Business and pleasure (Naruto x Harem)

Esta obra la estaré actualizando una vez al mes, para darme tiempo de seguir avanzando la historia y tenerles una actualización constante. Espero y les agrade.

Gladiador

 First for fight

La vida puede sonar simple para algunos, hay quienes creen que entienden como funciona el mundo y tienen todas las respuestas, pero como dice la física cuántica: cuando crees entender como funciona el mundo, es porque no entiendes realmente como funciona el mundo. Existen dos personas personas de gran intelectuó en el mundo: aquellos que saben que nunca podrán tener todas las respuestas y los que creen que las tienen. Lo que diferencia a uno de otro es que uno comprende que la inteligencia es un don ni un privilegio. Como la vida privilegiada en la que nació Saya.

De gran inteligencia, nacida en una familia de grandes privilegios como fortuna con un padre de mucha influencia en la política de la prefectura local. Takagi Saya era una princesa moderna, de un atractivo que hace a los chicos embobarse con solo mirarla de paso. Pero ella no necesitaba nada de esto, pues todos esos chicos dentro y fuera de la academia eran solamente unos interesados.

Luego de pasar por el pórtico de su casa en el auto con el que los empleados de su padre iban a recogerla a la escuela al final de cada día. Entro en su gran castillo en medio de los suburbios, Saya y tras recibida por personal de la casa con todos los modales inculcados, camino hasta una habitación especial en la mansión Takagi donde Saya saludo a quien no estaba allí.

―Estoy en casa, papá ¿el día ha estado tranquilo para ti? ―exclamo Saya, saludando a una fotografía enmarcada de su padre puesta sobre una mesa en un pedestal donde arreglos e incienso se quemaban constantemente en honor al fallecido hombre.

Sentada sobre una almohada delante del altar, Saya miro por breve momento la foto de su progenitor Soichirou Takagi; quien murió hacia ya dos años atrás en circunstancias que es mejor no investigar. Solo quien es olvidado, realmente muere.

―Para mi casi ha sido un día tranquilo ―decía la hija de Takagi, ahora que el hombre esta muerto, puede hablar con su padre con mas naturalidad―. Miyamoto esta actuando con celos desde que Shido-sensei ha tomado a Komuro bajo su tutela por alguna razón, ya sabes después de haberse peleado en la entrada de la escuela como en la secundaria. De haberlo visto hubieras estado orgulloso de él como cuando lo veías en pelear en la secundaria ―sonreía con un poco de arrogancia, la pelirrosa―, pero no puedo evitar compartir el mismo sentimiento de preocupación que esa bruta de Miyamoto acerca de Takashi. Tengo la sensación de que algo esta tramando con él y no se que es lo que debo hacer. Dime que hacer papá.

Claro que no iba a tener respuestas, pero una señal bastaba. Si estuviese aun en este mundo y tal conversación la hubieran tenido con tanta naturalidad como con la que ella le hablaba a su fallecido padre ahora, hubiera recitado sabias palabras del mismo Napoleón Bonaparte: "En la guerra como en el amor, para triunfar es necesario estar cerca."

Salió de la habitación con delicadeza y tras darse la vuelta al cerrar la puerta del cuarto de velorio de su padre, uno de los empleados mas protectores con la heredera de la familia Takagi se vino a topar.

―¡Bienvenida a casa, Saya-sama!

―¡Mato! ―tomo por sorpresa a la chica pues apenas se dio la vuelta y ella se sobresalto cuando lo miro tan cerca, con una expresión de bobo sonriente en su cara―. ¡Cuantas veces te he dicho que no me sorprendas así!

―Lo siento, Saya-sama. Solo quería decirle que su almuerzo esta listo si quiere comer ―exclamo el gentil hombre dando un paso para atrás luego del susto que le dio a la pobre―.

―Primero tomaré un baño, me siento sudada con este calor y el uniforme ―contesto sin mucho interés, ciertamente estaba sudada y se veía en el cuello de la chica, bajar entrar el oculto escote de la princesa―. Mato ¿Mi madre esta en casa?

Reacciono el hombre, cuya mirada perdida paso disimulada.

―Yuriko-sama salió ―dijo casi de inmediato, para no parecer sospechoso ante la mirada de su platónico amor, sin mencionar que él era un hombre de cuarenta y ella apenas si llegaba a los 18, o un año menos―. Parece que surgió algo de interés en el negocio, eso fue lo que dijo. Que no la espere para almorzar, lo siento Saya-sama.

―Ya te dije que dejes de llamarme así, no soy ninguna princesa ―exclamo irritada la pelirrosa, de todos los empleados de la casa y su familia, él era el mas insistente en llamarla de tal forma.

―¿Y deshonrar la memoria de Soichirou-sama? No, para su padre usted es una princesa, para nosotros también será así ―una reverencia ante la chica y ella sintió repelús por esto.

―Basta Mato, comportate antes de que alguien te vea ―le hizo caso a la orden de la pelirrosa―. Como dije, iré a tomar un baño.

En su propia pieza de dormitorio, un baño personal con el que contaba Saya era el que ocupaba para sus necesidades su figura era reflejada ante el opaco vidrió mientras el agua de la regadera caía por su cuerpo. Podía verla de pie bajo el agua cayendo a cantaros sobre su desarrollado ser y con la cara en alto para tener un leve masaje por las gotas de lluvia en su cara.

Y digo "podía verla", por el mismo Mato. Obsesionada con esta chica, el hombre se colaba en su habitación aprovechando que sus compañeros estaban laborando o custodiando el territorio de la casa, para mas que solo darse un taco de ojo con la esbelta figura de Saya en la puerta corrediza de la ducha, sino también para sacar su lado sucio y tomando la ropa interior de la chica dejada en el cesto de ropa dentro del baño, pegado a la puerta.

―Que hermoso cuerpo tiene, saya-sama~ ―decía en su mente mientras se auto complacia mientras miraba a la chica ducharse por un pequeña abertura de la puerta del baño―, quiero poner mi pene entre sus tetas y hacerla gemir por mi.~

El cabrón de Mato se masturbaba con la ropa interior de Saya durante el tiempo que la veía ducharse, sabiendo cuanto tardaba y cuanto tiempo tenia para calmar sus perversos deseos. Impregnando sus prendas intimas sucias de Takagi, la volvía a tirar en el cesto antes de que ella siquiera se diera cuenta de él. Ocultando su fechoría bajo la demás ropa e irse sin que nadie lo mirase.

―Un día de estos, será así ―se escucho en sus pensamientos antes de irse ya satisfecho, por un día más.

Pero dejando de lado a este degenerado obsesionado con Saya. Con la muerte de su padre, Soichirou; los negocios de la familia pudieron haberse venido abajo sin nadie a cargo, pero no sería así. Teniendo el apellido de su esposo, Yuriko Takagi tomo control de los negocios de su marido y se volvió la actual cabeza de la familia Takagi, ganándose el respeto de todos los socios de negocios previos de su fallecido esposo. Sin embargo un negocio había de entre todos, al que ponía todo su interés y es que un nuevo socio siempre venia con buenas noticias para ella.

El coliseo clandestino debajo del centro comercial de Tokonosu conocido como: La arena de los muertos. Es propiedad de la familia Takagi y Yuriko mas que solo organizar las peleas, era compañera de negocios del mismo Koiichi Shido. Ella al igual que su esposo sabia de la existencia del llamado torneo mortal, como Soichirou, en la búsqueda de un representante para postularlo para las clasificatorias del evento conoció al profesor Shido y su buen ojo para encontrar buenos peleadores.

Entrando bajo escolta de dos guardaespaldas, Yuriko bajo por un ascensor privado hasta el palco subterráneo donde miembros VIP del modesto club miraban desde la comodidad lejos de toda chusma que estaba a tres metros mas abajo. Pero sus guarda espaldas no la dejaron sola, un tercer miembro venia con ellos y mas pegado a lady Yuriko que no se apartaba para nada de ella, acompaño mas allá a la mujer cuando se acerco a Shido.

Este tercer guardaespaldas era distinto a los otros. Enmascarado y con un conjunto que igualaba a un ninja, con un rostro escondido bajo una mascara kabuki además de una capucha sobre su cabello, con ella una espada samurai enfundada tenia en la cintura.

―Hola, Shido-kun ―entro Yuriko Takagi caminando con alcurnia y finura, con su iconico vestido rojo de corte imperial y una larga tela encinta que lleva en sus brazos pasando por su espalda.

―Yuriko-sama, se ve radiante esta tarde ―saludo el profesor con su voz siempre sarcastica, a pesar de que el cumplido era realista y Yuriko lo sabía.

Entro ella, en la zona exclusiva del club con los guardias suyos quedándose a buena distancia de la mujer, una parte dentro de este mismo extenso palco donde ella y Koiichi se reunían cada vez.

―Shizuka~ ―saludo brevemente a la rubia Bimbo que siempre acompañaba a Shido cada que venia aquí. Incomoda como miedosa, la enfermera solo saludo con respeto a la mujer y guardo silencio el resto del entretenimiento. Dejando que ella hablase con su "novio"―. Entonces Shido-kun, dices que has encontrado a un nuevo candidato para el Mortal Kombat.

―Solo veálo usted ―con su brazo, un gesto hacia la ventana blindada para que viese el octágono de pelea. Justo cuando caminaba, sin presuras; inesperada sorpresa se llevo la mujer Takagi a quien vio listo para comenzar la siguiente pelea―. Tal vez, le sea alguien bien conocido.

Sus ojos de Yuriko se abrieron, con asombro y maravilla veía a Komuro Takashi allí abajo, listo para entrar al ring de peleas de nuevo. Allí, entre ánimos y coros de la gente llamándolo por su nuevo apodo. Takashi se coloco unos guantes negros sin cobertura en sus dedos, la emoción en su cara se podía ver en su cara, a solo unos segundos antes de subir.

―¡Zombie, Zombie! ―la gente gritaba su nuevo nombre.

Su contrincante estaba dentro de la jaula esperándolo y el enojo lo podía ver en su cara desde lejos, sin embargo Komuro no se sentía atemorizado, sino eufórico por entrar y romperle varios huesos. Pero antes de subir, Miku tenia un par de cosas que decirle al nuevo campeón de Shido.

―¿Estas listo para la segunda pelea? Aposte mucho esta vez ―pregunto la arrogante, Yuuki a lado del pelinegro a las escaleras del octágono.

―¿Así? ―la miro con una ceja levantada y una confianza en su cara. Antes de subir, puso sus manos en la parte baja de la camisa de su uniforme y sin desabrochar, se la quito, para dárselo a la pelinaranja, una camisa roja a la medida del cuerpo de Takashi, que llevaba debajo, le permitió ver a la gal los músculos en los brazos de este―. Te encargo mi uniforme, no quiero que se manche de sangre.

Desde el palco, Yuriko sonrió con interés al confirmarse de que era el mismo chico por el que sabia, a su hija se le alteraban las hormonas. Desde que lo conocieron en el jardín de niños, hasta enterarse de las peleas que protagonizo durante la secundaria.

―Oh, pero si es Komuro-kun ―escucho eso Shido y se acerco a la refinada dama para ver a su lado el comienzo de la nueva pelea. Entonces él pregunto si era cierta su deducción. Ella lo conocía al parecer―. Lo conozco Shido-kun, mi esposo llego a conocer de sus encuentros contra otras pandillas de la zona e incluso yo admito que resulto ser un chico interesante. Pero pensé que ya había dejado las peleas callejeras, mi hija me contó del altercado que protagonizo a la hora de la salida del colegio.

―Así fue Yuriko-sama, hasta hace unos días que pude despertar su interés en las peleas ―exclamo Koiichi, sonriendo de fervoza manera al estar observando.

―Mi querido Soichirou sabia que él tenia potencial~ ―sonreía con interés la pelimagenta mujer―, no se equivoco. ¿Es su primera pelea?

―La segunda ―declaro el profesor―. ¿Que piensa, cree que tenga oportunidad para ser elegido para las clasificatorias?

―Si gana las dos peleas restantes, claro que clasificara.

Un torneo clandestino que tenia sus rigurosas reglas para entrar. Cuya transmisión era llevada en vivo a la red profunda donde las autoridades competentes no podían verlos.

En el ring, la campaña había sonado y la pelea estaba enfervoreciendo a todos. Dentro de las rejas de la jaula Takashi esquivaba los rápidos ataques de los puños de su segundo oponente, un sujeto que llegaba a los veinticinco, con su torso desnudo y unos pantaloncillos azules. Veloces lanzamientos de sus puños hacia él, obligaban a Komuro no solo a esquivarlos sino sobre todo a emprender pasos para atrás.

―¿Que pasa niño, soy muy rápido para ti? ―su oponente dejo de presionarlo, frente a frente con los puños en alto y manteniendo su cuerpo en movimiento en pequeño saltos a los lados, escogió molestar a Takashi antes de seguir con sus ataques, los cuales el pelinegro tuvo que soportar en la ultima instancia con los brazos en alto en paralelo frente a su cara, como un escudo.

―¿Eso también se lo preguntas a tu novia en la cama? ―una provocación efectiva de parte del chico.

Causando su enojo, su oponente frunció el ceño y se fue contra Takashi.

―¡Vamos, Takashi golpea! ―escucho gritar a Miku.

Komuro entendió que este tipo era de rápidos movimientos y poco cerebro. Espero un momento para provocarlo verbalmente, así cuando el tipo lanzo su primer nuevo puñetazo a él, con la reja detrás de su espalda Takashi agarro con fuerza el puño de su oponente y con el su otra mano sostuvo su antebrazo. Usando su propio impulso, Takashi hizo estampar su cara contra la reja, sometiendo al tipo cual policía estadounidense.

La gente se emociono entonces, muchos comenzaron a gritar el sobrenombre de Komuro. Sin perder tiempo, presionando la cara del tipo contra la reja, de sostenerlo de su antebrazo. En un movimiento de lucha libre, paso su brazo por el cuello un salto de impulso y aterrizo con él en la lona densa. De inmediato, Takashi se levanto antes de que su oponente reaccionara y pasara de ponerse de rodillas. Tan solo llevo su cara hacia arriba y Komuro lo tomo de su brazo izquierdo, un leve pero fuerte jalón y un puñetazo al lado derecho de su enemigo con el que casi le rompe la quijado.

―¡Si, matalo! ―se escuchaba gritar desde las gradas. En la zona de los VIP los inferiores peces gordos miraban con gran entusiasmo la furia de sus golpes. Incluso Yuriko como Shido estaban muy entusiasmados, claro que sin exaltarse como los comunes en la zona regular.

Con ese ultimo puñetazo y Komuro tuvo al tipo fuera de lugar, sosteniéndolo de su brazo lo hizo levantar para empujarlo contra las rejas del octágono. Donde, apenas si se recuperaba, su enemigo de turno puso en alto sus puños listo para lanzar otra serie de ataque de sus puños, pero no seria así. Con mucho impulso salto Takashi y con sus piernas juntadas asesto un golpe mucho mas brutal con el pobre sujeto. Le saco el aire y tal vez le llego a romper algo mas de dentro suyo.

―¡Si! ―grito Komuro de la euforia, dando la espalda a su oponente para auto exaltarse como el publico estaba por él.

―¡Eso es! ―grito Miku mirando muy cerca del ring, el egocentrismo de Komuro.

De rodillas en el piso, su enemigo escupió entre toces antes de mirar con rabia al niño que lo estaba humillando en el ring. Mucho mas enfurecido, se puso de pie con sangre en su boca y tomandolo desprevenido lo embistió. Lo tomo de su cintura, lo levanto y devolvió el primer ataque. Lo levanto y lo azoto contra el piso contra el suelo del octágono. Apenas si llego a darse vuelta Takashi sobre el suelo, con este cabrón encima y logro parar el puño que le iba soltar sobre la cara. Se vio como sus brazos presionaban uno contra fuerza del otro. Así hasta que ambas manos estuvieron en tensión y temblando ante el choque de fuerzas. La emoción en la cara de Takashi contra la furia de su enemigo lo tenían fresco, decidió entonces cruzar los brazos del tipo en plena competencia de fuerzas en una nueva distracción.

Desprevenido, Komuro emparejo sus piernas e implementando una fuerza sin igual, logro levantar a su oponente y catapultarlo contra las rejas del octágono con gran azote de fuerza cinética, tan duro fue el arrojarlo que el mismo muro de hierro tembló a casi caerse. Inmediatamente se puso de pie antes de que su contrincante lo hiciera primero y cuando este se acomodaba para intentar ponerse en pie igualmente; Takashi decidió acabar con él.

―¡Mata, mata, mata! ―gritaban al gladiador moderno cual espectáculo romano de tiempos antiguos. Sin césar que tomara la ultima decisión, el designio quedaba en manos de Takashi.

Intoxicado por los reclamos del publico, una sonrisa maligna en su cara fue lo ultimo que vio su rival cuando de nuevas cuentas solo pudo levantar la mirada y ver como el pelinegro realizo un salto invertido donde el talón izquierdo de Komuro caía sobre su cráneo, no había maquina de rayos X cerca, pero de haberlo se hubiera visto como el hueso sobre el cerebro se fracturaba resultando en un derrame para su enemigo.

Todos callaron al momento que se escucho como se estrellaba la cabeza del otro tipo en la lona del ring y pronto de su oído contra el suelo comenzaba a llenarse de sangre, un breve momento de silencio en tofo el publico de los regulares espectadores, antes de que un solo tipo avivara el calor gritando de exaltación ante el brutal final. Desde la zona de los VIP, tanto Shido como Yuriko Takagi miraban con gran gusto el mortal final de este segundo duelo de Takashi.

Él levanto la mirada hacia aquel lugar, donde vio a Koiichi con Shizuka y aunque ella lucía incomoda con el espectáculo y dado el reflejo de la luz sobre el cristal, por lo que no podía ver la cara de la mujer Takagi. La expresión soberbia en el profesor hizo a Takashi sonreír maliciosamente antes de levantar la mano y enseñarle el dedo al hombre, lo cual solo hizo reír a Shido por esto.

―¡¡Si!! ―un grito tan vivo que todos se unieron a la emoción del triunfo, fue una pelea verdaderamente emocionante, tanto que de nuevo todos empezaron a gritar el apodo de Takashi en pro de su segunda victoria―. ¡Zombie, zombie!

Bajo del octágono mientras sacaban el cadáver de su ultimo rival y Takashi busco un lugar donde reposar unos momento antes de su ultima pelea del día. Un área de casilleros donde los peleadores de este club se alistaban y esperaban a ser llamados en la lista de las peleas del día. Aquí esperaba Takashi sentando en una de las bancas.

―Nada mal, zombie~ ―apareció Miku delante suyo, sin ver el momento en el que ella entro por estar descansando la vista hacia arriba. Una mirada arrogante le mostró a Yuuki quien coqueta delante de él se mantenía.

―Había olvidado lo genial que se siente pelear a muerte ―exclamo Takashi, momento en el que la pelinaranja le dio una toalla blanca que pinto de rojo, la sangre de su ultimo enemigo llego a caer sobre su cara de alguna forma. Sudor y sangre en la toalla quedo impregnado.

―Tienes al público emocionados y a Shido complacido ―le dijo Yuuki sin quitarse lo coqueta en su habla.

―Pude ver su fea cara ―arrojo la toalla a un lado de la banca.

―Ya viene tu ultima pelea, Takashi y la apuesta que hice es mas fuerte que las dos anteriores. Mas vale que ganes ―inclino su cuerpo de forma suave a distancia del pelinegro.

Aunque sus ojos los tenia puesto sobre la cara de la gal, no podía evitar mirar mas abajo y ver como los pechos de esta, eran traídos por la gravedad. Cosa que la misma Miku logro sentir de sus ojos de Komuro.

―Supongo que yo tendré una parte de ese dinero.

―Será un treinta para ti y para mi, Shido se queda con un cuarenta por ciento de las ganancias ―comento la chica sin mostrarse inconforme con división de los gastos. Pero Komuro no estaba conforme.

―¿Solo un treinta por ciento? Esperaba más ―comento decepcionado, aunque eso lo esperaba de alguna forma.

Una mueca de parte de Miku y aprovechando que Takashi seguía sentado, ella se puso sobre su regazo, tomándolo desprevenido con su cara muy cerca de la suya, la perra número uno de Shido como de la misma academia Fujimi tomo la mano de un congelado Takashi y lo llevo hacia su busto y la hizo agarrar sus pechos.

―Si ganas, seré tuya Takashi~ ―la mirada presumida de la chica y la expresión resultante del pelinegro, una mueca maliciosa gustoso con el extra que vendría una vez que haya ganado su tercera pelea en la noche. Estaba motivado―. ¿Que dices?

―Me gustas ―una declaración que hizo ruborizar a la chica mala a pesar de que su mirada seguía siendo la misma ante tales palabras.

Poco faltaba para la ultima pelea de Takashi en su primer día, no sabía quien era su siguiente oponente y poco le interesaba saber quien carajos era. Sin embargo, lo conoció apenas salió de los casilleros del club. Solo se trataba de otro tonto arrogante, uno mas como los anteriores.

―No tienes posibilidades de ganarme, niño ―escucho Takashi decir a un tipo cuando a nada de llegar a la puerta de vuelta al escenario, estaba allí recargando contra la pared cruzado de brazos muy arrogante en su estilo―. Las victorias que acabas de tener fueron meramente suerte.

Como dije, Komuro no tenia ni la menor idea de que este don nadie era su siguiente contrincante.

―¿Y tu eres? ―pregunto.

―El que te pondrá en tu lugar mocoso ―se despego de la pared y se puso delante de Takashi en un intento por intimidarlo solo con su altura, sumado a eso su sonrisa siniestra―, barreré el octágono contigo y después me llevaré a tu novia a una cita.

No sabia quien carajos era este tipo, pero la arrogancia en su horrenda cara y el hecho de que comenzó a golpear su pecho con sus gruesos dedos re despertó las ganas de matarlo, Komuro. Sobre todo porque no le gusto que dijera que se llevaría a Miku de paseo cuando lo derrotase, el trasero de Yuuki Miku le pertenecía a él.

Lo siguiente que paso... bueno, se resume de la siguiente forma:


 

Su ultimo rival quedo tendido sobre el ring, inconsciente e ignorando que pudo haberlo dejado muerto también, Takashi celebraba con los gritos de animo de la gente aclamando a este nuevo gladiador, el regocijo de que gritaran por él, lleno su cabeza, eufórico en su propia exaltación estaba. Era observado con gran entusiasmo por Shido y Yuriko sentados desde un sofá aquí mismo, el resultado final de Komuro era mejor de lo que esperaban y los hombres detrás del combate mortal al que aspiraban entrar, vieron con buenos ojos el desempeño del pelinegro.

―¡Esplendido! ―grito Yuriko sin moverse de su asiento mirando con gran expectativa al chico.

―Con él en nuestra nómina, existe una mínima posibilidad de llegar lejos en el torneo ―comento Shido igualmente de complacido con el desempeño de su estudiante.

―No cantemos victoria Shido-kun ―dijo la mujer Takagi―, tal vez obtenga el gusto bueno y la racha de hoy sea pura suerte. Pero en el torneo no todo será puños y artes marciales. También habrá combate desiguales. ¿Verdad, querida?

―Tiene talento a pesar de no tener técnica alguna. Como si hubiera copiado las técnicas de combate que vio de alguien más ―dijo aquella guarda espaldas que mantuvo su boca cerrada todo el tiempo, movió su mascará para ver mejor a Takashi regodiandose en los gritos de aclamación que la gente le daba, antes de verlo bajar del octágono con el ego sobre sus hombros. Esta guardaespaldas era nadie mas ni menos que una mujer, de una edad muy cercana a la de Komuro―, sino le molesta Takagi-sama, me gustaría enfrentarlo antes del torneo.

Miro complacida a la chica mientras apoyaba su brazo sobre el descansa brazos del sofá al mirar el rostro de ella, al descubierto.

―A mi también me gustaría eso, Busujima Saeko ―revelo Yuriko su identidad―. Veamos quien gana, si se enfrenta a una verdadera asesina espadachín.

La noche termino luego de un par de peleas. Las horas pasaron aquí y Takashi la mas mínima cuenta del tiempo. Gano y dejo a dos oponentes mal heridos con otro mas, muerto. Ahora estaba parado en medio del octágono en la arena de los muertos vacía en su totalidad. Mirando con gran gusto el momento que acababa de vivir aquí.

―Nada mal, Zombie~ ―entró Miku al octágono y saco a Komuro de su trance, viendo un espejismo de como hace poco toda la gente aclamaba su nombre, como el gladiador que era―. Sabia que ganarías.

―Al menos tu lo sabias ―dijo Takashi, se dio media vuelta y la miro con una soberbia mirada.

―¿Porque sigues aquí? La noche ya termino, vamonos de aquí.

Una buena sugerencia de la perra de Fujimi, sin embargo Shido le dijo a Takashi que le esperase en el ring por alguna razón. Pero antes de que si quiera decida darle la razón a Miku. El alto parlante de la arena se activo y la risa altanera de Koiichi se escucho. Tanto Komuro como Yuuki se asustaron en un comienzo, pero cuando la risa fue sustituida por la misma voz de su profesor, se calmaron.

―Felicidades, Takashi-kun ―buscaron de donde venía la voz, ambos encontraron a Shido desde el palco privado mirando frente al cristal. Las luces de este sitio iluminaron al profesor y dieron una mejor vista de él―. Diste un verdadero espectáculo esta noche. Los organizadores del torneo están muy complacidos con invitarte.

―¿Significa que si entré? ―pregunto para aclarar.

Una risilla de Shido antes de contestarle.

―Así parece, Takashi-kun ―no era la única noticia para él―. Pero no es todo lo que vine a decirte querido. Estoy tan complacido con tu actuación de hoy que te daré algo más que solo tu parte del dinero que nuestra querida Yuuki gano apostando.

―¿Uh? ―ambos levantaron la ceja.

―En la antigua roma, a los gladiadores que vencían se les recompensaba con cosas mas allá del dinero, mujeres ―dijo Shido, levanto su mano y señalo a Miku, ella asustada levanto su dedo y se señalo así misma―, te la entrego Takashi-kun, ella es tuya, has lo que quieras con ella.

―¿Miku? ―miro a la chica, Takashi.

―¡¿Sensei, que significa esto?!

―Que ahora en adelante eres la perra de mi nuevo campeón, Yuuki ―exclamo Shido antes de que la luz en el palco se apagará y él se largara―. Disfruta de tu nuevo trofeo

Allí abajo, estaban los dos solos en el octágono. Solos en la arena, sin nadie que incomodase mas que la mirada del otro sobre ella, Miku lo miro y noto poco interés en él mientras que ella se mostraba temerosa, pero un acomodo de su voz y retomo su compostura presumida la chica.

―Bueno, después de todo hicimos un trato, dije que seria tuya ―dijo Miku, levantando su voz cuando se puso firme y camino hasta quedar frente a Takashi―. Sabes, me gustan los chicos fuertes.~

Silencio en sus miradas había mientras los ojos del otro penetraban, uno estaba excitado después de las peleas que tuvo y la emoción seguía en su sangre, la otra estaba igual de excitada salvo que ella se encontraba así por todo el dinero ganado luego de haber apostado fuerte y ganado mas dinero que otras noches. El calor domino el ambiente y pronto Komuro tomo a Miku en sus manos para robar sus labios con emoción en su boca.

Los labios del gladiador zombie acariciaron el cuello de Miku, sus manos se deslizaban por debajo de su uniforme, un deleite de tacto de solo sentir su espalda y su suave trasero. La llevo contra las rejas del octágono y tras tomarla de sus piernas la levanto contra la fría reja. Los besos no paraban, se volvieron mas calurosos y él la estaba dominando. Un desliz de su mano y Komuro bajo las bragas de Yuuki cuando la tenia levantada.

Ella desabrocho sus pantalones y acaricio en un primero su hombría, tal vez era el calor o era realmente tan grande, pues sus ojos se encontraban perdidos mirando al entusiasmado guerrero que era Takashi que solo sintió como su pene beso los labios de su vagina. Un fuerte movimiento y su interior se abrió en dos, un golpe profundo sintió antes de sentir como era partida ante los fieros violentos empujes de Komuro. No solo su boca devorando sus pechos o su pene frotando con desesperación su interior la hacían mojarse con nunca, el simple hecho de que a todo corazón la estaba reclamando para él, la tenían en las nubes a Miku.

Desde el palco, Shido seguía allí a solas con Shizuka. Con una boca de borbon en manos mientras miraba el acto lascivo de su nuevo campeón y como reclamaba su primer trofeo. Incomoda, la enfermera pregunto.

―¿Shido-sama, no es mejor dejarlos solos? ―pregunto Shizuka.

Shido bebió su copa con placer antes de dejarla sentada a un lado y mirar a la rubia bimbo que tenia chantajeada.

―Sabes, Shizuka-chan. Después de los resultados de esta noche me siento animado ―exclamo Shido.

Esa era una mala señal, pero dado el adoctrinamiento que le dio a la rubia, era una señal clara para que Shizuka comenzará a satisfacerlo, empezando con usar su boca y no hablo de un beso.

Allí mismo, donde uno cogía en el ring como si no hubiera mañana. En el palco privado, Shido disfrutaba de su novia que sabia como debía ella complacerlo.

El destino de los perdedores es ser despojados por los ganadores. Donde la sangre corre y los muertos yacen a sus pies, un muerto vivo se sentía por primera vez vivo después de tanto. Días de gloria donde restregar el piso con las caras de los que se metían en su camino le esperaban, lo trajeron de nuevo a la vida. Un gladiador nació y tenia mucho por escalar para llegar al gran coliseo y retar al mismo césar, pero no hablo de Shido.




6 comentarios:

  1. Oye hermano te bloquearon la cuenta de wattpad?

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    1. me dieron shadowban, pero ya veran. volveré hijos de prrra

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    3. Bueno toca a esparar el regreso prro susto que me di.Pense que la valio ñonga

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    4. buscame mientras en wattpad como aguilanegra77, asi estoy

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