Business and pleasure (Naruto x Harem)

Esta obra la estaré actualizando una vez al mes, para darme tiempo de seguir avanzando la historia y tenerles una actualización constante. Espero y les agrade.

Kuroka Toujou

 Okusama wa moto yariman - Other face

Nombre: Kuroka Toujou.

Edad: 25 años.

Oficio: desempleada (tercera vez).

Estado civil: soltera.

Medidas: 89/57/86

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Antes de que el amor se acabara la llama se iba apagando poco a poco entre Rias e Issei, sin saber que podría iba a ser la ultima vez que estarían juntos en el amor, el ultimo momento romántico que tendrían.

-Ise, Ise~ puedo sentirlo Issei -gritaba de éxtasis la esposa del castaño mencionado cuando hacían el acto de reproducción marital correspondiente.

Rias estaba sometida en la cama mientras su esposo movía su cintura, llevando su miembro a rincones que solo él conocía de Rias. (eso suponía).

-Rias, te ves tan linda... -perdía el aliento por ocasiones su marido -en cualquier momento voy a correrme... mi amor.

-Hazlo dentro... hazlo~ ha pasado mucho desde que hemos hecho el amor mi amor... ultimamente sentía la necesidad de este momento~ -Rias mordía su dedo meñique derecho a medida que iba alcanzando el orgasmo gracias a su marido. La verdad era que su estudiante la tenia constantemente irradiada de lujuria sexual.

-¡M-me vengo Rias! -grito, su esperma se libero dentro de la vagina de su esposa, inundando su recinto donde los bebes algún día iban a surgir, pero a pesar de llevar unos años ya en el matrimonio, nada ocurría.

El romance termino, el matrimonio estaba agotado y complacido con las habilidades del otro, sin embargo no se sentía como al principio del matrimonio, como aquella primera vez en la que ambos conocieron el cuerpo del otro luego de verse cubiertos por la ropa de matrimonio. Issei ni Rias sabían que sería el fin de su matrimonio.

-"Por fin, ha pasado tiempo desde que lo hice con mi Issei..." -pensaba Rias, estaba recargada en el pecho de su esposo luego del coito -"solo lo hice con kouji todo este tiempo por el me consuela... pero..."

-"Ha pasado tiempo desde que lo hice con Rias" -Issei solo estaba mirando al suelo, desanimado mas que agotado -"pensé que se volvería a sentir como al principio pero..."

-"Siento que ya no estoy amo a Rias/Issei."

Para ser un bar de Palmont town donde todos los bares eran mas bien clubes nocturnos para las personas con millones en esta pecaminosa ciudad. Supongo que era por eso porque se encontraba en un bar sencillo, una taberna común para aquellos que buscan alejarse un poco de la alcurnia que es Palmont town.

Allí se encontraba Issei en una de las mesas, con dos tragos de cerveza en tarros a la espera de que su amigo Natsu, cada fin de semana ambos viejos amigos se reunían para beber ya que eran los últimos dos del circulo de amigos que se conocieron en la preparatoria. Pero parecía que también era el fin de las reuniones de estos amigos.

-Natsu no llegara -Issei estaba desanimo luego de ver que su amigo no llegaba y eran mas de la hora a la que siempre aparecía -¿porque de pronto todo esta muriendo? -primero el amor que sentía por su esposa lo sentía esfumarse, ahora los amigos que había tenido hasta ahora no serían mas que un recuerdo -creo que mejor me voy a casa.

-Dos tarros de cerveza al mismo tiempo ¿no es mucho para una sola persona? -alguna mujer le estaba hablando a Issei, lo cual nunca vio venir.

Solo en aquella mesa del bar, repentinamente una mujer de pelo negro, rasgos felinos (nekomata) y una altura que apenas si rebasaba la estatura de Issei apareció en la otra silla de su lugar. Extrañamente, su corazón comenzó a palpitar de nuevo, como si la vida hubiese sido devuelta a Issei, como si estuviese enamorándose otra vez.

-Eran para un amigo que debía venir, pero no apareció -dijo nervioso mientras tallaba su cabeza, ignorando el hecho de que la nekomata estaba poniendo su interés en él.

-¿Puedo tomarlo en su lugar? -pregunto cariñosamente la mujer, presionando sus pechos sobre sus brazos puestos cruzados en la mesa.

-Puedes tomar la mía también y llevársela a tus amigas, después de todo ya pensaba irme a casa -seguía desanimado.

-En realidad vine sola, me sentía desanimada y cuando llegue vi que no era la única en el mismo estado, pensé que sería agradable intentar animarnos mutuamente -dijo triste -en verdad quieres dejar sola a esta chica aquí, descuida no creo que tu esposa se entere -vio como el castaño se iba a quitar disimuladamente el anillo de la mano, pero los dedos de Kuroka le detuvieron -tampoco es que hagamos algo indebido.

-Si tienes razón.

Unos cuantos tarros de cerveza mas tarde e Issei acompañando a Kuroka hasta su casa en un departamento en otro barrio distinto al que vive el castaño con su entonces esposa. Habían bebido poco pero la nekomata tomo suficiente, ahora la veías toda alegre y sin poder caminar por su propia cuenta, por eso la acompaño personalmente hasta su casa. Aunque llegaban a la puerta de su apartamento entre risas por el alcohol, Issei iba incomodo pues podía verle el escote abierto en el kimono negro con detalles rojos de Toujou ya que intento desnudarse para meterse a una fuente de camino a casa pero él lo impidió antes de exhibirse al publico.

-Aquí es~ -lo bueno que el aliento a alcohol no lo tenia en la boca, como un caballero abrió la puerta de la casa y la ayudo a entrar hasta su cama donde logro sentarse en el borde de la misma.

-Ya te traje... -comento Issei aun mirando los pechos de Kuroka -fue una agradable velada Kuroka-chan, hasta...

-¡No te vayas! -tomo la mano del castaño antes de que caminara a la puerta cuando se dio la vuelta para irse -por favor no me dejes sola... quiero... -jalo a Issei a su pequeña cama donde termino encima de él -quiero que te quedes esta noche~

-No Kuroka-chan no creo que... -de pronto, la nekomata comenzó a frotar su rostro contra el pecho del hombre luego de poder sentir su aroma de Issei al quitarse el saco que iba como parte de su ropa como oficinista en su labor como empleado de Underground industries. Desde el momento que se lo quito en el bar de tanto reírse con Kuroka, su aroma le atraía -Kuroka-chan basta... -la oía ronronear cual gatita era.

-Sabes, eres un buen hombre... -decía la ebria nekomata siguiendo con sus caricias -siento envidia de tu esposa Rias -le contó sobre su esposa -tienen de los mejores empleos en esta ciudad y yo ni siquiera puedo mantener un simple empleo de lo mas básico.

El calor que irradiaba Kuroka con sus palabras y su cuerpo pegado al de Issei, le contagiaban de emociones -te importaría... te importaría hacerme sentir el amor que le das a tu esposa~

-Kuroka-chan lo que me pides es -antes de poder levantarse y decirle que no, Kuroka tomo los labios que Issei había entregado a Rias unicamente en ese momento y los robo -Kuroka-chan... eres hermosa pero... -de nuevo dejo que sus labios fueran hurtados.

-Podemos culpar al alcohol si quieres, aunque sea por una hora~ -exclamo.

Una hora, solo por una hora le daría el amor que ya no sentía con Rias. No tenia idea que esa chica daría vida nueva a una llama que se estaba extinguiendo. Pues Kuroka no tenia nada, ni amigas ni novio, su familia se distancio de ella tras escapar a esta clamorosa ciudad casi nación con la esperanza de volverse alguien, mas no lograba hacerse una vida.

-Solo por una hora, Kuroka-chan  -logro sentarse en la corta cama de la Nekomata donde le tomo de las manos -solo por una hora.

Primero le entrego sus labios a la hermosa mujer neko y las manos de la mujer comenzaron a moverse bajo los botones de la ropa del casado hombre, donde le quito la camisa. Issei en cambio abrió el escote del kimono de la Nekomata y de inmediato, fue a devorarlos sin esperar.

-Nya~ -gimió la Nekomata dejando a Issei hacer lo suyo -chupas mis pechos como si quisieras que salieran leche de ellos -presionaba la cabeza de Issei contra sus senos.

-"Que pasa. Porque no puedo dejar de chupar sus pechos" -sentía Issei que estaba hipnotizados con el escote de la nekomata -"no son tan grandes como los de Rias, tienen un sabor distinto... no puedo."

-Issei, para... si sigues así... -tan solo sus pechos estaban recibiendo demasiada atención, una peligrosa atención que fue recorriéndose por todo su cuerpo -mi cuerpo se siente caliente -su coño iba mojándose fuerte, repentinamente el castaño detuvo las acciones de su boca.

-Perdón, no se paso -se avergonzó Issei. Era como si estuviese teniendo su primera experiencia de nuevo.

-La verdad, eso se sintió bien -Kuroka soltó un beso en la mejilla del hombre, para ir agachándose delante de Issei, dejando -por favor, déjame devolverte el favor~ -le despojo de su pantalón, el rojo en la cara de Toujou aumento cuando descubrió el tamaño del pene de Issei -ara~ tu esposa es muy afortunada, no solo eres un hombre con un gran trabajo, también tienes un buen dote.

-Para, me avergüenzas.

Una ligera sonrisa y la boca de Kuroka se abrió, devoro de poco a poco la polla del castaño. Primero la punta la beso, toda la cabeza después hasta llegar a la mitad del talló de Issei. La lengua de esta Nekomata daba vueltas al rededor de todo su miembro cual mezcladora, lo hacia fuerte y constante.

-Kuroka-chan lo haces de gran forma... -Rias también le hacia una que otra felación de este nivel, pero por alguna razón la boca de tenia mas agresividad que de la esposa de Issei -siento que voy a venirme pronto...

-No lo hagas -paro la nekomata -aun no~ -se subió a Issei y en la cama otra vez se puso encima de él, pero esta vez ella se quito el kimono que llevaba, revelando su cuerpo y sus rasgos características de mujer neko, podía ver sus orejas sobre salir encima de su pelo y su cola moviéndose cariñosamente en el torso de Hyoudou -dime, te parezco...

-Hermosa -tomo la palabra de Kuroka, quedo maravillado con el cuerpo de esta mujer -realmente eres hermosa.

-Bien, ahora -tomo la polla erecta del castaño, para dejarla entrar en su vagina y resbalarse hasta lo profundo -¡Haaa!~ Issei, tu polla es magnifica~ -no podía hablar él, el coño de Kuroka era algo que nunca había experimentado -encaja perfectamente en mi interior, -sus caderas subían y bajaban a un gran ritmo, según Issei quien disfrutaba de igual forma que esta mujer neko.

-"Debería sentirme culpable... pero, no puedo parar" -en sus pensamientos Issei se sentía basura por estar con otra que no fuera su esposa. Mas su cuerpo no paraba de moverse, sobre todo su pelvis, no podía evitar golpear con ello el trasero de Kuroka ahora que la embestía cual animal salvaje luego de buscar cambiar de posición con ella en su cama, ni su boca se contenía cuando se acerco y mordió la punta de una de las orejas de Toujou -"no puedo parar de desear a Kuroka-chan."

-¡Mis orejas! no las muerdas, sino yo harás que... -de pronto, todo el orgasmo y el calor que iban recorriendo su interior se disparo muy de pronto.

-Kuroka-chan, creo que me enamoré de ti -pronunció sin escrúpulos Issei al oído de la nekomata -voy... voy a venirme...

-Espera... ¿que dices? te equivocas... esto ¡Nyaaaa! -soltó un gemido como la mujer neko que era, cuando el esperma de Issei se libero dentro de su coño, la sensación caliente fue su punto de quiebre, a los pocos segundo que este hombre se vino ella también se corrió de tanto placer.

La conversación tendría que esperar, Issei se porto mas intenso que de lo que supuso Kuroka, tanto que termino agotando a la Nekomata y dejándola dormida en su cama. El castaño tomo sus ropas y la dejo dormir, directo a casa antes de que su esposa sospechará al respecto.

Debió quedar catalogado como un error entre ambos, un error cometido por el alcohol que ambos bebieron. Pero surgió mas de lo que debieron obtener. Paso una semana para que se volvieran a ver en ese bar, fue mas incomodo de lo que supusieron, casi todo fue silencio incluso bebieron menos. Acompaño a la mujer de vuelta a su casa como la ultima vez, excepto que no tuvo que ayudarla a caminar esta ocasión. Pero también, fue incomodo el silencio entre ambos.

-Kuroka-chan... -quiso romper el silencio Issei al verla abrir la puerta de su apartamento.

-No me digas, Kuroka-chan no somos nada -reacciono violentamente -lo que paso fue un error, ambos acordamos que sería un error nada mas -la cara de rechazo en el hombre, también le hizo mal a ella.

-Para mi no fue un error -respondió Issei -Kuroka Toujou, te amo -tal declaración puso culpable a la nekomata.

-Vayamos adentro quieres -si su pelea sigue ocurriendo afuera, algun vecino terminaría esparciendo rumores -Tienes esposa -le recordó su realidad.

Volvieron a sentarse en la cama de Kuroka ya que discutir esto en una pequeña mesita en la corta sala del hogar de la nekomata no era cómodo. El departamento era reducido, sala y cuarto casi entrando, una cocina con la entrada del baño al final.

-La verdad, es que creo que ya no amo a Rias, al menos ya no como antes -exclamo mirando directamente al rostro de Kuroka, la hacia sentir culpable.

-Solo fue un error, eso es lo que paso, ese fue el acuerdo -volvió a repetir la Nekomata pero vio que Issei no se daría para atrás sin importar que lo dijera una y otra vez.

-Sabes porque me enamore de mi esposa -procedió a contarle -porque me sentía vació cuando la conocí, solo quería verla a ella, estar con Rias, preocuparme por ella, hacerla feliz. Despertar con ella a su lado, y cuando llegáramos hacer el amor la primera vez... me sentí en el cielo. Cuando nos casamos sentí lo mismo pero desde hace un año, ya no es igual. Aun me alegra verla todas las mañanas conmigo, en la comida, cuando miramos la tele me gusta verla reírse; pero cuando te vi esa noche, cuando hablaste conmigo, cuando te reír, cuando vi... cuando sentí tu cuerpo. Quería quedarme contigo en la cama y despertar contigo en esa cama. No sentía a mi corazón latir tan rapido.

-Para en serio, esto es incomodo -dijo, las palabras que salían de Issei eran como cuchillos en su espalda -lo que sentiste, fue la ausencia del sexo con tu esposa, tu mismo lo dices aun amas a tu esposa pero te confundes. No querrás enamorarte de mi... -quería llorar Kuroka.

Fue entonces que le contó Kuroka, que desde su primer novio ha arruinado cada romance que ha tenido. Que las relaciones que tenía siempre morían antes. La verdad por la que lo eligió esa noche no solo porque halló a Issei solo en una mesa, sino porque quería sentir el calor de un hombre sin compromisos, nunca pensó que podría volver a caer en esos viejos juegos. Supongo que eso nunca mantenía un empleo fijo, porque siempre se alejaba a todos de ella. Pero ahora Issei un hombre casado se termino enamorándose de ella.

-Quiero que entiendas que es solo el calor lo que sientes, no sientes ningún sentimiento en  medio -dijo Kuroka ahora sintiéndose mas liviana.

-Entonces, hazme entender que estoy equivocado y es como dices, Kuroka -le llamo sin el sub fijo como tomo costumbre.

Salvaje, Kuroka se arrojo contra él cual animal en celo para tomar su boca e introducir su lengua. Quiso domarlo pero falló, fue Hyoudou Issei quien termino domando a la neko. Mas rápido se olvidaron del propósito de su interacción que lo que tardaron quitando la ropa que llevaba el otro. No paso mucho antes de que Kuroka tuviera dentro la cosa del castaño hombre en su interior rasgando de placer las paredes de su vagina.

-Si~ mueve más, mas rudo~ se siente demasiado bien... -Kuroka perdía el aliento a medida que Issei aumentaba la violencia con la que su pelvis golpeaba el coño de la nekomata. Su mente se perdía mientras la observaba disfrutar, las expresiones en la cara de Toujou lo obligaron a besarla a pesar de no detenerse.

-Te ves hermosa... Kuroka, yo también me siento así de bien -fue lo que dijo luego de quedar sin aliento a pesar de que sus mismas lenguas no querían separarse -voy a venirme... ¡voy a soltarme mi semen en tu interior!

-Hazlo... hazlo, pero eso no significa nada ¡Nyaaaaaaaaaa!~ -un muy pervertido grito salió de la boca de la mujer neko al ser rellenada con el esperma de Issei. Sus piernas se abrieron para ver cuanto semen se iba resbalando de su coño luego de sentir tan poderosa descarga.

-Te ves tan linda -comentó ante la cara de preocupación de la nekomata.

-Idiota ¡deja de decir cosas cursis! -grito apenada, sus pies golpearon el pecho del castaño -espero que ahora tengas las cosas claras, descarado inmoral.

-La tengo, y es -metió de nuevo su polla en la vagina de Kuroka antes de lo que esperara -que quiero hacer una vez mas contigo, Kuroka.

-No, tonto -con la misma velocidad de antes fue moviendo sus caderas contra el cuerpo de la nekomata -estoy sensible ahora, si sigues... -su cuerpo no pudo mas, pero tampoco quería que le oyera gemir de nuevo, tuvo que morder su labio inferior. 

Issei quedo confundido, aun no tenía clara si estaba enamorado de esta mujer llamada Kuroka. Los placeres que disfrutaba con su cuerpo al entregarle también el suyo eran una experiencia que le devolvía a la vida, y si solo eran eso; deseaba que nadie se interpusiera entre el romance secreto entre ambos. Se tornaron amantes.

-Espera Issei... -Kuroka fue tomada por las manos de Issei apenas entraron a su pequeño apartamento, él la empujo contra la pared, levanto sus piernas y sabiendo que ella nunca llevaba ropa interior debajo de sus kimonos negros, la penetro de inmediato -estas siendo muy rudo~

-Solo quiero ver tu cara cuando llegues al clímax, Kuroka -su frente pegada a la de ella mirándola disfrutar le impulso a besarla, esta vez ella le consintió correspondiendo su beso.

Una semana paso luego de su segundo encuentro, Issei pensaba por influencia de la nekomata, que solo escapaba al placer sexual muerto con su esposa, con ella. Que debía seguir amando a su esposa, cada semana desde ese segundo momento, se iban encontrando en el bar, pero poco pasaba antes de ir al hogar de Toujou y perder Issei las casi cuatro horas con las que mentía a su esposa diciendo que eran tiempo extra en la oficina. El dinero extra siempre había, luego de recibir un aumento del que nunca revelo a su esposa.

Si tan solo hubiera sabido que antes de Kuroka su amada Rias ya le engañaba, igual se hubiera terminado culpando a él mismo en vez de culpar a su mujer.

-Te gusta esto verdad -Kuroka yacía desnuda a pies de Issei reunidos en un nuevo encuentro en su casa, con sus pechos envueltos en su pene hacían una paja rusa como plato de entrada -tu polla se siente ardiente entre mis pechos.

El pene del castaño lograba salir del escote de la nekomata, sin querer desperdiciarlo uso la boca para complacer la punta de su polla.

-Kuroka, te has vuelto mas pervertida -pasaron meses desde el comienzo de su amorío secreto sin sospechar nada de su esposa, sin siquiera ella sospechar de su esposa.

-Es tu culpa hombre infiel -pronuncio luego de recibir una fuerte descarga del semen de Issei cayendo en su cara y por encima de sus pechos. En la cama, una vez más era él quien estaba encima de ella embistiendo le como animal en celo luego de estar por mas de un año conteniéndose -esto es demasiado bueno~ debería sentirme avergonzando de que estemos haciendo esto... pero siento... siento... siento que también te amo, Ise~ -le mordía la oreja cuando él tenia sus manos agarrando sus senos, exprimiendo como si algo fuera a salir de ellos.

Era un encuentro por semana, luego fue se volvieron dos veces por semana; después fueron tres. Los cinco días entre semana dejando el fin de semana para descanso entre ambos. Ahora se encontraban cada día desde que Issei salía de su turno a las seis de la tarde hasta las diez. Cuando Rias ya estaba en casa recién llegando y él le engañaba diciendo que llegaba del bar.

Las semanas fueron meses, meses en la que el amorío incorrecto entre Hyoudou y Kuroka se estableció hasta quedar claro entre ambos. Una vez terminaron agotados, acurrucándose la nekomata en su hombre buscando dormir con él hasta el amanecer, tenia que cuestionarle algunas cosas.

-¿Así será nuestro juego? Serás esposo de Rias mientras yo soy tu amante mientras educo a nuestro hijo sola -decía molesta, Kuroka. Hace unas semanas que su periodo se retraso, pero no sabía que hacer al descubrir que esta embarazada, Issei quedo helado pero lo acepto. Después de todo se enamoro de esta nueva mujer.

-Claro que no, estaré contigo, amor -dijo al rostro de su nuevo amorío con un beso -es solo, debo hablar con Rias antes.

-¿Y después?

-Después, te pondré un anillo y habré decidido el nombre de nuestro hijo -se subió en Kuroka para entrar en romance una ultima vez antes de tener que volver con su esposa.

Llego el momento de la confrontación, una situación que lo puso tenso todo el día. No se reunió con Kuroka, salió de su trabajo y fue el primero en su casa, donde al llegar Rias entro en tensión, creía que por fin su esposo le descubrió en sus atrocidades y que sería castigada por obra divida o el karma. Mas lo que le escucho de su esposo resulto ser mas de lo que pudo temer toda el momento final que tendrían.

-Es mentira... -Rias quebraba en llanto -¡es mentira, dime que es mentira Issei!

-Perdóname Rias -Issei permanecía sentado en el sofá de su casa mientras su esposa de pie delante de él -pero no te miento, estoy enamorado de otra mujer con la que te estuve engañando este tiempo, y vamos a tener un hijo.

De nuevo, el puñal cayó sobre Rias. La devastación, la culpa; sabía que era obra del Karma de sus cometidos.

-Esta bien si me odias -siguió hablando su aun esposo -tu nunca me hubieras hecho esto.

Termino de quebrar el corazón de la demonio que sucumbió a la lujuria. Su esposo la lavaba de toda culpa, cuando él ni siquiera sabia la verdad. Rias no se tomo responsable y se guardo el secreto, la carga que ella llevaba por andar siendo infiel a su esposo se volvió una cruz a la que ella misma se atornillo. En cambio su esposo, nunca sabría de esta cruz, jamás. Jamás volvería a saber de Rias.

Eso fue hace unos seis meses. Ahora vivía en aquel enorme departamento donde el lugar de Rias fue tomado por Kuroka, sin embargo ella no iba a dejar ni reemplazar a Issei. Acababan de volver del servicio de registro y colocado sus nombres en el acta de matrimonio, esa misma tarde se volvieron marido y mujer. No hubo la gran boda que tuvo Issei con Rias antes, no hubo una cena lujosa; solo ellos dos volviendo a casa donde Kuroka uso un extraño vestido de novia que mas que ser elegante era lascivo.

-Kuroka, que es eso -quedo estupefacto su ahora esposo cuando la vio entrar de nuevo en la habitación.

-Mi vestido de novia, lo compre en linea solo para esta ocasión -era un corsette blanco con sostén integrado que reafirmaba y resaltaba su escote, en la espalda unos delgados cordones que ajustaban al corsette en la espalda, dejando ver su piel y su cola. Unas bragas blancas finas. Calcetas largas del mismo color como los tacones finos que llevaba puesto. Un velo de novia recogido -no es lo que debería ser, pero quería usar uno. El corsette no estaba ajustado, por lo que el embrión no estuvo en problemas.

-Bueno te ves hermosa, aunque... -no despegaba la vista de su mujer aunque tampoco podía evitar pensar que lucia un poco.

-Dilo, parezco puta de un burdel -dijo sin enojo, empujando a su esposo a la cama quedando tendido Issei en el colchón -de esas que esperas que se mueva las caderas de forma sucia en el tubo~ -puso su trasero encima del rostro meneando su coño en la boca de su marido -que se arrastre a gatas hacia tu asiento, y de tu pantalón comience a chupar tu polla delante de otros~

No paso mucho y se quito de encima del castaño, para hacer lo que de sus palabras salió. A vista de su marido, cumpliendo con la Luna de Miel, empezaron a copular, primeramente Kuroka le dio placer al pene de Issei moviendo su boca con su polla dentro a un alto ritmo, la impaciencia de comer el cuerpo de su nueva esposa y ver su belleza en tan provocativo atuendo que solo él vería lo hicieron venirse pronto.

-¡Mmmmmm! -sin algún aviso, Kuroka recibió el semen de su esposo en su boca, pero ya estaba acostumbrada. Se bebió cada gota que Issei derramo hasta dejarle limpio e incluso su boca quedo limpia -eso se sintió bien, fue mas semen del que me acostumbraste beber, cariño~

-Ese vestido realmente te hace ver hermosa -declaro, ruborizando a su mujer a pesar de maquillarse para estar con él en la habitación.

-Obviamente que lo soy, mi amor. Ya soy Kuroka Hyoudou a partir de este día. Espero que haya de tu semen guardado, Issei -de rodillas en la cama y empinada, movió sus bragas para mostrar su vagina unicamente perteneciente al castaño -quiero que vengas y me folles hasta el amanecer, asegurate de que nuestro hijo nazca sano, cariño~

Primero le devolvió el favor, su lengua se metió en el coño de Kuroka y procedió a lamer las cavidades que su pene conocía mejor y mas a fondo. Desatando placer en su esposa y hacerla gemir del gusto.

-Deja de jugar y mete ya tu pene ¡Nyaaa! -maulló,  Issei la hizo derretirse con su boca pero quería ir con lo principal de una vez. La tomo por sorpresa y sin que Kuroka lo esperara ya estaba siendo penetrada por su marido -si~ esto es lo que quería, tu pene es el mejor mi amor~

-Eres la mejor Kuroka... -devolvió el elogio.

-Mas fuerte~ -decía la nekomata cuando se puso encima de su hombre, seguía sin quitarse ese atuendo lascivo de novia.  Sus manos en su trasero luego de que Issei le pegara mientras él la  golpeaba con su pelvis con fuerza -rompe mi coño mi amor~ -los fluidos de sus sexualidades sonaban con el golpeteo de sus cuerpos, era un coro de sexo lo que sonaba en la habitación -ya lo quiero... quiero tu semen dame tu semen~ ¡Nyaaaa! ¡Si! -enterró profundo su polla en su mujer bañando su interior con su esperma aunque se le desbordará.

-Mi amor, deja algo de leche... sino el bebé no tendrá de donde alimentarse~ -la llevo contra la pared, la cogia contra el muro mientras la boca de Issei mordía sus pechos y por fin, la leche brotaba de estos.

-Tu leche sabe mejor que la tenemos en el refrigerador, cariño~ -dijo Issei sintiendo las manos de su esposa sosteniéndose en sus hombros -me gustaría beberlo siempre...

Al sentir que esta pose se volvió una molestia, dejo caer a su esposa en la cama y solo levantando le la pierna derecha, para abrirse paso iba moviendo su polla en Kuroka. Verla gemir, era un manjar para su esposo.

-Mi vagina se derrite~ -apretaba la sabana de la cama dejando que los movimientos de Issei la llevaran al nirvana -mi cuerpo arde... voy a venirme de nuevo, vente conmigo, cariño ¡Correte conmigo!

-¡Kuroka!

Llegaron al cielo juntos, y allí se mantuvieron hasta el siguiente día al ser despertados por los rayos del sol. Para Issei fue... como si a Rias nunca la hubiese conocido. Al final ese sentimiento inminente de culpa murió antes de lo que pensó. Ni siquiera existió, solo existe Kuroka ahora. Ella era su unica esposa.

-Issei...

El llanto de Rias por él, fue solo un recuerdo olvidado.




Rukia Kuchiki

 Okusama wa moto yariman - volumen 4

Edad: 31 años

Profesión: ama de casa

Estado: casada

Medidas: 76/52/88

Gustos carnales: Cosplay, usar ropas incentivas.

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Palmont town, parece que el pecado que infunde esta ciudad nunca acaba, la ultima vez se supo que el circulo interno de Underground industries había adquirido un arma llamada "Ojo de Dios" Sin embargo, como la habían conseguido era la pregunta. Todo comenzó semanas atrás en casa de una pequeña ama de casa cuyo esposo trabajaba en el ejercito todo el tiempo como parte de las fuerzas especiales del país. Él estaba en su hogar tranquilo creyendo que su esposa a estas horas estaría haciendo la comida para su hija que en un par de horas debía volver del colegio.

-Keima-kun espera~ -era Rukia la esposa de este soldado, entonces su amante tiraba de sus brazos mientras la embestía fuerte encontrándose en la cocina teniendo puesto la mujer solamente un delantal blanca -...Ichija va a salir temprano hoy de la escuela... -llevaban horas cogiendo, él chico seguía metiendo su pene mas y más profundo en el coño de esta infiel mujer.

-Entonces deja correrme en tu interior, Rukia-san~ -exclamo Keima para acercarse al cuello de la Kuchiki y besarle con demasiada pasión -déjame soltar mi leche dentro de ti... ¡Voy a soltar mi semen dentro!

-¡Haaaa!~ -grito de placer al sentir el blanco jugo de Keima inundando su interior, mientras él daba los últimos empujones contra el trasero suave de Kuchiki.

-Eres un maldito, intentas preñarme~  -vocifero, pero era el ardor lujurioso que le transmitía el joven con cada golpe de la polla de este en su interior, tocando su útero, le causaba placer a morir.

-Es tu culpa, por decirme que no es un día seguro, Rukia~ -detuvo un momento sus caderas, para acercar el rostro de la mujer a su cara y besarla como los amantes sin vergüenza que eran.

El beso se tornó más cariñoso con cada toque de sus labios y lenguas, sin darse cuenta, el joven le quitó su delantal para poder ver el cuerpo de está pecho plano. Se dio la vuelta y dejo a Keima ver su cuerpo, no importaba cuánto lo odiara por hacerla engañar a su esposo, no importaba horas la follara o a cuántas orgías la llevará para que otros también metieran sus penes en sus agujeros, no podía negar que se sentía demasiado bien al estar su cuerpo entregado a Keima, era todo gracias a su entrenamiento para hacerla su puta.

Pero cuando el ambiente se sentía perfecto, el teléfono de la cocina empezó a sonar, lo tenía Rukia atrás.

-Hola, Renji cariño -respondio Rukia, escucharla mencionar a su marido le disgusto a Keima, justo cuando iban a comenzar la tercera ronda tuvo que llamar su esposo.

-Hola amor -decía Renji desde el otro lado -¿como estás? -pregunto el pelirrojo desde el otro lado.

Keima se acercó a Rukia a pesar de seguir al teléfono, sin darle importancia, el chico se acercó y empezó a frotar su miembro erecto contra el trasero de la pelinegra, mientras una de sus manos la llevaba a los labios vaginales de la mujer y le acariciaba el clítoris, su otra mano la usaba para apretar esos pezones color rosa de la mujer a pesar de ser madre.

-Estoy... bien -dijo poca facilidad debido a los toques de su amante.

-Te oyes rara, ¿te sientes bien? -exclamo, sintiendo como la polla de Keima rozaba de forma más impertinente el agujero de su culo.

-...Si~ -aguantaba los gemidos que le producía los toques del joven, sin embargo esos toques se volvieron mas agresivos cuando sintió como su pene le entraba por su ano con rudeza y facilidad -mmmm~ ...estoy bien... -no hacia nada por evitar que Keima le provocara reacciones a su cuerpo, su mano en su boca tapando ante el micrófono para evitar su esposo le escuchara oír gemir con las embestidas que de nuevo le daba Keima, ahora en su culo, a pesar de que su coño aun sentía salir el semen que previamente soltó en ella.

-Eso me alegra, sabes que te pondrá mas alegre -exclamo Renji sin notar nada de lo que pasaba del otro lado, lo único que quería era darle la noticia -estaré estos días en casa.

-Vendrás a casa -Rukia se alegro de eso y Keima se detuvo, el enojo se sintió en su mente; tanto que penetro con mayor fuerza el culo de Rukia, lo cual una expresión placentera se pinto en su cara mas la mezcla de la alegría al oír que su esposo volvería a casa -que felicidad, cuando volverás.

-Estoy en la estación de autobuses, llegaré a casa en unas dos horas -dijo, y era cierto. Estaba en la ciudad vecina de Palmont town donde los militares lo dejaron para que el hombre tomara un autobús rumbo a su ciudad. No estante, Keima comenzó moverse mas impertinente buscando correrse en su interior tras lograr escuchar que el hombre de su juguete volvería, hasta venirse dentro de Rukia una vez mas.

-¡Siii! -grito del orgasmo que recorrió su cuerpo así como de la felicidad, fue una buena sincronización de Keima al producir tal reacción a Rukia cuando su esposo le dio la revelación.

-Estas muy alegre -jamás escucho a su esposa gritar tan alegre, si supiera porque había sido tal grito...

-Lo estoy cariño~ te estaré esperando~ -seguía contenta a pesar de sentir como su culo estaba lleno de la leche de Keima, la alegría que sentía mezclado con el ultimo orgasmo que le hizo sentir juntado todo eso con la cantidad de semen que salía de su coño y su culo al mismo tiempo, tanta era la felicidad que su cuerpo quedo sin fuerzas y cayó sobre sus rodillas ante la barra de la cocina -que felicidad... -dijo completamente agotada.

Para Rukia era felicidad pura, para Keima era una rabia total; cuanto mas tenia que insistir para que esta mujer se volviera completamente suya y que olvide a su esposo, ¿tendría que jugar sucio acaso? Después de eso se fue sin despedirse de Rukia, la furia lo seguía consumiendo.

-Aquí tienes Renji -Rukia sirvió un plato de comida para su esposo en su llegaba, le ayudo a dejar sus pertenecías en la habitación y su hija tuvo oportunidad de saludarlo pues llego diez minutos después de ella a casa.

-Se ve delicioso -por fin podía comer comida verdadera, y mucho mejor si era preparada por su esposa -que pasa, aun sigues sudada -noto esto, pues tanta era la felicidad en la pelinegra que cuando su esposo se sentó en la mesa, Rukia lo abrazo envolviendo sus brazos en el pecho de su esposo desde atrás de la silla.

-Perdón es que me la pase en la cocina hasta hace poco -dijo engatusando la realidad. La verdad era que no quería que le notara sus piernas apretadas, pues si las abría el semen de Keima saldría y mancharía el piso, tomo tiempo limpiar el desastre que dejo en el piso de la cocina y no dio tiempo a ella para limpiar su cuerpo.

-¡Cuanto tiempo estarás en casa, papá! -pregunto de felicidad su hija.

-Ichija, te he dicho que no comas con la boca llena -fue el regaño cariñosamente su madre.

Si, cuantos días estaría en casa; era la cuestión que se preguntaba Keima estando lejos de la mujer que codiciaba ¿Tendría que esperar una semana o dos otra vez? Para luego solo tenerla un mes y después volver a esperar, ya tenia suficiente. Si iba a hacerla suya permanentemente de forma sucia, Keima lo haría.

-¿Si? -exclamo Erza al abrir la puerta tras escuchar que llamaron con el timbre -oh, Keima.

-Erza, perdón pero busco a tu esposo, Yoichi -saludo y disculpo su inesperada visita, la mujer tenia puesto una blusa blanca y una falda azul casi escolar corta. Una presentación decente por parte de ella.

Como dijo, al igual que Rei; Erza termino sumisa al placer y la carnalidad que le hacia sentir quien era su vecino. Dejo a Jellal por una vida sumisa a los treinta centímetros de placer que le daba este viejo, no parecía irle mal la casa que ahora tenia con él era digna de algún noble, casa grande, encargados de limpieza y demás.

-Pasa, esta atrás limpiando la piscina

Fue hasta el patio trasero donde personalmente el hombre había terminado de limpiar la piscina de metros por 7 por 1 y medio de profundo.

-No hay nada mejor que trabajar duro para mantener limpia la casa -precisamente cuando Keima llego, Yoichi acaba de terminar de limpiar esta piscina, solo para ver aparecer con ropas formales a su colega de negocios mientras él estaba supervisando la manguera sin camisa puesta -eres tu chico ¿a que vienes sin avisar?

-Lo siento Yoichi, pero es que vengo a pedirte un favor -fue directo al grano -dime, el general Sheperhd aun sigue en deuda contigo.

-Siempre -dijo -¿porque?

Escucho su problema, nada grave a como le veía el hombre; algo simple.

-Ya veo -tenia su mano en su mentón mientras pensaba en la solución al problema de Keima -se como se puede arreglar eso.

-Si consigues lo que te pido, te deberá una y en grande -dijo -gracias, Yoichi.

Fue una corta visita, tan rápido llego a la casa de su amigo se fue; justo cuando Erza aparecía con dos cócteles tropicales servidos en copas con decorados con fruta, técnicas de bar que su amiga Rei le enseño. Entro en el jardín cuando Keima paso a retirarse, justo cuando un se cambio las prendas con un bikini muy revelador.

-De que favor hablaba -dijo Erza para extender la bebida a su nuevo esposo.

-Uno que me deberá después -tomo la bebida, la cual fue satisfactorio para todo ese trabajo que hizo bajo el sol de primavera -bueno, piscina esta limpia y casi llena.

-Y el bebe esta durmiendo -agrego Erza para acercarse a su hombre muy provocativa -es momento de recompensar a mi esposo por ese arduo trabajo~

Podría escribir lo que hicieron a continuación, pero no es lo que importa o si. Bueno aunque sea un poco hay que escribir.

-Ara~ Yoichi-san ha hecho un buen trabajo hoy, que quiere que haga para recompensarlo~ -se agacho ante Yoichi y gustosa, paso su mano sobre el bulto que dormía entre los pantalones del dueño de su cuerpo -debería usar mi boca o mis pechos~ -dijo tras sacar el miembro endurecido de su hombre, tan grande y duro que chocaba con su mejilla-

-Tu sabes que hacer, niña.

Erza abrió la boca y sin complicaciones engullo la mitad del oscuro pene para acariciar con su lengua cada sección de lo que engullo del pene, paso sus labios por toda su polla, produciendo sonidos lascivos.

-Oh si~ eso, mueve mas tu lengua Erza -desde su perspectiva, Yoichi disfrutaba triunfante ante la técnica de Scarlet y su boca, el coño de la escarlata se mojaba, mientras en sus pechos sus pezones se endurecían, seguía chupando el pene de su nuevo esposo en lo que se quitaba el sosten del bikini para usar sus senos.

-Que tal~ -Erza envolvió la polla del viejo entre sus pechos mientras la punta sobre salia, para lamerlo con su lengua -que es mejor... mis pechos -apretaba sus senos de diosa masajeando la polla del viejo -...o mi boca~ -en su cara se reflejaba el deseo de ella por algo.

-Lo que debes preguntarte querida es donde quieres que te lo de -paso sus dedos, acariciando su rostro en lo que Erza seguía con su técnica que lo hacia alcanzar su punto máximo -tus pechos, tu boca o tu cara~

-Mi boca~ -dejo atrás el paizuri que le hacia a Yoichi, para tragar con mayor profundidad su pija -correte en la boca de tu puta y esposa, Yoichi~ -pedía, como si a un dios se tratara.

-Entonces abre grande, ¡que allá va mi leche! -puso sus manos detrás de la cabeza de Erza para empujarle su polla y venirse dentro.

-¡Mmmmm! -gimió de dolor, siempre; las fuertes descargas de semen de su hombre le pasaban a ahogar, pero ya se acostumbro a esto, el dolor lo asimilo y lo convirtió en placer, el gemido lo convirtió en uno lasciva, en lo que limpiaba el pene de Yoichi -mmmm~ 

Abrió su boca, dejo ver al oscuro hombre cuando semen abundante permanecía en su boca. Esa seria el principio de su recompensa.

Mas tarde, mucho mas tarde, cuando Renji volvió a la armada. Una operación secreta de alto nivel estaba por ejecutarse y entre los elegidos para la misión estaba él, dado que el grupo al que pertenecía era uno de los más aptos para misión.

-Este, es el ojo de Dios -decía un general de alto rango al grupo de elegidos -un sistema de rastreo que rompe todos los limites conocidos, capaz de encontrar a un hombre y saber lo que esta haciendo con un simple botón. Las naciones unidas, la OTAN, Rusia y demás organizaciones han votado porque este sistema es una amenaza, dado que esta en manos de un grupo terrorista oculto en algo parte de esta región de medio oriente -en la pantalla se mostraron imágenes satelitales de donde debían estar escondido el objetivo -se han enviado grupos antes para encontrar el programa para capturarlo y destruirlo, pero nadie lo ha logrado. Ahora es su turno escuadrón, Seis. Demuestren porque son el mejor equipo de fuerzas especiales de este país, tal vez algunos mueran; pero es un sacrificio que este mundo necesita.

Cuando el día de ser lanzados a lo desconocido, Renji, como teniente y segundo al mando del mencionado escuadrón seis; hablaba brevemente con quien era el principal líder del equipo y quien era su cuñado en civil.

-Capitán, ¿en verdad cree que alguno de nosotros muera? -pregunto Renji, todos los que componían al grupo para la misión eran de los mejores del equipo seis.

-Eso dependerá de nuestras capacidades individuales, morir no siempre es una opción Renji -dijo el capitán Byakuya -si tienes algo por lo que vivir, debes mantenerte con vida. Yo lo hago por mi responsabilidad sobre este escuadrón y por el mundo.

-Tiene razón, hagamos esto señores, ¡Hurra! -palabras de aliento que llegaron a Abarai, un entusiasmo que compartió con el resto de su equipo.

Sin embargo, fue una misión mas cruel de lo que esperaban; un enemigo fuertemente armado; trampas por todos lados. De los trece soldados escogidos para la misión, hasta ahora once habían caído. Hasta ahora.

-Vamos, camina tu puedes... -Byakuya llevaba del hombro a Renji luego de recibir un disparo en la rodilla derecha, dificultando su avance.

-Vamos capitán... déjeme y lleve el paquete al sitió de extracción, yo me quedaré y le ganaré tiempo -herido y con gran perdida masiva de sangre se encontraba. Saco de sus bolsillos, el disco duro donde el ojo de dios estaba escondido.

-Idiota... si vuelvo sin ti, como miraré a mi hermana a los ojos, y a mi sobrina... -respondió.

Por detrás de ellos, escucharon varios vehículos viniendo a toda velocidad por su dirección por el desierto, eran tropas de ese grupo rebelde; mas de seis autos armados venían por ellos, justo cuando pensaban que era el fin para ellos y el fracaso para su misión, llegaron refuerzos inesperados. Tres drones aparecieron por encima para bombardear al enemigo y ser de nuevas cuentas atacados por estos aviones no tripulados, una expresión desconcertante para las caras de los dos soldados se pinto mientras respiraban aliviados. El suelo comenzó a ser sacudido delante de ellos, un helicóptero de clase Chinook apareció y de la puerta de carga salió un general, el mismo general que dio la misión.

-General Sheperhd -nombraron al general que vino a por ellos, un par de camaradas de armas acompañaban al hombre que fue a recibir a los dos sobrevivientes.

-Buen trabajo soldados -saludo contento por la supervivencia de estos dos -tienen el objetivo.

-Si... -Renji se lo entrego sin dudar, pero no debió hacerlo.

-Bien, un problema menos. El país los recordará como los héroes caídos  que serán.

Un acto de traición fue su recompensa. Saco su pistola el hombre y a quema ropa, disparo dos veces seguidas a Abarai, para dejarlo inmóvil y contra el suelo. Kuchiki tomado por sorpresa por esta traición, tomo su rifle pero no fue lo suficiente mente veloz para impedir que Sheperhd le diera justo en la frente. Renji seguía en el suelo, desangrándose mientras veía y sentía dolor, mas no podía moverse ni hablar.

-Desháganse de ellos -dijo el general.

Los dos soldados aparecieron con un bote de gasolina el cual rociaron a los cuerpos, para luego el maldito fumar un puro cubano y tirarlo a ambos soldados que martirizo, todo mientras Renji aun seguía con vida. Y moría a manos de las llamas, él pudo ver como ese hombre se iba llevándose seguramente el crédito de la misión.

Unos cuantos días después en casa, un humbee de la armada pasaba por las calles de Palmont buscando una dirección en particular. Llegaron hasta el domicilio que buscaban, para dar la noticia. Tocaron la puerta dos oficiales de escritorio para ser recibidos por la mujer que aguardaba en casa.

-¿Si? -pregunto al ver a ambos oficiales.

-¿Kuchiki-san? -preguntaron ambos militares, a lo cual Rukia respondió con otro si preocupándose por lo que estos dos le dirían.

-Mamá -apareció su hija por detrás, era fin de semana y su hija la pasaba en su cuarto hasta que escucho un auto para ver por la ventana ver un vehículo militar, bajo corriendo creyendo que era su padre, pero una noticia mas desalentadora le esperaba -¿donde esta papá?

Un suspiro profundo salió del oficial de mayor rango, para junto con su joven compañero quitarse sus gorras y decir lo que tenían que decir.

-Kuchiki-san, lo lamento pero, su hermano y su esposo... -para los soldados, es difícil decirle a las familias que su familiar preciado ya no volverá a casa, más aun si son dos los que ya no volverán a casa nunca.

Superar la perdida de un ser querido nunca es fácil, sobre todo si no tienes a nadie mas que pueda ayudarte a salir de la dificultad. El funeral para el grupo de soldados caídos había terminado, dos banderas fueron entregadas a Rukia vistiendo de negro ante la ceremonia, muchos la admiraron ese día y a su hija, de todas las familias destrozadas aquella vez, fueron las únicas que se mantuvieron firmes y conteniendo las lagrimas, así estuvieron hasta que por fin estuvieron delante de las dos tumbas juntas donde su hermano y su esposo ahora descansaban.

-Mamá... -Ichija escucho a su madre llorar, y cuando volteo a ver, exactamente era eso, sin nadie que mirara. Lloraba en silencio la perdida de sus dos familiares preciados.

-Ven hija, dame un abrazo -pidió a su retoña, quien era reflejo de su marido.

-Rukia... -una voz que no escuchaba hace mucho le hablaba desde atrás cuando abrazaba a Ichija.

-Ichigo... -su reacción fue, como si la de un fantasma estuviese mirando, pero esa ilusión desapareció cuando vio que estaba con su esposa y su hijo -Orihime, Kazui-kun.

El peli naranja abrazo a Rukia junto a Orihime, por un lado se sentía reconfortada; por otro lado desearía que Orihime les dejara solos.

-Siento que esto es mi culpa -dijo Kurosaki en el abrazo -si hubiera seguido en la armada.

-No digas eso... Ichigo, no es tu culpa -respondió Rukia.

-Cariño no te culpes -comento su esposa.

-Si necesitas algo, avísanos -Kurosaki ofreció su caridad para su vieja amiga.

-Te apoyaremos en todo lo que podamos -agrego Orihime.

Pero justo cuando Keima pensó ya tenia el camino libre para obtener a Kuchiki, ahora que estaría desmoronada, observando unos metros mas atrás la forma que ella miraba a Kurosaki, supo que aun tendría inconvenientes para obtenerla. Se encontraba en el funeral apoyando de forma in notoria a Rukia en su duelo.

-Gracias, chicos lo agradezco; pero ya hay alguien que me esta ayudando -dijo con cortesía, para darle su entrada a Keima.

Mas cuando se acercaba, detrás de Rukia Ichija miraba de forma venenosa al joven ¿quien era este? y ¿que relación guardaba con su mamá? No le agradaba, lo conoció ese mismo día, con él ellos pudieras asistir al funeral. El joven se presento con cordialidad y amabilidad, ocultando la verdadera cara que tenia y escondiendo fácil los planes que tenia para Rukia ahora que se deshizo de su esposo. Mas tarde, cuando el sol se ponía y Keima llevaba de regreso a su casa a Kuchiki y a su hija, los acompaño hasta dentro de la casa, donde la niña se interno a su propia habitación a continuar con su sufrimiento.

-Supongo, que es momento de retirarme -dijo Keima en lo que Rukia se sentaba en el sofá de la sala, mientras su mano acariciaba el lugar donde su esposo le gustaba sentarse con ellos -si necesitas algo...

-Podrías quedarte... por favor -pidió, la voz débil de Rukia le dio a entender al joven que ella estaba totalmente desmoronada.

A pesar de ser un niño rico con el futuro servido en bandeja de plata, demostró tener talento para cuidar una casa, hizo el aseo por ella en lo que aun procesaba que sería de su vida ahora en adelante. Lo vio preparar la cena y preparar el baño a Ichija, aun nada de lo que hizo ponía conforme a la pelirroja con la presencia. A pesar de estar allí toda una semana ayudando a su madre y a ella en el duelo.

-Todo listo, deberías dormir Rukia -dijo, tallaba su cuello dado el cansancio de mantener en orden la casa de su preciada conejita cuando estaba sentado en el mueble de la sala.

-Oye... -Rukia le hablaba cuando estaba a un paso de entrar al pasillo que la llevaba a su habitación -porque no... porque no vienes y duermes aquí -comento con pena.

-¿Segura? -dudo, como parte de su actuación.

-Llevas toda la semana durmiendo en ese sofá y con lo que has hecho por mi hija y por mi... -no sabía que palabras usar.

-Me gustas, te lo dicho antes -comento Keima lleno de pena, no era buen momento para recordar a esta mujer que ambos tenían una relación inmoral. Quizá, haya sido el Karma cobrando por sus actos -perdón, tal vez no era el momento.

-Si -le molesto esto, aunque estaba en duelo por perder a su esposo, también pensaba que esto era obra del karma, pero era un Karma muy extraño -la verdad, es que no he podido dormir bien estas noches, quisiera que durmieras a mi lado.

Por fuera su expresión de Keima era neutral, por dentro sonreía de forma maliciosa. Más cuando entraron en la habitación, una sorpresa que le excitaría le dió la pelinegra al salir del baño de la habitación vistiendo un babydoll color blanco, con secciones transparentes. La tela en su espalda era transparente, lo cubría sus pechos y trasero eran cubiertas por el color blanco de la tela, por delante de la mujer, un corte imperial de gran abertura a sus pequeños y sensuales pechos era visible para Keima.

-emmm... Rukia -su pene quería levantarse, sin embargo no comprendía si era la mejor opción. No entendía cuál era el estado mental de la mujer, la vio cerrar la puerta de la habitación con llave -que estás planeando -para luego correr y acurrucarse en él, sentados en la cama -¿Rukia?

-Por favor -susurraba entre lágrimas la mujer -hazme olvidar -se aferró al chico, mientras apretaba su camisa intentando ocultar sus lágrimas, la respuesta dudosa de Keima ante su situación emocional le hizo decir más acerca de sus sentimientos que tenia -se que esto es tu culpa.

-Rukia... que estas diciendo -por un momento, Keima sintió terror; como podría ser que ella le descubriera.

-Siempre que Renji estaba lejos de casa, me sentía vacía; pero cuando tu apareciste... jamás lo sentí mas claro -decía entre lagrimas -pero luego confesaste tus sentimientos, por un momento me sentí amada de nuevo -recordó cuando entre tantas visitas de Keima, él le dijo que la amaba, antes de salir de la habitación esa vez y volver con ese traje de coneja, como si hubiera aceptado los sentimientos del chico -pero sabía que esos sentimientos eran falsos, solo querías... complacerte con mi cuerpo... ahora sin Renji, sin él... -las lagrimas brotaron mas duras y húmedas mientras apretaba con mas enojo la camisa de Keima.

-No es solo tu cuerpo lo que quiero complacer -exclamo el joven, envolviendo en sus brazos a la mujer que tanto codiciaba -quiero ser yo quien te haga feliz como siempre te veía, quiero que ser yo el que debes en cuando te haga enojar y el que sostenga cuando no puedes sostenerte, el que haga latir tu corazón. Quiero ser el que te haga satisfacer en todos los sentidos.

Lindas palabras, pero solo son eso, palabras sin honestidad para Rukia.

-Mientes... solo buscas, tu propia satisfacción -respondió débil por sus propias lagrimas, seguía sin poder levantar la mirada.

-Que debo hacer para que creas en mis palabras -la hizo mirarla a los ojos, todo mientras Rukia sentía como los jóvenes brazos de Keima le sostenían.

-Hazme olvidar, ya no quiero sentir este dolor... -quebró en llanto -por favor, quiero dejar de sufrir.

Rukia cerró los ojos ante tantas lagrimas que soltó y cuando las ultimas palabras salieron de sus labios. Keima sonrió maléfico ante ello, la tenia donde quería.

-Rukia -pronuncio su nombre, ella abrió sus ojos solo para ver y sentir como los labios de Keima se llevaban todo el sufrimiento y vació que llevaba sintiendo toda la semana en un solo instante, fueron solo sus labios, luego sus lenguas lo que se juntaron, una sensación cálida creció en la pelinegra hasta cuando se separaron sus bocas por la falta de aliento -me asegurare de que sientas mejor.

Un beso de pasión para quitarle el llanto a la hermosa mujer con ojos color violeta, las manos de su amante acariciando sus muslos para subir lentamente hacia su coño y mientras sus lenguas danzaban, los dedos de Keima acariciaban insistentemente los labios de su vagina. El fuego surgió de tantos toques del chico, el aliento se le fue y comenzó a emitir una respiración caliente. No pudo mantenerse sentada, así que se dejo caer sobre el sofá, sus piernas se contraían ligeras, de su boca querían salir gemidos, mas mordía el puño en sus manos para que su hija en casa no les escuchará.

-...Keima-kun, tus dedos~ -Rukia decía apretando los ojos de tanto placer, solo los dedos del chico, le producían una sensación que le hacían olvidar todo lo malo en el mundo.

-Te ves hermosa Rukia -decía Keima sin dejar de mover los dedos en su coño humectado por los jugos previos que su vagina estaba derramando -mira, dime como se siente~

-Se siente... genial~ -su cuerpo ardía cada vez más, quería abrazar algo, así que tomo uno de los peluches de pyon que tenia en la cama -mi interior arde... siento que voy a venir en cualquier... ¡momento! -de su vagina expulsaron jugos del orgasmo que le produjo Keima, como fuente destapada, brotaron los fluidos de su coño, mojando toda su cama mientras su cuerpo se contraía del placer.

Keima sonreía al verla cesar del placer mientras seguía pasando despacio sus dedos en los labios mojados del coño de Kuchiki, llevando sus dedos cubiertos por lo que expulso ella y saborearlo de primera mano.

-No hagas eso... -decía agotada mirando como Keima lamia sus jugos en sus dedos -...esta sucio...

De nuevo, un beso para silenciarla y hacerla ignorar lo que pasaba, puso encima de ella para someterla a la pasión carnal.

-¿Que debería hacer ahora? -pregunto cínicamente, una sonrisa en Rukia le basto como respuesta.

Se desvistió, y abrió esa pijama sensual que la pelinegra llevaba, para morder sus pequeños pechos, no pudo ocultar mas los gemidos que de su boca buscaban salir.

-Haaa~ -el placer se multiplicaba con cada mordisco que recibía de Keima, cada vez que pasaba su lengua acariciando sus pequeños y tiernos senos -haa... muerde más Keima~

-Tranquila -detuvo las caricias que le daba a sus pechos -haré algo que te haga sentir mucho mejor -puso su polla en dirección su polla sobre el clítoris de Rukia, rozando la punta de su verga para humectarse primero antes de meterla -¡entro! -la vagina de Kuchiki le agradecía. Las paredes internas  de Rukia apretaron fuerte la polla de Keima, como si le dijera que no le soltará durante un fuerte tiempo -¿que pasa? estas mas apretada que de costumbre... -sintió su mano acariciando su mejilla, por alguna razón los ojos violeta de Rukia estaban mas brillantes de lo común.

-Hazme... hazme olvidar, tonto~ -el rubor en su cara, el calor en su interior y por todo su cuerpo, una pequeña llama de felicidad y alegría creció dentro de Kuchiki.

Suaves, delicados y placenteros sentía los movimientos de la cadera del chico, los golpes de su pelvis eran cuidadosos, el bajo ritmo con el que entraba y salía la polla de Keima dentro de Rukia la hacia sentir flotar, sus manos sometidas por quien era su amante bandido, su boca besando su cuello cubierto por olor de una colonia que le hacia recordar al invierno le hacían no parar de complacer lenta y concisa a Kuchiki.

-Si... sigue así~ -decía, luego irrumpió a Keima para que dejara de mordisquear su cuello, para ser sus labios los que él besara con pasión.

-Esto... se siente increíble, Rukia~ -dijo tras perder el aliento y seguir moviendo lento su cuerpo dentro, llevando mas profundo su polla en la pelinegra.

-Correte... correte dentro -exclamo ella, para enredar sus piernas en Keima que no paro en ningún momento de mover sus caderas -correte conmigo.

Sin embargo aunque el acto carnal los tenía consumidos, la puerta que se suponía estaba cerrada por fuera Ichija logró abrirla.

-Mamá... -dijo, mas una sorpresa traumatizante vio, su madre en pleno acto con ese hombre que seguía desconociendo de donde conocía a su progenitora.

-Correte conmigo, Keima~ -la escucho decir en leve tono, suponiendo que su hija seguía en la otra habitación durmiendo, no noto en ningún momento que Ichija les veía aun que sea por un corto momento.

Cerró la puerta y volvió a su habitación a intentar dormir, pobre... solo se levanto por un vaso de agua.

-Voy a venirme, Rukia... voy a poner mi semen en tu interior... -el éxtasis era demasiado bueno para Keima como para soltar su esperma fuera de ella.

-Hazlo... correte conmigo -decía cada vez mas con la respiración agitada -no puedo más... me vengo... ¡me vengo, haaaa~! -su gemido anunció el orgasmo en su cuerpo, al mismo tiempo que en su útero sintió el semen de Keima llenando su interior.

La noche fue larga y calurosa, apasionada y movida en la habitación de Rukia. El resto de esa noche olvido por completo el dolor, el vacío que la partida de su esposo dejo, fue llenado por alguien más, en espíritu y cuerpo.

Sin embargo lo que para Rukia sería un nuevo comienzo, para su hija sería el inicio de un pesar demasiado grande para su mente. En pocas palabras, nunca iba a llamar a Keima: Papá.

No obstante, en la oficina principal de Underground industries. Secretamente se hallaban reunidos el líder de la compañía y líder de culto con el ahora conocido héroe del estado: Sheperd.

-Lamento mucho lo de tu hijo y tu sobrino ¿estarán bien? -pregunto Sheperd, con ropas civiles de la talla de esta lujosa y galante ciudad en la silla delante del escritorio general del dueño de esta empresa.

-Son chicos fuertes, saldrán esta semana del hospital -decía calmado el padre de Kouji -ahora -saco una hoja que extendió al general -esta es la lista de los que se enteraron de que mi hijo recibió el programa del ojo de dios. Todos enemigos del estado.

-¿Son todos? bien -no le parecía gran cosa al general cuando leyó cada nombre -haré que los busquen y se encarguen de ellos. Después de todo es gracias a ustedes que soy un héroe nacional. Tu tranquilo, puedes seguir haciendo que tu mujer siga chupando tu polla bajo tu escritorio.

Eso era lo que estaba pasando, una bella mujer; madre de Kouji estaba devorando la polla de su esposo bajo el escritorio mientras conversaba con el general.

-¿Vengará a Kouji? -pregunto la mujer mientras tenia la punta de la polla en su boca.

-Mas le vale, sabe que podemos destruirlo si ni siquiera lo intenta -exclamo su padre nuetral mientras su mujer complacia sus deseos bajo su escritorio.




El emperador dragón rojo

El sacro imperio rojo

Berlín, una ciudad prospera donde el trabajo abunda y las necesidades del pueblo no existen. Ciudad capital de las capitales del mundo, establecida así por el dragón con forma de hombre que expandió sus dominios a todo el planeta y que se llevo las tristezas y lagrimas de las sociedades humanas, pobreza, desempleo, inseguridad, desigualdad... eran palabras que solo en cuestión menor a una década, se volvieron términos que describían al pasado.

Sin embargo, en 1936; el declarado emperador dragón no surgió como un diamante por pulir para el mundo. Sino vino al mundo como un humano cualquiera, que desconocía que estaba destinado a la grandeza.

-¡De pie, príncipe Issei! -grito el hombre que enseñaba el arte del sable europeo al joven de tan solo diez años. Un duro golpe por parte del empeñado maestro en enseñarle el arte por completo al heredero de Alemania -¿que pasa? Tome su espada y defiéndase, los enemigos no tendrán piedad aunque se ponga de rodillas. 

El joven príncipe estaba de rodillas en el suelo como su maestro en la espada resalto, un hombre que no solo dominaba este arte sino también era un experto asesino y maestro en la magia. Issei solo era un niño, el mismo se convencía de poder hacerle frente a un guerrero de tan alta edad y de tal talento. Mas la furia de ser comparado con su padre le irradiaba.

-Levántese príncipe Issei, a su edad su padre ya podía desarmarme por completo -dijo y causo la furia del príncipe.

-¡Arrggghhh!

Difícil el castaño príncipe de diez años tomo con ambas manos la espada para arrojarse imprudente a su maestro, aquel hombre no se movió. Solo miro el acto desesperado por ganar del heredero de Germania. Y ante la mirada de otros nobles con sus familias, hijos e hijas miraban con mucha atención el desempeño del príncipe durante un día mas de su entrenamiento en el palacio del Reichstag. Alguna vez fue solamente un edificio simple de gobierno, ahora era un palacio digno del Führer y su familia. Mas Issei solo oía a los adultos especular acerca del chico, que era muy distinto al hombre que era su padre. El llamado salvador de Alemania. El príncipe ahora se hallaba tirada en el suelo luego de ser derribado por su maestro, el coraje mas la frustración de no conseguir avances hasta ahora en sus practicas lo tenían harto.

Había la visita de las cabezas de algunas familias de demonios en el castillo del Führer y otros nobles de Alemania por temas a discutir con estos embajadores. Alemania había recibido ofertas de algunos pilares demoníacos para comercializar bienes y tecnologías que a los demonios les parecían atractivas y algunas cosas que a los humanos por parte de los demonios les beneficiarían. Con la derrota de la gran guerra los países victoriosos cerraron las fronteras comerciales con los países derrotados y los embargos de dinero tenían dado un duro golpe a la economía del país, sin embargo con el mandato del padre de Issei había hecho buena parte para levantar la economía.

Entre esas familias estaban los miembros del clan Gremory, Venelana y Zecticus, así como miembros del clan Sitri y otros más. Rias y Sona Sitri también se encontraba allí y con la misma edad que Issei entonces, mirando a lado de su padre como aquel niño humano salía lastimado con cada practica, sin embargo a pesar de las heridas y la sangre seguía en pie, a lo que ella interpretaba, el joven Issei intentaba de impresionar a su padre.

-Basta -el Führer levanto la mano, igual estaba allí junto a su esposa viendo el entrenamiento de su hijo -es todo el entrenamiento por ahora -exclamo y el espadachín enfundo su arma para darse vuelta y dar unos cuantos pasos para atrás.

La esposa del Führer se acerco con preocupación acompañada de tres de sus damas y dos médicos militares que tenían que atender al herido príncipe luego de que el ultimo golpe del príncipe le diera en la frente y le abriera la carne.

-Issei, Issei estas bien -pregunto la madre, su hijo solamente tenía puesta la mirada en el cielo llena de coraje.

-Lo atenderemos majestad -dijeron ambos médicos lado a lado del pequeño heredero.

-Estoy bien, no necesito atención medica -respondió enojado, sentándose en el suelo para ponerse de pie sin importarle cuanto sangrara su herido -solo necesito descansar.

-¡Hyoudou Issei! -grito la reina.

-¡Estoy bien, dije! -respondió con un grito de enojo también.

-Al menos heredero temperamento de su padre -escucho a uno de los nobles mal hablar de su hijo.

-No es muy distinto a nosotros -exclamo Sona, cosa que la pequeña Rias escucho de su amiga que tenía lado, igual estaba a lado de su madre. Rias sentía lastima y dolor por el chico, mientras que Sona mostraba empatía con Issei.

Mas entre tanto noble y aduladores presentes, dos niñas distintas miraban con mucha curiosidad al príncipe en su ira que se fue a por los pasillos internos del ahora palacio mientras los guardias se mantenían firmes cada uno cuando el príncipe pasaba delante de ellos. Así hasta llegar a sus aposentos donde se encerró con la puerta que le puso el seguro.

Mas cinco minutos después llego su madre con aquellos médicos de antes, cabreada por la mala actitud ante las derrotas de su hijo.

-Issei, abre la puerta para que los médicos te curen la herida -dijo mas el príncipe no dio señales de él -eres un príncipe, debes actuar como tal -otra vez, no hubo respuestas para del heredero -soldados, abrid la puerta.

-¡Si, mi reina! -los soldados que custodiaban la entrada y salida del cuarto de Issei cargaban consigo una llave para cuando se la necesitara entrar por ordenes de sus superiores.

Pero al abrirse las puertas del aposento del príncipe, él no se encontraba dentro. La reina vio en la cama la ropa de entrenamiento de su hijo abandonadas y la ventana abierta desde este tercer piso del palacio. Se acercó y vio la ciudad, los autos pasando por las avenidas que rodeaban al palacio. Los soldados custodiando el Reichstag, la gente de Alemania viviendo tranquila mas la reina se preguntaba a que barrio de la ciudad escapo su unigénito.

-Ah... Issei -solo suspiro y pidió que estuviera bien, que regresara para la cena.

En tan solo cinco minutos el príncipe Issei ya había llegado lejos del palacio, llego a un barrio común a lo lejos. disfrazado como un chico común de su época, evitando que los grupos patrullas de soldados que rondaban en sus camiones lo distinguieran. No era la primera vez que se salía a hurtadillas del Reichstag, siempre que lo hacía sus padres daban la orden a las tropas en calle de buscar a Issei, sin hacer escándalo al príncipe. Mas la gorra café de tela que usaba lo ayudaba a pasar disimulado con éxito.

-Perdonen, no estoy acostumbrado a que nadie venga conmigo -exclamo Issei, estaba acompañado por Rias y Sona, estas dos por curiosidad siguieron mas de cerca al príncipe hasta su habitación donde lo convencieron para hablar, pero él buscando evitar a su madre escapo junto con ellas, disfranzandolas con las ropas comunes de gente de su nación, solo que él siempre tenía listo ropas de niño, tuvo que compartir estas prendas con ambas por no tener ropa para niñas.

-¿Sueles escaparte de tu familia? -pregunto Rias, la mas interesada en aquellos días por interactuar con el pequeño castaño.

-Solo cuando quiero estar solo -respondió. Gracias a las alas de demonios que poseían estas dos, Issei y ambas niñas estaban en el tejado de un edificio en la capital mirando el centro de la ciudad, el transito y las personas yendo a trabajar o regresando a casa.

-Es una hermosa ciudad -comento Rias al ver y oír a esta ciudad con vida.

-Esto es solo el centro -dijo Issei para enseguida llevarlas a donde la realidad de la ciudad era opacada por la alta vida del centro de la ciudad -esta es la verdadera berlín.

Barrios pobres, gente en situaciones precarias, delincuencia (aunque no tuvieron oportunidad de verla de primera mano). Eran los barrios bajo de berlín, donde las reformas y cambios en la política de su padre aun no llegaban. Issei llevo a las dos niñas demonios a donde el infierno en la tierra existe, pero el mismo pensamiento en Sona se mostró en cuando vieron el lugar.

-”Es igual que nuestro mundo” -pensó la pequeña Sona.

-Yo tengo que cambiar esto, mi padre no vivirá por siempre para hacer de este país un lugar mejor, pero no puedo confiar en que otro lo haga; estos barrios sigue tal cual por la corrupción y la avaricia. Quiero cambiar eso, quiero hacer de Alemania un país libre y hermoso, algún día heredare el puesto de mi padre, pero debo estar listo, para demostrarle a esos nobles que se equivocan conmigo -dijo Issei, sin haber dicho una sola palabra, Rias ahora entendía que Issei no trataba de demostrarle a su padre que era igual que él, sino que él podía ser mejor que su padre -algún día, haré de este Alemania un lugar libre y hermoso, donde no exista hambre ni desigualdad.

-En el infierno, tenemos escuelas que tal vez… -decía Rias.

-No necesito una escuela para saber como cambiar al mundo -interrumpió Issei -todo lo que necesito esta aquí adentro, el poder que necesito para cambiar al mundo esta dentro de mi -un puño sobre su corazón -eso es lo que mi madre siempre dice.

Se dio cuenta que hablo de sus sueños sin limitarse, la ultima vez que hizo eso; los adultos se rieron de su sueño, pero no fue así esta vez. Rias miraba encantada con conocer la verdadera intención del sobre esfuerzo propio de Issei, Sona sonreía, tal vez sea un tonto con un sueño imposible, pero si algo ya conocía para una corta edad, era que los tontos son lo que nunca aprenden a rendirse.

-Ya quiero verte cumplir ese sueño -exclamo Rias.

-Sería agradable ver cuanto tiempo le toma a un humano cambiarlo todo -sonreía Sona.

Tenían su apoyo, alguien mas aparte de su madre, mostraba apoyo a sus sueños de grandeza. No era el monstruo temido que se convertiría.

-Aun no conozco sus nombres -dijo apenado el principe.

-Me llamo Rias Gremory. Principe Issei

-Sona Sitri, pero dejaré que me llames Sona -dijeron con cordialidad las dos chicas.

-Rias, Sona -eran las primeras amigas que tenía, y que sentía genuinas siendo príncipe -una tienda de dulces -miro mas adelante, de pronto se sintió avergonzando de solo estar mirándolas a la cara -quieren comer un dulce.

Salió de la tienda de dulces tal como prometió Issei, antes de volver con Rias y Sona noto a una extraña chica vestida de negro y rojo con un velo que indicaba estaba de luto miraba una tienda de dulces, parecía que no tener dinero para comprarse un caramelo.


-Disculpa -habló Issei y la chica de extrañas ropas le miro con leve asombro -¿estas perdida?

-¿Puedes verme? -pregunto impresionada la susodicha viuda, quien por la estatura parecía estar en la misma edad que el príncipe -¿en verdad puedes verme?.

-¿No debería verte? -pregunto extraño Issei con la respuesta de la chica. No se percato que el ambiente que rodeaba cambio, todo en aquella cuadra desapareció, las casas los negocios, estaban en un vació lugar donde solo eran él y esta mensajera.

-Kuku~ -la risa risueña casi incomodo al castaño -así que eres tú.

-¿Yo? -la chica camino hacia el joven príncipe, tomo su mano izquierda con ambas manos la llave bajo su velo, quien beso la palma de la mano del heredero al trono de Alemania, posterior paso a saborear cada uno de los dedos de esa mano -¿que estas haciendo? -entro en pánico ahora, pues un pulso de luz verde apareció sobre su mano, como si una gema brillante fuera puesta debajo de su piel. Seguido de ello, un extraño pulso golpeo su cuerpo desde adentro a todo su ser, como si una especie de flama viviera en su interior.

-Tu destino es mas grande del que crees Hyoudou Issei -dijo la chica con velo negro -a si ha sido escrito, porque tu traerás libertad y justicia a este mundo por el poder que tu padre te bendijo al nacer y que tu madre agradeció cuando naciste -la vio sacar algo de su ropa.

-¿Mi padre? -si tan solo supiera que no hablaba de su padre, Führer de Alemania, solo le dio una corta revelación.

-No hablo del hombre quien tu crees es tu padre, sino tu verdadero padre...

Eso fue hace ocho años, después de aquel día el príncipe de Alemania se volvió Führer tras tomar el trono que le correspondía y demostrándole a los incrédulos que era mas que digno de gobernar. Y su poder era de temer.

De vuelta a nuestros tiempos correspondientes, tras ser recibidos por el clan Sitri en su territorio de montañas. Rias Gremory miraba la foto de aquel niño Issei que conoció junto a Sona, sentada en el sofá de la sala de huéspedes veía con nostalgia aquellos días inocentes cuando lo conoció preguntandosé.

-¿Cuando fue que cambiaste Issei? -pregunto Rias al Hyoudou Issei de su foto guardada en un dije de oro que tenía colgando en su cuello -¿esta guerra es parte de tu ambición?

-Rias -apareció Akeno detrás de donde Rias estaba sentada, entrando a la habitación vistiendo ropas tradicionales japonesas, ropas que siempre ocupaba -¿todo esta bien?

-Todo esta bien Akeno, como están Kiba y Koneko -pregunto.

-Ayudando con las labores de la mansión, tal vez seamos invitados pero no significa que no vayan a brindar ayuda a los siervos de Lady Sitri.

-Eso esta bien, Kiba y Koneko siempre han sido así -exclamo Rias risueña, pero enseguida se controlo -Grayfia esta arriba con Millicas, ha hecho que se duerma, no paraba de preguntar cuando volvería a ver a la abuela o cuando volveríamos a casa, le fue mas difícil a Grayfia entender lo que pasaba que tener que explicárselo a mi sobrino.

-Toda esta guerra fue repentina, humanos invadiendo el infierno. Nadie lo hubiera imaginado -comento Akeno.

-Lo que no puedo imaginar es que paso con Issei, porque cambio de repente -exclamo Rias guardando aquel dije de nuevo en su cuello.

-Me contaste que lo conociste cuando niña -exclamo Himejima.

-No era el chico que es ahora, recuerdo que dijo que en su interior tenía el poder de cambiar al mundo, no pensé que ese poder fuera el de una longinus -dijo Rias -ahora lo desconozco. No es el mismo chico dulce y tonto del que… del que enamoré.

Suspiro Rias cuando dijo sus sentimientos sin sentir vergüenza de que su reina le estuviera oyendo, antes del caos de la guerra había confesado tener un interés amoroso por un humano pero no sabia quien era, ahora sabía Akeno de quien se trataba.

-Rias -entro en la habitación la heredera del clan Sitri, quería asegurarse del estado de su amiga -están cómodos.

-¡Sona! -sonrió con gentiliza la heredera carmesí -muchas gracias por recibirnos.

-Es lo menos que podemos hacer con lo sucedido -tomo lugar entre las dos chicas sentadas en los sofás del cuarto, separados por una mesa de centro, hecha de plata y cristal -mi hermana me ha contado que el consejo esta hecho un caos, los cuatros reyes quieren que los demás clanes unan fuerzas para detener el avance de los humanos, tu hermano sobre todo; pero están indecisos.

-¿Que? ¿porque? -pregunto Rias.

-Fueron visitados por Issei… por el mismo emperador dragón -corrigió Sona, dado la presencia de Akeno.

-Descuide, Rias me tiene contado del pasado de ambas -comento Akeno moderada. Ambas pudieron relajarse y hablar de mejor manera.

-Bien… -suspiro aliviada Sona -dijo que estaba dispuesto a aceptar la rendición total de todos los clanes pero ninguno acepto, a lo que dijo que había que estar preparados para la guerra.

-Entonces, ¿nos evacuaran? -pregunto Rias -los humanos no están muy lejos, el clan Sitri es la siguiente frontera de los humanos.

-Esa es la cuestión, por alguna razón los humanos han detenido su avance -exclamo la heredera -nadie sabe que esta planeando Issei ahora o que estará haciendo.

En Berlín, la ciudad se había vuelto prospera, alegre y segura en todas sus fronteras y barrios. Aquella imagen que Issei veía antes en su capital, había cambiado por completo para mejor.

-Haaaa... -suspiro fuerte el emperador rojo mirando desde las ventanas exteriores del reichstag a su ciudad -es bueno estar en casa. La ciudad sigue siendo tan alegre como antes de irme.

-La dedicación que la puesto a su imperio se refleja en cada ciudad a la que vallamos, todo por el sacrificio de nuestra gran emperador -Lalatina era una fiel y aduladora de los actos de su protegido.

Aunque le empalaga sus halagos, no contradecía a guardaespaldas, con tal belleza siempre protegiendo su espalda como no sonreír a sus comentarios.

-Emperador, ha vuelto -pronuncio Fujiwara Momoka, madre de Issei, una mujer que a pesar de los años seguía siendo igual de joven y hermosa a su edad. No era la misma mujer que se conocía como la progenitora del castaño, pues el cabello de esta rubia en un tono más acaramelado, busto grande y una con la hipnotizaba a los hombres, motivo por el cual los 16 guardias personales de la aun primera dama de imperio Germánico estaban dispuestos a sacrificarse por su señora -bienvenido a casa.

-Madre, cuanto me alegre verle -Issei estaba contento de ver a su madre nuevamente. Aunque quisiera abrazarla, como monarca tenia que seguir una etiqueta y lineamiento en el Reichstag.

-Tan pronto has conseguido conquistar el infierno -pregunto risueña.

-No fabrico milagros madre, pero te extrañaba y a mi amado imperio, decidí volver un par de semanas, antes de volver a mi campaña -dijo el castaño con esa gala y etiqueta.

El Reichstag era el palacio de gobierno, sin embargo a nombre del joven emperador había mas de un castillo donde Issei había hecho de estos lugares su hogar, su lugar favorito era el nido del águila ahora llamado la cueva del dragón, un chalet (mansión) en los Alpes bávaros que se expandió como mansión con los pisos construidos dentro y debajo del chalet encima de la montaña, donde el castaño guardaba sus tesoros personales, joyas, pinturas, reliquias que conseguía en sus guerras y pronto sería hogar para un nuevo tipo de tesoros. Al mismo tiempo era su pequeña morada lejos de la política imperialista que ostentaba.

Una cena servida por el personal que cuidaba la casa en ausencia y presencia del emperador y su madre, en la mesa de casi cinco metros de largo, cada uno en un extremo a otro extremo. Bueno, también estaba Lalatina en la mesa, había cambiado su uniforme y dejado su espada para ponerse un vestido mas adecuado para la cena con su majestad, solo que era un vestido con un escote que no dejaba a la imaginación. Era retacada en la mesa con su señor y la anterior reina.

-¿Ya has considerado conseguirte una reina? -pregunto su madre tras haber acabado el postre en la comida de tres tiempos que la cocina les preparo.

-¡Mamá! -se atraganto el emperador con el vino francés que bebía, sigue llevando su uniforme de guerra a pesar de estar lejos del frente.

-Todo emperador debe tener su emperatriz -dijo la mujer, como toda madre cuando sabe que su hijo ya esta en la edad correspondiente.

-Sabes que no puedo elegir a una sola mujer, mas siendo un dragón -comento con mas calma el joven emperador.

-Lo se, lo se. Mi hijo que nació poseyendo la longinus, el alma de Ddraig, el celestial dragón rojo resulto ser la reencarnación misma del aquel poderoso dragón -exclamo contenta su madre -siempre supe que eras especial cuando te decía que el poder para cambiar el mundo estaba dentro de ti.

-Gracias madre -calmo sus emociones.

-Pero aun siendo el mismo dragón rojo debes pensar ya en tener una reina, debes empezar a tener una descendencia adecuada -exclamo Momoka.

-Si tanta es tu insistencia, que te parece si desposo a Lalatina.

-¡Majestad! -la paladina quedo paralizada y ruborizada ante la sola idea.

-Eso ni de broma -declaro con tanta seriedad, siendo la madre de la reencarnación del dragón rojo, solo ella podía hacerlo temblar con la mirada -Aprecio a Lalatina pero ella no es buena opción para ser tu emperatriz.

-Es verdad, no la mejor opción para esa tarea. Aunque estoy dispuesta a dar a luz a todos los hijos que el emperador quiero conmigo, no soy una opción para ser emperatriz -Lalatina tenia que coincidir con los deseos que la madre de su emperador le contemplara.

-Supongo que tampoco nuestra nueva invitada esta a opción -comento el castaño.

-No, no. Ella será solamente una de tus favoritas nada más.

Favoritas, era una de las posiciones que llevaría a cabo dentro del harem de Issei. Organizado por su madre. El cual funcionaba así:

Madre: la madre biológica del emperador, quien designaría las posiciones y decidiría las posiciones de las candidatas electas por el emperador para formar parte de su harem. No sería parte de las actividades lascivas del harem. Actuaría como consejera personal del emperador.

Se distinguiría usando un anillo con una esmeralda incrustado.

Gran esposa real: La principal esposa que desposara el emperador, todos los hijos que tuviera con el emperador (varón o mujer) serían candidatos directo a la sucesión del trono del sacro imperio rojo. Sería la gobernante a cargo del imperio en tiempos de guerra cuando el emperador se ausente por las campañas, teniendo limitaciones en su mandato.

Cuando el emperador muriese, la gran esposa tomara el lugar de madre y cumplirá con las mismas funciones que su predecesora. No podía ser desposada por otro ni por el siguiente emperador.

La esposa real se diferenciaría del resto al llevar un rubí en su anillo de bodas

Esposas segundas: al igual que la principal, los hijos mayores de las esposas secundarias serían candidatos a gobernantes a los reinos, presidencias e imperios subyagados dentro del imperio rojo. Solo había espacio para ocho candidatas (por el momento), una por cada reino, imperio o país del mundo humano; no podían haber cambios después. Podían ejecutar cargos económicos importantes.

Ocurriese la muerte del emperador, serían liberadas de la integración al harem y pueden ser desposadas, pero de hacer esto, los hijos correspondientes al matrimonio con el emperador serían descatalogados como miembros de la familia imperial a excepción del hijo o hija mayor.

Las esposas segundas debían llevar un zafiro en los anillos de bodas.

Favoritas o amantes: serían miembros femeninas sin número limitado para complacer al emperador en sus necesidades carnales, vírgenes o viudas; los hijos resultantes no podían ser candidatos a ningún trono, serían integrados directamente a filas militares a su respectiva edad, sin importar el cargo que tenga la madre.

Podían ascender a esposas segundas si alguna de las esposas segundas actuales moría por causas naturales, atentados o accidentes, siendo elegida unicamente por el rey; los hijos e hijas pasarían a recibir el trato tenido por ser ahora una esposa segunda.

Se les distinguiría con una anillo con un circonio en sus dedos, no serían desposadas por el emperador ni por otro hombre.

Así era la jerarquía constituida por la madre de Issei mostrado en una pizarra estando en la mesa de la cena. Donde Lalatina entraba como una de las favoritas del rey

-Viajar a Turquía y Egipto tuvo sus beneficios -se enorgullecía Momoka de su constitución.

-No creo que una jerarquía para un harem sea necesario -exclamo Issei apenado de ver tal tabla mostrada con orgullo por su progenitora.

-Claro que si, todo debe tener un orden especifico. No seas estúpido hijo, no dejas nada al azar en la guerra ¿o si hijo? -pregunto.

-Diría que el amor y la guerra son dos cosas distintas, pero el mismo Napoleón se reiría si me escuchara decirlo, tanto en la guerra como en el amor, es necesario verse de cerca -dijo Issei luego de servirse el mismo la copa a pesar de tener un sirviente detrás de él -pero en el amor, la guerra, incluso en la política, ser estúpido tiene sus ventajas; los estúpidos no sabemos cuando darnos por vencidos.

Con eso dicho, su madre comenzó a reír al igual que su guarda espaldas. Siendo el humano que supero a todos los reyes y emperadores del pasado de su nación natal, así como a otros grandes reyes conquistadores, estos hombres se consideraban grandes filósofos, sabios reyes, estrategas, dioses; Issei también se consideraba como tal pero no rechazaba la idea de que también era un estúpido e imprudente, al menos sabia que lo era.

La cena fue magnifica y reunirse con su madre causaba a Issei alegría, sin embargo la noche allí no terminaba. Recluida en uno de las habitaciones de la cueva del dragón, Venelana Bael esperaba inquieta y preocupada. Tras ser tomada como prisionera y trasladada hasta el mundo humano, fue separada del resto de prisioneras tras arribar el tren a una prisión de nombre Auswicht en Polonia, solo vio el nombre del sitio en la parte superior de la reja pero no logro entrar, por ordenes del emperador fue llevada hasta su retiro personal y puesta bajo vigilancia. Su magia seguía siendo suprimida ahora con un sello mágico puesto en su piel como tinta de un tatuaje el cual se desvaneció bajo su piel apenas terminaron de ponérselo.

Encerrada en la habitación donde un vestido blanco del que solía usar en casa fue traído por un grupo de sirvientas a manos de la ex matriarca Gremory, dándole la orden de estar lista para las once de la noche. Maquillaje y un pequeño perfume de un color morado fosforescente que traía una nota donde decía que era un regalo de parte de

-Rias, Grayfia-chan, Millicas… espero que estén bien -dijo Venelana mirando su propia pena reflejada en aquel espejo. Esperando lo peor, no hizo mas que arreglarse como le indicaron las humanas, tomo al final aquella fragancia sin marca alguna y tras verlo extraña Venelana se hundo un poco sobre su cuello y sus brazos -es un extraño y agradable aroma…

-Estas listas Venelana-san -entro Momoka en los aposentos cuya puerta cerrada con llave por fuera, tal llave ella la tenia -lamento que nuestro reencuentro haya sido en estas condiciones, pero era de esperarse con el emperador reclamando el territorio Gremory como territorio del imperio…

-Momoka… -hablaba con filo y rabia Venelana -como pudieron hacernos esto, después de lo que nuestras familias hicieron por ustedes, por su nación ¡¿así no agradecen?! -la había considerado una amiga la descendiente del clan Bael.

-No confundas nuestra amistad con los ideales de mi hijo -camino hasta la demonio, quien se mostraba indiferente con la prisionera.

-¿Que clase de hijo esclaviza un mundo enteró, se proclama emperador sobre emperadores dios ¿un dios dragón? -hizo burla al nombre auto proclamado de Issei.

-Burlate por ahora, pero pronto estarás llamándolo por esos nombres con respeto y temor a él, después de todo es su destino -dijo con seriedad en su voz -considerate afortunada porque mi Issei, tiene interés en ti y en tu hija.

-¿Interés? -tembló ante tal palabra.

-Ya lo verás -bajo la sonrisa de la matriarca Hyoudou se ocultaba algo peligroso, podría ser.

Llevo a Venelana hasta la habitación del emperador, toco la puerta una vez y sin esperar permiso entro en los aposentos de su hijo.

-Lamento interrumpir hijo, pero ya la traje -exclamo Momoka entrando como si nada en la habitación cuando algo pasaba.

-¿Pero que… -Venelana quedo impactada al abrir las puertas de la habitación estaba el emperador en pleno acto de apareamiento con su paladín.

Lalatina montaba la pelvis del castaño quien estaba sentado en el borde de su enorme cama frente a las puertas, de arriba hacia abajo movía sus caderas en frenesí mientras Issei solo se deleitaba mirando el cuerpo lascivo de su guarda espaldas y sus curvas en movimiento.

-Ya casi… puedo sentirlo~ -decía Lalatina haciendo que su cara mostrará una expresión pervertida mientras sentía un orgasmo recorrerla -¡Si! -grito cuando el esperma de su emperador se disparo dentro de ella y de nuevo un pulso de luz verde se vio mostrado en el estomago de Lalatina, sus piernas temblaban y se contraían por la sensación, tanto que no pudo resistir.

-Creo, que llegamos en un mal momento… -dijo Venelana impactada de ver lo ocurrido, en la sociedad demoníaca existen harem que rodean a las cabezas de las familias mas importantes en su jerarquía. Su esposo no era la excepción, ella y Zecticus habían hecho cosas de adultos con las mujeres que integraban el harem de su esposo, sin embargo nunca había entrado a una habitación desconocida para ver a dos desconocidos en pleno acto lascivo. En especial si era el hijo de quien considero una vez su amiga.

-Claro que no, Venelana llegaste en buen momento -exclamo la esposa del anterior Führer de Germania -normalmente cuando dos personas hacen cosas como estas, es por placer o amor, a veces ambos.

No obstante delante de ellas Lalatina había bajado de las piernas de su emperador para ponerse de rodillas frente a él y usar su boca para limpiar su viril miembro al punto de dejarlo limpio.

-Mi hijo sin embargo tiene un propósito más para tener coito, ¿viste esa luz en el vientre de Lalatina? -dijo Momoka -es el exceso de mana que produce mi hijo, verás cuando despertó el poder de su antigua vida como el celestial dragón rojo fue a su máximo nivel, como consecuencia para su cuerpo humano que encarcela su anterior cuerpo como dragón, su cuerpo produce demasiado poder mágico, que de no ser liberado en las cantidades adecuadas harán que Issei caía a los instintos básicos de un dragón, matar destruir y seguir matando.

Ahora que Venalana lo veía sin ropa, partes del cuerpo de Issei se notaban escamas donde el tono natural de su cuerpo humano se volvía rojo ¿Sería realmente para Venelana que como decía Momoka, Issei fuera la reencarnación del dragón rojo?

Sea como sea Venelana no podía desviar la mirada, ver como la guarda espaldas del emperador seguía chupando el pene del castaño hasta conseguir que se corriera por nueva ocasión en la boca de la rubia, sin sacarlo de su boca otra vez vio como se tomaba la leche de este como si fuera agua, la escucho beberse el fluido cual bebida agradable se tratara.

-Lalatina accedió a ser amante de mi hijo y dejar que él liberara su lujuria en ella para que el exceso de mana se disolviera, pero Lalatina no es suficiente para que el emperador tenga bajo control el exceso del poder que fluye en su cuerpo -explico la anterior esposa del Führer.

-Ya entendí a que va esto, debo suponer que si no fuera yo, sería mi hija quien estaría aquí -era ella o su hija.

-¿Quien sabe? Podría ser que algún día se reúnan en esta sala -exclamo Momoka plateando incertidumbre en la castaña mujer -te dejaré con tu nueva adquisición, hijo mió -se fue gustosa la madre del emperador.

-Venelana-san, ha pasado mucho tiempo de la ultima vez que nos vimos, se ve mas hermosa cada vez que la vuelvo a ver -había caminado Issei hasta delante de la mujer, quien solamente desvió la mirada pues verlo desnudo a joven que conoció de niño no era lo que quería ver desnuda ahora que ya era un hombre.

-Dejate de halagos, no conseguirás nada conmigo haciendo eso ¡mataste a mi esposo, tomaste nuestras tierras! -reclamo la castaña mujer.

-Un precio muy pequeño de un mal menor por un bien mayor -exclamo Issei -honestamente, fue por petición de mi madre por la que usted sigue viva; tal vez ya no ve a mi madre como una amiga, pero ella a usted si Venelana-san. Eso es lo que la tiene con vida aquí.

-¿Para vivir siendo objeto para descargar tu lujuria? Prefiero morir -tan solo pronunció tales palabras, cuando el filo de una daga tocaba su garganta de Venelana, era la guardaespaldas del emperador. A pesar de no llevar ninguna ropa, igual se movería para matar a cualquiera que amenaza la vida de su señor o lo insulté.

-Eso puede arreglarse -exclamo Lalatina mirando detrás de la cabeza de la demonio, dejándola preguntarse ¿cuando se movió?

-Tenga cuidado con lo que pide Venelana-san, puede que se haga realidad -dijo el emperador.

-¿Que es lo que quieres? -pregunto, por alguna razón aquel cuchillo, le cortaba pero si sentía un calor que le quemaba la piel desde su cuchilla. Pero gracias a un gesto de Issei, su guarda espaldas bajo el arma y dio espacio a la demonio.

-Lo quiero todo, quiero el mundo se arrodille ante mi, poseer todos los reinos, dominar mar, tierra y aire; tener todos los tesoros, tener el corazón de las mujeres mas hermosas que me pueda encontrar -tomo a Venelana de su cintura y la pego a él, su miembro de varón se presiono contra el cuerpo de la mujer para así besarla con pasión y lujuria. Quien solo se ruborizaba y avergonzaba evitando sentirse provocada por los olores en la habitación.

-”¿Que?” -de pronto, una rara sensación paso como corriente por su cuerpo de Venelana con aquel beso -”porque se siente…” -pregunto en su mente, hasta que se separo de los labios del emperador -ese perfume, ese perfume tenía algo ¿verdad? Nada hará que sea como ella -miro a la rubia -¡Ninguna droga hará que ceda a tus deseos!

-No era una droga -decidió explicarle -ese perfume fue un obsequió para las que serán de mi harem, verá Venelana-san -volvió a sujetar a la mujer por su cintura, sin embargo sus manos bajaban hacia su trasero -el contacto de bocas hace que la saliva de uno pase a la otra persona enviando hormonas que provocan que dos personas no puedan contener sus instintos básicos, reproducirse. Yo al ser un dragón encerrado en este cuerpo… el flujo de mana que excede mi cuerpo combina esas hormonas con toxinas letales para cualquier criatura, lo que hace ese perfume es ser un antídoto que entra por la piel permanente para quien se lo coloque sea inmune al veneno. Pero al mismo tiempo hace que se multiplique el efecto de las hormonas que le traspaso.

-¡Maldito! -el cuerpo de Venelana ya sentía el efecto de dichas feromonas dentro de su ser, un deseo ansioso provocado por cada beso aumentaba el efecto de las hormonas en su interior -no… no voy a sucumbir… nada de lo que hagas hará que termine entregándome a ti. Puede que hallas matado a mi esposo pero aun sigo siendo su esposa.

-Verás que una noche de pasión puede hacer mas que doscientos años de amor -dijo Issei.

Su voluntad para resistirse fue una farsa, tras acabarse el contacto de labios con el emperador, paso al primer acto de la noche con Issei. Llevando a Venelana hasta la cama tomándola de la mano mientras él era seguido por su guardaespaldas que seguía en celo por su amo y señor. Desvistiendola suavemente mientras iba acariciando las partes de su cuerpo que solo su esposo había visto en Venelana. Poco paso, para que el emperador decidiera comenzar dándole un pequeño servicio a la mujer.

-Para… no lamas allí -el emperador estaba devorando la vagina de la Bael mientras sus piernas eran levantadas por las manos fuertes del joven gobernante, a pesar de verse joven, con solo levantar sus piernas Venelana podía sentir su fuerza. La situación era tan vergonzosa para ella que sus manos tenía encima de sus ojos para no verlo, su cuerpo estaba reaccionando al tacto pasivo agresivo de la lujuria del emperador.

-No se reserve, Venelana-san -apareció Lalatina atrás de la cabeza de la castaña mujer de Gremory, quito las manos de los ojos de la mujer para que viera el espectáculo -presencie como la boca del emperador provoca un orgasmo en usted~

Era como si realmente buscara complacerla y no solo provocarla, pensaba Venelana ahora que su visión estaba sobre Issei. La bravosidad con la que su lengua acariciaba dentro y fuera su vagina hacían que se debilitará hasta que su cuerpo dijo en claro que se sentía bien con las caricias del emperador.

-¡Haaaaa!~ -gimió en alto la Bael, su vagina expulso fluidos en respuesta al orgasmo producido que Issei le causo con el oral que le dio -no… -esa débil exclamación era en referencia a que no debía haber hecho eso su cuerpo.

-El cuerpo dice más que las palabras que pronunciamos -decía Issei, limpiando con su lengua lo que manchaba sus labios procedente de la vagina de la Venelana -ahora, quiero escuchar mas de esa dulce voz que acaba de salir de su boca Venelana-san.~

Penetro con cuidado la vagina de la castaña sacando de ella mas de esa tierna voz que enamora a cualquiera. Tornándose rudo con cada choque de su pelvis contra la pelvis de la Bael.

-Su vagina es deliciosa, Venelana-san, envuelve mi pene como si no quisiera que dejara de cogerla -dijo issei mostrando una expresión engreída a medida que le volvía loca chocando pelvis.

-Por favor, deja de eso… mi cuerpo comienza a aceptarlo… -decía a si misma la mujer.

No obstante, Lalatina se acerco al castaño para abrazar a su emperador por la espalda, pegando a su cuerpo lascivo a su señor, para robarle un beso mientras sus caderas estaban concentradas en Venelana.

-Mi emperador~ -dijo Lalatina antes de mostrar a Venelana que había pasión entre ellos, haciendo que su cuerpo comenzará a desear mas al joven monarca -que pasa, creí que ibas a resistirte al amor de Issei-sama -era rara las veces que llamara al emperador así, aunque el termino “sama” era propio para su titulo, era recibido como un termino muy personal para algunos mandos y políticos si la rubia se le dirigía así al emperador -acepta el amor que Issei-sama y verás que todo te ira bien.

Se había colocado encima de Venelana, con sus piernas y manos a los alrededores de la mujer, con su trasero a la vista de su emperador con su coño abierto a sus ojos. Meneaba su trasero para deleitar a su señor

-No… no puedo más -decía Venelana -Zecticus perdoname, te amaré por siempre, pero ahora… ¡mi cuerpo le pertenece al emperador dragón! -grito la castaña mujer antes de volver a venirse.

-¡Eres tan buena Venelana-san! -grito Issei a un par de segundo de venirse dentro de la mujer.

-Más… -decía la castaña mujer enamorada al ver como la polla del castaño salía de su coño, donde se fue derramando el esperma que soltó dentro en la cama -quiero más mi señor.

-Tendrás que esperar, ahora es mi turno -dijo Lalatina.

-Tu has tenido la atención antes de entrar -comento agresivamente Venelana.

-Cálmense, deben empezar a llevarse bien, ambas tienen toda mi atención, ambas son mis amantes recuerdan -recalco el emperador. Podría ser que el sistema del harem que su madre le tenia impuesto era muy funcional.

Se tornaban para tener a su emperador, en algunas ocasiones hacían las cosas juntas, a veces no podían esperar así que mientras Issei tenia sus caderas concentrada en una, la otra robaba sus labios sea para besarse o para que él mordiera sus pecho o hasta para poner su pelvis en los labios del emperador.

A horas de la madrugada ambas mujeres dormían una a cada lado del emperador. Venelana a su derecha separada de Issei mostrando remordimiento en su cara dormida mientras que Lalatina estaba abrazada al pecho de su amo y emperador con una expresión de felicidad. Issei por su lado miraba el techo de su habitación de chalet en estos Alpes, sonreía con satisfacción por ahora, sus ambiciosas cada día mas se hacían mas amplios.

La guarida del lobo, una fortificación del imperio germánico establecido en la anexada Polonia. Donde tras su regreso, el emperador se reunía con mas confiables e importantes lideres militares de todas partes del mundo humano para planificar y rectificar todos los planes próximos en sus campañas expansionistas.

-Emperador, es bueno tenerlo en Berlín otra vez -saludaron los generales cuando el joven emperador entro con su paladín atrás suya como siempre, a todos lados la seguía y de respetar su presencia se hacia.

-Lo mismo digo mis leales generales e ingenieros -exclamo Issei mirando los dos mapas de su actual campaña en el mundo de los demonios puestos en la camara principal de comando, antes era una sala casi un comedor, pero ahora era un cuarto de inteligencia, y lo que fue al principio un bunker de clase militar había sido expandido a casi ser un edificio equivalente al pentagono -por lo visto todo esta en orden.

El mapa de aquel mundo de los demonios dibujado a mano habían en la mesa de ocho metros por doce, mientras que en la pared norte un mismo mapa pero de dimensiones mas cortas igual había aquí. La diferencia, en el mapa de la pared espada pintado las tierras de los demonios que las fuerzas del imperio rojo tenía ya bajo control y con lo que faltaba por conquistar. En el mapa en la mesa, los generales, mariscales e ingenieros organizaban los siguientes movimientos y predecían el avance de las tropas a como su emperador estaba exigiendo quien alrededor de la mesa de guerra tomo lugar para oír si seguían el plan que él mando con su llegada

-Tal como usted lo ha pedido emperador, tropas de Finlandia, Suecia, Siberia, Canadá y Alaska están siendo movilizadas a las fronteras establecidas en el territorio del clan Gremory con los limites del clan Sitri y sus aliados en el rio Badakus -decía un joven general de orígenes chinos, casi de la misma edad del emperador (un poco mayor), usando un látigo de caballería para indicar el plan sobre la mesa porque si usara su lanza como es costumbre de él rompería los mapas en la sala -llegarán para el día de mañana y tomaran los lugares de las divisiones actuales en las fronteras mientras que grupos de exploración se adentran en el territorio enemigo pero solo será reconocimiento nada de ataques claves a la zona enemiga.

-Bien, va bien, todo según lo planeado Cao cao -exclamo Issei mirando cada sector de terreno en el mapa hecho con gran presión para una época donde los mapas capturados por satélite aun no existían -en cuanto los Sitri movilicen sus tropas, sabrán quien domina el frió.

El rio Badakus, la frontera natural que delimitaba y obstaculizaba el avance de los ejércitos humanos hacia el resto del mundo de los demonios. Los puentes fueron destruidos cuando se formalizo la caída del clan Gremory y ahora los ejércitos de Issei tenían que construir nuevos puentes para hacer cruzar sus tanques y tropas.

Esto llevaría tiempo para las fuerzas de Issei antes de poder continuar su avance sobre el mundo de los demonios. Tiempo que podía ocupar los demonios para volcar la situación y expulsar al invasor de su mundo.

El frió y la nieve Legiones de soldados del clan Sitri y de los remanentes que pudieron escapar del clan Gremory así como de los otros clanes caídos en manos de Issei. Estaban listos y en marcha fuera de sus ciudades principales de su clan y sus extensiones, marchando para enfrentar en serio a la amenaza que eran los humanos. Nobles y comandantes estaban listos para cumplir con su deber como miembros leales al clan de los Sitri. Buscando ganar favores para uno de los cuatro emperadores demonio que los comandaría, Leviatan. O como se llama realmente, Serafall Sitri.

Y como todo tiempo de guerra, cuando un soldado debe responder el llamado del deber, sobre todo si es parte de su función. Serafall fue a despedirse de su familia.

En la entrada del castillo Sitri, hermana con hermana se despedían por ahora, así como el hermano de Rias con su hermanita, quien se llevaría a su esposa y su hijo lejos de la proximidad de la guerra que nunca esperaron.

-Nee-sama, esperaba que tu visita fuera mas larga esta vez -exclamo Sona despidiéndose de su hermana tras su inesperada llegada en conjunto de su compañero rey mahou, el hermano de Rias.

-Lo siento mucho So-tan, prometo que la próxima vez tu hermana pasara mucho tiempo de calidad contigo -exclamo Serafall dando un abrazo muy fuerte a su hermana cuando se despedían en la puerta del castillo de su familia -solo espero que no pase mucho para volver a reunirnos.

-Nii -sama -exclamo Rias tras mirar con tristeza la realidad de Sona, seguido miro a su hermano.

-¿Segura que quieres quedarte aquí, Rias? Puedo llevarte a ti y tus siervos a Lilith… -exclamo Sirzechs ante la mirada preocupada de su hermanita pero ella le detuvo.

-Lo mejor será que me quede aquí con Sona, Nii -sama, con Lady Sitri ocupada haciendo que el frió sea una ventaja nuestra en esta guerra, alguien debe ayudar a Sona ahora que es la líder del clan de forma interina -comento Rias mostrando fortaleza.

-Te aseguro que puedo hacer esto sola Rias -bromeo Sona, ella misma sabía que ser la cabeza de un pilar en tiempos de crisis, no eran lo mismo que tiempos de calma.

-Quedarme y ayudarte es lo menos que puedo hacer como agradecimiento por recibirnos Sona -estaba firme con su decisión de quedarse con su amiga.

¿Porque estaba Sona como líder interina de su clan si su madre, Lady Sitri estaba viva? Tiene relación con el inesperado clima frió que azotaba incluso al mismo castillo Sitri ubicado en tan altas montañas donde se asentaron. La especialidad del clan Sitri era la magia de agua, pero se limitaba a simples hechizos o creaciones de agua, lo cual era asombroso, también podían llegar a manipular el clima, desde crear huracanes o desatar tormentas de frió. Sin embargo conseguir hacer esto era un trabajo para más de un miembro del clan Sitri; resguardados en una cámara secreta dentro del castillo, Lady Sitri junto con otros miembros de su familia con altos niveles de magia cumplían con un ritual que hacía que el frió, heladas y la nieve se manifestarán de forma anticipada al calendario. Un ritual que no podía ser interrumpido.

-De acuerdo, confiaré en ti -dijo Sirzechs tras suspirar en aceptación a la decisión de su hermana.

-Si quiere yo también puedo quedarme con ustedes a ayudarles Rias-sama -comento Grayfia parada junto a su esposo.

-No, tu debes ir con mi hermano y Millicas, no quiero que mi sobrino se quede solo -exclamo Rias.

-Esta bien -dijo frustrada, no se sentía así de inútil nunca la peligris.

-Te veré pronto verdad, Rias-onechan -pregunto el pequeño Millicas asustado de lo que pudiera pasar.

-Espero que así sea, Millicas -abrazo con mucho cariño a su sobrino compartiendo le de su calor -has que esta locura acabe, por favor Nii-sama -soltó algunas lagrimas sin importarle quienes la vieran -venga a nuestro padres -en su visita, su hermano no se resigno a contarles lo ocurrido en la reunión de consejo y los regalos que trajo Issei para ellos.

-Me aseguraré de que así sea -respondió Sirzechs -también encontraré a nuestra madre, Rias. Lo prometo.

Con las despedidas hechas, Sirzechs y Serafall se alejaron del territorio de su familia para cada uno dirigirse a su destino.

-Insisto que las tropas del clan Sitri esperen a la llegada de los refuerzos de los demás clanes, con lo ocurrido en la asamblea la mayoría de líderes va a enviar a legiones para la lucha en cuestión de horas -dijo Sirzechs antes de despedirse de Leviatan.

-¿Pero cuantas horas va a tomar reunirlos Sirzechs? -pregunto Leviatan -si no actuamos ahora, el ejercito del dragón rojo se moverá pronto, ya hay reportes de avistamientos de grupos de los ejércitos de Issei moviéndose en las tierras de mi familia ¿esperaremos a que ataquen primero? La mejor defensa es el ataque Sirzechs.

-Y el mejor ataque es la defensa -respondió el Gremory -esta bien, confiaré en ti, pero tan pronto se reunan los recursos los enviaré para ayudarte.

-Eso espero, aunque no espero una pelea sencilla si me encuentro a Issei… y pensar que yo también estuve interesada en él antes de volverse emperador, era un chico distinto -hablo en voz alta, descepcionada de la realidad -descuida eso no será impedimento.

-Lo sé, pero para mi hermana si -exclamo Sirzechs mirando de vuelta a su hermana que se resguardo en la residencia Sitri. Cuando le contó que Hyoudou había asesinado a su padre ella se negaba a creer que él había tal cosa, reconocía que su padre estaba muerto y su madre hecha prisionera, pero se negaba a aceptar que Issei permitiera eso o que lo haya hecho -te deseo suerte Serafall -Sirzechs tenia que poner a su familia a salvó.

Los demonios estaban listos para lanzar un ataque contra los humanos, confiaban en el dominio del agua de sus señoras Sitri para ganar y con el frió. No obstante no contaron que talentos tenían los humanos a su favor.



Los finlandeses dieron un nombre a la guerra que libraron contra los soviéticos durante el invierno de 1939 cuando Stalin quiso poner otra frontera en contra del ejercito del joven emperador dragón rojo en Finlandia. Ellos la llamaron ‘Talvisota’ que en su idioma se traduce como: guerra del invierno. Superados en numero y armamento, los finlandeses lograron repeler los múltiples ataques de los rusos, a pesar de terminar perdiendo aquella guerra donde casi nada perdieron, los soldados finlandeses dejaron una gran impresión en el joven emperador dragón rojo los cuales se volvieron grandes aliados de Issei.

Varios trenes cargados con cientos de miles de soldados especializados en guerras en temporadas de invierno llegaron a la frontera establecida en el territorio Gremory en el rio Badakus, eran los últimos días de agosto y el invierno había comenzado en el infierno. Mientras que el mundo humano muchos lados aun era verano. Vías de trenes fueron establecidos apenas fue conquistado los siete clanes de los demonios para comunicación mercadeo y demás. A pesar de que los demonios habían adquirido vienes y tecnologías humanas aun no aceptaban varios de sus avances.

Cuando el tren arribo a su destino el primero en descender fue un comandante fines que camino hacia la heer general asignada a comandar en los limites fronterizos del enorme rio de casi medio kilómetro de ancho.

-Bienvenido general Lauri Allan Torni, el gran héroe de la guerra del invierno -saludo la joven general de origen francés dando bienvenida al integrante de la Liga de los heroés, antes llamada, facción de los héroes.

-Heer general Jeanne D’Arc II, la doncella de orleans -saludo extendiendo su brazo y mano como lo hizo la joven general estando cara a cara -vaya, el invierno se adelanto.

-Tal vez aquí pero no en nuestro mundo -dijo y detrás del general las tropas de invierno así como de montaña fueron bajando del tren en formaciones de sus compañías que pertenecían.

-¿Sus tropas se pondrán en marcha de una vez? -pregunto la joven caminando con el general en la misma dirección de las tropas recién llegadas -es de noche, no sería mejor esperar el amanecer.

-La noche es mas ventajosa para el combatir en tiempos de frio señorita D’arc -comento el comandante.

Muy de cerca a los limites de la frontera establecida con el territorio basto del clan Sitri, a casi cinco kilómetros del rio Badakus, una extensa linea defensiva se levanto líneas de cañones de artillería pesada, cañones de campaña, lanza cohetes multiple de origen de ingeniería rusa o como le llamaron los rusos “Katyusha” ¿que? ¿creerías que Issei iba a desperdiciar tan buena pieza de ingeniería militar? ¿O que se desearía de los bellos T-34 o T-26, los tanques Sherman o Pershing? ¿Los matilda o los escudos andantes crusaiders? ¿Incluso los lamentables tanques italianos o japoneses? Incluso tanques tan patéticos tenían su uso para el enorme ejercito.

-Tengo tanques T-26 y tanques Flamepanzers a mi disposición, se que suele usar tanques de combate ligero en sus tácticas, si las necesita se las voy a asignar.

-Agradezco el gesto, pero no esta vez -exclamo el comandante Torni -solo llevaré infantería conmigo.

-¿Ni siquiera quiere llevar piezas de artillería? -dijo la joven Jeanne -solo con soldados a piensa enfrentar al enemigo.

-Seguramente esperan caer en una trampa cuando sus ejércitos nos ataques, pero no esperaran encontrar otra trampa donde de esa trampa -exclamo el comandante Lauri, el maestro de la guerra de guerrillas, un as en el campo de las emboscadas.

Soldados de Canadá, Argentina habían adquirido el uniforme alemán, como parte de su integración al imperio rojo. Usaban todo el armamento oficial del ejercito germánico en sus ejércitos. En cuanto a los soldados Finlandeses...

Los soldados finlandeses estaban en formaciones correspondientes a sus divisiones y alineados conforme a sus pelotones. Su uniforme era muy parecido al de los soldados germánicos de Issei. Lo que los diferenciaba era las armas que ocupaban, usaban armamento alemán, si. Sin embargo, tras hacerse con una parte del territorio ruso, fabricas de tanques y de armas soviéticas cayeron en sus manos. Subfusiles PPD-40, fusiles nagat, ametralladoras DP-27 eran parte de su armamento como un recuerdo de su victoria contra la antigua unión soviética. Eran soldados con uniformes alemanes pero con armamento soviético. Soldados, que dominaban en el frió.

El primer asalto contra el infierno fue inesperado y sobre estimado por parte de los demonios al creer que los humanos no lograrían nada en su contra, se equivocaron. El segundo asalto debía ser decisivo, debían frenar a los humanos y expulsarlos de su mundo, o caerían mas clanes y pilares en manos del sacro imperio rojo. ¿Quien ganaría? Humanos con su ciencia y tecnología que estaba siendo llevada a nuevos horizontes, o la soberbia magia de los demonios y su estilo antiguo.

Era táctica contra la estrategia. Ciencia y magia contra antigua magia. El amanecer de una nueva era y la caída de una era vieja. El destino estaba escrito, solo faltaba leer las paginas.

Bunisses and pleasure (+18)