba que se molestará, pero su temple era bastante sereno, era una montaña inamovible. Adelante, la escuche decir―. ¿Tan irrelevante es la esposa Hinata en esta historia?

Créeme, aun falta mucho para que llegue el momento su momento para robarse el protagonismo en esta historia ―respondió―, pero continuando.

VI

Mi madre dijo que luego de haber visto la desnudez de Naruto-sama y de su semblante, las noches en las que mi padre estaba muy lejos de casa, de pronto se hacían de largo insomnio. Noches en las que venía a su mente lo que vio, jamás pensó en Naruto-sama como un hombre, mas que solo un amigo y en ella como una buena amiga.

Mientras yo dormía en mi cuña protegida por mis peluches y mi candelero, mi madre sufría de incesantes calenturas que la hacían imaginar al mejor amigo de mi padre en lugar de él.

¿Que pasa conmigo? ―eran cosas como esas las que Sakura decía cuando se masturbaba, sin poder quitarse de la cabeza la grabada imagen de su pene―. ¿Porque no puedo dejar de pensar en su pene?

Con su pijama desabrochada, los pantaloncillos de estos bajados para que su mano izquierda pudiera jugar con los labios de su vagina, llegando a introducir sus dedos en su lugar, porque el solo acariciarse allí ya no le bastaban. Su otra mano apretaba los pezones de sus tetas y las estiraba como retorcía. Su aliento se volvía pesado, pero trataba de ocultarlo de los vecinos y de mi.

»Sasuke… espero que regreses pronto y puedas calmar esta sensación a tu esposa de otra forma… no… no debo pensar en eso. Naruto es un tonto, pero es solo un amigo. Es solo un buen amigo. Además, Hinata y él… cierto. Hinata como te envidió, pero incluso tu te estás perdiendo de algo que incluso en este momento yo deseo de Naruto.~

Esperando no verlo, hizo todo lo posible para no acercarse a la torre, por lo cual nunca supo que Naruto-sama no estaba.

Un monologo que mi madre tuvo el descaro de contarme, si me alguien me pregunta. Pero era cierto, Hinata-san era una mujer muy inocente, como el romance mismo que tenían, ella lo evito ver durante todo ese tiempo. Nunca cruzo por su cabeza la mas mínima sospecha de que Naruto-sama le engañase en ningún momento, aunque tampoco podía estar siempre buscándolo. Con la estricta familia en la que nació. Ya era un alivio que sus padres permitieran que andase con él pero con el empeño que tenía Naruto-sama por ganarse a los Hyuuga. Sabia que estaba día y noche dedicándose a mostrar su valía. Lastima que no pensara que estaba follando a otras con otras, eso estaba haciendo.

VII

Shizune no espero mas de una semana y tuvo que encarar a Tsunade por lo que hizo antes. Espero pacientemente durante esos siete días a que ella hiciese algo para recuperar a Naruto-sama de su terribles decisiones. Pero la vieja se mostró indiferente con lo que hizo.

¡Se acabo no puedo aguantar más! ―grito Shizune azotando sus manos sobre el escritorio de Tsunade mientras ella hacia lo suyo.

¿De que rayos hablas? ―levanto su rostro poco interés en el alboroto que le hacían―. Sea lo que sea, estoy ocupada.

Tuvo un arranque de ira Shizune con esa respuesta que le dieron. Arraso con todo lo que tenia Tsunade en su escritorio y lo termino arrojando al suelo, tanto papeles como el equipo de computo en el que tenia sus dedos puestos en el teclado.

¡¿Como puedes ser tan descarada?! ―grito Shizune, a lo que la anciana le pidió explicaciones antes de llamar a seguridad para que la sacasen de allí―. ¿Apostaste a Naruto en ese estúpido juego por tu tonto ego y con que razón? Es lo mas bajo que te he visto hacer, Tsunade. ¿Que acaso no sientes remordimiento?

Solo era un asistente, alguien para una tarea para la que recuerdo decirte, no lo necesitaba ―prestaba atención, sin embargo no estaba poniendo ningún interés―. Lamento haberme desecho de tu novio pero las relaciones romanticas entre compañeros de trabajo es un crimen contra la moral de esta industria.

Aun así, creí que te importaba ―exclamo Shizune―. Como te importo Dan un día.

Un nombre que solo era conocido por ellas dos. Uno que no había escuchado hacia mucho tiempo, eso no significaba que estaba de humor para volverlo a oír. Cual fiera, Tsunade se levanto e incluso tiro su silla y encaro a Shizune, muy agresivamente.

¡Te dije que no volvieras a mencionar su nombre! ―grito, aunque el escritorio en medio de ellas dos, sabia que cuando la provocaban, llegaba a adquirir una fuerza sobre humana―. Como te atrevés a comparar a alguien que fue bueno con esa sabandija traicionera infiel que es Naruto.

El silencio reino en la oficina. El rostro de Tsunade-sama se bajo para que no la viera llorar la unica que ella se atrevía a llamar amiga y sin embargo, Shizune logro ver como de la CEO se escapaba una lagrima.

Entonces lo admites ―exclamo Shizune―. Naruto, te importa.

Tiene novia, además es solo un niño ―realmente no era un niño. Tenia 19 años―. Soy una mujer madura, necesito un hombre de mi edad. Ni siquiera es japones.

Si claro, te he visto follar con hasta diez muchachos mas jóvenes que Naruto y al mismo tiempo en esa oficina, pervertida solterona ―contesto, ahora la indiferente era Shizune―. Naruto quería te admiraba Tsunade, una vez me contó que soñaba en llegar ocupar tu lugar y dirigir una industria tan grande como esta. Incluso él te amo y que hiciste tu, herirlo. Se esforzó como nadie lo ha echo y solo por aprender de ti, incluso puedo decir que él aprendió mas de lo que nunca le enseñaste.

¿De que rayos hablas?

¿Quien te dijo que comprarás el hospital de Kioto para hacerlo centro de pruebas medicas para que Konoha entrara en la competencia farmacéutica? Fue Naruto, el hizo los papeles, reviso las leyes y arreglo las reuniones para que pudieras con la compra con todas las normas en regla. Lo único que has echo es poner fabricas en otros lados del continente sin una visión clara de expansionismo o mercado ―revelo Shizune―. ¿Naruto tiene la mas mínima preparación educación escolar y como se lo agradeces? ¿Como puedes ser así?

Lo se, eso me sorprendió. Para ser un inmigrante sin educación lo hizo bien ―comento Tsunade con despreció.

¿Porque insistes con eso de que sea un inmigrante? ―repitió Shizune dudando de la moralidad de Tsunade, una moralidad racista o xenofoba nunca antes vista. Aunque parecía uno, realmente no era de este país y solo por eso solo lo consideraba un juguete―. Naruto soñaba con que algún día pudiese ocupar ese asiento tuyo y dirigir esta industria, por eso acepto todos los malos tratos que le has echo pasar solo porque pensaba algún día lograría estar en tu asiento. Él te respeta mas de lo que tu puedes despreciarlo y solo verlo como un pasatiempo para ti. Incluso llego a enamorarse de ti, pero tu como la cobarde que eres.

VIII

Fue durante la guerra de indochina en la lucho y que marco a Tsunade. Cuanto tenia la edad de Sarada-san, un año mayor tal vez, como ella me ha contado; se ofreció como voluntaria a ser enviada a la creciente crisis humanitaria vivida en la región, todo por no despegarse de su novio en esos años: Dan. Realmente no se si eran novios, Shizune le contó a Sarada que no tuvieron una relación formal, se conocían durante años. Él la apreciaba mucho, Tsunade lo amaba, es lo que recuerdo decir de ellos.

La labor de las autodefensas enviadas como fuerzas de la ONU tenían la labor de abrir un corredor humanitario para sacar a los camboyanos victimas de un régimen opresor de su genocida líder, pero todo fue un infierno.

No pudieron crear ningún corredor humanitario dado los constantes luchas guerrilleras lanzadas por vietnamitas y camboyanos, ademas de los intensos bombardeos lanzados por americanos y las naciones comunistas. Solo se pudo levantar un extenso campamento médico que funcionara como una zona de exclusión en medio del conflicto, albergando a soldados de cualquier bando que pudieran rescatar y que necesitarán urgentes atenciones.

Durante ese tiempo, Dan formaba parte de los esfuerzos por crear si o si ese corredor de evacuación humanitario, pero sobre todo mantenerlo en pie. Mantener la zona de exclusión de combate era difícil. Constantes bombardeos enemigos que estos clasificaban como errores tácticos. Después de meses de intentos fallidos y ataques camboyanos que saboteaban los planes, se logro crear ese corredor humanitario. Vietnam acepto recibir a los refugiados como una prueba al mundo de quien era el enemigo en esta nueva guerra, el líder genocida Pol pot. Pero aclararon no poder brincar apoyo a las fuerzas de la ONU ya que Vietnam tenia sus propias prioridades. Derrocar al regimen de camboya.

Entonces ocurrió en esas encarnizadas batallas contra los adoctrinados gemeres rojos apoyados por bombardeos lanzados desde china que terminaron con la vida de Dan. Un convoy de camiones de las naciones unidas volvió luego de realizar un éxodo numeroso de civiles y heridos. Volviendo a la zona de exclusión con mas heridos. Japoneses y los enviados australianos para servir a los intereses humanitarios que fueron ayudados.

Ese día: 26 de mayo de 1983. Un convoy de camiones volvía a la zona luego de a completar una evacuación, de diez camiones todos regresaron. Todos, cubiertos de balas y chamuscados por el fuego enemigo. Cristales rotos si es que no estaban cubiertos de sangre. Con soldados heridos que defendían el paso de las caravanas en puestos vitales, algunos con extremidades amputadas por los disparos de morteros y explosivos, notable en sus piel quemada.

Entraron los camiones a toda prisa en el campamento médico a las afueras de la abandonada ciudad camboyana, rápidamente otros soldados llegaron para recibir a los nuevos heridos en esta mortal cruzada y llevarlos con los médicos. Muchos heridos, doce en total ante este largo viaje de cuatro infernales horas de ir y volver. Cuando el conductor del tercer camión dirigido por los australianos vio como abrían la puerta de lado de su copiloto, una tragica escena vieron. Un moribundo soldado con un artefacto explosivo atravesando su estomago.

¡Cuidado! ―grito el australiano―. El misil aun esta activo.

Tsunade estaba entre los médicos de ese escuadrón cuando empezaron a recibir a los heridos. Un descanso que tuvo entre operaciones, venía recibir a su amado que debería estar en ese camión. Dejo al resto de sus compañeros (Shizune entre ellos) bajar al soldado y llevarlo con cuidado a una zona especial donde tratar su peculiar caso.

Un día antes el grupo de este camión perdió a uno de sus soldados escoltas en otro escape. Necesitando de un soldado que cubriera ese faltante elemento para asegurar la evacuación civil, Dan se ofreció entre los australianos.

¿Dan, donde está? ―pregunto Tsunade, pero su preocupación al no verlo se hizo mas aterradora.

No le presto debida atención, pero la parte trasera del camión estaba reventada. Un ataque enemigo sin duda. Los cuatro soldados que debían proteger a los cincuenta civiles que como máximo. Transporta estos camiones estaba cubierto por humo y rastro de fuego. Un hueco en su costado izquierdo trasero dejaba ver a los soldados de este sargento cuyo nombre no quise agregar luego de investigar mejor el suceso. Estaban muertos. Pero faltaba uno.

Tsunade no quería creer que Dan faltará, esos soldados tenían quemaduras y heridas de bala que les costaron la vida. Así que comenzó a echarse para atrás con pasos lentos, entonces noto al sargento a su derecha con profunda vergüenza en su mirada, pudo verle. No hubo palabras, solo silencio mientras los soldados bajaban al resto de heridos y muertos tras otra difícil evacuación.

De un bolsillo que tenia el australiano en su uniforme, saco una mano cercenada; no por un cuchillo sino una explosión. Un disparo de mortero con una suerte maldita logro dar al camión cuando el convoy estaba regresando por ese largo corredor. El lugar donde tuvo que golpearles tan mortal disparo, era donde Dan mantenía su puesto. Su mano derecha era lo único que quedo de Dan.

Lo siento ―exclamo el sargento entregando la mano a aquella mujer que preguntaba por él, los ojos en Tsunade trataban de no quebrantarse mientras apenas podía tomar lo ultimo que quedaba del hombre que ama―. En verdad lo siento.

No tuvo consuelo mas que en el alcohol, no pudo volver a realizar ninguna cirugía mas después de eso, ver la mano cercenada de Dan le genero un trauma severo en Tsunade. Lo que la ayudo a salir de allí antes de que acabara la guerra, Shizune nunca supo porque se salió pues nunca dio una explicación a nadie por mas que le preguntaron y le rogaron que se quedara porque la necesitaban. Algo a lo que Tsunade solamente contestaba: no puedo quedarme más.

IX

Cayó la noche, pero Tsunade no pudo recuperarse luego de la discusión que tuvo con Shizune. No hizo nada mas que quedarse sentada mientras todo lo que había en su escritorio se quedo en el piso. Se sumergió en sus dolorosos recuerdos y de allí no se movió. No hasta darse cuenta que ya era de noche, todos se habían ido y era hora que ella también lo hiciera. Quiso sacar su dispositivo y buscar entre contactos a alguien con quien pudiera olvidar los recuerdos revividos. Pero no tenia ánimos para ver a nadie.

La depresión y el alcohol son los peores amigos que una persona puede abrazar, para Tsunade eran sus mejores amigos. O al menos los únicos que tenia.

Con la botella de sake destapada en mano, tambaleando entro al cementerio de la ciudad. De alguna forma logro entrar sin que nadie se diera cuenta, camino por aquí llegando a tropezar múltiples veces. No había iluminación y la luna estaba ausente esa noche, el escenario perfecto para cualquier historia de terror. Pero la mente de Tsunade estaba tan sumergida en la tristeza que no tenia espacio para sentir miedo por lo que pudiera salir en su camino.

Su cabeza daba tantas vueltas, sus piernas no tenían un rumbo a través de los senderos. Puede que algún espíritu o simple memoria subconsciente lograra guiarla, porque donde sus piernas perdieron fuerzas y todo su cuerpo cayeron al suelo. Fue a un lado de la tumba de Dan Katou, el primer hombre al que amo y que sabia, él le amaba a pesar de no poder decírselo de cara.

¿Dan? ―pregunto. Aun sin la luna, la tenue luz de las estrellas logró de las estrellas en el cielo contaminado lograron iluminar el nombre tallado verticalmente en la piedra―. Eres tu.

Sus lagrimas cayeron al suelo deslizándose por sus mejillas teniendo su rostro pegado a la tierra. El liquido de la botella que aun sostenía, se derramo todo su cuerpo abrazaba el suelo.

»¿Recuerdas que nunca tuviste el valor para decirme que tu también me amabas?

Con esas palabras, tuvo la fuerza para ponerse, aunque sea de rodillas y encarar la tumba su tumba mientras seguía llorando.

Tsunade ―escucho al viento susurrar su nombre, logro escuchar su voz. O tal vez el alcohol hacia que escuchara su voz por medio de los recuerdos que aun mantenía de él.

Perdón si no te he venido a ver ―exclamo Tsunade―, es solo que… ese tonto, es tan idéntico a ti.

El alcohol en su sangre comenzaron a hacer venir las voces de en medio de los recuerdos. Memorias de tiempos dolorosos, mas dolorosos para su corazón que para el estrés cerebral que se producía por recordarlos tan claramente a pesar del sake en su cuerpo.

¿Si eres nieta del fundador de Konoha industries, no deberías ser tu la actual heredera? ―fue el primer dialogo que pudo venir a su mente, una conversación que tuvo con Dan mucho antes de su fatídica muerte. Con su mano en la frente para presionar contra el dolor mental que le producía recordar eso―. Siempre soñé con estar al frente de una industria así, imagina las grandes cosas que podrías logar. Lo lejos que puedes llegar, como ¡Privatizar la paz mundial!

Eso suena estúpido. Además, pasarían muchos años para eso ―lo tomaba algo cómico, Tsunade. Pero nunca se burlo de su imaginación―. Si yo fuera la que estuviese a cargo te tendría a mi lado como mi guarda espaldas personal.

Vamos que ya dije que quiero ser algo más que eso ―dijo Dan, dejándose llevar―. ¿Ser la esposa de la mujer a cargo de una enorme industria suena mejor? ¡Lo que quiero decir es!… mejor olvida lo que te conté.

La lengua de Dan hablo de más y consiguió hacer que Tsunade se ruborizara, el momento en el que sus miradas se cruzaron. Un momento que pudo volverse mucho mas romántico, pero el mismo Dan decidió arruinar la situación.

El dolor de su cabeza fue más fuerte, demasiado que ya no hizo el mas mínimo intento por combatirlo, un zumbido que se hizo tan denso en su cerebro que su dolor mismo desapareció. Quedando solamente una Tsunade caída de rodillas, cual drogadicto sumido en tan perdido en las drogas.

X

Cuando esa noche comenzaba, la señorita Mei tenia una cita con un hombre. Todo iba de maravilla hasta que la cita estaba terminando. Naruto no estaba en su casa, luego de darle hospedaje, pues ahora que era suyo ya no se hospedaba en el hotel Bushido. Como juguete de una nueva ama mas que permitirle, quería que durmiera todas las noches con ella. Pero esta vez la señorita Terumi quería dormir con alguien, tuvo que pedirle irse solo por esa noche.

Como un perro por mascota, lo soltó fuera de su casa para que no fuese una molestia esa noche. Pero la noche tenia otro planes.

El hombre como caballero, decidió acompañarla hasta su casa, pero la señorita Mei no quería que solo le despidiera una vez la dejo en frente a su puerta. Lo atrapo con los labios y entraron sin mirar, le quito la corbata mientras él con sus manos en su cintura iba bajando sus manos hacia sus glúteos, pero justo cuando la noche comenzaba a ponerse caliente. Algo en ese tipo le hizo detenerse. Lo cual hizo que la señorita Mei se quedará confundida y empezara a preocuparse.

Se disculpo con ella, se dio media vuelta tras tomar su corbata y luego se fue. Sin tanto ruido mientras Mei misma se cuestionaba que salió mal, pensaba que tal vez este hombre era el indicado, pero todo termino mucho antes de pasar.

¿Que no dijiste que tenias una cita esta noche? ―pregunto Naruto. Una llamada de la señorita Mei y tuvo que volver, no tenia planes para esa noche, lo saco de improvisto así que volver no fue un pesar para el señor Uzumaki, me cuenta Sarada-san.

Termino siendo un fiasco, otra vez ―dijo Mei, se mostraba desanimada al igual que dolida cuando servía una copa de whisky para su joven gigolo, dejo la botella en la mesa de centro de su sala donde estaban reunidos sentados lado a lado con la atención puesta en el otro―. Dios, ni siquiera estoy de humor para beber.

¿Señorita Mei? ―solo dio un sorbo a su vaso cuando ella decidió ponerse de pie.

Se puso frente a Naruto y ante la mirada inamovible que tenia, fue tirando su vestido al suelo, mostrando que tenia debajo de su ropa llevaba un sostén sin tirantes, para no quitarle lo seductor de su favorito vestido azul sin tirantes. Unas bragas semi trasparentes de color oscuro ocultaba debajo. Pero a pesar de todo esto, ella seguía viendose desanimada.

Dime, Naruto ―exclamo, antes de estirar los brazos sobre su cabeza, exponiendo de forma llamativa su belleza para él―. Dime, te parezco atractiva para mi edad.

¿Que?

Tal respuesta fue un clavo mas en la tristeza que sentía Mei, sintiendose la mujer mas miserable le dio la espalda luego de bajar sus brazos.

Tienes una novia muy bonita ―una declaración de la señorita Terumi que hacia confundirse a Naruto―. Pero, si no la tuvieras. ¿Saldrías con una mujer de mi edad?

Llevaba hospedado en la residencia de la señorita Mei desde que ella lo gano en ese juego ílicito de poker. Han compartido historias mas allá de solamente hacer que sus cuerpos se conozcan durante los últimos veintidos días de los treinta que estuvieron juntos.

¿Bromeas verdad? ¿Quieres saber mi respuesta? ―escucho decir a su joven, solo giro su cabeza un cuarto de vuelta hacia la izquierda y pronto sintió sus manos tomando su cuerpo.

Las manos del joven Naruto acariciaban sus senos mientras sus labios buscaron los de la señorita Terumi y se encontraron al mismo tiempo. Sus manos pusieron los senos de la madura parar sentirlos mejor.

Lo llevo hasta su habitación, como siempre lo ha echo, sin embargo Mei decidió darle primero placer a él. Su boca deslizaba la hombría de Naruto con mucha pasión, movimientos tranquilos y largos, impregnando de su sabor hasta su garganta. Su lengua no se movía mal, daba vueltas alrededor de la punta de su hombría mientras que su mano derecha con la que sostenía su hombría apretaba fuerte y se movía de arriba hacia abajo con mas insistencia que la que hacia su boca.

La noche crecía, como la gustosa sensación dentro de la señorita Mei que movía sus caderas de arriba a abajo con movimientos lentos como continuos, disfrutando de sentir la dura hombría de su gigolo. Siempre es agresivo, brutal y desenfrenado, eso le gustaba la señorita Mei, pero esta vez lo estaba saboreando, primero con su boca y ahora con la boca adecuada.

Se siente bien ―la oyó decir Mei, los ojos de la madura pelirroja se desvían de sus ojos, un manjar visual que tenia de su cuerpo―. Dios, tu polla es tan buena. Dejame disfrutarla así un poco más.~

Cuando el joven Uzumaki tuvo la oportunidad de tener el control, siguió siendo con ese ritmo lento y delicioso para la señorita Terumi ahora que era ella la que estaba debajo. Empujando su aparato a lo mas profundo que Mei no sentía con ningún otro hombre mientras que el señor Naruto saboreaba sus tetas. La boca y rostro de la madura no podía ocultar sus expresiones o su voz atrevida gracias al talento sexual que tiene su gigolo. Sabe donde acariciarla, donde besarla y como hacerle el amor.

¿Vas a venirme Mei? ¿Quieres venirte tu también? ―él quería eyacular, su aparato le hacia saber que estaba a nada de liberar el contenido de su leche en producción. Las paredes de la pelirroja pronto se hicieron cuales paredes abrazadoras que no querían que la hombría se le escapara, al mismo tiempo este lugar suyo estaba bañando la polla de su gigolo con previos fluidos vaginales.

¡Si! ―declaro con voz fuerte, antes de tapar su boca―. Eres el único hombre que ha hecho que mi cuerpo alcance este nivel.

Sus movimientos comenzaron aumentar de intensidad y su boca dejo de consentir a sus senos, su lengua escalo su piel hasta su cuello donde los dientes de Naruto cual vampiro querían dejar un marca en la señorita Terumi.

¡Estás muy mojada! ―grito.

Lo estaba en verdad. Cuando su polla se volvió loca con sus movimientos, tuvo la mala suerte para Mei que se deslizará fuera y la liberación femenina que ella padecía terminara bañando las sabanas de su cama más que al aparato de Naruto como quería la señorita Mei.

Tras ver como sus piernas se retorcían de placer ante su orgasmo, el joven Uzumaki vino de inmediato y puso en la boca de Mei su aparato. Follando su boca como si fuera su vagina que le echo hace poco. Empujes agresivos como asfixiantes, contaría Sarada-san en sus palabras hasta que Naruto libero toda su espesa mezcla en la boca de la madura. No pudo tragar todo, pero tampoco lo dejo salir de su boca.

Salvaje~ ―la escucho decir.

Entusiasmada por fin, con el sabor de su aparato en los labios, un beso desenfrenado sentado en la boca de Naruto mientras ella buscaba salir de la cama con su joven amante detrás. Mei puso las manos sobre el mueble de noche junto a su colchón e inclino su cuerpo para su gígolo abriendo las puertas para él, pero en lugar de entrar con todo, primero saboreo su vagina solo un instante antes de poner su aun dura polla devuelta en el agujero de la señorita Terumi.

»¡Oh dios mio!

Blasfemia que salió de boca de la pelirroja ante el brutal empuje que le lleno.

Estás tan mojada que pude meterlo hasta el fondo tan fácil ―dijo el joven Naruto antes de comenzar a moverse a su propio y brutal ritmo.

Los gemidos salientes de Terumi se cortaban con las embestidas que recibía, la punta de ese pene golpeaba contra la puerta de su útero. Sintió sus manos tomar su cuerpo y sus senos sobre todo, de nuevo; presionaban sus pechos contra si mismas mientras ella miraba su cuerpo pasando por debajo su rostro. Su vagina goteaba y manchaba el piso de cuarto.

Mas vale… ¡que te vengas dentro esta vez! ―tardó mas en decirlo a que ocurriera. Ahora el piso de su habitación se mancho de semen.

Decidió empujarlo contra la cama y ponerse de rodillas ante Naruto, para colocar la piedra que era su pene entre sus senos. Aunque estos no le cubrieran tanto como los de Tsunade, el masaje que la señorita Mei fue de gran disfrute para él.

Tomaron asiento en medio de la cama luego de untar fluidos pre seminales sobre sus pechos. Donde la pelirroja madura no paraba de besar a Naruto mientras sus cuerpos se abrazaban en medio de la escalada que sus aparatos cometían por ordenes de ellos.

¡Mei!

No pares, no pares para nada Naruto ―decía ella sufriendo un nuevo orgasmo, sus uñas las enterraba en la espalda del rubio mientras todo su ser se aferraba a él―. Llename… ¡Llename toda!

Su cuerpo pudo experimentar un nuevo tipo de orgasmo al sentir su interior llenado hasta el limite de la semilla de su gigolo. Después de eso, toda sus fuerzas se esfumaron en un orgasmo sin igual, contaría Mei a Sarada y luego ella a mi.

Poco más de haber sufrido tal experiencia tan gratificante, estaba ella acostada sobre Naruto, sobre su pecho específicamente.

Otra vez, clavaste tus uñas en mi cuerpo ―comento Naruto con mas calma en su cuerpo que la señorita Mei que seguía tan llena de pasión. Pero ella no contestaría nada a sus palabras, un giro daría al tema esa noche.

Casate conmigo, Naruto ―exclamo Mei, lo cual lo hizo paralizarse, saliendo de su boca una expresión de lo desconcertado que estaba al respecto―. Se mi hombre y te daré todo lo que quieras.

Empezó a untar su cuerpo sobre Naruto mientras lo llenaba de besos mientras él solo no podía reaccionar.

Mei...

Solo te pido que me hagas el amor siempre como tu esposa y hazme feliz.~

¿Que podría arruinar esa noche? El agresivo golpeteo de la puerta de su casa sería que interrumpiera la noche, con la agresividad que pegaban a su puerta, la noche que comenzó apasionada y paso a ser incomoda, ahora se estaban haciendo más terrorífica.

¡Mei, abre la maldita puerta!

...¡¿Tsunade?! ―ambos reconocieron la dueña de esa voz, pero sobre todo Naruto.

¿Que hace ella a esta hora aquí? ―Terumi tendría el mismo sentido de terror cuando sintieron la voz iracunda de la rubia madura atacando su puerta.

Dejando su ropa en la sala, pero olvidando Mei que tenia un clóset con toda su galería. Opto por salir con una sabana cubriendo su cuerpo como si fuera una toalla mientras Naruto tenia su ropa en el otro lado del piso de la habitación, pero demoraría ir tras Mei.

Tan solo salió de su habitación y un estruendo mucho mayor viniendo de su puerta asusto por completo a Mei cuando miro por el balcón de las escaleras del segundo piso donde estaban. Tsunade con su fuerza sobre humana vino a romper la puerta de sus bisagras, sin saber que la alarma silenciosa de la casa de la señorita Terumi fue activada.

¡Mei! ―grito Tsunade, con el alcohol en su mente y la botella de sake en mano, levanto la vista y vio a la desnuda pelirroja, comenzó a caminar hacia las escaleras, solo un primer pie en el primer escalón y ella diría―. ¡¿Donde esta Naruto?!

Tsunade, pero que rayos ―trato de enfrentarla, mas cuando la alcoholica mujer reventó la botella que traía, en el barandal de las escaleras, convirtiéndola en un arma blanca con la que le amenzaría―. ¿Que haces?

Me vas a devolver a Naruto…. ¡Oiste, perra!

Se convirtió en un drama de telenovela.

XI

Un cristal se interponía entre Tsunade y Shizune en la visita que le hacia ahora que estaba bajo arresto preventivo. Una estaba decepcionada e indignada con lo que hizo, la otra tenia un moretón en el ojo mientras llevaba puesta prendas de cárcel y una resaca de días que no se le quitaba.

Caíste bajo Tsunade ―dijo Shizune, dueña de la indignada mirada con la que miraba a su jefa del otro lado del cristal blindado de la cárcel para mujeres donde residía ahora―. ¿Que rayos te paso en la cara?

Tuve una pelea con una compañera de celda ―decía―, tuvo el descaró de cuestionar si mis senos eran falsos y bueno, hice caso a lo que se escribe en las novelas baratas y resolví mis diferencias con ella a puñetazos, ahora es una buena amiga.

Lo que faltaba ―dijo Shizune―. ¿No ves el aprieto en el que te has metido? ¿Te juzgarán en una semana sabes cuales son los cargos de perdido?

¿Intromisión? ―no parecía importarle a Senju.

Te fuiste de ebria y no pagaste tu cuenta de cincuenta mil yenes, robaste una botella de sake del bar de veinte mil. Irrumpiste en el cementerio y rompiste la lápida de alguien. Asaltaste la casa de Mei Terumi y la amenazaste con matarla, sin mencionar que golpeaste a los policías cuando te detuvieron. Ahora agregaran el cargo de mal comportamiento durante tu arresto preventivo antes del juicio que tendrás ―resumió Shizune―. ¡No es solo tu persona la que estás arruinando sino también a Konoha, las noticias hablaron de lo que hiciste y ahora los valores de la empresa están bajando en la bolsa!

Que bien ―respondió Tsunade luego de guardar silencio.

No te rindas ―vacías y firmes palabras de aliento.

La mirada inédita que hizo Shizune-san ante tal despreocupación que hacia la vieja Senju ahora que estaba haciendo que su legado familiar y el trabajo de muchos se vea amenazado. No lo soporto mas así que se retiro de allí a los pocos segundos de escuchar su respuesta, mas no dijo ninguna otra palabra antes de quitarse totalmente cabreada, Shizune-san.

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